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Dejar de Informar, para empezar a Comunicar.

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Justicia,Masacre de Once

Artista: Martin ZinclairMarzo 2013

La Plata

El golpe terminó, el proceso sigue24 de Marzo

Artista: Otro VientoMarzo 2013

La Plata

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VARIETTÉ CULTURAL

El 22 de febrero, desde el año 2012, figura en los calendarios argentinos como el día en que la serie de negocios llevados a cabo durante años entre empresarios y funcio-narios políticos dio como resultado un saldo de 52 víctimas fatales y más de 700 he-ridos. Claro que ninguno de los mencionados políticos o empresarios se encontraban ese día en el tren. De hecho, nunca viajaban en el tren, y esto no es casual. Ellos bien sabían en las condiciones que funcionaban, sabían que algo podía ocurrir.

Todos aquellos que diariamente viajaban en ferrocarril no eran ajenos a la situa-ción. Todos tenían claro que el tren funcionaba en pésimas condiciones, y que actual-mente no es más que la clara consecuencia del abandono estatal y la privatización neoliberal. Pero no todos tenían la opción de dejar de viajar. El tren es el medio más barato de transporte, y quien viaja todos los días “no puede darse el lujo” de pagar un boleto de colectivo.

¿Es posible hablar de un accidente? ¿Acaso se puede ser tan ingenuo de pensar que las cúpulas políticas y empresariales a cargo del ferrocarril no sabían lo que es-taba pasando?Hace pocos días la UCR presentó un proyecto que tenía como objetivo homenajear a las víctimas de Once. Aunque de mala gana, el kirchnerismo termino por aceptarlo. Sin embargo, no parece suficiente.

El mejor homenaje que puede hacerse a las víctimas de Once es que se lleve a cabo una investigacion realmente exhaustiva que desentrañe las cuestiones de fondo, y que encuentre y condene a los culpables. Lo que se pide no es nada más ni nada menos que justicia.

Era cuestión de tiempo hasta que estalle todo, y finalmente estalló. Como siempre, la sangre derramada riega las manos de esas personas que lucran con la vida para llenarse los bolsillos. Como siempre nos toca hoy no quedarnos callados, y reclamar que esto no vuelva a suceder.

Ahora bien, ¿por qué la mayoría de los medios habla de tragedia? O, dicho de otra forma, ¿por qué nosotros hablamos de un crimen anunciado?

La palabra tragedia pareciera sugerir que lo sucedido se trató de un destino ya escrito previamente. De un suceso que no era posible prevenir ni evitar. Como si una especie de ser divino, dueño de un poder extraordinario, se hubiera encargado ese día de que el choque se produzca. Sin embargo, lejos de estar en el cielo, las explicaciones de la masacre de Once están bastante más cerca de lo que algunos piensan.

Desde 2004 a 2012 los accidentes en trenes dejaron un saldo de 1703 heridos y 125 muertos a nivel nacional. 62 muertes por año.

La Auditoría General de la Nación realizó 270 informes negativos. En ellos se señala la negligencia de los órganos de control, como la Secretaría de Transporte y la CNRT, ya que realizaron un escaso uso de sanciones contra la empresa TBA dando lugar a irregularidades en el uso de subsidios, compra de materiales a proveedores no habilitados y pago de “sobresueldos” a asesores técnicos contra-tados por la empresa.

El sistema de señalamiento data del año 1923. Los vagones son marca Toshiba fabricados en la década del ´50. El Gobierno Nacional, y todos sus funcionarios no sólo toleraron la situación,

sino que además la financiaron: En el 2004 TBA recibió 212 millones de pesos. Entre 2005 y 2006 más de 128 millones. En el 2010 147 millones, y en el 2011 algo más de 104 millones. En 2012, hasta sucedida la masacre, TBA había recibido 77 millones de pesos.

He aquí unos números que pueden ayudarnos a aclarar un poco el panorama:

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familia, que reside en Bahía Blanca. La respuesta de los adultos al mando del lugar fue concisa y directa. Golpes, insultos, y violaciones a todo tipo de los derechos del menor. Este hecho en particular, no es una mera excepción ocurrida en La Plata. Desde hace va-rios años, son reiteradas las denuncias que los organismos de derechos hu-manos, realizan en contra de los efec-tivos policiales o los profesionales que atienden los centros de detención.

El director general de Promoción y Protección de Derechos de la Comi-sión Provincial por la Memoria (CPM), Roberto Cipriano García, confirmó que el menor fue golpeado el pasado 28 de enero y luego el 1º de febrero, cinco días antes que llegaran a inspeccionar el lugar y encontraran al joven dur-miendo en un espacio de aproxima-damente tres metros cuadrados.

Esta situación, derivó en la emisión de un hábeas corpus ante el Juzgado de Garantía Nº 2 de La Plata a cargo Fabián Cacivio, y se realizó una de-nuncia penal para que pueda comen-zar la investigación y así detectar a los posibles actores, que si bien aún no se conocen con precisión, si se puede establecer que participaron entre cinco y seis trabajadores del Centro de Recepción, según las palabras del propio chico.

El menor “rescatado” por la inter-vención de la CPM, fue llevado al Insti-tuto “Nuevo Dique”, en el cual se es-pera que las condiciones de atención sean más productivas y saludables. El adolescente, deberá permanecer allí a la espera de los avances judiciales que den respuesta a su reiterado pedido de ser alojado en algún centro de me-nores cercano a la ciudad bahiense.

García, dio cuenta de la suma urgencia con la que se debe accionar en este tipo de casos, ya que “lejos de recibir un tratamiento que le permita

La situación de los menores de edad que viven actualmente en los centros de detención de La Plata y alrededores es por demás preocupan-te. Sumado a las situaciones que los chicos de sectores humildes afrontan en sus andanzas por la calle, al llegar a los “refugios” educacionales atravie-san una serie de abusos que pueden ir desde las lesiones físicas y visibles hasta las heridas más profundas pro-ducidas por una presión psicológica ejercida por los profesionales que los atienden.

Precisamente, los equipos com-puestos por docentes, psicólogos, psiquiatras y demás especialistas son parte de la búsqueda de reinserción en los niños, para que alcancen un nivel de educación que les permita desarrollarse en la vida social. Lejos de que ocurra tal cosa, muchos de los menores, día a día conviven con un sin fin de agresiones que no hacen más que incentivar la necesidad de expresar el dolor, la ira o cualquier otro sentimiento reprimido por diver-sas vivencias que pasaron antes de llegar a ser detenidos.

A principio de febrero del corriente año, en la ciudad de las diagonales se dio a conocer un hecho particular que reafirma la sistemática continuidad de los maltratos. Un adolescente de 17 años, intentó suicidarse luego de que personal del Centro de Recepción de Menores que funciona en la calle 63 entre 2 y 3, lo golpeara en dos oportu-nidades, lo esposaran a una reja que cubría el pequeño cuarto en el que dormía y lo obligaban a orinar en un tarro. Además, padecía síntomas de abandono por dormir en un colchón muy viejo, manchado con sangre, y presentaba trastornos psicológicos.

En este caso, el maltrato, fue ini-ciado luego de que el menor realizara diversas protestas reclamando su libertad y la necesidad de ver a su

Carlos M. Lopez

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reinsertarse y comprender el hecho que cometió o no en el pasado, se encuentra a 600 kilómetros de su familia, le pegan y no le dan ningún tipo de contención”.

La CPM denuncia como el sistema de reinserción que se maneja desde la Provincia, actualmente no busca una solución a fin a las necesidades del menor que cometió algún hecho delictivo, sino que aísla a los acusados de su entorno, con “tratamientos de reinserción inexistentes, atención de la salud deficiente y sin dispositivos de contención”.

El menor encontrado en estado crítico por la CPM fue desplazado de un centro de Bahía Blanca a otro de La Plata por un intento de fuga en su primera detención. Esto, no solo tiene que ver con la escasa cantidad de centros en pleno funcionamiento para menores de 18 años dentro del territorio bonaerense, sino que tam-bién tiene que ver una decisión estratégica de alejar al menor lo más

posible de su ciudad natal, lo que no asegura una pronta recuperación, por el contrario, en la mayoría de los casos produce trastornos serios por la soledad y el aislamiento que estos niños sufren.

La actualidad de los Centros de detención de menores en la Provin-cia muestra año tras año diversas irregularidades que incumplen con las Reglas de Naciones Unidas para la Protección de los Menores Privados de Libertad (Res. ONU 45/113). Sin em-bargo, en las últimas décadas poco ha cambiado desde el Estado para preser-var la vida de los niños con problemas judiciales, los cuales frecuentemente son atendidos y respaldados por las

diversas asociaciones defensoras de derechos humanos.

García, quien cotidianamente con-vive con estas situaciones, explicó que “la manera de enterarnos de estos ca-sos solo es monitoreando permanen-temente los lugares de detención” y agregó que “hace tiempo que venimos denunciando varios casos de tortura y situaciones de hacinamiento. Es un problema estructural del sistema en general, los pibes están tirados en las celdas sin ningún tipo de actividad y sin acceso a la educación”.

Mientras los menores son golpea-dos y maltratados por sus acciones pasadas, la Secretaría de Niñez y Adolescencia actúa como muchos sectores de la sociedad, mirando para otro lado como si se estuviera accio-nando con suma responsabilidad sobre personas que, en la mayoría de los casos, actúan en base a una forma-ción o la falta de esta misma y como consecuencia de actos provenientes de los adultos.

“Ante el alejamiento con su familia intentó suicidarse y la manera que encuentran de solucionarlo es aga-rrarlo a palos. Esta golpiza le generó una gran depresión y además de eso, termina esposado a una reja como tratamiento, porque lo único que hicieron fue darle unas pastillas por intermedio de un psiquiatra, pero no hubo ningún tipo de contención terapéutica permanente”, precisó el letrado.

No se trata de defender al delito, no se trata de aceptar los actos que no respetan las reglas sociales. Se trata de comprender de una vez por todas, que al golpear y abusar de un menor, sea cual sea su situación, lo único que se está haciendo es destruir radical-mente una vida, derrumbar las espe-ranzas de un mejor pasar y aplicar todo tipo de desidia precisamente hacia quienes deben ser el futuro del país.

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Finalizaba el 2012 y, en Tucumán, 3 jueces tenían en sus manos el destino de 13 personas y la esperanza de much*s más. Alberto Piedrabuena, Emi-lio Herrera Molina y Eduardo Romero Lascano, absolvieron a la totalidad de l*s imputad*s en la causa por el secuestro y desaparición de Marita Verón en 20021 . El repudio a esta sentencia fue generalizado en todos los ámbitos. Se acusó a los jueces de proxenetas, y hasta el mismísimo gobernador de Tucumán se mostró indignado.

Aprovechando el contexto, desde la dirigencia política tiraron en la mesa,

entre otras cartas, al juicio por jurados como alternativa viable para la solución de losproblemas que se desarrollan den-tro de la urbe judicial. Desde 1853, nues-tra constitución exige la instauración del juicio por jurados en el marco de la estructura judicial. Hace 7 años que rige este sistema en la provincia de Córdoba. Permite que un grupo de ciudadanos diga “si” o “no” ante las pruebas reunidas contra el acusado, reservando el análisis del derecho de fondo y su rectitud, a la erudición de los ilustrados profesionales del derecho con sus cabezas repletas de prejuicios de toda índole (religiosos, étnicos, género, etc.). Agregándose que, según estadísticas del Tribunal Supe-rior de Justicia (2005-2011), 9 de cada 10 sentencias son condenatorias. ¡Qué estadística amigable!

