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MALAQUÍAS: 433 AC “Adoración Formalista”

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MALAQUÍAS: 433 AC

“Adoración Formalista”

Malaquías, el último profeta del Antiguo Testamento, predicó después de Hageo, Zacarías y Nehemías, aproximadamente en el año 430 a.C.

Fue escrito para condenar la baja condición moral y religiosa entre los judíos. Condición que era parecida a las situaciones que Esdras y Nehemías atacaron.

El templo había sido reconstruido desde hacía casi un siglo, pero el pueblo estaba perdiendo su entusiasmo hacia la adoración. La apatía y la desilusión se habían establecido debido a que no se habían cumplido las profecías mesiánicas de Isaías, Jeremías y Miqueas.

Malaquías habló de su necesidad moral y social, y tuvo como centro de su mensaje la reconstrucción de la nación misma. Malaquías reprendió al pueblo y a los sacerdotes por su negligencia respecto a la adoración de Dios y el no haber vivido de acuerdo con la Palabra de Dios. Malaquías dio el mensaje de que el fin estaba muy cerca.

PROPÓSITO: Enfrentar al pueblo con su pecado y restaurar su relación con Dios.

TEMA: Promesa de justicia y amor divinos.

AUTOR Y FECHA: Malaquías, Su Nombre significa: Mensajero de Jehová. El texto indica que el templo ya había sido reconstruido y se ofrecían sacrificios (1:7, 10; 3:1).

En cuanto a la fecha de la escritura de la profecía Pudo haber sido escrito durante el tiempo en que Nehemías salió de Jerusalén y estuvo nuevamente con Artajerjes (Neh. 13:6), cerca del 435 – 430 a.C.

BOSQUEJO:

I.El amor del Señor por Israel 1:1-5

II.Las faltas de los sacerdotes 1:6-2:9

III.Infidelidad del pueblo 2:10-16

IV.El día del juicio 2:17-3:5

v.La bendición de diezmar y ofrendar 3:6-12

vi.Diferencia entre el justo y el malo 3:13-18

vii.El advenimiento del día de Jehová 4:1-6

MARCO HISTÓRICO:

Malaquías, Hageo y Zacarías fueron profetas en Judá después del cautiverio. Hageo y Zacarías reprendieron al pueblo por su fracaso en la reconstrucción del templo. Malaquías confrontó al pueblo por su negligencia respecto al templo y su falsa y profana adoración.

Muchos de los pecados que habían provocado la caída de Jerusalén en el año 586 a.C. se seguían practicando en Judá. Malaquías confrontó a los hipócritas con su pecado al representar, de manera gráfica, un diálogo entre el Dios justo y su pueblo insensible.

El libro de Malaquías está dirigido a la nación de Judá casi cien años después de su regreso del cautiverio en Babilonia. Al principio la gente había tenido entusiasmo en cuanto a la reconstrucción de Jerusalén y el templo y la restauración del culto.

Pero ese entusiasmo había comenzado a desvanecerse. Empezaron a dudar del amor de Dios hacia el pueblo escogido. Este ya no vacilaba en sacrificar animales con defectos ni en retener sus diezmos y ofrendas. Malaquías es un llamado a una adoración genuina y sincera.

CRONOLOGÍA

1.Regresan a Jerusalén los primeros cautivos 538 a.C.

2.Comienza la reconstrucción del templo 536 a.C.

3.Hageo y Zacarías comienzan a profetizar 520 a.C.

4.Se termina el templo 516 a.C.

5.Esdras llega a Jerusalén 458 a.C.

6.Nehemías llega a Jerusalén 444 a.C.

7.Malaquías comienza a profetizar 430 a.C.

EL AMOR DEL SEÑOR POR ISRAEL (1:1-5)

CAPÍTULO 1

1:1-5 Toda la profecía, construida dentro de un formato de preguntas y respuestas, es representativa del pacto establecido entre el Señor y su pueblo. Jehová es su Padre y Señor, su único Dios y máximo Juez.

A través de 23 preguntas el profeta propone un autoexamen, lleno de reproches contra los sacerdotes y el pueblo de Israel.

El primer mensaje de Dios por medio de Malaquías fue: “Yo os he amado”. Debido a que el gobierno era corrupto y la economía era deficiente, los israelitas asumieron que Dios no los amaba.

