lección inaugural uned. curso 2011- · pdf filepor don tomás marín...

LECCIÓN INAUGURAL UNED. CURSO 2011-2012

Pedro A. López Gayarre

ComienzoSaludos autoridades civiles y académicas. Profesores tutores. Damas

y caballeros. Amigos y amigas.Especialmente al director del Centro Asociado Enrique Martínez de

la Casa que me permite volver a la que fue mi casa durante años. No es tanfácil que a uno le reconozcan en su propia casa y eso lo ha hecho Enrique.Quizás tendré que jubilarme para dar esta misma lección en mi propio Ins-tituto. Uno siempre tiene la esperanza de que el reconocimiento sobre todole venga de los más cercanos. Ya se sabe aquello de compañeros y sin em-bargo amigos.

La UNED mi casaEstudiante: cuando pensar en una sede como la actual era una qui-

mera…, no existían apenas profesores tutores y los exámenes se realiza-ban en la Casa de la Cultura, en el Instituto Padre Mariana, o en la antiguasede del Banco de España y…

Luego Profesor tutor de Paleografía en la carrera de Filología. Rei-vindicación de la figura del profesor tutor. Vamos a aceptar la dificultad dela compensación económica acorde con el esfuerzo que supone la prepa-ración de clases de nivel universitario en carreras, por no ir más lejos comoHistoria o Derecho, sí al menos el reconocimiento de su labor en el ámbitoprofesional o académico. Un cursillo de diez horas sobre la más peregrinade las disciplinas que a cualquier docente puede ocurrírsele, tiene mayorvaloración que diez cursos de docencia en la UNED. Esa es la causa fun-damental de que yo no esté en esta casa. Eso tan simple que se llama ca-riño y consideración y que en el día de hoy siento por parte de todos.

En la UNED : Paleografía. La disciplina que aprendí aquí con lasextraordinarias unidades didácticas debidas al equipo docente dirigidopor Don Tomás Marín Martínez y Don José Manuel Ruiz Asensio, y en losque se trufaron los consejos de Don Clemente Palencia… Entonces ejercíayo de maestro rural, título que llevo como una medalla, en Lucillos, y mu-chos días iba a tomar café con él a su casa, donde aparecía al desnudo lavida de viejo y sabio, más preocupado por Doña Leonor de Guzmán o elinfante don Juan Manuel, que por el calzado que tenía que ponerse parasalir a la calle. Allí estaba yo en una de esas escuelas rurales donde el maes-tro atendía cuatro cursos de la antigua EGB y por ahí andan algunos demis alumnos ya cuarentones.

Paleografía, sin la cual no hubiera sido posible esta Historia Docu-mental del Urbanismo en Talavera 1450-1700 que es la base de esta leccióninaugural.

Un soneto me manda hacer Violante, digo Enrique, que catorce ver-sos dicen que son media hora de lección inaugural, y que con ellos vamosmás que apañados después de oírnos a todos y de cumplir esa máxima deDon Manuel Azaña: En Madrid o das una conferencia, o te la dan. A ellovamos.

Urbanismo en la ciudad preindustrial. Talavera ejemplo paradig-mático de tantas ciudades españolas.

Cuerpo de la lecciónMi trabajo. Libros de acuerdos. 1.600 fichas reducidas a poco más de

mil. Organizadas en ocho ejes temáticos .Como se demuestra en el desarrollo de esos ocho ejes temáticos, la

imagen urbana de Talavera cambiará radicalmente a lo largo de estos dossiglos y medio que comprende el trabajo.

La estabilidad que la monarquía nacida de los Reyes Católicos, im-pone como un signo de los tiempos en el conjunto de los reinos hispáni-cos, hace innecesaria la función defensiva que los núcleos urbanos habíanejercido sobre el territorio. Las murallas, elemento fundamental de la ciu-dad, cambian su función hacía el control fiscal y sanitario, transformán-dose en simples cercas, que antes que defender, ponen límites a lo urbano.La expansión del núcleo originario, que mantiene su carácter simbólico depermanencia del poder, viene acompañada del traslado de las nuevas fun-

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ciones económicas, fundamentalmente comerciales, hacía las zonas en quela villa crece y demuestra su vitalidad.

