teorias de desarrollo

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Nóesis. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades ISSN: 0188-9834 [email protected] Instituto de Ciencias Sociales y Administración México Manet, Léa Modelos de desarrollo regional: teorías y factores determinantes Nóesis. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, vol. 23, núm. 46, julio-diciembre, 2014, pp. 18- 56 Instituto de Ciencias Sociales y Administración Ciudad Juárez, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=85930565002 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Texto sobre las teorías y modelos de Desarrollo

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  • Nesis. Revista de Ciencias Sociales yHumanidadesISSN: [email protected] de Ciencias Sociales y AdministracinMxico

    Manet, LaModelos de desarrollo regional: teoras y factores determinantes

    Nesis. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, vol. 23, nm. 46, julio-diciembre, 2014, pp. 18-56

    Instituto de Ciencias Sociales y AdministracinCiudad Jurez, Mxico

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=85930565002

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    Sistema de Informacin CientficaRed de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

    Proyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

  • RESUMEN: En el presente artculo enunciamos las diferentes perspectivas y enfoques que tratan de explicar la importancia de la dimensin regional del desarrollo en un contexto de transformaciones globales y reestructuracin productiva de la economa, para entender y analizar las especificidades y procesos que ocurren en los espacios regionales y que in-fluyen en la organizacin del territorio. Para ello, consideramos como punto de arran-que los procesos de cambio estructural de la actividad econmica mundial, acaecidos durante las ltimas dcadas del siglo XX, que obligaron a buscar nuevas alternativas de desarrollo local y regional con modelos ajustados a los nuevos paradigmas de la econo-ma mundial. Podemos distinguir dos aspectos fundamentales que se abstraen de estos enfoques tericos del desarrollo econmico regional: por un lado, la importancia de la dimensin territorial y, por otro, el carcter endgeno del proceso.

    Palabras clave: desarrollo regional, reestructuracin, desarrollo endgeno, territorio, organi-zacin productiva.

    ABSTRACT:The purpose of this paper is to enunciate those different ways of looking and pers-pectives that try to explain the importance of the regional dimension development into a context of global transformations of the economy, in order to understand and analyze the particular cases and processes that occur around the global regional spaces and have influence in territorial organization. For this purpose I consider as startup the structural changes of the world economical processes from the last decades of the XXth century that forced the searching of new alternatives for local and regional development with new adjusted models according to worlds economical patterns. I identify two fundamental aspects of the regional economic development from these theoretical points of view: on one side, exist the importance of the territorial dimen-sion and, on the other hand, we have the endogenous process criteria. Key words: regional development, restructuring, endogenous development, territory, produc-tive organization.

  • Fecha de recepcin: 3 de mayo de 2013Fecha de aceptacin: 5 de octubre de 2013

    Modelos de desarrollo regional: teoras y factores

    determinantes

    Multidisciplinario de Ciencias Sociales

    Regional development models:theories and decisive facts

    La Manet 1

    1 Nacionalidad: Francesa. Grado: Doctoranda en Estudios Regionales y Estu-dios Latinoamericanos. Especializacin: Economa regional, sociologa rural y ambiental. Adscripcin: Universidad Autnoma de Chiapas (UNACH) y Universidad Autnoma de Madrid (UAM). Becaria del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologa (Conacyt) de Mxico y miembro del Personal Investiga-dor en Formacin de la Universidad Autnoma de Madrid. Correo electrni-co: [email protected]

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    s Introduccin

    Desde mediados de la dcada de los aos setenta del siglo pa-sado asistimos a una aceleracin de los procesos de transfor-macin estructural de la economa y la sociedad surgida tras la Segunda Revolucin Industrial. Dichos procesos han sido propi-ciados por factores econmico-financieros y polticos y, en particular, por un cmulo de informacin que favorece el flujo de capitales, mer-cancas, seres humanos, as como de ideas, pensamientos y teoras. La creciente intercomunicacin de la humanidad a escala mundial da pauta al nuevo paradigma de globalizacin econmica y social. Glo-balizacin se ha denominado a ese conjunto de mltiples procesos que estratifica los movimientos que configura un mundo de distintas velocidades; un mundo en el que es un valor poder elegir la movili-dad (Lanceros, 2006:7).

    Estos procesos han sido analizados e interpretados por varios au-tores, entre ellos el economista de corte neoclsico Machlup (1962), los socilogos Touraine (1972) y Bell (1976) formulando las teoras de la sociedad postindustrial, basadas en la sociedad del conocimiento donde sus ciudadanos se convierten en los grandes consumidores. El planteamiento emitido desde las teoras de la sociedad postindustrial la sociedad de la informacin y del conocimiento es reinterpretado, en un nuevo contexto, por los planteamientos del socilogo Castells (1995), quien apoyndose en sus antecesores, introduce nuevas pers-pectivas de anlisis e interpretacin de la economa contempornea y del cambio social derivado de la crisis y reestructuracin del modo capitalista de produccin a finales del siglo XX.

    Una de las tendencias que identifican este periodo de crisis es la globalizacin de la economa,1 la emergencia de un nico espacio

    1 El concepto de globalizacin utilizado difiere sustancialmente del concepto anclado en el discurso neoliberal, cuya significacin se asocia al fin de la historia y de los grandes relatos, al triunfo de una visin del mundo de libre mercado y democracia representa-tiva y cuyo origen es bsicamente la innovacin tecnolgica basada en la informacin. Por el contrario, entendemos por globalizacin a la fase actual de expansin capitalista (etapa transnacional), que se manifiesta como un modo de acumulacin y una forma

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    anetglobal de interdependencias que se superpone al viejo mapamundi

    conformado por pases y regiones, que ven disminuida su autonoma. En palabras de Castells (1995), se trata de: un proceso multidimen-sional, no solo econmico. Su expresin ms determinante es la in-terdependencia global de los mercados financieros, permitida por las nuevas tecnologas de informacin y comunicacin y favorecida por la desregulacin y liberalizacin de dichos mercados (El Pas. Mar-tes, 24 de julio de 2001). El incremento de la productividad es el motor del proceso de globalizacin y obedece a la aparicin de nuevas tecnologas y a la aceleracin del cambio en las existentes, factores que han modificado significativamente las formas de organizar la pro-duccin en las empresas, los sectores productivos y, en definitiva, la economa global.

    La globalizacin, causa y consecuencia de la declinacin del modo de acumulacin de postguerra, interacta y se retroalimenta con la revolucin cientfico-tecnolgica y la emergencia de un nuevo pa-radigma tecnoproductivo cuyo principio central es la flexibilidad de la produccin que garantiza la expansin de los capitales y la gestin productiva. Como corolario, el nuevo modelo productivo, de capita-lismo global o de acumulacin flexible afecta a todas las esferas de la sociedad en sus mltiples dimensiones econmica, poltica, socio-cultural a la vez que favorece nuevas realidades territoriales y nuevos modelos de desarrollo a distintas escalas. En este proceso de transi-cin las economas regionales y locales emergen como agentes activos de la globalizacin.

    Precisamente, este artculo propone explicar el fenmeno del desa-rrollo regional dentro del nuevo contexto de la globalizacin y desde la perspectiva que lo vincula a la organizacin productiva, con el prop-

    de regulacin que toma al mundo como el espacio de valorizacin del capital. Esta emergente etapa est marcada por cambios complejos fundamentales en el sistema que incluyen los de orden econmico, poltico y cultural. Lo que caracteriza esta nueva fase transnacional es la transicin de una Economa mundial (tipo de estructura socioeco-nmica basada en la interaccin de las economas nacionales) a una Economa global (circuitos globalizados de produccin y acumulacin en un solo mercado) (Robinson, 2007:40-45).

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    s sito ltimo de contribuir a la comprensin de las interrelaciones entre el desarrollo regional y los procesos de globalizacin econmica. In-teresa mostrar cmo la dinmica del capitalismo a nivel internacional asociada al proceso de globalizacin econmica influye en la manera como las diferentes regiones y territorios se insertan en este proceso, lo que ha implicado cambios en las estructuras productivas e industriales.

