síntesis de la geografía y la historia de las islas malvinas, … · 2018-05-29 · en...
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MINISTERIO DE EDUCACION
SINTESIS DE LA GEOGRAFIA Y LA HISTORIA
DE LAS ISLAS MALVINAS, GEORGIAS Y SANDWíCH DEL SUR
Contraalmirante (R.S.)
D. LAURIO H. DESTEFANI
CEIiPrT(0 NACIONAL DE DOCUMENTAClON E INFORMACION EDUCATIVA
BUENOS AIRES - 1 8 8 2
REPUBLICA ARGENTINA
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SINTESIS DE LA GEOGRAFIA Y LA HISTORIA
DE LAS ISLAS MALVINAS, GEORGIAS Y SANDWICH DEL SUR
Contraalmirante (R.S.) D. LAURIO H. DESTEFANI
Nueva Serl,q Divulgación N2 23
L . . . F) . $ : " I
CENTRO NACIONAL DE WCLTMENTACION E UWORMACION EDUCATIVA
.. -Y 1657 - lo Piso - Buenos Aires - República Argentina 1982
ma de 13" C. y mínima de 6" C.). Julio es el más frígido, con una media de 2" C. sobre cero (máxima de 4' C. y mínima de lo C.).
Se observaron como temperaturas extremas excepcionales 24" C. en enero y 11" C. bajo cero en junio y agosto.
En todo el año hay 54 días de promedio en que se presentan nieblas. El tiempo es también muy nuboso.
La precipitación anual media durante el citado periodo (1944-1950), fue de 668,l mm., siendo bastante uniforme en todos los meses. Llueve con frecuencia pero no intensamente. Las neva- das son frecuentes en invierno, unos 10 dias por mes, y muy raras entre diciembre y marzo. Es, en fin, un clima nido subantártico y oceánico, es decir, frío, sin grandes variaciones, ventoso y húmedo.
Por mi condición isleña dentro de la zona subantártica y alejada del continente, las Malvinas tienen flora y fama acuática y terrestre, con algunas características propias que la diferencian de la patagónica y de la de Tierra del Fuego.
La flora malvinera marítima tiene por base el fitoplancton, que está compuesto de diatomeas o algas micelulares con clorofila, de foraminíferos y otros organismos muy pequeños.
Las diatomeas son la base del alimento marino, el "pasto del mar".
Las algas, más evolucionadas que las micelulares, son inmen- sas, hasta llegar a las de tamaño gigantesco como las macrocystis.
En cuanto a los vegetales terrestres, la primera impresión hace notar la falta de árboles.
Los pocos que existen en las Malvinas han crecido en sitios protegidos, bajo los cuidados solícitos del hombre.
Las islas tienen, en cambio, una gran variedad de gramíneas que dan flores, en general pequeñas, y también producen excelentes pastos.
La fauna es mucho más rica y variada que la flora, y la marítima es numerosa e interesante.
Los pequeños cmstáceos del gmpo Euphasia, que constituyen
el «<MI, abundan al sur de la convergencia antártica y disminu- yen can rapidez al norte. -.
las aguas malvineras también existen numerosos inver- -OS, corno celenterados, especialmente medusas, crustáceos
-tolla, equinodemos y moluscos. De estos úItimos hay casi un centenar de especies marinas y de ellas 45 endémicas de Malvhas
Los pulpos pequeños, calamares, moluscos y pequeños peces constituyen el alimento de pinnípedos, aves y algunos tipos de hallenas.
Entre los peces citaremos la merluza de cola, brótola del sur, polacra, abadejo y pámpano, además de rayas.
Las aves marinas están representadas por numerosas especies y son de dos clases, voladoras o no.
Entre las aves marinas voladoras se puede mencionar los alba- imx, petreles, gaviotas, cormoranes, etc. Entre las no voladoras, estAn los pingüinos.
Los m o r a n e s se caracterizan por el cuello largo y alas de poco desarrollo, se encuentran cerca de las costas y su vuelo es ra- sante. El cormorán de las rocas, de cuello negro, y el rey o real, son las especies de Malvinas. El real tiene el dorso negro y la zona cen- tral blanca con un penacho sobre la cabeza.
Robert Cushman Murphy señala tres clases de gansos y dos de patos vapor, como asiduos visitantes de las islas.
El ave depredadora de las islas es el skua pardo de Malvinas. Gaviotas, gaviotones y golondrinas de mar también abundan
en el litoral de las islas. La paloma antartica (chionis alba), de cuerpo reducido y niveo plumaje, de vuelo corto y lento, llega tam- bién a las islas h las Malvinas se han observado desde épocas antiguas cua-
tro clases de pingüinos, a saber: el real, papúa, de penachos amari- llos y el rnagailánico.
El pingüino real (aptenodytes patagonicus) es el segundo en tamaño de los pingüinos existentes y s610 cede en talla al empe- rador.
