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FICHA TECNICA DE LA EXPOSICION y CATALOGO

Coordinación

Amelia Baldeón Elisa García

Didáctica y difusión

Arantza Dabouza

Textos

Presentación: Pedro Ramos Introducción: Amelia Baldeón Restauración: Paloma López

Isabel Ortiz

Las intervenciones arqueológicas:

Abastecimiento agua Llanada Oriental. Paquita Sáenz de Urturi

Abastecimiento de agua Villaluenga-Antezana. Esther Rodríguez

Alto de la Ermita. María Luisa Palanques

Ansoleta. Paquita Sáenz de Urturi

Autovía N-1. Albeiurmendi. Eliseo Gil

Autovía N-1. Eskalmendi. Ana Ibisate

Autovía N-1. Venta del Patio-Salvatierra. Agustín Azkarate, Julio Núñez

Castro de Buradón. Ana Martínez. Juan José Cepeda

El Encinedo. Ana Ibisate

El Fuerte. Eliseo Gil

Etxaniz. Paquita Sáenz de Urturi

Mostrejón. Javier Fernandez Bordegarai

Peñas de Azpil/eta. Paquita Sáenz de Urturi

San Juan. EliseoGil

San Martín. Eliseo Gil

Santo Cristo. Agustín Azkarate, Arantxa Fernández de Jaúregui, Julio Núñez

Sistema de regadío Arrato. Paquita Sáenz de Urturi

Trazado Oleoducto Zaragoza-Ribave/losa. Alvaro Arrizabalaga y Esther Pérez

Variante N-1. Gasolinera Bengoa. Alfonso Alday

Variante N-1. La Teja/La Teja Este. Eliseo Gil

Volvo-Biona. Idoia Filloy

Cubierta

Rafael Lafuente

Fotografías

César San Millán Autores Archivo Museo

Ilustraciones

Autores

Restauración

Paloma López Isabel Ortiz

Traducción al euskera

Mario Jiménez Gotxikoa' (Servicio de Euskaldunización. D.F.A.)

Depósito de materiales

Museo de Arqueología de Alava

Fotocomposición

Arriaga S.L.

Edita

Diputación Foral de Alava Museo de Arqueología de Alava

Imprime

Imprenta Diputación Foral de Alava

I.S.B.N.: 84-7821-183-7

D.L.: VI -484-1994 B :{

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INDICE

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INTRODUCCION ............. . .. .... ... ......... .. ................ . 7

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LAS INTERVENCIONES ARQUEOLOGICAS

1.-Abastecimiento de agua a la Llanada Oriental. P. Sáenz de Urturi............. .... .... 13

2.-Abastecimiento de agua de Ribera Alta. E. Rodríguez .... ........ .. ..... . .. ............. 19

3.-Alto de la Ermita. M.L. Palanques .. ... .. ...... ... .......... ..... .... .... .. .. .. .. .. ...... ... .. .. ... .. .... .. ... . 21

4.-Ansoleta. P. Sáenz de Urturi........ . .. ........... ....... .. .. .. ....... .... " .. ... .. .......... .. . 25

5.-Autovía N-1. Albeiurmendi. E. Gil .. ........ ............. . .. 29

5.-Autovía N-1. Eskalmendi. AJ . Ibisate ...................... .. .... .. ...... ... ... .. .... .. ... .. .. .. ... ... ... .. 33

7.-Autovía N-1. Venta del Patio-Salvatierra. A Azkarate ...... ...... ......................... . 35

8.--Castro de Buradón. A Martínez '" ................ .. ...... .. .. ..... ... .. .. ......... .. .. ... ..... .. ......... .. 43

9.-EI Encinedo. AJ . Ibisate........ ....... .. .... ... .......... ... .. .. .. ...... .. ........ .... . .. .. .... .... .. ........ .. 51

10.-EI Fuerte. E. Gil ................ ..... . .. ..... .. .. ............ .. ... .. ........................ ......... ... ..... .... .. 55

11.-Etxaniz. P. Sáenz de Urturi .. ...... .. .. ... .. .. .. .. ............ .... ... .... ... .. .... ..... ... .. .. ... .. . 59

12.-Mostrejón. J. Fernández........... . ..... ........... .. .... ...... ... .. ..... ......... .... ...... .. ........ . 73

