astarita.el oro y su rol monetario desde una perspectiva marxista.re n199 2003

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  • 7/31/2019 Astarita.el Oro y Su Rol Monetario Desde Una Perspectiva Marxista.re n199 2003

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    El oro y su rol monetario desdeEl oro y su rol monetario desde

    una perspectiva marxistauna perspectiva marxista

    Teora econmica

    R o l a n d o A s t a r i t a *

    En este trabajo, en primer lugar, se ponen en evidencia las dificulta-des tericas que surgen cuando se quiere hacer encajar la tesis de ladesmaterializacin del dinero en la teora crtica que concibe a la so-ciedad mercantil como inherentemente contradictoria. La tesis de ladesmaterializacin del dinero slo se puede mantener junto a la teo-ra del valor trabajo si se postula alguna forma de homogeneizacin

    y validacin de los trabajos previa al mercado. Lo que implica negarlas relaciones sociales existentes, que obligan a la validacin ex postdelos trabajos. En segundo lugar, a partir del planteo terico que vincula la naturaleza actualdel dinero con su gnesis y desarrollo, se puede entender que los billetes de curso forzo-so sean signos de valor relacionados con el oro a travs de las cotizaciones del metal. Lacirculacin del dinero crdito no niega esta vinculacin; simplemente remite a otra lgicamonetaria. Se trata de una circulacin que se independiza relativamente de la constriccindel billete de curso forzoso, a la vez que ste se independiza del metal, por un proceso his-trico y lgico de idealizacin de lo dinerario que, de todas maneras, no rompe su vincula-

    cin con lo real, con el dinero mercanca. Este permanece como la restriccin ltima sobrela que se levanta el edificio monetario.

    En tercer lugar, es la existencia misma del oro como reserva bancaria ltima y como me-dio de atesoramiento la que est revelando que su rol monetario est lejos de haber desa-parecido. Es el nico activo que no constituye pasivo de ningn gobierno o estado y, porlo tanto, sigue constituyendo la encarnacin ltima del valor. En los ltimos aos, sin em-bargo, las reservas en billetes han crecido exponencialmente. Las tendencias que se estnadvirtiendo en los ltimos tiempos, de reconstitucin de los stocks oficiales de oro o en

    manos privadas, obedeceran a la necesidad de asentar la moneda sobre lo real, respon-diendo a una lgica del dinero que no puede sustentarse slo en lo institucional, o en me-ra "creencia" o "fe en el Estado". La teora monetaria de Marx brinda un enfoque abarcati-vo y una explicacin de por qu se da este fenmeno.

    * Docente en Economa: Dinero, crdito y bancos y Sistema monetario internacional (UniversidadNacional de Quilmes). Director de la revista Debate marxista.

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    37Rol monetario del oro

    Hacia fines de los noventa la idea deque el oro se haba convertido en la"brbara reliquia" era un lugar comn

    entre la mayora de los economistas.Un largo proceso de desmaterializa-cin del dinero lo preceda. Ya en losaos treinta el intento generalizado devolver al patrn oro de preguerra ha-ba acabado en la declaracin de in-convertibilidad de las monedas nacio-nales. Luego, la reconstruccin delsistema monetario internacional en la

    segunda posguerra se asent sobre elpatrn cambio oro, por el cual slo eldlar era convertible al oro, y slo enel plano internacional. Pero en 1968tambin esta convertibilidad restringi-da desaparece de hecho cuando losbancos centrales dejaron de interveniren el mercado privado del oro. En1971 Estados Unidos da un paso ms

    y declara la inconvertibilidad oficial deldlar. Siete aos ms tarde el FMIquita la base oro de los Derechos Es-peciales de Giro1 y lo elimina de lasoperaciones y transacciones del orga-nismo. En 1997 Suiza es el ltimopas en declarar oficialmente abolidotodo rol monetario del oro. En los no-venta los bancos centrales de la Ar-

    gentina, Australia, Austria, Blgica,Canad, el Brasil, Pases Bajos, elUruguay se desprenden de importan-tes cantidades de oro. A comienzosde 1999 Gran Bretaa y Suiza -movi-dos por posibles presiones sobre elBundesbank y el BCE- anuncian laventa de parte de sus stocks. En elFMI, bajo presin del gobierno deClinton, se debate por entonces lapropuesta de que tambin el Fondo sedesprenda de tenencias de oro "paradedicar esa riqueza a planes de ayu-da a los pases ms pobres de la tie-

    rra". El oro, que todava a comienzosde 1995 cotizaba a ms de 370 dla-res la onza, bajaba los 265 dlares en

    setiembre de 1999 y amenazaba se-guir perforando pisos en una cada in-terminable. La tesis de la desmateria-lizacin del dinero pareca encontrarsu completa y definitiva confirmacin.

    Completa y definitiva? Un examende los hechos obliga a ser ms caute-loso. Primero, es un dato que todavahoy una cuarta parte, aproximada-

    mente, del oro extrado a lo largo de lahistoria se conserva como reservamonetaria en bancos centrales e insti-tuciones oficiales. Segundo, cuandose crea el Banco Central Europeo, sedecide que un 15% de sus reservasestn constituidas por oro. Pero noera sta una magnfica oportunidad,con un banco que comenzaba "desde

    cero", de poner en prctica la tesis dela desmaterializacin del dinero? Ter-cero, es significativa la resolucin del26 de setiembre de 1999 tomada por15 bancos europeos -a la que adhirie-ron inmediatamente Estados Unidos,el Japn, el FMI y el BIS- de suspen-der las ventas de oro por cinco aos.Esto dio una seal para un fuerte re-

    bote del precio del metal (dos dasms tarde superaba los 325 dlares);desde entonces el precio se mantuvoen alrededor de los 300 dlares, y enlos ltimos meses ha experimentadouna nueva alza. La medida de se-tiembre de 1999 fue para ayudar a lospases productores de oro, como in-terpretaron The Economisty Business

    Week? O estamos ante algo msprofundo, vinculado con la naturalezaltima del dinero? Cuarto, se com-prueba en los dos ltimos aos unasostenida demanda privada, que vuel-

    1 Los DEG originariamente estaban atados al oro. Cada DEG equivala a 0,888671 gramos de orofino (la misma equivalencia establecida para el dlar durante la vigencia del sistema de BrettonWoods).

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    ve a considerar al oro una imprescin-dible reserva de valor. Por qu estapersistencia del oro en el mbito mo-

    netario, si hace ya muchas dcadasatrs se haba sentenciado su desa-paricin?

    A pesar de la importancia de estaspreguntas, la corriente principal de laeconoma ortodoxa sigue negandoque el oro - el dinero mercanca- cum-pla hoy rol monetario alguno. Estaafirmacin no se demuestra, ya que

    se toma como una "evidencia". Sloalgunos referentes neoclsicos aisla-dos, como el premio Nobel de Econo-ma Robert Mundell, sostienen que eloro cumple hoy un rol monetario2. Pe-ro lo hacen desde un punto de vistapuramente emprico, sin articular estaaseveracin en una teora coherentedel dinero. En lo que respecta a la

    economa poskeynesiana, el predomi-nio de la tesis de la desmaterializa-cin del dinero es mayor; por lo me-nos hasta donde alcanza nuestro co-nocimiento nadie la pone en tela de

    juicio.

    Distinta es sin embargo la situacinen el pensamiento marxista. Es queen la teora monetaria de Marx el di-

    nero mercanca est orgnicamenteligado con su teora del valor y con ladialctica de la mercanca. Por esoencontramos que en esta tradicin seha mantenido viva la discusin sobrela desmaterializacin del dinero. Hu-bieron al respecto dos posiciones. Porun lado estn los que sostienen que eldinero ha cortado todo vnculo con el

    oro, y que la tesis de Marx sobre elequivalente general anclado en una

    mercanca especial, el oro, ya no essostenible. Entre stos se cuentan lostericos de la escuela de la Regula-

    cin, muchos partidarios de la con-cepcin del dinero flujo, y tambin hanadherido los tericos del llamadoNuevo Enfoque. Por otra parte tene-mos los marxistas que han sostenidoque el dinero no se ha desmaterializa-do. Sin pretender agotar la lista, cita-mos entre ellos a De Brunhoff (1967),Mandel (1976), Gamble y Walton

    (1976), Innes (1981), Cochrane(1980-81) y Loranger (1982). Nuestrotrabajo est influido por, y se inscribedentro, de esta ltima corriente. Supropsito es volver a examinar lacuestin del papel monetario del oroen la actualidad partiendo de algunosaspectos esenciales de la teora deMarx. A partir de este marco discuti-

    mos los argumentos avanzados pormarxistas a favor de la tesis de la des-materializacin del dinero y buscare-mos tambin explicar las recientesevoluciones en el mercado mundialdel oro.

    La tesis de ladesmaterializacin del

    dinero en la izquierda

    Posiblemente haya sido el libro deAglietta, de 1976, Regulacin y crisisdel capitalismo, el que ms haya in-fluido en el pensamiento marxista pa-ra instalar la idea de que el dinero seha desmaterializado. Si bien a los po-cos aos de la aparicin de este libroAglietta se apart de la perspectivamarxiana, su influencia fue duradera3.

    2 Existen tambin algunos economistas estadounidenses conservadores, entre ellos Steve Forbesy el editor del Wall Street Journal, Robert Bartley, que defienden la vuelta al patrn oro. Esta l-nea de pensamiento est en correspondencia con la del francs Jacques Rueff, consejero de DeGaulle, quien tambin propona la vuelta al patrn oro en los sesenta. El carcter ultra reaccio-nario de esta propuesta fue desnudado ya entonces por Mandel; ver Mandel (1976).

    3 No tuvo la misma trascendencia en el campo de la teora monetaria de izquierda el libro de Agliet-ta y Orlan, La violencia de la moneda, publicado en 1982.