    En este artculo abordamos en un primer momento el contexto de reestructuracin econmica para referirnos a los profundos cambios acaecidos en la economa global, desde el punto de vista de la orga-nizacin productiva e industrial, que significaron el resurgir de las economas regionales y locales. As pues, para establecer qu cambios conlleva la nueva reestructuracin capitalista para los territorios es necesario, en primera instancia, recoger lo que algunos autores han definido como sus principales caractersticas. Creemos que es preci-samente a partir de este contexto de cambios y transformaciones pro-ductivas que se pueden analizar los diferentes modelos y dinmicas de desarrollo regional. Las teoras explicativas del desarrollo econ-mico regional, vinculadas al proceso de localizacin industrial y con-centracin de la actividad econmica, abren paso as a un debate que supone el resurgir del territorio y de la geografa; en el entendimiento de la regin y en general del espacio geogrfico asistimos, a partir de los aos ochenta, a una nueva perspectiva territorial de la Ciencia Regional en la que el espacio no es un mero factor adicional (como simple soporte de las actividades y relaciones econmicas) sino esen-cial en la comprensin de los fenmenos de crecimiento econmico y que viene dado por las teoras del crecimiento endgeno. Por eso, en la parte final del artculo centramos nuestro anlisis en esta nueva aproximacin al desarrollo regional, que con un enfoque local y en-dgeno, supone una renovacin terica sobre el desarrollo e implica el redimensionamiento de la acumulacin capitalista, reconociendo la importancia de los sistemas productivos locales en los procesos de crecimiento y cambio estructural.

    Uno de los factores centrales que condiciona el proceso de acumu-lacin de capital es la organizacin de los sistemas productivos, como se ha puesto de manifiesto en Alemania o en las economas de desa-

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    anetrrollo tardo del sur de Europa (como Italia y Espaa) y de Amrica

    Latina (Brasil, Argentina y Mxico) durante las ltimas dcadas. La cuestin no reside en si un sistema productivo de una localidad o un territorio est formado o no por empresas grandes o pequeas, sino por la organizacin del sistema productivo local. La organizacin del entorno en el que se establecen las relaciones entre las empresas, los proveedores y los clientes, condiciona la productividad y competitivi-dad de las economas locales.

    1.- Reestructuracin econmica y globalizacin

    El agotamiento del rgimen de acumulacin fordista y de las estra-tegias macroeconmicas de tipo keynesiano, la afirmacin de un nuevo paradigma cientfico-tcnico articulado en torno a las nuevas tecno-logas y el incontenible avance del proceso de globalizacin, aparecen como hitos centrales de las profundas mutaciones que han afectado al mundo entero durante las ltimas dos dcadas. En este contexto, se ha configurado un nuevo escenario cuyas coordenadas sociales, eco-nmicas, polticas, culturales y territoriales, difieren sustantivamente de las que se haban consolidado en los aos de apogeo del desarrollo capitalista de la posguerra.

    A medida que este escenario se ha ido consolidando, el imperativo de lograr una mayor insercin en la nueva dinmica econmica ha llevado a la mayora de los gobiernos a encarar, con diverso nfasis y profundidad, la aplicacin de estrategias de reestructuracin eco-nmica, poltica y social basadas en principios de liberalizacin eco-nmica y de desregulacin. Los procesos de reestructuracin son la respuesta del sistema capitalista a los momentos de ruptura histrica o crisis estructurales, y la consecuencia se traduce en intentos de re-componer las condiciones necesarias para la reproduccin del capital, bajo nuevas formas.

    Por su propia dinmica interna, el capitalismo se desenvuelve por procesos de expansin y auge, seguidos de recesin, inestabilidad y paro. Las crisis operan como momentos de readecuacin del sistema para recomponer las condiciones de la acumulacin, el crecimiento y

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    s el consumo, generando verdaderas mutaciones en la forma del capital, pero no en su lgica de funcionamiento.

    La crisis capitalista mundial, iniciada hacia 1970 y que en general se identifica como punto de retorno para la globalizacin, sigui a un largo periodo de lucha de clases, desde los aos 1890 hasta los aos 1970. Tal crisis se anunci en un nuevo periodo de reestructuracin del sistema capitalista y llev a buscar nuevos modos de acumulacin y tambin a la globalizacin como estrategia de acumulacin entre grupos capitalistas.

    Segn Robinson (2007:23), las crisis son verdaderas rupturas his-tricas en el proceso de desarrollo del modo de produccin capitalista que obligan a reestructurar tanto las formas de produccin como las regulaciones necesarias para garantizar la valorizacin del capital, e implican por lo tanto, la destruccin-reestructuracin en un periodo dado de la evolucin de la sociedad.2

    Desde este punto de vista, la crisis se plantea como el punto de clivaje histrico a partir del cual se restablece la unidad contradictoria del proceso de acumulacin y ocurre cuando la forma de socializacin ofrece obstculos a la reproduccin del sistema (Aglietta, 1991:57). La esencia de la crisis de una forma de capitalismo se relacion con la pr-dida de capacidad del sistema capitalista para sostener la acumulacin a travs de las mismas modalidades de organizacin social y econmi-ca que prevalecan en un periodo anterior de crecimiento y que varios autores han clasificado como modelo keynesiano-fordista (Brenner, 2003; Coriat, 1991; Ianni, 1996; Leborgne y Lipietz, 1992). Es preci-samente este aspecto contradictorio del proceso de acumulacin el que se puso de manifiesto en la crisis de 2000-2001 y es tambin la causa estructural inherente en la crisis actual del capitalismo mundial.

    2 Las crisis no son exclusivas del modo de produccin capitalista, sino que son la expre-sin de la dinmica histrica de todo sistema social complejo. En su reproduccin, se generan momentos crticos que provocan rupturas en el entramado de relaciones que sostienen el sistema, mantenindose invariantes las relaciones que le dan identidad. Si esto no es as, ocurre una transformacin profunda que altera al sistema tanto en su forma como en su lgica de funcionamiento.

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    anetEl concepto de reproduccin es fundamental para entender a la

    crisis como inherente al funcionamiento del capitalismo, porque alude a la idea de supervivencia del sistema, el cual en cada proceso crtico se transforma buscando nuevas formas sociales que permiten la repro-duccin de las relaciones que mantienen su cohesin y que estructuran el modo de produccin. As, la dinmica destruccin-reestructuracin afecta a las relaciones fundamentales del modo: capital-trabajo (re-laciones de acumulacin), capital-capital (relaciones de competencia) y capital-Estado (regulacin). Estas ltimas expresan las formas de legitimacin del modo de produccin capitalista (Robinson, 2007:30).

    En este sentido, las crisis estructurales no son un mero desfasaje o inadecuacin momentnea entre la produccin y el consumo, sino que implican un cambio general e irreversible de las caractersticas del modo de produccin. Entre los cambios claves que se producen en el desarrollo del sistema capitalista mundial en las ltimas dcadas y que estn identificados por el autor, se pueden mencionar los siguientes aspectos: 1) el surgimiento del capital transnacional y la integracin de cada pas a un nuevo sistema global de produccin y finanzas; 2) la aparicin de una nueva clase, una clase capitalista transnacional;3 3) el surgimiento de un Estado transnacional originado por la fragmen-tacin de la cohesin nacional en torno a procesos reproductivos y sociales, lo que desplaza la reproduccin del Estado-nacin al espacio transnacional; 4) la formacin de nuevos patrones globales de poder y de desigualdad en la sociedad global; 5) la creciente importancia de los mercados emergentes y los pases en desarrollo (economas emer-gentes): los llamados Bric Brasil, Rusia, India y China, as como los Civets Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turqua y Sudfrica, sin dejar por fuera a India, entre otros, por su sostenido crecimiento econmico, la capacidad de consumo de su poblacin, as como la so-

    3 Se caracteriza por un grupo arraigado a nuevos mercados y circuitos globales de acu-mulacin, en lugar de los antiguos mercados y circuitos nacionales. Segn Robinson (2007:36), la formacin de la clase capitalista transnacional es el resultado de un frac-cionamiento entre la clase capitalista nacional y la clase capitalista transnacional.

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    s lidez de su sistema financiero han tenido un buen desempeo en los ltimos aos a nivel macro y microeconmico.

    Una de las caractersticas principales de la globalizacin econmi-ca es el surgimiento del capital transnacional caracterizado por una nueva movilidad global (a travs de las nuevas tecnologas) asociada a una reorganizacin de arreglos polticos e institucionales que influyen en las relaciones transnacionales de clase y la formacin del Estado (dem). Por ello, estamos frente a la plena globalizacin de la produc-cin (cadenas globales de productos como instancias que distribuyen actividades productivas en redes transnacionales), nuevos patrones de acumulacin se abrieron mediante las tecnologas, y hemos pasado de los mercados nacionales a los mercados globales.