13.-Peñas de Azpilleta. P. Sáenz de Urturi ........... ....... .... .. ....... .. ... ... . .. . 81

14.-San Juan. E. Gil ........ .. .. .... ............ ..... .... .. .... ..... .. ... ............. .. . 85

15.-San Martín. E. Gil ................ .. ........ .. .... ..... .. ....... .. ....... ... ................ .. ..... ........... .. ... .. 89

15.-Santo Cristo. A Azkarate .... ......... .............. ..... ... ..... .. .......... .. .. .. .. ... ..... ... .. ............ . .. 95

17.-Sistema de regadío Arrato. P. Sáenz de Urturi ................ .......... ................ .. .. .... ... .. . 103

18.-Trazado Oleoducto Zaragoza-Rivabellosa. A Arrizabalaga.. .. ........... ... ... .. .. ......... .. 113

19.-Variante N-1 . Gasolinera Bengoa. A Alday..... ... ..... ..... ........... .. ....... .. .. ..... .... ...... .. .. . 121

20.-Variante N-1. La Teja/La Teja Este. E. Gil ........ ................... .. ............. ....... ... ..... .. .... 123

21.-Volvo-Biona. 1. Filloy ... ................................................. ...... ................ .. .... ... .... .. 125

CONSERVACION y RESTAURACION ..... ... ..... .. ........ .. ....... .. ..... ..... .. ... .. .. .. .. .. ..... ... ........... . . 129

FICHA TECNICA. .. ... ............ ..... .. ....... ... ....... ...... ......... ..... ....... .. ......... .... ... .... .. ..... .. ..... ........ . 133

Ana Martínez Salcedo, Juan José Cepeda Ocampo, "Castro de Buradón", en Arqueología de urgencia en Álava, 1989-1993, págs. 43-60.

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• Yacimiento CASTRO DE BURADON

• Salinillas de Buradón. Rioja Alavesa

• Asentamiento. Ermita. Necrópolis.

• Protohistoria, Epoca Romana y Tardoantigua. Edad Media .

El Departamento de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente de la D.FA en su programa de me­jora de carreteras contempla la remodelación de la N­232 en su "Proyecto de variante y túnel entre las Con­chas de Haro y el cruce de Briñas" . La vía salva el paso entre el macizo montañoso de los montes Oba­renes y la sierra de Cantabria por el desfiladero cono­cido como "Conchas de Haro", siguiendo el cauce del Ebro por su margen izquierda. El proyecto prevé la perforación de un túnel en la roca que habrá de per­mitir la eliminación de dicho paso y la mejora en la cir­culación viaria por ese tramo. El nuevo trazado resul­tante afecta sin embargo, de un modo directo, a un

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El Departamento de Cultura de esta misma institu­ción, a través del Museo de Arqueología, tomó la ini­ciativa de llevar a cabo una campaña de prospección, sondeos , excavación y seguimiento arqueológicos que se iniciaron en junio de 1990. Entre los objetivos a cumplir se establecía la documentación del sector del yacimiento afectado, con el fin de definir las catego­rías arqueológicas de los elementos estructurales, así como la determinación de su cronología y secuencia cultural. La financiación ha corrido a cargo del Depar­tamento de Obras Públicas, Transportes y Medio Am­biente. 43

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Antecedentes

El yacimiento conocido como Castro de Buradón se encuentra en las proximidades de la localidad de Sali­nillas de Buradón (Ayuntamiento de Labastida), en te­rritorio de la Rioja Alavesa. El lugar , al que corres­ponde el topónimo menor de LOS CASTILLOS, se sitúa en las Conchas de Haro,un paso natural abierto

por el río Ebro en las calizas del Cretácico Superior que forman la sierra de Cantabria. Este angosto desfi­ladero, de peculiar conformación y que separa los macizos de Bilibio y Buradón, ha servido a lo largo del tiempo como obligado punto de referencia en el esta­blecimiento de límites territoriales, primero entre los pueblos prerromanos que poblaban este sector del norte peninsular y, más recientemente, entre los dis­tintos condados y reinos cristianos que fueron sur­giendo durante la Alta Edad Media. Como conse­cuencia de su posición, auténtica puerta del valle del

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Buradón. Vista panorámica de las Conchas de Haro con la situación del sector excavado.

