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Año 10 Nº 117 Un periódico para leer Agosto 2011 “GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE) Lejos del mundo. Cerca de los hombres PERIÓDICO DE DISTRIBUCIÓN GRATUITA PROHIBIDA SU VENTA “DERECHO VIEJO” La identificación que realizamos con cuerpo, emociones, sentimientos y mente es la que impide que percibamos lo real. La plenitud de los tiempos significa el momento adecuado para salirse del tiempo histórico y psicológico e ingresar definitivamente en tiempos apocalípticos individuales. Yo soy ahora; ni lo anterior ni lo que puede venir es aceptable Estamos acostumbrados a manejarnos con los sentidos exter- nos, que nos van informando y convalidando la ilusión de separatividad, como si fuera real. La vista nos muestra muchos hombres y mujeres, cada cuál con sus condicionamientos, con sus roles, cada uno con sus iner- cias... el oído nos hace escuchar diferentes voces que hablan sin detenerse: graves, agudas; largos monólogos disfrazados de diá- logos, parloteos indescriptibles... Los sabores van y vienen buscando confirmar lo distinto, lo característico; y la mente piensa, imagina, y se pone a hacer proyectos, materiales primero, y espirituales después; ninguna de las dos posibilidades nos sirven. La expresión "nacer de lo alto" tiene muchas lecturas, tantas como niveles de conciencia reconozcamos. Descubrir la fatuidad del mundo de superficie (la sombra) es adoptar la posición nece- saria para poder nacer. Nos levantamos del banquete irresoluto del mundo. Hasta ayer nos sirvió, y hoy ya no. Vivir la vida (como viene), significa aceptar de muy buen grado lo que nos toca vivir (lo que atraji- mos), lo entendamos o no, porque nos es necesario. Estamos en el mundo, pero no somos del mundo. La ausencia de proyectos, tanto materiales como espirituales, es el índice que nos indicará nuestra cercanía con el misterio y con lo incognoscible. Siempre avanzamos por apocalipsis. La experiencia de lo espi- ritual produce el fin de lo material tal como lo "proyecta- mos", no tal como es. El mundo psicológico explota. Todas las enfermedades conocidas por nuestra medicina tradicio- nal son psico-somáticas. Al no trascender la superficie, necesaria e inevita- blemente nos enfermamos de trascendencia. Los mé- dicos y facultativos de la salud bautizarán con el nombre que se les ocurra a las enfermedades procedentes de la intrascendencia; ya sabemos cuál es su origen. Unir consciente e inconsciente es caer en la cuenta de que nunca estuvieron separados, es renacer de lo alto. Es lo pequeño que asoma con una fuerza inmensu- rable, más allá de lo controlado y previsto por la mente: lo eterno. En realidad, no podemos hablar de eternidad, porque el lenguaje es fabricado por la mente, siempre está dado den- tro de un ámbito (espacio), y en un proceso (tiempo). Para poder contener un líquido, precisamos un recipiente, preci- samos límites; en el mundo espiritual es precisamente lo contrario: si tratamos de limitarlo, lo perdemos irremedia- blemente; se contiene y se puede permanecer en él sola- mente aceptando lo desconocido, lo infinito, lo imprevisi- ble. ¿Es el Ser, o somos nosotros? ¿Hay diferencia? Tiempos apocalípticos, plenitud de los tiempos... es hora de ser consciencia. Cuando Dios confía en nosotros, cuando llega el momento de plenitud se produce necesariamente una discontinuidad (para nacer hay que romper un mundo). Nada de lo conocido que- da; si algo quedara, por pequeño o insignificante que fuera, im- pediría que percibiéramos lo desconocido. El mundo mental se maneja con ilusiones (separatividad, co- nocimiento no intuitivo, bienes materiales, “ser alguien”); y se recurre a diferentes armazones mentales que nos distraen indefi- nidamente bajo el ropaje de la búsqueda (ángeles, enviados, ava- tares, redentores, maestros ascendidos, extraterrestres, herma- nos superiores, ritos, sacramentos, creencias, dogmas, misiones salvíficas, jerarquías, cartas astrales, velas y sahumerios...). En su esfuerzo por no perder el control de lo conocido, la men- te sale a inventar premios y castigos, infiernos, purgatorios y pa- raísos, pecados y redenciones, reencarnaciones, aprendizajes... Preguntarnos –¿Quién soy?, es un recurso de la mente para quedar en el ámbito de lo conocido; en este caso lo conocido es “el preguntar”. La no-búsqueda y el no-juicio, nos remitirán inmediatamente al vacío, preludio de la salida del tiempo. Se acabó la búsque- da... somos. (Dios nos engendra en la eternidad) “Al creer, han nacido, no de sangre ni de carne, ni por voluntad de hombre, sino que han nacido de Dios” Jn 1,12

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  • “Derecho Viejo” Página 1

    Año 10 Nº 117 Un periódico para leer Agosto 2011

    “GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE)

    Lejos del mundo. Cerca de los hombres

    PERIÓDICO DE DISTRIBUCIÓN GRATUITAPROHIBIDA SU VENTA

    “DERECHO VIEJO”La identificación

    que realizamos concuerpo, emociones,

    sentimientos ymente es la que

    impide quepercibamos

    lo real.

    La plenitud de lostiempos significa elmomento adecuado

    para salirsedel tiempo histórico ypsicológico e ingresar

    definitivamente entiempos apocalípticos

    individuales.

    Yo soy ahora; ni lo anterior ni lo que puede venir es aceptable

    Estamos acostumbrados a manejarnos con los sentidos exter-nos, que nos van informando y convalidando la ilusión deseparatividad, como si fuera real.

    La vista nos muestra muchos hombres y mujeres, cada cuálcon sus condicionamientos, con sus roles, cada uno con sus iner-cias... el oído nos hace escuchar diferentes voces que hablan sindetenerse: graves, agudas; largos monólogos disfrazados de diá-logos, parloteos indescriptibles...

    Los sabores van y vienen buscando confirmar lo distinto, locaracterístico; y la mente piensa, imagina, y se pone a hacerproyectos, materiales primero, y espirituales después; ninguna delas dos posibilidades nos sirven.

    La expresión "nacer de lo alto" tiene muchas lecturas, tantascomo niveles de conciencia reconozcamos. Descubrir la fatuidaddel mundo de superficie (la sombra) es adoptar la posición nece-saria para poder nacer.

    Nos levantamos del banquete irresoluto del mundo. Hasta ayernos sirvió, y hoy ya no. Vivir la vida (como viene), significaaceptar de muy buen grado lo que nos toca vivir (lo que atraji-mos), lo entendamos o no, porque nos es necesario. Estamos enel mundo, pero no somos del mundo. La ausencia de proyectos,tanto materiales como espirituales, es el índice que nos indicaránuestra cercanía con el misterio y con lo incognoscible.

    Siempre avanzamos por apocalipsis. La experiencia de lo espi-

    ritual produce el fin de lo material tal como lo "proyecta-mos", no tal como es. El mundo psicológico explota. Todaslas enfermedades conocidas por nuestra medicina tradicio-nal son psico-somáticas.

    Al no trascender la superficie, necesaria e inevita-blemente nos enfermamos de trascendencia. Los mé-dicos y facultativos de la salud bautizarán con el nombreque se les ocurra a las enfermedades procedentes de laintrascendencia; ya sabemos cuál es su origen.

    Unir consciente e inconsciente es caer en la cuenta de quenunca estuvieron separados, es renacer de lo alto.

    Es lo pequeño que asoma con una fuerza inmensu-rable, más allá de lo controlado y previsto por la mente:lo eterno.

    En realidad, no podemos hablar de eternidad, porque ellenguaje es fabricado por la mente, siempre está dado den-tro de un ámbito (espacio), y en un proceso (tiempo). Parapoder contener un líquido, precisamos un recipiente, preci-samos límites; en el mundo espiritual es precisamente locontrario: si tratamos de limitarlo, lo perdemos irremedia-blemente; se contiene y se puede permanecer en él sola-mente aceptando lo desconocido, lo infinito, lo imprevisi-

    ble. ¿Es el Ser, o somos nosotros? ¿Hay diferencia?Tiempos apocalípticos, plenitud de los tiempos... es hora de

    ser consciencia.Cuando Dios confía en nosotros, cuando llega el momento de

    plenitud se produce necesariamente una discontinuidad (paranacer hay que romper un mundo). Nada de lo conocido que-da; si algo quedara, por pequeño o insignificante que fuera, im-pediría que percibiéramos lo desconocido.

    El mundo mental se maneja con ilusiones (separatividad, co-nocimiento no intuitivo, bienes materiales, “ser alguien”); y serecurre a diferentes armazones mentales que nos distraen indefi-nidamente bajo el ropaje de la búsqueda (ángeles, enviados, ava-tares, redentores, maestros ascendidos, extraterrestres, herma-nos superiores, ritos, sacramentos, creencias, dogmas, misionessalvíficas, jerarquías, cartas astrales, velas y sahumerios...).

    En su esfuerzo por no perder el control de lo conocido, la men-te sale a inventar premios y castigos, infiernos, purgatorios y pa-raísos, pecados y redenciones, reencarnaciones, aprendizajes...

    Preguntarnos –¿Quién soy?, es un recurso de la mente paraquedar en el ámbito de lo conocido; en este caso lo conocido es“el preguntar”.

    La no-búsqueda y el no-juicio, nos remitirán inmediatamenteal vacío, preludio de la salida del tiempo. Se acabó la búsque-da... somos.

    (Dios nos engendra en la eternidad)

    “Al creer, han nacido, no de sangre ni de carne, ni por voluntadde hombre, sino que han nacido de Dios” Jn 1,12

  • “Derecho Viejo”Página 2

    EDITORIALPensamiento

    El espejo y la ventanaPor Federico Guerra

    Zona NorteEscobar:

    I. Maschwitz:Olivos:

    P. Podestá:Pilar:

    San Andrés:S. Fernando:

    San Isidro:

    Vte. López:

    Dietética Belén - Tapia de Cruz 910Vivero Sunny - Falucho 1429 -Frente a la plazaBiblioteca Popular de Olivos - Maipú 2901Panadería La Florida - Pte. Perón 9806Masajes Terapéuticos - Tucumán 669

    Biblioteca Carlos Serraz - San Lorenzo 3169Librería Claretiana - Constitución 938La dietética de San Isidro - Cosme Beccar 229Dietética - Cosme Beccar 482Inmobiliaria Estela Vorro - 25 de Mayo 584Dietética Naturvida - Roca 1489

    Zona SurA. Korn:

    Berazategui:

    Burzaco:Burzaco O.:

    Fcio. Varela:

    La Plata:L. de Zamora:Luis Guillón:Mte. Grande:

    Quilmes O.:

    Val. Alsina:V. Domínico:

    Farmacia Petrucci - San Martin 199Ortopedia Héctor Cazorla - Calle 101 Nº 588Tienda y Mercería Hilda - Calle 55, e/ 158 y 159Farmacia La Rotonda del Vapor - Av. Espora 4095Atelier Palau - Mitre 447 e/Alem y AlcortaBibliot. D. F. Sarmiento - España esq. BoccussiDietética Abuela Rosa - Mitre 263Librería Claretiana - Calle 51 Nº 819Librería Claretiana - H. Yrigoyen 8833Santería de Schoenstatt - José Hernández 251Remis Las Heras - Las Heras 48Alm. Naturista La Aldea - Andrés Baranda 1056Taller de Creaciones Populares - Av. Calchaquí 1027Dietética Olga - Ricardo Balbín 612Almacén Jorge - Oyuela 701

    Zona OesteBella Vista:

    Caseros:Castelar:

    F. Alvarez:G. Rodríguez:

    Escuela Yamabushi - Santa Fe 1425Lib. La cueva - Av. San Martín 2771Cobla Electricidad - Av. Arias 3437Lib. La Recova - M. Irigoyen 430Video Time - Almafuerte 2411Nva. Lib. Alemana - Bmé. Mitre 2466Lib. La cueva - I. Arias 2354Merc. y Lencería Zoe - Sta. Rosa 2011Topacio Arte-sano - Rivadavia 20050, Loc 28Alm. natural Semillas Vitales - Avellaneda 915Maxikiosco El Zurdo - Sanabria y P. RicoCasa de Comidas Brenda - Acceso