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No? En el caso de Córdoba, como se ve, no hace más que fomentar el popu-lismo penal, temible producto de la actuación de ciertos sectores de la opi-nión pública reclamando “seguridad”. Oportunidad que la dirigencia política no quiere perderse y espera agaza-pada para desplegar todo el aparato represivo estatal (más pena, nuevas fi-guras penales, menos derechos, menos garantías, etc.,). Más allá de los posibles beneficios que puede brindarnos el juicios por jurados: más transparencia, más control popular, más dinamismo (ante los sabidos problemas de los eternos procesos penales, padecidos por los cuerpos de más de las tres cuartas partes de l*s privad*s de liber-tad en la provincia de Buenos Aires, cumpliendo prisión preventiva por las

Aramis Lascano

1- Recientemente, la comisión de Juicio Político de la Legislatura de Tucumán aceptó el pedido de destitución de los tres jueces.

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dudas-), resulta sumamente comple-jo analizar las consecuencias de su aplicación y no parece una alternativa para resolver los problemas en el seno del Poder Judicial.

La Corte Federal, tribunal más alto del país, en su actual integración, se conforma por siete miembros, pro-puestos por los distintos gobernantes desde el ’83 y avalados por las diferen-tes composiciones parlamentarias

Allá por octubre de 2011, en Bolivia se desarrolló un experimento al menos innovador. L*s ciudadan*s bolivianos eligieron a los miembros del Tribunal Superior de Justicia, del Tribunal Constitucional Plurinacional, el Agroambiental y el Consejo de la Magistratura mediante el sufragio. Roberto Gargarella, uno de los consti-tucionalistas más importantes en la actualidad, manifestó, respecto a la iniciativa boliviana, que

Asimismo, resultaría contraprodu-cente la elección popular de magistra-

dos como posible solución a su carác-ter contramayoritario ¿o acaso lala democracia se resume en el sufra-gio periódico? Por último, el jurita des-taca que la experiencia fue interesan-te aunque “el resultado no fue malo, si no peor”. El gobieno de Evo manipuló la selección de l*s candidat*s judicia-les: fueron preseleccionad*s por un Congreso controlado, en su mayoría, por el oficialismo. Sólo de ahí podían salir l*s candidat*s a disputar bancas judiciales. Las posibilidades reales de que se elija un juez, en principio, crítico con el gobierno eran ínfimas. Y para oscurecer aún más el panorama dicha operación fue acompañada de diversas formas para maniatar la discusión pública, a partir de pro-hibiciones sobre l*s candidat*s, l*s ciudadan*s, y los medios de comuni-cación (destaca que, por ejemplo, se prohibió que los medios difundieran información sobre l*s candidat*s).

Más allá de la, en un principio, inte-resante apuesta boliviana, el sistema vigente en nuestro país permite que el Poder Judicial (no solo la Corte Su-prema) sea una suerte de aristocracia integrada por miembros de una elite privilegiada, donde predominan los postgrados en el exterior o fastuosos prontuarios académicos, desprecián-dose convicciones y pensamientos críticos a la legalidad reaccionaria o regresiva.. Un abogado graduado con honores de la universidad regional o el más amigo, más inofensivo o más “tonto” (en palabras de un juez de la Corte Suprema) , se transforma, previa venia política en el Consejo de la Magistratura o en el seno del Poder Legislativo, en juez de tal o cual depar-tamento judicial y por ejemplo, aplica penas perpetuas o deniega derechos

¿Se justifica que un grupo de magis-trados no electos por la ciudadanía y no sometido a ningún tipo de control estricto ni a alguna ratificación pe-riódica por aquella, tenga la última palabra frente a todo tipo de colisio-nes jurídicas fundamentales?

“los problemas democráticos de la justicia no pueden resolverse o atacarse siquiera, con la elección democrática de sus miembros”. Tales conflictos tienen que ver, sobre todo, con el ejercicio de la función judicial, y “querer atender a los mismos concentrándose en la selección de los jueces es quedarse en la puerta de entrada del problema”.

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fundamentales a las personas que forman parte, en su mayoría, del nú-cleo más desventajoso de la sociedad sin siquiera haber paseado por heli-cóptero cerca de un barrio marginal ¿Acaso es necesario haberlo hecho? ¿Un proceso que incluye un examen, un concurso (¿público?) de anteceden-tes y una entrevista con integrantes del Consejo de la Magistratura, per-mite la independencia judicial? ¿La construye? Casi. Este sistema termina en un proceso de selección política arbitraria (que puede ser postergado a gusto y piacere si l*s candidat*s no simpatizan demasiado). Y pasada la selección realizada por el Consejo, l*s nominad*s forman una terna y la última palabra la tiene el Poder Ejecu-tivo, cuestión que para nada llama la atención en el marco del presidencia-lismo ortodoxo.

La ciudadanía exige participación directa en el proceso de selección demagistrados, dentro y no solo mediante el Consejo de la Magistra-tura (órgano incorporado en 1994 a nuestra constitución que, además administra el presupuesto judicial e impone sanciones), integrado por “re-presentantes” (del Ejecutivo, Legisla-tivo, y Judicial; del ámbito académico y profesional) y las ya corrientes y dis-tinguidas presiones del poder político. Más que un órgano pluralista y demo-crático parecería, luego de varios años y “reformas” en su funcionamiento,

un comité de amigos dónde se dis-tribuye el Poder Judicial. El pueblo es el “pueblo” y no quienes pretenden hablar en su nombre. El primero exige participación, el segundo ya la tiene y la ha desaprovechado.

José Massoni, ex juez y ex titular de la Oficina Anticorrupción (1999-2002), autor de “La Justicia y sus secretos”, manifestó que “el valor internaliza-do en la gran mayoría del cuerpo de operadores de la justicia es que ‘los negros’ (es decir, el populacho que componen todos los que no son ellos mismos, exceptuando a los miembros de la clase media exitosos económi-camente), cuando llegan ante sus estrados, en principio, no tienen razón en nada y, si la tienen, no hay que dársela”. Y que “las cosas están organ-zadas y funcionan de modo tal que

Descripta esta escena, resulta mucho más sencillo para la agencia judicial “resolver” un problema sin co-nocer, en lo absoluto, al protagonista.

Se sacan de encima un escollo, un problema que no le interesa. Y siempre desde un mismo lugar: lejos del damnificado. Como dijo alguna vez, los magistrad*s parecen estar aislados en una torre de cristal.

La corporación judicial es una suertede casta privilegiada. Son vitalicios y gozan de ciertas garantías como la esta- bilidad en el cargo y la intangibilidad en

las grandes mayorías del país no tienen acceso a la Justicia y que el reducido grupo de privilegiados que accede, no consigue nada -o muy poco-, porque la Justicia demora y generalmente resuelve en contra de los intereses de los más pobres.” 23

Solo se relacionan con un número: el de expediente. Pretenden palpar nece-sidades pero lo único que manipulan son hojas de papel.

2- Entrevista dada al Diario La Nación, 23 de septiembre de 2007.

3- Julián Axat, relata en su blog (http://elniniorizo-ma.wordpress.com) que, conversando con un sastre, éste le manifestó: “en la justicia federal, si vos no sos un tipo elegante, a medida, olvidate que te atienda el juez, o la gente de la mesa de entradas te trate como es debido, se fijan en eso, un buen abogado es un tipo perseguido por un sastre…”.

De izquierda a derecha Lorenzetti, Argibay, Highton y Maqueda, jueces de la Corte Suprema nacional.

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sus sueldos, previstas para un entorno político y social sustancialmente dife-rente (su origen se remonta a la cons-titución estadounidense). Su inamovi-lidad en el cargo está fundamentada en “la única garantía verdadera de la independencia de los magistrados judiciales en el desempeño de sus funciones” (leyéndola una y otra vez ese fundamento aparece el juez fe-deral Norberto Oyarbide, funcional a los intereses del menemismo y ahora, paladín de la justicia oficial). Junto a fiscales y secretarios de juzgados (ex-ceptuando a los bonaerenses), están exentos del impuesto a las ganancias sobre sus remuneraciones a partir de la Acordada 20 de 1996 firmada por la

Mientras tanto estando cada vez más cerca de la finalización del año, miles de empleados comienzan a ha-cer los cálculos para determinar qué parte del aguinaldo terminará yendo realmente a sus bolsillos y cuánto del mismo al Fisco Nacional en concepto de impuesto a las ganancias. Si los trabajadores perciben un salario, los empresarios ganancias y éstos dos pagan este tributo, es sumamente absurdo el privilegio que gozan los jueces atento contra el principio de igualdad ante la ley. Parece que este año, afortunadamente, entre los proyectos del cuerpo de legisladores oficialistas figura terminar con esta exención. En materia previsional, los magistrados judiciales gozan dejubilaciones $22.353, en promedio, y que, al no existir topes ni al monto de la jubilación ni al de los aportes, el haber más alto supera los $62.0004. Los magistrados y funcionarios judiciales hoy pueden jubilarse a los 60 años –en el régimen general para todos son 65 años–, con 30 de servicio, de los cuales 15 o 20, según fuerancontinuos o discontinuos, deben de-rrollarse en la carrera judicial5.

Aunque la agencia judicial sigue estando compuesta por personas, en su mayoría, de las clases más acomodadas de la sociedad, hay una minoría judicial que surgió en, este último tiempo, de sectores más desaventajados o incluso, provienen de sectores pudientes pero, pudieron transgredir esa barrera de clase para ejercer su función. El reclamo exigiendo la participación de los secto-res más vulnerables en la magistratura fue sostenido alguna vez cuando, por ejemplo, se reclamó que en la Corte Suprema se designe por lo menos a alguna mujer. Debería ser ampliada esta oportunidad a algunos miembros provenientes de los principales grupos menos favorecidos de la sociedad6 (miembros de pueblos originarios, de minorías raciales, etc.,) y más, en un eslabón del poder donde prima el ne-potismo (esa desmedida preferencia en contratar a familiares y amigos, cons-truyendo la famosa familia judicial). Si bien la presencia de un sector particular dentro de la estructura jerárquica del Poder Judicial no garantiza el respeto a los derechos de ese grupo, mejora, ampliamente, sus posibilidades.

Otra característica propia que mar-ca la distancia entre los justiciables y los jueces es el lenguaje. Lo que ocurre habitualmente es que el derecho es escrito, aplicado e interpretado por una elite, empleando un lenguaje inaccesible para las masas, fijando un claro sesgo clasista. De esta manera, hay un sector de la sociedad que no puede entender lo que se le está diciendo. Si la respuesta es injusta, lo más beneficioso es utilizar un lengua-je de estas características: complejo e insondable. Mientras el Derecho se presume conocido por tod*s (un ver-dadero fraude en la práctica), negarle la posibilidad a la ciudadanía de par-ticipar en su producción y posterior aplicación es un absurdo,

propio de las formas elitistas de re-flexionar y aplicar el Derecho.

Dado este esquema, ¿Qué deberían hacer los jueces? ¿Criminalizar a un Qom7 , condenar la pobreza8 o rechazar derechos fundamentales protegiendo el presupuesto anual9 ? El juez nunca tiene que olvidarse que es un actor político y debe posicionarse y corregir las injus-ticias propias que se dan en el proceso político, tomando distancia de esa suerte de casta que pretende defender sus propios intereses.

Proveer de conformidad ¿Será justicia?

Corte menemista liderada por los nefastos Julio Nazareno y Eduardo Moliné O’ Connor ¿Cómo va a pagar ese tributo un juez de la Corte Federal que supera los ínfimos $60.000 men-suales o un juez federal que percibe más de $25.000?

