la paleografía en la investigación lingüística 2005

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  • 7/25/2019 La Paleografa en La Investigacin Lingstica 2005

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    Literatura y Lingstica

    ISSN: 0716-5811

    [email protected]

    Universidad Catlica Silva Henrquez

    Chile

    Contreras S., Manuel

    La paleografa en la investigacin lingstica

    Literatura y Lingstica, nm. 16, 2005, p. 0

    Universidad Catlica Silva Henrquez

    Santiago, Chile

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35201610

    Cmo citar el artculo

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    http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35201610http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=35201610http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=352&numero=5540http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35201610http://www.redalyc.org/revista.oa?id=352http://www.redalyc.org/http://www.redalyc.org/revista.oa?id=352http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35201610http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=352&numero=5540http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=35201610http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35201610http://www.redalyc.org/revista.oa?id=352
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    La paleografa en la investigacin lingstica

    Manuel Contreras S.chilenoUniversidad de Los [email protected]

    ResumenEl artculo muestra, en una primera parte, la necesidad de recurrir estatradicional ciencia auxiliar de la historia para trabajar documentalmente losaspectos del desarrollo histrico de una lengua, proporcionando unaaproximacin a la metodologa que conviene tener en cuenta para el expurgo delos textos. A continuacin, se hece referencia a los usos ortogrficos, a manerade ejemplificacin de lo sealado, concretamente se trata el uso de maysculasy minsculas y se entregan algunas observaciones sobre la puntuacin y laacentuacin, incorporando muestras de documentos del perodo colonialchileno.

    Palabras clave: - paleografa - filologa - lingstica histrica

    AbstractThis paper shows, firstly, the need to employ this helping resource of history towork on text analysis, focused on the aspects pertaining to development of thehistory of language. Thus, this provdes an approach to methods worthconsidering when revising texts. Secondly, orthographic conventions are

    mentioned as examples. These conventions are related to the use of upper- andlower-case characters, some remarks on punctuaton, and Tules on stressmarks. Lastly, samples of documents dated back from Chiles Colony period areshown.

    Key Words: - paleography - philology - historical linguistics

    Desde sus comienzos, la ciencia paleogrfica ha sido una poderosaauxiliar de la historia y, aun cuando tenga sus objetivos propios y sumetodologa, ha seguido estrechamente ligada a los derroteros de lamisma, sobre todo s consideramos que es el primer paso que cualquierestudioso en la materia debe dar si quiere asomarse por sus propios

    medios a la historia cultural de un pueblo, pues como seala Millares(1983: 6):

    "...la paleografia es, de una parte, una ciencia autnoma., que cultivadapor s misma, de acuerdo con mtodos propios y con fines especficos, sepropone explicar las razones de las diferencias morfolgicas bajo lascuales se presentan en el transcurso de los siglos los signosconvencionales de la escritura, y de otra, auxiliar principal en el examende esta (y tan solo de esta), tal como se nos ofrece en inscripciones,papiros, diplomas y libros".

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    En cuanto a su relacin con la lingstica, tal como lo indicara Nez(1994: 26), procede "el hecho de que la escritura es la fijacin dellenguaje por medio de unos signos establecidos y, por lo tanto, estntimamente ligada a los fenmenos que lo rigen. El fillogo necesita dela Paleografla primordialmente para establecer las leyes del desarrollo ydel funcionamiento de la lengua. Lo que la palabra es a la Lingstica esla escritura a la Paleografia. Cuando la escritura alcanz el alfabetismo seconvirti en un sistema cuyos elementos mnimos indescomponibles -letras o grafemas- representan los sonidos simples articulados por la vozdel hombre; es decir, los morfemas". Es ms, en nuestro caso comportauna relacin con la conciencia lingstica y escriuraria del hablante, a

    quien las distinciones de este ltimo tipo le eran ms propicias en lamedida en que el sistema fonolgico que posea resguardabadeterminadas oposiciones del mismo. De este modo, el lingista queprecise del expurgo de documentos de archivo para llevar a cabo sulabor, encontrar que necesariamente deber recurrir -cuando no puedaacudir directamente al trabajo conjunto con un especialista- al mtodode la paleografa de lectura, es decir, a la labor que tradicionalmente havenido desarrollando esta disciplina, que "consiste en asimilar con mayoro menor habilidad los mltiples juegos de signos que son las letras delalfabeto y los dems signos convencionales y en identificarlas, pese a lasdiferentes formas con las cuales se presentan en determinadas pocas afin de poder retransmitirlas en el lenguaje escrito utilizado hoy" (Nez,