    Oeste Colect Sur, Km 45,8Kiosko Jorge - Sgto. Cabral 6

    G. Rodríguez:

    Haedo:

    Hurlingham:

    Ituzaingó:

    José C. Paz:L. del Mirador:

    Luján:

    Merlo:Moreno:

    Morón:

    Muñiz:

    R. Castillo:Ramos Mejía:

    S. A. de Padua:

    San Justo:

    San Miguel:

    Stos. Lugares: V. Ballester:

    V. Luzuriaga:

    Lib. D. Marcos - 25 de Mayo y PueyrredónLib. Macondo- Av. España 401 y AvellanedaResto-bar La Rueda - Rivadavia 15998Dietética La Aldea - Rivadavia 16107Dietética La Pradera - Jauretche 943Regalería Alimey - Jauretche 1490Cobla Electricidad - Av. Roca 845Lib. Santa Teresita - Zufriategui 830,

    loc. 2, Gal CentenarioDietética A tu Gusto . Zufriategui 996Escuela Yamabushi - Paunero 3973Casa López - Av. San Martín 3566Kiosco Marianito - Lorenzo Casei

    esq. MontevideoParque Gas - Av. San Martín 2435Librería Hadas - Asconape 139El Molino - Demóstenes 2992 Bº Las FloresLibrería Claretiana - San Martín 379Almacén El Barquito - Belgrano 308Librería Nuevo Mundo - Brown 1482Casa Franceschino - Bme. Mitre 822Vergara Cristales - Vergara 202Escuela Yamabushi - Alberdi 1510Escuela Yamabushi - D’Elía 456Farmacia Hualfin - Hualfin 2063Cent. Yoga Shamballa - Pueyrredón 56Dietética Hogar Verde - Pueyrredón 54Eva Decoraciones - Av. de Mayo 2143Talab. Rincón de Campo - Belgrano 70 loc 10Parrilla El Fogón - Brandsen 580Dietética El Corralito - Güemes 79Electricidad Padua - Belgrano 295Kiosco Hortensia - Lambaré 1630Librería Sin orillas - Noguera 311 Loc 4Farmacia Comastri - Zárate 260Atelier Iluminación - Noguera 265Librería Claretiana - Ignacio Arieta 3045Dietética Namaskar - Arieta 543Maxikiosko - Belgrano 577Escuela Yamabushi - P Ustarroz 2530Escuela Yamabushi - Peluffo 1450Librería del Santuario - Av. La Plata 3757Papelería Com. Fabi - Lamadrid 1793Dietética Namaskar - Arieta 543

    En Capital Federal

    En Gran Buenos Aires

    En estas direcciones puede retirar «Derecho Viejo»

    En el interior del país

    Librería Claretiana- Lima 1360 - Rodriguez Peña 898 - Aráoz 2968Librería Marista - Callao 224Librería Patria Grande - Rivadavia 6369Librería La Guadalupita - Av. Avellaneda 3918Cobla Electricidad - Av. Nazca 2732Centro Médico Versalles - Juan B. Justo 9350El Jardín de los Ángeles - Av. Corrientes 1680 1º PisoDietética Alice - Balbín 3715Dietética Argentina- Olazábal 5336Librería y juguetería Chon - Av. Alvarez Jonte 4692Editorial Dunken - Ayacucho 357

    Dietética Noemí - Cramer 3565Feria de ropa - Combate de los Pozos 620Panadería Anabella - Cerviño 3379Tu vida sana - Av. Triunvirato 4405De esto y aquello - Serrano 1321Agencia de Viajes Inmotur - Lope de Vega 2082Optica Stivak - Cosquín 16Dietética - Federico Lacroze 3288Kiosco librería Nora- California 2831Edipo Libros - Av. Corrientes 1686

    Librería Litex - Pellegrini 1575 - BragadoLibros Adagio - Av. Soarez 80 - ChivilcoyJosé Cupertino - Catamarca 1645 - Mar del PlataLibrería Don Bosco - Belgrano 4802 - Mar del PlataFarmacia - Calabria 9131- Mar del PlataKioskito de Santi - Montevideo 1010 - Sta. Clara del MarKiosco La Nube - Algorta y Rotonda - Sta. Clara del MarPeluquería Tio Pepe - Acapulco 835 - Sta. Clara del Mar

    Provincia de CorrientesBiblioteca Francisco Madariaga - Santa Rosa

    Provincia de MisionesFarmacia Santa María -Alvear 1011- ApóstolesSonia Calzados - Av. San Martín 1726 - Gdor. Roca

    Provincia de NeuquénMorgana Libros - Av. Arrayanes 262, Loc. 8 - Vª La AngosturaLibrería San Pablo - Av. Argentina 162 - Neuquén

    Provincia de Buenos Aires

    Provincia de SaltaFundación Barca de la Esperanza, Secretaría de la CBEs -

    Ameghino 1667 - Salta

    Provincia de Río NegroLibrería La Cueva - Shopping El Paseo, Loc. 15 - Las Grutas

    Cobla Electricidad - Av. Del Valle esq. L. de la Torre -Dietética Suelto & Natural - Av. Avellaneda 1098 -Peluquería La casita de Any - Constitución 912 -Panadería El Molino - Sarmiento 933 -Kiosco Trelew - Pasteur 188 -Apart-Hotel Ku’Deamm - Garibaldi 838 -Casitas de la Esperanza - S. Rivas 1550, mod. 6 (Hnas. Azules)Dietética Naturísima - Chacabuco 585Dietética Si-Gar - Sarmiento 888Indumentaria Keops - Sarmiento 735Kiosco Veracruz - 9 de Julio 275Kiosco Almendra - Av Colón 1555Despensa “Lo de Mona” - Beiró 1285

    Tandil

    ¿Qué es la mente? Todas las definiciones que encontra-mos son sólo ensayos de definiciones, porque esa fuerza raraque entendemos por mente todavía no ha encontrado una de-finición que la contenga completamente.

    Algunos científicos piensan que la mente es una facultaddel Cerebro, y otros, que en realidad el cerebro es sólo elengranaje visible de la Mente. Otros pensadores más libresdel método científico, dicen que limitar esa poderosísima po- tencia humana al reino de un solo órga-

    no es un error: la mente vendría a seralgo así como el punto de encuentro en-tre la materia y el espíritu (si es que to-davía es válida tan arcaica distinción),vale decir, vendría a ser una fuerza me-diadora. De ser así, la mente no depen-dería de lo “físico”, sino que sería unafuerza independiente. En este sentido,incluso se ha dicho que existe una solaMente común a todos los seres huma-nos, como si todos fuéramos pequeñascélulas de un organismo mayor.

    Algunos filósofos idealistas inclusopostularon que esta “Mente universal”es, en realidad, lo único que existe: elresto son ilusiones. Así resulta que losseres humanos en realidad no pensamos,sino que somos pensados...

    En otras palabras: algunos la consi-deran una aliada; otros, una enemiga; yotros, una mera herramienta. En Occi-dente, es vista como la salvación delhombre; en Oriente, como su perdición.

    Para no caer en el terreno de las de-finiciones (terreno escabroso si los hay,como bien enseñara Sócrates), tal vezconvenga utilizar una metáfora sencilla:

    Desde pequeños se nos enseña acreer que la mente es como un espejo,que reproduce la imagen del mundo quenos rodea, pero en realidad no lo es. Másbien es como una ventana sucia, quenunca ha sido limpiada. Y, en nuestraignorancia, creemos que la mugre esnuestro reflejo. El primer paso, enton-ces, será darnos cuenta que no somosesa mugre acumulada, y des-identificar-nos de lo que trae el viento del mundode la superficie. El segundo paso serálimpiar la ventana y quitar la mugre. Eltercero, mirar a través de la ventanaahora transparente. Y el último, abrir porfin la ventana.

    La única pregunta que queda es: ¿esteartículo lo ha leído usted, o su mente?

    Hoy ha muerto mi alma.¿Quién es éste, entonces, quemientras escribe estas líneas,

    la llora desconsolado?

    Hoy ha muerto mi alma,tan vacía como la inocencia,nacida del fuego de Prometeo

    y de un espejo vacío.

    Hoy ha muerto mi alma,y sólo tengo una duda:

    ¿Quién es éste que,por propia voluntad ha quedado

    rezagado, luchando con el pasado,para dejar una flor en una tumbasin nombre, espacio ni tiempo?

    Dirección y CorrespondenciaAlmafuerte 2629 (CP. 1712) Castelar

    Prov. Buenos Aires - ArgentinaTel: 4627-8486 / 4629-6086

    E-mail: [email protected]

    Sitio Web:www.derecho-viejo.com.ar

    ResponsablesDr. Camilo Guerra

    Dr. Sebastián GuerraProf. Lic. Federico Guerra

    EdiciónMarta Ponce

  • “Derecho Viejo” Página 3

    –Madre –dijo la pequeña camella–,¿por qué tenemos patas grandes contres dedos?

    Y la mamá camello respondió: –Parapoder caminar por el desierto sin hun-dirnos en la arena, querida.

    La camellita pensó durante un minu-to y luego dijo: –Madre, ¿por qué tene-mos pestañas largas y tupidas?

    Y la mamá camello respondió: –Para poder ir por el desierto sin lasti-marnos los ojos con las tormentas dearena, cariño.

    La camellita meditó un rato más y

    “Si no hay visiones, el pueblo vive sin freno”, dicenlas Escrituras. Cuando un pueblo no reflexiona seria-mente sobre lo que realmente necesita, aceptará cual-quier cosa que le quieran vender.

    Visión no es la habilidad de predecir el futuro. Visiónes la previsión para crear el futuro.

    El buscador le pregun-tó al monje: “¿Qué es loque hacen en un monas-terio?” “Nos caemos ynos levantamos; nos cae-mos y nos levantamos;nos caemos y nos levan-tamos”. La perfección noes la ausencia de fraca-sos. Es la voluntad paracomenzar una y otra vez.

    La humildad es el antí-doto del mundo contra lapretensión de superioridad.La pretensión de superiori-dad es la enfermedad queasume que lo que digo tie-ne que ser así y lo que quie-ro tengo que tenerlo. Mu-chas guerras, internas y ex-ternas, podrían evitarse conuna pizca de humildad.

    volvió a preguntar: –Madre, ¿por quétenemos jorobas?

    Y la mamá camello respondió: –Parapoder caminar por el desierto y no tenersed, corazón.

    Y la camellita dijo: –A ver si nos enten-demos. Nuestras patas son para el desier-to. ¿Podrías decirme entonces qué es loque estamos haciendo en el zoológico?

    Moraleja: Estar en el lugar incorrecto,haciendo lo incorrecto, en el tiempo in-correcto es ser una persona que no hizobastantes preguntas acerca de la vida a lolargo del camino.

    Una de camellos

    Las personas que seconsideran superiores a losdemás no se perdonan suspropias debilidades y, porlo tanto, desprecian esasmismas debilidades en losotros. Por eso, cuandocaen quienes diven ser vir-tuosos, sufren golpes másterribles y profundos queotros. Un toque de compa-sión por los demás a lo lar-go del camino seguramen-te suavizaría la caída, por-que, tarde o temprano,nos vamos a caer.

    La compasión no distingueentre amigos y enemigos,vecinos y desconocidos,

    compatriotas y extranjeros.La compasión es la puerta

    de entrada a la comunidad humana.

    La humildad hace quelas personas puedan rea-lizar una valoración rea-lista de sus capacidades yasí les permite hacer conellas lo que es posible, nolo que no lo es.

    Cuando juzgamos aotro, le estamos pidiendoa Dios que nos exija losmismos parámetros inal-canzables que hemos es-tablecido para el resto dela humanidad.

