textos - 2° encuentro - la teta asustada
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Circulo Nietzscheano Friedrich Nietzsche y Sigmund Freud
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II CINE DEBATE
“HUMANO DEMASIADO HUMANO: INDIVIDUO, SOCIEDAD Y EL
UMBRAL DE LA LOCURA”
MARCO TEÓRICO: Friedrich Nietzsche y Sigmund Freud.
PELÍCULA: ―La teta asustada‖
MIEMBRO: Alejandro J. Ojeda – Estudiante avanzado de Lic. en Psicología
CONTACTO: [email protected] – Cel: 362-4222574
FECHA: 20/04/2013
LUGAR: Nanas Suena Bien. Av. Paraguay 48, Resistencia, Chaco.
Presentación
En este segundo encuentro se exhibe la película peruana ―La Teta Asustada‖ dirigida
por Claudia Llosa, estrenada en el año 2009. Con el motivo de generar aproximaciones
entre el desarrollo de la película y dos autores contemporáneos: F. Nietzsche y S. Freud
y sus respectivas obras La Genealogía de la Moral (1887) y Tótem y Tabú (1911-1913).
El evento pretende enfocarse en dos ejes principales: la culpa y el sacrificio vistos como
dispositivos culturales necesarios para la conformación y conservación de una
comunidad. A su vez, permite realizar una inferencia del modo en que estos dispositivos
accionan en la subjetividad de sus miembros conduciéndolos a cometer actos que se
encuentran fuera de las normas del grupo social.
Sinopsis de la película
El film se basa en la historia de Fausta, una joven que según la creencia de su sociedad
sufre "la teta asustada", una extraña enfermedad que transmite el miedo y
el sufrimiento de madres abusadas sexualmente a sus hijos por medio de la leche
materna. La repentina muerte de su madre obligará a la mujer a vivir situaciones nuevas
y exigentes en su vida cotidiana encontrándose con ciertos miedos y temores, siendo
estos últimos una producción del mito que la atraviesa.
En el transcurso de su vida y al escuchar las terribles historias que su madre le contaba a
través de sus cantos cantados en quechua, Fausta se encierra en sí y vive condicionada
por amenazas imaginarias de violación que podía sucederle, haciéndole repeler
cualquier contacto con hombres que no fuesen de su propia familia.
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Es así como la joven padecerá un conflicto subjetivo con los valores impuestos por su
cultura que, desde su nacimiento, la indujo como poseedora de ―la teta asustada‖,
llevándola a cometer actos anormales.
Material complementario
El siguiente texto es una selección de fragmentos que se consideran propicios para dar
un marco teórico al film proyectado. La compilación, estructura, orden y títulos fueron
realizados por Alejandro Ojeda.
1. Aproximación teórica de Nietzsche1
La culpa: la deuda del animal humano a sus antepasados
―Como hacerle una memoria al animal-hombre? .Como imprimir algo en este
entendimiento del instante, entendimiento en parte obtuso, en parte aturdido, en esta
viviente capacidad de olvido, de tal manera que permanezca presente?≫... Puede
imaginarse que este antiquísimo problema no fue resuelto precisamente con respuestas y
medios delicados; tal vez no haya, en la entera prehistoria del hombre, nada más terrible
y siniestro que su mnemotécnica. Para que algo permanezca en la memoria se lo graba a
fuego; solo lo que no cesa de doler permanece en la memoria≫—este es un axioma de
la psicología más antigua…‖
―Cuando el hombre considero necesario hacerse una memoria, tal cosa no se realizo
jamás sin sangre, martirios, sacrificios; los sacrificios y empeños más espantosos (entre
ellos los sacrificios primogénitos), las mutilaciones más repugnantes (por ejemplo, las
castraciones), las más crueles formas rituales de todos los cultos religiosos (y todas las
religiones son, en su último fondo, sistemas de crueldades) —todo esto tiene su origen
en aquel instinto que supo adivinar en el dolor el más poderoso medio auxiliar de la
mnemónica.‖
―…se han imaginado, aunque solo sea de lejos, que, por ejemplo, el capital concepto
moral culpa (Schuld) procede del muy material concepto tener deudas (Schtdden).O que
la pena en cuanto compensación se ha desarrollado completamente al margen de todo
presupuesto acerca de la libertad o falta de libertad de la voluntad?‖
1 El contenido está compuesto por fragmentos textuales del segundo tratado de la genealogía de la moral
de la siguiente obra: NIETZSCHE, F. La genealogía de la moral. Trad. Andrés Sánchez Pascual. Alianza,
Madrid, 1996, pp. 69-102.
