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La guerra de Flandes (1559-1609)
De: Marc Sotelo Soto
Para: Jos Cepeda Gmez
Asignatura: Monarqua y Estado (siglos XVI XVIII)
Curso: Mster de Historia de la Monarqua Hispnica (siglos XVI XVIII)
Fecha: En Madrid, a 07 de marzo de 2015
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pg. 2
NDICE
1. Introduccin Pg. 3
2. El desarrollo de la guerra en Flandes (1559 1609) Pg. 4
2.1. El distanciamiento entre la monarqua y sus sbditos. Pg. 4
2.2. La acentuacin de las diferencias. Pg. 5
2.3. El comienzo de la represin. El duque de Alba. Pg. 7
2.4. Un intento de acercamiento. El gobierno de Luis de
Requesens.
Pg. 9
2.5. Un sucesor a la desesperada. Don Juan de Austria. Pg. 10
2.6. La necesidad de acabar con la Revuelta. Alejandro Farnesio Pg. 11
2.7. La pugna por el poder. El conde de Fuentes y Mansfelt. Pg. 14
2.8. La solucin gubernamental. El archiduque Alberto. Pg. 14
3. Conclusiones. Pg. 19
4. Fuentes Pg. 20
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pg. 3
1. Introduccin.
El presente trabajo es un intento de reconstruir los sucesos que tuvieron lugar
durante la guerra de Flandes entre 1559 y 1609. Hemos limitado el estudio hasta
la Tregua de los Doce Aos debido a que nuestro inters es poder realizar una
reconstruccin de dicha historia a partir de una fuente histrica como es el
impreso de Francisco Lanario y Aragn.
Lo que verdaderamente buscamos con este trabajo ha sido no slo ver cmo
se hace una reconstruccin histrica de un estudio a partir de una nica fuente
documental que se vea complementada por fuentes bibliogrficas que han
tratado el tema y que sirvan para explicar todas aquellas partes en las que la
fuente primaria falla. De esta forma podremos observar claramente dos cosas:
la primera es que no podemos narrar unos determinados hechos a travs
nicamente de una nica fuente documental de la poca. Obviamente,
necesitamos contrastar los datos o ampliar los que la fuente omite. La segunda
cosa que se observa es que sea el momento que sea, el autor de fuentes
primarias no conoce toda la verdad o no le interesa contarla y ello puede acarrear
el problema de que a la hora de realizar una investigacin nos quedemos con
una imagen parcial de lo que realmente ocurri. Adems, esa falta de
conocimiento de toda la realidad demuestra claramente que no slo hoy en da
seramos incapaces de explicar con todos los datos existentes unos
determinados problemas o asuntos. No slo nuestra sociedad es compleja y un
ejemplo claro de ello es la incapacidad del propio autor de la fuente primaria para
explicar los problemas econmicos, sociales, militares ya que su realidad
tambin es complicada para l.
Por ello hemos querido realizar este ensayo a cerca de la historia de la guerra
de Flandes.
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pg. 4
2. El desarrollo de la guerra en Flandes (1559 1609)
2.1. El distanciamiento entre la monarqua y sus sbditos.
La historiografa que se ha dedicado al estudio de la Revolucin Holandesa,
no termina de ponerse de acuerdo en el momento exacto en el que sta
comienza; ergo parece ser que el malestar que surge en las provincias unidas
tiene lugar despus de la Firma de la Paz de Cateau-Cambrsis1, debido a que
Felipe II era reclamado desde la Pennsula ya que los castellanos no estaban
dispuestos a aceptar nuevamente a otro Carlos V. Felipe II conoca
perfectamente lo que haba vivido su padre casi 40 aos atrs con la Guerra de
las Comunidades2, as pues decide volver a la Pennsula de la que ya no volver
a salir, pero antes de eso, haca venir a su hermana Margarita de Parma (mujer
del duque de Parma, Octavio Farnesio, padre del mismsimo Alejandro Farnesio)
nombrndola gobernadora de los Pases Bajos pese a que la nobleza hubiera
preferido a Madama Christierna3. Pero parece ser que Felipe II no supo aplicar
la misma lgica sobre las Provincias Unidas ya que tom decisiones parecidas
a las que haba tomado Carlos al llegar a la Pennsula como rey de Castilla:
nombr como mximo dirigente a alguien que no era natural de all, quiso
introducir medidas favorables a un mayor control de la administracin y del pas
en detrimento del poder nobiliario y un buen nmero de consejeros eran a su vez
extranjeros4 llegando el propio Granvela a ser el Jefe del Consejo de Estado
quien gracias a su ascenso como Cardenal consigui un mayor poder de
influencia sobre la gobernadora. A todo ello hay que aadir el envo a Roma a
uno de los doctores de la Universidad de Lovaina para solicitar un aumento de
obispos en las Provincias Unidas. Una vez organizada la administracin de
aquellos territorios, Felipe II convoc los Estados Generales para informar que
debido a negocios urgentsimos que le llamaban de Espaa5. Ya en aquel
1 A la que el propio escritor reconoce como la Paz de Cambrai debido a que la villa de CAnteau-Cambrsis se encuentra en la comuna francesa de Cambrai. 2 Para conocer ms sobre la situacin historiogrfica a cerca de la Guerra de las Comunidades, vase ALONSO GARCA, David. Debate historiogrfico: Las Comunidades de Castilla en el siglo XXI en Tiempos Modernos, n 19, Universidad Complutense de Madrid, febrero de 2009. 3 LANARIO ARAGN, Francisco. Las guerras de Flandes, desde 1559 hasta 1609. Barcelona, 1957, pg. 09. 4 Normalmente no recurrimos a fuentes tales como Wikipedia debido a su falta de fundamento en muchos de sus artculos, pero creemos que puede ser interesante el apartado de Flandes con Felipe II http://enciclopedia.us.es/index.php/Guerra_de_Flandes. 5 LANARIO ARAGN, Francisco. Las guerras de Flandes, desde 1559 hasta 1609. Barcelona, 1957, pg. 14.