Ebro, el lugar ha sido un importante punto de paso para gentes y corrientes culturales a ellas asociadas, y ello ha dejado necesariamente restos arqueológicos en el entorno que nos permiten constatar hciy fun­ciones defensivas y de control sobre el territorio,esca­lonadas en el tiempo desde la más temprana Edad del Hierro hasta la plena Edad Media.

La primera referencia concreta sobre la existencia de un yacimiento arqueológico en el término de Bu­radón fue consecuencia de la prospección que en dicha zona realizó un equipo del Instituto Alavés de Arqueología en el año 1975. En ella se reconoció la si­

tuación de un emplazamiento defensivo con restos medievales, que podemos identificar con el castillo que con aquel nombre aparece en las fuentes escritas desde el año 964 y varios bancales de viñedos y otros aterrazamientos construí dos con grandes bloques de piedra en las laderas que se extienden al sur de la for­taleza. Los materiales muebles recogidos permitían además suponer la existencia de un asentamiento de época romana (fragmentos cerámicos atribuibles a este periodo hallados en la parte alta del macizo) así como la de otro anterior asignable a la Edad del Hierro, gracias también a los fragmentos cerámicos 45

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Plano general de la superficie excavada.

encontrados, esta vez, en las zonas más bajas. Como consecuencia de esta prospección el lugar pasó a in­cluirse en la Carta Arqueológica de Alava con el nú­mero 3.517 y la denominación de Castro de Buradón. Visitas posteriores permitieron ampliar con sucesivas entradas el número de materiales hoy guardados en el Museo de Arqueología de Alava . Se tenía conoci­1 !"liento, también por esas fechas, de la aparición, en la 1¡(·¡rlo más baja de la falda sur, de una tumba de lajas, (i 1)11lOni0ndo restos humanos.

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El resultado de la intervención posterior, de la que se da cuenta en estas páginas, ha puesto de mani­fiesto la complejidad de este asentamiento, reflejada en su secuencia arqueológica, en la que ha sido do­cumentada una primera ocupación, atribuible cultural­mente al Bronce Final-Hierro 1, un hábitat tardoantiguo situable cronológicamente entre el final del siglo IV y el siglo VI de nuestra era y un nivel medieval con la presencia de una necrópolis de lajas y una iglesia de características prerrománicas. .

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Vista general de la excavación.

Equipo

Cuatro arqueólogos y 7 peones. LA Monreal (Uni­versidad de Deusto). Miembros del Departamento de Antropología Física de la UPV/EHU.

La intervención arqueológica

Las labores de prospección y sondeo dieron inicio en junio de 1990; los posteriores trabajos de excava­ción se desarrollaron durante los meses de marzo a octubre de 1993, continuando en la actualidad el con­trol de los desmontes del terreno.

El método de trabajo seguido fue el descrito por E.C. Harris, diferenciando tanto las estratigrafías hori­zontales como las verticales, recogiéndose además

los datos relativos a la localización dentro de la cua­drícula del yacimiento así como la posición estratigrá­fica de los elementos arquitectónicos o culturales sig­nificativos.

Los datos obtenidos a partir de la prospección su­perficial sirvieron de apoyo en un primer momento para la distribución de los sondeos por todo el sector afectado, hasta un total de doce. Su resultado deter­minaba ya la presencia de un estrato con materiales atribuibles a una facies cultural de la Primera Edad del Hierro. Igualmente, la estratigrafía obtenida indicaba que, tras un periodo de abandono, el lugar era de nuevo ocupado en época tardorromana, hallándose materiales muebles, aunque no estructuras, que así lo confirmaban: quedaba constancia, además, del ha­ 47

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Plano de la iglesia.

Ilazgode una necrópolis de lajas asociada sin duda con los restos de una ermita de la que se localizó, en el sondeo 7, la base de su altar; Por todo ello resultaba conveniente proceder a la excavación de este sector del yacimiento.

La ocupación medieval

LA IGLESIA. Una vez iniciada la intervención de 1993 se pudo comprobar cómo en el sector occi­dental de la excavación , en una zona cubierta por abundantes derrumbes, aparecían los restos de un edificio que conservaba parcialmente su planta y un

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Necrópolis medieval. Conjunto de sepulturas de lajas.

