ajeno a la modernidad: la racionalización de la discriminación

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17 CUADERNOS DE LITERATURA VOL. XIX N.º38 JULIO-DICIEMBRE 2015 ISSN 0122-8102 PÁGS. 17-33 Ajeno a la Modernidad: La racionalización de la discriminación Alien to Modernity: The Rationalization of Discrimination Alheio à Modernidade: Racionalização da discriminação Jean Franco COLUMBIA UNIVERSITY, ESTADOS UNIDOS Profesora Emérita de Columbia University, Nueva York. Autora de The Modern Culture of Latin America (Penguin Books, 1967), César Vallejo. The Dialectics of Poetry and Silence (Cambridge University Press, 1976), An Introduction to Latin American Literature (Cambridge University Press, 1969), Plotting Women. Gender and Representation in Mexico (Columbia University Press, 1989), Marcar diferencias/ Cruzar Fronteras (Cuarto Propio, 1996), The Decline and Fall of the Lettered City: Latin America and the Cold War (Harvard University Press, 2001) y Cruel Modernity (Duke University Press, 2013). Correo electrónico: jf29@columbia.edu Traducción de Félix Ceballos (Profesional en filología e idiomas-Inglés, Universidad Nacional de Colombia, Postulante a Maestro en Literatura Pontificia Universidad Javeriana. Profesor de inglés en el Proyecto de Internacionalización-Explora un Mundo (2013-2014), Unidad de Extensión de lenguas extranjeras, Departamento de Lenguas extranjeras, Facultad de Ciencias Humanas (2013-presente), Universidad Nacional de Colombia. Ha realizado numerosas traducciones en literatura, estudios lingüísticos y análisis del discurso. Correo electrónico: fl[email protected] Ensayo Una versión anterior de este artículo se presentó en la “Cátedra Stanley y Joan Pierson 2006” del Departamento de Historia de la Universidad de Oregón en Febrero 17 de 2006. Versión original titulada “‘Alien to Modernity’: The Rationalization of Discrimination”, en A contracorriente Vol. 3, No. 3, Spring 2006, 1-16. Documento accesible en línea desde la siguiente dirección: http://revistas.javeriana.edu.co doi: 10.11144/Javeriana.cl19-38.amrd Cómo citar este ensayo: Franco, Jean. “Ajeno a la Modernidad: la racionalización de la discriminación”. Cuadernos de Literatura 19.38 (2015): 17-33. http://dx.doi.org/10.11144/Javeriana.cl19-38.amrd

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En la introducción al reporte de la Comisión Peruana de reconciliación y verdad, publicado en 2003, Salomón Lerner, presidente de la misma en su momento, deja ver su disgusto con respecto a la historia de discriminación en su país. Acusa al ejército y a la fuerza pública por un lado y a la insurgencia por el otro, de cometer atrocidades y masacres durante la Guerra Civil de la década de 1980 y comienzos de 1990 en la cual se estima que unas 69.000 personas fueron asesinadas o desaparecieron y miles fueron forzados a abandonar la región sur-central de sierra.

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17CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 17- 33Ajeno a la Modernidad: La racionalizacin de la discriminacinAlien to Modernity: The Rationalization of DiscriminationAlheio Modernidade: Racionalizao da discriminao Jean FrancoCOL UMBI AUNI VERSI TY, ESTADOSUNI DOSProfesora Emrita de Columbia University, Nueva York. Autora de The Modern Culture of Latin America (Penguin Books, 1967), Csar Vallejo. The Dialectics of Poetry and Silence (Cambridge University Press, 1976), An Introduction to Latin American Literature (Cambridge University Press, 1969), Plotting Women. Gender and Representation in Mexico (Columbia University Press, 1989), Marcar diferencias/ Cruzar Fronteras (Cuarto Propio, 1996), The Decline and Fall of the Lettered City: Latin America and the Cold War (Harvard University Press, 2001) y Cruel Modernity (Duke University Press, 2013). Correo electrnico: [email protected] de Flix Ceballos (Profesional en lologa e idiomas-Ingls, Universidad Nacional de Colombia, Postulante a Maestro en Literatura Ponticia Universidad Javeriana. Profesor de ingls en el Proyecto de Internacionalizacin-Explora un Mundo (2013-2014), Unidad de Extensin de lenguas extranjeras, Departamento de Lenguas extranjeras, Facultad de Ciencias Humanas (2013-presente), Universidad Nacional de Colombia. Ha realizado numerosas traducciones en literatura, estudios lingsticos y anlisis del discurso.Correo electrnico: [email protected] versin anterior de este artculo se present en la Ctedra Stanley y Joan Pierson 2006 del Departamento de Historia de la Universidad de Oregn en Febrero 17 de 2006.Versin original titulada Alien to Modernity: The Rationalization of Discrimination, en A contracorriente Vol. 3, No. 3, Spring 2006, 1-16.Documento accesible en lnea desde la siguiente direccin: http://revistas.javeriana.edu.codoi : 10. 