educacion bancaria
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INDICE
ContenidoINTRODUCCIÓN.............................................................................................................................1
EDUCACIÓN BANCARIA VRS. EDUCACIÓN PARA LA LIBERACIÓN.................................2
LA CONCEPCIÓN “BANCARIA” DE LA EDUCACIÓN..........................................................2
CARACTERÌSTICAS DE LA EDUCACIÒN BANCARIA........................................................5
POR UNA EDUCACIÓN LIBERADORA..................................................................................8
DESDE LA EDUCACIÓN PARA UNA EDUCACIÓN LIBERADORA:................................15
LA EDUCACIÓN CAMINO HACIA LA LIBERTAD................................................................18
COMENTARIO...............................................................................................................................22
CONCLUSIONES..........................................................................................................................25
BIBLIOGRAFIA..............................................................................................................................27
INTRODUCCIÓN
La Educación Liberadora es un proceso dinámico, un proceso de acción de parte
de los sujetos, donde la educación es un producto de la praxis, no es sólo reflexión
sino una actividad orientada a transformar a través de la acción humana; al
estudiante se le debe dar la conciencia para asumir su rol, la educación se
manifiesta en la liberación de la opresión. En la educación Bancaria se considera
al educando como un receptáculo de conocimiento. El educador es el que habla,
sabe y escoge contenidos. Clase Magistral. La función del educando es adaptarse
al orden establecido, que se produce a través de un proceso que elimina la
creatividad, la conciencia crítica, impidiéndole el diálogo. El educador impone las
reglas del juego e impone su concepción al educando, y de esta manera expresa
una relación similar entre opresor y oprimido en la realidad social- invasión
cultural.
A continuación se le presenta la descripción sobre los temas de Educación
Liberadoras vrs. Educación bancaria, en el se describe y se analiza la posición de
cada una, las distintas formas que cada una tiene para educar.
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EDUCACIÓN BANCARIA VRS. EDUCACIÓN PARA LA LIBERACIÓN
LA CONCEPCIÓN “BANCARIA” DE LA EDUCACIÓN
La educación del sistema opresivo tiene su verdadera manifestación en la llamada
educación de tipo bancario, que se caracteriza por el predominio de la narración
sobre la discusión, del discurso y la disertación, en la cual, los educandos sólo son
sujetos receptores pasivos de la misma y, aún más, adormilados y enajenados,
donde el razonamiento y el trabajo intelectual no tienen lugar en la mente del
alumno.
El principal agente indiscutible, representante de este sistema es el educador,
quien tiene como única tarea la de llenar a los estudiantes con su narración de una
realidad personal e incompleta, transportada en una disertación de palabras
huecas, sin sentido ni fondo. Y que no es más que un verbalismo alienado y
alienante, que se traduce en un sonido carente de significado, y que, como tal,
sería mejor el silencio. En muchos de los casos, el mismo educador desconoce la
función que desempeña en la larga cadena de sometimiento, de la que sólo es un
eslabón más. Se puede considerar que ello es debido a que la mayoría de
nosotros hemos sido formados, mejor aún, condicionados por ese método
sojuzgante que ha servido al imperialismo educativo.
Otro de los elementos que hay que considerar en este tipo de enseñanza, es el
uso de la memorización mecánica del contenido de la narración, donde la reflexión
no se considera, mucho menos la discusión, que es el crisol de la pedagogía
problematizadora, pero esto no conviene a la de carácter tiranizante, que
transforma a los educandos en simples depósitos en donde el educador no educa
ni enseña, sólo deposita lo estrictamente necesario y que sea útil a los opresores.
Al respecto, Freire dice que, “En vez de comunicarse, el educador hace
comunicados y depósitos que los educandos, meras incidencias, reciben
pacientemente, memorizan y repiten. Tal es la concepción ‘bancaria' de la
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educación, en que el único margen de acción que se ofrece a los educandos es el
de recibir los depósitos, guardarlos y archivarlos. Margen que sólo les permite ser
coleccionistas o fichadores de casos que archivan”.
El esquema de la educación de tipo “bancaria” se polariza entre un “saber” y la
ignorancia, donde los que se auto – proclaman como sabios hacen una donación
“generosa” de sus conocimientos a los que son considerados como ignorantes. En
esto se basa uno de los instrumentos de la ideología de la opresión: en la
absolutización de la ignorancia, que se concentra en el extremo donde se ubican
los educandos.
Por tal causa, “la educación debe comenzar por la superación de la contradicción
educador educando”. En este sentido se requieren conciliar los polos de esta
dualidad, para que ambos se transformen de manera simultánea, en educadores y
educandos.
Llama "concepción bancaria" a la pedagogía utilizada actualmente en forma oficial,
ya que los conocimientos son depositados sobre los educandos que los reciben
pasivamente, de ahí el término "concepción bancaria". Las relaciones que se
forman en este tipo de educación son de naturaleza narrativa, están compuestas
por un sujeto activo (el que narra) y uno pasivo (el educando). Los educadores son
considerados "sabios" y los educandos ignorantes.
Los contenidos de este tipo de educación son "retazos" de la realidad, están
desvinculados entre sí y no poseen fuerza transformadora.
No fomenta el saber, la creatividad ni la transformación.
Este tipo de concepción de la educación genera una antinomia artificial educador
educando, el educando no educa. Dicha antinomia debe ser superada para que
ambas partes puedan educarse mutuamente.
La concepción bancaria impone pasividad a los educandos, para que luego se
adapten ingenuamente al mundo y no traten de transformarlo, anula o minimiza el
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poder creador de los educandos, satisfaciendo los intereses de los opresores. La
idea de los opresores obviamente no es cambiar la situación de los oprimidos, sino
transformarlos para que no luchen y se adapten a la situación de oprimidos.
