AÑO I EL43fíE i8 DE SEP'fTEMBRC DE 1908. - - - "ÑÚI~I;-5

RSDA@SIÓN ~^ ~~ PRECIOS DE SUSCRIPC16N ^ 1, ~ Toda ]a correspondencia será

ADMINISTRA4?IpN ~~ AI mes. .25cénts. ¡dirigida á esta Administración Pu.~nte.Ortices, ntim. 2 •Número suelto. .5 « • ~ y Redàcción.

Tú, el pueblo más des- firaciadc~ entre los pueblos del mu;n~lo; tú que con ~do~ ]or profunt:lo lloras tu an- ~ustiFvsti éstado; tú, que la frente has doblado ante el dios del universó; t5. ,que, ~.e,Lúzbel perverso victirna infeliz has sido, açalla el gemido é intenta e; postrer esfuerzo., _, Te lutis. Mostrado Ii~iry paciente mientras allá en lontananza percibías la. es-peranzade un porvenirson-rriente;"tu sangre, noble y valiente,_has dadte sin ce-gateos....: ¡Dé lus pueblos europpeosniuqunolleva hoy máslut ~; ni ha pagado más trïbúu>s,ui ha perdí- domas troü'eos¡

Pues - bien; ya nada te resta, ni nada por hoy es-peres de esos anáriluicos Seres que el múndo entero detesta. Emplea gúerra funesta

én el Rif, ya ssbea todo, y debes buscar el modo de salvar á esta nación, .qué géntes sin çorazón han sé-pultado en el 1odo.-

Castigo ab .moro recia"ma este país por entero; el gri-to es noble y sincero, más

el triuitPo que se aclama tardará, si tu proclama no d;ts enérgicamènte, pues solo tu sangre hirviente y tu indómita bravura, á es- ta patria si n ventura levan- ta.rá dignamente.

Basta ya de inútil llanto y de lameútos prolijos;-aun cuenta España cor. hi. jos para aliviar su que-branto.

Si Lari .desgarrado su, Intento lerrouxistasy traidor res, el pueblo, que sus amo-res ion laan~bicóri nq dis- fraza, puede volver a la ra-za su 11omb e y sus esp.len- dores.

Solo en ti, pueblo, se ha-~la el verdadero .valor; hi, que no tienes terrúr al Lambr•e ni ala metralla; tti, que no conoces vaL'a Cuando 'te, guía la justicia; tú, ese bieü que lioy se co-dicia podrás. al fi n conse-gúir, logrando reconstruir la patria que se desquicia.

Si }as turfías lérro~xistas otra vez gritaran ¡guerra!, muy pronto en la hispama tierra se oirá tu grito ~o-tente, Y la anticlerical gen- te va á lanzarse á la gslea; ¡pt~eblot, tu estandàrte on-dea,ycon obediencia dig-ni, con tu bravura designa la gloria de Santa Idea.

Vierte tu sangre o±ra vez, esa sangre generosa peró de , máner•a honrosa que satisfaga después. i Oh !, bien èstá queda, dés si tú re]igiQn. Lp exige..

-~-UEBASTIAN DE LUQUF..

1NO~O®6000000~1N1/1NNt

Quién eg ella?

Cuentan de un corregidor, náda bobo,

que siemprz que al buen señor denunciaba mueete ó~ obo, atájaba al èscribano que leía la querella,. dicién Tole: !AI grano, sl granos

€Quien es èllai' Y como hombre proeèdfa

de gran seso quien tal actuacion ponía por cabeza dè proceso; que en vano más de una vez se sigue al crimen la huella' por n ~ prcguntar al j uezt

€bluién es ellat En todo humano litigio ---

¡no hay remedio!—á nò obrar i)ios un prodigio, habra faldas de por medio: danza en todo una mujer, casada, viudaó doncella; luego eI hilo está en saber

