francisco posada - los orígenes del pensamiento marxista en latinoamérica

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  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    1/91

    LOS ORIGENES DEL

    PENSAMIENTO M RXIST

    EN

    L TINO MERIC

    POLITICA Y CULTURA

    EN

    OSE CARLOS

    M RI TEGUI

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    2/91

    COLECCION

    CUADERNOS CIENCIA

    NUEVA

    CUBIERTA ALBERTO

    CORAZON

    FRANCISCO POSADA. BOGOTA.

    1968

    EDITORIAL CIENCIA

    NUEVA

    S L

    CRUZ VERDE

    22 MADRID

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    3/91

    S MIENTO M RXIST

    N L TINO MERIC

    IC Y CULTUR

    EN

    C RLOS

    M RI TEGUI

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

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  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

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    Palabras preliminares.

    Las hojas que siguen no pretenden ser

    una

    expo-

    sicin del noble y

    rico pensamiento

    del

    escritor

    pe

    ruano

    Jos Carlos

    Maritegui;

    ellas

    quieren

    ser

    apenas

    un intento e situar

    su

    figura intelectual

    ante

    todo

    en

    referencia al marxismo

    --corriente

    que

    fue la

    suya propia- e indirectamente

    por

    res-

    pecto al

    mundo cultural e

    su poca. Hemos

    queri

    do adems escoger aquellos tpicos

    e

    sus tesis que

    nos parecen los ms llamativos hoy

    en da

    y que

    de

    otra parte

    son lo ms valioso de ellas.

    Ahora bien:

    su

    ndole no

    expositiva

    hace este

    tra

    bajo algo e tipo crtico No implica este enfoque

    naturalmente

    desafecto

    alguno hacia la figura e

    Maritegui

    ni

    tampoco

    menosprecio de sus ideas.

    F P

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    l La

    situacin histrica.

    El proceso de radicacin y crecimiento del mar-

    xismo

    en

    Amrica Latina fue arduo y en ocasiones

    difcil. Esto

    ha

    sucedido

    en

    general

    con

    las

    diversas

    ideologas de

    avanzada

    y que

    han

    tenido una signi-

    ficacin progresiva

    en esta

    regin.

    El

    marxismo

    ha

    vivido sus

    avatares

    y a su

    histo-

    ria le

    han determinado

    diversos factores. Ello nos

    permite

    no slo trazar el esbozo de su fisonoma.

    sino incluso

    indicar las

    limitaciones con que se

    pre-

    senta

    en

    quienes hasta ahora han sido sus ms d .S-

    collantes

    intrpretes

    y propagandistas.

    Es indispensable antes de proseguir tener

    en

    cuenta lo siguiente: el marxismo se

    afianza

    en los

    pases de Amrica Latina despus de

    1920. n

    su

    gestacin y desenvolvimiento han influido

    las tra-

    diciones nacionales la mayor o menor presenci t

    del universo espiritual europeo lo mismo que

    la

    historia

    individual del pensador

    en

    cuestin sus

    amistades su generacin su procedencia social y

    otros factores menores. El proceso de gestacin del

    marxismo ha sido

    en esta

    zona

    diferente al

    de

    Europa.

    Las causas sociales que obraron para la aparicin

    del marxismo

    en

    Amrica Latina pueden remitirse

    a dos rdenes:

    las

    de

    orden internacional

    y

    las

    de

    orden nacional.

    7

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    8/91

    Las primeras

    -resultado

    de los factores deriva-

    dos de

    la

    coyuntura

    mundial-

    se vinculan

    ante

    todo

    a los grandes acontecimientos econmicos y revo-

    lucionarios de fines del siglo

    xix

    y de las primeras

    dcadas del presente. El paso del capitalismo de

    la

    libre competencia al capitalismo monopolista fue

    en Amrica Latina

    un

    proceso de repercusiones

    particularmente

    manifiestas y las huellas que dej

    en

    la

    vida de estos pases son mucho ms marcadas

    que las que hallamos en pases de otros continen

    tes subdesarrollados. Las razones del moderno atra

    so de los pases latinoamericanos

    han

    sido el impe-

    rialismo y el colonialismo anglosajn y saxoameri-

    cano. Comenzaron a actuar a travs de Inglaterra

    desde cuando el Imperio Hispnico dej vaco su

    lugar en Ultramar despus de 1826 La constitucin

    del mercado mundial, los emprstitos y ciertas ma

    nifestaciones precoces de imperialismo (las

    in

    versiones de capitales

    en

    ferrocarriles, etc.)

    ataron

    nuestras economas al sistema capitalista, hacin

    dolas dependientes y fortaleciendo as a las clases

    feudales.

    Entre el colonialismo ingls

    -debido

    a

    la

    mane.

    ra como oper y dadas sus tendencias imperialis-

    t s

    y

    la

    etapa de exportacin de capitales no

    existi siempre una sclucin de continuidad; se

    estableci

    ms

    bien un puente, a veces casi insen

    sible. En cierto modo el imperialismo del siglo xx

    fue una prolongacin. Debido, adems, a la persis-

    tencia de relaciones feudales y semifeudales, a

    la

    ruina

    de la

    manufactura

    latinoamericana,

    resultan

    te de una desigual competencia con los

    artcu

    los importados de Europa, el sector nacionalista de

    la

    burguesa no se pudo

    ausentar

    mejor dicho, no

    se constituy en el ncleo de una clase burguesa

    adulta

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    9/91

    El proletariado se cohesiona no

    en

    relacin a la

    burguesa criolla, sino

    en

    oposicin a

    las

    empresas

    extranjeras que se fueron estableciendo paulatina-

    mente. Las primeras luchas de la clase

    obrera

    tu-

    vieron ocasin

    contra

    el

    capital

    forneo.

    Su

    acti-

    tud fue desde el primer momento una actitud anti-

    imperialista.

    En

    virtud de la deformacin que el mercado

    mundial y los capitales forneos introducen en lo

    que hubiera sido

    un

    desenvolvimiento

    continuado

    de las economas locales,

    las

    contradicciones entre

    las

    compaas y los establecimientos

    capitalistas

    latinoamericanos

    y

    la

    clase

    obrera no alcanzaron

    a

    tener

    la fuerza y

    la

    ardenta de contradiciones

    similares en

    la

    sociedad

    burguesa

    europea.

    En

    la

    clase

    obrera

    y

    las

    fuerzas populares obr

    muchas

    veces

    un

    reflejo patritico

    en

    defensa de

    las

    ri-

    quezas propias y

    algunas

    de sus reinvindicaciones

    fueron sacrificadas a la

    voluntad prioritaria

    de

    industrializacin nacional.

    - Desde el

    punto

    de

    vista

    ideolgico esto facilit

    la

    influencia

    de posiciones de

    la

    burguesa

    pro-

    gresiva

    y

    de la

    pequea

    burguesa,

    y en

    ocasiones

    las consignas proletarias ,

    marxistas ,

    de

    la

    clase

    obrera

    no fueror,

    ms

    que

    planteamientos

    reformistas, democrticos o utpicos, vestidos con

    la terminologa del socialismo cientfico. Ms an:

    la organizacin de los grupos obreros revoluciona

    rios se afect por este hecho

    y

    ha

    carecido

    en

    ocasiones de autonoma, pese a su constitucin for-

    mal

    como

    partidos

    o movimientos.

    l

    abrigo de

    esta

    situacin se

    han

    librado

    jor-

    nadas memorables. Empero, no podemos

    dejar

    de

    anotar

    Y esto es ahora lo que

    ms

    nos intere-

    s a

    que la

    citada

    coexistencia ideolgica

    ha

    lle

    vado a peculiares versiones del marxismo.

    Por otra

    9

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    10/91

    parte, el influjo vivo del leninismo slo se perciblO

    muy tarde, en comparacin con lo que acontece

    contemporneamente en pases como Alemania,

    Hungra o China.

    La Revolucin rusa caus un impacto muy po-

    deroso en la mentalidad de la intelectualidad

    avan

    zada

    y en los diversos

    sectores

    populares. Un pen

    sador marcadamente

    liberal

    y positivista como Jos

    Ingenieros salud lleno de entusiasmo la Revolu-

    cin de octubre. Entre las razones que dio para esta

    adhesin, queremos destacar dos: esta transforma

    cin social

    la

    evalu como

    un

    triunfo

    del

    espritu

    moderno contra el

    feudalismo

    an sobreviviente,

    al mismo tiempo que como la consagracin

    defini

    tiva de determinados valores ticos.

    La Revolucin de Octubre no fue apreciada como

    un hecho espordico o de

    alcances

    regionales.

    So

    bre todo en los medios liberales de

    avanzada

    y en

    las

    zonas democrticas apareci

    a

    manera

    de

    res

    titucin del humanismo frente a la

    tremenda

    cri

    sis moral y social del cataclismo blico recin ter

    minado. El caso

    personal

    del joven Ponce es

    una

    expresin tpica de ese

    tendencia

    de la

    poca

    1).

    La

    conciencia de la transitoriedad de la sociedad

    moderna (capitalista)

    que

    impusieron

    la guerra y

    la revolucin deja de ser un mero dato intelectual y

    personal, y se torna un dato social; de

    ah

    que, pese

    a

    la existencia

    de algunos marxistas

    antes

    del pe

    rodo posterior de la Primera Guerra

    Mundial

    y a

    la Revolucin rusa, como resulta de las

    investiga

    ciones del profesor Ermolaiev 2)

    Y

    tal es el caso

    del cubano Carlos Balio

    (1848-1926)-, esta

    ten

    dencia se desarroll y

    tom cuerp

    de organizacin

    apenas

    durante

    la

    dcada

    de

    lo.s

    aos

    20

    cuando

    se

    vincularon

    entre s los

    factores nacionales

    e in

    ternacionales de que estamos tratando. El marxis-

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    11/91

    mo deja de ser algo embrionario, ocasional, perif

    rico y comienza a adquirir

    forma.