    Compasión no signifi-ca lástima. Compasiónsignifica misericordia. Esel compromiso de asumiruna responsabilidad porel sufrimiento de otros.

    John Ruskin escribió: “Hacer que tushijos sean capaces de ser sinceros es el

    principio de la educación”.La esencia de la humildad no es

    aprender a negar nuestros talentos.Aprender que no los tenemos todoses el verdadero talento de humildad

    que le ofrecemos al mundo.

    Nunca confundas de-seo con visión. El deseotiene que ver con lo quequeremos. La visión tie-ne que ver con lo que ne-cesitamos.

    Pensamientos de Joan Chittister

    Pocos pensadores han tenido profundidad y han vivido tan opor-tunamente, como Romano Guardini y Thomas Merton.

    Ambos compartieron la angustia que embargó al hombre depost-guerra del 45; y supieron orientar e iluminar ese caminoque parecía tan oscuro disipando todo el horror de una GuerraMundial pasada y, toda la impotencia de una Guerra Fría mu-cho más hipócrita y desgastante.

    Siguiendo la línea de Jacques Leclercq, Romano Guardini le dionuevos ideales a toda la juventud universitaria de esos años,tratando sus temas con una agudeza y una sobriedad, hastahoy no igualadas.

    Por su parte Thomas Merton nos maravilló con su "Montaña delos Siete Círculos" y nos llenó de ganas de profundizar nues-tro cristianismo a través de experiencias de vida.

    Para ambos mi más alegre recordatorio, los dos sin conocer asus lectores han formado toda una generación de "buscadoresde Dios".

    En consideración y recuerdo hacia ellos, quiero esbozar un parde reflexiones sobre la vida espiritual.

    Cada hombre nace dentro de un contexto cultural, en el que sedestaca la religión.

    En Occidente hemos nacido dentro del "cristianismo", que no espoco, debemos profundizar a lo largo de nuestra vida esa re-ligión, y considerarla la plataforma de lanzamiento hacia nues-tra vida espiritual.

    La esencia del cristianismo, su meollo, se puede sintetizar en lasiguiente frase, proveniente de la primera Epístola de Juan: ..."Todo espíritu que acepte que Cristo se encarnó, es de Dios"...

    Vale decir que mientras no se niegue que Jesús es el Cristoencarnado estamos dentro del cristianismo.

    Buda decía: "Dios se encarnó en todos los hombres, pero muypocos lo saben".

    La Iglesia nos recomienda que "seamos otros Cristos".La Biblia nos informa: "Dioses sois".Jesús nos dice: "Cosas más grandes que yo haréis".Por último el Evangelio nos advierte: "Somos templos del Dios

    viviente" y además Jesús dice a Felipe "quien me ve a Mí, veal Padre".

    La oración última de Jesucristo fue: "Que todos sean uno y queestén en Mí como Yo en vos", dirigiéndose al Padre.

    "Estoy afuera, si me abren haremos morada dentro de uste-des".

    Todo conduce a la misma conclusión: ..."Dios tomó la natu-raleza humana".

    No busquemos por lo tanto a Dios fuera de nosotros. Dios esnuestra consciencia individual, que se va haciendo Cristo, talcomo le ocurrió a Jesús, y a través de esa conciencia que seva profundizando o elevando, según se mire, nos descubrire-mos hijos de Dios y copartícipes de su divinidad.

    "Ya no los llamo siervos, sino amigos", y para ser amigos debenecesariamente existir un pie de igualdad.

    Todos los hombres somos uno, sin perder nuestra individuali-dad, esto es el cuerpo místico de Cristo que la Iglesia predica.

    "El Reino de Dios está dentro de cada uno de nosotros".Por lo expuesto, que cada hombre profundice su religión de

    origen, que seguramente llegará a la misma conclusión y di-gamos con Jesús: "Ha llegado la hora de adorar a Dios enespíritu y verdad".

    Octubre 2003

    A los maestros, con cariño

    Decíamos ayer...Por Camilo Guerra

    Los gestos de desilu-sión son un mal hábito.Cierran la mente y amar-gan el alma.

    Psicóloga social, periodistay religiosa benedictina.

    Visite tambiénnuestra página web:

    www.derecho-viejo.com.ar

    No somos islas

  • “Derecho Viejo”Página 4

    El cofre de los recuerdos... XXIEl Camino hacia la Verdad y la Vida

    Alabanza-elevación(himno litúrgico):

    Alabemos a Dios que, en su Palabra,nos revela el designio salvador,y digamos en súplica confiada:“Renuévame por dentro, mi Señor”.No cerremos el alma a su llamadani dejemos que arraigue el desamor;aunque dura es la lucha, su Palabraserá bálsamo suave en el dolor.Caminemos los días de esta vidacomo tiempo de Dios y de oración;él es fiel a la alianza prometida:“Si eres mi pueblo, yo seré tu Dios”.Tú dijiste, Jesús, que eras caminopara llegar al Padre sin temor;concédenos la gracia de tu Espírituque nos lleve al encuentro del Señor.

    Amén

    “Yo estoy junto a la puerta y llamo:si alguien escucha mi voz y me abre,entraré en su casa y cenaremos juntos...”,leemos en el libro del Apocalipsis (cap. 4,v.20).

    ¿Dónde te escuchamos...?(continuación)

    En el número anterior tratamos de res-ponder al interrogante ¿Cuándo te vimos?y terminamos constatando que muchasveces no lo vimos porque no miramos conatención a quien nos interpela mientrasvamos haciendo camino... Decíamos: “élestá en tu casa, en tu barrio, en tus rela-ciones, en tus afectos, en la calle, en tutrabajo, en tu escuela, en tu profesión, enel tren, en el colectivo..., donde se juegala vida”.

    Algo similar nos ocurre cuando trata-mos de imaginar a quien nos está hablan-do de muchas maneras y en cualquier re-codo de nuestra existencia. Del mismomodo que podemos ver sin mirar, tam-bién corremos el riesgo de estar oyendopero sin escuchar. No se trata de un jue-go de palabras, estamos inmersos en unarealidad que dificulta la escucha atenta alo que es esencial. Quizás tendríamos quereferirnos al silencio como condición parauna escucha profunda.

    Pero... ¿quién nos habla y dónde noshabla para que lo escuchemos? Por su-puesto que nos estamos refiriendo a quiennos invita a escucharlo y a abrirle la puer-ta para que entre y comamos juntos (vercita Apocal. 4,20). En la Biblia leemos que“en muchas ocasiones y de diversas ma-neras” nos sigue hablando Dios por me-dio del Hijo hecho Palabra... pero: ¿dón-de? Los que nos profesamos cristianossolemos decir que para escuchar a Dioshay que ir al templo, al culto, a una cate-quesis parroquial, o tener una Biblia encasa..., y no está mal, porque eso es loque nos enseñaron y nos trasmitieronnuestros mayores. Es más, en la celebra-ción eucarística se nos invita a compartir(a comer) el pan de la Palabra con elmismo énfasis que lo hacemos con el pandel Cuerpo y la Sangre de Cristo. Enefecto, la Palabra es parte integrante yconstitutiva de la celebración que actuali-za el misterio pascual.

    Sin embargo, sigue vigente la pregun-

    ta: “¿dónde te escuchamos?”... particu-larmente en este momento histórico ycultural donde los templos y los lugaresde culto son cada día menos frecuenta-dos. Esto nos lleva a cuestionar sobre elmodo y el lugar donde habla Dios. Jesúsprometió estar presente donde “dos o másse reunieran en su nombre” (Mt 18,20),pero no dijo “dónde”.

    Más aún, los lugares tradicionales don-de se leía a los profetas, que hablaban ennombre de Dios, eran el templo de Jeru-salén y las sinagogas. Pero, paradójica-mente, las enseñanzas y los signos mássignificativos de Jesús de Nazaret, serealizaron mientras caminaba entre lagente, es decir, fuera del templo y de loslugares oficiales de culto. Allí donde élcompartía su vida y prodigaba sus gestosmisericordiosos, mientras los invitaba aformar comunidad, sin excluidos, a ex-perimentar el amor del Padre que no haceacepción de personas y quiere que todos,juntos, vivan la alegría de ser hijos e hijasde Dios. Los pueblos de Palestina y parti-cularmente de Galilea están impregnadosde esa buena noticia.

    La Palabra de Dios no admite mono-polios, no es patrimonio de “letrados”como los escribas y fariseos (de antes yde ahora) y su horizonte es ilimitado, aun-que sea privilegio de los profetas de todoslos tiempos. En efecto, leemos en el librodel Deuteronomio (30,11-14): “Porque estemandamiento que yo te ordeno hoy no esdemasiado difícil para ti, ni está lejos. Noestá en el cielo, para que digas: ¿Quiénsubirá por nosotros al cielo, y nos lo trae-rá y nos lo hará oír para que lo cumpla-mos? Ni está al otro lado del mar, paraque digas: ¿Quién pasará por nosotros elmar, para que nos lo traiga y nos lo hagaoír, a fin de que lo cumplamos? Porquemuy cerca de ti está la palabra, en tuboca y en tu corazón, para que la cum-plas”. Esto lo confirma san Pablo, al prin-cipio de la predicación evangélica, movi-do por el Espíritu: “Cerca de ti está la

    palabra, en tu boca y en tu corazón. Estaes la palabra de fe que predicamos...”(Ver Romanos 10:6-10).

    Los destinatarios de la Palabra, son almismo tiempo, los anunciadores de labuena noticia.No tienen quevolverse genteimportante, niprofesores deteología para en-tenderla y pro-clamarla. Estámuy cerca, en suboca y en su co-razón; y éstasson las palabrasque el Espíritu deDios utiliza parahablar de fe en laPalabra de Diosencarnada, Je-sús-Maestro: él habló a los sencillos conlenguaje y gestos sencillos.

    Entonces, a la pregunta “¿dónde te es-cuchamos?”, podemos responder de lamisma manera que lo hicimos para res-ponder a “¿cuándo te vimos?”, es decir:El habla en el templo de tu conciencia, entus relaciones, en tus afectos, en la calle,en tu trabajo, en tu escuela, en tu profe-sión, en el tren, en el colectivo, en tu co-munidad, en tu encuentro con amigos...,allí donde está la vida. Recuerdo que estapreocupación la expresamos en el segun-do año de peregrinaje con el lema: “Espe-ramos tu palabra, esperamos tu Voz” (verartic. anterior) que fue como una bisagraque marcó un antes y un después en nues-tro camino de conversión a la Palabra es-cuchada y proclamada y que nos com-prometía a llevar la paz a los hermanos.

    Aquí también termino citando la pala-bra del hermano oblato Luis Costantino:Nuestras comunidades revelan al Dios enel cual creen los que hacen parte de ella.Los modos de celebrar, los estilospastorales, los énfasis, hasta lo que no es

    tenido en cuenta pone de manifiesto dealguna manera en qué Dios creemos ycómo entendemos la vida cristiana.

    Cuando contemplamos la vida de lasprimeras comunidades y el modo tan par-

    ticular de entender elevangelio podemos entre-ver la fuente de vida quelas animaba y transforma-ba, aún cuando los tiem-pos fueran difíciles. ¿Enqué Dios creen las comu-nidades cristianas quese hacen discípulas delResucitado? Escuche-mos la palabra obra vez(los invito a leer Mateo18,15-22).

    ¿Podemos soñar jun-tos con una comunidadfraterna de vida cristianadonde estén presentes

    esos elementos que nos enumera uno trasotro el evangelio? Una comunidad que salea buscar al que ofende, para perdonarlo eincluirlo. Una comunidad que le pide alque se reincorpora “que escuche”, por-que también hay una palabra para él.Una comunidad que vence no cuandotiene la razón, sino cuando gana a suhermano...

    La palabra de la reconciliación esla buena noticia, la perla escondida enlas entrañas de la comunidad toda. Final-mente, el evangelio ya no nos permite di-sociar más en las comunidades cristianasla presencia del Resucitado y los víncu-los fraternos: “Dos o tres... estoy yo”(Mt 18,20).