11144/Javer i ana. cl 19- 38. amrdCmo citar este ensayo:Franco, Jean. Ajeno a la Modernidad: la racionalizacin de la discriminacin. Cuadernos de Literatura 19.38 (2015): 17-33. http://dx.doi.org/10.11144/Javeriana.cl19-38.amrd18CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 17- 33JEANFRANCOEnlai ntroducci nalreportedelaComisinPeruanadereconcilia-cin y verdad, publicado en 2003, Salomn Lerner, presidente de la misma en su momento,dejaversudisgustoconrespectoalahistoriadediscriminacinen su pas. Acusa al ejrcito y a la fuerza pblica por un lado y a la insurgencia por el otro, de cometer atrocidades y masacres durante la Guerra Civil de la dcada de 1980 y comienzos de 1990 en la cual se estima que unas 69.000 personas fue-ronasesinadasodesaparecieronymilesfueronforzadosaabandonarlaregin sur-central de sierra. Tres de cada cuatro vctimas, seal, eran campesinos que tenan por lengua madre el Quechua. Aunque se niega que la guerra haya sido un conicto tnico, Lerner escribi que []estasdosdcadasdedestruccinymuertenohubieransidoposibles sin un profundo desdn hacia las poblaciones desposedas del pas. Un des-precio igualmente expresado por los insurgentes del Sendero Luminoso y por elejrcito,undesprecioqueseencuentraenquistadoenlatotalidaddela cotidianidad peruana. DelladodeSendero,elexterminiodecomunidadesenterassejustic como medio estratgico para un n especco. Como el rgimen Pol Pot en Cam-boya, Sendero busc destruir la infraestructura de la sociedad del momento bajo el liderazgo de intelectuales y la construccin desde cero de la misma, atomizan-do lealtades comunitarias en el proceso. Lo que resulta de inters en este texto es el lenguaje y el discurso discriminatorio, no solo en su manifestacin ms obvia comoinsultodegradante,sinotambincomosentidocomnycomolosofa poltica. En referencia a un archivo de 16.000 testimonios de abuso en la Guerra Civil peruana, Salomn Lerner llama la atencin acerca del hecho de que: [] una y otra vez, es el insulto racial, el ataque verbal a la gente humilde el que acta como una contencin que precede a las golpizas, las violaciones, los secuestros de hijos e hijas, el tiro de gracia de un agente armado de las fuerzas armadas o la polica1. El insulto es un acto de habla performativo, uno en el que el discurso lleva a cabo una accin, en este caso, la expulsin de la humanidad y todo lo que esto implica. As lo denuncia la Comisin Guatemalteca de Esclarecimiento Histrico en la documentacin de la masacre de miles de indgenas Mayas: 1El reporte de la Comisin se encuentra en: http://www.cverdad.or.pe. 19CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 17- 33Ajeno a la Modernidad:La racionalizacin de la discriminacinElracismo,desdelaperspectivadelejrcito,justicequivalenciaentrein-dgenaseinsurgentesygenerlacreenciadequeerandistintos,inferiores, y poco menos que humanos, ajenos al universo moral de los perpetradores, haciendo su eliminacin menos problemtica. (Grandin 2005) Lo que es notable de la Comisin Peruana de Reconciliacin y Verdad, y quefuedesignadaporelpresidenteprovisionalValentnPaniaguainmediata-mentedespusdelasalidadeFujimoridelPer,esquesehacenfasisenun escndalopocoinvestigadoperoquevienedesiglosatrsalsealarseelsenti-miento de exclusin y diferencia experimentados por la gente y las comunidades victimizadas en los conictos armados, tambin al hecho de que para los centros depoderpolticoyeconmicoloqueocurrienlospueblos,casasyfamilias peruanas, ocurri en otro pas, un Perajeno a la modernidad, sealando as, no solo la discriminacin pblica, sino tambin un sentido comn generalizado y encubierto cuyos efectos fueron evidentes tanto para el hablante como para el receptor u objeto de los mismos. Que los indgenas han sido arrinconados de la nacin-Estado es un hecho biensabido.DesdeladescripcinqueSarmientohacedeBuenosAirescomo unenclaveurbanoasediadoporlastierrassalvajesysushabitanteshastalos esfuerzos de Porrio Daz para reubicar a los problemticos Yaqui, los indgenas exiliadosporsusupuestacalidaddeprimitivosajenosalasociedad,pariasde la modernizacin y sin estatus de ciudadanos en el Estado Repblica. La con-quistaespiritualdelNuevoMundoporcuentadelosEspaolesCatlicosse fundament bajo la lgica de la limpieza y persecucin contra el mundo judo y el musulmn discriminados con base en argumentos religiosos.El Estado secular post independentista vio la iglesia como una fortaleza de reaccin y anti moder-nizacin y cambi las bases de discriminacin yendo de las creencias religiosas herticas al atraso y la resistencia a la modernizacin. Elpatrnporelcuallaherejareligiosaseconmutenherejacontrael Estado,justicandoelgenocidio,esporsupuesto,unfenmenoquenoperte-necenicamenteaLatinoamrica.Ensutrabajodocumentalacercadelcampo deexterminiodeAuschitz,VanPeltyDworkargumentanqueelexterminio delosjudosarticulprejuiciosquevenandesiglosatrscontralosenemigos delacristiandadconelproyectoimperialquebuscabareclamarlosterritorios orientalesquesehabanperdidoconanterioridad,ascomolareubicacinde los alemanes en el imperio recin expandido al desplazar y exterminar a las co-munidades judas (van Pelt y Dwork 1996). En Latinoamrica, el pretexto para la subyugacin de los indgenas se reformul de manera constante de acuerdo a las 20CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 17- 33JEANFRANCOnecesidades del Estado. Se libr en cientos de diferentes escenarios que fueron desde las guerras de casta de Yucatn, la campaa del desierto en la Argentina, el decomiso de los territorios Mapuches en Chile, as como en los proyectos de asimilacin pacca promovidos por los Indigenistas. Laseparacinindgenadelgruesodelapoblacinydelascorrientesprin-cipalesdelEstadosedecretinmediatamentedespusdelaconquistacuandose fundaron municipios indgenas separados, constituyendo de este modo, en palabras deDazPolanco,lasinstitucionesmsimportantesdeldominioespaol(Daz Polanco 1997). El nacionalismo econmico y cultural moderno se fund bajo este r-gimen colonial de segregacin indgena, lo cual trajo una clase marginal diferenciada tnicamente de modo que las poblaciones indgenas se empezaron a ver, en palabras deCarlosIvnDegregorisolocomovctimas,osolodesdesuinterior,consus energas concentradas en reproducir una casi inmutable forma de vida (Degregori 1998). Fueron