    Las

    tradiciones democrticas de este subcontinen

    te jugaron un

    papel decisivo en

    la

    gestacin del

    pensamiento marxista

    de

    algunos

    de

    sus

    mejores

    representan tes. Se

    puede precisar

    una lnea Inge

    nierosjPoncejAgosti (3) y puede igualmente esta

    blecerse

    un

    nexo entre

    Jos

    Mart y

    Juan

    Marinello

    en Cuba (

    4 .

    Debemos anotar que dichas tradicio

    nes adoptaron un

    grado muy

    profundo de radica

    lismo, quiz porque, salvo unos contados episodios,

    no llegaron a establecerse en el poder y

    menos

    an

    a

    moldear

    las

    sociedades

    latinoamericanas

    a

    su

    imagen y semejanza. ~ profesor Rippy anota que

    luego de

    la expansin

    intelectual de

    la Independen

    cia (con Rousseau en el terreno de la teora poltica

    y la moral),

    aqulla

    fue contrayndose poco a poco

    debido a los obstculos que la pobreza , la "igno

    rancia",

    la "supersticin", la "ineptitud poltica"

    y

    el militarismo opusieron al desarrollo de las ideas

    burguesas avanzadas

    (5).

    Coartadas,

    acorraladas en

    ocasiones, las concepciones noseolgicas sensualis

    tas y positivistas, el reformismo poltico, la

    tica

    individualista, la

    utopa

    histrico-social de Comte,

    para

    no hablar de reivindicaciones

    generales

    como

    la

    separac n

    entre

    la Iglesia y el Estado,

    la

    educa

    cin laica, la libertad religiosa, etc., aparecieron

    durante

    mucho tiempo como algo subversivo o como

    aberraciones del espritu. Para las clases feudales

    y

    para

    las zonas radicales de la

    burguesa

    y peque

    a burguesa, el marxismo fue

    la

    prolong cin na

    tural de

    dichas

    concepciones y reivindicaciones, y

    el

    liberalismo era

    acusado de

    "antesala"

    del

    comu

    nismo. La

    fuerza

    de la Revolucin mejicana,

    su

    con

    notado carcter

    popular, el que algunos de sus por

    tavoces

    la consideraran

    incluso

    ms radical

    que

    la

    11

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    12/91

    propia Revolucin de Octubre, vino a confirmar

    la

    creencia

    en la sealada

    prolongacin y a

    nublar

    la

    diferencia cualitativa del marxismo con cual-

    quiera ideologa

    anterior, materialista

    o idealista.

    Para

    comprender

    a

    cabalidad

    el pensamiento de

    Jos Carlos Maritegui. es conveniente tomar en

    cuenta varias consideraciones.

    Ante todo,

    la

    formacin del

    ilustre pensador

    pe

    ruano no fue, en el terreno del propio marxismo,

    una

    formacin bsica y detallada.

    Mari

    tegui co

    noci algunas obras

    importantes

    de Marx, Engels

    y Lenin, pero muchos de sus puntos de vista sobre

    el socialismo cien tfico procedieron de

    lecturas

    de

    intrpretes,

    algunos tan poco afortunados como

    Sorel o Croce. Por

    otro

    lado, su cultura

    general

    se

    resinti de vacos. Nunca visit la Universidad como

    estudiante, excepto un corto lapso de tiempo

    en

    el

    que sigui una clase de latn. En Europa frecuen-

    t

    algunos cursos libremente, pero

    sin

    decidirme

    nunca a perder mi carcter extrauniversitario . Pe-

    riodista

    de vocacin y por fuerza de los

    aconteci-

    mientos desde los catorce aos,

    Maritegui

    lleg a

    la cultura por esta

    va: a

    un

    espritu como el suyo,

    rebelde y avanzado, no poda satisfacerle

    la

    Uni

    versidad peruana de comienzos del siglo (6). Como

    para muchos otros

    intelectuales

    progresistas, el

    ejercicio del periodismo en los rganos liberales de

    opinin fue una

    genuina

    escuela.

    En

    1918-19 su posicin puede clasificarse como

    demcrata radical, ya que a sus tesis tico-polti

    cas

    una

    una

    fuerte

    y

    arraigada

    inclinacin

    contra

    las

    injusticias sociales. Ha pasado de

    abordar

    los

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    13/91

    problemas nacionales

    en

    tono liberal a situarlos en

    un contexto social:

    en La

    Razn escribe

    en

    favor

    de

    la reforma

    universitaria, pero tambin da 1a

    pe-

    lea

    por el movimiento obrero, por sus pliegos de

    pe-

    ticiones

    ante

    los patrones, por el Comit

    Pro Abara-

    tamiento

    de las Subsistencias, escribe sobre huel-

    gas y concentraciones obreras

    en

    Lima y sobre los

    presos polticos en Trujillo. Aquel descontento po-

    pular culmina

    en julio de

    1919

    con

    la subida

    de

    Augusto Legua al poder y con el cierre de La Ra-

    zn

    7).

    Su

    viaje a Europa (octubre de 1919 fue

    un

    viaje

    de periodista. Devor libros, visit museos, el

    arte

    le apasion, lo mismo que

    la

    poltica: adquiri un

    saber

    multifactico, y aun

    cuando

    l repos sobre

    unos

    lineamientos

    doctrinarios bsicos,

    las

    contra-

    dicciones

    en

    que

    incurre su obra

    nos

    muestran

    que

    Mari

    tegui careci de una estructuracin terica

    completa.

    El

    pensamiento

    de Maritegui discurre en dos

    planos.

    Uno es el de los anlisis concretos, ricos

    en

    sugerencias y brillantes, lo mejor de su produccin.

    Baste

    pensar

    en sus mltiples escritos sobre arte

    y

    literatura

    o

    en sus

    valiosos

    Siete

    ens yos de

    in

    terpretacin de

    la realidad peruana.

    Esto

    s

    lo que

    le

    ha

    dado,

    justificadamente,

    ms lustre y la parte

    perdurable

    de su obra.

    En

    cambio, el plano terico

    general, que corresponde a

    su formacin

    filosfica

    marxista, es endeble.

    No

    puede

    negarse

    que de esto

    resulta

    una

    obra importante,

    pero discutible, de

    gran trascendencia, pero desigual, que posey un

    influjo

    muy vasto,

    aunque un

    tanto difuso.

    La obstinacin por parte de algunos

    intrpretes

    a eludir un

    anlisis justo

    y riguroso de

    sus

    tesis

    ha

    tenido como respuesta, errada tambin,

    la

    teo-

    ra

    de los dos Mariteguis que,

    por

    ejemplo,

    13

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    14/91

    Chang-Rodrguez, en su propia versin, ha expuesto

    as: Quien quiera analizar la

    trayectoria

    ideolgi-

    ca

    socialista de Maritegui tendr que leer cuida

    dosamente

    sus escritos de 1923 a 1929 que

    produjo

    en

    estado

    consciente

    y

    pleno

    de uso de

    todas

    sus

    facultades mentales. Lo que apareci con su firma

    durante los meses que precedieron a

    su

    muerte, y

    que

    parece

    seguir

    fielmente

    las consignas de Mos-

    c, debe ponerse en tela de juicio, puesto que o lo

    escribieron

    otros o sali de su

    mente

    alterada

    por

    las in trigas y la presin de aquellos que lo rodearon

    y

    precipitaron la

    rpida

    deterioracin

    de

    su

    sa

    lud

    8). Como vemos,

    la

    censura que establece

    Chang-Rodrguez tiene

    una

    implicacin poltica

    directa. Por otra parte, su interpretacin no es

    acer

    tada, ya que podemos ver que

    tambin

    en los es-

    critos

    de 1923 a 1929 surgen muchas rectificaciones

    de

    puntos

    de vista suyos

    determinadas

    por las orien

    taciones

    del movimiento obrero internacional y

    por

    las

    posiciones de

    la

    Unin

    Sovitica.

    En

    otros

    casos

    se percibe el deliberado y a veces difcil esfuerzo

    de hacer

    compatibles

    sus convicciones

    ms firmes

    con dichas orientaciones.

    El

    pensamiento

    de Maritegui no es

    dual ,

    no

    hay tampoco

    dos

    Mariteguis . El pensamiento

    del primer

    marxista

    peruano es ms bien l j se

    e

    gest cin

    del

    marxismo

    en

    Amrica

    Latina

    y,

    por

    lo mismo,

    indefinido

    en

    algunos

    aspectos en

    proceso

    de

    desprendimiento de

    la

    vieja cultura, tan

    teando volverse

    un

    pensamiento vivo en la aplica

    cin a

    esa

    realidad. Y sobre todo,

    no

    consciente

    de la especificidad terica de

    la

    filosofa

    marxista.

    Por

    lo dems,

    la misma

    crisis que

    sufri

    el mar

    xismo en esa poca afect a Maritegui. Los aos

    de su aprendizaje, en el Per y en Europa,

    no

    fue

    ron

    aos fciles para

    esta concepcin; se presen-

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    15/91

    tan

    el reformismo de

    Kautsky,

    el

    neokantismo

    austro-marxista,

    el

    irracionalismo activista

    de So-

    rel, el

    materialismo vulgar

    de Plejanov, etc. El per

    fil del marxismo se desdibujaba,

    en parte, por las

    violentas crisis

    intelectuales,

    morales

    y

    polticas

    creadas

    por

    la

    guerra. Maritegui iba

    a

    formarse

    a

    Europa ... Lo

    admirable

    del caso del

    pensador

    pe

    ruano

    es que, a

    pesar

    de

    todas esas

    dificultades,

    haya logrado

    plantear

    el marxismo en Amrica

    Latina

    al

    nivel y

    con

    todas

    las

    cualidades

    con

    que

    lo hizo.

    Otro

    aspecto que

    influye en la obra

    de

    Marite

    gui

    y

    que

    tie

    sus

    concepciones de idealismo y

    voluntarismo -

    es el de

    la

    debilidad de

    la

    clase

    obrera peruana. Maritegui

    no

    se

    inscribe en un mo

    vimiento

    obrero

    ya

    en desarrollo;

    su

    accin

    polti

    ca

    y

    su

    creacin

    lo

    ayudan

    a

    forjarse.