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―Profundamente arraigada y tal vez ya imposible de extirpar, la idea de una equivalencia
entre perjuicio y dolor? Yo ya lo he adivinado: de la relación contractual entre acreedor
y deudor, que es tan antigua como la existencia de sujetos de derechos y que, por su
parte, remite a las formas básicas de compra, venta, cambio, comercio y trafico.‖
―Cabalmente es en estas donde se hacen promesas; cabalmente es en estas donde se trata
de hacer una memoria a quien hace promesas; cabalmente será en ellas, es licito
sospecharlo con malicia, donde habrá un yacimiento de lo duro, de lo cruel, de lo
penoso.
El deudor, para infundir confianza en su promesa de restitución, para dar una garantía
de la seriedad y la santidad de su promesa, para imponer dentro de sí a su conciencia la
restitución como un deber, como una obligación, empeña al acreedor, en virtud de un
contrato, y para el caso de que no pague, otra cosa que todavía posee, otra cosa sobre la
que todavía tiene poder, por ejemplo su cuerpo, o su mujer, o su libertad, o también su
vida…‖
―al acreedor se le concede, como restitución y compensación, una especie de
sentimiento de bienestar, — sentimiento de bienestar del hombre a quien le es licito
descargar su poder, sin ningún escrúpulo, sobre un impotente, la voluptuosidad de faire
le mal pour le plaisir de le fairek [de hacer el mal por el placer de hacerlo], el goce
causado por la violentacion: goce que es estimado tanto más cuanto más hondo y bajo
es el nivel en que el acreedor se encuentra en el orden de la sociedad, y que fácilmente
puede presentársele como un sabrosísimo bocado, más aun, como gusto anticipado de
un rango más alto.Por medio de la pena infligida al deudor, el acreedor participa de un
derecho de señores‖
―En esta esfera, es decir, en el derecho de las obligaciones es donde tiene su hogar
nativo el mundo de los conceptos morales culpa (Schuld), conciencia, deber, santidad
del deber, —su comienzo, al igual que el comienzo de todas las cosas grandes en la
tierra, ha estado salpicado profunda y largamente con sangre...‖
―en qué medida puede ser el sufrimiento una compensación de deudas? En la medida en
que hacer-sufrir produce bienestar en sumo grado…‖
―Ver sufrir produce bienestar; hacer-sufrir, mas bienestar todavía —esta es una tesis
dura, pero es un axioma antiguo, poderoso, humano—demasiado humano Sin crueldad
no hay fiesta: así lo ensena la más antigua, la más larga historia del hombre —!y
también en la pena hay muchos elementos festivos me refiero a la moralización y al
reblandecimiento enfermizos, gracias a los cuales el animal hombre acaba por aprender
a avergonzarse de todos sus instintos.‖
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―En estos tiempos de ahora en que el sufrimiento aparece siempre el primero en la lista
de los argumentos contra la existencia, como el peor signo de interrogación de esta, es
bueno recordar las épocas en que se juzgaba de manera opuesta, pues no se podía
prescindir de hacer sufrir y se veía en ello un atractivo de primer rango, un autentico
cebo que seducía a vivir.‖
―Lo que propiamente nos hace indignarnos contra el sufrimiento no es el sufrimiento en
sí, sino lo absurdo del mismo; pero ni para el cristiano, que en su interpretación del
