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Derecho Viejo Un periódico para leer Enero 2014 “GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE) Lejos del mundo. Cerca de los hombres PERIÓDICO DE DISTRIBUCIÓN GRATUITA “DERECHO VIEJO” El pasado nunca existió, el futuro nunca llegó... La dimensión nos queda chica ¿Por qué nos cuesta tanto aceptar la experiencia espiritual? ¿Por qué nos cuesta aceptar que el Ser vive y que se manifiesta en nosotros? El ego no nos permite salir de nuestra identificación con la mente, y nos encierra sin necesidad de candado en el espacio y en el tiempo. Las primeras aproximaciones a lo espiritual son caricaturescas, muchas veces ridículas y generalmente dolorosas. Somos patéticos en el desmantelamiento. La mente nos sigue prometiendo un nuevo repertorio armado con material reciclado, y nosotros, temerosos de perder lo conocido, generalmente probamos (varias veces) lo pretendidamente novedoso. Rápidamente comprobamos el engaño y seguimos en el avance de percepción de lo desconocido. Aprendimos a caminar caminando, aprendimos a ver mirando y a oír escuchando. Nuestros sentidos espirituales ya están desarrollados, sólo nos falta conscientizarlos. Si vivimos la eternidad en nuestro interior no tardaremos en ser conscientes de un nuevo mundo, de un cielo y de una tierra nuevos. En lo interno todo lo que no es eterno es vida personal (lo irreal). No necesitamos ser necesitados. Nuestro interior se abre: la conversión es. Lo interno es eternidad. Lo interno que no es eterno es vida personal. Lo personal obs- truye la percepción del Ser. Si estamos imbui- dos de lo personal, inevitablemente pondre- mos barreras a la manifestación de lo desco- nocido en nosotros. “No se puede servir a dos señores”. No es cuestión de equilibrio, ni de excesos, sino de percepción de la realidad. Las cosas son, las aceptemos o no. Las cosas son, indepen- dientemente de que las percibamos o de que las entendamos. Lo personal es la proyección de una se- paratividad que nos provee de una identidad falsa, y por lo tanto perecedera. Nuestro error consiste en que tomamos como real y como imperecedero lo que es pasajero. Terminar con lo personal no es un logro, sino una consecuencia, una consecuencia de la meditación operada por el Ser en nosotros. Cuando lo personal desaparece conscientizamos que nunca existió, comprendemos que lo personal fue una proyección de la ilusión de separatividad (no de una experiencia de separatividad que sería imposible de realizar). Al no pensar, conscientizamos que la mente es sólo la suma de pensamientos. Sin pensamientos la mente cesa, en realidad nunca existió. El observador de los pensamientos también es un pensamiento. En la medida en que comprendemos que no somos la mente, descubrimos que estamos prisioneros en una dimensión triangular, de tiempo, espacio y causalidad. Al ir des-identificándonos de la mente, comenzamos a ver cómo se resquebraja la aparente solidez del tiempo. Esa nueva cosmovisión nos proporciona los elementos necesarios (órganos receptivos internos) para percibir al Ser, que en realidad siempre estuvo presente, pero que no era perceptible por nosotros debido a nuestra imposibilidad de atención total. El tiempo se resquebraja al principio, y luego comienza a desvanecerse como si fueran tinieblas nocturnas ante la inminencia del amanecer. Vamos despertando. Seguimos semi-dormidos, pero ya no estamos en un sueño profundo... Junto con la evaporación del tiempo caen los estados de ansiedad, de impaciencia y de impotencia (futuro); caen asimismo los producidos por la aceptación del pasado (culpa, remordimiento, perdón, olvido...) La aceptación del tiempo genera en noso- tros casi la totalidad de nuestros pensamien- tos, o sea que nos consume prácticamente toda nuestra energía. Dejar de buscar nos remite al vacío, donde ya nos encontramos en silencio y soledad. Se genera un clima propicio y somos anun- ciados de nuestro ingreso a tiempos apo- calípticos individuales. Es la plenitud del tiem- po. Antes hubiera sido demasiado tarde. Conscientizamos un estado de meditación; el Espíritu sopla cuándo y dónde quiere, pero estamos receptivos permanen- temente. Permanecemos en el Ser. Caen las formas, cesa el tiempo y se desvanece el espacio. Vamos siendo desmantelados; atraemos lo necesario para salir de la ilusión. Las estructuras caen, algunas estrepitosamente y otras con efecto dominó (la caída de unas implica la caída de otras). Lo desconocido comienza a manifestarse, y nosotros pretendemos manejarnos con los viejos criterios que teníamos cuando estábamos sometidos a tiempo, espacio y causalidad.

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“Derecho Viejo” Página 1

Un periódico para leer Enero 2014

“GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE)

Lejos del mundo. Cerca de los hombres

PERIÓDICO DE DISTRIBUCIÓN GRATUITA

“DERECHO VIEJO”

El pasado nunca existió, el futuro nunca llegó...

La dimensión nos queda chica

¿Por qué nos

cuesta tanto aceptar

la experiencia

espiritual? ¿Por qué

nos cuesta aceptar

que el Ser vive y

que se manifiesta

en nosotros?

El ego no nospermite salirde nuestra

identificación conla mente, y nos

encierra sinnecesidad decandado enel espacio y

en el tiempo.

Las primeras aproximaciones a lo espiritual son caricaturescas,muchas veces ridículas y generalmente dolorosas. Somos patéticosen el desmantelamiento. La mente nos sigue prometiendo un nuevorepertorio armado con material reciclado, y nosotros, temerosos de

perder lo conocido, generalmente probamos (varias veces) lopretendidamente novedoso. Rápidamente comprobamos el engaño

y seguimos en el avance de percepción de lo desconocido.

Aprendimos a caminar caminando,aprendimos a ver mirando

y a oír escuchando. Nuestros sentidosespirituales ya están desarrollados,

sólo nos falta conscientizarlos.Si vivimos la eternidad en nuestro

interior no tardaremos en ser conscientesde un nuevo mundo, de un cielo

y de una tierra nuevos.En lo interno todo lo que no es eterno

es vida personal (lo irreal).No necesitamos ser necesitados.

Nuestro interior se abre: la conversión es.

Lo interno es eternidad. Lo interno que noes eterno es vida personal. Lo personal obs-truye la percepción del Ser. Si estamos imbui-dos de lo personal, inevitablemente pondre-mos barreras a la manifestación de lo desco-nocido en nosotros.

“No se puede servir a dos señores”. Noes cuestión de equilibrio, ni de excesos, sinode percepción de la realidad. Las cosas son,las aceptemos o no. Las cosas son, indepen-dientemente de que las percibamos o de quelas entendamos.

Lo personal es la proyección de una se-paratividad que nos provee de una identidad falsa, y por lo tanto perecedera.Nuestro error consiste en que tomamos como real y como imperecedero lo quees pasajero. Terminar con lo personal no es un logro, sino una consecuencia, unaconsecuencia de la meditación operada por el Ser en nosotros.

Cuando lo personal desaparececonscientizamos que nunca existió,comprendemos que lo personal fue

una proyección de la ilusión deseparatividad (no de una experienciade separatividad que sería imposible

de realizar).Al no pensar, conscientizamos que

la mente es sólo la suma depensamientos. Sin pensamientos lamente cesa, en realidad nuncaexistió. El observador de lospensamientos también es un

pensamiento.

En la medida en que comprendemos queno somos la mente, descubrimos queestamos prisioneros en una dimensión

triangular, de tiempo, espacio y causalidad.Al ir des-identificándonos de la mente,

comenzamos a ver cómo se resquebraja laaparente solidez del tiempo. Esa nueva

cosmovisión nos proporciona los elementosnecesarios (órganos receptivos internos)

para percibir al Ser, que en realidadsiempre estuvo presente, pero que no eraperceptible por nosotros debido a nuestra

imposibilidad de atención total.

El tiempo se resquebraja alprincipio, y luego comienza a

desvanecerse como si fueran tinieblasnocturnas ante la inminencia

del amanecer. Vamos despertando.Seguimos semi-dormidos, pero ya no

estamos en un sueño profundo...Junto con la evaporación del tiempo

caen los estados de ansiedad,de impaciencia y de impotencia

(futuro); caen asimismo losproducidos por la aceptación delpasado (culpa, remordimiento,

perdón, olvido...)

La aceptación del tiempo genera en noso-tros casi la totalidad de nuestros pensamien-tos, o sea que nos consume prácticamente todanuestra energía.

Dejar de buscar nos remite al vacío, donde yanos encontramos en silencio y soledad.

Se genera un clima propicio y somos anun-ciados de nuestro ingreso a tiempos apo-calípticos individuales. Es la plenitud del tiem-po. Antes hubiera sido demasiado tarde.

