guía didáctica para la inclusión educativa en educación obligatoria (1)

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SUBSECRETARÍA DE EDUCACIÓN OBLIGATORIA DIRECCIÓN GENERAL DE FOMENTO A LA EQUIDAD DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN ESPECIAL GUÍA DIDÁCTICA PARA LA INCLUSIÓN EDUCATIVA EN EDUCACIÓN OBLIGATORIA 1

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GUÍA DIDÁCTICA PARA LA INCLUSIÓN EDUCATIVA EN EDUCACIÓN OBLIGATORIALa Dirección de Educación Especial de la Secretaria de Educación Pública del Estado de Puebla en el marco de la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad, refrenda su compromiso por garantizar el derecho a la educación de las personas con discapacidad, diseñando esta Guía que ayudará a fomentar la Cultura de la Diversidad, eliminando cualquier tipo de discriminación en los planteles donde se integran los alumnos con discapacidad.

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SUBSECRETARÍA DE EDUCACIÓN OBLIGATORIA

DIRECCIÓN GENERAL DE FOMENTO A LA EQUIDAD

DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN ESPECIAL

GUÍA DIDÁCTICA PARA LA INCLUSIÓN EDUCATIVA EN EDUCACIÓN OBLIGATORIA

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Estimados Docentes:

La Dirección de Educación Especial de la Secretaria de Educación Pública del Estado de Puebla en el marco de la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad, refrenda su compromiso por garantizar el derecho a la educación de las personas con discapacidad, diseñando esta Guía que ayudará a fomentar la Cultura de la Diversidad, eliminando cualquier tipo de discriminación en los planteles donde se integran los alumnos con discapacidad.

El acceso a una educación de calidad para todos y todas, demanda la necesidad de contar con los recursos didácticos apropiados para atender eficazmente a la diversidad en el aula y en particular a los estudiantes con discapacidad.

La Dirección de Educación Especial en sinergia con la Dirección General de Educación Básica, presentan la “Guía Didáctica para la Inclusión Educativa en Educación Obligatoria”, cuyo objetivo es brindar conocimientos, estrategias, adecuaciones y sugerencias que faciliten la inclusión de los Alumnos con Discapacidad.

La aplicación y contextualización de esta guía, favorecerá el acceso a los procesos de educativos en igualdad de oportunidades y condiciones para la población con discapacidad, quienes tienen derecho a recibir una educación que respete y considere las diferencias individuales.

Educar en y para la diversidad, con calidad, igualdad de oportunidades y con participación nos hace protagonistas de la construcción de sociedades más justas e incluyentes.

Reciban un merecido reconocimiento por su dedicación, apoyo y compromiso hacia la educación.

MTRA. LILIA VERÓNICA AGUILAR ZALDÍVARDIRECTORA DE EDUCACIÓN ESPECIAL

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INTRODUCCIÓN

Con el propósito de garantizar el acceso y la participación de los alumnos con discapacidad en todos los procesos de la Educación Obligatoria, la Dirección de Educación Especial de la Secretaria de Educación Pública del Estado de Puebla, toma en cuenta a la diversidad de nuestra población escolar, para ser los protagonistas de la Educación Inclusiva en los procesos educativos de los niveles de Preescolar, Primaria, Secundaria y Bachillerato.

La presente guía es un documento que responde a una realidad y a una tarea compleja, como es conocer los principios elementales de la Educación Inclusiva, así como la realización de adecuaciones básicas para niños y niñas con discapacidad. El documento proporciona procedimientos y ejemplos de adecuación, siendo competencia de cada docente analizar y reflexionar sobre su realidad y decidir cuáles son las adecuaciones precisas para cada caso y contexto. Es un complemento para la toma de decisiones en el aula.

La estrategia educativa de adecuación representa la herramienta y el medio a través del cual el docente hará posible el acceso, no solo a las aulas, sino a todos los procesos educativos de los niños y niñas que por alguna circunstancia o condición presentan discapacidad.

La lectura de este documento, invita a los docentes a reflexionar sobre las diferentes discapacidades, las barreras para el aprendizaje y participación, los tipos de adecuaciones, los aspectos metodológicos y los recursos para la realización de una adecuación. Lo cual les llevará a tomar decisiones con respecto a adecuar, priorizar, introducir o cambiar los contenidos de acuerdo a las posibilidades de los estudiantes con discapacidad, para así mejorar los procesos de enseñanza aprendizaje.