Orientada al Este, la iglesia consta de una sóla nave dividida en varios sectores. Esta división encubre sin duda la amortización de una parte del espacio origi­nariamente destinado al culto en momentos situables en la plena Edad Media . Uno de los sectores de mayor interés, la cabecera, presenta planta en herra­dura cerrada tanto al interior como al exterior. El único ingreso conservado quedaba abierto en el lado sur de la nave, cubierto exteriormente por un pórtico.

El ed ificio, tal como hoy lo podemos observar, pre­senta en su construcción elementos reutilizados de estructuras anteriores. Son fácilmente identificables en algunos lugares, como la embocadura del ábside, sillares de arenisca de buena fábrica, al igual que ocurre de modo esporádico en los muros, donde se ven junto a elementos de mampostería unidos con mortero. Tanto en el interior como en el exterior las su­perficies de los muros han sido regularizadas me­diante un enlucido. Restos de este recubrimiento se detectan en I;:¡ p ;JH \11 irll oma del muro norte así como

Detalle de una sepultura de la necrópolis medieval.

en el exterior e interior del ábside, en donde han po­dido distinguirse hasta tres capas diferentes. Es de señalar, además, la conservación de trazos de pintura de color rojizo muy alterados.

La pavimentación tanto en el ábside como en la nave está formada por una base de piedra mediana sobre la que va asentado un lecho de signinum. La nave tiene cinco metros de anchura aproximada y pudo alcanzar los doce de longitud , aunque este as­pecto no ha podido determinarse con exactitud de­bido a la práctica desaparición del muro sur . El es­pacio interno estuvo dividido, como lo demuestra el marcado desnivel, visible en el sector más oriental, próximo a la embocadura del ábside: la línea de si­llares que lo delimita constituyó un murete sobre el que debió ir un cancel , que creaba de este modo un espacio reservado bien al clero, bien a otro grupo di­ferenciado dentro de los participantes en los actos li­túrgicos. Otro muro corta la nave de modo transversal, en un momento posterior a la instalación en el interior , ~ I

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Cerámicas de la ocupación medieval.

de la iglesia de un grupo de sepulturas que perforan el suelo de mortero.

Próx imo a los pies de la nave , la excavación ha puesto al descubierto una estructura de planta rectan­gular, delimitada por un zócalo de sillares de are­nisca, en cuyo interior conserva un pavimento de mor­tero rehundido hasta el centro y que puede ser inter­pretada como una piscina bautismal.

La cabecera se abre con una estrecha emboca­dura elevada sobre dos escalones . Su planta se re­suelve en herradura, muy cerrada, interior y exterior-

Anillos en plata y bronce de la necrópolis medieval.

mente. En el centro mantiene in situ el tenante de altar monolítico, de sección ligeramente prismática, cuyos paralelos más próximos se encuentran en los conjuntos rupestres alaveses de Sarracho y Las Gobas. En su parte superior se conserva elloculus u oquedad para la disposición de reliquias, con un re­baje para encajar la tapadera. Junto al muro interior de este espacio se identificaron cuatro soportes reu­tilizados -tres de ellos fragmentos de fuste de co­lumna y otro cúbico- cu ya función debió ser la de asiento para los presbíteros.

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Pieza de bronce. Nivel medieval.

La cubrición del espacio delimitado por el ábside debió ser cupuliforme a juzgar por la gran cantidad de fragmentos de toba recogidos entre los derrumbes in­teriores. No sucede lo mismo en la nave, donde no existen indicios de este tipo, por lo que hay que pensar en una solución de tipo diferente, como la cu­bierta de madera.

Las características estilísticas de la cabecera in­dican un momento de construcción para este sector

situado en los años centrales del siglo X. Esta fecha no se contradice en absoluto con las circunstancias históricas que explican el éxito de Buradón en el alto medievo como centro de control estratégico sobre este paso situado en el límite de la subserra. Es efecti­vamente en esta centuria cuando un intenso proceso de reorganización del territorio situado a mediodía de la línea marcada por los Obarenes y la Sierra de Can­tabria motiva el surgimiento de pequeñas pueblas y edificios de culto en sus límites. Nos encontramos en un espacio que hasta entonces se había visto severa­mente castigado por las aceifas islámicas.

