el alma entre doctrina militar y...

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EL ALMA ENTRE DOCTRINA MILITAR y EVANGELIO Por: Comisión Intereclesial de Justicia y Paz Junio de 2012 Tres documentos recientes de las fuerzas militares dan cuenta de una doctrina dirigida a capturar el alma de la población, se trata de un “Texto Especial” del año 2002; del “Manual de instrucción” de 2010 y de una “Cartilla de Trabajo” editada entre 2006 y 2010 por las fuerzas militares de Colombia, en las que instruyen al estamento castrense, sobre la implementación de la Doctrina de la Acción Integral como una fase determinante de la guerra. En ellos presentan acciones orientadas a conquistar el “alma y el corazón” de la población, sobre la base de que el nuevo campo de batalla a conquistar es la conciencia de las personas, su corporalidad, en lo que llaman “las guerras intangibles”. La doctrina militar siempre ha contemplado la necesidad de incidir en la voluntad de combatientes y no combatientes. En la actual fase de la guerra interna sofistican mecanismos, con el objetivo de avanzar en el control de la corporalidad, adornado con un discursos de protección a los derechos humanos. Orientan acciones en diversas fases de su guerra: política, jurídica, mediática, de masas, de estratagemas, psicológica, de organizaciones, atacan principios universales como el de la distinción entre lo civil y lo militar, el derecho a la libre expresión, al de defender los derechos humanos, a la oposición política, pretendiendo el control social de la población en el unanimismo de intereses a los que sirve lo militar. Expresiones de este intento de controlar la mente y el corazón de las personas abundan en el gobiernos de Álvaro Uribe y en lo que va del gobierno del presidente Santos: Redes de informantes, de cooperantes, constitución de Centros de Coordinación de la Acción Integral CCAI donde desde las fuerzas militares se orienta la intervención del Estado en comunidades vulnerables, disposición de militares en las carreteras saludando mecánicamente los vehículos que se movilizan, campañas en publicitarias en los aeropuertos, terminales de transporte terrestre, distribución de números de celular a las comunidades para que se comuniquen de manera directa con los militares, campañas de desprestigio y procesos de judicialización contra comunidades que afirman su condición de población civil en medio de la confrontación armada, campañas de desprestigio y procesos de judicialización contra defensores de derechos humanos que acompañan comunidades y que adelantan procesos internos y en instancias internacionales contra militares implicados en violaciones a los derechos humanos, intentos de seducción de comunidades mediante el discurso de que los militares de ahora son distintos a aquellos que actuaron con paramilitares en años anteriores.

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EL ALMA ENTRE DOCTRINA MILITAR y EVANGELIO

Por: Comisión Intereclesial de Justicia y Paz Junio de 2012

Tres documentos recientes de las fuerzas militares dan cuenta de una doctrina

dirigida a capturar el alma de la población, se trata de un “Texto Especial” del

año 2002; del “Manual de instrucción” de 2010 y de una “Cartilla de Trabajo”

editada entre 2006 y 2010 por las fuerzas militares de Colombia, en las que

instruyen al estamento castrense, sobre la implementación de la Doctrina de la

Acción Integral como una fase determinante de la guerra. En ellos presentan

acciones orientadas a conquistar el “alma y el corazón” de la población, sobre

la base de que el nuevo campo de batalla a conquistar es la conciencia de las

personas, su corporalidad, en lo que llaman “las guerras intangibles”.

La doctrina militar siempre ha contemplado la necesidad de incidir en la voluntad

de combatientes y no combatientes. En la actual fase de la guerra interna

sofistican mecanismos, con el objetivo de avanzar en el control de la

corporalidad, adornado con un discursos de protección a los derechos humanos.

Orientan acciones en diversas fases de su guerra: política, jurídica, mediática, de

masas, de estratagemas, psicológica, de organizaciones, atacan principios

universales como el de la distinción entre lo civil y lo militar, el derecho a la

libre expresión, al de defender los derechos humanos, a la oposición política,

pretendiendo el control social de la población en el unanimismo de intereses a los

que sirve lo militar.

Expresiones de este intento de controlar la mente y el corazón de las personas

abundan en el gobiernos de Álvaro Uribe y en lo que va del gobierno del presidente

Santos: Redes de informantes, de cooperantes, constitución de Centros de

Coordinación de la Acción Integral CCAI donde desde las fuerzas militares se

orienta la intervención del Estado en comunidades vulnerables, disposición de

militares en las carreteras saludando mecánicamente los vehículos que se movilizan,

campañas en publicitarias en los aeropuertos, terminales de transporte terrestre,

distribución de números de celular a las comunidades para que se comuniquen de

manera directa con los militares, campañas de desprestigio y procesos de

judicialización contra comunidades que afirman su condición de población civil en

medio de la confrontación armada, campañas de desprestigio y procesos de

judicialización contra defensores de derechos humanos que acompañan comunidades y

que adelantan procesos internos y en instancias internacionales contra militares

implicados en violaciones a los derechos humanos, intentos de seducción de

comunidades mediante el discurso de que los militares de ahora son distintos a

aquellos que actuaron con paramilitares en años anteriores.

Lo paramilitar, en Colombia, como parte de la estrategia de Estado, posibilitado

por las acciones y omisiones de la policía y el Ejercito, hace parte de esta

estrategia de seducción para el control de los territorios y el desarrollo de obras

de infraestructura agropecuaria y vial en regiones como el Curvaradó, Jiguamiandó y

Cacarica. Al incentivo de cultivos de palma, plátano de exportación, de la

ganadería extensiva, se suma la promoción paramilitar y el consentimiento militar

del cultivo y procesamiento de coca en estos territorios. La conquista del corazón

y la mente de la población tienen métodos perversamente concretos: la invitación a

jóvenes y adultos al consumo de alcohol y cocaina, la exhibición de grandes

cantidades de dinero, el ingreso a los territorios de mujeres prostituidas.

La preservación de la conciencia, del alma y el corazón de las mujeres y hombres

es esencial a la tradición cristiana tal como la recogen los evangelios. Es la que

se inspira en el reinado de Dios para aquí y ahora y se expresa en la practica del

Jesús histórico de la comida para todas y todos, que se afirma en la verdad, la

justicia, solidaridad, fraternidad, libertad. Es aquello a defender, mas que la

misma vida física, al cuerpo biológico, “quien ama su vida la perderá pero quien la pierde para mí la encontrará”, pues si ella pasa del dominio del sujeto, al

dominio de quien las manipula en favor de sus pretensiones, la vida humana misma

está perdida, la dignidad desaparece. Mas grave que la muerte física es la muerte

del alma: “no teman a los que matan el cuerpo y no pueden matar el alma. Teman mas bien al que puede matar el alma y el cuerpo”.

Queremos entonces dar una mirada a los aspectos que consideramos relevantes, que

hieren la dignidad de mujeres y hombres y son parte de la instrucción militar del

ejercito de Colombia, apoyado en doctrina militar internacional, consignado en un

manual, un texto especial y una cartilla de trabajo, relacionados con la

conquista de la mente y el corazón de las personas y, en un siguiente paso dar

una mirada al significado que para el Evangelio tiene la muerte del alma, como

expresión de la muerte de la dignidad, de la humanidad, de las mujeres y los

hombres. Creemos que la instrucción militar orientada a la seducción de hombres y

mujeres en pos de la captura de su conciencia es de las afrentas mas profundas que

puede darse a los postulados consignados en los evangelios tal como lo conocemos

hoy.

Primero

Texto especial. Acción Integral como concepto de estrategia integral e integrada

del Ejército, primera edición, 2002 imprenta del Ejercito.

Desde la presentación de este “texto especial”, hecha por el General Jorge

Enrique Mora Rangel, Comandante de las Fuerzas Militares, el Ejercito habla del

concepto de guerra política como distinto al de acción integral, entendiendo el

primero como “aquellas acciones no declaradas, subterráneas e intangibles, que van pervirtiendo y corroyendo la institucionalidad en la vida democrática y en los estamentos sociales, hasta ser debilitados, infiltrados y debilitados” (pg 13).

En el documento, la institución castrense llama al conjunto de la institución a

emprender “guerra política” antes que el pueblo se convierta en el Ejército

del enemigo. Teniendo en cuenta que la confrontación armada en Colombia lleva

cerca de 50 años, la derrota del “enemigo” va más allá de lo militar y tienen

cono fin estratégico recuperar la credibilidad de las fuerzas militares, ganar la

legitimidad. Para alcanzar ese objetivo es necesario adelantar acciones contra

todas y todos aquellos que se empeñan en desprestigiar a las fuerzas militares,

es decir, quienes denuncian las acciones violatorias de los Derechos Humanos y la

complicidad por acción y omisión de las fuerzas militares. Esta actuación de la

guerra política amplía el espectro de los enemigos objetivo de la guerra

política, pasa de la guerrilla, a todos a aquellos que los militares consideran

sus partidarios, sujetos que quedan perfectamente ilustrados en este “texto especial”.

Cita a un oficial de alta graduación, para convencer a las fuerzas militares de

iniciar cuanto antes la guerra política, quien invocaba a la divinidad,

inspiradora de sus hazañas militares, de la siguiente manera: “solo le pido a Dios que cuando nos decidamos a aplicar la guerra política no sea demasiado tarde y para entonces la narco-subversión no haya convertido al pueblo en su Ejercito y nosotros seamos un Ejercito sin pueblo (Teniente Coronel Omar Hipólito Marcucci López, Pg 13).

Al avanzar en la caracterización de la naturaleza de la guerra política, hace uso

de esta cita anónima “hay guerras en las que no se necesita recurrir a la violencia para alcanzar la victoria. La guerra política es de este tipo de guerra”. Acude, además, a Von Clausewitz como teórico de la guerra moderna,

para afirmar que la guerra tiene orígenes políticos, que se trata de someter al

contrario a la voluntad del ganador y que la acción militar, por ser integral,

debe combinar la guerra psicológica y política con la militar. Cita también a

Mao Tse-tug para sustentar que la guerra es política y ha de contar con las masas

para alcanzar el éxito militar (Cfr pg. 15).

