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LA HUECA VIEQUES: NUEVO COMPLEJO CULTURAL AGROALFARERO EN LA ARQUEOLOGÍA ANTILLANA Luis A. Chanlatte-Baik Yvonne M. Narganes Universidad de Puerto Rico La Hueca es un sector rural en el litoral suroeste de la isla de Vieques, cuyas coordenadas son: 18° 06' 02" latitud norte y 65* 29' 30" longitud oeste (Ver Mapa). La Hueca es parte de la Colonia Puerto Real y esta integrada por una serie de fincas entre la de don Severino Rivera, y otra nombrada SORCE. Hoy tanto La Hueca como Sorcé son ampliamente conocidos por el contenido de sus valiosos asentamientos arqueológicos, representativos de nuestras pretéritas culturas aborígenes. Lamentablemente, su fama ha excitado la ambición de coleccionistas y de traficantes de nuestros valores culturales, causando los consabidos destrozos lesivos a la investigación cientifica. Felizmente los depósitos arqueológicos de La Hueca y Sorcé no presentan evidencias materiales afloradas, como es frecuente en otras áreas. Esta condición ha permitido preservar intacto mas de ochenta por ciento de los numerosos asentamientos o depósitos de viviendas individuales, correspondientes a grupos familiares grandes y pequeños. Tal particularidad exige del investigador una cuidasoa y muy bien planificada práctica de sondeos que le permita identificar tanto los depósitos de grupos familiares como los colectivos. El area arqueológica en referencia es una triple terraza es- calonada, la cual presenta tres niveles diferentes desde la costa en el Mar Caribe hasta el río Urbano que la circunda por el norte y por el este. Cada uno de estos niveles, en arco abierto, estuvo intensamente habitado, cubriendo una area total muy próxima a dos kilómetros cuadrados. Una apreciación conservadora, basada en el área ocupada y en la abrumadora cantidad de restos cerámicos y alimenticios, asi como en el gran tamaño de los recipientes domésticos de cocina, nos hace pensar en una población que sobrepaso los quinientos habitantes en su etapa de mayor plenitud. También hemos podido confirmar que esta terraza fué ocupada por grupos agroalfareros en tres épocas diferentes, relativamente cerca una de otra. El COMPLEJO CULTURAL DE LA HUECA posiblemente sea el responsable de la primera ocupación, las otras dos son saladbides y cubren casi la totalidad de este sector arqueológico. La cronología de estos grupos aun no esta muy clara. Las dictaciones disponsibles corresponden a concha, especialmente a 501

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Page 1: MAPA DE VIEQUES

LA HUECA VIEQUES: NUEVO COMPLEJO CULTURAL AGROALFARERO EN LA ARQUEOLOGÍA ANTILLANA

Luis A. Chanlatte-Baik Yvonne M. Narganes

Universidad de Puerto Rico

La Hueca es un sector rural en el litoral suroeste de la isla de Vieques, cuyas coordenadas son: 18° 06' 02" latitud norte y 65* 29' 30" longitud oeste (Ver Mapa). La Hueca es parte de la Colonia Puerto Real y esta integrada por una serie de fincas entre la de don Severino Rivera, y otra nombrada SORCE.

Hoy tanto La Hueca como Sorcé son ampliamente conocidos por el contenido de sus valiosos asentamientos arqueológicos, representativos de nuestras pretéritas culturas aborígenes. Lamentablemente, su fama ha excitado la ambición de coleccionistas y de traficantes de nuestros valores culturales, causando los consabidos destrozos lesivos a la investigación cientifica.

Felizmente los depósitos arqueológicos de La Hueca y Sorcé no presentan evidencias materiales afloradas, como es frecuente en otras áreas. Esta condición ha permitido preservar intacto mas de ochenta por ciento de los numerosos asentamientos o depósitos de viviendas individuales, correspondientes a grupos familiares grandes y pequeños.

Tal particularidad exige del investigador una cuidasoa y muy bien planificada práctica de sondeos que le permita identificar tanto los depósitos de grupos familiares como los colectivos.

El area arqueológica en referencia es una triple terraza es­calonada, la cual presenta tres niveles diferentes desde la costa en el Mar Caribe hasta el río Urbano que la circunda por el norte y por el este. Cada uno de estos niveles, en arco abierto, estuvo intensamente habitado, cubriendo una area total muy próxima a dos kilómetros cuadrados.

Una apreciación conservadora, basada en el área ocupada y en la abrumadora cantidad de restos cerámicos y alimenticios, asi como en el gran tamaño de los recipientes domésticos de cocina, nos hace pensar en una población que sobrepaso los quinientos habitantes en su etapa de mayor plenitud.

También hemos podido confirmar que esta terraza fué ocupada por grupos agroalfareros en tres épocas diferentes, relativamente cerca una de otra. El COMPLEJO CULTURAL DE LA HUECA posiblemente sea el responsable de la primera ocupación, las otras dos son saladbides y cubren casi la totalidad de este sector arqueológico.

La cronología de estos grupos aun no esta muy clara. Las dictaciones disponsibles corresponden a concha, especialmente a

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MAPA DE VIEQUES Puerto Rico

V I E Q U S O U

C A R I B B E A N S E A

• = La Hueca y Sorce

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CITARIUM PICA. En la actualidad estamos esperando los resultados de seis muestras de carbón vegetal enviadas a Teledine Radio Isotope de New Jersey; las cuales serán determinantes.