La frase “y a Esaú aborrecí” no se refiere al destino eterno de Esaú. Simplemente significa que Dios escogió a Jacob para ser el medio por el que surgiría la nación de Israel y el Mesías.

II. LAS FALTAS DE LOS SACERDOTES (1:6-2:9)

•1:6-10 El segundo tópico, la condenación de los sacerdotes, se introduce utilizando el paralelismo hebreo por medio de las preguntas de “Como Padre y Señor, ¿dónde está mi honra?”.

•El abierto rechazo de las normas de los sacrificios (Lev. 1:10; 22:17–25; Deut. 17:1) constituye una forma de menospreciar al misericordioso Dios de Israel. Sacrificios imperfectos, ofrecidos sin sinceridad, resultan inconvenientes para los gobernantes y desagradables para el Señor.

Dios acusó a los sacerdotes de no haberlo honrado y no haber dado buenos ejemplos espirituales al pueblo. El templo había sido reconstruido en el año 516 a.C., y la adoración se llevaba a cabo allí, pero los sacerdotes no adoraban a Dios de manera adecuada

Esdras, el sacerdote, había llevado a cabo un gran avivamiento, pero en los tiempos de Malaquías, muchos años después de la muerte de Esdras, el sacerdocio estaba en decadencia. La adoración a Dios había perdido su vitalidad y se había vuelto más un negocio para los sacerdotes que una adoración sincera.

La Ley de Dios requería que se sacrificaran animales vivos y sin defectos. Pero estos sacerdotes estaban ofreciendo animales ciegos, cojos y algunos ya muertos. Dios acusó a Israel de deshonrarlo al ofrecer sacrificios imperfectos

El pueblo ofrecía a Dios sacrificios impropios al:

1.Pensar solo en lo que les convenía: ser lo más barato posible.

2.Ser negligentes: no les importaba lo que ofrecían en sacrificio.

3.Desobedecer totalmente, ofreciendo sacrificios a su manera y no como Dios se los había ordenado.

1:11 Jehová de los ejércitos prefiere ofrendas limpias e incienso de los pueblos alrededor de la tierra, desde donde el sol nace hasta donde se pone. Un tema escuchado a lo largo del Antiguo Testamento se reafirma en este libro: “Porque grande es mi nombre entre las naciones”. Dios tenía un pueblo escogido, los judíos, a través de los cuales había planeado salvar y bendecir al mundo entero.

CAPÍTULO 2

2:1-2 Dios advirtió a los sacerdotes que si ellos no honraban su nombre, los castigaría. Los sacerdotes no tomaron en serio las cosas más importantes para Dios, aun cuando Él se las había recordado por medio de su Palabra en muchas ocasiones.

El Señor pronuncia una maldición contra ellos por el abierto rechazo de sus instrucciones. Ello va acompañado de una severa humillación: os echaré al rostro el estiércol (2:3).

2:4-6 Mi pacto con Leví probablemente se refiere a las bendiciones de Moisés a Leví (Dt 33:8–11), ya que en el Pentateuco no se menciona ningún pacto específico ofrecido a este.

Los levitas llegaron a ser ministros de Dios, primero en el tabernáculo, luego en el templo. Fueron una tribu apartada para el servicio a Dios. En estos versículos Dios se dirigía a los sacerdotes que descendían de esta tribu, diciéndoles que debían prestar atención a la ley que Él dio a sus antepasados.

•2:7-9 Malaquías estaba enojado con los sacerdotes porque a pesar de ser los mensajeros de Dios, no conocían su voluntad. Y su falta de conocimiento ocasionó que el pueblo se descarriara. Su ignorancia era voluntaria e inexcusable

Los sacerdotes permitían que la gente influyente y favorecida quebrantara la Ley. Dependían tanto de estas personas económicamente que no podían confrontarlas cuando hacían algo malo.

INFIDELIDAD DEL PUEBLO (2:10-16)

•2:10–16 El pueblo era infiel. No decía abiertamente que rechazaba a Dios, pero estaba viviendo como si no existiera.

•Los hombres se casaban con paganas que adoraban ídolos.

•El divorcio era común, y ocurría sin otra razón que no fuera el deseo de un cambio. La gente actuaba como si pudiera hacer cualquier cosa sin ser castigada. Y el pueblo se preguntaba por qué Dios rechazaba sus ofrendas y no les bendecía (2:13).