    1994:19), aunque en este ltimo sentido no deber entenderse, como sehace regularmente en el mbito de la historia, el emplear sin msconsideraciones las grafias modernas a la hora de dar a la luz elinvaluable material con el que cuentan los distintos archivos, sino que,transcribiendo el texto para hacerlo grficamente legible a un lectoractual, se ha de conservar la mayor fidelidad posible a este, puesto que,como ya hemos advertido, esto nos permitir acercamos a ladocumentacin de la caracterizacin lingstica de una pocadeterminada.

    1. Metodologa paleogrfica

    "La edicin paleogrfica de un texto tiene sus propias peculiaridades:trata de hacer asequible con signos actuales lo que resultara de otromodo de penosa o imposible lectura para quien no tenga cierto tipo deconocimientos. Pero, por otra parte, trata de presentar ese material de lamanera ms fiel con respecto al original que transcribe. No es -como seha dicho errneamente- algo que pueda suplir a la fotografa, sino lo quela fotografla no puede dar: la sencillez, sin transgredir nada de lo queconsta en el original". (Alvar y Alvar, 1981: 9)

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    De estas palabras se desprende la norma bsica de lo que debe ser una

    transcripcin paleogrfica con fines filolgicos. En cuanto a la finalidadde entregar una transcripcin lo ms fiel posible al original, cabe haceralgunos alcances, sobre todo porque el desarrollo de los procesos que sehan de tener en cuenta, en general, han de realizarse sin la supervisinconstante de palegrafos profesionales, con quienes habitualmente seradeseable esatablecer colaboracin.

    Para superar los escollos que esto implica, lo primero que debe tenerseen cuenta es el conocimiento que se tiene sobre las formas alfabticas dela poca en que el texto estudiado se ha escrito, esenciales y variantes,as como el sistema lingstico al que corresponde. Adems, el detenerse

    particularmente en las caractersticas de la escritura que debe leerse sirvepara identificar sus rasgos internos, junto con refrendar o no el carcterautgrafo del texto. En este sentido cabe hacerse eco de las palabras deMorales (1994: 30), quien seala:

    "Averiguar hasta qu punto la letra corresponde a los principiosdistintivos de su tiempo, estudindola, en lo posible, con independenciade su valor textual, es una faena del mayor inters histrico, incluible enel orden de las investigaciones morfolgicas de la cultura. Espritu de laletra, podra nombrarse semejante trabajo, gnero de grafologa de laspocas en la que se evidenciara, una vez ms, que el estilo no es elhombre, sino el tiempo. Los textos, apreciados con ese criterio,

    adquiriran nuevo sentido, convirtindose en expresin viva y directa desu momento, actualizndose as aquello que, por su dibujo, pareca letramuerta".

    Nunca ser bastante el insistir en que la lectura de un texto que hay quetranscribir paleogrficamente debe realizarse pausadamente y sin recurrirexcesivamente a la memorizacin de las caractersticas de los grafemasni al parecido que se pudiese observar entre diversos textos, pues eltrazado, aun cuando responda a idnticas matrices de puntos, tambinconlleva una variacin morfolgica que es propia de la concrecin dedicha estructura. Cuando nos adentramos en el reino de la palabra, ya

    no solo es necesario haber reconocido el sistema ortogrfico y alfabticodel texto que hemos de analizar -de cada uno de ellos, pues cadadocumento, muchas veces siendo de un mismo autor, varaescriturariamente dependiendo de las circunstancias que estninvolucradas en el proceso de su construccin- sino que ahora se haceimprescindible el dominar el tipo de reduccin lingstica que opera enen el sistema de abreviaturas empleado, pues generalmente nosencontramos ante formas pluriliterales, en las cuales se escriben no solola primera y ltima letra de la palabra, sino que tambin involucran aotras letras, lo cual -aun cuando con el tiempo lleg a ser un sistema

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    estandarizado- daba los indicios necesarios para identificar el morfema

    al cual se haca referencia.

