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Derecho Viejo Página 1 “DERECHO VIEJO” a la evolución destino de hombre Año 9 Nº 97 Un periódico para leer Diciembre 2009 “GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE) Lejos del mundo. Cerca de los hombres Entrar dentro de uno, donde Dios vive Si la creación entera, y ella también incluye a la raza humana, es expresión de lo divino, la encarnación no es un acontecimiento único. La encarnación ha sido y será siempre. En Cristo, la encarnación de Dios alcanzó su punto culmi- nante. En Cristo, Dios mismo se manifestó. Cris- to es la manifestación de sí mismo, que alcanza su perfección en la persona humana de Cristo, ya se ha llevado a cabo en la creación. Tam- bién la creación es Palabra de Dios. La crea- ción en sí ya es encarnación. La creación y la encarnación no son pues dos actos de Dios que estén desgajados de él, ni que coexistan sepa- radamente, sino que son “dos momentos y fases de un sólo proceso, aunque inte- riormente diferenciado, de manifestación de sí mismo y de despojamiento de Dios en lo otro desde sí mismo”. (K. Rahner). La creación está dispuesta hacia la encarna- ción. La encarnación es la perfección de la creación. Cuando en la experiencia mística uno cae en la cuenta de esto, entenderá a Pablo de una manera totalmente nueva cuando dice: “No soy yo el que vive. Cristo vive en mí”. Cristo es el prototipo en quien la crea- ción entera ha de reconocerse. La no-dualidad de la realidad entera, de lo divino y de lo creado se hace patente en Jesu- cristo. En él resulta imposible dividir esta reali- dad que es una; en él, Dios se revela como hom- bre; en él, Dios se personaliza. En Jesucristo, Dios se hizo carne, creación: “La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”. (Jn 1, 14). Pero lo que ocurrió en él, sucede permanentemente de forma similar en toda la creación. La crea- ción es encarnación, es la manifestación de Dios mismo, pues “sin la Palabra no se hizo nada de lo que se ha hecho”. (Jn 1,3). Cuando Dios se hizo hombre, “llegó a su casa”, dice Juan (Jn 1,11). Él vino a lo suyo. La realidad que es una tiene dos aspec- tos. En Jesucristo, la penetración del yo espa- cio-temporal y la experiencia de ambos aspec- tos pertenecientes a esa realidad que es una lle- gan a su absoluta perfección. Si decimos que no somos nosotros los que vivimos, sino que Cristo vive en nosotros, queremos expresar que lo divino de Jesús es también nuestro verdade- Encarnación: un acontecimiento permanente “Puesto que en esta naturaleza tengo todo lo que Cristo es capaz de ofrecer según su humanidad, ¿por qué elevamos a Cristo y le adoramos como Señor y Dios nuestro? Esto es, porque él era un mensajero de Dios para con nosotros, trayéndonos la bienaventuranza. La bienaventuranza que nos trajo era nuestra. Las criaturas hablan con sonido. La palabra de Dios es silencio. La secreta palabra del amor de Dios no puede ser otra cosa que el silencio. Cristo es el silencio de Dios. ro centro, nuestra naturaleza esencial. Él es la “cabeza”. La cabeza nunca vive sin cuerpo, y lo que es válido para ella también lo es para el cuerpo. En el cuerpo entero de la creación, la no-dualidad de la realidad entera ha de mani- festarse. “Pues la espera ansiosa de la creación anhela la revelación de los hijos de Dios”. Y no sólo eso. “Con esperanza de ser también la crea- ción liberada de la esclavitud de la corrupción para entrar en la libertad esplendorosa de los hijos de Dios”. (Rom, 8, 19-21). Para los cristianos y muchas personas religio- sas, Jesús es más que sólo el hombre nacido en Nazaret. La irradiación de su personalidad so- brepasa el fenómeno simplemente humano. El Nuevo Testamento viene a referirse a él como a Cristo que es “la imagen de Dios” (Col. 1), que abarca la plenitud del cosmos y se nos presenta como el “Cristo Cósmico”. En él y según él, todo está creado, es decir, todo es, igual que él, reve- lación de lo divino. La expresión “en Cristo Je- sús”, que encontramos continuamente en las Cartas de Pablo, debe estar basada en este co- nocimiento. Si alguien aún no tiene sus rasgos, o ya no los lleva, debe seguir el impulso de la gracia para llegar al fondo interior y, a través del reconocimiento de su naturaleza esencial, adquirir una mayor capacidad para alcanzar la identificación con Cristo. Cristo es el Símbo- lo, la señal que indica que la realidad en- tera tiene dos aspectos, que la persona auténtica es Dios y hombre. Un símbolo siempre es emisario, portador de un mensaje. Willigis Jäger, OSB “El Padre engendra a su hijo sin cesar. Cuando el Hijo ha nacido, no recibe nada más del Padre, pues ya lo tiene todo; pero cuando nace, recibe del Padre. Desde esta perspectiva no debemos desear nada de Dios, como si fuera un extraño”. “Si el hombre consigue alguna cosa desde fuera de sí, o la recibe, no está bien. No hay que comprender a Dios ni considerarlo como algo ajeno a mí, sino como mi bien y como aquello que es en sí mismo”. “Algunas personas simples se imaginan que deberían ver a Dios como si estuviera allí, y ellos aquí. Pero esto no es así. Dios y yo somos uno. Por el conocimiento concibo a Dios en mi interior; por el amor, por el contrario penetro en Dios. El obrar y el ser son, sin embargo, uno. Si el carpintero no trabaja, la casa no se hace. Dios y yo somos uno en el obrar; Él actúa y yo llego a ser”. Textos: Meister Eckhart * * * * * ... el Dios ya no más Dios, posibilidad imposibilitada, exiliado de su eternidad, vagando por los campos, sin saberlo se vuelve humano. Federico Guerra

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Page 1: Año9 Nº97 Un periódico para leer ... - DERECHO VIEJO VIEJO 2009 PDF... · (Jn 1, 14). Pero lo que ocurrió en él, sucede permanentemente de forma similar en toda la creación

“Derecho Viejo” Página 1

“DERECHO VIEJO”a la evolución destino de hombre

Año 9 Nº 97 Un periódico para leer Diciembre 2009

“GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE)

Lejos del mundo. Cerca de los hombres

Entrar dentro de uno, donde Dios vive

Si la creación entera, y ella también incluye ala raza humana, es expresión de lo divino, laencarnación no es un acontecimiento único. Laencarnación ha sido y será siempre. En Cristo,la encarnación de Dios alcanzó su punto culmi-nante. En Cristo, Dios mismo se manifestó. Cris-to es la manifestación de sí mismo, que alcanzasu perfección en la persona humana de Cristo,ya se ha llevado a cabo en la creación. Tam-bién la creación es Palabra de Dios. La crea-ción en sí ya es encarnación. La creación y laencarnación no son pues dos actos de Dios queestén desgajados de él, ni que coexistan sepa-radamente, sino que son “dos momentos yfases de un sólo proceso, aunque inte-riormente diferenciado, de manifestaciónde sí mismo y de despojamiento de Diosen lo otro desde sí mismo”. (K. Rahner).La creación está dispuesta hacia la encarna-ción. La encarnación es la perfección de lacreación.

Cuando en la experiencia mística uno caeen la cuenta de esto, entenderá a Pablo deuna manera totalmente nueva cuando dice:“No soy yo el que vive. Cristo vive en mí”.Cristo es el prototipo en quien la crea-ción entera ha de reconocerse.

La no-dualidad de la realidad entera, de lodivino y de lo creado se hace patente en Jesu-cristo. En él resulta imposible dividir esta reali-dad que es una; en él, Dios se revela como hom-bre; en él, Dios se personaliza. En Jesucristo,Dios se hizo carne, creación: “La Palabra se hizocarne y habitó entre nosotros”. (Jn 1, 14). Perolo que ocurrió en él, sucede permanentementede forma similar en toda la creación. La crea-ción es encarnación, es la manifestación de Diosmismo, pues “sin la Palabra no se hizo nada delo que se ha hecho”. (Jn 1,3).

Cuando Dios se hizo hombre, “llegó asu casa”, dice Juan (Jn 1,11). Él vino a losuyo. La realidad que es una tiene dos aspec-tos. En Jesucristo, la penetración del yo espa-cio-temporal y la experiencia de ambos aspec-tos pertenecientes a esa realidad que es una lle-gan a su absoluta perfección. Si decimos queno somos nosotros los que vivimos, sino queCristo vive en nosotros, queremos expresar quelo divino de Jesús es también nuestro verdade-

Encarnación:un acontecimiento permanente

“Puesto que en esta naturaleza tengo todolo que Cristo es capaz de ofrecer según su

humanidad, ¿por qué elevamosa Cristo y le adoramos como

Señor y Dios nuestro?Esto es, porque él era un mensajero de Dios

para con nosotros, trayéndonosla bienaventuranza.

La bienaventuranza que nos trajoera nuestra”.

Las criaturas hablancon sonido.

La palabra de Dioses silencio.

La secreta palabradel amor de Dios nopuede ser otra cosa

que el silencio.Cristo es el silencio

de Dios.

ro centro, nuestra naturaleza esencial. Él es la“cabeza”. La cabeza nunca vive sin cuerpo, y loque es válido para ella también lo es para elcuerpo. En el cuerpo entero de la creación, lano-dualidad de la realidad entera ha de mani-festarse. “Pues la espera ansiosa de la creaciónanhela la revelación de los hijos de Dios”. Y nosólo eso. “Con esperanza de ser también la crea-ción liberada de la esclavitud de la corrupciónpara entrar en la libertad esplendorosa de loshijos de Dios”. (Rom, 8, 19-21).

Para los cristianos y muchas personas religio-sas, Jesús es más que sólo el hombre nacido enNazaret. La irradiación de su personalidad so-brepasa el fenómeno simplemente humano. ElNuevo Testamento viene a referirse a él como aCristo que es “la imagen de Dios” (Col. 1), queabarca la plenitud del cosmos y se nos presentacomo el “Cristo Cósmico”. En él y según él, todoestá creado, es decir, todo es, igual que él, reve-lación de lo divino. La expresión “en Cristo Je-sús”, que encontramos continuamente en lasCartas de Pablo, debe estar basada en este co-nocimiento. Si alguien aún no tiene sus rasgos,o ya no los lleva, debe seguir el impulso de lagracia para llegar al fondo interior y, a travésdel reconocimiento de su naturaleza esencial,adquirir una mayor capacidad para alcanzar laidentificación con Cristo. Cristo es el Símbo-lo, la señal que indica que la realidad en-tera tiene dos aspectos, que la personaauténtica es Dios y hombre. Un símbolosiempre es emisario, portador de un mensaje.

Willigis Jäger, OSB

“El Padre engendra a su hijo sin cesar.Cuando el Hijo ha nacido, no recibe nadamás del Padre, pues ya lo tiene todo; pero

cuando nace, recibe del Padre.Desde esta perspectiva no debemos desearnada de Dios, como si fuera un extraño”.

“Si el hombre consigue alguna cosa desdefuera de sí, o la recibe, no está bien. No hay

que comprender a Dios ni considerarlocomo algo ajeno a mí, sino como mi bien y

como aquello que es en sí mismo”.

“Algunas personas simples se imaginan quedeberían ver a Dios como si estuviera allí, y

ellos aquí. Pero esto no es así. Dios y yosomos uno. Por el conocimiento concibo a

Dios en mi interior; por el amor, por elcontrario penetro en Dios. El obrar y el serson, sin embargo, uno. Si el carpintero no

trabaja, la casa no se hace.Dios y yo somos uno en el obrar;

Él actúa y yo llego a ser”.

Textos: Meister Eckhart

* * * * *

... el Dios ya no másDios, posibilidadimposibilitada,exiliado de su

eternidad, vagandopor los campos,

sin saberlose vuelve humano.

Federico Guerra

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“Derecho Viejo”Página 2 Pensamiento

Equipo

Dirección y CorrespondenciaAlmafuerte 2629 (CP. 1712) Castelar

Prov. Buenos Aires - ArgentinaTel: 4627-8486 / 4629-6086

E-mail: [email protected]@yahoo.com.ar

Sitio Web:www.derecho-viejo.com.ar

Directores:Dr. Camilo Guerra

Dr. Sebastián Guerra

Secretario de RedacciónProf. Lic. Federico Guerra

Colaboran en este númeroPadre Julio, omv

EDITORIAL

Escribe: Camilo Guerra

En la plenitud de los tiempos apa-reció un profeta que invitaba a la con-versión. No a convertirse a otra reli-gión, sino a convertirse hacia dentrode cada uno. Arrepentimiento y con-versión. Arrepentimiento de la ilusiónde separatividad y regreso a lo Uno.

El anuncio era acerca de la proximi-dad de la consciencia crística, de su ad-venimiento; algo que iba a aparecer comola gota que derrama el agua de un reci-piente. La plenitud de los tiempos sig-nifica el momento adecuado para sa-lirse del tiempo histórico y psicoló-gico e ingresar definitivamente entiempos apocalípticos o finales.

La calidad del tiempo es interior alhombre. No tiene relación alguna conlos tiempos cronológicos ni con los his-tóricos, ni tampoco con los psicológi-cos; es otra calidad de tiempo; se insi-núa en el evangelio con frases talescomo: “No se puede servir a dos

señores” o “el que no junta, despa-rrama” y se define con la frase “el queno está conmigo está en mi contra”.Estos conceptos al ser vividos se trans-forman en experiencias únicas que mar-can el ingreso a los tiempos apocalípticosindividuales.