La guerra política, dicen, no es una guerra declarada, es una guerra letal que

no da aviso, va penetrando poco a poco en los estamentos sociales de las

democracias. Esta guerra para alcanzar sus fines emplea medios intangibles,

enmascarados, oscuros. La conducción de la guerra política requiere de un

esfuerzo del 70 % en el campo político y de un 30 % en el campo militar. Esta

comprensión de la Guerra política y del tipo de esfuerzo que se requiere para

librarla, vuelve a ubicar sus objetivos en un espectro de posibilidades

indeterminadas, que tiende a convertir toda oposición al régimen, considerado

como democrático, como el enemigo contra el que hay que emplear el 70 % de los

esfuerzos del total que requiere la guerra (Cfr pg 17).

Acuña la expresión “subversión desarmada” para referirse, ahora, a toda

organización, medios de información, organizaciones sociales que no han callado

los desmanes de la fuerza pública. A estas organizaciones se les responsabiliza

de generar “desconcierto, desinformación”. Señala que el trabajo de la

“subversión desarmada” ha hecho mucho más daño a la institucionalidad que las

“bandas de forajidos” (Pg 17).

La guerra política debe estar estrechamente articulada a la guerra militar, pero

tiene sus diferencias que destaca en 4 puntos: 1) no está restringida por el

espacio, 2) puede empezar y terminar en cualquier momento, 3) no existen

condiciones de edad, sexo, ni capacidad física para librarla, 4) en su mayor

parte es intangible (Cfr Pg 19).

Al avanzar en el concepto, cita a los “futurólogos estadounidenses” Alvin y

Heidi Toffler quienes afirman que “'también muchos tratadistas definen la guerra política como el empleo máximo de la guerra integral con el propósito de minar la voluntad de lucha del adversario'”. Y, fuera de la cita, comenta que

“tales definiciones fortalecen la concepción de que ésta es de gran aplicación a la situación actual” (de Colombia) (Pg 20).

Señala que la guerra política contiene 6 tipos de guerra “según el modelo chino nacionalista” que son: la guerra ideológica o guerra de ideas; guerra de

inteligencia; guerra psicológica; guerra de organizaciones; guerra de

estratagemas y guerra de masas. Para aplicarlo a la realidad Colombiana, las

fuerzas militares aportan dos tipos de guerra más a esta construcción del

pensamiento bélico, al estar desatendidas dos áreas de la guerra a la que se

enfrentan cotidianamente: la jurídica e informática o ciberguerra (Cfr pg 21).

Dato importante para comprender las prácticas que consecuencia han venido

adelantando desde la definición de esta doctrina de las Fuerzas Militares, en

particular con los “enemigos” de las comunidades que hacen afirmación no

violenta de sus derechos a la vida y a los territorios, a las organizaciones de

Derechos Humanos, periodistas independientes, políticos de oposición. Son

conocidas, por ejemplo, las órdenes emitidas por la dirección de inteligencia

del extinto DAS, de emprender esta “guerra cibernética” con la constitución de

páginas web, la redacción de artículos de opinión para adelantar sus campañas de

desprestigio.

La guerra de ideas es definida como la fuente de la guerra política. Acude de

nuevo a Clausewits para ahondar en el objetivo de controlar mente y corazón de

las personas, lo inmaterial e intangible pero que determina las motivaciones, los

principios, los criterios, el ejercicio de la voluntad. Es lo que se quiere

controlar, lo que se quiere someter, el botín pretendido: la captura,

manipulación y sometimiento de los sentimientos y pensamientos de las personas.

“... en la guerra la actividad nunca es dirigida únicamente contra la materia; es dirigida siempre, al mismo tiempo, contra la fuerza mental y moral que da vida a esa materia, y es posible separar una de otra”' (Pg 23). (Negrillas fuera de texto).

Afirma que el terrorismo quiere incidir ideológicamente en las masas infundiendo

odio “contra todo lo que representa autoridad, tradición, democracia y Dios”

(Pg 24). Su autoridad, su tradición, su concepción de democracia y su Dios, son

maleables a su voluntad, para el control de los territorios y de las

voluntades de sus habitantes, distinto al de Jesús de Nazaret, de la tradición

judeocristiana que apuesta, claramente, por otros valores ligados a la justicia

distributiva, que le son antagónicos.

En la aplicación de esta “guerra” en Colombia, los militares afirman aquí, como

en los otros documentos analizados en este trabajo, que su objetivo no son los

combatientes sino todos aquellos que califica como sus paladines que se

encuentran en: “reuniones del partido, congresos, cátedras universitarias, foros y simposios a nivel nacional e internacional... donde atacan insaciablemente, al estamento militar, con tendenciosas acusaciones fabricadas con el único fin de desprestigiar y desmoralizar a la fuerza militar legitima” .(Pg. 24) Esta

ideología, continúa afirmando, tiene acogida en zonas rurales alejadas, zonas

urbanas pobres y en sectores juveniles con el “desgastado discurso de la equidad y la igualdad” (Ibid). Estos valores, entonces, salen de la

concepción de democracia del Ejército y pasan a ser objetivos a perseguir.

Luego de analizar la guerra de inteligencia, aborda la guerra psicológica que

define como aquella destinada “ a conquistar las mentes y los corazones de los hombres, hace énfasis en los aspectos “invisibles” o “internos” (Negrillas fuera de texto) , tales como la actitud del enemigo, afecto, emoción, motivación, las creencias, la moral, el estado psicológico de los militares y características, la personalidad del comandante, y el estado de ánimo de la población civil en el área de batalla y fuera de ella” (Pg. 29). El objetivo es

la psicología tanto de los militares como de la población civil. La propaganda

es considerada como técnica psicológica para influir las mentes, emociones y

actitudes. De nuevo, para el control de la voluntad de sus objetivos militares,

en la aplicación a Colombia de esta guerra, habla de la subversión como

responsable de las denuncias al Ejercito por sus implicaciones en violaciones a

los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario: “ están encaminando sus esfuerzos políticos a socavar el fuero militar”, (Pg. 31) tema por demás de gran vigencia por la insistencia del ejecutivo revivirla como figura de

impunidad de los crímenes cometidos por los militares que pretenden sean

considerados actos del servicio y de conocimiento, inicialmente, del tribunales

militares.

Al describir las amenazas contenidas en la “guerra de organizaciones”, habla de

las organizaciones de derechos humanos como “organismos de fachada: estos sirven para disfrazar frentes guerrilleros en varias regiones que hacen gala de objetivos nobles y altruistas”. Ubica como papeles importantes de los

“organismos de fachada” “el de hacer seguimiento a la fuerza pública en todas sus actividades, transmitiendo sus quejas como denuncias ante los Organismos no gubernamentales nacionales, con eco en las entidades internacionales y la posterior condena del Estado colombiano como violador de los derechos humanos, cuando la mayor parte de estas denuncias son calumnias o falsas imputaciones”

(Pg 39) (Negrillas fuera de texto).

En el aparte “guerra de estratagemas” define esta estrategia como el

conjunto de actuaciones entendidas tendientes a hacer incurrir en engaño al

enemigo. Presenta las iniciativas de paz y el trabajo de los defensores/as de

derechos humanos como “estratagemas” de la subversión. Enumeramos solo las

exigencias más obvias y permanentes de las organizaciones de Derechos Humanos que

son calificadas, en momentos en que se redacta este “Texto Especial”, como

parte de la actuación de las guerrillas : “1) solicitud de nombramiento de un Comisionado de la Organización de Naciones Unidas, para el manejo de la problemática de los desplazados”, 2) informes tendenciosos sobre la situación de Derechos Humanos en Colombia dirigidos a la Unión Europea y al Departamento de Estado de los Estados Unidos”. (Negrillas fuera de texto Pg. 44)

En otro aparte, define la “guerra jurídica” como parte de la guerra de

estratagemas. Las acciones jurídicas que emprenden los organismos de derechos

humanos contra militares implicados en graves violaciones a los Derechos Humanos,

son entendidas como engaño, y nuevamente, como actuación de la subversión

desarmada. Tienen como objetivo, dice, “fabricar pruebas para 'empapelar' a miembros de la Fuerza Pública, valiéndose de testigos y situaciones falsas que incomodan moral y jurídicamente la institución. La subversión se vale de esta

herramienta para colocar fuera de acción a oficiales, suboficiales y soldados que los han enfrentado valerosamente en defensa de la democracia y la soberanía”.

(Pg 46).

Continúa el documento oficial afirmando que “es así como estas ordas criminales autodenominadas 'guerrilleros' sustentadas en la falacia y la calumnia, fabrican pruebas, difunden denuncias y acusaciones que lógicamente generan procesos penales y disciplinarios contra militares y policías que han enfrentado con patriotismo y bizarría el embate de los violentos. Es aquí donde cobra importancia la figura maquiavélica de la subversión desarmada, aquella a la que no se le ha entregado la atención del caso y por ello, esta confrontación ha ido avanzando a pasos agigantados. Se debe, en forma urgente encaminar acciones de guerra política con todos sus componentes, para neutralizar y contrarrestar el accionar delictivo de estos organismos de fachada... Mientras esto sucede los organismos defensores de los Derechos Humanos y sus cabildeos, aumentan por doquier, señalando con el dedo acusador a todos aquellos que se opongan a las pretensiones de la subversión, sin que nadie, ni el Estado fiscalice o controle sus nocivas actividades”. (Negrilla fuera de texto) (Pg 47)

Como estrategia de esta “guerra jurídica” uno de los proyectos más ambiciosos

de recuperación de la memoria histórica de violaciones a derechos humanos en

Colombia, que aglutinó gran cantidad de reconocidas organizaciones de derechos

humanos del país, conocido como el Proyecto Nunca Mas, que tuvo como cede la

Comisión Intercongregacional de Justicia y Paz, que dicho sea de paso, fue

allanada por la Fiscalía el 13 de mayo de 1998 por orden de la Brigada 13 del

Ejercito comandada por el General Rito Alejo del Río Rojas, centrando las

pesquisas en las oficinas que depositaban los archivos físicos y digitales del

proyecto.

Afirma el texto en el aparte “Tácticas de la guerra jurídica” que la

subversión pretende: “b) desarrollar las tres fases del proyecto 'Nunca Más', hasta llegar a la creación de la 'Comisión de la Verdad', en una primera etapa, para luego solicitar al Tribunal Penal Internacional adhoc que ejecute el juzgamiento a militares colombianos por supuestos crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad como la desaparición forzada, la tortura, la ejecución extrajudicial y el genocidio(...) g) reforma al Código Penal Militar y erradicación del fuero militar” (Negrillas fuera de texto) (Pgs 47-48).