    Con todo ello, y aun cuando se pudiera recurrir a alguna transcripcinrealizada con anterioridad a la propia, la labor de lectura e interpretacinha de realizarse de manera individualizada, sin mediatizaciones queentorpezcan el libre acceso al documento, sino que, por el contrario,nuestra lectura podr compararse con otras, pero siempre partiendo deuna base asentada sobre los criterios sealados de observacin,estructuracin y anlisis comparativo del desarrollo interno del texto encuestin. Nez (1994: 36) seala que:

    "Resultan muy operativas la observacin y la fijacin en la memoria de lasformas ocasionales de cada letra considerada aisladamente, conindependencia una de otras. Lo mismo con los nexos de letras que se danen cualquier escritura y que, por su reiteracin, contribuyen a deformarlas formas paradigmticas de aqullas. Otro tanto puede decirse de losdems signos grficos que no sean letras ni nexos, pero que se usan paracompletar el sentido de la escritura: signos de puntuacin, numerales, deinterrogacin, etc."

    2. Precisiones y alcances a algunos usos ortogrficos

    A caballo entre diversas pocas y tendencias, la ortografa de los siglos

    que nos ocupan parte desprendindose de algunos de los viejos cnonesmedievales, en los escritores ms imbuidos de la antigua escuela, amanifestarse en algunas concreciones grficas. Sin embargo, no hay queengaarse, la etimologa y el uso como posturas filolfico-lingsticas ocomo simple actuacin cotidiana de la prctica escrituraria, continanapareciendo en una continua interaccin hasta la definitiva reformaortogrfica propiciada por la Real Academia, la que es aceptada con eltiempo, pero antes cada siglo la tendr sus propias preocupaciones. Eneste trabajo solo se har referencia a dos tipos de usos ortogrficos: eluso de maysculas y minsculas y algunas observaciones sobrepuntuacin y acentuacin.

    2.1 Uso de maysculas y minsculas

    Antonio de Torquemada en su Manual de Escribientes (1970: 115) en elapartado dedicado a las "Rreglas generales de orthographa", sealarespecto de la forma de utilizar las maysculas lo siguiente:

    "Asmesmo aueis de tener por regla general para guardar la buenaortographa que en principio de qualquiera captulo, razonamiento ocarta, se ha de vsar de vna letra de las grandes, lo que antiguamente se

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    vsaua, que era poner esta seal: Tanbin los nonbres propios quando se

    escreuieren ha de ser con la primera letra grande, y los apelatibosquando sealaren alguna dignidad o calidad, como dezimos: Rey, Papa,Enperador, o otros semejantes".

    De opinin parecida es el Licenciado Villaln, quien en su GramticaCastellana (1971: 83-84), en la cuarta parte de ella, dedicada a laortografa, escribe:

    "Deue tanbien el buen Ortographo para bien e creuir en la lenguaCatellana tener auio: que nunca ponga en medio de la parte letraGotica, ni mayucula, ni veral. Porque es gran inconueniente y

    incongruidad: y arguye poca cordura. Pero deue la poner ?iempre alprincipio de la clauula : y no en otro lugar, ino fuere nombre propio devaron, o iudad: porque cuiene que todos los nombres proprios devarones y ciudades e ecriuan c letra Gotica, mayucula o veral".

    Poco ms tarde Correas mantendr una opinin muy similar al decir en suArte (1954: 116) que:

    "Las letras maiores sirven para prinzipios de nonbres propios y deklausulas, y epitafios y versos; las menores para toda la otra letura".

    Sin embargo, la alusin a este canon es frecuente, sin contar con que no

    encontramos referencias a este aspecto en autores tan destacados comoNebrija, Valds o Alemn, quienes tratan amplia y lcidamente otrospuntos relativos al "buen escribir".

