historia de la psicología-sahakian-capdescartes (1)

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. - 1 S Psicologia del renacimiento en el continente europeo RENE DESCARTES (1596-1650) Interacci6n de Ia mente y el cuerpo! Articulo II Que para conocer las pasiones del alma, es precise distinguir sus funciones de ls del cuerpo. Luego, tarnbien, considero que no sabemos que exista ningtin sujeto que actue mas inme- diatamente sobre nuestra alma que el cuerpo aI cuaI esta unida, y que, par consiguiente, debe rn os pens ar que 1 0 que en ella es una pa- si6n es comunmente, en el, una acci6n; de suerte que no existe camino mejor para lIegar al conocimiento de nuestras pasiones que el de examinar la diferencia que hay entre el alma y el cuerpo, a fin de conocer a cual de los dos debemos atribuir cada una de nuestras funciones. Articulo II CudZ es la regIa a la que debemos ajustar- nos con este fin -. No habra dificuItad grande en esto, si te- nemos presente que todo 1 0 que experimen- 1 Rene Descartes, asion es del Alma, trad. Fra nci sco Gon zale z Aramburo, Or ig in al frances Les Passions de l'ame (Amsterdam, 1650). tames en nosotros misrnos y que tambien ve- mos, que puede tener lugar en cuerpos com- pletamente in animados, no debe atribuirse mas que nuestro cuerpo; y, por 1 0 contrari o, que todo 10 que es en nosotros, y que no podemos concebir de ninguna manera posible que pue- da pertenecer a un cuerpo, debe ser atribuido a nuestra alma. Articulo IV Que el calor y el movimiento de los miem- bros proceden del cuerpo; los pensamlentos del alma. As! pues, porque no podernos concebir que el cuerpo piense, de ninguna manera, tenemos razon para creer que todas las diversas clases de pensamientos que hay en nosotros perte- neeen al alma; y a causa de que no dudamos, en 1 0 mas minimo, de que haya cuerpos inani- mados que puedan moverse de tantas d versas maneras como los nuestros, y mas aun, que tienen tanto 0 mas calor (10 que la experien- cia nos permite observar en la flama, que por si sola tiene mucho mas calor y movimiento que ninguno de nuestros miembros) debemos creer que todo el calor y todo s los mov im ie n- tos que existen en nosotros, puesto que no dependen del todo del pensamiento, no per- tenecen si no al cuerpo. 41

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8/2/2019 Historia de la psicología-Sahakian-capDescartes (1)

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. -1

S

Psicologia

del renacimiento en

el continente europeo

RENE DESCARTES(1596-1650)

Interacci6n de Ia mente

y el cuerpo!

Articulo II

Que para conocer las pasiones del alma,es precise distinguir sus funciones de las del

cuerpo.

Luego, tarnbien, considero que no sabemos

que exista ningtin sujeto que actue mas inme-

diatamente sobre nuestra alma que el cuerpo

aI cuaI esta unida, y que, par consiguiente,

debernos pensar que 10 que en ella es una pa-

si6n es comunmente, en el, una acci6n; de

suerte que no existe camino mejor para lIegar

al conocimiento de nuestras pasiones que el de

examinar la diferencia que hay entre el alma

y el cuerpo, a fin de conocer a cual de los

dos debemos atribuir cada una de nuestras

funciones.

Articulo III

CudZ es la regIa a la que debemos ajustar-

nos con este fin -.

No habra dificuItad grande en esto, si te-

nemos presente que todo 10 que experimen-

1Rene Descartes, Pasiones del Alma, trad.Francisco Gonzalez Aramburo, Original frances Les

Passions de l'ame (Amsterdam, 1650).

tames en nosotros misrnos y que tambien ve-

mos, que puede tener lugar en cuerpos com-

pletamente inanimados, no debe atribuirse mas

que a nuestro cuerpo; y, por 10 contrario, que

todo 1 0 que es en nosotros, y que no podemos

concebir de ninguna manera posible que pue-

da pertenecer a un cuerpo, debe ser atribuido

a nuestra alma.

Articulo IV

Que el calor y el movimiento de los miem-

bros proceden del cuerpo; los pensamlentos

del alma.