Avanzando en el desglose de lo que consideran guerra política, el Texto hace una

descripción de “siete pasos de la penetración de la subversión en Colombia”,

llama la atención que en uno de ellos habla de “el estamento sacerdotal”,

refiriéndose expresamente a los sectores de la iglesia que están comprometidos

con las causas de los empobrecidos: “se aprecia algún sector minoritario de

sacerdotes separados de la iglesia católica que aún le hacen el juego a la teoría (sic) de la liberación, en contraste con las voces mayoritarias del estamento sacerdotal, que ve el peligro con claridad meridiana, lo denuncia y tienen valentía de proclamarlo, demostrando un gran respeto y apego a las jerarquías legitimas”. (Pg. 74). De hecho, el reestructurado DAS tomó cartas en este

asunto y ordenó seguir a todo un grupo de hombres y mujeres de iglesia, entre

ellos el teólogo Juan José Tamayo, el obispo mexicano Samuel Ruiz (fallecido), el

obispo estadounidense Tomas Gombleton, el teólogo Jesuita Javier Ruiz Arana

(fallecido), el obispo Pedro Casaldáliga, entre otros, que tomaron la decisión

de enviar una carta al entonces presidente Álvaro Uribe respaldando, a las

comunidades de Jiguamiandó, Curbaradó, Cacarica, San José de Apartadó y Dabeiba,

asediadas con amenazas y actuaciones paramilitares. (Cfr

http://justiciaypazcolombia.com/Cristianos-seguidos-por-el-DAS obtenida el 9 de

febrero de 2012 12:16 p.m.)

Presentan, igualmente, 15 requerimientos, asumidos por organizaciones de la

sociedad civil como parte de la estrategia de la guerrilla. Nombramos solo

algunos de ellos: “1) un gobierno de coalición, es decir un gobierno pluripartidista, 10) prohibición del servicio militar obligatorio y su sustitución por un servicio social o ecológico, 12) Acabar con el fuero militar y reforma sustancial al Código de Justicia Penal Militar, 13) vender la idea de la necesidad de una reforma militar al Ejercito Nacional, 14) Humanización y regulación del conflicto armado, 15) redefinición de la misión constitucional del Ejercito en un país en Paz” (Cfr pgs 79-80).

Luego de definir conceptos, de identificar al “enemigo”, el texto, de manera

detallada, elabora el plan ofensivo para cada una de las llamadas

“guerras”. Para ello -dice- “la institución militar está desarrollando la acción integral con el fin de neutralizar y erradicar la guerra política de la subversión y sus nefastas consecuencias” (pg 89).

Vuelve a hablar de la acción política integral como una “'guerra integral'” que pretende “minar la voluntad de lucha del enemigo mediante el máximo empleo de la propaganda y otras acciones de orden político, socioeconómico, religioso, cultural y militar”. El responsable de esta estrategia debe ser el gobierno

colombiano (Pg 90). Nótese que se plantea como una guerra en la que lo espiritual

juega un papel central.

Los pasos a seguir son los mismos que ya habíamos reseñado como los tipos de

“guerra”. En este aparte les llama acciones ideológicas o de ideas, de

inteligencia, psicológica, de organizaciones, de estratagemas -acción jurídica y

acción informática o ciberguerra, de masas (cfr pg 90).

La “acción ideológica o de ideas” es definida como la “campaña metódica y de carácter ideológico que busca contrarrestar y neutralizar el proselitismo político marxista-leninista de las organizaciones narcoterroristas … debe exaltar el nacionalismo, los valores y principios ético morales, la familia, la raza, la religión, el patriotismo y sobre todo nuestro sistema de libertades democráticas. La acción ideológica debe estar encaminada a dos frentes principales: las propias tropas y la población civil” (Pg 91)

Llama al fortalecimiento espiritual, definiendo la milicia como una religión en

la que a las tropas se les debe imprimir el verdadero fervor mediante la

convicción religiosa de que el triunfo final, como si fuera el cielo, es dejar un

país liberado del flagelo de las organizaciones narcoterroristas. Habla también

del “apoyo nacional” como objetivo a alcanzar “mediante una campaña de concientización nacional, debe buscarse el apoyo de la comunidad a los objetivos militares, particularmente en los momentos difíciles” (Pgs 91-92).

La “acción de inteligencia” se sale, nuevamente, del campo militar para

ocuparse del campo espiritual, ideológico, del pensamiento. Por eso se entiende

que los organismos nacionales de inteligencia se ocupen de manera obsesiva de

los seguimientos a sus “objetivos” y de adelantar las llamadas acciones

ofensivas contra todas y todos aquellos a quienes consideran amenaza al

establecimiento, calificándolos como guerrilla desarmada. En Colombia un ejemplo

evidente de esta obsesión, que parece orientada desde este “texto especial” de

las fuerzas militares, son, de nuevo, los seguimientos que se efectuaban desde

el reestructurado DAS (Departamento Administrativo de Seguridad). El texto

militar dice que “la acción de inteligencia no solo se encuentra en la fuerza tangible de la guerra (inteligencia militar), sino hace énfasis en aquellos aspectos intangibles o invisibles, que integran el poder de combate espiritual del enemigo. La acción de inteligencia combina la lucha mental y material” (Pg 93). Las publicaciones, conferencias, rituales, mensajes electrónicos, programas

radiales, de televisión, producción artística son mirados con sospecha cuando de

mostrar la realidad se ocupan, por eso el seguimiento es intenso, como se ve en

el caso DAS.

En la “acción psicológica” tienen un papel preponderante la propaganda como

“técnica psicológica” definida como “el empleo planeado de cualquier forma de comunicación previamente diseñada con el propósito de influir las mentes, actitudes y emociones de un grupo determinado, en el logro de objetivos particulares o generales” (Pg 95) (Negrillas fuera de texto). De nuevo los

planes apuntan a la voluntad de los grupos objetivo y a la modificación, mediante

la técnica de la propaganda, de la conducta de las personas, de la población

civil para “ganar su apoyo fortaleciendo así el esfuerzo de la guerra militar” (Pg 95).

En la “acción de estratagemas” como táctica para inducir a error a quienes

consideran enemigos, mediante el engaño, llama la atención el especial interés

que deposita a las acciones jurídicas y mediáticas ofensivas contra la

población “objetivo”. Las consideran tarea fundamental a desarrollar mediante

el uso de las mismas “estratagemas” del “enemigo”, entendiendo por este, otra

vez, toda organización que adelanta acciones de defensa jurídica a favor de los

derechos humanos y difunden públicamente mediante internet denuncias,

constancias, comunicados, acciones urgentes divulgando violaciones a los

derechos humanos en la que están involucrados militares.

La “acción Jurídica”, ordenan desarrollarla, desde tres escenarios: el

legislativo, para que de manera legal se blinden las operaciones militares; el

legal ofensivo para que se “adelanten investigaciones exhaustivas y objetivas, respecto de las organizaciones de fachada de la subversión” (Negrilla fuera de texto) y la jurídica defensiva y de protección especial a militares implicados

en investigaciones (Cfr 104). Abundan ejemplos de defensoras y defensores de

derechos humanos, líderes sociales, dirigentes sindicales, miembros de

comunidades involucrados, por falsos testigos, preparados desde las unidades

militares y de policía implicados en procesos judiciales que no soportan un

examen riguroso de las circunstancias de modo, tiempo y lugar, que se apartan de

la sana crítica, del derecho a un debido proceso; de los intentos legislativos

por revivir el fuero penal militar; y del modo como militares investigados y

aún condenados, gozan de los privilegios de la complicidad de cuerpo.

Toda acción jurídica que implica militares es calificada en este “texto

especial” como parte de la guerra jurídica del enemigo que “ha causado efectos desmoralizantes entre los miembros de la institución. El militar no siente el respaldo jurídico para enfrentar los ataques que de esta índole emplea la subversión” (Pg 104). En consecuencia, todo militar procesado por violaciones a los derechos humanos, es objeto de protección especial por parte de la

institución y se requiere, por tanto, que “los comandantes de unidades tácticas deben organizar equipos de abogados para defender a las personas involucradas en la guerra jurídica” buscando el apoyo del área jurídica de las universidades.

Orienta este “texto especial” a los comandantes de las unidades para que estén

pendientes de la situación económica de los militares procesados, para determinar

quienes tienen medio sueldo pues “resulta imperdonables que estos y sus familias pasen necesidades”.

Insiste en adelantar “acciones jurídicas” contra las personas y organizaciones

que denuncian a los militares como mecanismo para contrarrestar la acción legal

“denunciar penalmente a los acusadores y sus acusaciones tendenciosas contra la

institución” (Pg (105).

En consecuencia, la violación de derechos humanos se convierte en necesaria

para el eficaz combate de la subversión armada y desarmada, y el violador a su

vez, se constituye en sujeto de privilegios en cuanto a la atención económica y

jurídica se refiere, dentro de la institución castrense. Aunque la “Acción Integral” en el discurso afirma estar fundamentada en la garantía de los

Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario, a la hora de afrontar

los casos de violaciones imputables a los miembros de la institución militar, los

califica como parte de la estrategia jurídica de la subversión y rodea al

violador de todas las garantías jurídicas y económicas que lo exalta como un

autentico héroe que debe ser especialmente protegido a riesgo de que se afecte la

moral de combate de las tropas.

En lo referente a la “acción informática o ciberguerra”, coincide, también, lo

ordenado en este “texto especial” con lo ordenado en las acciones ofensivas

ilegales del reestructurado DAS, en lo referente a la creación de páginas web

con el fin de “sensibilizar a la opinión pública nacional e internacional, mediante la utilización de herramienta tecnológicas entre las cuales se encuentra la red mundial de comunicaciones internet” y así “contrarrestar la propaganda en hojas web y proselitismo político-terrorista de las organizaciones narcoterroristas” (Pg 105).