    La globalizacin ha significado, entre otras cosas, un fuerte impul-so a la centralizacin del capital y una transformacin de las estructu-ras y procesos productivos (calificada como post-fordismo o modelo de acumulacin flexible), sustentada por la implantacin de las nuevas tecnologas e innovaciones organizacionales.

    Las nuevas formas organizacionales que incluyen, entre otras, nue-vas tcnicas gerenciales, subcontratacin y outsourcing, y formales e informales alianzas de negocios transnacionales posibilitan nuevas subdivisiones y especializaciones de la produccin, cuyas diferentes fases llegan a dividirse en componentes separables, y pueden disper-sarse por todo el mundo. Los avances en las tecnologas de la infor-macin (que son tanto resultado como fuerza impulsora del mismo proceso de globalizacin) tambin han tenido importantes efectos en las caractersticas de la estructura y sistema de produccin global. Las nuevas tecnologas han permitido mejorar los niveles de calidad, pre-cisin y compatibilidad entre productos, con lo que se han logrado significativas reducciones del costo unitario para una calidad determi-nada. De particular importancia es el carcter no rival de gran parte de los bienes y servicios digitales, que permite economas de escala prcticamente infinitas.

    Gracias a la reduccin de costos derivada de estas innovaciones, los mercados se han ampliado y han alcanzado dimensiones mundiales. Esto ha ido acompaado de una creciente importancia de las econo-mas de escala en las funciones de costo de las empresas. Adems, la

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    anettendencia a la homogeneizacin de las preferencias de grupos de con-

    sumidores cada vez ms amplios fortaleci ambos procesos. Todo ello redund en la ampliacin del mercado para los productos que podan satisfacer ese tipo de demanda basndose en una intensa competencia de precios. En consecuencia, se fortaleci la tendencia a uniformar las tecnologas lo que, junto con la homogeneizacin de las preferencias, dio lugar a un consumidor global en un mercado tambin global, do-minado por economas de escala.

    Esta evolucin cambi las condiciones de la competencia en un gran nmero de mercados. En particular, la competencia en los costos fijos sustituy a la competencia en los costos variables. La produccin, en particular la manufacturera, se ha transformado en una actividad con una elevada ponderacin de costos fijos.4 Desde luego esto no significa que la competencia en los costos variables haya desaparecido, sino tan solo que ha ido perdiendo peso relativo.5

    En particular, el desarrollo de marcas mundiales y la intensificacin de los esfuerzos en investigacin y desarrollo de productos y procesos han contribuido significativamente al aumento de los costos fijos de las empresas y han exigido crecientes escalas de produccin. As, las economas de escala en investigacin y desarrollo y en mercadotec-nia se combinan con las economas de escala en la produccin y dan origen a productores globales que luchan por obtener cuotas de mer-cado que les permitan cubrir sus costos fijos. Este proceso refuerza la tendencia a la ampliacin de los mercados, que a su vez experimentan cambios en la organizacin de la produccin.

    La ampliacin de los mercados y las operaciones de produccin flexible provocaron una mayor concentracin econmica. En la ac-

    4 Por ejemplo, el costo inicial de una planta para fabricar semiconductores pas de 1.000 millones de dlares en 1980 a 2.000 millones en 2000 y a 3.000 millones en 2005 (Ber-ger, 2006).

    5 El aumento de la flexibilidad en los mercados de trabajo, en la medida que ha reducido los costos laborales, refuerza la tendencia a la prdida de peso relativo de los costos variables, los que, en algunas ramas manufactureras, no superan el 10% de los costos to-tales en los aos noventa, habiendo sido del orden del 25% dos decenios antes (Oman, 1994).

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    s tualidad los oligopolios globales son la modalidad dominante en la configuracin de la oferta en la mayora de las industrias con un alto componente de investigacin y desarrollo tecnolgico y en las manu-facturas con fuertes economas de escala. Esta presencia generalizada de estructuras oligoplicas es el resultado de los esfuerzos por aprovechar economas de escala en la produccin, la comercializacin y la inves-tigacin y el desarrollo tecnolgicos, que superan incluso la dinmica de expansin de los mercados impulsada por las nuevas tecnologas.

    Las tendencias a la concentracin se producen incluso cuando las empresas tienen posibilidades de diferenciar productos sobre la base de sus estrategias comerciales o de desarrollo tecnolgico. En efec-to, cuando la diferenciacin se busca a partir de gastos irrecuperables destinados a crear una imagen de marca o publicidad o a avanzar en una trayectoria tecnolgica, las escalas productivas aumentan. Por ello, algunas empresas aumentan de tamao y la estructura del mercado se concentra an ms. De este modo, la ampliacin del mercado hace rentable los esfuerzos de diferenciacin que no lo eran en mercados ms pequeos. Las estrategias de creacin y defensa de marcas mun-diales y de competencia sobre la base del progreso tecnolgico son tpicas no solo de las actividades de uso intensivo de tecnologa, sino tambin de las de uso intensivo de mercadotecnia, incluso cuando su ni-vel tecnolgico es mediano o bajo, como en el caso de Wal-Mart. Estos procesos tambin explican la gran concentracin de la estructura de oferta de algunos productos como los alimentos procesados y las bebi-das, en los que la intensidad tecnolgica no es elevada (Sutton, 1998).

    Por lo tanto, existen fuerzas que contribuyen a aumentar el tama-o medio de las empresas y la concentracin, tanto en la oferta de productos homogneos como cuando se desea diferenciar productos. Hasta cierto punto, esto parece contradecirse con las caractersticas de la produccin flexible que posibilitan menores escalas producti-vas y una oferta de bienes personalizados. Si bien en actividades con productos no homogneos se observa una reduccin de las escalas tcnicas, ello no implica que haya una tendencia a reducir el tamao econmico de las empresas. Solo las empresas grandes pueden produ-cir directamente o coordinar sistemas globales capaces de ofrecer una

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    anetextensa gama de productos. En estos casos, las economas de alcance

    suelen ser significativas, pero solo estn a disposicin de empresas o sistemas con fuertes economas de escala.

    Las estrategias empresariales permiten explicar por qu las gran-des empresas, en particular las transnacionales, son hoy los principales actores econmicos. Estas empresas han organizado sistemas globales mediante nuevas inversiones, fusiones y adquisiciones. Sin embargo, sus modalidades de organizacin de la produccin han ido cambian-do. Hasta los aos setenta las empresas respondieron a la aparicin de nuevos mercados y a la ampliacin de los existentes con formas de organizacin de la produccin centradas en el paradigma taylorista-fordista que se plasmaba en empresas integradas verticalmente.6

    En el paradigma taylorista-fordista una empresa realizaba activi-dades relativamente similares en diferentes localidades con poco es-fuerzo de coordinacin entre ellas (Porter, 1986). Como consecuencia del aumento de las economas de escala se atendi el mercado global desde una o pocas localidades, mientras que, debido a la reduccin de los costos de coordinacin, las estrategias empresariales se fueron orientando a la distribucin de actividades en varias localidades (Ha-mel y Prahalad, 1985). En Amrica Latina se ubican actividades o segmentos que son parte de las cadenas productivas globales en dis-tintas industrias (agroindustrial, automotriz, electrnica, textil) y en los servicios.

    Algunas de estas caractersticas dan idea de la complejidad del nuevo modelo de desarrollo que se est constituyendo en base a las es-trategias de las empresas transnacionales que al imponer sus marcas a escala global, imponen adems procesos y tecnologas, y una nueva dinmica de acumulacin a nivel internacional. Estamos frente a un

    6 Cuanto ms grandes eran estas empresas, mayor era la presin para evitar capacidad ociosa y ms riguroso era el control de calidad de los insumos adquiridos. Generalmente, esto conduca a la expansin de la empresa para cubrir un amplio rango de actividades adyacentes, en las etapas iniciales o finales de la cadena de produccin. Por ejemplo, en 1949 Ford Motor Company haba adquirido minas de hierro y carbn en Michigan, West Virginia y Kentucky, posea ferrocarriles propios, una plantacin de caucho en Bra-sil y buques de carga para llevar partes a sus fbricas en el extranjero (Chandler, 1990).