As! pues, porque no podernos concebir que

el cuerpo piense, de ninguna manera, tenemos

razon para creer que todas las diversas clasesde pensamientos que hay en nosotros perte-

neeen al alma; y a causa de que no dudamos,

en 10 mas minimo, de que haya cuerpos inani-

mados que puedan moverse de tantas diversas

maneras como los nuestros, y mas aun, que

tienen tanto 0 mas calor (10 que la experien-

cia nos permite observar en la flama, que por

si sola tiene mucho mas calor y movimiento

que ninguno de nuestros miembros) debemos

creer que todo el calor y todos los movimien-

tos que existen en nosotros, puesto que no

dependen del todo del pensamiento, no per-tenecen sino al cuerpo.

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42 PSICOLOGIA DEL RENACIMIENTO EN EL CONTINENTE EUROPEO

Articulo XVI

De c6mo todos los miembros pueden ser

mooidos poi los objetos de los sentidos y por

los esp£ritus sin la ayuda del alma.

Por ultimo, es preciso sefialar que Ia ma-

quina de nuestro cuerpo esti compuesta de

tal manera que todos los cambios que se pro-

ducen en el movimientode los espiritus,pue-

den lograr que se abran algunos poros del

cerebro mas que otros y, reciprocamente, que

cuando alguno de estosporos esta, aunque sea

un poco, mas 0menos abierto que de costum-

bre por Ia accion de los nervios que sirven a

los sentidos, esto cambia algo el movimiento

de los espiritus, y hace que sean conducidosbacia los musculos que sirven para mover el

cuerpo de la manera que corminmenteesmo-

vido en ocasionde tal accion; de manera que

todos los movimientos que hacemos sin que

nuestra voluntad contribuya a ello (como

ocurre a menudo cuando respiramos, camina-

mos, comemos y, en resumen, cuando ejecu-

tamos todas las accionesque nos son comunes

con las bestias) no dependen sino de la con-

formacion de nuestros miembros y del curso

que los espiritus, excitados por el calor del

corazon, siguen naturalmente en el cerebro,

en los nervios y en los musculos, tal y como

el movimiento de un reloj es producido por

Ia sola fuerza de su muelle y la forma de sus

ruedas.

Articulo XXX

Que el alma estd unida a todas las' partesdel cuerpo conjuntamente.

Pero, para entender de manera mas per-

fecta todas estas cosas, es necesario saber que

el alma esm verdaderamente unida a todo elcuerpo, y que no se puede decir con propie-

dad que se encuentra en algunas de sus partes

con exclusionde las demas, por causa de que

el cuerpo es uno, y en cierta manera indivi-

sible, en virtud de la disposicionde sus orga-

nos, que se relacionan de tal manera, unos

con otros, que, cuando se quita a uno de ellos,

hace que todo el cuerpo resulte defectuoso:

y par causa de que el alma es de naturaleza

tal que no guarda relacion con la extensionni con las dimensiones 0 demas propiedades

de la materia de que esm compuesto el cuer-

po, sino unicamente con todo eI conjunto de

sus organos, como se ve en cuanto se piensa

que no sepuede concebir, de ninguna manera,

la mitad 0 el tercio de un alma, ni cual sea la

extension que ocupa, y que no se vuelve maspequefia porque se recorte alguna parte del

cuerpo, sinoque se separa totalmente del cuer-

po cuando se disuelve la reunion de sus or-

ganos.

Glandula pineal

Articulo XXXI

Que hay una pequeiia gldndula en el cere-

bro en la cual el alma ejerce sus [unciones

mas particularmente que en las otras partes.

Tambien es necesario saber que, aunque el

alma este unida a todo el cuerpo, existe, no

obstante, en el alguna parte en la cual ejerce

ella sus funcionesmas particularmente que en

todas las demas; y cormmmente se cree que

esta parte es el cerebro, 0 quiza el corazon:

el cerebra, por causa de que con eI estan rela-

cionadoslos organos de los sentidos; y el cora-

zon, par causa de que es en eI donde sentimos

las ·pasiones. Pero despues de examinar con

cuidado la cuestion,me ha parecido reconocer

como evidente que la parte del cuerpo en la

cual el alma ejerce inmediatamente sus fun-

clones no es, de ninguna manera, el corazon,

ni tampoco el cerebra, sino u.nicamentela mas

interior de sus partes, que es una glandula

pequefiisima, situada en medio de su sustan-

cia, y suspendida de tal manera por encima

del conducto por el cual los espiritus de sus

cavidades anteriores mantienen comunicacion

con los de la posterior, que los menores mo-

vimientos que hay en ella tienen mucha capa-cidad para cambiar el curso de estos espiritus

y, reciprocamente, que los menores cambios

que ocurren en el curso de los espiritus pue-

den afectar en gran medida los movimientos

de esta glandula.

