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2 RIL 1982 RCUpRO LS ISLS mLvINS La operación desembarco “ROSARIO” cumplió su objetivo de recuperar las Islas Malvinas Una fuerza de tareas anfi bi a, denominada Fuerza de Tareas 40, integrada por el portaaviones 25 de Mayo, destructores Hércules, Santísima Trinidad, Py, Seguí, Piedra Buena y Bouchard, corbetas Drummond y Granville , B.D.T. Cabo San Antonio, rom pehi el os Almirante Irízar y submarino Santa Fe transportando aeronaves de la Primera y de la Segunda Escuadrill a Aeronaval de Helicópteros, fuerzas de los Batallones de Infantería de Marina Nº 2, de Vehículos Anfibios, de Servicios, de las Agrupaciones de Buzos Tácticos y de Comandos Anfi bi os, del Destacamento Naval Pl aya y del Regimiento de Infantería de Ejército Nº 25, que había zarpado de la Base Naval de Puerto Belgrano entre los días 28 a 30 de marzo de 1982, llevó a cabo un desembarco en Puerto Argentino, en las islas Malvinas. Tras breve lucha, la operación desembarco “ROSARIO” logró rendir la guarnición inglesa cumpliendo co n el objetivo de recuperar las islas. Para entonces, l a Repúbli ca Argentina se encontraba gobernada desde 1976 por una Junta Militar con representantes de l as tres fuerzas autodenominada Proceso de Reorganización Nacional. UNS ISLS COICIS Las Islas Malvinas pertenecen al patrimonio geográfico argentino h eredado de l a corona español a. Se presume que en 1520, el explorador Fernando de Magallanes, con el título de adelantado concedido por el Reino de España, encontró el archipiélago malvinense y que entre los siglos XVI y XVIII fue asi duamente visitado por buques ingleses, franceses y holandeses. En el estado del conocimiento actual, se considera como prim er usurpación documentada aquell a cometida en 1764 por Louis de Bouganville, quien ocupó y colonizó la isla Soledad en nombre de Luis XV, rey de Francia. Hacia 1767 fue devuelta tras los reclamos de sus legítimos poseedores. Un episodio simultáneo fue cometido en 1766 por Gran Bretaña en l a isla Trinidad, cuyo estableci miento fue retirado definitivamente en 1774 en base a un arreglo entre coronas. Esto úl tim o demuestra el reconocimiento británico implícito y explícito de la posesión española del archi piélago. UN FIRm CISIóN pOLíTIC (1829) El 10 de junio de 1829, fue creada por decreto la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas y adyacentes al Cabo de Hornos en el Mar Atlántico, con sede en l a isl a Sol edad y con juri sdi cci ón sobre l as isl as adyacentes al cabo de Hornos que dan h acia el océano Atlántico Sur. El nombramiento recayó sobre Luis Vernet, quien había fundado un establecimiento de colonos en años anteriores. Estas acciones concretas, fundadas en la firme decisión política de hacer valer los derechos de la R epública Argentina sobre el archipiélago, generaron resquemores en Gran Bretaña y los Estados Unidos, cuyos intereses geopolíticos y económicos siempre se mantuvieron latentes. TQU STOUNINS N 1831 Entre 1830 y 1832 se produjeron incidentes con el gobierno de Estados Unidos por l a pesca y caza de fauna marina indi scriminada que sus ciudadanos perpetraban en l as i slas y que el entonces comandante Luis Vernet procuró detener. El 31 de diciembre de 1831, arribó a las islas el buque estadouni dense Lexington , desembarcó personal armado, destruyó l as forti fi caci ones en isla Soledad y avasall ó instal aciones, población, autoridades y pabell ón argentinos. En los meses posteri ores, EE.UU. apoyó l as pretensiones británicas de soberanía sobre l as isl as. El gobierno argentino envió un nuevo comandante, el mayor Esteban Mesti vi er, acompañado de un destacamento de ci ncuenta soldados. Arribaron embarcados en la goleta Sarandí comandada por el teniente coronel de Marina José María Pin edo. En Puerto Soledad, el 10 de octubre de 1832, Pinedo cumpli ó su misi ón de l evantar un acta con moti vo del atentado reali zado por l a fragata Lexington . Luego, debió sofocar una sublevación que le costó la vida al gobernador Mesti vier y encarcelar a los cabecillas. Nuevamente, l a pobl aci ón de l as islas quedó si n autoridades argentinas, situación aprovechada por Gran Bretaña para asegurar sus intereses. TQU RITNICO N 1833 No obstante la retirada de 1774, Gran Bretaña, con mayor y menor intensidad, mantuvo latente el anhel o geopolítico sobre las islas. Finalmente, en enero de 1833, produjo un ataque armado y usurpaci ón vi ol ando el Tratado de “Amistad, Comercio y Navegación” firmado en 1825 con l as Provinci as Unidas del Río de l a Pl ata. A los efectos, envió a la corbeta inglesa Clío, que el 2 de enero de 1833 se encontró fondeando en Puerto Soledad. Su comandante, capi tán John James Onsl ow, comuni có a Pinedo que cumpli ría la orden de tomar el