LAS INVESTIGACIONES:

Fue en verano de 1977 cuando visitamos por primera vez el sector arqueológico de La Hueca y Sorcé. Nuestra presencia en Vieques obedecía a la continuación de un amplio programa investigativo, orientado a la reconstruccio'n de la ruta migratoria antillana del saladoide y a su entrada y distribución en la isla de Puerto Rico. Los trabajos en referencias corresponden al Centro de Investigaciones Arqueológicas de la Universidad de Puerto Rico.

Trabajamos el area durante los meses de julio y agosto, realizando estudio la arqueológica, así como los daños irreparables causados por los saqueadores habituales. Tal investigación nos permitió certificar la amplia presencia del saladoide en todas sus manifestaciones culturales: tempranas y tardías, lo que sugiere largas permanencias y un gran crecimiento demográfico que les obligó a moverse hasta ocupar la isla de Puerto Rico. Lógicamente la demanda de consumo debió ser una de las causas principales para lanzarse en busca de territorios más amplios y de una mejor ecología marina y terrestre, ya que Vieques en su calidad de antesala oriental de Las Antillas Mayores, recibiría constante e insistentemente, la llegada de numerosos grupos migratorios procedentes del arco de Las Antillas Menores y de las costas venezolanas.

En esta primera oportunidad, mientras realizábamos un survey en el sector Sorcé mediante programáticos y sistematizados sondeos, en un recodo del río Urbano localizamos la presencia de un depósito residual totalmente desconocido hasta entonces, el cual marcamos con la letra 'Z.'

En vista de que el primer sondeo acuso un material cerámico exclusivamente con diseños incisos y sin pintura, decidimos hacer otros cortes para ampliar las evidencias. Realizamos cinco pozos, tres de ellos a mitad de la pendiente o 'jarda' al sur del río Urbano, con 1.60 m. de profundidad máxima.

Las muestras arqueológicas obtenidas estuvieron integradas por cerámica sin pintar, con ornamentación incisa y figuras modeladas incisas a modo de asas. Los trazos incisos conservan evidencias de haber estado rellenos de una pasta blanca y en algunos casos rosada, que hace resaltar el diseño. El rasgo más destacado es el entrecruzado en zonas (cross-hatched), el cual es considerado como marcador de tiempo para el saladoide mas temprano, tanto en la costa oriental de Venezuela, como en las Antillas Menores y en Puerto Rico.

Colectamos dos cuentas discoidales planas-convexas, perforadas al centro y talladas en peridotita verde. Obtuvimos un sello o pintadera

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de forma cónica perforado en el extremo superior del mango o agar­radera, con un diseño inciso en la cara inferior de su base discoidal, que posiblemente representa un sapo estilizado. Completaron los elementos asociados: dos hachas de concha de caracol con file biselado, numerosos fragmentos de burén, una hacha petaloide y un machacador lítico. Este último aun conserva residuous de una materia blanca semejante a la utilizada para rellenar las lineas incisas de sus diseños. En este depósito abundan las microlascas de cuarzo, de pedernal y de calcita cristalizada.

Los restos alimenticios obtenidos fueron similares a los del saladoide: cobos (CITARIUN PICA) STROMBUS GIGAS y COSTATUS, JUEYES, AVES, reptiles, peces y jutia. Observamos excepciones tales como: ausencias casi total de neritinas y donax, de manatí y de quelonios. El fondo presenta una gruesa acumulación de CITARIUM PICA y de MOLUSCOS DE TIERRA, específicamente: P. CAROCOLLA.

La composición del deposito es: Tierra, ceniza, arena y una base endurecida de aluvión amarillento-parduzco.

En esta segunda oportunidad excavamos en trincheras con el propósito de unir los cortes anteriores, al método de excavación horizontal. Al concluir una área de seis por cuatro metros y un máximo de dos metros sesenta centímetros de profundidad (Fig. 11), pudimos apreciar que estábamos frente a una nueva migración agroalfarera desconocida como tal hasta el momento, ya que sus rasgos mas peculiares: diseño inciso entrecruzado e incisos rellenos de blanco, ingredientes culturales saladóides.

Tales trabajos nos permitieron confirmar la exclusividad de su cerámica con ornamentación incisa y la total ausencia de pintura. Encontramos ciento cinco amuletos-cuentas zoomorfas de diferentes materias líticas y otro tanto en adornos corporales realizados en nácar o concha de madre-perla. Las hachas líticas y de concha, así como otros artefactos domésticos aumentaron su presencia en forma abrumadora.

Obviamente la importancia de los resultado expuestos exigía una pronta y mas amplia intervención profesional en el area 'Z' y en los sectores saladóides de Sorcé. Para tales efecto* programamos cinco meses de excavación en 1979- En la actualidad estamos cumpliendo con el programa en Vie>ues.

Esta tercera etapa confirma lo anteriormente señalado y aporta la presencia de unos grandes amuletos bimorfos y polimorfos, con repre­sentaciones combinadas de ornitomorfas, zoomorfas y antropomorfas. Este tipo de amuleto fué tallado preferentemente en serpentinita y en jadeita verde.

A continuación hablaremos en las tres etapas de excavación en el area *Z,' en la: cerámica, lítica, concha y restos alimenticios. No hay evidencias de enterramientos humanos. Es frecuente colectar partes óseas de perro, específicamente mandíbulas y cráneos.