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    39Rol monetario del oro

    En lo que atae al dinero, en Regula-cin y crisis del capitalismoAglietta sebas a su vez sobre Bernard Schmitt,

    un autor que hoy se cita poco, peroque incidi indudablemente en el pen-samiento francs sobre la moneda, enespecial por su concepcin de la mo-neda crdito o moneda flujo. Refirin-dose a la desmaterializacin del dine-ro Schmitt escriba: "Hoy, el billete esautnomo, se le dice desmaterializa-do, y slo subsiste la promesa.... La

    moneda actual no es ms una prome-sa de metal, sino una promesa de uni-dades de cuenta (...) La moneda co-rriente est fundada sobre la monedade cuenta"4. Aglietta retomara estatesis, pero discutiendo los problemasplanteados por la validacin de lostrabajos privados en un marco tericodeclaradamente marxista. En su opi-nin, en el rgimen de acumulacinque l llam "intensivo" se habra im-puesto la emisin de dinero de cursoforzoso: "... una prctica coercitiva delEstado que impone la aceptacin so-cial, sin restricciones, de signos mo-netarios emitidos por el banco central.El dinero del banco central reemplazaa la forma mercantil del equivalentegeneral en el espacio econmico na-cional"5. Los autores de la escuela dela regulacin, incluso en sus obrasms cercanas por lo menos a la "letra"de la obra de Marx, compartieron estaidea. Por ejemplo Lipietz, refirindosea la emisin monetaria por parte delBanco Central en condiciones de noconvertibilidad, escribe: "Si ahora enun pas el banco central declara que

    la moneda simblica que emite (bajola forma de billetes impresos o decuentas abiertas a la banca privada),

    dando garantas de que es tan buenacomo el oro [tant garantie bonnecomme l'or] no es cambiable por labanca central contra ste, es el cursoforzoso de la moneda de la bancacentral. Cuando hay curso forzoso, laemisin de moneda banca centralcrea tanta realidad, al menos sobre elmercado interno, como la extraccin

    de oro de una mina"

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    . Recientementelos autores del Nuevo Enfoque hanreafirmado esta lnea de pensamien-to, adoptando la deduccin del valordel dinero que haba desarrolladoAglietta7. A los efectos de desarrollarnuestra critica a esta tesis, examina-remos primero algunas caractersticasfundamentales de la teora de Marx.

    El dinero mercanca en laconcepcin de Marx

    Tal vez una de las mayores fortale-zas del anlisis de Marx consista enque explica la gnesis del dinero apartir de las contradicciones de lamercanca. Esto significa que, a dife-

    rencia de la economa neoclsica, eldinero no es introducido desde fuerade lo econmico, sino surge de lasmismas relaciones sociales. En se-gundo lugar -tambin es sta una di-ferencia abismal con la teora moneta-ria usual- en la teora de Marx la g-nesis del dinero es decisiva para darcuenta de la naturaleza actual del di-

    nero8. En otras palabras, la clave de la

    4 Schmitt (1975) p. 156.5 Aglietta (1979) p. 300.6 Lipietz (1979) p. 109.7 Carchedi afirma que el oro no cumple ninguna funcin monetaria a partir de la inconvertibilidad

    del papel dinero; ver Carchedi (1991) pp. 165-166; tambin Saad-Filho (1996) y otros trabajoscontenidos en esa recopilacin.

    8 "La dificultad principal en el anlisis del dinero queda superada en cuanto se ha comprendido suorigen a partir de la propia mercanca" (Marx, 1980, p. 49). Lo gentico aqu no debe entender-

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    cuestin monetaria moderna se en-cuentra en el anlisis del porqu de laforma del valor y de las determinacio-

    nes del trabajo que constituye su con-tenido. No es nuestra intencin repro-ducir aqu la teora del valor de Marx,sino subrayar algunas de particulari-dades de la forma del valor y su vincu-lacin con el trabajo humano que ata-en a la tesis de la desmaterializacindel dinero.

    Como el propio Marx se encarg de

    sealarlo9

    , al analizar el valor Ricardodescuid la cuestin de la forma delvalor; y por eso mismo cay en unaconcepcin puramente "fsica" de lasustancia del valor, sin atencin a laproblemtica de la objetivacin - cosi-ficacin del valor que es propia de laforma mercanca-. Mientras para Ri-cardo valor es trabajo invertido en la

    produccin, Marx subraya que el valorno es simplemente tiempo de trabajosocial, sino tiempo de trabajo socialobjetivado (tambin utiliza las expre-siones "coagulado", "plasmado", "ge-latina de trabajo", para expresar estaidea). As es que en los Grundrisseexplica que el trabajo mismo sloexiste de manera subjetiva, como ac-

    tividad, "y como tal de ningn modoes universal e idntico a s mismo"10.Por eso al momento del cambio de lamercanca no se pueden comparartrabajos humanos vivos, sino trabajospasados, muertos, objetivados. Poreso tambin el trabajo abstracto de-ber "asumir una forma objetiva dis-tinta de s mismo", que ser el dinero.

    Esta misma idea es desarrollada en El

    Capital, en el captulo 1:

    "La fuerza de trabajo humana en es-tado lquido, o el trabajo humano, crea

    valor, pero no es valor. Se convierteen valor al solidificarse, al pasar a laforma objetiva. Para expresar el valorde la tela como una gelatina de traba-

    jo humano, es menester expresarloen cuanto "objetividad" que, como co-sa, sea distinta del lienzo mismo y a lavez comn a l y a otra mercanca"11.Esto es, para que el valor pueda ser

    una propiedad de la mercanca -osea, de la cosa que se independizahasta cierto punto del productor- esnecesario que el valor de la mercan-ca se exprese a travs de una rela-cin entre cosas. Por un lado, porqueno es una propiedad natural de lamercanca, sino social, de maneraque la mercanca no puede expresar

    esta propiedad con su propia formanatural. Y por otra parte, por ser unarelacin cosificada, debe expresarsecomo relacin entre cosas. Slo deesta manera el trabajo privado conte-nido en la mercanca deviene trabajosocial pero, insistimos, no como tra-bajo vivo, sino en cuanto trabajo coa-gulado, objetivado. Para que esto

    ocurra, el contenido del valor -el tiem-po de trabajo- necesita la forma delvalor; dicho en otras palabras, necesi-ta que la forma mercantil relativa en-cuentre en el mercado la forma equi-valente.

    A partir de este enfoque se explica laexistencia del dinero. Este no surgepor mera "comodidad" o ahorro en los

    costos de transaccin -como acos-

    40 realidad econmica 199

    se nicamente en un sentido histrico. Hace ya varios aos Luporini aclar esta cuestin con res-pecto a la construccin terica de El Capital. Se trata bsicamente de una construccin dialcti-co-sistemtica, o gentico-sistemtica, como la llama Luporini, que consiste no slo en la deduc-cin gentica de las formas dialcticas, sino tambin de la inclusin en ciertos puntos determina-dos de "cortes" histricos (como sucede cuando Marx presenta la irrupcin histrica del equiva-lente general, del dinero). Ver Luporini (1969), pp. 13 y ss.

    9 Marx (1999) p. 98, nota 32.10 Marx (1989) p. 99.

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    tumbra explicar el surgimiento del di-nero la ortodoxia neoclsica- sino porla necesidad de superar -siempre

    temporariamente- la contradiccin b-sica de la produccin mercantil, la queexiste entre la produccin bajo formaprivada y su contenido social, ya queslo si la mercanca encuentra suequivalente -esto es, si el trabajo in-vertido se objetiva como propiedad dela mercanca-, el trabajo privado de-viene social. Es mediante esta meta-

    morfosis de la mercanca en dineroque el tiempo de trabajo invertido enla produccin se valida como tiemposocial. Estamos ante una relacin co-sificada, que escapa al control cons-ciente de los seres humanos. Ahoraser el lenguaje de las mercancas -elmundo cosificado- el que "hablar"por los seres humanos:

    "... todo lo que antes nos haba dichoel anlisis del valor mercantil nos lo di-ce ahora el propio lienzo, ni bien enta-bla relacin con otra mercanca, lachaqueta. Slo que el lienzo revelasus pensamientos en el nico lengua-

    je que domina, el lenguaje de las mer-cancas"12.

    De aqu se desprende que la exis-

    tencia del dinero no puede explicarsepor convenciones, creencias o institu-ciones, sino por la misma dialcticade la mercanca. Si bien las instancias

    legales y polticas tienen incidencia enlas formas dinerarias, las leyes eco-nmicas subyacentes que le dieron

    origen son determinantes. En esto laconcepcin de Marx se distingue delos enfoques institucionalistas, no s-lo de los neoclsicos, sino tambin losposkeynesianos13.

    La teora de Marx sobre la gnesis ynaturaleza del dinero conduce enton-ces a un doble rechazo: por una parteniega que la mercanca-dinero sea

    una mercanca ms, un simple "nu-merario", al estilo de Walras. Pero porotro lado tambin niega que el dinerosea mero signo, simple convencin."El dinero no nace de una conven-cin... Nace naturalmente del cambioy es su producto"14. Por esto la refe-rencia a la mercanca equivalente nopodr desaparecer, aunque sea

    reemplazada por signos de s misma.