En la “acción de organizaciones” plantea la creación de asociaciones de

“oficiales y suboficiales retirados... oficiales de reserva, club de amigos del batallón, asociaciones juveniles del batallón, asociaciones estudiantiles y universitarias, organizaciones de familiares de cuadros y soldados, mujeres y chicas de acero, pollitos de acero, colegios militares, círculos de amigos del Ejercito” (Pg 108).

Parte de esta táctica es la de acceder a los medios de información. Para este fin

“el comandante debe hacerse amigo de los directores y periodistas de los medios de comunicación, pues solo así puede obtenerse el apoyo de estos y alcanzar la cobertura divulgativa que la institución necesita” (Pg 109).

Dando un paso más, con el fin de contrarrestar lo que llaman la “guerra de organizaciones”, coincidiendo con los planes ya conocidos del DAS, plantean la

constitución de organizaciones no gubernamentales “que puedan trabajar de forma independiente y se encarguen de divulgar los actos que comete la subversión...”

(Ibid)

Las “acciones de masas”, por su parte, pretenden conquistar la población civil

en función de la guerra militar. Entre las líneas de acción se plantea

“movilizar a la población civil en apoyo de las operaciones militares. Las guerras las ganan los pueblos de la mano con el ejercito” (Pg 111) De nuevo el

pregonado respeto al Derecho Internacional Humanitario, de otros textos

contemporáneos del ejercito, en lo que al principio de distinción entre lo

militar y civil se refiere, no deja de ser discurso decorativo y encubridor. En

esa dirección, de modo expreso, pretende “ganar el apoyo de la población civil neutral y la que habita en las áreas objetivo” (pg 111).

Finalmente insiste el documento en la necesidad de proteger la acción militar

del control que sobre ella ejercen las entidades encargadas de proteger los

derechos humanos, “es urgente crear las condiciones propicias para la aplicación de una estrategia militar, mediante las cuales (sic) las Fuerzas Militares dispongan de suficiente libertad de acción y de mayores medios” (Pg

115), es decir, de su patente de corso.

Reglamento de operaciones y maniobras de combate irregular de las Fuerzas

Militares de Colombia EJC 3-10-1, 2a edición de 2010

En el reglamento se destacan las siguientes afirmaciones relacionadas con el tema

de nuestro interés:

“La operación psicológica es la acción planeada y dirigida para la utilización de un conjunto de elementos tales como propaganda, medios de comunicación y otras formas de acción sicológica... con el propósito de influir en la voluntad, actitud y comportamiento de miembros de las fuerzas hostiles, población civil y de las propias tropas, con el fin de lograr la victoria final. Las operaciones sicológicas se desarrollan antes, durante y después de las operaciones militares precisando que es importante articular y coordinar la acción integral del Estado en su conjunto. La batalla por la mente y los corazones de los hombres ha llegado a convertirse en factor determinante para el logro de objetivos militares, estratégicos e institucionales. (Negrillas fuera de texto) (Pg 43)

Estas operaciones se adelantan desde “Las Unidades de Operaciones Sicológicas” y

pretenden “lograr el apoyo incondicional de la población civil”. Como “ámbitos de aplicación” ubican los sectores urbano y rural, buscando en lo urbano el

uso de la población civil como “factor de éxito” y en lo rural que la “poca”

población civil que hace parte de estas áreas se beneficie de las “operaciones de la acción integral” como oferta atractiva. (Pg 43-44)

Las operaciones psicológicas obedecen a un plan, a una apuesta deliberada de

incidir en la conciencia de los objetivos de la llamada “Acción Psicológica” que

consiste en el “uso planeado de la propaganda y otras acciones de tipo militar, económico, social e ideológico conducidas y ejecutadas a nivel táctico para crear en la población civil, en las propias tropas y el enemigo, las actitudes y comportamientos necesarios para la consolidación del sistema democrático”. Llama

la atención que se ordena “la racionalización del contenido ideológico de la propaganda”, de acuerdo con las necesidades, calculo que pretende contrarrestar a

“las organizaciones al margen de la ley” (Pg. 44), dentro de las que se incluyen no solo a los combatientes como veremos más adelante.

Las operaciones sicológicas, que tienen como objetivo las tropas enemigas, las

propias tropas y a la población civil, privilegian la intervención sobre la

población que no está involucrada de manera directa en la confrontación y que

“se constituye en uno de los principales blancos para las operaciones sicológicas, ya que quien logre su apoyo obtendrá significativos resultados en el cumplimiento de la misión”. (Pg. 45).

El reglamento establece, además, técnicas para la “cooperación civil y militar”,

comprendidas dentro de las acciones sicológicas. Privilegian las “jornadas de cooperación civil y militar” dentro de las que relacionan la alfabetización, a

población vulnerable, mantenimiento de lugares de servicio público, entre otras.

Incluyen, también, las “obras de cooperación civil y militar” como construcción

de carreteras, colegios, entre otras y establecen la necesidad de intervenir en

los “proyectos en desarrollo” que vienen siendo adelantados por la misma

comunidad o por el gobierno (Cfr. Pg. 46).

En el aparte “actividades de inteligencia de combate”, hablan de los informantes y cooperantes como parte de los “recursos humanos y material disponibles para la búsqueda de información”. Se ordena al comandante de área, crear su propia red de informantes. De otra parte, la red de cooperantes depende del batallón que

organiza los sistemas de información dentro de los que incluyen “autoridades públicas, personalidades y población civil en general, comerciantes, industriales, hacendados, administradores de fincas, trabajadores, vendedores ambulantes, etc.”

(Pg. 66). En lo rural y urbano, estas redes deben tener en cuenta el “secreto, lugar para contactos (conocido sólo por el agente de control), continuidad de los informantes, pago de informaciones, actualización de documentos (Archivo, carta, hoja de trabajo), otras fuentes de información, lista de miembros de organizaciones enemigas, heridos y muertos, documentos y material incautado”. (Pg. 66).

El engaño, la perfidia, son exaltados en este instructivo como medios legítimos de

guerra, bajo la expresión “maniobras de estratagemas militares”, definidas como “ardid de guerra, engaño o astucia. Es cubrir con un velo el verdadero fin que se pretende. Se utilizan para ello, y con frecuencia, los medios de

comunicación”. (Pg. 88)

La determinación de enemigo declarado como objetivo de estas operaciones, va mucho

más allá de los combatientes del bando enemigo. El reglamento determina, de modo

expreso, que no se trata solo de los combatientes sino de todos aquellos que, en

apariencia, aparecen como afines, ideológicamente, a los enemigos: “En este tipo de acción, por su misma naturaleza intervienen, no el enemigo raso, sino también intelectuales de diferentes profesiones que han idealizado a los equipos violentos, y cuya misión es utilizar a la masa, aprovechando su ignorancia y explotando los sentimientos de la misma” (Pg. 88). En el lenguaje de consideración y estima a la

población civil que abunda en el cuerpo doctrinario de la Acción Integral, para

alcanzar su adhesión, se califica aquí como masa manejable, voluble, fácilmente

manipulable, “ignorante”.

Campañas mediáticas, de desprestigio, a través de medios masivos de información:

páginas web; panfletos amenazantes; comunicados falsos atribuidos a organizaciones

de derechos humanos; comunicados distorsionando la verdad firmados por

organizaciones ficticias para tal fin, y que fueron practica recurrente de la

inteligencia del reestructurado DAS, principal centro de inteligencia, adscrito a

la Presidencia de la República, parece que se recomiendan también en este

reglamento, pues se trata de: Intimidar “causar miedo, asustar, dominar al

enemigo y hacer vacilar su voluntad” y de difamar :Disminuir el prestigio y el crédito del enemigo, debilitando sus mandos y su prestigio” (Pg. 88).

En consecuencia, como recursos de engaño e inteligencia dentro de esta sección de

estratagemas, hablan de las “medidas de engaño sicológicas” en las que ordena

presentar “ante los medios de comunicación las reales violaciones de los Derechos Fundamentales e infracciones al Derecho Internacional Humanitario cometidas por los violentos y denúncienlos sistemáticamente ante las autoridades locales. Fomente la discordia entre grupos enemigos por medio de propaganda, en la cual se incite a la pugna por áreas u otros objetivos de interés en su área. Orientar campañas de operaciones sicológicas especialmente dirigidas a los problemas más sentidos de la comunidad, para que estos vean nuestro compromiso y solidaridad con ellos.” (Pg.

91)

Entre los contenidos de la propaganda “enemiga” a rebatir, instruye sobre lo que

considera neurálgico de la realidad nacional como la reforma agraria, la labor de

intelectuales críticos al gobierno y al conjunto del establecimiento. Ordena, el

reglamento, estar “atento a la emisión de propaganda enemiga para que oportunamente ejecute la contra propaganda más adecuada, explotando al máximo cualquier vulnerabilidad del enemigo” (Pg. 91)... “Eduque a su región sobre la realidad económica del país, asesórese por especialistas, no deje espacio para que el enemigo siga engañando con promesas tales como “reformas agrarias”, a los

obreros con “trabajos en control” y a los comerciantes con “beneficios para empresarios”. No son más que intrigas de las que hacen uso frecuentemente para lograr su desestabilización” Pg. 92.

Instrucciones Generales Sobre la Doctrina de la Acción Integral, Fuerzas

Militares de Colombia, Comando General, cartilla de trabajo, sin fecha (Editada

entre 2006 y 2010).

El documento es presentado por el General Freddy Padilla de León quien fuera

Comandante General de las Fuerzas Militares entre agosto de 2006 y agosto de

2010. En la introducción, el alto mando, hace una síntesis de la doctrina de la

Acción Integral como estrategia de guerra. Afirma que “las fuerzas militares de Colombia son ejemplo de estas estrategias de Acción Integral, como modelo de acercamiento hacia la población civil y retorno de la institucionalidad, en guerras contra insurgentes como las libradas en Irak y Afganistán” (Pg. 4).

El carácter internacional de esta estrategia tiene que ver con la exportación de

de estas operaciones en el marco de los llamados acuerdos de cooperación con el

gobierno de los Estados Unidos y tiene como objeto la eliminación de la

frontera entre lo civil y lo militar. En el caso de Colombia una de las

poblaciones objeto es la indígena y todos los grupos de población que

consideran población vulnerable. Esta doctrina, dice el militar, “permitirá ganar con legalidad, justicia y equidad los 'corazones y las mentes', de la población civil colombiana” (Pg. 5) (Negrillas fuera de texto).