Articulo XXXII

C6mo se sabe que esta glandula es el aden-

to principal del alma.

La razon que me persuade de que el almano puede tener, en todo el cuerpo, mas lugar

que esta glandula en la que ejerce inmediata-

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s

DESCARTES: PASIONES 43

As! pues, pens amos que el alma tiene su

asiento principal en la pequefia glandula que

se encuentra en medio del cerebro, desde la

cual irradia a todo el resto del cuerpo porintermedio de los espiritus, de los nervios y

aun de la sangre, la cual, participando en las

impresiones de la mente, puede llevarlas por

las arterias a todos los miembros; y, recor-

dando 10 que dijimos anteriormente de la

maquina de nuestro cuerpo" a saber, que los

pequefios filamentos de nuestros nervios estan

distribuidos de tal manera en todas sus partes

que, en ocasion de los diversos movimientos

excitados am por los objetos sensibles, abren

diversamente los poros del cerebro, 10 que

hace que los espiritus animados contenidos en

estas cavidades, penetren de varias maneras

en los rmisculos, mediante los cuaIes pueden

mover los miembros de todas las diversas rna-

neras en que son capaces y, tambien, que

todas las demas causas que diversamente pue-

den mover los espiritus, bastan para condu-

cirlos a los diversos nnisculos; afiadamos aqui

que la pequefia glandula que es el asiento

principal del alma esta de tal manera suspen-

dida entre las cavidades que contienen a estos

espiritus, que puede ser movida por ellos detantas maneras diferentes como diversidades

sensibles hay en los objetos; pero que tambien

puede ser diversamente movida por el alma,

la cual es de tal naturaleza que recibe tantas

impresiones diversas, es decir, que tiene tan-

tas percepciones diferentes, como movimientos

diversos pueden producirse en esta glandula;

y tambien, reciprocamente, la maquina del

cuerpo esta compuesta de tal manera que tan

s6lo en virtud de que esta glandula es diver-

samente movida por el alma, a por cualquier

otra causa que sea, empuja a los espiritus

que la rodean hacia los poros del cerebro,

que los conducen por los nervios hacia los

mtisculos, por medio de 1 0 cual ella hace mo-

ver los miembros.

Articulo XL

Cudl es el ejecto principal de las pasiones.

Es necesario sefialar que el efecto principal

de todas las pasiones, en los hombres, es queellas incitan y disponen a su alma a querer

las cosas para las cuales preparan a su cuerpo:

de manera que el sentimiento del miedo la

mente sus funciones, es la consideracion que

las demas partes de nuestro cerebro son do-

bles todas ellas, tal y como tenemos dos ojos,

dos manos, dos orejas y, por ultimo, que todoslos 6rganos de nuestros sentidos exteriores son

dobles; y que, pues no tenemos sino un solo

y simple pensamiento de una misma cosa al

mismo tiempo, es preciso que exista algUn

lugar' donde las dos imageries que Began' por

los dos ojos, 0 las otras dos impresiones que

ll~gan de un solo objeto par los organos do-,

bIes'de los demas sentidos, se puedan reunir

e n una sola antes de Ilegar al alma, a fin de

que no Ie representen dos objetos en lugar

de tina ; y es facil concebir que estas imagenes,

u otras impresiones se unan en esta glandula

por intermedio de los espiritus que ocupan

lis' cavidades del cerebro; pero no existe nin-

gun otro lugar en el cuerpo donde puedan

unirse de tal manera, sino despues de que han

sido unidas en esta glandula.

Pasiones

Articulo XXXIII

Que el asiento de las pasiones no estd en elcoraz6n.

En 10 que respecta a la opinion de quienes

piensan que el alma experimenta sus pasiones

en el corazon, hay que decir que no vale gran

cosa, pues no se funda sino en que las pasio-

nes hacen sentir a m alguna alteraci6n. Es

facil sefialar que esta alteraci6n no se siente

como si ocurriese en el corazon mas 'que por

intermedlo de un pequefio nervio que des-

ciende desde el cerebra hasta el, tal y comoel dolor se siente, como si estuviese en el pie,

por intermedio de los nervios del pie, y los.

astros se perciben como situados en el cielo

par intermedio de su luz y de los nervios opti-

cos: de manera que no es mas necesario que

nuestra alma ejerza directamente sus funcio-

nes en el corazon para sentir ahi sus pasiones,

que es necesario que se encuentre en el cieIo

para. ver ahi los astros.