    A

    su

    regreso,

    en

    1923,

    adelanta

    una

    intensa campaa

    de

    divul

    gacin

    del marxismo y de

    aplicacin

    a

    la

    realidad

    nacional. Va a los obreros de las Universidades

    Populares

    a

    estudiar

    con ellos ,

    no

    a

    ensear

    les . Hay

    otros

    jvenes

    en

    esas Universidades que

    comunican

    a los obreros sus conocimientos ( ...

    .

    Idealistas

    y

    entusiastas

    no siguen quiz

    an una

    ruta

    bien marcada, bien

    definida.

    Luchan

    por

    la

    Justicia

    social , pero su

    programa

    no es

    concre

    to ni pre

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    16/91

    xismo y

    su

    lucha por difundirlo, baste recordar

    apenas

    los rasgos

    ms

    generales de la sociedad y

    la historia del Per.

    La

    oligarqua de este pas es

    una

    de

    las ms

    vigorosas de Amrica

    Latina,

    con

    una

    mayor conciencia y

    fuertemente

    cohesiona-

    da. El

    Per

    estuvo trs.dicionalmente dividido

    en

    tres circuitos econmicos muy diferenciados,

    tres

    pases diferentes 10

    La

    costa, con

    una

    notable

    influencia

    cultural

    del

    extranjero, en

    donde se en-

    cuentra Lima; la

    sierra,

    asiento

    de los grupos

    campesinos de origen inca, y las selvas del orien-

    te. La oligarqua

    estaba

    compuesta

    en

    el tiempo

    de vida de

    Maritegui bsicamente por

    los gran-

    d9s

    latifundistas

    y

    la burguesa compradora

    sec-

    tores sociales alejados del pueblo y ligados a los

    intereses de los capitales

    internacionales.

    Uno de

    los rasgos

    ms

    sobresalientes de

    la actividad

    de

    esta

    oligarqua es el de que sus enormes lucros

    econmicos, compartidos con monopolios ingleses

    y

    norteamericanos,

    se

    han

    derivado

    en gran

    me-

    dida del guano, regalo de los

    pjaros

    y no

    fruto

    del

    trabajo humano,

    y de los recursos

    naturales.

    Este

    pas no ha tenido

    una burguesa

    progresista nume-

    rosa y fuerte, y eso implic el

    carcter

    de

    algunas

    de las tesis de Maritegui sobre el papel histrico

    de

    esta

    clase

    en

    el progreso social de Amrica

    La-

    tina.

    Maritegui fue consciente de

    las

    dificultades

    sin nmero para una labor ideolgica

    moderna;

    es decir,

    para una labor

    susceptible de colocar a

    su

    pas al nivel

    cultural ms

    evolucionado de

    su

    poca. En el

    Per

    falta -d i jo - por desgracia,

    una prensa

    docente que siga con atencin, con in-

    teligencia y con filiacin ideolgica el desarrollo

    de

    esta

    gran crisis; faltan, asimismo, maestros

    universitarios, del tipo de Jos Ingenieros, capaces

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    17/91

    de apasionarse por las ideas de renovacin que

    actualmente transforman al mundo y de liberarse

    de la influencia

    y

    de los prejuicios de

    una

    cultura

    de una educacin conservadoras burguesas;

    faltan

    grupos socialistas

    y

    sindicalistas, dueos de

    instrumentos propios de cultura popular, en ap-

    titud, por tanto, de

    interesar

    al pueblo por el es-

    tudio de la crisis (

    11

    .

    z.

    17

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    18/91

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    19/91

    JI u

    posi in

    filosfica

    Sin

    duda alguna el libro efensa del marxismo

    es

    la

    mejor condensacin de

    la

    tesis de

    Maritegui

    sobre

    esta

    filosofa.

    Su

    posicin

    marxista

    compor-

    ta

    una

    serie de

    errores

    y de

    virtudes

    que vamos

    a

    estudiar en

    seguida.

    Se

    ha

    insistido en

    la presencia

    de

    la sombra

    de

    Sorel sobre Maritegui (12). El asunto es bien

    pro-

    fundo, ya que se trata de un influjo general irra-

    cionalista, el cual se evidencia

    en la mayora

    de

    de sus escritos.

    Un

    interesante

    estudio (13) nos

    pinta un

    cuadro

    adecuado de importantes influencias irracionalis-

    tas en el pensamiento de Maritegui. Los orge-

    nes del italianismo del pensador peruano se re-

    montan a

    9 5

    y se deben a

    uno

    de sus

    ms

    nti-

    mos amigos,

    Abrahan

    Valdelomar. El d annunzia-

    nismo

    f u ~ u n

    fenmeno de irresistible seduccin

    para el estado de

    nimo

    rubendariano. En el Per

    padecimos

    alguna

    de sus

    ms

    empalagosas y

    ram-

    plonas

    caricaturas, aunque

    como compensacin, la

    influencia

    d'annunziana dejar su huella en tem-

    peramento tan

    sensible y

    afinado

    como el de Val-

    delomar,

    d'annunziano

    de

    primera

    mano, bien dis-

    tinto de

    cuantos

    se

    iniciaron en

    los misterios del

    divino Gabriel en ediciones baratas de Maucci o

    en

    sus

    no

    menos infieles biblias parisienses. (14).

    9

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    20/91

    Su colega de periodismo, el mdico Hermilio Val-

    dezn, que regres de Italia

    en

    1915 acentu

    la

    curiosidad, que pronto fue una genuina dedicacin

    apasionada,

    hacia

    la

    cultura, las

    letras

    y el

    pen

    samiento de este pas. En Italia, Maritegui ha

    descubierto su

    ser

    ms

    profundo y el sentido de

    su destino de escritor. All se ha decidido su mi

    sin de

    adelantado

    de la causa de los pobres y de

    los explotados . Y

    aun

    cuando

    estamos

    de acuerdo

    con la afirmacin de Nez de que all clausura

    sus deliquios decadentistas crepusculares (15),

    no

    por

    ello

    deja

    de recibir el

    influjo

    del

    irraciona

    lismo y el historicismo italianos que

    habran

    de

    labrar su joven mente vida de saber. Hizo contac

    tos personales con hombres de letras y tericos

    como Papini, Croce, Marinetti, Gobetti o Guillermo

    Ferrero,

    que fueron decisivos

    para

    l. Sigui

    muy

    de cerca

    las

    ideas y la

    obra

    de autores como

    Fa

    reto, el

    romntico

    De Sanctis, Borghese, Antonio

    Gramcsi,

    Malaparte

    o Pirandello. Esta influencia

    se mantuvo inclume hasta el

    final

    de sus da,s (16).

    El marxismo, pues, le lleg

    por

    algunos de los au

    tores citados

    y

    como ya lo dijimos,

    por

    Georges

    Sorel.

    Segn

    l, Sorel es el pensador que con su obra

    inicia ms enrgica y maduramente la

    ruptura

    con

    el perodo lassalliano. Sus

    eflexiones

    so re

    la

    vio-

    lencia

    representan, por su magnitud y consecuen-

    cias histricas,

    otro

    de los libros del nuevo si-

    glo (17). La evaluacin que efecta de un

    pensamiento como el de Bergson es ms que sin

    tomtica de

    sus

    preferencias intelectuales. Berg-

    son tiene discpulos de derecha e izquierda como

    los tuvo Hegel,

    aunque

    se abrigue

    personalmente

    tras

    las

    almenas del orden,

    actitud

    personal que

    no compromete mimmamente el sentido de su fi-

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    21/91

    losofia. Histricamente,

    la

    filosofa de

    Bergson

    ha concurrido, como ningn

    otro elemento

    inte

    lectual, a la

    ruina

    del idealismo y

    racionalismo

    burgueses

    (

    18 .

    Esta

    admiracin por Bergson

    le

    vino

    directamente

    de Sorel.

    Para Mari

    tegui el marxismo se

    define

    primor

    dialmente como una filosofa de

    la

    accin . Ri

    gurosamente hablando

    no es

    una

    teoria ni

    una

    ciencia

    sino

    la ideologa

    de

    la

    revolucin moder

    na. Por

    eso

    Maritegui

    no

    plantea en su

    obra una

    problemtica

    metodolgica y ella

    carece

    de

    un

    conjunto de conceptos filosficos estructurados.

    El

    marxismo

    era

    para

    l

    fruto

    exclusivamente de

    la confrontacin, no fruto

    de

    la

    ciencia

    y de

    una

    prctica

    terica.

    Maritegui representa en

    Latino

    amrica la tesis de que el marxismo se define como

    tal

    en

    la

    controversia, descalificndose as

    impl

    citamente

    su

    valor como teora.

    Empero, hay algo ms de peso.

    Mari

    tegui fue

    marcado por las tendencias pragmtica

    y, en me

    nor

    grado,

    vitalista

    del irracionalismo. De

    ah

    que

    haya planteado

    el

    problema

    de

    la

    verdad,

    no

    como

    el de

    la

    objetividad, sino como

    idea-fuerza,

    como

    mito.

    Exaspera la dialctica entre verdad absoluta

    y relativa y desemboca en la conclusin de que la

    segunda e verdad no

    relativamente

    al objeto, sino

    al sujeto. Niega

    las

    verdades

    absolutas no

    como

    absolutas;

    las niega como verdades. No existen

    verdades

    absolutas;

    pero existen

    verdades

    relati

    vas que

    gobiernan

    la vida del

    hombre

    como si

    fueran

    absolutas ,

    afirma

    en

    una nota

    en que

    no

    disimula sus simpatas

    por

    el pragmatismo (19).

    Hay

    otra

    frmula vi t l is t

    que se

    emparen

    ta

    con el subjetivismo de

    la recin

    citada. El co-

    nocimiento

    aparece, dentro del mismo orden de

    ideas, no como

    una prctica

    especfica (20)

    tal

    21

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    22/91

    cual lo considera el marxismo. El conocimiento es

    para Maritegui una especie de funcin orgnica

    El impulso vital f i rm del hombre responde

    a todas

    las

    interrogaciones de

    la

    vida

    antes

    que

    la

    investigacin filosfica. Y

    aade

    que el cami-

    no

    ms

    seguro

    para

    llegar a

    la verdad

    es el del

    hombre

    iletrado , para quien la necesidad vital

    es superior a la limitacin terica. Generalmente

    encuentra, mejor que el literato y que el filsofo,

    su propio camino. Puesto que debe actuar, acta.