as estigmatizados, convertidos en chivos expiatorios de la moderniza-cin fallida o incompleta de la nacin. Una solucin propuesta con frecuencia para enfrentar este problema fue la asimilacin y la renuncia al idioma, a las creencias y tradiciones, como precio a pagar por su acceso a la modernidad (Mayer 1992).Lafraseajenoalamodernidadesclaramenteelresultadodedcadase incluso siglos de sedimentacin de un discurso de discriminacin convertido en axioma.Aunquenosedeberanmezclarlosefectosdelaidentidadtnicayde gnero, la aseveracin de Judith Butler con respecto al gnero puede aplicarse a la diferencia tnica. Ella lo reere como un[] modo epistemolgico de apropiacin, medio y distanciacin [] que per-tenece a una estrategia de dominacin que marca el yo contra el otro lo cual se ha sedimentado a su vez a travs de un proceso de repeticin. (Butler 1990) El discurso es un texto social que se aprende, se reproduce y se reitera cons-tantemente como si se tratara de sentido comn. En un artculo publicado en la web, El sujeto del saqueo y la violacin, Slavoj iek, al comentar los rumores de saqueo en Nueva Orleans despus del desastre, escribe que, [] incluso si los reportes de violencia y saqueo prueban ser ciertos, los rela-tos probarn ser patolgicos y racistas puesto que lo que motiva estos relatos eselprejuiciodelracismo,lasatisfaccinquesientenquienesseatrevena decir: ya ves, as son los negros (iek 2005) En el documento que aqu se examina, la conclusin es que los indgenas sonas,ajenosalamodernidadycomosever,supuestamenteprogramados para la violencia.21CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 17- 33Ajeno a la Modernidad:La racionalizacin de la discriminacinLasconsecuenciasdevastadorasdeestosdiscursosdesentidocomn salieronaoteenunfamosoincidentedelaguerracivilquefuepuestobajo profundoescrutinioporlaComisindeVerdadyReconciliacin.Ocurrien enerode1983cuandoungrupodeochoperiodistasperuanosfueronatacados y asesinados en la aldea de Uchuraccay. Al respecto se han escrito innumerables pginas, pero aquello que llama la atencin es la manera en la que el prejuicio y la discriminacin se validaron como verdad irrefutable. Los periodistas, quienes viajabanaHuaychaoainvestigarlosasesinatosdeunosmiembrosdelgrupo SenderoLuminosoamanosdeindgenasdelazona,fuerongolpeadoshasta morir mientras intentaban pasar por la aldea vecina, Uchuraccay, en una regin de la Sierra parcialmente controlada por Sendero. Las muertes, ocurridas en el marco de la guerra civil, no por ello pasaron desapercibidas y fueron la causa de numerosas protestas a nivel nacional.AunqueloocurridoenUchuraccayfueunincidentemsenlaguerra civilentreSenderoLuminosoyelejrcitoylapolica,tuvounaimportancia extraordinaria porque las vctimas fueron periodistas a los que pstumamente se lesconmemorcomolosmrtiresdeUchuraccay,tambinporquelacomisin realiz una investigacin de los hechos bajo la direccin de Vargas Llosa, famoso novelista,intelectualpblicoyeventualcandidatopresidencialyporquesure-porte caus polmica. La comisin Vargas Llosa, que incluy antroplogos, un experto legal, un lingista (el nico hablante de quechua) y un psicoanalista, lleg en helicptero a la zona y estuvo all por un lapso de menos de tres horas lo cual, comosealaronloscrticosylaComisindeVerdad,fueenextremoirregular. Sin embargo, Vargas Llosa emiti un reporte hbilmente escrito y posteriormente dio numerosas entrevistas y escribi artculos y textos rebatiendo la opinin de quienescriticaronsureporteinicial,textosquesepublicarondespusenuna coleccin de ensayos bajo el llamativo ttulo: Sangre y mugre de Uchuraccay2. LasimplicacionesdeltextodeVargasLlosavanmsalldeleventomismoy genera inquietudes acerca de las races de la violencia, acerca de la atrocidad y de la discriminacin y eventualmente, acerca del sistema de justicia en una nacin multilinge. Tambin genera inquietudes acerca del estatus tico de la literatura y de la naturaleza autoritaria de la ciudad letrada. 2Mario Vargas Llosa, Contra viento y marea, vol. 3 (Barcelona: Seix Barral, 1990) incluye diez textosacercadeUchuraccaybajoelttulo,SangreymugredeUchuraccayqueincluyela versinenespaoldelensayopublicadoenTheNewYorkTimesdelcualelautordeeste artculo realiz sus traducciones. Ver tambin la entrevista con Alberto Bonilla, Despus del Informe. Conversacin sobre Uchuraccay, Contra viento y marea, vol 3, 150-1.22CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 17- 33JEANFRANCOEn su reporte y entrevistas, artculos y polmicas, Vargas Llosa, una y otra vez, se representa a s mismo como al hombre moderno y racional que debe en-frentar a ese otro ser que es ajeno. En su vvido escrito Pesquisa en los Andes, artculo que se public en The New York Times, el cual encapsula el trabajo de su comisin, empieza por recrear los pensamientos y sensaciones de los periodistas en su viaje en taxi, sin ninguna premonicin de peligro, y luego su caminata en arduos terrenos hacia Huaychao, una ruta que los llevara a travs de Uchuraccay. Esta parte de la narrativa se cuenta con un detallado ojo novelstico. Vargas Llosa reproduce las bromas, el momento en que se detuvieron para tomar fotografas, tambin describe el sitio en el que se detuvieron para desayunar, el encuentro con elgua,JuanArgumedo,conquiensereunieronenelmomentoenqueestese encontraba cortando madera. Esta empata con los periodistas, su preocupacin por cada detalle del viaje nal de estos, se encuentra en brusco contraste con la descripcinquehacedeloscomuneroshablantesdequechuaaquienesdael nombre de iquichanos y quienes