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    s proceso de transnacionalizacin de la economa; por lo que el concep-to de globalizacin es la expansin sin lmites de las corporaciones de la economa mundial hacia un espacio que le permita expandir su pro-ceso productivo, comercial o financiero (Camarena y Aguilar, 2009).

    La tambin llamada reestructuracin industrial, consistente en cambiar los sistemas tradicionales de produccin por un sistema flexi-ble, se presenta gracias a las actividades que desarrollan las empresas transnacionales, las cuales incorporan cada vez mayor conocimiento e informacin, as como integracin horizontal y vertical, alianzas es-tratgicas, comercio intrafirma y multilocalizacin productiva, que se combina con una fragmentacin y reintegracin espacial por medio de la internacionalizacin de los procesos productivos. Esta estrategia de reestructuracin industrial de las empresas opera a travs del es-quema de subcontratacin, trasladando parte del proceso productivo a otros pases en busca de costos ms bajos (cercana geogrfica, mano de obra barata, condiciones excepcionales para maniobrar en el pas receptor, etctera.).

    Si bien son las empresas transnacionales las organizaciones ms in-fluyentes en los procesos actuales de globalizacin, la verdad es que no son los nicos promotores. Los gobiernos y los organismos mundiales tambin desempean un papel relevante en la toma de decisiones que afectan al entorno econmico mundial. Por ejemplo, la decisin del Fondo Monetario Internacional de restringir la liquidez de los pases endeudados, prcticamente se convierte en un promotor de la inver-sin extranjera y, por tanto, de una mayor globalizacin de los merca-dos de capital en el mundo (Merchand, 2007).

    Como lo explica Coq (2004), aunque la heterogeneidad de las ex-plicaciones es muy grande, la mayora de las aportaciones tienen una serie de puntos comunes. En concreto, puede afirmarse que los autores siguen total o parcialmente, de forma ms clara o de forma latente, el siguiente esquema.7

    7 La secuencia del esquema expuesto aparece defendida en obras como Mondialisation, Villes et Territoires (Veltz, 1996), Organizacin industrial y territorio (Caravaca y Mn-dez, 1995) y Economie industrielle et conomie spatiale (Rallet, 1995).

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    anetEsquema 1: Los impactos

    territoriales de la globalizacinCambios en los

    procesos de acumulacin a escala mundial:

    reestructuracin y globalizacin

    Cambios en los sistemas de

    organizacin industrial: nuevas tcnicas de produccin flexible

    Cambio en la articulacin espacial de las actividades

    productivas

    Fuente: Elaboracin propia con base en los trabajos de Rallet (1995) y Veltz (1996).

    El Esquema 1 nos indica que las transformaciones en la forma de organizar la produccin tienen un efecto sobre la distribucin de la actividad econmica a lo largo del territorio. Es decir, las dinmi-cas territoriales observables pueden explicarse a partir de las transfor-maciones inducidas sobre los sistemas de organizacin industrial por los procesos de reestructuracin. Por tanto, no se trata nicamente de procesos macroeconmicos o macrosociales, sino que estos tienen su traslacin a empresas y organizaciones productivas concretas.

    En sntesis, la reestructuracin es la resultante compleja del im-pacto de los sistemas globales sobre los territorios, del ascenso de los sistemas de produccin y regulacin flexible y de la expansin de la condicin cultural postmoderna. Este conjunto de impactos se super-ponen, mezclan y/o sustituyen a las estructuras territoriales preexis-tentes, dando como resultado un nuevo espacio de geometra varia-ble (Castells, 1989:20), que se constituye en el escenario ineludible del desarrollo territorial futuro.

    2.- Los enfoques del desarrollo regional: conceptos y teoras2.1.- Antecedentes histricos: la regin econmica como el espacio de la localizacin y de los intercambios

    La evidente reconfiguracin en la estructura espacial de la activi-dad econmica, reflejada en mayores aglomeraciones industriales y un incremento de las disparidades entre pases y regiones, las denomina-das megatendencias globalizadoras (Boisier, 2001:12) unidas a los

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    s cambios sociales y geopolticos asociados al final del siglo XX y los primeros aos del actual, propician nuevas configuraciones y procesos territoriales que interpelan a una de las tradiciones y sensibilidades ms longevas de la geografa: la que persigue dar cuenta de la diferen-ciacin y la diversidad regional del mundo.

    Desde siempre los pueblos se han preocupado por buscar un sitio donde puedan realizar un intercambio comercial de bienes y servicios: los mercados. Sin embargo, mucho de lo que ha influido en su ubi-cacin est en funcin de las rutas de transporte, de la cercana a las ciudades, de la ubicacin de las materias primas y de la disponibilidad de la tierra, es decir, est determinado por fenmenos espaciales.

    La marcada diferencia de ubicacin de los acontecimientos que ocurren en la tierra, ha sido durante muchos siglos tema continuo de estudio para el hombre. Conforme progresaba la civilizacin, se fue desarrollando un cuerpo de conocimientos sistemticos que descri-biera las caractersticas de la tierra, de la poblacin y sus respectivas actividades; finalmente a todo esto se le dio el nombre de geografa.

    Con el paso del tiempo la poblacin aumentaba, las regiones se ex-tendan, la gente se agrupaba cerca de los centros de mercado y las ac-tividades se volvan ms complejas. Fue necesario entonces una ciencia que explicara el porqu de estos comportamientos, surgiendo as la Geografa Econmica. De tal manera, esta ciencia describe en dnde las actividades econmicas tienen lugar y por qu estn ubicadas en determinadas zonas.

    La Geografa Econmica tradicional entiende, pues, la regin eco-nmica como un espacio de concentracin de unidades productivas dotado de cierta especializacin y homogeneidad distintivas, suscepti-bles de documentacin mediante datos estadsticos de tipo descripti-vo (Garca lvarez, 2006:53). Desde la dcada de 1950, los enfoques tericos se plantean un estudio normativo de la localizacin de las actividades econmicas y de las pautas de desarrollo econmico de los territorios. La Nueva Geografa, de corte positivista, se enfrenta a los temas econmicos desde un punto de vista diferente (individua-lismo metodolgico, competencia perfecta, tcnicas cuantitativas, ra-zonamiento hipottico-deductivo, prioridad a la explicacin), pero se

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    anetinteresa en realidad por la misma cuestin bsica, a saber, la tendencia

    evidente de las actividades econmicas a la aglomeracin espacial y al desequilibrio distributivo.

    En efecto, fracasado el intento de la Teora de la Localizacin8 (Christaller, 1966; Lsch, 1940; Von Thnen, 1826; Weber, 1909) por lograr una formulacin analtica del equilibrio general capaz de integrar a la vez las vertientes espacial y temporal, la Geografa Econmica cuantitativa transforma el espacio isotrpico ilimitado y homogneo en una superficie parcelada en unidades desigualmente favorecidas por las decisiones de localizacin de los agentes econmi-cos y dotadas de una dispar capacidad de respuesta ante los altibajos del ciclo econmico (Merchand, 2007). La vocacin aplicada de la Geografa Econmica teortica, muy vinculada a la naciente Cien-cia Regional (liderada por el economista Walter Isard a partir de la segunda mitad de la dcada de 1950) y a los esfuerzos de los gobier-nos occidentales en proceso de reconstruccin tras los estragos de la Segunda Guerra Mundial por paliar los desequilibrios regionales derivados del proceso de industrializacin polarizada y urbanizacin masiva, se plasma en un sostenido esfuerzo acadmico por compren-der los mecanismos espaciales que causan el retraso y los que impul-san el desarrollo para, a continuacin, delimitar unidades espaciales de intervencin dotadas de contenido y coherencia.

    En los aos cincuenta y sesenta las teoras de crecimiento y desa-rrollo econmico, y ms particularmente, las propuestas de Perroux (1955), Boudeville (1968), Myrdal (1957) y Hirschman (1958) es-tuvieron influidas por un contexto histrico de cambios del capita-

    8 Aunque las teoras clsicas de la localizacin incorporaron el espacio en la teora econ-mica, estos anlisis poseen una serie de limitaciones debido a que parten de supuestos poco reales (esto es considerar al espacio en trminos homogneos, representado con modelos geomtricos bidimensionales), que hacen restringido el anlisis de las situa-ciones actuales. La crtica de Krugman (1995) sobre estas teoras, es precisamente que son simplistas y geomtricas, puesto que en muchos de los casos consideran al territorio como un plano en el que se sitan estructuras que definen la localizacin de la actividad econmica. Para que los diferentes anlisis de la localizacin planteados tuvieran ms sentido, haba que tener en cuenta los rendimientos crecientes (economa de escala) y con ello, la competencia imperfecta (Fujita, Krugman y Venables, 1999).