    Por eso extendamos los territorios depaz, no sólo hacia adentro, sino tambiénhacia todas esas realidades que piden serescuchadas en la comunidad y, a su vez,esperan de ella una palabra: las fami-lias, los jóvenes, el universo político, losque viven desarraigados o en situaciónde explotación... (continúa).

    Cordialmente,P. Julio, omv

    1) Muchos de nosotros, los buenos, podríamos ayudar a la Providencia con una listade personas a quienes castigar.

    2) De nada hubiera valido el descubrimiento del teléfono, si la Providencia no hubie-se creado antes el oído. Interesante.

    3) El hilo suele cortarse por lo más delgado, sin embargo, en ocasiones, la Providen-cia gusta de cortarlo por lo más grueso.

    4) Creo entender que cuando El Señor de la Providencia aconseja no preocuparnospor el día de mañana, se refiere a algo muy especial: al hecho de que Él, personal-mente, se va a ocupar del asunto.

    5) Hay grandes escritores que no creen en la Providencia, pero relatan muy bien loque es vivir sin ella.

    6) Por no consultar con la Providencia, parece ser que algunos políticos, no conocen losuficiente acerca del bien común (y lo confunden muy a menudo con el bien propio).

    7) La Providencia desea que nos libremos de las preocupaciones de la vida. Eso es.8) Es sorprendente la manera en que la Providencia usa el fracaso para ayudarnos.

    ¡Eso es Poder!9) Andando con la Providencia, ingresamos al mundo sobrenatural, donde ocurren

    cosas... (las principales).10) Los amigos de la Providencia miran todo desde lo sobrenatural. Desde allí se

    comprende la realidad en todas sus dimensiones.11) La Providencia nos ayuda, si lo deseamos, a unir en nuestras vidas, lo natural

    con lo sobrenatural.12) La Providencia no intenta hacer cosas. Las hace.

    Christopher Keto

    La amigable ProvidenciaComo quisiera ser camino,huellas de barro con hondura.En lo profundo,se van haciendo pozosy uno a uno van comunicando,que es la misma tierra,camino y barrocavando profundo.Te fui buscando esos díasy ya te había encontrado.

    Pero fue al mirar hacia lo alto,que unas campanasestaban golpeando.Tu sagrario estaba cercanoy él mismo estaba guardandouna oración que soltabael campanario.

    Lluvia sin cesar y no dejo de rezarcon lluvia y granizo, piedras de piedad.Todo el horizonte, me parece alcanzarte,sos la meta, y no dejo de buscarte.

    Felicitas Carbó

    Camino y barro

    Se hace camino al andar

  • “Derecho Viejo” Página 5

    Al tratar de conocer laVerdad, la suprema felicidad,debemos tener presente queno ha de ser el motivo la satisfacciónpersonal, sino el deseo de servir y ayu-dar. No habéis de creer que el servicio yauxilio sean peculiares de las gentes hu-mildes, apocadas y ordinarias, ni que paraservir hayáis de convertiros en máqui-nas y obedecer ajenos mandatos. Al lo-grar la perfecta Verdad, lograréis tam-bién la perfecta Felicidad, y servís por-que no podéis menos de servir.

    Yo he visto la Visión por mí mismo,y ahora nadie puede arrebatármela ni que-brantarla, porque es parte de mi alma,parte de mi cuerpo, parte de mi verda-dero ser. Es inalterable y cuanto más yocambio, es más permanente. Pero tansólo podréis verla, tan solo podréisasimilaros a la Verdad y llegar a ser partede la Verdad si aprendéis a ser imperso-nales, en el sentido de que perdáis vues-tro yo inferior, vuestro personal y mez-quino punto de vista y os identifiquéiscon la eterna Verdad. Desde luego quetodos hemos de tener personalidad, yaunque nadie ha de desechar su perso-nalidad, no ha de ser personal. Cuantomás evolucionéis y más cerca de la Verdadlleguéis, mayor será vuestra personalidady más semejante a una flor será vuestraalma; pero tanto más personales seréiscuanto más lejos estéis de la Verdad.

    Mientras os esforzáis en lograr Esa Ver-dad, desenvolveréis vuestra personalidady manifestaréis vuestras inclinaciones.

    Para alcanzar la actitud impersonal,lo primero que hemos de combatir es lasatisfacción egoísta. Debéis rebelaroscontra la propia satisfacción. Si tenéis

    Individualidadéxito en el mundo o con-quistáis alguna distinciónespiritual, experimentaréis al

    propio tiempo la tendencia a satisfaceroscon lo hecho y con gloriaros de ello. Sipersistís en someteros a esta satisfac-ción no adelantaréis ni marcharéis haciala meta. No podréis acercaros a la Ver-dad hasta que hayáis aprendido a sobre-poneros a las tristezas y alegrías. Sufri-réis si sois personales, si os satisfacéisegoístamente, si os contentáis con vues-tro yo inferior.

    Pero mientras mantengáis constante-mente la Visión ante vosotros, mientrasvayáis rasgando el velo con que voso-tros mismos la cubristeis, nunca seráegoísta vuestra satisfacción. Bien sabéisque a la gente se le conoce en la cara elcontento de haber tenido éxito en cosasmenudas, como si hubieran realizado al-guna formidable hazaña; y gradualmenteesta física satisfacción se extiende alalma, y el individuo se estanca. Si que-réis llegar a la meta y conocer la Verdad,no debéis deteneros a adorar en peque-ños santuarios ni inquirir pequeñas ver-dades. No necesitáis en vuestra vida ir aadorar ante altarcitos cuando ahí está elgran templo de adoración. Os demoráisy perdéis tiempo en los pequeños san-tuarios, en vez de ir a adorar incesante-mente ante el único Altar de la Verdad, afin de corresponder a las demandas de laevolución. Y si creéis en el Instructor dela Humanidad, también estaréis allendetodos los altares, dogmas y doctrinas, yveréis la Verdad a través de todas las pan-tallas que ocultan la Visión.

    Extraído de “El reino de la felicidad”

    Por Jiddu Krishnamurti

    Señor, enséñameel silencio del amor;el silencio de la humildad,el silencio del que hablasólo el corazón;el silencio de la fidelidad,el de la verdad y el del respeto.

    Enséñame, Señor, el silenciode mi propio corazón,para encontrar el tuyo.Enséñame a dialogar,pero primeroenséñame a rezar,para que sóloescuche los gemidosdel Santo Espíritu.

    Y así en lo profundoquiero dejar mis armas,calzar tus sandaliasy caminar juntos:Vos Maestro y yo discípulaen un surco de amorhasta el fin.

    Felicitas Carbó

    ¿Dichosos los pobres? ¡Sí, si dejan de serlo!Pocos textos han sido tan mal comprendidos como éste, tan deformados e inter-

    pretados de tan distintas maneras. Ya los propios evangelistas se dividen al respecto:Mateo hace de la pobreza una virtud espiritual (“Dichosos los pobres en el espíritu“),mientras que Lucas se queda en el nivel económico y social (“Dichosos vosotros, lospobres”).

    Si alguien quisiera comprobar la perplejidad que esta enseñanza capital de lasBienaventuranzas produce en los cristianos, bastaría con formular a cada uno de ellosla siguiente pregunta: “¿Qué prefieres: ser cada vez más rico o cada vez más pobre?”¿Quién puede responder fácilmente a semejante pregunta? Quizá sólo pueda hacerlo elingenuo que pretende conciliarlo todo: “Yo prefiero hacerme muy rico para poder darmucho”. Pero, si das mucho, ¡tienes muy pocas probabilidades de llegar a hacerterico!

    Definamos la pobreza, para entendernos, como la ausencia o la escasez de losbienes necesarios para la vida, incluida la falta de los conocimientos y la libertad quepermitirían obtenerlos.

    Declarar “dichosa” semejante situación es un insulto a los pobres y una blasfemiacontra Dios. Por el contrario, es preciso trabajar con toda el alma para que desaparez-ca tal escándalo.

    Cuando Jesús proclamaba: “Dichosos los pobres, porque de ellos es el Reino de loscielos”, estaba anunciando que él iba a colmarlos de todos los bienes mesiánicos (¡queno son meramente espirituales!). Pero se ha querido entender que Jesús les animaba aseguir siendo pobres, ¡cuando lo que él les prometía era la liberación de la pobreza! La“Buena Noticia” anunciada a los pobres es su liberación, del mismo modo que lo quese anuncia a los ciegos es la recuperación de la vista, a los cojos la posibilidad de andar,y a los sordos el oído (Mt 11,5)

    Se ha pretendido hacer una virtud y una dicha de lo que no es más que una lamen-table situación económica. Se ha llegado a buscar la pobreza, porque se creía queJesús la aconsejaba. Pero la pobreza, en sí misma, rara vez conduce al amor. Y si esuna pobreza buscada y pretendida, por lo general hace a las personas amargas, orgu-llosas y hasta hipócritas. El amor verdadero, en cambio, significa tal riqueza de vida y

    de relación que permite prescindir de multitud de cosas que, sinese amor, parecían indispensables. No hay que querer hacersepobre; hay que querer liberar a los pobres... hasta el puntode que deje de haberlos!

    Y es que, en contra de lo que muchos creen, lo que se pide alos cristianos no es que sean unos seres desdichados y tristes.Quienes así lo creen únicamente han comprendido y se han que-dado con la mitad de las Bienaventuranzas y, encima, con la mi-tad peor: creen que, para obedecer a Cristo, deben ser pobres,deben llorar, deben ser perseguidos... Y entonces se dicen a símismos: “Está bien: me privaré de todo lo que pueda y daré li-mosnas, alimentaré mis melancolías y padeceré hambre y sed...Y en cuanto a lo de ser perseguido, tengo un jefe, una mujer (o un marido), una familiay una suegra que no se lo desearía ni a mi peor enemigo...”

    No debemos reducir las enseñanzas de Cristo a semejantes simplezas. Cristo nospide que seamos dichosos (pobres dichosos, perseguidos dichosos, infelices dicho-sos...). Sólo seremos signos de Dios, testigos de Dios, manifestación de Dios, sisomos como Él, si somos capaces de hallar nuestra dicha en medio de la pobreza, enla mansedumbre, en la pasión por la justicia y en medio de la persecución, porque ellodemostrará que vivimos de un amor que nos permite soportarlo todo.

    La peor interpretación de las Bienaventuranzas consiste en hacer de ellas una pro-mesa para el más allá, un vuelco total de la situación “el día del juicio”: sé pobre,hambriento y desdichado aquí abajo, y serás tanto más rico, harto y feliz en la otravida...

    En tal caso, habría que abstenerse cuidadosamente de socorrer a los pobres yconsolar a los afligidos, porque podríamos poner en peligro su recompensa eterna.Más aún: ¡habría que hacer lo posible para que hubiera más gente desdichada y gene-ralizar la miseria, para que el cielo esté más poblado!

    Y no es así. Para Cristo, los pobres y los perseguidos son dichosos desde ahora,porque ya están viviendo algo del Reino.

    Extraído de “Cada día es un alba”

    ¡Dichosos los pobres!

    Louis Evely1910-1985

    Lo mejor de las palabras es lo que nodicen, lo que apuntan, lo que no acabande decir. Las palabras son también pre-sentimiento de lo no dicho, de lo que senos escapa. De modo que un espacio desilencio puede ser insinuación de algo in-efable. Y bajo lo que se dice está siemprelo que no se alcanza a decir.

    La palabra reposa en una ausencia, enun silencio, y apunta más allá, sugieremás, mucho más. Y el silencio viene a serla revelación de lo que ocultan las pala-bras, de lo que no dicen. Por eso, de al-guna manera, el reverso de las palabrases el silencio. Y hay que escuchar tantoque uno pueda percibir lo no dicho, y des-cubrir la presencia que se oculta tras lodicho.