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LOS MATERIALES

CERÁMICA: Técnica de manufactura: enrollado. Superficies alisadas y en algunos casos ligeramente pulidas. Cochura buena y regular. Desengrasantes finos y medianos, generalmente calizos. Es frecuente observar en la supeficie de los fragmentos cerámicos, pequeñas partículas brillantes amarillentas de origen micoso, que el vulgo confunde con granos de arena aurífera. El color varía de pardo-amarillento a diferentes tonalidades rojizas. Es frecuenta la presencia de manchas de humo, producto del horno alfarero.

El ajuar cerámico esta compuesto por una variedad de formas bajas y altas, la mayoría de uso doméstico culinario, las cuales lucen asas acintadas. En algunos casos se presentan simples sin aditamentos funcionales, ni elementos decorativos. La ornamentación más simplista la apreciamos en unas discretas protuberancias que interrumpen la horizontalidad del borde y que son producto de la aplicación por parejas, de pequeñas bolitas de barro aplanadas.

Los rasgos y técnicas decorativas están constituidos por repre­sentaciones figurativas modeladas incisas unos que están rellenos de una pasta blanca o en pocos casos roja. La ornamentación incisa más popular de La Hueca es el entrecruzado en zonas (cross-hatched) (Fig. 4). Estudios microscópicos de los trazos incisos de esta cerámica nos indican que todos estuvieron rellenos indistintamente de una pasta blanca o rojiza cuya function es destacar el diseño por contraste de color con la tonalidad natural de la pasta cerámica utilizada en la elaboración del recipiente.

Entre sus vasijas mas atractivas están las asimétricas-elipticas de apariencias 'aladas,' con uno de sus extremos tabular y el opuesto con una asa figurativa que se proyecta sobre el borde, arrancando desde una protuberancia cupular a mitad de la panza. Ambas áreas están ricamente decoradas con diseños geométricos donde intervienen la espiral, los arcos y los trazos angulares. Aquí es donde con más frecuencia se ha conservado in-situ la pasta blanca o roja que rellena la incisión (Figs. 1 y 3).

Los apéndices tabulares representan un triangulo rematado por una o dos pequeñas bolitas aplanadas que regularmente lucen cortas incisiones, círculos y puntos. En algunos casos están perforadas en su base.

Las protuberancias que apoyan las asas figurativas se presentan huecas en el interior de las vasijas y en muchos casos están doblemente perforadas posiblemente para colgar (Fig. 2). Tenemos dos muestras donde el adorno figurativo fué colocado en la parte interior del borde, con ahuecamiento exterior, cuya colocación rompe el patron regular de este complejo cultural. Las consideramos variantes.

Entre las asas figurativas modeladas incisas podemos identificar el perro doméstico aborigen.

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En algunos casos podemos identificar representaciones ornito-morfas y antropomorfas (Fig. 1). Los elementos ornamentales de todas estas figuras están basados en el trazo de líneas incisas y de pequeñas bolitas de barro que adornan los con tornos y completan los rasgos fisonómicos mediantes rayas, puntos o hundimientos centrales. Todas las representaciones de ojos son circulares con un punto central.

Es frecuente poder interpretar un aparente bimorfismo en estas asas que se asoman sobre el borde, ya que aparte de la expresión frontal el diseño que engalana la parte posterior de la figura, parece exponer una segunda expresión, esta vez antropomorfa (Fig. 2).

Entre los recipientes ornamentados de mucha profundidad incluyen uno flexado de borde ancho y ligeramente inclinado hacia el interior, totalmente ornamentado, cuya extensión desde el ángulo de flexión hasta el labio fluctua de siete a nueve centímetros. En esta variedad de recipiente hay apéndices <figurativos aplicados lateralmente que en algunos casos representan perros trepando.

Otras formas de recipientes están representadas por: potizas de cuellos bulbosos; garrafas con tres asas en D, botón y punto; vasos-libatorios con apéndices tubulares cuyos diámetros fluctúan de cinco a cuarenticinco milímetros. Pequeñas y medianas escudillas PARA LA ASPIRACIÓN DE LA COHOBA, estas se encuentran dotadas de dos pequeños tubos que se acomodan en las fosas nasales para la function de aspirar el contenido de la escudilla. Generalmente la proyección de los dos pequeños tubos es parte capital de asas tabulares figurativas o representan extrememidades humanoides. Es frecuente encontrar los tubos fragmentados y separados del recipiente, lo que muchas veces se presta a confundirlos como partes de pipas.

También están presentes los pedestales-anulares, simples y ornamentados, así como la existencia del clásico botón exterior perforado transversalmente por una fina punzada.

Los elementos cerámicos asociados están representados por incensarios y burenes. Entre los burenes se destacan dos fragmentos con borde alto, apartándose un poco de la forma convencional de este artefacto de cocina en Las Antillas Mayores.

En la parte posterior de treintisiete fragmentos de burenes presentan huellas impresas de tejidos acordonados y de cestería como reportó Jong (1974, p. 14).

Los incensarios o troumassees están representados por unos cilindros de barro mal cocidos y de pobre elaboración, los cuales fueron confeccionados utilizando una pasta con granos calizos gruesos. La tapa que cubre uno de sus extremos luce una abertura circular con reborde, con diámetro de dos centímetros. El borde, reforzado con un mayor engrosamiento, tiene unos apéndices laterales por parejas que pueden fungir de agarraderas.

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CARACTERÍSTICAS Y RASGOS CERÁMICOS MAS SOBRESALIENTES DEL COMPLEJO CULTURAL LA HUECA.