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    s lismo mundial (reconstruccin de la economa, consolidacin de una economa basada en grandes complejos industriales, reanimacin del colonialismo, bipolaridad Este-Oeste, etctera). Fueron puntos de vista que partieron comnmente de observaciones reales, aunque sus explicaciones y respuestas al problema de las desigualdades fueron di-ferentes.

    Frente a los enfoques de corte economicista existentes como el de Myrdal y Hirschman,9 estos adoptaron posturas ms heterodoxas. Ambos autores parecen coincidir en identificar las razones fundamen-tales por las que el desarrollo tiende a ocurrir solo en un conjunto limitado de regiones urbanizadas y concentrarse en ellas. Estos dos autores ofrecen un punto de partida respecto de la difusin geogrfica del desarrollo, donde los conceptos son similares en los myrdalianos, factores impulsores y retardadores en contraste con los modelos es-tticos propuestos por Lsch y Christaller, que tratan tambin de la dinmica y difusin de los impulsos del desarrollo.

    Myrdal nos dice que la idea principal que quiere transmitir es que normalmente el libre juego de las fuerzas de mercado conduce inexo-rablemente a una intensificacin de las desigualdades regionales; esto es as, porque en virtud de las economas de aglomeracin, el creci-miento tiende a beneficiar acumulativamente a las economas de ma-yor desarrollo, en detrimento de las ms atrasadas.

    La evidencia emprica revela que si bien hasta los aos ochenta se produjo un largo ciclo de convergencia al interior de un grupo nu-meroso de pases (Estados Unidos, Japn, los de la Unin Europea, Canad y varios de Amrica Latina),10 ms recientemente se observa

    9 De acuerdo con Furi Blasco (1996), el trabajo de Hirschman puede ubicarse dentro de las teoras de desarrollo regional desigual porque este ltimo maneja la tesis de que, geogrficamente, el crecimiento es necesariamente desequilibrado. Este planteamiento de Hirschman ha sido aplicado en la economa regional para explicar en estudios sec-toriales los procesos de polarizacin y la difusin del crecimiento econmico. La des-igualdad entre regiones es entonces consecuencia inevitable del crecimiento mismo. Sin embargo, Hirschman (1958) aclara que una vez que el crecimiento se apodera de una parte del territorio, se movilizan ciertas fuerzas que actan sobre las partes restantes.

    10 Una buena sntesis de la literatura emprica sobre convergencia inter e intra en los pases desarrollados y sus bases conceptuales y metodolgicas se encuentra en Sala-i-

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    aneten casi todas las latitudes un proceso de polarizacin. Las disparidades

    estn aumentando tanto entre pases, como al interior de los mismos (Gallup, 1999).

    La necesaria reformulacin del concepto de regin econmica por parte de la Ciencia Regional (Fujita, 1999) pasa por la superacin de la mera contabilidad espacial (mayor o menor acumulacin de fuerzas productivas) propia del periodo anterior para acuar una nocin ms abstracta que la define como un campo de fuerzas11 (Perroux, 1955) donde operan los actores econmicos (productores y consumidores) que se relacionan mutuamente a travs de flujos tangibles de personas y mercancas (Merchand, 2007). En este escenario, el medio natural carece de relevancia y queda relegado a la banal condicin de mero sustrato fsico sin otro cometido que el de simple soporte de las acti-vidades y relaciones econmicas. Como consecuencia, los lmites de la regin econmica no vienen predeterminados por los accidentes na-turales o los cambios en el paisaje, sino por el contacto entre unidades espaciales con fundamentos econmicos diferentes, sean estos deriva-dos del tipo de actividad dominante o del nivel de desarrollo. Es ms, dada la diversidad de magnitudes econmicas al uso, su delimitacin depende de los objetivos y criterios utilizados en cada investigacin,12 lo que le confiere cierto carcter circunstancial e instrumental, frente a la corporeidad de la regin geoeconmica tradicional, donde se quiso reconocer una existencia inmanente y objetiva, independiente del ob-servador. La regin econmica as entendida es ms bien una repre-sentacin intelectual (Bailly, 1997:149-152) y se reviste de un carcter funcional al servicio de la intervencin poltica.

    Martin (2000).11 Segn Perroux (1955), un espacio econmico, conceptualizado como un campo de

    fuerzas, se compone de centros (o polos) a partir de los cuales salen fuerzas centrfugas y a los cuales llegan fuerzas centrpetas. Como motivo de esa aglomeracin, Perroux sostuvo que las empresas dominantes (lderes) son comparativamente eficientes y ca-paces de hacer un uso eficaz de las innovaciones y aumentar as su produccin ms que otras empresas.

    12 En nuestro caso, la regin es entendida como un territorio de mbito subnacional y se vincula ms a las dimensiones cualitativas y relaciones que a las cuestiones propiamente productivas o materiales, caractersticas de tiempos pasados.

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    s Precisamente las polticas de ordenacin del territorio, que nacie-ron con vocacin nacional en la dcada de los sesenta y se aplican ahora con ms profusin en la escala regional, son usuarias intensivas del concepto de rea funcional.13 La nocin de regin-programa nace tambin en esta dcada como consecuencia directa de la creciente in-tervencin pblica sobre el territorio e identifica el espacio acotado para el desarrollo de las acciones de poltica regional. De esta forma, el Estado cobra una incipiente importancia, ignorada hasta el momento, como agente modelador del espacio econmico y de las economas regionales, si bien su funcin se entiende como algo externo al sis-tema econmico, sobre el que interviene para corregir desviaciones y desequilibrios indeseables desde la ptica de la eficiencia econmica, social y territorial.

    Aunque la creciente interdependencia espacial a escalas distintas vaca progresivamente de contenido a las viejas regiones funcionales, en el sentido de que los flujos de personas, mercancas y capitales que salen y entran de ellas tienen destinos y orgenes muy dispares y distan-tes, cada vez menos identificados con las viejas relaciones jerrquicas campo-ciudad, lo cierto es que el concepto de regin funcional ha re-sultado muy til para enfocar el estudio de la organizacin del espacio econmico con mayor precisin y desde presupuestos ms prximos a la realidad, sobre todo por lo que respecta a la actividad cotidiana de los consumidores y a una parte no desdeable de la labor de las em-presas, sobre todo las de menor envergadura, que trabajan de forma pre-ferente con clientes y proveedores cercanos (Mndez, 1997:324-329).

    Sin embargo, la introduccin de nuevas variables explicativas del desarrollo regional que se definen a raz de la crisis econmica de los aos setenta, especialmente desde la Economa Regional, entrev la

    13 El concepto de regin funcional seala que esta es la suma de varias reas locales rela-cionadas y dependientes de un mismo ncleo o ciudad, que funciona como centro de mayor jerarqua. Desde este concepto, la regin es entendida como una estructura que consta de un centro y una periferia o rea de influencia, por lo general dicho centro lo ocupa una ciudad que mantiene una jerarqua urbana dentro de la regin. La articula-cin funcional de la regin est dada por los flujos e intercambios de bienes, servicios y personas que se dan entre la ciudad y su rea de influencia (Auriac, 1986:272-277).

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    anetcrisis de la primaca del paradigma funcionalista del desarrollo que

    dominaba en la planificacin regional y en la dinmica econmica es-pacial. Los cambios que se venan produciendo en la economa local y la aparicin de nuevas formas de industrializacin se alejaban de las explicaciones realizadas con una visin funcionalista de la economa (Merchand, 2007). Frente a esta concepcin funcional del espacio, se alzan nuevos planteamientos alternativos basados en la perspectiva del desarrollo endgeno, que conciben el espacio como un ente activo, es decir, como territorio dotado de dinmica autnoma, agente de desa-rrollo econmico y de transformacin social (Furi Blasco, 1996).