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pg. 5
momento se comenzaron a dar las primeras seales de tensin entre la nobleza
flamenca y el monarca Habsburgo debido a que la nobleza en aquel momento
pidi la retirada de las tropas extranjeras, as como a aquellos que no siendo de
Flandes ocupaban cargos pblicos y pese a que estas peticiones no terminaron
de agradar a Felipe II, acept la retirada de las tropas que fueron enviadas a
Miln ya que no estaba dispuesto a perder el control de la administracin. Como
pasaba en Castilla, la ausencia del rey en aquellas regiones tambin era motivo
de disgusto entre la nobleza flamenca6. El elemento econmico tambin se
encontraba presente en el descontento general de la nobleza. Todos los nobles
debido a guerras anteriores se haban endeudado de una manera extraordinaria
y algunos, debido a la falta de una recompensa justa por parte de la monarqua,
se vean casi en la bancarrota. A su vez, el elemento religioso tambin se
encontraba presente. Buena parte de los sbditos de las regiones de las
provincias unidas se haban pasado a las nuevas corrientes religiosas del
cristianismo (protestantismo, calvinismo o anabaptismo) y fue por esta razn,
entre otras, que Felipe II pidi un aumento del nmero de obispos en aquellas
provincias, mas una buena parte del Clero acab no viendo con buenos ojos
estos obispados nuevos debido a que la creacin de stos se llev a cabo con
rentas y primicias de otras abadas y sedes eclesisticas. A su vez, el pueblo vio
con malos ojos tambin la llegada de estos nuevos obispados ya que supona
una mayor persecucin de la hereja y adems era el que ms desprotegido
quedara ante la idea del establecimiento de la Inquisicin como algunos de estos
nuevos obispados. Como se puede ver, los tres brazos de la sociedad
estamental flamenca estaban en contra de las decisiones polticas llevadas a
cabo por Felipe II7.
2.2. La acentuacin de las diferencias.
Las relaciones entonces de la nobleza flamenca con el Rey Prudente estaban
bastante deterioradas por todos los motivos mencionados anteriormente y en
ningn caso de intent mejorarlas. Mientras los flamencos exigan unas
6 De hecho parece ser que como dice el artculo de Wikipedia, no sera tan descabellada la similitud existente entre los orgenes de ambas revueltas. 7LANARIO ARAGN, Francisco. Las guerras de Flandes, desde 1559 hasta 1609. Barcelona, 1957, pg. 16.
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pg. 6
determinadas libertades, Felipe II quera cada vez ms el control absoluto de
unas provincias que se encontraban a mucha distancia de s mismo. De hecho
las relaciones entre ambas partes se ir haciendo cada vez ms complejas
debido a la falta de acuerdo y en ocasiones a la falta de toma de decisin del
propio monarca. Claro ejemplo de ello sera el viaje del propio Conde de Egmont
quien, en representacin de un grupo de nobles descontentos con la situacin
tales como el propio Guillermo de Orange o el Conde de Hornt, pide al rey un
conjunto de concesiones, cosa que el rey acaba aceptando con el fin de
apartarse de ese problema que consideraba menos grave comparndolo con la
ocupacin de Djerba que estaba llevando a cabo, ms en el momento en que el
rey ha de dar rdenes sobre qu poltica llevar a cabo en Flandes, expresa unas
medidas contrarias a las acordadas con el propio Conde de Egmont (a excepcin
del cese de Granvela al cual accedi)8, lo que acabar siendo el inicio de la
Guerra de los Ochenta Aos9. Esta guerra, por un amplio conjunto de motivos,
acabara siendo dirigida por la propia familia Orange, ya que Guillermo de
Nassau, gracias a su ingenio, supo dirigir hasta 1584 con mano firme las
acciones a llevar a cabo contra los fieles al monarca. Finalmente, por orden de
Felipe II se decide que se proceda a la ejecucin de la persecucin de la hereja
y la implantacin de los Acuerdos de Trento, lo que llev a los nobles flamencos
molestos con el rey a confederarse en Brabante para oponerse a la poltica que
ste estaba realizando y buscar la financiacin necesaria para ello, aunque
posteriormente enviaron rogativas al rey para que retirase las implantaciones con
el fin de ir a la guerra. Pese a todo, la situacin se hallaba bastante convulsa y
comenzaron a darse desrdenes y a no acatarse las rdenes reales y llegaron a
darse congregaciones para marchar contra las autoridades catlicas, aunque los
nobles flamencos todava pudieron mantener el control. No mucho tiempo
despus, los rebeldes comenzaron a coger confianza sobre su posicin de fuerza
88 Entre las peticiones de Egmont se encontraban algunas como la sustitucin del Cardenal Granvela, que acabar saliendo de Flandes en marzo de 1564 siendo una de las pocas peticiones que el monarca aceptara. Entre otras peticiones cabe destacar la libertad de conciencia que supondra que en aquellas provincias pudieran tenerse como religin la catlica y la protestante a lo que el propio rey acabara ms tarde contestando su famosa frase: Yo ni pienso ni quiero ser seor de herejes. LANARIO ARAGN, Francisco. Las guerras de Flandes, desde 1559 hasta 1609. Barcelona, 1957, pp. 17-18. 9 PARKER, Geoffrey. Espaa y los Pases Bajos 1559 1659. Diez Estudios. Madrid, Rialp,
1986, pp. 27 29.