Quien es ella. Si Adán pperdió el Paraíso,

ftrépor Eva. que probar vedados quiso no sé si manzana 6 breva. Desde entonces con profundo

;~

LA PERLA

ppé~ar pum cïinóc~lla, desde entohces sabe el mundo

Quien es ella. Si veshec ~l muro

qu roya, mee aopei~uro y$ amu~.~. suspende Iln suvero cutre esta dacióii v agealla hasta que te diga Honiero

- '~1Llai1 i*sella 3i B'as. ❑o el Icuo, la albarda

de Hiu!nenco salo de su hacienda guarda lo arrepeert~c~,.. no preguntes: i _ mu Blas 1?apó_en-tan. miela estrella? Pregunta y acertará,:

IQuiéüés ell'aY ' " ' Si en la calle sumo ruido

de camorra, y algún quidam mal herido grita: gNó huy quien mc socorraF' Requiés-cat dijo ál difunto, doy paso al que la a ropalla, ~~ en la taberna pregunto:'

iQuié2as ollar-Si ves postrado en el lecho

del:dolor á algún mozo de provecho, no le preguntas, doctor, que reuma ó que tiábardillo eu su salud hizo mella; pregúntale—es m(ls sencil lo—

iQuién es ella? ,~unS~auiablc, lindo..., ~>s

sí una plata; yo lp,confiçso,..., y pn,cindo de lá úiejary de la chata; _ pero escamudoy cobarde digo ¡~ap,;l á la más bella: que temó saber !muy tarde!

(~uie❑ es élla.

®30091000000000®0!00000000

cuadras de 0a dada Era una noche crud[sima dé

invierno. La nievecáia engrau-des ygrygiyntes copos.El,airerso- plabu cuu furia y hacip estreme-cerconsussilbidos lúgubre,.

En una aparcada, calle de la corte.,p~rado ante la, puerta de un soberbio palacio. se hallaba. ua carruaje cubierto.. Los Jaçayos arrebujadps en impecable librea, selibruban de la nieve bajo . el arco de la grámpuerta.

1)e pronto una mujeh eleganti-simadel brazo de mº caballera;apareeeen ella. No obstante ü• abrigados con riquísimas' pieles, al asomar el cuerpo á la calle, no pueden contener un sacudimien- to de frío.

Cruzaron rápidamente la adra y penetraron en el suntuoso vehf-culo.

El hermoso tronco partió á ga-lope desafiaudo.al"tiene-po, parui-

' eco eu el vestibulu del 'Pe-a ro cal.

dama y el caballero cogidos del aw hicieron su aparición en uñ páleq y mientras una llu-~iadegeinulos eaíxsubre ellos, tóm asiento y emprendían a madi conversación.

Eu la-misma calle, casi entren- t~' ~ magofncu palaciq~_hubía una ras .y~974i"sarable.

Cuando el carruaje partió, y el ruido de las rüedas-se extinguió por compleió; ila des~téncijuda puerta se abrid -y apareció t+n ella

' unamgjer endeble. y macilenta que vestía unos harapos negcvs. Por todo abrigo llevaba sóbre los

-hombros un agujereado pañuelo de algodón. Los pies al descu-beirto , tiritaban atnorutados al cóntacyo dé ld nieve.

Trémula de frío, emprendió sü camino calle úrriba y llegó_ tám-biéh el vestíkiulo deÍ Real. Peed Ae entró.lLa miseria no entra en Ins salones! all[ güedtS junto á la púértaaguantundolanieve y el viento. ~~

Terminó la función. Los seóo-res se abrían paso con gran di-, Ocultad y la mujer extendía su mgao dicicn~aeon palabras Ile-nasdeemoción: ¡Unalïmusnaca- balleru! Algunas monedas salta- eón en las huesosas manos de a-quállainf¢kz.quelas recibió con extçe¡riado gozo.