No existe un apocalipsis exterior, nimenos aún de carácter general, enmar-cado dentro de alguna historia o de algu-na geografía.

Todos nuestros avances espiritualessuponen un apocalipsis interior. Cuandoel resucitado es reconocido, desapare-ce. Cuando ingresamos al mundo espiri-tual, con sus tiempos, el mundo de su-perficie explota.

Los tiempos apocalípticos no se en-señan ni se aprenden; no se los puedeproducir ni tampoco se los puede negar,ocurren.

Un hito de la vida espiritual, que mar-ca claramente un antes y un después, es

La calidad de los tiempos

el descubrimiento abrumador de quenuestro mundo es obra de nosotrosmismos, que lo hemos creado a nues-tra medida, y con el fin único de evo-lucionar, atravesando la materia hacialo espiritual.

Hemos atraído gracias y desgra-cias, pero ahora tenemos la certezade que no hubo ningún error. Nuncahay errores.

El descubrimiento que clarificatodo lo vivido, inevitablemente se daen un marco de dolor; no de sufrimien-to, sí de dolor.

Todo lo vivido es pasible de unanueva lectura. Revivimos lo anterior,a la luz de nuestro descubrimiento, lorevivimos y lo olvidamos; es del ma-terial de los sueños y no tiene otra rea-lidad que lo haga interesante.

Yo soy ahora; ni lo anterior nilo que puede venir puede seraceptable.

No se puede aceptar la muerte del egosi no se tiene otra vida además de lavida ilusoria; si uno no tiene su tesoroy su corazón fuera de sí, no sólo fuerade su persona, sino también fuera detodos sus sentimientos y pensamientos,más allá de todo lo que es cognoscible,en las manos de nuestro Padre que estáen lo secreto. De quienes esto cumplenpuede decirse que son engendrados delagua y el Espíritu; pues ya no son másuna doble obediencia, por una parte ala necesidad mecánica en la que estáninmersas por su condición terrena, ypor otra a la inspiración divina. Nadahay en ello que pueda llamarse “volun-tad propia”, “persona”, “yo”. No sonmás que una cierta intersección de lanaturaleza y Dios. Esta intersección esel nombre por el que Dios los ha nom-brado desde toda la eternidad, su vo-cación. En el antiguo bautismo por in-mersión, el hombre desaparecía bajo elagua; esto es negarse a sí mismo,aceptar que se es solamente un frag-mento de la materia inerte del que estáhecha la creación. Reaparecía de deba-jo del agua, elevado por un movimien-to ascendente más fuerte que la grave-dad, imagen del amor divino en el hom-bre. El símbolo que el bautismo en-cierra es el estado de perfección. Lapromesa ligada al bautismo es la dedesear y pedir a Dios este estado, per-petua e incansablemente, en tanto encuanto no se haya conseguido, comoun niño hambriento no deja de pedir pana su padre.

Pensamientosdesordenados

sobre DiosPor Simone Weil

En Capital Federal

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En Gran Buenos Aires

En estas direcciones puede retirar «Derecho Viejo»

Zona NorteAcassuso:

Ing. Maschwitz:Olivos:

Pilar:S. Fernando:

San Isidro:

Bonafide - Manzone 817Vivero Sunny - Frente a la plaza de Ing. MaschwitzBiblioteca Popular de Olivos - Maipú 2901Masajes Terapéuticos - Tucumán 669Librería Claretiana - Constitución 938La dietética de San Isidro - Cosme Beccar 229

Zona SurBerazategui:

BurzacoFcio. Varela:

La Plata:L. de Zamora:

Luis Guillón:Quilmes O.:Val. Alsina:

V. Domínico:

Ortopedia Héctor Cazorla - Calle 101 Nº 588Tienda y Mercería Hilda - Calle 55, e/ 158 y 159Farmacia La Rotonda del Vapor - Av. Espora 4095Bibliot. D. F. Sarmiento - España esq. BoccussiLibrería Claretiana - Calle 51 Nº 819Librería Claretiana - H. Yrigoyen 8833Santería de Schoenstatt - José Hernández 251Taller de Creaciones Populares - Av. Calchaquí 1027Dietética Olga - Ricardo Balbín 612Almacén Jorge - Oyuela 701

Zona OesteCaseros:Castelar:

F. Alvarez:

Lib. La cueva - Av. San Martín 2651Cobla Electricidad - Av. Arias 3437Lib. La Recova - M. Irigoyen 430Video Time - Almafuerte 2411Nva. Lib. Alemana - Bmé. Mitre 2466Lib. La cueva - I. Arias 2354Merc. y Lencería Zoe - Sta. Rosa 2011Lib. Castelar - Av. I. Arias 2378Kiosko Betty - Salcedo 2099Topacio Arte-sano - Rivadavia 20050, Loc 28Maxikiosco El Zurdo - Sanabria y Puerto Rico

Mar del PlataJosé Cupertino - Catamarca 1645Librería “Don Bosco”- Belgrano 4802

NeuquénMorgana Libros - Av. Arrayanes 262, Loc. 8 - Villa La Angostura

En el interior del país

Hurlingham:

Ituzaingó:

L. del Mirador:Luján:

Merlo:Moreno:

Morón:

R. Castillo:Ramos Mejía:

S. A. de Padua:

San Justo:San Miguel:V. Ballester:

Dietética La Pradera - Jauretche 943Regalería Alimey - Jauretche 1490Cobla Electricidad - Av. Roca 845Lib. Santa Teresita - Zufriategui 830,

loc. 2, Gal CentenarioDietética Los Girasoles - Soler 54Dietética A tu Gusto . Zufriategui 996Casa López - Av. San Martín 3566Kiosco Marianito - Lorenzo Casei

esq. MontevideoParque Gas - Av. San Martín 2435Librería Hadas - Asconape 139Librería Claretiana - San Martín 379Almacén El Barquito - Belgrano 308Librería Nuevo Mundo - Brown 1482Casa Franceschino - Bme. Mitre 822Farmacia Hualfin - Hualfin 2063Cent. Yoga Shamballa - Pueyrredón 56Dietética Hogar Verde - Pueyrredón 54Eva Decoraciones - Av. de Mayo 2143Cons.Odontológico Dr. Jorge Merlo -

Lambaré esq. LimayElectricidad Padua - Belgrano 295Kiosco Hortensia - Lambaré 1630Librería Sin orillas - Noguera 311 Loc 4Farmacia Comastri - Zárate 260Atelier Iluminación - Noguera 265Librería Claretiana - Ignacio Arieta 3045Librería S. Francisco - Sarmiento 1468Papelería Com. Fabi - Lamadrid 1793

Zona Oeste

ChivilcoyLibros Adagio - Av. Soarez 80

TandilCobla Electricidad - Tel.: 022-93-453311 -Av. Del Valle esq.

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Diseño y DiagramaciónDerecho Viejo

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“Derecho Viejo” Página 3

Siempre ha habido gigantes en el océa-no del mundo. Son los postes indicadores,aquí y allá, que dirigen la marcha de lahumanidad. Son verdaderos gigantes; sussombras cubren la tierra, perduran eter-namente. La luz de Dios está en todaspartes, es omnipresente; pero vemos másintensamente en una de las gigantescaslámparas de la tierra: los profetas, las en-carnaciones, las personificaciones de Dios.

Elige a uno de estos grandes mensaje-ros de luz, compara su personalidad conel ideal más elevado de Dios que te hayasformado y comprobarás que no puedesimaginar un ideal de Dios más elevado quelo que éste encarna, que lo que lleva a la

práctica y nos pone delante como ejem-plo. Entonces, ¿es un error adorar a estasencarnaciones de Dios? Si realmente sontan elevadas como nuestras nociones deDios, ¿qué daño puede hacer adorarlas? Nosólo no nos hacen ningún daño, sino queson una forma positiva de adoración. Estasencarnaciones de Dios han sido adoradasen todas las épocas y en todos los países.

Ahora vamos a estudiar un poco la vidade Cristo, la encarnación de los judíos.Cuando Cristo nació, los judíos estabanen el estado que yo denomino una caídaentre dos olas; un estado de conservacio-nismo, en el que la humanidad estabacomo cansada de seguir avanzando, y sólose preocupaba de lo que ya había conse-guido; un estado en el que se prestabamás atención a los rituales y a los de-talles que a los grandes problemas vi-tales de la vida.

Los judíos estaban cercados por ene-migos externos, confinados alrededor desu centro por el poder romano y las ten-dencias helénicas del intelecto (cercadosa nivel físico, mental y moral) , y poseíanuna tremenda fuerza innata y conserva-dora, que sus descendientes no han per-dido ni siquiera en la actualidad.

Los judíos fueron obligados a concen-

trarse y a poner todas sus energías enJerusalén y en el judaísmo y, como todoslos poderes que se reúnen, no pudieronmantenerse recogidos; tenían que expan-dirse. No hay ningún poder sobre la tierraque pueda conservarse dentro de un lími-te demasiado estrecho. No se puede com-primir ningún poder durante mucho tiem-po y evitar que se expanda en un períodosucesivo.

La energía concentrada del pueblo ju-dío encontró su expresión en el surgimien-to del cristianismo. Los pequeños arro-yos se convirtieron en ríos. Gradualmen-te, todos los ríos se unieron y se convir-tieron en un gran río. En la cima de unade sus olas poderosas vemos a Jesús deNazaret. En él se encarnó todo lo mejor ymás grande de su pueblo, el sentido por elque habían estado luchando durante si-glos, y él representó el impulso hacia elfuturo, no sólo para su pueblo, sino tam-bién para un incontable número de otrospueblos del mundo.

Ten en cuenta que mi visión del granprofeta de Nazaret sigue necesariamentela perspectiva de Oriente. Muchas vecesolvidamos que Jesús fue un oriental. To-dos los símiles, todas las imágenes quellenan la Biblia (las escenas, los lugares,

las actitudes, los grupos, la poesía y elsimbolismo) se refieren a Oriente: el cielobrillante, el calor, el sol, el desierto; la sedde personas y animales; las mujeres concántaros sobre la cabeza para llenarlos enpozos; los rebaños, los campesinos, los cul-tivos por doquier; los molinos de agua y larueda de agua que los hace girar. Hoy en díapodemos ver todas estas cosas en Asia.

Así que descubrimos que Jesús deNazaret era un verdadero hijo de Oriente.Como tal, no creía en este mundo efíme-ro ni en sus diversas pertenencias. No te-nía ataduras familiares, ni interés algunoen las posesiones, el poder o la riqueza.¿Crees que este hombre tenía algún con-cepto físico en su interior? Él era el Alma:solamente el Alma, funcionando simple-mente a través de un cuerpo por el biende la humanidad; y ésa era toda su rela-ción con el cuerpo.

Él no tenía ningún concepto de símismo aparte del de ser Espíritu. Élera el Espíritu desencarnado, ilimitado, li-bre. Y no sólo eso, sino que con su mara-villosa visión había descubierto que todoslos hombres y mujeres, judíos o gentiles,ricos o pobres, santos o pecadores, eranla encarnación de ese mismo Espíritu. Porconsiguiente, la única misión de toda suvida fue alentar a los demás a que se die-sen cuenta de su naturaleza espiritual.“Dejad estos supersticiosos sueños queos dicen que estáis abajo y que sois po-bres”, decía. Dejad de pensar que sois es-clavos y que estáis atrapados y tiraniza-dos. En vuestro interior hay algo que nopodrá ser tiranizado jamás, nunca podránatraparlo, ni molestarlo, ni asesinarlo. Vo-sotros sois hijos de Dios, Espíritu Eterno.“Sabed”, decía, “que el reino de los cielosestá en vuestro interior”. No os limitéis adecir: “Yo soy un hijo de Dios”, descu-brid en el núcleo de vuestro corazón que“mi Padre y yo somos uno”. Esto es loque decía Jesús de Nazaret. Él no hablabajamás de este mundo ni de esta vida. Notenía nada que ver con ella, excepto quequería descubrir al mundo tal y como era,darle un empujón y propulsarlo hacia de-lante para que alcanzase la luz brillante deDios, para que el mundo entero se hicieseconsciente de su naturaleza espiritual.

Por tanto, como oriental, yo sólo quieroadorar a Jesús de Nazaret de una forma:quiero adorarle como Dios. ¿Decís acasoque no tengo derecho a adorarle así? Si lobajamos a nuestro nivel y simplemente lemostramos algo de respeto como granhombre, ¿qué sentido tiene adorarle?Nuestras escrituras dicen: “Estos grandeshijos de la Luz, que manifiestan la Luz ensí mismos, ellos, al ser adorados, se vuel-ven uno con nosotros, y nosotros nosvolvemos uno con ellos”.

Extraído de“Las cuatro vías del yoga para llegar a Dios”

Jesús, el gran profeta de Nazaret

SwamiVivekananda

El desafío a través de las culturas de nuestra época es que,al menos que el bárbaro, el mleccha, el goy, el infiel, el negro,el cafre, el extranjero o extraño estén invitados a ser tú. Másallá de los de mi propio clan, tribu, raza, iglesia o ideología.

No queda mucha esperanza para el planeta.Existe algo beligerante en nuestra cultura, que nos hace ver

a los otros como enemigos: como paganos, cafres, infieles ydemás. No es casual que la civilización occidental haya desa-rrollado su arsenal de armas para la destrucción masiva, in-mensa tanto en su eficacia como en cantidad.