El otro gran factor de transformación de la villa viene dado por la fie-bre de renovación religiosa que vive la sociedad española. De los catorceconventos y monasterios de monjas y frailes que al final del siglo XVII exis-tían en Talavera, sólo los dos de monjas (Beatas y Benitas) y dos de frailes(Trinitarios y Jerónimos) estaban asentados en la villa antes de 1450. Losdiez restantes responden al impulso de renovación que el proceso de Re-forma- Contrarreforma impulsa. Serán los conventos, espacios de renova-ción espiritual que actúan como renovadores del espacio urbano,ocupando extensas áreas, en muchos casos centrales, que se integran en latrama urbana dotándola de una nueva carga simbólica. La integración delos nuevos conventos y su expansión en las diversas partes de la villa, es,junto a la ocupación del espacio libre en la denominada barbacana del pri-mer recinto de murallas, y de las restantes cercas, la operación urbanísticade mayor profundidad.

Pero la renovación espiritual que vive la sociedad española habríasido imposible sin la base material de la prosperidad que se vive en losreinados de los dos primeros Austrias con las Indias Occidentales comofondo. Las ciudades no se hacen sin habitantes y Talavera, como la ma-yoría de los reinos que aglutina la Monarquía Hispánica vive en el sigloXVI un periodo de crecimiento que se quiebra a partir de la segunda mitaddel siguiente siglo. La villa se construye a partir del crecimiento de una po-blación que evoluciona adaptándose a las nuevas funciones que exige lanueva sociedad.

Afortunadamente, junto a los libros de acuerdos del Ayuntamientotenemos un documento gráfico de la época que nos ayuda a complemen-tar esas arquitecturas “literarias”. Anton Van der Vyrgaerden, Antón delas Viñas, en castizo, en 1567 dibujó una panorámica coloreada de Tala-vera indispensable para completar nuestra visión documental urbana.

Con el río Tajo en primer plano, y el puente, que ya muestra unosachaques que mantendrá hasta nuestros días, la primera muralla despliegaen los signos de su decadencia el papel vital que ha dejado de cumplirhace ya años. Será la primera y última vez que tengamos la oportunidadde contemplar la potencia del complejo defensivo desplegado para guar-dar la villa y sus habitantes.

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Detrás, de las murallas Van der Virgaerden dibuja, con esa maneratan topográfica y característica, que le valió en algún momento,la sospechade ser un espía al servicio de la insurrección de los Paises Bajos y de losenemigos del “Rey prudente”, los detalles de la villa que crece.

En la parte inferior izquierda del dibujo, correspondiente al oestede la villa, una leyenda localiza mediante letras mayúsculas hasta veinti-trés edificios notables de la villa, desde el alcázar (catyella antiqua) a laiglesia mayor, las diversas parroquias, conventos, ermitas, puertas, torresy casas destacadas del momento.

La reconstrucción de esa imagen urbana ideal, a través de los cam-bios experimentados en estos dos siglos y medio será la base de esta lec-ción inaugural.

Estructura y dinámicas urbanas El análisis de la estructura urbana de la villa de Talavera lo aborda-

remos a través de los siguientes elementos:1.- Cuerpo de la villa.2.- Arrabales mayores o nuevos.3.- Arrabales menores o viejos.4.- Núcleos periurbanos.

1.- La villa. El Cuerpo de la villa. Lugar central de representación insti-tucional.

Cosme Gómez Tejada de los Reyes, que escribe su Historia de Tala-vera bien entrado el siglo XVII definía la estructura de la villa y el pri-mero, de sus tres recintos amurallados, núcleo original de su formación,de esta forma: “Podemos dividirla en tres partes, según tres muros que laciñen y, aún del todo lo comprehenden; el primero y el más antiguo yfuerte, forma una citadela capaz de recibir al pueblo aunque fuera muchomaior en los aprietos de la guerra. Diez y siete torres entrarías o albarra-nas le cercan y fortalecen mui altas y gruesas que salen gran espacio fueradel muro y por sus arcos y altas puertas corre la estrada encuvierta. Grannúmero de torres menores, y cubos con su barbacana que las defiende,obra insigne y admirable de mampostería y sillería…”(1)

Se trata del espacio abrazado por el primer recinto de murallas, co-nocido como la Villa, o Cuerpo de la Villa, indiscutible núcleo fundacional,


en el que persistirán, con apenas variaciones a lo largo del periodo estu-diado, las funciones institucionales y de representación, que manteníadesde su nacimiento. El papel de centro de la vida urbana de este espacio,quedará marcado de una manera definitiva, por la carga simbólica queacabará concentrando la plaza que tras conocerse como de Santa María,acaba denominándose del Pan.