    En nuestro caso, la documentacin analizada es sumamente irregular enel uso de este tipo de grafias, puesto que no hay un orden sistemticopara su empleo. Tanto en escribanos como en autores particulares es casigeneralizado el uso de la minscula, as en nombres propios de personacomo en topnimos. La nica excepcin la constituyen, en determinadasocasiones, las mayestticas siglas S.C.M. (Sacra Catlica Magestad),S.C.R.M. (Sacra Catlica Real Magestad), C.R.M. (Catlica Real Magestad),

    Illmo y Excmo Sor (Illustrsimo y Excelentsimo Seor) o Muy Sor Mo (MuySeor Mo), o las frmulas de tratwniento regio como V.M. o V.Magd.(Vuestra Magestad) -cuya abreviatura se escribe regularmente conmayscula, al contrario de la que seala el tratamiento de cortesa acualquier otra persona, vuestra merced, que suele indicarse como V.m. oVm. hasta finales del XVIII-, V.Exa. (Vuestra Excelencia) o V.A. (VuestraAlteza). Solo se empieza a observar un uso ms sistemtico en laregularizacin de los nombres a finales del XVII y principios del XVIII,donde ya es muchsimo ms frecuente que estos se hallen escritos conmayscula, as como la referencia a su cargo o el ya tan familiar Don (D.);

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    adems, en algunos autores del XVI, tambin se encuentra en mayscula

    la E, tanto si se trata de la conjuncin copulativa como si es la inicial depalabra2.

    Como bien se ha visto, las indicaciones de autores como Torquemada oVillaln no pasaron de ser meras sugerencias para la mayora de quienesescriben no solo en aquella poca, sino tambin en siglos posteriores. Encuanto a la Ortografia acadmica de 1741, tampoco tendr mejor fortunaal sealar respecto de las maysculas que:

    "Estas letras se usan en lo escrito para distinguir las voces que sonnotables por su significacin o se indican como tales. De esta clase son

    aqullas con que empieza prrafo o captulo (de, donde tomaron estasletras el nombre de capitales) y donde comienza alguna oracin operodo despus de punto final, cuyos casos se han hecho notables por eluso constante. Pero este fin, para que sirven cuando se ponen en lasocasiones que no lo requieren, como lo vemos en muchas obras escritas,donde se hallan multiplicadas indebidamente las maysculas porignorancia, descuido o capricho. Para arreglar pues la escritura de estaparte, como en las dems, a su legtimo y conveniente uso, se establecenlas reglas" (Bravo, 1987: 55).

    El uso asistemtico de este tipo de grafias afecta, tambin, a aquellassituadas en interior de palabra -como hemos podido constatar-, ya que

    stas pueden, igualmente, aparecer como maysculas, con una mayorprobabilidad en los casos de P, R y V (esPital, aRoba, oVligado serVidor ).Solo un nmero muy reducido de autores, en los tres siglos, hace un usorelativamente constante de la mayscula tras un punto que cumplafuncin de separacin de contenidos y no solo de palabras, o de sufijosde ellas, como en el adverbal -mente, en vez de la coma; por ejemplo, enel caso de la carta de Fray Juan de Torralba al Rey (13/7/1569), seencuentra sistemticamente utilizada la mayscula despus del puntoseguido.

    2.2 Puntuacin y acentuacin

    La puntuacin, si bien es cierto es preocupacin de gramticos yortgrafos a travs de las pocas, tampoco parece ser de una sealadaimportancia en ellos, dada la escasez de noticias que dedican al respectoen sus obras.Por ejemplo,el Licenciado Villaln nos dice sobre esteaspecto (1971: 84-86):

    "[Los ortgrafos] Deuen por el emejante mirar que los re glones vayanderechos, q las partes vay cada vna por i: no maraadas, nimrebueltas que ea todo cfuion. Apartadas las clauulas y oraiones c

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    u? eales. Para lo qual epa y te ga notiia de parrapho, punto, coma,

    colum, virgula, parente?is, ce? ?ura, interrigante. Porque tambienconuiene tanga auio de todas etas eales en la e?criptura dde las hade poner. Y tbien cuiene entenderlas, para aber bien leer: porque losque le oyen leer le entiendan, y no le tengan por neio. [...] Etopre?upueto digo, que el parrapho es ete el qual e deue poner alprinipio de materia, o propoito, de que de nueuo se quiere hablar yproponer.