Articulo XXXIVComo el alma y el cuerpo obran el uno so-

bre el otro,

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44 PSICOLOGtA DEL RENACIMIENTO EN EL CONTINENTE EUROPEO

incita a querer huir; el del valor, a querer

combatir y 10 mismo puede decirse de los

demas.

Voluntad, memoria

e imaginaci6n

Articulo XLI

Cu61 es el poder del alma respecto del cuerpo.

Pero la voluntad es hasta tal punto libre

por su propia naturaleza que jamas puede ser

obligada; y de las dos clases de pensamientos

que he distinguido en el alma -unos de los -

cuales son sus acciones, a saber, sus volicio-

nes; los otros, sus pasiones, tomando esta

palabra en su significacion mas general, que

abarca todo el genero de percepciones---- los

primeros estan absolutamente en su poder,. Y

s610 indirectamente pueden ser cambiadas por

el cuerpo, mientras que, por el contrario, los

ultimos dependen absolutamente de las accio-

nes que los originan y solo indirectamente

pueden ser afectadas por el alma salvo cuando

ella misma es la causa de ellos. Y toda la

acci6n del alma consiste en que, s610 con que

quiera alguna cosa, hace que la pequeiia glan-dula, a la que esta completamente unida, se

mueva de la manera que se necesita para

producir el efecto adecuado a la volicion.

I .

I I! ,

! I i' 1 ' · 1 ;

""

( II I

, . ' ' .

I! . : ' 'il ::1

Articulo XLII

C6mo encontramos en la memoria las cosas

que queremos recordar.

ASI , cuando eI alma quiere acordarse de

algo, esta volicion hace que la glandula, incli-

nandose sucesivamente hacia diversos lados,empuje los. espiritus hacia diversos sitios del

cerebro, hasta que encuentran aquel donde

estan las huellas que ha dejado el objeto del

que nos queremos acordar ; pues estas huellas

no se deben sino a los poros del cerebro, por

donde los espiritus, anteriormente, han reco-

rrido sus curs os a causa de Ja presencia de

este objeto, han adquirido por esto una mayor

facilidad que los otros a quedar abiertos nue-

vamente, de la misma manera, por los espi-

ritus que retoman hacia eUos; de manera que

esos espiritus, al encontrar a esos poros, entranen elIos mas facilmente que en los demas,

mediante 10 cual excitan un movimiento par-

ticular en la glandula, que representa al alma

el mismo objeto y Ie permite re~onocer aquello

de 10 cual queria acordarse.

Articulo XLIII

Como el alma pvede imaginar, mantenerse

atenta y mover el cuerpo.

Asi, cuando queremos imaginarnos algo que

jamas hemos visto, la voluntad tiene la capa,

cidad de hacer que la glandula se mueva de

la manera que se requiere para empujar los

espiritus hacia los poros del cerebro por cuya

abertura esta cosa puede ser representada. A s i ,

cuando queremos mantener nuestra atenci6n

fija durante algun tiempo sobre un mismo

objeto, esta voluntad retiene a la glandula,

durante ese tiempo, inclinada hacia un mismo

Iado; de manera que por ultimo, cuando que.

remos caminar 0 mover e1 cuerpo de alguna

manera, esta volicion hace que la glandula

empuje los espiritus hacia los rrnisculos que

sirven para esteefecto.

Articulo XLIV

Que cada volici6n esta unida naturalmentea algun movimiento de la gl6.ndula

J• pero que,

por intenci6n 0 por hdbito, puede unirse con

otros.

No obstante, no es siempre la volici6n la

que ejerce en nosotros algun movimiento, 0

algun otro efecto, 10 que es la causa de su

excitacion; sino que esto cambia segun la na-

turaleza 0 el habito hayan unido diversamente

cad a movimiento de la glandula a cad a pen-

samiento. Asi, por ejemplo, si queremos pre-

parar a nuestros ojos para mirar un objetomuy alejado, esta volicion hace que la pupila

se dilate; y si se les quiere disponer para rnirar

un objeto muy cercano, esta volici6n hace que

se contraiga. Pero si se piensa solamente en

dilatar la pupila, por mucho que se quiera

conseguirlo, -no se dilatara, puesto que la na-

turaleza no ha cambiado el movimiento de Ia

glandula, que sirve para empujar los esplritus

hacia el nervio optico de la manera que se

requiere para dilatar 0 contraer la pupila, con

Ia volicion de dila tarla 0 contraerla, sino

con la de mirar objetos lejanos 0 cercanos-Y cuando, al hablar, no pensamos mas que

en el sentido de 1 0 que queremos decir, esto

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DESCARTES: PERCEPCI6N VISUAL