El Poder Judicial tiene que abrirle las puertas al pluralismo y al pensamiento innovador. Es elemental para la concreción de estos ideales, una revolución institucional en el marco vigente que propone la aristocracia judicial, a menos que nuestras intenciones se direccionen a que la justicia quede reservada para un*s poc*s.

4- “Jueces en la mira por jubilaciones de privilegio”, por David Cufré, en Página 12, 4 de enero de 2012

5- Los obispos y los diplomáticos también se unen a los jueces en el goce de esta jubilación privilegiada, llegándose a pagar, según la ANSES, hasta $112.000 por mes. En el caso de los obispos cobran, en prome-dio, “el 70 por ciento de la jubilación de los jueces”.

6- La experiencia judicial en sociedades cosmopo-litas reproducen esta visión. La ciudad canadiense de Quebec, multicultural por excelencia, tiene garantizados tres de los nueve asientos de la Corte Suprema Nacional. La Corte Europea de DD.HH. garantiza que cada miembro de la comunidad tenga una voz real dentro del órgano decisor.

Democratizar la justicia no es solo fomentar la elección popular de los magistrados: es superar esa infranqueable barrera de clase y activar la recíproca comunicación entre recla-mos ciudadanos y respuestas judiciales. Si el tránsito hacia ese horizonte llamado justicia queda reservado para privilegiad*s, la forma-ción universitaria resulta trascendental para la destrucción de estos obstáculos, activando la real participación de las minorías en la construcción de una sociedad más igualitaria, desde el Derecho.

7- Aunque recientemente la Cámara Federal de Apelaciones de Resistencia, con grandes argumentos democráticos, revocó el procesamiento de Félix Díaz y su esposa, Amanda Asijak, pertenecientes a la etnia Qom, procesados y embargados (hasta $300) por el juez federal de Formosa como coautores del delito de entorpecimiento de transporte por vía terrestre previsto y reprimido por el art. 194 del Código Penal, por una manifestación ocurrida en Formosa en 2010.

8- La Sala II de la Cámara Nacional de Casación Penal en la causa “G., H.H., s/ recurso de casación” absolvió a un desocupado, que había sido condenado por el titular del Juzgado Nacional en lo Correc-cional nro. 6 a quince días de prisión en suspenso por haber intentado apoderarse de dos piezas de carne tipo palomita del interior del Supermercado Día de Avenida Cabildo en 2008

9- La Corte Suprema de Justicia de la Nación en abril pasado, revocó la sentencia del Superior Tribunal de Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y, en consecuencia, ordenó al gobierno local que garantice a una madre y su hijo discapacitado, que se encontraban en “situación de calle”, un aloja-miento con condiciones edilicias adecuadas en la causa “Q. C., S. Y. c/ Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires s/ amparo”.

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Enrique A. Rodríguez

Haciendo zapping después de almorzar en plenas vacaciones de verano, uno no espera encontrar en la tv algo que le cambie la vida, que le signifique un hiato en su haragana rutina. Ni siquiera tanto. Uno no es-pera escuchar de la boca de nadie una frase que provoque ni por error una sinapsis: sean periodistas o pseudo figuras del espectáculo lanzadas a la costa atlántica con el fin de despre-ciarse un poco menos a base de aplau-sos sonámbulos para virtudes dudosas.

Por eso, contra toda expectativa escuché a Carlos Perciavalle regocijar-se de la vida desde su lujoso chalet de Punta del Este, rodeado por algunas hectáreas de jardines meticulosamen-te cuidados. Mientras contaba cómo una de esas señoritas que se ganan el pan agigantando (a la vez que adies-trando) nuestra ilusión de “la-mujer” en las pantallas y las pasarelas le había regalado un simpático perrito,

le oí decir a Perciavalle -sus cabellos pintados color fucsia-: “soy feliz porque me encuentro en el lugar en el que quiero estar”.

Esto de representar a la felicidad como un lugar siempre me pareció terriblemente fructífero dado que los hombres somos seres “espaciales”. Con ello me refiero a que ocupamos un lugar en el espacio, y por ello mu-chas veces, para concretar nuestros anhelos, necesitamos movernos. La idea puede parecer un tanto ingenua a primera vista, pero ¿no tenemos todos más o menos en nuestra cabeza esa típica representación del sabio oriental capaz de pasar horas y horas meditando, en un mismo lugar, a me-nudo con el pelo y las uñas crecidas por el paso del tiempo? ¿Necesitan ellos moverse para obtener lo que buscan?

Claro que en seguida uno podría objetar “hay lugares que son menta

les” –por llamarlos de algún modo- “pues si soy escritor y mi felicidad pasa por escribir historias o poemas, podría ser feliz incluso en una cárcel”. Bien, concedido. No interesa abrir aquí una discusión sobre la utilidad o el sentido de la dicotomía cuerpo-alma. Pero lo que sí me interesa resaltar es que concebir a la felicidad como un lugar nos recuerda que somos cuerpo, y que nuestra palabra se emite desde un cierto “soporte” sin el cual no podría existir.

Pero tampoco quisiera comenzar por el final, muchas veces para com-prender por qué sostenemos y nos alegramos cuando adoptamos nuevos puntos de vista, es necesario primero advertir qué manera de ver el mundo es la que queremos dejar atrás, como esas serpientes que mudan toda su piel transcurrido cierto tiempo.

Lo que podemos llamar “el proble-ma de la felicidad” es tan viejo como

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el hombre mismo pues ¿quién podría afirmar que no quiere ser feliz sin ser considerado un loco? No obstante, hubo una época en la historia de la filosofía en la que este problema se volvió central, acuciante.

El modo habitual de presentar al epicureísmo como doctrina deriva de un análisis contextual de la situación política griega en tiempos de Filipo y su hijo, Alejandro Magno (segunda mitad del siglo IV a.C). La expansión de los dominios greco-macedonios a través del discutido “ideal” cosmopo-lita de Alejandro, significó el inicio de relaciones inusitadas, sobre todo con el Oriente, específicamente en el Asia menor. La apertura de rutas comer-ciales puso en contacto a diferentes ciudades y a su vez generó cierto grado de dependencia (principalmen-te económica). Pensemos aquí en la Alejandría egipcia, uno de los centros comerciales y culturales más impor-tantes del nuevo imperio, el llamado “granero del mundo antiguo”. A esto debe sumársele la fuerte figura de Alejandro, que se asemejaba en todo a un gran emperador y que a su vez se proclamaba “Hijo de Zeus” con la connivencia de los oráculos más respetados de su tiempo. Su política conquistadora arrasó en la práctica con cualquier afán democrá-tico o principio político inculcado por su ilustre preceptor, Aristóteles y lo ubicó más cerca de la figura de tirano que de la de monarca. Su muerte azarosa (que por cierto muestra lo precario de toda nobleza) no cambió demasiado la situación: los atenien-ses humillados por los “bárbaros” macedonios vieron en 322 a.C la oportunidad de recuperar la gloria perdida frente al invasor “bárbaro”. Fueron derrotados y todo empeoró. La ciudadanía fue restringida median-te decreto a aquellos que pudieran demostrar una fortuna superior a los dos mil dracmas. Se especula que con esta medida la mayor parte de la población quedaba excluida del gobierno. La distinción entre ricos y pobres recrudeció.

Lo que había muerto junto a los soldados de Queronea era todo un concepto político de organización social, nuevamente la república era asediada por la tiranía (como en tiempos de Platón). Los destinos de

los “ciudadanos” eran digitados por manos ajenas y esto sin duda dañó el tradicional sentimiento de comuni-dad presente en la polis. Las ciudades perdieron en definitiva su autarquía y oscilaron entre el capricho ajeno (extranjero-bárbaro) y el puro azar de los tiempos (según Demóstenes las asambleas sólo funcionaban para solucionar problemas cotidianos de medianeras o cursos fluviales). La inseguridad se volvió norma.

La respuesta a esta situación no fue el caos (por lo menos en lo que concierne a la reflexión teórico-filosó-fica) sino que se encaminó a una sali-da que puede calificarse de modo no peyorativo como individualista. Bien puede decirse que esa autarquía per-dida por el Estado pasó a buscarse en la armonía de la propia “alma”-psyché. Las corrientes más importantes de la época, el epicureísmo, el estoicismo, el escepticismo y el cinismo se volcaron a la persecución de un ideal de felici-dad basado en la autosuficiencia, es decir, en la independencia del espíritu respecto de todo lo que sea exterior. No parece ser un movimiento extraño en épocas en que todo lo exterior y ajeno se muestra como amenazan-te o por lo menos incierto, ni sería correcto desvincular completamente esta situación con la actualidad que atravesamos en nuestras sociedades industriales contemporáneas, pense-mos por ejemplo en la proliferación de “maestros” o “profetas” del estilo Ravi Shankar que lanzan sus doctri-nas de salvación hasta los livings de nuestras casas.

Si la polis había sido una especie de fortaleza amurallada que aseguraba a sus ciudadanos la persecución de sus fines en armonía y en comunidad, ahora ese mismo afán quedaba res-tringido a la soledad de la propia alma lanzada a la especulación racional, como mucho junto a un manojo de amigos. Para los epicúreos en concre-to, la república fue reemplazada por el Jardín del maestro y la felicidad sos-pechada de esconderse en un rincón más modesto y cercano.

Los detalles de esta concepción del hombre y de cómo debiéramos vivir si queremos asegurarnos una existencia tranquila y placentera, serán el objeto de nuestro próximo encuentro.

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El festival que tuvo lugar el miér-coles 23 de enero con motivo del cum-plimiento de un año de toma de la fábrica (más otros cuatro meses desde el cese de pago de sueldos) fue un éxi-to rotundo si consideramos sus fines inmediatos: recaudar fondos para el sostenimiento de las familias de los trabajadores, a los que se les adeudan hasta cincuenta mil pesos; reparar máquinas esenciales para reactivar la producción, y también poner de manifiesto que la lucha se mantiene en pie contra todo tipo de obstáculo imaginable. Estos trabajadores –que comenzaron siendo una veintena y fueron mermando en número debidoa la necesidad imperiosa de generar algún ingreso mientras se encuentran completamente desamparados, aban-donados por sus empleadores (Jorge Escavuzzo, Abel Amaya, incluyo sus nombres por si alguna vez se cruzan porel camino de alguno)-

No hay duda alguna de que los re-flectores hoy destinados, apenas a unas cuadras de la papelera, a iluminar un costoso Quijote de lata articulado por la excentricidad de Regazzoni (quién por otra parte ha contribuido por un módico precio a engrosar el capital cultural de algunos snobs locales) debieran apun-tarse al edificio de la fábrica, para que ya nadie pueda desentenderse de lo que allí está pasando.

La situación es tan sencilla como compleja, porque así de contradictoria es nuestra organización social. Por un lado,

Sólo ellos, y el grupo de movimientos sociales, partidos políticos y sindicatos que acompañaron el reclamo irrevoca-blemente desde el comienzo (Partido Obrero-UJS, ATE-CTA Germán Abdala, concejales del FAP, Juventud Radical, Fecootra, APDH), son los responsables de que hoy exista una cooperativa de trabajo llamada “Pachi Lara”. Sólo por no haber dado por muerto lo que no estaba muerto (demostrando claramente que lo que tuvo lugar allí fue un “lockout” pa-tronal y que la fábrica es rentable, hecho que ha sido refrendado con la propuesta de la UNICEN de trabajar junto a los papeleros para estudiar el mercado po-tencial de sus productos con un equipo de especialistas). Del otro lado, del lado del capital, están los patrones: Scavuzzo-Amaya y por supuesto, la ley. Fue larga la historia con la Justicia. Idas y venidas burocráticas para declarar la quiebra de la Sociedad Anónima (audiencias

LA LUCHA DE LOS PAPELEROS DE AZUL PARA RECUPERAR SU FUENTE DE TRABAJO

La ciudad de Azul muestra en su composición social una dicotomía propia de cualquier poblado nacido del patrimonio de grandes terratenientes: por un lado

la ostentación desenfadada de los que más tienen -agrios agrarios que, en verano, se pasean en cuatriciclos por el asfalto-; por el otro, la sumisión inveterada de los que menos, acostumbrados a recibir órdenes sin que medie reflexión alguna. No obstante la papelera, hoy Cooperativa “Pachi Lara” –nombre adoptado en honor

a un compañero de la planta que en la desesperación de no poder proveer a su familia optó por quitarse la vida- aparece en este contexto como un entre-lugar,

como un espacio alternativo en el cual se cocina a fuego lento una nueva manera de comprender las relaciones del hombre con el hombre.