El proceso de excavación de la iglesia no ha con­cluído. Dado el interés histórico-artístico del edificio ha sido posible plantear una modificación en el pro­yecto de construcción de la carretera que permita que este sector del yacimiento quede como testigo. Este cambio ha hecho posible, de cara a la intervención en curso, concluir los trabajos en otras zonas directa­mente amenazadas y, por otro lado, proyectar, una vez finalizada la obra, la documentación completa de este monumento. Es entonces cuando se podrá dar cumplida explicación de algunos aspectos relativos a las distintas fases observadas en la construcción -tra­tados aquí sólo someramente- así como de la relación que pueda existir entre los fundamentos más tem­pranos de la construcción con los restos exhumados en otras áreas del yacimiento correspondientes al pe­riodo tardoantiguo.

La necrópolis

Dentro de los límites de la zona afectada por las obras ha podido ser estudiado un conjunto de 227 en­terramientos que responden mayoritariamente, al tipo de cista realizada con lajas de piedra caliza y are­nisca locales. En proporción menor han sido identifi­cadas algunas inhumaciones en fosa simple con ataud de madera. Aunque las tumbas se extienden prácticamente por toda la superficie excavada, unos 1.600 metros cuadrados aproximadamente, es notoria su concentración en las proximidades de la cabecera de la iglesia. La orientación de todas ellas es , sal­ 53

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Plano general de las estructuras tardorromanas.

vando algunas variaciones , de Este a Oeste, con los cuerpos inhumados tendidos en posición decúbito su­pino, mirando a Oriente. Los brazos quedan colo­cados cruzados en el pecho o en la región pélvica, o bien uno sobre el pecho y el otro a lo largo del cuerpo. La ausencia de ajuar es la norma si exceptuamos el hallazgo en dos de las sepulturas de sendos anillos, en plata y bronce. La utilización de este espacio como cementerio, a la espera de la confirmación con data­ciones absolutas, parece generalizada ya en el mo­mento en el que se levanta el ábside prerrománico de la iglesia.

La ocupación Tardoantigua

A pesar del alto grado de alteración que presentan las estructuras y depósitos arqueológicos que yacen bajo la necrópolis, motivada tanto por la ocupación del lugar en época medieval como por la actividad agrícola que, hasta fechas recientes, ha producido continuos aterrazamientos del terreno, el proceso de excavación ha revelado la existencia de un asenta­miento que se inicia en época tardorromana y que, de modo intenso, se instaló en la parte más baja de la la­dera meridional de Buradón.

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En las circunstancias que se pueden adscribir a este periodo se reconoce un sistema de disposición en terrazas escalonadas . En casi todas ellas los muros fueron levantados con doble paramento de mampuesto unido con barro, excepto en los lados que descansan sobre los desniveles del terreno, en los que únicamente se reconoce una sóla cara.

Se trata de edificios, en general de carácter domés­tico, con pequeños hogares y pavimentos de tierra apisonada o cocida y, en ocasiones, de cerámica de construcción o de lajas de piedra. En relación con las áreas de habitación se han identificado espacios des­tinados al almacenamiento, -es el caso de un silo, si­tuado en una dependencia al Este del recinto A- y otros dedicados a la cocción de alimentos , como el horno de planta circular con solera de tierra rubefac­tada.

El análisis estratigráfico ha puesto de manifiesto el emplazamiento de varios de los recintos sobre un nivel de aterrazamiento, -unidad estratigráfica 946 en el corte 1 a/1 b-, que contiene restos materiales de tipo­logía tardorromana. Este hecho permite confirmar que la ocupación de este lugar, en el periodo tardoantiguo, no se efectuó en un mismo momento sino que debió ser el resultado de un proceso gradual iniciado en el final del siglo IV y prolongado hasta el siglo VI de nuestra era.

En el curso de los trabajos de campo no se ha po­dido determinar la existencia de cerramiento alguno para el conjunto global del área habitada en este sector. Como consecuencia de la ampliación, en fe­chas recientes, de la pista parcelaria que discurre por el límite meridional del yacimiento, y de la más dilatada actuación sobre la zona que hoy ocupa la carretera N­ ~ ) ~ I

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Planta general de la intervención.

232, ha desaparecido todo resto del nivel arqueoló­ baña-, resultaron dañados por los aterrazamientos gico que pudiera existir en sus proximidades. Con asociados al poblamiento tardoantiguo así como por la todo, dada la orientación que mantiene la pendiente ampliación y pavimentación en fechas recientes del de la terraza más baja, parece muy probable que exis­ camino que discurre próximo a las cotas más bajas de tiera originalmente un acusado desnivel entre la zona este área. habitada y los caminos situados en su contorno.