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lo que en Amberes les acab llevando incluso a atacar la Catedral, saqueando
clices, rompiendo altares e imgenes, siendo ste el inicio de la etapa
iconoclasta anterior a la guerra. Con el fin de conseguir una cierta paz, Margarita
intent tranquilizar a los nobles asegurando que Felipe II no establecera all la
Inquisicin, no obstante, ante la sensacin de inseguridad, Margarita de Parma
decide realizar un conjunto de levas en Flandes y Alemania para reforzar la
seguridad10 llegando a conseguir cerca de 10.000 hombres para ello11 y ante
este reforzamiento de la autoridad del monarca en las Provincias, varios nobles
de los que se oponan a Felipe II se reunieron para demostrar que el rey ya se
encontraba contra ellos y que deban actuar contra ste.
Es necesario, de todos modos, entender un poco los pensamientos de cada
uno de los actores de esta guerra. Por un lado, Felipe II, un rey que es bastante
conocido por su supervisin en todos los asuntos de gobierno. As, teniendo en
cuenta que Felipe II revisaba todos los asuntos de estado de la Pennsula con
sumo cuidado, con mayor tacto lo hara sobre asuntos de estados lejanos.
Entendiendo que Felipe II, como se dice comnmente, no se fiaba ni de su
sombra, entendemos que menos se fiara de dejar el gobierno en un conjunto de
personalidades que eran totalmente desconocidas para l y que en cierta
manera, la introduccin de creencias herticas le llevaban a desconfiar todava
ms de stos, seria por ello uno de los motivos por los que Felipe II elige a su
hermana, Margarita de Parma, a la cual l conoca muy bien y en quien
seguramente pens que era de su mayor confianza. Pese al refuerzo de la
monarqua, las sublevaciones continuaron teniendo lugar en todo el pas y
comenzaron a ser contestadas por los ejrcitos de la monarqua sitiando las
ciudades sublevadas12.
2.3. El comienzo de la represin. El duque de Alba.
La situacin se haba deteriorado de una manera peligrosa. Los sbditos se
encontraban en revuelta continuamente y las rdenes de Margarita ya no servan
10 LANARIO ARAGN, Francisco. Las guerras de Flandes, desde 1559 hasta 1609. Barcelona, 1957, pp. 17-24. 11 PARKER, Geoffrey. El ejrcito de Flandes y el Camino Espaol. 1567 1659. Madrid, Alianza Editorial, 1972, pg. 62. 12 LANARIO ARAGN, Francisco. Las guerras de Flandes, desde 1559 hasta 1609. Barcelona, 1957, pp. 25 26.
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de gran ayuda porque no eran aceptadas ni acatadas por stos. As pues se
comenz a buscar soluciones a dicha situacin mediante consejo el cual pens
en un primer momento en enviar al monarca con el fin de calmar los nimos de
los sublevados, pero las complicaciones con los turcos entre otros motivos
impidieron esta solucin quedando dos soluciones posibles: una va pacfica o
una va de represin. El duque de Alba sera quien encabezara esta segunda
va que fue la que acabara deseando el propio monarca enviando al duque con
un gran contingente de unos 60.000 soldados veteranos enviados desde Miln13.
Ante esta situacin, Margarita consigui mejorar el control sobre Flandes
realizando una pequea represin, lo que le permiti retomar el control de la
situacin oponindose entonces a la llegada del duque de Alba; pero pese a los
avances conseguidos por la gobernadora, nada impidi que Felipe II se
repensara la resolucin tomada y finalmente tuvo que mandar que se fuera a
buscar a Namur al duque de Alba quien llegaba con plenos poderes por
concesin regia para controlar el pas14, conocido l como un enemigo de los
herejes, muchos de stos supieron rpidamente que ya no habra acuerdo y
huyeron de Holanda hacia Alemania para reclutar all un ejrcito con el que hacer
frente al nuevo gobernador15.
La llegada del de Alba supuso un golpe de autoridad por parte del rey y
comenz su mandato exigiendo el arresto del Conde de Egmont y el de Hornt.
Debido a esta captura, se comenz a sentir en aquellas provincias un aire de
temor que acab originando la huida de unas 30.000 personas. Seguidamente
se dio paso a la creacin del Tribunal de los Tumultos quedando la
administracin en manos de los espaoles viendo el Consejo de Estado
reducidas sus competencias16 Mientras tanto, quedaron en la regin varios
dirigentes tales como el mismsimo Guillermo quien cuando fue citado por el
duque de Alba se excus explicando la violacin de sus derechos. Finalmente,
el duque de Alba, ante la negativa acab condenando a los nobles como
rebeldes y condenados a muerte, lo que acab acarreando una oleada de furia
13 PARKER, Geoffrey. Espaa y los Pases Bajos 1559 1659. Diez Estudios. Madrid, Rialp, 1986, pg. 31. 14 LANARIO ARAGN, Francisco. Las guerras de Flandes, desde 1559 hasta 1609. Barcelona, 1957, pp 28 31. 15 PARKER, Geoffrey. Espaa y los Pases Bajos 1559 1659. Diez Estudios. Madrid, Rialp, 1986, pg. 32. 16 BENNASSAR, Bartolom (et. al.) Historia Moderna. Madrid, Akal, 2013, pp. 373.