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ÍNDICE

ESTIMADOS DOCENTES 2

INTRODUCCIÓN 3

1. EDUCACIÓN INCLUSIVA 5

1.1. Buenas Prácticas en Educación Inclusiva

2. ADECUACIONES 9

3. DISCAPACIDAD 12

Estrategias Básicas para la Atención Educativa de alumnos Discapacidad Intelectual.

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Estrategias Básicas para la Atención Educativa de alumnos Discapacidad Visual.

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Estrategias Básicas para la Atención Educativa de alumnos Discapacidad Auditiva.

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Estrategias Básicas para la Atención Educativa de alumnos Discapacidad Motriz.

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BIBLIOGRAFÍA 18

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1. EDUCACIÓN INCLUSIVA

El derecho a la educación es mundialmente reconocido desde que en 1948 se proclama la Declaración Universal de Derechos Humanos. Además, la Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por 193 países, reconoce este derecho a todos los niños y las niñas. En el año 2000, un informe de la UNESCO establece que la inclusión de la infancia con necesidades educativas especiales deberá ser parte integrante de las estrategias para lograr la educación para todos antes del 2015.

En 2008, con motivo de la 48ª Conferencia Internacional de Educación de la UNESCO, los Ministros de Educación y Jefes de Delegación de 153 Estados miembro afirman que una educación inclusiva y de calidad es fundamental para alcanzar el desarrollo humano, social y económico. Actualmente, existe entre la comunidad internacional una voluntad unánime de fomentar un modelo de educación de calidad, intercultural e inclusiva.

Gracias a la Educación Inclusiva, alumnos con alto riesgo de exclusión podrán mejorar su aprendizaje y, por tanto, su calidad de vida. Pero la Educación Inclusiva no beneficia sólo al alumnado más vulnerable sino a toda la comunidad educativa, como demuestran las prácticas contenidas en esta guía.

Tradicionalmente se ha usado el término “integración” para aludir a la inclusión de las personas con Necesidades Educativas Especiales (NEE) en el sistema educativo. Sin embargo, Booth y Ainscow (2002), autores de la “Guía para la Evaluación y Mejora de la Educación Inclusiva” prefieren el término de “Educación Inclusiva” frente al de “Integración del Alumnado con Necesidades Educativas

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Especiales” por ser menos restrictivo. Paralelamente, advierten de que al etiquetar a un alumno con NEE se generan expectativas más bajas por parte de los docentes de estos alumnos y se corre el riesgo de desatender las dificultades experimentadas por el resto del alumnado. En vez de NEE, estos autores recomiendan el uso de “Barreras para el aprendizaje”.

DE LA INTEGRACIÓN A LA INCLUSIÓN EDUCATIVANECESIDADES EDUCATIVAS

ESPECIALESBARRERAS PARA EL APRENDIZAJE Y LA

PARTICIPACIÓNEl alumno que presenta necesidades educativas especiales es quien en relación con sus compañeros de grupo, enfrenta dificultades para desarrollar el aprendizaje de los contenidos del currículum escolar, requiriendo que a su proceso educativo se incorporen recursos diferentes a fin de que logren objetivos curriculares.

Se utiliza para identificar los obstáculos que se presentan en las escuelas —en su cultura, en sus políticas y en sus prácticas— para que todos los alumnos participen en las distintas actividades y logren los aprendizajes esperados.

Un modelo educativo en el que todos los niños y las niñas aprendan juntos, independientemente de sus condiciones personales, sociales o culturales; permite que la educación inclusiva cobre vida.

Para lograrlo, los implicados en los distintos ámbitos educativos, han de establecer las condiciones necesarias para identificar las barreras existentes para la participación y el aprendizaje de los niños, niñas y adolescentes; e implementar las medidas necesarias para superarlas.

En el ámbito de la Educación Obligatoria, la inclusión supone una adaptación del sistema a los alumnos y no de los alumnos al sistema, como anteriormente se hacía. Esta tarea, compleja, requiere cambios institucionales y didácticos por parte de distintos agentes.