El militar hace un llamado a todos los miembros de las fuerza militares a

utilizar la Doctrina de la Acción Integral “como una herramienta tan poderosa como la maniobra militar, para ganar la guerra y conquistar la paz” (Pg. 5).

Como antecedentes históricos cita, igual que en los otros documentos analizados,

a Karl Von Clausewitz para hacer énfasis en la guerra como “construcción social” que obliga a tener en cuenta factores sociales, morales y psicológicos

articulados en las operaciones militares, de modo que se garanticen los objetivos

de derrotar al enemigo. Cita también al general británico Sir Rupert Smith para

indicar que las guerras modernas tienen hoy fines no materiales sino

inmateriales, “la finalidad ahora es modificar las intenciones, ejercer un efecto disuasivo” (Pg. 6) (Negrillas fuera de texto)

Al dar cuenta de antecedentes históricos en Colombia muestra como hitos el plan

Laso, el Plan Perla y el Plan Andes, que en el marco de la guerra fría “ enfatizaron los objetivos estratégicos no militares que daban énfasis a un tratamiento social e integral del conflicto, distinto a la visión eminentemente

militar que se llevaba hasta el momento” (Pg. 6). Señala como avances la

estrategia política y militar de Álvaro Uribe conocida como la “Política de Defensa y Seguridad Democrática” donde “la seguridad no es principalmente coerción: es la presencia permanente y efectiva de la autoridad democrática en el territorio, producto de un esfuerzo colectivo de toda la sociedad. (Política de Defensa y Seguridad Democrática, Pagina 14, Ministerio de Defensa 2003)” Resalta que el concepto ha sido dinamizado por Álvaro Uribe al articular lo

civil con lo militar buscando la “recuperación efectiva del territorio mediante 'imperio de la ley'” (Pg. 7).

La Acción Integral es presentada como factor decisivo en el control de

territorios, para lo cual se apela a una nueva cita ahora del general británico

Gerald Templer quien afirma que “'el tiroteo es solamente el 25 por ciento del problema y el otro 75 por ciento consiste en poner al pueblo de nuestro lado'”

(Pg. 9) (Negrilla fuera de texto), de modo que la “desinformación, las falsas sindicaciones y el desprestigio del Estado” se contrarresten y logren ganar ' los corazones y la mentes' de la población civil del país'” (Pg. 10).

Insiste de nuevo en la inmaterialidad de la guerra, pues la finalidad de la

Acción Integral es ganar la “voluntad de la población (Pg. 10) (…) es una 'guerra de legitimidades' cuyo teatro de operaciones es el 'terreno humano' y no el geográfico donde el respaldo pleno de la población civil es el factor determinante de la victoria” (pg. 10). En pie de página cita nuevamente a Templer como estratega de la “'emergencia malaya”' quien señala que no se

trata de desplegar tropas en la selva sino de ganar mente y corazón de la

población para lo cual es necesario comprender la cultura local y soporta,

también la Acción Integral en el tipo de intervención adelantado por el ejercito

de los Estados Unidos en la ocupación de Irak y Afganistán, como también en la

estrategia del comando 2016 del Comando Sur de los Estados Unidos (Cfr notas 10 y

11 Pg. 10).

La “guerra política de la subversión” es uno de los principales objetivos de

ataque y es definida por esta cartilla como “las acciones comunicativas, psicológicas y propagandísticas realizadas por los grupos armados ilegales y sus organizaciones afines, destinadas a minar y menoscabar la legitimidad del Estado, con amplios efectos políticos e inclusive jurídicos, ello se realiza por medio de la manipulación de la información y la tergiversación de esta” (Pg. 11

nota 11) Negrillas fuera de texto.

Como el “Texto Especial”, la cartilla señala las acciones jurídicas y de

incidencia adelantadas por organismos independientes al Estado para mostrar

violaciones a derechos humanos como estrategia guerrillera y el ejercicio del

derecho a la búsqueda de justicia como parte de las acciones de la subversión.

Pero a su vez ordena a los comandantes que se conviertan en “lideres integrales, no solo en el aspecto militar con sus tropas sino guías y orientadores de la comunidad a la que sirven en su área de responsabilidad” (Pg. 13), con el fin de conquistar a la población civil. La Doctrina de la Acción

Integral ataca, entonces, a las organizaciones que se comprometen con el

acompañamiento a las comunidades en la afirmación de sus derechos y pretenden

sustituirlas por militares para el sostenimiento del status quo.

La línea que separa lo civil de lo militar quiere ser borrada por esta doctrina,

tal como lo reconocen en las líneas estratégicas, al pretender ganar la

legitimidad perdida por las fuerzas militares: “es entonces el punto de encuentro entre lo militar y lo civil”, afirma y en este encuentro se ocupan

especialmente de la población más vulnerable que enmarcan dentro de la categoría

“asuntos indígenas”. (Cfr Pg. 16)

La nombrada “Acción Integral General” cuenta con grupos especiales para su

implementación como el de “Operaciones Psicológicas” (Geos) con un estricto

control de indicadores de impacto por parte de quienes intervienen, tanto antes

como después de operaciones militares especiales, y se apoya, también en las

“emisoras institucionales” que según las fuerzas militares, poseen la más grande

red nacional de emisoras de este género. Cuenta además con equipos para la

producción masiva de impresos, equipos de producción y difusión de mensajes

institucionales (Cfr Pg. 16).

Las “Operaciones de información” son entonces determinantes en esta doctrina y

pretenden afectar el extenso margen de lo que califican las fuerzas militares como

subversivo y se esfuerzan en la producción de mensajes para incidir en las

percepciones dentro del campo de lo político-comunicativo: “estas operaciones deben ir dirigidas a desarticular el espíritu de lucha del 'enemigo', así como lograr su 'confusión' a través de la instrumentalización de la información contraria y la defensa de información propia)”. En este aparte hace un larga cita de Clausewitz sobre la psicología de las mayorías y la necesidad de incidir espiritualmente en ella: 'los elementos morales y psicológicos son trascendentales en la guerra. Estos constituyen el espíritu que permea la guerra como un todo y logra establecer, rápidamente, una afinidad con la voluntad que mueve y guía la fuerza de las masas'”. Quebrantar ese espíritu, afirma la cartilla “es el paso decisivo para la victoria, y poseer información suficiente para lograrlo se constituye en un objetivo fundamental de las FF.MM.” (Pg. 17)

Estas afirmaciones vuelven a conectar la instrucción militar con las practicas

conocidas como interceptaciones y seguimientos ilegales que ha protagonizado el DAS

recientemente y que han tenido como fin la consecución de información para sabotear

las investigaciones sobre vínculos de paramilitares con políticos, perseguir a

defensores de derechos humanos mediante campañas mediáticas de desprestigio,

deslegitimar a las víctimas que reivindican su derechos a la vida y al territorios,

entre otros.

Las “Operaciones de Información” se basan entonces en una comprensión de la guerra en la que toda información que lesiona intereses del establecimiento es

considerada como enemiga y objeto, por tanto, de ataque mediático, pues la guerra

“ supera el espacio físico y se ubica en el cognitivo, donde la información se convierte en el arma por excelencia”, por tanto “es primordial utilizarlas como método ofensivo buscando encuadrar el entorno al servicio de los interese propios, no hacerlo se constituiría en un error craso dentro de la estrategia misma de las FF.MM.” (Ibid).

Estas operaciones en la práctica se adelantan a través de la “guerra electrónica (GE), Operaciones de Red Digitales (OPERD), Operaciones Psicológicas, Decepción Militar (DM) y Operaciones de Seguridad (OPSEG)” que tienen la finalidad de

“influenciar, interrumpir o neutralizar el proceso de toma de decisiones del enemigo y proteger el proceso de decisión propio”. La cartilla ordena la

articulación de estas operaciones para alcanzar los objetivos estratégicos que se

han planteado. (Cfr Pg. 18).

Existen unos blancos prioritarios sobre los que se trabajan para ponerlos del

lado del estamento militar, para ganarse su voluntad, para conquistar su mente y

corazón para ponerlos a su servicio. Los llama “población vulnerable”,

refiriéndose a comunidades afrodescendientes, mestizas e indígenas. Ilustra el modo

de operación frente a este “objetivo”, la constitución de una entidad especial

llamada “sección de asuntos indígenas” que “determina la ubicación de los 86 pueblos indígenas existentes a nivel nacional, número de territorios indígenas (resguardos) por jurisdicciones de las Unidades Operativas Mayores, Fuerzas Navales y Comandos Aéreos de Combate; principales organizaciones regionales, zonales y locales que las rigen; igualmente se da un énfasis a la identificación de la legislación indígena vigente que brinda herramientas de protección y garantiza el cumplimiento de los derechos de estos pueblos ancestrales” (Pg. 22).

Ordena que se determinen, por parte de los comandantes de unidades, los canales

de comunicación, inicialmente, con los principales líderes para concebir acuerdos,

dar a conocer la misión y visión institucionales: “es de vital importancia mantener estos canales, dando a conocer a los líderes y gobernadores indígenas la misión y visión de la Institución Militar, los principios y valores que nos rigen”. El modo como se ha planeado el acercamiento a los indígenas es a través de

los mismos indígenas militares: “será vital el empleo de miembros de las comunidades indígenas que a su vez hacen parte de las Fuerzas Militares como 'vasos comunicantes' de esta relación”. Quien se encarga de la comunicación es el

oficial de Acción Integral de la unidad; es el “enlace de Asuntos Indígenas, encargado entre otras funciones de contar con un archivo actualizado de las respectivas comunidades de su jurisdicción, mantener una base de datos de los lideres y gobernadores; coordinar el desarrollo de reuniones y mesas de trabajo; divulgar en todos los niveles los métodos de comportamiento de las tropas en áreas de resguardo, teniendo como base los antecedentes de hechos ocurridos”. (Ibid).