A mediados del siglo XV, el alcázar, como residencia y centro delpoder de los señores de la villa, había perdido todo el peso que en la agi-tada vida política bajomedieval había tenido, y que se pone ahora dramá-ticamente de manifiesto, en el desinterés con que la autoridad arzobispaltrata los asuntos que tienen que ver con su mantenimiento. Situado en suextremo sureste, lo que fue un centro de poder, se convierte inexorable-mente en un complejo de edificios que caminan hacia la ruina y el aban-dono. Su cesión a los Agustinos Recoletos, para su aprovechamiento comohuerto en el siglo XVII, ilustra con elocuencia su definitiva decadencia.

La iglesia Colegial de Santa María, centro sobre el que gravita lavida religiosa de la villa, controlada por su poderoso cabildo, acaba gene-rando, de una manera natural, el nuevo centro administrativo, a partir dela costumbre, mantenida desde época medieval, de los concejos domini-cales abiertos “a campana tañida” celebrados en el atrio de la iglesia bajolas siete arquivoltas del arco de entrada.

Aunque en un momento del nuevo siglo XVI exista una tentativa desituar el nuevo centro administrativo de la villa en la plaza Pública, adondese desplaza la vida económica, definitivamente las casas de Ayuntamientose ubicarán, en una decisión cargada de simbolismo, frente a la Iglesia Co-legial. Se cierra así el triángulo de poder que ejercen sobre la villa, el ar-zobispo de Toledo, los canónigos de la Colegial y el Concejo, en torno a laplaza que se reafirmará como centro institucional. La consiguiente remo-delación de la plaza, hasta determinar sus dimensiones definitivas vienecargada de todo su poder simbólico.

El Cuerpo de la Villa mantendrá dentro de sus límites, además de laIglesia Colegial de Santa María, que intentará extender su preeminencia yjurisdicción a todas las demás de Talavera, las parroquias de San Pedro ySan Clemente. Está última, a pesar de vivir momentos de decadencia ensu población a principios del siglo XVI, vivirá en 1631 la anexión de la pa-rroquia de San Martín; su sede de hecho había desaparecido con la dona-


ción de su solar en 1597 a las Carmelitas del Convento de San José. Tam-bién se le añadirá a San Clemente, la población perteneciente a la iglesiadel Hospital de la Orden de Santiago, conocido como Santiago el Viejo oCristo Santiaguito, cuando los Arrabales Viejos revivan a la vida urbanacon su repoblación.

A pesar de producirse el significativo desplazamiento del cuerpo dela villa a los Arrabales Mayores o Nuevos, de las principales funciones eco-nómicas, con la función comercial como destacada, que acabará marcandoel carácter de la Talavera moderna, el cuerpo de la villa, afianzará su fun-ción de lugar central de representación, con la erección, de tres nuevosconventos que se añaden a los dos ya existentes de monjas de San Benitoy de frailes de San Jerónimo. El convento de la Encarnación de las MadresBernardas, el de Agustinos Recoletos y el convento de San Ildefonso de laCompañía de Jesús, vendrán a ocupar tres extensas áreas del cuerpo de lavilla reforzando su privilegiada centralidad. Los Agustinos Recoletos ocu-pan una zona cercana al alcázar y acaban usando los restos de la antiguafortaleza para su uso como huerta de la comunidad. Las Bernardas hacenlo mismo con un buen número de casas pertenecientes al legado de su fun-dadora. Los Jesuitas, como en Salamanca o en Toledo, se ubican en la cotamás alta de la villa, y se preocupan, porque como en las ciudades citadas,la cúpula de su iglesia acabe sobresaliendo sobre su perfil. En total son tresparroquias y cinco conventos los que se emplazan en el cuerpo de la villay se añaden a los edificios institucionales, como el ayuntamiento y el pa-lacio arzobispal, que junto al Hospital de la Misericordia, o las nuevas do-taciones de ocio que traen los tiempos, como la casa de las comediasafianzan su centralidad.

Esa centralidad, que se expresa en el triángulo de representación delos poderes del Antiguo Régimen en la Plaza de Santa María, alcanza sumayor representación formal en la celebración de las principales corridasde toros en todo tiempo y ocasión.