El pingüino papúa (pygoscelis papua), llamado también "gentoo", se individualiza fácilmente por su pico rojo o anaranjado
En consecuencia creemos que es muy poco probable que Ves- ucio haya descubierto las Malvinas. -. .. ; La expedición de Magallanes de 1520, se considera por algu- -
+.m historiadores, como la descubridora de las islas Malvinas. Lo ,s. rnnfirmó la cartografia posterior, especialmente en los planisferios . de Diego de Ribero de 1527 y 1529 y otros, aparecen un grupo dc
,islas, que se denominan Sansón o de los Patos, pero que están situa- das muy al norte de las islas y mucho más cerca de la costa. Esto hltimo quizás se debiera a deformaciones e inexactitudes de las cartas de esa época. Este descubrimiento es dudoso, pues no es mencionado en los diarios de Albó y Pigaffeta.
Esteban Gómez con la nave "San Antonio", desertó del es- trecho el 1-e noviembre de 1520 y llegó a España donde fue sometido a proceso el 6 de mayo de 1521. Ratto ha supuesto que saliendo del estrecho rumbo al Cabo de Buena Esperanza, había descubierto las Malvinas en dos o tres singladuras.
Esto no es cierto, el conocimiento de documentos del proceso que se le siguió demuestra que no puso rumbo al Cabo sino que lo hizo a Guinea, en la costa africana, navegando directamente a España y llegando a Sevilla el 6 de mayo de 1521. No pasó en consecuencia cerca de Malvinas.
Lo que se sabe del proceso en declaraciones de 53 tripu'an- tes, tampoco informa del descubrimiento de las islas.
Lo que hemos expuesto prueba casi con certeza, que Esteban Gómez no descubrió las islas en viaje de regreso a España, pero bien pudo ser el primero que transmitió el descubrimiento rrali- zado por alguna de las naves de MagaUanes.
Está probado que Esteban Gómez conoció al cartógrafo Die- go de Ribeiro.
En cambio, es muy probable el descub~imiento de las islas Malvillas p o ~ la nave "lncdgnita", de la expedición del Obispo de Plascencia el .$ de febrero de 1540.
Esta expedición que zarpó de Sevilla el 12 de enero de 1540, perdió su nave capitana en el estrecho de Magallanes. Otra de sus naves de la que poseemos un diario, consiguió luego de un tem- poral, que la sacó del estrecho, Uegar a una tierra el 4 de febrero de 1540, donde sus tripulantes permanecieron 10 meses. De esta
nave no se conoce ni el nombre ni quien era su comanclante. Por eco se la denomina "Incógnita".
La tierra adonde llegaron, las descripciones que hacen, todo concuerda con las islas Malvinas. Julius Goebels (h) y el Viceal- mirante D. Ernesto Basilico, no tienen ninguna duda de que son las islas Malvinas.
Alonso de Santa Cruz confeccionó una obra que se conoce corno El Islario de Alonso de Santa Cruz, editado en 1541, un año después del viaje de la Armada del Obispo de Plascencia y en información que señala como de esa expedición y establece: "Pasado el Cabo del Estrecho torna a bolver la costa al sueste "hasta dentro de una gran baya por casi quarenta leguas y desde "la baya torna a bolver al noreste casi por cinquenta hasta un "cabo que está junto a una baya dicha de las Yslas la cual est i "en medio de dos cabos y delante della dos yaletas. Toda la costa "dicha está Eena de bayas grandes y pequeñas, la cual también "descubri6 el armada del Obispo de Plazencia, como arriba dixi- "mos; el cabo dicho, está sesenta leguas al es nordeste de la boca "del estrecho, pasado el qual y Baya de las Yslas torna a bolver la "costa al sueste".
Del Islario
En la carta se puede obserbar, a partir de :a boca del estre- cho de Magallanes y en la "Terra Australis incógnita", una gran bahía que en su extremo derecho tiene un cabo con dos puntas y una bahía en el medio. Esta última es sin duda la "de las Zo- rras" y la acompañan dos pequeñas islas. El cabo, la bahía y Lis dos islas, son las Malvinas unidas a la "Terra Australis incógnita" porque los tripulantes de la "Incógnita" supusieron que era "Tic- rra firme" la que estaba al sur. En el gráfico la dist~:icia de 13
boca del Estrecho al cabo y las islas es de sólo 56 ó 55 l c y a s y en latitud que varia entre 50" y 51" S.
La posición dada en el "Islario de Santa Cruz" es bastante perfecta en azimut desde el estrecho y muy aceptable en distan- cia, dadas las dificultades de la época para medir la longitud con precisión.
En consecuencia, el descubrimiento de las Malvinas por la "Incógnita" tiene una indiscutible certidumbre. Nosotros lo acep- - tamos pero reconocemos que algunas partes de la lógica argumen- tación de Goebels y Basilico, pueden ser discutidas.