- Vasijas de formas aladas - vasijas flexadas - vasijas simples campanulares - vasijas gemelas - vasijas divididas al centro - vasijas globulares - asas en D con botón y punto - asas tabulares caladas -asas tabulares triangulares - asas figurativas modeladas incisas - Asas acintadas - botellas o potizas de tres asas - Incensarios - vasos -libatorios - vasos efigies - vasos aspiratorios nasales - discos (fichas) - burén (convencional y con borde alto) - topia - pedestales anulares - botón exterior con una fina perforación transversal -cubierta interior negra-brillante - incisco relleno de blanco - inciso relleno de rojo - inciso entrecruzado en zonas - diseño en espiral y grecas -

En la cerámica de La Hueca vemos por primera vez el diseño entrecruzado en zonas, aplicado sobre superficie negra, cuyas muestras corresponden tanto a bordes interiores como a panzas de pequeñas vasijas, en las cuales su aplicación es exterior.

LITICA: La litica utilitaria está representa por hachas: petaloides, rectangulares-biplanas y petaloides-truncas, machacadores, hachas-macahadores, yuncues, afiladores, morteros y una gran variedad de lascas y microlascas de: cuarzo, pedernal, calcita-cristalizada, andesita, obsidiana-de-Las-Antillas-Menores, peridotita, serpentina y otras variedades de rocas silíceas verdes. En corales marinos hay guayos, pulidores y limas.

ARTEFACTOS:

Colectamos numerosos y variados artefactos líticos, entre los que se destacan los destrales de apariencias petaloides, de las cuales algunas presentan la doble función de hacha y machacador. Este tipo de destral fué confeccionado con un filo bien definido en su parte más ancha o pala y una sección roma en el extremo opuesto con huellas de uso por percusión. En algunos casos podemos observar evidencias de que estos artefactos también fueron usados como martillos (Fig. 9).

Las superficies son ligeramente pulidas, excepto la sección filosa que siempre esta bruñida, condición que a veces se extiende hasta la mitad de ambas caras del hacha. Las áreas laterales regularmente conservan la superficie áspera. Es frecuente también un tipo de destral que lucen procesos de lasqueos bifaciales y retoques margin­ales, lo que posiblemente obedece a etapas primarias de elaboración o/a manifestaciones de supervivencias arcaicas. Las muestras más finamente pulidas y de contornos mejores definidos tienen los costados planos y ásperos, sugiriendo otros usos por esa parte de las hachas. No desestimamos la posibilidad de que algunos de estos estrales se utilizaron enmangados.

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Entre sus variadas formas podemos identificar unas que se acercan a las hachas rectangulares, pero sin que se les pueda catalogar entre los grupos de las plano-convexas. No obstante estas formas están muy bien representadas en las hachas de concha.

Para la confección de estos destrales la peridotita verde fué la materia prima preferida, posiblemente por su dureza de 5 a 6 en la escala de Mohs.

Incluyen los artefactos líticos yunques masivos, machacadores-discoidales, asi como grandes 'pulidores' - acanalados, a los cuales se les ha venido atribuyendo funciones de afiladores de hachas, por sus ranuras. Con perfecta trayectoria rectilínea y la forma semicircular de sus cortes sección-transversal, nos sugieren otros usos tales como la posible función de calibradores horizontales para vastagos de flechas. Una hacha rústica de excepcional tamaño, con filo biselado, y un gran chopper (los dos de la época preceramica) completan la variedad de artefactos líticos.

Es de nuestra consideración que la apreciable cantidad de arte­factos Uticos y el abrumador porcentaje de microlascas de diferentes materias primas constituyen una sólida evidencia de talleres de gran actividad artesanal, propia de pueblos organizados y muy bien estable­cidos.

CONCHA: En la concha se destacan las típicas 'copas' o vasijas elaboradas en el caracol del molusco marino Casis tuberosa, cuyo interior fué ahuecado mediante el corte y extracción de la colunela. Hay una apreciable y variada frecuencia de 'hachas' o destrales para usos no contundentes, cuyas formas fluctúan desde la petaloide hasta la rectangular plano-convexa. Están muy bien representados los picos de mano extraídos del labio de los Strombus y del Casis tuberosa, pequeños raspadores aprovechados del Strombus pugilis 'cúspides' o 'cuernos' de los Strombus gigas y costatus. De estos mismos caracoles hay una variedad de instrumentos tales como punzones o buriles y otros que consideramos intervinieron en la elaboración de la cerámica. Para utilizarse como adornos corporales está presente la Oliva-sonora, (Oliva reticulata) perforadas en uno de sus lados cerca del ápice.

ARTEFACTOS DE CONCHA:

Similar a la litica, la concha rememora la producción arcaica. Como ejemplos típicos de la manufactura y supervivencia arcaica, podemos citar las 'copas' confeccionadas en el caracol del molusco marino Casis tuberosa, las cuales se mantienen hasta los niveles más tempranos del saladoide antillano.

Con igual frecuencia se encuentran los 'punzones' extraídos del extremo inferior de la colunela o espiral del Strombus gigas y del costatus. De este artefacto el manicuaroide confecciono las conocidas y muy discutidas gubias, que vuelven a estar presentes en los sectores

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preceramicos de Cuba, talvez un caso de paralelismo cultural en Las Antillas.

Con la misma proporción se colectan las apófisis conoides cortadas del contorno superior de los Strombus y que generalmente transformaron en diminutos cemies de 'tres puntas,' que bien podemos considerarles como el 'proto-cemi o proto-trigonolito' los cuales más tarde en Puerto Rico y en la República Dominicana adquieren su máximo desarrollo.