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contra el duque de Alba y aumentado la hereja17. Para reprimir el aumento de la
violencia de los herejes hacia los afines al monarca, el duque mand
directamente ejecutar con algunos de los nobles que tena capturados lo que
conllev por un lado el rechazo de dicha poltica por parte de la Gobernadora la
cual dimiti poco despus de las ejecuciones pasando a ser nombrado Alba
como Gobernador18, pero adems estas ejecuciones no fueron bien recibidas en
el Sacro Imperio ya que muchos de los prncipes de las regiones cercanas a
Flandes permitieron a Guillermo de Orange que llevara levas para luchar contra
Alba, lucha que acab a favor del duque de Alba pues fue finalmente capaz de
deshacer el ejrcito de Ludovico de Nassau en Frisia consiguiendo expulsar as
a los rebeldes19. El duque, tras su victoria, impuso varios impuestos conocidos
como la centsima (correspondiendo a una centsima parte de los bienes
inmuebles), la dcima (correspondiendo a los bienes muebles) y el vigsimo
(correspondiendo al cinco por ciento de los bienes vendidos).
2.4. Un intento de acercamiento. El gobierno de Luis de Requesens.
Pese a toda la represin, el Rey se dio cuenta de que no slo con la represin
sera capaz de mantener a aquellas provincias fieles a su persona manteniendo
al duqeu de Alba aunque ste mismo pidi su destitucin del cargo, cosa que no
le fue concedida. No obstante, tras un breve periodo de paz, Guillermo y Luis
vuelven a Flandes con un gran contingente de soldados reclutados en Alemania
para hacer frente al Gran Duque quien por orden del rey declara un perdn
general que no acaba de satisfacer a la poblacin de la zona y que al darse
retomarse la rebelin se unen a sta, aunque no sern capaces de vencer al
Gran Duque. De hecho el duque realmente estaba sofocando nuevamente la
revuelta cuando se ve finalmente sustituido por el seor don Luis de Requesens
quien lleg con la idea de realizar la poltica que Felipe II le haba pedido, llegar
a un acuerdo con los rebeldes, pero sin que fuera un acuerdo perjudicial para la
monarqua20. Sin embargo, se vio imposibilitado rpidamente de tal capacidad y
17 LANARIO ARAGN, Francisco. Las guerras de Flandes, desde 1559 hasta 1609. Barcelona, 1957, pg. 34. 18 BENNASSAR, Bartolom (et. al.) Historia Moderna. Madrid, Akal, 2013, pp. 373. 19 LANARIO ARAGN, Francisco. Las guerras de Flandes, desde 1559 hasta 1609. Barcelona, 1957, pg. 36. 20 PARKER, Geoffrey. El ejrcito de Flandes y el Camino Espaol. 1567 1659. Madrid, Alianza Editorial, 1972, pg. 168.
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se vio obligado a tomar las armas para enfrentarse contra los rebeldes. No
obstante, pese a los continuos intentos de paz que se daban en la monarqua,
se produjo un contratiempo que fue bastante difcil de solucionar, la muerte del
propio Requesens el 5 de marzo de 1576 en Bruselas debido a unas fiebres.
2.5. Un sucesor a la desesperada. Don Juan de Austria.
Debido a esta situacin de anarqua, los propios Estados Generales toman el
poder. No obstante la situacin iba de mal en peor. Si hasta entonces haban
tenido que gastar ingentes cantidades de dinero para proteger los intereses de
la monarqua hispnica en Flandes, finalmente este nivel de gasto no se pudo
mantener y los tercios comenzaron a sublevarse, mientras que los enemigos de
la monarqua iban ganando terreno. As pues, ya que no podan pagar las tropas,
lo que deciden hacer los estados generales es atraer a aquellas plazas que
todava se encuentran afines a la monarqua.
La situacin requera de alguien que tuviera tacto en las negociaciones, sin
embargo la llegada del hermano del rey no sent bien a los Estados Generales,
que vean nuevamente deteriorado su poder en pro del nuevo gobernador el cual
traa un nuevo perdn otorgado por Felipe II21 mientras que a su vez acept la
pacificacin de Gante firmada entre los Estados Generales y los delegados
calvinistas el 08 de noviembre de 1576 y que tena como fin enfrentarse ambos
bandos a las tropas extranjeras con el fin de expulsarlas, cosa que acab
aceptando el nuevo Gobernador mediante el Edicto Perpetuo del 12 de febrero
de 1577 a cambio de la defensa de la fe Catlica. Sin embargo, la situacin de
entendimiento y paz que se estaba generando gracias a la poltica llevada a cabo
por don Juan no era favorable para Guillermo por lo que decidieron los rebeldes
hacerle una emboscada en las Malinas con el fin de acabar con l, pero un
chivatazo hizo que el plan fracasara y don Juan escapara. Ante el peligro decide
ir a visitar a Margarita de Valois a Namur como excusa para librarse del peligro,