Los ingleses suponen que el gran marino inglés John Davis descubrió las islas con la nave "Desire" el 14 de agosto de 1592.
John Davis, era desertor o se habia separado ue la expedi- ción corsaria de Thomas Cavendish y habia "descubierto el 14 de agosto de 1592, arrojados por un temporal entre ciertas islas nun- ca descubiertas antes, y de las que ningún relato conocido hace mención; yacen a cincuenta leguas o miis de la costa al "este con- tinente del Estrecho".
Esta versión es muy parecida a la presentada en el Islario de Santa Cruz en 1541, en el azimut y distancia.
En consecuencia el descubrimiento de John Davis, parece du- doso por las siguientes razones:
1" El relato de su viaje y descubrimiento, fue publicado por John Jane, uno de sus tripulantes, recién en 1600, es decir ocho años después. Ese año, el 14 de julio, estuvo de re- greso en Holanda Sebald de Weert, aunque por ahora no pretendemos ligar los hechos. La relación de John Jane es fantasiosa en otros pasajes del viaje.
2") Era un desertor, que debió descubrir algo para mejorar su situación personal, al regresar a Inglaterra.
3) La situación de las islas es poco exacta, aún para la épo- ca, en un gran marino como era John Davis. No se des- criben las islas.
4 ) Pueden haber avistado en medio de la tempestad témpa- nos tubulares o nubes bajas.
5") En su carta de la famosa colección de Viajes Ingleses "Hakluyt" de 1599, aparecen las islas Sansón y no las que había descubierto Davis.
6") La versión inglesa es sospechosamente semejante a la del Islario de Santa Cruz de 1541. Digamos entonces que este descubrimiento, presenta más puntos de desconfianza que el de la "Incógnita".
El sexto gobernador de Malvinas fue Jacinto de Altolaguirre y cubrió ese cargo desde 1781 a 1783. Era criollo, nacido en Buenos Aires el 15 de julio de 1754, hijo de un español y de una porteña.
Cuando Altolaguirre se hizo cargo de la gobernación, Puerto Soledad tenia unas 25 habitaciones; la mitad de piedra y el resto era de tepes.
Las baterías seguían siendo tres: la "San Carlos", compuesta por 6 caüones; la "Santiago" con 4 y la "San Felipe" de 3. En la punta del muelle se montaban 4 pedreros (cañones muy pequeños). Había además 49 fusiles (aunque 33 estaban inutilizados) y 83 chuzas y la munición la componían 213 balas de fusil y 21.171 cartuchos.
La dotación de las islas estaba compuesta por el Gobernador, 2 religiosos, el Ministro de la Real Hacienda, 3 oficiales, 1 cirujano 50 soldados, 43 presidiarios, 1 albañil y 1 panadero, que en total sumaban 103 personas.
Dura y monótona era la vida en Malvinas. El clima de invierno era frío, húmedo y ventoso. Las casas eran poco confortables y se seguía en la isla la rutina militar, haciendo ejercicios de artille- ría y fusil, limpieza y recorrida de armamento, reparaciones de na- ves,etc. En la capilla se oficiaba misa y una parte de la dotación cuidaba del ganado; las diversiones eran pocas y consistían en juegos de cartas y alguna que otra excursión de caza. Se cubrían guardias de vigilancia en la bahía Anunciación para prevenir la Uegada de embarcaciones extrañas o cualquier otra sorpresa.
Sin duda la actividad más importante era la navegación o ex- ploración de inspección que se realizaba por las islas, a fiii de prevenir el establecimiento de pescadores o marinos ingleses.
El Capitán de Fragata Ramón Clairac se desempeñó como go- bernador de las islas durante tres períodos, en 1785, 1787 y 1789. Durante ellos persiguió a loberos y balleneros, exploró la costa pa- tagónica, realizó la recorrida anual a Puerto Egmont y reparó edifi- cios en ruinas.
En 1778 el ganado vacuno traído y criado o dejado en libertad por los españoles, sumaba 2.180 cabezas y los yeguarizos eran 166.
El 28 de octubre de 1790 se firmó en San Lorenzo del Ewo- rial el Tratado o Convención de Nootka Sound, donde Españl cedió
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una v a más ante Inglaterra. Los ingleses lograron comerciar en el pacífico, navegar legalmente en los mares del sur, pescar o cazar . a m&s de &ez leguas de las tierras ocupadas por España. Ambas po- tencias se reconocían tácitamente las posesiones que ocupaban, en- tre eilas Malvinas. Inglaterra no hizo en este tratado ninguna re- serva de sus infundados derechos a Malvinas.