Enrique A. Rodríguez

son hoy los verdaderos quijotes de esta “Azul: ciudad Cervantina”. Ellos sostie-nen su lucha -son curiosos los caminos del Señor- en las mismas instalaciones donde funcionara un viejo molino del siglo XIX “La estrella del Norte”.

trece trabajadores resistiendo para re-cuperar lo que en algunos casos ha sido su única fuente de trabajo en sus vidas (algunos empleados cuentan con más de treinta años de servicio), peleando todos para sentirse nuevamente dueños de sí mismos, viviendo del producto de su esfuerzo y ya no de la limosna munici-pal –porque otra cosa no representa el pobre subsidio de mil trescientos pesos que se logró arrancar a la versión local del paquete Nac & Pop, luego de varias manifestaciones y presencia militante en las sesiones del Concejo Deliberante-

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que probablemente no hubieran tenido ningún éxito de no haber sido acompa-ñadas por organizaciones sociales, par-tidos políticos y vecinos comunes –estos últimos los menos). A mitad de año aproximadamente, hubo una designa-ción de un “administrador judicial” para que constatase la situación en la que se encontraba la planta, es decir que el lugar se mantenía en pie solamente por el esfuerzo y la presencia permanente de los trabajadores (no faltaron las ame-nazas de desalojo y la presencia policial), con la intención de que fuera puesta en funcionamiento con la participación de un delegado patronal. Proyecto que quedó finalmente trunco, por fortuna.

La quiebra fue declarada en Noviem-bre y significó un paso gigante en el camino a la expropiación, aunque hasta el día de la fecha no se haya concretado. Grandes dificultades deben ser sortea-das aún: la ley de quiebras contempla la herencia de las deudas contraídas por los patrones, por lo cual la cooperativa antes de comenzar a funcionar ya se encuentra en déficit. La compañía eléc-trica local “CEAL”–que había prometido a través de la figura de su presidente que proveería el servicio dadas las circunstancias tan especiales- hoy sólo atina a reclamar lo que se le debe como cualquier compañía. Claro,

MURGA PURGA

Como cronista de Otro Viento, como ex vecino de la ciudad de Azul, me adentro en bicicleta por la calle Laprida en el barrio donde se asienta la Papelera. Me encuentro a pocos metros de la costanera, desde donde se puede apreciar el curso –a veces pacífico, otras no tanto- del arroyo Callvú Leovú. Pienso dos cosas:

1) Las tres inundaciones que sufrió la ciudad fueron capaces de despertar el sentimiento de solidaridad de la comuna casi de modo automático, in-cluso a la distancia fue causa común reclamar al Municipio para que to-mara cartas en el asunto, que hiciera lo que tuviera que hacer (se percibió como una responsabilidad natural,

como una obligación política). En cambio un reclamo justo, razonable, por la restauración de la fuente de trabajo y el sustento de trece seres humanos ha tardado un año en calar en el ánimo de los azuleños – y no de todos, claro. Surge la pregunta necesariamente:

2) La tierra seca de chupar puro sol de enero y el pedregullo rebotando contra las gomas, mientras esquivo algún que otro pozo, vuelven a esa calle metáfora. Uno advierte que se adentra en otro lugar. Porque para ello se emplea un camino poco transitado, de un barrio que perte-nece a otra gente; gente que raramente uno tendría la chance de cruzarse por el centro comercial si no fuera por el bona-partismo de alguna gestión municipal en un esfuerzo patético de conciliar diferencias materiales cediendo algunas veces al año un espacio geográfico a la cultura popular (se han festejado allí los carnavales de febrero siempre y cuando las buenas señoras no se quejen lo sufi-ciente de los ruidos y los desmanes).

El cartel en la esquina, casi como en los dibujos animados, anuncia “fábrica tomada” y apunta (tiene forma de flecha, de las que usaban los pueblos originarios que vivían también en el Azul cerca de esa zona, pero del otro lado del arroyo) hacia la entrada principal de la papelera. Allí, un militante del PO me recibe con una caja en forma de alcancía, “es a colaboración”. Del otro lado nomás ya se amontonan las bicicletas, atadas en las columnas de la galería de lo que alguna vez fuera, especulo, la admi-nistración del lugar, o alguna oficina. Allí mismo funciona también el baño común. Me asombra la cantidad de gente presente, y también el clima, el aire está inusitadamente cálido para esa hora de la tarde, aunque sea ve-rano. Me figuro que hoy el clima y la

gente han hecho causa común, el calor se debe al deseo compartido de que este lugar se ponga finalmente en funcionamiento,

A unos metros del galpón principal donde ya tienen lugar las primeras manifestaciones artísticas (actuacio-nes de clowns, malabares y acrobacias sobre telas) un histórico vecino del Azul es quién primero merece mi atención. Silencioso como un sabio oriental, los trazos que surcan su rostro no pueden ser otra cosa que tiempo bien masticado. Es Tello, astró-nomo aficionado que amablemente cede su telescopio a niños y adultos, calibrándolo a cada momento para que puedan aprovechar la oportuni-dad de cielo despejado y así observarla luna y, un poco más alejado, a Júpi-

ter con sus cuatro satélites. También para que vean “las imperfecciones de los astros cuya constatación casi le costaron la vida a Galileo”, bromea.

Mientras compro algo para tomar en la cantina papelera, instalada en el galpón principal, comienza a emerger de entre el público una cuerda de candombe. Confirmo con gratitud que dos de sus integrantes son viejos conocidos; siento que estoy en el lugar correcto, en el momento indicado (aunque no puedo probarlo) pero ¿dónde podría uno sentirse más a gusto que entre gente que se mueve por repudio a la injusticia? La secciónrítmica se despide aplaudida luego de dos números y comienza a caer la noche. La claridad de la luna es ahora la responsable de las sombras en el suelo, fuera del galpón principal.

En la vida de un hombre cada uno de sus actos no responde a un solo principio ético (quien pueda autopro-clamarse coherente absoluto simple-mente no ha sido todo lo auto-crítico

¿qué esperabas? ¿Compasión? ¿Compar-tir el pathos? ¿Acaso somos todos seres humanos? –“¡Voy cumpliendo como puedo, yo trabajo acá!”.

¿Conmueve más lo que es de algún modo “inevitable”, en este caso una catástrofe natural, que lo que puede ser resuelto por nuestras propias manos? ¿Qué grado de cinismo es necesario para responder que sí? ¿Nos une el espanto frente a una desgracia de origen natural y no obstante permanecemos inmuta-bles ante un hecho de injusticia, que no hay duda, es del orden de lo político-artificial, y por ello –uno creería- más sencillo de solucionar?

y el asunto de la papelera sea a la vez, una especie de mal sueño del que se ha despertado y también ejemplo de lucha, organización y perseverancia para todos aquellos que alguna vez se encuentren en la desafortunada situación de perder su fuente laboral en este país.

Reímos, porque es una noche pensada para reafirmar derechos, sí, pero también para olvidar un poco el malestar.

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que debiera). Aquí cada persona, cada grupo tiene también sus propias convicciones políticas y entiende el conflicto desde su propia ideología. En esta lucha reúnen esfuerzos desde enero del 2012 militantes trotskistas, jóvenes radicales, dirigentes del FAP, filo peronistas y hasta pasó algún partidario K pseudo-desencantado. Sin entrar en más detalles, podría decir que ver tanta heterogeneidad hace sentir inadecuada una caracte-rización de lo real que pueda trazarse desde cualquier tipo de pensamiento binómico. No obstante,

Los representantes de las distintas fuerzas políticas toman la palabra para saludar la lucha, refrendarla y detallarla para los menos enterados. Se cuentan entre los asistentes varios representantes de las diferentes co-misiones vecinales de Azul. Esta vez el festival (que es el tercero o cuarto) parece haber adquirido genuino carácter comunitario. Es emotivo el instante en que el presidente de la Cooperativa “Pachi Lara” –Elisen Pe-reyra- toma la palabra (como tantas otras veces en las asambleas, decla-raciones a la prensa e intervenciones frente a la Justicia) y asegura:

Antes de que comience el mo-mento destinado al canto folclórico a cargo de un artista local (todos los artistas son azuleños solidarizados con la lucha) tiene lugar un hecho inesperado, al menos para mí. Al ritmo de tambores, bombos y platillos se abre paso por la entrada principal una murga compuesta de una treintena de personas. Al punto advierto que es una de las murgas que se encontraban ensayando en el barrio, preparándose para los carnavales de febrero (corsos 2013). Así se sella, espontáneamente, el carácter netamente popular del evento y se percibe en el aire que el camino elegido es el correcto: cooperativa de tra-bajo independiente del estado nacional, provincial o municipal. Autogestión para asegurar horizontalidad en un ámbito de esta índole.

El ritmo es en verdad atronador, apenas permite intercambiar pala-bras con otro por más que se encuen-tre al lado. Así siento en propia carne lo que me dijera un amigo músico: “En los tiempos en que no había electrici-dad, la manera más común de hacer oír la música era tomar algo que re-sonara mucho y golpearlo con ritmo”. Idea que evoca también la sentencia de Sábato quien dijera que “la primera manifestación artística del hombre debe haber sido el baile, expresión corporal del ritmo”. Es en verdad increíble el hipnotismo que puede provocar la repetición de un patrón sonoro ¿qué ritmo se habrá trabado en la cabeza de los funcionarios muni-cipales que juegan a ser ciegos sordos y mudos frente a este problema políti-co y social, de gran envergadura para una ciudad como Azul?

Reanudado el orden del programa aparece en escena “la voz de la tierra”, la afirmación de ese tan complicado de probar “ser nacional”. Complicado porque es difícil pensar que colores de banderas, de piel, límites y fronteras puedan separar de tal modo a los hom-bres, como si con esas contingencias se corrompiera la esencia, implantando en

parece ser deseo humano desterrar toda contradicción para reemplazarla por un orden inmaculado, sólo que de nuevo, to-dos discrepan acerca de la naturaleza de las manchas. La vieja historia de la doxa versus la episteme, la opinión contra el conocimiento, sin resolver.

“La papelera se pondrá en marcha, aunque a algunos no les guste”. La aclaración no es exagerada, estamos en una ciudad que se precia de despreciar las fábricas “para que no se acaben las sirvientas”. Agrios agrarios.

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su lugar algún recuerdo esquivo, mítico-originario:

Acto seguido los más jóvenes participan interpretando canciones de contenido social -¿”de protesta” se dice?- apoyados en una estética rockera que es quizás el destino de una generación criada en los 90 y que intentó escapar de las fauces de la in-dustria cultural de “un dólar, un peso”. “5 litros” en formato dúo batería y gui-tarra, repite el punzante y provocador estribillo “Chávez, Chávez” en un con-texto más que adecuado; “Vengadores de Tupac” lo sigue con una alineación tradicional de rock eléctrico. Lanza poderosos riffs que reverberan en los techos de chapa del galpón de la fábri-ca. Hacen honor a su nombre a través de las letras de sus temas.