pero acab finalmente vindose acorralado. Los rebeldes tenan planeado sitiar
Namur para capturar al enviado del rey, mas las luchas internas entre algunos
nobles contrarios al poder que estaba acumulando Guillermo de Nassau y que
llamaron a Matas, el hermano del emperador Rodolfo II, para que sirviera de
21 LANARIO ARAGN, Francisco. Las guerras de Flandes, desde 1559 hasta 1609. Barcelona, 1957, pg. 40-45.
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contrapoder. Estas disputas internas en el bando rebelde sirvieron para que
ganara tiempo don Juan y pudiera pedir a Felipe II el retorno de los ejrcitos ya
que se haba dado cuenta de que la va diplomtica ya no era efectiva. A su vez,
los rebeldes recibieron una doble ayuda por parte de Inglaterra y Francia
llegando a crearse una liga entre los rebeldes e Inglaterra por el que la Reina
socorra a los rebeldes con gente y dinero e incluso mediando para lograr la paz
entre los rebeldes y el rey espaol, sin embargo don Juan ya no era capaz de
fiarse de la paz con sus enemigos y fue por ello que en cuanto recibi un ejrcito,
march contra sus enemigos para acabar con ellos. De entre estos nuevos
regimientos que llegaban caba destacar el que comandaba el propio Alejandro
Farnesio que vino a socorrer a su to. No obstante, la guerra no qued
nicamente entre dos bandos, puesto que no slo los calvinistas eran disidentes
de Felipe II. Tambin haba un grupo de catlicos que no aceptaban la poltica
llevada a cabo ni por el monarca ni por los calvinistas y viendo los ataques que
stos realizaban contra las Iglesias, se armaron en Gante para enfrentarse tanto
a los calvinistas como a los monrquicos. Sin embargo, finalmente volvieron a la
obediencia regia pese a que el propio Guillermo intent mediante embajadores
retenerlos a su favor22.
2.6. La necesidad de acabar con la Revuelta. Alejandro Farnesio.
Sera finalmente el 1 de octubre cuando, estando en Namur, don Juan debido
a unas fiebres acabara muriendo siendo sustituido por el duque de Parma,
Alejandro Farnesio, quien procurara primeramente el mantenimiento de los
malcontentos bajo la corona hispana pese a los continuos intentos del de Orange
con el objetivo de mantenerlos en su favor para conservar la unidad de la
confederacin. Sin embargo, el objetivo final de Farnesio era expulsar a los
rebeldes y para ello comenz por expulsar a las tropas del Palatinado que
apoyaban a los rebeldes. Entonces, Guillermo, perdiendo fuerza, decide agrupar
a la confederacin (Holanda, Zelanda, Frisia, Geldres y Zurten)23 para guiar la
poltica a llevar a cabo contra los malcontentos para acabar con stos quienes al
22 LANARIO ARAGN, Francisco. Las guerras de Flandes, desde 1559 hasta 1609. Barcelona, 1957, pg. 50 75. 23 BENNASSAR, Bartolom (et. al.) Historia Moderna. Madrid, Akal, 2013, pg. 374.
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saber de las intenciones del jefe rebelde se decantaron directamente por apoyar
a la corona.
As pues, la poltica de reconciliacin comenz a ir por buen camino
consiguiendo el 17 de enero de 1779 la firma del Tratado de Arras por el cual las
provincias de ARtois, Enau, Lila Duay y Orchies pasaban a reconciliarse con el
rey y buscaba a su vez mantener la paz de Gante. Mientras tanto, Guillermo de
Orange, vindose incapaz ante el avance de la fuerza hispana, decide aceptar
la ayuda de la Reina de Inglaterra debido a los xitos diplomticos y militares del
duque. No obstante, ms bien Farnesio estaba sentenciando su propia cada del
poder mediante la firma de la Unin de Arras ya que la consiguiente aceptacin
de la firma de la Paz de Gante conllevaba su propia retirada del poder ante lo
que llev a que FArnesio pidiera la dimisin24. Dimisin que acabara siendo
aceptada para que poco tiempo despus vuelva Margarita de Parma a los Pases
Bajos quedando su hijo como Capitn General25 quien por presiones finalmente
decide dejar nuevamente el gobierno en manos de su hijo26. Mientras tanto,
Guillermo haba intentado acercar para s tambin al duque de Orleans lo que
conllev que el propio Felipe II pusiera precio a la cabeza del flamenco. La guerra
continuaba, de hecho despus de los acuerdos establecidos entre el prncipe de
Orange y el duque de Orleans, sera este ltimo en comenzar escaramuzas
contra el rey catlico, mas viendo el poco apoyo que reciba27 junto con los
desrdenes surgidos en Francia decidi volverse a Francia y abandonar su
apoyo a las tropas holandesas28, las cuales se veran poco tiempo despus
desamparadas tras el asesinato de su lder, Guillermo de Nassau, el 10 de junio
de 1584, debido a un pistoletazo en el pecho disparado por Baltasar Giraldo
(aunque en este caso el autor duda de si fue l o Serac Borgoon) quien fue ms
tarde ejecutado por tal crimen. Al principio pareca que con la muerte del lder de
la revuelta la monarqua podra beneficiarse mediante la diplomacia y llegar a un
24 PARKER, Geoffrey. Espaa y los Pases Bajos 1559 1659. Diez Estudios. Madrid, Rialp, 1986, pg. 203. 25 LANARIO ARAGN, Francisco. Las guerras de Flandes, desde 1559 hasta 1609. Barcelona, 1957, pg. 78. 26 PARKER, Geoffrey. Espaa y los Pases Bajos 1559 1659. Diez Estudios. Madrid, Rialp, 1986, pg. 203. 27 LANARIO ARAGN, Francisco. Las guerras de Flandes, desde 1559 hasta 1609. Barcelona, 1957, pg. 81 85. 28 Para una mayor informacin sobre la influencia de las Guerras de Religin en la Revuelta Holandesa, vase DAVIDS, Karel y LUCASSEN, Jan (ed.). A miracle mirrored: the Dutch Republic in European Perspective. Cambridge, Cambridge University Press, 1995, pp. 25 57.