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Page 1: Recupero de las Islas Malvinas - ARMADA Malvinas.pdf · 2013-03-21 · islAs mAlvinAs La operación desembarco “ROSARIO” cumplió su objetivo de recuperar las Islas Malvinas Una

2 de abRIL de 1982 ReCUpeRO de LaS ISLaS maLvINaS La operación desembarco “ROSARIO” cumplió su objetivo de recuperar las Islas Malvinas Una fuerza de tareas anfibi a, denominada Fuerza de Tareas 40, i ntegrada por el portaavi ones 25 de Mayo, destructores Hércules, Santísima Trinidad, Py, Seguí, Piedra Buena y Bouchard, corbetas Drummond y Granville, B.D.T. Cabo San Antonio, rompehi el os Almirante Irízar y submarino Santa Fe transportando aeronaves de l a Primera y de l a Segunda Escuadrill a Aeronaval de Heli cópteros, fuerzas de l os Batallones de Infantería de Mari na Nº 2, de Vehícul os Anfi bios, de Servicios, de las Agrupaciones de Buzos Tácti cos y de Comandos Anfi bi os, del Destacamento Naval Pl aya y del Regimi ento de Infantería de Ejérci to Nº 25, que había zarpado de l a Base Naval de Puerto Bel grano entre los días 28 a 30 de marzo de 1982, ll evó a cabo un desembarco en Puerto Argentino, en las islas Mal vinas.

Tras breve lucha, la operación desembarco “ROSARIO” logró rendir la guarnición inglesa cumpliendo con el objetivo de recuperar las islas. Para entonces, l a Repúbli ca Argentina se encontraba gobernada desde 1976 por una Junta Mili tar con representantes de l as tres fuerzas autodenominada Proceso de Reorganizaci ón Naci onal.

UNaS ISLaS COdICIadaS

Las Isl as Mal vi nas pertenecen al patrimonio geográfi co argentino heredado de l a corona español a. Se presume que en 1520, el explorador Fernando de Magallanes, con el títul o de adelantado concedido por el Reino de España, encontró el archi pi él ago mal vi nense y que entre los sigl os XVI y XVIII fue asi duamente vi sitado por buques ingl eses, franceses y hol andeses.

En el estado del conocimi ento actual, se considera como primer usurpación documentada aquell a cometi da en 1764 por Loui s de Bouganvill e, qui en ocupó y col onizó la isla Sol edad en nombre de Lui s XV, rey de Franci a. Haci a 1767 fue devuel ta tras l os reclamos de sus legítimos poseedores.

Un epi sodi o simul táneo fue cometi do en 1766 por Gran Bretaña en l a isla Trinidad, cuyo estableci miento fue reti rado definiti vamente en 1774 en base a un arregl o entre coronas. Esto úl timo demuestra el reconoci miento bri tánico impl ícito y explíci to de l a posesión española del archi pi élago.

UNa FIRme deCISIóN pOLíTICa (1829)

El 10 de junio de 1829, fue creada por decreto l a Comandanci a Pol íti ca y Militar de las Islas Mal vi nas y adyacentes al Cabo de Hornos en el Mar Atlánti co, con sede en l a isl a Sol edad y con juri sdi cci ón sobre l as isl as

adyacentes al cabo de Hornos que dan h acia el océano Atlánti co Sur. El nombramiento recayó sobre Lui s Vernet, qui en había fundado un establ ecimi ento de colonos en años anteriores. Estas acciones concretas,

fundadas en la firme decisión política de hacer valer los derechos de la República Argentina sobre el archipiélago, generaron resquemores en Gran Bretaña y los Estados Unidos, cuyos intereses geopolíticos y económicos siempre se mantuvieron latentes.

aTaQUe eSTadOUNIdeNSe eN 1831

Entre 1830 y 1832 se produjeron inci dentes con el gobierno de Estados Unidos por l a pesca y caza de fauna marina indi scriminada que sus ciudadanos perpetraban en l as i slas y que el entonces comandante Lui s Vernet procuró detener. El 31 de diciembre de 1831, arri bó a las islas el buque estadouni dense Lexington, desembarcó personal armado, destruyó l as forti fi caci ones en i sla Soledad y avasall ó instal aciones, pobl aci ón, autori dades y pabell ón argentinos. En l os meses posteri ores, EE.UU. apoyó l as pretensiones bri tánicas de soberanía sobre l as isl as.