Ya sobre el final de la noche, los encargados de poner los cuerpos en movimiento son “Los caballeros del ritmo” que interpretan varios clásicos de música tropical con evidente pa-sión. Escucho a unos metros a dos per-sonas discutir acerca de la legitimidad de este tipo de música, sus argumen-tos dan cuenta de que ellos también se dedican a este arte. Uno piensa que para tocar y tener una banda hay que estudiar, “pelarse el culo en la silla”, hablando mal y pronto. El otro está de acuerdo, pero advierte que no todo el mundo tiene la misma chance de es-tudiar un instrumento, mucho menos de aprender a leer lenguaje musical y rescata la forma singular que ha desarrollado la cumbia en nuestro país. Inspirándose en ritmos de los trópicos ha incorporado una serie de texturas y sonidos especiales merced a la introducción de sintetizadores y baterías electrónicas, recursos típicos de bandas como “Damas Gratis”, y eso “aunque no te guste, lo vuelve particular”. “Claro, pero no lo hace bueno” responde el antagonista. Las diferencias se diluyen amistosamente gracias a la cerveza compartida, pero como en cualquier discusión humana, es claro que ambos siguen pensando lo mismo que al principio.

Varios papeleros tienen entonces la chance de poner a un lado tanto tiem-po de reclamos escuchados a medias y negociaciones frías, para perderse en el regocijo universal de miradas intercambiadas entre hombres y mujeres. Como si nada malo pasara, como si el tiempo pudiera detenerse allí mismo.

El festival se extendió hasta prime-ras horas de la madrugada, dejando un saldo favorable a la causa papelera y sirviendo como bocanada de aire fresco en medio de una realidad social asfixiante. No sé por qué me resue-nan aún otras palabras de mi amigo músico: “El arte libera al hombre” me dijo, y yo, escéptico le respondí (por-que él estaba allí presente, no lo había mencionado) “puede ser”. No quiero ponerme a discutir en ese momento sobre arte y determinación económi-ca, porque no viene al caso.

Pienso que todos los asistentes al festival podemos estar de acuerdo en una cosa, apoyamos esta lucha por una razón esencial: es justa, pero tam-bién porque no se ha dado el brazo a torcer ni en el peor momento, incluso

con fallos judiciales en contra que pri-vilegiaron el derecho a la propiedad por sobre el derecho al trabajo; con vecinos del Azul opinando desde la más completa y desembozada igno-rancia que Pachi se quitó la vida por cobardía; porque se atravesó lo peor con éxito inusitado en esta región de indiferencia sojera, de cultive-lo-que-quiera-como-quiera-y-mañana-vemos-si-queda-algo-para-el-futuro.

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como si ladrones y explotadores “cipa-yos” se pudieran contar sólo entre una verdadera nación de piratas como la inglesa, y no los hubiera a la vuelta de la esquina, o formando las filas contables de un municipio perdido en la provincia de Buenos Aires.

Allí sólo veo seres humanos que necesi-tan una salida concreta a un problema que los aqueja hace año y medio y que ningún Estado ha siquiera esbozado intención de resolver. Hoy su salida se lla-ma “cooperativa Pachi Lara” –saludada enfáticamente desde Neuquén a través de un comunicado por ese otro ejemplo de autogestión obrera: la cerámica recu-perada “Zanón”.

Todos los asistentes, lo sé, se llevan tam-bién una certeza: los papeleros no tar-darán en poner en marcha la fábrica. Si han llegado hasta acá es porque tienen lo que se necesita para hacerse respetar como seres humanos. Mientras tanto muchos otros, que les dan la espalda, celebran obtusamente el modelo oficial de limosna transgénica yfilantropía hipócrita.

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Al respecto, siempre noté con preocupación que el común de la gente no comprende qué ocurre con los trenes. Y tiene su explicación: el sistema ferroviario es un enmarañado de concesiones, sociedades mixtas y jurisdicciones superpuestas en el que resulta difícil delimitar responsabili-dades. Veamos un ejemplo: el servicio Constitución-Bahía Blanca por vía Lamadrid es operado por Ferrobaires (Gobierno de la Provincia de Buenos Aires), y en su derrotero utiliza vías de UGOFE (Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia), de Ferro-sur Roca (cargas) y de Ferroexpreso Pampeano (cargas). Al servicio lo de-bería controlar la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (orga-nismo descentralizado de jurisdicción nacional) pero, ésta aduce que la responsabilidad es provincial. A su vez, la Provincia acusa a Ferrosur Roca del mal estado de las vías y a UGOFE por retrasarle el ingreso a Buenos Ai-res. Ferroexpreso Pampeano acusa a la Nación por no absorber los calamitosos servicios de Ferrobaires ya que el mate-rial rodante utilizado pone en riesgo sus operaciones. ¡Qué quilombo! Mientras tanto, entre acusaciones mutuas, el servicio se degrada día tras día. Y a todo esto se suma la opinión del pasajero que es rehén de ese tira y afloje.

El presente nos halla con un ferrocarril inconexo y reducido a pequeñas unidadesde negocios o pequeñas “unidades

básicas” rodantes. Los de carga, andan por donde pueden y atienden clientes,siempre y cuando, cierren los números. Algunas líneas se desarrollaron con firmeza, mientras otros ramales viven en la vulnerabilidad y, ante el primer puente caído, perderán el tráfico para siempre. Los de pasajeros de larga distancia (sobrevivientes al devastador 10 de marzo del ’93 a partir del cual, la empresa estatal en proceso de liquida-ción Ferrocarriles Argentinos, deja de correr los servicios de larga distancia, dejando de esta forma aislados a cientos de pueblos) se arrastran por vías mal mantenidas y seducen pasajeros con tarifas bajas o con el simple encanto de andar en tren. Y finalmente los urbanos apenas pueden atender la demanda actual, y hasta son reemplazados por colectivos... ¡Cosa de locos! Por lo general, los medios masivos se ocupan de estos últimos. Es que casi el 100% del movi-miento ferroviario de pasajeros está centrado en el Gran Buenos Aires.

Cuando asumió el Frente para la Victo-ria en 2003, tuve la esperanza de que

“El tren es un desastre” comentaba una pasajera indignada a bordo del tren a Bahía Blanca, un 15 de enero de 2013. Bueno (pensé), eso depende desde dónde

se lo mire. Quizá el problema del tren es que “está hecho un desastre”. Quitando esa cualidad -asignada por un presente adverso- es el mejor medio de transporte

terrestre. Algún día, tarde o temprano, lo viviremos como tal.

Tal es así que cuando la Presidenta de la Nación dijo “hemos renovado la totali-dad de las vías del Ferrocarril Sarmiento” pudo haber ilusionado a algún paisano de Realicó, Toay, Carlos Tejedor o General Acha, pero no, claro, se refirió a la línea urbana, como si después del municipio de Moreno esas vías pertenecieran a un mundo aparte.

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La fiesta empresarial-gubernamental-sindical terminó de la peor manera, y allí finalmente se destapó la olla, después de años de denuncias desoídas. La desidia de TBA se hizo pública por decantación.

Quizá deberían existir dos juicios distintos: uno por el choque concreto, y otro por la malversación del erario público. Comprobar que funcionarios del gobierno -designados a delinear el futuro del ferrocarril en Argentina- eran lisa y llanamente amigos de TBA, sería la metáfora perfecta de un crimen agrava-do por el vínculo.

(por fin) el Estado Nacional absorbería total de las empresas concesionaras deturno, o al menos las tres peores: Me-tropolitano, TBA (Trenes Buenos Aires) y ALL (transporte de cargas). Con los años, se cumplió parte del deseo con Metropolitano (líneas Roca, San Martín y Belgrano Sur) pero increíblemente no ocurrió lo mismo con TBA y ALL, aún cuando éstas operaban el peor servicio de la historia ferroviaria argentina, y aún cuando el propio gobierno había creado la ADIF y la SOFSE, dos socieda-des del Estado listas para administrar y operar las líneas que se les asignen. Los años pasaron y así el colapso golpeó las puertas.

Sería difícil hallar en la historia argentina una tragedia tan largamente anunciada como la del 22F. Quienes seguían de cerca el accionar de TBA (empresa concesionaria de las líneas urbanas Mitre y Sarmiento), sabían y aseguraban que “algo ocurriría” tarde o temprano. Hasta hubo una agrupación de “usuarios desesperados del Sarmien-to” (FUDESA) que denunció con lujo de detalles las aberraciones del servicio. Las condiciones estaban dadas, y no había que ser experto para advertir sobre cuestiones básicas: la infraestructura y el material rodante estaban colapsados, y TBA optaba por poner pantallas de -LCD en sus coches, en vez de cambiar eclisas rotas,reparar barreras o reempla-zar compresores.

El 22F fue apenas “el detonante” de dos décadas de negociados, en donde primó el enriquecimiento frente a la inversión. O mejor dicho, primó la inversión en colectivos y negocios particulares con el dinero desti-nado al ferrocarril. Es así que la tragedia de Once “sirvió” para desbaratar el negociado de TBA y sus cómplices.

Algunas veces escuché decir que “los trenes no avanzan por las trabas que impone Moyano”. Sin embargo, el día a día nos demuestra que las trabas del ferrocarril vienen desde adentro, desde el burócrata a cargo de su desarrollo hasta el sindicato que apoya y festeja los negocios fraudulentos. Todo se planifica lejos del usuario, en cómodas oficinas llenas de gente que viaja en autos modernos y veranea en avión.

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Por lo pronto sería muy ambicioso creer que el discurso cambiará, y tal vez nos acostumbremos a escuchar a los cóm-plices y culpables llorar y echar culpas, disfrazándose de víctimas.

Federico Vallés

La historia de TBA es particular, era una empresa que gozaba de un inexplicable bienestar mostrándose de la mano de las autoridades nacio-nales. La mismísima Presidenta de la Nación indicó que “no sabía” del estado de los servicios urbanos del Mitre y el Sarmiento antes del accidente. Quizá subestimaron la desinversión creyen-do que, mal que mal, los trenes “eran despachados” cada mañana y, amén de atrasos o descarrilamientos, la cosa no pasaría a mayores, mientras el sistema de ómnibus urbanos crecía a costa de un pésimo servicio ferroviario. Las cosas no ocurrían porque si. El asunto es que estas malas amistades (desarrolladas sin ningún tipo de discreción) siste-máticamente burlaron a los usuarios desesperados y a mucha gente que, de buena fe, intentaba advertir sobre una tragedia inminente.

Finalmente otra parte de la esperan-za que tuve en 2003 se vino a cumplir nueve años más tarde, con el quite de concesión a TBA (51 muertes de por medio) y un plan de obras más que necesario. Aquí vuelve la gran discusión política sobre si está bien o está mal lo que se está haciendo. Al respecto, hace algunos días me encontré en la calle a la esposa de un empleado de EMFER (Em-prendimientos Ferroviarios, empresa asociada a la ex TBA) que leyó una nota

Con todo esto a la vista, costaba creer que el Estado Nacional pretendiera ser “quere-llante” cuando sus máximas autoridades un día antes se ocupaban de “cajonear” las denuncias del mal desempeño de TBA.

mía y me recalcó con un cierto tono de reclamo: “se están haciendo cosas. ¿Sabes lo qué pasa? No podes pretender que se haga todo junto”. Y sin querer esta señora dio en la tecla.