sufrimiento ha introducido en él toda una oculta maquinaria de salvación, ni para el
hombre ingenuo de tiempos más antiguos, que sabia interpretar todo sufrimiento en
relación a los espectadores, o a los causantes del mismo, existió en absoluto tal
sufrimiento absurdo.‖
―Para poder expulsar del mundo y negar honestamente el sufrimiento oculto, no
descubierto, carente de testigos, el hombre se veía entonces casi obligado a inventar
dioses y seres intermedios, habitantes en todas las alturas y en todas las profundidades,
algo, en suma, que también vagabundea en lo oculto, que también ve en lo oscuro y que
no se deja escapar fácilmente un espectáculo doloroso interesante. En efecto, con ayuda
de tales invenciones la vida consiguió entonces realizar la obra de arte que siempre ha
sabido realizar, justificarse a sí misma, justificar su mal.‖
―La comunidad mantiene con sus miembros esa importante relación fundamental, la
relación del acreedor con su deudor. Uno vive en una comunidad, disfruta las ventajas
de esta (!oh, qué ventajas!, hoy nosotros las infravaloramos a veces), vive protegido,
bien tratado, en paz y confianza, tranquilo respecto a ciertos perjuicios y ciertas
hostilidades a que está expuesto el hombre de fuera, el proscrito —un alemán entiende
lo que quiere significar originariamente la miseria (Elend, élend)—, pero uno también
se ha empeñado y obligado con la comunidad en lo que respecta precisamente a esos
perjuicios y hostilidades. .Que ocurrirá en otro caso? La comunidad, el acreedor
engañado, se hará pagar lo mejor que pueda, con esto puede contarse. Lo que menos
importa aquí es el daño inmediato que el damnificador ha causado: prescindiendo por el
momento del daño…‖
―el delincuente es ante todo un infractor, alguien que ha quebrantado, frente a la
totalidad, el contrato y la palabra con respecto a todos los bienes y comodidades de la
vida en común, de los que hasta ahora había participado. El delincuente es un deudor
que no solo no devuelve las ventajas y anticipos que se le dieron, sino que incluso atenta
contra su acreedor: por ello a partir de ahora no solo pierde, como es justo, todos
aquellos bienes y ventajas, —ahora, antes bien, se le recuerda la importancia que tales
bienes poseen. La cólera del acreedor perjudicado, de la comunidad, le devuelve al
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estado salvaje y sin ley, del que hasta ahora estaba protegido: lo expulsa fuera de sí, —y
ahora puede descargar sobre el toda suerte de hostilidad.‖
―Yo considero que la mala conciencia es la profunda dolencia a que tenía que sucumbir
el hombre bajo la presión de aquella modificación, la más radical de todas las
experimentadas por él, —de aquella modificación ocurrida cuando el hombre se
encontró definitivamente encerrado en el sortilegio de la sociedad y de la paz. Lo
mismo que tuvo que ocurrirles a los animales marinos cuando se vieron forzados, o bien
a convertirse en animales terrestres, o bien a perecer, eso mismo les ocurrió a estos
semianimales felizmente adaptados a la selva, a la guerra, al vagabundaje, a la aventura,
—de un golpe todos sus instintos quedaron desvalorizados y en suspenso. A partir de
ahora debían caminar sobre los pies y llevarse a cuestas a sí mismos, cuando hasta ese
momento habían sido llevados por el agua: una espantosa pesadez gravitaba sobre ellos.