    Una disyuntiva tericaesencial

    En Marx las funciones del dinero sedefinen a partir de su concepto. Dadoque el dinero es, ante todo, encarna-

    cin del valor, material en que se vali-darn todos los trabajos privados, l-gicamente la primera funcin del dine-ro es la medida de valores. Ahorabien, el punto central en la discusin

    41Rol monetario del oro

    11 Marx (1999) p. 63.12 Ibdem, p. 64.13 El keynesianismo tiene un enfoque institucional del dinero, al que vincula con los fenmenos de

    incertidumbre propios de las economas monetarias. "El dinero es ante todo, en sus atributos sig-

    nificativos, un sutil invento ("a subtle device") para vincular el presente con el futuro" Keynes, ci-tado por Davidson (1972) p. 142. El dinero surgira de la necesidad de postergar decisiones an-te la incertidumbre, y mantener abiertas las opciones en lo que respecta a comprometer recur-sos; ver Davidson (1972) captulo 6. Sin negar los muchos puntos vlidos de la crtica keynesia-na al equilibrio walrasiano, hay que sealar sin embargo que la incertidumbre en la que hacentanto hincapi los poskeynesianos remite a una cuestin esencial que pasan por alto: la valida-cin social de los trabajos privados, validacin que slo puede realizarse a partir de que la mer-canca se metamorfosee en dinero. Pero esto presupone la existencia del dinero, que por esomismo surge de la propia dialctica de la mercanca, del desarrollo del mercado.

    14 Marx (1989) p. 93.

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    que nos ocupa es decidir cul es lanaturaleza ltima de este equivalente:mercanca equivalente o mero

    signo? En torno de esta cuestin girael debate con las tesis marxistas de ladesmaterializacin del dinero.

    Observemos que cuando la formarelativa expresa su valor a travs delequivalente, est expresando la sus-tancia en comn que contiene con es-te ltimo, el trabajo humano abstracto.Ahora bien, si se admite esto slo ca-

    ben dos posibilidades: o bien elequivalente es una mercanca, quecontiene valor, producto de un trabajohumano directamente social, y por lotanto valida los trabajos privados in-vertidos en las mercancas (posicinde Marx), o bien el equivalente es unsigno que expresa directa e idealmen-te el tiempo de trabajo humano (posi-

    cin de Aglietta). Esta es la disyuntivaterica. Para avanzar en el estudioanalicemos ahora la presentacin dela cuestin monetaria en Aglietta(1979).

    Dinero y medida de valor enAglietta

    Aglietta (1979) se basa, en principio,sobre la teora de Marx. Sostiene quelos productos del trabajo son mercan-cas cuando son productos de traba-

    jos privados destinados a la sociedaden general, y que al intercambiarselos trabajos privados aparecen comopartes del trabajo global de la socie-

    dad. "Este carcter uniforme del tra-bajo, que consiste en ser una partedel trabajo global de la sociedad, sedenomina trabajo abstracto"15. Estasafirmaciones concuerdan con la teora

    del valor desarrollada en El Capital.Pero a partir de aqu se opera unabrusca inversin, a resultas de la cual

    ya no ser el intercambio el que ho-mogeneizar los trabajos humanos,sino el trabajo abstracto el que trans-formar los productos del trabajo enun espacio homogeneizado. Efectiva-mente, Aglietta escribe:

    "El trabajo abstracto es una relacinsocial que transforma los productosdel trabajo en clases de equivalencia,

    denominadas mercancas, de un es-pacio homogneo, en el que se puededefinir una medida denominada va-lor"16. Y un poco ms adelante sostie-ne que "estos valores son determina-bles porque el espacio resulta ho-mogeneizado por el trabajo abs-tracto ... el trabajo global de la socie-dad"17

    De manera que, segn Aglietta, esel trabajo humano abstracto -que noes ms que gasto humano de ener-ga- el que homogeiniza el espacioeconmico. Esta es una concepcinclaramente fisiolgica, ricardiana, delvalor y del trabajo que es su sustan-cia; equivale a afirmar que el trabajohumano sin ms -esto es, sin el mer-

    cado, sin la forma del valor- constitu-ye la homogeinizacin. Con lo cualhabra que suponer que los trabajosestn validados antes de la llegada dela mercanca al mercado.

    Por supuesto, siempre es posibledefinir tericamente una medida devalor y homogeneizar los productos

    heterogneos del trabajo operandocon un sistema de ecuaciones, comohace Aglietta. Sin embargo esto noquiere decir que en la realidad de lasociedad mercantil sea el trabajo

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    15 Aglietta (1979) p. 22.16 Ibdem.17 Ibdem, p. 23; nfasis nuestro.

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    humano el que transforma los produc-tos del trabajo en "clases de equiva-lencia". Slo al pasar Aglietta recono-

    ce que es el intercambio "el que ho-mogeiniza" (p. 24); pero esta afirma-cin se pierde muy rpidamente devista, para terminar prevaleciendo laidea de que la homogeneizacin esanterior al intercambio. El siguientepasaje es explcito:

    "Cada comerciante dispone de unvalor materializado en el producto del

    trabajo, y ha de encontrar en la circu-lacin general de mercancas, pormedio de la operacin del intercam-bio, una mercanca (o varias) que leproduzca utilidad"18.

    Si el comerciante dispone de un "va-lor materializado" con anterioridad alintercambio, este ltimo se transformaen un acto meramente formal. Ms

    claro an es el siguiente pasaje: "Laley del valor, o ley general de las equi-valencias, es la representacin for-mal del proceso de homogeinizacinde los objetos econmicos; se mani-fiesta en la circulacin general de lasmercancas, que es el espacio socialhomogneo del trabajo abstracto"19.Esto es, la ley del valor se reduce a

    una ley general de equivalencias, auna "representacin formal". Por esotambin el equivalente pasa a ser me-ra representacin, material que re-fracta un espacio ya homogeneizado:"Por ello, la representacin del traba-

    jo abstracto se fija en una sola mer-canca que, convertida en equivalentegeneral, se denomina dinero"20. "La

    formacin del equivalente general

    permite que el espacio homogneodel valor, que evolucione en el tiempo,se refracte"21. El equivalente deviene

    en definitiva un signo sin sustanciapropia; es el reflejo directo del trabajoabstracto global:

    "Cuando todas las mercancas delsistema de valores ... , VA, han reali-zado su metamorfosis, el trabajo abs-tracto VA se ha convertido en dinero.El volumen de dinero VP definido ases la renta global de la sociedad; que

    es asimismo el valor de cambio delproducto neto creado por el trabajosocial, denominado valor aadido"22.Denominando m "a la expresin mo-netaria de la hora de trabajo", Agliettaverifica la ecuacin m = VP/VA. As elvalor del dinero deriva directamentedel trabajo global, conformado comotrabajo abstracto antes del intercam-

    bio. El equivalente refleja directamen-te trabajo vivo, esto es, los billetes se-ran "tomos ideales de valor"23. Se-gn este enfoque, son los trabajos in-vertidos -y validados ex ante- en lasmercancas los que "validan" al equi-valente general, y no ste a los traba-

    jos privados. Lo que supone a su vezuna concepcin institucionalista del

    dinero, ya que ste no sera un pro-ducto necesario de las contradiccio-nes de la mercanca, sino un signodefinido a partir de su funcin; un es-pejo-reflejo de los valores constituidosex ante.

    Pero adems, la tesis de Aglietta lle-va a confundir la forma del valor -elprecio- con su contenido, el tiempo de

    trabajo. Uno y otro quedan sumidos

    43Rol monetario del oro

    18 Ibdem, p . 26.19 Ibdem, p. 24; nfasis aadido.20 Ibdem.21 Ibdem, p. 287, nfasis de Aglietta.22 Ibdem, p. 27.23 As se refiere Marx a las teoras de su poca que preanunciaban los desarrollos que estamos

    comentando. Ver Marx (1980) p. 62.

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    en una misma textura terica indife-renciada. Veamos este problema apartir del desarrollo de un caso terico

    de variaciones aleatorias en el pre-cio24.

    Supongamos que tenemos una eco-noma en la que existe una sola mer-canca A que contiene 10 horas detiempo de trabajo social, y se vendeen $ 40. Supongamos, siguiendo laconcepcin de Marx, que estos $ 40representan el valor de la mercanca

    equivalente B, que contiene tambin10 horas de trabajo. Es claro que ca-da hora de trabajo se expresa en $ 4.Supongamos ahora que debido, porejemplo, a una circunstancia aleatoriaA se venda a $ 36. Dado que el tiem-po de trabajo socialmente necesariono se ha modificado, el precio de $ 36es una expresin demasiado pequea

    de la magnitud del valor de A; existepor lo tanto una incongruencia cuanti-tativa entre valor y precio, incongruen-cia que se hace evidente a partir deque antes como ahora el valor gene-rado por una hora de trabajo se expre-sa en $ 4.

    Repitamos el razonamiento, pero si-guiendo ahora el enfoque de Aglietta,

    donde el signo monetario no est liga-do con la mercanca B, sino refleja eltrabajo invertido en A. A se vende por

    $ 36, pero siguen siendo10 las horasinvertidas en su produccin, y ste estiempo de trabajo social. Qu nos di-ce la ecuacin de Aglietta? Pues sen-cillamente que cada hora de trabajoahora se expresa en $ 3,6. La incon-gruencia entre valor-contenido y pre-cio-forma ha desaparecido; esta esotra manera de decir que la dialctica

    de la mercanca, que se origina en lacontradiccin entre lo privado y lo so-cial, se ha diluido por completo.