haee que movamos la Iengua y los labios

mueho mas rapido y mejor, que si nos pone-

DlOS a pensar en moverlos de todas las mane-

ras que se requieren para proferir las mismas

palabras, puesto que el habito que hemos ad-

quirido al aprender a hablar ha hecho que

hayaDlOSunido la accion del alma -que, por

intermedio de la glandula, puede mover la

lengua Y los Iabios- con Ia significacion de

las palabras que siguen estos movimientos, y

no con los movimientos mismos,

Articulo XLVII

En que consisten los conflictos que acos-

tumbramos imaginar que existen entre la par-te inferior y la parte superior del alma.

Es solo en la repugnancia que existe entre

los movimientos que el cuerpo, por los espi-

ritus, y el alma, por la voluntad, tienden a

excitar, al mismo tiempo, en la glandula, en

10 que consisten todos los eombates que acos-

tumbramos imaginar que se libran entre la

parte inferior del alma, a la que Ilamamos

sensitiva, y la superior, que es racional, 0 bien,

entre los apetitos naturales y la voluntad;

pues en nosotros no hay sino una sola alma,

y esta alma no tiene, en si, ninguna diversidad

de partes: la misma que es sensitiva es ra-

clonal y todos sus apetitos son volitivos.

Percepcion visual"

Todas las cualidades que percibimos en los

objetos de nuestra vision pueden dividirse en

seis grupos principales, que son: luz, color,

posicion, distancia, tamafio y forma. Primero,en 10 concerniente a la luz y al color, que son

las tmicas cualidades que pertenecen especial-

mente al sentido de la vista, debemos creer

que el alma es de tal naturaleza que la fuerza

de los movimientos que se producen en las

partes del cerebro de donde salen las fibras

del nervio optico, producen las sensaciones de

luz y que el tipo de movimiento produce las

de color. De igual manera, los movimientos de

~ Rene Descartes, La dioptrique, Discurso 6.(Lelden, 1637) , trad, Francisco Gonzalez Aram-buro.

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los nervios eonectados con los oidos determi-

nan la audicion de sonidos y los de los nervios

conectados con la lengua determinan la gusta-

cion de sabores, y, en general, los movimientos

nerviosos en cualquier parte del cuerpo pro-

ducen una titllacion cuando son moderados

y dolor cuando son demasiado violentos.

Sin embargo, en todo esto, no tiene por-

que haber ninguna semejanza entre las ideas

que son concebidas por el alma, y los movi-

mientos que producen estas ideas. Podreis

creer facilmente esto si observais que quienes

. reciben un golpe en el ojo creen que yen un

mimero infinito de luces y fogonazos ante si,

inclusive si cierran los ojos 0si se encuentran

en un lugar muy oscuro. ASl pues, la sensa-

cion solo puede atribuirse a la fuerza del gol-pe, que mueve a las fibras del nervio optico

de la misma manera como 10 haria una luz

brillante. Una fuerza similar, que tocase los

oidos, nos haria oir un sonido y, tocando

otras partes del cuerpo, podria hacer que sin-

tiesemos dolor en ese lugar. Otra confirma-

cion de esto es la de que, si en alglin momento

forzais vuestros ojos a mirar el sol 0< alguna

otra luz muy fuerte, estos retienen Ia sensa-

cion del objeto luminoso despues de haber

transcurrido algun tiempo, de tal manera que

aun si los mantuvieseis cerrados os pareceria

ver varios colores que cambian y pasan de

uno a otro a medida que se van desvanecien-

do. Esto solo puede ser causado por el hecho

de que los extremos del nervio optico, ha-

biendo sido movidos con fuerza extraordina-

ria, no pueden caer en reposo tan rapidamente

como de costumbre, y que la agitacion que

subsiste en elIos despues de cerrados los ojos,

como no es 10 suficientemente grande como

para representar a la luz fuerte que Ia causa,

representa colores menos brillantes, y estoscolores cambian a medida que se desvanecen,

con 10 que muestran que su naturaleza con-

siste unicamente en la diversidad de movi-

mientos, tal y como supusimos antes. Por

ultimo, muestra esto tambien el hecho de que

a menudo aparecen colores en cuerpos trans-

parentes, donde es seguro que solo pudieron

ser causados por las diferentes maneras en

que se reciben los rayos Iuminosos, como

cuando un areo iris aparece entre las nubes

y, mas claramente aun, como cuando uno ve

la copia de un arco iris en un cristal cortadocon varias facetas.