Nuestra preocupación con el problema de la paz, con lareducción del armamento, con eliminar la violencia en nues-tras calles, repetidamente fracasa cuando trata de enfrentar laspreguntas básicas subyacentes. Sin lugar a dudas, nuestra cul-tura tecnocrática, su obsesión con el aceleramiento por el ace-leramiento mismo, ha transgredido los ritmos naturales de lamateria y de nuestras mentes y dado como resultado una so-ciedad tan poco pacífica que, en nuestro tiempo, lograr la pazparece algo impensable. Principalmente, la paz no involucra lahomogeneización de todo, no exige la negación de las polarida-des sino la participación de o la contribución con los Ritmosconstitutivos de la Realidad.

¡El discurso sobre la paz tiende a tejer sueños idílicos debendiciones paradisíacas, como si la esencia de la historia delEdén no consistiera en un paraíso que fue perdido! Nuestrodestino exige superación, la no negación, las restricciones dentrode las cuales corremos el peligro de tropezar. Más de mil víc-timas de guerra han muerto cada día, desde el fin de la Segun-da Guerra Mundial. En este momento, alrededor de veinte con-flictos armados están “rugiendo”. Hay millones de refugiados,de niños de la calle, de hombres sin techo y hambrientos. Nodebemos subestimar el nivel de deshumanización en el que hacaído nuestra especie.

Si puede preservarse alguna forma de paz interior, todavíaexiste oportunidad para la supervivencia humana, ya que sinpaz interior el espectro de plagas sociales e individuales puededeberse a esta falta de paz interior sin la cual no es posible quehaya paz externa, pues causa la competitividad que siempretermina en derrota y dispara el deseo de la venganza despiadada.¿Existe alguna otra manera de mantener la paz interior en nues-tro medio ecológico irresponsablemente humano, de violenciae injusticia, como no sea la de consagrarse uno mismo a aliviarel sufrimiento y la injusticia?

La vida comprendida como la Sabiduría y Compasión nosayuda a sanar la brecha entre la paz interna y la externa. Este

es el mensaje del Buda, el ejemplo deCristo, el misterio de Vedanta. La na-turaleza de la paz es la gracia.

La paz no puede “conquistarse”para uno ni puede imponerse sobre losdemás. Uno no puede “luchar” por lapaz del modo como lucha por los pro-pios derechos o aun por la justicia. ”Lu-char por la paz” es contradictorio.Necesitamos una forma más “femenina” de recibir y transformarlo que recibimos; este contexto “femenino” se refiere a compen-sar lo que una mentalidad exclusivamente masculina ha asociadoy reforzado como valores positivos.

Que la victoria nunca conduce a la paz no es una afirmaciónteórica sino una definición empírica: alrededor de ocho mil trata-dos de paz fueron firmados en este último milenio de la historiahumana. Ninguno de ellos produjo paz duradera. Los derrotados,ni comparten ni disfrutan de la paz impuesta por los vencedores.Ninguna cultura, religión, tradición pueden resolver los proble-mas, de forma aislada. La palabra clave hoy es pluralismo.

No existe una espiritualidad auténtica que ignore al mundoverdadero. La humanidad debe haber aprendido finalmente laslecciones de la historia, debe haber comenzado por fin a contem-plar que es posible una humanidad universal transhistórica. Nosólo nuestro tiempo está maduro para tal mutación antropológica,es una cuestión de supervivencia o extinción. En el pasado, amenudo las religiones trajeron paz interior a sus seguidores, mien-tras luchaban guerras externas contra los demás. Esta incongruen-cia es tan manifiesta hoy, que el autoentendimiento de las religio-nes está comenzando a cambiar hacia una preocupación respectode traer la paz a la humanidad y al planeta, comprender la “paz”como símbolo universal, lo suficientemente pluralístico como paraincorporarlo en sus enseñanzas.

Perdón, reconciliación, diálogo continuo llevan a la paz, unapaz que es un avance, no un retroceso, porque cualquier regresoa un statu quo es una idea fantástica. Para poder perdonar, paradialogar, para establecer una reconciliación, se necesita una for-taleza más allá del orden mecánico de la acción y la reacción. Unonecesita al Espíritu Santo, karuna, charis, amor, no sólo senti-mientos individuales merecedores de alabanza, sino comprendi-dos como los pilares del universo.

Para salvar a la humanidad, debemos transformarnos en Humanos.

F. Franck, J. Roze y R. ConnollyExtraído de “¿Qué significa ser humano?”

¿Qué significa ser humano?

Por Raimon Panikkar

Avanzando

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“Derecho Viejo”Página 4

El ser humano vive inmerso en un mun-do lleno de contradicciones y sufrimien-tos producto del peor de los pecadoscontra su verdadera naturaleza que es laignorancia. Cegado por la misma, olvi-da su verdadero Ser, causándole todoslos males conocidos.

Cuando comprende –aún cuando sólosea por inferencia– la verdadera naturale-za de la Creación y la relación de la mis-ma con él mismo (que la Creación no esmás que la condensación o materializa-ción de un juego de ideas del Creador yque el cuerpo físico del hombre formaparte de ese mismo juego de ideas, mien-tras que solo en espíritu está hecho a ima-gen y semejanza del Creador. Ver Génesis1:27: “Y creó Dios al hombre a su ima-gen, a imagen de Dios lo creó...” y cuan-do más aún, llega a comprender que seencuentra por completo bajo la influenciade la oscuridad que ocasiona esta Crea-ción Ilusoria (Maya) que lo lleva a teneruna concepción errada de la existencia quele impiden ver con claridad su rol y el ver-dadero escenario de su vida, surge natu-ralmente el deseo de aliviar todos los ma-les que le toca vivir. Es entonces que esealivio del mal y del sufrimiento, se trans-forma en el supremo fin de su vida. Amenos que el hombre se divinice, elevan-do su ser por sobre la oscuridad o Maya,le es imposible al hombre de este mundomaterial comprender al Padre Eterno,Dios, la única Substancia del Universo.Ver San Juan 8:28: “Les dijo, pues, Jesús:Cuando hayáis levantado al Hijo del hom-bre, entonces conoceréis que yo soy”.

Descubre así la invalorable guía de lasEscrituras profundizando en sus mensa-jes y tomando en cuenta el ejemplo de viday las enseñanzas de los santos y seres rea-lizados espiritualmente. Su liberación con-siste en afianzarse en su verdadero Ser,en ir más allá de esta creación-idea de Diosy poder superar el cautiverio que ella im-plica, con su bagaje de limitaciones pro-ducto de la identificación y sometimientoal relativismo de la dualidad. Se sitúa enese punto de inflexión donde vislumbracon razón, que vive en el infierno que supropia ignorancia ha creado.

Se da cuenta que su verdadero Seres el Espíritu Eterno y busca anhelantedespojarse de la larga cadena de erroresque engrillan su libertad. Vislumbra quedicha libertad implica deshacerse de susproblemas y satisfacer cada deseo nobley auténtico de su corazón. Comienza aesforzarse por conseguir paz y dichaduradera ante toda circunstancia.

Mientras el hombre se mantenga men-talmente identificado con el cuerpo físicoque alimenta su ego, no dejará de padecer

debido a que los deseos de su corazónpermanecerán insatisfechos. Las pruebasa las que se verá enfrentado por este ac-cionar en la vida, no dejarán de acosarlo yrepetirse hasta que descubra que abrigauna concepción equivocada de la mismay por ende de la Creación toda.

El hombre olvida que esta creación fí-sica es esencialmente nada,sino un mágico e ilusorio es-cenario pasajero que el Crea-dor le dio a su alma para quecrezca en conciencia y quesolo el Espíritu Eterno, es laúnica Substancia Real.

Esta ignorancia a la que seve sometido no solo constitu-ye un mal en sí mismo sino quees también el origen de todoslos demás males humanos.

Las enseñanzas yóguicasesclarecen estos puntos y sos-tienen que la ignorancia(Avidya) es abrigar un concep-to equivocado (de la creación);el concepto errado de creer enla existencia de aquello que no existe. Alconjunto de la creación material se la de-nomina Maya o la gran Ilusión Cósmica(el poder del Señor de dar origen a crea-ciones ilusorias) debido al poderoscurecedor de esta ilusión, el hombrepiensa que esta creación material es lo úni-co que existe substancialmente y que nadahay más allá de ella, entorpeciendo su en-tendimiento y dando origen a:

El egoísmo que es el resultado de laincapacidad de discernir entre el cuerpofísico y el verdadero Ser.

La tenacidad ciega que resulta de lasujeción al orden físico natural, (es decirla creencia de que la Naturaleza y sus le-yes tienen poder absoluto, en lugar de creeren los omni-causales poderes del alma).El hombre se aferra a la creencia en la“realidad” física por sobre la espiritual.

El apego significa el ansia de obtenerdel mundo material aquello que aporta fe-licidad.

La aversión significa el deseo de eli-minar aquello que produce sufrimiento deese mundo material.

Debido a la influencia de estos cincomales (la ignorancia, el egoísmo, la te-nacidad ciega, el apego y la aversión),el hombre se ve inducido a involucrarseen la acción egotista y por este motivo vsufre las consecuencias.

Como contrapartida el corazón delhombre busca la cesación de todo sufri-miento, de todo dolor, de modo que surecurrencia sea imposible. Por lo tanto estose convierte en el fin supremo: liberarsecompletamente de la infelicidad.

Se ponen en evidencia de esta formalos tres grandes anhelos (del corazón hu-mano): Existencia, conciencia y gozo. Elhombre siente naturalmente la necesidadde percibir la existencia de una formaconsciente y gozosa. Estas tres cualida-des constituyen la verdadera naturaleza delser humano.

El Gozo. Cuando el ser humano lograla gracia de la guía Divina por seguir lospreceptos de una vida equilibrada y vir-tuosa, le es posible encauzar su atenciónhacia el interior satisfaciendo entonces to-dos los deseos de su corazón, obteniendoasí el contentamiento o Gozo verdadero.

La Conciencia se manifiesta cuandoobtenido el gozo del corazón, el ser hu-mano puede fijar su atención en cualquiercosa que desee y comprender todos susaspectos. Aparece así gradualmente laConciencia de todas las modificaciones dela Naturaleza: desde su primera manifes-tación originaria –el Verbo, la Palabra oVibración Creadora (Amén u Om)– hastael verdadero Ser del hombre. Ver Apoca-lipsis 3:14 y San Juan 1:1, 3,14: “He aquíel Amen, el testigo fiel y verdadero, elprincipio de la creación de Dios”. “En elprincipio era el Verbo, y el Verbo eraDios... Todas las cosas por él fueron he-chas, y sin él nada de lo que ha sidohecho, fue hecho... Y aquel Verbo fue

hecho carne, y habitó entre nosotros”.El ser humano comienza a arrepentir-

se de todos sus errores y a retornar haciasu Divinidad. (Se hace mención a este puntoen Apocalipsis 2:5: “Recuerda por tanto, dedonde has caído, y arrepiéntete”. )

La existencia se va revelando mediantela realización de la permanencia del alma

que se obtiene con la medita-ción constante. El contacto re-petido con la única Realidad delEspíritu va revelando la verda-dera existencia.

Estas tres cualidades son lasverdaderas necesidades del co-razón humano. No tienen rela-ción alguna con cuanto es aje-no a su propio Ser, sino queson propiedades esenciales dela naturaleza humana.

Al tomar conciencia el serhumano de la verdadera identi-dad y de la naturaleza de su Ser,se va despojando gradualmen-te de toda las envolturas de laIgnorancia y el fin supremo del

corazón es logrado. Esto es, alcanzar ypermanecer en el Gozo de Dios su Crea-dor, única meta tanto si se encuentra enmeditación profunda, como en medio de lavorágine de su vida de relación cumpliendocon el rol que le ha tocado en suerte repre-sentar en la misma para su evolución.

Una vez satisfechas todas las necesi-dades de su verdadera naturaleza, el hom-bre con el corazón –perfectamente puri-ficado– no sólo refleja la luz espiritual sinoque manifiesta dicha luz activamente estoes, manifiesta su Conciencia Crística enplenitud. El hombre comprende su Sercomo un fragmento del Espíritu SantoUniversal y, abandona la idea deseparatividad, se vuelve uno con Dios: elObjetivo Supremo de todo ser creado. VerSan Juan 14:11: “Creedme que yo soy enel Padre, y el Padre en mí”.

La suprema meta(A la luz de la Ciencia Yoga y los Evangelios)

Aceptar Una Suprema Realidad de la cual toda la creación es un eco, renunciar acualquier intento de juzgar lo que es Divino y lo que no...

Reconocer el Absoluto en cada aspecto de la experiencia que golpea en mí, ver alTodo en todas sus partes, sin prejuicio...

Reconocer lo visible como una pálida sombra de lo no visible, y a todo lo que pareceseparado, como si fuera Uno.

Confiar en Todo, mediante Todo. Que no existe la oscuridad para siempre en estemomento, que eternamente oscila con Eso que es.

Una quietud en constante movimiento... Dar la bienvenida a la paz que está presenteen cada segundo, sin excepción, aun cuando parezca una confusión...

Confiar que en cada disturbio se oculta la Paz. Aceptar mi “completud”, al aceptar-me así como soy, y tu “completud”, cuando te ofreces como eres.