El gobi erno argentino envi ó un nuevo comandante, el mayor Esteban Mesti vi er, acompañado de un destacamento de ci ncuenta sol dados. Arri baron embarcados en l a gol eta Sarandí comandada por el teniente coronel de Marina José María Pinedo.

En Puerto Sol edad, el 10 de octubre de 1832, Pinedo cumplió su misi ón de l evantar un acta con moti vo del atentado reali zado por l a fragata Lexington. Luego, debió sofocar una subl evaci ón que l e costó la vida al gobernador Mesti vi er y encarcelar a l os cabecill as.

Nuevamente, l a pobl aci ón de l as islas quedó si n autori dades argentinas, situaci ón aprovechada por Gran Bretaña para asegurar sus intereses.

aTaQUe bRITaNICO eN 1833

No obstante l a reti rada de 1774, Gran Bretaña, con mayor y menor intensidad, mantuvo latente el anhel o geopolítico sobre las islas. Fi nalmente, en enero de 1833, produjo un ataque armado y usur paci ón vi ol ando el Tratado de “Amistad, Comerci o y Navegaci ón” fi rmado en 1825 con l as Provinci as Unidas del Río de l a Pl ata.

A l os efectos, envi ó a la corbeta ingl esa Clío, que el 2 de enero de 1833 se encontró fondeando en Puerto Soledad. Su comandante, capi tán John James Onsl ow, comuni có a Pinedo que cumpli ría l a orden de tomar el

Page 2: Recupero de las Islas Malvinas - ARMADA Malvinas.pdf · 2013-03-21 · islAs mAlvinAs La operación desembarco “ROSARIO” cumplió su objetivo de recuperar las Islas Malvinas Una

control pol ítico en nombre de l a corona bri tánica para

hacer efectivo el derecho de soberanía de su majestad británica sobre las islas Malvinas [si c]. Si bi en Pinedo desconoció esas instrucci ones, el destacamento de marinería traído por Onslow procedió a desembarcar y arriar el pabell ón argentino que fue entregado a aquel .

Ante l a gravedad de l os h ech os, Pinedo nombró a uno de l os col onos como comandante pol íti co y militar de l as islas, pero l uego embarcó a los sol dados, al gunos pobl adores y presi di ari os argenti nos, y zarpó h aci a Buenos Aires. Un año después, fue s umari ado por no resi stirse de manera apropiada a l a usurpaci ón.

Mientras tanto Onsl ow se retiró unos di ez días después si n establ ecer organismo pol íti co y/o militar al guno.

Entre l os h ech os más l amentabl es por l a fal ta de comandanci a se cuenta l a desprotección de l os colonos de Vernet que permaneci eron en las isl as después de l a parti da de Pi nedo y Onsl ow, qui enes padeci eron numerosos h ech os vi ol entos y deli ctuosos a fal ta de autori dad política y militar, y debi eron recurri r para su defensa a otros marinos i ngleses presentes en la zona.

Asimismo, la entonces Confederaci ón Argentina, sumida en l uchas i ntestinas demoró en su i ntento de recuperar el gobi erno de l as i slas.

El ataque británico de enero de 1833 se constituye en el hecho fundamental para los reclamos que nuestro país efectuó desde entonces y que eclosionaron en la disputa diplomática permanente entre 1964 y 1982.

UNa dIpLOmaCIa dILeTaNTe

Durante el si glo XX, la Argentina si gui ó recl amando l a devoluci ón de l as islas. Aquí consideraremos el momento inicial en que comenzó a confi gurarse el estado de di sputa permanente.

El punto de parti da del recrudeci miento de l as negoci aci ones di pl omáti cas sucedió en 1964 a raíz del anunci o del Reino Uni do acerca de l a descol onizaci ón de varios terri tori os entre l os que fi guraba l a pobl aci ón del archi pi él ago.

El gobierno del presi dente Illia se apresuró a objetar la medi da dado que se asentaba en l a autodeterminaci ón de l os isl eños, ci rcunstanci a no apli cabl e puesto que no consti tuían descendenci a de la pobl aci ón ori ginal. En la Asambl ea General de la ONU de 1965 fue aceptado el planteo argentino de que l os terri tori os en di sputa eran una cuesti ón bil ateral y no trilateral.