Se sentían ineptos para las funciones más simples, no tenían ya, para este nuevo mundo
desconocido, sus viejos guías, los instintos reguladores e inconscientemente infalibles,
—!estaban reducidos, estos infelices, a pensar, a razonar, a calcular, a combinar causas
y efectos, a su consciencia, a su órgano más miserable y más expuesto a equivocarse!‖
―Todos los instintos que no se desahogan hacia fuera se vuelven hacia dentro —esto es
lo que yo llamo la interiorización del hombre: únicamente con esto se desarrolla en el lo
que más tarde se denomina su Alma. Todo el mundo interior, originariamente delgado,
como encerrado entre dos pieles, fue separándose y creciendo, fue adquiriendo
profundidad, anchura, altura, en la medida en que el desahogo del hombre hacia fuera
fue quedando inhibido. Aquellos terribles bastiones con que la organización estatal se
protegía contra los viejos instintos de la libertad —las penas sobre todo cuentan entre
tales bastiones— hicieron que todos aquellos instintos del hombre salvaje, libre,
vagabundo, diesen vuelta! atrás, se volviesen contra el hombre mismo. La enemistad, la
crueldad, el placer en la persecución, en la agresión, en el cambio, en la destrucción —
todo esto vuelto- contra el poseedor de tales instintos: ése es el origen de la mala
conciencia.‖
―El hombre que, falto de enemigos y resistencias exteriores, encajonado en una opresora
estrechez y regularidad de las costumbres, se desgarraba! se perseguía, se mordía, se
roía, se sobresaltaba, se maltrataba impacientemente a sí mismo, este animal al que se
quiere domesticar y que se golpea furioso contra los barrotes de su jaula, este ser al que
le falta algo, devorado por la nostalgia del desierto, que tuvo que crearse a base de sí
mismo una aventura, una cámara de suplicios, una selva insegura y peligrosa —este
loco, este prisionero añorante y desesperado fue el inventor de la mala conciencia. Pero
con ella se habia introducido la dolencia mas grande, la más siniestra, una dolencia de la
que la humanidad no se ha curado hasta hoy, el sufrimiento del hombre por el hombre,
por sí mismo: resultado de una separación violenta de su pasado de animal, resultado de
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un salto y una caída, por así decirlo, en nuevas situaciones y en nuevas condiciones de
existencia, resultado de una declaración de guerra contra los viejos instintos en los que
hasta ese momento reposaban su fuerza, su placer y su fecundidad.‖
―Entre los presupuestos de esta hipótesis sobre el origen de la mala conciencia se
cuenta, en primer lugar, el hecho de que aquella modificación no fue ni gradual ni
voluntaria y que no se presento como un crecimiento orgánico en el interior de nuevas
condiciones, sino como una ruptura, un salto, una coacción, una inevitable fatalidad,
contra la cual no hubo lucha y ni siquiera resentimiento‖.
―Esta secreta autoviolentacion, esta crueldad de artista, este placer de darse forma a sí
mismo como a una materia dura, resistente y paciente, de marcar a fuego en ella una
voluntad, una crítica, una contradicción, un desprecio, un no, este siniestro y
horrendamente voluptuoso trabajo de un alma voluntariamente escindida consigo misma
que se hace sufrir por el placer de hacer-sufrir, toda esta activa mala conciencia ha
acabado por producir también —ya se lo adivina—, cual autentico seno materno de
acontecimientos ideales e imaginarios, una profusión de belleza y de afirmación nuevas
y sorprendentes, y quizá ella sea la que por vez primera ha creado la belleza... .Pues que
cosa seria bella si la contradicción no hubiese cobrado antes consciencia de sí misma, si
lo feo no se hubiese dicho antes a sí mismo: Yo soy feo?... Al menos, tras esta
indicación resultara menos enigmático el enigma de hasta qué punto puede estar
insinuado un ideal, una belleza, en conceptos contradictorios como desinterés,
autonegación, sacrificio de sí mismo; y una cosa se sabrá de ahora en adelante, no tengo
duda de ello—, a saber, de que especie es, desde el comienzo, el placer que siente el
desinteresado, el abnegado, el que se sacrifica a sí mismo: ese placer pertenece a la
crueldad. —Con esto basta, provisionalmente, en lo que se refiere a la procedencia de lo
no egoísta en cuanto valor moral y a la delimitación del terreno de que este valor ha
brotado: solo la mala conciencia, solo la voluntad de maltratarse a si mismo proporciona
el presupuesto para el valor de lo no egoísta.‖
―Dentro de la originaria comunidad de estirpe —hablo de los tiempos primitivos— la
generación viviente reconoce siempre, con respecto a la generación anterior y, en
especial, con respecto a la más antigua, a la fundadora de la estirpe, una obligación
jurídica (y no, en modo alguno, una simple vinculación afectiva: hay incluso razón para
negar que esta ultima existiese en absoluto durante el más largo periodo de la especie
humana). Reina aquí el convencimiento de que la estirpe subsiste gracias tan solo a los
sacrificios y a las obras de los antepasados, —y que esto hay que pagárselo con
sacrificios y con obras: se reconoce así una deuda (Schuld), la cual crece
constantemente por el hecho de que esos antepasados, que sobreviven como espíritus
poderosos, no dejan de conceder a la estirpe nuevas ventajas y nuevos préstamos salidos
de su fuerza. .Gratuitamente tal vez? No existe ninguna gratuidad para aquellas épocas
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toscas y pobres de alma. .Que se puede dar como reintegro a los antepasados?