Aceptar mi totalidad como una bendición a través de todas las fallas obvias...Reconocer el Amor como la única Realidad, y en este Amor, toda la paz y la plenitud.Renunciar a todas las opiniones, aceptar la totalidad... Hacerme cargo del egoísmo

de mi pequeño yo: Señal de que no soy lo que pienso que soy.Dar la bienvenida a la oscuridad, sólo como la sombra de la luz. Darme cuenta de

todo lo que soy afuera y de todo lo que soy adentro.Dedicar todo lo que parezco ser a lo que soy realmente en gratitud, en admiración,

que Todo pueda ser Gloria.

F. Franck, J. Roze y R. Connolly - Extraído de “¿Qué significa ser humano?”

¿Qué significa ser humano?Por Gillian Kean

Escribe: Juan del SolFuente bibliográfica: “La Ciencia Sagrada”

del Swami Sri Yukteswar

Enfoques

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“Derecho Viejo” Página 5

Es una obra de mediados o fines delsiglo II, que se encuentra citada por pri-mera vez, y es atribuida a los herejes, enla Refutación de todas las herejías de sanHipólito de Roma (primeras décadas delsiglo III). Más tarde aparece citada porOrígenes, Eusebio de Cesarea, san Cirilode Jerusalén y otros, que siempre la con-sideraron como perteneciente a círculosseparados de la Iglesia. Solamente fueaceptada por algún grupo de los gnósticos,y particularmente por los maniqueos. Ellibro de los Salmos Maniqueos contienemuchos textos extraídos del evangeliode Tomás.

En 1897 y 1903 se encontraron enOxyrhynchus (Egipto) los fragmentos detres manuscritos del Evangelio de Tomásen lengua griega, que actualmente se en-cuentran en Ozdoes, Londres y Harvard.A mediados del siglo XX se halló en labiblioteca gnóstica de Nag-Hammadi unmanuscrito del siglo IV que contenía eltexto íntegro del Evangelio de Tomás enlengua copta, posiblemente traducido delgriego. Actualmente se halla en el MuseoCopto de la ciudad de El Cairo (Egipto).Inmediatamente después de su descubri-miento se difundió por traducciones y co-mentarios pu-blicados endistintas len-guas.

El evange-lio se presen-ta como es-crito por elapóstol To-más, que en elevangelio deJuan, pero noen los otrosevangelios, esllamado tam-bién “el Melli-zo (Dídimo)“Mellizo” enhebreo se diceTe’om, y en arameo Te’omâ, que suenancomo “Tomás”, pero no aparece que seusara como nombre de persona. En elEvangelio de Tomás, este discípulo llevacomo segundo nombre “Judas”. En otrosapócrifos, los gnósticos dicen que era her-mano mellizo de Jesús, identificándolo conJudas, el “hermano de Jesús” de Mc 6,3.

La iglesia de Siria tenía una venera-ción especial por santo Tomás, y se decíaque su sepulcro estaba en la ciudad deEdesa (Siria). Los apócrifos escritos ensiríaco o conservados en esa lengua, ysobre todo los de carácter gnóstico, con-ceden mucha importancia a este apóstol.Por esa razón se supone que el Evangeliode Tomás se originó en alguna comunidadgnóstica residente en Siria (¿Edesa?), enuna fecha imprecisa dentro de la primeramitad del siglo II. No se sabe con certezacuál ha sido su idioma original.

La comunidad que produjo el Evange-lio de Tomás pretendía desligarse de laautoridad de Pedro, al que el resto de laIglesia reconocía como “la Roca” y elpastor universal, como consta en Mt 16,16 y Jn 21, 15-17. Esto se ve porque se-ñala a Santiago como el principal de losapóstoles:

Los discípulos le dijeron a Jesús:“Sabemos que tú nos dejarás; ¿quiénserá el mayor entre nosotros?” Jesús

les dijo: “En cualquier lugar que se re-únan, diríjanse a Santiago el Justo, por-que el cielo y la tierra fueron creadospor causa de él”. (12)

Y a continuación se dice que Tomáses privilegiado con revelaciones que losdemás apóstoles, incluso Pedro, desco-nocen:

Dijo Jesús a sus discípulos: “Haganuna comparación y díganme a quién meparezco”. Simón Pedro le dijo: “Te pa-reces a un ángel justo”. Mateo le dijo:“Te pareces a un filósofo, a un sabio”.Tomás le dijo: “Maestro, mi boca estotalmente incapaz de decir a quiénte pareces”. Respondió Jesús: “Yo yano soy tu maestro, porque has bebidodel manantial que yo mismo heexcavado y te has embriagado”. Luegolo llevó con él, se apartó y le dijo trespalabras. Cuando Tomás volvió a don-de estaban sus compañeros, ellos lepreguntaron: “¿Qué te dijo Jesús?” To-más respondió: “Si yo les revelara unasola palabra de las que me dijo, ustedestomarían piedras y me las arrojarían.Entonces, de ellas saldría fuego que losdevoraría”. (13)

Tomás es incapaz de decir a quién separece Jesús porque ha llegado a com-prender que el Señor es una partícula di-vina. A su vez, Jesús le ha revelado a To-más algo que si él lo dijera a los demás,estas los apedrearían considerándolo unblasfemo: Jesús le ha hecho saber a To-más que también su espíritu es una partí-cula de la divinidad.

El Evangelio de Tomás contiene 114“dichos”, que son pronunciamientos deJesús o respuestas a preguntas de sus dis-cípulos. Varios de estos “dichos” son pa-ralelos a otros que se encuentran en losEvangelios canónicos, algunos reprodu-cidos casi al pie de la letra, pero otros connotables diferencias de sentido y de vo-cabulario. Muchos autores se preguntansi el autor del Evangelio de Tomás cono-ció los evangelios canónicos y si dependede ellos. Esto no está comprobado, perose puede suponer que las tradiciones pro-venientes de Jesús que circulaban en for-ma oral antes de ser puestas por escritofueron conocidas tanto por los autores delos evangelios canónicos como por el au-tor del evangelio de Tomás. Este últimoescogió sólo las tradiciones que se refe-rían a las palabras de Jesús, y las elabo-ró y adaptó de acuerdo con su propiadoctrina gnóstica.

En el Evangelio de Tomás, como en

todos los sistemas gnósticos, Jesús es sólo“revelador”, de modo que no hay interéspor sus hechos. Jesús aparece únicamen-te como Maestro revelador de conoci-mientos, y no se menciona su condiciónde Redentor por su pasión, su cruz y suresurrección. Cuando se hace referen-cia a la cruz y a la muerte del Señor (55y 65), no se dice que tengan valor re-dentor. El medio para la salvación esel conocimiento:

Y dijo: “El que encuentre la in-terpretación de estas palabras no ex-perimentará la muerte” (1).

El conocimiento al que se hace refe-rencia es el conocimiento de sí mismo quedebe adquirir el discípulo:

Dijo Jesús: “El que conoce el todo,si no tiene conocimiento de sí mis-mo, carece de todo” (67).

Se entiende que es el conocimiento dela propia pertenencia a la esfera de la divi-nidad. El hombre debe llegar a conocerque lleva en él un elemento divino:

Cuando lleguen a conocerse a us-tedes mismos, entonces serán cono-cidos y se darán cuenta de que sonlos hijos del Padre Viviente (3).

Jesucristo es el modelo de este cono-cimiento, y el ideal del discípulo consisteen identificarse con Jesús:

Jesús dijo: “El que beba de miboca, será como yo; y yo mismo meconvertiré en él, y le será reveladolo que está oculto”. (108).

El “conocimiento” ocupa un lugar tancentral, que se deja de lado (o incluso serechaza) todo lo referente al mundo y alhombre.

Dijo Jesús: “El que no odie a supadre y a su madre, no podrá ser midiscípulo. Y el que no odie a sus her-manos y hermanas, y no cargue sucruz como yo, no llegará a ser dignode mí” (55);

Jesús dijo: “Es miserable el cuer-po que depende de un cuerpo, y esmiserable el alma que depende deestos dos” (87).

El discípulo perfecto es el que logradesprenderse de todos los lazos que lounen con el mundo y es un “solitario”:

Dijo Jesús: “Yo los elegiré: uno en-tre mil y dos entre diez mil; y resultaráque serán como uno solo” (23);

Dijo Jesús: “Felices ustedes, los so-litarios y los elegidos: porque encon-trarán el Reino, ya que de él vienen y aél volverán” (49);

Jesús dijo: “Muchos están junto ala puerta, pero sólo los solitarios en-trarán en la cámara nupcial” (75).

En el sistema gnóstico, la verdaderaMadre de Jesús es el Espíritu Santo; Ma-ría es solamente Madre de la carne de Je-sús. Por eso Jesús “ama” a su Madre (=elEspíritu Santo), y “odia” a su madre carnalque le dio la carne mortal. Totalmente dife-rente de lo que se enseña en el cristianismo:

Jesús dijo: “El que no odia a supadre y a su madre como yo, no po-drá ser mi discípulo; y quien no amaa su padre y a su madre como yo, nopodrá ser mi discípulo; porque mi

madre me ha engendrado; pero miverdadera madre me ha dado la vida”(101).

Adán, en el momento de la creación,era uno, porque reunía lo masculino y lofemenino. Pero una vez que Eva fue sa-cada de su cuerpo, perdió la unidad y fue-ron dos personas:

Cuando ustedes eran una sola cosa,se hicieron dos; después de habersehecho dos, ¿qué van a hacer? (11).

Esta era la visión judeo-helenística delmito griego del “andrógino”. Para el Evan-gelio de Tomás, la salvación consiste enrevertir la división, volviendo a la situa-ción original de Adán en el paraíso antesde la creación de la mujer. Por esa razón seda un especial énfasis al tema de la unidad:

Jesús dijo: “Cuando hagan de doscosas una sola, serán hijos del hom-bre; y si dicen: ¡Montaña, trasláda-te de aquí!, se trasladará” (105).

Jesús les dijo: “Cuando hagan dedos cosas una, y hagan lo interiorcomo lo exterior, y lo exterior comolo interior, y lo de arriba como lo deabajo, y de lo masculino y lo feme-nino hagan una sola cosa, de mane-ra que lo masculino no sea masculi-no y lo femenino no sea femenino;cuando hagan ojos en lugar de unsolo ojo y una mano en lugar de unamano y un pie en lugar de un pie yuna imagen en lugar de una imagen,entonces entrarán en el Reino” (22);

Simón Pedro les dijo: “¡Que Maríase aleje de nosotros, porque las muje-res no son dignas de la vida!” Jesúsdijo: “Mira, yo me encargaré de hacer-la varón, para que ella también sea unespíritu viviente, como ustedes los va-rones: porque toda mujer que se hagavarón, entrará en el reino del cielo” (114).

Extraído de“Los Gnósticos y el Evangelio de Judas”

Nació en1933. Es sacer-dote de la Arqui-diócesis de Bue-nos Aires, licen-ciado en Teolo-gía (Facultad deTeología - UCA)y en SagradasE s c r i t u r a s(Pontificia Comi-sión Bíblica), yprofesor titularde Sagradas Es-crituras en la Fa-cultad de Teología de la UCA y en varioscentros teológicos y seminarios del paísy del exterior.

Luis H. Rivas

El Evangelio de Tomás

MaximilianoPéjkovichAbogado - Mediador

Esmeralda 980 2º A (C1007ABL)

Ciudad de Buenos Aires, República Argentina

Mail: [email protected]

Tel: 4312-2597 4516-0572Cel: 15 4037 6099

Desde muy lejos

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“Derecho Viejo”Página 6

–La creencia en Dios ha sido unpoderoso incentivo para vivir mejor.¿Por qué niega usted a Dios? ¿Por quéno trata de hacer revivir la fe del hom-bre en la idea de Dios?

–Consideremos el problema de unamanera amplia e inteligente. Yo no niego aDios; sería una necedad hacer tal cosa.Sólo el hombre que no conoce la realidadgusta de palabras sin sentido. El hombreque dice que sabe, no sabe; el hombre queestá viviendo la realidad de instante en ins-tante, no tiene forma de comunicar esarealidad.

La creencia es una negación de laverdad; la creencia impide la verdad;creer en Dios no es encontrar a Dios.Ni el creyente ni el incrédulo encontrarána Dios, porque la realidad es lo descono-cido, y vuestra creencia o no creencia enlo desconocido es una mera proyecciónde vosotros mismos y por lo tanto no esreal. Yo sé que vosotros creéis, y que estotiene muy poco significado en vuestravida. Hay mucha gente que cree; millonesde personas creen en Dios y así hallanconsuelo. En primer lugar, ¿por quécreéis? Creéis porque eso os brinda satis-facción, consuelo, esperanza, y decís queda sentido a la vida. Vuestra creencia, enrealidad, tiene un significado más bien es-caso, porque creéis y explotáis al próji-mo, creéis y matáis, creéis en un Diosuniversal y os asesináis entre vosotros. Elhombre rico cree también en Dios; explo-ta cruelmente a los demás, acumula dine-ro y luego edifica un templo o se hacefilántropo.

Los hombres que arrojaron la bombaatómica sobre Hiroshima decían que Diosestaba con ellos; los que volaron de In-glaterra para destruir Alemania decían queDios era su copiloto. Los dictadores, losprimeros ministros, los generales, los pre-sidentes, todos hablan de Dios, tienen in-mensa fe en Dios. ¿Realmente prestan susservicios para hacer más feliz la vida delhombre? Los hombres que dicen que creenen Dios han destruido la mitad del mundoy la otra mitad sufre y padece. Por causade la intolerancia religiosa existen las divi-siones de la gente en creyentes y no cre-yentes, lo cual conduce a las guerras dereligión. Esto indica cuán inclinada a lapolítica está vuestra mente.

