teilhard de chardin s.j. george wald año 7 nº 79 un ...derecho-viejo.com.ar/derecho viejo 2008...

16
“Derecho Viejo” Página 1 “DERECHO VIEJO” a la evolución destino de hombre Año 7 Nº 79 Un periódico para leer Junio 2008 “GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE) Lejos del mundo. Cerca de los hombres La humanidad se encamina hacia la unificación de la totalidad de la especie en un grupo inter-pensante. Teilhard de Chardin S.J. La materia ha alcanzado el punto en que ha comenzado a conocerse a sí misma... el hombre es el medio que tiene la estrella para conocer las estrellas. George Wald Nosotros somos el camino, la verdad y la vida (porque Dios se encarnó) La plenitud de los tiempos (presencia sin frontera) “Mezclado en el barullo del mundo resuena tam- bién ese silencio del Ser, resuena su tonalidad eter- na. Ningún oído humano puede apoderarse de él. Y sin embargo, se le oye, está ahí. No sólo cuando cesa el ruido del mundo: oír el silencio del Ser en el silen- cio del mundo, o en me- dio de su tumulto, depen- de del modo en que el hombre lo perciba”. * * * * * “La trascendencia no se manifiesta cuando sobre- pasamos el nivel humano, sino precisamente ahí don- de reconocemos ese nivel humano, cuando recono- cemos nuestra debilidad”. * * * * * “El sonido del silencio resuena ininterrumpidamente. La cuestión está en si nosotros, en cuanto instrumento, estamos suficientemente afinados como para que su eco resuene en nosotros, y lo escuchemos”. * * * * * “Al igual que en las tinieblas de la noche se apagan las luces de la tierra y comienzan a brillar las estrellas del cielo, así es preciso que se oscurezca lo múltiple de la consciencia objetiva, para que se alce el vacío luminoso y se abra a la consciencia interiorizada”. * * * * * “Por la forma en que me percibo al vivir una auténtica experiencia del Ser, me siento separado de Él, y sin embargo, comprometido y protegido por Él. Me siento fuera de mí mismo, y sin embargo, en mí mismo como nunca antes. Ese fuera del cual yo estoy y ese en el que estoy en tales momentos, no son idénticos, pero los dos coinciden en mí y en todo”. “Para aquel que tiene a Dios en la lengua, todo tiene el sabor de Dios”. “Es fundamental que haya serenidad y silencio para poder percibir la palabra. Cuando ya no recordamos nada, cuando ya somos prescindentes, cuando estamos sin estar, ahí podremos llegar a oír con los oídos internos”. “Todo don de Dios amplía nuestra capacidad de recibir y nuestros anhelos más elevados o más profundos. Dios es ilimitado en sus dones y nosotros tenemos una capacidad ilimitada de recibir esos dones. Dios se conoce y se ama en nosotros, y nosotros conocemos con su conocimiento”. “Lo mejor es callarse y dejar que el Ser sea (actúe). Donde todas las potencias están retiradas de su actividad y de sus objetivos, es allí cuando la palabra es pronunciada”. “El nacimiento lo realiza el Padre en la profundidad, en la parte más honda del alma, donde jamás penetró siquiera el reflejo de una imagen, ni se asomó a ella alguna de las potencias del alma”. “La luz y la oscuridad no pueden convivir; Dios debe entrar y es preciso que lo creado salga. En un instante sabemos lo que debemos hacer y de lo que debemos abstenernos, además de muchos consejos que antes no sabíamos ni comprendíamos”. “Quien quiera encontrar luz y compenetración con la verdad, que esté receptivo y atento a este nacimiento en él, en el fondo de su alma. Así serán iluminadas sus potencias e incluso su hombre exterior”. “El nacimiento eterno ha ocurrido en el tiempo, y sucede aún diariamente en el fondo del alma, en su profundidad, lejos de la superficie. El hombre no puede abordar ese nacimiento sin replegarse, con todos sus sentidos, alejado, desvinculado del yo”. “Apartarnos total y minuciosamente de nosotros mismos, y por supuesto de todas las cosas creadas; de todo aquello que no sea verdaderamente Dios y no posea carácter divino. Volcarnos de una manera perfecta y completa hacia Dios, con una decisión inquebrantable”. Maestro Eckhart K. G. Dürckheim

Upload: others

Post on 05-Apr-2020

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Teilhard de Chardin S.J. George Wald Año 7 Nº 79 Un ...derecho-viejo.com.ar/DERECHO VIEJO 2008 PDF/derecho viejo.79 junio 2008.pdf · Librería La Guadalupita - Av. Avellaneda 3918

“Derecho Viejo” Página 1

“DERECHO VIEJO”a la evolución destino de hombre

Año 7 Nº 79 Un periódico para leer Junio 2008

“GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE)

Lejos del mundo. Cerca de los hombres

La humanidad seencamina hacia launificación de la

totalidad de laespecie en un grupo

inter-pensante.Teilhard de Chardin S.J.

La materia haalcanzado el punto

en que hacomenzado aconocerse a sí

misma... el hombrees el medio que tiene

la estrella paraconocer las estrellas.

George Wald

Nosotros somos el camino, la verdad y la vida(porque Dios se encarnó)

La plenitud de los tiempos(presencia sin frontera)

“Mezclado en el barullodel mundo resuena tam-bién ese silencio del Ser,resuena su tonalidad eter-na. Ningún oído humanopuede apoderarse de él. Ysin embargo, se le oye, estáahí. No sólo cuando cesael ruido del mundo: oír elsilencio del Ser en el silen-cio del mundo, o en me-dio de su tumulto, depen-de del modo en que elhombre lo perciba”.

* * * * *

“La trascendencia no semanifiesta cuando sobre-pasamos el nivel humano,sino precisamente ahí don-de reconocemos ese nivelhumano, cuando recono-cemos nuestra debilidad”.

* * * * *

“El sonido del silencio resuena ininterrumpidamente. La cuestión estáen si nosotros, en cuanto instrumento, estamos suficientemente afinadoscomo para que su eco resuene en nosotros, y lo escuchemos”.

* * * * *

“Al igual que en las tinieblas de la noche se apagan las luces de la tierray comienzan a brillar las estrellas del cielo, así es preciso que se oscurezcalo múltiple de la consciencia objetiva, para que se alce el vacío luminoso yse abra a la consciencia interiorizada”.

* * * * *

“Por la forma en que me percibo al vivir una auténtica experiencia delSer, me siento separado de Él, y sin embargo, comprometido y protegidopor Él. Me siento fuera de mí mismo, y sin embargo, en mí mismo comonunca antes. Ese fuera del cual yo estoy y ese en el que estoy en talesmomentos, no son idénticos, pero los dos coinciden en mí y en todo”.

“Para aquel que tiene a Dios en la lengua,todo tiene el sabor de Dios”.

“Es fundamental que haya serenidad y silencio para poder percibirla palabra. Cuando ya no recordamos nada, cuando ya somos

prescindentes, cuando estamos sin estar,ahí podremos llegar a oír con los oídos internos”.

“Todo don de Dios amplía nuestra capacidad de recibir ynuestros anhelos más elevados o más profundos. Dios es

ilimitado en sus dones y nosotros tenemos unacapacidad ilimitada de recibir esos dones. Dios se

conoce y se ama en nosotros, y nosotros conocemos consu conocimiento”.

“Lo mejor es callarse y dejar que el Ser sea (actúe). Donde todaslas potencias están retiradas de su actividad y de sus objetivos,

es allí cuando la palabra es pronunciada”.

“El nacimiento lo realiza el Padre en la profundidad, en laparte más honda del alma, donde jamás penetró siquierael reflejo de una imagen, ni se asomó a ella alguna de las

potencias del alma”.

“La luz y la oscuridad no pueden convivir; Dios debe entrar y espreciso que lo creado salga. En un instante sabemos lo que

debemos hacer y de lo que debemos abstenernos, además demuchos consejos que antes no sabíamos ni comprendíamos”.

“Quien quiera encontrar luz y compenetración con laverdad, que esté receptivo y atento a este nacimientoen él, en el fondo de su alma. Así serán iluminadas

sus potencias e incluso su hombre exterior”.

“El nacimiento eterno ha ocurrido en el tiempo, y sucede aúndiariamente en el fondo del alma, en su profundidad, lejos de la

superficie. El hombre no puede abordar ese nacimiento sinreplegarse, con todos sus sentidos, alejado, desvinculado del yo”.

“Apartarnos total y minuciosamente de nosotros mismos,y por supuesto de todas las cosas creadas; de todoaquello que no sea verdaderamente Dios y no poseacarácter divino. Volcarnos de una manera perfecta y

completa hacia Dios, con una decisión inquebrantable”.

Maestro Eckhart K. G. Dürckheim

Page 2: Teilhard de Chardin S.J. George Wald Año 7 Nº 79 Un ...derecho-viejo.com.ar/DERECHO VIEJO 2008 PDF/derecho viejo.79 junio 2008.pdf · Librería La Guadalupita - Av. Avellaneda 3918

“Derecho Viejo”Página 2 Pensamiento

EDITORIAL

Escribe: Camilo Guerra

Equipo

Diseño y DiagramaciónDerecho Viejo

Dirección y CorrespondenciaAlmafuerte 2629

(CP. 1712) CastelarProv. Buenos Aires - Argentina

Tel: 4627-8486 / 4629-6086e-mail: [email protected]

Directores:Dr. Camilo Guerra

Dr. Sebastián Guerra

Secretario de RedacciónProf. Lic. Federico Guerra

En estas direcciones puede retirar «Derecho Viejo»Capital Federal

Librería Claretiana - Lima 1360 - Rodriguez Peña 898 - Aráoz 2968Librería Marista - Callao 224Librería Patria Grande - Rivadavia 6369Librería La Guadalupita - Av. Avellaneda 3918Cobla Electricidad - Av. Gaona 1623, Caballito - Av. Nazca 2732Maxikiosco - Lacarra 808Librería Guadiana- Rodríguez Peña 744Librería Huemul - Av. Santa Fe 2237

Mar del PlataJosé Cupertino - Catamarca 1645 -

Librería “Don Bosco” - Belgrano 4802

Gran Buenos Aires

Centro Médico Versalles - Juan B. Justo 9350Consultorios Médicos - Matheu 2139El Jardín de los Ángeles - Av. Corrientes 1680 1º PisoLibros “de Ayer.com” - Av. Elcano 2948 - Billinghurst 1111Librería Barnie - Montevideo 295Dietética Alice - Balbín 3715Librería "El Trébol" - Av. Chiclana 4242

NeuquénMorgana Libros - Av. Arrayanes 262Loc. 8 - Villa La Angostura

TandilCobla Electricidad - Tel.: 022-93-453311Av. Del Valle esq. Lisandro de la Torre

Acassuso:Berazategui:

Caseros:Florencio Varela:Gral. Rodriguez:

Ituzaingó:La Plata:

L. de Zamora:L. del Mirador:

Luis Guillón:Luján:Merlo:

Moreno:Olivos:

Ramos Mejía:San Fernando:

San Isidro:San Justo:

San Miguel:Villa Ballester:

“Bonafide” -Manzone 817Ortopedia Héctor Cazorla - Calle 101 Nº 588Librería “La Cueva” - Av. San Martín 2651Biblioteca D.F. Sarmiento - España esq. BoccussiSytel Servicio Técnico TV/Audio - Moreno 865Librería“Santa Teresita” - Zufriategui 830, Loc. 22, Gal. CentenarioLibrería Claretiana - Calle 51 Nº 819Librería Claretiana - H. Irigoyen 8833Casa López - Av. San Martín 3566Santería de Schoenstatt - José Hernandez 251Kiosco Marianito - Lorenzo Casei esq. Montevideo“Parque Gas” - Av. San Martín 2435Librería “Hadas” - Asconape 139Biblioteca Popular de Olivos - Maipú 2901Centro Yoga Shamballa - Pueyrredón 56Librería Claretiana - Constitución 938La dietética de San Isidro -Cosme Beccar 229Librería Claretiana - Ignacio Arieta 3045Librería “San Francisco” - Sarmiento 1468Papelería comercial “Fabi” - Lamadrid 1793

CastelarCobla Electricidad - Av. Arias 3437 -Librería La Recova -Martín Irigoyen 430Video Time - Almafuerte 2411Nva. Librería Alemana - Bmé. Mitre 2466Librería “La Cueva” - I. Arias 2354 -Mercería y Lencería "Zoe" - Santa Rosa 2011Librería “Castelar” - Av. I. Arias 2378

HurlinghamDietética “La Pradera” - Jauretche 943Regalería “Alimey” - Jauretche 1490Cobla Electricidad - Av. Jauretche 933

MorónLibrería Claretiana - San Martín 379Almacén “El Barquito” - Belgrano 308Librería “Nuevo Mundo” - Brown 1482Casa Franceschino - Bme. Mitre 822

San Antonio de PaduaConsul. Odontológico Dr. Jorge Merlo

Lambaré esq. LimayElectricidad Padua - Belgrano 295Kiosco “Hortensia” - Lambaré 1630“Sin orillas” - Noguera 311 Loc. 4Farmacia - Zárate 260

La Providencia, ley de leyes, se manifiesta en un ordenmenor de atracción de lo que necesitamos para evolucio-nar espiritualmente; vale decir que cada uno tiene la posibi-lidad de atraer hacia sí mismo la experiencia, o ilusión deexperiencia que necesita para evolucionar espiritualmente.Todos nacemos dentro de un ámbito cultural, de un ámbitofamiliar. Una vez atraída nuestra experiencia de ilusión deseparatividad, la Providencia, a través de ese mandato, nos“arma” (armamos) una experiencia ilusoria de separatividad.

El Ser es Uno, y nosotros somos sus manifestaciones.En Dios somos, nos movemos y existimos, y en el “Hijo”,realizamos esta ilusión de separación del Padre, para des-pués volver. Volver hacia adelante.

Nacemos en un mundo ilusorio, en un mundo de pro-yección, y apoyamos toda nuestra estructura en la arena(ilusión de separatividad). Desde lo más ruin hasta lo másnoble que creemos tener, está apoyado en la estructura débile indeseable de separatividad. Nos sentimos separados deDios y separados de los demás, unos de otros.

La mente desviada de su centro se vuelca hacia afuera,en una búsqueda insaciable de diversidad. La ilusión deseparatividad acepta y cree que “dos es más que uno”.

La mente desbocada trae como consecuencia, en su ilu-sión de acción, las dimensiones del tiempo y del espacio,junto con las cuales construye para la manifestación del Seruna cárcel sin barrotes.

La estructura interna de separatividad me muestra unDios “afuera”, y el deseo me lleva a querer realizarme conÉl; y la mente crea el momento religioso, siempre con unDios separado y alejado, al cual quiero acercarme.

La identificación de nuestra manifestación del Ser con lamente, trae aparejado la ilusión de separatividad, que sola-mente puede darse en las dimensiones de tiempo y espa-

cio; al meditar vamos des-identificándonos de la mente, locual facilita la caída (al principio lenta, pero luego definiti-va) de las nociones de tiempo y espacio.

Al conceptualizar un Dios afuera a través de nuestra es-tructura interna de separatividad, el deseo me lleva a que-rer re-ligarme con ese Dios exterior, y la mente vuelve acrear el momento religioso.

Cuando descubrimos que Dios no está afuera sino aden-tro de nosotros (después de la muerte y resurrección, node la muerte física sino de la muerte al mundo de superfi-cie), cuando descubrimos que dentro nuestro hay al-guien que es más yo que yo mismo, terminamos connuestra ilusión de separatividad. Vale decir que termi-namos con nuestra estructura religiosa interna, construidapor el miedo de tener que encontrarme más tarde o mástemprano con un Dios exterior.

No somos hombres haciendo una experiencia espiritual,sino manifestaciones del único Ser haciendo una experien-cia ilusoria de separatividad, dentro de un ámbito de pro-yección inexistente que llamamos mundo.

Jesús, tal como dice el evangelio, no viene a modificar laley judía ni tampoco a crear una religión nueva; Jesús vienea cumplir con la religión. Anuncia la consciencia crística,que se manifiesta después del arrepentimiento (de haberpensado que Dios es lo más importante, cuando en reali-dad es lo único importante), y después de la conversión,vale decir, no de convertirnos a otra religión, sino de con-vertirnos nosotros hacia adentro de nosotros mismos. “ElReino de los cielos está adentro de ustedes”. “Tirenabajo el templo que en tres días construiré uno nue-vo”. Esta es una clara alusión a la resurrección. Si Cristono resucita dentro mío, estúpida es nuestra fe.

Trascender la estructura religiosa interior“... Señor, veo que eres un profeta.Nuestros padres adoraron en estamontaña, y ustedes dicen que se

debe adorar en Jerusalén”. Jesús lerespondió: “En verdad te digoque llega la hora, en que ni en

esta montaña ni en Jerusalén seadorará al Padre... la hora se

acerca, y ya ha llegado, en quelos verdaderos adoradores

adorarán al Padreen Espíritu y en verdad”.

Jn 4, 19-23

“A Dios nadie lo ha visto nunca.Si nos amamos unos a otros, Diospermanece en nosotros, y su amor

ha llegado en nosotros a suplenitud... Si alguno dice: ‘Amo aDios’, y aborrece a su hermano,

entonces es un mentiroso: quien no ama a su hermanoa quien ve, no puede amar

a Dios a quien no ve”. Evangelio de Juan

“Nadie pone remiendo de pañonuevo en vestido viejo;

de otra manera, el mismo remiendonuevo tira de lo viejo y se hace

peor la rotura.Y nadie echa vino nuevo en odres

viejos; de otra manera, el vinonuevo rompe los odres, el vino sederrama y los odres se pierden;

pero el vino nuevo en odres nuevosse ha de echar”. (Mc 2,21-22)

El discípulo se hace “vaciándose”(no-mente), lo que no tiene que ver

con ningún proceso dedespersonalización, sino con el

ahondamiento de las más grandesposibilidades humanas;

la posibilidad de estar receptivoy dejar que todo nos llegue

como don gratuito.