Sacrificios (inicialmente para la alimentación, entendida en el sentido más tosco),
fiestas, capillas, homenajes y, sobre todo, obediencia —pues todos los usos son
también, en cuanto obras de los antepasados, preceptos y ordenes de aquellos—: .se les
da alguna vez bastante? Esta sospecha permanece y se acrecienta: de tiempo en tiempo
impone un gran rescate global, una ingente indemnización al acreedor (el tristemente
célebre sacrificio del primogénito, por ejemplo, sangre, en todo caso sangre humana). El
temor al ante pasado y a su poder, la consciencia de tener deudas con el crece por
necesidad, según esta especie de lógica, en la exacta medida en que crece el poder de la
estirpe misma, en la exacta medida en que esta es cada vez mas victoriosa, mas
independiente, más venerada, más temida.‖
―—el antepasado acaba necesariamente por ser transfigurado en un dios! Tal vez este
aquí incluso el origen de los dioses, es decir, un origen por temor! ...‖
2. Aproximación teórica de Freud2
Origen y significado del sacrificio y su relación con el acto de socialidad
―Robertson Smith [1894, pág. 214] señala que el sacrificio en el altar ha sido la pieza
esencial en el rito de la religión antigua. Y en todas las religiones desempeña el mismo
papel, de suerte que es preciso reconducir su génesis a unas causas universales y que
produjeran dondequiera efectos de igual índole.‖
―Como sacrificio se ofrendaban cosas de comer y beber, aquello de lo cual el hombre se
nutría, carne, cereales, frutos. Vino y aceite, eso mismo sacrificaba a su dios‖
―La forma más antigua del sacrificio, más antigua que el uso del fuego y el
conocimiento de la agricultura, fue, pues, el sacrificio de animales, cuya carne y cuya
sangre tomaban en común el dios y sus adoradores. Era esencial que cada uno de los
participantes recibiera su porción en el banquete.
Un sacrificio así era una ceremonia pública, la fiesta de un clan entero. La religión era
un asunto común, y el deber religioso, una parte de la obligación social. Sacrificio y
festividad coinciden en todos los pueblos; todo sacrificio conlleva una fiesta, y ninguna
fiesta puede realizarse sin sacrificio. La fiesta sacrificial era una oportunidad para
elevarse los individuos, jubilosos, sobre sus propios intereses, y destacar la mutua
afinidad entre ellos y con la divinidad. [Ibíd., pág. 255.]
2 El contenido está compuesto por fragmentos textuales del capítulo IV de la siguiente obra: FREUD, S.
Obras completas. Volumen XIII, Tótem y tabú, y otras obras. Trad. José Luis Etcheverri. Amorrortu
editores. España, 2004, pp. 135-160.
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―El poder ético del banquete sacrificial público descansaba en antiquísimas
representaciones acerca del significado de comer y beber en común. Comer y beber con
otro era al mismo tiempo un símbolo y una corroboración de la comunidad social, así
como de la aceptación de las obligaciones recíprocas; el banquete sacrificial expresaba
de una manera directa que el dios y sus adoradores eran comensales, pero con ello
estaban dadas todas sus otras relaciones.‖
―El banquete sacrificial fue entonces en su origen una comida festiva entre los parientes
de un mismo linaje, obediente a la ley de que sólo ellos debían comer juntos.‖
―Todos los animales [sacrificiales] eran originariamente sagrados, su carne estaba
prohibida y sólo en oportunidades festivas y con la participación de la tribu entera era
lícito comerla.‖
―A pesar del respeto que protegía la vida del animal sagrado como miembro del linaje,
de tiempo en tiempo se volvía necesario darle muerte en solemne comunidad y repartir
entre los miembros del clan su carne y su sangre. El motivo que ordenaba realizar esa
acción nos brinda el sentido más profundo de la institución del sacrificio.‖
―De este análisis de la institución del sacrificio, Robertson Smith extrae la conclusión
de que la matanza y devoración periódica del tótem ha sino una pieza sustantiva de la
religión totemista en épocas anteriores a la veneración de divinidades antropomórficas.
[Ibíd., pág. 295.]