Sin embargo aquí estamos, con un sistema ferroviario que apenas puede atender la demanda. Hoy, a 20 años de la desaparición de Ferrocarriles Argentinos (¡Volvé, te perdonamos!) nos tuvimos que habituar a pagar fortunas en la terminal de ómnibus para ir a visitar a nuestra tía de Corrientes, o a despachar cargas por camión a costos altísimos (ni me gasto en nombrar el ín-dice de accidentes de tránsito que creció tanto como las cuentas bancarias de los Cirigliano) o, a viajar de Once a Moreno en algo parecido a una lata de sardinas rodante que fue reparada, destruida, re-acondicionada, quemada, reconstruida, repintada y vuelta a reparar infinidad de veces pretendiendo que su desempe-ño sea el de fábrica.

Quizá el quid de la cuestión de todo esto es “lo que se dice” frente a “lo que se hace”. Si nuestros gobernantes nos contaran una pizca de verdad de porqué “el tren es un desastre”, posiblemente comprenderíamos ciertas dilaciones y hasta podríamos ver con mejores ojos las cosas que si se hicieron, o mejor dicho, los parches -más que necesarios- que se aplicaron.

Yo habitualmente me enojo porque, jus-tamente, comprendo que efectivamente no se puede hacer todo junto, con lo cual tuvimos diez hermosos años para haber hecho todo de a poco, y no pretender hacerlo en tres meses. Desde luego que está bien reparar el Mitre y el Sarmiento, pero si las cosas se hubiesen hecho bien, hoy día podríamos haber destinado ese dinero en tener un buen tren a Mar del Plata, Córdoba y Mendoza, por ejemplo, o haber extendido y desa-rrollado las líneas del Gran Buenos Aires y el Subte, o haber renovado líneas estratégicas para el transporte de carga.

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Hay frases que se ponen de moda o, mejor dicho, frases que son “comunes” de escuchar, o que es adecuado decir en alguna circunstancia. Cuántas veces hemos oído (sobre todo en el ámbito educativo) frases como: “Estos pibes no saben nada”, “No les interesa la escuela”, “No quieren apren-der”, “No les da”, etc.

Es cierto que el trabajo docente puede resultar agotador ya sea por la cantidad de actividades que debe realizar el docente (preparar cada clase, corregir infinidad de trabajos y exámenes, planificar, etc) y además por las vicisitudes que nos presenta el sistema económico y político, pero también es común ponerse en el lugar de cuestionamiento hacia el otro cuando en realidad, como docentes o simple-mente como seres humanos, deberíamos replantearnos qué estamos haciendo o que NO estamos haciendo para motivar a esos pibes. ¿Por qué a algunos no les interesan ciertas clases o no se entusiasman con ciertos temas? Buscar estrategias, actividades, recursos es también parte de la tarea docente y es algo muy importante para esa labor. Pretender que los chicos se interesen por el Mío Cid, las tablas de multiplicar, la Revolución Industrial o por cómo se compone una célula, no es algo natural ni sencillo y debe ser un trabajo que lo lleve al docente a replantearse, cuestionarse, investigar, abrirse a otros caminos y otras estrategias para enseñar con agrado y motivación. Sería interesante que logre captar el interés de los chicos acer-cándoles otros productos culturales que no se encuentren en su vida cotidiana, atender a las reacciones y respuestas de éstos para trabajar con ellas y para ellas.

Tildar a todos los jóvenes de que “no saben nada” puede ser reduccionista, generalizador y negativizador. Ellos opinan, comentan, tienen posicionamientos (también estaría gene-ralizando si digo que todos los chicos opinan o cuestionan, siempre es mejor hablar de casos particulares). Cuando algún alumno pregunta: “Profe, ¿qué opinás del aborto? ¿Y del matri-monio gay? ¿Te parece bien el uso de las netbooks en las escue-las? (efectivamente son preguntas que escuché de algunos

alumnos) es positivo y enriquecedor. Y no sólo de temas controvertidos que pueden circular más en los debates familiares o en los medios masivos de comunicación, sino también otras temáticas referidas a cada materia en particular o a la escuela, como por ejemplo charlar sobre las elecciones del centro de estudiantes. Pero no sólo pregun-tan, también dan a conocer su opinión de una manera inocente pero a la vez comprometida, sin importar el juicio que tengan los docentes sobre lo que expresan y sin necesi-dad de fijarse si los juzgan, los encasillan o los “apuntan con el dedo” por lo que dicen. En muchas ocasiones deberíamos aprender de los chicos.

Pensar que los docentes imparten clases para seres que no saben nada, que están vacíos y que solo el docente es quién coloca conocimientos en sus mentes, es un mensaje totalmente tradicionalista y que ha quedado varado en la historia de la conformación del sistema educativo. Ellos también aportan cosas muy interesantes, nos enseñan, nos divierten y nos hacen reflexionar sobre muchos temas. Es una relación mutua dónde tanto el docente como el alum-no intercambian conocimientos. Lógicamente el docente maneja una rama del saber como experto y profesional pero los aportes que pueden realizar los chicos son muy alentadores.

Además pueden aportar algunas cosas que el docente no tenía en cuenta o no le interesaba incluir en el progra-ma por ejemplo, pero a partir del planteo de algún alumno es interesante que el docente tome esa intervención y pueda hacerla funcionar.

En fin, si se les da lugar, los chicos pueden sorprender con sus planteos y reivindicar su lugar como estudiantes. A pesar de los juicios que recaen sobre ellos y de las frases estigmatizadoras que puedan circular por la sociedad, ellos también pueden “pensar” como los adultos. Ellos opinan, saben, debaten, piensan, preguntan, plantean, proponen, eligen. Ellos también.

“Mi gloria es vivir tan librecomo el pájaro del cielo;No hago nido en este sueloande hay tanto que sufrir,y nadies me ha de seguircuando yo remonto el vuelo”. José Hernández, Martín F ierro.Camila Grippo

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tiempo pasó y nuevamente la desidia e inactividad por parte del gobierno provincial fue la única respuesta.

Aún así los estudiantes no bajaron los brazos: durante el 2011 las protes-tas continuaron y pese a tener cada vez mayor convocatoria, nunca hubo respuestas y el proyecto “CITA” quedó en la mismísima nada.de institutos terciarios y de artística”.

El académico responsabilizó como posible autor del retroceso de la enseñanza artística a la Ley de Educación Nacional (sancionada en 2005 durante la gestión del ex –presi-dente Néstor Kirchner) que propone la misma política que la ley Federal de educación del gobierno de Carlos Menem, es decir, bajar el nivel.

El 10 de Diciembre de 2011 el gober-nador Daniel Scioli designó como Direc-tora General de Cultura y Educación, a Silvina Gvirtz, sucediendo así a Oporto. Lamentablemente, esto no cambió las cosas.

La rabia y la impotencia se acrecenta-ron y los estudiantes decidieron organi-zarse. Desde el gobierno prometieron en reiteradas oportunidades reuniones a las que luego no asistieron, la burocracia estatal y la política de brazos cruzados continuó siendo una costumbre por parte del Sciolismo.

A partir de estos hechos fue que las tres escuelas decidieron agruparse en la Coordinadora TCT ( Terciarios Coordinados Trabajando- Tradicio-nales-Clásicas-Teatro) la cual surge como un espacio de coordinación sin

Hace muchos años que las escuelas de artística de La Plata vienen llevando adelante una profunda lucha por su derecho a estudiar en condiciones dignas. Año tras año han sido ninguneados por parte del gobierno provincial, con sus distintos

directores de Cultura y Educación (Puiggros, Oporto, Gvirtz, y la actual Nora De Lucia) prometiéndole proyectos edilicios que nunca cumplieron, o peor aún, presentando

proyectos directamente inviables.

Cantore, el director de formación básica e la Escuela de Música Popular de Ave-llaneda (EMPA) denunció que existe un “plan de desaparición

El 2012 comenzó con turbulencias y la Escuela de danzas tradicionales “José Hernández” fue clausurada por el mal estado en el que se encontraba. Luego de estar 80 días sin clases, los alumnos decidieron tomar el recinto, contagiando la rabia a los estudiantes de teatro que vaticinaban la clausura de su escuela, así como también la Escuela de Danzas que días más tarde, a pesar de contar con la dificultad de dictar clases a un cuantioso número de niños, decidió efectuar la toma.

En 2007, la Escuela de danzas tradi-cionales, la Escuela de Danzas Clásicas y Contemporáneas y la Escuela de Teatro se encontraban en situaciones edilicias deplorables, y fue en ese mismo año que plantearon un proyecto para construir un complejo en donde puedan cursar las tres escuelas, ubicado en calle 63 entre 7 y 8 (ex fábrica CITA) de la ciudad de La Plata . La esperanza duró poco, al año siguiente el proyecto “CITA” fue dado de baja.

En el año 2011, el subsecretario de turno, Daniel Belinche , propuso a los di-rectivos de la Escuela de Danzas Clásicas el reflotamiento del mentado proyecto, junto con un acta firmada por el mismo Director de Cultura, Mario Oporto. El

Pablo Frias

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bandera política partidaria, para de esta forma poder afrontar esta lucha de manera conjunta.

En junio de 2012, durante la

gestión de Gvirtz la subsecretaria de educación, Prof. Claudia Grachi , convocó a autoridades de las tres escuelas para informar que el proyec-to “ CITA” se había dado de baja por segunda ocasión. A diferencia de otras oportunidades, esta vez se les ofreció un predio en el Paseo del Bosque para construir un polo artístico que con-tenga dichas instituciones. Ante esta propuesta, y sabiendo que el Paseo del Bosque es un área protegida, las escuelas decidieron elevar una protesta tomando los respectivos establecimientos.

En virtud de discrepancias con la política de disminución de gastos en sueldos, Silvina Gvirtz presentó su re-nuncia al cargo en Agosto de 2012, para dejar lugar así a la actual Directora de Cultura y Educación Nora de Lucia.

La situación actual es paupérrima. La Escuela de Danzas funciona hoy en dia en una casona antigua que pre-senta un pésimo estado: posee graves problemas de calefacción, donde la matricula no resiste y los alumnos cursan hacinados. Se debe tener en cuenta que lo que se estudia es mo-miento, por ende, se necesita espacio. Los salones no están en condiciones y la curricula supera los 900 alumnos.

Por otro lado, la Escuela de Teatro cuenta con una casona muy antigua como sede ubicada en 51 entre 3 y 4, este mismo edificio tiene actualmen-te peligro de derrumbe, presencia de ratas y riesgos de electrocución los días de lluvia. Además, cuentan con un anexo en 2 y 49 conseguidopor la toma estudiantil de 2005, pero tampoco está en condiciones, no resis-te la matrícula y posee problemas de calefacción, siendo muchas veces insostenible el dictado de las clases.

Por último, Tradicionales, pionera en Latinoamérica como formadora de docentes en danzas folklóricas ha conseguido una casa alquilada provi-soriamente hasta febrero de 2015.

El conflicto sigue, porque todavía no se ha conseguido nada y es de vital importancia que se acompañe esta lucha, una lucha por la educación y la cultura de TODOS.

Que la dirección de infraestructura lleve a cabo con celeridad las refor-mas edilicias pertinentes al inmueble (ubicado en calle 17 entre 40 y 41 de la ciudad de La Plata) destinado a la Escuela de Danzas Tradicionales “José Hernández” en pos de retomar el ciclo lectivo.

La planificación y construcción de edificios nuevos, aptos y dignos corres-pondiente a cada institución.

Como paliativa, las refacciones aún pendientes de nuestros establecimien-tos educativos.

Designación de cargos docentes y directivos.

Ampliación de comisiones por cáte-dras y bandas horarias.

Validación a nivel nacional de títu-los terciarios.

Becas, comedor estudiantil, albergue, guardería

Aula auditorio.