son descritos como un grupo que se aferra a unas antiguas creencias en los apus los dioses de las montaas. Los iquichanos queaparecenensureportesonmonolinges,desesperadamentepobresyen ocasiones violentos, especialmente si ven amenazada su forma de vida. Durante laindependencia,losiquichanosfueronunmovimientorebeldequeluchde ladodelosrealistasyquesenegaaceptarlaRepblica.Lospocosestudios acerca de su forma de vida, escribe, los describen como defensores celosos de esos usos y costumbres, los cuales, aunque arcaicos, son los nicos que tienen.LoqueresultaimpactantedelrelatodeVargasLlosaesque,mientraslas acciones de los periodistas y de los mestizos tienen sentido, las de los indgenas parecen absurdas. Entienden tan poco de las explicaciones de los esquemas de la ley, escribe: [] mientras les expliqu esto (que en el Per es ilegal matar y que existen jueces y cortes que son los organismos que estn a cargo de la ley) y miraba sus rostros, me sent tan absurdo e irreal como si hubiera estado adoctrinn-dolos en la verdadera losofa revolucionaria del camarada Mao traicionado por el Perro contrarrevolucionario, Den Tsiao Ping. VargasLlosa,demanerainequvoca,identicaelementosmgico-rituales enlamatanzalasheridasparecanseguirunpatrnritual.Losperiodistas fueron enterrados boca abajo como demonios o como quienes han pactado con eldemonio.Sustobillosestabanrotosparaevitarqueregresaranavengarse. Concluye: La violencia que observamos nos sorprende porque es anmalo ver algo as en nuestra vida cotidiana. Para los iquichanos esa violencia es la atmsfera 23CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 17- 33Ajeno a la Modernidad:La racionalizacin de la discriminacinen la que se mueven desde el nacimiento hasta la muerte. Solo cabe preguntarse cmo es que Vargas Llosa nicamente ve una violencia que nos sorprende en los asesinatos cometidos por los iquichanos siendo que la vida moderna ofrece ejemplosadiariodetiroteosainmigrantesilegalesquecruzanlasfronteras,de torturas y de bombardeo a inocentes. Enelmomentoenquelacomisinsepreparaparadejarellugar,una pequea mujer de la comunidad empieza a danzar de repente. Vargas Llosa la describe as:Canturreaba una cancin que no pudimos entender. Era una indgena peque-a como una nia pero con rostro de anciana, con los pmulos cuarteados y los labios hinchados de quien ha estado expuesto al fro de los punas. Estaba descalza, y vesta faldas coloridas, un sombrero con cintas y mientras cantaba y bailaba, nos golpeteaba las piernas lentamente con una rama de ortiga. Nos despedasiguiendounantiguoritual?Nosmaldecaporperteneceraese mundodeforasterosSenderistas,periodistas,quieneshabantradonue-vos motivos de angustia y miedo a sus vidas? Nos exorcizaba? VargasLlosaconesaqueelincidentelodejaperturbadoporquesiente como si aquello le hubiera revelado una nueva y terrible historia de su pas. Nun-ca antes se haba sentido tan triste como ante el ocaso de las amenazadoras nubes de Uchuraccay, cuando:Vimos a esta pequea mujer bailando y golpetendonos con ortiga, quien pa-reca haber venido de un Per muy distinto al cual yo habito, un Per antiguo yarcaicoquehasobrevividoenmediodeestasmontaassagradasapesar delossiglosdeolvidoyadversidad.Estafrgilmujerera,sinduda,unade las personas que particip en la lapidacin de los periodistas puesto que las mujeres iquichana son tan beligerantes como los hombres. (El nfasis es del autor de este artculo)Pero cul es la diferencia entre esta llamada violencia primitiva y los cas-tigos ejercidos por Sendero o el ejrcito mismo?, el hecho de que los aldeanos golpearonconpalosypiedrasynoconpistolasydinamita?,setratadela participacindemujeresloquehacequeesteeventoseatanasombrosopara Vargas Llosa? Las acciones de la mujer resultan inexplicables, sus palabras inin-teligibles, pero el autor en ninguna parte sugiere que su ignorancia del quechua, una lengua hablada por miles de sus compatriotas campesinos, pueda ser parte del problema.24CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 17- 33JEANFRANCOVeinte aos despus, la Comisin de Verdad y Reconciliacin contara una verdad muy distinta, una verdad que incluira el testimonio quechua. Se seal queSenderohabapreviamenteinltradolaaldea,causandoalarmayquelas demandasdeproteccincontraataquesdeSenderofueronignoradasyconti-nuaronsiendoignoradasporlasautoridades.LaComisindeVerdadsostuvo que el miedo que los haba empujado a tomar a los periodistas por Senderistas, llevndolos a matarlos, no se debi a retroceso y arcasmo, sino que se trat de una respuesta a un peligro claro y presente trado por las propias tcticas de Sen-dero y la respuesta del ejrcito. De hecho, etngrafos que han estado trabajando en otras comunidades han notado la constitucin de estrategias de identidades comunitarias en servicio de la supervivencia de la cual la milicia campesina (ron-das) form para proteger las comunidades de ataques de Sendero, por dems, su colaboracin con el ejrcito y la polica se constituyeron en buenos ejemplos de lo anterior (Theidon 2003). Uchuraccaynofuenuncaunacomunidadquecarecieradecontactocon el resto del Per. Haba un colegio, una iglesia, un cementerio y un cabildo. La aldea se encuentra situada estratgicamente del centro de actividades de Sende-ro,miembrosdelaorganizacinguerrilleracoexistanenunestadodetensin con los habitantes de la aldea, lo cual lleg a su punto lgido cuando intentaron organizaruncolegioparaadoctrinaralasmujeres.Fueestoloqueocasionel levantamiento hostil de la comunidad, una hostilidad que se agrav cuando Sen-dero ejecut