¿Es la creencia en Dios “un pode-roso incentivo para un mejor vivir”?¿Por qué deseáis un incentivo para vi-vir mejor? Vuestro incentivo, segura-

mente, tiene que ser vuestro propiodeseo de vivir de un modo puro y sen-cillo, ¿no es así? Si esperáis algo de unincentivo, no os interesa el hacer la vidaposible para todos sino tan sólo vuestroincentivo, que es diferente del mío; y nospeleamos por el incentivo. Mas si vivimosfelices juntos, no porque creamos en Diossino porque somos seres humanos, en-tonces compartiremos enteramente losmedios de producción a fin de producircosas para todos. Por falta de inteligenciaaceptamos la idea de una superinteligenciaa la que llamamos “Dios”; pero la idea deeste “Dios”, esta superinteligencia, no vaa brindarnos una vida mejor. Lo que con-duce a una vida mejor es la inteligencia; yno puede haber inteligencia si hay creen-cia, si hay divisiones de clase, si los me-dios de producción están en manos deunos pocos, si hay nacionalidades inde-pendientes y gobiernos soberanos. Todoesto, evidentemente, indica falta de inteli-gencia, y es la falta de inteligencia loque impide una vida mejor, no el nocreer en Dios.

Todos vosotros creéis de diferentesmaneras, pero vuestras creencias carecende cualquier realidad. La realidad es lo quesois, lo que hacéis, lo que pensáis; y vues-tra creencia en Dios es una simple eva-sión de vuestra vida monótona, necia ycruel. Más aún, la creencia divide invaria-blemente a los hombres: ahí está el hindú,el budista, el cristiano, el comunista, elsocialista, el capitalista, y así sucesivamen-te. La creencia, la idea, divide; jamásune a la gente. Puede que juntéis a unoscuantos en un grupo, pero ese grupo seopone a otro grupo. Las ideas y las creen-cias nunca son unificadoras; por el con-trario, son separadoras, desintegradorasy destructivas. Por lo tanto, vuestra creen-cia en Dios está de hecho extendiendo ladesdicha por el mundo; aunque os hayaaportado un momentáneo consuelo, enrealidad os ha traído más desdicha y des-trucción en forma de guerras, hambre,divisiones de clase, y la acción despiadadade determinados individuos. Así pues,vuestra creencia carece totalmente de va-lor. Si realmente creyerais en Dios, siello fuera para vosotros una experien-cia real, entonces en vuestro rostrohabría una sonrisa; no destruiríais alos seres humanos.

Ahora bien, ¿qué es la realidad? ¿Quées Dios? Dios no es la palabra, la palabrano es la cosa. Para conocer aquello que

es inconmensurable, que no pertenece altiempo, la mente debe estar libre del tiem-po, lo cual significa que la mente debe estarlibre de todo pensamiento, de todas lasideas acerca de Dios. ¿Qué sabéis acercade Dios o de la verdad? Vosotros, de he-cho, nada sabéis acerca de esa realidad.Todo lo que sabéis son palabras, las ex-periencias de otros o algunos momentosde experiencias propias más bien vagas.Eso, con seguridad, no es Dios, no es larealidad; eso no está fuera del ámbito deltiempo. Para conocer aquello que estámás allá del tiempo, debe comprenderseel proceso del tiempo, que es el pensa-miento, el proceso de llegar a ser algo, laacumulación de conocimientos. Éste estodo el pasado de la mente; la mente mis-ma es el pasado, tanto la conscientecomo la inconsciente, la colectiva y la in-dividual. La mente, pues, debe estar librede lo conocido, lo cual significa que lamente debe estar en completo silencio, noser forzada al silencio. La mente que lo-gra el silencio como un resultado, comoconsecuencia de una acción determi-nada, de la práctica, de la disciplina,no es una mente silenciosa. La menteforzada, dominada, moldeada, encuadra-da y mantenida en silencio, no es unamente serena. Puede que duran-te un tiempo consigáis forzar lamente a estar superficialmente ensilencio, pero una mente así noes una mente serena. La sereni-dad sólo llega cuando compren-déis el proceso del pensamien-to en su totalidad, porque com-prender el proceso es darle fin,y al cesar el proceso del pen-samiento, empieza el silencio.

Sólo cuando la mente está encompleto silencio, no únicamen-te en el nivel superior sino radi-calmente, en su totalidad, tantoen el nivel superficial como enlos más profundos de la concien-cia, tan sólo entonces puede lle-gar lo desconocido. Lo descono-cido no es algo que la mente pue-da experimentar; sólo puedeexperimentarse el silencio, nadamás que el silencio. Si la menteexperimenta algo que no sea elsilencio, no hace más que pro-yectar sus propios deseos; y unamente así no está en silencio.Mientras la mente no esté en si-lencio, mientras el pensamientoen cualquier forma, consciente oinconsciente, esté en movimien-to, no puede haber silencio. Elsilencio es liberación del pasado,de los conocimientos, de los re-cuerdos conscientes y de los in-conscientes; y cuando la menteestá silenciosa del todo, inactiva,cuando en ella reina un silencioque no es producto del esfuerzo,sólo entonces lo atemporal, loeterno, puede surgir. Este estadono es un estado para recordar;no hay entidad alguna que re-cuerde, que experimente.

La creencia en Dios

JidduKrishnamurti

Escúchame, oh amigo.Ya seas un yogui, un monje, un sacerdote,un devoto amante de Dios,un peregrino en busca de ventura,bañándote en sagrados ríos,visitando sagrados templos;el casual adorador de un día,un gran lector de libros,o un constructor de templos,mi amor sufre por ti.Yo conozco el camino al corazón del Amado.

Este vano combate,esta larga fatiga,este incesante dolor,este cambiante placer,esta ardorosa duda,este peso de la vida;todo eso cesará, oh amigo,mi amor sufre por ti.Yo conozco el camino al corazón del Amado.

He viajado por todo el mundo,he amado las apariencias,he cantado transportado en éxtasis,he vestido el sagrado vestuario,he escuchado las campanas del templo,he crecido bajo el peso del estudio,he investigado.¿He estado perdido?Sí, mucho he conocido.Mi amor sufre por ti.Yo conozco el camino al corazón del Amado.

Oh amigo,¿Amarías los innumerables reflejos,si pudieras tener la realidad?Arroja tus campanas y tu incienso,tus miedos y tus dioses;desecha tus credos y filosofías;ven, abandónalo todo,yo conozco el camino al corazón del Amado.

J. Krishnamurti,Extraído de “Un canto a la vida”

Por lo tanto Dios, o la verdad, o loque sea, es algo que se crea de instanteen instante; y esto ocurre únicamente enun estado de libertad y espontaneidad,no cuando imponemos una disciplina ala mente de acuerdo con una norma. Diosno es cosa de la mente, no surge me-diante la proyección de uno mismo; sólollega cuando hay virtud, es decir, liber-tad. La virtud es enfrentarse con el he-cho de lo que es, y el enfrentarse con elhecho es un estado de bienaventuranza.Sólo cuando la mente está dichosa, se-rena, sin ningún proceso de sí misma,sin la proyección del pensamiento, cons-ciente o inconsciente, sólo entonces semanifiesta lo eterno.

Extraído de “La libertad primera y última”

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Un canto a la vida

Lo esencial

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“Derecho Viejo” Página 7

Vivir espiritualmente:* No es permitir que los personajes del ego impongan sus normas y su ley.* Es vivir lo de abajo desde arriba.* Es vivir lo de fuera desde dentro.* Es estar atento en cada instante a la aspiración del fondo íntimo que es el espíritu vivo.* Es acercarse con sencillez a los demás, interesándose sinceramente por su bien más

que por quedar bien.* Es trabajar y hacer lo que hay que hacer, no por motivos económicos o sociales sino

por expresar lo que se es.* Es mantenerse sereno y ecuánime en las desgracias y los fracasos.* Es vivir cada día con gozo y alegría interior.* Es trabajar permanentemente en el autodescubrimiento profundo.* Es ver al Ser absoluto en cada ser y situación diaria.* Es anhelar con sinceridad y esmero, llegar a lo profundo de sí mismo antes y más

que ninguna otra cosa, como lo más esencial de la existencia.* Es vivir con amplitud de conciencia, de modo que en cada suceso de la vida vea no sólo

lo concreto de cada hecho sino al Ser Absoluto que abarca todo y sustenta todo.* Es ver en lo visible de las cosas al Ser invisible como base y fundamento de todo lo

perceptible.*Es sentir y percibir el poder del Espíritu Superior, Su Inteligencia y Su Amor en cada

actividad humana, sin excepción alguna.Todas estas expresiones o son signos del espíritu o indican algunos de sus efectos y

frutos. Lo cierto es que si uno vive del espíritu, todo lo dicho se irá manifestando en él.Y a la inversa, cuando todo esto se manifieste en una persona es que está viviendo delespíritu.

Para vivir la vida del espíritu es necesario ocuparse y dedicarse con seriedad yhonestidad a ello, como el objetivo primordial y más esencial de nuestra vida.

Quienes no dediquen como mínimo media hora o una hora diaria exclusivamente asentir, meditar, percibir y saborear su espíritu como base y fundamento de nuestravida tanto en la actividad individual como en la social, no pueden decir que lo espiritualpara ellos tenga importancia alguna.

Cuando a algo lo consideramos muy importante en nuestravida le dedicamos más tiempo que a todo lo demás y no bus-camos excusas para justificar nuestro olvido con la falta detiempo, el exceso de trabajo, las obligaciones profesionalesque absorben o el cansancio. No existe mejor descanso que elentrar dentro de nosotros mismos con total conciencia de nues-tro ser.

Todo se aquieta y armoniza con la presencia del Ser.La vida espiritual no se vive unos momentos del día mien-

tras el resto lo dedicamos a otras actividades olvidando quetambién en esas actividades que parecen materiales, es el es-píritu el que moviliza tu ser y actúa en ti.

Es necesario saber que todo es obra del espíritu. Por lo que todo es espiritual y portanto, hay que verlo y vivirlo como tal.

Hemos de aprender a comprender lo que nos aparece como incomprensible, amar loque parece odioso y repulsivo, aún aquello que antes nos producía un rencor y resen-timiento que ahora lo convertimos en amor.

Todo esto no se hará por imposición alguna moral ni por un propósito que noshayamos impuesto sino por una comprensión atenta y constante sobre la naturaleza denuestra realidad y la presencia siempre viva del Ser Superior en nosotros, ese Dios queno es el Yahvé moralista que nos impone unos preceptos desde el Sinaí sino el Amor-Inteligencia-Energía que está siempre presente en cuanto hacemos y en cuanto ocurreen el Universo.

No buscamos en la vida espiritual tan sólo la paz y el reposo interno sino ante todo latransformación de nuestra vida, el cambio radical de los valores, de la perspectiva detodos los acontecimientos y situaciones humanas.

Nadie se convierte en persona espiritual por saber muchas cosas sobre religión nipor leer muchos libros religiosos y espirituales, aunque sea la misma Biblia. Somosespirituales cuando vivimos del espíritu.

La vida espiritual requiere una dedicación completa para ir descubriendo los engañosen que solemos quedar atrapados con palabras o actitudes que parecen religiosas oespirituales y sólo tienen apariencia para satisfacer la vanidad del ego.

La espiritualidad no es patrimonio de religión alguna. Es la expresión profunda de laconciencia humana que vive del espíritu y para el espíritu.

Extraído de “Invitación a vivir plenamente”

¿Qué es la vida espiritual?

Por Darío Lostado

Conviene aclarar qué es en verdad la vida espiritual.No es, como algunos erróneamente piensan, un dulce y placentero estadopsicológico de la mente, sino una conciencia clara y efectiva de la realidad

gozosa de sí mismo que es el Ser Absoluto divinizando la naturaleza humana.

Las cosas en claro

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“Derecho Viejo”Página 8

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Naturalmente que amamos a la Iglesia. Naturalmente que amamos, estimamos yreverenciamos a los representantes oficiales de la Iglesia y que les obedecemos.Pero también ellos son hombres finitos que el Espíritu de Dios preserva paraque no se aparten fundamentalmente de la verdad y que, en líneas generales,aunque no lo sepamos de cada uno de ellos, tienen que ser sostenidos por la graciade Dios para que no desfallezcan; a medida que crece nuestra experiencia, ob-servamos en los representantes de la Iglesia lo mismo que advertimos ennosotros.

¿Y por qué no íbamos a poder hacer esa experiencia? ¿Por qué habríamos desorprendernos del hecho? Semejante experiencia no es motivo para la irritación,para la crítica maligna y el distanciamiento, pero sí es una experiencia a la quedebe hacerse frente de un modo objetivo y sereno. La Iglesia a la que servimos,a la que hemos consagrado nuestra vida, por la que nos consumimos personalmen-te, es la Iglesia de los pecadores, la Iglesia que, para mantenerse y conservarseen la verdad, en el amor y en la gracia de Dios, necesita el milagro cotidianoy extraordinario de esa misma gracia. Sólo viéndola así podemos amarla en la formaadecuada”.

Por Karl Rahner

¡Oh Benedicto XVI! ¡Ahora eres el PastorSupremo, Vicario del mismo Jesús, el Hijode Dios! No puedes ignorar tu responsa-bilidad directa sobre más de 150.000 sa-cerdotes y algunos obispos que faltaron al“precepto canónico” del celibato y lesprohíbes por vida el ejercicio de su ministe-rio sacerdotal por el “delito” de haberse ca-sado, aún en caso de haberles levantado túmismo toda censura y haberles concedidoel “derecho” de casarse sacramentalmente!