¡Por la dignificación de la educación artística!

¡Por la educación pública, gratuita, laica y de calidad!

Medidas a tomar:

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El jueves 7 de Febrero, cuando el sol comenzaba a esconderse , Otro Viento se acercó a la casa de Alejandro Iaccarino ¿El motivo? Encontrarnos con él y Carlos, su hermano, para conocer con profundidad su historia. La charla se tornó muy amena

y entre mates y facturas pudimos ahondar en diferentes aspectos en torno a su caso. Nos contaron la historia de su familia, las motivaciones de su secuestro, tortura y desapoderamiento de bienes, como también su vida después de lo que sufrieron.

Hoy, continúan luchando para que se haga justicia de buena vez. Su causa - “Iacca-rino, Rodolfo José y otros s/averiguación apropiación de bienes” -; será ventilada,

durante los primeros meses de este año, por el Tribunal Oral Federal Nº 1.

El caso de la familia Iaccarino pone en evidencia la finalidad económica del terrorismo de Estado durante el periodo 1976 -1983. Su caso es uno de los 604 que registró hasta la fecha la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación con empresarios que fueron despojados de sus bienes.

La historia de la familia comenzó en la ciudad de La Plata, donde los herma-nos Rodolfo, Alejandro y Carlos - hijos de Rodolfo Genaro Valentín Iaccarino y de Dora Emma Venturino – pusieron en práctica un plan económico ideado por Alejandro a los tempranos 17 años de edad, registrado como Plan Económico Expansivo General (P.E.E.G.). En palabras del mismo “era un plan económico-social compuesto por 17 bases que apuntaba a romper con la intermediación.”

Los hermanos, aconsejados por el empresario Alejandro Shaw, se ocuparon de unir a los trabajadores de los distintos gremios de La Plata, para después dar inicio al desarrollo de su actividad empresarial. Se dedi-caron a la construcción de viviendas sociales, luego a la colocación de lumi-narias, al asesoramiento empresarial y financiero y mediante seis puestos de abaratamiento en la vía pública al rubro de los productos integrantes de la canasta familiar (carne, pan, verdura, fruta y lácteos) en lugares donde se proveía los productos un costo muy alto: “Llegamos a reducir el precio de la carne en un 50 % y, en algunos cortes, todavía más” explica Alejandro.

El éxito obtenido por las diferentes empresas les generó un significativo crecimiento patrimonial, con el que continuaron desarrollando su plan . En el año 1974 compraron dos Estable-cimientos agrícola-ganadero yforestal de 25.000 ha.; y en 1975 deci-dieron comprar una firma dedicada a la actividad láctea en la ciudad de Santiago del Estero. A su vez, adqui-rieron un avión Aerocomander Sricke-500 bimotor 0 km, versión ejecutiva, ya que viajaban continua-mente por el país.

Luego de haber refinanciado la deu-da que mantenía la firma anterior, se abocaron a generar una buena relación con los tamberos. “Empezámos a pagar-

Martín Drago / Aramis Lascano / Anton Morosi / Augusto Soberón

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les más del doble de lo que les pagaba Sancor” asegura Alejandro; con la idea de ir organizando una cuenca lechera en el noroeste argentino. Pero debido a la situación inflacionaria que atravesaba el país, decidieron entrevistarse con el gobernador Carlos Juárez de Santiago del Estero, para que les conceda un au-mento en los precios de sus productos.

El pedido fue rechazado. Como consecuencia, optaron por pactar con distintas cooperativas norteñas productoras de lácteos (que tenían una relación muy estrecha con Sancor). Alejandro junto con el Sr. Maculus (directivo de COOTAM) y su madre emprendieron un viaje en el avión y lograron firmar un Acuerdo denominado “NOA Lechero”; el cual tenía varios articulados: de comple-mentación tecnológica, colaboración industrial, de formación de la cuenca lechera y entre ellos, uno de no-agre-sión. Cuando Alejandro y el Contador de la empresa llevaron el Acuerdo al gobernador Juárez, solicitando nueva-mente que diera el aumento, éste ya no podía usar su frase preferida:

Seis provincias firmaron el Acuer-do: Salta, Tucumán, Santiago del Estero, La Rioja, Catamarca y Jujuy.

Estos hechos, marcan que los Iaccari-no no actuaron por mero impulso, sino que por el contrario, obraron estraté-gicamente en la consecución de sus objetivos. Esto los convertía en peligro-sos, como dice Alejandro: “éramos un grupo peligroso porque incidíamos en la formación de los precios, ámbito exclusi-vamente reservado a las multinaciona-les, y al disciplinamiento impuesto por la economía monopólica de la Escuela de Chicago.

Los hermanos Iaccarino figuraban en la lista no deseada desde los inicios del golpe de Estado que comenzó el 24 de marzo de 1976. Estaban en la lista negra, al igual que los casos Graiver (Papel Prensa), Gutheim, entre otros. Casual-mente, a los Graiver los secuestran el 3 de noviembre, a los Iaccarino el 4 de noviembre, y a la familia Gutheim el 5 de noviembre. Eso no es casualidad, el plan estaba pergeñado en detalle.

De esta manera, el 4 de noviembre de 1976, a las 8 horas de la maña-na, los hermanos Carlos y Rodolfo Iaccarino fueron detenidos junto con su padre Rodolfo Genaro Valentín Iaccarino en la ciudad de Santiago del Estero. Al mismo tiempo, pero en Ca-pital Federal, detuvieron a Alejandro y a su madre Dora Emma Venturino, quien fue liberada 17 días después. Dice Alejandro: “Nosotros pasamos por 14 lugares de detención – en cada uno de ellos recibíamos una paliza-, 9 centros clandestinos de detención (CCD) y 2 Cuerpos de Ejército: el I y el III.” Estuvieron en cautiverio 22 meses, viviendo en condiciones infrahuma-nas, padeciendo torturas sistemáticas, hambre, falta de higiene, tormentos psicológicos, y más. En el Comando de Operaciones Tácticas de Inteligencia Martínez (COT 1 Martínez) les dijeron:

pero “ya hacía meses que se habían terminado, pues al momento de la detención, en Santiago del Estero, envían un mensaje al Primer Cuerpo de Ejército, para ver si interesaba nuestra detención y contestan a los doce días que no había motivo para ello”, relata Carlos.

Durante su detención en la Brigada de Investigaciones de Lanús conasiento en Avellaneda, denominado

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CCD - “El Infierno”, a cargo de los jefes - represores Bruno Trevisán y Jorge Romúlo Ferranti, ocurrieron dos hechos cruciales: la venta forzada de bienes y la visita del entonces juez federal de La Plata, Dr. Leopoldo Russo.

En aquella visita indagatoria, tanto el juez como su secretaria la Dra. Ana Beatriz Aparicio (quien fue jueza del Tribunal Oral Federal Nº 1 de La Plata hasta el 2005), no brindaron res-puesta alguna a las preguntas de los hermanos referidas a los motivos de su detención y les armaron una causasobre monopolio de carnes, de la que fueron sobreseidos a los pocos meses.

La venta forzada de bienes ocurrió el 10 de octubre de 1977, cuando se firmó un boleto de compra-venta - que nunca lo tuvieron -, y luego el 11 de noviembre de 1977 debieron firmar un poder especial a nombre de su padre para la venta de los Estableci-mientos de 25.000 ha. La venta del avión se realizó en ese momento por documento privado, del cual nunca tuvieron copia; hasta que por medio de la Justicia lo logramos en el año 2005. Los compradores se presenta-ron en la Brigada de Lanús, eran los empresarios Bruno Chezzi y Vicente Antonio García Fernández, de la firma italiana Equinoquímica S.A. y les dije-ron a los hermanos que si les vendían sus propiedades saldrían en libertad. No tenían otra opción que aceptar la

“…si ustedes no pueden vender más leche, yo lo traigo a COOTAM (coopera-tiva tucumana)”.

“¡Acá se terminaron las garantías constitucionales!”

La puerta de una celda, y las manos atadas, sin ver. Andrés Borzi

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compra-venta. “Vinieron con un escribano, y nosotros pedimos que quede asentado el lugar de la opera-ción, la Brigada de Lanús”, comenta Carlos. Después de firmar, el compra-dor Chezzi dijo: “Ahora les queda poco tiempo (de detención), ya con esto se van.” Los hermanos nunca recibieron nada por la venta pactada y debieron padecer hasta el 4 de septiembre de 1978, hasta conseguir la libertad.

“La dictadura militar mató nuestro proyecto de vida, algo irreparable. Por eso sentimos un dolor muy grande, la frustración de hacernos desaparecer, la muerte de nuestro hermano Rodolfo por amenazas, los vejámenes a nuestros padres… Buscamos que nos reparen moral y económicamen-te. Teníamos siete empresas, ahora tenemos ocho causas en la Justicia”, dice Alejandro.

¿Por qué creen que fueron secues-trados y torturados?

- Tenemos que destacar que lo nuestro es una historia, no una circunstancia. Nosotros lo que te-níamos era un plan económico que evidentemente, funcionaba. La gente de TELAM, tituló excelentemente en

una nota que nos hicieron hace unos meses: “La peligrosidad de los Iaccarino”¿Cuál era nuestra “peligrosi-dad”? Éramos formadores de precios. ¿Qué significa eso? Que nadie puede serlo más que las multinacionales o empresas concentradas, determinan-do cuánto vale cada cosa. Nosotros osamos enfrentar a las multinacio-nales, romper la intermediación y además, ponerle precios a las cosas. Es evidente que, en parte, fue una cuota de desconocimiento del poder económico cómo funcionaba y en parte fue por un deseo de los tres hermanos claro y manifiesto, de que siempre, como proveníamos de un hogar de clase media, ayudar a la gen-te de bajos recursos. Nosotros lo que verdaderamente estábamos haciendo era una economía social, enfrentando a la economía monopólica.

¿Por qué creen que no los mataron?

- Actualmente, tenemos la convic-ción que, el objetivo era destrozar a la familia y demostrar qué le pasa a quién quiere confrontar con ellos, quienes quieren desafiarlos, quienes quieren poner precios, quienes quie-ren poner comercios y demostrar que se logra el éxito aún estando contra ellos. Querían demostrarle a todos cómo quedaron los Iaccarino, cómo los destrozamos, cómo tuvieron que hocicar cordones por varios años, y cómo todavía hoy, siguen padeciendo. Esto significaba que quien se anima a desafiarlos, las consecuencias son quedar como los Iaccarino. Y nosotros decimos lo siguiente: a los Iaccarino le hicieron de todo, buscaron todas las formas, eligieron las peores patotas, eligieron los centros clandestinos más duros, pero los tres siempre estuvimos de acuerdo de que el día que salía-mos, volvíamos a empezar. Si bien nos destrozaron económicamente, no nos mataron, porque de lo contrario quedaría sepultado y enterrado el escarmiento que ellos querían.

¿Qué nos pueden decir del Grupo Azcuénaga?