Conscientizamos un estado de meditación;

el Espíritu sopla cuándo y dónde quiere, pero estamos receptivos permanen-temente. Permanecemos en el Ser.

Caen las formas, cesa el tiempo y se desvanece el espacio. Vamos siendodesmantelados; atraemos lo necesario para salir de la ilusión.

Las estructuras caen, algunas estrepitosamente y otras con efecto dominó(la caída de unas implica la caída de otras). Lo desconocido comienza

a manifestarse, y nosotros pretendemos manejarnos con losviejos criterios que teníamos cuando estábamos sometidos

a tiempo, espacio y causalidad.

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“Derecho Viejo”Página 2 Pensamiento

EDITORIAL

Dentro del tiemponada es posible

Por Camilo Guerra

Dirección y CorrespondenciaAlmafuerte 2629 (CP. 1712) Castelar

Prov. Buenos Aires - ArgentinaTel: 4627-8486 / 4629-6086

E-mail: [email protected]

Sitio Web:www.derecho-viejo.com.ar

ResponsableDr. Camilo Guerra

Registro de la Propiedad IntelectualNº 2.365.486.

Tiempos apocalípticos, pleni-tud de los tiempos... es hora deser consciencia.

Cuando Dios confía en nosotros, cuando llega elmomento de plenitud se produce necesariamente unadiscontinuidad (para nacer hay que romper un mun-do). Nada de lo conocido queda; si algo quedara,por pequeño o insignificante que fuera, impediría quepercibiéramos lo desconocido.

El mundo mental se maneja con ilusiones (sepa-ratividad, conocimiento no intuitivo, bienes materia-les, “ser alguien”); y se recurre a diferentes armazo-nes mentales que nos distraen indefinidamente bajoel ropaje de la búsqueda (ángeles, enviados, ava-tares, redentores, maestros ascendidos, extrate-

rrestres, hermanos superiores, ri-tos, sacramentos, creencias, dog-mas, misiones salvíficas, jerarquías,

cartas astrales, velas y sahumerios...).En su esfuerzo por no perder el control de lo co-

nocido, la mente sale a inventar premios y castigos,infiernos, purgatorios y paraísos, pecados y reden-ciones, reencarnaciones, aprendizajes...

Preguntarnos –¿Quién soy?, es un recurso de lamente para quedar en el ámbito de lo conocido; eneste caso lo conocido es “el preguntar”.

La no-búsqueda y el no-juicio, nos remitirán in-mediatamente al vacío, preludio de la salida del tiem-po. Se acabó la búsqueda... somos.

La meditación sin fórmula establecida, sin cau-sa ni razón, sin una finalidad o un propósito es unsuceso increíble. No solamente es una gran explo-sión que purifica, sino que también es la muerte, lamuerte que no tiene mañana. Su pureza es devas-tadora, no deja rincón oculto donde el pensamien-to pueda esconderse entre sus propias sombras.

La pureza de esta meditación es vulnerable, noes una virtud que tenga su origen en la resistencia,precisamente es pura porque no tiene resistencia,al igual que el amor.

En la meditación no hay mañana ni un discutircon la muerte. La muerte del ayer y del mañana noestablece el insignificante tiempo presente; el tiem-po siempre es insignificante, y su destrucción es lonuevo. La meditación es esto, y no los ridículoscálculos del cerebro en busca de seguridad.

La meditación es la destrucción de la seguri-dad, y en la meditación hay gran belleza, no la be-lleza de las cosas creadas por el hombre o por lanaturaleza, sino la belleza del silencio. Este silencioes el vacío en el cual todas las cosas fluyen y exis-ten; no ha forma de conocerlos; ni el intelecto ni elsentimiento pueden alcanzarlo; no hay sendero al-guno para llegar a él, y cualquier método es la in-vención de un cerebro codicioso.

Todos los caminos y todos los recursos del yocalculador deben destruirse por completo. Todoavanzar o retroceder, en el movimiento deltiempo, debe terminar sin que haya ni un ayerni un mañana.

La meditación es destrucción; es un peligro paraaquellos que desean llevar una vida superficial, unavida de fantasía o de ficción.

La meditación es la atención en la cual no hayun registrar. Normalmente, el cerebro suele regis-trarlo casi todo, el ruido, las palabras que emplea-mos, lo registra igual que una grabadora. Ahorabien, ¿es posible que el cerebro no registre nadamás que lo absolutamente necesario? ¿Por quédebería registrar un insulto? ¿Por qué debería re-gistrar un halago? ¿Por qué debería registrar cual-quier herida psicológica? No tiene sentido hacerlo.Es decir, registrar solamente aquello que es nece-sario para manejarse en la vida diaria, por ejem-plo, datos de nuestro trabajo, pero en lo psicoló-gico no registrar absolutamente nada.

En la meditación no hay registro psicológico. Deahí surge un silencio total, porque el pensamien-to ha llegado a su fin, excepto para funcionarcuando es absolutamente imprescindible.

El tiempo ha cesado y hay un movimiento com-pletamente diferente, un movimiento en silencio

En la quietud de la meditación hay un movimientoque no puede medirse, que no puede compararse,un movimiento que no tiene existencia; ese mo-vimiento es la esencia de la bienaventuranza, de lavida y de la muerte, es un movimiento que no pue-de ser seguido, sencillamente porque no deja ras-tro alguno y porque está silencioso e inmóvil; es laesencia de todo movimiento.

Krishnamurti

Permitir quela meditación

suceda

No le reces a Dios mirando el cielo,¡Mira hacia adentro!No lo busques a Dios lejos de ti,sino en tí mismo...

No le pidas a Dios lo que te falta:¡busca tú mismo! y Dios lo buscará contigo,porque ya te lo dio como promesa y como metapara que tú lo alcances...

No reproches a Dios por tu desgracia;¡súfrela con Él! y Él sufrirá contigo;y si hay dos para un dolor, se sufre menos...

No le exijas a Dios que te gobiernea golpe de milagros, desde afuera;¡gobiérnate tú mismo!con responsable libertad, amando,y Dios te estará guiando¡desde adentro y sin que sepas cómo!

No le pidas a Dios que te responda cuando le hablas;¡respóndele tú!porque Él te habló primero;y si quieres seguir oyendo lo que faltaescucha lo que ya te dijo.

No le pidas a Dios que te libere,desconociendo la libertad que ya te dio.¡Anímate a vivir tu libertad!Y sabrás que sólo fue posibleporque tu Dios te quiere libre.

No le pidas a Dios que te ame,mientras tengas miedo de amary de saberte amado.¡Amalo tú!Y sabrás que si hay calor es porque hubo fuegoy que si tú puedes amar es porque Él te amó primero.

San Agustín

La luna brilla dentro de mi cuerpo, pero mis ojosciegos no pueden verla.

La luna está dentro de mí, y también el sol.El tambor de la eternidad que nadie toca

suena dentro de mí,pero mis oídos sordos, no pueden oírlo.

Mientras el hombre anhele el “yo” y “lo mío”,sus obras serán vanas.

Cuando cese todo el amor por el “yo” y “lo mío”,entonces se hará la voluntad del Señor.

Pues la acción no tiene otro fin, que obtener elconocimiento. Cuando el conocimiento aparece,

se abandona la acción.La flor florece para el fruto; cuando éste llega,

la flor se marchita.

Kabir (siglo XV)

Apaga la computadora y confía en tu intuición.Vuela a media altura. No demasiado alto,

o el sol derretirá la cera de tus alas, y caerás;ni demasiado bajo, porque tropezarás

con las olas del mar.Apaga la computadora, apaga la máquina

y hazlo por tí mismo, sigue tus sentimientosy confía en tus sentimientos.

1) Jesús no optó por los pobres, sino que optó por laverdad.

2) Jesús no estaba en contra de las riquezas, sinoen contra del materialismo que las posesiones oriquezas engendran.

3) Hambre y sed, son los requisitos indispensablespara despertar.

4) El hombre podrá absorber tanta vida como suhambre y su sed se lo permitan. (Por supuesto,debe vaciarse de lo intrascendente).

5) Lamentablemente los hombres pasamos granparte de nuestras vidas, dormidos, hipnotizados,y lo que es peor, a veces... muertos.

6) Los dormidos tienen que despertarse, los hipnoti-zados tienen que reaccionar y los muertos tienenque resucitar.

Pensamientos prestados

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“Derecho Viejo” Página 3

El cofre de los recuerdos - Serie IIResonancias del Concilio Vaticano II - VIII

Amigos de “Derecho Viejo”:Habíamos terminado el artículo an-

terior comentando la finalización del Con-cilio con una Declaración conjunta que“retiraba las excomuniones recípro-cas entre la Iglesia católica y la Igle-sia ortodoxa”, y hacíamos notar queesta actitud reflejaba el espíritu del Con-cilio Vaticano II, poniendo en prácticalas palabras del recordado Juan XXIIIque lo había iniciado hacía 50 años (oc-tubre-1962): “Es más lo que nos uneque lo que nos separa”.