Los planteles tienen cierto margen de acción para hacer cambios operativos: ser más flexibles, revisar sus estrategias metodológicas, el contexto del aula y el trabajo con la sociedad. En cualquier caso, las escuelas han de trabajar en su propia cultura inclusiva, para traducirla después en políticas y prácticas que tengan en cuenta a toda la comunidad educativa.

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1.1. BUENAS PRÁCTICAS DE EDUCACIÓN INCLUSIVA

El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), informa que 5.1% de la población en México presenta una discapacidad. La sensibilidad hacia las personas con discapacidades no sólo está en el espíritu de la Educación Inclusiva, sino que además tiene sentido desde el punto de vista humano.

Cuando los docentes emplean las Buenas Prácticas de Educación Inclusiva los alumnos con discapacidades se sienten más cómodos, aprenden y trabajan con mayor productividad. Ponerlas en práctica es una forma sencilla de hacer que las personas con discapacidad se sientan incluidas.

No hay razón para sentirse incómodo al tratar con una persona que tiene una discapacidad. Esta guía le ofrece algunas sugerencias básicas que puede seguir y si alguna vez se siente inseguro acerca de qué hacer o decir a una persona con una Discapacidad, siéntase con la confianza de simplemente preguntar.

SUGERENCIAS DE TERMINOLOGÍA

La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidades y organizaciones nacionales, establecen lineamientos sobre el uso correcto y ético del lenguaje, así como la forma correcta de dirigirse y tratar a las personas con discapacidad. Algunas personas incurren en el empleo de un lenguaje equivocado o peyorativo que a la vez se convierte en discriminatorio.

“LA PERSONA SIEMPRE EN PRIMER LUGAR”

Diga: “persona con una discapacidad” en vez de “discapacitado”. Diga: “personas con discapacidades” en vez de “discapacitados”. Si se refiere a discapacidades concretas, puede decir por ejemplo: “una persona con discapacidad intelectual” o “una persona discapacidad visual”.

Aun así, cada persona tiene sus preferencias. Si no está seguro acerca de qué palabras utilizar, pregunte. Evite utilizar términos peyorativos como “minusválidos” o “lisiados”. Tenga en cuenta que a muchas personas con discapacidad les disgustan la jerga o el eufemismo de términos como: “con impedimentos físicos” o “con capacidades diferentes”.

Diga “persona con discapacidad motriz,” en vez de “confinado a una silla de ruedas” o “limitado a una silla de ruedas”. La silla de ruedas es lo que permite a esa persona moverse y participar en la sociedad; es un elemento de liberación, no de limitación. Con

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cualquier discapacidad, evite las expresiones negativas que disminuyen a las personas como “víctima” o “persona que padece”.

Puede utilizar expresiones idiomáticas cuando habla con una persona con discapacidad. Por ejemplo, decir “Me encantó verte” o “Nos vemos” a una persona con discapacidad visual, es absolutamente aceptable, ellos también utilizan estas expresiones.

Muchas personas con discapacidad auditiva se comunican con lenguaje de señas y se consideran miembros de una minoría cultural y lingüística. Se refieren a sí mismas como Sordas con “S” mayúscula, y se podrían ofender con expresiones como “personas con impedimentos auditivos”. A otros puede no molestarles el término, pero en general es más seguro referirse a ellos como “personas con discapacidad auditiva”

SUGERENCIAS GENERALES

“PREGUNTE ANTES DE AYUDAR”

No dé por sentado que una persona necesita ayuda sólo porque tenga una discapacidad. Si el entorno es accesible, las personas con discapacidades se suelen manejar sin dificultad. Los adolescentes y adultos con discapacidades desean ser tratados como personas independientes. Ofrezca su ayuda sólo si la persona parece necesitarla. Y si acepta su ayuda, pregunte cómo ayudar antes de actuar.

“SEA CAUTO CON EL CONTACTO FÍSICO”

Algunas personas con discapacidades dependen de sus brazos para mantener el equilibrio. Tomarlas del brazo—incluso si su intención es ayudar—podría hacerles perder el equilibrio. Evite dar palmadas a las personas en la cabeza o tocar su silla de ruedas, escúter o bastón. Algunas personas con discapacidades consideran que estos elementos son parte de su espacio personal.