―El psicoanálisis nos ha revelado que el animal totémico es realmente el sustituto del
padre, y con ello armonizaba bien la contradicción de que estuviera prohibido matarlo
en cualquier otro caso, y que su matanza se convirtiera en festividad; que se matara al
animal y no obstante se lo llorara. La actitud ambivalente de sentimientos que
caracteriza todavía hoy al complejo paterno en nuestros niños, y prosigue a menudo en
la vida de los adultos, se extendería también al animal totémico, sustituto del padre.
Y si ahora conjugamos la traducción que el psicoanálisis ha dado del tótem con el hecho
del banquete totémico y la hipótesis darwiniana sobre el estado primordial de la
sociedad humana, obtenemos la posibilidad de un entendimiento más profundo, la
perspectiva de una hipótesis que acaso parezca fantástica, pero tiene la ventaja de
establecer una unidad insospechada entre series de fenómenos hasta hoy separadas.
Desde luego, la horda primordial darwiniana no deja espacio alguno para los comienzos
del totemismo. Hay ahí un padre violento, celoso, que se reserva todas las hembras para
sí y expulsa a los hijos varones cuando crecen; y nada más. Ese estado primordial de la
sociedad no ha sido observado en ninguna parte. Lo que hallamos como la organización
más primitiva, lo que todavía hoy está en vigor en ciertas tribus, son las ligas de
varones compuestas por miembros de iguales derechos y sometidos a las restricciones
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del sistema totemista, que heredan por línea materna. ¿Acaso lo uno pudo surgir de lo
otro? ¿Y por qué camino fue posible?
Si nos remitimos a la celebración del banquete totémico podremos dar una respuesta:
Un día los hermanos expulsados se aliaron, mataron y devoraron al padre, y así pusieron
fin a la horda paterna. Unidos osaron hacer y llevaron a cabo lo que individualmente les
habría sido imposible. (Quizás un progreso cultural, el manejo de un arma nueva, les
había dado el sentimiento de su superioridad.) Que devoraran al muerto era cosa natural
para unos salvajes caníbales. El violento padre primordial era por cierto el arquetipo
envidiado y temido de cada uno de los miembros de la banda de hermanos. Y ahora, en
el acto de la devoración, consumaban la identificación con él, cada uno se apropiaba de
una parte de su fuerza. El banquete totémico, acaso la primera fiesta de la humanidad,
sería la repetición y celebración recordatoria de aquella hazaña memorable y criminal
con la cual tuvieron comienzo tantas cosas: las organizaciones sociales, las limitaciones
éticas y la religión.‖
―Para hallar creíbles, prescindiendo de su premisa, estas consecuencias que acabamos
de señalar, sólo hace falta suponer que la banda de los hermanos amotinados estaba
gobernada, respecto del padre, por los mismos contradictorios sentimientos que
podemos pesquisar como contenido de la ambivalencia del complejo paterno en cada
uno de nuestros niños y de nuestros neuróticos. Odiaban a ese padre que tan gran
obstáculo significaba para su necesidad de poder y sus exigencias sexuales, pero
también lo amaban y admiraban. Tras eliminarlo, tras satisfacer su odio e imponer su
deseo de identificarse con él, forzosamente se abrieron paso las mociones tiernas
avasalladas entretanto. Aconteció en la forma del arrepentimiento; así nació una
conciencia de culpa que en este caso coincidía con el arrepentimiento sentido en común.
El muerto se volvió aún más fuerte de lo que fuera en vida; todo esto, tal como
seguimos viéndolo hoy en los destinos humanos. Lo que antes él había impedido con su
existencia, ellos mismos se lo prohibieron ahora en la situación psíquica de la
«obediencia de efecto retardado {nachträglich}» que tan familiar nos resulta por los
psicoanálisis. Revocaron su hazaña declarando no permitida la muerte del sustituto
paterno, el tótem, y renunciaron a sus frutos denegándose las mujeres liberadas. Así,
desde la conciencia de culpa del hijo varón, ellos crearon los dos tabúes fundamentales
del totemismo, que por eso mismo necesariamente coincidieron con los dos deseos
reprimidos del complejo de Edipo. Quien los contraviniera se hacía culpable de los
únicos dos crímenes en los que toma cartas la sociedad primitiva.