"Ningún "orden" opresor soportaría el que los oprimidos empezasen a decir: "¿Por
qué?".
A continuación se transcribe esquemáticamente las críticas realizadas por Freire
a la concepción bancaria de la educación:
• El educador es siempre el que educa; el educando el que es educado.
• El educador es quien sabe; los educandos quienes no saben.
• El educador es quien piensa, el sujeto del proceso; los educandos son los
objetos pensados.
• El educador es quien habla; los educandos quienes escuchan dócilmente.
• El educador es quien disciplina; los educandos los disciplinados.
• El educador es quien opta y prescribe su opción; los educandos quienes
siguen la prescripción.
• El educador es quien actúa; los educandos son aquellos que tienen la ilusión
de que actúan, en la actuación del educador.
• El educador es quien escoge el contenido programático; los educandos, a
quienes jamás se les escucha, se acomodan a él.
• El educador identifica la autoridad del saber con su autoridad funcional, la que
opone antagónicamente a la libertad de los educandos. Son éstos quienes
deben adaptarse a las determinaciones de aquél.
• Finalmente, el educador es el sujeto del proceso; los educandos meros
objetos."
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CARACTERÌSTICAS DE LA EDUCACIÒN BANCARIA
Concepto de hombre: El hombre es considerado en sus relaciones con el mundo,
no como algo abstracto, desligado del mundo, tampoco el mundo es considerado
como algo desligado del hombre.
Los hombres son seres históricos, "están siendo" están inacabados, y se saben
inacabados, en una realidad histórica en cambio constante, inacabada.
Son "cuerpos conscientes", su conciencia no está compartimentada, ni es exterior
al mundo. Las "relaciones entre la conciencia y el mundo son dialécticas".
La "educación bancaria" presenta las siguientes características:
Está basada en la transmisión de conocimientos y la experiencia de los
profesores.-
Atribuye una importancia suprema al "contenido de la materia", y espera por
consiguiente que los alumnos la absorban sin modificaciones, y la
reproduzcan fielmente en sus pruebas.-
Su objetivo fundamental es producir un aumento del conocimiento del
alumno, sin preocuparse de él como persona integral ni como miembro de
la comunidad.-
Como consecuencia natural, el alumno es pasivo, gran tomador de apuntes,
eximio memorizador, prefiere manejar conceptos abstractos a resolver de
forma original y creadora los problemas concretos de la realidad en que
vive.-
La educación bancaria tiene por fin deshumanizar al hombre, volverlo un
autómata.
Como se puede ver, con esta clase de pedagogía bancaria se fomenta y
desarrolla la pasividad e ingenuidad de los educandos, pero esto es con el sólo
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propósito de moldearlos, adaptándolos a los mezquinos intereses de la tiranía
opresora. Aquí, los seres humanos dejan de serlo para convertirse en simples
objetos, pierden su identidad personal como sujetos, se anulan sus derechos, pero
subsisten sus obligaciones.
Esto es así, porque la educación dominante de carácter bancaria, es usada como
un instrumento de dominio hecho para sojuzgar a las masas, dejándolas inermes e
indefensas a merced de la clase sojuzgante. Por lo mismo, esta pedagogía no
está diseñada para liberar, “su ánimo, alega Freire, es justamente lo contrario: el
de controlar el pensamiento y la acción, conduciendo a los hombres a la
adaptación al mundo”. Pero no es al mundo real de la libertad, sino al inframundo
de la dominación oscurantista al que son sometidas las mentes educadas a la
conveniencia de los opresores.
Desde la más temprana edad los alumnos son sometidos a un lavado cerebral que
borra todo vestigio de crítica reflexiva. Son violentados sus más elementales
derechos de expresión y manifestación de las ideas propias, porque si alguno se
expresa, no es de motu propio, sino que sólo repite las ideas y pensamientos que
otro ha depositado en él, sólo es el eco de los que hablan y piensan por él.
Como se puede deducir, no está en los opresores el deseo de que los oprimidos
alcancen la libertad, antes bien, lo rechazan. Por esta razón, no podemos esperar
que de ellos venga el cambio o la destitución de la llamada educación bancaria,
pues esto equivaldría a renunciar a su status de elite dominadora y a los
privilegios que de esa condición se derivan.
Por todo esto, a quienes corresponde la misión de destruir a la concepción
educativa bancaria y a sus nefastos resultados, es a los humanistas de la
sociedad revolucionaria, que de ningún modo deben ser los herederos de aquella,
pues sería tanto como negarse a sí mismos la oportunidad de ser libres, y eso
debe partir de una nueva idea de la educación que dé curso a la discusión del
pensamiento y del trabajo intelectual desarrollado conjuntamente por educadores
y educandos.
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La verdadera educación revolucionaria y liberadora se debe sustentar y surgir de
la problematización de los hombres en sus relaciones con el mundo y con ellos
mismos. Esta pedagogía, en contraposición a la de carácter bancaria, emana de la
esencia del ser de la conciencia, que proyecta su intencionalidad, “en ese sentido,
asevera Paulo Freire, la educación liberadora, problematizadora, ya no puede ser
el acto de depositar, de narrar, de transferir o de transmitir ‘conocimientos' y
valores a los educandos, meros pacientes, como lo hace la educación ‘bancaria',
sino ser un acto cognoscente”.
La síntesis tiene su continuidad en la práctica, es decir, en las actividades
transformadoras de la realidad.-
La educación bancaria sigue vigente, la educación bancaria no es más que el
empleo del método tradicional en el que se convierte al alumno en objeto y el
sujeto de dicha educación es el educador .
Se considera que en la actualidad debemos borrar las estructuras pasadas en
cuanto a la educación que no permiten al alumno razonar, pensar, inventar e
innovar.