Al finalizar, decíamos: “llegamos, así,a la conclusión del Concilio el 8 de di-ciembre de que quiero compartir con us-tedes. Y lo hago como testigo presencialde ese momento luminoso para la vidade la Iglesia y de toda la humanidad.

Como les había comentado al comien-zo de esta evocación, yo tuve el privile-gio de estudiar teología en la Universi-dad Gregoriana de Roma, durante todoel curso del Concilio y en ese momentocursaba el cuarto año. De manera quevivía día a día las resonancias del mis-mo, a través del contacto con algunosprotagonistas y los comentarios de mu-chos profesores queeran peritos concilia-res y estaban cons-tantemente familiari-zados con las mis-mas fuentes.

Para ser precisos,quisiera destacarque el Concilio ter-minó sus delibera-ciones el 7 de di-ciembre de 1965,dejando plasmadoslos cuatro años deintenso trabajo en 16documentos, cuyoconjunto constituye una toma de concien-cia de la situación actual de la Iglesia ydefine las orientaciones que se imponen.El “corpus” de los mismos constade 4 Constituciones, 3 Declaracio-nes y 9 Decretos:

Constituciones: son los documen-tos principales y fundamentales porquecontienen las grandes propuestasdoctrinales, los principios de reforma yrenovación y las opciones pastorales.Dos de ellas son dogmáticas: 1.- DeiVerbum (sobre la Divina Revelación) y2.- Lumen Gentium (sobre la Iglesia).Una pastoral: 3.- Gaudium et Spes -“Gozo y esperanza” (sobre la Iglesia enel mundo actual) y 4.- SacrosanctumConcilium (sobre la Sagrada Liturgia).De todas ellas, la constitución Dogmáti-ca sobre la Iglesia es considerada la es-pina dorsal del Concilio.

Declaraciones: son manifestacionessolemnes del Concilio ante la Iglesia y elmundo sobre cuestiones de importancia,es decir, sobre su misión en el mundo ysu relación con las religiones no cristia-nas, sociedades y estados. Las Decla-raciones permiten dar a conocer cuál es

la postura de la Iglesia para que susinterlocutores sepan autorizadamente aqué atenerse, y se apoyan en la concien-cia renovada de la Iglesia sobre su natu-raleza y misión, teniendo muy en cuentala situación histórica actual:

1.- Gravissimum Educationis (De-claración sobre la Educación Cristiana),2. Nostra Aetate (Declaración sobre lasrelaciones de la Iglesia con las Religio-nes no cristianas) y 3.- DignitatisHumanae (Declaración sobre la liber-tad religiosa).

Decretos: ellos suponen, desarrollany concretan las Constituciones. No sonsimples aplicaciones disciplinares de ladoctrina de las Constituciones, sino queellos mismos contienen elementosdoctrinales que prolongan y determinanperspectivas más amplias. Entre ellas te-nemos:

1.- Ad Gentes (sobre la actividad mi-sionera de la Iglesia). 2.- PresbyterorumOrdinis (sobre el ministerio y vida delos presbíteros). 3.- ApostolicamActuositatem (sobre el apostolado de loslaicos). 4.- Optatam Totius (sobre la for-mación sacerdotal). 5.-Perfectae

Caritatis (sobre la adecua-da renovación de la vida re-ligiosa). 6.- ChristusDominus (sobre el ministe-rio pastoral de los Obispos).7.- Unitatis Redintegratio(sobre el ecumenismo). 8.-Orientalium Ecclesiarum(sobre las Iglesias orientalescatólicas) y 9.- InterMirifica (sobre los Mediosde comunicación social).

Características de losdocumentos - “Una de lascaracterísticas de los docu-mentos del Concilio Vatica-

no II –comenta José Miguel Arráizpara Catholic.net– es su extensión conrespecto a los documentos de los Con-cilios anteriores. En este sentido –subra-ya– es 21 veces más grande que el Con-cilio Vaticano I, casi 3 veces el Conciliode Trento, y poco más dedos veces quelos siete primeros Concilios juntos. Estose debe a su carácter preeminente-mente pastoral, lo cual no se opone alo doctrinal ni lo rebaja en su verdad. Sufinalidad es acercarse de maneracomprensible al pueblo de Diostransmitiendo la doctrina intacta y sinatenuaciones, y esto lo logra en oca-siones mediante una forma expositivadensa o distendida, o en otras ocasionesmediante textos teológicos compactos”.

Pero, ¿qué mejor, para entender elsentido, no sólo de los documentos, sinode todo el andamiento del Concilio, quereleer las palabras vibrantes e inspira-das del Pastor que lo piloteó con maes-tría hasta llevarlo al puerto de la espe-ranza? Palabra que escuchamos conavidez y rumiamos con juvenil emoción.Palabras de clausura y de apertura alfuturo al mismo tiempo. Palabras pro-

nunciadas en la víspera del anuncio a lahumanidad y al mundo entero. El 7 dediciembre de 1965, así se dirigía PabloVI a la asamblea conciliar:

“Venerables hermanos: La hora dela partida y de la dis-persión ha sonado.Ahora debéis aban-donar la asambleaconciliar para ir alencuentro de la hu-manidad a difundir labuena nueva delEvangelio de Cristoy de la renovaciónde su Iglesia, por laque nosotros hemostrabajado juntos des-de hacía cuatro años.

Momento únicoéste, de una significa-ción y de una riquezaincomparables. En esta asamblea uni-versal, en este momento privilegiado enel tiempo y en el espacio, convergen a lavez el pasado, el presente y el porvenir.El pasado, porque está aquí reunida laIglesia de Cristo, con su tradición, su his-toria, sus Concilios, sus doctores, sus san-tos. El presente, porque abandonamosRoma para ir al mundo de hoy, con sus

miserias, sus dolores, sus pecados, perotambién con los prodigios conseguidos,sus valores, sus virtudes. El porvenir estáallí, en fin, en el llamamiento imperiosode los pueblos para una mayor justicia,

en su voluntad de paz,en su sed, conscienteo inconsciente, de unavida más elevada;esto es precisamentelo que la Iglesia deCristo puede y debedar a los pueblos...”

Llegamos así, almomento largamenteesperado, el soleado yluminoso 8 de diciem-bre de 1965 en que seproclamarán losMensajes del Con-cilio a la humani-dad. De ese día y de

esos Mensajes compartiremos en elpróximo artículo, no sin antes hacer no-tar que los gestos, las palabras y la en-trega generosa del Papa Francisco, re-crean la frescura primaveral de la pro-puesta conciliar.

Cordialmente,P. Julio, omv

El hálito de un jinete oscuro,conduce pulsiones,un cortometraje se celusasin registros en una quema.

Se recicla, luego se recuerda.Favor o misterio un eclipse lo borra,en una intermitencia.

Un cohete desciende,aterreiza bajo boca en alarido,en lágrima alunizada.

Cavar hoyos, erial conejo.Sembrar huertas y poesía,es correr la sepultura.

Correr es ver la puesta de solpegada a tu espalda.Respira ¡Estás en casay perdiste la llave!Respira lento hay que buscarlaen lo desconocido.

Conquistar un cosmos,hasta labrar un Keops,hábil púgil,devolver el traje es lo que aterra.

Está el sol,eclipsado por la luna.Nunca estuvo más oscuro,poco antes que amanezca.

Por Diego Propato

Respirar en eclipsesMás allá de la nochefiesta de oscuridad,la invitación es posiblecon silencio, soledad...

Un suspiro interminablede afable aceptación,la oscuridad receptivaencendió todo su esplendor.

Sobre un lecho de rosas,el ahora anfitrión, viday muerte los actores,como invitados de honor.

En el umbral de la vida,el cielo se hace canción.El Ser unidad perfectade su propia creación.

Por Patricia N. García

Creación

En muchos idiomas europeos, lapalabra NOCHE está formada porla letra «N» y seguida con el núme-ro 8 en la respectiva lengua.La letra «N» es el símbolo mate-mático de infinito, y el 8 acostado,también simboliza infinitoAsí, en todas las lenguas NOCHEsignifica la unión del infinito!!Vamos a darle algunos ejemplos:PORTUGUES: noite= n + oitoINGLES: night= n + eightALEMAN: nacht= n+ achtESPAÑOL : noche= n+ ochoITALIANO: notte= n+ ottoFRANCES: nuit= n+ huit

Gentileza: Aldo Faberzani

Historia y algo más

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“Derecho Viejo”Página 4

Frida Catherine Camilovna

CHURRASQUEANDO CON FRIDA

Ladridos

(Moral perruna)

El perro cojoCon una pata colgando, des-

pojo de una pedrada, pasó el pe-rro por mi lado, un perro de po-bre casta. Uno de esos calleje-ros, pobres de sangre y estam-pa. Nacen en cualquier rincón,de perras tristes y flacas, desti-nados a comer basuras de plazaen plaza. Cuando pequeños, quéfinos y ágiles son en la infancia,baloncitos de peluche, tibiosborlones de lana, los miman, losacurrucan, los sacan al sol, lescantan. Cuando mayores, al tiem-po que ven que se fue la gracia,los dejan a su ventura, mendigosde casa en casa, sus hambres porlos rincones y su sed sobre lascharcas.