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acuerdo, mas no fue tal el caso ya que la va que ms benefici en aquel
momento fue la va militar ya que el Prncipe de Parma fue capaz de conquistar
un buen nmero de ciudades donde cabe destacar Bruselas y Amberes entre
otras. Entonces, la Reina de Inglaterra, la que desde haca tiempo ayudaba con
dinero y hombres a los rebeldes, pas a formar una liga con las Provincias
Unidas siendo nombrada gobernadora, no obstante, su enviado, el Conde de
Ligestre, no termin de acaba siendo bienvenido en las provincias, stas
acabaron por decidir el nombramiento de lugar teniente a Mauricio de Nassau,
hijo del mismsimo Guillermo de Nassau.
Por aquel entonces, conocedor de los problemas que estaba generando
Inglaterra para que Espaa ganara la guerra, Felipe II crea una gran armada con
el fin de conquistar Inglaterra y la cual sera apoyada desde Flandes.
Conocedora de ello la Reina de Inglaterra busc alargar las relaciones con los
holandeses para poder prepararse ante un posible ataque de la Armada
Espaola, sin embargo sta fue vencida fcilmente por la Armada Inglesa
volviendo menos de la mitad a la pennsula y Farnesio viendo el fracaso de la
Armada decidi emprender otras acciones contra tierras que todava no estaban
en su poder.
Sin embargo la situacin comenzara empeorar en el momento en que Felipe
II decide ayudar a la Liga Catlica la que se opona a Enrique IV en la guerra de
Sucesin por el trono del Rey Cristiansimo y aunque tuvo que desviar parte de
sus efectivos hacia los territorios franceses, las conquistas al principio
continuaron teniendo el efecto deseado, mas los confederados, pese a los
problemas internos que sufran vean avanzar sus posiciones gracias a la divisin
de las fuerzas militares del duque de Parma. Felipe II comenzaba a preferir
mantener a Francia a su favor y decide enviar al mismo duque a Francia para
ayudar al sitio de Pars cosa que acab bien para la monarqua y el de Parma
sabiendo que Flandes necesitaba ms dedicacin, volvi a las Provincias
Unidas; mas la ausencia del Gobernador haba permitido que la situacin dentro
del ejrcito se complicase y la posibilidad de una prdida de los territorios
conquistados la dcada anterior. Sin embargo, la intensificacin de la guerra
acabara mermando la salud de Farnesio, quien march a recuperarse a los
baos de Spa de los que volvera a Bruselas donde se le indicara que le
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quedaba poco tiempo de vida y por ello pidi la sucesin a Felipe II muriendo
finalmente en Arras29.
2.7. La pugna por el poder. El conde de Fuentes y Mansfelt.
A la muerte de Aljandro de Farnesio, fue sucedido por el conde de Mansfelt
quien a su vez consigui que el resto de cargos del gobierno cayeran en manos
de los principales dirigentes de las provincias que todava eran leales al rey. No
obstante, la desconfianza del Rey Prudente acabara llevndole a enviar al
mismo Conde de Fuentes para controlar el poder de aquellas regiones. No
obstante, Felipe II segua manteniendo la guerra en dos frentes lo que
imposibilitaba ya no slo el seguir conquistando aquellas regiones que no haban
sido tomadas por el de Parma, sino que adems eran incapaces de defender las
tomadas lo que, unido a la falta de pagas, provoc un aumento en el nmero de
motines.
2.8. La solucin gubernamental. El archiduque Alberto.
Finalmente decide Felipe II que el mejor para suceder a Alejandro Farnesio
en el gobierno de Flandes era su yerno, el Archiduque Alberto quien fue recibido
en Namur por el propio Conde de Fuentes y poco despus de la llegada del
Archiduque (no obstante, no habr ningn capitn general que llegue a la altura
del difunto duque de Parma hasta la llegada de Ambrosio Spnola30), ya sera
vano cualquier intento de impedir el ascenso de Enrique IV como rey de Francia
debido a que acab conquistando Pars sin que las tropas enviadas por el
archiduque pudieran hacer nada Esta condicin llev a que las tropas que haban
sido enviadas a Francia volvieran nuevamente a Flandes permitiendo el
mantenimiento de los territorios que todava a Mauricio no haba conquistado, lo
que le permiti a Ernesto enviar una carta para buscar llegar a un acuerdo de
paz sin recibir una respuesta en buena parte debido a los buenos resultados de
las campaas de los rebeldes quienes se vieron favorecidos por los nuevos
motines y por la intervencin del rey de Francia en la contienda quien atac
29 LANARIO ARAGN, Francisco. Las guerras de Flandes, desde 1559 hasta 1609. Barcelona, 1957, pg. 90 104. 30 ESTEBAN ESTRNGANA, Alicia. Guerra y Finanzas en los Pases Bajos Catlicos. De Farnesio a Spnola (1592 1630). Madrid, Laberinto, 2002, pg. 83.
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nuevamente las zonas afines al rey sin ser capaz el archiduque de poner freno
a esto debido a su muerte; siendo el Conde de Fuentes su sustituto quien fue
quien se encarg de mantener a duras penas los territorios que an quedaban
en posesin de la Monarqua, mientras intentaba retomar antiguas posesiones
perdidas frente a los franceses como Cambrai la cual acab consiguiendo. Sin
embargo la situacin se complicaba ya que el rey de Francia contraatacara la
zona de Fera mientras los flamencos comenzaban a atacar no slo los territorios
del Rey Catlico en aquellas Provincias, sino que adems atacaba las colonias
portuguesas31.