El Teniente de Navío Juan José de Elizalde fue gobernador de Malvinas desde 1790 a 1791 y de 1792 a 1793. En el segundo pe- riodo realizó un reconocimiento al sur en busca de establecimientos ingleses y Uegó hasta la isla Nueva, cerca de la boca del canal Bea- gle. Lo acompaiió el Subteniente Cándido de Lasala, natural de Buenos Aires, quien luego moriría heroicamente como Teniente de Navio defendiendo a su ciudad natal, en 1807.
Loberos y balleneros seguían depredando. Muchos loberos in- gleses eran oficiales de la Real Armada a "media paga", que aqui! reforzaban las finanzas particulares, a costa de la riqueza marítima española, se hacian conocedores de la zona y se convirtían en nm- pulsores de ideas y empresas para ocupar estas para su país.
Los americanos trabajaban solamente en el aspecto comer- cial y de paso, también aprendían los métodos de sus antiguos maes- Iros, los ingleses.
Otro gobernador criollo, Francisco de Viana y Alzaibar, natu- ral de Montevideo, gobernó las islas de 1798 a 1799 y de 1800 a 1801. Habla sido integrante de la expedición Malaspina, que había visi- tado las islas en 1789 y 1793 y llegaria luego a ser Teniente General y Ministro de Guerra y Marina, durante el directorio de Gervasio Posadas.
La dotación de la corbeta "Descubierta" destacada en Malvinas Y bajo el mando del gobernador Viana, junto con la de la isla suma- ba 127 personas.
La vida se desarrollaba sin mayores alicientes que las tareas, la caza en la época del buen tiempo y la concurrencia a mica. De Vez en cuando había alguna representación improvisada de come- dias u obras teatrales de fondo moral o religioso. Las guardias Y eer~icios de artillería tenían entretenida a la tropa, mientras los marinos reparaban los velámenes, jarcias y cascos de sus naves, cuando no navegaban entre las islas.
El ganado había descendido a 1567 cabezas, lo que indicaba gran mortandad y que se empezaban a utilizar, intensamente, en el comsumo y alimentación de la isla.
El gobernador de Malvinas, Bernardo Bonavia cubrió el cargo en tres oportunidades, de 1802 a 1803; de 1804 a 1805 y de 1806 a 1808. En este Último y debido a las invasiones inglesas, no fue abas- tecido y pasó muchas miserias.
Bonavía se plegó a la Revolución de Mayo y prestó valiosos ser- vicios a la revolución. Era un hombre de edad pues había nacido en Castilla hacia 1745, de manera que en la Última gobernación cum- plió 63 años.
Gerardo Bordas y Pablo Guillén son los últimos gobernadores de Malvinas. El primero era piloto mercante y después del cargo fue ascendido a Alférez de Fragata de la Real Armada.
El segundo piloto de la Real Armada, Pablo Guillén, llegó a las islas el 8 de enero de 1810 y con Bordas, gobernador saliente, juró a Fernando W con las ceremonias acostumbradas.
Producida la Revolución de Mayo, una junta celebrada en Montevideo, resolvió reagrupar sus fuerzas y evacuar la lejana po- blación de Malvinas. Para ello se envió el bergantín "Gálvez", al mando del piloto Manuel Moreno.
Pablo Guillén dio cumplimiento a sus órdencs para evacuar los 46 hombres de la dotación, embarcar cañones, armas, papeles de archivo, etc.
También, y como cosa muy importante, se construyó una placa de plomo que se colocó en el campanario de la Real Capilla de Mal- vinas, con la inscripción siguiente: "Esta isla con sus Puertos, Edificios, Dependencias y quanto ron- "tiene pertenece a la Soberanía del Sr. D. Fernando VI1 Rev de "España y sus Indias, Soledad de Malvinas 7 de febrero de 1811 "siendo gobernador Pablo Guillén".
Se colocó la misma leyenda en las puertas de la treintena de edificios. De todo se levantó un acta firmada por el Gobernador Guillén, Manuel Moreno y el Vicario de las islas Juan Canosa, con fecha 13 de febrero de 1811 en la Colonia de la Soledad de Mal- vinas.
Ese día, o el siguiente, zarparon las naves y abandonaron Mal- - .- vinas con el propósito de volver.
Esta herencia pasó a pertenecer a la Argentina. Desde 1767 a 1811, las islas Malvinas fueron españolas, con
autoridades que gobernaron en forma continua. En la Última fecha se las evacuó, pero sin renunciar a ellas. Como vemos, nunca las islas fueron inglesas.
En esa dura misión histórica de posesión de las Malvinas por ]m españoles, con sus 20 i n i n t e m p i d o s gobernadores, los cuales cumplieron 31 períodos de gobierno; en ese mantenimiento del pre- ddio, colonia y puerto, durante 43 años por España, se basan nues- tms derechos soberanos a las islas.