• El divorcio en ese tiempo era practicado exclusivamente por los hombres.

2:15-16 “Guardaos, pues, en vuestro espíritu y no seáis desleales” significa mantener el mismo compromiso hacia el matrimonio que Dios mantenía con las promesas que había hecho a su pueblo.

IV.EL DÍA DEL JUICIO (2:17-3:5)

•2:17 Los sacerdotes y levitas mantenían una visión arrogante y distorsionada sobre la adoración, diciendo que Dios se agrada con los malhechores que cuestionan su justicia Dios estaba cansado de la forma cínica en la que el pueblo distorsionaba sus verdades.

CAPÍTULO 3

•3:1 Hay dos mensajeros en este versículo:

1.El primero por lo general se entiende que es Juan el Bautista (Mt. 11:10; Lc.7:27).

2.El segundo mensajero es Jesús, el Mesías, para quien tanto Malaquías como Juan el Bautista prepararon el camino.

Yo envío mi mensajero: En el NT se asocia a Juan el Bautista, lo cual indica que la profecía de Malaquías tiene tanto aplicación histórica como mesiánica. El propio nombre de Malaquías se refleja en la frase hebrea “mi mensajero”.

•3:2-5 En el proceso de refinar los metales, éste es calentado con fuego hasta que se funde. Las impurezas se separan y suben a la superficie. Luego son retiradas, para dejar el metal puro. Sin calentamiento ni fundición, no habría purificación. Cuando las impurezas son retiradas de la superficie, la imagen del metalúrgico aparece en una superficie lisa y pura.

El Señor vindicará su justicia. vendrá súbitamente a su templo y juzgará a los hechiceros, a los adúlteros, a aquellos que juran en falso, a los que defraudan a sus trabajadores, a la viuda y al huérfano, o a los que no ofrecen hospitalidad a los extranjeros; esto es, a todos aquellos que no tienen temor de mí.

V. LA BENDICIÓN DE DIEZMAR Y OFRENDAR (3:6-12) Malaquías instó al pueblo a

que entregara sus diezmos, y que dejara de quedarse con lo que pertenece a Dios. El sistema del diezmo comenzó durante el tiempo de Moisés (Lev. 27:30–34; Deut. 14:22).

•3:6-7 Aunque el Señor condena las acciones hipócritas, corruptas e inmorales de su pueblo, hay esperanza porque Dios nunca deja de ser quien es: Yo Jehová no cambio (v. 6). El Señor es fiel a las promesas del pacto y no abandonará a su pueblo. De ahí que los exhorte: Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros (v. 7).

3:8–12 Estos versículos enseñan los siguientes principios:

1.Israel se mostraba negligente hacia sus relaciones con el Dios del pacto al defraudarlo en los diezmos y ofrendas; ello dio lugar al juicio retributivo.

2.Dios emplaza a Israel a una rectificación probando su fidelidad en esta cuestión. Si presenta todos los diezmos, Él abrirá las ventanas de los cielos (enviará las tan necesarias lluvias).

3.Reprenderá al devorador (destruirá las langostas que devoran las cosechas).

•3:10 El alfolí (granero) era un lugar en el templo donde se guardaban granos y otros alimentos donados como diezmos. Los sacerdotes vivían de estas donaciones

El pueblo en los días de Malaquías desobedeció el mandamiento de Dios de dar el diezmo de sus ingresos al templo. Quizá pudieron haber tenido miedo de perder todo por lo que habían trabajado tanto, pero juzgaron mal a Dios en esto.

VI. DIFERENCIA ENTRE EL JUSTO Y EL MALO (3:13-18)

•3:13-15 Estos versículos confrontan la actitud arrogante del pueblo hacia Dios.

Los nombres de aquellos que temen al Señor están escritos en un libro de memoria. En contraste con el fin que aguarda a los impíos, los justos serán para mí especial tesoro (o especial posesión) en el día en que yo actúe

•3:16 El punto es que Dios recordará a todos aquellos que permanecen fieles a Él, lo aman, temen, honran y respetan.

•3:17 Al pueblo de Dios se le llama “especial tesoro”, joya. Una joya está hecha de materia bruta que se expone al tiempo, calor y presión para convertirla en una piedra preciosa.