Tampoco puedes eludir tu responsabili-dad sobre miles y miles de católicos quehan fracasado en su primer matrimoniocanónico y se casaron por el civil paraestablecer la convivencia matrimonial se-gún las leyes civiles de una nación sobe-rana… Y a todos ellos, les ofreces una“pastoral solución” para que puedan co-mulgar y vivir en gracia de Dios, con lacondición tan sorprendentemente increí-ble para tu Alta dignidad de Padre y Pas-tor: “que resuelvan en conciencia vivircomo hermanos!!!”

Y finalmente no puedes eludir tu res-

ponsabilidad directa en la publicación delNuevo Catecismo católico posvaticano.No se puede admitir cristianamente el sis-tema “penalista” medieval que prevalece…sobre la misericordia divina… No puedescondenar al infierno eterno aún a meno-res de edad… por faltar a misa o mastur-barse… ¡Por las entrañas de Cristo, su-prime tales amenazas… que avergüenzana profesionales laicos y humillan a nues-tras buenas catequistas!...

Tú conoces esta afirmación del ApóstolSantiago: “… pues habrá un juicio sinmisericordia para quien no practicó mise-ricordia: la misericordia triunfa sobre eljuicio.” (St. 2, 12, 13)

¡Oh Señor Jesús! Con todos mis peca-dos, ya perdonados por tu amor, y contodas mis continuas falencias, presentesy futuras, te entrego nuevamente toda micasi destrozada ilusión…con un grito deesperanza… en que tu sangre amorosa noquede fuera de esta Humanidad, a la quete incorporaste para toda la eternidad.Amén. Aleluya!!!

Es necesario jugarse entero porlo que uno siente como la Verdad...

Por Pbro. José A. Aguirre

Mi humilde súplica final,“suaviter et fortiter”

al Máximo Conductor de la Iglesia católica.La Iglesia no tiene como misión direc-

ta proporcionar al hombre la solución delos problemas con los que éste se encuentraa lo largo de su camino. La función que laIglesia declara tener en la historia es laeducación de la humanidad en el sentidoreligioso, y esto implica recordar al hom-bre que adopte una postura justa ante larealidad y ante los interrogantesque esta suscita, postura justaque constituye, además, la con-dición óptima para encontrar res-puestas más adecuadas a esosinterrogantes. La gama de losproblemas humanos no puedeser sustraída a la libertad y lacreatividad del hombre, pensan-do que la Iglesia debiera darlesuna solución previamente con-feccionada, porque de ese modoella debilitaría su primigenia ac-titud educativa y quitaría ade-más valor al tiempo que todohombre envuelto en la iniciativa“histórica” de Dios debe ser lla-mado, en cambio, a considerar como pro-fundamente “sagrado”.

En el Evangelio hay un episodioiluminador desde este punto de vista.“Díjole uno de la muchedumbre: ‘Maes-tro, dile a mi hermano que parta conmigola herencia’. Él respondió: ‘Pero, hom-bre, ¿quién me ha constituido juez omediador entre vosotros?’ Y añadió‘Guardaos y manteneos lejos de toda ava-ricia, porque aunque uno esté en la abun-dancia, su vida no depende de sus bienes’”.

Este episodio nos sugiere ante todo,ciertamente, aunque la cosa sea relatadasolamente por Lucas, que no debía seralgo inusual el que alguien se dirigiera aJesús, como se hacía a menudo con aque-llos a los que se reconocía como maes-tros, para resolver litigios y controversias:¡es muy instintivo en el hombre pensarque ha encontrado la fuente de soluciónde sus problemas! Jesús despeja ensegui-da este equívoco, y, precisamente Él, quese había manifestado tantas veces comojuez autorizado de los pecados del hom-bre desafiando a la opinión pública al osarperdonarlos, en este caso le interesa de-clarar decididamente que no le toca a Élarbitrar aquella cuestión. Cierto que su in-

terlocutor debió quedar desconcertado,por lo que Jesús no descuida afirmar loque a Él, en cambio, le toca hacer. No osapeguéis a aquello de lo cual no depen-de vuestra vida, recuerda, y con estodescubre con claridad lo que debía ser laactitud justa para los dos hermanos quelitigaban: no dejarse dominar por el deseo

de las riquezas, acordarse de que la pro-pia vida depende de Dios, como dejaráclaro con la parábola que narra inmedia-tamente después, estableciendo que esmás inteligente enriquecerse “delante deDios” que acumular tesoros “para sí”.Pues, posiblemente, el amor al dinero quehacía a un hermano retener injustamentela parte de herencia que no le correspon-día, era el mismo amor presente en el otrohermano que reclamaba sus derechos.Jesús vino a decirnos cuál es la posturaauténticamente religiosa y, por consiguien-te, verdadera de raíz ante cualquier clasede problema. Y así, ante un hermanoinnoblemente desheredado por otro her-mano, Jesús siente que debe llamar a am-bos a la libertad, estableciendo de estemodo el carácter que debe tener nuestraactitud en relación con las riquezas de estemundo: “su vida no depende de bienes”.

Cristo, igual que la Iglesia –su conti-nuación–, no ha venido a resolver losproblemas de la justicia, sino a poner enel corazón del hombre una condición sinla cual la justicia de este mundo puedetener la misma raíz que la injusticia.

Extraído de "Por qué la Iglesia"

La Iglesiay los problemas humanos

Por Luigi Giussani

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“Derecho Viejo” Página 9

Desde una lectura evemerista,podríamos interpretar la competen-cia entre las tres diosas como la com-petencia entre tres pueblos de cul-tos distintos. Ante la enorme prospe-ridad de uno de los tres (la manzanade oro) los otros dos se habrían alia-do para destruirlo. Esta interpreta-ción resulta plausible en el caso dela guerra de Troya: las ciudades delÁtica, adoradoras de Hera y Atenea,envidiosas del poderío creciente deTroya, se alían para destruirla. Helenaes simplemente una excusa, para queAgamenón y el resto de los reyes grie-gos tomen Troya y ganen así el puntode acceso al comercio con Asia.

Joseph Campbell, en su libro "Lasmáscaras de Dios", señala que lastres diosas de esta historia represen-tan tres aspectos de lo femenino taly como lo entiende el hombre:Afrodita refleja la belleza; Hera, la fi-delidad de la esposa; y Atenea, lasabiduría.

Resulta curiosa la participación deAtenea en esta competencia, ya queesta diiosa es generalmente alabadapor su capacidad para la astucia y lainteligencia en la guerra (característi-cas masculinas), y no por su belleza.

Una lección que parece dejarnosesta historia es que el hombre quepone su esperanza en la belleza ex-terior e ignora la sabiduría y la pru-

El juicio de Paris

Pocas ciudades del mundo alcanzaronla belleza y prosperidad que Troya tuvoen su época. Se decía que las murallas dela ciudad habían sido construidas por losdioses, y eran indestructibles. Pero ni si-quiera estas murallas pudieron proteger ala ciudad contra la ira de Hércules: un reyde Troya, Laomedonte, engañó de malamanera al hijo de Zeus. Como venganza,Hércules atacó Troya, la saqueó, y matóa la familia real, con excepción de la prin-cesa Hesíone y su hermano menor, el jo-ven Príamo.

Con el tiempo, y bajo el liderazgo fuertey sabio de Príamo, Troya se recuperó yvolvió a ser una ciudad próspera y res-plandeciente, a tal punto que llegó a serconocida como la "dueña del Asia".

Príamo tuvo cincuenta hijos y veintehijas. Sin embargo, cuando nació su últi-mo hijo, Alexandros, el Oráculo vaticinó

Hace mucho tiempo, se celebró unaboda entre un héroe mortal y una diosa.En tal excepcional ocasión, todos los dio-ses del Olimpo bajaron de las alturas a par-ticipar del festejo. Todos habían sido in-vitados: desde el rey dios Zeus, el másgrande de los dioses; hasta Hefesto, elhumilde dios herrero. Todos, menos una:Eris, diosa de la Discordia, cuya invita-ción había sido omitida debido a su pecu-liar naturaleza conflictiva.

Cuando Eris se enteró que no habíasido invitada, se sintió tremendamenteofendida. A modo de venganza, se acer-có a escondidas al festejo, y arrojó unapequeña manzana de oro. El primero quevio y levantó la manzana dorada fue Zeus,pero al ver la frase que estaba escrita enella, la soltó y la pateó lejos de él. Sinembargo, su esposa Hera vio esto, ybuscó la manzana dorada. Pero no fue laúnica que la notó: Atenea y Afrodita, dio-sas de la Sabiduría y la Belleza respecti-vamente, también se acercaron a ver lahermosa manzana. Y las tres leyeron lainscripción que la diosa de la Discor-dia había grabado en ella: “A la máshermosa”.

Cada una de las tres diosas sintió quela manzana le pertenecía, y aquí empe-zaron los problemas. Las diosas comen-zaron a discutir acerca de cuál de ellasera la más hermosa y, por tanto, la due-ña legítima de la manzana.

Zeus quiso escapar discretamente dela escena, pero su esposa Hera lo sujetó yle exigió que solucionase el pleito.

A pesar de ser el Juez Supremo de todoel cosmos, Zeus no quiso tomar parte yquedar comprometido: si elegía a una delas diosas, las otras dos le jurarían eternaenemistad. Así que decidió que el peso detal decisión debía caer en un mortal.

“Busquen en el monte Ida a un jovenpastor llamado Paris. Él determinará quiénes la dueña legítima de esa manzana”.

Escribe:Federico Guerra

Paris descansaba bajo un árbol, cui-dando a su rebaño. La tarde tranquila ibadando paso a una noche hermosa. Ya po-dían verse las primeras estrellas en el cie-lo. Pero había algo extraño. Tres estrellasparecían moverse en el firmamento. Esmás, parecían acercarse al monte...

Paris cubrió sus ojos por la encegue-cedora luz. Y cuando los abrió de nuevo,vio delante de él a tres mujeres de tal be-lleza y resplandor, que supo inmediatamen-te que eran diosas.

La reina Hera se dirigió a Paris: “Por

designio de Zeus, has sido elegido parasolucionar una disputa entre nosotras:debes elegir a la más hermosa de las tres,y darle esta manzana de oro”.

A pesar de ser un joven y humilde pas-tor, Paris comprendió de inmediato la gra-vedad del asunto y no quiso aceptar lamanzana. Sin embargo, tres fuertes re-lámpagos en el cielo, obra sin duda deZeus, lo disuadieron de lo contrario.

Cada una de las diosas hizo su presen-tación. Primero habló Hera, diciendo:

“Si me eliges, te haré el rey más pode-roso y famoso de todo el mundo”.

Y Paris se vio a sí mismo sentado enun trono de oro sólido, con infinidad dereyes arrodillados frente a él.

Atenea, a su vez, le dijo:“¿De qué te sirve ser rey de todas las

naciones, si no tienes la sabiduría y elbueno juicio para gobernarlas correcta-mente, ni la inteligencia para ganar todaslas batallas? Yo puedo darte eso”.

La imagen de Hera cambió, y Paris vioa los reyes que antes se postraban frente

a él, uniéndose para matarlo. Y se vio diri-giendo las batallas con confianza e inteli-gencia, derrotando a todos sus oponentes,y vio a los pueblos felices y prósperosgracias a su gran sabiduría.

Por último, habló Afrodita, diciendo:“Tener poder e inteligencia son, sin

duda, cosas muy interesantes. Pero, ¿aca-so existe algún hombre que pueda negarel amor cuando aparece?”

La imagen de Hera y Atenea cambiópor tercera vez, y ahora Paris se vio a símismo sentado sobre el mismo trono deoro macizo, pero muy viejo y cansado. Elpalacio estaba vacío. El rey estaba solo.

Y entonces Afrodita le mostró, a tra-vés de un espejo, a la mujer más hermosadel mundo: Helena, la reina de Esparta.Bastó que Paris la viese una sola vez paraque quedase profundamente enamorado.“Si me eliges, tendrás el amor de esa mu-jer ...”. Paris no lo pensó dos veces, y leentregó la manzana de oro a Afrodita.

dencia, está condenado al fracaso.Todo hombre se ve enfrentado, tar-de o temprano, con esta encrucija-da. La manzana de oro es la vida deParis: ¿A quién se la dará? ¿Qué ca-mino seguirá: el del poder, el del co-nocimiento, o el del amor?

A simple vista, la decisión de Parisparece ser producto de la ignoran-cia de su juventud: ¿cómo va a re-chazar las dos cosas más codiciadaspor los hombres, el poder y la inteli-gencia, en favor del amor pasajerode una mujer (aún de la mujer máshermosa del mundo)?

Sin embargo, si reflexionamos unpoco sobre el tema, encontraremosun hecho bastante curioso: Atenea yHera le ofrecen a Paris cosas que enrealidad ya posee, pero que ignora:él es príncipe de Troya, una de lasciudades más poderosas del mundo(cosa que le ofrece Hera) y, además,también cuenta con el consejo y laguía de Príamo, un rey justo y sabiocomo ninguno (lo que le ofreceAtenea). Afrodita es la única que in-troduce la novedad del amor. Cierta-mente, el amor es siempre novedad.

El error de Paris no es enton-ces apostar por el amor, sino ob-viar a las otras dos diosas. El po-der sin inteligencia es inútil, peroel poder inteligente que no po-see amor es estéril.