Siguen en frecuencia los pequeños raspadores desprendidos del labio y manto del Strombus pugilis y una variedad de artefactos que por sus formas y acomodación en la mano, debieron ser instrumentos que intervinieron en las diversas actividades artesanales, como la cerámica.

De la variada tipología de artefactos de concha, lo más estético y bien elaborado está representado por numerosas hachas simétricas y de contornos correctamente cortados. El artefacto-hacha, obviamente destrales, varía en tamaño entre nueve a trece centímetros de largo, siempre dentro de los conceptos petaloides y rectangulares plano­convexos, con palas biseladas para producir el filo. Es posible que estas muestras muchas veces clasificadas como artefactos Caribes más tarde colectaremos en las islas, asociadas a la producción cultural taina y saladoide respectivamente (Fig. 10).

Tal como hemos indicado, estas hachas están dotados de filo, logrado mediante biseles unifaciales y bifaciales. Los costados generalmente son planos por desgastes intencionales. El extremo superior es romo y en muy pocos ejemplares se pueden apreciar huellas de usos contundentes. La numerosa presencia de instrumentos líticos y de concha evidencian una gran actividad agrícola y maderera en el pueblo de La Hueca.

ADORNOS CORPORALES: Los adornos corporales están representados por una fina y expresiva artesanía, elaborada en amatista, ágata, turquesa, blenda, jadeita, peridotita, serpentina calcita cristalizada, felde­spato, cuarso cristalizado, diorita y hormblenda. En concha (madre­perla) Pteria colymbus, Pinctada radiata, desarrollaron una delicada manufactura de adornos. Las formas más frecuentes son láminas discoidales simples y dentadas, algunas perforadas en el centro, placas cuadradas y rectangulares, asi como representaciones zoomorfas de quilopteros y de batracios, muchas veces estilizadas mediantes cortes esquemáticos.

Completan los adornos corporales una gran variedad de cuentas para collar, de diferentes formas y tamaños, elaboradas en piedra, en concha y en vértebras de peces.

AMULETOS LITICOS: El Complejo Cultural de La Hueca desarrollo una sorprendente y proliféra industria lapidaria, aplicada a la repre­sentación figurativa antropomorfa, zoomorfa, ornito-morfa y posible­mente de grandes y pequeños coleoteros como el cocuyo (Pyrophorus luminosas).

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Las representaciones de mayor frecuencia son las que tentativa­mente estamos llamando amuletos-cuentas tipo 'cocuyo' y otro de menor frecuencia tipo 'sapito'. Consideramos que estos amuletos-cuentas debieron corresponder a collares específicos de cada tipo de materia prima, aunque también cabe la posibilidad de que combinaran las variedades de color para lograr efectos visuales más atractivos (Fig. 5).

Mientras colectábamos las numerosas cuentas-amuletos observábamos presencia de unos fragmentos de tallas líticas, específicamente en serpentina 'maciza' de brillo jabonoso, correspondientes a otras formas de amuletos de grandes dimensiones y de expresiones bimorfas y polimorfas.

Fué en el corte Z-14 a un metro de profundidad donde obtuvimos el primer amuleto-bimorfo completo, perfectamente tallado en una gruesa lasca de jadeita verde. La doble representación de este ejemplar esta integrada por una cabeza humana en uno de sus extremos y en el otro una ave de pico curvo y agudo como las de rapiña, a la cual corresponde el cuerpo del amuleto y que pretende llevar en sus garras una cabeza humana tallada en el extremo anterior (Fig. 6).

En el mismo pozo y a un metro cuarenta centímetros de profundidad, colectamos el segundo ejemplar también completo, de este novedoso tipo de amuleto-bimorfo. Esta segunda muestra difiere de la primera en que no lleva una cabeza humana atrapada entre sus garras, sino una ave o pichón con lo que posiblemente trataron de representar una acción maternal o un acto de cacería.

La tercera muestra completa de amuletos-bimorfos la colectamos en el fondo del pozo: Z-C, a dos metros sesenta centímetros de profundi­dad, tallado en serpentinita verde claro. Como los anteriores representa un ave de rapiña similar al Conder de Los Andes; la identi­ficación no es definitiva. Este ejemplar pretende sostener entre las garras una cabeza humana hábilmente estilizada, la cual puede inter­pretarse desde diferentes ángulos.

Estos amuletos-bimorfos posiblemente quizo representar escenas de su diario vivir o rememorar algunos pasajes mitológicos donde inter­vienen el hombre y el ave como figuras prepotentes. Tal vez la manifestación ornitomorfa básica la estamos identificando con el Condor de Los Andes, de ser correcta nuestras interpretaciones la gente de La Hueca tendria sus orígenes en algún lugar cercano a la cordillera andina.

Fewkes (1907) describe el amuleto de Trinidad como la represen­tación de una ave o de un aragnido (alacrán o escorpión). Esta es la única referencia material a que podemos hacer alusión.

Aunque con limitada frecuencia, la diorita, el ágata y la amatista también están presentes entre las materias primas utilizadas en la fabricación de cuentas para collares. Precisamente en el corte Z-2 a

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veinte centimetros de profundidad colectamos un amuleto-cuenta tallado en amatista. No existe en Las Antillas otro amuleto de este tipo.

Llama nuestra atención la apreciable frecuencia de unas cuentas discoidales plano-convexas, perforadas en el centro, generalmente talladas en piedra verde que varía de serpentina a turquesa a peridotita.

Otra presencia sorprendiente fué la colecta de un diente de cocodrilo con seis perforaciones, similar a otro obtenido por J. M. Cruxent en la estación cabecera de Río Guapo.