    Validacin social en otrostrabajos sobre ladesmaterializacindel dinero

    Que la cuestin en torno de la vali-dacin del trabajo en Aglietta est enel corazn de la tesis del dinero signode valor lo prueba la forma en que es-ta tesis ha persistido en los autoresposteriores. Lipietz constituye unbuen ejemplo. A partir de la importan-cia que adquiri en el capitalismo de-sarrollado la moneda crdito25, Lipietz

    44 realidad econmica 199

    24 Enfatizamos que se trata de una variacin aleatoria; esto es, no obedece a variaciones de la pro-ductividad, ni a una baja duradera de la demanda, que obligara a cambiar la asignacin del tra-bajo humano entre las ramas. Estas modificaciones obedeceran a cambios en las dos determi-naciones de lo que Marx llama tiempo de trabajo socialmente necesario. Las variaciones aleato-rias de los precios son consideradas por Marx en la seccin que trata de la funcin del dinero co-mo medida de valor, en el captulo 3, tomo 1 deEl Capital. Precisamente por ser aleatorios, es-tos cambios de precios no afectan el contenido, el valor. La dialctica por la cual a veces la for-ma puede afectar el contenido -modificaciones de precio que afectan las determinaciones del

    tiempo de trabajo socialmente necesario- y a veces no lo afectan -modificaciones meramentecontingentes de los precios- no puede ser captada por la tesis de Aglietta. Sin embargo es esen-cial para la comprensin del movimiento anrquico de la sociedad mercantil.

    25 La tesis de la moneda flujo, o circuito, fue desarrollada primero por Schmitt. Schmitt plante, apartir del crdito bancario en beneficio del empresario (otorgamiento del prstamo - creacin dedepsito - pago de salarios por el empresario - generacin de valor y plusvalor - reflujo del dine-ro al banco - cancelacin del crdito) que el dinero se haba convertido en mero flujo, sin refe-rencia alguna al metal. Los tericos del dinero circuito y de la creacin puramente endgena deldinero ampliaron y profundizaron esta tesis. Una explicacin sencilla del dinero flujo, basadasobre Schmitt, se puede encontrar en Rachline (1982).

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    considera que los bancos, al otorgarlos crditos pueden prevalidar siste-mticamente los trabajos privados (o

    sea, validarlos antes de que se realicela venta de la mercanca). En tanto elbanco central podra "pseudo-validar-los", en caso de que la venta final dela mercanca no se efecte, medianteel cambio de las acreencias bancariaspor billetes de curso forzoso26. El cos-to de esta pseudo-validacin sera, enprincipio, la inflacin, cuestin que to-

    dava Lipietz subraya como elementoconflictivo del capitalismo en su traba-jo de 1978, Crise, inflation ... pourquoi?Pero es claro que la moneda nopodra estructurarse en un entorno deprdida permanente de su valor. Siesto sucede, el anclaje en lo real em-pieza a exigirse, lo que se manifiestasiempre por la oferta en los mercadosinternacionales de la moneda depre-ciada por la inflacin, y en la deman-da de divisas fuertes o, en ltima ins-tancia, del oro. Pero este plano no na-cional del circuito monetario no puedeser integrado a la teora del mero sig-no de Lipietz, como lo apunta con pre-cisin Loranger (1982), porque pon-dra en evidencia su vinculacin conlo real. Sin embargo, lo ms significa-tivo es que para "cerrar" lgicamentesu teora monetaria, Lipietz nos hablede un rgimen de acumulacin dondela problemtica de la validacin deltrabajo desaparece, fagocitada por laregularidad de la realizacin de lasmercancas. Regularidad que posibili-taran el sistema bancario y la crea-cin del dinero signo por el bancocentral -creacin que, a su vez, gene-rara "tanta realidad" como la mina deoro-. Esta concepcin est explicitadaen Lipietz (1983). All describe un

    "proceso de reproduccin" regular, enel que no existe en la prctica el "sal-to mortal" de la mercanca: "... este

    salto mortal tiene xito quasiment tout coup: los productos se venden, lafuerza de trabajo se compra. Ahorahay casi certeza de conservar los va-lores en proceso ... o de aumentarlos...."27. O sea, los trabajos son valida-dos -"casi con seguridad"- en formaprevia a la venta. Este rgimen eco-nmico se estructura a partir de las

    instancias legales e institucionales:las condiciones sociales estn "codifi-cadas en redes", de manera que lasnormas son estables y aseguran laplena realizacin de la produccin.Sobre estos cimientos se levanta, se-gn Lipietz, el moderno "reino de lamoneda fiduciaria"28. A pesar de su in-sistencia en el fetichismo y el "mundoencantado" de las apariencias, la co-sificacin y el movimiento anrquicodel mercado han desaparecido. Laconcepcin del dinero signo es funcio-nal al enfoque diramos "ciberntico"de la escuela de la Regulacin.

    Tambin los autores marxistas delNuevo Enfoque, al adoptar la concep-cin del dinero como signo directo del

    valor se han visto obligados a aceptarla validacin ex ante de los trabajosprivados. Saad-Filho, en un trabajorelativamente reciente sobre el NuevoEnfoque, lo admite: "Otra limitacin deeste concepto es que el valor del dine-ro es meramente un reflejo ex postdela relacin entre el trabajo ejecutado[labour performed] y el valor moneta-

    rio agregado en el perodo ... En esterespecto, tiene un alcance diferenteque el concepto marxiano del valor dela mercanca dinero, que es determi-

    45Rol monetario del oro

    26 Lipietz (1978) pp. 109-110.27 Lipietz (1983) p. 141.28 Ibdem pp. 141 y 142. Ver tambin la crtica de Loranger (1982), quien subraya la importancia de

    anclar el dinero en lo real, en una base materialista.

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    nado en forma previa a la circulaciny a la venta de las mercancas produ-cidas"29. Pero en este caso, y a dife-rencia de los autores de la Regula-cin, estamos ante una intrusin ex-traa a la concepcin global del Nue-vo Enfoque, que ha hecho un verda-dero aporte al destacar el carctersiempre contradictorio y no equilibra-do de la dinmica del sistema capita-lista. Tal vez el Nuevo Enfoque gana-ra mucho en solidez terica si aban-donara esta concepcin del dinerosigno.

    El equivalente en Marx

    Es significativo que Aglietta hayapercibido correctamente que a losefectos de homogeneizar los trabajoshumanos en cuanto trabajo abstracto

    debe existir algn punto de "entrada"del trabajo homogneo y social. Puesbien, esto es precisamente lo que per-mite el equivalente en la concepcinde Marx. En la teora de Marx el equi-valente, a diferencia del resto de lasmercancas, tiene propiedades es-pecficas, que lo hacen apto parasu funcin. En primer lugar, en l el

    valor de uso expresa su contrario, elvalor. Segundo, el trabajo concreto seconvierte en la forma de manifesta-cin de su contrario, el trabajo huma-no abstracto. Y por ltimo, el trabajoprivado adopta la forma de trabajo di-rectamente social30. Dicho de otra ma-nera, "... el carcter social del trabajose presenta como la existencia dine-

    raria de la mercanca, y por consi-guiente como una cosa situada fuera

    de la produccin ... "31. As el valor delequivalente no surge de la compara-cin entre tiempo de trabajo global yla "masa" monetaria, sino de la rela-cin con el trabajo invertido en su pro-duccin. Por esto el dinero puede serel material en el que se expresa el va-lor de todas las mercancas, y este va-lor aparecer bajo la forma mistifica-da, cosificada, del precio32. De estamanera la validacin o no de los tra-bajos privados -el "salto mortal" de lamercanca, que se opera en cadaventa- queda abierta y es siempreproblemtica; no hay "regulacin" ins-titucional alguna que pueda asegurarla validacin de los trabajos privados.

    Medio de circulacin y elsigno de valor

    Los partidarios de la tesis de la des-materializacin del dinero tienen unargumento que a primera vista pareceirrebatible. Consiste en la constata-cin de que normalmente en las so-ciedades capitalistas modernas fun-cionan como dinero los billetes de cur-so forzoso y todo tipo de dinero credi-ticio, sin que sean convertibles al oro

    o metal precioso alguno.

    Al respecto, debe distinguirse, enprimer lugar, el billete de curso forzo-so de las formas dinerarias crediticias,ya que responden a gnesis y lgicasdistintas. No es el dinero crediticio, si-no el billete de curso forzoso (fiat mo-ney) el que funge como signo de va-lor.

    En segundo trmino, para el anlisisde su relacin con el oro es esencial

    46 realidad econmica 199

    29 Saad-Filho (1996) p. 127.30 Marx (1999) 71-72.31 Marx (1999b) p. 666.32 En la concepcin de Marx est contenida la diferencia entre precio y valor; diferencia que tam-

    bin desaparece si se considera que el dinero es signo directo del trabajo humano en general.Esperamos presentar esta cuestin de manera desarrollada en un trabajo de prxima aparicin.

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    penetrar en el desarrollo histrico y l-gico de la diferencia entre la existen-cia real del oro y "su existencia ideal

    derivada de su funcin"

    33

    . Esta dife-renciacin opera una progresiva idea-lizacin de la moneda, a partir de lacual se genera la autonoma relativadel billete de curso forzoso.

    Ya en su funcin de medio de circu-lacin el oro adquiere la forma de mo-neda, con lo que ya comienza a ope-rarse la diferenciacin entre existen-

    cia real y existencia funcional. Si cadapieza de oro de una onza realiza unpromedio de 10 ciclos diarios, se rea-lizar una suma global de precios demercancas por un monto 10 vecessuperior a la masa de oro real en cir-culacin. Esto posibilita que "en elproceso de circulacin una onza deoro pese efectivamente 10 onzas", de

    manera que la existencia de la mone-da ahora ser igual a la cantidad deoro real, multiplicada por el nmero deciclos que en promedio recorre cadapieza34. Tenemos aqu una primera"idealizacin del medio de circula-cin"35 generada por la sustitucin dela cantidad por la velocidad. Pero es-te proceso adquiere impulso (aunque

    Marx no lo presenta inmediatamenteligado con el anterior) gracias al ca-rcter circular de la metamorfosis dela mercanca, M - D - M. En este pro-ceso el valor de cambio aparece en elprecio y en el dinero (M - D), para serinmediatamente abolido, al transfor-marse en valor de uso (D - M). El oro,arrojado constantemente a la circula-

    cin, tiene una existencia dinerariaevanescente; frente a la mercancaencarna valor slo en un momento fu-

    gaz, porque inmediatamente es susti-tuido por otra mercanca. Por eso eneste proceso de cambio de manos

    permanente basta con que el dineroexista de manera simblica36. La idea-lizacin del medio de circulacin ad-quiere una nueva entidad.