Cada año en las fiestas de Mondas o de los Toros, o con ocasión delas visitas reales o de los señores de la villa, en la plaza del Pan se esceni-fica, con el reparto de balcones y ventanas entre autoridades civiles y ecle-siásticas que asisten a la fiesta, el lugar central que siempre ocupará en lavida urbana.

En el Cuerpo de la Villa se concentran las casas y palacios de las


principales familias patricias y sus palacios, de ahí que desde el punto devista de la construcción, los cambios que se producen dentro de ella vie-nen determinados por la dinámica que los nuevos conventos imponen a suentorno. Sólo la ocupación de la zona interior de la primera muralla, en pa-ralelo a la ocupación de la barbacana que corresponde a los Arrabales Ma-yores, liberará un espacio que en general será ocupado por habitantesoriginales del Cuerpo de la villa que tienen sus casas en sus linderos y queanexionan estos espacios.

Las aperturas en el primer recinto, de la Puerta Nueva, en la Corre-dera, y la de la Pescadería en la calle de las Carnicerías, simbolizan de formaelocuente el peso específico que los Arrabales Mayores adquieren en la vidaurbana en relación al núcleo original de la villa. El Cuerpo de la Villa tienela necesidad de abrirse al nuevo centro comercial y económico, y a su vez,conventos como los de los Franciscanos o Trinitarios reclaman su aperturacon el fin de dar facilidades para la asistencia de las familias nobles.

2.- Arrabales Mayores o Nuevos. Dinamismo, renovación y centralidadde la vida económica de la villa.

Sin ninguna duda se constituyen en la parte más dinámica de la villay acaban siendo la mejor representación de las transformaciones que viveTalavera en el siglo XVI. La plaza de la Villa, Pública, o del Reloj, es elnuevo centro de la vida urbana, que articula su crecimiento y la dota de lasnuevas funciones que desde el punto económico y social viene a desem-peñar.

Para la formación de ese nuevo corazón de la villa tiene una impor-tancia fundamental el aprovechamiento del espacio exterior de la muralladel primer recinto amurallado. La denominada barbacana no es sino unsolar lineal, que discurre invariable con la anchura que separa la barba-cana de la muralla, desde la puerta de Sevilla, pasa por la plaza y desem-boca por la Corredera y el Charcón en la puerta de Mérida. La decisiónmunicipal de otorgar a censo ese espacio que bordea el cuerpo de la villapara la construcción de casas y tiendas es fundamental para constituirsecomo el nuevo centro de la villa y la mayor operación urbanística em-prendida en la época. La perdida función defensiva de la antigua murallamusulmana pasa a ser ahora el soporte material de las funciones comer-ciales y económicas que caracterizarán a la Talavera moderna.


Esa nueva posición en la jerarquía de los lugares urbanos dentro delplano de la nueva villa se expresa simbólicamente en el traslado a su cen-tro de la picota, en la colocación del reloj que marcará el ritmo de los nue-vos tiempos, y en el empeño y recursos que se ponen en la operacióndefinida como su “ensancho”. Es la plaza y el Arrabal Nuevo que en sigloXVII Cosme Gómez de Tejada describe así : “… viven y tienen casas desuntuosa fábrica algunos caballeros, muchos hijosdalgo, herederos u ofi-ciales y todos los mercaderes. Aquí está la plaza que llaman de la villa quees del comercio y contratación, abundante en todos mantenimientos y re-galos, caza, pesca, fruta, hortalizas. Aquí la Carnicería bien dispuesta,aseada y capaz. El Juzgado (assi se llama) y es una quadra espaciosa consilla alta y joyas alrededor, adonde los magistrados de ordinario asis-ten…”(2)

Por la plaza pasa la calle Real, que prolonga el camino entre la Corte,Toledo y Extremadura y a ella concurren de forma radial las calles que ar-ticulan estos Arrabales Nuevos o Mayores que consiguen bascular el pro-tagonismo económico y comercial del Cuerpo de la Villa que quedarelegado a la función institucional y de representación.