El hombre perfecto emplea sumente como un espejo:

no agarra nada, no rechaza nada,recibe pero no guarda.

Chuang Tzu

«Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar». Jn 2, 19-20

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Page 3: Teilhard de Chardin S.J. George Wald Año 7 Nº 79 Un ...derecho-viejo.com.ar/DERECHO VIEJO 2008 PDF/derecho viejo.79 junio 2008.pdf · Librería La Guadalupita - Av. Avellaneda 3918

“Derecho Viejo” Página 3Para meditar

¿Cuál es la naturaleza delpensamiento, el cual cesa cuan-do hay completa atención y bro-ta cuando no hay atención? Unoha de comprender qué es estaralerta, de otro modo no podrácomprender completamente elsignificado de la atención.

¿Hay una idea de la percep-ción alerta, o está uno alerta?Existe una diferencia entre la ideade estar alerta y el estar alerta.Estar “alerta” implica ser sen-sible, percibir vivamente lascosas alrededor de uno, la na-turaleza, la gente, el color, los ár-boles, el medio circundante, laestructura social, económica, lacosa en su totalidad; implica co-nocer, observar, estar sensible-mente atento a todo cuanto su-cede en lo externo; y también alo que sucede psicológicamenteen lo interno. Si no estamos aten-tos a lo que sucede externamen-te y comenzamos a estar atentosinternamente, nos volvemos másbien neuróticos. Pero si uno co-mienza a darse cuenta, lo más quesea posible, de lo que exactamen-te está ocurriendo en el mundo,y luego desde ahí se mueve hacialo interno, entonces hay equilibrio.Existe entonces una posibilidad deno engañarse a sí mismo.

Uno empieza por estar aten-to a lo que sucede afuera, y des-pués se mueve en lo interno –un movimiento constante,como el flujo y reflujo de lamarea–, y de ese modo no hayengaño posible; de ese modohay discernimiento.

¿Cómo ha de conocerse unoa sí mismo? Sólo podemos co-nocernos en nuestra relación conotros. En esa relación con losdemás, puede que uno se apartede ellos porque no desea ser las-timado, y en la relación tambiénpuede uno descubrir que es muyceloso, dependiente, que estáapegado y que en realidad es muyinsensible. Por consiguiente, la

relación actúa como un espejo enel cual uno se conoce a sí mis-mo. Igual cosa ocurre externa-mente; lo externo es un reflejode uno mismo, porque la socie-dad, los gobiernos, todas estascosas creadas por los seres hu-manos, son fundamentalmente lomismo que uno es.

Para descubrir qué es la per-cepción alerta, debemos investi-gar la cuestión del orden y el des-orden. Uno ve que exteriormen-te existe muchísimo desorden,confusión e incertidumbre. ¿Quéha producido esta incertidumbre,este desorden? ¿Quién es el res-ponsable? ¿Lo somos nosotros?Tiene que estar muy claro si so-mos nosotros los responsablespor el desorden externo; ¿o eséste algún desorden divino des-de el cual habrá de surgir un di-vino orden? Por lo tanto, si unose siente responsable por eldesorden externo, ¿no es aca-so ese desorden una expresióndel propio desorden interno?

Uno observa que el desor-den en lo externo es creadopor nuestro desorden en lo in-terno. Mientras los seres hu-manos no tengan orden en símismos, siempre habrá desor-den. Los gobiernos pueden tra-tar de controlar el desorden ex-teriormente; la expresión extre-ma es la forma totalitaria del mar-xismo –que dice saber qué es eldesorden; y como ustedes no losaben, él les dirá lo que es y losreprimirá o los confinará en cam-pos de concentración y en hos-pitales psiquiátricos, etcétera.

El mundo se halla en desor-den porque nosotros estamos endesorden, cada uno de nosotros.

¿Uno se da cuenta de su des-orden, o no tiene sino un con-cepto del desorden? ¿Percibimosclaramente que estamos en des-orden, o ésa es meramente unaidea que se ha sugerido y queaceptamos? La abstracción im-

plica apartarse de “lo que es” –ynosotros vivimos mayormente deideas y nos apartamos de los he-chos. ¿Está uno aceptando unconcepto del desorden, o perci-be que el desorden está en unomismo? ¿Comprende uno la di-ferencia que existe entre amboshechos? Y, ¿es ésa una percep-ción alerta per se, por sí misma?

¿Qué entendemos por desor-den? Hay contradicción; pensa-mos una cosa y hacemos otra.

Está la contradicción de losdeseos opuestos, de los opues-tos requerimientos internos, de losmovimientos que dentro de unose oponen entre sí la dualidad.¿Cómo surge esta dualidad? ¿Noes porque somos incapaces demirar “lo que es”? Uno quisieramás bien escapar de “lo que es”hacia “lo que debería ser”, espe-rando de algún modo, por algúnmodo, por algún milagro, por unesfuerzo de la voluntad, transfor-mar “lo que es” en “lo que debeser”. O sea: uno está iracundo y“no debería” estar iracundo. Siuno supiera qué hacer con la ira,cómo entendérselas con la ira eir más allá, no habría necesidadde “lo que debería ser”, que es“no estar iracundo”. Si uno pue-de comprender, si sabe qué ha-cer con “lo que es”, no escaparáhacia “lo que debería ser”. Debi-do a que no sabemos qué hacercon “lo que es”, esperamos queinventando un ideal, de algúnmodo podremos por medio delideal cambiar “lo que es”. O, acausa de que no podemos y nosabemos qué hacer, el cerebro secondiciona a vivir siempre en elfuturo, “lo que uno espera ser”.

Vivimos esencialmente en elpasado, pero esperamos alterar elpresente viviendo para un ideal enel futuro. Si uno supiera qué ha-cer con “lo que es”, entonces elfuturo no importaría. No es cues-tión de aceptar “lo que es”, sinode permanecer con “lo que es”.

Sólo podemos comprenderalgo si miramos “lo que es” yno escapamos de ello, si notratamos de convertirlo en al-guna otra cosa. ¿Es posible per-manecer con “lo que es”, obser-varlo, verlo, y nada más? Me doycuenta de que soy codicioso, peroeso no ejerce acción alguna. Lacodicia es un sentimiento, y yohe mirado ese sentimiento llama-do codicia. La palabra no es lacosa; pero puedo estar confun-diendo la palabra con la cosa.Tal vez me encuentre atrapado enlas palabras y no esté con el he-cho, el hecho de que soy codi-cioso. Esto es muy complejo;quizá sea la palabra la que incitaese sentimiento. ¿Puede la menteestar libre de la palabra y mirar?¡La palabra se ha vuelto tan im-portante en la vida de uno! ¿Soyacaso el esclavo de las palabras,sabiendo que la palabra no esla cosa? ¿Es que la palabra se havuelto tan importante que para míel hecho no es real, no es fac-tual? Yo preferiría mirar la foto-grafía de una montaña que ir ymirar la montaña directamente;para esto tengo que recorrer unagran distancia, tengo que escalarla montaña, contemplarla de cer-ca, sentirla. Mirar el cuadro querepresenta una montaña, es mi-rar un símbolo; ésa no es una rea-lidad. ¿Estoy preso en las pala-bras, que son símbolos y, enconsecuencia, me aparto de larealidad? ¿Es la palabra la quecrea el sentimiento de la codicia,o la codicia existe sin la palabra?

Esto requiere una disciplinatremenda, no represión. El actomismo de seguir la investigación,tiene su propia disciplina. Por lotanto, tengo que averiguar muycuidadosamente si la palabra hacreado el sentimiento o si el sen-timiento existe sin la palabra. Lapalabra es “codicia”, yo la nom-bré antes cuando experimentéese sentimiento, en consecuen-cia, estoy registrando el senti-miento presente conforme a unsuceso de la misma índole ocu-rrido en el pasado. De modoque el presente ha sido absor-bido por el pasado.

Por consiguiente, me doycuenta de lo que estoy haciendo.Me doy cuenta de que la palabrase ha vuelto extraordinariamenteimportante para mí. ¿Hay, enton-ces, libertad con respecto a laspalabras codicia, envidia, o a laspalabras nacionalidad, comunis-ta, socialista y así sucesivamen-te, estoy libre de la palabra? Lapalabra pertenece al pasado. Elsentimiento es el presente reco-nocido por la palabra que proce-de del pasado; así, estoy vivien-do todo el tiempo en el pasado.El pasado es el yo. El pasado es

¿Cómo ha de conocerse uno a sí mismo?

tiempo; por lo tanto, el tiempo esel yo. El yo dice: “No debo serirascible”, porque mi condicio-namiento ha dicho: “No seas co-dicioso, no seas irascible”.

El pasado le dice al presentelo que debe hacer. Por lo tanto,hay una contradicción, porquefundamentalmente, muy en loprofundo, el pasado le está dic-tando los actos al presente. Elyo, que es el pasado con todossus recuerdos, sus conocimien-tos, sus experiencias, –unacosa producida por el pensa-miento– el yo está ordenandolo que debe suceder.

¿Puedo, entonces, observar elhecho de la codicia, observarlosin el pasado? ¿Puede haber unaobservación de la codicia sinnombrarla, sin quedar uno atra-pado en la palabra, habiendo com-prendido que la palabra puedecrear el sentimiento, entonces lapalabra es el “yo”, que perteneceal pasado y me dice: “No seascodicioso”? ¿Es posible mirar “loque es”, mirarlo sin el yo, o sea,sin el observador? ¿Puedo obser-var la codicia, el sentimiento, yel modo en que éste se realiza en laacción, sin el observador, que esel pasado?

“Lo que es” sólo puede serobservado cuando no hay “yo”.¿Pueden ustedes observar loscolores y las formas que los ro-dean? ¿Cómo lo observan? Unoobserva por medio de los ojos.Observen sin mover los ojos;porque si uno mueve los ojos,surge en el cerebro toda la ope-ración del pensar. En el momen-to en que el cerebro opera, haydistorsión. Miren algo sin moverlos ojos y vean cómo el cerebrose aquieta. Uno observa enton-ces no sólo con los ojos, sino contoda su atención, con afecto.Entonces hay una observacióndel hecho, no la idea sino el he-cho. Uno aborda “lo que es” ha-ciéndolo con solicitud, con afec-to: por lo tanto, no hay juicio, nohay condenación; en con-secuencia, uno está libre de losopuestos.

Aunque es de noche...Su origen no lo sé, pues no lo tiene;mas sé que todo origen de ella viene,aunque es de noche.

Sé que no puede ser cosa tan bella,y que cielos y tierra beben de ella,aunque es de noche.

Su claridad nunca es oscurecida,y sé que toda luz de ella es venida,aunque es de noche.

El corriente que nace de esta fuentebien sé que es tan capaz y omnipotente,aunque es de noche.

San Juan de la Cruz

Dios no puede atraparnos,a menos que permanezcamosen el ámbito de nuestros co-razones.

Siento que a través de unhueco en el tejado del racioci-nio, podemos volar hacia elconocimiento sin asistir jamása la universidad.

Patrick Kavanagh

El Reino de Dios viene sindejarse sentir. Y no dirán:Véanlo aquí o véanlo allá, por-que el Reino de Dios está en-tre ustedes. Lc 17, 20-21

Jeddu KrishnamurtiPensador, India (1895 -1986)

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Page 4: Teilhard de Chardin S.J. George Wald Año 7 Nº 79 Un ...derecho-viejo.com.ar/DERECHO VIEJO 2008 PDF/derecho viejo.79 junio 2008.pdf · Librería La Guadalupita - Av. Avellaneda 3918

“Derecho Viejo”Página 4

La Metáfora, lengua materna del mitoLa vida de una mitología surge y

depende del vigor metafórico de sussímbolos. Estos transmiten más que unmero concepto intelectual, pues sus ca-racterísticas profundas hacen que nos denun sentimiento de participación real en unacomprensión de la trascendencia. El sím-bolo, energizado por la metáfora, trans-porta no una mera idea del infinito, sinouna realización del infinito. Debemos re-cordar, empero, que las metáforas de unperíodo históricamente condicionado, ylos símbolos que acciona, pueden no ha-blar a las personas que viven mucho des-pués de ese momento histórico y cuyaconciencia se ha formado a través de ex-periencias por completo diferentes.

Mientras que los tiempos y las condi-ciones cambian drásticamente, el objetodel condicionamiento histórico a través delos siglos, es decir, la compleja unidadpsicosomática que llamamos la personahumana, permanece constante. Lo queAdolph Bastian describió como "ideas ele-mentales" y Jung llamó "arquetipos delinconsciente colectivo" son los poderesmotivantes y referencias connotativasbiológicamente arraigados de lasmitologías que, modelados en las metáfo-ras de períodos históricos y culturalescambiantes, permanecn constantes.

Las metáforas cumplen su funciónde hablarles a estos niveles profundosdel ser humano cuando surgen,novedosas, del contexto contemporá-neo de la experiencia. En nuestra épo-ca, se está volviendo cada vez más ne-cesaria, social y espiritualmente, unanueva mitología, a medida que las me-táforas del pasado, tales como la delParto Virginal y la Tierra Prometida,malentendidas como hechos, pierden suvitalidad y se concretizan.

Pero esa nueva mitología ya está im-plícita entre nosotros, innata a la mente yesperando como la princesa dormida el

beso del amado, para ser despertada poruna nueva simbolización metafórica. Estaderivará necesariamente de la vida con-temporánea, del pensamiento y la expe-riencia y, al ser la lengua que puede tocar

las capas más internas de la conciencia,nos proporcionará una mitología revi-gorizada.

Los artistas comparten la vocación,de acuerdo con sus disciplinas y ofi-cios, de proveer las nuevas imágenesde la mitología. Esto es, proporcionanlas metáforas contemporáneas que nospermiten captar la naturaleza trascen-dente, infinita y abundante del Ser talcomo es. Sus metáforas son los elemen-tos esenciales de los símbolos que hacenmanifiesto el fulgor del mundo tal comoes, antes que discutir si debería ser de unmodo u otro. Lo revelan como es.

Un mitología puede ser entendidacomo una organización de figurasmetafóricas connotativas de estados men-tales que en última instancia no pertene-cen a esta o aquella ubicación geográficao período histórico, aún cuando las figu-ras mismas parecen sugerir en su super-ficie tal localización concreta. Los lengua-jes metafóricos de la mitología y la meta-

física no son denotativos de mundos rea-les de dioses, sino que más bien connotanniveles y entidades dentro de la personatocada por ellos. Las metáforas sólo pa-recen describir el mundo exterior del tiem-

po y el espacio. Su universo reales el campo espiritual de la vidainterior. El Reino de Dios estádentro de nosotros.

El problema, como lo he-mos notado muchas veces, esque estas metáforas, que se re-fieren a lo que no podría decir-se de ningún otro modo, sonprosaicamente malentendidas alreferirlas a hechos tangibles ysucesos históricos.

La denotación (esto es, la re-ferencia en tiempo y espacio: undeterminado Parto Virginal, elFin del Mundo) es tomadocomo el mensaje, mientras que

la connotación, la rica aura de la metá-fora en la que reside su importanciaespiritual, es completamente ignora-da. El resultado es que nos quedamos conesa inflexión "étnica" particular de la me-táfora, su vestimenta histórica, más quecon su núcleo espiritual viviente.

Inevitablemente, entonces, la com-prensión popular apunta a los rituales yleyendas del sistema local, y el sentidode los símbolos se reduce a los objeti-vos concretos de un sistema políticode socialización en particular. Cuandola lengua de la metáfora esmalentendida y su estructura de super-ficie se resquebraja, evoca meramenteel actual orden de cosas limitado en eltiempo y el espacio, y su signo espiri-tual, si acaso es transmitido todavía,se vuelve más débil aún.

Me ha intrigado mucho que el acentoen la exégesis profesional de toda la mito-logía judeo-cristiana-islámica se haya pues-to en la denotación antes que en el sentido

connotativo de la imaginería metafóricaque es su lengua activa. El Parto Virginal,como lo he mencionado, ha sido presen-tado como un hecho histórico, incorpo-rado a un artículo concreto de fe sobre elque los teólogos han discutido durante si-glos, a menudo con graves consecuen-cias. Prácticamente toda mitología en elmundo ha usado esta idea "elemental" yco-natural de un nacimiento virginal parareferirse a una realidad espiritual más quehistórica. Lo mismo, como he sugerido,vale para la metáfora de la Tierra Prome-tida, que en su denotación no se refiere anada más que a un trozo de geografía te-rrestre a tomar por la fuerza. Su connota-ción (es decir, su significado real), empero,es el de un sitio espiritual en el corazón en elque sólo se puede entrar mediante la con-templación.

No puede haber genuino avance enla comprensión de cómo funcionan losmitos hasta que comprendamos y per-mitamos que los símbolos metafóricoslleguen, sin modificaciones, a los nive-les más internos de nuestra concien-cia. La confusión sobre la naturaleza yfunción de la metáfora es uno de losmayores obstáculos (puesto es nues-tro camino, a menudo, por las religio-nes organizadas que se concentran conmiopía en momentos y lugares concre-tos) a nuestra capacidad de experimen-tar el misterio.

Extraído de Tú eres eso. Las metáforasreligiosas y su interpretación.

Escribe:Joseph

CampbellEscritor,filósofo,

historiador delas religiones

Joseph Campbell acostumbraba decirque la mitología representa la Armonía delas Esferas de la que hablaban lospitagóricos: la continua música que pro-duce el Universo. La mitología -como lamúsica- señala de algún modo el sentidode la vida, que no puede ser expresado enpalabras, como quien transmite una fór-mula, pero sí sugerido en símbolos, can-tado por las Sirenas.