¡Y qué tristes ojos tienen!¡Que recóndita mirada! como sien ella pusieran su dolor a mediaasta... Y se mueren de tristeza ala sombra de una tapia, si es queun lazo no les da una muerte an-ticipada. Yo le llamo: Ven, no tehago nada. Todo orejas asusta-das, todo hociquito curioso, todosed, hambre y nostalgia, el perroescucha mi voz, olfatea mis pa-labras como esperando o temien-do pan, caricias... o pedradas, noen vano lleva marcado un mal re-cuerdo en su pata.

Lo vuelvo a llamar: psss,psss. Dócil a medias avanza mo-viendo el rabo con miedo y las

Junto al cielo de los perros, un cielo lleno deacacias, y de niños y de madres; y de cantos y dealas.

Pero había un niño triste; cara de ausencia ynostalgia; siempre solo, siempre serio; a punto siem-pre de lágrimas.

Un niño con una mano; inútil, seca, sin alma, ayque infierno diminuto, era aquella mano lacia.

Y desde su cielo, el niño, siempre asomado a latapia, miraba a mi perro cojo y al mirarlo recorda-ba... Un día en una placeta, un perro de pobre cas-ta, una apuesta de buen tino, un silbido unapedrada...y un aullido que se aleja...y un perro, rotauna pata.

¡Que frío remordimiento, sentía en su mano la-cia!

Mientras tanto, en su cielo, mi perro juguetea-

orejitas gachas. Chasco los de-dos; le digo: «ven aquí, no te hagonada, vamos, vamos, ven aquí».Y adiós la desconfianza. Que yase tiende a mis pies, a tiernosaullidos habla, ladra para hablarmás fuerte, salta, gira; gira, sal-ta; llora, ríe; ríe, llora; lengua,orejas, ojos, patas y el rabo esun incansable abanico de pala-bras. Es su alegría tan grande quemás que hablarme, me canta.«¿Qué piedra te dejó cojo? Sí, sí,sí, malhaya». El perro me entien-de; sabe que maldigo la pedrada,aquella pedrada dura que le des-trozó la pata y él, con el rabo,me dice que me agradece la lás-tima.

«Pero tú no te preocupes, yano ha de faltarte nada. Yo tam-bién soy callejero, aunque de dis-tintas plazas y a patita coja y tristevoy de jornada en jornada. Laspiedras que me tiraron me deja-ron coja el alma. Entre basurasde tierra tengo mi pan y mi al-mohada. Vamos, pues, perritomío, vamos, anda que te anda,con nuestra cojera a cuestas, connuestra tristeza en andas, yo pormis calles oscuras, tú por tuscalles calladas, tú la pedrada enel cuerpo, yo la pedrada en elalma y cuando mueras, amigo,yo te enterraré en mi casa bajoun letrero: «aquí yace un amigo

ba, con una angelillo cojo, que era el ángel de suguarda. Hasta que un día jugando, llegaron hastala tapia, donde estaba el niño triste, a punto siem-pre de lágrimas.

Dejó de jugar mi perro, con su ángel de la guar-da; se quedó quieto un momento, las orejas levan-tadas, luego afianzó la muleta, se apoyó sobre latapia; Miró atento al niño, con una larga y antiguamirada, y el perro mirando al niño; recordaba, re-cordaba...

Un día en una placeta, hambre y sed en su gar-ganta, un niño, la mano en alto; un silbido, unapedrada...y un golpe en su carne y sangre; sangrey dolor en su pata. Pero los perros no saben, derencores ni venganzas, por eso mi perro cojo, ol-vidando la pedrada, se echó atrás, tomó carrera,salvó de un salto la tapia.

Multiplicando mimos y abanicando palabras;con los ojos, con los dientes; con el rabo, con laspatas; empezó a lamer la mano, inútil, seca y sinalma. La lengua del perro fue, para aquella manolacia; como un regreso de vida, como un reguerode savia, y los tendones muertos, de pronto resu-citaban.

Satisfecho del milagro, rabo alegre, orejas ga-chas regresó el perro a su cielo, pura cojera degracia.

El niño le dijo adiós, y al despedirlo lloraba,abanicando en el aire, la mano resucitada. Y el pe-rro le dijo adiós, con su muleta de plata.

de mi infancia». Y en el cielo delos perros, pan tierno y carnemechada, te regalará San Roqueuna muleta de plata.

Compañeros, si los hay, ami-gos donde los haya, mi perro yyo por la vida: pan pobre, ricacompaña. Era joven y era viejo;por más que yo lo cuidaba, eltiempo malo pasado lo dejó me-dio sin alma. Y fueron muchaslas hambres, mucho peso en sustres patas

Y una mañana, en el huerto,debajo de mi ventana, lo encon-tré tendido, frío, como una pie-dra mojada, un duro musgo depelo, con el rocío brillaba. Ya es-taba mi pobre perro muerto delas cuatro patas. Hacia el cielo delos perros se fue, anda que teanda, las orejas de relente y elhociquillo de escarcha. Porteroy dueño del cielo San Roque enla puerta estaba: ortopédico demimos, cirujano de palabras, biensurtido de intercambios con quecurar viejas taras. «Para ti... unrabo de oro; para ti... un ojo deámbar; tú... tus orejas de nieve;tú... tus colmillos de escarcha. Ytú, -mi perro reía-, tú... tu mule-ta de plata». Ahora ya sé por quéestá la noche agujereada: ¿Estre-llas... luceros...? No, es mi pe-rro cuando anda... con la muletava haciendo agujeritos de plata.

El niño, el perro y el milagro

La perra quevino del frío, con uncierto aroma a gato

Autor: Manuel Benítez CarrascoPoeta español. (1922 – 1999)

Habitaban en el mismo barrio. Una era buena y caritativa; la otra,mala e ingrata. La buena, como era diligente, tenía la casa bienarregladita; la mala, una vagabunda, vivía al azar, sin techo fijo. Cier-ta vez la mala, en vísperas de tener cachorros, fue a pedir amparo ala buena.

–Me quedaré aquí en un rinconcito, hasta que mis crías puedansalir conmigo. Es por ellas por las que pido...

La buena le cedió la casa entera, generosamente. Nació la cría, ylos cachorritos tenían ya los ojos abiertos cuando volvió la perra,dueña de la casa.

–¿Puedes entregarme la casa ahora? La mala se puso a lloriquear.–Todavía no, generosa amiga. ¿Cómo puedo vivir en la calle conhijitos tan tiernos? Concédeme un nuevo plazo.

La perra buena le dio otros 15 días al finalizar los cuales volvió.–¿Saldrás ahora?–. La ocupante respondió: –Paciencia, vieja amiga,

necesito un mes más.La buena accedió y al ter-

minar el último plazo, vol-vió. Pero esta vez, la in-trusa, rodeada de los hi-jos, ya crecidos, robustosy de dientes afilados, larecibió con insolencia:–¿Quieres la casa? Pues vena ocuparla, si te atreves.

Fábulas para loshombres quehacen política

(...y para los otros también)

Las dos perras

El gato y el zorro andaban corriendo mundo, saqueando galline-ros y nidos. Muy amigos, de cuando en cuando el zorro solía con-versar: –Al fin de cuentas, querido amigo no eres de los animalesmejor dotado por la naturaleza. No tienes más que un recurso paraescapar de los perros, que es trepar a un árbol.

El gato respondió: –Tengo un solo recurso y ese me basta. Vivomuy bien así y no cambio esta habilidad mía por tu colección enterade mañas. El zorro sonrió. ¡Iba el gato a cambiarse por él, dueño decien mañas, a cual mejor! Y recordó que sabía engañar a los perrosde mil maneras, fingiéndose muerto o escondiéndose entre las hojassecas, o haciendo desaparecer las huellas, o bien corriendo en zig-zag. Recordó todos sus trucos clásicos. Los enumeró y llegó a con-tar noventa. Y hubiera llegado a contar cien, si el rumor de una jauríano hubiese interrumpido sus cálculos.