La muralla que ahora abraza estos Arrabales Mayores describe unasemicircunferencia que va desde la puerta de Sevilla y comprende en su re-corrido las puertas del Sol, Toledo, Zamora, de la Villa, Alcantarillas Nue-vas y de la Miel, además de diversos postigos, entraderos y puertasparticulares que irán surgiendo con el paso del tiempo y la reducción desu funciones al establecimiento de los habituales cordones sanitarios enépocas de epidemias. Será buena parte de estas cercas, a veces simples ta-pias sin bardar, las que en el siglo XVII sean una continua fuente de pro-blemas para su mantenimiento por el ayuntamiento. Las continuasconcesiones de solares en la parte exterior de estas cercas en las zonas delas puertas del Sol, de Toledo, Cañada de Alfares y Portiña del Salvador ySan Miguel contribuirían a su decadencia y desaparición.

En esa nueva área urbana se asentará buena parte de la poblaciónaristocrática e hidalga que se distribuye de una manera bastante uniformeentre las cuatro grandes parroquias, la quinta, de San Martín desapareceráen el periodo. Santa Leocadia y Santa Eugenia, Santiago el Nuevo o elMayor, San Miguel y San Salvador se repartirán una variada población enla que los mercaderes establecidos con sus casas-tiendas son parte sus-


tancial. Una población que crece significativamente en el siglo XVI, aun-que viva también, aunque no de la manera radical que lo hacen los Arra-bales Viejos, la crisis demográfica de la segunda mitad del XVI.

Todo su dinamismo se refleja en la construcción del eje que ocupa labarbacana, Carnicerías – Corredera- Charcón, pero también en las inme-diaciones de la Puerta del Sol, y de Toledo- Barrionuevo donde se detectauna notable actividad constructiva.

De los cinco conventos que acaban asentados en esta área, sólo el dela Madre de Dios existía con anterioridad, aunque las monjas realizan eltraslado del antiguo beaterio desde las inmediaciones de la parroquia deSan Miguel a la del Salvador. Franciscanos de la Observancia, Francisca-nos Descalzos, Jesuitas, y monjas Carmelitas, ubican y construyen sus con-ventos e iglesias aquí, con la consiguiente urbanización de unos espacios,que en la mayoría de los casos, habían perdido el carácter de “urbanos”.Corrales, huertos o simples solares sin edificación vienen a ser sustituidospor las fábricas de conventos que renuevan la imagen urbana con el signode los tiempos. Nunca antes se había vivido en España una fiebre religiosade renovación, como la que se vive en estos dos siglos.

Tampoco faltan edificios institucionales en los Arrabales Mayores,pues, las casas del Corregidor, la Audiencia, la alhóndiga y las cárceles dela villa, de hijosdalgos y de la Santa Hermandad se sitúan dentro de sus lí-mites y algunas de ellos se construyen o adaptan en la época.

3.- Arrabales Menores o Viejos. Revitalización urbana y vuelta a la de-cadencia.

Como vimos en el apartado dedicado a las murallas, en 1451, cuandoTalavera se apresta a su defensa, se establece el cierre de todas sus puer-tas estableciendo guardas en dos de ellas, las de Zamora y de Mérida quequedan abiertas, y que corresponden al segundo recinto amurallado quecercaba los Arrabales Nuevos o Mayores. Los Arrabales Viejos o Menoresquedaban, tanto en este momento, como setenta años después, cuando sedesate el conflicto de las Comunidades de Castilla, fuera del dispositivodefensivo de la villa. Prueba evidente del escaso peso que habían pasadoa desempeñar en la vida de la villa. Sin embargo, cuando a finales del sigloXVI se viva la epidemia general de peste que asola la Península, las puer-tas de Cuartos y de los Mesones, pertenecientes al tercer recinto, se con-


vierten junto a las del Río y de Toledo, en las cuatro puertas únicas abier-tas de su cordón sanitario.

Los Arrabales Viejos vivían momentos de despoblación después dehaber sido la sede de la parroquia de San Esteban a la que la tradición con-sidera la parroquia más antigua de Talavera. Después de una notable re-cuperación demográfica, que arranca precisamente a partir de 1521, en lasegunda mitad del siglo XVII se volverá a una decadencia que reflejaCosme Gómez Tejada de los Reyes cuando describe el estado de la cercadel tercer recinto: “… tan arruinado que se hallan pocos rastros del con serel más moderno, hiciéronle sin duda depriesa en algún aprieto de guerra,abraza un grande arrabal que habitan labradores y oficiales de lana…” (3)

La cerca de este tercer recinto arrancaba en las inmediaciones de lapuerta de la Villa y la plaza de la Cruz Verde, donde se situaba la deno-minada puerta de los Mesones y discurría por la actual calle de San Juande Dios, convento de San Ginés, Cañada de la Sierra hasta la Puerta deCuartos y volver hacia la zona de la puerta de Mérida y Entretorres.