La concepción de mitología universalque Campbell ha desarrollado a lolargo de su fecunda obra es la de una tra-dición viva que conserva un tesoro, eltesoro de la philosophia perennis de lahumanidad expresada en las distintas len-guas. En este sentido, toda la sabiduríade las distintas tradiciones es mitolo-gía, desde la antigua Sumer hasta el ReyArturo pasando por las Upanishadas,Homero, Lao Tsé, el Antiguo y el NuevoTestamento y el sagrado Corán. Y en lamodernidad los artistas han enriquecidoeste texto infinito como lo han hechoShakespeare, Goethe, T. Mann o J. Joyce,mientras Jung, Freud, Spengler yNietzsche han vuelto a pensar el mismonúcleo viviente del mito eterno. Siemprese trata de descifrar el mismo oráculo dela vida humana en sus distintos niveles:las esferas psicológicas y sociales

danzan en torno del centro sagrado delmundo. Desde una perspectiva muy am-plia, Joseph Campbell ha creado una arti-culación vitalista y afirmadora de loscontenidos esenciales de la mitología sinexcesivos planteos teóricos ni compleji-dades expositivas.

Su pensamiento es simple y profundoa la vez. Muestra que en la mitología sepreserva conocimiento, no mera erudición,sino historias sobre la sabiduría de la vida,como huellas de la experiencia que otroshan marcado en su camino. Dentro de estecorpus textual que constituye la mitologíaen este vasto sentido se incluyen todoslos textos sagrados, las leyendas popula-res, la literatura y la filosofía porque sonportadores de los significados con los quese construyó nuestra visión del mundo.Respecto de la función de la mitología,Campbell insiste en el hecho de que enlas escuelas ya no se educa a nadie,sino que sólo se da información. Y éstees justamente el problema: en las culturasen las que se mantiene una tradición viva-como en el mundo antiguo y en el Orien-te- lo que denominamos mitología ha sidosiempre el canal de trasmisión del con-

junto de los valores y las creencias de unpueblo articulados en una serie de relatossimbólicos en los que se trasmitían tantoelementos de la historia de la comunidad,como enseñanzas espirituales, planteosmetafísicos y claves para las situacionesvitales. Por el contrario, en la civilizacióndel Occidente contemporáneo -como bienlo reflejan la filosofía y la literatura del sigloXX que Campbell conoció muy bien- vivi-mos cada vez más en la tierra baldía, en elnihilismo de sociedades olvidadas de suspropias riquezas. Y es en este punto queCampbell sostiene que para el hombreactual de Occidente existe el tremendodesafío de apoyarse en la sabiduría pe-renne de la humanidad y crear una nuevamitología planetaria de evolución espiri-tual o de algún modo perderse en los pro-pios la berintos de su mente y destruirse así mismo. (...) En la tradición del sufismose acostumbra decir que al ser humanose le ha otorgado el privilegio de vivir enuna enorme casa, de muchísimas habitaciones, jardines, terrazas, balcones, peroes propio de su hábito el habitar tan sóloen una pequeña parte. En la cocina y elbaño, digamos. De esta manera se des

cribe que vivimos en una estrecha partede la mente que tiene una mezquina visióndel mundo. Cuando se leen los textos sa-grados de una tradición o se percibe elarte con esta disposición, se pierde el áni-mo de buscar «las primeras cosas» y secae en la lectura literal propia de la infor-mación periodística. Por eso tienen losmitos la función de arrebatar a la cons-ciencia de su identificación con una di-mensión pequeña.

Pero tener una actitud de apertura almisterio de la vida no significa ser fatal-mente serio y sentirse continuamente an-gustiado ante la finitud humana. Muy porel contrario, en el estilo de Campbell estáausente la solemnidad. El esquema esen-cial de la mitología habla de una danzacósmica, el baile que realiza Shiva ante elciclo vital, que incluye la muerte. Es ladanza de Dioniso a la que aludía elZaratustra de Nietzsche: «Sólo puedo creeren un dios que baile». Al hablar en estostérminos, de ninguna manera se sostieneuna posición «espiritualista» que se des-entiende de lo cotidiano para ponderarexclusivamente lo alto, lo sublime, sinoque se alienta una práctica continua depercibir lo sagrado en la vida.

Leandro Pinkler

La sabiduría del mito

Desde lejos...

Page 5: Teilhard de Chardin S.J. George Wald Año 7 Nº 79 Un ...derecho-viejo.com.ar/DERECHO VIEJO 2008 PDF/derecho viejo.79 junio 2008.pdf · Librería La Guadalupita - Av. Avellaneda 3918

“Derecho Viejo” Página 5

Orfeo, el más grande de los músicosantiguos, fue criado por inmortales: sumadre Calíope y sus tías, las Musas (al-mas de la creatividad humana) le enseña-ron el arte de la poesía , y el mismísimoApolo, dios de la música, le regaló unalira de oro.

Ya desde pequeño, su música hechi-zaba la naturaleza entera, desde las bes-tias salvajes hasta, inclusive, las piedras,que seguían su canto a todas partes. Lamúsica de Orfeo regalaba vida al mun-do: la tristeza se tranformaba en alegría,los enfermos sanaban y los muertos re-sucitaban.

Al alcanzar la mayoría de edad, se unióa la famosa tripulación de los argonautasen busca del vellocino de oro cuando elpropio Jasón, líder de la expedición, fue abuscarlo: el oráculo le había predicho quesólo triunfarían con la ayuda de Orfeo.En efecto, durante el viaje, el barco pasócerca de la isla de las Sirenas. Estosmonstruos, con cabeza de mujer y cuer-po de ave, atraían con su canto mágicoa los marineros, para hacer naufragarsus barcos y devorarlos. Al oír la lejanamúsica de las sirenas, Orfeo se paró en laproa del Argos y comenzó a tocar músicamucho más hermosa que la de ellas, de-rrotándolas y logrando así romper su he-chizo sobre los argonautas.

A su vuelta, el músico fue recibidocomo un gran héroe. Fue en ese entoncescuando conoció a la bella Eurídice, unaninfa del bosque. El amor fue mutuo, y,desde ese momento, rara vez se los veíaseparados. Cuando Eurídice acompañabacon su canto la música de la lira de suamado, los dioses inmortales se deteníany escuchaban, con una mezcla de fasci-nación y temor.

Pero, en el día de la boda, Eurídice fueal bosque a buscar flores, y fue mordidapor una serpiente venenosa. Orfeo escu-chó el grito de su amada y, arrojando sulira al suelo, salió corriendo de su hogarhacia el bosque. Aún si hubiera tenido lavelocidad de Hermes, no habría llegado atiempo: su esposa yacía muerta sobre unmanto de flores. Por mucho que intentó, sumúsica no pudo resucitarla.

La melancolía inundó así el mundo através de la música de Orfeo. Atenea, dio-sa de la sabiduría, incapaz de soportarsemejante tristeza, bajó del Olimpo, y acon-sejó al músico que, para recuperar a suamada, bajase al mundo de los muertos yrogase al dios Hades la devolución deEuridíce. Así Orfeo descendió al Infra-mundo, y atravesó la tierra maldita con lasola ayuda de su música:

El primer obstáculo fue el río Estigio,que dividía el mundo de los vivos del mun-do de los muertos. El único punto de con-tacto entre ambas orillas era un viejo bar-quero, Caronte. Al llegar Orfeo a la orilladel Estigio, el oscuro barquero se negó allevarlo:

— Sólo los muertos pueden cruzar esterío. Tendrás que esperar tu turno.

Orfeo entonó entonces una triste me-lodía, que conmovió a Caronte de tal ma-nera, que decidió ayudar al músico cru-zándolo a la tierra de los muertos.

El segundo obstáculo fue el Cancer-bero, el famoso perro guardian delInframundo, dotado de tres enormes ca-bezas que se encargaban de vigilar queningún muerto se escapase del Infra-

mundo. Al ver al mortal acercarse, lastres cabezas del monstruoso can co-menzaron a gruñir y a ladrar violenta-mente, pero pronto sus ladridos se trans-formaron en gemidos y sollozos cuan-do la música mágica de Orfeo llegó asus tres pares de oídos. De igual mane-ra, las sombras del Inframundo sintieronestar vivas de nuevo.

Orfeo llegó así al palacio del dios Ha-des, rey del mundo de los muertos, yentonando sus más tristes canciones,logró hacer llorar al dios que jamás ha-bía llorado. Hades escuchó con atenciónla súplica de Orfeo, y decidió conce-derle su deseo.

— Llévate a tu mujer y a tu músicafuera de mi reino. Puedes comenzar tuviaje de regreso: tu esposa irá justo de-trás tuyo. Pero, ten mucho cuidado deno voltearte a verla antes de haber alcan-zado la luz del sol en la tierra de los vivos.Si lo haces, la perderás para siempre.

Orfeo agradeció al oscuro dios y co-menzó a volver por donde había venido,sintiendo detrás suyo los pequeños pasosde Eurídice. Aún en aquellas tierras tene-brosas, el alma de Orfeo rebosaba de ale-gría. No paraba de hablarle a Eurídice, dedecirle cuánto la amaba, y de prometerle quesaldrían pronto de aquél infierno.

Por fin llegaron a la tierra de los vivos,y la luz del sol bañó el rostro del músicode músicos. Pero su impaciencia (¿o aca-so desconfianza?) hizo que volteara a be-sar a Eurídice cuando ella aún tenía unpie en el mundo de las tinieblas...

Lo único que consiguió ver el héroefue a su esposa desapareciendo como des-aparecen los sueños por la mañana. Orfeosólo llegó a oír la pequeña voz llamándo-lo, y el último adiós se desvaneció así enla oscuridad.

Del otro lado lo esperaba Atenea. Orfeocayó de rodillas y comenzó a llorar. Ladiosa permaneció en silencio.

—Quizás, si vuelvo a pedirle a Hades,entonces...

Atenea negó con la cabeza.— No, ya está hecho.Orfeo volvió entonces a su país. Mu-

chos dudaron que el héroe hubiese sobre-

Orfeo y Eurídice, Anselm Feuerbach (1861)

Orfeo y EurídiceEscribe:

Federico Guerra

Pocos mitos son tan ricos y significativos como el de Orfeo, apodado "elpadre de las canciones" por el poeta Píndaro. Se cree que la figura deOrfeo representa a uno de los grandes genios de la antigüedad, ya que sele atribuyen, según otras fuentes, el descubrimiento y perfeccionamientode la escritura, la agricultura, la música, entre otras artes. Por eso, Orfeono es un héroe guerrero (como Hércules), sino un héroe civilizador.

Una versión de su historia cuenta que, luego de su viaje con losargonautas, Orfeo viajó a Egipto, de donde trajo numerosas enseñanzasfilosóficas y teológicas. El mito de Orfeo se volvió, entonces, la base de unantiguo movimiento filosófico-religioso denominado "Orfismo", que predi-caba a sus iniciados que el alma inmortal se encontraba "aprisionada" enel cuerpo, y que sólo mediante una gradual purificación podía el alma re-tornar a su estado original de perfección y unión con lo Absoluto. Se conta-ba también que luego de su regreso del mundo de los muertos, Orfeocomenzó a predicar y formó una Escuela de Misterios, donde enseñabasobre las cosas que había visto y aprendido en el mundo de los muertos:cómo superar los peligros y trampas que esperan al hombre después de lamuerte. Zeus, enojado con el mortal que estaba revelando secretos divi-nos, lo fulminó con un rayo. Esta escuela influyó enormemente en la filosofíade Platón, e incluso en el cristianismo primitivo: en algunas tumbas de losprimeros cristianos, aparece dibujada la imagen de Orfeo tocando la lira, quesimboliza a Cristo en su descenso a los infiernos. Un maestro espiritual revolu-cionario martirizado por los religiosos de su época, Orfeo parece ser el "pro-totipo", el anticipo, de la imagen de Cristo (como señala J. Henderson en "Losmitos antiguos y el hombre moderno").

Cabe destacar el papel central que juega la música en este mito. En laantigüedad, la música era considerada sagrada por su carácter armonioso.Pitágoras, el legendario filósofo y matemático griego, decía que el universotiene su propia música: cada uno de los planetas y estrellas que existen emi-ten una nota musical. Cuando se lo interrogó acerca de por qué los hombresno escuchabamos esta música, él respondió que estabamos tan acostumbra-dos a oírla desde nuestro nacimiento, que ya no podíamos apreciarla.

Intentemos ahora una primera interpretación al mito de Orfeo:Eurídice puede simbolizar el alma perdida de Orfeo. Para rescatarla (y

rescatarse) el héroe debe bajar al mundo de los muertos (su propia pro-fundidad), donde su alma ha quedado prisionera, encontrarla y devolverlaal mundo de los vivos (la Realidad). Pero la falta de confianza y pacienciatermina arruinando esta empresa.

Curiosamente, de acuerdo a algunos autores de la antigüedad, el granerror de Orfeo no fue su impaciencia o su falta de confianza, sino el hecho deque bajó vivo al mundo de los muertos. De alguna manera, esta cobardíafrente a su propia mortalidad hizo que Hades no le entregase a la verdaderaEuridice, sino sólo una sombra. Orfeo confundió así a su amor con unasombra, demostrando no ser digno de devolver la vida a lo muerto.

Este mito es tan rico, que podemos incluso arriesgar una interpretacióncontraria a la habitual: Eurídice simboliza la ilusión generada por la inge-nuidad de un héroe infantil. Una vez que el mundo real (la serpiente) mataa esta ilusión, el héroe, que se siente incapaz de enfrentar la vida sin laayuda de su fantasía, decide resucitarla. Baja al reino de la Muerte (elpasado) a buscar una mentira, y consigue, por la inocencia de su empre-sa, sólo una promesa. Pero esta promesa es falsa, porque lo que jamásestuvo vivo no puede resucitar. Al volver al mundo real, el de la vida, lailusión se desvanece nuevamente, de la misma manera que el sueño des-aparece cuando el soñador se despierta. Orfeo no puede superar estaprueba y alcanzar la madurez heroica. Al principio de su viaje, es un hom-bre vivo en la tierra de las sombras. Pero al fracasar su aventura, Orfeotermina transformándose, irónicamente, en una sombra en el mun-do de los vivos.

vivido su viaje al Inframundo, ya que pa-recía ser más sombra que hombre. Le pi-dieron entonces que tocase alguna de sushermosas melodías. Orfeo, con la miradaperdida, levantó una piedra del suelo y co-menzó a golpear su lira con ella. El horri-ble sonido comenzó a marchitar todas lasflores y plantas a su alrededor. La gente,horrorizada, lo expulsó del país.

Orfeo anduvo errante por mucho tiem-po, como un hombre sin más patria ni amorque su música. Ya sin ninguna esperanzaque lo guiase, desdeñó a los crueles dio-ses y les dio la espalda. Sólo a uno siguiócantando: a Apolo, dios del sol y de la mú-sica, que con su luz le había permitido,aunque sólo fuera por poco tiempo, ver elrostro de Eurídice.

Un día, caminando por el montePangeo, se cruzó con las sacerdotisas de

Dionisos, dios del vino. Enloquecidas porsu música, trataron de seducirlo, pero antela negativa de Orfeo, lo mataron y despeda-zaron su cuerpo. La cabeza del triste mú-sico cayó al río Hebrus, donde fue reco-gida más tarde por las Musas, que le die-ron sagrada sepultura al pie del MonteOlimpo.

Los dioses, apenados por la tragediade Orfeo, tranformaron su lira en estre-llas y la elevaron a los cielos, donde seconvirtió en la constelación de la Lira.

... nos enseñan

Page 6: Teilhard de Chardin S.J. George Wald Año 7 Nº 79 Un ...derecho-viejo.com.ar/DERECHO VIEJO 2008 PDF/derecho viejo.79 junio 2008.pdf · Librería La Guadalupita - Av. Avellaneda 3918

“Derecho Viejo”Página 6

Aquí también, con estas re-flexiones, tratamos de arrimarnoslo más cerca posible al “bochín”,al perfil del rostro que buscamos,a veces un poco a tientas, peroconfiados en la iluminación de losrelatos bíblicos. Si mal no re-cuerdo, en algún artículo ante-rior, cité una historia judía muysugestiva y que vuelvo a propo-ner por su íntima relación connuestro tema:

“Un buen día, un viejo rabinopregunta a sus discípulos por quésigno se puede reconocer el mo-mento preciso en que termina lanoche y comienza el día: ‘¿Es –responden los discípulos– cuan-do se puede distinguir sin dificul-tad de lejos a un perro de un car-nero?’. –‘No’, dice el rabino. –‘¿Es cuando se puede distinguirsin dificultad una palmera de unahiguera?’. –‘No’, dice de nuevoel rabino.

–‘¿Cuándo es entonces?’,preguntan los discípulos. El ra-bino responde: –‘Es cuando, per-dido en la multitud, el rostro des-conocido de alguien nos resultatan precioso como el de un pa-dre, una madre, un hermano, unahermana, un hijo o una hija, unesposo o una esposa, un amigo...Hasta entonces (es decir, mien-tras esto no ocurra) sigue siendode noche en vuestro corazón’”.

Como recordarán, comenza-mos esta búsqueda descifrandoel rostro humano. Luego, lo fui-mos iluminando con el reflectorde la revelación bíblica particu-larmente del Antiguo Testamen-to. Ahora la continuamos a la luzdel Nuevo Testamento y de laexperiencia eclesial.

A ese respecto, la historia-le-yenda judía citada más arriba, escomo una clave de lectura de las

diversas pistas que nos apresta-mos a seguir recorriendo en bús-queda del rostro que, en definiti-va, no será otra cosa que el ros-tro del Emmanuel, el Dios hechohombre, el rostro de Jesucristo.

