poemario 3
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Pedro Salinas del libro "La voz a ti debida"
Yo no necesito tiempo
para saber cómo eres:
conocerse es el relámpago.
¿Quién te va a ti a conocer
en lo que callas, o en esas
palabras con que lo callas?
El que te busque en la vida
que estás viviendo, no sabe
mas que alusiones de ti,
pretextos donde te escondes.
Ir siguiéndote hacia atrás
en lo que tú has hecho, antes,
sumar acción con sonrisa,
años con nombres, será
ir perdiéndote. Yo no.
Te conocí en la tormenta.
Te conocí, repentina,
en ese desgarramiento
brutal de tiniebla y luz,
donde se revela el fondo
que escapa al día y la noche.
Te vi, me has visto, y ahora,
desnuda ya del equívoco,
de la historia, del pasado,
tú, amazona en la centella,
palpitante de recién
llegada sin esperarte,
eres tan antigua mía,
te conozco tan de tiempo,
que en tu amor cierro los ojos,
y camino sin errar,
a ciegas, sin pedir nada
a esa luz lenta y segura
con que se conocen letras
y formas y se echan cuentas
y se cree que se ve
quién eres tú, mi invisible
_________________ _________________
Aunque estamos mal hechos, no estamos terminados;
y es la aventura de cambiar y de cambiarnos la que hace que valga la pena
este parpadeo en la historia del universo,
este fugaz calorcito entre dos hielos, que nosotros somos.
Eduardo Galeano.
Última edición por Admin Natha el Vie Jun 22, 2012 3:10 pm, editado 1 vez
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MensajeTema: Em Claire... Sin razón Mar Jul 05, 2011 3:29 am
Sin razón
Dejame verte!!,
dije otra vez a Dios.
Y luego pasó:
Quédé encinta de la luz.
Mis ojos eran aurora y ocaso.
Las pecas anunciaban planetas y estrellas
que brillaban en mis mejillas.
Cada uno de mis labios se volvió besos para el otro,
Entre mis ojos había una rueda de índigo,
entre los dedos de mis pies, campos dorados.
Mis manos recordaban subirse a los árboles,
mi cabello, los dedos de cada amante.
Y luego murmuré,
¿por qué me hiciste así?
Y respondieron:
"porque nunca antes había tenido tu nombre,
ni oído cómo lo cantas".
Ni contemplado el universo a través de ojos como estos.
Ni reído así, ni sentido el rumbo de esas lágrimas.
Porque no he conocido el éxtasis,
ni subido a las alturas,
ni experimentado
los matices de la inocencia
con la que creas tus detalles,
ni cómo un corazón puede ser tan grande,
o romperse tan fácilmente
o amar
con tanta sin razón.
Em claire...
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Aunque estamos mal hechos, no estamos terminados;
y es la aventura de cambiar y de cambiarnos la que hace que valga la pena
este parpadeo en la historia del universo,
este fugaz calorcito entre dos hielos, que nosotros somos.
Eduardo Galeano.