    Puesto que debe creer, cree. Y concluye con

    una

    frase

    brillante

    y

    tajante:

    Su

    instinto

    lo desva

    de

    la

    duda estril (21). La filosofa no debe evi-

    tar renunciar

    a

    la

    accin , sino

    combatir la

    afir-

    macin de lo absoluto, porque en la historia huma-

    na

    el mito temporal de cada poca , la verdad

    relativa ,

    obra

    como una fuerza formidable.

    El marxismo aparece como el mito de la poca,

    el mito de

    la

    revolucin moderna. La

    imagen

    apoca-

    lptica de un

    mundo

    nuevo,

    frente

    al mundo

    pre-

    saico, escptico,

    nihilista

    y

    sin

    valores de

    la

    clase

    dirigente . Lo que

    ms neta

    y claramente dife-

    rencia

    en esta poca a la burguesa y al proletaria-

    do es el mito. La burguesa no tiene mito alguno.

    Se ha vuelto incrdula, escptica, nihilista. El mito

    liberal renacentista ha envejecido demasiado.

    El

    proletariado tiene un mito: la revolucin social.

    Hacia ese mito se mueve con una fe

    vehemente

    y

    activa. En combate abierto

    contra

    las consecuen-

    cias no

    exultantes

    del atesmo expone una tesis

    t-

    picamente

    pragmatista

    de la religin: en ella lo

    decisivo es su fuerza, la capacidad de emocin y

    de conmocin con que inviste al

    ser humano.

    La

    creencia

    en

    s

    misma

    es algo adjetivo

    dentro

    de

    la

    religin. or eso puede

    ser

    mundanizada , su con-

    tenido

    interhumano

    puesto en

    prctica una

    vez

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    23/91

    despojada

    en su envoltura

    inhumana. La emocin

    revolucionaria

    -sostuvo-

    es

    una

    emocin religio-

    sa. Los motivos religiosos se han desplazado del

    cielo a la tierra. No son divinos; son humanos, son

    sociables (22).

    La

    gravedad

    de

    estas

    concepcio-

    nes reside en presentar al marxismo ubicado

    en

    un plano completamente

    distinto al

    plano

    en

    el

    que sus fundadores lo situaron. Deja de

    ser un

    instrumento

    de desmixtificacin de la

    humanidad,

    a travs de la ciencia y de la prctica revolucio-

    naria; y de comprensin objetiva de la presente

    etapa histrica, como etapa de trnsito y prepa

    radora

    del comunismo, organizacin

    fruto

    de

    una

    elevacin de la riqueza social. Esas concepciones

    crean sobre las soluciones del socialismo cientfi

    co

    una

    nocin idealista,

    y

    casi mstica,

    ajena

    a

    toda realidad, una nocin a la cual Marx le exa-

    min las races en sus anlisis de la ideologa y

    la

    religin.

    Por varias

    vertientes

    se desliza el

    pensamiento

    de Maritegui a partir de estos supuestos:

    su

    vi-

    sin le conduce a descalificar el estudio del mun

    do objetivo y a preconizar el voluntarismo; ella

    borra la separacin

    entre

    materialismo e idealis-

    mo; niega el

    materialismo

    dialctico como filoso-

    fa marxista;

    apoya

    la

    tesis de

    la

    variacin

    perma

    nente de

    la

    filosofa

    dentro

    del marxismo; reduce

    el marxismo al materialismo histrico, e influido

    por Croce sobre todo, lo relativiza completamen

    te, desembocando as

    en

    el

    ms

    radical

    histori

    cismo (23).

    El voluntarismo de Maritegui adopta a veces

    3

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    24/91

    un tinte nietzscheano. (Recordemos, de paso,

    las

    citas

    que hace de Nietzsche an en su obra de ma

    durez, los Siete ens yos de

    interpretacin

    de la

    realidad

    peruana. El

    vivir peligrosamente lo

    torna una actitud revolucionaria heroica .

    La

    re

    volucin social no es el

    fruto

    de factores objetivos

    los

    que Maritegui,

    en

    ocasiones,

    identifica

    con

    un

    supuesto

    determinismo -,

    sino es

    una

    volun-

    tad, una pasin, un fuego que

    avasalla

    la estela

    luminosa del mito progresista de la poca. En su

    justa

    batalla

    contra

    el revisionismo evolucionista,

    Maritegui

    no alcanz a

    pensar seriamente

    la

    re

    lacin dialctica sobre la libertad y la necesidad,

    entre lo objetivo y lo espontneo, entre la ley his

    trica y los factores subjetivos. Otra actitud

    -ase

    gura- frecuente

    de los

    intelectuales

    que se entre

    tienen en roer la bibliografa marxista, es la de

    exagerar interesadamente el determinismo de

    Marx y su escuela con el objeto de declararlos, /

    tambin,

    desde este

    punto

    de

    vista

    un producto

    de la

    mentalidad

    mecanicista del siglo XIX, incom

    patible con la concesin heroica,

    voluntarista

    de

    la

    vida, a que se

    inclina

    el

    mundo

    moderno despus

    de

    la

    guerra (24). Guiado

    por

    este voluntarismo

    arriba a conclusiones unilaterales. Por ejemplo, in-

    siste en el aspecto subjetivo, espontneo, personal

    en

    la

    revolucin

    y

    por

    ende,

    subestima

    el valor del

    saber racional (25). La fuerza de los revoluciona-

    rios no

    est en su

    ciencia, est en su fe,

    en

    su pa-

    sin,

    en

    su voluntad (26).

    Maritegui estaba obviamente impresionado por

    la Revolucin de Octubre, y la vio ms como el

    fruto

    del

    coraje

    y

    la

    decisin de Lenin y los bol

    cheviques, que como el resul tacto de las con

    tradic

    ciones del capitalismo, de la

    situacin dejada por

    la guerra, de la exasperacin de los antagonismos

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    25/91

    en

    Rusia

    como resultado de

    la mezcla

    de formas

    arcaicas y formas muJ modernas de produccin

    del despotismo

    zarista,

    etc. No subray

    tampoco

    la

    larga tarea

    poltica

    organizativa

    y propagan

    dstica

    de los

    social-demcratas, primero,

    y luego

    de los bolcheviques. Se

    nota

    que Maritegui

    no

    haba

    penetrado

    en

    la

    profundidad

    de la tesis del

    u hacer de Lenin obra

    en

    la cual plantea que

    la clase obrera espontneamente tiende al opor

    tunismo;

    que slo a

    travs

    de

    la

    elevacin de

    su

    conciencia

    inmediata

    en una conciencia crtica,

    basada en

    la

    ciencia

    poda

    salir del embotamiento

    economicista reivindicativo. El

    menosprecio

    de

    la

    teora segn esa obra frena

    la

    revolucin y con

    funde

    a los revolucionarios;

    la

    espontaneidad es

    algo

    negativo

    en la lucha contra el

    capitalismo.

    Otra de las consecuencias que se derivan de los

    influjos subjetivistas

    en el pensamiento de Mari

    tegui

    la tenemos en

    el

    hecho

    de que a veces

    borr

    las distinciones entre el idealismo y el

    materia

    lismo.

    De acuerdo con los clsicos del marxismo todo

    pensamiento y

    toda

    filosofa en lo referente a su

    significacin

    social

    progresista

    o

    reaccionaria),

    debe

    apreciarse

    en funcin de la poca y de los

    factores

    que la

    definen.

    Ello lleva a la conclusin

    de que n ~

    s misma,

    la totalidad

    del pensamiento

    filosfico

    idealista

    no es

    conservadora

    o retardata

    ria

    sino

    que

    tambin hay

    -baste

    pensar en

    Rous

    seau o Fichte- corrientes subjetivistas o idealis

    tas objetivas que

    expresan

    los intereses de un gru

    po social revolucionario o progresista.

    Maritegui

    comparta esta

    posicin correcta y a lo largo de

    su

    obra se esforz oor defenderla.

    Algunos de sus

    anlisis

    sobre el desenvolvimien-

    to del pensamiento espaol tan ricos

    en

    atisbos

    5

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    26/91

    ilustran el criterio de

    Maritegui acerca

    del reco-

    nocimiento

    de valores sociales positivos

    en

    deter

    minadas tendencias

    idealistas -incluso idealistas

    extremas -.

    Permtasenos aludir

    al

    caso de

    Una

    muno.

    Maritegui

    ve

    en Unamuno

    una

    peculiar

    manifestacin

    del individualismo espaol.

    La

    re-

    belda de

    Unamuno, su

    desapego a los valores de

    una

    sociedad

    estancada

    y con

    una atmsfera men

    tal enrarecida por

    el dogmatismo, se

    desprende

    de

    la tradicin municipal

    espaola ,

    cuya

    raz

    democrtica

    procede de esa

    Edad

    Media ibrica:

    es

    sta

    una actitud

    terca

    personal

    e

    histrica

    mente. Es el refugio provincial de los fueros po-

    pulares,

    tras

    de los cuales se

    escuda no

    el

    libre

    pensador

    que

    no

    fue l, sino el

    pensador

    que quie-

    re pensar libremente.

    El liberalismo de

    Unamuno

    es

    un

    liberalismo anacrnico, pero

    no

    retrgrado.

    El individualismo del

    pensador

    de ontra

    esto

    aquello

    es

    la

    rebelda,

    ya

    languideciente,

    del

    hi

    dalgo,

    aunque

    positiva

    por su

    intensa coloracin

    popular

    (lo

    cristiano

    en

    Unamuno, podra

    decir

    Maritegui, es

    popular

    ... ,

    por

    su carcter provin-

    ciano espaol

    Bien

    diferente

    del liberalismo

    bur

    gus de Maeztu, liberalismo

    pragmatista,

    conclu-

    sin

    conservadora

    y declinante del

    espritu pro

    testante

    y de

    la culturs anglosajona .