    2.2.- El modelo de desarrollo local endgeno

    La crisis de la concepcin funcional del espacio (por su inadecua-cin para explicar las cada vez ms complejas estructuras productivas en el territorio) como consecuencia del fracaso en los esquemas de po-ltica interregional, la reestructuracin del sistema econmico provo-cado por la crisis de los aos setenta, la modificacin de las jerarquas espaciales con la emergencia de nuevas regiones industriales y la nueva nocin del desarrollo como un proceso de transformacin social, ha dado paso a una nueva aproximacin al desarrollo regional conocido como enfoque endgeno (Vzquez, 2000a:45). Ahora bien, el desa-rrollo local endgeno surge, no tanto como una teora del desarrollo o del crecimiento, sino como un nuevo paradigma del desarrollo o una aproximacin territorial al desarrollo que hace referencia a los pro-cesos de crecimiento y acumulacin de capital de una localidad o un territorio, que tiene cultura e instituciones que le son propias y en las que se basan las decisiones de ahorro e inversin. Desde esta perspec-tiva, las iniciativas de desarrollo local se pueden considerar como las respuestas de los actores pblicos y privados a los problemas y desafos que plantea la integracin de los mercados en la actualidad (Aydalot, 1985:144-145).

    Esta nueva concepcin del desarrollo tuvo su mayor auge en aque-llos pases en los que las pequeas empresas, sobre todo, parecan ser las protagonistas del buen comportamiento regional. Argumentan so-

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    s bre la superioridad estratgica de las pequeas empresas en los proce-sos de desarrollo, siendo determinante para el crecimiento econmico no la dimensin, sino la formacin de sistemas de empresas, de redes de empresas, que permitan obtener economas de escala y de alcance y reducir los costes de transaccin. Entre los factores que se considera-ron relevantes en el xito de ciertas economas locales estn: el talento empresarial, un sistema productivo flexible, las economas generadas en los distritos industriales, y la existencia de algn agente individual o colectivo capaz de actuar como catalizador para movilizar el po-tencial que posee el sistema territorial (Cuadrado Roura, 1991:543).

    El modelo de desarrollo local endgeno comparte con el paradig-ma de los aos cincuenta y sesenta que el aumento de la productividad (y, por tanto, del crecimiento econmico) se produce como consecuen-cia de la generacin de economas externas, debidas a tres factores: las economas de escala en la produccin, la introduccin de innovaciones por parte de las empresas lderes y el flujo de la mano de obra exce-dentaria desde las actividades tradicionales a las ms modernas (como la industria). No obstante, se diferencia de l, al menos en cuatro as-pectos: en que el desarrollo puede ser tambin difuso (y no solamente concentrado en las grandes ciudades); en que los sistemas locales de empresas pueden liderar los procesos de crecimiento y cambio estruc-tural al generar economas de escala y reducir los costes de transaccin como las grandes empresas; en que las formas de organizacin social y el sistema de valores locales flexibilizan los mercados de trabajo y per-miten a las empresas locales trabajar con bajos costes de produccin y, en particular, con salarios relativamente bajos; y en que la sociedad civil ejerce un control creciente de los procesos de desarrollo de las localidades y regiones (Vzquez, 2000b).

    La flexibilidad de este nuevo sistema productivo requiere de for-macin de un medio espacialmente concentrado de recursos, inclu-yendo recursos humanos, que no estn permanentemente adscritos a una empresa, sino que son utilizados en cualquier momento, en fun-cin de la demanda y los proyectos empresariales. La flexibilidad y adaptabilidad de los nuevos sistemas productivos son posibles gracias a la combinacin entre la aglomeracin de funciones y personal en los

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    anetnodos de una red global y la conexin de una multitud de funciones

    secundarias a estos nodos, dispersas en la regin, el pas y el planeta, conectados por medio del transporte rpido, telecomunicaciones y sis-temas informticos (Borja y Castells, 1996:41).

    En este sentido, como hemos mencionado, es necesario sealar que el fordismo sufri una crisis en su forma de organizacin territorial, la cual se caracterizaba por la utilizacin de amplios espacios para el establecimiento de empresas, as como la elaboracin de productos a gran escala y la concentracin espacial de industrias. En cambio, la organizacin con base en la produccin flexible se sustenta en empre-sas pequeas y medianas que se encuentran en estrecha vinculacin corporativa y presentan constantes innovaciones tecnolgicas, ya que no importa que todos los insumos que componen el producto final se fabriquen en el mismo espacio, sino que es ms importante la forma-cin de cadenas productivas entre varias empresas. Esta nueva organi-zacin implica el cambio tecnolgico constante dentro de los procesos productivos, la formacin de bloques econmicos, mayor participacin del Estado y de los gobiernos locales en el desarrollo de un territorio.

    En definitiva, el modelo de desarrollo local representa un conjun-to de ideas tericas que tratan de explicar la creciente complejidad de la economa en un contexto territorial y los procesos de desarrollo entendidos como dinmicas de cambio social, basndose en elemen-tos econmicos y extraeconmicos. En consecuencia, esta visin del desarrollo econmico revaloriza la incidencia de lo geogrfico sobre lo econmico, aceptando una visin ms compleja de la interrelacin entre el espacio y la estructura social, factores que resaltan las particu-laridades de las formas de organizacin de la produccin en las locali-dades (Mndez, 1997).

    3. Las nuevas formas de organizacin de la produccin en las economas regionales y locales 3.1. La especializacin flexible y los nuevos espacios industriales

    Segn los defensores de esta tesis, que arranca con Piore y Sabel (1984), la creciente volatilidad de los mercados, la fragmentacin de

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    s la demanda y la reduccin del ciclo de vida del producto exigen una forma ms flexible de organizar la produccin. Los procesos actuales de reestructuracin que introducen mayor flexibilidad productiva y organizativa marcan un periodo de transicin de un modelo hege-mnico de organizacin de la produccin, el sistema fordista o de produccin en masa, a otro nuevo modelo, la acumulacin o especiali-zacin flexible (Bagnasco, 2000), donde la innovacin permanente, la produccin en pequeas series y descentralizada, la pequea empresa y un desarrollo ms difuso en el territorio se convierten en la nueva lgica dominante.

    El sistema de acumulacin flexible muestra una dinmica espa-cial caracterstica, consistente en la aglomeracin territorial de todos los agentes de la red. Apoyndose en las elaboraciones de Marshall (1919), los autores de esta escuela destacan el papel clave desempea-do por las economas externas derivadas de la divisin de tareas entre varios productores, y por el fructfero intercambio de ideas y la estre-cha colaboracin. Esa cooperacin tan intensa entre empresas exige contactos personales muy frecuentes, que suponen unos costos cre-cientes con la distancia. Por ese motivo, los agentes que intervienen a lo largo de una cadena de valor tienden a situarse cerca los unos de los otros, concentrndose en una sola regin o rea geogrfica (Scott, 1998). De este modo se configuran los denominados distritos indus-triales marshallianos que, de acuerdo con estos autores, constituyen el modelo emergente de organizacin espacial de la actividad econmica.

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    s Segn Pyke et al. (1990), los distritos industriales son sistemas productivos definidos geogrficamente, caracterizados por un gran nmero de pequeas empresas que se ocupan de diversas fases de la elaboracin de un producto. Cada distrito industrial se dedica prin-cipalmente a un solo sector y en l se llevan a cabo todas las fases de la cadena de produccin. La organizacin industrial de pequeas empresas puede funcionar eficazmente si hay cohesin entre los mo-delos espaciales de los sistemas productivos local y urbano (Becattini, 1990). Lo que distingue a los distritos industriales de otros tipos de organizacin industrial (vase Tabla 1) es la forma flexible en que se organiza el empresariado mediante la existencia de redes de pe-queas empresas o la especializacin y subcontratacin de fases del proceso de fabricacin. Dicha especializacin se traduce en aumento de la eficiencia productiva, tanto de la empresa en particular como del distrito en general. La combinacin de especializacin y subcon-tratacin potencia la capacidad colectiva y posibilita la obtencin de economas de escala.

    La prueba de su superioridad competitiva se encuentra, segn sus defensores, en que los principales ejemplos de dinamismo econmico de las ltimas dcadas proceden precisamente de regiones cuyo mode-lo industrial y espacial responde a las caractersticas aqu descritas. Los propios Piore y Sabel (1984) mencionan los casos de la Tercera Italia, Baden-Wrttenberg, en Alemania, Silicn Valley, en Estados Unidos, y algunas regiones del sur de Espaa, entre otros, como ejemplos de dis-tritos industriales, y como modelo exportable a otros lugares. Un caso especial son los distritos tecnolgicos, tambin conocidos como milieu innovateur, analizados por Storper (1992:275) y Maillat (1995:134).