La Argentina en sus Islas Malvinas (1811 - 1833) Nuestro país heredó de España sus derechos sobre todo el
W t o r i o patrio, del cual formaban parte las islas Malvinas. 7
Desde 1811 a 1820 las islas permanecieron sin ser ocupadas; &J, el 6 de noviembre de 1820, se izó el pabellón nacional y has- tr 1824 se sucedieron tres comandantes militares argentinos, mien- &S el gobierno daba concesiones a Angel Pacheco y en 1829 nom- &6 a Vernet como Primer Gobernador Político y Militar de las mvinas.
Después de recibir un ataque de la fragata estadounidense n", se volvió a nombrar otro gobernador, el Mayor Mes- ien fue asesinado por sus hombres. ó entonces a cargo de las islas el Teniente Coronel de . José María Pinedo con la goleta "Sarandi". Finalmente el ataque inglés que terminó con la ocupación de nues-
, el 3 de enero de 1833. sintesis de los acontecimientos muestran que mientras
herederos u ocupantes efectivos de las islas, ejercimos e a soberanía sin claudicaciones y sólo abandonamos las islas el uso de la fuerza.
F Cuando los españoles evacuaron Malvinas, dejando a salvo los
derechos de Fernando W, los argentinos ya habían iniciado el -0 de la Independencia.
Un incidente administrativo puso muy pronto a la Junta de &YO, en conocimiento de un problema a resolver de las islas Mdvinas, porque su jurisdicción les correspondía.
En efecto, el Doctor Ernesto J. Fitte, ha descubierto la exis- tencia de un trámite administrativo, iniciado por Don Gerardo Bordas, al regreso de su período de gobierno en Malvinas, pidien- do le pagasen los sueldos y las gratificaciones que correspondían a sus funciones, equiparadas a las de un buque de guerra en na- vegación.
El Jefe de Apostaderos de Montevideo, no tenía la orden del Virrey que justificaba la petición de Bordas, en cuanto a las gra- tificaciones de un comandante de Nave de Guerra y lo pasó al Virrey Cisneros con fecha 9 de marzo de 1810, para que el fun- cionario resolviera sobre si los funcionarios del Real Ministerio de Hacienda debían pagar o no lo requerido. El Virrey Cisneros con- testó el 20 de marzo pero la respuesta se dilató en trámites bu- rocráticos, por lo que Zalazar, desde Montevideo, volvió a repetir sus demandas el 20 de mayo, pero el tratamiento del pedido debió resolverlo la nueva Junta de Gobierno, presidida por D. Cornelio Saavedra. Así se hizo y con la firma del Presidente de la Junta Revolucionaria y de su secretario Juan José Paso, se contestó: "En orden del 13 de diciembre dije a Vs. Merced lo que sigue: con esta fecha paso al señor Comandante de Marina de este Apos- tadero el oficio que sigue: Habiendo notado que después de ha- berse resuelto en Junta Superior de Real Hacienda, que pasa los gastos y pagamentos, se considere en adelante el establecimiento de Malvinas como un buque navegando y todos los empleados de destino como dependientes del mismo buque.. que en adelante se satisfagan por el Ministro de Marina de este Apostadero todos los sueldos, gratificaciones y jornales y demás gastos que ocurran en dicho establecimiento o pertenezcan a él, sea de la clase que fueran.. ." y seguía manifestando que lo informaba a los funcio- narios correspondientes de la Real Hacienda y Teniente General del Ejército y finalmente ordenaba que copia de esa resolución se pasara "Al señor Comandante de Marina".
Terminaba asi "Dios guarde a V. Merced muchos años. Bue- nos Aires, 30 de mayo de 1810. Cornelio Saavedra, Juan José Pa- so. Secretario. A los Señores Ministros Generales de la Real Ha- cienda".
De esta forma el primer gobierno argentino continuaba en el uso de la soberanía sobre las islas.
La guerra de la Independencia y los problemas derivados de luchas interiores impidieron hacer efectiva la ocupación de las is- las, que permanecieron sin autoridades hasta fines de 1820.
Durante ese prolongado periodo de tiempo los unicos visitan- tes fueron loberos y balleneros ingleses y norteamericanos, que vi- sitaban las costas para cazar lobos de dos pelos, hacer aguada o matar ganado vacuno que crecía libre en las islas.
Durante la dominación española el ganado vacuno llegó hasta contar con 5.000 cabezas, pero luego decreció y en 1804 solamente quedaban 235 vacunos, aunque habia 738 yeguarizos. De modo que algunas decenas de vacunos y yeguarizos fueron abandonados por los espaÍio:es en Malvinas y desde entonces el ganado proli- feró en libertad, aunque sufria el desgaste que le producían los loberos.
Desde mayo de 1810, muy graves problemas aquejaban a nuestros gobiernos: la guerra de la Indepenecncia, la búsqueda del rumbo político y de la forma de gobierno, los encuentros entre Buenos Aires y el interior. Era una lucha por la supervivencia y recién cuando las campañas sanmartinianas alejaron algo el in- tento de reciiperación hispánica, cuando la revolución de Riego anuló la úitirna y grande expedición a América, es cuando se pudo mirar el territorio con su integridad y pensar en Malvinas.