    A

    Unamuno

    -concluye-

    su

    individualismo

    popular

    lo

    empuja

    a

    tomar

    posiciones

    progresistas;

    a Maeztu

    su

    in

    dividualismo moderno'' y

    burgus

    lo lleva a la

    reaccin

    (27). El credo de

    Unamuno

    se

    resume

    en

    su

    rebelda

    contra

    las

    ilusiones positivistas . Esas

    ilusiones

    no son ms

    que

    las

    mentiras prosaicas

    del

    mundo

    burgus, a las cuales opone la ms

    rotunda

    afirmacin

    de

    la

    autonoma

    personal. El

    cristianismo

    de Don Miguel es el de Don Quijote,

    el de

    la

    lucha y

    no

    el de la paz (28). Aqu echa-

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    27/91

    mos anclas en

    una

    de las

    zonas

    ms estudiadas en

    la

    obra

    de

    Maritegui: la

    de la rebelda del inte

    lectual

    y el artista contra el

    mundo

    despersonali

    zado de la poca industrial. La poesa interior y

    sentimental

    del

    intelectual

    y del

    artista

    contra

    la prosa

    de

    la

    praxis

    burguesa

    y de

    la sociedad

    capitalista

    fue

    uno

    de los

    temas ms

    tratados

    por

    Mari tegui.

    Pero

    a esta

    sagaz evaluacin

    de ciertas

    corrien

    tes idealistas del

    pensamiento

    va

    unida

    una in

    comprensin del carcter filosfico del idealismo

    en el sentido marxista. Y so

    capa

    de

    sealar las

    insuficiencias

    de

    ciertos

    intrpretes

    de Marx

    cae

    en

    posiciones insostenibles. Marx

    no est presen

    te

    - a f i rma- en espritu, en todos sus supuestos

    discpulos y herederos. Los que lo han

    continuado

    no han sido los pedantes profesores tudescos de

    la teora

    de

    la

    plusvala,

    incapaces

    de

    agregar

    nada a su doctrina, dedicados slo a

    limitarla,

    a

    estereotiparla;

    han sido, ms bien, los revolucio-

    narios,

    tachados

    de

    hereja,

    como Georges

    Sorel

    -o t ro

    agonizante,

    dira

    Unamuno-, que

    han osa

    do enriquecer y

    desarrollar las

    consecuencias de

    la idea

    marxista. Y basado

    en

    Croce, a quien

    cita

    sin

    reparos,

    indica

    que el

    materialismo

    histrico

    es mucho menos materialista de lo que se

    pien

    sa

    (29). Las diferencias entre el

    materialismo

    y

    el idealismo, lo mismo que

    entre las

    diversas

    va

    riedades

    de

    la

    filosofL

    -subjetivismo,

    positivis-

    mo, empirismo, etc.- , se borran: ellas seran ms

    bien

    diferentes

    especies de concepciones del mun

    do o de mi tos, cuyo valor ltimo reside

    en la afir

    macin personal. El materialista, si profesa y

    sir

    v su fe religiosament,, slo por una convencin

    del lenguaje puede ser opuesto o

    distinguido

    del

    idealista

    (30).

    Maritegui seguidamente

    se

    hace

    27

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    28/91

    participe de

    la

    teora, en

    lengua

    espaola

    defen

    dida

    por Unamuno, de que

    la materia

    es

    una idea

    y

    por lo mismo, el materialismo no es en verdad

    ms

    que

    una vertiente

    del idealismo.

    Empero, la connotacin idealista de los

    puntos

    de vista de

    Mari

    tegui no le lleva a

    la

    conciliacin

    ni

    a

    la

    denegacin de los objetivos revolucionarios.

    Maritegui libr

    grandes batallas

    tericas

    en

    de-

    fensa

    de las posiciones democrticas y socialistas

    y su vida

    misma

    es un elocuente ejemplo de

    ho

    nestidad.

    Baste recordar

    su

    grande

    accin a

    tra

    vs de

    la

    revista Amauta

    o

    la

    que desarrolla,

    desde noviembre de 1928 con Labor , el peridi-

    co del proletario

    peruano

    (31).

    No

    es

    entonces una casualidad

    el que Maritegui

    haya atacado aquella

    variedad

    del revisionismo

    e l

    socialismo tico-, que

    preconizaba

    el

    oportu

    nismo, la cual

    aplazaba

    a

    travs

    de las meras

    re

    formas

    el cambio

    radical

    de

    las estructuras

    capi

    talistas y conceba al socialismo no como

    un

    pro

    ducto

    del desarrollo histrico, sino como un ideal,

    al

    modo

    kantiano,

    hacia el

    cual

    deban esforzarse

    los hombres, naturalmente sin que se pensara en

    realizarlo nunca

    plenamente. Por

    eso

    afirm

    que

    el

    socialismo tico, pseudocristiano, humanitario,

    que se trata

    anacrnicamente

    de oponer al socia-

    lismo

    marxista,

    puede

    ser

    un

    ejercicio

    ms

    o

    me

    nos lrico e inocuo de

    una

    burguesa

    fatigada

    y

    decadente,

    mas

    no la teora de una clase social que

    ha

    alcanzado su mayora de edad,

    superando

    los

    ms altos objetivos de la clase capitalista . Ma

    ritegui

    se

    percataba

    de que el

    mentado

    socialismo

    tico

    tena

    races

    reaccionarias

    e inclusive

    alude

    a

    su romanticismo larvado cuando indica

    que Marx

    no dej de

    reconocer

    los

    grandes aportes

    del capi

    talismo al progreso

    humano

    y que el socialismo

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    29/91

    tico, con sus idealizaciones, implicaba un regreso

    a etapas tericas superadas. En realidad,

    bajo

    el

    pretexto de defender

    al

    hombre ,

    al

    campesino ,

    al proletario , el socialismo tico desemboca en

    el

    puritanismo

    burgus

    ms hipcrita:

    El marxis-

    mo es totalmente

    extrao

    y contrario a estas me

    diocres especulaciones altruistas y filantrpicas.

    Los marxistas no creemos que la

    empresa

    de

    crear

    un nuevo

    orden

    social, superior

    al orden

    capita

    lista, incumba a

    una

    amorfa masa de parias y de

    oprimidos, guiada por evanglicos predicadores dtl

    bien. La energa revolucionaria del socialismo no

    se

    alienta

    de compasin

    ni

    de envidia.

    En

    la

    lucha

    de clases, donde residen todos los elementos de lo

    sublime y heroico de su ascensin, el

    proletariado

    debe elevarse a una moral de productores (32 .

    La moral revolucionaria nace de una fuente

    completamente distinta. Rechaza con igual vigor

    tanto

    la

    moral economicista como el amoralis

    mo. El proletario tiene su propia moral.

    La

    tica

    del socialismo se

    forma

    en la

    lucha

    de clases ,

    afirma.

    Su moral,

    la

    de la clase obrera, es una

    moral e

    productores

    de creadores, no es la chata

    moral

    reivindicativa , la de quienes no quieren

    transformar

    el mundo, sino apenas reformarlo. Se

    opone al punto de vista de Kautsky, segn el cual

    la moral 'surge mecnicamente del inters eco-

    nmico . Y por eso aade que es absurdo

    buscar

    el

    sentimiento

    tico del socialismo

    en

    los

    sindica

    tos aburguesados

    e n

    los cuales la burocracia do-

    mesticada ha enervado la conciencia de

    clase-

    o

    en los grupos parlamentarios espiritualmente asi

    milados por el enemigo que combaten con discur-

    sos y mociones (33). La moral del proletariado

    surge de

    su

    madurez de clase,

    cuando

    ha dejado

    de ser una turba sin norte o una masa sin forma

    29

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    30/91

    y se aglutina como un grupo social con intereses

    propios. Llevado

    por argumentacin contra

    el

    socialismo tico de Henri de Man y

    contra la

    moral economicista ,

    contra

    lo que

    llama las

    va-

    gas utopas

    de los

    reformistas

    que

    hacen

    retroce-

    der a la clase

    obrera

    a un nivel

    anterior

    en su

    desarrollo ideolgico y

    contra

    el conocido

    oportu-

    nismo de Kautsky, el pensador peruano afirma

    la

    necesidad de

    una

    nueva

    actitud

    tica compatible

    con

    la tarea histrica

    revolucionaria.

    Una nueva

    civilizacin

    no

    puede

    surgir

    de

    un triste

    y

    humi-

    llado

    mundo

    de ilotas y de miserables,

    sin

    ms

    ttulo ni

    ms

    aptitud

    que los de su ilotismo y su

    miseria. El proletariado

    no

    ingresa

    en la historia

    politicamente, sino como clase social;

    en

    el

    ins-

    tante en que se descubre su misin de edificar,

    con los elementos allegados

    por

    el esfuerzo hu-

    mano,

    moral

    o amoral,

    justo

    o injusto, un orden

    social superior. Su moral de clase depende de la

    energa

    y herosmo con que opere

    en

    este

    terreno

    y de

    la amplitud

    con que conozca y domine

    la

    eco-

    noma burguesa (34). Vemos surgir elementos de

    una concepcin

    materialista histrica

    de

    la moral

    proletaria

    y

    distinguir

    este

    plano

    del de

    una

    eco-

    noma socialista, sin confundirlos, como

    hace

    el

    socialismo tico , y

    sin identificar ;la

    produccin

    material

    y

    la

    moral, como

    hace

    el reformismo

    me-

    canicista

    de los llamados

    marxistas

    ortodoxos .

    Por el examen efectuado se perciben en Marite-

    gui diversas inquietudes; las limitaciones o vaci-

    laciones de su

    pensamiento

    proceden de

    factores

    como los

    ya anotados

    (tipo de formacin personal,

    carcter

    polmico de su obra, nivel de la discusin

    dentro

    del marxismo,

    etapa

    de crecimiento de

    la

    clase

    obrera peruana,

    etc.).

    Tal

    cmulo de factores

    apareja la

    inevitable

    ambigedad

    de sus tesis.

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    31/91

    Tomemos otro aspecto de ellas: el de sus con-

    cepciones

    acerca

    del materialismo histrico. Ma

    ritegui no

    slo reconoci

    la

    existencia de este

    sector de la reflexin marxista, sino que lo defen-

    di y lo aplic

    brillantemente. Sin

    embargo,

    care-

    ci de suficiente

    claridad

    sobre

    la filosofa mar-

    xista propiamente dicha (el materialismo dialc

    tico).