    Luego est el tan citado proceso dedesgaste de la moneda acuada, de-bido a la friccin inherente a la circu-lacin. Progresivamente el valor dine-rario se va separando del valor mer-

    cantil, de manera que a poco de circu-lar la moneda representa mayor con-tenido metlico del que posee; en unapalabra, se trata del divorcio entre elcontenido nominal de la moneda y sucontenido real. Cuanto ms tiempocircule, y cuanta mayor sea la veloci-dad de circulacin, mayor ser estadiferencia entre su existencia en

    cuanto moneda y su existencia enoro. Se da as una "segunda ideali-zacin" (Marx) del dinero metlico:"Mientras que otros seres pierden suidealismo en virtud del roce con elmundo exterior, la moneda resultaidealizada por la prctica, transforma-da en mera existencia aparente de sucuerpo de oro y plata"37. Este proceso

    es ampliado y profundizado por lasconstantes falsificaciones de la mone-da que se prolongan hasta el sigloXVIII. Progresivamente la misma cir-culacin convierte toda moneda enmero signo de su sustancia, abriendoel camino para que el oro sea reem-plazado por monedas subsidiarias -deplata o cobre- que actan como sus

    smbolos. La contradiccin entre lafuncin del dinero como medida devalor -o medio de atesoramiento- y

    47Rol monetario del oro

    33 Marx (1980) p. 96.34 Ibdem pp. 95-96.35 Ibdem, p. 96.36 Ibdem p. 103; tambin Marx (1999) p. 157-158.37 Marx (1980) p. 96.

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    como medio de circulacin se haceahora evidente. Como medida de va-lor -o medio de atesoramiento- es im-

    prescindible su sustancia real. Comomoneda, arrojada al proceso de circu-lacin, "su sustancia natural entra enpermanente conflicto con su fun-cin"38. El siguiente paso ser elreemplazo del metal por el billete decurso forzoso. Si ya la moneda met-lica tiene inevitablemente un "carcterlocal y poltico"39, este carcter se

    acenta con el billete. El signo sesepara de aquello que significa, eloro. Ahora es un "mero signo de va-lor". El papel de curso forzoso es sig-no de oro o de dinero.

    Es importante aclarar que este mis-mo proceso explica que el hecho deque el papel sea signo de oro no im-plica necesariamente que todo el pa-

    pel moneda pueda ser cambiado porel metal. Precisamente la existenciaideal del dinero en el proceso de cir-culacin, el que sea un smbolo y queen ese carcter tenga gran incidenciala instancia legal y poltica, hace quela masa de signos pueda divergir, demanera ms o menos amplia, de lamasa de oro que lo respalda. As el

    Estado emisor puede "violar mecni-camente desde afuera" (Marx) las le-yes de la circulacin simple de lasmercancas. Por ejemplo, en el sigloXIX el banco de Inglaterra no poseaun respaldo estricto de los billetes queestaban en circulacin. A lo largo dela primera mitad del siglo el banco te-na, en promedio, entre 50 y 100 tone-

    ladas de oro (incluyendo las mone-das), y en ocasiones mucho menos: 9

    toneladas en una ocasin en 1825, o61,7 toneladas en las vsperas de lacorrida de 184740. Todava en 1900 la

    reserva era modesta, de 200 tonela-das, y una parte importante de los bi-lletes en circulacin no estaba cubier-ta por el stock de oro. Esto es impor-tante en relacin con las polmicasactuales, porque a veces se estableceuna separacin absoluta entre el sigloXIX, perodo de supuesta plena con-vertibilidad y la situacin actual, de in-

    convertibilidad. Pero incluso el Bancode Inglaterra mantuvo suspendida laconvertibilidad durante un largo pero-do, entre 1797 y 1821. Adems habapases como Prusia, en que los bille-tes de curso forzoso no eran converti-bles a oro. Sin embargo, existiera o noconvertibilidad, en el mercado se es-tableca la relacin billete/oro: "... laconvertibilidad del billete, es decir laposibilidad de cambiarlo por oro o pla-ta, sigue siendo una ley econmica,diga lo que dijere la ley jurdica. As,un tlero prusiano de papel, a pesarde ser legalmente inconvertible, seradepreciado de inmediato si en el trfi-co habitual valiese menos que un t-lero de plata, es decir si no fueseprcticamente convertible"41.

    Signo de valor enla actualidad

    Lo anterior prepara la discusinacerca de la actual relacin entre elbillete -el dlar, dado su rol internacio-nal- y el oro. La convertibilidad dentro

    de Estados Unidos se aboli recin en

    48 realidad econmica 199

    38 Ibdem, p. 99.39 Ibdem, p. 9540 Green (1999).41 Marx (1980) p. 69. Esta relacin se pone de manifiesto tambin en las corridas del siglo XIX: "En

    las drains de metales preciosos ... se revela que el oro y la plata no son mercancas como lasotras, y que la economa moderna vuelve a recaer, repentinamente y con terror, aunque de ma-nera temporaria, en los prejuicios del mercantilismo" Marx (1989) pp. 50-51.

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    1934, cuando el gobierno retir el oroen posesin de los ciudadanos y pro-clam su derecho a ser el nico po-

    seedor del oro monetario de la nacin.La convertibilidad internacional termi-n oficialmente en 1971. Dnde seestablece entonces la vinculacin en-tre el oro y el billete?

    La respuesta se puede dar segn elmismo criterio con que se considera-ba el billete inconvertible de Prusiacomo un signo de oro: de hecho, en el

    mercado del oro se establece la vin-culacin del billete con el metal. Y esen las corridas cuando esta vincula-cin adquiere una importancia insos-layable. Por eso hoy se puede leer loque comnmente se conoce como la"cotizacin del oro" segn el cuadroterico del que se parta. Si se consi-dera que la verdadera representacin

    del valor es el billete, entonces la "co-tizacin del oro" es el precio de unmetal, con el mismo statusque tienenlas cotizaciones del hierro o del cobreen los mercados internacionales. Sise considera, por lo contrario, que lamercanca dinero tiene vigencia, a pe-sar del billete de curso forzoso, enton-ces la "cotizacin del oro" es en reali-

    dad una expresin mistificada delcontenido oro del billete. No se puededecidir a favor de una de estas dosopciones sobre bases empricas, sinoa partir de una concepcin definidadel dinero y de su relacin con el va-lor. En los enfoques institucionalistas(el dinero depende de la fuerza legis-ladora del Estado) o idealistas (el di-

    nero est anclado en las "creencias"),la cuestin se resuelve en el primer

    sentido: la cotizacin del oro est enel mismo plano que la de cualquierotra mercanca, y el billete concentra

    toda la representacin del valor. Encambio, en la perspectiva de la teoradel valor trabajo, el billete tiene un an-cla en lo real42. Desde este punto devista, y como ya lo haba sealadoMandel en los aos sesenta, el preciodel oro es una expresin del valor deldlar43. Esta relacin no se rompe conla no convertibilidad internacional del

    dlar. Por lo contrario, el quiebre de laparidad ficticia que Estados Unidosmantuvo durante muchos aos -a 35dlares la onza- no fue ms que el re-conocimiento fctico de que el valordel dlar deba bajar. En la medida enque las fuerzas del capital se interna-cionalizaban, la instancia poltico legal-lese, el mantenimiento de la paridadoficial por Estados Unidos- tuvo quedejar paso a las fuerzas econmicasque superan los planes y las decisio-nes de los gobernantes y autoridadesmonetarias. As, en los aos sesentala funcin del dlar como medida devalor entr en progresiva contradic-cin con su funcin como medio decirculacin. Es que dada la inconverti-bilidad interna del dlar, durante elsistema de Bretton Woods no habacontrol externo sobre la oferta internade la base monetaria en Estados Uni-dos. Se abra por lo tanto una contra-diccin entre la inconvertibilidad deldlar en el nivel interno y su converti-bilidad en el nivel internacional: encuanto medio de circulacin interna,poda ser emitido en cantidades ilimi-tadas; pero en su funcin de medida

    49Rol monetario del oro

    42 En su polmica con Lipietz Loranger subray que la la necesidad terica del patrn metlico de-viene en ltima instancia de la necesidad de relacionar la moneda con lo real, de no concebir-la como una pura abstraccin; una perspectiva que entronca, en ltima instancia, con la concep-cin materialista de Marx. Loranger (1982).

    43 "... el precio del oro es ... el recproco del papel moneda. En el rgimen actual de intercambio deoro, el precio del oro representa el valor del dlar fijado por la Reserva Federal de Estados Uni-dos en relacin con el oro" Mandel (1976) p. 179, nota.