Según Paulo Freire en su libro Pedagogía del oprimido el bancarismo bloquea el
pensamiento autentico de los alumnos puesto que los convierte en vasijaso
recipientes en los cuales el docente deposita el conocimiento sin permitir explotar
cualidades y habilidades de nuestros seres pensantes que con el paso del tiempo
se convertirán en los futuros profesionales de nuestra sociedad.
Esta educación sólo nos forma una falsa visión del crecimiento intelectual de los
alumnos puesto que el opresor (docente) no puede existir nadie superior a él, es
en este proceso donde no se logra establecer un Rapport entre el educador y el
educando. Es posible que sea por esta razón que en este sentido se le considere
al educador un necrófilo puesto que no permite el crecimiento y la superación en
los alumnos, te preguntarás ¿qué es un |ser necrófilo? Bien es la persona que en
lugar de amar a la vida, ama a la muerte, con otras palabras el docente necrófilo
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no quiere el éxito de sus alumnos sino el fracaso de los mismos porque no acepta
el crecimiento de los que lo rodean porque se considera “sabelotodo”.
El opresor es aquel que quiere mecanizar a sus alumnos para entonces así poder
ser el mejor siempre estarás de acuerdo conmigo que un alumno mecánico es un
alumno artificial y de nada serviría pues no piensa, no razona y lo más importante
no sería creativo.
En la actualidad debemos implementar una educación liberadora en la cual el
alumno sea quien construye su propio conocimiento y de esta manera el |
educador crezca. Para finalizar es prudente que como en todo proceso es
necesario establecer una buena relación entre ambas partes (docente/alumno) se
me hace egoísta la actitud de educadores que aun fomentan la educación
bancaria pues no se dan cuenta que el éxito de uno de sus alumnos por su puesto
que de igual manera será suyo.
POR UNA EDUCACIÓN LIBERADORA
La idea de la educación como proceso de liberación del ser humano no es nada
nueva. Ya Kant afirmaba que el hombre llega a ser hombre por medio de la
educación. Es decir, la educación no sólo es, o debería ser, liberadora, sino que
tal liberación también se debería entender como la posibilidad de “humanizar” al
hombre. Al fin de cuentas, la educación es una expresión esencial y privativa del
ser humano pues, en sentido estricto, sólo él se educa, los animales no. En ese
proceso de humanización que conlleva la educación pues, el hombre no sólo
asume su propia naturaleza, sino que encuentra a través de ella, una posibilidad
de liberarse de ataduras de todo tipo y de realizarse en conjunto con otros seres
humanos. Este último aspecto es importante, pues continuamente se olvida que el
ser humano es, por naturaleza, un ser social.
Claro que este objetivo no está presente en todos los métodos o formas de
educación, sino sólo en aquellos que tienen claro el papel de este proceso.
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Pensemos, por ejemplo, en el tipo de educación que se imparte en nuestra
sociedad actual. Este modo de educación busca, más bien, multiplicar las formas
de enajenación que se derivan de un sistema opresivo. De ahí que se sigan
reproduciendo y fomentando métodos educativos que ven al educando como un
ser pasivo, marginal e ignorante. Se debe romper con esta visión del proceso
educativo, pues tanto el alumno como el maestro o el padre y el hijo, aprenden
mutuamente, lo cual no significa, como malintencionadamente se afirma en
ocasiones, derivar en un relativismo en el que cada cual hace lo que le parezca.
Afirmar que en un proceso de educación ambas partes aprenden significa estar
abierto a nuevas consideraciones y posibilidades de aprendizaje, dado que el ser
humano nunca termina de aprender. Además, también involucra la idea de
responsabilidad, pues no se trata de hacer lo que me parezca, sino de hacer lo
que mejor contribuye a mi realización como ser humano.
Otro rasgo fundamental de una verdadera pedagogía liberadora, es el de
fomentar en el sujeto un pensamiento crítico, incentivándole a asumir una actitud
cuestionadora de la realidad en la que está inmerso. En este sentido, la
educación adquiere el papel de instrumento político, en tanto que se constituye en
la herramienta idónea de renovación y transformación de los seres humanos y la
sociedad en la que viven.
De los muchos pensadores que han propuesto esta manera nueva de entender la
Pedagogía, está Paulo Freire. Este reconocido educador brasileño es en los
últimos tiempos, tal vez, quien más ha insistido en el papel liberador de la
educación. Para él, una verdadera educación sólo es posible en tanto tenga como
objetivo primordial la humanización de la sociedad, lo que únicamente se dará en
cuanto tal educación persiga la liberación del individuo. Por eso mismo, Freire se
opone a la tradicional forma de enseñar, esto es, aquella en la que el educando es
pasivo y sólo acepta mansamente lo que la autoridad, sea el padre o el maestro le
da, sin cuestionarlo. Dicho tipo de educación ha fomentado seres pasivos que
aceptan todo sin poner en duda si eso que se les dice es verdad. Claro, esta
forma de educar favorece a un sistema que lo único que busca es hacer de las
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personas seres consumistas, pues eso beneficia al “mercado”, ese ámbito mágico
y misterioso que lo resuelve todo. En un sistema perverso como el capitalismo, lo
mejor que puede pasar es contar con un rebaño obediente y codicioso, y no con
seres pensantes y cuestionadores.
Freire propone una actitud dinámica y activa del sujeto de la educación. Esto
rompe con la clásica forma de ver al maestro como el que sabe y al alumno el que
no sabe. Además, plantea que el contenido de la enseñanza debe estar
contextualizado al entorno del sujeto y no referirse a cosas que carecen de
significación para él. La importancia de este modo de ver la educación radica en
el hecho de que el ser humano es un ser social, que sólo en sociedad se realiza
plenamente y que no hay sociedad sin educación.