    El silencio vuelve casi transparente lo in-decible, canta lo inefable. Y es que la ver-dad no es lo que se dice, sino lo que noacaba de decirse. En realidad, la verdad esel silencio más que las palabras. Siemprelas palabras apuntan más allá de aquello alo que suenan. A veces las palabras ocul-tan e insinúan, el silencio, en cambio, ma-nifiesta. Cuanto más se expresa a Dios enpalabras, más se oculta, más opaco sevuelve, más se ensombrece.

    El silencio, al que saludamos como unapreciosa voz, es el que precede a la pala-bra, el que engendra la palabra y, a su vez,sigue a la palabra. Cuando callamos po-demos hallar la otra voz, la de Dios.

    Lo que no canta el silencio, no lo cantani lo expresa la palabra, pues la palabrasurge a partir del silencio.

    La palabra sin silencio es como un pezfuera del agua, atrapada por los mil an-zuelos de las interpretaciones, atormenta-da por las más diversas apreciaciones, porincluso lo más opuestos puntos de vista.Tan sólo el silencio salva la palabra de los

    ahogos y asfixias de los pareceres. Así, elalma de la palabra no es más que el silen-cio, que le devuelve su sonoridad. Por esoquizá se pueda decir que en el principioera el silencio.

    Así, la otra voz, la otra palabra de Diosque viene de allá, de lejos, es el silencio.Se trata en realidad de un allá que estáaquí, ahí mismo, en tu corazón. Y la mo-rada íntima, callada, sosegada, se sientecolmada de nostalgia de lo Absoluto, queviene a ser la plenitud más apasionante delReino de Dios en lo profundo del hombre.

    Por José Fernández Moratiel, O.P.

    El silencio, la otra voz

    Enséñame

    Discernimiento

  • “Derecho Viejo”Página 6

    Hoy, como en todos los tiempos, unmístico es alguien tan necesario como in-útil para su generación. Es inútil porque noproduce nada y lo que ofrece no se puedecomprar ni vender. No tiene precio en elmercado. Se escapa a quien lo quiere pren-der y confunde a quien lo quiere compren-der. Por ello hay que apartarlo, porque seinterpone entre la inmediatez de lo que hayque lograr y producir. El místico dice: loque verdaderamente es, ya existe. Sólo hayque aprender a percibirlo. Molesta tambiéna la institución, porque la relativiza y le re-cuerda que el cielo que ha pintado en elinterior de sus bóvedas no es el cielo abier-to auténtico.

    Pero, a la vez, su presencia es indis-pensable porque señala un modo de exis-tencia que anhelan todos los seres y lasmismas instituciones. Ha nacido para alen-

    tar la llama sagrada que arde en todos y entodo. El fuego del místico es diferente aldel profeta. Éste señala y grita lo que falta,mientras que el místico indica lo que ya es.El profeta habla del todavía no, mientrasque el místico habla del ya sí. Ambas co-sas son necesarias.

    Parafraseando a Raimon Panikkar, “elmístico no es el que tiene esperanza delfuturo sino de lo Invisible”.

    El místico no es ingenuo, sino inocen-te. La ingenuidad es una inmadurez que haceciegas y torpes a las personas, porque lesimpide confrontarse con los elementos os-curos de la realidad y de sí mismos, mien-tras que el inocente lo ve todo, lo percibetodo y, sin echarse atrás, se entrega.

    Otra de las cosas propias del místicoes su capacidad de conjugar paradojas. Porun lado, es alguien exquisitamente cercano

    ¿Qué es un místico hoy?

    por Javier Melloni,español teólogo,antropólogo jesuita

    a las personas y a sus situaciones, perotambién resulta inalcanzable, retirado en unaextraña lejanía. Estando plenamente presen-te, está también ausente. Se halla en otroLugar, y cuando está en otro lugar, se per-cibe su presencia. Su hablar es silente ycon su callar, habla. Las palabras son sa-gradas para él -o ella-; por eso no las mal-gasta. Y por ello también sabe escuchar, yentiende lo que los demás no entendemos.Habla, mira, comprende desde un lugar di-ferente; a veces, tan diferente, que parecelocura. Pero su locura no es más que elchoque que produce en nosotros su antici-pación de Realidad.

    Ama cada objeto, cada planta, cada pé-talo, y queda fascinado por ellos, pero, a lavez, puede prescindir de ello. Todo él esternura, pero también vigor, como diceLeonardo Boff sobre Francisco de Asís. Esfrágil y fuerte a la vez. No puede soportar eldolor de los pequeños. Ve desde ellos y paraellos, y su oración es siempre por ellos.

    Es concreto, arraigado en su tiempo yen su lugar, capaz de un hablar sencillo yde poner ejemplos que los más pequeñoscomprenden, y a la vez, es universal, por-que percibe lo que atañe a la condicióncomún de los humanos. Ve la parte en eltodo y el todo en la parte. Podríamos decirque tiene un instinto fractal, que es tal comohoy los científicos comprenden que estáconstituido el entramado de la realidad.

    Es de una libertad soberana pero, a lavez, está al servicio de todos, porque per-cibe la irrepetibilidad de cada persona y decada cosa, y ello le hace caminar por tierrasagrada. Acoge a cada ser como una epi-fanía y, estremecido, se somete librementeporque sabe que su yo no le pertenece, sino

    que es sólo receptáculo y testigo de las exis-tencias ajenas.

    Ama su tradición, aquella que le ha nu-trido y le ha guiado, pero no hace un abso-luto de ella. Sabe que “ser original es retor-nar a los orígenes” (Gaudí), no para repe-tirlos sino para recrearlos. Y el origen decada tradición está más allá de ella misma,antes de que surgiera. Conoce el caminode la Fuente, “aunque es de noche”. Su fees transconfesional, porque sabe que laexistencia está atravesada de Presencia yello es lo que celebran todas las tradicio-nes. Se alegra con ellas, por su diversidady su riqueza.

    Como un compás, con un pie está arrai-gado en su propio centro, y con el otrorecorre los círculos de la alteridad. Estecentro no es sólo el de la tradición a la quepertenece, sino que es un Centro más hon-do que, descentrándole, le recentra.

    Todo él está vacío. Su existencia es unpasaje por el que otros transitan para des-cubrirse a sí mismos. Como un icono, susola presencia ayuda a los que le rodean adescubrir la hondura que les habita. Él sólocalla y ve. Y su alegría, tanto como su nos-talgia, son inmensas.

    Fuente: Artículo publicado en el núme-ro de noviembre de la revista El Ciervo

    Usted tiene que escucharse a sí mismo y no al que le habla. Si escucha al quele habla, él se vuelve su líder, su método para comprender, lo cual es un horror,una abominación, ya que así ha establecido la jerarquía de la autoridad. Por lotanto, lo que usted hace aquí es escucharse a sí mismo. Está mirando el cuadroque pinta el que le habla; ése es su propio cuadro, no el de él. Si eso está bienclaro, que usted se está mirando a sí mismo, entonces puede que diga: «Bien,me veo tal como soy, y no quiero hacer nada al respecto», y ahí se termina lacosa. Pero si dice: «Me veo tal como soy, y tiene que haber un cambio», enton-ces comienza a elaborar su propia comprensión, lo cual es por completo dife-rente de aplicar lo que dice el que le habla [...]. Si, en cambio, mientras uno estáhablando usted se escucha a sí mismo, gracias a ese escuchar hay claridad, haysensibilidad; ese escuchar hace que la mente se sane, se fortalezca. Sin obede-cer ni resistir, se torna despierta, intensa. Únicamente un ser humano así puededar origen a una nueva generación, a un mundo nuevo.

    Krishnamurti, “El libro de la vida”

    Escúchese a sí mismo

    Me gustaría nacer en todos los países,tener un pasaporte para todos queprovoque el pánico de las cancillerías;ser cada pez en cada océano y cadaperro en las calles del mundo.No quiero arrodillarmeante ídolo alguno ni hacer el papelde un ruso ortodoxo hippie,pero me gustaría hundirmeen lo más hondo del Lago Baikaly salir resoplando en otras aguas,¿por qué no en las del Mississippi?En mi maldito universo amadome gustaría ser una hierba humilde,nunca un Narciso delicadoque se besa en el espejo.Me gustaría ser cualquiera de lascriaturas de Dios, incluso la última hienasarnosa, pero nunca un tirano,ni siquiera el gato de un tirano.Me gustaría reencarnar como hombreen cualquier imagen: víctima de unacárcel de tortura, un niño vagabundo enlos tugurios de Hong Kong,un esqueleto viviente en Bangladesh,

    un pordiosero sagrado en el Tíbet,un negro de Ciudad del Cabo, pero nuncaencarnar la imagen de Rambo.Sólo odio a los hipócritas,hienas sazonadas en espesa melaza.Me gustaría tendermebajo el bisturí de todos los cirujanos delmundo, ser un tullido, un ciego,sufrir todo mal, toda deformidad yherida, ser un mutilado de guerra,o el que recoge las colillas del suelo,con tal de que no las penetreel infame microbio de la prepotencia.No quisiera formar parte de la élite,ni, por supuesto, del rebaño de cobardes,ni perro de manada, ni pastor servil alabrigo de su rebaño.Y quisiera ser feliz, pero no a costa de losinfelices.Y quisiera ser libre, pero no a costa delos que no lo son.Quisiera amar a todas las mujeresdel mundo, y ser también una mujer sólouna vez. .. La madre naturaleza hamenospreciado al hombre.¿Por qué no lo hizo capaz de ser madre?Si se agitara un niño bajo su corazón,acaso el hombre sería menos cruel.Quisiera ser el pan de cada día, digamos,ser la taza de arroz

    de la sufriente madre vietnamita,el vino barato en las tabernas de losobreros napolitanos, o el tubito de quesoen la órbita lunar.Que me coman que me beban,dejadme ser útil en la muerte.Quisiera pertenecer a todas las edades,atolondrar la historiay atontarla con mis travesuras.Quisiera llevarle a Nefertitien una troika á Pushkin.Quisiera multiplicarcien veces el espacio de un instantepara que al mismo tiempopueda beber vodka con los pescadoressiberianos, y junto a Homero, Dante,Shakespeare y Tolstoisentarme a beber cualquier cosa,salvo, por supuesto, Coca-Cola.Y bailar al ritmo de los tam-tam en elCongo, estar en huelga en Renault,jugar a la pelota con los muchachosbrasileños en la playa de Copacabana.Quisiera hablar todas las lenguas,como las aguas ocultas bajo la tierra,y hacer todo tipo de trabajo de una vez.Me aseguraría de que sólo fue poeta unYevtushenko, el otro un clandestinoen alguna parte, no puedo decir dóndepor razones de seguridad.

    El tercero, un estudiante en Berkeley,y el cuarto un entusiasta huaso chileno.El quinto sería tal vez un maestro deniños esquimales en Alaska, el sexto unjoven presidente en cualquier parte,modestamente digamos Sierra Leona,el séptimo podría entretenerse en la cunacon un sonajero, y el décimo,el centésimo, el millonésimo…Para mí, ser yo mismo no es bastante,¡dejadme ser todo el mundo!Estaré en miles de ejemplares hasta miúltimo día para que la tierra vibreconmigo y las computadorasenloquezcan procesando mi censouniversal.Quisiera combatir en todas tusbarricadas, humanidad, y morir cadanoche como una luna exhausta, yamanecer cada día como sol reciénnacido con una suave mancha inmortalen la cabeza.Y cuando muera, un Francois Villonsiberiano, que no descanse mi cuerponi en la tierra francesa, ni italiana,sino en la tierra rusa, amarga,en una colina verde, donde por vezprimera me sentí todo el mundo.

    *Poema escrito originalmente en español

    Me gustariaYevgeny Yevtushenko

    Poeta nacido el18 de julio de 1933en Siberia

    Limpiar el espejo

  • “Derecho Viejo” Página 7

    Si queremos comenzar a entender elsentido técnico de la enseñanza que con-tienen los Evangelios, será preciso que nosdesprendamos de cuanta opinión senti-mental hay al respecto. El significado in-terno de la enseñanza de Cristo no es sen-timental. No tiene nada que ver con con-suelos para débiles e inútiles, ni fomentauna esclavitud a la moral. Toda aquellaplaga de libertades sentimentales que ve-mos en literatura, arte y poesía, son co-sas que crecieron en torno a la enseñanzade Cristo y nos sirven como ejemplo de lamás acabada falta de comprensión de loque realmente significa enseñanza tan tre-menda y despiadada.