“REFLEXIONE ANTES DE HABLAR”

Siempre diríjase directamente a la persona con una discapacidad, no a su acompañante, ni a su ayudante o intérprete de lengua de señas. Mantener una breve conversación con una persona que tiene una discapacidad es estupendo; simplemente háblele como lo haría con cualquier otra persona.

Respete su privacidad. Si le pregunta acerca de la discapacidad, la persona puede sentir que la reduce a esa condición en vez de tratarla como a un ser humano. Sin embargo, muchas personas con discapacidades se sienten cómodas con la curiosidad natural de los niños y no les molesta si un niño les formula preguntas.

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“NO DE NADA POR HECHO”

Las personas con discapacidades saben mejor que nadie lo que pueden o no hacer. No decida por ellas acerca de su participación en cualquier actividad. Según la situación, se podría incurrir en una conducta discriminatoria.

“RESPONDA CON GENTILEZA A LAS SOLICITUDES”

Cuando las personas con una discapacidad le pidan apoyo, acceda en medida de las posibilidades. Pensando en que tan positivo o negativo resulta acceder a sus peticiones.

2. ADECUACIONES

Las adecuaciones curriculares son el conjunto de modificaciones que se realizan en los contenidos, actividades, metodología y evaluación para atender las dificultades que se les presenten a los niños, niñas y jóvenes en el contexto donde se desenvuelven.

Las adecuaciones curriculares constituyen la estrategia educativa para alcanzar los propósitos de la enseñanza, fundamentalmente cuando el alumno o grupo necesitan algún apoyo adicional en sus procesos educativos. Estas adecuaciones curriculares deben tomar en cuenta los intereses, motivaciones y habilidades de los alumnos, con el fin de que tengan un impacto significativo en su aprendizaje. Con base en los requerimientos de cada estudiante se pueden adecuar las metodologías de la enseñanza, las actividades de aprendizaje, la organización del espacio escolar, los materiales didácticos, los contenidos y los procedimientos de evaluación.

A partir del currículo, en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo Nacional, se deben realizar las adecuaciones curriculares y las modificaciones organizativas necesarias que garanticen el derecho a la educación de la personas con discapacidad.

El tema de las adecuaciones curriculares debe abordarse en cada nivel educativo, considerando la amplia gama de alumnos y alumnas que atiende. Esta diversidad enriquece y ayuda a diseñar estrategias pedagógicas que respeten las diferencias individuales del alumnado.

Las adecuaciones curriculares se formulan en referencia a lo que el alumno y alumna necesita en el momento del proceso enseñanza-aprendizaje. Deben referirse a competencias a desarrollar por el alumno y alumna, a los grandes bloques de contenidos para el desarrollo de sus capacidades y los requisitos que debe reunir el entorno de enseñanza-aprendizaje, haciendo referencia a un área curricular determinada, o bien, ser de carácter más general.

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Las adecuaciones curriculares son una estrategia de planificación y actuación docente que aspira a responder a las necesidades de cada alumno y alumna. Las adecuaciones curriculares no tienen un carácter fijo o definitivo, los ajustes variarán acorde a las posibilidades de los alumnos y de los planteles educativos.

Las adecuaciones van desde ajustes o modificaciones sencillas de la programación del aula, hasta cambios significativos que se apartan considerablemente del trabajo que desarrolla la mayoría del alumnado.

Existen dos tipos de adecuaciones curriculares: De acceso al currículo y de los elementos básicos del currículo.

A) Adecuaciones de acceso al currículo:

Se refieren a la necesidad de adecuar los elementos que componen las aulas y las escuelas a las condiciones propias de los alumnos. Se relaciona con la provisión de recursos especiales, tal escomo: elementos personales, materiales especiales, organizativos, etc.

Estos recursos adicionales crean las condiciones físicas, de iluminación, ventilación, sonoridad, accesibilidad, etcétera, que facilitarán el desarrollo de un currículo o bien, de un currículo adaptado, según sea el caso, permitiéndoles alcanzar mejores y mayores niveles de autonomía y de interacción con las demás personas.