    Punto es ete. el qual e pone al fin de cada clauula y ententia final.

    Coma es ta: la qual e pone en la clauula entre vna oraion y otra.

    Colum es ete, el qual e pone en la clauula junto a cada verbo queacaba oraion.

    Virgula es ete / y ponee en lugar de conjuncion quando e acumulanmuchas cosas juntas. Como y dixeemos: Yo quiero que tomeis todosmis libros, Augutinos, Hieronymos, Criotomos, Theophilato, Cyrilo,Cypriano y Euebio. Veis como ?e pone entre cada parte de?tas en lugarde vna conjunion, que auiamos de dezir, Augutinos y Hieronymos yCriotomos,&c.

    Parentheis e dize vna interpoiion de palabras que al hombre e le

    ofreen habldo en alun propoito: los quales conuiene que e ponganalli para mejor entendimie to de aquella materia.Y eta interpoiion, oparentheis le eala con dos vrgulas coruas deta manera dentro de lasquales e deue meter y enerrar aquella tal interpoiion de palabras.

    Interrogante es eta la qual e pone al fin de la oraion, o clauula enque algo e pregunta, por auio que el que lo lee eale c el tono allinterrogaion.

    Ceura es elta // que on dos virgulas pequeas juntas. La qual eal epone al fin del renglon cada quando acontee que no cupo alli la diion

    toda. Y que e acaba en el renglon ?iguiente.Ce? ura es eta // que ?on dos vrgulas pequeas juntas. La cual epone a la contina al fin del renglon: y denota que no acab alli la diion opalabra, pero que e acaba en el renglon que e igue".

    A pesar de todas estas recomendaciones son escasos los autores queutilizan las reglas que aqu acaban de anotar. En todo caso, el uso delpunto nos llega de manera asistemtica, pues no ser hasta finales delXVIII y principios del XIX en que las normas que rigen el actual sistema-

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    ortogrfico vayan adquiriendo un carcter generalizado, a merced de la

    labor estandarizadora de la escuela.

    Un texto que demuestra sistematicidad en este sentido, sobre todo en laregularidad con que se utiliza el punto seguido, es el de Fray Juan deTorralba a S.M. el Rey, en el cual se puede observar lo siguiente:

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    En cambio, el texto del 28 de noviembre de 1571, escrito por Johan deCspedes, aun cuando mucho ms abundante en el uso de la puntuacines, con todo, irregular en el mismo, ya que se utiliza tanto para finales deabreviaturas, separar palabras, en el sufijo -mente o en cualquier otra

    posicin que sea de inters del autor.De otra manera trata Nicols de Garnica (23 de agosto de 1558) lossignos de puntuacin o pausa, por cuanto no es el punto, precisamente,lo que utiliza, sino que, en algunos casos aprovechando algunas grafas,en otros, de manera independiente, realiza un trazado a manera de 7,pero con su extremo superior prolongado. Dicho signo suele colocarse alfinal de la palabra, aun cuando en algunas ocasiones tambin lo hallemosseparando slabas al interior de las mismas, como es el caso de testigosen la lnea 8, escrito tes7tigos.

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    Por otra parte, podemos observar que en el documento de Gins de Toro,la forma virgulada de final de lnea cumple una doble funcin: la de servirde reemplazo del punto y la de impedir que se siga escribiendo por losmrgenes del texto; algo similar se aprecia en el texto de Garnica,cuando rellena los mrgenes de su signo con lneas llanas cerradas en suextremo derecho -costumbre que, por lo dems, sigue vigente entre losnotarios del mundo hispnico. Adems, el texto de Gins de Toromuestra una caracterstica tipolgico-escrituaria, como es el signo eninicio de lnea de inventario de bienes o de prrafo de testamento -losllamados ytemes-, con el fin de separar cada uno de los registrosapuntados. En este sentido cumplira con la funcin de la marca de

    prrafo definida por Villaln.