    La enseñanza de Cristo trata deuna posible revolución individual en elhombre.

    Si tratamos de hallar la primera pala-bra técnica, mejor dicho, técnicamente ha-blando, la primera etapa que el hombre pre-cisa alcanzar antes de poder proseguir sudesarrollo, es precisamente la difícil palabrametanoia. Juan Bautista, el heraldo de lasbuenas nuevas de Jesús, aparece predican-do el arrepentimiento, o sea la metanoia,un cambio en la manera de pensar, o unatransformación de la mente. A menos que

    la persona comience a pensar de una ma-nera enteramente nueva no podrá penetraren todo cuanto sigue en la enseñanza cris-tiana. En la enseñanza evangélica, todo lodemás depende de este primer cambio yquien no logra este punto de partida nopodrá entender hacia dónde apunta estaenseñanza encubierta en tan difíciles pa-rábolas y paradojas.

    Al tratar con sus discípulos del signi-ficado de esta palabra, Jesús enseñó unestado subsiguiente, cuyo término técni-co es renacimiento. Es el estado que si-gue a la transformación mental. Pero am-bos, Juan Bautista y Jesús, enseñaron otraidea. Juan predicó la metanoia y el “Reinode los Cielos”; Jesucristo, hablando deNicodemo enseñó el renacimiento y el“Reino de los Cielos”.

    Lo que hemos de captar en esta ideaes que sin la idea del “Reino de los Cie-los”, la metanoia, o transformación men-tal, sería imposible. Y es imposible captaresta idea a menos que uno se dé cuentadel concepto de la evolución individual; osea que todo habitante de este planeta escapaz de lograr cierto crecimiento inte-rior y cierto desarrollo individual. Este essu verdadero significado y su sentido más

    profundo. Comienza con la metanoia. Perola transformación mental es inútil a me-nos que se tenga en vista otra idea quehaga posible este cambio y que le dé unsentido y un logro. Si la vida en este mun-do lo es todo, entonces la metanoia resul-ta imposible. Y esta otra idea hace que todala psicología inventada por el hombre ca-rezca de importancia y sea arbitraria. Si elhombre nace en la tierra como un ser ca-paz de una transformación latente en símismo (comparable a la transformaciónde una oruga en mariposa, transforma-ción latente en la oruga), entonces ha dehaber una verdadera y genuina psicologíadel hombre. Y la hay. Es la psicología dela propia transformación. Si esta trans-formación no existe, todos los sistemaspsicológicos no pasan de ser modas tran-sitorias y pura invención. De modo que sideseamos entender lo que tratan los Evan-gelios, hemos de entender que tratan deun posible desarrollo interno o de la trans-formación del hombre, y que su punto departida es la metanoia. Como ya lo he-mos visto, esta metanoia comienza con elhecho de darse cuenta de que la voluntadde Dios no se hace en la tierra. En otraspalabras, cuando el hombre ya no encuen-tra significados supremos en los aconte-cimientos externos del mundo y en todolo que ha sido o lo que ha experimentadola vida, ¿dónde habría de hallarlos enton-ces? Es una idea que se aparta de la vidaexterna y que se llama el “Reino de losCielos”. De suerte que no ha de sorpren-dernos ver que en cuanto Jesús terminade explicar a sus discípulos que es cosabastante inútil tratar de ver la voluntad deDios en los accidentes y catástrofes delmundo, y les dice que es preciso cambiarde manera de pensar y de actitud, comien-ce al punto a hablar del “Reino de los cie-los” por medio de una parábola. Acaba deindicar que los muertos en el accidente deSiloé no son más deudores o pecadoresque los demás habitantes de Jerusalén, yrepite lo que ya había dicho: “No, os digo:antes si no os arrepintiereis, todos pere-ceréis asimismo”. Enseguida expone unaparábola:

    “Tenía uno una higuera plantada en suviña, y vino a buscar fruto en ella y no lohalló. Y dijo el viñero: He aquí tres añosque vengo a buscar fruto en esta higuera,y no lo hallo: córtala, ¿por qué ocuparáaún la tierra? El entonces, respondiendole dijo: Señor, déjala aún este año, hastaque la excave y estercole. Y si hiciere fru-to, bien; y si no, la cortarás después”.(Lucas XIII, 6-9)

    ¿Cuál es la posible relación de esta pa-rábola con el texto que le precede? ¿Quésignificado puede dar a las palabras: “an-tes, si no os arrepintiereis, todos perece-réis asimismo”? Como se verá más ade-lante, esta parábola trata del “Reino de losCielos”, acerca de lo cual nunca se hablaen forma directa, sino que siempre se leasemeja o compara a alguna cosa y así sele indica por medio de una ilustración, pormedio de un relato o con la ayuda de al-guna imagen familiar. Una parábola es unacomparación. Con relación a la idea del“Reino de los Cielos”, a menudo se com-para al hombre con un árbol capaz de darfruto, o bien se compara a toda la huma-nidad con una viña. Esta parábola se hace

    comprensible con relación a los versículosanteriores, si se logra captar algo del sig-nificado de las palabras que Jesús dirige asus discípulos. La humanidad es como unárbol o una viña capaz de dar fruto, y amenos que lo dé, siempre estará en peli-gro de que se la extermine como cosa in-útil. De ahí las palabras “todos pereceréisigualmente”.

    El primer paso, la primera etapa paraque el hombre dé frutos, es la metanoia,o sea producir en sí mismo cierta trans-formación mental que ya no le induce abuscar la voluntad de Dios en la tierra otomar la vida externa como fuente princi-pal de significado, ni apegarse a lo que leha ocurrido a él o a otros en la vida exter-na. El volcar el pensamiento hacia una ideaenteramente nueva, y de este modo a unamanera enteramente nueva de pensar, auna transformación de la mente como laque produce la idea de que el verdaderosignificado de la humanidad o del hombrees semejante al de una higuera o una viñacuyo propósito sea dar fruto. En el casodel hombre, es llegar a un nuevo estadoen sí mismo, interiormente; llegar a unacondición que se llama el “Reino de losCielos”. El verdadero sentido de la vidahumana en la tierra no ha de hallarse en elmundo exterior, o en las cosas de la vida,sino en la idea de una transformación que,si ocurriese en el hombre, le conduciría aun estado que se llama el “Reino de losCielos”. Así pues, todas las dificultades ydesgracias, toda la miseria y sinsaborespersonales, todas las desilusiones y eno-jos, y toda la infelicidad, como tambiéntoda la felicidad que se experimenta en lavida, son, a la luz del “Reino de los Cie-los”, sólo medios que conducen a un finy que en sí mismos no tienen el menorsignificado, no tienen nada que ver con lavoluntad de Dios. Es esta nueva idea, estecambio mental lo que se sugiere con lapalabra metanoia, tan mal y tan inadecua-damente traducida por arrepentimiento.

    Con esta nueva actitud hacia la vida,teniendo en cuenta la idea del “Reino delos Cielos”, todos cambian. Cambia la vidaentera de la persona. Se transforma todoel sentido de la vida y de cuanto a uno leocurre; todas las tragedias, todo el secre-to descontento, los pensamientos doloro-sos y la sensación de fracaso, todo quedatransformado cuando se advierte que loque realmente importa no es la vida exte-rior, que no hemos de creer que sea en lavida exterior donde estriba todo lo que essignificativo y que la voluntad de Dios nose hace en ella. Con relación al “Reino delos Cielos”, esto es la metanoia.

    Extraído de “La flecha en el blanco”

    Metanoia

    Maurice NicollPsiquiatra inglés

    (1884-1953)

    Encontramos a Dios en nuestro propio ser, que es el espejo de Dios.¿Pero cómo encontramos nuestro ser?Las acciones son las puertas y las ventanas del ser. A menos que actuemos, no hay

    manera de saber qué somos. Y la experiencia de nuestra existencia es imposiblesin cierta experiencia del saber o alguna experiencia de la experiencia.

    En consecuencia, no podremos encontrar las profundidades de nuestro ser si re-nunciamos a toda actividad.

    Si renunciamos a la actividad espiritual, podremos reincidir en cierta oscuridad ypaz, pero es la oscuridad y la paz de la carne.

    Sentimos lo que somos, pero el ser que experimentamos es solamente el ser de lacarne y, si dormimos en esta oscuridad y nos enamoramos de su dulzura, des-pertaremos para practicar las obras de la carne.

    De ahí que, para encontrar nuestro ser espiritual, debamos recorrer el sendero tra-zado por nuestra actividad espiritual.

    Pero, cuando procedemos de acuerdo con la gracia, nuestras acciones no son nues-tras solamente, pertenecen a Dios. Si las seguimos hasta su fuente, se volveránal menos potencialmente capaces de una experiencia de Dios. Pues su acción ennosotros revela su ser en nosotros.

    La totalidad de la vida consiste en espiritualizar nuestras actividades mediante lahumildad y la fe, para silenciar nuestra naturaleza mediante la caridad.

    “Salir por nosotros mismos” es actuar en la misma cumbre de nuestro ser, nomovidos por nuestra naturaleza sino impulsados por Dios, quien al mismo tiem-po está infinitamente sobre nosotros y quien, sin embargo, reside en las profun-didades de nuestro ser.

    Reposar de esta acción, es decir, saborear el fruto de esta acción, equivale a reposaren el ser de Dios por encima de nuestro propio ser.

    Donde tu tesoro se encuentre, allí está también tu corazón. Aprecias que todos losvalores (tesoro) de tu accionar espiritual emanan de Dios, y tu corazón reposaen la fuente de la cual emana todo lo bueno que hacia ti viene. No posees tu seren ti mismo sino sólo en Él, de quien tu ser emana.

    Mediante la fe, encuentro mi ser verdadero en Dios.Un perfecto acto de fe debería, al mismo tiempo, ser un perfecto acto de humildad.Dios no cuenta sus más puros secretos a quien esté dispuesto a revelarlos. Él posee

    algunos secretos que cuenta a quienes comunicarán a otros alguna idea sobreellos. Pero esos secretos son la propiedad común de muchos. Tiene otros secre-tos, que no pueden decirse. El mero deseo de contarlos nos vuelve incapaces derecibirlos.

    El más grande de los secretos de Dios es Dios mismo.Dios espera comunicarse conmigo de un modo en que yo nunca pueda expresárselo

    a otros o quisiera pensar en ello coherentemente ante mí mismo.Debo desearlo en silencio...Por eso debo abandonar todas las cosas...

    Abandona todas las cosasPor Thomas Merton,

    monje trapense (Francia 1915-1968)

    Despertando

  • “Derecho Viejo”Página 8

    Desde los tiempos más anti-guos, los pensadores y losmoralistas han evocado con fre-cuencia los múltiples beneficiosdel silencio en la vida personal ycolectiva del hombre. Plutarcoescribía ya: “Nunca me he arre-pentido de haberme callado, perocon frecuencia de haber habladodemasiado”. Y también la sabidu-ría popular reconoce que si “lapalabra es de plata, el silencio esde oro”.

    Y así en todas las culturaspodemos coleccionar máximas apropósito del silencio de la dis-creción que no pregona a voceslas debilidades de sus hermanos,se abstiene de mancillar la repu-tación del prójimo. El silencio dela paciencia que sabe justamenteque hay un tiempo de callar y untiempo de hablar. El silencio de

    la prudencia que pesa sus pala-bras y no juzga con precipitación.El silencio de la compasión quetestimonia, más con hechos quecon palabras, un sincero afectohacia quien está herido en su co-razón o en su carne. El silenciode la humildad que reconoce loslímites de la razón y de la inteli-gencia humanas y que aceptaabrirse a otra luz.