No es que los usos hubieran mejorado totalmente, pues ale- jado el peligro español la anarquía disolvia el pais y justamente el año 1820 con sus desastres militares, politicos y morales harían morir desesperado a Belgrano. Justamente el prócer desde el "Co- rreo de Comercio" había sido el primero en llamar la atención de las Malvinas, describiéndolas.
El izamiento del pabellón nacional, en islas Malvinas, fue reali- zado por la Fragata "Heroina" al mando del Coronel David Je- wett y representó un acto de voluntad soberana sobre las islas que fue aceptado en su momento por las naciones del mundo, pues no hubo actos de protesta, ni reclamaciones.
David Jewett nació en North Parish, New London, Connec- ticut, el 17 de junio de 1772. Estudió leyes, ing,-esó a la Marina
de Guerra estadounidense y m@ & Trumbull, con el que hizo presas. En 1801, por rep- militar, quedó fuera de la Armada; pero en en la guerra & au país con Inglaterra, participó en la acción
David Jewett se ofreció a 1- a- argentinas para luchar para la independencia del p& y meritorias campa- ñas corsarias.
En 1820 fue nombrado Coman- de la Fragata Corsaria 4 ' Heroína" y con ella partió en una desventurada campah corsa- ria, signada por el motín y el egprbuto. Finalmente el Coman- dante corsario puso proa a las Mahriwe para izar allí el pabellón, Se& órdenes recibidas del gobierno. Para entonces la "Heroina" fue considerada "buque del estado", es decir navío regular y no Corsario.
A fines de octqbre, con grandes. bajan debiio al escorbuto, la fragata entró a la Bahia Anunciaci6n de la isla Soledad y fondeó frente a las ruinas de la ex capital española.
Cincuenta cazadores de bbos marinos se hallaban con sus naves en los alrededores.
El 6 de noviembre de 1820, el Comnel de Marina David Jewett, comandante de la fragata coniaria "Heroína", izó el pabe- ll6n azul y blanco en las ruinas de Puerto Soledad (ex Puerto Luis).
La ocupación de las islas NIahrinas se hizo con toda seriedad y precedida de una comunicaci6n que Jewett remitió a loberos y pescadores ingleses y norteamericanos, que usufructuaban de las islas en forma indiscriminada. Dicha comunicación decía: "Fragata del Estado Heroína, en Puerto Soledad, noviembre 2 de 1820 Sefior, tengo el honor de informarle que he llegado a este puerto comisionado por el Supremo Gobierno de las Provincias Unidas de Sud América para tomar posesión de las islas en nombre del país a que éstas pertenecen por la Ley Natural. Al desempeñar esta misi6n deseo proceder con la mayor corrección y cortesía para con todas naciones amigas: uno de los objetos de mi cometido es evitar la destrucción de las fuentes de recursos necesarios para los buques de paso, que, en recalada forzosa, arriban a las islas, y hacer de modo que puedan aprovisionarse con los mínimos gastos y molestias, dado que los propósitos de Usted no están en pugna y
en competencia con estas instituciones y en la creencia de que una entrevista personal re'ultará de provecho para ambos, invito q - Usted a visitarme a bordo de mi barco, donde me será grato brin- darle acomodo mientras le plazca; he de agradecerle 4 m i s - mo- que tenga a bien, en lo que esté a su alcance, hacer extensiva mi invitación a cualquier otro súbdito británico que se hallare en estas inmediaciones; tengo el honor de suscribirme seíior, su más atento y seguro servidor". Firmaba JEWETT, Coronel de la Marina de las Provincias Unidas de Sudamérica y comandante de la fra- gata "HEROINA". (Esto de Sudamérica no nos debe extrañar, porque fue propósito lograr la libertad de toda Sudamérica.)
Cuando Jewett fue relevado, Guillermo Mason tomó el mando de la "Heroína" y aunque por pocos días. mandó también en las islas y fue el segundo comandante militar de las mismas.
Aunque el pabellón argentino habia sido izado en las islas, al partir la "Heroína", la falta de autoridades permitió la impugne acción depredadora de ingleses, norteamericanos y algún lobero criollo.
La toma de posesión de Jewett fue conocida en el exterlor y la noticia fue publicada en el "Redactor" de Cádiz, en el mes de agosto de 1821, de informes que había obtenido en Gibraltar. También la "Gaceta de Salem" informó del hecho a mediidos de 1821. De modo que todo el mundo, ya sea por estos peri6diwa o por la información de los lobems que presenciaron la ceremonia, estaba enterado de la toma de posesión.
Ni entonces ni en varios años después Inglaterra pro- o dejó a salvo sus supuestos derechos.