    Los orgenes filosficos del

    pensamiento

    de Marx

    los ubica Maritegui en la filosofa clsica alema-

    na, la economa poltica inglesa y el socialismo

    francs. Estas

    tres

    fuentes (cuya enumeracin es

    apenas

    el

    lmite del

    mapa)

    no

    tienen

    el mismo

    va-

    lor, ni

    jugaron

    el mismo papel en el

    nacimiento

    de la filosofa marxista. Afirmar que la filosofa

    clsica alemana (el Idealismo Alemn) es una

    fuente

    del marxismo no implica que ella haya sido

    la nica influencia filosfica decisiva, ni la prin-

    cipal ni que,

    finalmente,

    se la pueda considerar

    como

    la

    filosofa que luego pasa a involucrarse

    al pensamiento

    social marxista.

    Empero, el

    planteo

    de Maritegui respecto a

    las

    relaciones entre marxismo e Idealismo Alemn

    pone vnculo muy ntimo entre los dos. Establecer

    esta

    ltima

    corriente como

    fuente

    quiere decir que

    Marx tuvo que perfilar sus concepciones n rela-

    cin polmica con ella, desembarazando, por ejem-

    plo, la dialctica

    hegeliana

    o el activismo fichtea-

    no de sus elementos mixtificadores y msticos ,

    y sobre la base de una

    confrontacin

    con la cien

    cia y con

    la realidad

    poltico-social,

    lograr una

    teora materialista y dialctica de la dialctica y

    de la accin (la praxis). Maritegui afirma que

    Kant y Hegel

    anteceden

    y

    originan

    a Marx pri-

    mero y a Lenin despus . Incapaz de comprender

    la dialctica

    materialista

    en s misma (lo que se

    31

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    32/91

    explica en parte por su subestimacin del mate-

    rialismo dialctico),

    traza

    una lnea directa que va

    de

    la dialctica trascendental de Kant, pasa por

    Hegel y desemboca

    en

    Marx. Acepta sin

    reticen-

    cias

    la

    teora

    neohegeliana

    de

    la

    inversin , con

    lo que resulta que el marxismo no es otra cosa

    que una traduccin de la dialctica de Hegel a la

    terminologa de una concepcin histrica que le

    reconoce

    una importancia

    decisiva al factor eco-

    nmico . Y sostiene que, segn la clebre frase,

    Marx puso de pie, contra el intento de

    su

    autor,

    que

    la

    haba parado

    de cabeza ,

    la

    dialctica hege-

    liana. Lo cual supone que el trnsito de este fil-

    sofo a Marx fue una simple superacin y no la

    creacin de una dialctica materialista radical,.

    mente distinta. La teora de que Marx es una

    Autnebung de Hegel est expresada por l en estos

    trminos: La concepcin materialista de Marx

    nace, dialcticamente, como anttesis de la con-

    cepcin

    idealista

    de Hegel (35).

    Dentro de este orden de ideas, la ubicacin his-

    trica del marxismo aparece del siguiente modo.

    El marxismo no es una filosofa ( no es, precisa-

    mente, el materialismG metafsico o filosfico ),

    sino una concepcin de

    la

    historia. La filosofa

    marxista, o lo que debe tenerse por tal, es una

    constante evolucin, ella sigue el curso del pen-

    samiento filosfico. No habra propiamente ha-

    blando

    una filosofa marxista: la

    obra

    de Marx es

    un examen de la sociedad actual. La filosofa mar-

    xista debe variar y metamorfosearse:

    ayer

    Kant

    y Hegel, hoy Bergson y Nietzsche. La idea de que

    el marxismo es una ciencia social o una sociologa

    (o sea: solamente materialismo histrico) implica

    la

    supresin de

    la

    filosofa

    marxista

    y

    la

    posibi-

    lidad de reemplazarla por otra cualquiera. Esta

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    33/91

    idea fue sostenida explcitamente por Max Adler,

    por ejemplo, quien -como Berstein o Vorlander,

    aunque no del mismo modO-- colocaba al kantismo

    como

    la

    filosofa de

    una

    ciencia social marxista.

    Otros pensadores de

    la

    poca hicieron esfuerzos

    por completar a Marx con

    otra

    filosofa u otro

    filsofo, en

    la

    creencia de que careca de un b ck-

    ground

    terico propio: Plejanov acercaba a Marx

    al materialismo iluminista, Sorel al irracionalismo,

    Korsch y Lukcs a Hegel, un poco ms

    tarde

    Gramsci al historicismo. Mari tegui est en lo cier

    to cuando afirma que el marxismo no debe pre

    sentarse

    como

    un

    sistema . Marx,

    en

    primer

    lu

    gar, no se propuso

    nunca la

    elaboracin de

    un

    sis

    tema

    filosfico de interpretacin histrica. l

    marxismo no es un sistema, o una filosofa de

    la

    historia (36). Pero negar esto no equivale, como

    parece equivaler

    para

    Maritegui, a suprimir

    la

    filosofa marxista, a

    la

    pretensin de querer com

    pletar a Marx con otro filsofo. El marxismo o

    sus

    intelectuales-,

    en

    su curso posterior, no

    han

    cesado de asimilar lo ms sustancial y activo de

    la especulacin filosfica e histrica posthegelia

    na o postracionalista. Georges Sorel, tan influyen

    te

    en

    la

    formacin espiritual de Lenin, ilustr el

    movimiento revolucionario socialista ( ... ) a

    la

    luz

    de

    la

    filosla bergsonlana, continuando a Marx,

    que, cincuenta aos antes, lo

    haba

    ilustrado a

    la

    luz de

    la

    filosofa de Hegel,

    Fichte

    y Feuerbach.

    A

    partir

    de

    esta

    base se adhiere a la tesis de que

    la

    filosofa contempornea fructifica al marxismo con

    sus aportes y

    sita

    al mismo nivel a Sorel y a

    Lenin, quedando este ltimo con un rostro intelec

    tual

    desfigurado. Vitalismo, activismo,

    pragma

    tismo, relativismo,

    ninguna

    de estas corrientes fi

    losficas,

    en

    lo que podan

    aportar

    a

    la

    Revolucin,

    s.-

    33

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    34/91

    han

    quedado al

    margen

    del movimiento intelec-

    tual marxista. William

    James

    no es

    ajeno

    a

    la

    teoria de los mitos sociales de Sorel, tan se.alada-

    mente influida, de otra

    parte, por Wilfredo Pareto.

    Y

    la

    Revolucin Rusa,

    en

    Lenin, Trotsky y otros,

    ha producido un tipo de hombre

    pens nte

    y

    ope-

    rante que deba dar algo que pensar a ciertos fi-

    lsofos baratos llenos de todos los prejuicios y su-

    persticiones racionalistas (37). Conclusin: el

    marxismo necesita de la filosofa no marxista

    para

    desarrollarse, necesita como alimento trozos o sec-

    tores de ella.

    Retornemos a un aspecto al cual

    ya

    aludimos:

    la reduccin del marxismo al materialismo hist-

    rico y la eliminacin del materialismo dialcttco

    como la filosofa marxista. Como vamos a verlo,

    esta

    separacin

    no

    perjudica decisivamente cier-

    tos aspectos de

    la obra

    de Maritegui, sobre todo

    aquellos que tienen que ver con la historia y

    la

    sociologa. Con todo, es indispensable no

    dejar pa-

    sar

    por alto el citado

    error

    terico.

    Maritegui combina

    sus anteriores

    posiciones

    con un historicismo radical. El materialismo his-

    trico es la expresin'' de la poca. La discusin

    que

    esta

    tesis suscita no alude al hecho de que el

    materialismo histrico

    sea

    el producto de una se-

    rie de factores sociales; no.

    o

    que se discute es

    si, como resultado lgico de

    las

    condiciones obje-

    tivas y subjetivas,

    esta

    teora puede pretender ser

    algo

    ms

    que la manifestacin de la conciencia

    de la clase obrera o la expresin de la coyuntura

    moderna; pretende

    poseer los

    instrumentos

    cien-

    tificos

    para obtener

    el conocimiento no slo de

    la

    realidad industrial, sino de otras formas sociales

    (eventualmente de todas). El que

    sea

    un

    producto

    histrico

    no da

    derecho a efectuar la reduccin

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    35/91

    histrica. Y tal fue lo que hizo Mari tegui.

    En

    este

    punto preciso busca apoyo en Croce, cuyo credo

    historicista es suficientemente conocido (38). Ma

    ritegui

    afirma:

    "Mientras el capitalismo no

    haya

    (sido-F.

    P.

    trasmontado

    definitivamente, el

    canon

    de Marx sigue siendo vlido".

    Lo

    que supone que

    nicamente es vlido por relacin al mundo de

    hoy, que el mundo del mafiana producir "su"

    pro

    pia

    "ciencia", con lo cual

    est

    negndole al

    mar

    xismo

    y

    a toda

    la ciencia-

    su universalidad.

    Y agrega: Vana es toda

    tentativa

    de catalogarla

    (a esta Filosofa de la

    Historia ,

    segn Croce

    F.

    P.)

    como

    una

    simple teora cientfica,

    mientras

    obre

    en la

    historia como evangelio y mtodo de un

    movimiento de masas"

    39).

    Una vez

    haya

    sido

    su

    perado el orden burgus el marxismo desaparecer.

    Resuenan las tesis historicistas, cuyo peso fue de

    cisivo

    en

    Gramsci (quien defini al marxismo como

    filosofa de la praxis),

    en

    Lukcs y

    en

    Korsch.