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    Nicols de Garnica23 de agosto de 1558

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    Gins de Toro Maote17 de enero de 1599

    En el documento que a continuacin se presenta es posible apreciar lamayor parte de las caractersticas que antes se han recomendado para elbuen escribir, aunque no con la frecuencia que sera deseable. En todocaso, en el primer folio encontramos casos de utilizacin de ; en laslneas 3, 6, 14 y 21. Por su parte, este es el primer documento en el que

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    hemos encontrado un uso del parntesis, en este caso, para una frase

    explicativa en aposicin; en las lneas 36-37 del texto en cuestin se lee:"el no traer la cantidad (en Reales) / competente (... )".

    Asimismo, registramos el uso de "coma", o sea, del signo : en las lnea 55y 71, donde se ha escrito : "Doss mill pessos de gasto, En su / flete: Yavnque Vuestra. Magestad. lo tiene mandado asi / no se executa nicumple, [...)". En estas lneas, adems, tenemos dos casos de uso de"colum" ( , ). En el otro caso se lee: "esperando de la piedad / de Vuestra.Magestad. el Remedio: Nuestro. seor. Guarde. la Cathlica y RealPerssona de Vuestra. Magestad. [...)".

    Finalmente, en algo que ya empezara a verse en los textos de la prximacenturia, hay casos en que el guin no marca trmino de lnea, sino estusado como "cesura", es decir, para sealar una palabra que no se hafinalizado y continuar en la lnea siguiente, como en las lneas 45, 50 y53 (2 folio): "supli- / cando a Vuestra. Magestad." , "sealare y em- /biare" y "se recre- / zen ms de dos mill pessos"

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    Juan Henrquez15 de octubre de 1671

    En tanto, respecto de la acentuacin grfica de las palabras, el uso en elromance castellano haca tiempo que ya no segua las convenciones querecomendaban muchos ortgrafos, incluso algunos, como GonzaloCorreas (1954: 98), reconocen esta situacin y hasta la justifican, comopodemos apreciar en las palabras del ilustre cacereo:

    "Demas de las letras con que se escriven las palavras, ai nezesidad deponellas una seal sobre la silaba en que se levanta la voz: que se

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    llamar azento, como se llama aquel levantamiento, i tono de la boz que

    mas sube en cada dizion. El cual no se usado poner hasta ahora entodas las palavras, ni lenguas mas de en la Griega, i Hebrea. En Latin noshaze mui gran falta; en Rromanze no tanto los Castellanos, porquesabemos de coro las palavras de nuestra lengua, ni haze mucha en lasotras lenguas vulgares sus naturales por la mesma rrazon".

    Sin embargo, Valds recomienda que quienes escriban libros deimportancia y cartas a personas no naturales de Castilla. Observenalgunas normas bsicas de acentuacin, como las que aqu propone(1984: 105):

    "Ms me cumple acabar esta jornada de yo, y por esto passo a la terceraregla; sta es que en la pronunciacin de los vocablos miris bien en quslana ponis el acento, porque muchas vezes el acento haze variar lasinificacin del vocablo, como parece en este refrn que dize : Dure loque durare, como cuchara de pan, adonde, si ponis el acento en lasltimas slabas del dure y durare, no diris nada, porque haris al unopretrito y al otro futuro; pero, si en el dure ponis el acento en la u, y enel durare en la a, la sentencia estar buena; y, si diziendo Quien haze uncesto har ciento, en haze ponis el acento en la ltima, hacindoloimperativo, gastaris la sentencia; y, por el contrario, si diziendo Quiensudri, call y vido lo que quiso, en el call ponis el acento en la a,hazindolo presente, no diris nada. Esto mesmo acontece en otros

    muchos verbos, como en burlo y lloro, diziendo: Quien con su mayorburl, primero riy y despus llor; y por esta causa, quando yo escrivoalguna cosa con cuidado, en todos los vocablos que tienen el acento en laltima, lo sealo con una rayuela. Bien s que ternn algunos sta pordemasiada y superflua curiosidad, pero yo no me curo, porque la tengopor buena y necessaria".