Otra presencia sorprendiente fué la colecta de un diente de coco­drilo con seis perforaciones, similar a otro obtenido por J. M. Cruxent en la estación cabecera de Río Guapo.

ORNAMENTOS DE CONCHA: En este complejo los adornos corporales confeccionados en concha de Strombus se limitan a numerosas cuentas para collares, pequeñas placas rectangulares con dos perforaciones laterales, cuya cara superior presenta un suave relieve piramidal. También hay discos circulares y elípticos, los cuales además de la perforación normal lucen otras perforaciones centrales más amplias la cual en algunos casos esta ligeramente desplazada del centro.

Completan los adornos corporales elaborados en caracol, dos rectángulos abovedados con diseños incisos laterales: uno este tipo occurre en Tecla-I, Guayanilla.

Entre las manifestaciones materiales de esta nueva migración agroalfarera, consideramos de extraordinario valor su delicada producción de adornos corporales finamente trabajados en nácar o madre­perla (Pteria colymbus, Roding) y (Pinctada radiata, Leach). Estos adornos representan elementos zoomorficos y ornitomorfos hábilmente recortados con microscópicas perforaciones que en muchos casos indican ojos (Fig. 7). Tales ornamentos amplian su variedad tipológica con numerosos discos simples y dentados, perforados al centro y sin peforar (Fig. 8), placas rectangulares, y una serie de formas esquemáticas estilizadas, entre las que se destacan unas de apariencias semilunares y otros de contornos alados que sugieren murciélagos estilizados. Precisamente, una muy realista representación de murciélago elaborada en madre-perla es la mejor evidencia de la maestria del aborigen de La Hueca (Fig. 7).

La existencia de estos ornamentos 'nacarados' en el Complejo La Hueca constituye otra valiosa novedad para la arqueología antillana, ya que hasta el momento conociamos su discreta presencia en los asenta­mientos saladoides de Las Antillas, conjuntamente con los diseños cerámicos entrecruzados en zonas, pero nunca en cantidades ni en calidades que pudiéramos considerarles modalidad específica, de tal o cual estilo o cultura aborigen.

Como podemos apreciar, la estación arqueológica de La Hueca sorprende no solo por el valioso aporte de sus ornamentos nacarados,

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sino también por la rica colección de amuletos liticos cuya producibn numérica y calidades estéticas, se han considerado por muchos años como atributos creativos de las últimas o más tardías etapas culturales del indio antillano: el TAINO.

RESTOS ALIMENTICIOS: Los restos alimenticios guardan gran similitud con los de la dieta saladoide antillana. Estos se encuentran representados en un alto porcentaje de frecuencia por JUEYES (cangrejo) COBOS (CITARIUM PICA) moluscos de tierra (P- carocolla)^ moluscos marinos (Strombus gigas y costatus), aves y peces. También hay una apreciable representación de reptiles y de hutía.

Hasta el presente solo hemos obtenido una pequeña muestra de concha de quelonio y un fragmento de costilla de manatí, como unica evidencia de este cetáceo herbívoro, los cuales en el saladoide constituyeron un complemento alimenticio muy popular. Es discreta la presencia de DONA, HERITINA y de MUREX. En cambio los huecoides incluyeron en su dieta moluscos de tierra, elemento nutritivo que no está presente en el saladoide.

A partir de un metro de profundidad los restos alimenticios comienzan a salir en estratos o pequeñas capas a veces separadas por finos depósitos de arena amarilla limpia y sin evidencias arqueológ­icas. Estas delgadas capas de arena pueden marcar pequeñas y grandes tempestades creadoras de inundaciones que barrieron la aldea, en dirección a la quebrada circundante, la cual hoy conocemos con el nombre de Urbano.

Después de dos metros de profundidad los restos alimenticios se presentan en gruesas capas que alcanzan hasta cincuenta cms., compuestas por representaciones de todos los elementos indicados, destacándose abrumadoramente los restos de jueyes, moluscos de mar y de tierra, le siguen en porcentajes las evidencias de peces y de aves. La hutía está muy bien representada, contrario a los residuarios saladoides donde este cuadrúpedo prácticamente se encuentra ausente.

Esta capa de gran espesor señala el fondo del depósito cuya profundidad máxima marco tres metros veinte centímetros, ya que se trata de un residuario de 'jarda'. Mientras más nos acercamos al centro del depósito mayor fué la profundidad. Cuando localizamos las primeras estribaciones del declive original de la 'jarda,* las profundidades comienzan a reducirse. La estructura geológica del fondo es un aluvión parduzco, con un alto porcentaje de arena hidráulica caliza amarillenta. También se observan pequeños granos de cuarzo lechozo.

Como un hallazgo extraordinario asociados a los restos alimenticios y a una profundidad de un metro ochenta centímetros, obtuvimos tres ejemplares de pequeñas mandíbulas con no más de tres centímetros de largo, las cuales fueron cortesmente identificadas, como pertenecientes a 'Nesophontes de Puerto Rico.'

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OBSERVACIONES Y CONSIDERACIONES: 1. En cuanto a la cerámica del área 'Z' en La Hueca, es muy

familiar a las características del estilo Rio Guapo según descripción de Cruxent y Rouse. Dicen los autores citados: 'Una característica unica en la ornamentación de Río Guapo es la presencia de 22 grandes protuberancias huecas. Algunas han sido aplicadas a la pared de la vasija pero otras han sido ahuecadas sobre la misma pared durante el proceso de manufactura. Son de forma hemisférica o puntiaguda y están adornadas principalmente con cabezas zoomorficas o con cadenetas y protuberancias menores' (Ob. cit. Pag. 116). 'Cuarenticinco tiestos aparecen ornamentados con asas de las que(treinta y dos son acintadas y trece unitubulares... Muchas asas poseen un perfil D, en tanto que otras forman un anillo elevándose sobre el borde de la vasija' (Ob. Cit. Pag. 116).