EJEMPLOS DE ADECUACIONES CURRICULARES DE ACCESO AL CURRÍCULO

Ubicar al alumno en el lugar del aula en el que se compense al máximo sus dificultades y en el que participe, lo más posible, en la dinámica del grupo.Proporcionar al alumno el mobiliario específico que requiera.Proporcionar al alumno los equipos y materiales específicos que necesite: prótesis auditivas, máquina Perkins, que permite escribir sistema braille, o el Optacón, que mediante un lector óptico permite a los alumnos leer textos escritos a través del tacto, cuadernos de prelectura o regletas en braille, láminas de papel plastificado que marcan en relieve lo que se dibuja o escribe, libros hablados o grabaciones de textos leídos.Incorporar ayudas específicas para los alumnos a nivel motor: pinzas o asas de diferentes grosores y tamaños para manipular materiales, los imanes para los rompecabezas, loterías, construcciones y todo tipo de material manipulativo, las planchas de goma para que no deslice el papel, punteros para utilizar los teclados de las máquinas con movimientos de cabeza (estos son utilizados específicamente por personas con discapacidad motriz).Sintetizadores de voz que hacen posible que una computadora lea en voz alta un texto escrito en el mismo.Modificaciones arquitectónicas, como uso de rampas, pasamanos, baños adecuados, puertas amplias, que permita a los niños movilizarse con la mayor independencia posible, minimizando los obstáculos existentes.

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B) Adecuaciones de los elementos básicos del currículo:

Los elementos básicos del curriculum son: las competencias, los contenidos, las actividades, los métodos, la evaluación, los recursos, la temporalización, el lugar de la intervención pedagógica.

Se entenderá por adecuaciones de los elementos básicos del currículo al conjunto de modificaciones que se realizan en los contenidos, criterios y procedimientos evaluativos, actividades y metodologías para atender las diferencias individuales de los alumnos. La pregunta es: ¿Cómo adecuar el currículo general para que puedan participar todos los alumnos?

Realizando las modificaciones necesarias, pero a la vez, las mínimas posibles del currículo general. Ello dependerá de la cantidad de currículo general en que un alumno o alumna con discapacidad pueda participar regularmente, o la cantidad en la que pueda participar con pequeñas adecuaciones y/o la cantidad del currículo ya adecuado (temas relacionados con su discapacidad intelectual, auditiva, visual o motriz) que le sea imprescindible para cubrir sus necesidades educativas.

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3. DISCAPACIDAD

En la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, llevada a cabo el 13 de Diciembre de 2008 en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York, quedó establecido que: “…las Personas con discapacidad son aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás.”

Dadas sus condiciones particulares, las Personas con Discapacidad deben recibir los apoyos educativos, físicos, sociales, médicos, psicológicos, económicos y legales que requieran para ejercer sus derechos en condiciones de igualdad.

Es por esta razón que existen derechos que les son particulares:

El derecho a la no distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en su condición de discapacidad.

El derecho a la igualdad de oportunidades.

El derecho a una completa igualdad y protección ante la ley.

El derecho a un tratamiento médico, psicológico y funcional, que incluya rehabilitación y otros servicios necesarios para el desarrollo integral de la persona.

El derecho a recibir educación.

El derecho a trabajar de acuerdo con sus capacidades y a recibir un salario justo.

El derecho a recibir un trato digno y respetuoso.  

El derecho a que sus necesidades especiales sean tomadas en su consideración en planes económicos y sociales.

El derecho a participar en todas las actividades sociales, creativas y de recreación.    

El derecho a la accesibilidad, que incluye, por ejemplo, formas de comunicación accesible como letreros braille, o instalaciones que tengan

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las características necesarias para que las personas con discapacidad puedan desplazarse libremente por ellas.

3.1. Estrategias Básicas para la Atención Educativa de alumnos Discapacidad intelectual.

La Discapacidad Intelectual se caracterizada por las limitaciones significativas tanto en el FUNCIONAMIENTO INTELECTUAL como en LA CONDUCTA ADAPTATIVA, expresada en habilidades adaptativas conceptuales, sociales y prácticas. Esta discapacidad se origina con anterioridad a los 18 años” (Schalock et al., 2010). Se divide en leve, moderada y severa.