–¡Ahí están los perros! –dijo el gato, subiéndose a un árbol. Apli-ca ahora tus innumerables recursos, que el mío, único, está ya apli-cado. El zorro perseguido de cerca, disparó como una flecha por loscampos, poniendo en práctica uno por uno todos los recursos de sucolección. Fue inútil. Los perros eran maestros; no le dieron tregua,inutilizaron las mañas más ingeniosas y acabaron por darle caza.

En ese momento el zorro se convenció (¡demasiado tarde!) deque es preferible saber bien una cosa sola, que saber mal noven-ta cosas diversas.

El gato y el zorro

En la época en que los animales hablaban, se reunió una asambleade bichos de toda clase para resolver cierta cuestión. Apareció sinser invitado, el burro, y pidiendo la palabra, pronunció un largo dis-curso, fingiéndose estadista. Pero no dijo más que burradas. Fue unrebuznar sin fin.

Cuando concluyó, quedó en espera de los aplausos, pero el ele-fante alargando la trompa hacia él dijo: –¡Gran pedazo de asno! Nosrobaste el tiempo a nosotros y te lo robaste a ti mismo. A nosotrosporque lo perdimos escuchando burradas, y a tí porque lo habrías apro-vechado mejor si lo hubieses empleado en comer pasto. Toma este con-sejo. “Un tonto nunca es más tonto que cuando se mete a sabio”.

El burro sabio

Monteiro Lobato - Brasil (1882-1948), extraído de “Fábulas”

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“Derecho Viejo” Página 5

El papa Francisco ha manifestadoclaramente que en la agenda de las re-formas, encaminadas en la actualidad,no se incluye la aceptación delsacerdocio de las mujeres. Por consi-guiente, ese tema seguirá encarpetadoen la mente y en el corazón de la jerar-quía católica, como lo ha estado hasta elpresente desde muchos siglos. De se-guro, buenos motivos habrá para adop-tar semejante metodología, y nosotros loscatólicos debemos acatarla y respetar-la. A su debido tiempo, la divina provi-dencia expresará su definitivo designioal respecto.

Sin embargo, aun con esta decisióntomada, pensamos que el Santo Padreno quiere coartar la libertad de concien-cia de tantos creyentes –son por ciertolegión–, que sostienen la postura de quees posible y conveniente el sacerdociode las mujeres, y en forma objetiva y res-petuosa procuran demostrarlo. Precisa-mente en esta confianza encuentro elánimo suficiente para redactar los con-ceptos de este artículo.

Una noticia y extraños rumoresPero nos invade un intenso dolor y

una profunda desorientación debido aciertas versiones circulantes –que noscuesta admitir– según las cuales la ne-gativa al sacerdocio femenino represen-taría una pieza de cambio, o sea, unacondición –cuya suerte ya estaría echa-da–, para agilizar importantes negocia-ciones y acuerdos de índole intereclesialy ecuménica.

Demasiadas torturas ha debido pa-decer el género femenino desde el ori-gen de la humanidad, y también en elseno de la Iglesia en ciertas épocas enque se tuvo a las mujeres en muy bajaestima. Todo ello en contraposición conel pensamiento de Jesús que destinó bue-na parte de su obra redentora para re-afirmar la plena igualdad en dignidad yderechos entre los representantes deambos sexos. Cuando parecía que ya seestaban viviendo los mejores momentosde ese ideal, notamos cierto retrocesoen los comienzos de esta centuria deltercer milenio. En todos los rincones delmundo recrudecen el furor y la crueldadde los varones en contra de las mujeres.Ni que hablar del monstruoso cautiverioal que se encuentran sometidas, en can-

tidad cada vez creciente y a escala uni-versal, a causa del flagelo de la trata depersonas… Reconozcamos que nuestrareacción de católicos frente a estaslacerantes lacras no ha sido tan intensacomo correspondía, y por lo mismonos urge una delicada cautela parano emitir ninguna señal que puedainterpretarse como expresión nega-tiva con respecto a la condición fe-menina.

Volviendo al asunto central de es-tas líneas creemos que a las muje-res creyentes atraídas por la voca-ción sacerdotal –que ellas puedensentir prudentemente como proce-dente de Dios–, no corresponde in-tentar disuadirlas de su ideal con laperspectiva de importantes cargos di-rectivos o gerenciales. Por cierta se-mejanza, aunque aproximativa, nosvienen a la memoria los episodios de losmellizos de Isaac. En ese caso, deplora-mos la actitud mezquina y depresiva deEsaú que abdica de sus derechos a cam-bio de un plato de lentejas…

Al concluir –apelando a una alterna-tiva que puede mitigar tensiones–, mepermito preguntar tímidamente: ¿qué tan-

ta dificultad acarrearía el restablecimientodel DIACONADO FEMENINO, queexistió en Occidente y en Oriente durantemuchos siglos?... (Demos por desconta-do que esta vocación contaría con abun-

dantes candidatas y que sus frutos apos-tólicos serían más que satisfactorios).«Ipso facto», tendríamos a mujeres OR-DENADAS, pertenecientes al clero y,en su medida, a la jerarquía. Un equita-tivo gesto que el género femenino semerece y, al mismo tiempo, un promisoriosigno de ulteriores proyecciones.

Por Rodolfo A. Canitano

El otro día (no recuerdo precisamente cuál ahora) fue escrito (con su amanecer,su atardecer, y su anochecer) por una joven muchacha idealista.

No entraré en detalles para explicar por qué y cómo semejante tarea que resulta-ba ya ardua para los dioses antiguos cayó sobre los hombros de una pequeña mor-tal. Bastará decir que hubo cierta coincidencia de voluntades (la de la muchacha deescribir, y la del día de permitir ser escrito). Decir algo más sería arruinar el traba-joso juego de la imaginación.

Como ya mencionamos, la tarea no era fácil. La joven no debía escribir tan sólosobre cada cosa que existía, sino también trazar sensaciones, sentimientos e ideasde diversas clases de insectos, vegetales, animales y dioses.

No sé si escribió el día de todo el universo (aunque dudo mucho que el universose maneje por días). De lo que sí estoy seguro es que escribió ese día en nuestromundo.

El sol jamás brilló con tanta poesía como brilló en aquella mañana.El mundo despertó ansioso, sin saber muy bien por qué.Cada gota de rocío parecía estar llena de una curiosa sensación de optimismo.Hacia el mediodía, escribió magistralmente varias líneas sobre el llanto descon-

solado de un bebé con hambre y sobre la lenta caída de una hoja desde su rama.Hacia el atardecer, habiendo escrito ya una cantidad increíble de cosas, perso-

nas, situaciones y demás (algunas desagradables o tristes, pero necesarias para lacoherencia y cohesión de su día) comenzó a sentir una cierta sensación de levedad.

Pensó con increíble precisión una rosa perfecta, pero, por alguna razón, no pudoconcretarla. Un poco enojada por esto, hizo florecer al mismo tiempo millares deflores.

Hacia el anochecer, junto con la oscuridad, la nostalgia comenzó a inundar elmundo.

Cada segundo tomó gran importancia, como si tuviese vida propia.Dotó a la luna de misericordia, y a las estrellas de alegría. Si tan sólo un día

durase para siempre…Sólo al final se dio cuenta de su error. Olvidó escribir sobre ella misma. Un

pequeño error que le costó la existencia.Los hombres no lo notamos. Quizás el alma de algún poeta haya sentido algo

extraño, pero la mayoría seguimos con nuestra rutina como cualquier otro día. Yomismo no habría caído en la cuenta algún tiempo después, si no hubiese sido porqueaquella muchacha, en algún momento de aquel día, escribió en mi memoria estecurioso acontecimiento.

Por mucho que me angustie decirlo, yo no soy más que una firma al margen deuna obra de arte. ¿Por qué a mí? No sé. No me interesa tampoco saberlo. A modo devenganza, siempre puedo reprocharle el haberse olvidado de colocar nubes en elcielo celeste de aquel día.

Sin embargo, debo confesar que me hubiese gustado ver aquella rosa perfectaque no pudo ser.

La autora del díaEscribe: Federico Guerra

Un ser creado por Dios, cuyos ojos están preparados para apreciar la belleza quele rodea y comprender a simple vista cada acción que realizan sus hijos.

Con una simple mirada puede leer los pensamientos de las palabras no pronun-ciadas, con unos ojos que pueden ver los corazones y ante los cuales no puedehaber secretos.

Sus brazos y manos preparados para servir en el trabajo más esforzado, o tansuaves como para cultivar la flor más delicada.

Un par de manos levantadas para luchar contra la injusticia y el abandono.Tiene la capacidad ilimitada de abordar los temas más complicados y a su vez

posee la sensibilidad del poeta, el pensamiento mágico de la fantasía, sabiendo en-contrar esperanzas y estrellas en los campos más áridos y desiertos.

Con un solo beso puede mitigar el llanto de un pequeño, perdonar la falta másgrave, dar aliento a un valiente, acariciar con ternura a un anciano, seducir al gue-rrero más poderoso y dar compañía al que está en soledad.