En efecto, si Dios no consi-deró degradante hablarnos y mi-rarnos con un rostro de hombre,quizá se deba a que todo rostrohumano posee una cierta conni-vencia con el Dios de Jesucris-to. El cristianismo no sería en-tonces otra cosa que “la religiónde los rostros”. Y como religióntiene su raíz en el verbo latino “re-ligare” significa para nosotros li-gadura y relectura, lazo e inter-pretación, volver a la fuente mis-ma de la vida y del origen del ros-tro reflejado en nosotros.

La religión de los rostros:Vamos a intentar ahondar en

el enigma del rostro buceando enalgunos términos que, como ve-remos, a manera de pistas, soncomo resonancias de las indica-ciones que surgen de la revela-ción bíblica. El autor de “La hue-lla de una mirada” (el ya citadoBruno Forte) nos propone cuatro:la imagen, la huella, el sacramen-to y la identificación que serán, asu vez, otras tantas maneras denombrar el secreto del rostro hu-mano o, como dijimos al comien-zo, distintas maneras de “arrimarla bocha” a nuestro objetivo.

“A imagen de Dios...”(primera parte)Comencemos con el texto

fundamental del relato bíblico dela creación, donde dice Dios:“Hagamos al hombre a nues-tra imagen y semejanza” (Gé-nesis 1,26) ...y Dios los creó“varón y mujer...”. Este hecho

pone de manifiesto que el serhumano es el fin y el coronamien-to de toda la creación; “el últi-mo peldaño de una pirámidecosmológica”, según la acerta-da expresión del biblista G. vonRad. ¿Será por esto, que los ad-versarios de las imágenes han su-brayado que sólo el ser humanotiene el privilegio indiscutible deser imagen de Dios y que, portanto, la prohibición del culto delas imágenes no tenía más fin queponer de relieve la imagen únicade Dios? (de esto hablaremosmás adelante).

A su vez, el bellísimo salmo8, que comienza exclamando:“Señor, Dios nuestro, ¡qué ad-mirable es tu nombre en toda latierra!...”, volverá sobre el mis-mo tema, exaltando la posición delser humano en el mundo creado:

Por otra parte, si el ser hu-mano es a imagen de Dios, esosignifica que se distingue de to-das las demás criaturas, especial-mente del orden animal. Tiene unarelación especial a Dios, lo queno quiere decir de la misma na-turaleza o en pie de igualdad. “Elhombre es hijo siendo imagen”,escribió alguien al respecto. Esdecir que lleva un reflejo de loinvisible.

Por supuesto que el ser crea-do a imagen de Dios se entiendede la totalidad del ser humano,no solamente de su alma, comolo pretendió alguna vez el dualis-mo que causó (¡y causa!) tantomal a la comprensión del ser hu-mano. La expresión tiene cuida-do de no separar lo corporal y loespiritual. La totalidad del serhumano es hombre y mujer: “Va-rón y mujer los creó” (Gen,1,27). La imagen de Dios estáestructurada por ese cara acara original del hombre y dela mujer, a la vez unidad posibley dualidad irreducible.

Decíamos que el hombre/mujer, el ser humano, es hijo

siendo imagen”, pero ¿de quién?Este es el punto central de estecamino o pista: somos imagen dela Imagen. Imagen de la Imagenperfecta que es el mismo Hijo deDios encarnado. Es san Pabloquien lo afirma en su carta a loscristianos de Colosas: Él (Jesu-cristo) es la Imagen del Diosinvisible, el Primogénito de todala creación, porque en él fue-ron creadas todas las cosas, tantoen el cielo como en la tierra, losseres visibles y los invisibles...todo fue creado por medio de ély para él. Él existe antes quetodas las cosas y todo subsisteen él”. (Col. 1, 15-16).

En cuanto imagen perfecta deDios, Cristo es el mediador de lacreación; en cuanto hombre per-fecto, es su término. El hombrede Gen 1,26s no es más que un

anuncio pro-fético del ver-dadero hom-bre: ¡Jesucris-to!, afirma elmismo sanPablo en el ca-pítulo 5 de sugrandiosa Car-

ta a los cristianos de Roma, tra-zando un formidable paralelismoentre el hombre-Adán del Génesisy el Hombre-Cristo: Hijo de Dios eHijo de María.

En adelante, la vocación delser humano será hacerse “con-forme a la imagen del Hijo”: Enefecto, a los que Dios conocióde antemano, los predestinó areproducir la imagen de su hijo,para que él fuera el Primogéni-to entre muchos hermanos...”nos dice san Pablo (Rom 8,29).La imagen fiel de Dios en el hom-bre es el fruto de la nueva crea-ción. Es como un nombre nuevode la gracia de Cristo, que actúa

en el hombre para hacer de él “laimagen de la Imagen”.

A medida que vamos avanzan-do en nuestra reflexión, descu-

brimos que la misma nos lleva ahorizontes cada vez más lejanos,a navegar por mares más dilata-dos y profundos, o a ascender avetas cada vez más altas, segúnla metáfora o el simbolismo quemás convenga.

Cerramos esta primera partesobre “la imagen” haciendo no-tar que los primeros continuado-res de las enseñanzas apostólicas,los grandes maestros, profetas ytestigos de los primeros siglos delcristianismo –conocidos comolos “Padres de la Iglesia”–, hanfundado toda su reflexiónantropológica en el tema del serhumano “a imagen y semejanzade Dios”. Pero esto será, preci-samente, el tema del próximonúmero en el que abordaremosla segunda parte sobre “la ima-gen”, completando así la prime-ra pista de esta reflexión. Hastaentonces, cordialmente.

P. Julio, omv

Buscando el rostro... VIII“Arrimando la bocha...”

Hace unos meses escribía para mis hermanos decomunidad religiosa (los Oblatos de la Virgen María) unasconsideraciones que tienen mucho que ver con el tema quenos ocupa. Se trataba de arrimarnos lo más cerca posible alobjetivo pastoral y existencial que intentábamos. Me parecióoportuno usar este término para buscar aproximaciones, del

mismo modo que el bochófilo trata de arrimar la bocha lo másposible al bochín. Y el resultado del encuentro fue queacuñamos un lema o icono que acompañara (como eje

transversal) el caminar de este año, y salió esto: “En la fragilidad, buscamos tu rostro, Señor...”

“¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él,el ser humano para que de él te preocupes?Apenas inferior a un dios lo hiciste,lo coronaste de gloria y dignidad;le diste el señorío de la obra de tus manos,bajo sus pies todo lo pusiste”. (Salmo 8,5-7)

Unidad y dualidad

Page 7: Teilhard de Chardin S.J. George Wald Año 7 Nº 79 Un ...derecho-viejo.com.ar/DERECHO VIEJO 2008 PDF/derecho viejo.79 junio 2008.pdf · Librería La Guadalupita - Av. Avellaneda 3918

“Derecho Viejo” Página 7

Ernesto Cardenal: entre el lenguaje poéticoy un mundo nuevo

Conocí a Ernesto Cardenal allá pormediados de la década del setenta. Aclaroque no fue un conocimiento personal, sinoa través de reiteradas lecturas sobre suvida y su obra. Sin embargo el “conoci-miento” adquirió perfiles poco comunes,como ocurre luego de leer a muchos au-tores clásicos o actuales.

Fue como hacer un gran “descubri-miento” entre los más reconocidos poe-tas hispanoamericanos, en esos años deintenso movimiento cultural y artístico,y me animé a enviarle uno de mis libros(cuando entonces había tarifas reducidasen el Correo para las “ediciones argenti-nas”). No tardó en llegar una inesperadarespuesta desde Nicaragua . Cardenal mededicaba dos de sus obras: “Oración porMarilyn Monroe y otros poemas” y“Gethsemani, Ky”, ambos editados enColombia en 1965. Todavía miro conemoción sus dedicatorias y recuerdo elbrevísimo y generoso juicio sobre lo quele había enviado.

Pero mi mayor experiencia fue hallar

en una Antología publicada en los“Cuadernos Latinoamericanos”(Buenos Aires-México, 1971)una selección de su obrarealizada por Pablo Anto-nio Cuadra, poeta ya fa-moso en Nicaragua, queen un prólogo esclarece-dor revela “ la madurez yel refinamiento” del jovenautor, nacido en Grana-da, Nicaragua, en 1925.

Más tarde hallé en va-rias revistas de gran circula-ción en América latina y Espa-ña otros textos de Cardenal, enespecial su “Homenaje a los indiosamericanos”, donde se consolida suconciencia humanista, “su vocación de sa-cerdote, contemplativo y poeta” - comohabía dicho Thomas Merton, su granMaestro en la Trapa, en el prólogo de unode sus libros- y la responsabilidad anteun medio social que “huele a infierno ató-mico”.

Cardenal se graduó en Filosofíay Letras en la Universidad Nacio-

nal Autónoma de México y enla de Columbia en Nueva

York. Ingresó en el Mo-nasterio de Gethsemani,Kentucky, en 1957, y ochoaños después se ordenó sa-cerdote. Había expuestounas esculturas en barro enla Unión Panamericana enWashington y durante elnoviciado perfeccionó su tra-bajo artístico y escribió poe-mas bellamente emotivos,

describiendo su vida con-templativa y conciente de su

compromiso ante la situación deNicaragua y del mundo.

Antes de este período, Cardenal ha-bía incursionado en la creación de unapalabra signada por una actitud humani-taria y de noble sentido social, como serevela en sus “Epigramas” y en el extensopoema “Hora O”, editado en el Uruguay,expresiones propias de un movimientohistórico contrario a la nefasta dictadurade Anastasio Somoza.

Es Cardenal un poeta que “escribe con

la sencillez de un prosista”- había dicho elinvestigador Anderson Imbert en su His-toria de la Literatura Latinoamericana. Ysiendo así, sólo debe agregarse que dio ala poesía matices y toques de inédita vali-dez ética con numerosos recursos quebuscaban la ruptura del lenguaje tradicio-nal y la valorización de la palabra libre deartificios.

Llevando a la práctica sus ideas y arrai-gadas creencias, pasó muchos años enLago de Nicaragua, donde fundó la Co-munidad Nuestra Señora de Solentiname,en contacto con campesinos y en defensade una cultura “donde los hombres eranlibres, y esa unión de hombres era unaPersona –y no una máquina-”, como es-cribió Cardenal en uno de sus poemas.

Como latas de cerveza vacías y colillasde cigarrillos apagados, han sido mis días.

Como figuras que pasan por una pantalla de televisióny desaparecen, así ha pasado mi vida.

Como los automóviles que pasaban rápidos por las carreterascon risas de muchachas y música de radios…

Y la belleza pasó rápida, como el modelo de los autosy las canciones de los radios que pasaron de moda.

Y no ha quedado nada de aquellos días, nada,más que latas vacías y colillas apagadas,risas en fotos marchitas, boletos rotos,

y el aserrín con que al amanecer barrieron los bares.

Detrás del monasterio, junto al camino,existe un cementerio de cosas gastadas,

en donde yacen el hierro sarroso,pedazos de loza, tubos quebrados, alambres retorcidos,

cajetillas de cigarrillos vacías, aserríny zinc, plástico envejecido, llantas rotas,

esperando como nosotrosla resurrección.

No sé quién es el que está en la nieve.Sólo se ve en la nieve su hábito blanco,y al principio yo no había visto a nadie:sólo la pura blancura de nieve con sol.

El novicio en la nieve apenas se ve.Y siento que hay Algo más en esta nieveque no es ni novicio ni nieve y no se ve.

Cuando se encienden los primeros anunciosy se iluminan las marquesinas de los cines

aquí ya sólo se oyen las golondrinas.A las 7 p.m. se acuestan los trapenses.

Todavía hay luz como si fuera mediodíay una luna llena como si fuera medianoche.Los caballos están callados en la caballeriza.Los camiones están dormidos en los garajesy los tractores parados delante del granero.

Y sobre el tanque de agua, la luna de aluminio.

Esta mañana de febreroparece de primavera.

Los cerdos duermen al sol en el potrero.Afuera de la clausurapara riendo el riíto.

El trencito disel cantaentre mugidos de vacas.

Suenan bocinas claras en la carretera,y en el cielo de la Trapasusurra un avión alegre.

(Gethsemani, Ky. Ernesto Cardenal- Ediciones La Tertulia, Medellín – Colombia, 1965)

Algunos poemas

Escribe:Alberto Luis

PonzoEscritory poeta

Se sucede el tardío veranoen quimeras y enigmas sin fin.Solitaria chicharra a desganoy un canario requebrando en vanosinfonizan el breve jardín.

La mariposa en la coroladorada, azul y carmesí.Chorrillo en arco y en aureola,romance de agua y colibríprendidos sólo de su sí.

¿Y yo de qué estoy asidoen mi aletear trashumante?Apenas de lo que cantedesde mi vetusto nido.(Veamos si soy lo que he sido).

¡No sé qué es más hermoso!¿Vuelo, son o color?¿Será el caballo airosoo el mar en su esplendor?¿El árbol, el poema,el niño y su candor?¿Crepúsculo en dilema,mediodía en fervor?¿La Pampa, el río, el valle,ese tallo, aquel talle...?¿Un gran gesto abnegado,o quizás el calladofermento del amor?

"Nadie aún ha vistoni tampoco oyó

lo que Él tiene listopara quien le amó".Así Pablo advierte.Y otra vez mi suertese juega a la belleza:¿habrá más certezade ese alto destino,

que donde, admirado,coronó caminoel Enamorado?

"¡No más soledades!Mi Ser ya reflejala luz, el aroma,lugares, edades,la rama, la abeja

y el hombre que asoma..."Dijo el Gran Sereno

de la noche vieja.

Lo dijo y lo hizo:estalló el hechizo

"y Él vio que era bueno"."Tan bueno -pensó-

que no habrá aquí mismo-después del abismo-

más lágrimas, no.Será aquí lo pleno,la suma armonía,el perpetuo díacon ellos y Yo".

Cuando abra mis ojosdespués de este sueño,¿te veré de nuevo, rundún, en la flor?¿formarán orquesta los tordos sin dueñosobre el tala hechido de siesta y frescor?

¿Oiré a Beethoven, Mozart y Caruso,a Yupanqui, Satchmo, Karen y Gardel?(el arte de siempre, el que nunca cesa).¿Sentiré a los genios y héroesen desuso...?¿A Francisco, a Gandhi,la Madre Teresa,los pobres, los niños...santos en tropel?

Si la chicharra alegrese integrara en el coro,si el canariocolgara su canto entre el follaje,si por siempre libara pajarillo insonoroel agua, el aire, el néctarcon su arcano linaje...

Será cuando me acerquea la cita amorosa,la de quienes sembraronavidez de beldad,de lo bueno y lo justo,de la verdad celosaque nutre desde adentrola sed de libertad.

Será el eterno estío de la cosecha eterna.Yo pediré permiso para espigar el trigo.Veré dos manos fuertesy una mirada tierna.¿Volará la Palabra:"Pasa también, amigo"?

Divagación estival

Jorge de la VillaClave de esperanza

Voces y “oídos”

Page 8: Teilhard de Chardin S.J. George Wald Año 7 Nº 79 Un ...derecho-viejo.com.ar/DERECHO VIEJO 2008 PDF/derecho viejo.79 junio 2008.pdf · Librería La Guadalupita - Av. Avellaneda 3918

“Derecho Viejo”Página 8

MaximilianoPéjkovichMediador Privado

Esmeralda 980 2º A (C1007ABL)

Ciudad de Buenos Aires, República Argentina

Mail: mediadores privados@mediadores privados.com.ar

Web: www.mediadoresprivados.com.ar

Tel: (54-11) 4312-2597 4516-0572Cel: (54-11) 1540 376099

¿El ego no existe?Cuando Descartes se sentó a ver qué

verdades se hallaban fuera de toda duda,acabó sólo con una: que él era una cosapensante que existía. En su Discurso delmétodo escribió: "Observé que esta ver-dad “pienso, luego existo”, era tan ciertay tan evidente que ni un asomo de duda,por extraordinaria que fuera, aducida porlos escépticos podía contradecirla".

Si Descartes tiene razón, no sólo essegura la existencia del yo, sino que es lomás seguro de todo, porque de todo lodemás al menos puede dudarse. Sin em-bargo, no se puede dudar de la existenciadel yo, porque en el acto mismo de dudarel yo se declara a sí mismo. "Dudo queexisto" sólo puede pensarse si hay un "yo"que duda.

Si Descartes está en lo cierto, la ideade que debemos desprendernos denuestro ego porque el "yo" es una es-pecie de ilusión es completamente fal-sa. El "yo" no es ilusorio, sino la carac-terística más cierta de la realidad. Sinembargo, ¿es posible que Descartes estéequivocado? Muchos lo han pensado.El principal problema es que Descartesestá seguro de demasiadas cosas. Cuan-do piensa, de lo único a lo que real-mente tiene derecho a estar seguro esde que se está produciendo un pensa-miento. No tiene derecho a sacar laconclusión de que pensar indica la pre-sencia de un yo real o alma.

La crítica fue realizada de modo pene-trante por el gran filósofo escocés DavidHume, que señaló su propia incapacidadde reproducir exactamente el sentido decerteza de Descartes cuando intentabacaptarse a sí mismo pensando:

“Cuando penetro de la manera más ín-tima a lo que yo llamo "mí mismo", siem-pre tropiezo con alguna percepción parti-cular u otra, de calor o de frío, de luz o desombra, de amor o de odio, de dolor o deplacer. Nunca puedo captarme a mí mis-mo en ningún momento sin una percep-ción, y nunca puedo observar nada másque la percepción. Cuando durante un ratolas percepciones desaparecen, como me-diante el sueño profundo, soy insensible amí mismo y tal vez se pueda decir verda-deramente que no existo”. (Tratado de lanaturaleza humana, Libro Uno).