•La piedra entonces debe ser cortada para que su belleza real pueda ser vista. Un artesano toma la piedra y la taja con cincel para retirar un extremo, reduce la falla, la pule y la coloca en el entorno adecuado para que pueda mostrar su belleza. En ese día de juicio, se discernirá claramente entre el justo y el malo (3:18).

VII. EL ADVENIMIENTO DEL DÍA DE JEHOVÁ (4:1-6)

CAPÍTULO 4

4:1 Viene el día ardiente como un horno para quienes no sirvan al Señor Pero el mismo calor que consuma a los impíos restaurará a los justos. En el día del juicio, la ira de Dios hacia los malvados será como un horno ardiente.

Malaquías cierra sus mensajes señalando el gran día del juicio final. Para todos los que están dedicados a Dios, será un día de gozo debido a que morarán en la eterna presencia de Dios. Los que han despreciado a Dios “serán estopa”.

•4:2 El Sol de justicia: Este es el único pasaje del AT en que se designa así a Jehová. Describe a Dios levantándose triunfal y en sus alas traerá salvación, probablemente en la persona del Mesías.

Juan el Bautista profetizó que con la llegada de Jesús, el amanecer estaba a punto de romper para alumbrar a los que estaban en la oscuridad del pecado (Lc. 1:76–79). En Is. 60:20 y en Ap. 21:23-24 aprendemos que no se necesitará ninguna luz en la ciudad santa de Dios porque Dios mismo será la luz

4:4 Estas leyes, que Moisés recibió en el Monte Horeb (Sinaí), son el cimiento de la vida civil, moral y ceremonial de la nación (Éx. 20; Deut. 4:5-6). Nosotros debemos continuar obedeciendo estas leyes morales: se aplican a todas las generaciones.

En conclusión, el profeta amonesta al pueblo para que se acuerde de la Ley de Moisés.

•4:5-6 A continuación viene la promesa de la venida del profeta Elías. Él fue uno de los más grandes profetas (1 Re. 17 a 2 Re. 2). Con la muerte de Malaquías, la voz de los profetas de Dios permanecería en silencio durante cuatrocientos años. Luego vendría un profeta semejante a Elías para anunciar la llegada de Cristo (Mt. 17:10–13; Lc. 1:17)

•Ese profeta fue Juan el Bautista. Preparó los corazones del pueblo para Jesús al instar a la gente a que se arrepintiera de sus pecados. Esto traería unidad y paz, pero también juicio sobre los que no quisieran volverse de sus pecados. Para ayudar al pueblo a estar preparado para ese día, Dios enviaría a un profeta semejante a Elías (Juan el Bautista) a prepararle el camino a Jesús, el Mesías.

El NT identifica a Juan el Bautista como el cumplimiento de esta predicción (Mt. 11:10–14; 17:10–13; Mr. 9:11–13; Lc. 1:17; pero comparado con Jn. 1:21, 25). Aunque separado por más de 400 años, Juan fue el siguiente profeta canónico que siguió a Malaquías a través de la historia de la redención

Vistiendo las mismas vestimentas de pelo de camello y un cinturón de cuero como Elías (2 Re. 1:8; Mt. 3:4; Mr. 1:6), Juan funcionó como Elías en su osada denuncia del pecado. En un ministerio que lo colocó en contraposición con el rey y su malvada esposa (1 Re. 19; Mr. 6:17-18), Juan mismo siguió “delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos … para preparar al Señor un pueblo apercibido” (Lc. 1:17).

•Elías está a la par con Moisés en 4:4–6 como representativo de toda la línea de profetas del AT, algo que se ve operando sobre el monte de la transfiguración (Mt. 17:3; Mr. 9:4; Lc. 9:30); además Ap. 11:3, donde los dos testigos se asemejan a Moisés y Elías.

Malaquías nos da principios prácticos acerca del compromiso con Dios.

1.Dios merece lo mejor (1:7–10).

2. Debemos estar dispuestos a dejar cualquier estilo de vida pecaminoso (2:1-2).

3.Debemos hacer de la familia una prioridad durante toda la vida (2:13–15).

4.Debemos estar listos para el proceso de refinamiento de Dios en nuestra vida (3.3).

5. Debemos dar el diez por ciento de nuestro ingreso (3.8–12). No hay lugar para la soberbia (3.13–15)