La atención educativa dirigida a esta población deberá garantizar el desarrollo integral del alumno y que se enfocan a la adquisición de conocimientos, desarrollo de habilidades y destrezas, formación de hábitos de convivencia, de trabajo y de higiene, aprovechando la información que aportan el contexto social, cultural y comunitario.

Como docente, desempeñas una función muy importante dentro del proceso educativo de cada uno de los niños, ya que orientas su interacción con el entorno y, por tanto, eres el mediador de su forma de comunicarse con los demás.

La familia y la escuela intervienen en la atención educativa del niño mediante experiencias de aprendizaje mediado. La mamá, el papá y los hermanos, en la casa, y el docente en la escuela, son mediadores del aprendizaje de los niños; su función es hacer accesibles la información, los contenidos y los estímulos, de manera que tengan un significado para lograr una inclusión exitosa en los contextos escolar y familiar.

Para atender a los niños con discapacidad intelectual, toma en cuenta las siguientes recomendaciones:

Crea un ambiente estimulante para que el niño participe, asuma responsabilidades, tome decisiones y sea capaz de elegir.

Planea actividades individuales y altérnalas con la actividad en pequeños grupos o de la clase completa para favorecer la búsqueda, la comunicación y el respeto a los demás.

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Utiliza material concreto y variado que despierte el interés y la participación activa de los niños.

Estimula, guía y alienta al niño en sus expresiones, y evita reprimirlo. Cuenta con una guía de actividades que conduzcan al niño a

descubrirse, a manifestar su pensamiento y sus sentimientos; el adulto debe motivarlo a comunicarse con los demás y ayudarlo para hacerse comprender.

3.2. Estrategias Básicas para la Atención Educativa de alumnos Discapacidad Visual.

La Discapacidad Visual es un estado de limitación o menor eficiencia, debido a la interacción entre factores individuales (entre los que se encuentra la deficiencia visual) y los de un contexto menos accesible (ONCE). La discapacidad visual se divide en ceguera (ausencia de visión) y baja visión (pérdida parcial de la vista).

Cuando nos relacionamos con una persona con discapacidad visual, surge en nuestra mente una pregunta primordial: ¿Cómo acercarse? Usted debe identificarse plenamente y tocar el brazo de la persona ciega o de baja visión, esto es para dar confianza y certeza de que se ha entablado comunicación. Esta estrategia representa la base de las sugerencias que a continuación se plasman:

Pregunte a la persona si necesita ayuda y de qué tipo, así usted mostrará respeto y disposición.

No toque el bastón blanco que la persona con ceguera o baja visión esté utilizando; si actúa de esta manera su apoyo será más efectivo.

Para conducir a la persona ciega o de baja visión, ofrezca su brazo derecho o izquierdo según sea la comodidad de ambos; si la persona guiada es más alta que usted entonces deberá tomar su hombro, esto le permitirá sentir los movimientos de su cuerpo al subir o bajar escaleras, dar vuelta, etc.

En caso de que la persona esté utilizando un perro guía normalmente usted debe estar al lado derecho, ya que el perro va usualmente al lado izquierdo.

La persona que es guiada deberá ir aproximadamente 5 cm. atrás de usted, nunca por delante; ya que esto podría provocar serios accidentes tales como caídas, portazos, golpes en la cara, u otras lesiones.

Para indicar a la persona acerca de una puerta de entrada o salida, coloque su mano sobre la chapa o en la agarradera de la puerta, así el mismo tomará control de la situación. Pero si usted decide abrir, hágale saber hacia dónde abre la puerta.

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Para localizar una silla coloque la mano de la persona con ceguera o baja visión sobre el respaldo, así la persona ubicará con mayor facilidad el asiento. Si al sentarse a la mesa se encuentran objetos, indique a la persona hacia dónde se encuentran los objetos, usando referencias muy específicas, tales como: derecha, izquierda, al frente, arriba, abajo.

Cuando se camina por lugares estrechos usted llevará su brazo a la espalda para ofrecérselo a la persona que va usted a guiar, así irá tras usted sin ningún problema y a la vez sentirá los movimientos de su cuerpo.