El experimento de Hume puede llevar-se a cabo en cualquier momento. Intentehacer un trabajo de instrospección y serconsciente de su "yo". Hume creía que

fracasará: Será consciente de pensamien-tos y sentimientos concretos, pero no deun yo que está teniéndolos. Por tanto, laopinión de Hume es conocida como la teo-ría "fardo" del yo: el yo no es una entidadúnica que tiene pensamientos y sentimien-tos, sino la colección de pensamientos ysentimientos mismos interconectados.

No cabe duda de que Hume no es nin-gún místico y no abogaba por ningunaclase de disolución del ego como mediode iluminación. No obstante, su opiniónguarda un sorprendente parecido con eldel anatta budista o visión del "no yo". Elbudismo dice que el ser individual com-prende cinco khandhas, traducido de for-ma diversa como "agregados", "factores","grupos" o literalmente "montones". És-tos son rupa (la forma física del cuerpo),vedana (el sentimiento), sañña (la percep-ción), sankhara (la formación mental, queincluye procesos de pensamientos y ac-tos de la voluntad), y Viññana (concien-cia). Esta visión es paralela a la de Humeen que el yo no es ninguno de estos cincokhandhas ni es ninguna otra "cosa". Sóloson los cinco khandhas operando juntos.

Una analogía que se ha utilizado paraexplicar esta doctrina es entre el "yo" yun carro. La hermana Vajira, contempo-ránea del Buda y arahant -alguien que seconsidera que ha alcanzado la fase de ilu-minación más elevada- escribió:

Cuando todas las partes constituyentesestán ahí,

se emplea la designación "carro",de la misma manera, donde existen

los cinco grupos (khandhas),hablamos de "vivir siendo" (yo).

Un carro consta simplemente delas partes de un carro montado comoes debido. No es un objeto "por enci-ma" de las partes del carro. De la mis-ma manera, lo que llamamos el "yo" -la persona individual- no es más quelos cinco khandhas ordenados debi-damente.

¿Significa esto que el yo es una espe-cie de ilusión? Parece una conclusión de-masiado fuerte. En la analogía, por ejem-plo sería una tontería decir que el carrono existe. El hecho de que no sea másque la suma de sus partes no significa queesta suma sea una ilusión. En realidad, siel carro es la suma de sus partes, enton-ces mientras esas partes existan el carro

debe existir. La única "ilusión" es algo dis-tinto de una colección de piezas de carroordenadas debidamente. De la mismamanera , el único sentido en el que el "yo"es una ilusión es si pensamos en el "yo"como una entidad distinta, separada, quepuede existir de forma independiente delcuerpo, pensamientos y sentimientos par-ticulares que incluye. Ésta parece ser laúnica conclusión sensata que puede sa-carse si se aceptan las enseñanzas budistaso los argumentos de David Hume.

Esto es importante, porque sies el único sentido razonable en

el que podemos decir que elyo es una ilusión, ¿es suficien-te justificar la creencia de quepara vivir en armonía con laverdad deberíamos procurarde alguna manera despegar-

nos del "yo"? En otras palabras,¿aceptar la opinión del "fardo" de Hume

o la del anatta budista de la disolución delego es el camino más racional que se nosofrece?

Hay un sentido en el que el debilita-miento de nuestro apego al "yo" pareceríauna respuesta racional para aceptar cual-quiera de las dos opiniones. Si el "yo" sóloes un agregado, parece que hay pocasesperanzas de sobrevivir a nuestra muer-te física, ya que destruiríamos parte deltejido que mantiene unido el yo. Debe-mos entonces recordar que nuestraexistencia depende del conjunto cons-tituido por nuestro cuerpo, pensa-mientos y sensaciones.

Podría dar la impresión de que esto vacontra la idea budista de la reencarnación.La creencia de los budistas de la reencar-nación -como la muy distinta idea hindúde la transmigración de las almas- es ex-tremadamente difícil de reconciliar con loque sabemos de la mortalidad humana yla dependencia de la conciencia en el ce-rebro. Me parece que la única manera enque se puede conciliar con la doctrina delanatta es aceptando un número de creen-cias que no tenemos razones independien-tes para aceptar, como la idea de que laserie de procesos mentales -conocidoscomo cittas- pasan de una vida a otra trasla muerte. No parece haber más base paracreer esto que para aceptar las escriturasbudistas. Pero aunque se acepte, no pare-ce existir la continuación de un yo indivi-dual como en general se comprende. Paramás bien como pasar un testo de concien-cia de un yo a otro.

De modo que, optemos por el budis-mo o por la teoría más mundana del "far-do" de Hume, parece que existen pocasrazones para esperar ninguna clase de au-téntica vida después de la muerte para el"yo" que somos en esta vida. Pero en nin-gún aspecto parece racional reducir elapego que tenemos a nosotros mismos siaceptamos algo como la idea del "no yo"o "fardo". Ambos puntos de vista simple-mente intentan explicar qué es lo que ex-plica nuestra sensación de yo y sostienenque el "yo" no es una entidad distinta eindependiente. Pero de ello no se deduceque debamos desear desmantelar este "yo"agregado.

Sabemos que un coche no es más quela reunión de sus partes, pero no pensa-mos que de ahí se siga que la forma másreal de existencia para el coche sea cuan-do está desmantelado.

En todo caso debería hacernos pen-sar que sólo manteniendo las partes de-bidamente ordenadas podemos decirque tenemos un coche. De manera si-milar, si el yo no es más que el produc-to de cuerpo y cerebro trabajando alunísono para producir pensamiento ysensación, no hay razón para pensar quepodamos vivir de forma más auténticasi procuramos disolver de algún modoeste "yo".

Si pensamos que debemos esforzar-nos para disolver el ego, necesitamos unarazón mejor que la creencia de que noexiste un "yo" permanente.

Julián BagginiEl sentido de la vida

Nos imponemos límitesy nos empequeñecemos,

pero vivimos en comunióncon el Ilimitado.

Dudamos de nosotrosy nos devaluamos,

pero vamos bajo la miradade La Bondad.

Nos dividimosy nos enfrentamos,

pero todos recibimos la vidadesde La Unidad.

Nos clasificamosen perfectos y deformes,

pero todos somos habitadospor La Belleza.

Tememos nuestra oscuridady nos escondemos,

pero somos iluminadospor La Verdad.

¿Quién puede poner límiteal amor de Dios por nosotros?

¿Quién puede ponernos límites,si sólo podemos seren el amor de Dios?

Existimos desdeel Ilimitado

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Benjamín González Buelta, SJEn el aliento de Dios

El pato levantó vuelo siendo pato,pero al cabo de tres aleteos dejó deser pato porque tomó conciencia desí mismo, de su lugar en el universo,de la naturaleza del tiempo, su finitudy del ritmo cósmico al compás del quese mueve todo lo que se tiene quemover. Pero también despertó al co-nocimiento de la profunda inutilidadde su sabiduría, al darse cuenta queel cazador que lo tenía en la mira loiba a llenar de perdigones. Cerró losojos y se entregó al olvido.

El pato sabio

Gabriel Caracciolo(“Ñ”, revista de cultura de Clarín,

5 de abril del 2008)

¿Soy yo el que lee?

Page 9: Teilhard de Chardin S.J. George Wald Año 7 Nº 79 Un ...derecho-viejo.com.ar/DERECHO VIEJO 2008 PDF/derecho viejo.79 junio 2008.pdf · Librería La Guadalupita - Av. Avellaneda 3918

“Derecho Viejo” Página 9

Insistir en un mismo camino

El monje entrecierrasus ojos mansos y re-busca entre su larga bar-ba, que ha declaradosímbolo de rebeldía aciertos patrones exigi-dos por la Iglesia, y afir-ma que el hombre haperdido de vista el sen-tido de la vida:

"Hay dos interpreta-ciones respecto del sen-tido de la vida: una es elsentido de la propia vida;y el otro es conocer cuáles la misión en la vida.Todos tenemos una mi-sión y no siempre se tra-ta de grandes cosas. Loimportante es simplemente conocer esamisión. El hombre, por estos días, tiendea mirar demasiado para afuera viendo quépuede obtener, pero se olvida de observarqué hay dentro de sí".

— ¿Cuáles considera que son lasrazones de esa omisión?

— Hay muchos motivos. Por empe-zar, el hombre está acostumbrado a saltarde un camino a otro y no a insistir en unmismo camino. Hay una tendencia a pen-sar que todo se puede comprar, que todose puede vender, que la felicidad siemprepuede ser comprada.

— ¿En qué medida considera quese relaciona ello con los modelos eco-nómicos y culturales imperantes enel mundo?

— Seguramente en gran medida por-que la economía promete al hombre cum-plir con todos sus deseos y lo incentivaconstantemente a tener más deseos y másnecesidades. Sin embargo, ese modeloestá entrando ya en una crisis que eviden-cia que así no se puede seguir por muchotiempo más.

— ¿Y cuál piensa que será el des-enlace de esa crisis?

— Considero que los medios cumplenun rol de mucha responsabilidad en elcambio de conciencia de la gente. Lo esen-cial sería que ya no se prometa que todose puede comprar, que todo se puede ob-tener. La pregunta es “¿qué le da valor alser humano?”. Los valores son la digni-dad humana, la justicia, la medida, la pru-

Entrevista al monje benedictino Anselm Grün en su segunda visita a la Argentina

dencia, la solidaridady responsabilidad en eluso de nuestras ener-gías. Además de lastres virtudes teologa-les: fe, esperanza ycaridad, como valo-res intrínsecos del serhumano.

— ¿Cuál conside-ra que debería ser elrol de la Iglesia?

— La Iglesia tienedos grandes misiones:por un lado abrir unespacio para que elhombre, el feligréspueda tener una expe-riencia espiritual y ser

testigo de que Dios y no el consumo es elfondo de nuestra existencia; y por otro ele-var la voz profética y ser quien conservelos valores.

—¿Cree que la Iglesia se ha co-rrido un poco de estas funciones?

— Seguramente en cada país es dis-tinto, en Alemania la Iglesia no tiene estafuerza profética de la que hablaba, másbien está adaptada. En la Argentina no lopuedo evaluar pero históricamente ha es-tado demasiado comprometida con los po-derosos y ha perdido su fuerza.

— Ante el avance de la sociedadde la información y de las nuevas tec-nologías, ¿cómo considera que pue-de alcanzarse una espiritualidad queno sea permeada po la infinita canti-dad de estímulos externos?

— Para mí es muy importante en-contrar momentos de silencio, y serconsciente de que en uno hay un espa-cio de silencio que existe hacia aden-tro. Para conectar con ello hace faltaun momento de meditación que permi-ta reconocer, aún en medio del torbelli-no, ese espacio de silencio. Yo puedoestar en ajetreo permanente pero siem-pre protejo ese espacio dentro mío. Esome da libertad de expresar mi propiaopinión y no solamente las expectati-vas de los demás.

— En una mirada general, ¿per-cibe que esta es una carencia del hom-bre de hoy?

— Ya lo decía Blas Pascal, que la mal-

Para entrar en materia veremos lo quesignifica la palabra pecado, si bien creoque es bien conocida. Según el diccio-nario Castellano, pecado es: “el hecho,dicho, deseo, pensamiento u omisióncontra la ley de Dios y sus preceptos”.

En este pequeñocomentario analizare-mos cómo el hombreal pecar por primeravez, conformó su ver-dadera identidad. Por-que así como fue elprimer pecado, deigual manera son to-dos los pecados quevinieron después. Elpecado que cometióAdán es el mismo quetodos nosotros come-temos. De modo que si sabemos cuál fueel primer pecado, podremos compren-der la naturaleza de todos los pecadosdel mundo; pues según la enseñanza dela Biblia, el pecado no tiene más que unsolo principio tras de sí.

En todo pecado podemos ver al“YO” en acción. Si bien hoy se clasifi-can los pecados en una infinidad de ca-tegorías, no obstante, no hay más queun sólo pecado básico, ya que todos lospensamientos y los actos pecaminososse relacionan con el YO. En otras pala-bras, aún cuando los pecados del mun-do son tan numerosos como las estrellasdel cielo, el principio que hay detrás detodos ellos es simplemente uno: todo loque se relaciona con el ego, es decir connuestro YO.

Todos los pecados se cometen poresta causa; así que podemos determinarque si falta el YO no puede haber peca-do. Examinemos ahora este punto unpoco más atentamente. Pondremos algu-nos ejemplos para clarificar el tema.

¿El orgullo, no es la exaltación delYO?; ¿el celo, no es el temor del YO aser sustituido?; ¿qué es la emulación?,nada menos que la lucha por superar aotros. ¿Qué es el enojo?, la reacción delYO ante el daño que sufre. ¿Qué es eladulterio?, la obediencia al YO en suspasiones y concupiscencias. ¿Qué es lacobardía?, ¿no es el cuidado del YO ensu debilidad?

Ahora bien, es imposible mencio-

nar cada pecado; pero si tuviéramos queexaminarlos a todos uno por uno, descu-briríamos que el principio que hay en cadauno de ellos es siempre el mismo: “Algoque de alguna manera tiene relación conel YO; y dondequiera que el YO esté en

actividad, allí habrá pe-cado delante de Dios”.

Por otra parte, siexaminamos con dete-nimiento el fruto delEspíritu Santo (que esla manifestación del tes-timonio Cristiano), ve-remos muy pronto loopuesto. Las virtudesque componen este fru-to no son más queaquellos actos que nosobligan a olvidarnos por

completo de nosotros mismos. Por ejemplo, ¿qué es el amor?: es el

afecto que uno siente cuando quiere lomejor para los otros sin pensar en sí mis-mo. ¿Y qué es el gozo?: lo que se experi-menta cuando a pesar de sí mismo unomira a Dios. La paciencia es el desprecioque uno siente por sus propias penurias;la paz, es la indiferencia que uno mani-fiesta ante el daño que ha sufrido; la be-nignidad, la abstracción que uno hace desus derechos; la humildad, el olvido delos méritos propios; la templanza, eldodominio que uno ejerce sobre su yo; y lafidelidad, el sujetarse de sí mismo.

Cuando examinamos todas las vir-tudes cristianas, comprendemos que, ano ser que seamos liberados del YO o lopasemos por alto, el creyente no poseeninguna otra virtud.

Como conclusión a este comentario,podemos decir que el fruto del Espíritu San-to está determinado por un sólo principio:el desprendimiento total del “YO”.

“De cierto, de cierto os digo, que siel grano de trigo no cae a tierra y muere,queda solo; pero si muere lleva muchofruto. El que ama su vida, la perderá, y elque aborrece su vida en este mundo, paravida eterna la guardará. Si alguno me sir-ve, sígame; y dónde yo estuviere, allí tam-bién estará mi servidor. Si alguno mesirviere, mi Padre le honrará” (San Juancapítulo 12 versículos 24 al 26).

¿Cuál es la raíz del pecado?

Selección de Osvaldo Viggiani

"Ñ", revista de cultura deClarín, 5/4/08Entrevistadora: María Luján Picabea

dición del ser moderno es no poder estarsolo en una habitación. El hombre en ge-neral tiene miedo de su propia realidad.Todos desean el descanso pero cuandoaparece se sienten aterrados.

— ¿Considera que esto puederevertirse o que el hombre perderáestos valores?

— En este momento hay muchas per-sonas que anhelan un espacio espiritualpor lo cuál considero que no se va a mo-rir, más bien por el contrario, cuando unomira alrededor ve que hay gran cantidadde personas que desde dentro o fuera dela Iglesia responden a esta necesidad.

— Podría decirse que la Iglesiacomo institución se va haciendo cadavez más difusa y la espiritualidad

Afuera, la helada noche del desierto.Dentro, esta otra noche se hace cálida, encendida.

Deja que el paisaje se cubra de áspera corteza.Tenemos aquí un jardín suave.

Los continentes estallaron, sus ciudades y aldeas,todo se vuelve una bola quemada y ennegrecida.

Las noticias que oímos están llenas de pesar por el futuro.Pero la verdadera noticia aquí dentro, es que no hay noticia.

Jalaludín Rumi

Con la estricta sotana negra y las manos recogidas en el pecho, Anselm Grün,administrador de la Abadía Münsterschwarzach de Alemania, pero también

autor de cientos de libros de espiritualidad y religión que lo han convertido enun best-seller mundial se acomoda en una silla no muy cómoda de la Comuni-dad de Católicos de habla alemana de Belgrano y reflexiona sobre la fe, sin

ahorrar críticas al sistema neoliberal y a la propia Iglesia Católica. Durante suestadía, Grün realizó, para su heterogénea platea de seguidores, una serie

de conferencias en Buenos Aires y Córdoba.

comienza a aparecer en lugares nodel todo ortodoxos...

— Ese, sin duda, es un peligro para laIglesia, que las personas busquen espa-cios de espiritualidad fuera de la Iglesia,también hay que decir que muchos deestos lugares prometen demasiado y laIglesia no puede simplemente imitarlo por-que estaría delatándose a sí misma. Perosí debería preguntarse, y de hecho se pre-gunta, por qué nosotros no podemos es-cuchar cuáles son las necesidades de laspersonas y tratar de brindarles el apoyonecesario.