Su fortaleza es incalculable, puede soportar hambre, miseria, dolor, abandono,pero no por eso se da por vencida.

Sabe hace milagros con los alimentos y jamás dejará a uno de sus hijos conhambre, les dará todo y tendrá la virtud de sonreír en medio de la adversidad.

Una lágrima es el bálsamo del amor, es su expresión sublime ante el dolor deotros, es su aflicción ante el sufrimiento que manifiesta la sensibilidad de su espírituy brota en forma incontenible ante las penas o alegrías.

Es forjadora de seres humanos extraordinarios, su aroma permanece para siem-pre y su nombre está escrito en la historia de la humanidad.

Autor desconocido

“Creador mío... cuando estuviste en la tierra, lejos de tí estaba el despreciar a lasmujeres, mas las mirabas con gran benevolencia. En ellas encontraste mayor

amor y fe que en los hombres, pues entre ellas estaba tu santa madre...Cuando miro nuestro mundo actual, no me parece justo que a las personas demente virtuosa y fuerte se las desprecie por el único motivo de ser mujeres”.

Oraciónde Teresa de Avila

La mujer

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Principio femenino

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“Derecho Viejo”Página 6

El Dios desconocidoEl ateísmo siempre ha querido matar a

Dios en el intento desesperado de que elhombre se hiciera Dios.

¿Y si fuese verdad que es nuestro Diosdesconocido el que nos revela que es ver-dad, que el hombre está llamado a hacer-se Dios? Alguno dirá: ése no es un Diosdesconocido, porque es el Dios de la re-velación cristiana.

Sin embargo, hay que reconocer queal menos no ha sido, ni es todavía, el Diosde muchos cristianos, si millones de hom-bres honrados se han sentido impulsadosa matar a Dios para no renunciar al impe-rativo más profundo de su conciencia, quele hacía sentirse llamados a ser Dios.

Tengo más bien la impresión de que elDios que nos ha revelado esa gran noticiade que el hombre está llamado a ser comoDios sigue siendo un Dios desconocido.

Pablo el areópago les anunciaba a losatenienses que el Dios desconocido era elDios muerto y resucitado, que había ven-cido a la muerte y nos devolvía la espe-ranza de poder dar una respuesta a lamuerte. El Dios que Pablo anunciaba eraverdadero e importante, pero no era toda-vía el Dios total. Sólo un Dios capaz dedar una respuesta, no ya a la muerte, sinoa la vida, puede ser un Dios importante ynecesario, ya que es en la vida donde estáescondida la radicalidad del hombre y su

posibilidad de redescubrirse.Resucitar es importante si antes sé lo

que es la vida y para qué me sirve. Tam-bién la muerte es importante si antes sépor qué la muerte no me pertenece ni laquiero.

Dios podrá ser importante para mícuando sepa lo que yo soy.

El que la resurrección no es importan-te en sí mismo, sin conocer antes el sen-tido de la vida, lo demuestra el hecho deque muchos no quieren resucitar ni estáninteresados en el misterio cristiano de lavida después de la muerte. Prefieren noseguir viviendo, porque no han descubiertolo que significa para ellos la vida.

Dios tendrá alguna importancia para elhombre si no es solamente el Dios queresucita a los muertos, ya que cada vezes más cierto que “es mejor que los muer-tos sepulten a los muertos”, sino el Diosque revela al hombre que es posible creeren la vida y que la verdadera vida puedecomenzar ahora.

Dios tendrá alguna importancia para elhombre si es el Dios que hace posible, noya la fe en él –es ésta una fe fácil, inclusopara los que lo niegan, ya que los hombretienen tanta necesidad de Dios que, cuan-do lo rechazan, se crean otros “dioses”–,sino la fe en sí mismo, la fe en los demáshombres.

El Dios que nos sirve para poder acep-tar la vida, incluso sin él, esto es, aun cuan-do descubriésemos que él no era él.

Al no haber tenido el coraje de aceptaral Cristo que vino a revelarnos la vida y aasegurarnos que la vida ya había comen-zado, que la vida somos nosotros, nosencontramos todavía sin una respuesta ala vida y nos hemos contentado entoncescon dar una respuesta a la muerte, queademás no es respuesta, ya que nunca seráposible darle un sentido a la muerte, sindescubrir antes la vida.

A la pregunta que nos hacen tantos queno creen: “¿Por qué Dios?”, acostumbra-mos dar unas respuestas que, más queconvencerles, confirman en ellos la con-vicción de que Dios tiene que desapare-cer para que siga siendo posible la pre-gunta: “¿por qué el hombre?”

Hoy está cada vez más claro que eldogmatismo de los no creyentes no pue-de ser una excusa para justificar nuestrafalta de paciencia, cuando tantas veces nosirritamos al escuchar las razones que encada momento nos ofrecen para justifi-car que Dios no puede ser una preguntaválida para el hombre.

Sin esta paciencia no podríamos estartranquilos en nuestra fe; porque no tene-mos derecho a la seguridad en nuestra fe,mientras haya a nuestra puerta tantos her-

manos gritándonos que los ateos somosnosotros, que los idólatras somos noso-tros, que los perezosos de la historia so-mos nosotros, que los cobardes somosnosotros, que los más comprometidos conciertas tiranías somos nosotros, y que lohacemos en nombre de Cristo liberador.

Hoy estoy más convencido que nuncade que el Espíritu se manifiesta a los cre-yentes para poner a prueba su fe a travésde la acción misteriosa y paradójica delateísmo histórico.

Paradójicamente, porque creo que to-davía no hemos tenido el coraje de acep-tar que el Dios cristiano es un Dios des-conocido, que se revela y aparece preci-samente donde y cuando no lo esperába-mos.

No hemos sabido, a través de los si-glos, traducir a nuestro lenguaje y aplicara nuestra realidad histórica ciertas afirma-ciones terribles de Cristo, como por ejem-plo, la de que las prostitutas y los publi-canos nos precederán en el reino de loscielos, que es una afirmación que nadatiene de moralista...

Por Juan Arias(España, 1932)

ex sacerdote, periodista.

(Continúa)

Pensamiento

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“Derecho Viejo” Página 7

El Dios desconocido(Continuación)

Me pregunto si se libraría de las pe-dradas y de las acusaciones de blasfemiacontra Dios el que tuviera el coraje dehacer esta lectura actual de las palabrasde Cristo.

Creo que la única posibilidad, actual-mente, de responder al Dios que llamaconsiste en descubrir que encontrar a Diossignifica encontrar al hombre.

Descubrir al hombre es descubrirse así mismo, es tener conciencia de vivir, escomprender que todo tiene una relacióncon nosotros, que todo es nuestro; esdescubrir el amor, no ya el amor como unhecho real de encuentro, sino el amor quenos impulsa hacia todo y hacia todos, elamor que no es ensimismamiento, sino quetiende a transformar las cosas.

Un amor que, si no es creativo, esimpotente, como decía Marx; mentiro-so, como decía el apóstol Juan; o infier-no, como decía Cristo.

Si hasta ahora ha sido dolorosa la bús-queda del amor, es porque no hemos sidocapaces de trasformar las cosas. Sólocuando esto suceda, el amor será espon-táneo, nuestro, gozo y descubrimiento, yno dolor o impaciencia.

La prueba más clara de que estamosen el verdadero amor (prueba a la que norenuncia actualmente la humanidad) con-siste en ver si este amor va hacia el egoís-

mo más refinado que te lleva a vivir en elamor a ti mismo y a esos pocos que pien-san como tú, o el que procura entrar encomunicación y colaboración con todoslos hombres para encontrar en ellos esepedazo de amor que no falta en ningúnhombre, ni siquiera en el último Judas.

Si el amor no tiene como dimensiónúltima y como dinámica actual la relaciónplena de amor con cada uno de los hom-bres, no es amor.

Pues bien, la primera relación de amorcon todos los hombres significa caminarjuntamente para derribar todas las estruc-turas y todas las formas de vida contra-rias a esta relación humana.

Sólo entonces será posible crear esehombre nuevo que se realiza construyen-do junto con los demás.

Esta es la exigencia de los llamadosateos, aunque ellos no la pueden identifi-car como amor, ya que este término lo he-mos vaciado nosotros de significado, alhaberlo arrinconado en el futuro, en el cielo.

A esta exigencia que es igual a la nues-tra ellos la llaman justicia, liberación, re-volución.

Y así es como se explica la violencia.¿Cómo calificar a esta exigencia que

les lleva a ellos a la violencia y a nosotrosa la comunión?

Porque el hecho es que, aunque seanopuestos los medios que empleamos, he-mos comprobado que queremos llegar almismo punto, esto es, a la relación total

humana con todos los hombres, sin privi-legios y sin fronteras.