Nuwas medidas del gobierno, en ejercicio de soberania sobre las islas, se llevaron prestamente a cabo. Entran entonces en nues- tra historia dos importantes personajes: Jorge Pacheco y Luis Vernet.
Don Jorge Pacheco nació en Buenos Aires el 25 de abril de 1761 y a los veinte años de edad se inició en la carrera militar con el grado de Alférez del Cuerpo de Caballería de Blandengues de Buenos Aires. Los blandengues cuidaban las fronteras con 10s indios y Pacheco sufrió las vicisitudes de estos cuerpos sacrifica-
el 5 de febrero de 1830 y se le puso el nombre de Malvina. T& ello habla de su clara posición de funcionario argentino y de m . -. respeto por la tierra que lo había acogido en su seno.
Volvamos ahora al flamante Gobernador Político y Militar de las islas Malvinas y veremos cómo desempeñó su misión con ener- gía, progreso y éxito.
La isla se convirtió en una especie de factoría cuya capital fue Puerto Soledad, llamada Puerto Luis por Vernet.
Las producciones eran ganaderas con aprovechamiento del ganado vacuno que vagaba semi-salvaje por la isla. Para esas tareas se desempeñaban los gauchos. Las otras actividades se reíerlan a la pesca y caza de lobos marinos y focas, no sólo en Malvinas, sino también en la isla de los Estados, que con las demás islas formaban parte de la gobernación.
La población de Puerto Luis no era fija, pues si parte de la misma se había afincado en el lugar, había pescadores, cazadores, científicos y comerciantes que vivían por temporadas o cortos espacios de tiempo.
La población fija pasaba del centenar y A. Gómez Langenheim cita a más de 120 personas, incluidas esposas, mujeres solteras y niños. Había algunas más cuando arribaban naves loberas o comerciales y exploradoras científicas y la población sumaba entonces dos y hasta tres centenares de personas. Recordemos que algunas naves estaban a las Órdenes o contratadas por Vernet. Las mismas pescaban, cazaban o iban a la isla de los Estados por madera.
En los diarios que se conservan de períodos de la Gobernación de Vernet, del mismo Gobernador y de su esposa María Sáez de Vernet, y de las instrucciones y memorias de Vernet y documentos, puede inferirse la activa vida de los colonos destinados a las tareas de crear y reparar viviendas y barracas de abastecimiento de víve- res y de pieles de lobo, elementos de labranza, ganadería y las acti- vidades de pesca, caza de lobos, salazón de pescados, reparación de embarcaciones, etc. También se construían y reparaban corrales y galpones.
Los productos de las islas producidos por Vernet no sólo iban a Buenos Aires, donde se vendían bien y consistían en cueros
marinos era la segunda, cazada por loberos de distintas nacionali- dades, especialmente ingleses y americanos.
Hacia 1838 se habia calculado la existencia de ganado en 30.000 vacunos, en 1846 Iiabía 60.000 y al año sigiuente 80.000, de los cuales sólo 400 estaban amansados y el resto era salvaje.
En 1851 Lafone, que tenía grandes extensiones y explotaba el ganado vacuno, prefirió vender sus derechos a una Compañía de Londres a cambio de un buen número de acciones. Desde entonces empen5 a dominar económicamente las islas The Falk'and Islands Company.
En 1853, se produjo un conflicto entre el Gobernador George Rennie y los loberos norteamericanos que cazaban en las islas. Se confirmó la autoridad del gobernador inglés, aunque el control de los loberos fue siempre difícil.
Por entonces visitaba las islas un lobero americano, el "Con- su1 Smiley", en cuyas naves había un joven oficial argentino, Luis Piedra Buena.
El progreso de la colonia era lento, y en 1863 habia 592 habitantes.
En la isla Keppel se instaló una Sociedad Misionera de la Iglesia Anglicana. Allí vivían indios traídos desde Tierra del Fuego.
En Puerto Stanley habia anglicanos, presbiterianos y católicos. También se comenzó a introducir ganado lanar que creció
rápidamente y a partir de 1866 desplazó al ganado vacuno. En 1865 había 26.605 lanares.
2do. periodo (1867-1908). Caracterizado por el auge de la lana y s u monopolio.
En 1869 visitó las islas Augusto Lasserre, uno de niiestros más distinguidos jefes navales. Había nacido en Buenos Aires en 1826, siendo su padre francés. Ingresado a la Armada de Rojas, com- batió luego de Caseros en la de la Confederación. Participó en las dos acciones libradas cerca de Martin Garcia en 1853 y 1859 y en esta úItima fue herido y ascendido a Teniente Coronel.
Como se disolvieron los poderes nacionales, Lasserre pidió el retiro y llegó a Stanley como comisionado de la Asociación de seguros de ia Marina Italiana, para investigar un siniestro naval.