    El pensador peruano formula

    la

    tesis de que sin

    la

    teora del materialismo histrico, el socialismo

    no

    habria

    abandonado el

    punto muerto

    del

    mate

    rialismo filosfico", con lo que

    denota

    una vez ms

    su incomprensin de

    la

    filosofa marxista. Y aun

    cuando con

    esta

    tesis se oponga al materialismo

    metafsico (41)

    que domin

    durante

    el perodo de

    la II

    Internacional, su idea ms

    profunda

    es

    la

    de

    desestimar

    todo

    materialismo y enlazar su idea del

    mito como

    palanca

    de progreso con

    una

    radical

    historizacin del marxismo al reducirle su campo

    de vigencia a una fase del proceso histrico. Como

    reflejo de las condiciones de lucha y

    la

    vocacin

    histrica del proletariado, el marxismo vivir

    cuan

    to viva l; el marxismc, como mito progresista de

    nuestra

    poca, no

    rebasar

    el perodo de tiempo

    en el cual sea necesario derrocar

    al

    rgimen capi-

    35

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    36/91

    talista e

    instaurar

    un nuevo orden social. El mar

    xismo es una idea-fuerza cuya fuerza como idea

    ser slo aquella que pueda tener en cuanto m

    todo para hacer la revolucin social.

    Las

    concepciones historicistas fueron

    en

    Euro

    pa la

    reaccin

    apenas natural

    frente a la incapa

    cidad del marxismo ortodoxo para entender la

    importancia de

    la primera

    guerra mundial y de la

    Revolucin de Octubre;

    un

    replanteo del marxis

    mo con el fin de fundamentar

    un

    voluntarismo

    revolucionario y de anunciar no

    un

    mero chato

    cambio de

    estructuras

    o de instituciones, sino

    la

    radical renovacin del hombre,

    la

    unidad sujeto

    objeto,

    la

    desaparicin de las alienaciones,

    la

    -

    peracin de la filosofa por medio de su realiza-

    cin en la vida.

    En lo referente al punto concreto que estbamos

    analizando

    e l

    marxismo como expresin de su

    tiempo- los tres principales tericos de ese mo

    mento

    ( Gramsci, Lukcs y Korsch) se

    pronuncian

    en un sentido anlogo.

    Para Gramsci

    toda

    filosofa es realidad en el

    doble sentido de que es vivida por la sociedad o

    el grupo y de que en el acto mismo de su raliza

    cin, que para l es consustancial a todas las for

    mas de

    pensar

    filosfico, desaparece la dualidad

    teora-prctica. La filosofa de

    una

    poca hist

    rica no es, por consiguiente,

    otra

    cosa que

    la

    his

    toria de dicha poca (42 . Gramsci adopta

    la

    te

    sis de Hegel acerca de

    la

    filosofa como concien

    cia

    de s de su tiempo y por ello mismo el

    mar

    xismo es

    una reforma

    y

    un

    desarrollo del hegelia

    nismo . Este historicismo radical desemboca en

    la

    conclusin de que

    la

    filosofa de la praxis se con

    cibe

    en

    s

    misma

    historicsticamente, como

    una

    fase transitoria del pensamiento filosfico (

    43 .

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    37/91

    Queda

    borrada,

    pues,

    la

    distincin entre filosofa

    como expresin de su tiempo filosofa como

    co

    nocimiento de su tiempo, aniquilada

    la

    posibilidad

    de un discurso terico especifico

    diferente

    al or-

    den

    de lo real.

    El planteamiento lukcsiano sigue

    su

    propio ca-

    mino, aun cuando arriba a una conclusin similar.

    El punto de vista metodolgico de la totalidad

    Totaliti it), que hemos aprendido a

    valorar

    como

    el problema central, como el presupuesto del co-

    nocimiento de la

    realidad

    ( ... , es un producto de

    la historia , dice en

    su

    estudio Qu es el marxis

    mo ortodoxo?

    Dos condiciones deben darse

    para

    que surja el materialismo histrico: una

    formal,

    un determinado desarrollo econmico,

    y

    otra real

    que el proletariado se torne al decir del joven

    Marx en clase

    para

    s''. La aparicin del marxis-

    mo es

    ms

    que una filosofa, ms que el pensa-

    miento vivido de la poca

    burguesa:

    el autocono-

    cimiento del proletariado es, pues,

    igualmente

    el

    conocimiento objetivo de

    la

    esencia de

    la

    socie-

    dad

    (44 . Es la clave del secreto de la

    historia

    y

    su realizacin a travs de la revolucin

    proletaria

    la posibilidad de que por primera vez en el curso

    de la

    humanidad

    se d la unin entre el

    sujeto

    y

    el objeto.

    Por su parte,

    para

    Korsch el marxismo es la

    teora

    de

    la

    revolucin social; an ms: a este

    nivel es inconcebible

    la

    separacin de los

    momen-

    tos econmico, poltico e

    intelectual

    en la to-

    talidad viva de la praxis revolucionaria (45 .

    Recapitulemos los pasos de Maritegui antes de

    ver el sorprendente giro que adopta su pensa-

    miento.

    El mito, la afirmacin ideolgica o el dogma ,

    poseen significacin no en una relacin e cono-

    37

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    38/91

    cimiento su objeto (es decir, como teora), sino

    como

    brjula

    de viaje (46 . La verdad es til:

    henos ante una

    variante

    de la reelaboracin sore

    liana

    del pragmatismo y del vitalismo (James,

    Bergson, etc.). El materialismo es identificado con

    el materialismo metafsico, como reaccin

    frente

    a

    las

    concepciones a-histricas, que confudan sis

    temas

    y teora (recordemos que toda ideologa es

    un

    sistema), descuidaban o menospreciaban

    la dia

    lctica y una idea de

    la

    historia como proceso

    diferenciado. Filosofa marxista propiamente dicha

    no existe, ya que el marxismo se alimenta,

    en

    cada

    etapa, de lo mejor del pensamiento contem

    porneo (Hegel, Nietzsche, Bergson, etc.). Queda

    slo el materialismo histrico que, por otra parte,

    es expresin de su tiempo. Hemos derivado a un

    historicismo radical

    nutrido

    de los jugos del pen

    samiento de Groce y Gramsci.

    La tesis de

    la

    superacin de

    la

    filosofa

    en

    su

    realizacin tal cual, siguiendo al joven Marx, apa

    rece en Lukcs, por ejemplo, no aparece en Mari

    tegui. El materialismo histrico es para este ltimo

    un mtodo o, mejor an, un instrumento para al

    canzar la

    plasmacin de determinados ideales .

    El marxismo no se torna vida, hechos, realidad

    como consecuencia de

    una

    prctica revolucionaria

    que se confunde con l mismo; el marxismo,

    para

    Maritegui, no deviene mundo porque es, como

    dijimos, el

    instrumento

    para que unos cuantos

    valores fundamentales se hagan carne y hueso. El

    giro tico reemplaza a\ historicismo radical y el

    que Maritegui

    haya

    convertido la

    doctrina

    de

    Marx

    en

    una expresin de su tiempo le sirve ape

    nas para asignarle

    una

    funcin instrumental. Es

    evidente que

    la

    idealidad y lo absoluto de

    la

    moral,

    en

    el sentido filosfico de tales palabras, son pre-

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    39/91

    supuesto necesario del socialismo. El fundamento

    tico es el supuesto de la ciencia, con lo cual des-

    aparece su funcin de conocimiento (la ideologa

    suplanta a

    la

    ciencia). Para Maritegui los concep-

    tos carecen de valor terico especifico son el

    ropa-

    je de frmulas morales. No es acaso un inters

    moral o social, como se quiera decir, el

    inters

    que

    nos mueve a construir el concepto de sobreva-

    lor? ( ... )

    Y,

    sin este presupuesto moral, cmo se

    explicara, junto con la accin poltica de Marx,

    el tono de violenta indignacin o stira

    amarga

    que se advierte en

    cada

    pgina de El

    Capital

    Estas son palabras de Croce; Maritegui las

    cita

    para suscribirlas (47 . La chata moral liberal bur-

    guesa ha perdido todo su brillo ante los anhelos

    exultantes de

    un

    proletariado ansioso de crear

    un

    orden nuevo. El escepticismo de la clase decaden-

    te contrasta con el vigor y el entusiasmo de unas

    masas que se

    afirman

    como una nueva humani-

    dad sobre

    la

    tierra.

    En

    esta poca de grandes con-

    vulsiones

    nicamente

    se justifican las pasiones ab

    sol utas.

    39

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

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    III Su

    esttica

    La

    esttica

    marxista posey dos principales in

    trpretes durante la etapa de la II Internacional:

    Franz Mehring y Plejanov. Aun cuando estuvieron

    muy lejos de una posicin dogmtica

    en materia

    artstica sus tesis revelan

    un

    cierto conservatis-

    mo,

    una

    sensibilidad que los

    acercaba

    a

    las gran

    des tradiciones

    literarias

    del realismo francs o

    ruso y del clasicismo

    francs

    y alemn.

    El

    libro del

    joven Lukcs, La

    teora

    e la novela recoge los

    grandes

    esquemas de Hegel sobre el desarrollo de

    la

    pica, el

    drama

    y

    la

    lrica,

    aunque muestra

    -mucho ms que el ortodoxo seguidor de Hegel,

    el Lukcs posterior- ur:a gran permeabilidad fren

    te

    a Fhiubert y Dostoyevski. Esta obra es el inten

    to de introducir ciertas manifestaciones del arte

    contemporneo

    dentro

    de los esquemas helegianos.

    La Revolucin

    rusa

    anima extraordinariamente

    la

    discusin ideolgica y estimula

    la

    creacin ar

    tstica. Frente a

    tendencias innovadoras extremas

    -cuya validez

    en

    el terreno terico aparece hoy

    como muy discutible- como el

    Proletkult

    y frente

    a los primeros elementos del zdanovismo Gorki, a

    nuestro entender

    represent

    ms

    bien

    la

    tradicin

    nacional rusa), se colocan los tericos del realis-

    mo abierto, al estilo de Lunatcharski. Es a esta

    variedad a la que Maritegui va adherir.

    4

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    42/91

    Si Maritegui, influido por corrientes pragma

    tistas

    e historicistas, nc lleg a

    la

    comprensin de

    los problemas tericos a que hemos hecho referen

    cia, su

    gran cultura

    literaria

    y artstica, su pro-

    bidad mental, su experiencia de la vida, le condu-

    jeron a configurar una serie de planteos estticos

    de indudable trascendencia en Amrica Latina.