    Nuestros autores recin vienen a incorporar algunas normas de laacentuacin hacia finales del siglo XVII, pero sobre todo a partir del sigloXVIII, por cuanto, a pesar de ciertas caractersticas comunes, an noexista en el uso una sistematicidad en este sentido, a pesar de que el

    Diccionario de Autoridades en muy claro en dicho aspecto al referirse a lacorrecta utilizacin de las tildes, propiciando una ortogrfia fonticacuando observa (1963: LXIV-LXV):

    "En el uo de los acentos tambien e ha padecido grande equivocacin,cauada de la ignorancia, poca advertencia de u o o. En la LnguaLatina on tres, grave, agdo, y cincunflexo. En la Lngua Catellana elcincunflexo, que e forma a si, no tiene u o alguno, y i tal vez ehalla uado por algn Autr, es in necesidd, porque no abmos y eltono que los Romanos uaban y explicaban con ete accento. En nuetra

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    Lngua los accentos no irven para explicar el tono, ino para ignificar

    que la lylaba que e accenta es larga: y a si el grave, que es el quebaxa obliquamente de la izquierda la derecha en eta forma`,unicamente puede tener uo obre las quatro vocles , quandocada una es como voz eparada de otras, y hace cabl entido por sola, dexando de er mera vocl: porque la Y, que generalmente etubrogada y admitida para que irva de conjuncin en lugar de la i, no tenecesita: y asi es error decir que el accento grave irve para alargar laltima ylaba en las voces de dos, tres, quatro, y mas vocles: como:Arns, Am, Amar, Enear, Apercebir, porque e?to es prprio delaccento agdo, que es el que baxa de la derecha la izquierda de etemodo, y la razn es porque hace agda y fuerte la pronunciacin: lo que

    conviene al grave, que la deprime y la modra. Sirve asimilmo el agdopara denotar quando la penltima ylaba es larga en las palabras de treso mas vocles, en que no iguen dos consonantes: como Famoo,Caballro, Apercebido: porque i ?e iguen dos, tres, mas con?onantesjuntas: como llutre, Madratra, Eneanza, no hai necesidd de talaccento, repecto de que por u naturaleza es larga la pronunciacin,exceptuando? eta regla las voces en que las tales cononantes onmuda y lquida, en cuyo cao muchas tienen breve la vocl antecedente,epecialmente en la proa : como lgenra, rbitro, Cthedra, Fnebre,Lgrubre, Qudruplo. Lo mimo e debe obervar en las voces llamadasedrxulos: como guila, Mica, Mximo, Philfopho, Thelogo,Ecoltico, Doctimo, en las quales la ylaba penltima es breve: y para

    que e reconozca que la pronunciacin no e detiene obre ella, inoobre la antecedente, e pone el accento agdo obre eta. Fuera deetos fines tiene otro mui conveniente y oportno, que es de evitar laequivocacin en la pronunciacin de algunos tiempos de los verbos,ealando quando es preente, preterito, quando es indicativo, ubjuntivo, &c. como Eno, Ene, Amra, Amar, Deere, Deear,Aparejre, Aparejar, y para ditinguir los nombres de los verbos: comoCntara, Cantra, y Cantar, que pueto obre la antepenltima esnombre, obre la penltima verbo, y eala un tiempo, y colocado obrela ltima denta otro".

    En el caso de las vocales -a, e, o, u- en nuestros autores, cuando vantildadas, corresponde siempre a una marca fontica, siendo msregulares en las dos primeras, ya que la se emplea, principalmente,como preposicin, terminacin de futuro, tercera persona del pretrito dehaber y en la de presente de ser. Por su parte, la se usa en nuestrocorpus, fundamentalmente, en monoslabos -incluyendo algunos casosde conjunciones copulativas seguidas de i- y en la primera persona de lospretritos perfectos. En tanto las restantes vocales, y , presentan muypocos casos de acentuacin: [s. XVI] mud, [s. XVII] povevin, ejecucn,

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    particin, administracin y Cristbal, junto con los de s (s.XVI), dispse

    (s. XVII), segn (s. XVIII) y Per (s. XVIII).