Abrir espacios

Page 10: Teilhard de Chardin S.J. George Wald Año 7 Nº 79 Un ...derecho-viejo.com.ar/DERECHO VIEJO 2008 PDF/derecho viejo.79 junio 2008.pdf · Librería La Guadalupita - Av. Avellaneda 3918

“Derecho Viejo”Página 10 Rara sensación, inédita

A quienes una corriente de afinidad nospuso en el camino de la meditación y aspi-ramos a una realización espiritual a travésde él, nos ha ocurrido, o solemos caer endificultades a la hora de tratar de intentarhallarle una explicación al hecho de ha-bernos puesto en presencia del Ser y “elo-cuentes” indicios nos hicieron percibir, contotal certeza, que hemos “entrado en con-tacto” con Él. Es ahí, en ese mismo ins-tante, donde surge el interrogante de ri-gor; ¿cómo hacemos para llegar a “co-sechar” en la práctica los frutos de ese“enlace” o a buscarle una explicaciónque no tiene, debido al carácter metafí-sico de tal experiencia?

Si bien, a dicha realidad sería imposi-ble darle una definición que se relacionecon esa pregunta; la gramática nos brin-da una herramienta que nos puede ayu-dar a concebir aproximadamente lo in-concebible. Hay términos que tomados ensu etimología original, dan una idea lo su-ficientemente aproximada al contenidoprimordial que encierra una vivencia así.

Desde la escolástica antigua nos ense-ñan que tratando de conjugar las raíces delas palabras, podemos descubrir la esen-cia o el fundamento que dio lugar a suconformación. Así, valiéndonos de aquelsublime atributo de nuestros antepasados,vamos a “echar mano” a un término quenos da una respuesta adyacente a dicharealidad; nos referimos a “concomitan-cia”. Este vocablo nos habla de concomi-tar y, a su vez, nos dice que es un verbotransitivo que significa “acompañar unacosa a otra u obrar juntamente conella”. Como se notará y muy a “grossomodo”, puede servirnos como para dar-nos una “idea” más o menos cierta, de quéocurre en el preciso momento de poner-nos en sintonía con nuestro Ser interior.Gracias a ello, podemos deducir que alentrar en “concomitancia” con Él, esdecir, al vibrar en una misma frecuen-cia, entramos en sintonía directa conla fuente de energía que nos dio estavida condicionada a limitaciones quenos impiden concebir racionalmente, elúnico sentido que tiene. De esa co-nexión indescriptible y misteriosa, sóloalcanzamos a sentir “algo” que desdelo más arcano de nuestras fibras, nosinduce a actuar de una manera desacos-tumbrada.

Esa rara sensación, inédita, descono-cida para el común denominador de lahumanidad, pero que ya comienza ahacerse “familiar” entre nosotros, noshace experimentar “algo extraño”, algoque se asemeja a un impulso interior, quea la vez de animarnos a “dejarnos lle-

var”, nos hace sentir indefensos y prote-gidos de un momento para el otro.

Esa es la connotación, el “resulta-do”, el efecto o la consecuencia de di-cha concomitancia. El hecho de conco-mitar con nuestro Ser profundo, con-nota efectivamente en nuestros actos.

Dicho de otra manera, vendría a seralgo así como que involuntariamente,comienzan a suceder cosas que no tenía-mos previstas y a la vez de sentirnos des-bordados por un auge interior que supe-ra nuestra voluntad, experimentamosuna sensación de libertad que no quisié-ramos dejar de sentir nunca.

Para ser un poco más conscientesAl solo efecto de sintetizar qué quere-

mos significar con “ser un poco másconscientes”, aclaramos. Cuando, a tra-vés de la consciencia, entramos en con-comitancia con nuestra Esenciaprimigenia; convertimos a la inmanen-cia potencial que alberga la impronta deconocernos a nosotros mismos, en unaRealidad que la trascendió con total na-turalidad y sobrepasa el alcance de larazón, sencillamente, no la podemos con-cebir. Es en ese caso, donde cabría efec-tuar un sencillo repaso al fundamento quecontiene esa breve expresión que nos in-dica que: “una cosa acompaña a otra u

Por Héctor Roedelsperger

Debemos leer la narración del Génesiscomo un mito. El mito contiene algo queva más allá de lo que explica. Está loque insinúa. De este modo, estos prime-ros capítulos del Génesis deben ser leí-dos de manera ontológica: dicen algo fun-damental sobre el hombre, pero no po-seen ningún carácter histórico.

Creo que el mensaje contenido en estanarración mítica es el de mostrar que elser humano –todo ser humano, y no so-lamente los primeros hombres– tiende arechazar su dependencia de una autori-dad divina. Quiere ser su propio amo.

A través del lenguaje del mito la Biblianos revela una realidad profunda: entre elhombre y Dios ha habido repetidas ruptu-ras. Queriendo bastarse a sí mismo, elhombre se esconde del Padre y se con-vierte en rehén de sí mismo. Está librede toda dependencia en relación al Padre,pero de este modo se convierte en cauti-vo de sí mismo. Es prisionero de su egoís-mo, de sus pasiones, de sus pulsiones. Alno querer seguir siendo el servidor delEterno, el hombre se ha convertido en es-clavo de sí mismo.

Al encarnarse, Jesús ofrece el res-cate que el hombre reclama para libe-rarse de sí mismo. En efecto, Jesús dice,refiriéndose a sí: “El Hijo del hombre noha venido para ser servido, sino para ser-vir y dar su vida en rescate por la multi-tud”. Algunas biblias traducen para “una”multitud. Esta traducción no sólo es erró-nea en cuanto a la exégesis literal, sinoque demás es una desviación teológica:Jesús no ha venido a ofrecer la salvacióna una multitud, es decir, a un pueblo enparticular, sino a LA multitud, es decir, ala humanidad entera.

Durante toda mi vida he meditado so-bre esta palabra extraña que es “rescate”.¿Quién es el que reclama el rescate? Latradición ha ofrecido dos grandes inter-pretaciones teológicas de esta frase mis-teriosa de Cristo, pero personalmente con-

sidero que ambas son muy insatisfactorias.Durante mucho tiempo se ha afirma-

do que el hombre pecador era cautivo deldiablo. En mi infancia se decía todavía: sihaces tal o cual tontería, pertenecerás aldiablo e irás al infierno. Pero ¿cómo imagi-nar que el Verbo de Dios pueda darse al dia-blo? ¿Cómo pensar que el Amor pueda dar-se al Mal? Eso no tiene ningún sentido.

Otra corriente teológica ha afirmadoque quien exigía el rescate era el mismoDios. Ofendido por el pecado del hom-bre, solamente una satisfacción infinitapodía estar a la altura del pecado cometi-do, y por tanto solamente el mismo Diospodía ofrecer esta reparación encarnán-dose. Esta explicación me escandalizaigualmente: ha producido el dolorismo in-sistiendo sobre los sufrimientos expia-torios de Cristo. Cuanto más sufría Je-sús, más reparaba la ofensa del hombre ycontribuía a su rescate. Es espantoso.

Mis largos períodos junto a los droga-dictos me han proporcionado una expli-cación diferente. En efecto, el drogadictoes a la vez su propio verdugo y la vícti-ma. Es quien paga el rescate y es el re-hén. Partiendo de esta observación, me

dije que en cualquier ser humano ocurríaexactamente lo mismo. Desconectados denuestra verdadera fuente divina, nos he-mos convertido en verdugos de nosotrosmismos. Somos esclavos de nuestros de-seos desordenados, de nuestro egoísmo.

Cristo, al hacerse hombre, vino aliberarnos de nosotros mismos. Nos ofre-ce la posibilidad de volver a conectarnoscon la fuente divina. El rescate que noslibera nos lo da a cada uno de nosotros.La fe cristiana es saber que Jesús nos havuelto a dar la posibilidad de amar de ver-dad. De osar decir “Padre nuestro”.

Cuando compartí este pensamientosobre el pecado original y sobre el rescatecon el cardenal Du Lubac poco antes desu muerte, me animó con entusiasmo eneste sentido, diciéndome que esta manerade explicar la palabra de Cristo le parecíade lo más correcta y esclarecedora.

No pretendo ser un gran teólogo, peroquizás esta meditación resulte orientadorapara los creyentes... que se hacen pre-guntas sobre esta palabra enigmática deJesús y, más ampliamente, sobre el mis-terio de la salvación.

Jesús, el salvador de la humanidadPor Abbé Pierre

obra conjuntamente con ella”. NuestroSer, nos acompaña en nuestras intencio-nes y Obra conjuntamente con nosotros,por nosotros; connota a la recíproca ennuestros actos. Él conduce, Nos guía, Nosdicta las Leyes que rigen la “Naturale-za” y Nos enseña que entregándonos aSu confianza y soltándonos de las ata-duras que nos ligan a este mundo iluso-rio, las dudas sobre nuestros afectos y lasincertidumbres sobre nuestros apegos alas posesiones, serán resueltas provi-dencialmente, sin nuestra intervención,solo bastará con que actuemos en ese sen-tido, el que nos indica la consciencia.

Page 11: Teilhard de Chardin S.J. George Wald Año 7 Nº 79 Un ...derecho-viejo.com.ar/DERECHO VIEJO 2008 PDF/derecho viejo.79 junio 2008.pdf · Librería La Guadalupita - Av. Avellaneda 3918

“Derecho Viejo” Página 11

Cuando el Concilio Vaticano II alentó el diálogointerreligioso, Thomás Keating, siendo Abad enMassachusetts, entabló relaciones con maestros espiri-tuales de las religiones orientales. Hicieron intercambioscomo Thomas Merton quien escribía esas experiencias.De esta manera Keating fue armonizando la sabiduríaoriental con la tradición contemplativa cristiana que seremonta al siglo XIV a una obra de autor anónimo titula-da “La nube del No Saber”, también en el siglo XIV elMaestro Eckhardt, teólogo y místico alemán nos dice:“Llevados a la unidad por el olvido de Dios, allí conoce-mos y amamos como somos conocidos y amados porÉl. Dios, habitando el olvido de sí en la pura dona-ción, nos sumerge en ese mismo olvido desde el cualnos sostiene. (Dialéctica de memoria y olvido) Dios meama como olvidado de todo, comunicándose a sí mis-mo, dando todo de sí, su donación se acerca al olvido”.Después nos encontramos con las enseñanzas de SantaTeresa, San Juan de la Cruz y muchos otros místicos yteólogos. La Lectio Divina que hacían cistercienses,trapenses y benedictinos en sus conventos era una ma-nera de leer las escrituras con distintos niveles de escu-cha conducentes a la contemplación.

Todo se fue dejando por varias causas:a) La influencia de la filosofía griega que daba mucha

importancia al estímulo intelectual desplazó todaprofundización interior como la Lectio Divina y expe-riencias de la presencia de Dios que enseñaba Santa Te-resa, a lecturas espirituales y se llenó el mundo de libroscon lecturas espirituales.

b) Influyó el prejuicio de que la contemplación erapara seres especiales y el surgimiento de una actitud ne-gativa hacia ella, confundiéndola incluso con un estilo devida de muchas renuncias.

c) Incidieron los problemas producidos por una so-ciedad medieval e Iglesia en crisis, en el siglo XVI.

d) Las convulsiones de los distintos movimientos deReforma y los ajustes de la Contrarreforma culminadaen el Concilio Ecuménico de Trento (1545-1563).

e) La doctrina herética del Jansenismo en el siglo XVIIhizo mucho daño con su visión negativa de la naturalezahumana y desprecio del cuerpo. Fue condenada por laSanta Sede pero quedó latente en corrientes internas.

f) Si sacerdotes y profesores de seminarios no sien-ten que la contemplación es conveniente para ellos y susalumnos, es natural que los laicos tampoco lo sientan.

g) Si monjes y sacerdotes no quieren hablar de con-templación porque eso es cosa de los claustros y en losclaustros tampoco se habla porque prefieren la oraciónvocal y la meditación de textos espirituales, todos esta-

mos perdiendo la más profunda de las revelaciones y unade las más grande de las Gracias que Dios nos regala.

El 3º domingo de Cuaresma nos trae el Evangelio deSan Juan donde Jesús nos dice: “Ya ha llegado la horaen que los verdaderos adoradores adoraran al padreen Espíritu y en Verdad, porque esos son los adora-dores que quiere el Padre. Dios es Espíritu, y los quelo adoran deben hacerlo en Espíritu y en Verdad”.¿Qué nos está diciendo? Desear y buscar a Dios es abrir-nos al amor de Dios quien nos impulsa a hacer el bien yva naciendo en nosotros una fe pura que nos hace crecer

espiritualmente hasta sentir la presencia de Dios en nues-tro yo espiritual profundo como enseñaba Santa Teresa,y allí es nuestro Espíritu y todo nuestro Ser que se haceoración de adoración en el total silencio de nuestra men-te. Allí es nuestra entrega y aceptación del amor silencio-so de Dios, amor que abre nuestras mentes y nuestroscorazones a vivir en la verdad, solidaridad, compasión,como vivió Jesús. No somos nosotros, es el Espírituquien derrama en nuestros corazones la más grande desus Gracias; la que cura y transforma, nosotros pone-mos la “intención” de comunicarnos interiormente conDios y toda la paciencia y perseverancia que sean nece-sarias. Solo se logra practicando con perseverancia la“Oración Centrante”.

Hacia la mitad del año 1970 Tomás Keating plantea lanecesidad de formular de manera accesible la espirituali-dad de la tradición cristiana retomando “La nube del NoSaber”. Es en esa nube, donde nuestro espíritu se en-cuentra con Dios mediante una sola palabra: Dios-Jesús-Amor, que simboliza la “intención” de llegar a la presen-cia de Dios en el verdadero yo, el yo Espiritual.

El mayor o menor grado de neurosis que según Freudy otros autores todos tenemos, es la mayor traba a estecamino, Tomás Keating le llama Falso Yo.

Llamados a la contemplaciónLic. Ana María Inés Badaracco

Si bien la práctica de todos los días de la oracióncentrante bien hecha, va produciendo una terapia, esconveniente saber donde están, cuales son nuestras cua-lidades positivas y negativas.

Por ejemplo la pereza, consecuencia del pecado ori-ginal, la tenemos todos y como estamos inmersos en unabanalidad de la vida, se hace difícil salir de ella y del

activismo que la disfraza.Corremos hacia el afuera, distracciones,

consumismo, ambición desmedida, entretenimientos,lo que no exige esfuerzo, lo que me gusta, no lo quenecesito, no al tiempo necesario para entrar de maneraprofunda en nuestro propio espíritu, en nuestro yoverdadero para ir sanando heridas, ir recibiendo fuer-zas, equilibrio, alegría de vivir, a pesar del caos y nues-tros problemas personales.

Después de cursos y cursillos dados por T. Keatingmuchos sacerdotes y laicos se fueron interesando cadavez más y del entusiasmo compartido se generó la or-ganización “Alcance o Red Contemplativa” (OraciónCentrante) que se encuentra extendiéndose por todo elmundo, en parroquias, colegios, institutos, donde quie-

ran recibirla.El objetivo, ser una red de Comunidades de Fe, dedica-

das al proceso y transmisión de la transformación cristiana.La dimensión contemplativa está presente en todas

las religiones más grandes de la humanidad, todos los quecreen en un ser superior se unen en la contemplación.

Hay profecías que anuncian un futuro encuentro:Sofonías 3,9 - Is. 66.23 - Salmos 65,4 - Rom. 11, 11-32.

El concilio Vaticano II reconoció los valores delas religiones no cristianas y que en ellas está ocultoel rostro de Cristo. La espiritualidad oriental y cristianahace mucho están en un proceso de contemplación yasimilan recíprocamente valores. T. Keating nos invita aredescubrir la riqueza de la mística cristiana y experi-mentarla, si nos olvidamos de la presencia y acción delEspíritu Santo en nuestras vidas, no hay desarrollo de laespiritualidad sana, no llegamos a la fe madura plena, laque mueve montañas y abre el corazón al altruismo, com-pasión, solidaridad; verdadero camino de humanización,de construcción del Reino de Amor que Cristo dejó ennuestras manos y no lo hemos hecho todavía.

En la oración centrante, el movimiento interior haciala presencia nos lleva a recibir la corriente de Amor de laTrinidad que nos sana y transforma.

Muchos llamados, ¿o todos?

Page 12: Teilhard de Chardin S.J. George Wald Año 7 Nº 79 Un ...derecho-viejo.com.ar/DERECHO VIEJO 2008 PDF/derecho viejo.79 junio 2008.pdf · Librería La Guadalupita - Av. Avellaneda 3918

“Derecho Viejo”Página 12

El deseo de la perfección debe ser constante, pues sin ello no se sumannuestros esfuerzos. En nuestra vida habrá paréntesis, vacíos y, acaso, algo peor.Cuando un hombre que edifica una casa se detiene en su trabajo por falta demateriales o de valor para continuarla, tal vez piensa que cuando tenga valor omateriales no tendrá que hacer sino reanudar en el mismo punto su interrumpidaconstrucción. Nada de eso. Pues durante este tiempo habrán intervenido losagentes físicos: la lluvia, el viento, la nieve, el hielo, el calor, el frío habránejercido su influencia. La casa se desmoronará piedra a piedra, acabará por caery hasta sus mismas ruinas perecerán.

Pues así sucede en la vida espiritual, cuando un alma deja apagarse en sucorazón ese deseo de perfección: piensa que ha de poder recuperar sus ímpetus;

pero no, nada de eso, aquella alma desciende hacia el abismo.Y es que acumula los obstáculos entre ella y Dios. Porque en el proceso de la

perfección, «quien no avanza retrocede». Bien sé que un alma, a pesar de ésasinterrupciones, puede recuperar su fervor y reparar sus períodos de imprudencia,pues Dios es misericordioso. Pero eso es misión de la misericordia; y en la vidaespiritual hacen falta la sabiduría y la prudencia. Mirad, si no, las vírgenes prudentesy las vírgenes locas; también estas últimas amaban, pero su amor no fue lo bastanteconstante.