al lder de la comunidad, Alejandro Huamn, lo cual, a su vez, llev aquelacomunidadseresistierayasesinaraconpiedrasymazasdemaderaa cinco senderistas, meses antes de los acontecimientos de enero de 1983. La accin fueaprobadaporelgeneralNoel,comandanteregionaldelasfuerzasarmadas, quien envi en helicptero a quince de sus miembros de las fuerzas de seguridad, conocidos como sinchis, para alentar a la comunidad a atacar a cualquier extrao que se acercara a la zona. Cuando los periodistas llegaron a la aldea, los comuneros se negaron a es-cuchar sus explicaciones, asumieron que eran Senderistas y los apalearon hasta matarlos, luego enterraron rpidamente los cuerpos cerca de la plaza central. Los cuerpos del gua Juan Argumedo y de Severino Huscar Morales, un simpatizan-te de Sendero, fueron mantenidos en secreto para que los sinchis no sospecharan que Sendero haba estado presente en la comunidad y tomaran represalias3. La co-munidad, dividida hasta entonces, decidi hacer un pacto de silencio con respecto 3Setratabadeuntemorlegtimo,debidoalasmanerasextremasenqueelejrcitotomaba represalias. 25CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 17- 33Ajeno a la Modernidad:La racionalizacin de la discriminacina aquellas dos muertes y reportaron las muertes de los periodistas como un acto contra el terrorismo. El uso de terrorismo como justicacin para la retaliacin violenta no tuvo nada que ver con un ritual arcaico sino una respuesta, errada es cierto, a una situacin intolerable y completamente contempornea. Ms an, la indiferencia de la comisin Vargas Llosa y del gobierno Balande a las peticiones de la comunidad para que se les protegiera de los ataques de Sendero la senten-ci a su completa extincin. En las vsperas de la masacre, ciento treinta y cinco miembros de la comunidad, de un total de 470 habitantes, fueron asesinados, la mayora por Sendero, de manera que la comunidad se disemin y dej de existir. Losmiembrosquenoperecieronenlamasacreabandonaronelpobladoyse vieron obligados a ocultar su identidad y paradero; algunos describieron su vida en el exilio como una suerte de sonambulismo, hemos vivido enajenados. Muy pocos han retornado desde entonces.LaComisindeVerdadyReconciliacinatravesmomentosmuydifciles para subrayar las peligrosas consecuencias de la distorsin y la malinterpretacin que se haba hecho de las acciones de la comunidad hasta el momento. Un ejemplo deellosesquelacomisinVargasLlosadescribialoscomuneroscomoiqui-chanos, un supuesto grupo prehispnico conocidos por su naturaleza beligerante. De hecho la reputacin violenta de este grupo fue una invencin de las lites del siglo XIX, no una verdad histrica. En todo caso, lo anterior fundamenta la tesis de los dos Pers el Per arcaico, violento e insensible al cambio, y el Per moderno propuestaporVargasLlosayaparentemente,porelantroplogoenlacomisin VargasLlosa,quienconcluyqueelmejoramientoyelprogresosonnociones inconcebiblesparaellos,ypusoenteladejuicioelquelacomunidadpudiese hacerdistincionesmorales,constitucionalesyjurdicas()entreelbienyel mal. Pasaron por alto el hecho de que algunos comuneros estaban vestidos como cualquier otro peruano de la urbe y llevaban relojes de pulso, y que el 30% de la comunidad estaba alfabetizada. Una de sus numerosas demandas tena que ver con la escolarizacin de la comunidad tanto en espaol como en quechua, puesto que sabandelasdesventajasdelmonolingismo;tampocoignorabanlasleyesdela constitucin, dado que con frecuencia haban recurrido a la guardia civil. ComolaComisindeVerdadseal,lainterpretacinqueVargasLlosa hizodeloseventoscontribuyeaunparadigmaqueesencializalasdiferencias culturales y construye la imagen de una comunidad primitiva y completamente aislada de la vida ciudadana y por tanto, de la nacin. De parte de la izquierda, los periodistastergiversaronlasaccionesdelacomunidadylaspresentaroncomo acciones de los sinchis, miembros de la unidad antiterrorista de la guardia civil. La malinterpretacin estuvo tambin presente en los subsecuentes juicios a tres 26CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 17- 33JEANFRANCOcomuneros a quienes se acus de perpetrar las masacres. Los procedimientos se tradujeron de quechua a espaol, pero no de espaol a quechua, de modo que los acusados nunca entendieron los procedimientos. Tampoco se prest atencin a ninguna de las sutilezas de la lengua quechua, la cual requiere un sujo en cada oracinparadiferenciaraquelloquesereereaunadeclaracindesertestigo personalodeodas(Mayer1992).Loscomunerosfueronsentenciadosen1987 (uno muri en prisin y dos fueron liberados tiempo despus).Lo que llama la atencin de este incidente es la conviccin de Vargas Llosa de que l representa la voz de la razn y del sentido comn. Y pese a no hablar quechua y a tener poco conocimiento de las tierras altas de su pas, despus del incidente elabor su tesis de los dos Pers en sus novelas, en docenas de artculos y en entrevistas, e incluso en su crtica literaria. Cuando se reere al quechua en su novela Muerte en los Andes, publicada en 1993, para Lituma, protagonista de la historia, la lengua suena como msica salvaje. Cierto que el personaje ccional, Lituma, no debe confundirse con el propio Vargas Llosa, pero en ninguna parte desusescritosexistesugerenciaalgunadequeenunpasplurilingecomoel Per debe ser importante aprender quechua u otra lengua indgena. En la novela Muerte en los Andes, Lituma, un personaje que primero apa-receenlanovelaLaCasaVerde,sehaconvertidoenunguardacivildelnorte honesto y escrupuloso, y ha sido