Luego, se efectuaron una seri e de propuestas y negoci aci ones donde l a Argentina insi sti ó en que l a esenci a del probl ema era la soberanía, l as conversaci ones debían ser bil ateral es y si bi en se tendrían en cuenta los intereses de los isl eños, no así sus deseos. La sol uci ón argentina de mayor consenso consistía en recuperar el control pol íti co de l as islas mientras el Reino Unido se ocupaba de s u defensa; durante al gunas décadas l os i sl eños mantendrían su estatus ante la corona bri tánica con vistas a consensuar l a decisión final sobre ellos.

Mientras Argentina insistía en las negoci aci ones, l a dipl omaci a bri tánica dil ató l as deci si ones y se negó a ll evar a cabo acuerdos aunque fueran parci al es.

La última reuni ón dipl omáti ca se ll evó a cabo el 27 de febrero de 1982. El tenor de l a misma y resul tados puede sopesarse en un posteri or comuni cado del gobierno argentino afi rmando que de no obtener l o pedido se reservaba el derecho de poner térmi no al

funcionamiento de ese mecanismo de reuni ones y adoptar los pasos más conveni entes a su propio interés.

INCIdeNTe de geORgIaS deL SUR (1982)

El inci dente en Georgi as del Sur gi ró en torno a l os trabajos de desguase y trasl ado de ch atarra efectuados por el empresario argentino Constantino Davi doff. Sobre l os h ech os coexisten vari as versiones. Baste menci onar que en septiembre de 1981, Davi doff adquiri ó unas instal aci ones abandonadas por factorías ball eneras si tuadas en Puerto Lei th (Georgi as del Sur) y desde entonces i nició el camino ante la embajada de Reino Uni do para concretar su demolici ón y carga de chatarra con operarios propi os y trasl adar h ombres y material vía Transportes Naval es de l a Armada.

Cabe considerarse que, en 1971, como parte del entendimi ento y buena voluntad de ambos gobi ernos, se h abía fi rmado un acuerdo tendi ente a favorecer l as comuni caci ones de l os isl eños con el continente. Así, la Argentina construyó una pi sta de aterrizaje en las isl as y se establ eció el servi ci o de las Líneas Aéreas del Estado (LADE argentina) y de l os Transportes Naval es de l a Armada Argentina. Este úl timo organi smo contaba con status similar al de l os buques de l a Military Sea Transportati on Service de EEUU o de l a Royal Fl eet Auxili aires de Reino Unido. Su personal nunca fue enteramente militar.

En ese marco de entendimi ento y autori zaci ones dipl omáti cas, el 18 de marzo de 1982, desembarcaron l os operarios ci vil es en Puerto Leith para efectuar l as tareas de demoli ción. Habían arri bado en el ARA Bahía Buen Suceso, buque de frecuente ingreso en Puerto Stanley para el traslado de combusti bl es. El

incidente relatado por un inspector británico consistió en que se encontró izado el pabellón argentino en cercanías de la estación de Puerto Leith un día después del arribo del buque mencionado. El inspector añadi ó otras consi deraci ones subjetivas. El h ech o desencadenó un debate en la Cámara de los Comunes del parl amento bri tánico y obligó a brindar acl araci ones al cancill er argentino sobre l o ocurrido. Mi entras tanto la opi nión públi ca bri tánica reflejó el h ech o con al arma.

Lejos de calmarse l os ánimos, el gobi erno británi co encargó al comandante del HMS Endurance, con 22 infantes de Mari na en su tri pul aci ón, l a expul si ón de l os operarios y comuni có l a deci sión al cancill er argentino. En respuesta, fue enviado el ARA Bahía Paraíso para brindar protecci ón a los mismos. Mi entras tanto Davi doff insi sti ó en compl etar el trabajo de demoli ci ón, a lo que el gobi erno bri tánico respondi ó que autori zaría a sus operarios, vía pasaporte, una estadía por 16 semanas; documentaci ón que debería tramitarse en Grytviken.

Transcurriendo l os úl timos días de marzo, la cri sis se perfil aba en escal ada y se suponía un endureci miento de l a posi ci ón bri tánica. Entre las opci ones posibl es, el gobierno argentino eli gi ó una i ntervenci ón militar que obli gara al Rei no Uni do a negoci ar y firmar l os acuerdos que dieran sol uci ón a l a cuestión Mal vi nas.

Así, se arribó a los h ech os del 2 de abri l de 1982.

Li c. Fabi ol a Serral un ga Col aboraci ón SMMWAA Oscar Ahumada

Estudi os Hi stóri cos Naval es – ARA Buen os Ai res, 15 de marzo de 2013