Ahora bien, toda concepción pedagógica implica una antropología. En este
sentido, Freire ve al hombre como un ser que pertenece a la temporalidad. Esto
significa que el ser humano es temporal y temporaliza y que tal temporalización no
es más que su libertad. El hombre es siempre un proyecto, es decir, un ser que
está abierto al futuro, lo que le otorga un sentido distinto, pues no es un ser
acabado, sino un ser que está en constante configuración. Además, a diferencia
de los animales que se adaptan al mundo, el hombre es un ser que se integra a él
apropiándoselo en esa temporalidad.
Esta idea de integración del hombre al mundo en el que vive, implica que el ser
humano tenga como tarea principal la transformación de su entorno, en tanto éste
no le posibilite las condiciones apropiadas para su plena realización. Pero dicha
transformación sólo será factible en tanto el individuo posea las herramientas
apropiadas para hacerla, herramientas que no son más que las que la educación,
una verdadera educación, le puede proporcionar.
Existen muchas formas de deshumanizar al hombre, pero sólo una de
humanizarlo: la educación. Por eso Freire insiste en romper con la visión
tradicional de la educación, la que él denomina “educación bancaria”, en la que se
ve al sujeto como el depositario de un saber que presume de ser absoluto. Esta
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forma de entender la educación es propia de la pedagogía del opresor. En ésta,
se plantea la dicotomía maestro-alumno, dicotomía que expresa una relación de
poder, pues aquél es el que sabe y éste el que no. De ahí que la propuesta de
Freire sea la de nunca considerar al sujeto como un ente pasivo o como un
objeto. La nueva educación deberá partir de la idea de que el hombre es un ser
abierto a muchas posibilidades, pues es un ser libre y, sobre todo, es un ser, no
una cosa.
Se debe tomar en cuanta que la educación no es un hecho aislado. La educación
es parte de un contexto y sólo se educa en sociedad. En sociedad recibimos una
cultura histórica que nos transforma y que es transformada en un verdadero
proceso liberador.
Es claramente notorio el carácter político de la educación en esta propuesta de
Freire. En efecto, una educación liberadora, humanizante, se convierte en un
instrumento político efectivo para llevar a cabo la transformación del entorno social
del individuo. Si una educación real busca liberar al hombre, esto sólo será
posible en tanto se tenga clara conciencia del papel político que juega la
educación. Y tómese en cuenta que se refiere a la política y no a la politiquería,
que es lo que a los mal llamados gobernantes hacen con ella.
Ver la educación liberadora como un instrumento político significa que aquella
fomenta y estimula una conciencia crítica en la persona para que, como ciudadano
libre y responsable, pueda incidir en la realidad social a la que pertenece. Tal
incidencia no puede ser otra que la búsqueda de la transformación de su entorno
para hacer de este, el ámbito propio e ideal donde pueda realizarse plenamente.
Por eso mismo debe cambiarse la visión que se tiene de educación y debe
configurarse una nueva, ya no de forma vertical sino horizontal. Esto no significa
más que ser conscientes de que, tanto el maestro como el alumno, están al mismo
nivel y ambos aprenden recíprocamente en dicho proceso sin olvidar, obviamente,
las diferencias de cada uno pero sin que esas diferencias sean expresadas en
términos de una relación de poder, que subyuga a quien está en desventaja. De
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ahí, pues, la necesidad de enfatizar sobre la importancia de la filosofía y de cómo
ésta puede estimular en los seres humanos ese pensamiento crítico que hace de
los seres humanos verdaderos ciudadanos.
En efecto, en este nuevo modo de entender la educación un elemento importante
es la filosofía. Si se quiere formar seres críticos de su entorno y de sí mismos, no
podemos olvidar la función cuestionadora de esta disciplina. Por eso mismo,
ninguna teoría pedagógica verdadera puede obviar la enseñanza de la filosofía.
Muchos han sido los intentos por erradicar los cursos de filosofía tanto de carreras
técnicas como humanísticas. Esto es un grave error pues quienes se educan así,
se forman como buenos técnicos en su disciplina pero olvidan su aspecto
humano. No se trata, pues, de producir tecnócratas competentes, sino de formar
verdaderos seres humanos que no sólo sean capaces en el ejercicio de su
profesión, sino que ante todo sean seres humanos comprometidos con su
sociedad. Por otro lado, si se busca que la educación fomente un sentido crítico
en las personas para que sean ciudadanos responsables, no puede rechazarse la
enseñanza de la filosofía, ya que ésta precisamente fomenta esa actitud en las
personas.
Otra razón más que hace necesaria la inclusión de la filosofía en todos los ámbitos
del saber, es que toda teoría, sea científica, sociológica o pedagógica necesita de
una sólida base en la que se sustente. La filosofía puede proporcionar los
principios fundamentales que le dan sentido a cualquier teoría. Esto se evidencia
con más claridad en la Pedagogía ya que no debemos olvidar que, en última
instancia, se trabaja con seres humanos no con objetos. La filosofía, por lo tanto,
puede contribuir a establecer los fundamentos epistemológicos de una educación
liberadora y a configurar una concepción de hombre más acorde con los ideales
del humanismo.
Es necesario, en este punto, distinguir entre ser crítico y criticón. La más de las
veces se cae en la última posibilidad. Ser crítico significa evaluar con criterios
válidos y sólidos, los elementos que configuran la realidad, tratando de encontrar
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en ellos sus fundamentos y sentidos. Ser crítico es, en último término, ponderar lo
factores positivos y negativos del entorno. Ser criticón, en consecuencia, es sólo
observar lo malo. De ahí que toda crítica sea positiva y sea una tautología decir,
como muchas veces escuchamos, la frase “es una crítica positiva”, cuando desuyo
toda crítica, por definición, lo es.