    Los distritos tecnolgicos son aquellos distritos industriales que son capaces de combinar un alto grado de interaccin entre sus em-presas y las instituciones locales, junto con una dinmica de aprendi-zaje que permite la incorporacin de innovaciones frente a los retos de la competencia. Las nociones de distrito tecnolgico y milieu innova-teur son muy cercanas y comparten una concepcin evolucionista y no linear de la tecnologa y del desarrollo. Reconocen la importancia de las externalidades que operan fuera del mercado y de los efectos de la

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    anetproximidad espacial en el proceso de innovacin tecnolgica (Courlet

    y Soulage, 1995).Esta nueva visin surge a mediados de los ochenta a partir del tra-

    bajo del economista francs Aydalot (1985), y fue luego desarrollada por el Groupe de Recherche Europen sur les Milieux Innovateurs (GRE-MI), dedicndose a la investigacin sobre el desarrollo de los sistemas productivos y la innovacin tecnolgica (Ratti, 1992). En este modelo la innovacin, definida como la capacidad para generar e incorporar conocimientos que tengan como finalidad el mejorar la productividad de las empresas, se presenta como una de las variables explicativas del desarrollo econmico regional por parte de los modelos de desarrollo local y endgeno y, por ello, cabe presuponer que la capacidad de in-novacin depende de variables internas a los propios territorios tales como la capacidad de generacin y transmisin de las innovaciones en ciertos territorios (Maillat y Perrin, 1992).

    El tema de la innovacin se estudia como producto de un continuo intercambio y discusin de la informacin, promovido por la cerca-na espacial y cultural de las interrelaciones sociales histricamente integradas. Para esta perspectiva, el medio innovador es un mbito territorial en el que las redes de innovacin se desarrollan por las es-trategias e interacciones de los agentes econmicos y los fenmenos de aprendizaje colectivo que ellos realizan en sus mltiples transaccio-nes generadoras de externalidades, as como por la convergencia del aprendizaje de formas cada vez ms eficientes de gestin en comn de los recursos (Maillat et al., 1993).

    La capacidad de la red, que radica en sus dinmicas de proximidad, para neutralizar los costos de transaccin constituye un instrumen-to explicativo de la competitividad de los distritos industriales ms dinmicos. A partir del enfoque terico de la ventaja competitiva de las naciones y competencia local, Porter (1991) establece el concepto de clster cuya definicin se entiende como un espacio territorial y local caracterizado por una concentracin de empresas, instituciones y asociaciones interrelacionadas en un rea de actividad particular. Los clusters son concentraciones geogrficas de empresas interconectadas, suministradores especializados y proveedores de servicios, empresas

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    s de sectores afines e instituciones asociadas (por ejemplo universidades, agencias normativas y asociaciones comerciales), en reas especficas que compiten pero tambin cooperan (Porter, 1999:2-3).

    La ventaja competitiva de la concentracin geogrfica de empre-sas e instituciones se relaciona con el aumento de la productividad, la innovacin y la atraccin de nuevas empresas. Respecto de la produc-tividad, esta mejora por el acceso a empleados y proveedores especia-lizados, por el acceso a la informacin, por la existencia de actividades complementarias, por el acceso a instituciones y bienes pblicos, y por el aumento de la motivacin derivada de la rivalidad local. En este sentido, Porter (1999) afirma que el clster se impulsa por las relaciones de competencia y cooperacin que se desarrollan al interior del agrupamiento.

    Estos modelos nos dan una visin bastante ejemplar y exitosa de cmo se organiza y evoluciona la organizacin productiva en este con-texto de reestructuracin econmica. Hemos observado que conflu-yeron muchos elementos de distinta ndole, pero uno de los decisivos fue la innovacin tecnolgica que permiti abrir nuevas posi bilidades a la inversin empresarial. Dichas posibilidades, acordes con los cam-bios que registraba la geografa econmica mundial, se materializaron ampliamente y en buena me dida fueron propiciadas por las regiones y localidades a travs de la formacin de un nuevo modelo productivo.

    En resumen, las nuevas formas de organizacin propician que las empresas realicen economas externas e internas, utilicen las indivisi-bilidades ocultas del sistema productivo, lo que favorece los procesos de crecimiento econmico y cambio estructural.

    3.2. Desarrollo endgeno y sistemas productivos

    Alburquerque (2004) plantea que la ruptura del esquema fordista de produccin dio lugar a:

    Nuevas estrategias de desarrollo local vistas como for-mas de ajuste productivo flexibles en el territorio, en el sentido que no se sustentan en el desarrollo concentrador

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    anety jerarquizado, basado en la gran empresa industrial y la

    localizacin en grandes ciudades, sino que buscan un im-pulso de los recursos potenciales de carcter endgeno tratando de construir un entorno institucional, poltico y cultural de fomento de las actividades productivas y de generacin de empleo en los diferentes mbitos territo-riales (Alburquerque, 2004:5).

    As, un conjunto de factores que van desde la innovacin tecno-lgica, las actuaciones a nivel macro, meso y microeconmico, la pro-curacin de ventajas comparativas dinmicas y la flexibilizacin de las formas de produccin influyen en el desarrollo local.

    En este proceso, se establecen los sistemas productivos como me-canismos que promueven actividades econmico-sociales y los vincu-lan con la iniciativa privada, buscando potenciar una serie de recursos, fuerza y capacidades propias para crear nuevos empleos y regenerar la estructura socioeconmica de las localidades y las regiones.

    Podemos definir un sistema productivo como un conglomerado de micro y pequeas empresas que se desenvuelven bajo un sistema de produccin especializado, haciendo uso de recursos potencialmente disponibles, tecnologa propia y recursos endgenos, y con una estre-cha integracin entre lo cultural, lo social y lo poltico, es decir, consti-tuido y organizado desde una dinmica econmica conjunta.

    Las caractersticas de estos sistemas productivos dan pauta para afirmar que su primer punto de operacin es local, pues las firmas que integran este tipo de ambiente no solamente se han implantado como una operacin matemtica de procesos locacionales ms o me-nos independientes, sino que son resultado de las deslocalizaciones industriales y de los cambios que se estn suscitando en el mbito global, de ah que se empiezan a definir nodos o puntos territoria-les especficos donde se aglomeran este tipo de unidades productivas, pasando a conformar lo que llamamos los sistemas productivos locales (SPL) (Paunero, 2001).

    Hemos visto anteriormente que existen diversos conceptos para nombrar a estos modelos que caracterizaron los agrupamientos de ra-

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    s mas o de empresas relacionadas, y que se diferencian principalmente por la importancia o el papel que otorgan a las relaciones sociales, a la localizacin y las instituciones no empresariales: se hace referencia a sistema productivo, distrito industrial y clster, distritos tecnolgicos y milieux innovateurs, entre los conceptos ms destacados que caracteri-zan las formas de la organizacin de la produccin en los procesos de desarrollo de las localidades y regiones.

    Estos conceptos sirven como marco de referencia para entender y analizar las diversas formas en cmo se organiza la estructura pro-ductiva en el territorio, considerando que existe un tejido productivo con ciertas relaciones en el territorio, cuya estructura, dinamismo y potencial de crecimiento estn asociados estrechamente a la cantidad y entidad de una serie de recursos productivos existentes en el mismo, junto a la diversa capacidad de los actores para utilizarlos. Interesa conocer las condiciones territoriales que resultan favorables para im-pulsar el desarrollo, lo que incluye tanto los componentes internos (los recursos naturales, humanos, las relaciones sociales y los procesos institucionales, los recursos productivos fsicos y financieros), como las relaciones externas (accesibilidad, intercambio de informacin y conocimiento, cooperacin).