Breve historia de Troya

El juicio de Paris (Detalle) (1808) de François-Xavier Fabre

Hera y Atenea se retiraron furiosas, yjuraron vengarse del pastor. Afrodita, con-tenta con su triunfo, también se retiró,pero no sin antes asegurarle a Paris queconocería a Helena en poco tiempo.

El joven no contestó nada, pero teníasus dudas: ¿Cómo iba a enamorarse unareina tan hermosa de un pobre pastor? ¿Lohabría engañado la diosa? ¿Había hechola elección correcta? Todos estosinterrogantes atormentaban a Paris cons-tantemente. Pero a medida que pasabanlos días, como no sucedía nada, el pastorterminó convenciéndose que lo sucedidoseguramente había sido sólo un sueño.Después de todo, ¿por qué iban los diosesa elegirlo a él, un pastor, para decidir untema tan delicado?

Poco tiempo después, hubo una gransequía en la región. Los rebaños de la fa-milia de Paris murieron, y sólo les quedóun toro. En esa misma fecha, el rey Príamode Troya celebraba un torneo de lucha enhonor a un hijo perdido. El premio del tor-neo era un toro, y los sirvientes del rey,para no perder un toro de su rebaño, to-maron el toro de la familia de Paris.

El joven viajó entonces a Troya pararecuperar el toro y, como no tenía otrasalida, tuvo que participar del torneo. Unoa uno, todos los contrincantes, la mayo-ría hijos del rey, fueron derrotados por él.

Cuando Paris fue declarado vencedordel torneo, los contrincantes derrotadosreclamaron que había hecho trampa, y lorodearon para matarlo. En ese mismo mo-mento, la princesa Casandra, que poseíael don de la videncia, reconoció que el jo-ven pastor era en realidad Alexandros, elhijo perdido del rey. El rey Príamo, conlágrimas en los ojos, se acercó a Paris, loabrazó y lo reconoció frente a todo el pue-blo como su hijo perdido.

Tiempo después, Paris sería enviadocomo embajador de Troya a la ciudad deEsparta, en donde conocería a la reina quele había prometido la diosa... Helena...

que, al alcanzar la madurez, este niño pro-vocaría la destrucción de Troya.

Aterrado por esta profecía, el rey or-denó a un soldado a que llevase al peque-ño lejos de la ciudad, y lo matase. El sol-dado hizo lo que ordenó su rey, y se llevóa Alexandros lejos, al monte Ida. Pero notuvo el corazón para matar a un reciénnacido, así que decidió abandonarlo allí.

Quiso el destino que un humilde pas-tor de la zona escuchase el llanto del bebéabandonado, y lo salvase de una muertesegura. El pastor decidió adoptar al niño,bautizándolo con el nombre de “Paris”.

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Desde lejos nos enseñan

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“Derecho Viejo”Página 10

Grillos de estío.Va creciendo el otoño

en sus silencios.

El sagrado arte de la poesía

Haiku

Tres mariposashan robado mis rezos

camino al templo.

Cae una hoja.La noche tan callada

se acuna en ella.

Por la mañana,dos silencios y un té.

Pequeña fiesta.

Ya no está el árbol.Una luna sin nido

llora en mi hombro.

Flores marchitas.Sobre la mesa un pétalo.

Pequeña luna.

Partió el olvidoy me quedé en la orilla

contando estrellas.

A veces despiertas solo en alta mar,en un mudo velero a la deriva. En vanobuscas las formas de tu cuarto que lapenumbra aduerme. Como un ciego, mi-ras sin ver las cuerdas, las nubes y lasaves. ¿Qué haces allí, en medio de lo in-menso? Mientras dudas, una brisa deotros viajes te ilumina y sientes, admira-do, que no sueñas, que regresas, que tumano se afirma en el timón.

El navegantePara ti el mundo fue siempre un labe-

rinto espejado donde no había cielo, sólotu figura reverberando hasta el infinito.Una multitud sin alma que aún te sigueen el eterno día. A veces sorprendes unrostro algo distinto, pero el sueño se es-fuma en el hastío. No es inútil la humanacacería. Cuando menos lo esperes, yadarás con el otro, con la Bestia.

La cacería

Erato, musa de la poesía Vuelvo a cruzar mis pasosen el canto del ocaso durmiente del verano

Recorro los cardones suplicantes- en una suma de símbolos seculares-de un antepasado en un presente

hundiendo sobre sí mismo en sus raícesdescendiendo hasta su propio misterio.

Salto, corro,busco,

- me detengo agitado-soy un hombre

con vértigo y velocidad.

Y mil veces me preguntocuál es el caminoquién de los dos es el viajero.

Siento a la naturaleza gemir constantementeel dolor de los que nacen y el dolor de los que mueren

y encuentro en su silencio solemneuna sinfonía giganteun coro ciegotratando de atrapar en cada seruna pizca de inmortalidad.La tierra es una gran fosa abiertaque exuda la palingenesia de un poeta- Desde mis orígenes-(Adán, hijo del agro)

voy buscando el barro en mis entrañasal agua, que en tiempo se desplaza y me fecundaa la tierra que me colora y me alimentaal brote seminal que me continúa.

Como musiquero empedernidoabrazo la guitarra como trovador ausente.Y otra vez el silencio

y mi pregunta -¿cuál de los dos es el viajero?

Viajero

Daniel Gayoso, "Los ojos inversos"

Extraídos de "Haiku", de Lía Miersch

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Luis Grenni, "Del duende que me habita"

La realidad, sí, la realidad,ese relámpago de lo invisibleque revela en nosotros la soledad de

Dios.

Es este cielo que huye.Es este territorio engalanado por las

burbujas de la muerte.Es esta larga mesa a la derivadonde los comensales persisten ata-

viados por el prestigio de no estar.A cada cual su copapara medir el vino que se acaba don-

de empieza la sed.A cada cual su platopara encerrar el hambre que se ex-

tingue sin saciarse jamás.Y cada dos la división del pan:el milagro al revés, la comunión tan

sólo en lo imposible.Y en medio del amor,entre uno y otro cuerpo la caída,algo que se asemeja al latido sombrío de unas alas que

vuelven desde la eternidad,al pulso del adiós debajo de la tierra.

La realidad, sí, la realidad:un sello de clausura sobre todas las puertas del deseo.

La realidady el deseo

Olga Orozco

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Esta mañanael cielo abrió sus ojos

en los jazmines.○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Muchas veces, al intentar aclarar nues-tra actitud ante el mundo, ante la gente ytambién hacia nosotros mismos, hemoshablado de una “vida poética” como algosagrado y fuera de falsedades o ambicio-nes exageradas, entre otras condicionesmorales o artísticas. Parecería que con “lopoético” lo dijéramos todo: la honestidad,la sensibilidad, la espiritualidad, la conductade los seres humanos, sus creencias y susobras.

En gran parte es así, porque lo poéticorepresenta una creación (sea por la pala-

bra, la imagen o la música), unmodo de vivir, un deseo de per-feccionamiento, una visión profun-da de los acontecimientos reales.

Siendo una síntesis tan vasta,no queremos referirnos a las téc-nicas o los mecanismos más di-fundidos del lenguaje, sino a lo queese lenguaje llega a ser para la cul-tura y el conocimiento.

Lo poético, entonces, no dejade evocar lo que el mundo más ne-cesita, sobre todo en estos días delamentables conflictos, enfrenta-mientos sin control y aberracionesde todo tipo en la organización so-cial, con aspectos de una patolo-gía que conduce al crimen y a ladestrucción de los valores esen-ciales, con la crisis desatada porlos abusos del poder y la supre-

Vida poética... ¿desde dónde?

Escribe:Alberto Luis

Ponzo

macía de los intereses económicos.Por todo esto, quisiera dar a la poesía

un sentido claramente transformador yreflexivo, un alcance ético dentro de nues-tras acciones o propuestas actuales, pormínimas o fugaces que parezcan.

No se trata de una utopía, de un débilsentimiento o una inocente voluntad decambio, ni siquiera de una idea irrealizableacerca de la “salud” espiritual del hombre.Es lo que nos dice el gran poeta argentinoJuan L. Ortiz:

“Por qué no comenzar, de cualquiermanera, la “salud”, humildemente,con todos?”“Quién dice que el amorno sería también la asunción de laraíz o las raíces?”“No está el sentido, ahora, en el “no-sotros” de aquí,del otro lado de la fatalidad?”

De eso se trata cuando pensamos enuna “vida poética”…

“Voces” y oídos

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“Derecho Viejo” Página 11

...“A veces no comprendo un don tan alto,de tanta luz, de tanto amor, de tanta vida,ni Dios quiso privarse de tu encantoy se hizo una igualita a la mía”.(del poema de Jorge Amado).

El rostro “dulce” de una Madre... II“¿Por qué lloras mamá?” le pregun-

tó un niñito a su madre. “Porque soymujer”, le contestó mirándolo con ternu-ra... “Pero yo no entiendo”, dijo el niño.Su madre se inclinó hacia él y abrazándo-lo le dijo, “Y nunca lo entenderás”...

Más tarde el niñito le preguntó a supadre, “¿Por qué mamá llora a veces sinninguna razón?”... “Todas las mujereslloran siempre sin ninguna razón”. Era todolo que el padre le podía contestar. El pe-queño niño creció y se convirtió en todoun hombre preguntándose todavía por quéera que las mujeres lloraban. Un día el niñoconvertido en hombre se arrodilló y lepreguntó a Dios: “Dios: ¿por qué llorantan fácilmente las mujeres?”

Dios le dijo: Cuan-do hice a la mujertenía que ser algoespecial. Hicesus hombros su-ficientementefuertes comopara cargar elpeso del mundoentero pero a lamisma vez losuficientementesuave para con-fortar a quien lonecesite. Le diuna inmensafuerza interior para que pudiera soportarel dolor de dar a luz y hasta el rechazoque muchas veces proviene de sus pro-pios hijos.

Le di una dureza que le permite seguiradelante y cuidar a su familia a pesar delas enfermedades y la fatiga y sin quejar-se aun cuando otros se rinden. Le di la

Los invito a contemplar ese rostrodulce que tiene un nombre: “En el sextomes, el Ángel Gabriel fue enviado porDios a una ciudad de Galilea, llamadaNazaret, a una virgen que estaba com-prometida... El nombre de la virgen eraMaría” (Lc 1, 26-27). El rostro que el Ve-nerable Padre Bruno Lantari llamó “Dul-ce”: “Dulce Nombre de María”. Estenombre “dulce” tiene una historia tierna,dramática y conmovedora a la vez.

Ocurre que Bruno Lanteri nacido enCúneo, ciudad del Piamonte (Italia), el12 de Mayo de 1759, fue el séptimo hijode una familia de once. Sus padres, quevivían una intensa y comprometida vidacristiana, eran Pedro Lanteri, médico, yMargarita Fenoglio. Sin embargo, la pro-videncia quiso que el pequeño Bruno fue-ra privado prematuramente del cuidadode su madre, Margarita, que falleciócuando él tenía apenas cuatro años. Su

una familia religiosa, la llamó Oblatos dela Virgen María, cuya fiesta patronal secelebra cada 12 de setiembre bajo laadvocación del “Dulce Nombre de María”.

Ahora sí, a la luz de este rostro y deeste nombre “dulce”, deseo rendir un ho-menaje a la madre y a todos y todas quie-nes sin ser madres biológicas tienen sen-timientos y entrañas de madre. Lo hagocompartiendo esta hermosa oraciónmariana del inolvidable amigo pastor, Obis-po y Cardenal Eduardo Pironio, con algu-nas modificaciones que me he permitidorealizar.

Oración a la Virgen-Madre:Madre de Jesús y Madre nuestra: ¡Qué

dulce es tu Nombre y qué lindo es llamar-te así!

Como los hijos llaman a su mamá to-dos los días,

con la mis-ma confian-za, con elmismo cari-ño.

¡Quésuerte cuan-do Jesús tedijo: “Aquítienes a tuhijo”!... vosestabas alpie de lacruz... Ese

hijo era Juan, ytambién yo, y mis hermanos, mis amigos,mis vecinos, y mis compañeros de escuelay de trabajo... y todos los chicos y chicas,hombres y mujeres del mundo. Te pido portodas las madres: dales un poco de tufuerza cuando estén cansadas.

Un poco de tu alegría cuando sufren.Un poco de tu serenidad cuando estén

preocupadas por los que aman.Te pido por la mamá de todos los chi-

cos. Y por los chicos que no tienen mamá:por los que no pudieron nacer, por los queal nacer fueron abandonados, por los chi-cos que no tienen techo,... y por todos losque sin ser chicos tienen necesidad de afec-to, de comprensión, de protección y de ca-riño.

Y te pido por todas las personas quesin ser mamá tienen en su corazón, comoel del “Padre que está en los cielos...”, yel de tu Hijo que se hizo pobre, pequeñoy humilde para salvarnos, sentimientosde misericordia y compasión ante todafragilidad humana.

Para los chicos y mamás de todo elmundo, para todos los corazones genero-sos y disponibles, en el día de tu mater-nidad; en el día bendito en que nos re-galaste el Niño, el “Emmanuel-Dios-con-nosotros”, nosotros tus hijos e hijaste pedimos:

la ternura de tu protección, la alegríade tenerte entre nosotros,

la seguridad de tu bendición y la deli-cadeza de tu cariño. AMEN.