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    de valores y medio de reserva y pa-gos internacionales, era necesario li-mitar su emisin y validar la regla que

    deca que "el dlar es tan bueno comoel oro"44. En la medida en que EstadosUnidos entr en crecientes dficits ensu balanza de pagos, esta contradic-cin se hizo explosiva y termin con elsistema. Los beneficios del "seora-ge" -esto es, la posibilidad de un esta-do de pagar sus deudas emitiendo supropia moneda- tienen sus lmites, en

    especial cuando se trata del mercadomundial. Para las empresas y bancoscentrales que acumulaban dlares,stos eran vistos de manera crecientecomo carentes de valor. "A diferenciadel oro, [los dlares] no eran una for-ma objetiva de moneda, no eran unpatrn de medida confiable... "45 . Lassucesivas corridas hacia el metal, quese repitieron a lo largo de los sesenta,obedecieron a las fuerzas ciegas delmercado, por encima de las regulacio-nes y disposiciones legales. As seterminara restableciendo un valor deldlar acorde con las leyes econmi-cas

    Es tambin sobre la base de estaconcepcin que Loranger considera

    que hoy la cotizacin del oro, al mar-gen de la ausencia de convertibilidadoficial, est expresando en realidadel valor del dlar, y no el valor deloro: "... el precio de una onza de orono expresa su costo de produccin,sino corresponde bien a la definicinde la unidad monetaria internacional,esto es, que un dlar americano es

    una cierta fraccin de una onza deoro. Que esta definicin se acerque oaleje de su costo de produccin es

    otra cuestin. Lo nico que importadesde el punto de vista de la funcindel patrn de la moneda es que exis-ta en la base una cierta cantidad demercanca conocida y aceptada portodos como medio de pago internacio-nal"46. De manera que cuando la coti-zacin del oro se eleva en los setenta,hasta alcanzar los 850 dlares la on-

    za a comienzos de 1980, estamosasistiendo en realidad a una desvalo-rizacin rpida y profunda del billeteamericano -guerra de Vietnam, est-mulos inflacionistas a la economa-.Por otra parte, la baja hasta los 300dlares del precio del metal en los dosaos siguientes, expresa el fortaleci-miento del dlar que acompaa al tri-unfo de la reacccin monetarista rea-ganiana. A partir de 1985, y hasta1988, encontramos una nueva fasealcista del precio del oro -llega a los500 dlares la onza-, esto es, debilita-miento del dlar.

    Dinero crdito y la"desaparicin" del dinero

    La ilusin de que el dinero es merosigno adquiere su mximo nivel con eldesarrollo del dinero crediticio. Conste la desmaterializacin del dineroen su funcin de medio de circulacinadquiere nuevas alturas. Los activoscrediticios circulan como dinero, can-celndose mutuamente, de manera

    50 realidad econmica 199

    44 En la literatura ortodoxa se considera que el rol de la moneda internacional surge de su funcincomo medio de circulacin. En este respecto las explicaciones siguen los mismos cnones te-ricos que se aplican a la moneda interna. El dlar sera moneda internacional -vehicular- porqueahorra costos de transaccin (ver por ejemplo Krugman, 1997). Las funciones de medio de re-serva y expresin del valor son minimizadas, cuando en la realidad del mercado mundial cum-plen una funcin esencial.

    45 Gamble y Walton (1976) p. 154; la explicacin que presentamos sigue de cerca la de estos au-tores.

    46 Ibidem, pp. 130-131.

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    que el dinero en efectivo slo intervie-ne para las compensaciones. De estamanera la circulacin del dinero credi-

    ticio adquiere independencia de la ba-se dineraria; letras de cambio, che-ques, acciones, ttulos del Estado, tar-

    jetas de crdito o de dbito, parecenser tan buen dinero como el billete decurso forzoso. El extenso uso del di-nero crediticio, combinado con lacomputarizacin del sistema bancarioy financiero, llev a la idea, desarrolla-

    da en los ltimos aos por la corrien-te neoclsica New Monetary Econo-mics, de que sera posible reemplazarcompletamente no slo el dinero mer-canca, sino tambin progresivamenteel billete fsico, por una mera unidadde cuenta ficticia, por "sofisticadossistemas contables de intercambio"47.

    Pero esta concepcin slo es posi-

    ble al costo de confundir el dinero pro-piamente dicho -oro o los signos devalor que lo reemplazan- con el dine-ro crediticio. Este es un punto que di-vide radicalmente a la teora moneta-ria de Marx -que en esto segua aTooke- de Ricardo; y tambin de lateora neoclsica. Es que en tanto elpapel estatal de curso forzoso deriva

    de la funcin del dinero como mediode circulacin, el dinero crediticio tie-ne su gnesis en su funcin como me-dio de pago48. Aunque tanto billetescomo depsitos, tarjetas o letras de

    cambio puedan servir como mediosde circulacin, no cumplen la mismafuncin para el saldo ltimo de las

    deudas. El dinero crediticio, como yalo haba sealado Steuart, no canceladefinitivamente un pago, mientras ques lo hace el dinero de curso forzoso.Por eso existe una estructura jerrqui-ca en el sistema monetario. Y si bienen perodos de desarrollo normal delos negocios los crditos monetizadosfuncionan perfectamente como me-

    dios de circulacin, y los circuitos "cie-rran", esto slo es posible porque enla base de la estructura existe algnmedio de pago, que a su vez es tam-bin un patrn de valor49. Para ilustraresto, tomemos el caso del chequebancario. Cuando alguien acepta quese le pague con un cheque giradocontra una cuenta bancaria por laventa de una mercanca, est acep-tando la deuda del banco a cambio delo que est vendiendo. Si a su vez de-posita ese cheque en su cuenta, parael sistema bancario toda la operacinrepresenta slo un cambio en losasientos contables (entre cuentas delmismo banco, o entre bancos distin-tos). Pero esto sucede en tanto seconfe en que puede transformarseese cheque en billetes "contantes ysonantes" en cualquier momento. To-do el sistema crediticio se sustentasobre esta confianza50. En la medida

    51Rol monetario del oro

    47 Tambin Carchedi parece compartir la idea de que esto es posible. Escribe: "No hay razn parasuponer que las monedas y el papel moneda son indispensables para la circulacin de mercan-cas. Un sistema contable mediante el cual las autoridades monetarias distribuyan poder de com-pra mediante la asignacin de crdito sera suficiente, como lo demuestra la ampliacin del uso

    del dinero plstico". Carchedi (1991) p. 212, nota 8.48 Marx (1999, p. 155). Tambin Aglietta: "A diferencia del papel dinero en circulacin, el dinero ban-

    cario no es directamente un representante del equivalente general, sino un signo de crdito quehabr de demostrar su carcter monetario" (Aglietta, 1979, p. 293).

    49 Los crditos que se monetizan no pueden funcionar tampoco como medida de valor, ni son sig-nos de valor, como s lo es el billete de curso forzoso.

    50 Esta cuestin es sealada por Dow y Smithin (1999) en su crtica a las escuelas neoclsicas NewMonetary Economics y Modern Free Banking. Desde una perspectiva poskeynesiana estos auto-res destacan que no puede existir un sistema de crdito basado nicamente sobre una monedaimaginaria; debe haber algn activo real, que sirva como medidad de valor y sea al mismo tiem-

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    en que las cosas funcionen normal-mente, el sistema no ser puesto enduda, y parecer posible prescindir

    completamente del cash. Sin embar-go, cuando se desata la crisis -o sea,cuando los trabajos privados no sevalidan- todo el sistema de crdito,que aparentemente se haba indepen-dizado de su base monetaria, mani-fiesta violenta y bruscamente su de-pendencia respecto de sta. Las le-tras de cambio, los cheques, los ttu-

    los sobre capitales fijos o en circula-cin, etc., tratan de convertirse de unasola vez, y simultneamente, en lqui-dos. En un punto extremo sucede lacorrida bancaria y tambin los depsi-tos quieren ser cobrados en billetes -como lo demostr la explosiva crisisbancaria argentina de 2001. Entoncesse revela con toda crudeza que el sis-tema de crdito no puede cortar ama-rras con ese "dinero externo" -parautilizar la expresin de Gurley y Shaw-emitido por el banco central. Marx po-ne especial nfasis en este proceso,sealando que en la crisis se deman-da en trminos absolutos medios depagos; es una "demanda de converti-bilidad en dinero"51.

    En la actualidad esto se manifiestaen un corrimiento general hacia la li-quidez, que por supuesto no se detie-ne necesariamente en el billete nacio-nal. Cuando cunde la desconfianza,

    rpidamente se pasa de los ttulos dedeuda -privados o pblicos- menosseguros a los ms seguros, y de las

    monedas ms dbiles a las ms fuer-tes; con inmensas e inevitables des-valorizaciones generales de los acti-vos. As, en los pases subdesarrolla-dos es comn que la crisis no slo lle-ve al intento de convertir los ttulos enbilletes, sino a su vez los billetes na-cionales en billetes reserva interna-cional (dlar, euro). En la medida en

    que estas monedas fuertes -o los ttu-los nominados en estas monedas- en-tren en danza, el ltimo recurso ser,una vez ms, el intento de reduciresos pasivos al equivalente general,dinero mercanca. Esta posibilidadsiempre latente en el sistema moneta-rio est en la base de la vigencia deloro monetario en el plano internacio-nal52.

    Reservas de oro ycontradiccin del sistemamonetario actual

    Es conocido que Marx consider -enla Contribucin a la Crtica de la Eco-noma Poltica como en El Capital-que slo el oro (o la plata) poda ac-tuar como medio de pago y de compraen el mercado mundial. Esta afirma-cin ya en su poca era cuestionable.

    52 realidad econmica 199

    po el medio de cancelacin aceptado en ltima instancia. La diferencia con la concepcin queaqu defendemos es que estos autores consideran que este activo ltimo no tiene por qu tenervinculacin alguna con un activo fsico. En este punto la visin en esencia institucionalista de loskeynesianos es decisiva.

    51 Marx (1999b) p. 664.52 En un comentado artculo McKinnon -McKinnnon (2001)- sostiene que, dado el monopolio de Es-

    tados Unidos en la provisin de moneda internacional, este pas tiene una constriccin muchoms liviana [much softer] sobre su endeudamiento internacional, ya que ltima instancia los pa-ses que acumulan dlares no quisieran ver depreciadas sus tenencias, y deben seguir aceptan-do los dlares casi como fiat money. Pero esta posicin puede verse debilitada fatalmente anteuna crisis; en ese escenario las devaluaciones de los activos en dlar se producirn, aun a cos-ta de enormes prdidas de todos los pases. El propio McKinnon debe admitirlo parcialmente alsealar los peligros del endeudamiento de los hogares norteamericanos y de un proceso infla-cionario. Pero en ese caso, cul sera el equivalente ltimo del sistema monetario?