Todas estas características así como el diseño entrecruzado en fino rayado de Rio Guapo, lo encontramos muy bien representado en el Complejo de La Hueca . Precisamente este diseño cruzado creó un gran problema a los arqueólogos Cruxent y Rouse cuando estaban formando las series y estilos cerámicos de Venezuela.

Dicen Cruxent y Rouse: 'La alfarería de Río Guapo no se parece mucho a ninguna otra de las que hemos descrito anteriormente.

'En resumen, la alfarería de Río Guapo posee ciertas semejanzas con la serie Barrancoide tal como se presenta en El Palito, aunque tiene más en común con la serie Saladoide de la costa septentrional de Venezuela. Si la pintura blanco sobre rojo estuviera presente, nos veriamos inclinados a situar a Rio Guapo en la Serie Saladoide y a considerarlo un lazo de unión entre esta serie de la costa y el Ronquín del Orinoco Medio, asumiendo que el primero se deriva del ultimo. Sin embargo al faltar clara evidencia de la indicada pintura, solo podemos decir que no se pueden obtener conclusiones hasta que se haya realizado mas trabajo en esta área' (Ob. Cit. Pag. 117)-

•El nuestra opinión Río Guapo debe ser considerado, por ahora^ como resultado de una expansion de la serie Saladoide que se dirigió hacia el Oeste a lo largo de la costa poco después de la Era Cristiana' (Cruxent y Rouse, 1963)-

Finalmente, el estilo Río Guapo fué situado en el Período II, (segunda mitad) y en todo el Período III. CRONOLOGÍA: 270 A.D.

De todo lo expuesto se deduce que: primero: Frente a la falta de identificación del material de RÍo. Guapo con los demás estilos venezolanos hubo de ser declarado como un estilo particular con su propia personalidad. Segundo: que el diseño entrecruzado de rayado fino es un rasgo tan particular del estilo Río Guapo, que aún su presencia en otros estilos no permite su integración o inclusion como parte de las series cerámicas venezolanas, y Tercero: que la estación de Río Guapo deberá trabajarse más intensamente, para disponer de mayores evidencias arqueológicas que permitan hacer comparaciones tipológicas y cronológicas más amplias con el deposito 'Z' de La Hueca.

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Por otro lado, consideramos que la presencia de rasgos guapoides en los estilos de las series saladoides y barrancoides se debe a que su presencia en las costas orientales de Venezuela en mas temprana de lo que se indica y que bien pudo contaminarlas culturalmente a la llegada de estos. Si observamos los rasgos y las características de Saladero en el Orinoco Bajo y aun también las de Ronquín en el Orinoco Medio, veremos que la serie saladoide comienza a enriquecerse estilísticamente en la costa, logrando su máximo apogeo cultural en las islas antill­anas, a la vez que debe confrontar otro tipo de ecología y medio ambiente.

No debemos desestimar en el caso de obtener fechas mas tempranas para el estilo Guapoide, que este fuera el mayor contaminante de los saladoides, ya que muchos de sus rasgos y características están pre­sente en el saladoide antillano y en el de la costa. Si la parentela de los huecoides y los guapoides es correcta, el deposito de La Hueca jugará un papel determinante para las nuevas clasificaciones de nuestros desarrollos aborígenes.

2. Volviendo al Complejo cultural de La Hueca, hemos podido observar que se trata de un grupo de avanzada que llego a Vieques completamente puro y sin contaminación saladoide. En veinticinco pozos de dos por dos metros de superficie y profundidades que varian desde cuarenta centímetros hasta tres metros veinte centímetros, solo hemos colectado veintiún fragmentos pintados, obviamente de tipología saladoide, habiéndose obtenido ninguno por debajo de un metro de profundidad.

En cambio, en la terraza ocupada totalmente por la gente saladoide, las manifestaciones huecoides están presentes a nivel de convivencia, aunque no en alto porcentaje de frecuencia.

Entre las teorías que estamos elaborando, vemos a los huecoides como la base cultural propiciatoria para la creación del estilo ostionoide. También consideramos que son ellos quienes mas tarde se transforman independientemente en lo que hoy conocemos como cultura TAINA.

No desestimamos que los estilos ostionoides y chicoides ab-sorvieran algo de las manifestaciones culturales saladoides, pero no es la pintura lo fundamental en los rasgos de la cerámica Taina, sino el modelado y los disenos incisos, así como su rica gama de amuletos líticos y de concha solo comparables con la producción huecoide. Mientras que el saladoide y su atractiva ornamentación pintada se diluyen lentamente a su paso por Las Antillas Mayores.

Otro aspecto que enlaza culturalmente con los TAINOS son las numerosas evidencias en los huecoides de un alto ceremonial religioso. Las muestras más convincentes están representadas por vasos-efigies y por la frecuencia de recipientes para la preparación y aspiración de la cohoba. No obstante, donde este concepto se reafirma con mayor solidez es en la impresionante producción de amuletos líticos.