En el primer gran momento de concesión de solares a censo paraconstruir casas por el ayuntamiento, de cuarenta y nueve solares concedi-dos, siete se conceden dentro de estos Arrabales Viejos, a los que se aña-dirían, alguno más, de los nueve, que se dan en el entorno de las puertasde Mérida, de la Miel y de la Manga. Entre 1521 y 1525 son veintinueve,más otros once posibles, sobre 115 en total, los que se conceden, y que de-muestra la reurbanización del área en la tercera década del XVI.

La historia de las tres parroquias que originariamente existieron enestos Arrabales Viejos ilustra fielmente los avatares de su población y ur-banización. San Esteban, a mediados del siglo XV, ya era sólo un recuerdo.El impulso urbanizador de la zona provocará un intento de reconstruc-ción por los vecinos a principios del siglo XVII haciéndolo dependenciade San Clemente, que no prosperará. San Ginés se anexiona a la IglesiaColegial de Santa María a finales del siglo XV por lo menguado de la po-blación, y en 1520 su edificio, junto a otros terrenos de huerta anejos, per-tenecientes a alguno de sus canónigos, se donará a la Orden de SantoDomingo para la fundación del convento que a partir de aquel momentorevitalizará la vida de esa zona.

Por fin, San Andrés, que como San Ginés había sido anexionada a laIglesia Colegial a finales del siglo XV, vuelve a funcionar como parroquia


autónoma en la tercera década del siglo XVI coincidiendo con el auge desu población y se convierte en la única parroquia que se mantiene hastaépoca contemporánea en los Arrabales Viejos.

En cuanto a fundaciones conventuales, ya hemos citado la cons-trucción del Convento de la Orden de Santo Domingo sobre la antiguaiglesia de San Ginés en 1520, que documentamos en el apartado dedicadoa los edificios religiosos. Junto a la parroquia de San Andrés, al finalizar elsiglo XVII se construiría el convento de Carmelitas Descalzos de “El Car-men”. Uno y otro ejercerán como revulsivos urbanísticos de la zona de lavilla que de forma más radical vivirá los avatares demográficos de los dossiglos.

4.- Los barrios periféricos.Además de las tres zonas comprendidas dentro de los límites de las

tres cercas, hemos comprobado a lo largo de este estudio la aparición deestas zonas periurbanas que representan el empuje urbano en los mo-mentos de crecimiento demográfico.

Su nacimiento y expansión, están ligados a veces al establecimientode mesones, tabernas y tiendas destinadas a los viajeros, como es el casodel barrio de la Trinidad, la zona de la Cruz Verde o de la Puerta de Cuar-tos. En otros casos, son establecimientos fabriles y artesanos, como tintes,almazaras o alfares, que se ubican en los alrededores de la puerta de Za-mora o en la cañada que acabará tomando el nombre de los Alfares. Al fin,no faltarán tampoco, las actividades que se sacan con toda intención, de-bido a su naturaleza, de los límites de la villa, como la casa pública, o lasenfermerías y cementerios en tiempos de epidemias.

Al menos hemos documentado las siguientes áreas urbanizadas ex-tramuros: San Lázaro, La Trinidad, San Juan, Matadero, barrio de laBomba, Cañadas, San Ginés, Puerta de Cuartos, Bárrago y la Magdalena.

Un acuerdo del ayuntamiento, de junio de 1598, en el que se encar-gaba la visita de “los barrios”, para el control de la entrada de forasteros,provenientes de lugares infectados por la epidemia de peste de aquel año,nos muestra cuales eran los límites de la villa en aquel momento y los ba-rrios que quedaban fuera de los tres recintos amurallados. Lo que revisanlos regidores son las cercas y los núcleos de población que quedan fuera deellas.