3.3. Estrategias Básicas para la Atención Educativa de alumnos con Discapacidad Auditiva

La Discapacidad Auditiva es la disminución o pérdida del sentido auditivo. Es la dificultad o imposibilidad de utilizar el sentido del oído. Las personas que presentan Discapacidad Auditiva se suelen clasificar en dos grandes grupos: aquellos que presentan hipoacusia o sordera.

Las personas con hipoacusia presentan disminución de la audición, no obstante, resulta funcional para la vida diaria, aunque necesitan el uso de auxiliares auditivos. Estas personas pueden adquirir el lenguaje oral por vía auditiva.

Las personas con sordera se caracterizan por presentar una audición no funcional para la vida diaria y no les posibilita la adquisición del lenguaje oral por vía auditiva. La persona con D.A. (sordera) se considera si su pérdida auditiva es tan grande que, incluso con una buena amplificación, no es posible un aprovechamiento de los restos auditivos. La visión se convierte en el principal lazo con el mundo y en el principal canal de comunicación.

Así como cada alumno representa un reto diferente y diario en nuestras aulas, lo mismo ocurre con los alumnos con discapacidad auditiva. Aunque podemos establecer unas semejanzas comunes a todos, será nuestra relación diaria con ellos, sus necesidades propias y sus capacidades específicas las que nos guíen en nuestra labor como maestros y como profesores, en definitiva, como docentes.

Estrategias para CAPTAR LA ATENCIÓN.

El requerimiento de atención es un patrón comunicativo básico y predominante para poder iniciar y mantener la comunicación.

En general, podemos y debemos llamar la atención de los alumnos con D.A., con todos los recursos posibles que estén a nuestro alcance: vocales y corporales.

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Si nuestro alumno tiene restos auditivos que puede aprovechar, le llamaremos por su nombre en voz alta, asegurándonos de que nos puede responder, y acompañaremos la llamada vocal con alguna de las otras estrategias.

Si está lejos podemos mover nuestro brazo o nuestra mano agitándolos en el aire para llamar su atención; o bien, si está con otros compañeros, decirles que le avisen. También, podemos acudir por nuestro propio pie allí dónde esté.

Si está en espacios cerrados, como el aula o el gimnasio, podemos utilizar las técnicas arriba mencionadas, encender y apagar las luces.

Estrategias para MANTENER LA ATENCIÓN

La expresión facial y corporal que presentamos en nuestra comunicación se vuelve mucho más importante en este punto. El movimiento de nuestro cuerpo y/o nuestro rostro deben manifestarse con un cierto valor afectivo y motivacional para que el alumno perciba realmente que estamos atendiéndole. Asentir cuando se dirige a nosotros es fundamental.

Nuestras miradas deben coincidir con la suya y nuestra expresión facial debe invitar al niño a participar y, a la vez, mantener su interés en la interacción.

Asimismo, los niños y adolescentes con D.A. pueden ser mucho más expresivos en sus gestos faciales y corporales y no debemos malinterpretarlos.

La ubicación del niño en el aula es más importante de lo que se puede pensar. Este lugar debe permitir al niño acceder con facilidad a toda la información visual relevante para los aprendizajes: visión frontal de la pizarra u otros soportes visuales, visión frontal del lugar que ocupan los docentes, y -visión global de lo que sucede en clase  

Se puede colocar al niño en la primera fila de la clase, enfrente del docente, o bien ubicar la clase en forma de U o en semicírculo siempre que sea posible, para que pueda ver a los demás niños y también al educador.

Como docentes, este lugar, además, debe permitir y favorecer una atención directa al niño para facilitar la supervisión de su trabajo.

Estrategias para MANTENER LA COMUNICACIÓN.

Asegurar que nuestro alumno nos está mirando y atendiendo cuando nos estamos dirigiendo a él o al grupo-clase.

Realizar la seña o decir la palabra siendo conscientes de que nos está mirando.

No girar la cabeza mientras hablamos. No dar explicaciones ni información básica mientras caminamos en

clase o se escribe en la pizarra. Evitar poner papeles, lápices o las manos delante de la cara. Indicar el objeto del que se va a hablar y que esté en su campo de

visión, y pueda percibir el referente (el objeto del que se va a hablar) y su denominación (su nombre, su signo) al mismo tiempo. Mucho cuidado

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con la ATENCIÓN DIVIDIDA: Nos tenemos que asegurar bien de que el alumno ha visto aquello de lo que le estamos hablando, o bien que sigue nuestra explicación una vez que ha visto el referente.