Vale nuevamente anotar aquí, que un objetivo evidente de las operaciones ilegales

del DAS muy poco destacado por los medios masivos de información, fueron las

comunidades indígenas de casi todo el territorio nacional. Se registraron

reuniones preparatorias de movilizaciones; acciones de recuperación de tierras;

congresos; las direcciones de habitación de sus líderes; las sedes de las oficinas;

a los mismos líderes se les ha levantado un álbum fotográfico en las AZ de este

organismo de inteligencia adscrito a la presidencia de la república. Este mismo

objetivo, la población indígena, de la Doctrina de la Acción Integral, es el mismo

objetivo de las operaciones encubiertas del organismo de inteligencia

reestructurado recientemente. Solo que el Das se ocupó de la persecución de las

comunidades que resisten y las fuerzas militares de la cooptación. Las dos

levantaron con rigor sus bases de datos, se desconocen si compartieron en las

sesiones de la “Junta de Inteligencia Conjunta” sus pesquisas, sobre todo

cuando la razón por la que se conforma la entidad es evitar “ la duplicidad de esfuerzos” (Cfr http://www.ejercito.mil.co/index.php?idcategoria=79440 obtnida

020112 8:10 a.m.)

A sí mismo la “Cartilla de Trabajo” de las Fuerzas Militares, vuelve a la

cooperación civil - militar para acceder a la población a través de las obras

establecidas en los planes de desarrollo de los municipios, en particular

“servicios médicos básicos y especializados, asesorías, donaciones y otros servicios técnicos”, en alianza con organismos del Estado, empresas privadas y

organizaciones no gubernamentales. Afirma de manera categórica que “las Fuerzas Militares son uno de los principales facilitadores en la labor de reconstrucción del 'tejido social' en Colombia”(pg. 23), obviando la probada responsabilidad en

crímenes de lesa humanidad, la doctrina que promueve el odio, de la opinión, contra

quienes se han comprometido con la transformación de las injusticias sociales a

quienes señala. Esta tarea esencial de reconstrucción del tejido social se

convierte en una nueva forma de revictimización. De la muerte física de los seres

queridos, se pretende pasar a la muerte del alma de los sobrevivientes, mediantes

estrategias de seducción; control psicológico, cognitivo, de las percepciones en la

manipulación de la información; del uso de lo religioso y sus agentes.

Acude además a la figura de los “Profesionales oficiales de Reserva (POR) constituido mediante el reclutamiento de profesionales que dependen del comandante

de la Brigada, para garantizar trabajo permanente en la localidad de interés e

implementar los objetivos trazados por la unidad militar para la recuperación

social del territorio. El “Profesional de Reserva”, quien fue militar activo en

su momento, es un habitante de la localidad y resuelve el problema de la movilidad

de la tropa (cfr Pg. 23). No aclara la cartilla si su presencia será encubierta,

tampoco si desempeña o no labores de inteligencia.

La cartilla desarrolla, además, la estrategia llamada Acción Integral Resolutiva

para el control social de los territorios recuperados militarmente, cuenta para

ellos con los Centros de Coordinación de la Acción Integral (CCAI) coordinado por

la Agencia Presidencial para la Acción Social (Cfr pg. 25). Concibe el

“desarrollo” necesariamente ligado a lo militar. Esta política, asumida por el

actual gobierno a en el capitulo V del Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014,

nombrada como “Plan Nacional de Consolidación Territorial”, continúa siendo

aplicada en diversas regiones del territorio nacional, en lo que respecta a la

promoción de “proyectos movilizadores” que pretenden, afirma la “Cartilla de Trabajo” por ejemplo, “la estructuración de un modelo de economía campesina licita y sostenible, en el marco de una cultura de la convivencia” (Pg. 28) .

La estrategia que se extiende al ámbito internacional es denominada “Acción Integral Internacional” busca fortalecer la legitimidad de las fuerzas armadas de

Colombia “desvirtuando así la campaña de desinformación en los ámbitos político, diplomático y jurídico adelantada por los grupos armados ilegales, especialmente los de las FARC y del ELN en el exterior”. Para alcanzar este objetivo, “el Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia tiene absolutamente claro dentro del plano del Derecho Internacional, dónde se encuentra ubicada la amenaza narcoterrorista y qué legislación le es aplicable....”. Pretende así

“contrarrestar el uso de la desinformación como instrumento de guerra” (Pg. 29).

Abundan los ejemplos en este trabajo, de las personas y organizaciones que

encarnan la amenaza terrorista a nivel internacional y, una vez más, es inevitable

establecer la relación con las ordenes emitidas por parte de diversos directores de

inteligencia del reestructurado DAS para el seguimiento de defensores de derechos

humanos; miembros de organizaciones sociales; del movimiento de víctimas de

Crímenes de Estado; periodistas que adelantaban actividades de incidencia y

cabildeo en el Sistema de Naciones Unidas; gobiernos de Europa y Norte América; la

academia; organizaciones sociales; de iglesias; organizaciones sindicales entre

otras. También abundan los ejemplos de personalidades y organizaciones

internacionales comprometidas con los derechos humanos en Colombia que fueron

objeto, de seguimientos ilegales en sus países y en el nuestro.

El objetivo de esta acción ilegal coincidía con el de la “Acción Integral

Internacional” de las Fuerzas Militares. Un ejemplo ilustra la similitud. En uno

de los informes reservados de la subdirección de Operaciones, de la Dirección

General de Inteligencia del reestructurado DAS, al parecer de 2005, titulado

“Análisis sobre participación de ONG'S en la visita del presidente Álvaro Uribe Vélez a Europa” en el aparte “escenarios proyecciones” anota: “miembros de grupos de izquierda pretenderán salir del país en representación de ONG'S con el fin de buscar apoyo por parte de la comunidad internacional, así como mayor internacionalización de grupos insurgentes además de llevar a cabo posibles negocios ilícitos como narcotráfico”.

Las Conclusiones que presenta la cartilla, recogen de manera clara las pretensiones

de la Doctrina de la Acción Integral expuesta tanto en el “Manual” como en el

“Texto Especial”. “La misión y el objetivo -señala- están claros y apuntan, básicamente, a que el Estado se gane para si los 'corazones y las mentes' de los colombianos... esta labor es fundamental para lograr consolidar el bienestar colectivo de los colombianos y la neutralización del discurso disfrazados de los Grupos Armados Ilegales” (Pg. 30). De un lado el desprestigio, la judicialización,

la persecución de toda expresión social, comunitaria que apunte a la construcción

de la justicia distributiva y restitutiva y que denuncie los desmanes del Estado

para el mantenimiento de lo establecido y la conquista, mediante métodos

repugnantes, de la voluntad de la población, en favor del unanimismo, de la

consolidación de una sociedad en la que la oposición no tenga cabida, en la que la

democracia sea posible

Segundo

El Evangelio ante la muerte del alma pretendida por la doctrina

militar

La sociedad que nos impone la doctrina de la Acción Integral es la levantada sobre

las ruinas de quienes han pretendido transformarla y todos aquellos que son

identificados como oposición a la sociedad injusta, a quienes se les señala como

de terroristas, subversivos, cómplices, idiotas útiles. Al creer que la guerra

militar está siendo ganada en Colombia, el establecimiento militar apunta al

control social de los territorios como posibilidad de consumación de la victoria

total, pasando de los territorios físicos, a los cuerpos de las mujeres y hombres,

pretendiendo conquistar sus corazones y sus mentes, para el proyecto de sociedad

al que sirve lo militar y que es llamado en los últimos diez años en Colombia,

“seguridad democrática” y “prosperidad democrática”.

Desde la perspectiva evangélica, una serie de antivalores, se pueden deducir de

los documentos militares analizados, con los que se pretenden saturar la mente y

los corazones de la población, en lo que llaman las “operaciones de acción

ideológica”: “debe exaltar el nacionalismo, los valores y principios ético morales, la familia, la raza, la religión, el patriotismo y sobre todo nuestro sistema de libertades democráticas. La acción ideológica debe estar encaminada a dos frentes principales: las propias tropas y la población civil” (Pg 91 ya citada en la primera parte).

La “Democracia” es entendida como los certámenes electorales y está cimentada

en los monopolios y en los oligopolios que entran a competir en el mercado global

entregando, sobre todo, los territorios, que ofrecen ventajas comparativas

favorables en el mercado global, convirtiéndolos en una mercancía más,

prescindiendo de sus habitantes indígenas, mestizos y afrodescendientes.

En doctrina militar:

La “autoridad” debe ser acatada sin cuestionamientos, independientemente que su

obrar sea recto,

La “tradición” es entendida como la transmisión de los valores que soportan el

establecimiento;

El “dios”, su dios, distinto al del Antiguo y Nuevo Testamento, como soporte

de la legitimidad a instituciones injustas, que bendice la institución militar que

cuenta con clérigos a su servicio, que agrede a mujeres y hombres de iglesia que

optan por la defensa de los derechos de los empobrecidos;

La religión como la católico romana, de privilegios fiscales y soporte de la

institucionalidad vigente; que cubre con un manto sagrado los despojos, el

crecimiento económico desigual, la militarización de la vida a costo de de la

desigualdad. Los/las católicos/as que se compromenten con la justicia son

calificados/as, perseguidos/as y en muchos casos asesinados /as o

desparecidos/as.

La raza, retrotrayendo la sociedad a la época de las clasificaciones coloniales

basadas en los distintos grados de mezclas de sangres que sustentaba un sistema de

castas excluyentes;

La familia, fundamentada en el matrimonio católico monógamo, indisoluble,

heterosexual y pródigo;

La “Institucionalidad” como lo establecido, inmutable, no susceptible de ser

cuestionado, el estatus quo que debe ser mantenido y que favorese a pocos;

El “patriotismo” es el culto a la bandera, a al himno, a las instituciones más

allá de los contenidos que para el bienestar de las mayorías aporten;

El “fuero militar” se promueve como privilegio de los militares implicados en

delitos, para ser juzgados por los mismos militares con el propósito de garantizar

la impunidad evitando que la exigencia de respeto a los derechos humanos ponga

límites a métodos criminales de persecución de sus objetivos.

El Alma a preservar

La propuesta del Reinado de Dios que encarnó Jesús de Nazaret plantea valores que

van en contra vía de los expuestos en la doctrina militar. La mente y el corazón

son las metáforas con las que se quieren abarcar, el alma es parte de la

condición humana portadora de esos valores a preservar. Por eso es chocante a

esta tradición evangélica la pretensión militar de conquistar el alma, la mente, el

corazón de las mujeres y los hombres, como chocante fue, en Jesús, la proclamación

del emperador de Roma como dios, la imposición de la pax romana como expresión del reinado de ese dios, a lo que contrapone su particular captación de la divinidad y

del mundo como si esa divinidad la gobernara, práctica que al final le provocó la

muerte violenta.