    Ello hoy,

    pasada la experiencia zdanovista, nos

    parece un intento insuficiente, pero precursor como

    actitud libre y objetiva frente al arte, como una

    actitud

    moderna frente al conservatismo del rea

    lismo estrecho. Ac nos encontramos

    ante

    una

    ilustracin de

    cun importante

    es, en la crtica

    de arte y

    en

    la esttica,

    la

    vivencia irremplazable

    de las obras. Tal fue

    la gran arma

    de Maritegui

    en este campo y muchas batallas fueron ganadas

    por l de ese modo.

    Maritegui nunca vio una falta de congruencia

    entre el territorio del

    arte

    y el reino de la fanta

    sa.

    Para

    l

    os

    vocablos arte y

    fantasa

    son

    inter

    cambiables, todo arte genuino es fantstico y

    la

    fantasa es la potencia

    humana

    autnticamente

    artstica.

    Sin

    embargo,

    la

    realidad no es

    ajena

    a

    ellos: autonoma absoluta no tienen, ni pueden

    tener, ya que brotan y crecen alimentados por

    los zumos de

    la

    vida colectiva de los hombres. La

    vida es

    la

    fuente de la fantasa y el

    arte :

    ninguna

    frase podra expresar mejor la complejidad del

    credo esttico de Maritegui (48 . En el desarrollo

    de este

    tema

    sostuvo

    la

    riqueza indefinida de

    la

    vida, su perpetua autoproductividad, sus salidas

    inesperadas, sus fecundas perplejidades, sus para-

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    43/91

    dojas

    y

    su lgica, lo claro

    y

    lo oscuro que anidan

    en lo ms grande y espectacular, en lo aparente

    mente

    ms humilde. Lo verdadero es que la fic-

    cin y la realidad se modifican recprocamente.

    l

    arte

    se

    nutre

    de

    la

    vida y

    la

    vida se

    nutre

    del

    arte. Es absurdo intentar incomunicarlos y

    ais

    larlos. l arte no es acaso sino

    un

    sntoma de ple

    nitud de vida. Vemos, pues, cmo, por un lado,

    entre el arte y la realidad, Maritegui estableci

    una ininterrumpida

    comunicacin; pero no entre

    un

    arte determinado de formato y una

    determina

    da concepcin de

    la

    realidad.

    La comprobacin del fenecimiento de

    la

    corrien-

    te realista del siglo XIX

    se

    inscribe como uno de

    los pilares de sus tesis estticas.

    Conviene no olvidar que Maritegui no compar

    ti el enfoque segn el cual todo el arte del capi-

    talismo actual es un arte decadente , degene

    rado . Advirti en la proliferacin de escuelas

    ma

    nifestaciones de arte genuino, al lado de

    manifes

    taciones decadentes.

    Maritegui indica

    eJ

    actual fallecimiento del

    realismo decimonnico, incluyendo al naturalismo,

    y

    la irrupcin

    de otras

    tendencias

    artsticas. El

    teatro moderno

    constata-F. P.),

    un hecho esen-

    cial: la detuncin de la escuela realista. La orien

    tacin naturalista y objetivista no ha tenido un

    largo dominio sobre el Arte. Ha pretendido mante

    ner

    en un

    injusto

    ostracismo a

    la

    Fantasa

    y obli-

    gar a los artistas a

    buscar

    sus modelos y sus temas

    slo

    en la Naturaleza

    y

    en la

    Vida

    tales

    como los

    perciben los sentidos. Ac alude el escritor pe-

    ruano a un aspecto vital de la creacin

    artstica:

    Debe seguir el

    creador

    de modo fiel la imagen que

    del espacio y del tiempo nos dan los sentidos

    -como coexistencia de puntos y sucesin de aho-

    4

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

    44/91

    ras- , de acuerdo con la experiencia sensible,

    tie

    ne l derecho a quebrar esa imagen para

    aprehen

    der capas

    ms profundas

    de la realidad, confrontar

    smbolos, metforas o parbolas con lo objetivo?

    El realismo decimonnico segua bajo la frula de

    la experiencia sensible e inmediata. El realismo

    ha

    empobrecido as a

    la

    Naturaleza y a

    la

    Vida.

    Por lo menos ha hecho que los hombres declaren

    limitadas, montonas y

    aburridas

    y las desalojen,

    finalmente, de sus

    altares

    para restaurar

    en

    ellos

    a la

    fantasa

    ( ...

    ).

    Hoy la ficcin reivindica

    su li

    bertad

    y sus fueros. Pero el modo como reivin

    dica sus fueros la ficcin no es,

    para

    Mari tegui,

    a travs de la liquidacin de toda

    referencia

    al

    mundo real. Encontramos de nuevo uno de sus te

    mas: fantasa

    y objetividad se relacionan, no se

    excluyen, y por eso cuando

    un

    estilo realista se

    agota

    y se empobrece, otro estilo

    realista

    lo

    su

    planta

    insoslayablemente. La ficcin

    no

    es

    an

    terior

    ni

    superior a la realidad como sostena Osear

    Wilde;

    ni

    la realidad es anterior

    ni

    superior a

    1 ; : ~

    ficcin como quera la escuela realista. Lo

    ve,:c la-

    dero es que la ficci6n y

    la

    realidad se modifican

    recprocamente. El arte se nutre de vida y la vida

    de

    arte.

    (49).

    Por

    otra

    parte,

    el realismo del siglo

    XIX

    (des-

    cripcin de

    la

    experiencia sensible,

    retrato

    global

    del mundo que desemboca

    en

    el naturalismo, como

    escuela y como mtodo) ha cado

    en

    una literatu-

    ra

    populista ; resultado que parece no poder evi-

    tar.

    Ella se asimila muy bien a

    un

    tipo de

    arte

    negro o rosa ,

    arte

    pequeoburgus,

    neutro

    y

    agnstico, que

    sita

    su:s descripciones al nivel del

    tendero,

    la portera,

    el ignorado

    burcrata,

    en

    la

    vana esperanza de ser una expresin popular. En

    no retorno uno ms

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

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    .

    f l

    vieJOS

    procedimientos de la literatura burguesa.

    Este populismo comporta los peores vicios y

    nin-

    guna virtud

    50).

    El caso de este tipo de literatura es ms grave

    y

    esta

    gravedad debe

    ser

    apreciada

    en

    toda su

    mag-

    nitud. A esto precisamente alude Maritegui cuan-

    do habla

    del populismo esttico. Ya adivinaba

    el

    destino que le estabi:l preparado al arte genuino

    en las sociedades de consumo masivo de folletines,

    novelones de radio y televisin, comics pelculas

    de cartel, etc. Contra las mismas apariencias este

    consumo masivo se constituye en una verdadera

    cultura

    dirigida, no al servicio

    naturalmente

    de

    un

    faran,

    un

    dspota o

    un gran

    eclesistico, pero

    s til

    para el mantenimiento de un gusto pedes-

    tre

    y

    sin

    matices, de

    la

    monotona de

    la imagina-

    cin, del destierro de la fantasa, de la continua

    e irreflexiva capitulacin moral. Se traza el plan

    de una literatura populist f i rm exactamen-

    te como se

    trazara un

    plan manufacturero, al

    abrigo de

    tarifas

    proteccionistas y atendiendo a

    la

    demanda y a las necesidades del mercado inter-

    no ( ...

    ).

    Hay que prevenir

    la

    prdida de

    una parte

    del mercado lanzando una nueva

    manufactura,

    que

    tenga en

    cuenta

    la evolucin del gusto y las nece-

    sidades de los consumidores (51). En las ltimas

    lneas roza- el aspecto de la avidez de novedades,

    inherente

    a una

    estructura

    econmica competiti-

    va, y que

    afecta

    indudablemente

    al

    fenmeno

    ar-

    tstico cuando la bsqueda esttica y

    la

    experi-

    mentacin son reemplazadas por

    la

    urgencia de

    superar al rival. Indic: que la obra de arte no

    tiene, en el mercado burgus, un valor intrnseco

    sino

    un

    valor fiduciario. No existe coincidencia

    entre la calidad acordada al producto esttico y la

    calidad esttica del producto. Los

    artistas ms

    5

  • 8/21/2019 Francisco POSADA - Los orgenes del pensamiento marxista en Latinoamrica

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    puros no son casi nunca los mejores cotizados. El

    xito de un pintor depende, ms o menos, de las

    mismas condiciones que el xito de

    un

    negocio. Su

    pintura necesita uno o varios empresarios que la

    administren diestra

    y

    sagazmente. El renombre se

    fabrica a base de publicidad. Sujeto a las leyes

    del mercado, el

    artista

    autntico desemboca

    en

    un

    callejn sin salida: para salvarse como hombre

    tiene que sacrificarse como

    artista

    (52).

    Esta hostilidad

    entre

    el artista

    y

    el capitalismo

    le lleva a un

    enfrentamiento permanente

    con el

    orden

    social. El

    artista

    es el rebalde por excelen

    cia. El

    artista

    siente oprimido su genio , se sien

    t sofocado .

    Esta

    carencia de oxigeno le

    em-

    puja

    a

    la

    desesperacin, inclusive a

    la protesta

    reaccionaria . Maritegui

    funda

    as

    la variada re-

    belda del

    artista

    contemporneo y llega a estas

    conclusiones: los fenmenos de oposicin poseen

    muchos matices, el arte del perodo de la deca

    dencia no es, de por s,

    un

    arte

    de decadencia.

    En los

    Manuscritos

    econmico-filosficos de 1844

    bajo el dominio sobre todo de

    las

    posiciones antro-

    polgicas de Feuerbach, Marx asume enfoques ro-

    mnticos que implcitamente sitan al pasado

    en

    un lugar de privilegio y condenan al mundo mo

    derno. Segn

    la

    ideologa de los Manuscritos el

    hombre es

    un

    creador. La estela de sus fuerzas

    hu-

    manas esenciales , una

    constante

    produccin y

    reproduccin de su ser La nocin que Marx

    uti-

    liza es la autoproduccin , con la cual se alude

    a un dinamismo propio a

    una

    potencia intrinseca

    del hombre (sus fuerzas esenciales) que necesaria

    mente

    debe desplegarse

    en

    el transcurso