Se debe construir un modelo de educación que libere y no enajene al ser
humano. Además, se debe tener claro el carácter político de la educación, sobre
todo en sociedades democráticas donde la participación ciudadana es
fundamental. Dicha participación debe ser responsable y libre y esto sólo es
viable si vemos la educación como una posibilidad de liberar al individuo.
También, se debe construir una pedagogía que se fundamente en una concepción
filosófica de la realidad y del hombre mismo.
La educación liberadora sienta sus bases de una nueva pedagogía en completa
oposición a la educación tradicional y bancaria. La enseñanza de |la lectura y la
escritura en los adultos busca la reflexión y el cambio de las relaciones del
individuo con la naturaleza y con la sociedad. El objetivo esencial de la educación,
que propone Freire, es liberar a la persona de las supersticiones y creencias que
le ataban, y liberar de la ignorancia absoluta en que vivían; transformarla a su
estado de dignidad y humanismo mas no uniformizarla ni reproducirla lo pasado,
tampoco someterla, tal como ocurre en la educación tradicional que ha imperado
varios siglos. La educación liberadora está comprometida en formar hombres y
mujeres que sean fuertes para pensar y obrar; hombres y mujeres que sean amos
y no esclavos de las circunstancias; hombres y mujeres que posean amplitud de
mente; hombres y mujeres que posean claridad de pensamiento y valor para
defender sus convicciones. Paulo Freire provee algo más que una disciplina
mental; provee algo más que una preparación para la vida, fortalece el carácter,
de modo que no se sacrifiquen la verdad y la justicia al deseo egoísta o a la
ambición malsana; fortalece la mente contra el mal y los vicios. Esta es la
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verdadera esencia de la pedagogía liberadora que propugnó Freire, que tanta falta
hace en nuestra sociedad.
Tienen por vocación el "ser más", "humanizarse", analizar críticamente la realidad.
Por esto puede notar la contradicción en la que la educación bancaria pretende
mantenerlo, y al notarlo puede comprometerse en la lucha por su liberación.
La propuesta de Freire es la "Educación Problematizadora" que niega el sistema
unidireccional propuesto por la "Educación bancaria" ya que da existencia a una
comunicación de ida y vuelta.
La educación bancaria y la problematizadora, debido a que son sistemas
antagónicos, presentan puntos que se oponen entre sí, tal y como se muestra
enseguida:
• La educación bancaria insiste en mantener ocultas ciertas razones que
explican la manera como están siendo los hombres en el mundo modificando
la realidad.
• La educación problematizadora, comprometida con la liberación, busca la
desmitificación.
• La primera se opone al diálogo, mientras que la segunda tiene en éste la
relación indispensable con el acto cognoscitivo que descubre la realidad.
• La primera es asistencial, la segunda es crítica.
• La primera es instrumento de la dominación que inhibe el acto creador; no
puede eliminar la intencionalidad de la conciencia, pero sí la domestica
negando a los hombres en su vocación ontológica e histórica de humanizarse.
• La segunda, como servidora de la liberación, se sustenta en el acto creador,
estimulando la reflexión que induce a los hombres a su vocación de búsqueda
y transformación creadora.
• La concepción y práctica bancaria desconocen a los hombres como seres
históricos; en tanto que la de carácter problematizadora emana de esa
condición histórica e historicidad de los hombres, y como tal, los reconoce
como seres que están en proceso de ser, como seres inacabados,
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inconclusos, en una realidad que siendo histórica, es también tan inacabada
como ellos.
DESDE LA EDUCACIÓN PARA UNA EDUCACIÓN LIBERADORA:
Todo movimiento social supone prácticas educativas liberadoras. Sin educación
no hay procesos intencionales de organización y de articulación de los pobres. Y
cuando las personas constitutivas de un movimiento social son sujetos de la
educación, entonces, hay una doble razón para asumir los criterios de la
educación liberadora.
En educación, los principales actores del movimiento social deben ser los
maestros y maestras. Por ello, Freire –después de establecer que la pedagogía es
una esperanza para nuestros pueblos se puso hacer el prólogo que le resultó un
nuevo texto que tuvo el nombre de “professora sim; tia nao; cartas a quem usa
ensinar”. La publicación portuguesa salió en 1993 y la versión española (Cartas a
quien pretende enseñar) en 1994. El título rechazaba la desvaloración del maestro
impuesta por el sistema, pero al mismo tiempo quería mostrar que el acto de
Genseñar debería darse en relaciones de afecto y racionalidad, donde el maestro
y la maestra deben ser puntales en la constitución del movimiento social educativo
y popular.
Una de las tareas del educador o la educadora progresista, a través del análisis
político serio y correcto, es descubrir las posibilidades cualesquiera que sean los
obstáculos- para la esperanza, sin la cual poco podemos hacer porque difícilmente
luchamos, y cuando luchamos como desesperanzados o desesperados es la
nuestra una lucha suicida, un cuerpo a cuerpo puramente vengativo .
Para Freire, el movimiento social, popular y educativo debe proponer alternativa
pedagógica, sin que esto signifique pedagogismo. A los grupos de poder, hay que
responder con proyecto pedagógico, pero con criterio político y enfoque popular.
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Todo proyecto pedagógico es político y se encuentra empapado de ideología. El
asunto es saber a favor de qué y de quién, contra qué y contra quién se hace la
política de la que la educación jamás prescinde.
En este marco, el maestro o maestra en cuanto tales deberían intervenir en el
movimiento social asumiendo su especificidad de inmersos en la relación enseñar
y aprender, en un contexto que exige luchar contra toda forma de
deshumanización y buscando la liberación de sí mismos y de nuestros pueblos.