Augusto y demás emperadores, dioses y pax en los que no creyó Jesús

En su libro Jesús: Vida de un Campesino Judío, Dominic Crossan1 haciendo uso de

documentos cercanos a la época de Jesús, reconstruye los contextos históricos

dentro de los que hace su anuncio.

La omnipresencia del imperio Romano es visto por el autor, como el factor

determinante de la vida religiosa, social, política, económica de la época. La

iconografía, los monumentos se encontraban a la vista de todos, exaltando la

divinidad del emperador, de la guerra como fuente de paz. La infraestructura

portuaria, la arquitectura urbana, daban cuenta en las ciudades de Palestina de la

presencia del imperio, que contaba con el servicio incondicional de las

autoridades locales, dentro de la teocracia característica de la época.

La cita que hace Crossan del decreto que ordena el cambio de calendario, escrito

en mármol y expuesto en todos los templos de Roma y de Augusto existentes en Asia,

nos permite ver las dimensiones de la contradicción entre el reino de Roma y del

reino de Dios anunciado por Jesús:

“Puesto que la providencia... ha ornado nuestra edad con la presencia del dios supremo, Augusto, … y en su libertad nos ha concedido, a nosotros y a cuantos están por venir, [un salvador] que ha hecho cesar la guerra y va a imponer un orden [pacífico] sobre todas las cosas... habida cuenta de que el nacimiento de nuestro Dios ha marcado el comienzo de la Buena Nueva para todo el mundo por causa suya … en consecuencia... los griegos de Asia han decretado que el año nuevo comience en todas las ciudades el 23 de septiembre... y el primer mes sea... reverenciado como mes de César, comenzando el 23 de septiembre, día del nacimiento de César.”2

El reino de Augusto fue el resultado de una campaña militar sin precedentes en la

historia, sobre las ruinas de civilizaciones enteras. Las conquistas, recitadas

por sus poetas, conocían como único límite el océano, para luego de alcanzarlas

proclamar que “las crueles puertas de la guerra se cerrarán con hierro y con recios cerrojos”3 La pax romana representada en el monumento del Ara Pacis en Roma, es la tierra conquistada por el varón guerrero. Supuso la guerra en otro

sitio distinto a Italia y Roma para garantizar la paz de las puertas de hacia

dentro.

Ilustra con fuente cercana a los acontecimientos las dimensiones de esta paz

derivada del control de territorios, de la imposición de su mundo axiológico. Entre

los años 77 y 84 d.c., se escribe un texto citado por Crossan, en el que el

gobernador de Britania hacia una descripción de la Roma:

1 Crossan D, Jesús: vida de un campesino judío, Critica, Grupo Grijalbo-Modori, Barcelona 1994. 2 Opcit pp 67 3 Virgilio, Eneida, escrito entre 29 y 19 a.c., citado por Crossan Opit pp 67.

“Saqueadores del mundo, cuando les faltan tierras para sus sistemático pillaje, dirigen sus ojos escrutadores al mar. Si el enemigo es rico, se muestran codiciosos; si es pobre, despóticos; ni el Oriente ni el Occidente han conseguido saciarlos, son los únicos que codician con igual ansia las riquezas y la pobreza. A robar, asesinar y asaltar llaman con falso nombre imperio, y paz al sembrar la desolación”4

Es la paz de la victoria de Occidente sobre Oriente, la de la tranquilidad del

centro y la zozobra de la periferia. La violencia del imperio de entonces, como los

de hoy, la de países como Colombia es tranquilidad para quienes la dirigen y es

llamada “ley”, “orden”, “democracia”, “religión”, “familia”

'institución”, 'libertad'”, “raza”.

Un reino de dignas/os e indignados/as

Alma y corazón, en lenguaje metafórico lo entendemos como el modo como se quiere

señalar esa parte de nuestra condición humana, de nuestra corporalidad, donde se

desarrollan los valores más profundos, las aspiraciones fundamentales, los

pensamientos más arraigados, la voluntad que orienta nuestras prácticas, los

lugares en los que habitan nuestros miedos y la fuerza para afrontarlos.

La palabra hebrea que se suele traducir, de manera inexacta como alma es

“Nefesch”. En realidad significa, la persona misma, la necesidad de alimentarse,

la sangre de sus venas, el mismo ser. La palabra griega que se traduce de la misma

manera es psy-kje y que se refiere a la personalidad consciente, al centro de las emociones, a los deseos, sentimientos y afectos.5 Algunas versiones de la Biblia

la traducen como vida.

En el contexto de la dominación del imperio romano que impuso su mundo de valores,

su moneda, su dios -cesar, su justicia, su lugar en el templo de Jerusalén, su

comercio, su iconografía, surge para los seguidores de Jesús la conciencia de estar

a contra corriente. Destacan los evangelios la necesidad del grupo de seguidores de

fortalecer sus convicciones y sus prácticas en consonancia con las de Jesús. En

períodos de persecución, donde la vida biológica estaba en grave riesgo, aparece la

lectura de textos como este:

4 Tacito Agricola XXX-XXXI; cf. Stuart, pp. 18-19, citado por Crossan Opcit, pp77 5 Cfr El Lexicon in Veteris Testamenti Libros (de Koehler y Baumgartner, Leiden, 1958, pág. 627) y

Greek-English Lexicon, de Liddell y Scott, revisión de H. Jones, Oxford, 1968, págs. 2026, 2027;

New Greek and English Lexicon, de Donnegan, 1836, pág. 1404., citado por

http://es.answers.yahoo.com/question/index?qid=20070430093024AAk5u0v

“No les tengan miedo. Pues no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse. Lo que yo les digo en la oscuridad, díganlo ustedes a la luz y lo que digo al oído, proclamenlo desde los terrados... Y no teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma, teman mas bien a aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna” (Negrilla

fuera de texto) (Mat 10, 28).

La Gehenna era el basurero de Jerusalén en donde arrojaban lo que consideraban,

en la época, como basura y lo prendían con azufre. Estaba ubicado cerca de la

muralla sur de la antigua ciudad, era fuente de malos olores y pestes, por eso lo

del azufre para evitar su expansión. Esta es una metáfora de la vida sin dignidad,

de la humanidad que se arruina.

También Marcos habla de la vida que se pierde, y lo pone en boca de Jesús. Aquella

que se vacía, a pesar de que se posea prestigio, poder y funcione la biología, que

carece de dignidad o, en sentido Evangélico, que se orienta por ídolos como el

emperador Cesar. Aquella que no afronta el miedo, que cede a las pretensiones del

poder como dominación, que se alía con él así sea por sobrevivencia:

“Por que quien quiera salvar su vida la perderá; pero quien pierda su vida por mi y por el Evangelio, la salvará. ¿Pues de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? (Marcos 8, 36).

Esta lógica, que contradice la del imperio Romano, también la de la teocracia de

Israel condicionada por ese imperio y que opera como contra corriente, tiene unos

contenidos precisos y desafiantes para quienes se animan a adoptarlos. Para el

Evangelio son los contenidos del Reino de Dios, opuestos al reino de Roma, en

opciones muy específicas que queremos resaltar enseguida a partir de algunos textos

del Nuevo Testamento.

“Quien no se hace como niño no entrará en el reino de los cielos” (Mt 18,1)

niñas y niños que en la época eran despreciados, abandonados en los caminos

para ver quien se animaba a recogerlos, es decir los humildes, sencillos,

despreciados.

“Hijos míos, !Cuán difícil es entrar en el reino de los cielos! Es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios” (Mc 10, 23...). La acumulación niega la posibilidad buscar la

justicia. La dificultad de quien pone el sentido de la vida en la

acumulación personal, a abrirse solidariamente a los otros y provocar

relaciones justas.

-“No amontonen tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbe que corroen, y ladrones que socavan y roban. Amontonen más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbe que corroan, ni ladrones que socaven y roben. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mt 6, 19-21). Como razón de la existencia se considera la riqueza y a ella se entrega el corazón,

como a todo absoluto que niega la liberad de las hijas e hijos Dios.

“bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia porque de ellos es el reino de los cielos” (Mt 5,10). El trabajo por la justicia distributiva y retributiva, al modo del Antiguo Testamento, hasta afectar los cimientos de

la misma sociedad, lo que genera persecución.

“Saben que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. Que no sea así entre ustedes”. (Mt 20,

25-26), de nuevo ante el poder como dominación, en el momento materializado

en el imperio romano y en la teocracia local.

“ Permanezcan en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario... en la ciudad en que entren y los reciban, coman lo que les pongan” (Lc 10, 7-8). Este texto es una expresión del

elemento, para Crossan, más emblemático del Reino de Dios predicado por

Jesús y que denomina la comensalía abierta, la cual expresa el igualitarismo

radical proclamado, expresión micro de una sociedad que funciona, como si

fuera gobernada por Dios. La o el miembro de la comunidad de Jesús comparte

la propuesta y recibe, en cambio, su sustento en comida y dormida, un lugar

en la mesa y una casa.6

“Llegaron a Jerusalén y, entrando en el templo, se puso a expulsar a los que allí vendían y compraban, y derribo las mesas de los cambistas y los asientos de los vendedores de palomas; no permitía que nadie transportase objeto alguno por el templo, y los enseñaba y decía: ¿No está escrito: Mi casa será casa de oración para todas las gentes. Pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones” (Mc 11, 15-19).

Este relato está ubicado justo antes de la decisión del imperio Romano, por

petición de la teocracia local, de aprehender y posteriormente ejecutar la pena de

muerte contra Jesús. Crossan señala que la acción de Jesús en el templo, no buscaba

purificarlo, como habitualmente se interpreta, pues no se adelantaba ninguna

actividad impura. Se estaban adelantando en el lugar, las actividades fiscales,

sacrificiales y litúrgicas que le eran propias.