Estos dos tabúes del totemismo, con los cuales comenzó la eticidad de los hombres, no
son psicológicamente del mismo valor. Solo uno, el respeto del animal totémico,
descansa por entero en motivos de sentimiento; es que el padre había sido eliminado, y
en realidad ello no tenía remedio. Pero el otro, la prohibición del incesto tenía también
un poderoso fundamento práctico. La necesidad sexual no une a los varones sino que
provoca desavenencias entre ellos. Si los hermanos se habían unido para avasallar al
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padre, ellos eran rivales entre sí respecto de las mujeres. Cada uno habría querido
tenerlas todas para sí, como el padre, y en la lucha de todos contra todos se habría ido a
pique la nueva organización. Ya no existía ningún hiperpoderoso que pudiera asumir
con éxito el papel del padre. Por eso a los hermanos, si querían vivir juntos, no les
quedó otra alternativa que erigir -acaso tras superar graves querellas la prohibición del
incesto, con la cual todos al mismo tiempo renunciaban a las mujeres por ellos
anheladas y por causa de las cuales, sobre todo, habían eliminado al padre. Así salvaron
la organización que los había hecho fuertes y que podía descansar sobre sentimientos y
quehaceres homosexuales, tal vez establecidos entre ellos en la época del destierro.‖
―al otro tabú, el que ampara la vida del animal totémico, se vinculan en cambio los
títulos del totemismo para ser apreciado como un primer ensayo de religión‖
―De este modo nacieron unos rasgos que en lo sucesivo siguieron comandando el
carácter de la religión. La religión totemista había surgido de la conciencia de culpa de
los hijos varones como un intento de calmar ese sentimiento y apaciguar al padre
ultrajado mediante la obediencia de efecto retardado. Todas las religiones posteriores
demuestran ser unos ensayos de solucionar el mismo problema, que varían según el
estado cultural en que se emprenden y los caminos que se escogen; pero todos ellos son
reacciones de igual meta ante el mismo gran episodio con que se inició la cultura y que
desde entonces no dio reposo a la humanidad.‖
―Para empezar, la horda paterna es remplazada por el clan de hermanos, que se
reasegura mediante el lazo de sangre. La sociedad descansa ahora en la culpa
compartida por el crimen perpetrado en común; la religión, en la conciencia de culpa y
el arrepentimiento consiguiente; la eticidad, en parte en las necesidades objetivas de esta
sociedad y, en lo restante, en las expiaciones exigidas por la conciencia de culpa.‖
―Hemos concebido los primeros preceptos morales y restricciones éticas de la sociedad
primitiva como una reacción frente a una hazaña que dio a sus autores el concepto del
crimen. Ellos se arrepintieron de esa hazaña y decidieron que nunca más debía repetirse
y que su ejecución no podía aportar ganancia alguna. Pues bien; esta creadora
conciencia de culpa no se ha extinguido todavía en nosotros. La hallamos en los
neuróticos, operante de una manera asocial para producir nuevos preceptos morales,
continuadas limitaciones, a modo de expiación de fechorías cometidas y a modo de
prevención de otras por cometerse.‖
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Bibliografía:
NIETZSCHE, F. Más allá del bien y del mal. Trad. Andrés Sánchez Pascual.
Alianza, Madrid, 2007.
NIETZSCHE, F. La genealogía de la moral. Trad. Andrés Sánchez Pascual.
Alianza, Madrid, 1996.
NIETZSCHE, F. Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales. Editores,
Buenos Aires, 1994.
FREUD, S. Obras completas. Volumen XIII, Tótem y tabú, y otras obras. Trad.
José Luis Etcheverri. Amorrortu editores. España, 2004.
FREUD, S. Obras completas. Volumen XVIII, Más allá del principio de placer,
Psicología de las masas y análisis del yo y otras obras (1920-1922). Trad. José
Luis Etcheverri.. Amorrortu editores. España, 2004.
FREUD, S. Obras completas. Volumen XXIII, Moisés y la religión monoteísta,
esquema del psicoanálisis, y otras obras (1937-1939). Trad. José Luis
Etcheverri.. Amorrortu editores. España, 2004.
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