Cuando sea necesario, realizar un enunciado más corto, que resuma o simplifique el contenido del mensaje en su esencia pero con una estructura correcta.

3.4. Estrategias Básicas para la Atención Educativa de alumnos con Discapacidad Motriz.

La discapacidad motriz constituye una alteración de la capacidad del movimiento que afecta, en distinto nivel, las funciones de desplazamiento, manipulación o respiración, y que limita a la persona en su desarrollo personal y social. Ocurre cuando hay alteración en músculos, huesos o articulaciones, o bien, cuando hay daño en el cerebro que afecta el área motriz y que le impide a la persona moverse de forma adecuada o realizar movimientos finos con precisión.

Los niños con alguna discapacidad motriz derivada de un problema en articulaciones, músculos y/o huesos por lo general experimentan menores problemas para aprender y realizar trazos, leer y escribir. Los alumnos con parálisis cerebral sufren más dificultades en el control voluntario de sus movimientos o bien limitación de movimientos.

Por lo anterior, primero observa las posibilidades de movilidad de tu alumno, en especial de la movilidad voluntaria, y después proporciónales algunos apoyos:

Dale el tiempo que requiera, sin presiones. Divide la actividad y las indicaciones en pasos muy pequeños, y

aumenta poco a poco la dificultad. Ofrécele apoyos motrices (por ejemplo, andaderas, bastones, barras en

la pared o pide recomendaciones a especialistas), para que pueda sostenerse.

Utiliza el medio de comunicación que se adapte al alumno, y dale la palabra para que relacione palabras con objetos.

En algunos casos, plantéale preguntas cerradas que requieran un movimiento de cabeza. Es importante establecer desde muy temprana edad una respuesta clara y específica para el “sí” y otra para el “no” (por ejemplo, un sonido, un gesto, un parpadeo, un movimiento de la boca, etcétera); depende del movimiento voluntario del niño.

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Presenta la tarea en el plano vertical, en particular a los alumnos con escaso control de cabeza. Por ejemplo, si les cuesta trabajo mover la cabeza para ver el pizarrón y luego su mesa, muéstrales el material de forma vertical para que no pierda el control de su cabeza por tener que agacharse.

Coloca los objetos dentro del espacio motriz del niño, es decir, en el espacio donde pueda agarrarlos.

Exponles el material del tamaño adecuado a las características de la visión del alumno.

Observa expresiones habladas o gestuales que indiquen el estado emocional del alumno. De preferencia, dale nombre a la emoción preguntándole, por ejemplo, “¿estás enojado?”, “¿te gusta?”, o “¿te duele?”, para que el niño identifique y nombre sentimientos y sensaciones.

Para aplicar las estrategias, se necesita recurrir a la creatividad. No temas mover con respeto al niño con discapacidad motriz; si es el caso, sigue las recomendaciones médicas en el apoyo que le brindes, y recuerda que él y sus padres confían en el docente. Algunas actividades requieren ayuda de padres de familia para elaborar materiales. Usa tu inventiva para obtener recursos didácticos que permitan mejorar la postura del niño y le faciliten el aprendizaje.

BIBLIOGRAFÍA

DECLARACIÓN DE SALAMANCA Y MARCO DE ACCIÓN SOBRE NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES, 1994.http://www.unesco.org/education/pdf/SALAMA_S.PDF

LEY GENERAL PARA LA INCLUSIÓN DE LAS PERSONAS – DOF, 2011.http://portal.salud.gob.mx/codigos/columnas/pdf/reglamento_LIPD.pdf

ORIENTACIONES GENERALES PARA EL FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS DE EDUCACIÓN ESPECIAL, 2006.http://www.educacionespecial.sep.gob.mx/pdf/publicaciones/libromorado.pdf

LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD EN MÉXICO, UNA VISIÓN CENSAL, 2010.http://www.inegi.org.mx/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/censos/poblacion/2000/discapacidad/discapacidad2004.pdf

GUÍA DE BUENA PRÁCTICAS DE EDUCACIÓN INCLUSIVA, 2014.

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