    Para no prestar a confusin, precisamos que en este artculo nos re-ferimos al concepto sistema productivo en su sentido amplio, es decir que incluye, adems de las relaciones comerciales, las relaciones for-males e informales entre empresas e instituciones no empresariales.14 Un sistema productivo es concebido, por tanto, como el conjunto de instituciones empresariales y no empresariales, inmersas en una com-

    14 La perspectiva de la informalidad al estudiar las pequeas unidades productivas se centra en las caractersticas de la empresa en s misma e incorpora tambin ciertas dimensiones y componentes de las relaciones sociales existentes entre la propia empresa y el conjunto de instituciones pblicas y privadas que limitan, condicionan y establecen un marco de estabilidad para la interaccin de los actores. Como ha sealado North (1990), dichas instituciones pueden ser informales o formales. Las primeras se caracterizan por ciertos ejes socioculturales que establecen determinadas pautas, valores y normas de comporta-miento que se presentan como un bien colectivo de la comunidad. El contexto institu-cional formal local se caracteriza por un conjunto de instituciones locales que brindan servicios de apoyo a las pequeas firmas, a la par que estimulan su desarrollo.

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    anetpleja red de relaciones tcnicas, econmicas, sociales y polticas, en un

    periodo y tiempo determinados. La siguiente figura 1, facilita la comprensin de cmo estn orga-

    nizados los sistemas productivos a nivel local y cmo estn integradas las empresas en el sistema. Aqu se distingue entre sistemas de pro-duccin y sistemas productivos. Los sistemas de produccin se refieren ms bien a cadenas de produccin o procesos de produccin integra-dos por ramas productivas que, a nivel microeconmico, se componen de empresas. Una rama productiva puede formar parte de ms de un sistema de produccin. La determinacin de las ramas que integran un sistema de produccin se realiza a partir de la intensidad de las rela-ciones de compra y venta que mantienen entre s. El concepto sistema productivo, que es el que interesa aqu, es ms amplio y est integrado, adems de por las ramas o empresas estrechamente relacionadas, por aquellas instituciones pblicas o privadas que participan en alguna de las fases de elaboracin del producto o de prestacin de servicios, y cuya actividad incide en los resultados de los sectores relacionados. A un nivel ms agregado se encuentra la estructura econmica regional que, junto a otras, conforman las estructuras nacionales, y estas a su vez las de la economa mundial.

    Figura 1. Conceptos y dimensiones bsicas del anlisis regional

    Estructura ecnomica regional

    Sistemas productivos

    Sistemas de produccinRama 2

    Rama n

    Empresas

    Institucionesprivadas

    Institucionespblicas

    EmpresasRama 1

    Fuente: Merchand (2007)

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    s La creacin de una red de relacin e interaccin, los mecanismos endgenos de asociacin y cooperacin en el interior y entre las peque-as empresas, son aspectos relevantes para el anlisis de las pequeas unidades productivas, as como para comprender el funcionamiento de las economas locales.

    Analizar las decisiones, estrategias y relaciones sociales en las que se involucran los actores permite comprender la lgica y dinmica in-terna de las pequeas unidades productivas, no como el simple resul-tado de las particularidades del individuo ni el exclusivo determinismo de las condiciones estructurales, sino como el producto de un actor inmerso en un contexto.

    Adems, la dimensin territorial es de gran importancia, puesto que la estructura relacional que conforma los sistemas socio-econ-micos se localiza en espacios geogrficos concretos, en los que fluyen conocimiento, informacin e innovacin y en los que se desarrollan relaciones basadas en la confianza que llevan implcitos vnculos de pertenencia a una misma comunidad; es decir, compartir un mismo conjunto de pautas y valores socioculturales, as como una historia co-mn que sirven de marco a las relaciones econmicas que se establecen entre los actores. De esta manera, en el caso de las pequeas unidades productivas, un rasgo clave es que la comunidad y la empresa tienden a interpenetrarse, lo que crea diferentes modalidades e intensidades en la dinmica interna de las pequeas unidades productivas (Sarav, 1997). Estos elementos inciden en diversas formas y grados sobre la organizacin y funcionamiento de las empresas, ya sea favoreciendo la conformacin de un mercado de trabajo local, obstaculizando algunos procesos de modernizacin productiva o fomentando la multiplica-cin de nuevas unidades productivas y el declive de muchas otras. En sntesis, estos aspectos se constituyen en factores que contribuyen a explicar la coexistencia, en las localidades, de relaciones tanto de coo-peracin como de conflicto.

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    anet4.- Conclusiones

    En este artculo hemos estudiado las diferentes teoras que tra-tan de explicar el fenmeno del desarrollo regional dentro del nuevo contexto de la globalizacin y desde la perspectiva que lo vincula a la organizacin productiva; hemos descrito los procesos de reestruc-turacin sucedidos tras la crisis de los setenta y hemos explicado sus consecuencias sobre la dinmica econmica regional. Esta concep-tualizacin ayuda a entender y analizar las especificidades y procesos que ocurren en los espacios regionales y que influyen en la organiza-cin del territorio.

    La globalizacin es un proceso que se caracteriza por el aumento de la competencia en los mercados, lo que implica la continuacin de los ajustes del sistema productivo de los pases, las regiones y las ciuda-des inmersas en la globalizacin. Dado que las empresas no compiten aisladamente, sino que lo hacen juntamente con el entorno productivo e institucional del que forman parte, el proceso de globalizacin esti-mula la transformacin de la organizacin del sistema de ciudades y regiones, de acuerdo con la nueva divisin internacional del trabajo.

    En este escenario de competencia creciente entre empresas y terri-torios, los procesos de acumulacin de capital y desarrollo estn condi-cionados por un conjunto de factores clave que actan sinrgicamente: la difusin de las innovaciones y el conocimiento entre las empresas y organizaciones, la adopcin de formas ms flexibles de organizacin de la produccin, el desarrollo de las economas de urbanizacin, y la densidad del tejido institucional. Es ms, las ciudades y regiones res-ponden a los retos de la globalizacin mediante acciones que inciden sobre los factores que determinan los procesos de acumulacin de ca-pital, buscando un sendero de desarrollo duradero.

    La teora del desarrollo endgeno considera que la acumulacin de capital y el progreso tecnolgico son, sin duda, factores clave en el cre-cimiento econmico. Pero, adems, identifica una senda de desarrollo auto sostenido, de carcter endgeno, al argumentar que los factores, que contribuyen al proceso de acumulacin de capital, generan eco-nomas, externas e internas, de escala, reducen los costos generales y

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    s los costos de transaccin y favorecen las economas de diversidad. La teora del desarrollo endgeno reconoce, por lo tanto, la existencia de rendimientos crecientes de los factores acumulables y el papel de los actores econmicos, privados y pblicos, en las decisiones de inver-sin y localizacin.

    La nueva propuesta de desarrollo local endgeno se sustenta en la acumulacin de capital fsico y humano a escala local, posibilitando formas ms flexibles de produccin en los procesos de crecimiento y cambio estructural. Enfatiza la aparicin de un nuevo modelo espec-fico de organizacin productiva ofreciendo un mayor protagonismo de los sistemas productivos locales, donde los empresarios, organi-zaciones, instituciones, sociedad civil y cultural crean un espacio de entendimiento que convierte al territorio en un verdadero agente de transformacin social. En este modelo, el desarrollo regional viene interpretado, no como el resultado de la decisin ptima de locali-zacin industrial por parte de las grandes empresas interregionales, sino como la actuacin de las empresas locales eligiendo produccio-nes ms apropiadas.

    Las experiencias de los distritos industriales subrayan la importan-cia de las micro, pequeas y medianas empresas en el desempeo eco-nmico y en la organizacin industrial, con su capacidad de adaptacin y flexibilidad para adecuarse a las cambiantes coyunturas socioecon-micas. Esta capacidad de flexibilidad y adaptacin productiva est re-gida en gran medida por la innovacin, el uso de recursos locales tales como mano de obra especializada, capital acumulado, empresarialidad local y conocimiento especfico sobre el proceso de produccin.

    Finalmente estas visiones que caracterizan las lgicas territoriales en el marco de los procesos de reestructuracin econmica nos dan pautas tericas y metodolgicas para analizar el tejido productivo del territorio y construir tipologas de sistemas a partir del papel que juegan las pequeas unidades de produccin (las cuales se con-centran y se especializan en algunas ramas o sectores de la actividad econmica), as como de las relaciones de cooperacin formales e informales que se establecen entre el conjunto de instituciones que operan en el territorio.

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    anetLa configuracin de sistemas productivos locales puede ser una

    estrategia para la permanencia en el mercado de las pequeas unidades de produccin, cuyo objetivo no es nicamente competir con las gran-des empresas, sino contribuir a mejorar las condiciones econmicas y sociales de los entornos territoriales, sobre todo los locales.

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