Tras la prdida de algunos territorios y la incapacidad de avanzar sobre
territorios flamencos, Felipe II decide sustituir al Conde de Fuentes por el
Cardenal Obispo, el Archiduque Alberto, quien acaba renunciando a los votos
religiosos para dedicarse a su carrera poltica. En Namur ira con un gran
contingente de soldados el de Fuentes quien le cedera el cargo marchndose
ste a Miln donde sera nombra gobernador. Junto con el Archiduque vena
Filipo Guillermo de Nassau, hijo de Guillermo de Nassau que estuvo por casi
treinta aos como rehn en Espaa lo que origin cierta desconfianza hacia su
persona por parte de los dirigentes de la revuelta. Por su parte el archiduque
tena indicaciones de que lo primordial era llegar a un acuerdo con los rebeldes
pero ante la respuesta negativa de stos, volvi a dedicarse a la guerra
ocupando Rhona y Calais32.
Posteriormente intent se pens en conquistar Ostende, pero al verse
imposible se decide recuperar Hulst. Ante este pequeo avance, se realiz una
nueva liga entre el Rey de Francia, la Reina de Inglaterra y los Estados
Generarles. Mientras la guerra continuaba y el Archiduque se dedicaba a ella en
cuerpo y alma le llega desde Espaa la noticia de la resolucin tomada por el rey
por la que decide casar a su hija Isabel Clara Eugenia con el Archiduque Alberto
llevando como dote Flandes y el Franco Condado pasando as a ser el
Gobernador y seor de aquellas provincias. Ate la presin espaola se decide
31 Para una mayor informacin sobre los ataques holandeses a las colonias portuguesas, vase GARCA GARCA, Bernardo Jos; HERRERO SNCHEZ, Manuel; HUGON, Alain (ed.) El arte de la prudencia: la tregua de los Doce Aos en la Europa de los Pacificadores. Madrid, Fundacin Carlos de Amberes, 2012. Pp. 225 247. 32 LANARIO ARAGN, Francisco. Las guerras de Flandes, desde 1559 hasta 1609. Barcelona, 1957, pp. 106 114.
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firmar la paz Francia. As, despus el Archiduque marcha hacia Alemania
dejando a un familiar en el mando y recoge a Margarita de Austria quien era
llamada tambin para establecer matrimonio con el prncipe don Felipe pero en
su estancia en Alemania es informado de la muerte del Rey Felipe II. Al volver a
Bruselas, el Archiduque public un edicto en el que prohiba el poder tener
comercio y trato, as por mar como por tierra con la gente de los Estados y en
respuesta, las provincias publicaron otro edicto semejante.
Mientras la situacin segua en tablas, buena parte de los prncipes alemanas
acaban decidiendo atacar a los tercios Espaoles que se encuentran en Flandes,
por los daos hechos en la regin de Westfalia organizando un ejrcito que
finalmente pasara a las filas de la direccin de Mauricio. No obstante, la
situacin en las tropas del Rey tampoco era favorable. El ejrcito era difcil de
mantener y se busc la paz con Inglaterra para poder continuar en Flandes, sin
embargo el conjunto de motines que sucedieron permitieron al de Nassau
continuar conquistando un gran conjunto de territorios y para poder hacer frente
a las ofensivas, los archiduques pidieron dinero a las provincias obedientes las
cuales exigieron que a su vez negociaran una paz con los rebeldes quienes
vindose en tan buena posicin, rechazaron a los embajadores.
La buena situacin de las Provincias Unidas les permiti que el propio
Mauricio entrara en la provincia de Flandes para conquistar algn territorio y
poder de esta manera marchar por all con ms facilidad. La intencin era
controlar Neoporto para que accediera de una manera ms sencilla los ejrcitos
ingleses en ayuda de los holandeses, sin embargo, la situacin comenz a
complicarse con la aparicin de uno de los Spnola, Federico Spnola, quien con
su pequea armada comenz a atacar Ostende con el fin de imposibilitar la toma
de Neoporto a Nassau y que oblig al de Orange a volver a Holanda quien
posteriormente comenz a intentar controlar el Rin. Ante dicha situacin se
replantea la toma de Ostende, una plaza complicada desde donde atacaban la
retaguardia de los estados obedientes. Finalmente el archiduque acepta el
ataque a Ostende, mas la situacin es complicada ya que poda ser fcilmente
apoyada por el mar. Debido a la larga duracin de la toma de Ostende,
finalmente el Archiduque decide dejar el mando en cargo de Juan de Ribas para
pasar le mismo a Gante. Con el fin de reforzar el ejrcito, lleg el marqus
Ambrosio de Spnola con un destacamento de infantera de 8000 hombres. No
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obstante, este aumento del nmero de soldados no favoreci en las posiciones
a la monarqua la cual se vea cada vez ms mermada por las bajas a causa de
motines y la peste lo que le conllev a un mayor aumento de gasto para poder
mantener la guerra. Ambrosio junto con su hermano intentaron levantar nuevas
levas, pero el marqus tuvo que volver a Flandes tras la muerte de su hermano
en batalla y sin conseguir su propsito y a quien el archiduque le encarg la toma
de Ostende y los Estados vieron que aquella plaza aguantara poco, por lo que
decidieron socorrerla atacando las posiciones de la Enclusa que fueron ganando
ya que las tropas hispanas no fueron capaces de impedir que el Nassau
consiguiera ms plazas. Pero pese a las prdidas producidas en la Enclusa, la
victoria de Ostende, despus de cuatro aos de sitio fue todo un xito que
permitira ahora s dedicarse a atacar las zonas de los rebeldes.