De una forma o de otra, con distintosmatices de generosidad, de paciencia, deoriginalidad y de fe, he comprobado enmi experiencia que es ésta la exigencia másprofunda de cuantos son capaces de pre-guntarse por el porqué de su vida, sin temorde poner en crisis sus propias certezas.

Por eso me pregunto si no tendré queaceptar como voz de Dios que me llama aesos cantos, o gritos, o llantos de mishermanos.

Y entonces no puedo menos de hacermías las palabras de Carlo Brutti, cuya feno conozco, cuando afirma: “Si nos con-tentamos con decir: no sé lo que pasa enlos demás, pero lo que cuenta para mí esmi experiencia personal, entonces nosponemos en una situación que me dejaperplejo. Al caminar por la calle he de sen-tir continuamente que la gente que veo,las personas con las que tropiezo o charlo–y en la conversación casi nunca se tocaun tema que guarde relación con Dios–,con todos esos, tiene lugar algo que serefiere a Dios. De lo contrario, los demásserán sólo sombras que pasan, de las queno se comprende nada”.

Naturalmente, aceptar esto como uncompromiso real, construir esta relaciónhumana universal creyendo en la riquezao en la originalidad insustituible de cadauno, y hacerlo sin tener soluciones a nues-tro alcance, es una verdadera lucha, la

verdadera revolución constante, sin resul-tados inmediatos, sin comprensiones hu-manas, con la angustia de Abrahán siem-pre a nuestras espaldas.

En esos momentos acecha siempre ala puerta, sutil pero satánica, la tentaciónde huir del campo de batalla para cons-truir un pequeño paraíso personal, que nocreo que corresponda al de Dios, que espara todos.

Cristo no creó la primera comunidadcon los elegidos, con los puros, con losselectos, con la aristocracia del espíritu, sinocon la gente sencilla, con los débiles, lospublicanos, las prostitutas, los pescadores.

No se trata precisamente de “imitar aCristo”; yo preferiría abandonar estos tér-minos. Creo más bien que ha llegado lahora de “comprenderlo”; sobre todo, decomprender que ha venido a revelarnosqué es el hombre y cuál es la dinámicapara que se lleve a cabo su realización.

Hemos de inventarlo y de crearlo,momento a momento, con la fidelidad anuestra conciencia, lo mismo que él loinventó con la fidelidad al Padre. Si Cristose encarnó, el hombre no puede menosde descubrir a Cristo en la medida en queacepta la realización de sí mismo.

“Creo que Cristo es Dios, porque loveo hombre en todo, hasta el fondo. So-lamente siendo Dios es posible ser com-pletamente hombre”, me escribía un ami-go sencillo y abierto.

“Cuando la religión se despoje de todaexplicación fuera de la dinámica verdade-ramente humana, ya no habrá ateos ni tam-poco beatos”, me escribía por el contra-rio otro amigo, conocido comunista ita-liano. No sé si estas dos afirmaciones sonmuy distintas. La verdad es que no es elhombre el que carece de sentido sin Dios,sino más bien que Dios carecería paranosotros de sentido sin el hombre. Almenos, nuestro Dios cristiano que es irre-versiblemente “hombre”.

He aquí por qué, con gran escándalode algunos, pude afirmar públicamenteante una gran asamblea: “Si tuviera queescoger entre Dios y vosotros os escoge-ría a vosotros”.

La razón es muy sencilla: Dios mismoes el que me pide que escoja al hombre.

¿Qué es lo que significan si no, suspalabras del juicio final, cuando les dice aquienes le escogieron a él, olvidándose delhombre: “No so conozco”, mientras quea los que escogieron al hombre olvidán-dose de él (ya que ni siquiera lo cono-cían) les dice: “Venid, benditos de mi Pa-dre”? Realmente, el cristianismo es un es-cándalo.

Extraído de “La última dimensión”

Aunque los sabios paganos hablaban de dioses y diosas, teníanun concepto totalmente místico y trascendente del Dios supre-mo. Desde los tiempos de Platón, habían criticado a los que con-cebían a Dios como una “personalidad” divina. El Dios supremode los misterios paganos era una unicidad inefable por encima detodas las categorías, que no podía describirse con palabras. Esteconcepto abstracto y místico de Dios también lo adoptaron losgnósticos. No se concebía a Dios como una especie de personagrande que estaba en el cielo, sino como la Mente del universoque se expresa por medio de todos los seres. No era ésta la ima-gen de Dios que tenían los cristianos literalistas. Su Dios eraJehová, el dios de los judíos, que en Antiguo Testamento se reve-la como una deidad tribal partidista, caprichosa y a veces tiránica.

De la misma manera que Platón había atacado la tradicionalimagen griega de Dios como Zeus dominante, también losgnósticos atacaban esta imagen tradicional de Dios que teníanlos judíos, y afirmaban que Jehová era en realidad sólo la imagendel Dios verdadero. El sabio gnóstico Valentín utilizaba el términoplatónico “demiurgo” para referirse a Jehová, al que representa-ban como un ser divino subordinado que hace de instrumento delDios verdadero. Decían que Jehová era una deidad menor pre-suntuosa cuya ignorancia le hace creer que es el Dios único yverdadero. En el Antiguo Testamento, Jehová proclama: “Yo,

El dios de PlatónYahvéh, tu Dios, soy un Dios celoso. No habrá para ti otrosdioses delante de mí”. Con todo, la obra gnóstica tituladaLibro secreto de Juan dice que esto es una “locura” y comen-ta: “Al pronunciar estas palabras, indicó a los ángeles queexiste otro Dios; porque si no existiese ningún otro, ¿de quiéntendría celos?”.

En algunos textos gnósticos, al manifestar Jehová que él esel único Dios, su madre, la diosa Sofía, ¡le riñe por su arro-gancia, como si fuera un niño presuntuoso!

El Jesús gnóstico no era un profeta de Jehová, el dios me-nor de los judíos, sino del Dios verdadero e inefable de Platóny los misterios paganos. El maestro gnóstico Cerdo explica:“El Dios que proclaman la ley y los profetas no es el Padre deNuestro Señor Jesucristo. El Dios del Antiguo Testamento esconocido, pero el Padre de Jesucristo es desconocido”.

Contrastando por completo con el craso antropomorfismodel concepto judío tradicional, el sabio gnóstico Basílidesenseñaba la doctrina pagana según la cual: “Ni siquiera debe-mos llamar a Dios inefable, ya que es hacer una aseveraciónsobre Él; Dios está por encima de todos los nombres que semencionen”.

Timothy Freke y Peter GandyExtraído del libro “Los misterios de Jesús”

· He aquí las palabras secretas pronun-ciadas por Jesús viviente, transcritaspor Judas Tomás, el Mellizo.

· Jesús dijo: “Que quien busque, no dejede buscar hasta que encuentre. Y,cuando haya encontrado, se asombra-rá de reinar, pero descansará en sureino”.

· Y Jesús dijo: “Si quienes os dirigen osdicen: Ved, el reino está en el cielo,los pájaros del cielo llegarán a él antes

que vosotros. Y si os dicen: Está en elmar, los peces llegarán a él antes quevosotros. Pero el reino está en voso-tros y fuera de vosotros”.

· “Cuando os conozcáis, seréis cono-cidos, y sabréis que sois los hijos delPadre que está vivo. Pero si no osconocéis a vosotros mismos, estáisen la pobreza, sois la pobreza”.

· Y Jesús continuó diciendo: “Yo ostraeré lo que el ojo no ha visto y lo

que el oído no ha escuchado, lo quela mano no ha tocado y lo que nuncaha ascendido al corazón del hombre”.

· Y así hablaron los discípulos a Jesús:“Dinos cómo será nuestro fin”. Y Je-sús dijo: “¿Habéis acaso descubiertoel origen, para buscar el fin? Porqueallí donde se encuentra el origen, allíestará el fin. Feliz aquel que encuen-tre el origen, porque conocerá el fin yno morirá”.

· Y Jesús dijo: “Ahí donde haya tresdioses, dioses hay. Ahí donde haydos o uno sólo, con él estoy yo”.

· Sus discípulos le dijeron: “¿Qué díate revelarás a nosotros y cuando teveremos?” Jesús respondió: “El díaen que, libres de toda vergüenza, osdespojéis de vuestras ropas comosi fuerais niños, ropas que dejaréisa vuestros pies y pisaréis sobreellas; es entonces cuando veréis sintemor al hijo de Quien está vivo”.

Extractos del evangelio según Santo Tomás

Pensamiento

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“Derecho Viejo”Página 8

Mensaje de Derecho Viejo

Un periódico para poder no pensar

“DERECHO VIEJO”Lejos del mundo. Cerca de los hombres

“GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE)

Pensarnos sin sentido

Hemos ganadoderrotas y hemosperdido victorias,

y ahora al llegar al finsomos conscientes

de que nohubo principio.