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    La libra esterlina actuaba en realidadno slo como medio de pago y decompra para muchos pases que

    mantenan sus saldos en el Banco deInglaterra, sino tambin como reservade valor para las monedas naciona-les. Paralelamente el dinero mercan-ca era retirado de la circulacin inter-na de los pases, para ocupar el rol dereserva de valor. Si en 1848 el oro y laplata representaban el 63% de la es-tructura del dinero, en promedio, en

    Estados Unidos, Gran Bretaa y Fran-cia, contra el 33% del dinero fiduciario(circulante y depsitos), en 1872 lasproporciones eran del 41% y 59%, yen 1913 del 13% y 87%, respectiva-mente53. Posteriormente, en los trein-ta, las monedas pasan a ser inconver-tibles, y con la consolidacin de Esta-dos Unidos como potencia mundialdespus de la Segunda Guerra, latendencia a reemplazar el oro comomedio de pago y reserva de valor seacentu en niveles que difcilmentehubieran podido ser imaginados en elsiglo XIX. Sin embargo el oro no desa-parecera del sistema monetario inter-nacional. Por lo contrario, su deman-da para actuar como medio de reser-va de los bancos centrales creci a lapar que se produca su desplazamien-to de la circulacin de las esferas na-cionales. Si en 1848 los bancos cen-trales absorbieron aproximadamenteel 10% de las existencias de oro y pla-ta, en 1872 absorban el 16 %, el 41%en 1892 y el 51% en 191354. En 1905

    los stocksde los bancos centrales su-peraban las 4.700 toneladas de oro, yal inicio de la primera guerra haban

    subido a poco ms 8.000 toneladas

    55

    .Este proceso continu en los aosque siguieron al estallido de la prime-ra guerra mundial (cuando finaliza dehecho el sistema de patrn oro gene-ralizado). Triffin calcula que entre1914 y 1933 el retiro de circulacin delas monedas de oro habra acrecenta-do las reservas de los bancos centra-

    les en alrededor de 3.000 millones dedlares, constituyendo el 19% de losaumentos brutos de reservas en todoel perodo56.

    En la dcada de los cuarenta Esta-dos Unidos pasa a ser el principal te-nedor del oro; en 1947 posea aproxi-madamente el 70% de las reservasoficiales del mundo. Sin embargo, a

    medida que las economas europeasse fortalecen, tambin sus bancoscentrales se aprovisionan de oro. En1963 Europa ya tena 15.400 tonela-das, y 18.640 en 1967, contra 10.722toneladas de Estados Unidos en eseao. Ese ao los stocks oficiales deoro totalizaban 37.500 toneladas,aproximadamente57. En las dcadas

    que siguieron al colapso del sistemade Bretton Woods las tenencias deoro de los bancos centrales ms po-derosos bajan apenas un 10%. En1996 unas 32.000 toneladas eran te-nidas por los bancos centrales, entanto las instituciones oficiales po-sean unas 4.000 (el FMI poco ms de

    53Rol monetario del oro

    53

    Triffin (1968) p. 35. En ese lapso el oro haba a su vez desplazado a la plata. En 1848, del 63%citado el 46% corresponda a la plata y el 17% al oro, mientras que en 1913, del 13% citado el10% corresponda al oro y slo el 3% a la plata.

    54 Ibdem, p. 41. Significativamente la produccin de oro realmente toma proporciones con la expan-sin del mercado mundial, a partir de 1848. En los cincuenta aos que siguieron al descubrimien-to de las minas de California se extrajo ms del doble de oro que todo lo que se haba extraidoen la historia previa; ver Green (1999).

    55 Green (1999).56 Triffin (1969) p. 55.57 Green (1999).

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    3.200 toneladas de oro). El cuadro N

    1 da una idea de la importancia quetenan las reservas de oro de algunosde los principales bancos centrales, amediados de los noventa:

    En 2000 las tenencias de EstadosUnidos se mantenan en 8.137 tonela-das, las de Alemania en 3.469, delFMI en 3.217, Francia 3.025, Italia

    2.452, Suiza 2.419, Pases Bajos 912y el Japn 76458.

    Sin embargo, si bien en trminos ab-solutos los stocks oficiales de oro nose han visto muy reducidos, su parti-cipacin relativa en las reservasmundiales s ha bajado notoria-mente en las ltimas dcadas. Hoycolectivamente los bancos centrales

    tienen el 89% de sus reservas en divi-sas, contra el 20% en 1913 y el 50%en 1966. Ms significativo es el des-censo en las proporciones de los ban-cos centrales ms poderosos -con ex-cepcin del Japn-. Estados Unidos,

    Gran Bretaa, Suiza, Francia, Alema-

    nia, Italia, Blgica y los Pases Bajosconservaban, en promedio, el 88% desus reservas en oro en 1937, y en1967 la proporcin era todava del81%59. Como se puede ver en el cua-dro anterior, a mediados de los no-venta slo Estados Unidos superabael 60%.

    Es por lo tanto a partir de 1973 quelas reservas de los bancos centralesaumentan considerablemente, ali-mentadas por dlares. En las ltimastres dcadas las reservas globalescrecen a una tasa anual superior al11%, pasando de 100.000 millones dedlares a 3 billones. De esta ltimasuma aproximadamente el 70% est

    en dlares (contra el 50% en 1991).Pero adems, la mayor parte de lasreservas en dlares est invertidaen ttulos del Tesoro de EstadosUnidos. Para dar una idea de la im-portancia de esta tenencia, digamos

    54 realidad econmica 199

    Cuadro N 1. Reservas de oro de bancos centrales Junio 1994

    Pas Oro Precio de mercado en P r o p o r c i n(millones onzas) millones de dlares oro/reservas

    Estados Unidos 261,8 101.549,8 61,6

    Australia 7,9 3.064,8 20,4

    Austria 18,6 7.212 29

    Blgica 25 9.714,5 41

    Francia 81,9 31.753,7 55,4

    Alemania 95,2 36.925,1 30,6

    Italia 66,7 25.864,6 44,2Suiza 83,3 32.308,5 49,5

    Gran Bretaa 18,4 7.153,8 15,2

    Nota: un kilo equivale a 32,151 onzas troy. De manera que, por ejemplo, los261 millones de onzas posedas por Estados Unidos equivalan 8.142,8 to-neladas de oro; los 95,2 millones de Alemania a 2961 toneladas.

    58 Fuente FMI.59 Triffin, 1967, p. 163.

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    que actualmente los ttulos del Tesorode Estados Unidos en manos de losbancos centrales -incluida la Reserva

    Federal- constituyen el 50% delstockmundial, contra el 15% que re-presentaban a mediados de la dcadade los ochenta. El mecanismo que hagenerado este crecimiento de las re-servas en dlares, y en especial delas colocaciones en ttulos pblicosestadounidenses se vincula con el fi-nanciamiento de los dficits de la

    cuenta corriente de Estados Unidos.Estos gigantescos dficits fueron fi-nanciados mediante el reciclaje de losdlares hacia Estados Unidos, va in-versiones en ttulos pblicos o priva-dos. Buena parte de estas inversionesconsistieron en colocaciones por par-te de bancos centrales de sus dlaressuperavitarios en ttulos del gobiernode Estados Unidos. El resultado deesto es que la capacidad ltima de pa-go de los bancos centrales de la ma-yora de los pases depende ahoradecisivamente de "papeluchos", de t-tulos que dan derecho a determina-das sumas sobre los montos de losimpuestos60 y cuyo valor por lo tantodepende de la marcha de la economanorteamericana. En particular los pa-ses asiticos, que tienen grandes re-servas de dlares, y poco oro, estn acompleta merced de Estados Unidos.Desde el punto de vista de la liquidezlos bancos centrales encuentran cadavez ms problemas para efectivizarestos valores. Un verdadero "proble-ma de confianza" al respecto es reco-nocido ya por muchos especialistas61.

    Es esta contradiccin entre la acu-mulacin de grandes masas de pape-les y ttulos nominados en dlares, y

    la necesidad de anclar las monedasnacionales sobre alguna base real, enun marco de debilitamiento de la eco-noma de Estados Unidos, la que po-dra estar en el origen del nuevo mo-vimiento hacia el oro que se est re-gistrando en el mercado mundial, tan-to en niveles oficial como privado.Desde principios de octubre de 2002

    a principios de enero el oro subi suprecio de 320 a 368 dlares, esto es,un 15%62. O, dicho segn el criterioque hemos adoptado, el dlar pas devaler 0,003125 onzas de oro a valer0,002717 onzas de oro. Detrs de es-te debilitamiento del dlar est el per-sistente dficit de la cuenta corrientede Estados Unidos -460.000 millones,equivalente al 4,7% del PIB-; la vueltaa los dficits fiscales -se prev que enlos prximos aos rondaran entre el 2y 3% del PIB-; la posicin neta deudo-ra de Estados Unidos -en 2000 era de2,2 trillones de dlares. Ante este pa-norama, se trata una vez ms anclarlos valores y las monedas nacionalesen la figura autnoma del valor por ex-celencia, en "la forma de efectiviza-cin directamente social del trabajohumano en abstracto"63. Una existen-cia bajo la forma directa del lingote deoro, nico activo que -como lo han se-alado responsables de algunos delos bancos centrales ms poderososdel mundo- no constituye el pasivode ningn gobierno. El propio AlanGreenspan, a pesar de la constanteinclinacin de Washington a rebajar el

    55Rol monetario del oro

    60 "La acumulacin del capital de la deuda pblica no significa otra cosa ... que el incremento deuna clase de acreedores del estado, autorizados a reservarse para s ciertas sumas sobre elmonto de los impuestos" Marx (1999b) p. 614.