En el contexto de esta perspectiva pedagógica, el educando debe ser capaz y
consciente de su realidad y cambiar su estructura mental para su transformación y
liberación mediante un pensamiento crítico de su realidad circundante.
El educando debe enfrentar con un pensamiento crítico la lectura de los libros, de
las revistas y los periódicos; que analicen cómo se manifiestan en forma diferente
los diarios que tratan un mismo hecho con el objetivo de que los participantes, al
leer o escuchar una noticia, no lo hagan de forma pasiva sino conscientes que
necesitan liberarse y ser diferentes en su estructura mental.
El educando se siente sujeto de su pensar, puede discutir su pensar, su propia
visión del mundo circundante. Aquí es importante la comprensión, pues, el
educando es crítico por tanto su acción lo será también. Desde esta perspectiva,
se necesita un método activo que permita ser crítico al educando, por medio del
debate de situaciones existenciales en grupos.
En la labor educativa liberadora emprendida por Paulo Freire destaca la liberación
de la dominación y el esclavismo imperante; enseñar a leer y escribir la historia;
cambiar y transformar la estructura mental; enfrentar con un pensamiento crítico lo
que se lee y no ser un ente pasivo. Toda esta labor emprendida es una realidad
hoy; nadie es esclavo ni tampoco sujeto a una dominación; las leyes nacionales e
internacionales protegen al individuo; todos tienen derecho a la educación, sin
excepción alguna de credo, religión, sexo, raza y otros.
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Pareciera que la labor educativa liberadora de Freire es una realidad; sin embargo,
educandos, padres, maestros y la sociedad misma es esclavo y prisionero de
vicios y antivalores que degeneran la personalidad, a tal punto que la humanidad
está sucumbiendo en la sima de una destrucción fatal.
Solamente como muestra, personas adultas y jóvenes son esclavos de la
drogadicción, el alcoholismo, la prostitución, el libertinaje, el facilismo o la ley del
menor esfuerzo, y otros. Hoy nuestra sociedad está saturada de personas
instruidas pero hace falta personas educadas; personas que son esclavas de las
circunstancias pero pocas crean las circunstancias; personas arrastradas por la
corriente y pocas que van contra la corriente; personas que actúan y luego
piensan pero pocas que piensan y luego actúan; personas meros reflectores de
los pensamientos de otros hombres pero pocos pensadores y fuertes para obrar;
personas carentes para defender sus convicciones y sueños pero pocos para
defender éstos.
La pedagogía liberadora de Freire requiere ser practicada con mayor ímpetu en
nuestras escuelas, colegios y universidades para que realmente el educando sea
libre de todo vicio y esclavismo. En nuestra práctica pedagógica ponemos mayor
énfasis al desarrollo de la personalidad de cada educando, al desarrollo de la
capacidad de pensar y ser crítico de su realidad, y finalmente sea capaz de obrar y
hacer aquello que dignifique su persona, aquello que le haga feliz, aquello que le
lleve al éxito; aquello que le haga fuente de inspiración para otros, aquello que le
haga una persona capaz de llevar una responsabilidad, que dirijan empresas, que
influyan positivamente sobre la personalidad de otros hombres.
La educación liberadora está comprometida en formar hombres y mujeres que
sean fuertes para pensar y obrar; hombres y mujeres que sean amos y no
esclavos de las circunstancias; hombres y mujeres que posean amplitud de mente;
hombres y mujeres que posean claridad de pensamiento y valor para defender sus
convicciones.
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LA EDUCACIÓN CAMINO HACIA LA LIBERTAD
La sociedad en general, principalmente la educativa tiene hambre de una libertad
y justicia. Es la educación la posibilidad de abrir caminos y romper cercos, crear
en los hombres un nuevo horizonte de lucha, por lo tanto la educación puede ser
parte de esa justicia y liberación. La liberación de hombre es conocer en lucha, en
la medida que él descubre la realidad, es así como él mismo empieza abrirse
caminos de lucha junto con los que convive, luchan y se educan juntos, todo por
una misma causa. En una de sus obras de Freire, la importancia de leer y el
proceso de liberación dice así: “nadie educa a nadie, los hombres se educan entre
sí, mediatizados por su mundo”
En una educación tradicional se puede alcanzar haber, que se niega la
oportunidad de pensar a los estudiantes, esto desde una estructura de
dominación. Las obras del autor Paulo, todas hablan de una emancipación del
hombre, y con su método de la alfabetización, encausó al camino hacia la libertad,
permitiendo conquistar el derecho de pensar además, donde los sujetos sean
transformados en sujetos en un proceso de conocimiento, de esta manera
transformar su realidad.
La Ley General de Educación menciona que la educación es para todos, en
verdad a nadie se les ha negado la oportunidad y el derecho de una educación
digna, pero en ocasiones la diferencia no se muestra a la hora de ingresa al
sistema educativo, sino cuando se esta frente al grupo, por ello de la importancia
de la formación del docente, porque de su estilo de praxis depende que esto siga
ocurriendo, creo que todos somos iguale, para el autor Paulo, no existe ignorantes
ni sabios absolutos, de la misma manera que la cultura no puede ser determinado
por la pertenencia a una clase social. En tras palabras la cultura no es un atributo
exclusivo de la burguesía. Para freire: “los llamados ignorantes son hombres y
mujeres cultos, a los que se les ha negado el derecho de expresarse y por ello son
sometidos a vivir en una cultura del silencio”
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Una de las metodologías que el maestro debe utilizar para ser participe en la
liberación de los estudiante, es la relación empática, simétrica y dialéctica entre él
y los educandos, además entre teoría y método, porque a partir de la práctica
social se construye el conocimiento y la metodología en una unidad dialéctica,
para Freire, “la metodología está determinada por el contexto de lucha en el que
se ubica la práctica educativa específica: el marco de referencia está definido por
lo histórico y no puede ser rígido ni universal, sino que necesariamente tiene que
ser construido por los hombres, en su calidad de sujetos cognoscentes, capaces
de transformar su realidad”
De manera particular considero que el acto de enseñar es un proceso dialéctico y
que se sintetiza en la relación entre conocimiento y transformación del mundo y de
nosotros mismos. Una logrado un aprendizaje significativo quiere decir que el
alumno asumido una acto de aprender a pensar, lo cual permite tanto a hombres
como a mujeres a codificar para conocerla críticamente, y volver a su misma
realidad y transformarse así mismos.