“(Al margen: Visita de los barrios) Y ansi juntos los dichos señorestrataron / y confirieron sobre la orden que se a de / tener en el guardarseesta villa por la pes- / te y se acordó y probeyo lo siguiente / El señor Bar-tolome Garray de Medrano regidor / se encargo de visitar el barrio de San-/ ta Leocadia y San Lazaro desta villa / El señor don Esteban Suarez elbarrio de / la puerta de Nazar y la puerta del Rio y alcazar / El señor donGarcia Suarez de Carbajal / dendel canpanario de San Xines / hacia laPortiña y la calle de Salmeron / hasta la pontezuela de la Portiña / questafecha de madera y el meson de / los Caualleros y todo lo que allí se yn- /cluye del barrio de San Andres fasta / la puerta de Cuartos y calles de laMadre de Dios/ Desde la dicha ponteçuela de madera / hasta la puerta deMerida y de la Miel / y calle de Olibares y Santisteban / y la calleja de SanAnton al señor / Don Cristobal de Arellano/ El señor Pedro de Alba deldicho canpa- / nario de San Xines toda la cañada del / barrio de la Bonbay toda aquella co- / marca hasta la Puerta de Çamora / El señor capitánPeralta y Fernando / de Torres regidores el barrio de / el Matadero con lacalleja detrás de la manzebia y plazuela detrás de la Trinidad hasta dar aSan Juan// El señor Don Luis de la Rua y Contreras / el barrio de la Ma-dalena y encargose a los / dichos señores cada uno en su distrito / haganbarrer y regar y visiten las casas / y mesones que les parezca necesario /y provean en todo lo que conbenga que / para ello y lo dello dependientey hacer / prisiones y lo demas que conbenga se les / dio poder y comisióncunplida…” (Acuerdos 1597-99. 26/6/1598. Folio 214v.-215)

Los barrios que se citan fuera de las murallas del Cuerpo de la Villay Arrabales Nuevos y Viejos serían:

San Lázaro, en las inmediaciones de la Puerta del Sol.La zona de la actual Cañada de la Sierra, desde San Ginés a la Puerta

de Zamora, que comprendería el denominado barrio de la Bomba, SanJuan de Dios, Tamujar y Tinajones.

El barrio del Matadero, en la que se cita la mancebía, la plazuela de-trás de la Trinidad y San Juan.

El barrio de la Magdalena en la zona de puerta de Cuartos hacia elrío.

Para acabar en la media hora prometida uno propone :Tres finales:1.- John Ford:


Ya saben. Me llamo John Ford y hago películas del oeste.Durante el rodaje de ¡Qué verde era mi valle! El jefe de producción

de la Fox se presentó en el plató y, nervioso le recordó que llevaba diezdías de retraso respecto al plan establecido. Ford alargó la mano para cogeruna copia del guión y con calma arrancó al azar veinte páginas: -“Ahoraya estamos dentro del plan”.

Claro que hay quien cuenta que después de eso añadió: ¿Lo quieresrápido o lo quieres bueno?

En contraposición nuestro Baltasar Gracián, que contra lo que po-dría suponerse su conocido “lo bueno si breve dos veces bueno”, se ex-presa un poco más largo, contradiciendo el propio adagio en su oráculomanual como: “No cansar. Suele ser pesado el hombre de un negocio, y elde un verbo. La brevedad es lisongera, y más negociante; gana por lo cor-tés lo que pierde por lo corto. Lo bueno si breve, dos veces bueno; y aúnlo malo, si poco, no tan malo. Más obran quintas esencias que fárragos; yes verdad común que hombre largo raras veces entendido, no tanto en lomaterial de la disposición cuanto en lo formal del discurso. Hay hombresque sirven más de embarazo que de adorno del universo, alhajas perdidasque todas las desvían. Excuse el discurso el embarazar, y mucho menos agrandes personajes, que viven muy ocupados, y sería peor desazonar unodellos que todo lo restante del mundo. Lo bien dicho se dice presto.” (Afo-rismo 105)

2.-Benito Pérez Galdós. “Torquemada en la hoguera”:“Fue preciso abreviar la conferencia porque a entrambos les picaba

la necesidad y en su imaginación veían el santo garbanzo” en este caso elsanto vino español que la crisis nos ha negado…

3.- ¿No hemos venido acaso a hablar de mi libro? Pues ahí lo tienen.Ahí tienen el libro. Al fin y al cabo siempre está Umbral y por lo que unoestá hoy aquí.

Contad si son treinta minutos y está hecho.


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