enviado a un rea que no conoce y con la cual nopuedeidenticarse.Enfrentadoaunaseriededesaparicionesinexplicables a mitad de una guerra civil, decide atribuir la matanza no a la guerra, sino a un ritualantropfago.Elcanibalismoesdescritocomounasuertederitualdesa-cricio dionisiaco liderado por mujeres. Solo las mujeres fueron a cazarlo en la ltima noche de la esta (Vargas Llosa 1996). La aparente violencia irracional de Sendero es, en esta novela, puesta al mismo nivel e incluso superada en horror por los rituales sangrientos del otro Per.A simple vista se puede notar que este llamado pasado arcaico y violento exis-te como un subconsciente en varias de las novelas del boom. En el cuento de Carlos Fuentes, Chac Mool, por ejemplo, el dios azteca de la lluvia viene a la vida y en Lanochebocaarriba,deJulioCortzar,elajenopasadoaztecaconsuscultos de sacricios se levanta para devorar al hombre moderno que se convierte en una vctima sacricial. Pero en Vargas Llosa el pasado arcaico asume no solo una forma ccional, sino que tambin se convierte en losofa poltica, una losofa que puede ser descrita en palabras de Vctor Vich como autoritaria y que cierra toda puerta al dilogo (Vich 2002). Del mismo modo en que Octavio Paz crey que el moderno Estado mexicano realizaba una recreacin de la violencia primitiva de los aztecas, VargasLlosahacequeunodelospersonajesdeMuerteenlosAndessepregunte 27CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 17- 33Ajeno a la Modernidad:La racionalizacin de la discriminacinsi lo que est pasando en Per no es acaso una resurreccin de esa violencia ya enterrada. Como si hubiera estado escondida en algn lugar y, de pronto, por algu-na razn, hubiera resurgido. Lo cual es una perspectiva compartida por algunos militares del momento. Siempre ha habido violencia en estas montaas, desde el tiempo de los incas y los espaoles, arm el comandante Vasquez quien adems terminaba: Cmo podemos hacer la paz con estos indios?4.Lo que est detrs de esta actitud es una losofa poltica que Vargas Llosa presentabajolaformadecrticaliterariaensulibroLautopaarcaicaacerca delescritorPeruanoJosMaraArguedas.Arguedas,unescritorperseguido, hablante del quechua y del espaol, quien vivi y viaj a lo largo y ancho de todo el Per andino y pas toda su vida escribiendo acerca de las culturas indgenas, supersistenciaytransformaciones,escruelmentecaricaturizadoporSendero como un nacionalista exacerbado que llevaba un bigote a lo Hitler, que tambin fue ridiculizado por la derecha como un indigenista romntico. Como folcloris-ta,Arguedasrecolectevidenciadeuncultopopularalrededordelagurade Inkarri, el lder Inca cuyo cuerpo decapitado, se crea, volvera a estar completo de nuevo y retornara algn da. Vargas Llosa argumenta [] el dios mutilado que fue rehecho en su refugio subterrneo era emblema del deseo de resurreccin de esa utopa arcaica a la que l [Arguedas] ha sido siempreinstintivamenteel,inclusocuandosurazneinteligencialedeca quelamodernizacindelareginerainevitableeindispensable.(Vargas Llosa 132)5Veinte aos despus del suicidio de Arguedas en 1969, posterior a la devas-tacin de la guerra civil y muchos aos despus del incidente Uchuraccay, Vargas Llosa dedic un libro de ms de 300 pginas a este escritor hacia el cual mostraba sentimientos,enelmejordeloscasos,ambiguos.Arguedasescribi,dice,solo una novela hermosa, Ros profundos; el resto de su trabajo es una serie parcial dexitosyfracasos.Apesardeestatibiaintroduccin,esclaroquelacrtica literaria es solo una distraccin de un proyecto mucho ms amplio el de destruir aquelloqueVargasLlosaentiendecomolaerradacreenciadeArguedasenel colectivismoysuoposicinaunaformaparticulardemodernizacin,siendo claroqueArguedaspostulmsinquietudesquerespuestas.Es,tambin,muy 4Citado como epgrafe por Kimberley Theidon, en la version inglesa de su ensayo, How we learned to kill our brother: Memory, morality and reconciliation in Peru, disponible en lnea en: http://www.celat.ulaval.ca/histoire.memoire/histoire/cape1/theidon.html5Para un punto de vista distinto ver a Alberto Flores Galindo, Europa y el pas de los Incas. La utopa andina (Lima: Instituto de Apoyo Agrario, 1986).28CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 17- 33JEANFRANCOdifcilnopreguntarseporquVargasLlosa,unautorquesiempredefendi pblicamentealaliteraturacomoundesafoalarealidad,criticaaArguedas precisamente por ese trabajo que no se corresponde con la realidad? Acaso la respuestaestenlaaprensinconqueconfrontaaeseextraonuevoPeren 1999, que lo rechaz como candidato a la presidencia a favor del peruano-japons Fujimori, un presidente que at la modernizacin a la polica estatal? O es que necesitabadescribirelidealcolectivocomoretrgradoparapoderproponeral individuo autnomo de la losofa liberal bajo una luz ms positiva?La losofa de Vargas Llosa, extrada de La sociedad abierta y sus enemigos deKarlPopper,esdescritacomoracionalycompletamenteopuestaalmundo mgicoreligiosoquepromulga,eseldeArguedas.Popperelaborsuteora comounacrticaaltotalitarismo,cuyaspremisashallenPlatnyarguyque nos enfrentamos a una eleccin, [] entre depositar nuestra fe en la razn y en el ser humano individual o en depositarnuestrafeenlasfacultadesmsticasdelhombrepormediodelas cuales se encuentra unido a la colectividad; y que esta eleccin es, al mismo tiempo, una eleccin entre una actitud que reconozca la unidad de la huma-nidad y una actitud que separa a los hombres entre amigos y enemigos, entre amos y esclavos. (Popper 1952) Siguiendo a Popper, Vargas Llosa desestima lo mgico