La educación es un hecho social, simplemente porque somos seres pensantes en
movimiento, creativos e innovadores porque siempre están en un dinamismo
continuo.
Los científicos de la educación han presentado sus teorías respecto al campo
educativo, pero todas apoyadas de otros teóricos, y cada uno desde distintos
puntos de vista, además de que cada uno a descubierto una faceta diferente.
Sin duda en la educación existe una sociedad dedicada a esta enorme tarea y, de
las cuales grandes y valiosas ideas sobre ella, en ocasiones similares, y a veces
muy diversas. Lo más importante de esta tarea de valor y bella un camino que
nuca termina, y es el educador quien debe tener una clara concepción en cuanto a
la educación desde su perspectiva o postura; también tener en cuenta para qué se
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educa, y este es uno de los propósitos principales que el educador debe tener
claro para lograr una verdadera educación “praxis”, en los educandos. Y ser parte
en la liberación, esa es justa la tarea del educador, así también lo dice Freire en su
obra “una pedagogía de la esperanza” “Una de las tareas del educador o la
educadora progresista, a través del análisis político serio y correcto, es descubrir
las posibilidades –cualesquiera que sean los obstáculos- para la esperanza.” o
como también lo dice la pedagogía de la esperanza es un reencuentro con la
pedagogía del oprimido.
La sociología como ciencia, misma que trata de una estructura, es decir, la forma
de organización y el funcionamiento de las sociedades humanas.
En el ámbito educativo existe una estructura y funcionamiento, y es aquí donde
nos damos cuenta de que la acción de cada uno es diferente a la de los adultos;
independientemente de la estructura; los maestros debemos fijar nuestros ojos
sobre los propósitos generales y enfoques de la educación, el cual consiste en
formar ciudadanos competentes y responsables y den una verdadera significación
a la vida. Considerando que el fin de la educación es el de desarrollar todas las
facultades humanas.
Aun cuando exista una variedad de ideas, interpretaciones por la sociedad, la
Educación siempre ha tenido que ver con la naturaleza del hombre, como también
lo dice, Emile Durkheim “todo lo que hacemos por voluntad propia y todo cuanto
hacen los demás en favor nuestro con el fin de aproximarnos a la perfección de
nuestra naturaleza”. La educación no debe ser de manera forzada o que el
conocimiento se de de seta manera, sino que se reflexione sobre ella y necesidad
de todos y para todos porque la lucha es abrir nuevos caminos de libertad.
La educación no solo se ha centrado en una institución educativa, puesto que ha
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dado enfoques diferentes, además ha sido utilizada en una cantidad de influencias
de toda la sociedad, porque como podemos entender la educación no solo se
recibe en una institución educativa, sino también en el seno de la familia, que para
muchos pedagogos y la misma psicología depende del hogar, principalmente de
los principios fundados en los niños; por otro lado, estamos conscientes de que
fuera de nuestro hogar existe otro tipo de educación, en tras palabras, podemos
resumir que, la educación se recibe de manera tripartita, pero demos reconocer
que la mejor escuela la tenemos dentro de nuestro hogar, sin olvidar que la mejor
condición de vida y educación es la propia vida y del desarrollo históricamente
hablando.
El tipo de educación varía de un lugar a otro de acuerdo al contexto y de cada
maestro, puesto que todos asumimos la misma responsabilidad, además de que
cada maestro ha recibido diferente educación o simplemente no quiere romper con
esquemas que están afectando a otras generaciones.
La educación tiene el mismo objetivo pero quien a veces distorsiona con el
objetivo el propio docente. Pero no debemos olvidar que en la educación se
convive con todas las edades y culturas diferentes, esto hace a los grupos
heterogéneos, dando pauta a la singularidad de cada uno. El autor Emile
Durkhein, menciona lo siguiente, “para que haya una educación, es necesario la
presencia de una generación de adultos y una generación de jóvenes, así como
de una acción ejercida por los primeros sobre los segundos”. Por otro lado, el texto
también refiere que en cierta manera existen diferentes tipos de educación como
capas sociales en dichas sociedades
La educación como una esperanza de la libertad, abre la posibilidad a una
invitación a todos aquellos que estén interesados a desarrollar su capacidad de
lucha y curiosidad de manera crítica para conocer y descubrir su realidad y la
transforme y se transforme; y salir de esa celda de opresión sin libertad.
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COMENTARIO
Hay que romper para ello con la educación bancarizada, donde los educadores,
verdaderos protagonistas del proceso educativo depositan en los educandos los
saberes de los que son dueños absolutos, y los alumnos los reciben pasivamente
sin cuestionarlos, reproduciendo el pensamiento de la clase que detenta el poder,
a la que le conviene continuar en esta situación.
La educación bancaria concibe a los educandos como recipientes vacíos que
deben ser llenados por el educador. Cuando más vaya llenando los recipientes
con sus “depósitos”, tanto mejor educador será. Cuanto más se dejen llenar
dócilmente, tanto mejor educandos serán.