El material mueble La ocupación Protohistórica . La proporción y número de los materiales muebles

recogidos se hallan en clara relación con el carácter y El estudio de los niveles de ocupación atribuidos al grado de conservación de las ocupaciones. Bronce Final-Hierro I pone de manifiesto su alto grado

de alteración en este sector . Se reconocen dos es­ En el nivel medieval es característica la ausencia de tratos diferenciados -unidades estratigráficas 50 y ajuar asociado a los enterramientos de la necrópolis, 1.084-. En la primera, de gran potencia en la parte con la excepción de dos anillos dispuestos en las más baja de la ladera, se mezclan tierra y calizas ro­ manos de los inhumados en las sepulturas 35 y 63. El dadas: es en la que se concentra el porcentaje más primero de ellos, una pieza trabajada sobre una lá­alto de restos muebles, en su mayoría, fuertemente mina de plata abierta, lleva una decoración estampi­erosionados. Los escasos elementos hallados in situ llada de pequeños puntos incisos que en cuatro líneas -parte de los suelos de tierra de dos fondos de ca- paralelas recorren la superficie de la pieza. El otro, de

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Ocupación tardoantigua. Vista del alzado y pavimento de lajas de la estructura A.

bronce, muestra en su zona superior el depÓsito vacío para el encaje de un cabujón, El material cerámico re­sulta escaso y los tipos más frecuentes, recogidos en los ni veles de destrucción del área próxima a la iglesia, son ollas de pasta anaranjada, con desgra­santes apreciables, torneadas , con cuello estriado y borde vuelto -algunas presentan manchas cenicientas como resultado de la exposición al fuego-o Se trata de un tipo de cronología poco precisa aunque atribuible, de modo genérico, al siglo XII ,

El material mueble perteneciente al periodo tardo­rromano está representado por diversas produc­ciones cerámicas como la terra sigillata hispánica tardía, decorada a molde, estampada y lisa, así como la terra sigillata gris. Sus formas y motivos decorativos se fechan en torno al final del siglo IV y todo el siglo V de nuestra era, lo que nos ha hecho mantener como momento inicial para la ocupación histórica del lugar una fecha difícilmente precisable en la bisagra de estas dos centurias, La localización de determinadas piezas cuyas características obligan a incluirlas entre los "derivados" de la terra sigillata hispánica explicaría la continuidad del poblamiento durante el siglo VI. Las cerámicas comunes muestran los tipos y formas habi­tuales de este repertorio -morteros, ollas, cántaros , ja­rras , platos, tapaderas, etc,-, Resulta reseñable la fre-

Ocupación tardoantigua. Detalle del alzado de los muros de la estructura Ñ.

cuencia de ejemplares con procedimientos de factura -pasta poco decantada, torno bajo, superficies pe i­nadas y cocción irregular- entroncados en la tradición del mundo prerromano. Entre las piezas metálicas en­contramos cuatro monedas, un antoniniano I Divus Claudius cuya circulación perdura durante los siglOS rv y V, dos aes de Constancia II y un aes 4 acuñado entre los años 395 y 397 a nombre de Arcadio en Aries. El resto del ajuar metálico, en consonancia con el carácter doméstico del conjunto, se compone de fragmentos de útiles de uso cotidiano, entre ellos dos hojas de hierro. Entre los materiales óseos se halló un acus crinalis, con cabeza prismática.

El conjunto perteneciente al periodo protohistórico ofrece mayoritariamente elementos cerámicos . Se

. trata de piezas elaboradas manualmente con pastas , que contienen gruesos desgrasantes y de tonalidades

grises, pardas y marronáceas distribuidas, en oca­siones, de modo desigual. Las técnicas decorativas empleadas son las incisiones, las impresiones, -digi­taciones, ungulaciones o ambas conjuntamente-, las aplicaciones plásticas -cordones, pezones, etc,-, Los motivos decorativos de puntos, líneas en distintas di­recciones o creando dientes de sierra son los más fre­cuentes. Entre el material metálico destaca , en bronce, una pequcFia punta de pedCmculo y aletas, ~7

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Ocupación tardoantigua. Uti/es en hierro.