La muerte tan temidadejará de ser

obstáculo, límite,frontera o esperanza

cuando seamosconscientes de queEl Ser se manifiesta

como sustancia,siempre enuna forma.

Es dificilísimo pensarnos a nosotrosmismos in una razón de ser. A poco quelo intentamos brotan torrentes enteros demotivos, causas y objetivos. No pode-mos –ni queremos– enfrentar la posibi-lidad de estar aquí, vivos, en un mundo,en un universo sin un por qué y un paraqué... nos resistimos desde nuestrasmáximas profundidades a la idea de sim-plemente ser.

Nuestra sociedad –tanto la humanaen general, como las subculturas a lasque pertenecemos– nos han adoctrinadopara dar por sentado que hemos venidoal mundo por algo y para algo, hemossido programados para defender nues-tra singularidad a capa y espada, y a iden-tificar a nuestro ser con lo que de él sepretende socialmente.

Los humanos somos la única especie–conocida– capaz de generar cultura; tantoasí que se ha definido al hombre como ani-mal social, animal político, etc., vale decirutilizando atributos o características deri-vados de esta capacidad exclusiva.

Ahora bien, el hombre moderno seconsidera a sí mismo como único e indi-vidual, y se permite inteligirse recortadodel medio en el que desarrolla su vida...se autodenomina como los demás lo lla-maron: por un nombre “propio”, un ape-llido, un D.N.I. y –más recientemente–un C.U.I.T./L. creyéndose así un ser se-parado o separable del resto de sus con-géneres, con intenciones, beneficios, in-tereses y agenda propios.

El hombre actual da por sentada “laexperiencia personal”, como inherentea la humanidad. Sin embargo ésta esharto relativa a la cultura y al tiempo.En otras culturas y en otros esquemasde creencias, a lo largo de la historia hanhabido innumerables diferencias con estaforma de ver y verse.

Por otra parte, nada nos indica queel actual sea el más evolucionado estadíodel ser humano, ni el definitivo. Hemosdestrozado la atmósfera, creado armasbiológicas, químicas y nucleares, puestoen peligro el planeta, matado niños y

adultos, extinguido espe-cies, etc., etc., en nom-bre de los derechos in-dividuales de un comer-ciante, de un país, de laciencia, etc. No obstan-te las creencias vancambiando con la cultu-ra, sin ir necesariamen-te de peor a mejor, ni demejor a peor, sólo cam-biando sin prisa pero sinpausa, por lo que asícomo otrora era lícita la esclavitud, y hoylo es la explotación, mañana habrá quever...

Tenemos cantidad de esquemas men-tales que nos obstaculizan pensarnoscomo partes de un todo universal renun-ciando a nuestra singularidad... nos obs-tinamos en ser lo que denominamos “no-sotros mismos”, aunque ello signifiquevivir permanentemente insatisfechos,egoístas, deseosos de cosas que son ab-solutamente inalcanzables o inútiles, einfelices. Ahora bien, no persigo aquíponer fin al “uno mismo”, sino el ir obte-niendo la posibilidad de relativizarlo, y conello disminuir la tragedia diaria del “loquiero... no lo tuve, no lo tengo, no lotendré...” (con todas sus variantes).

El autodescubrimiento que parecieraser contrario a este género de búsqueda–ya que implica una introspección, unprofundizar en este “uno mismo”– no loes, porque culminará en el entendimien-to de que somos un ser humano “haciafuera”... no es casual que los sabios ylos místicos de todos los tiempos hayanterminado sus vidas al servicio de losdemás (sea escribiendo, sea ayudandoespiritual o corporalmente, etc.).

No hay nada en el “uno mismo” quesea ajeno a los demás. El “uno mismo”es un dispositivo creado por la cultura yque sirve a sus fines positivos, tanto comonegativos. Entre las lecturas que se pue-den hacer cuando Cristo dice que “lo quehas hecho por el más pequeño de mishermanos me lo has hecho a mí” se puedeleer que todo lo que uno hace por su her-mano –que no es sino “otro uno mismo”–está dentro del mandato divino –o so-cial–, del mismo modo que todo lo queuno hace en contra de su hermano estáfuera del mandato divino –o social–(cuando digo “social” me refiero a la quela cultura espera de ese “uno” al cons-truirlo, y lo que quiere evitar de él).

No hay ser humano fuera de lo so-cial, por mucho que se intente. Aún enlos casos de “homo ferus” (hombre sal-

vaje o silvestre), lo que per-mitió sobrevivir a estos su-jetos fue el hecho de habersido criados –al menos ini-cialmente– en un marcocultural. El ser humano nopuede sobrevivir su naci-miento sin otro. Y una vezque hay otro, no puede so-brellevar la existencia sin él(aunque la existencia deeste otro sea tan sólo sim-bólica y no física).

Si podemos entender que lo que es-peramos de nosotros mismos nos ha sidoinculcado meticulosamente –con muchos“por qué” y muchos “para qué” absolu-tamente artificiales–, y tenemos la fuer-za suficiente para relativizarlo nos esta-remos salvando de más de un calvarioinnecesario.

Si logramos separar la experiencia deloa vida –el ser aquí y ahora– de lo quecreemos y suponemos que somos –nues-tra “historia personal”–, podremos alcan-zar otro estado de conciencia. Aquí hayque tener una precaución adicional: nues-tra historia personal se resignifica yescenifica a cada instante: los recuer-dos que tenemos sólo son tales al evo-carlos en y desde el presente, por esovivimos re-ajustando nuestra historia alos sucesos presentes. Cuando hablo deseparar me refiero a que su ser logredesprenderse de todo lo que de “ustedmismo” hay en quien observa el aquí yahora.

Si llegáramos a vivenciarnos como par-tes no removibles de un todo seremosmejores humanos, mejores miembros dela sociedad, mejores componentes deuna cultura universal y podremos brin-darnos a los demás sin esfuerzo alguno.

Y si un día de estos captamos –y te-nemos la valentía de aceptar– que nues-tra identidad personal, nuestros logros ynuestras virtudes no son más que unaserie de copias fragmentadas de lasidentidades que nos fueron rodeando alo largo de nuestra vida, podremos afron-tar de mejor forma nuestras falencias ydebilidades, y comprender mucho mejor–en lugar de depender de– nuestros de-seos y nuestros anhelos.

Su ojo percibe algo, su cerebrorecibe la imagen y traduce que lo per-cibido es papel y signos conocidos,lee signos y arma palabras, junta pa-labras y otorga un sentido basado ensu experiencia previa... a ese queestá detrás del que da el sentido ledirijo este texto...

Sebastián GuerraAbogado-Psicólogo

Serás capaz de desligarte tú mismo del mundo y hacerte libre tú mismo,perdiendo todas las finas cuerdas y tensiones que te atan, por la visión,

por el sonido, por el pensamiento, a la presencia de los otros.... Deja que haya un lugar en alguna parte, en el que puedas respirar

naturalmente, tranquilamente, y no tengas que tomar alientoboqueando constantemente.

Un lugar donde tu mente pueda holgazanear y olvidar sus preocupaciones,descender al silencio, y adorar a Dios en secreto.

Esther de Waal

Desligarse del mundo

La meditación sin fórmulas establecidas, sin causa ni razón, sin una finalidado un propósito, es un suceso increíble. No sólo es una gran explosión que puri-fica, sino que también es la muerte, la muerte que no tiene mañana. Su pureza esdevastadora, no deja rincón oculto donde el pensamiento pueda esconderse en-tre sus propias sombras. Su pureza es vulnerable, no es una virtud que tenga suorigen en la resistencia, es pura porque no tiene resistencia, como el amor.

En la meditación no hay mañana ni hay un discutir con la muerte. La muertedel ayer y del mañana no establece el insignificante tiempo presente; el tiemposiempre es insignificante y su destrucción es lo nuevo. La meditación es esto,no los ridículos cálculos del cerebro en busca de seguridad. La meditación es ladestrucción de la seguridad. Y en la meditación hay gran belleza, no la belleza delas cosas creadas por el hombre o por la naturaleza, sino la belleza del silen-cio. Este silencio es el vacío en el cual todas las cosas fluyen y existen; no hayforma de conocerlo; ni el intelecto ni el sentimiento pueden alcanzarlo; no haysendero para llegar a él y cualquier método es la invención de un cerebro codi-cioso. Todos los caminos y todos los recursos del yo calculador deben destruir-se por completo; todo avanzar o retroceder, que es el movimiento del tiempo,debe terminar, sin que haya un mañana. La meditación es destrucción, es unpeligro para aquellos que quieran llevar una vida superficial, una vida de fantasíao de ficción.

Krishnamurti

En la meditación no hay mañana