    61 Keeley (2002).62 El ndice de precios combinado de los metales, por lo contrario, ha experimentado una baja per-

    sistente en los dos ltimos aos.63 Marx (1999) p. 174.

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    rol del oro, debi reconocer en decla-raciones ante el US House BankingComittee que "... el oro todava repre-

    senta la ltima forma de pago en elmundo ... in extremis el fiat money noes aceptado por nadie" (20 de mayode 1999).

    Tal vez esto explique por qu elBundesbank ha mantenido una fuerteoposicin a desprenderse del oro.Tambin por qu este banco, juntocon el banco central de Suiza -los

    bancos ms independientes de laFED en estos momentos- no entrenen las operaciones de leasing del oroque estn practicando con rdito mu-chos bancos centrales de pases atra-sados. Y por qu el FMI, el segundotenedor oficial de oro, luego de habersancionado la "defuncin oficial" deloro en 1978, reviera su posicin a me-

    diados de los noventa. En 1995 el Co-mit Ejecutivo del Fondo discuti lar-gamente el rol del oro, llegando a laconclusin que ste fortaleca la basefinanciera del Fondo y que deba evi-tarse cualquier movilizacin del stockque debilitara su posicin financieraglobal. Significativamente el memo-rndum emitido por el Comit Ejecuti-

    vo planteaba que las tenencias de orodaban al Fondo capacidad de manio-bra y agregaban credibilidad a sus ba-lances, y que por lo tanto seguiramanteniendo relativamente grandescantidades de oro entre sus activos,no slo por razones de prudencia, si-no tambin para hacer frente a contin-gencias64.

    Atesoramiento y mercadodel oro en la actualidad

    Adems de seguir constituyendo

    una importante reserva oficial, el orose mantiene como un medio de ateso-ramiento. En el atesoramiento el dine-

    ro se petrifica como encarnacin puradel valor, de la riqueza y del poder so-cial, y en este caso "el oro se retienecomo dinero"65. Esto significa, en pri-mer lugar, que el oro no es demanda-do en cuanto simple metal, sino encuanto equivalente general, por suexistencia econmica como dinero-mercanca; en segundo trmino signi-

    fica que no se lo demanda como mo-neda acuada bajo forma nacional, si-no como pura y simple encarnacinde trabajo humano, como equivalentegeneral. Su valor de uso es el conser-var valor, tiempo de trabajo directa-mente social. En este respecto laspropiedades naturales del oro son vi-tales para esta funcin. El oro es unmetal que no se deteriora con el tiem-po, que ni siquiera pierde su brillo -co-mo sucede con la plata- y encierra unaltsmo valor en poca cantidad. Escierto que actualmente tambin sepuede atesorar en billetes fuertes -d-lares, euros- y que sta es una prcti-ca bastante comn, en especial enpases subdesarrollados que padeceninflacin. Pero ante el peligro inflacio-nario, la reserva ltima de valor, el re-fugio de atesoramiento, contina sien-do el oro.

    Si el oro hubiera perdido su funcindineraria, sera impensable su exis-tencia como dinero atesorado. La de-manda de oro sera nicamente confines industriales, y los registros de

    las acumulaciones histricas de orose habran perdido en la retorta delconsumo industrial o particular, comosucede con cualquier otro metal. Sinembargo actualmente se consideraque aproximadamente el 80% del

    56 realidad econmica 199

    64 1996 IMF Anual Report.65 El Capital, t. 1, p. 91.

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    oro que se ha extraido de la tierra alo largo de la historia sigue conser-vndose bajo la forma de stocks,

    privados u oficiales, y puede contabili-zarse. Esto no sucede con ningn otrometal, simplemente porque ningnotro metal cumple la funcin dinerariade medio de atesoramiento. En 1995los stocks privados comprendanunas 60.000 toneladas de oro en joye-ra -incluye la joyera que tiene comoprincipal objeto la inversin- y otras

    24.000 toneladas en forma de barrasy monedas66. Con una cotizacin deloro de 350 dlares la onza troy, estorepresentaba una suma inmovilizadapor un valor de aproximado de un bi-lln de dlares. Aun en los aos no-venta cuando existieron presiones im-portantes a la venta en el mercado deloro -por algunos bancos europeos ylatinoamericanos- y los activos finan-cieros brindaban atractivas posibilida-des de ganancias, sigui siendo unacostumbre de los banqueros privadosde Europa o Estados Unidos aconse-

    jar a grandes inversores manteneraproximadamente un 10% de sus car-teras en oro. Incluso en varios pasesel oro constituye un activo de inver-sin promocionado. En el Japn selanz en 1991 un plan masivo de aho-rro en oro; tambin hubieron planessimilares en el Brasil y la India, en1995; en Turqua en 1996; y en Mala-sia en 1997. Tambin en los ltimosmeses, y en consonancia con la reva-lorizacin oficial del rol monetario deloro, se han advertido nuevas corrien-tes de compra de oro por inversoresprivados. El aumento de las tensionesinternacionales, conmociones, gue-rras o crisis, seguramente intensifica-

    r este impulso67.

    Por otra parte existe en la actualidadun activo mercado de oro. Se calcula

    que el volumen comercializado -fsicoo en contratos- excede las 300.000 to-neladas anuales, lo que representauna cifra ms de 100 veces superior ala produccin anual del metal, y msdel doble del stockmundial. A fines delos noventa el volumen diario de tran-sacciones en oro equivala al volumenque se transaba diariamente entre

    dos monedas importantes, el yen y elmarco, por ejemplo. Adems de lostenedores particulares privados, exis-ten en el mercado los bullion banksin-ternacionales, entre los que se cuen-tan los gigantes suizos Credit Suisse,Union Bank of Switzerland y SuisseBank Corporation, que conforman elZurich Gold Pool que provee un clea-

    ring informal y un mecanismo para lafijacin de precios. Estos grandesbancos suizos tienen sus propias refi-neras de oro; Zurich absorba, haciafines de los noventa, aproximadamen-te la mitad de la produccin mundial.Por otra parte tambin operan en elmercado el Republic National Bank deNueva York, y N.M. Rothschild, que

    tambin tiene refineras propias enAustralia y Estados Unidos. Este acti-vo movimiento del metal y la ampliaparticipacin bancaria, no se puedenexplicar a menos que se admita el rolmonetario que sigue jugando el oro enel mundo, como encarnacin del va-lor, e incluso tambin como activo pa-ra financiamiento.

    Esta ltima funcin se ha desarrolla-do en los ltimos diez aos, aproxima-damente. Sucede que algunos dea-

    57Rol monetario del oro

    66 A. Doran, 1998. Haba tambin unas 14.000 toneladas enstockspara la industria y otros prop-sitos. Para que se tenga un punto de referencia histrico, digamos que en 1900 losstockspri-vados de oro eran de 3.916 toneladas.

    67 "En tiempos de conmocin del proceso metablico social, el soterramiento del dinero como te-soro se produce aun en la evolucionada sociedad burguesa" Marx (1980) p. 120.

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    lers y bullion banks, que posean te-nencias a cuenta de clientes, empe-zaron a prestar una proporcin del oro

    (hasta un 25%, por lo general) mante-nido en cuentas no identificadas (una-llocated accounts). Tradicionalmentelas barras eran tenidas por los bancosde una manera identificada, o sea, te-nan marcas que identificaban a losclientes, quienes as tenan la plenaseguridad de recuperarlas si el bancoquebraba. Tales cuentas, si bien se-

    guras, tenan altos cargos por alma-cenamiento y seguros (aproximada-mente un 0,3% del valor). Progresiva-mente los bancos incitaron a susclientes a mantener el oro de manerano identificada, quitando a cambio lastasas. De esta manera los bancos pu-dieron disponer de oro para prestar almercado comercial, en particularcuando los stocks eran tenidos en elBanco de Inglaterra. Este mercado sedesarroll desde comienzos de losochenta, y era provisto por fuentesprivadas. A partir de la segunda mitadde la dcada esta fuente se comenza secar, en la medida en que impor-tantes stocksde oro fueron hacia Me-dio Oriente y Asia del Pacfico, perofue reemplazada por bancos centra-les (principalmente de pases subde-sarrollados, que en conjunto poseenaproximadamente un 17% de las re-servas mundiales de oro). Estos ban-cos realizan prstamos de oro, intervi-niendo a su vez los bullion banks co-

    mo intermediarios (los tres grandessuizos, tambin el Deutsche, el BankNova Scotia). La transaccin ms co-

    mn es la aceptacin de depsitos aplazo, sobre los cuales se paga un in-ters en oro. Tambin se ha desarro-llado un activo mercado de swapsoro- divisas, bajo los cuales hayacuerdos de recompra del oro a pre-cios fijados a un valor ligeramentems alto. El oro as obtenido es a suvez prestado a otros bancos comer-

    ciales, que a su vez tratan con firmasque estn deseosas de tomar oro enprstamo (por lo general compaasmineras, refinadores, fabricantes yposeedores de stocks de joyas, perotambin pueden ser especuladores).Tambin se han desarrollado deriva-dos financieros -futuros, opciones,forwards- que utilizan como principalel oro, de nuevo con especial aplica-cin para los desarrollos mineros. Porotra parte ha hecho su aparicin unsistema de pagos por medio de Inter-net, respaldados por oro, el GoldMo-ney. El oro fsico se mantiene en ba-rras, y no se mueve, pero cambia depropietario a medida que se realizanlos pagos. Todo esto no significa queel oro vuelve a ser medio general decambio; hasta el momento su rol msimportante sigue estando en la reser-va de valor, la encarnacin de valor.Pero mostrando, bajo otro aspecto,que en absoluto se lo puede conside-rar como "una mercanca ms".

    58 realidad econmica 199

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