El alma que de verdad quiere encontrar a Jesús, iluminada por el Espíritu Santo,comprende que le importa mucho no perder el tiempo en vanas búsquedas. Losmenores retrasos constituyen para ella una desgracia o un martirio. Nunca es dema-siado pronto para hallar a Dios.

El deseo de la perfección

El deseo de la unión plenacon Dios

Podemos pedir la unión profunda con Dios, pero con una condición: la de que seaoculta. Conviene que aspiremos a ella. En la unión con Dios hay varios grados, variasetapas por recorrer. Pero hay que subir siempre. Podemos crecer constantemente enesta intimidad. Los teólogos, aun los más severos, dicen que un alma que ha recibido yaalgunos valores místicos puede desear su continuación.

¡Qué puede haber más perfecto que esta unión, puesto que la perfección consiste enque cada cual vuelva a su principio para encontrar en él su acabamiento! ¡Qué puedehaber más profundo, puesto que todo sucede en lo más intimo del alma en ese santuariointerior en donde habita Dios! ¡Qué puede haber más puro, puesto que esa unión supo-ne la armonía, el alejamiento de todo cuanto difiere de quien es la santidad misma ypuesto que se realiza entre dos espíritus! ¡Qué puede haber más precioso, puesto quepor ella Dios se da al alma con todos sus tesoros! ¿Dónde hallar, pues, más luz, máscalor, más energía, más paz, más alegría? «Pero mi bien es estar apegado a Dios».

Indudablemente, no conviene imponerse a Dios; es inútil y es perjudicial. Invita «dehecho» a quien le place. Pero espera que le deseemos, que le pidamos, que le llamemos,que le preparemos nuestra alma por un amor delicado y generoso, constante y abando-

nado, y tiene derecho a ello. Ése es, pues, nuestro deber. «Ven, Señor Jesús».Velad dulcemente y deseadlo siempre en paz.

La vida espiritual, salvo en su última fase, se desarrolla así: Lo perdemos, lobuscamos y volvemos a encontrarlo: «Estás ahí, Dios mío; soy feliz al sabertepresente.» Sí, Dios obra de ese modo. Viene y luego se va para que lo busquemos denuevo. ¡Oh, cuándo acabaréis de comprender que hemos de buscarlo por Él sólo y nopor el gozo que da su presencia!

Tenemos que recibir las gracias de Dios sin demasiado entusiasmo natural para nosentirnos demasiado abatidos cuando la gracia sensible disminuya. Conservad siempreuna gran calma. Dios no actúa sino en la calma.

Cuando Jesús se esconde, nos tenemos que poner a buscarlo con todo nuestrocorazón. No podemos vivir sin Él. Sin embargo, no podemos poseerlo siempre. Tene-mos, pues, que buscarlo, pero que buscarlo sin tregua.

Lo encontraremos en esa alma entenebrecida a la que iluminamos, en esa almaentristecida a la que consolamos, en esa alma abatida a la que alentamos, o en esa almadichosa de Dios a la que admiramos y a la que envidiamos.

Lo encontraremos también en el Tabernáculo, en donde se esconde y en donde seda. Lo encontraremos en nosotros mismos, en el fondo nuestro propio corazón. Estáallí de un modo misterioso, que no es el de la presencia eucarística, pero que, sinembargo, es muy real. En el fondo, la manera de encontrar a Jesús, por todas partes, esla de llevarlo con nosotros mismos por todas partes, lo sintamos o no.

No os canséis de buscar a Dios. Decidle a menudo que se esconda en lo másíntimo de vosotros mismos y que os haga saber sin ruido de palabras que Él está allí deverdad y que está allí para vosotros. Permitidle que ilumine, que fortifique, que abrasevuestra alma. Pedidle que se digne gobernarla desde ese fondo íntimo en el que seoculta y se revela a un tiempo.

Vuestro sufrimiento viene de que no veis. Haced con frecuencia esta oración delciego: «Señor, haz que vea»». Entonces, por no sabemos qué medio. una advertenciasobre vuestros defectos, una lectura o una palabra de Dios os iluminará y os dará la luzque buscáis.

Lo que me parece que constituye un obstáculo es el temor. Por humildad, portimidez, tenemos miedo de Dios. No vemos en Él más que la Grandeza infinita, laOmnipotencia, la Majestad, y solemos olvidar la Bondad, la Misericordia, la infinitacondescendencia de ese Dios que se hizo hombre por amor hacia nosotros. Él dijo:«Venid a mí todos» y tememos ir a Él. Él ha dicho: He aquí este Corazón que tanto amóa los hombres, y temblamos de ser amados por Él.

Presencias y ausencias de Dios

Tú, Dios mío, apartas al alma progresivamente de todo lo que no eres Tú. A sualrededor y en ella misma se hace el vacío. Nada que no seas Tú le dice ya nada. Susmismos ejercicios de piedad carecen para ella de todo encanto. Ya no le alimentan. Aladvertirlo se llena de inquietud. Sin embargo, y a pesar de realizarlos con escasasatisfacción y poco éxito, no los abandona, pues son para ella un motivo de pensaren Ti y de aproximarse a Ti. Ahora bien, pensar en Ti, acercarse a Ti constituye parael alma una dolorosa y deliciosa necesidad. Desde dentro, Tú ejerces sobre ella unamisteriosa atracción de la que se da cuenta vagamente y que ya no le permite dedi-carse a sus rezos y a su oración como solía. Ello es debido a que tu amor la envuelvedulcemente y la sitúa en ese descanso que es totalmente nuevo para ella. ¡Qué felizes, entonces, a pesar de su turbación! Querría poderse quedar siempre bajo esemisterioso encanto, ni cuyo origen ni cuya naturaleza acaba de entender. Diría muygustosa: «¡Señor, qué bien estamos aquí»; y por eso cuando cesa el encanto, sumayor deseo es volver a disfrutarlo. Pero Tú no sueles satisfacer inmediatamente esedeseo. Con todo, si el alma sabe mantenerse en la soledad interior, no tardarás envisitarla. Menudearás tus venidas, y cada vez te quedarás más tiempo. ¡Si pudierasquedarte siempre! ¿Y por qué no? ¿Acasono es ése tu deseo, Dios mío, y el fin quepersigues constantemente, a pesar de lasincomprensiones y de las resistencias máso menos conscientes del alma? Tú erestodo felicidad. Y querrías que toda criaturaque fuera capaz de ello comulgase lo másy lo antes posible en esta beatitud tuya queeres Tú mismo. Esperar al fin de la vida esdemasiado esperar para tu amor. Y por esoinvade tu amor poco a poco al alma fiel.Empieza por apoderarse de la voluntad,potencia para amar, y luego de las demásfacultades, para unirlas a ellas, o al menospara no permitirles turbarla. Y si es nece-sario a tus designios, llega a inmovilizar alos mismos sentidos para que el alma, por lo que hay en ella de más espiritual, puedaser toda de tu amor. Restablecerás la armonía más tarde, cuando hayas hecho laconquista total y cuando Tú y ella seáis dos, pero en un solo espíritu y en un soloamor.

Ésta será la hora de la unión perfecta y permanente. Tú vivirás tu vida en el a1ma yel alma vivirá en Ti con tu propia vida. Y después de esto ya no habrá más que el cielo.

Dios vacía poco a poco el almapara entregarse a ella

El amor de Dios es una llama ardiente. Antes de transformar el alma, destruye,abrasa, consume. Todo lo que le es contrario debe desaparecer. Este período de lavida interior es particularmente doloroso. Es una época de purificación; el alma esarrojada al crisol; todas sus escorias suben del fondo a la superficie; ve entonces todasu fealdad y saborea cruelmente su amargura. A veces llega a experimentar la impresiónde que esas lacras forman parte de sí misma y de que jamás podrá deshacerse de ellas.Pero, en el fondo, el alma es bella porque es pura, y a su voluntad le horroriza todo este mal.

A quien no viera más que el efecto de estas duras tribulaciones, le parecería comocalcinada por ese fuego misterioso, ennegrecida, sin forma y sin belleza. Está comodesfigurada, deformada. Todos los pensamientos que poco a poco se habían apodera-do de su mente y la habían hablan moldeado a su imagen, todos los afectos que sehabían infiltrado en su corazón yu lo habían hecho semejante a su objeto, todos losrecuerdos que impregnaban su memoria hasta el punto de absorberla, todo eso hadesaparecido. Durante la prueba todo ha sido cortado, arrancado, quemado. El alma yano es la misma, y en este sentido es irreconocible. Se ha afeado con esa fealdad queresulta de la privación de una falsa belleza. Pero se ha embellecido con la verdaderabelleza, con la que es una participación en la Belleza de Dios. No se destruye sino loque se sustituye. Y el alma interior, despojada de cuanto formaba su aparente riqueza,ha empezado a revestirse de la Belleza de Dios.

Para unir, el amor de Dios debe, ante todo, separar. Y aquí ya no se trata de aflojarlos vínculos que unían al alma con su cuerpo, sino de penetrar en el mismo seno delalma para liberar allí lo que hay de más perfecto en ella: «el espíritu», a fin de que launión con Dios, que es Espíritu, pueda realizarse plenamente. Sobrevienen entoncesunas angustias dolorosas, deliciosas, inexpresables. Es una vida nueva que se insinúahasta las profundidades del alma y que lo cambia todo en ella. El alma ya no se recono-ce. Es otra, aunque siga siendo ella misma. La impresión de muerte es tan viva, quegrita pidiendo socorro. Pero comprende que nadie puede venir en su auxilio. Le seríapreciso el Cielo, y todavía no ha llegado la hora.

Dios Abrasa el alma

Textos de Robert de Langeac, Extraídos de "La vida oculta en Dios"

La acción de DiosLo único importante

Page 13: Teilhard de Chardin S.J. George Wald Año 7 Nº 79 Un ...derecho-viejo.com.ar/DERECHO VIEJO 2008 PDF/derecho viejo.79 junio 2008.pdf · Librería La Guadalupita - Av. Avellaneda 3918

“Derecho Viejo” Página 13Sin brujos, sin hadas, sin ángeles

El mundo se ha hecho demasiado peligrosopara todo lo que no sea una utopía

(El despertar del Ser)

“DERECHO VIEJO” Un programa de radio para escuchar...

ahora también porInternet

Todos los Domingosde 9 a 13

Por FM 102.7:Radio GBA de Morón

4489-0468www: fmgba.com.ar

Todos los Sábadosde 8 a 12

Por AM 750:Radio del Pueblo

4371-1115www: 750am.com.ar

Sábado 7:Sábado 14:Sábado 21:Sábado 28:

Sombras nuevas y demonios viejosSilencio mental¿Dios quiere que le pidan?¿Qué es la Providencia?

Sábado 7:Lunes 9:

Sábado 14:Lunes 16:

Sábado 21:Lunes 23:

Sábado 28:Lunes 30:

Sombras nuevas y demonios viejosSombras nuevas y demonios viejosSilencio mentalSilencio mental¿Dios quiere que le pidan?¿Dios quiere que le pidan?¿Qué es la Providencia?¿Qué es la Providencia?

TALLERES DE DESPROGRAMACIÓNY ORDENAMIENTO (LIBRES Y GRATUITOS)

Talleres de JUNIO 2008 CASTELAR

Almafuerte 2680 - De 17 a 19 hs. - Tel.: 4627-8486 - 4629-6086

CAPITALCorrientes 1680 P 1º - De 14 a 16 hs.- Mail: [email protected]

Ide

a y

co

nd

uc

ció

n:

Ca

mil

o G

ue

rra

“Si inhibes el pensamiento (yperseveras en ello), llegas

eventualmente a una región de laconsciencia que está por debajo o

más allá del pensamiento... y adarte cuenta de un ser interior

mucho más vasto que aquél al queestamos acostumbrados. Y comola consciencia ordinaria con la que

nos manejamos en la vidacotidiana está basada ante todo enese pequeño yo limitado, ocurreque salir de ella es morir al yoordinario y al mundo ordinario.Es morir en el sentido ordinario,pero en otro sentido es despertary descubrir que el “yo”, el ser más

real e íntimo de uno mismo,impregna el universo y todos losdemás seres; que las montañas ylos mares y las estrellas son partedel propio cuerpo, y que nuestraalma toca las almas de todas las

demás criaturas”.

Edward Carpentier,sociólogo y poeta del S. XIX

Todas las técnicas de meditacióntienen en común que el meditantecambia de un modo de atención ac-tivo, de “hacer”, a uno pasivo de “de-jar que ocurra”. Como resultado laatención experimenta más lenta ytranquilamente el proceso normal depensar, hasta que poco a poco la ac-tividad mental se desvanece porcompleto.

En toda la tierra, ahora mismo, enla nueva atmósfera espiritual creadapor la idea de la evolución, flotan, enun estado de extremada y mutua sen-sibilidad, el amor de Dios y la feen el mundo: los dos componen-tes esenciales de lo ultra-huma-no. Estos dos componentes están “enel aire” por doquier... tarde o tem-prano ha de haber una reacción encadena.

Teilhard de Chardin S.J.

El ser humano es una parte del todo que llamamos “Universo”,una parte limitada en el tiempo y en el espacio. Tiene experiencia de sí mismo,de sus pensamientos y sus sentimientos, como de algo ajeno al resto, lo cualconstituye una especie de ilusión óptica de su consciencia. Esta ilusión es unaespecie de cárcel que nos limita a nuestros deseos personales y a sentir afecto

sólo por unas pocas personas allegadas.Nuestra tarea debe ser librarnos de esta cárcel, ampliando nuestro círculo

de compasión para abrazar a toda criatura vivientey a la naturaleza entera en toda su belleza.

Albert Einstein

Los seres humanos poseen unarealidad en su espacio interior que ha

sido prácticamente ignorada en lacivilización occidental, con su obsesiva

preocupación por los fenómenosexteriores. Aunque todos intuimos las

energías que se hallan más allá delplano superficial de nuestra identidad,

el viaje de auto-descubrimientoprovoca un hondo temor existencial.

Enfrentados a una libertad enapariencia ilimitada, retrocedemos

espantados y preferimoscircunscribirnos a una gama muy

reducida de experiencias.En lugar de querer explorar a

fondo nuestras potencialidadeshumanas, nos da miedo aventurarnos

fuera de un prudente puntoculminante, y prestamente negamosnuestros puntos más bajos. Toda

conducta que pudiera transportarnosmás allá de nuestra estrecha banda desentimientos aceptables, nos resulta

inconcebible y de inmediato laproscribimos. Cuando nuestro serbusca anhelosamente expresión, lo

único que estamos dispuestos a haceres intensificar las emociones

aceptables. Creamos algunas crisisleves, nos enojamos, tenemos

relaciones sexuales, nos ponemoscontentos. Muy pronto, sin darnos

cuenta, nos convertimos en adictos aesta gama pequeña de sensaciones.Debemos ser sentimentales, pues

dentro del espectro de energía quenos permitimos no hay otro recurso

para vivenciar el contrastey la ansiedad.

Richard Moss

La gente viaja para asombrarsede la altura de la montaña, de lasenormes olas del mar, de los intermi-nables cauces de los ríos, de la in-mensidad del mar, del movimientocircular de las estrellas; y pasan delargo ante sí mismos sin fijarse ensu interior.

San Agustín

Es imposible comunicarse de unoa otro plano de la existencia; eso nofunciona. Es preciso que uno se ele-ve al otro plano del Ser, y entonces,de repente, pueda ver. Y cuando unove y experimenta se satisface su con-fianza. Pero antes de ver, para con-fiar hay que creer; es esto lo que per-mite la transformación.

Bhagwan Shree Rajneesh

“... pero todos nosotros, que, conel rostro descubierto, reflejamoscomo en un espejo la gloria del Se-ñor, nos vamos transformando en esamisma imagen cada vez más glorio-so”. 2ª Cor 3, 18

* * * * *“Y si la tierra ya no conoce tu nom-

bre, susurra a la tierra silenciosa: es-toy fluyendo. Al agua relam-pagueante, dile: yo soy”.

Rainer María Rilke

* * * * *El cosmos, fundamental y primor-

dialmente, está vivo... Cristo, me-diante su encarnación, está en la inti-midad del mundo... enraizado en elmundo, hasta en la propia entraña delátomo más diminuto. Nada me pa-rece más vital, desde el punto de laenergía humana, que la aparición yeventualmente, el cultivo sistemáticode tal sentido cósmico”.

Teilhard de Chardin S.J.

* * * * *La encarnación, que para el cris-

tianismo popular es sinónimo del na-cimiento histórico y de la posteriorvida terrenal de Cristo, para el místi-co no es solamente eso, sino tam-bién un proceso cósmico perpetuo,y un proceso personal. Es un dar aluz eterno, en el universo y tambiénel el alma individual ascendente, dela vida perfecta y divina, del carácterpuro de Dios.

Evelyn Underhill

* * * * *

Page 14: Teilhard de Chardin S.J. George Wald Año 7 Nº 79 Un ...derecho-viejo.com.ar/DERECHO VIEJO 2008 PDF/derecho viejo.79 junio 2008.pdf · Librería La Guadalupita - Av. Avellaneda 3918

“Derecho Viejo”Página 14

Uno mismo es el camino...

¡Fácil es decirlo pero no tansencillo realizarlo!

Quienes pueden sostener estaaseveración, seguramente danpor sentado muchas cosas y vi-bran en un nivel de concienciaamplio. Pero aún así su puesta enpráctica resulta un duro desafío.

Generalmente somos por na-turaleza prejuiciosos y permeablesa todo lo que nos llega desde elexterior. Por eso un primer pasomuy importante es “vaciarse”.

Vaciarse de prejuicios, depreconceptos, posturas menta-les rígidas, caprichosas y mez-quinas. Estructuraciones mís-ticas y dogmáticas carentes desentido o chatarra filosófica ycultural poco edificante espiri-tualmente, etc. ¿Por qué estodebe ser así? Porque pertene-cen al reino de lo mental y no aldel espíritu. Porque son todosmecanismos que si bien funcio-nan en el mundo dual de rela-ción y relatividad, no lo hacenen ese otro plano más sutil yprofundo del espíritu.