Valoración

La continuada actividad humana registrada en el área analizada ha producido importantes alteraciones en los niveles de ocupación más antiguos, caracteri­zados además por contener elementos estructurales no demasiado consistentes. A juzgar por la cantidad de fragmentos cerámicos, visibles en superficie, yel aspecto de alguno de los muros de contención de sus terrazas, la ladera oriental proporciona, en este sen­tido, mayores evidencias. Al margen de las suge­rentes aportaciones a las que pueda contribuir el es­tudio de los materiales protohistóricos recuperados en esta intervención, parece que la búsqueda de datos definitivos que permitan conocer el Bronce Final­Hierro I de Buradón deberán hacerse, por lo tanto, en otras zonas del conjunto .

El interés arqueológico de los periodos medieval y tardoantiguo resulta motivado, en buena parte, por la rica problemática histórica que suscita su interpreta-

Acus crinalis en hueso y anillo de bronce tardorromanos.

ciÓn. El espacio comprendido entre los siglos V y X de nuestra era es un marco en el que las fuentes escritas sitúan notables transformaciones en las relaciones de poder de los pueblos de esta franja septentrional de la Península así como en las sucesivas manifestaciones políticas heredadas de la administración romana. El establecimiento de una pequeña comunidad en Bu­radón en los inicios de esta época parece ser ilustra- . tivo de las transformaciones que paralelamente se es­taban dando en la configuración del hábitat.

La zona geográfica en la que se localiza el yaci­miento constituyó durante el periodo tardoantiguo y al­tomedieval una verdadera frontera revestida primero de significados socioculturales que, posteriormente, pasarían a traducir ya en lo político la separación yen­frentamiento de los embrionarios reinos cristianos con el poder musulmán instalado en el valle del Ebro. A es­casa distancia del área de excavación se levantan los restos del castillo de Buradón, enclave estratégico 58

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Cerámica TSH lisa.

que aparece documentado en las fuentes desde el año 964 ( \ al menos siete veces es citado en el Cartulano de San Mllián de la Cogolla) y que sin duda desde momentos más tempranos desempeña una labor de control sobre el territorio limítrofe de Alava y Al-Quila con los dominios del Islam. La exca­vación ha permitido localizar los restos de una pe­queña iglesia prerrománica, emplazada en la ladera que se extiende por el flanco Sur de la loma, que debió de estar integrada de alguna forma en esta te­nencia militar durante el siglo X.

La localización del conjunto de estancias y cons­trucciones de funcionalidad varia remontan el origen de la ocupación histórica del lugar al final del siglo IV de C., manteniéndose en actividad durante el siglo VI. Creemos poder relacionar las construcciones ha­lladas con un tipo genérico de hábitat que las fuentes del siglo V comienzan a recoger con relativa fre­cuencia: el castellum. Se trata de un término que en­cubre en estas fechas realidades muy variadas y que sirve para designar tanto a la antigua villa tardorro­mana fortificada como a los asentamientos en altura sobre antiguos castros prerromanos y que parece, además, aplicarse indiscriminadamente tanto en su primitiva acepción militar como en la, ahora más ge­neralizada, civil. Un rasgo común que comparten todos los hábitats cuando son designados con este

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Cerámica TSH decorada.

nombre es el de su carácter amurallado o, alternativa­mente, la disposición de defensas naturales propi­ciada por una situación geográfica estratégica, Bu­radón parece ent~ar en esta última acepción ya que tanto su emplazamiento, en la boca de la clausura que se forma al paso del Ebro por las Conchas, como por su disposición topográfica, en acusada pendiente al abrigo del roquedo, lo hacen idóneo para dar cobijo a una población que busca tanto el control de una vía natural de comunicación como la protección ante eventuales condiciones de inseguridad 59

Punta de bronce de pedúnculo y aletas del nivel protohistórico.

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Olla de cerámica común romana.

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Cerámica de la ocupación Bronce Final/Hierro l.

Bibliografía

Sigue en curso la fase de campo de la intervención, el control propiamente dicho de las obras del túnel.

Se ha publicado en 1994 un avance en la Revista de \ jll l l '1 " 1h 1,. i I

Arqueología, 156, siendo sus autores J,J. Cepeda y A. 1 1\ ~1 1l '1 11 1" 11II

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