    En la tradición cristiana, lospadres del desierto y los grandesmaestros de espiritualidad handedicado capítulos enteros al si-lencio considerado frecuente-mente como el fermento de lasvirtudes teologales, la fe, la es-peranza y la caridad, de la vidaen el Espíritu, de la santidad.Refiriéndose a su propia expe-riencia, hacen de él un maestroincomparable que desarrolla laatención a Dios y a los demás ypredispone así a la adoración yal servicio de los hombres.

    Pero si tenemos que estimaren mucho el silencio, ese com-pañero de humanidad, hay quedesconfiar también de sus cari-caturas. Porque el silencio delhombre, como todo lo humano,es ambiguo. No todo silencio esautomáticamente virtuoso, nisano, ni señal de sabiduría o deinterioridad. Encontramos silen-cios entre los santos y entre loscriminales.

    Limitémonos a evocar algu-nos ejemplos de la galería de ca-ricaturas del silencio o de los

    malos silen-cios. El de laindiferenciapara quien losdemás son úni-camente el de-corado de unavida egoísta.El silencio deldesdén quedesdeña desdelas alturas desu superioridad. El silencio delestoico que “se domina”, ilustra-do por el célebre verso de Alfredode Vigny: “Sólo el silencio esgrande, todo lo demás es debi-lidad (...) Gemir, llorar, rogar,es igualmente cobarde”.

    Silencio altivo de una grandezaautosuficiente que sólo respon-de, como lo dice el mismo autor,“¡por un silencio frío al Silencio

    eterno de la Divini-dad!”. El silencio delorgullo que se niegaa admirar y saludar loque los demás haceno dicen bien. El silen-cio de la pereza queno se molesta en gas-tar sus fuerzas paracrear lazos. El silen-cio del necio que notiene nada que decir

    y que quisiera hacer creer consu mutismo en la profundidad desus pensamientos. Pero comodice el refrán: “el silencio de losnecios es como un armario ce-rrado con llave”.

    El silencio del rencor querumia sus heridas y no quiere re-anudar un diálogo interrumpido.El silencio de la debilidad que tie-ne miedo de involucrarse. El si-lencio de la cobardía que se pre-ocupa por no comprometerse. Elsilencio de la complicidad queasiente en secreto. El silencio dela traición que se zafa del testi-monio esperado.

    A imagen de los hombres, haypor lo tanto, buenos y malos si-lencios que son reflejo de nues-tro doble rostro, oscuro y lumi-noso. En el silencio podemospurificarnos, unificarnos perotambién destruirnos.

    Nuestro silencio puede, pues,manifestar respeto o desprecio,amor u odio, gozo o sufrimien-to, reflexión o necedad, esqui-zofrenia o apertura... ¿Cómo dis-cernir, por ejemplo, entre el mu-tismo del taciturno, del ceñudo,del rencoroso, del misántropo, delhombre replegado sobre sí mis-mo y el silencio del sabio? El pri-mer discernimiento de la calidadde nuestro silencio es el de lacalidad de nuestro amor, de nues-tras relaciones con Dios y conlos demás.

    Extraído de“Los caminos del silencio”

    La cara luminosa y lacara oscura del silencio

    Michel Hubaut,CMF

    En una oportunidad el mayor escritor argenti-no fue convocado a ofrecer cinco conferenciasen un importante teatro de la capital. Cuando losempresarios organizadores le comunicaron la ci-fra que iría a percibir, Borges respondió: –es unacantidad desmesurada y hasta inmoral que alguientan sólo por hablar de aquello que le gusta recibaesa cantidad de dinero.

    Por cierto, la meta a la que aspiraba Borges noera el dinero, en todo caso éste ha sido un resulta-do, lo cual no es lo mismo.

    Cuando te propones una meta, difícilmente sealcanza, el ciclista tropieza con la piedra en la ca-rretera aún cuando sólo estén en el camino él y lapiedra. ¿Por qué? Porque la piedra se vuelve gi-gante, se hace omnipresente y oculta el camino, yen tu conciencia la percibes tan grande como elmismo planeta, por eso, finalmente tropiezas conella. El libro del Tao dice: tanto se le extrae el filoa la hoja que al final lo pierde. Se verifica aquí laley del efecto contrario, la ley del opuesto... cuan-to más decidido es tu propósito éste se transformaen obstinación, y en el mundo sólo quedan tú y tumeta... luego... no lo alcanzarás sino que ella tevencerá a ti.

    Cuando estás presuroso por llegar no puedesver lo que el camino te ofrece, y muchas veces loque buscas está allí en el camino y no en la meta.Pero para dirigir una mirada abarcadora es nece-sario haber alcanzado la serenidad.

    La serenidad te ofrece la mirada omniscienteque capta la totalidad en su propio centro, el aveen el espacio y en la rama, la rama en el árbol, elárbol en el bosque, el bosque en el valle, y el valleen el universo. Pero he aquí la gran paradoja, unavez que hayas alcanzado la serenidad, ya no te fi-jarás meta alguna, no serán necesarias. Las metas,los objetivos, son una necesidad impuesta por lacultura, uno de los precios que debe pagarse porhabitarla. Por ello, el sabio nada hace, ni nada po-see, nada ha sido y sin embargo todo lo gobierna.

    El propósito, el camino, las metas, son resolucio-nes del ego, y la mayor parte de las veces, contrariaa la naturaleza de las cosas. Quien se ha fijado metasy propósitos rígidos, no ve el camino y no puedesentir perplejidad ni asombro y sólo quien siente per-plejidad puede recibir las cosas tal como éstas se ofre-cen. La pura presencia de las cosas es por sí mismasorprendente. Provocan asombro, admiración, in-comprensión y sobrecogimiento.

    LXIVLo que está en reposo es fácil de retener.Lo que no ha sucedido es fácil de resolver.Lo que es frágil es fácil de romper.Lo que es menudo es fácil de dispersar.Prevenir antes de que suceda,y ordenar antes de la confusión.El árbol que casi no puede rodearsecon los brazos,brotó de un germen minúsculo.La torre de nueve pisos,comenzó por un montón de tierra.El viaje de mil millas,empezó con un paso.Quien actúa, fracasa.Quien tiene, pierde,Por esto, el sabio nada hace y no fracasa;nada posee, y nada pierde.El hombre suele malograr la obra cuando va a concluirla.Cuidando del final como del principio,ninguna obra se perdería.Por esto, el sabio aspira a no desear naday a despreciar lo valioso.Aprende a no aprender,regresa por el camino que los demás yahan recorrido, y así, sin atreverse a obrar,favorece la evolución natural de todos los seres.

    La tarea de la práctica del dharma consiste enpreservar la perplejidad original. La perplejidad esun estado de pregunta perpetua que nos conduce alcentro mismo de lo desconocido. Por ello, quien sefija metas o propósitos no es capaz de experimen-tar la perplejidad, su visión no se dirige a la totali-dad sino a la parte. Pero, el estado de pregunta per-petua no aspira a una repuesta conceptual, no procu-ra elucidar o investigar. El estado de pregunta abiertopor la perplejidad aparece tan pronto como se hayansuperado las restricciones que impone la investiga-ción intelectual.

    Todo camino, toda meta, impone una restric-ción a la perplejidad. La meta, el propósito, inte-rrumpen el ser, lo desvían. El abandono o supera-ción de las metas no implica la no-actividad, el nopreocuparse ya de las cosas, sino el poder recupe-rarlas bajo una forma que nunca antes se habíanpresentado. Se trata de permitir ser, dejar al ser quesu vacío y su plenitud se enlacen uno a otro comose enlazan y se buscan los amantes. En este senti-do, la práctica del drama, el desasirse de las metasy propósitos se parece mucho más a una prácticaartística que a un procedimiento técnico o a un mé-todo. Al igual que en la práctica artística, su exce-lencia no depende de dotaciones misteriosas sinode la experiencia misma, de un pasaje de la canti-dad a la calidad. Por ejemplo, el escritor genuinono interfiere en el texto, permite que éste ocurrasegún su propia ley, no pretende imponerle la tira-nía del ego, no busca el lucimiento ni la gloria lite-raria, sino que deja al texto producirse por sí mis-mo. En cambio, el escritor o el artista inflamadopor su ego hará que éste intervenga, entonces, latrama se tuerce, se desvía, viene a cumplir el pro-pósito que le impuso su autor, se pervierte. El autoren lugar de ser el demiurgo por cuyo intermedio eltexto viene a la luz, se transforma en su verdugo.

    Extraído de “Jung y Osho en torno a la existencia”

    Sobre las metas,propósitos y caminos

    Por Guido Tavani, arqueólogo y orientalista

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  • “Derecho Viejo” Página 9Sin brujos ni ángeles

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    ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

    Según figura en los Evangelios, Jesús encargó a las mujeres que anunciaran laresurrección a los discípulos. ¿Es que Jesús prefería a las mujeres? Yo creo que setrata de otra cosa: de la capacidad de las mujeres para tener experiencias muy hondase íntimas en el ámbito religioso. Parece que esto es más fácil para las facultades feme-ninas que para las masculinas. Sólo será capaz de captar lo que supone la resurreccióny la vida eterna quien esté dispuesto a recibir, a estar abierto, a quedarse embarazado ya dar a luz. Y esa persona podrá anunciarlo a los demás. Obviamente, les resulta másfácil a las mujeres encontrar el acceso a la dimensión de las experiencias religiosas.Los discípulos, o sea, los hombres, requieren mucho más tiempo y cierta lucha inte-rior hasta alcanzar ese conocimiento. La psique de la mujer se convierte así en el lugarcapaz de alumbrar el mensaje de la resurrección.

    Bede Griffiths escribe en su libro Die Hochzeit von Ost und West (La boda deOriente y Occidente): “Me marché para encontrar la otra mitad de mi alma. Me dicuenta de que faltaba algo no solamente en el mundo occidental, sino también en laIglesia occidental. Hemos vivido solamente una mitad de nuestra alma, el lado cons-ciente, racional (el masculino)”. “Yo quería experimentar en mi vida la boda de estasdos dimensiones de la existencia humana”. Cada uno de nosotros, tanto el hombrecomo la mujer, y luego nuestra sociedad entera, tienen que marcharse para encontraren sí mismos su parte femenina. Se trata del descubrimiento de los tesoros femeninosque hay en nosotros, tanto en el hombre como en la mujer.

    Esos tesoros se encuentran en el nivel del Ser. Sólo los experimentaremos cuandonos hayamos desprendido de toda forma de actuar, porque también en la religión domi-na el homo faber. Nunca, en la historia del cristianismo, se ha organizado, estructuradoy actuado tanto como en nuestros días. El carácter faúsico marca nuestra sociedad,nuestra industria, nuestra política y también nuestra religión. El prestigio del actuar seha introducido en la humanidad a través del carácter patriarcal, cuando éste sustituyóa la religión matriarcal.

    En el matriarcado, del que aún quedaban trazas en el Antiguo Testamento, el dere-cho sigue estando con los que necesitan protección, con los pobres y oprimidos.Solamente el desarrollo de la religión patriarcal le dio al hombre derechos sobre lamujer, al rico derechos sobre el pobre, y al fuerte derechos sobre el débil. El extermi-nio y la aniquilación de otros por mandato de Yahveh llena muchas páginas del AntiguoTestamento. Si observamos nuestro mundo actual, veremos hasta qué punto estamossiguiendo aún este patrón.

    El nombre de Dios en algunas partes “matriarcales” del Antiguo Testamento es El,Elohim o El Sadday. Los nombres El y Elohim provienen de una divinidad femenina,Eloa, y solamente más tarde se volvieron masculinos en el plural. Sadday, en su raíz,significa monte y seno materno. Sadday es contraria a todo lo guerrero, porque ama elorden y la armonía, la prosperidad de las familias y de los rebaños.