6 Cfr Crossan D., Op cit, pp 393-397.

Lo que aconteció, según Crossan, en un hecho que muy probablemente se remonta al

Jesús histórico. Fue un acto de destrucción simbólica deliberada del templo,

impidiendo por un momento las actividades en el centro religioso. Su actuación

se debió, posiblemente, a que las actividades realizadas en el templo contrariaron

profundamente su experiencia de Dios, la cual motivaba su predicación itinerante,

su cercanía con los excluidos, su convicción de que todas y todos somos iguales.

La organización del templo en estratos contradecía, el igualitarismo radical que

hacía parte de su vida y de la de sus seguidores más cercanos. De ahí que en una

descarga de indignación saboteara las ventas y comparar, el cambio de moneda, el

trasporte de objetos.

Jesús, entonces, al encontrarse con la injusticia del templo, en la única

oportunidad que como campesino pudo visitar Jerusalén, estallaría en indignación y

procedería a su destrucción simbólica. Este hecho en un contexto de pascua, en una

ciudad custodiada por los soldados romanos de Pilato, es de suponer que estos

soldados actuaron de manera inmediata y lo detuvieron para mantener el orden y

posteriormente decidiendo, posteriormente, su ejecución.7

De manera similar, en la historia, se han dado las acciones de dignificación y de

ese modo también han ocurrido las acciones del poder militar, religioso y político

para conjurarlas de manera ejemplar.

Parábolas de un Reino a contra corriente de la institucionalidad impuesta

La forma muestra, también, el fondo. De parte de los estudiosos de la cristología,

hay un consenso generalizado en que el modo privilegiado como Jesús que hizo su

anuncio del reino de Dios, fue a través de las parábolas.

Queremos referirnos solo a dos de ellas que son inmensamente ilustrativas de un

mensaje que mostraba el Reino de Dios como un signo evidente de contradicción en

medio de la institucionalidad que el poder religioso, político y militar imponían

en su entorno y que contrariaban la percepción de Dios de la que era portador.

“Decía pues: ¿a que asemejaremos el reino de Dios o de dónde tomaremos parábola? Es semejante al grano de mostaza, que cuando se siembra en la tierra es la más pequeña de todas las semillas de la tierra; pero sembrado crece y se hace mas grande que todas las hortalizas, y echa ramas tan grandes, que a su sombra pueden abrigarse las aves del cielo” (Mc 4,30-32 = Mat 13, 31-32) .

7 Cfr Ibid pp 415-416

Como lo muestra Crossan8 se ha interpretado esta parábola, comparando al reino con

una pequeña semilla de mostaza que fue capaz crecer hasta el punto de dar abrigo

a los pájaros. Sin embargo los conocimientos agrícolas y de la vida campesina

muestran claramente que es otro el sentido de la misma. La “mostaza es una planta que suele crecer donde no debe, que tiende a criarse de forma totalmente incontrolada, y que suele atraer a los pájaros a los campos de cultivo, donde precisamente no son nunca bien recibidos. Pues bien, a eso es a lo que se parecería, según Jesús, el Reino... a un arbusto de sabor picante con una peligrosa capacidad de propagación. Algo, en definitiva, deseable únicamente en pequeñas dosis, o, cuando menos, de forma controlada … en caso de que se pueda controlar”9 El reino de Dios, entonces es como una planta, casi una maleza, que puede arruinar

la actividad agrícola al propagarse y poner en riesgo el cultivo.

Otra parábola que reta al establecimiento, es la del fermento que hace alusión

a la lavadura, a la mujer y al acto de ocultar una cosa:

“ De nuevo dijo [Jesús]: ¿a qué compararé el reino de Dios? Es semejante al fermento que una mujer toma y hecha [oculta] en tres medidas de harina hasta que fermenta toda” (Lc 13, 20-21 = Mt 13-33).

En la época de Jesús y en el mundo antiguo, la levadura era signo de corrupción

por producirse vía descomposición. “En Israel se equiparaba el fermento con la cotidianidad no sagrada, y el pan ácimo [sin levadura] con lo santo, lo sagrado, el banquete”10 Así mismo, según el mismo autor, “la mujer en cuanto estructura simbólica se asociaba a lo inmundo, lo religiosamente impuro” y , para completar,

la idea del ocultamiento para referirse a la mezcla de la harina con el fermento.

Tenemos entonces al reino del Padre que se parece una mujer que oculta la

levadura en la masa de pan y es así como lo hace crecer, con sabor, diferente al

pan sagrado, al pan ácimo, compartido ritualmente por los puros, es decir, por los

hombres. Sin duda un ejemplo tremendamente chocante a la sociedad patriarcal y

excluyente de la época.

Del alma impuesta por lo militar a la frágil propuesta del Evangelio.

Antoine de Saint- Exupéri en el Principito hace un extraordinaria presentación

de los frágiles valores que dan sentido a la existencia de las mujeres y los

hombres, aquellos que son susceptibles de ser rotos, aquello que no se ve que se

contrapone a los valores de las mujeres y hombres de negocio, a las vanidosas y

8 Cfr Ibid pg 325 9 Ibid, pg 327 10 Scott B, Hear Then the Parable: A Commentary on the Parables of Jesus, Fortess Presss,

Mineápolis, 1989, citado por Crossan op cit pg 329.

vanidosos, a quienes se ocupan, como finalidad de su existencia, a acumular, a

mantener su poder.

Para el Principio lo bello, lo valioso, lo que da sentido a la existencia, por lo

general es difícil de ver, pero está ahí, en el corazón, en la mente, en el alma,

dando razones para seguir andando a pesar de las adversidades. Como su única flor

viviendo en alguno de los millares de estrellas, que hacía contemplar con fervor

esas constelaciones lejanas. Como el desierto, amado, porque no se ve nada, no se

oye nada “ y sin embargo algo resplandece en el silencio... lo que embellece es invisible... lo que me emociona tanto en este principito dormido es su fidelidad por una flor, es la imagen de una rosa que resplandece en él, como la llama de una lámpara, aún cuando duerme... es necesario proteger a las lámparas; un golpe de viento puede apagarlas”11

Los valores, también se contraponen están en pugna, se encarnan en mujeres y

hombres concretas, en instituciones que los promueven, sostienen, reproducen.

Tienen sus antagónicos: los anti-valores. Estos, desde la perspectiva de los

evangelios, llevan a las mujeres y a los hombres a perder su vida, a desmoronar el

sentido de la existencia.

Los antivalores que sostiene el establecimiento y soporta la doctrina militar,

señalados al inicio de esta segunda parte se contraponen con los valores

proclamados por Jesús y sus seguidores más cercanos, tal como lo recogemos de los

evangelios. Estos últimos, como los que dan sentido a la vida del Principito

son tesoros llevados en frágiles recipientes de barro, soportados, solo en la

fuerza de Dios, para el que cree, al decir de Pablo de Tarso.

Los otros, como los sostenidos por la doctrina militar, los que quieren saturar el

alma y el corazón de mujeres y hombres cuentan con todos los recursos de que

dispone el poder de dominación para aniquilar los sueños, las esperanzas, los

anhelos de una sociedad donde la vida de todas y todos sea posible, la muerte del

alma, que vienen después de la destrucción de las corporalidades de cientos de

hombres y mujeres que dijeron no a la imposición de la injusticia, de la

esclavitud, de lo establecido.

Lo militar viene a la conquista de los restos de conciencia que quedan acuñados en

la solidad de los resistentes y las resistentes. Quizás los muertos siguen siendo

tan peligrosos, que se debe saturar de otros contenidos los corazones de sus

familiares y amigos, para que esos sueños no vuelvan a ser soñados. Se requiere

que toda la institucionalidad del poder, aún parte de la religiosa que le

favorece, celebre los funerales de la conciencia evangélica encarnada en los

11 De Saint-Exupery, El Principito, Emecé Editores, S.A, 1951, pp 89-92

corazones de la gente, bendiciendo armas, celebrando operaciones militares de

exterminio, posando con las fuerzas militares, celebrando misas en casas de

paramilitares, erigiendo altares seudocristianos en las casa de los victimarios.

Sin embargo, la lógica del reino es otra, son otros los valores que promueve,

que quieren sembrarse en la mente y el corazón de mujeres.

Pretende proteger el alma del vaciamiento de los valores que dan sentido a la vida,

mas allá de lo puramente biológico. Invita mantenerse dignas y dignos, a no

dejarse comprar por las prebendas del poder; a hacerse como niñas y niños, en la

sencillez de los pequeños, en la perspectiva de los/las ignorados; en el

reconocimiento de la humanidad de los despreciados, a estar del lado de las y los

excluidos.

Llama a renunciar a la riqueza que genera desigualdad y a trabajar por la justicia

distributiva. Previene sobre la seducción de los bienes con valor de cambio, por

encima del valor de uso que para la vida tienen las cosas. Invita a sostenerse en

la búsqueda de la justicia a pesar de la persecución, a despreciar al poder como

causa de la dominación de la vida humana y natural, distinta a la humana.

Convoca a la construcción de una sociedad que funciones como si Dios, semejante a

una madre y aun padre justos, gobernara, como si el planeta fuera una gran casa

dirigida por una madre y un padre orientados por la equidad.

Motiva a la indignación, hasta el punto de destruir, desde lo cotidiano, los

cimientos mismos de la institucionalidad injusta, a nadar contra la corriente del

poder, a ser como la semilla de mostaza que se expande por los uniformes cultivos,

cuestionando, interrogando, chocando, generando conflicto. A ser como la mujer,

excluida, que toma la levadura, impura, y la esconde en la masa y la hace crecer,

la fermenta, le da sabor y vitalidad.

A entregar la vida a pedazos cada día y ser coherente a riesgo de perder la misma

vida, pues el contenido de las motivaciones, creencias, que plantea el Evangelio,

contrarían los que pretende imponer el poder de dominación, la doctrina militar,

en este caso, con sus llamadas guerras psicológica, jurídica, política, de

estratagemas, ciberguerra, guerra de masas. Institucionalidades, como la militar,

pretenden justo socavar esos valores, tal como en su tiempo lo hiciera el imperio

romano.

Nos encontramos, entones con posiciones que son irreconciliables y que dado el

poder ejercido por lo militar, fácilmente termina con señalamientos asesinatos,

desapariciones, torturas, judicializaciones a aquellas y aquellos que apuestan por

la justicia y la paz, cuando se resistan a la muerte del corazón, a la muerte del

alma.