    En el caso concreto de la i, esta grafia en vez de llevar el puntosobrescrito llev, en principio, una tilde sin valor acentual del mismo tipoque la observada actualmente ( ), aun cuando la tilde comn en lasediciones impresas fuera la contraria ( ). Luego, este signo fueincorporndose, aun cuando de manera mucho ms paulatina, a lasdems vocales, con todo muy irregularmente. As, en algunos textos delXVII observamos una incipiente apertura hacia dicha tilde, sobre todo enlos ms oficiales, como en las lneas 5, 11 y 22 del documento deFrancisco de Salamanca. En el XVIII. esta tendencia comenzaba a ser cada

    vez ms frecuente, lo cual queda en evidencia en los dos documentos delos cuales nos servimos para la ejemplificacin.

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    Francisco de Salamanca22 de octubre de 1618

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    Jos de Orellana8 de noviembre de 1703

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    Jos de Mena8 de octubre de 1714

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    Notas

    * Este artculo se basa en el estudio documental efectuado para elproyecto La Cotidianeidad de la Sociedad Chilena del perodo colonial.Testimonios y documentos de los siglos XVI Y XVII, finnaciado por laDireccin de Investigacin de la Universidad de Los Lagos.

    2 Por ejemplo, en el siglo XVI, se lee: "para poder rregir E gouernar los caiques E yndos", "el seor Juan de Sirezeda enbiara a Vuestra. merceddineros...", "Sacra. y Catolica. Magestad.", "otras personas escribirn aVuestra. Magestad.", "se bendan Eeto la espada". Mientras, en otroscasos encontramos ejemplos tales como: "En la iudad. de la serena.

    Reyno de chile...", "e seruido a Vuestra magestad de su oydor en el reynode npoles y las indias", "los que benden por junto y Plata Por oro gananveinte por iento", "nos. El padre ffray diego. de aguilar", "siendo testigosfran isco belez de lara", "Yo El dicho Juan BaPtista de camPos ". Y en elXVII "Nos El padre prior fraj cristobal de baldespino. y el padre sopriorfraj alonso adame y el padre fraj franisco sedeno, fraj pedro beltran frajpedro de salbatierra fraj alonso de salamanca fraj baltasar berdugo. frajbartotome morales. fraj Juan bisenio. frai Enrriques de mendoa", "En Elaltar de seor san joan de letrn", "para El desengao de VuestraMagestad", "SEPan quantos esta carta bieren como yo el capitan andresde eran", "Senor mo y m Amgo Deuen de ser los embarasos deVuestra mered mu grandes", "Primo y seor mio. llege A esta su casa

    con salud de buelta de Arriba y boi disendo a Vuestra mered desde elda que me aParte de su conPaia".

    En este aspecto, el siglo XVIII tambin comparte las mismascaractersticas, y quizs an ms, por cuanto la conciencia ortogrfica eramucho ms irregular en esa poca, ya que se distaba mucho de lamedieval y la acadmica an tardara bastante ms tiempo enconsolidarse como oficial. As, algunos ejemplos de lo que sealamos sepuede observar en "Nos El Doctor Don Pedro Pizarro Caxal Dean de estassanta Iglesia Cathedral", "tenendo a la bsta Una yja buda con Vn espitalde desdichas", "snquenta y snco pesos de a ocho Reales Los quales

    Comfess hauer Rezeuido el dcho Captan Lucas de noguera", "TengoSeor en la Ciudad de Mendoza distante -de Esta de Sanctiago CinquentaLeguas, Vna Encomienda de mas de treinta Yndios la qual Viue Sinatenzion, mia", "a las reales Juticas y su Juese de su Magestad", "Conduplicados motibos supone mi obligacion con rrendida obediensia a lospies de Vuestra; Magestad. Motivada de la Vrgensia de nesesidad en queme allo constituida", " a todos los santos. y santas. De la corte Celestialpara que intercedan con dios nuestro seor. perdone mis Graves Culpas ypecadoz y Vaxo de esta divina Protextazion. Ymbocacion hordeno mitestamento".

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