CordialmenteP. Julio, omv

El cofre de los recuerdos...El rostro “dulce” de una Madre... II

sensibilidad para amar a un niño bajo cual-quier circunstancia, aun cuando su niño lahaya lastimado mucho. Esa misma sensibi-lidad que hace que cualquier tristeza, llantoo dolor del niño desaparezca y que le hacecompartir las ansiedades y miedos de laadolescencia e incluso de la edad madura...

Le di la fuerza suficiente para que pu-diera perdonar las faltas a su esposo y lamoldeé de una de sus costillas para que ellapudiera cuidar de su corazón. Le di sabidu-ría para saber que un buen esposo nuncalastimaría a su esposa y a veces le pongopruebas para medir su fuerza y su determi-nación para mantenerse a su lado a pesarde todo.

Le di lágrimas de las reales que brotande ella exclusivamente cuando su ser nece-sita expresarse más allá de las palabras.

“Esa es su única debilidad”... lágrimasque piden perdón por los errores y la dure-za del corazón de la humanidad”...

Amig@s lectores, aún cuando ha-yamos vivido experiencias distintas ennuestra insoslayable relación con larealidad de la mujer en nuestras vidas,

demos gracias a Dios por haberla crea-do. Gracias a Dios por la mujer: madre,

esposa, hermana, hija, amiga...Próximos a la celebración de una nueva

Navidad, los invito a elevar nuestro espíri-tu en la contemplación de esa mujer y esaMadre que él mismo preparó como alfare-ro en el seno mismo de la familia trinitaria yque la “hizo una igualita a la mía”... comodice Amado.

papá, entonces, dolido por lapérdida de su esposa, lo llevóa la iglesia del pueblo, y anteuna imagen de la Virgen (posi-blemente la Inmaculada) se loofreció con estas palabras:

“(querido hijo) tu mamá no está máscon nosotros... De ahora en adelantetu mamá será la Virgen María. Ámalacomo hijo”.

Estas palabras quedaron grabadasen el corazón del pequeño Bruno parasiempre. A tal punto, que al final de suvida pudo decir: “Yo casi no he conoci-do otra madre más dulce y más tiernaque la Virgen María, y de una madretan buena sólo he recibido caricias”.En efecto, toda la vida de Bruno se rea-lizó bajo el signo y la luz de María. Deahí también que, cuando decidió fundar

PATRIA GRANDE

Principio femenino

Page 12: Año9 Nº97 Un periódico para leer ... - DERECHO VIEJO VIEJO 2009 PDF... · (Jn 1, 14). Pero lo que ocurrió en él, sucede permanentemente de forma similar en toda la creación

“Derecho Viejo”Página 12

Cuando decimos "Yo pago impuestos, que se encar-gue el gobierno" como excusa, o justificación a nuestrafalta de acción, a nuestra falta de interés por el despo-seído, el desamparado, por el carente de salud, de edu-cación y de seguridad. Cuando todo nuestro entendimien-to al ver a un cartonero, a un botellero, a un chico de lacalle, o a un vagabundo sin casa, es que ensucian elatractivo estético de la ciudad, o que representan un

tenernos ajenos de toda responsabilidad social hacia el más desvalido– y buscamos–como dijo un magnate político hace poco– contadores y administradores "suficien-temente creativos", que nos ahorren cada peso posible que deba ir al Fisco, porque–en definitiva– "¿qué va a hacer el Fisco –y por tanto los políticos–, sino robar esosfondos, repartirlos con sus amigos prestadores del sector privado, malgastarlos y/omalversarlos de toda manera imaginable? o bien "¿voy a pagar encima que measaltaron, encima que la policía está de adorno y no me protegió?... entonces, me-jor: "una mano lava la otra y las dos lavan la cara" (no hago nada porque pago impues-tos, y pago impuestos –sólo– en su más mínima expresión, porque total ¿para qué?)..

Pero ojo, que la civilidad comienza por casa. Ojo que no somos políticos y ciuda-danos nacidos de un repollo. También somos padres que pagamos para sacarnosde encima los problemas. Cuando decimos "Yo pago la escuela, o las cosas, omantengo el techo" y entonces “se hace lo que yo decido”, o “acá mando yo”,y –claro– lo que frecuentemente decido es sacarme los problemas de encima,dejar de jugarme el cuero propio en la educación y crianza de mis hijos, dejar delado mi responsabilidad en su formación, total yo hice mi parte: "yo pagué".

Si mi hijo me salió drogadicto, homosexual o delincuente (todo igualado y equipa-rado) esto será culpa exclusiva de la escuela que fue permisiva donde no debióserlo, o que le metió ideas en la cabeza que su familia no hubiera permitido. Mien-tras tanto, en todo caso, "mejor que el nene se interne –y para eso seguiré pagan-do– en un centro de rehabilitación y no vuelva hasta que le/me arreglen el proble-ma"… o lo fletamos –pagamos nosotros claro está– a Estados Unidos, o a otrobarrio –si no nos da la tela– y nos conformamos con decir lo bien que le va en lolaboral para no tener que comentar nada sobre el novio o concubino del nene… obien culpamos a la sociedad por hacer del nene un delincuente a pesar de lo muchoque hicimos (pagamos) nosotros para que nada de eso le sucediera (claro, salvo estarpara él, salvo poner el cuerpo, poner la dedicación, la atención y el amor y cuidadosnecesarios).

Creamos hijos dolientes, hijos a los que “el mundo les duele” (como dijo algu-na vez, Lanata). Son hijos de los que queremos desembarazarnos rápido ante elprimer inconveniente. Cada vez más madres y padres piensan en el trabajo y enel éxito económico individual y menos en la familia. Cada vez con más ganas desimplemente figurar –o ser amigotes de juerga– que en tener una verdaderarelación amorosa y de formación con su progenie.

Cada vez hay menos ejemplo a seguir, menos modelo, y cada vez más hijosabandonados a su suerte (y esto es así por mucha plata que los padres les pongan enropa y lujos, porque es sencillo ver –además– que lo que dan esos padres pudientes nose lo dan –a menudo– a sus hijos, sino que son meras inversiones en estatus).

Y somos –del mismo modo– maridos y esposas que pagamos para sacarnos deencima los problemas, somos esposos y esposas que pagamos y cobramos porsexo, y por hijo. No importa tanto que el marido sea un ser despreciable, mientraspague los liftings o los spa vacacionales, o en tanto mantenga el nivel de vida increscendo, o en tanto nos mantenga, o nos haga la vida –económicamente hablan-do– más fácil. No importa tanto que la esposa tenga otra cualidad que la de serun envase suficientemente deseable, aunque el coco y el corazón estén bienhuecos y bien resecos, pues con ella podremos mostrarnos hacia afuera comotriunfadores y exitosos, podremos ver la envidia o la admiración en los ojos delos otros, y eso nos asegurará más relaciones sociales y de negocios que afian-zarán el seguir costeando nuestro –todo lo costoso posible– “estilo de vida”.

Se pierde el hombre y la mujer, los seres humanos, los experimentadores de lavida, y nos encontramos en relaciones de variables económicas, con cárcelesde lujo, con stress y desamor.

Los hijos pasan a ser ejes de dominación y negociación. Mientras todo va bienen las relaciones financieras (ex relaciones familiares) nadie los reclama, ni sehace cargo pero, a la primera de cambio, serán el botín más preciado hastaestablecer quien ejercerá la tenencia y el monto de la cuota alimentaria, paraser vueltos a dejar atrás una vez resueltos estos aspectos dinerarios.

Volver a empezar, abrirnos a la po-sibilidad de mejorar, implica –prime-ro– tomar consciencia y dimensión delas falencias.

Sería deseable, creo, que esta Na-vidad nos encuentre más cerca de re-galarnos los unos a los otros en espí-ritu y verdad, que de comprar unosregalitos que nos liberen de obliga-ciones por otro nuevo año.

Felices Fiestas.

a la evolución destino del hombre

Periódico mensual. Director Dr. Camilo Guerra. Almafuerte 2629 Castelar (Bs. As.)T.E. 4629-6086 / 3089. - Diseño y diagramación propios. - Coordinación y publicidad:“Derecho Viejo” Producciones. - Registro de la Propiedad Intelectual Nº 2.365.486.Impreso en: PRINCASTEL 4629-2562 - Hecho el depósito que marca la Ley 11.723.

Un periódico para pensar

“DERECHO VIEJO”Lejos del mundo. Cerca de los hombres

“GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE)

Es fácil la rebeldíaque se oponea lo que está,

sin proponer nada;y es difícil la

revolución queencara algo nuevo.

C.G.

Escribe:Sebastián Guerra

Abogado - Psicólogo

El mundo nos duele...(y feliz navidad)

peligro para la billetera que –más o menos abultada– asoma desde el bolsillo traseroderecho de nuestro pantalón, es tan obvio que lo que nos moviliza es el dinero, elpagar para evitar, el pagar para solucionar… Es tan evidente que –en el pasadoreciente– los únicos sucesos que han hecho que alguna vez la clase media se mo-viera han sido los corralitos y la mano dura pedida por el ingeniero que no eraingeniero (continuando con la idea darle seguridad al bolsillo), o el que aborrez-camos los reclamos sociales, no por justos o injustos, por reales o ficticios, sinoporque nos hacen perder el premio en el trabajo a causa de los cortes de callesy embotellamientos ocasionados, y porque –finalmente– “time is money”.

Nos mueve el dinero, ni siquiera él, sino lo que representa en térmi-nos de poder y, en especial, el poder de alejar de nosotros los proble-mas, las decisiones, las responsabilidades.

Un rico puede pagar multas, por lo tanto estaciona donde quiere, va a la velocidadque quiere, pasa los semáforos que quiere, o hace publicidad política –tanta comoquiere– a la hora de las elecciones; y –ojo– no es impunidad en sentido estricto, loque tiene, porque paga. El tema es que ponerle un valor económico a la infraccióntendría que ser solo una parte o una de las formas de penalizar, pues si es la única,sólo representa un precio para el rico, no una restricción igualitaria y socialmenteimpuesta para todos. Vale decir, la idea de la multa es que una conducta determina-da no se lleve a cabo, no que la lleven a cabo solo los que puedan costearla.

Y a eso sumamos –entonces– una clase media que –sobre todo– nada haceante el magnate que no cumple con ninguna obligación, o ante el político valién-dose de un –como mínimo– tráfico de influencias, compra tierras fiscales aprecio vil y las vende a millonadas, sino que recurre a invocar la ConstituciónNacional –a boca de jarro– por el "derecho al libre tránsito" y "el derecho a lapropiedad" vulnerados, mientras sistemáticamente niega "el derecho al trabajo","a la vivienda (y vida) digna", a "la participación en las ganancias de las empre-sas" de nuestros empleados, y desconoce "el derecho a peticionar a la autorida-des" que conlleva el de ser oído por ellas (los que cortan calles –por insufriblese inadecuados que nos parezcan sus métodos–, en general, están ahí porque nose los escucha de otro modo, porque quienes tendrían obligación de escucharlosy de abrirles la puerta al diálogo viajan cómodos en avión, helicóptero, o enautos blindados y se abren paso –de ser necesario– con custodia policial).

Entonces, invocamos la Constitución para todo eso, a la vez que desconoce-mos que la misma garantiza (a través de los tratados internacionales de jerar-quía constitucional, que no habrá pena de muerte por muchas horas que lo dis-cutamos en programa tras programa de tv) y que desde 1853 –lo cual ha sidosabiamente mantenido por la reforma de 1994–, se ha afirmado que "las cárce-les serán para reeducación y JAMAS para castigo de los reos", tanto comoque existe la presunción de inocencia, no sólo cuando nosotros somos los acusados,sino siempre y para todos, incluso para el más flagrante de los reincidentes.

¿Es que nunca se preguntan los pregonadores de la pena capital cómo sereeduca a una persona luego de la cámara de gas, de la horca o de la silla eléctrica?

Hay que entender que hay personas que cuándo hablan del “valor de la vida”,consideran que la variable que determina dicho valor es si esa vida ha logradotener más o menos dinero en el banco.

Vivimos con miedo, y no es una locura en el contexto de inseguridad en el queestamos inmersos, sin embargo, nos preocupa más hacer o conservar la plata queevitar tener que depender de ella. Nos preocupa más que el ladrón no nos asalteque hacer algo por lograr que no hayaladrones. Nos asusta que nos maten pornada, y entonces soportamos –o hastaproclamamos la idea– de que los matena ellos, a los otros, a los que delinquen, eincluso a los que se parecen a muchosde los que delinquen (por su educación,por el grupo social o subcultura a la quepertenecen o lugar donde viven, o hastapor el color de su piel).

Ahh, claro, en el ínterin de todo esto –si podemos– evitamos el pago de impues-tos –los mismos que utilizamos como ar-gumento para no preocuparnos y man-

Mensaje de Derecho Viejo

www.sebastianis.com.ar

Dios ya hizo su parte,participándonos sin

reservas, la vidaplena y total; ahoraes nuestro turno,

debemos permitir aDios que se conozca

en nosotros.

Nos resistimos a soportar que la victoria redentora de la gracia de Diosse encierra en nuestra debilidad. Hubiéramos querido una encarnación

de Dios que nos hubiera hecho escapar de nuestra insoportable condición...y Él se anonadó hasta la cruz

Karl Rahner, sj

¿Cómo es posible que un sufrimiento que no es mío ni de mi interés, me afecteinmediatamente como si fuera mío, y con tal fuerza que me mueve a la acción?

Schopenhauer