De manera que la concepción bancaria de la educación consiste en el acto de
depositar, transferir o transmitir conocimientos y valores; luego, el educador es el
que sabe, mientras que el educando es el que ignora; el educador es quien habla
y los educandos escuchan; el educador es quien disciplina y los educandos son
disciplinados; el educador es quien prescribe y elige, y los educandos obedecen y
se adaptan.
Frente a la educación bancaria, se propone la educación problematizadora, la cual
es un acto cognoscente, dialógico y liberador. Mientras que en la educación
bancaria la relación docente-educando es vertical, en la educación liberadora se
establece entre ambos una corriente de diálogo por la cual tanto el docente como
el educando son educandos y educadores a la vez, es decir que ambos son
sujetos cognoscentes. El educando es un investigador crítico en diálogo con el
educador; el educando es un sujeto que comprende y descubre la realidad,
reflexiona y se problematiza como ser en el mundo y con el mundo. Por tanto,
educando y educador hacen de la acción educativa un acto creador y
transformador.
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La concepción liberadora de la educación, se basa en el ser humano como sujeto
en la historia, la sociedad y la cultura y en el objetivo de que el individuo
comprenda que su vida se hace historia en cuanto es sujeto y no objeto. Es
llamada liberadora porque, aquellos que no pueden expresar ni leer su palabra o
la de otros, está en una situación de opresión respecto a los que si pueden
hacerlo; situación que se ve expresada cuando el individuo es objeto de la historia
y no sujeto de la misma, condición que exige la transformación del medio.
A través de la educación liberadora, que tiene como objetivo la conscientización
del individuo, el sujeto paulatinamente aprende a ser autor y testigo de su propia
historia. Esta concepción de la educación adquiere una dimensión de la acción
cultural, que se inicia en la alfabetización, que se realiza en el reencuentro de las
formas culturales propias del individuo y en la re totalización de éstas a través de
la acción definida como interacción, comunicación y, lo que la hace liberadora, la
transformación.
Desde esta nueva perspectiva, el educador ya no es sólo el que educa sino que
también es educado mientras establece un diálogo en el cual tiene lugar el
proceso educativo. De este modo se quiebran los argumentos de autoridad: ya no
hay alguien que eduque a otro sino que ambos lo hacen en comunión.
La concepción bancaria, al no superar la contradicción educador-educando, por el
contrario, al acentuarla, no puede servir a no ser a la domesticación del hombre.
Una concepción tal de la educación hace del educando un sujeto pasivo y de
adaptación. Pero lo que es más grave aún, desfigura totalmente la condición
humana del educando. Para la concepción bancaria de la educación, el hombre es
una cosa, un depósito, una olla. Su conciencia es algo especializado, vacío, que
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va siendo llenado por pedazos de mundos digeridos por otro, en cuyos residuos
de residuos pretende crear contenidos de conciencia.
En la práctica de la educación bancada predominan las relaciones narradoras y
disertadoras, y el acto educativo se torna un acto de "depositar" como en un banco
determinados saberes que se consideran útiles y necesarios para los que no
saben. El profesor es el mediador único en el desarrollo de las actividades
caniculares, convirtiendo su autoridad funcional en autoridad de saber a la que se
deben adaptar los educandos. Se establece así la diferencia y división entre los
que saben y los que no saben.
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CONCLUSIONES
La educación liberadora pretende el aprendizaje y profundización de la propia
palabra, la palabra de aquellos que no les es permitido expresarse, la palabra de
los oprimidos que sólo a través de ella pueden liberarse y enfrentar críticamente el
proceso dialéctico de su historización.
La práctica de la educación liberadora es una práctica que se apoya en el método
de la problematizacíón. El educador no puede situarse en la posición ingenua del
que pretende detentar todo el saber o bien no saber nada, sino que debe partir de
una situación más realista y de una posición más humilde. El educando no es un
sujeto ignorante, ya que desde su mayor o menor experiencia de vida ha ido
acumulando su propio saber y ha ido forjando su forma de interpretar la realidad.
El aprendizaje dialógico nadie ignora todo, nadie sabe todo es mucho mas que un
aprendizaje significativo. Es una acción global que permite a los sujetos
descubrirse a sí mismos y tomar conciencia del mundo que los rodea.
En la concepción bancaria, el sujeto de la educación es el educador, el cual
conduce al educando en la memorización mecánica de los contenidos. Los
educandos son así una suerte de "recipientes" en los que se "deposita" el saber.
El educador no se comunica sino que realiza depósitos que los discípulos aceptan
dócilmente. El único margen de acción posible para los estudiantes es el de
archivar los conocimientos.
EÍ saber, es entonces una donación. Los que poseen el conocimiento se lo dan a
aquellos que son considerados ignorantes. La ignorancia es absolutizada como
consecuencia de la ideología de la opresión, por lo cual es el otro el que siempre
es el poseedor de la ignorancia.
De este modo, a mayor pasividad, con mayor facilidad los oprimidos se adaptarán
al mundo y más lejos estarán de transformar la realidad. De este modo, la
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educación bancaria es un instrumento de la opresión porque pretende transformar
la mentalidad de los educandos y no la situación den la que se encuentran
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BIBLIOGRAFIA
Barrola, María, Las dimensiones sociales de la educación, en
"Biblioteca pedagógica", Ediciones el caballito, México: SEP, 1998,160 pp.
& Capella Piera J. : "Educación, planteamientos para la formulación de una
teoría", Tomo I - Editorial Zapata Santillana S. R. L. - Lima, Perú - 1983, p
242-244.
Freire, P. : "Pedagogía del Oprimido - Editorial Siglo Veintiuno - Buenos
Aires, Argentina- 1985
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