religioso como primi-tivo y supeditado a lo colectivo; es el reemplazo de lo mgico por el pensamiento cientco lo que permiti la disolucin de la realidad colectiva humana de la hor-da y de la tribu en una comunidad libre dominada por el individuo (Vargas Llosa 186). Extraamente, las creencias mgico-religiosas se le atribuyen nicamente a los indgenas a pesar del hecho de que la religin es generalizada en las socieda-descontemporneas,nomenosenlosEstadosUnidosdondemillonessiguen esperando el apocalipsis. En un brillante ensayo acerca de la cholicacin del Per, Jos Guillermo Nugent llama a esto contramodernidad y escribe que va ms all de la exclusin. Se atribuye de manera agresiva una identidad arcaica a ciertos actores sociales y se asegura la continuidad y reproduccin de este tipo de discurso (Nugent 73). Los indios son as, atrasados y violentos.La consecuencia de esta perspectiva que ve el progreso como un desarrollo linealquepartedecomunidadesvinculadasporlascreenciasmgicashastala sociedad moderna es que requiere la desaparicin del progreso indgena. El cr-ticomexicanoHctorDazPolancoempleaeltrminoetnofagiaparadescribir la eliminacin de la diferencia indgena, que depende de los efectos de asimila-cin que desempean mltiples fuerzas de la cultura nacional dominante (Daz 29CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 17- 33Ajeno a la Modernidad:La racionalizacin de la discriminacinPolanco 59). Sin importar si la formulacin es en trminos del progreso, del de-sarrollo, de la modernidad o incluso de la revolucin, tales soluciones derivan de una formacin discursiva que homogeniza y simplica la identidad indgena sin tomar en cuenta la sedimentacin histrica de la discriminacin, lo cual ha sido subrayadoporlaComisindeReconciliacinyVerdad.Entresusnumerosas recomendaciones hay propuestas que buscan reeducar a la ciudadana. TambinlasconclusionesdelalaComisindeReconciliacinyVerdad han generado debates acerca de los derechos indgenas, la impunidad, la repa-racin y la responsabilidad del Estado (Garca 54). Es la propuesta de no menos que unnuevo pacto entre el Estado y la sociedad peruana, y entre los miembros de esa sociedad, empleando trminos que no se escuchan con frecuencia en el discurso poltico, trminos como: perdn, responsabilidad y justicia. En un com-promisoserioconlasprcticasdemocrticas,lacomisinmantuvoaudiencias pblicas en las que se dio voz a todo tipo de opiniones, incluyendo aquellas opi-niones formuladas en lenguas tradicionalmente excluidas. En su determinacin de construir una nueva historia, se busc la reunin de comunidades divididas por la guerra y se busc tambin, la constitucin de un pas que se reconociera, con conviccin, como una nacin multitnica, pluricultural y multilinge. Entodocaso,comoelhistoriadorGregGrandinseala,lasComisiones deVerdadsoncuerposcontradictoriosporquegeneranesperanzaenlajusti-cia simbolizada por los juicios de Nuremberg a la vez que operan dentro de las limitadascondicionespolticasqueexistenenlamayoradeEstadosdelaera post-guerra fra (Grandin 18). Mientras que la comisin peruana tuvo que ven-cer grandes dicultades para publicitar sus hallazgos y confrontar a la sociedad peruana con su pasado violento, la sociedad a la cual investig ya se encontraba enlamitaddeunintensoprocesodecambioenelcualladiscriminacinera laconsecuencia.Dehecho,enlaspginasnalesdeLautopaarcaica,Vargas Llosa reconoce estos cambios y celebra la conversin de los indgenas en cholos urbanos y subraya que la emergencia de un nuevo Per informal elimina el sueo utpicodeArguedasparasiempre.Graciasaestosexindios,cholos,negros, mulatosyasiticos,escribe,sehadesarrollado,porprimeravezennuestra historia, un capitalismo popular y un mercado libre en el Per. En lo que todos los peruanos pueden ahora estar de acuerdo es que, [] el Per que est en plena formacin no se parecer en nada al resucitado Tahuantinsuyu; no ser una sociedad colectiva de naturaleza tnica, tampoco unpasenguerraconvaloresburguesesdecomercioydeproduccinde riqueza, ni un pas cerrado a un mundo exterior de intercambio en defensa de su identidad inmutable. 30CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 17- 33JEANFRANCOLos indgenas son identicados con ideales socialistas desacreditados para podergloricarotragurafantstica:elindividuoautnomodelcapitalismo6. Pero la discriminacin no desaparece. Los indgenas urbanos generan temor ha-cia sus posibles actos violentos y desintegracin social cuyos ndices, de acuerdo a Guillermo Nugent, pueden verse en el caracterstico paisaje urbano de Lima, de casas aseguradas tras alambre de pas y rejas de hierro tras las cuales habita el individuo autnomo que Vargas Llosa enaltece (Nugent 89-90). Estasesgadatesisdenal-de-historianosemantuvopormuchotiempo. Lo que ha marcado a la reciente sociedad peruana y de hecho a la sociedad an-dina en general, ha sido la emergencia de una fuerza poltica indgena que ahora interviene a menudo de manera efectiva en la cultura y la poltica del continen-te,generando,porlomenosparaVargasLlosa,unnuevoespectro,elespectro delracismoindgenaqueseidenticaconEvoMoralesenBolivia,conHugo Chvez en Venezuela, y con el candidato presidencial Ollanta Humala en Per. AlaadvertenciaquehaceVargasLlosaacercadeunnuevoracismo,deindios contra blancos, se le dio amplio cubrimiento en Europa y Amrica Latina. Vargas Llosa arguye que la discriminacin en Amrica Latina no es racial sino cultural y econmica, en consecuencia, de manera irnica seal que Evo Morales no es un indgena, sino un criollo que es astuto como