Casi de.los últimos salieron del teatro la señora y el caballero que eonocemos, que'sin mirar }á, enti~egacón 'unos.aéiitimos y subieron al coche,

La mendiga les siguió con va-cilanté paso. A poéo ibs sefiores peüetraban en un confortz,btey rï-c'o sálónsentá,ndosecómodamente ul lado dg una gran chimenea de mármol,en. la que ardían unw buenos trancos de leña.

La infeli2 mujer entretanto', empujúbu á la púertarle sualber-gue. Aterida de feto, penetre en una pieza pobre y' desabrigada, en la que solo había un huuailde jer¢ón tirado en el suelo.

L^ m penó á despojarsé de los -ha-rapos y sacó de ellos las mone-das que haba recogido. Las con-tó ansiosamente, y Ifhgrima de gratitud, brotaron de sus ojos; mientras besaba fetiriliriente á dos niños que doriníaü en el jer- gón, dü,iendo: iYa tenéis pan mañana!

Después en el palacio de los se-ñores todo callaba, en la calle só-lo se oían los chasquidos de la nieve y el soplar furioso del vien-to;yla puerta de la miserable casucha, aun se pprcibfa.el raído de unos besos febriles y el gimo-tedde un I{apto de gratitud.

l\'1.\alA •I~GRLSA ViLLp. Adnioddcer del Cam.• ffo. ~_ -

01000010N0000@1W1 N00001

Una limosna por Dios En la puerta de unáiglesia se

encontraba no há muchos días un mendigo-qué imploraba la cari-dad publica. " '

Dfa tras día se'lámentaba de la situación tan angustiosa y conta-ba que se veía cada vez más a-gobiadb; pues au podfa'ní aun m.udarsz.por no tener ropa-oon que volver á cubrir su cuerpo dolorido.

Abando~tb la sis aque-llos Heles y á odos imp asaba la caridadsinleol"tea" obtener dos céntimos Can soto, cantidad tan insignificante. y sin embargo tan rï'capparaéC, pues pare~iale que vobv[a á respit•ar otro aire cuan-do algún alma caritativa le ex-teudíq la mano. para.deposi ar era ella una lünosna.

Ya aggtadas sus fuerzas, pues ápenas podía ̀ l5ablar, se acercó á~un cabállero'bien vestido; arro-gante flguru, vestdo-con elégan-ciq,yle.dijq: .¡iTua limosna por el amor de DiosÍ

¡Dios le ampare hermano! No contento con la contesta-

ción empezó á; -seguirle y al Me-

~ar á una calle donde no se po-ía~ divisar wiu á otro, pass ca-

recía de luz y estrecha sumamen-te, seacercó y repitió sus pala-Iiras; A,l al verle, gg uedti lntndvil un.rnornento, diuióitdole: ¡repito hurmano que Dios~ié.amparel

El pobre mendigo coa grandes lágrimas que' bañaban su rostro émpezó pnr'dé~ir:

=¡No puedo vivir! mis hijos pidenpanl i¡chealoranconstantu-mentel,y tengo qUe privarlos por falta de cinco céntimos con que Ilevahles ali mento.

El caballero, al verle de asta manera contestó:

¡Cree usted que porque voy bien vestido y llevo sombrero de cópa, soy algtin ingeniero, médi-ço.ó abógadof, pues no; aquí don-de me ve soy ún pobre como us-ted", ya tengo que quedarme un día y otro sin comer. para poder vestiryseguir.álasociedad. Soy

i :

LA PERLA

un triste empleado que tan solo diez reales me dan, tengo quedar vida á tres ángeles que lloran mfás'allá' y sin embargo, tengo que presentarme de esta manera y engañar aPmmido.

Solo y desconsolado quedó a^ quel mendigo al ver que marcha-ba con paso marcado aquel otra que habfale parecido .ostentaba' algú n título académico, ,precedido dé grandes riquezas:'

Volt~ib á sü domicilio reridido y desesperado .al recordar soJp terüa para alimentará sus hijos el cariño paternal. -.