Por eso Jesucristo recomen-dó ser como niños, no para quenos volviéramos párvulos inocen-tes, sino para actuar con la sen-cillez, humildad y apertura men-tal propia de quien aspira encon-trar la Verdad sin condiciona-mientos. Poder aprender y escu-char con la apertura mental yavidez de un niño.

Se dice que en las altas cum-bres de la soberbia y cerrazónmental es imposible juntar lasenriquecedoras aguas de la sa-biduría, esto sólo ocurre en losfértiles valles de la sencillez yhumildad.

También recomendó Cristo

que no se puede colocar vinonuevo en odres viejos... ¿vaciar-se? ¿Desprogramarse? Quien ten-ga oídos para oír...

El nuevo saber y reconoci-miento de nuestra propia esenciao alma nunca podrá encontrar unespacio cómodo en cerradas oestructuradas posturas mentales.

¡Gracias Padre por ocultarestas cosas a eruditos e intelec-tuales y revelarlas a los simplesy sencillos de mente y corazón¡,parafraseando también a Jesús...

Ese “uno mismo” también esel Uno con mayúsculas que lle-vamos dentro. Por eso no hay enrealidad “caminos”. Es sólo unatoma de conciencia y de crecimien-to interior. No tenemos que ir aninguna parte. Necesitamos estaren el aquí y el ahora de nosotrosmismos, porque el mejor sitio, esen el que nos encontramos al mo-mento, ya que nos brinda el esce-nario apropiado a cada uno paradescubrir quiénes somos y haciadónde vamos. Tanto el ayercomo el mañana no existen. Uno,sólo es recuerdo y el otro fanta-sía, ambos de la mente.

Lo cierto es que en ese nue-vo redescubrimiento debemosdarnos cuenta que somos comouna arcilla o masa muy malea-ble, en donde las “manos” y “de-dos” del mundo externo nosmoldean permanentemente parabien y para mal, haciéndonosadoptar las más variadas actitu-des y posturas mentales. En esascircunstancias debemos aprendera seleccionar lo que nos benefi-cie como espíritus que somos,realizando una experiencia mate-rial transitoria pero sumamenteimportante.

Este es un punto relevante, yaque no todo lo que recibimos denuestros sentidos es para nues-tro bien. Los sabios yoguis di-

cen que sólo cualquier sensa-ción que impresione la con-ciencia con una paz perdura-ble es buena y por lo tanto edi-ficante para nuestra alma.

Lo cierto es que únicamentecon paciente y cuidadosa discri-minación y observación se pue-de detectar la naturaleza de unasensación.

Envueltos en la vorágine denuestras preocupaciones y pro-blemas cotidianos, lidiando pornuestra supervivencia, ese poderdiscriminativo que nos permiterealizar una elección acertadasobre lo que es mejor en cadacaso, se ve seriamente resentiday hasta anulada. A esto debemossumarle que la mayoría de laspersonas aceptan como buenaslas sensaciones y experienciasque en un principio nos aportandicha, sin medir las consecuen-cias que a largo plazo puedenproducir, trayendo sufrimiento yverdaderos desastres.

Por lo tanto una sensación nopuede ser juzgada buena o mala

sólo por los pensamientos y sen-timientos que fluyen inmediata-mente de su contacto.

Es escuchando la voz de la sa-biduría que puede evaluar en pro-fundidad, librada de intereses e in-fluencias circunstanciales, la quepodrá brindarnos una guía justa.

Volviendo al ejemplo de la ma-silla o de una masa que ha sido

trabajada manualmente, si la de-jamos en reposo un tiempo, ve-mos que adopta una forma equi-librada en donde actúan los fer-mentos necesarios que nos brin-darán un producto final bueno

para nuestros fines. Con nuestramente ocurre lo mismo, para to-mar decisiones correctas debe-mos calmarla, dejarla en reposocomo a la masa, para que el fer-mento del alma se manifieste através de la intuición y logremosuna guía serena y justa. Esto seconsigue perseverando en lapráctica de la meditación dondees posible aquietar la mente sinperder la conciencia del Ser.

A causa de la ignorancia, lagente acepta las primeras im-presiones que una sensaciónbuena o mala le presenta. Deesta manera les dan la bienve-nida y desean repetir las sensa-ciones “agradables’ y tratan derechazar las “desagradables”,sin pensar en el resultado final.No siempre una impresión des-agradable inicialmente, terminasiendo perjudicial y viceversa.

Una vez que la repetición creael hábito erróneo el juicio se per-judica grandemente en cuanto alo que es bueno o malo.

Para los que sostenemos queuno mismo es el camino, estasno son cuestiones menores, alcontrario son las bases de nues-tro ejercicio y crecimiento espi-ritual permanente y sólo unapráctica metódica y continua dela introspección a través de lameditación aporta orden en esteaspecto.

Por Jorge Merlo

Escuchando la voz

Page 15: Teilhard de Chardin S.J. George Wald Año 7 Nº 79 Un ...derecho-viejo.com.ar/DERECHO VIEJO 2008 PDF/derecho viejo.79 junio 2008.pdf · Librería La Guadalupita - Av. Avellaneda 3918

“Derecho Viejo” Página 15

El obispo debe ser un hom-bre libre en todo, con una liber-tad de hijo ante Dios, y con lalibertad cristiana, con laparresía, palabra griega queutiliza el Nuevo Testamentopara indicar que el apóstol debetener ante los hombres una con-fianza intrépida para anunciar elmensaje, una gran libertad paradecirlo todo (Hechos 2,29; 4,13,etc) que debe crear en torno aél una atmósfera de libertadpara expresarse, para compar-tir, para estar simplemente sinviolencias, sin temores, sin nadaque distancie. El obispo debeser el profeta de la libertaden su iglesia. Como profeta ydoctor en la fe, tiene una dobletarea que parece incompatiblea primera vista: por una parteconservar intacto el depósito dela doctrina frente a las desvia-ciones, los errores y la propa-

Para iluminar es necesario arder

Más tarde o más tempra-no, el obispo, como maestro enla fe, tendrá que decir cuálesson los planes de Dios, las exi-gencias de su palabra, frentea determinadas situaciones so-ciales de arbitrariedad, en queparecen no respetarse ni la li-bertad ni la dignidad de la per-sona humana. Su acción jamáspuede ser incitadora de la vio-lencia, pero sus inhibicionestampoco deben encubrir otraposible violencia establecida:la de los poderosos

La Iglesia tiene que hablar,pero no como si estuvieraexenta de culpa o como si nodebiera renovarse en aquelloque proclama. Reconocidassus deficiencias morales, debetener coraje para anunciar elReino con todas sus exigen-cias, que llevará sin duda a lapromoción del hombre y a laliberación consiguiente de to-das sus miserias.

Soñamos con un clero que verdaderamente busque el Reinode Dios en primer lugar. Con hambre, hasta con vehemencia.No queremos un clero que administre, sino que enseñe a rezar.

Por Mons. José Delicado Baeza

«Como perfeccionadores, losObispos pongan empeño enfomentar la santidad de susclérigos, de los religiosos ylaicos, de acuerdo con lapeculiar vocación de cadauno, recordando que estánobligados a dar ejemplo desantidad en la caridad,humildad y sencillez devida...» Decreto Sobre el OficioPastoral de los Obispos en laIglesia (1965)

Nuestros amigos los obispos

ganda de los falsos profetas;pero, por otra parte: proclamarel mensaje, constituyéndose enpromotor de la libertad cristia-na, es decir, anunciar el evan-gelio de la libertad. En reali-dad no hay oposición sinocomplementariedad: la libertadse promueve en la medida enque los creyentes van accedien-do a una fe adulta, a la madurezde la vida cristiana. Entoncesla fe se hace más personal ymenos sociológica. Máscomprometida y menos con-vencional. Se trata de buscarcreyentes que progresen en sufe de tal manera que, en el com-promiso multiforme que estaimplica, tomen decisiones enconciencia en todos los planos:familiar y profesional, económi-co y político. Cristianos libres yadultos que sepan juzgar y de-terminarse por sí mismos, se-

cundando las inspiraciones delespíritu que los anima. A estodebe conducir la acción delobispo, si quiere cumplir supapel profético. Para ello tie-ne que ayudar a vencer ciertasdificultades, acaso tradicionales,porque como dice el padreCongar: “No se puede negarque los católicos con frecuen-cia, en las opiniones que expre-

san o al tomar decisiones, pro-curan ampararse tras una auto-ridad, una ley, una cita, un ex-tracto de encíclica o un discur-so pontificio; es decir buscancaparazones. ¿Querrá deciresto, tal vez, que carecen deesqueleto, de nervios y de mus-culatura?” Mostrar el valor dela persona humana y su libertades el compromiso episcopal;

una tarea incesante para salvaral hombre, según su dignidadpersonal, de todas las coaccio-nes y esclavitudes a que se vesometido: interiormente, por lafuerza de su pecado y de su pro-pio egoísmo, y exteriormente porla presión social de los egoísmosajenos. ¡Estos son los derechosde la persona humana, que lamen-tablemente se han politizado!

Somos la luz del mundo

Page 16: Teilhard de Chardin S.J. George Wald Año 7 Nº 79 Un ...derecho-viejo.com.ar/DERECHO VIEJO 2008 PDF/derecho viejo.79 junio 2008.pdf · Librería La Guadalupita - Av. Avellaneda 3918

“Derecho Viejo”Página 16

a la evolución destino del hombre

Periódico mensual. Director Dr. Camilo Guerra. Almafuerte 2629 Castelar (Bs. As.)T.E. 4629-6086 / 3089. - Diseño y diagramación propios. - Coordinación y publicidad:“Derecho Viejo” Producciones. - Registro de la Propiedad Intelectual Nº 2.365.486.Impreso en: PRINCASTEL 4629-2562 - Hecho el depósito que marca la Ley 11.723.

Un periódico para pensar

“DERECHO VIEJO”Lejos del mundo. Cerca de los hombres

“GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE)

“Solamente cuandoestemos destruidos,

puede Diosempezar a trabajar

en nosotros”.

George Maloney S.J.

“Nos mueve el deseo de escuchar

a Dios.Pasamos

del Dios “concepto”, al Dios vivo”.

George Maloney S.J.

Mensaje de Derecho Viejo

¿Fácil o difícil?

Escribe:Dr. Sebastián

Guerra

Recuerdo haber leído algunavez un relato de Anthony de Me-llo en el que contaba que un bus-cador espiritual se había presen-tado ante una familia de la que sedecía que todos sus miembros sehabían iluminado. Preguntó enton-ces el viajero al padre si era difí-cil encontrar la senda de la ilumi-nación, a lo que le fue contestadosin resquicio de dudas que sí, que era uncamino arduo y tortuoso; cuestionado lomismo a la madre de la familia, esta le dijoque el acceso a la iluminación era muy, peromuy sencillo; desconcertado el hombreconcurrió ante la hija del matrimonio quele afirmó algo como: “si lo hacés fácil,la iluminación es fácil, pero si loquerés hacer complicado...”

¿Cuántas veces nos complicamos laexistencia y la posibilidad de ser hoy, aho-ra, ya, felices? ¿Cuán a menudo refun-fuñamos sobre lo que no tenemos, sobrelo que no alcanzamos o perdimos, sinapreciar las gracias que nos habitan?

Ser felices no implica más que serplenamente conscientes del sentido degratuidad y gracia de la propia exis-tencia, más allá de cualquier otra cosao circunstancia. Existimos, respira-mos… ¿cómo no ser felices?

Ser feliz no es sinónimo de no es-tar triste. Lo opuesto a la tristeza esla alegría, no la felicidad. No puedo–entonces– describir la felicidad sinocomo la intensa sensación de plenitud,que trasciende lo que sería un simpleestado de ánimo (como serían la alegríao la tristeza), y que se alcanza por la ínti-ma certeza de saberse creado, existente,viviente y habitado por la Divinidad, y porsaber que mi hermano, mi prójimo y próxi-mo también lo está, y que soy uno con él.

Si no logramos ser felices, porque nosatamos a “las cosas” (en sentido amplio:objetos, status, circunstancias, “los he-chos de la vida”, etc) es que aún no com-prendimos que en el plano de la materiatodo pasa, todo cambia, todo muere, todoel tiempo, siempre. Nada, ni nadie, serálo mismo otra vez. Nada, ni nadie, puedemantenerse incólume o inmutable en eluniverso, sin envejecer, desgastarse, rom-perse o mutar.

Lo único que perma-nece es el Ser, Dios. Loúnico que no es espejis-mo o ilusión es el Ser. Po-demos “chapotear en loplayito”, podemos inmis-cuirnos en “las cosas deltener”, podemos disfrutarincluso la hermosa mira-da del ser buenamente

amado y los placeres de la carne, perono debemos perder de vista lo úni-co que realmente interesa, nuestranaturaleza real y Divina, el sabernos(no creernos) habitados por el Ser,el saber que somos el Ser, que somosDios en nosotros… nada más hay, so-mos y estamos destinados a la profundi-dad, a la totalidad, a Ser Uno.

El jugar y experimentar en la vida desuperficie nos traerá suertes y desgra-cias, alegrías y tristezas, enseñanzas yaprendizajes, odios y amores, ilusionesy desilusiones, ansiedades y vergüenzas,rencores y revanchas, riqueza y pobre-za, halagos y reproches… y desde nues-tra profundidad sabremos que eso no dejajamás de ser un juego, más o menos com-plejo, pero juego al fin.

Cuando nos olvidamos de la natura-leza lúdica de la vida de superficie nosirritamos, la rutina nos causa tedio, lasactividades y las personas nos aburren,nos cansamos a menudo de las cosas, loadquirido nos estorba, nos conflictúa ylo deseado es lo que siempre nos falta,lo que no tenemos pero podríamos lle-gar a tener. ¿Cuántas veces persegui-mos –incluso por años- que algo ocurra,para luego despreciarlo o desvalorizarloal alcanzarlo? Y ¿cuán desapercibida nospasa esta realidad ante la siguiente cosaque deseamos? ¡Con qué facilidad nosvolvemos a auto engatusar! ¿Verdad?

Esto nos sucede porque, como enla seducción, el juego es lo atractivo,no tanto el resultado. Se nos educapara ser jugadores de juegos. Se nosprograma meticulosamente para com-petir, para ser mejores que el otro, paracomparar, para avanzar hacia fines so-cialmente deseables, para acumular:bienes, conocimientos, éxito, fama,amantes y dinero, etc., etc., y para no

parar… seguir y seguir, hasta el fin.Y, nuestra habitual irreflexión,

nuestra falta de silencio interior, sue-len hacer el resto: que desconozca-mos cuál es la naturaleza de nuestrollamado, nuestra verdadera vocación,nuestro genuino camino espiritual.

No es difícil errar cuando uno no sabeescucharse, cuando uno confunde la vozajena con la propia, cuando todo parecesiempre disponible para la compra y ven-ta, cuando no nos esforzamos por co-menzar a pensar y preferimos todo eltiempo la hipnótica TV; cuando los men-sajeros y lo que nos conecta con nues-tra realidad vital dejan de ser nuestraspercepciones directas del entorno total,y la atención al servicio de nuestros pro-pios cuerpo, mente y vida interior; y pa-san a ser el noticiero de las 8, el diariode la mañana, un showman o –incluso-algún trasnochado gurú o líder religioso.

Nos olvidamos de cómo respirar,cómo estar silentes y abiertos a escu-

char y reflexionar… nos complicamosla vida con estúpidos dimes y diretes, conchismes y pavadas cuando la única ac-ción recomendable sería la no acción quecomienza por recordar y aceptar que laexperiencia de los pares de opuestos (quenos separa de la unicidad, de la absolutaunión con el Ser), es sólo un juego, unjueguito, una torpe y tonta distraccióninsignificante.

De este modo recobramos (gradual-mente o como un rayo) la plena certezaacerca de nuestra esencial y trascenden-tal naturaleza divina, y es así –entonces-como, más tarde o más temprano, ten-dremos oportunidad de dejar de lado loterrenal, lo mundanal (ni antes, ni des-pués; cuando lo necesitemos, cuando es-temos listos) y allí pues: si queremos ha-cerlo fácil será fácil, y si queremos com-plicarlo… el Ser estará haciendo lo quesiempre hace y donde siempre está: ES-PERANDONOS, EN NOSOTROS.

www.sebastianis.com.ar

“Soy como un jarro de arcilla que flota en el agua, con agua adentro y aguaafuera. Entonces, repentinamente, con un toque del maestro, el jarro se quiebra;

lo interior y lo exterior, todo es uno”.Kabir

Formando la comunidadAlgunos cimientos de la comunidadson:

1) Paciencia2) Ponerse en lugar del otro2) Respeto3) Amabilidad

Para tener en cuenta:1) Diferenciar Estado de Gobierno2) Diferenciar Derechos Humanos de Política3) Sanear

Partidos Políticos y Gremios

Lo Positivo1º Combatir la opresión del hombre

por el hombre2º La autoridad está para servir.3º La verdad da libertad.

Los objetivos finales de la comunidadpueden ser:1º que cada miembro encuentre su lu-

gar, su tiempo y su ritmo.2º que cada miembro encuentre rego-

cijo en el servicio del otro.3º que cada miembro vea, en el otro,

según su edad, a un padre, un her-mano, o un hijo.

4º que cada miembro privilegie la co-municación con él mismo, con elotro y con Dios.

Lo Negativo1º La política sin principios2º La ciencia sin humanidad3º El comercio sin moralidad4º La educación sin formación

del carácter.