una ardilla, un escalador social, y un busca pleitos (latero). Sin tomar en consideracin su propio prontuario de prejuicio racial, Vargas LlosasereereaMorales,ChvezyHumalaindiscriminadamentecomocau-dillosbarbarosquienesestnconriendolegitimidadaunanuevaformade racismo7. Lo que Vargas Llosa no advierte empero, es que el fracaso del neolibe-ralismo por el cual abog tanto ha generado la bsqueda de nuevas alternativas que estn tomando numerosas formas, incluyendo el etnonacionalismo. El hecho de que los indgenas, lejos de ser unos verdaderos actores ajenos a la modernidad, est utilizando la modernidad, sus tecnologas, sus espacios, y sus posibilidades polticas(einclusoestnganandoelecciones)debeserespecialmentemolesto para l, teniendo en cuenta su poco disimulada rabia y consternacin, lo cual se ha visto reejado en armaciones como las que siguen, en las cuales describe el etnonacionalismo como un elemento profundamente perturbador que recurre a 6Charles Hale nos lo advierte, el ncleo del proyecto cultural del neoliberalismo no es el indi-vidualismo radical, sino la creacin de sujetos que se autogobiernen de acuerdo con la lgica del capitalismo globalizado (Hale 17). 7Raza, botas y nacionalismo fue publicado en El Pas en enero 15 de 2006 y ha sido publicita-do ampliamente. Existe una version en ingles en http://www.vcrisis.com31CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 17- 33Ajeno a la Modernidad:La racionalizacin de la discriminacinlos ms bajos instintos, los peores instintos del individuo, como la desconanza hacia los dems, hacia cualquiera que sea diferente (Lucas 2003).Talesgeneralizacionestancrudasnopueden,deningunamanera,contri-buir a un entendimiento del veloz cambio de panorama; tampoco, representar el alcance de las tensiones sociales que estn en juego. Un desarrollo paradjico de lo anterior es que los pueblos de la Sierra que no se consideran a s mismos como indgenas sino runasimi o campesinos, han sido reconocidos como indgenas por el presidente Toledo, quien, en su posesin, rm la declaracin de Machu Picchu en apoyo a los derechos indgenas. El gobierno de Toledo tambin cre la Comisin Nacional de los pueblos Andinos, Amaznicos y Afroperuanos (CONAPA), alprincipiobajoelliderazgocontroversialdelaesposadelpresidente,Eliane Karp(Garca170-171).Semejantemulticulturalismoocialabreespaciosalacti-vismo poltico pero tiene sus lmites (Hale 18-19). Ellegadodediscriminacintambinserevelaenlasnuevasidentidades adoptadas por los pueblos de la Sierra, particularmente cuando estos inmigran a las ciudades, identidades que incluyen indio mestizo y cholo. Algunos pue-blos de la Sierra han empezado a identicarse como altoandinos8, evadiendo de esta manera las categoras estigmatizadas de indio o chuto. En lo concerniente a este texto, las respuestas ms reveladoras frente a la historia de la discriminacin surgen en las tensiones sobre la lengua que han sido descritas por Mara Elena Garca en su libro acerca de la educacin bilinge. En reuniones con comunida-des de la Sierra, los padres han insistido con frecuencia en la prioridad que debe drsele a la alfabetizacin en espaol, puesto que es una vergenza ser mono-lingeensoloquechua,locualdemuestraqutanprofundaestenquistadala discriminacin en la diferencia lingstica y el analfabetismo. Es precisamente la negligencia histrica hacia la educacin indgena la que haentorpecidoeldesarrollodelquechuayquetambinhacontribuidoalais-lamientodeloshablantesmonolinges,especialmenteeldelasmujeres(Garca 96-104). Pero la vergenza de hablar quechua est siendo tambin superada de una manera bastante innovadora por los intelectuales indgenas quienes estn de-terminados a establecer el quechua como lengua escrita capaz de generar literatura e ideas, implementando, de esta manera, una de las ambiciones ms preciadas por JosMaraArguedas.AlapardeotrosmuchosgruposindgenasMapuches, Zapotecas,Aymaraslosintelectualesquechuasahoraempleanlastecnologas modernas para promover la escritura en sus comunidades, de esta manera ya no 8Ver los datos que aparecen en Kimberly Theidon (2003). Ver tambin Marisol de la Cadena, (2001). Nugent (1992) tambin desarrolla los trminos indio urbano y cholo.32CUADERNOSDELI TERATURAVOL. XI XN. 38JULI O- DI CI EMBRE2015 I SSN0122- 8102PGS. 17- 33JEANFRANCOestarn ciegos (Garca 146-148). Estos esfuerzos tienden a caer bajo el radar de la poltica nacional, pero se trata, tal vez, de la nica esperanza que tiene el Per pluricultural concebido por la Comisin de Verdad y Reconciliacin. Obras citadasButler, Judith. Gender Trouble. Feminism and the Subversion of Identity. Nueva York: Routledge, 1990.de la Cadena, Marisol. Reconstructing Race: Racism, Culture and Mestizaje. Latin America, NACLA Report on the Americas 34.6 (2001, mayo-junio): 16-23. Degregori, Carlos Ivn. Movimientos tnicos, democracia y nacin en Per y Bolivia. Ed. Claudia Dery. La construccin de la nacin y representacin en Mxico, Guatemala, Per, Ecuador y Bolivia. Guatemala: Flacso, 1998. Daz Polanco, Hctor. Indigenous Peoples in Latin America. Boulder: Westview Press, 1997.Flores Galindo, Alberto. Europa y el pas de los Incas. La utopa andina. Lima: Instituto de Apoyo Agrario, 1986.Garca, Mara Elena. Making Indigenous Citizens. Identity, Development and Multicultural Activism in Peru. Stanford: Stanford University Press, 2005.Grandin, Greg. The Instruction o Great Catastrophe: Truth Commissions, National History, and State Formation in Argentina, Chile and Guatemala. 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