Laserre había visitado las hñaMnaP en 1857 con el vdero "Daniel" y con el mismo regresalla otm vez, despuési del vide que relatamos.
En 1869, en su permanencia más prolongada. pudo conocer mejor las islas y las describió, así como sus impresiones, en una larga carta a su amigo José Hernández el autor de MaIün Fierro, quien le habia solicitado que lo hiciera.
Lasserre relató que Stanley tenía una población de 500 a 600 habitantes y que su bahía era inmejorab!e, describiendo luego el puerto y la navegación para tomarlo, así como el faro Pembrocke.
Dijo que habia conocido a Puerto Luis y describió un matri- monio que vivia allí, de un indio pampa con una inglesa.
Se refiere a las autoridades de la isla, la guarnición y una batería de tres cañones de "a &S'' que dominaba el puerto.
"El comercio de las islas Malvinas se reduce como exporta- ción a aceite de pájaro (pinguin oil), cueros de vaca, de león marino y de lobo, lanas mestizas y merinas de superior calidad".
Describe la geografía de las islas y la riqueza en turba exis- tente.
Luego el viajero vuelve a Stanley que "se compone solamente de dos calles paralelas al puerto" y describe las casas, los depó- sitos de turba, los invernaderos detrás de las galerías de viiirio, etc. Considera luego que el gobierno no se ocupa en las obras del pueblo y en especial del puerto, porque quizás se considere con inquietud que deberán devolverse a la Argentina.
Y sigue Augusto Lasserre: "A pesar de ser tan poco numerosa la población, existen en el pueblo dos muy fuertes casas de nego- cio, la de la Compañia de Malvinas (Falkland Islands Company) y la del señor Jorge Dean".
Informa que durante su corta permanencia ha visto entrar a puerto Stanley 10 ó 12 buques de gran porte que tenian graves averías, los cuales han sido reparados por artesanos locales.
Describe luego las matanzas de pingüinos para extraerles aceite e informa que la grasa de 11 pájaros da un galón de aceite y que una compañia de 14 hombres y un capataz regresaron con 20.000 a 30.000 galones de aceite en un mes y medio de trabajo.
La caza de leones y lobos marinos es descripta luego en detalle,
LISTA DE AUTORIDADES ESPAROLAS DE LAS ISLAS MALVINAS -. 4
1. Capiián dr navio D. Felipe Ruiz Fuente, del 2 de abril de 1767 al 23 da
enero de 1773. 2. Capitan de infanteria D. Domingo Chauri, del Regimiento Fijo de Buenos
Aires, del 23 de enero de 1773 al 5 de enero de 1774. 3. CapltAn de fragata D. Francisco Gil de Lemon y Taboada, del 5 de enero
de 1774 al le de febrero de 1777. Este gobernador fue ascendido a capitán de navIo con fecha 17 de febrero de 1776, asi que tuvo ese grado el iiltimo año de su goblerno.
4. Teniente de navlo D. Ramiín de Carasal. y Souza, del lo de febrero de 1777 al 22 de noviembre de 1779.
5. Tenlente de nado D. Salvador de Medina y Juan. del 22 de noviembre de 1779 11 26 de febrero de 1781.
6. Teniente de fragata D. Jarinto nIariano del Carmen Altolagulrre, del 26 de febrero de 1781 al lQ de abril de 1783.
7. Capitán de navio D. Fulgenclo D. Montemayor, del lQ de abril de 1753 al 28 de junio de 1784. Este gobernador durante todo su goblerno no supo que habia sido ascendido a capitan de nado desde el 21 de diciembre de 1782. Por eso figura en algunas textos eomo eapitan de fragata.
8. Teniente de nado D. Agustln de Figueroa, desde el 28 de junio de 1784 hasta el 15 de mayo de 1785.
9. Capitan de fragata D. Ramón de Clairac y Vlllalonga, desde el 15 de
mayo de 1785 al 25 de mayo de 1786.
10. Tenisilte de navio D. Pedro de Mesa y Castro, del 25 de mayo de 1786 al 15 de marzo de 1787.
11. Capitán de fragata D. Ramón de Clairac y Vlllalonga, desde el 15 de
mayo de 1787 al 10 de abril de 1788.
12. Tenlente de nado D. Pedro de Mesa y Castro, desde el 10 de abril de 1788 al 16 de mayo de 1789.
13. Capitán de fragata D. Ramón de Clairac y Vlllalonga, del 16 de mayo de 1789 al 30 de junio de 1790. Este jefe habla ascendido a capltán de navlo en octubre de 1789; asl terminó con ese grado su gobernación de Malvlnas.
14. Teniente de navío D. Juan Jos6 de Elizaide y Ustariz, desde ei 30 de junio de 1780 al lo de marzo de 1791.
15. Capitán de fragata D. Pedro Pablo Sanguineto, desde el lV de marzo de 1791 al le de marzo de 1792.