    Con lo que acabo de exponer no estoy propugnando una teología feminista unilate-ral, ya que también este campo hace falta una polaridad equilibrada entre lo masculinoy lo femenino, porque sin ella no hay energía. La polaridad es una ley básica de laestructura del mundo. Si decimos polaridad pensamos enseguida en opuestos que seexcluyen mutuamente, pero en realidad los dos polos se condicionan, se correspondeny se complementan. Dependen el uno del otro y, por ello, resulta factible la totalidad.Pero en nuestra sociedad domina de tal forma el polo masculino que se produce undesequilibrio. Está en la vista que este desequilibrio a favor de lo masculino domina

    también en muchas mujeres que, obligadas por la necesidad,han quedado marcadas por este ambiente. La consciencia anivel del ego de la humanidad entera se ha desarrolladounilateralmente, a costa de otros componentes de la psiquehumana.

    El descubrimiento de lo femenino, acaecido en nuestraépoca, es el retorno de lo que se había rechazado: el arquetipofemenino, la madre de toda vida. Ese arquetipo no se encuen-tra solamente en las capas más profundas del alma de la mu-jer, sino también en el alma del hombre. La imagen de Diostotalmente masculina, el miedo de la Iglesia y del hombre ha-cia la mujer apuntan, utilizando la terminología jungiana, a un rechazo del ánimo y, conello, al rechazo de los elementos femeninos presentes en el hombre. Pero esto tambiéncausa sufrimientos a la mujer y, en consecuencia, a la sociedad entera, lo que mermala totalidad. Incluso se llega a valorar más lo masculino que lo femenino. La falta deadaptación a esa estructura interior de la creación supone una grave ignorancia, que dalugar a personalidades unilaterales, tanto entre los hombres como entre las mujeres.Pero, sobre todo, conduce a una falsa religiosidad, que cree que la salvación puedeobrarse mediante actos buenos. Sin embargo, lo decisivo es nuestra propia actitudreligiosa. Deberíamos volver al silencio de la escucha hacia el interior, pues únicamen-te allí se encontrará la resurrección y la certeza. ¿O preferimos esperar a tener pruebasexteriores? ¿Cómo cuando un discípulo quiso colocar su mano en el costado de Jesús, ocuando otros quisieron comer con él o necesitaron apariciones milagrosas?

    Volvamos al Evangelio. Tenemos que descubrir lo divino en nosotros, tal comoviene representado en muchos íconos. También deberíamos reconocer que estamospreñados de ello y que quiere alumbrarse en nosotros, y que esto se puede experi-mentar solamente con apertura, con entrega y desprendimiento. Igual que nos lomuestran María Magdala y las demás mujeres en los relatos de la Pascua.

    Extraído de “Adonde nos lleva nuestro Anhelo”

    Lo femenino en el suceso de la resurrección

    Willigis Jäger

    Hemos de rescatar la dimensión de lo femenino tanto en el hombre como en lamujer. Por este femenino, el ser humano se abre a la acogida, se sensibiliza porla profundidad misteriosa de la vida y recupera su capacidad de maravillarse.

    Hay un exceso de energía masculina que recalienta y quema......Lo femenino es agua, es frescor, es templanza, lo femenino ayuda a

    recuperar la dimensión de lo sagrado, y lo sagrado siempre impone límites a lamanipulación. Lo femenino crea la capacidad de religar todas las cosas con sufuente creadora y esto es fundamental para la evolución del ser humano y para

    salvaguardar la Tierra.

    Leonardo Boff

    El Poder de lo Femenino

  • “Derecho Viejo”Página 10

    Supersticiones chinasrelacionadas con Perros

    En china se sacrificaba a los perroscon múltiples fines, incluida la elaboraciónde productos medicinales. Antaño se ma-taba a los perros de gran tamaño, comolos mastines tibetanos, porque eran sím-bolo de lealtad y ferocidad, y las mujeresenamoradas pagaban mucho por ellos: enun conjuro para mantener fiel a su ama-do, las mujeres chinas invocaban a unespíritu canino para que éste no permitie-ra que su amado fuera a ver a otra mujer,sino que por el contrario, debía guiar alhombre hacia la mujer que había invoca-do su presencia. Estaban tan convenci-das del poder del mastin tibetano que lasdamas, al parecer, estaban más dispues-tas a adquirir un pedazo de mastín que uncarlino u otro perro más pequeño entero.

    El paso del tiempo afortunadamente re-legó al olvido esta práctica, que se susti-tuyó por el dibujo de una cabeza de perrocomo amuleto: sin duda, más económicoy práctico. La mujer pedía al amuleto ca-nino su deseo, a continuación lo quemabay finalmente frotaba las cenizas sobre suamado sin que se diera cuenta, o bien selas ponía en el té. No obstante, las tradicio-nes cruentas se conservaron en la costum-bre de poner carne o sangre de perro en lafachada de una casa para ahuyentar las en-fermedades, los insectos y los intrusos.

    ¡Hemos aguantado tanto!

    Los Perros en la Mitología y en la MagiaLos perros han sufrido maltratos y penalidades en distintas culturas y épocas, pues se han considerado

    objetos rituales en ceremonias en las que se les inflingía dolor y que en ocasiones acababan con su sacrificio.

    «Niebla», tú no comprendes: lo cantan tus orejas,el tabaco inocente, tonto de tu mirada,

    los largos resplandores que por el monte dejasal saltar, rayo tierno de brizna despeinada.

    Mira esos perros turbios, huérfanos, reservados,que de improviso surgen de las rotas neblinasarrastrar en sus tímidos pasos desorientadostodo el terror reciente de su casa en ruinas.A pesar de esos coches fugaces, sin cortejo,

    que transportan la muerte en un cajón desnudo,de ese niño que observa lo mismo que un festejo

    la batalla en el aire, que asesinarle pudo.A pesar del mejor compañero perdido,

    de mi más tristísima familia que no entiendelo que yo más quisiera que hubiera comprendido,

    y a pesar del amigo que deserta y nos vende.«Niebla», mi camarada,

    aunque tu no lo sabes, nos queda todavía,en medio de esta heróica pena bombardeada,

    la fe, que es alegría, alegría, alegría.

    por Rafael AlbertiA Niebla, mi perro Todos los hombres sondioses para su perro.

    Por eso hay gente que amamás a sus perros que

    a los hombres.Huxley Aldous

    Aquí reposan los restos deuna criatura que fue bella

    sin vanidad, fuerte sininsolencia, valiente sin

    ferocidad y tuvo todas lasvirtudes del hombre y

    ninguno de sus defectos.Lord Byron

    (Epitafio a su perro)

    Cuando mi perro me miracon afecto leo en sus ojosla tristeza de la humanidad

    Amado Nervo

    El perro de la brujaSe cuenta de las brujas que tenían que convertirse en

    perros para poder utilizar los poderes que les otorgaba eldiablo. En el fascinante cuadro de Goya “La transforma-ción de las brujas” aparecen cuatro representadas en susguaridas, realizando conjuros mientras se transforman

    en perros. Los perros eran espíritus animales que ayu-daban a las brujas; se dice que cuando una hechicerahacía su pacto con el diablo éste le entregaba un cacho-rro como ayudante. El espíritu animal debía chupar lasangre de la bruja para renovar su fuerza y crear el vín-culo indisoluble entre los dos. En esos casos, en lugar detransformarse a sí mismas en perros, las hechiceras in-vocaban a sus servidores de ultratumba.

    Símbolos ReligiososEn las representaciones más antiguas de la cristian-

    dad occidental, San Cristóbal aparece como un hombrejoven con cabeza de perro. La leyenda cuenta que esteapuesto soldado romano se dejaba tentar por igual porhombres y mujeres y para librarse del pecado pidió aDios que lo colmara de fealdad, por lo que le creció unacabeza de perro. Otro ser con cabeza canina aparecematerializado enlas imaginacionesde unos explora-dores del sigloXVIII que creye-ron encontrar unacriatura mezcla depájaro, cerdo y pe-rro. Al parecer, esabestia los siguió, atacando a todo hombre o animal quese cruzaba en su camino. Esta criatura añadió suspensoa lo que fue una travesía segura a través de una tierravirgen llena de maravillas.

    Perros que curabanMuchas otras culturas antiguas se han servido también del perro

    para curar males. Se decía que tres dosis de “perro frotado” curaban aun niño el dolor de estómago, y en Japón un objeto conocido como“caja de perro” era un amuleto que aseguraba un parto sin complicacio-nes y protegía al niño de los espíritus y bestias de la fiebre. Durante eldía la caja se colocaba junto al bebé y de noche se colgaba sobre la cunapara que el niño no soñara con espíritus infernales. Durante el siglo VIIIlos chinos usaban un remedio relativamente inofensivo para acallar elllanto de un bebé: se arrancaba un pelo del cuello del perro, se le hacíaun nudo y se ponía dentro de una bolsa roja que se colocaba entre lasmanos del bebé; éste, de forma infalible, dejaba de llorar.

    Como parte de una ceremonia religiosa, los babilonios lanzaban almar un perro blanco y negro; también creían que la mordedura de uncan era un signo de buenaventura o por el contrario del demonio, enfunción del color del animal. A la entrada de las casas de Babilonia sedibujaba un mastín que hacía de guardián mágico. En la literatura he-brea, la gente no debía abandonarsu hogar cuando se oían ladridosde un perro, y si el ladrido se oíade camino a una boda más valíasuspender la ceremonia. Sin em-bargo, en algunas culturas el pe-rro formaba parte de la ceremo-nia matrimonial. El novio recitabaun juramento tomando la sangrede un perro que había sacrificadoy la esposa juraba su fidelidad porel perro. Los desdichados perrostambién se usaban como remediopara erradicar las enfermedades.Después de cortarles la cola, entre gritos de agonía, los arrastraban portodas las estancias de la casa hasta la puerta, y fuera de la casa losgolpeaban brutalmente. Este ritual simbolizaba la huida de los espíritusde la enfermedad que, tras recorrer todos los rincones de la casa, aban-donaban el hogar perseguidos por el perro; cuanto más lejos de la casarecibía la paliza, más lejos se ahuyentaban los espíritus, y más improba-ble era que volvieran.

    Mientras los hombressigan masacrando a sushermanos los animales,

    reinará en la tierra laguerra y el sufrimiento yse matarán unos a otros,pues aquel que siembra

    dolor y la muerte nopodrá cosechar ni la

    alegría, ni la paz,ni el amor.Pitágoras

    La Página de Panchita von Gerbererg(Perrodista canina)

    He nacido para ladrar

    No loabandones;él nuncalo haría

  • “Derecho Viejo” Página 11

    Dios entra por una puerta especial en cada persona(la conciencia crística)

    Tradicionalmente, el objetivo de la místicaes la transformación del ser. Pero tener

    experiencias místicas y ser un místico son dosrealidades diferentes.

    Las experiencias místicas no son fruto de lasantidad del individuo, ni tampoco son

    santificantes en sí mismas. Incluso puedentener su origen en una tendencia genética o

    ser el resultado del aprendizaje de una técnica.Haber tenido un éxtasis o una visión no

    cambia automáticamente a la persona nigarantiza su madurez moral o espiritual. Puedeser una experiencia puntual, sin continuidad ysin efectos sobre el resto de la personalidad.Incluso puede ser vivida desde la perspectivadel espectador que colecciona sensacionesnuevas e intensas. Sin embargo, trabajada

    convenientemente, la mística puede aportarciertas claves para comprender con mayor

    profundidad la realidad del ser humano y dela historia, y puede ofrecer pistas que orienten

    en los caminos de crecimiento.Ser un místico es el resultado de este

    proceso espiritual, en el que se combinan laacción de Dios, los mecanismos del

    inconsciente y la voluntad de la persona. Perolo distintivo del místico no son los fenómenosaparatosos, sino el hecho de que se ha dejado

    invadir por el fuego del Amor divino.Transformado por este toque de la gracia, elmístico dispone de una sabiduría infusa, unacapacidad de amar y una fuerza que superan

    sus recursos naturales. De este modo seconvierte en imagen visible

    del Dios invisible. Pero, como el diálogo entre la gracia y la libertad

    del hombre tiene lugar en el inconsciente, lasheridas psicológicas distorsionan la

    comunicación. Por eso resulta imprescindiblesanar aquellos puntos que dificultan el

    proceso de santidad. Esta es la dimensiónterapéutica