RICARDO ARIA Y ALEDO CaNtas. Agu~too 1909. ' -

•eeemeeeeeee~soaeeeooee0eo

Í~e Niel%lIa (F-RAGMENTo)

Ya me esperaba el vapor; Tu me dijest.e en la playa Llorando, valiente; adiós.... (Contigo la Virgen vaya Y_que vuQlvas yençedorl

Guardo en mi pecho el calor De tu abrazo, amada• mia; lil me presto tal valor, (Júé siri obstáculo ir"ia Desde Melilla á xador.

Y sin algún plomo traidor Rasgara cruel mi carne, Olvrdando mi dglor, Pensaré~h. Cf y ~ñ mt madre Y avanzaré con ardor. -

Rompe su fuego el cañón, El jefegCitti iadelante!, Yo te nombí•o con amor... Que ese es mi toque de ataque Y esa es también mi oración.

Por la copia, Josá Gó~rez Ros

oseseeoeeeeeoemeeseeseeeee

l~®TIC~II~S Han visitado nüe§tra re..

daCción los distinguidos colegas «La Serñàna» pzr- r•iódico semanal de Puerto Llano, «El Sfnapismoá+ de Aspe, semanaÏ, «Heraldo de Crevillent2nsemanal,«El

Contribuyente» de Alican-te, semanal y «El amigo del Pueblo» de Bañolas, los cuales damos las mas sïrr-ceras gracias por su ateñ-ción yestablecemos con to-dos gustosos el cambio. ,t

Esta noche hará su de-but la nueva empresa del gran cinematógrafo moder-na pro¢cdente de Alicantè,~ cón unegrandioso progra- .ma de hermosisfmas pelf-cu!as, ~Citre ellas varios es-trenos, y en la que cuenta' , cori unatde muchísima sen-sación titulada «La guerra en el Rif.»

Le auguramos á la em-presatodo génerode prospe-ridades y sobretodo nutr.i- dos llenos. •-

El ~ntrépido industrial, nuestr~~~igo D. Pascual Galiano, está construyendo una grandiosa y bien mon-tada conejera, en su ..finca la «Fardacha» para ex¡~lo-

-tar.nste negocio. Le aéonse-jetrios que visite la Exposf` de VaJ~neia donde podrá.,. enco ar buenos ejempla-res par cementaL

'~..

Sus áhóüaaos y et paibli_ co en eneral estad de _en_ óora rena, pues el propie-tario de la antigua «Illicita-na» fábrica de' luz eléch~i-ca, está en tratos -en una casa de Barcelona para re-parar la máquina motor «El Tk~•remoto»

_~ — Circula la, nóticia de que

losSres. Brdtónsycompañf a se retiran de el negocro de Banca. Desér cierto harfan

bastante falta ácie~tos in-dustriales y comerciantes.

Nuestro particular ami-go D. José Orts Soler, ha entrado en el periodd de convalesc.ncia; nosalegra-mosinfinito,

eoom®eoo®meeo®oome®®mmeoms

ï. ~ .~` •:

Desde el cielo á la Tierra Bajó úna Diosa,

A premiar de las niñas I.a más hermosa;. ._ Y fué pruderite

Concediéndot? eT péemïo Tan lindamente. '

Co?ocó en tus ojitos Tal atratiwo,

•Queal_que miras risueña Le izases cautivo; Prisión"dé amores

Que aunque dulce, no es) (siempie

De-las mejores.

Una vez, casualmente Miré tus ojos.

Eloçyentes,risueàos, Gráudes, herndsos, Y al otro dfa

Voráz ansia en el alma De amar sentía.

Nlucbn tiempo. dos años, Hamtranscurrido;

Pero yo tu mirada Nunca la olvido.. . t,Quieres premiárme?

Pues para tí es sencillo, Vuelve~á mirarme.`

JOSÉ GOYtE% ROS

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