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En cuanto al surgimiento del ostionoide como estilo o quiza como una subcultura que se desarrolla paralelamente a los saladoides en la isla de Puerto Rico, no dudamos que las directrices culturales básicas están en el Complejo Cultural de la Hueca. Veamos: el color rosado o tonalidad rojiza con que rellenan los huecoides las incisiones de sus diseños es el mismo que mas tarde identificará la cerámica pintada de los ostionoides.

Con referencia a la cerámica, es en los huecoides donde encontramos los primeros asomos de vasijas naviculares y del modelado inciso con apariencias simiescas, que más tarde serán características del ostionoide puertorriqueño.

Una pregunta preocupa nuestras investigaciones: qué pas6 con el diseño entrecruzado en fino rayado. Por qué no fué adoptado por los ostionoides y por los tainos. Posiblemente la causa vamos a encontrarla en un cambio de criterio generacional, muy frecuente en el indio. Por esta y otras causas desaparecen y se modifican muchos de los rasgos y características originales. No obstante, recomendamos prestarle especial atención a las investigaciones del arqueólogo norteamericano Donald Lathrap, referente a la ruta y desarrollo del diseño entrecruzado inciso en el oeste de suramérica.

3. La industria lapidaria del Complejo Cultural de La Hueca consideramos de mayor importancia. Localizamos nueve amuletos-cuentas agrupados en el nivel un metro ochenta centímetros del pozo Z-C, con la particularidad de conservar aún minúsculas cuentas de concha y de piedra verde, incrustadas en los extremos de la perforación para colgar. E5ta es indiscutiblemente evidencia de una amplia y experi­mentada tradición lapidaria. Otra información intersante fué la colecta de un fragmento de amuleto-bimorfo correspondiente a la cabeza del ave, con un minúsculo disco de concha roja incrustado en uno de sus ojos. Esta muestra fué obtenida en el corte Z-13 a dos metros veinte centímetros de profundidad.

4. Entre las observaciones que merecen volver a citarse esta la abrumadora presencia de hachas líticas y de concha, que evidencian un conglomerado social con un activo desarrolo agrícola y maderero. La forma de más alto porcentaje en estos destrales líticos es la petaloide. En los destrales de concha las formas son más variadas, sobresaliendo las petaloides y las rectangulares plano-convexas.

La presencia de 'copas' y 'fotutos* preparados en Casis tuberosa en indistintamente en Charonia variegata, no tenemos dudas de que constituyen valiosas evidencias de la supervivencias precerámica, cuyas muestras abundan en el Complejo de La Hueca así como en todos los depósitos saladoides en la terraza de Sorcé.

CRONOLOGÍA: (Obtenida de carbón)

Pozo: Z 8 : 2.00 - 2.10 m. : 159 AD Í 8 5

Pozo: Z 11 : 1.90 - 2.00 m. : 2H4 AD Í 8 5

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Consideramos que nuestro descrubrimiento en La Hueca - Vieques respaldade por las cuantiosas evidencias cerámicas, líticas y de concha, obtenidas en el área Z, permitirá deslindar lo que corresponde estilística y culturalmente a esta nueva migración agroalfarera y lo que en realidad es propio del desarrollo saladoide.

Es de nuestra estimación que con este nuevo aporte los conceptos clasificatorios referentes a las migraciones y a los desarrollos culturales del aborigen agroalfarero antillano deberán someterse & una rigurosa revisión que permita introducir cambios portinentes, según las pautas que sugieren las claras evidencias materiales del Complejo Cultural de La Hueca.

NOTA: Queremos dejar constancia y manifestaciones de reconocimiento, así como nuestros más sinceros agradecimientos al Dr- Charles A. Woods por identificar las mandíbulas de Nesophontes, A la Sta. Linda S. Robinson por clasificarnos los moluscos de tierra (P- Corocolla), al señor José Feo. Orlando y al Dr. Clifford Evans, por sus eficientes colaboraciones.

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Warmke, Germaine L. & R. Tucker Abbott. Caribbean Seashells. 1962.

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Figure 1. Asa figurativa modelada incisa. Corresponde a vasijas de formas aladas. Obsérvese la prominencia cupular donde descansa la figura.

Figure 2. Parte posterior de la figura anterior. Obsérvense las bolitas de barro que completan la fisonomía expresada. La base abovedada luce dos perforaciones. En este ejemplar se puede apreciar la doble expresión figurativo u bimorfismo cerámico.

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Figure 3. Asa tabular típica con diseño inciso relleno de blanco. Corresponde al otro extremo de las vasijas aladas. Obsérvese la ornamentación entrecruzada en zonas.

Figure 4. Variedad de diseños incisos rellenos de blanco.

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Figure 5. Variedad tipológica de los amuletos-cuentas. Su frecuencia fué tan numerosa, que algunos de nuestros cortes de 2 x 2 x 3 Mts. aportó más de ochenta muestras.

Figure 6. Amuletos-bimorfos y polimorfos. Algunos fueron tallados en gruesas lascas de jadeita. Su presencia también estuvo distribuida por toda el área 'Z.1

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Figure 7. Adornos figurativos elaborados en nácar madre-perla. (PTERIA COLYMBÜS, Roding) y (PINCTADA RADIATA, Leach).

Figure 8. Otras formas de ornamentos confeccionados en nácar o madre­perla .

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Figure 9- Variedad de hachas y machacadores líticos.

Figure 10. Variedad de hachas de concha. Obsérvense arriba las formas rectangulares plano-convexas y abajo las petaloides.

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Figure 11. Un aspecto de la excavación en el area 'Z' de La Hueca. Profundidad: 2.25 m.

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