La prdida de esta zona conllev a su vez una firma de paz con la Reina de
Inglaterra. A su vez, esta victoria permiti al marqus de Spnola un ascenso en
el ejrcito que le convirti en capitn general. Seguidamente se decidi retomar
la plaza fuerte de la Enclusa para detener el avance de los holandeses. Pese a
ello Mauricio continu entrando en las zonas de la provincia de Flandes para
continuar conquistando plazas afines al monarca hispano, pero para frenar estos
ataques el de Spnola decide atacar Frisia y organizan un conjunto de campaas
con dicho fin. De esta manera los estados, viendo la prdida que poda conllevar
esta nueva poltica de la monarqua hispana decidieron prohibir el comercio con
las zonas afines a Espaa y mantener ataques a la Pennsula Ibrica como el
que se produjo en Gibraltar en 160633; sin embargo, las campaas de Spnola
fueron tan fructferas que incluso el propio Nassau fue incapaz de hacerles frente
a muchas de ellas.
La incapacidad de acabar con los rebeldes al igual que la imposibilidad de que
Nassau retomara posiciones y los grandes gastos que estaba conllevando la
guerra hicieron que finalmente el Archiduque comenzara las negociaciones de
paz a las que los Estados contestaron, ahora s, favorablemente y pese a las
33 Para una mayor informacin sobre las campaas de Ambrosio Spnola, vase MESA GALLEGO, Eduardo de. La pacificacin de Flandes. Spnola y las campaas de Frisia (1604 1609). Madrid, Ministerio de Defensa, 2009.
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diferencias entre los estados y la intermediacin de los reyes de Francia e
Inglaterra, finalmente se lleg al acuerdo de la Tregua de los Doce Aos34.
34 LANARIO ARAGN, Francisco. Las guerras de Flandes, desde 1559 hasta 1609. Barcelona, 1957, pp. 150 189.
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3. Conclusiones.
Podemos determinar dos tipos de conclusiones. Por un lado conclusiones
histricas a cerca de los sucesos, tales como que la forma de ser del propio
Felipe II imposibilit muchas veces el entendimiento con los Flamencos quienes
estaban dispuestos a mantenerse bajo el yugo real siempre y cuando ste les
permitiese una cierta libertad religiosa y un cierto acercamiento al poder. Por otro
lado, existe una cierta incapacidad de ambos contingentes de acabar con el otro
y ste es uno de los motivos que llevar a que la guerra se extienda mucho ms
all de las fechas indicadas en el presente trabajo.
No obstante, este tipo de conclusiones no son a las que nosotros queremos
llegar, aunque son interesantes de determinar. En nuestro caso lo que buscamos
es observar cunto se aleja o acerca la fuente primaria consultada a lo que hoy
sabemos que ocurri.
Por un lado podemos determinar que el autor no controla ningn tipo de fuente
econmica, sino hubiera sabido que en 1575 la mala gestin econmica de la
guerra hizo que finalmente Felipe II se declarara en bancarrota o que el acuerdo
de ste con los banqueros prestamistas de la corona permiti que la guerra
continuase en 1577. Adems, sin el conocimiento de dichos datos, es imposible
determinar las verdaderas razones por las que surgen tantos motines en
determinados momentos y se puede llegar a pensar que stos se deben a la
influencia de los enemigos en el ejrcito monrquico.
Por otro lado, se da una falta de informacin en algunos casos como fue la
importantsima creacin del Tribunal de los Tumultos que fue una de las causas
de la dimisin de Margarita de Parma como gobernadora. A su vez encontramos
huecos de informacin como en el caso de la segunda llegada de Margarita de
Parma como gobernadora donde existen un conjunto importantsimo de
presiones externas que le obligan a dimitir, cosa que se ha omitido bien por
voluntad o bien por desconocimiento.
Con todo ello lo que hemos podido observar es que a la hora de realizar
historia necesitamos tener ms de una fuente histrica para poder creer que
realmente nos estamos acercando a la realidad de lo que pas.
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4. Fuentes.
BENNASSAR, Bartolom (et. al.) Historia Moderna. Madrid, Akal, 2013.
DAVIDS, Karel y LUCASSEN, Jan (ed.). A miracle mirrored: the Dutch
Republic in European Perspective. Cambridge, Cambridge University Press,
1995.
ESTEBAN ESTRNGANA, Alicia. Guerra y Finanzas en los Pases Bajos
Catlicos. De Farnesio a Spnola (1592 1630). Madrid, Laberinto, 2002.
GARCA GARCA, Bernardo Jos; HERRERO SNCHEZ, Manuel; HUGON,
Alain (ed.) El arte de la prudencia: la tregua de los Doce Aos en la Europa de
los Pacificadores. Madrid, Fundacin Carlos de Amberes, 2012.
LANARIO ARAGN, Francisco. Las guerras de Flandes, desde 1559 hasta
1609. Barcelona, 1957.
MESA GALLEGO, Eduardo de. La pacificacin de Flandes. Spnola y las
campaas de Frisia (1604 1609). Madrid, Ministerio de Defensa, 2009.
PARKER, Geoffrey. El ejrcito de Flandes y el Camino Espaol. 1567 1659.
Madrid, Alianza Editorial, 1972.
PARKER, Geoffrey. Espaa y los Pases Bajos 1559 1659. Diez Estudios.
Madrid, Rialp, 1986.