Indudablemente, un golpe de Es-tado no se genera espontáneamente. Nosotros hace 36 años que venimos

“A Nosotros Nos Mataron Nues-tro Proyecto De Vida”

Los hermanos Alejandro y Carlos Iaccarino

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investigando sobre nuestro caso, averiguando como se gestó todo lo que ocurrió. Desde que asumió Cám-pora, Jaime Perriaux – que había sido ministro de Justicia de Levingston y un tiempito de Lanusse – empezó a dar conferencias con Julián María dentro del país, ellos estaban llevando instrucciones a personas con poder de conducción militar, para que llegado el momento haya un plan nacional de intervención. Ese grupo compuesto por Jaime Perriaux, oficiales - que des-pués llegaron a ser los comandantes de los distintos cuerpos de ejército -, y empresarios, donde estaba la Socie-dad Rural (su presidente era Celedo-nio Pereda), Jorge Horacio Zorreguie-ta (padre de Máxima Zorreguieta, futura reina de Holanda), la Unión Industrial Argentina, la Cámara de la Construcción presidida por César Po-lledo, se reunía en una casa de la calle Azcuénaga, cuya propiedad pertenece al dueño del Ingenio Ledesma, Carlos Pedro Blaquier. Entre ellos, también estaban los Aleman, Martinez de Hoz, Krieger Vasena, Cadenas Madariaga, García Martínez, García Belsunce, Ricardo Zinn, Walter Klein, Manuel Solanet, Adolfo Diz, Alejandro Estrada, Alberto Rodríguez Varela, etc. En esas reuniones tramaron todo el tejido que luego desataron, y en la faz económi-ca podemos ver como ponen a siete grupos empresarios para manejar diferentes estamentos económicos, el grupo número uno era el Siemens de Alemania como asesor del Ministro de Economía. Pero, ¿qué pasa? Jaime Perriaux era el socio de la señora de Ricardo Staudt, él era quien manejaba gran parte del capital de los nazis en Alemania, con una relación directa con la Siemens. Otra demostración de cómo actuaron fue la Mercedez Benz, que hizo desaparecer a catorce trabajadores.

¿Creen que su caso dejo sin efecto la teoría de los dos demonios sostenida por ciertos sectores de la opinión pública?

- Sin duda alguna, nosotros inter-pretamos claramente que acá había un solo demonio y está demostrado. Acá hay que avanzar en el estudio serio, sin resentimientos, sin deseos de venganza. Acá hubo un genocidio, masacraron a todos aquellos que no estaban de acuerdo con una política

de desindustrialización, de concentra-ción empresaria, de endeudamiento na-cional, …... De qué otro demonio se habla, del de unos muchachos que estuvieron luchando por un ideal, el hombre que muere por un ideal tiene que ser respe-tado por siempre. Nuestro caso es más aberrante aún porque no estábamos peleando ni ideológica, ni políticamen-te. Nosotros estábamos compitiendo económicamente, demostrando que se puede llegar a que el hombre sea digno en su forma de vida.

¿Cómo analizan la decisión del kirchnerismo de someter a proce-so a los represores, luego de va-rios años de vigencia de la ley de obediencia debida y punto final?

- Sufrimos 37 años y el gobierno que verdaderamente puso en marcha el tema de los derechos humanos es el actual. Néstor Kirchner ha logrado legitimidad para hacerlo, y no es algo sencillo, hay que manejar variables internacionales muy importantes. Yo no soy kirchnerista, soy nacional. No callo lo que está mal, soy absolutamen-te objetivo. Esta pregunta llega a lo profundo de nuestras entrañas porque nos tocó padecer el proceso cívico- mili-tar. Cuando fui a tomar posesión de mi cancha de golf a Córdoba, en la ciudad de Alta Gracia, me echaron lo miem-bros de la “Asociación Civil Alta Gracia Golf Club” que actualmente siguen usurpando nuestras tierras y que, por supuesto, eran cercanos al gobierno militar. Cuando me expulsaron recurrí a la justicia, y la jueza Graciela Vigilanti - actual magistrada del Juzgado Civil y Comercial de Alta Gracia - ex apoderada de la compañía de Sierras y Hoteles de Alta Gracia ( ex dueños de la cancha de golf) amparó la usucapión. Con esta situación te puedo demostrar los niveles de connivencia que existían en esos momentos entre la estructura que teóricamente había desaparecido y la parte económica, militar y demás. En cada uno de los rubros y especia-lidades hay cantidades industriales de personas que colaboraron y siguen colaborando con las estructuras de poder de la era de plomo.

¿Con qué expectativas esperan el juicio próximo?

- Las expectativas son ser útiles al

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derecho, porque si podemos estable-cer con claridad lo que nos ocurrió puede ser tomado como ejemplopara que no se repita, pero no como hecho aislado, sino que mun-dialmente tenga la repercusión de saberse quienes fueron y como lo hicieron, porque acá atacamos a Videla, que por supuestorequiere de toda la confrontación, sentencias y condenas, pero acá hay personajes mil veces más responsables que Videla, y a esos no los toca nadie.

Agrega Carlos, y también que sirva para todos aquellos que han pasado por lo mismo que nosotros, en el sentido de tener una jurispru-dencia que les sirva para pelear por lo que les corresponde.

Las amenazas sufridas por su hermano Rodolfo y el atentado sufrido por usted, Alejandro, en abril de 2012 ¿Qué significado le otorga?

No puedo sentir otra cosa que sa-ber que estoy transitando por el buen camino. Me da una certeza. Cuandoel enemigo viene a atacarte, vienea dañarte, viene a matarte (porque ma taron a mi hermano Rodolfo), como a mí o mi hermano, es evidente de que estamos en la línea de acción correcta. Me gratifica que la pelea que iniciamos hace 37 años en soledad, hoy, sigue más vigente que nunca, y dentro de la misma línea de acción.

A nosotros nos mataron nuestro proyecto de vida, que era absoluta-mente exitoso. Matar concreta-mente el proyecto de vida, es lo peor que le puede pasar a personas exito-sas y éste éxito lo demostramos con la acción de siete empresas altamente rentables, haber hecho la estructura empresarial que hicimos, haber com-prado los bienes que compramos sien-do jóvenes que empezamos en este proyecto a los 17 años. Es una aberra-ción como la muerte y desaparición de una persona. Ellos proyectaron un daño irreparable a toda la Patria y solo un cambio cultural por medio de la Justicia, Verdad y Memoria se ha de lograr. Esperamos vivir para saber que toda nuestra lucha no fue en vano.

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“Porque nosotros, hombres de ciudad, estamos acostumbrados a un espacio de die-ciséis metros cuadrados. A la oscuridad de los departamentos. Y a todo lo francamente abominable que el progreso, la tacañería de los propietarios y los digestos municipales han amontonado sobre nuestras cabezas. En cambio, estos pueblos…”

“Pueblos de los alrededores”, en Aguafuertes porteñas, 31 de marzo de 1929.Desde sus publicaciones en el diario El Mundo en los años ´30 (las famosas Aguafuertes

porteñas, que recibían diferentes denominaciones según la posición del escritor), Arlt ha sido un personaje polémico e innovador. No sólo polemizaba temas de la época (Boedo y Florida; Modernidad despareja; Nacionalismo y Criollismo; ciudad vs. periferia), sino que planteaba una lengua diferente, un lenguaje de la calle y del pueblo.

Siendo una de las sensaciones del periódico más importante en la Argentina de los años ´20 y ´30, escritor y periodista, un hombre viajado, “hombre de mundo”, no se reducía a trabajar con la lengua y los grupos de élite que conocía muy bien. Manejaba otra “labia”, la lengua de los barrios, de las calles. No la utilizaba desde la ignorancia o el desconocimiento sino que había circulado por los barrios periféricos y sabía perfectamente cómo hablaba “la gente”. No era de aquellos periodistas que “hablan por hablar” o “escriben por escribir” sin conocer profundamente aquello que plantean. Es difícil pensar en un escritor así en esa época ya que la mayoría se codeaba con la

cultura letrada, pero Arlt, muy astutamente, se movía por otras zonas demostrando, además, que conocía esa cultura. Sabía quiénes eran, cómo actuaban y qué decían pero se alejaba de ello. Muchos escritores respondían a los grupos de poder (tal como sucede hoy en día) pero Arlt sólo respondía al Pueblo. Muchas Aguafuertes demues-tran su postura de periodista comprometido, que inspeccionaba los hospitales o las calles de Buenos Aires y denunciaba irregularidades. Además, algunas Aguafuertes porteñas publicadas en El Mundo como “El furbo”, “El idioma de los argentinos”, “El placer de vagabundear”, “El origen de algunas palabras de nuestro léxico popular” demuestran un vocabulario muy alejado de la alta cultura y cercano a la lengua del pueblo, sobre todo por la cantidad de palabras “barriales” que utilizaba. Sin embar-go, en muchas de ellas, explicaba con mucha altura el origen etimológico de esos términos, lo cual lo acercaba a la labor de un filólogo especializado. Sin ir más lejos, El juguete rabioso parece esbozar el mismo lenguaje, lleno de términos lunfardos que lo hacen casi incomprensible para muchos hablantes de otras lenguas.

Roberto Arlt fue símbolo del pueblo, considerado un “desposeído”, un “excéntrico”, “el que escribe mal”, “el que no posee un estilo propio”, representó a la masa popular en todas sus vertientes y fue un gran reivindicador de la lengua de la calle.

Los que alzan su voz desde entrado el ocaso y la mantienen erguida hasta que despunta el sol, a menos que alguien se les acerque e inmediatamente detienen su serenata. Tímidos y pudorosos ellos, los que crían molestias obstinantes, se cubren bajo el manto de las sombras para no ser vistos, temen, tal vez, el qué dirán de los demás, las burlas, el juicio de su canto. Canto con el que mantienen en vela a la noche y evitan así, que se nos vengan encima las estrellas y la luna. Si bien les otorgo toda mi gratitud a estos noctámbulos por su entrega, sería muy hipócrita de mi parte no decir que a veces desearía con mi más sana rabia que se quedaran afónicos, ellos y los mosquitos. Sin embargo, cuan cruel sería, ya se han acallado infinitas voces, es hora de la polifonía.

LA REVOLUCIÓN ES TAMBIÉN INTERIOR

ROBERTO ARLT: EL JUGUETE DEL PUEBLO.Por Camila Grippo

LOS CANTORES DE LA NOCHEPor Joni Ott

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Once Tiros es, sin duda, la potencia oriental en una de sus mejores versio-nes. Imán, el cuarto disco de estudio de “los tiros”, demuestra una vez más la capacidad de la banda uruguaya para combinar y fusionar estilos, sin dejar de lado ninguno de sus secto-res instrumentales, en lo que recorre desde bases de órgano hasta cortes de vientos de todo tipo. Siempre recor-dando su primeros pasos a bases de ska, y siendo liderados por dos guita-rras que dejan en claro que el rock en Uruguay sigue vigente, los orientales marcan la diferencia, y no solo desde lo discográfico, sino también en sus presentaciones en vivo. Imán, además de ser una conformación musical de primera calidad, también trae una vieja tradición de la banda: su crítica a la sociedad desde las letras.

“Tápame la boca, por si hablo de más…” Así comienza Nos dijimos todo, la primer canción que abre este cuarto disco de la banda, con una frase que parece buscar un nuevo estilo musical, pero siempre manteniéndose firmes en sus raíces.

Para los que no se han familiari-zado con los tiros, este último trabajo muestra una combinación de sus mejores estilos. Tal vez no solo por la combinación, sino también por la capacidad de sostener intacto el ska uruguayo y poder fusionarlo con ritmos más rockeros. A diferencia de otras bandas uruguayas, los tiros no han incursionado tanto en el estilo candombero, al menos en este disco. Pero le han imprimido una fuerza instrumental a su viejo estilo, y

no necesitaron de muchos músicos para hacerlo, ya que la banda pasó de tener ocho músicos a solo cinco.

La formación quedo comprendida por cinco integrantes, sin contar con sus vientos, que generaron un juego de bases y riffs entre órgano y guita-rras, para dejarle un espacio limpio a una batería con particularidades muy fascinantes. En ese plano,Pablo Silvera el cantante y líder de la banda, lleva el ritmo y la fiesta adelante, sin aburrirse jamás de su tarea, jugando con los estilos de canto, subiendo y bajando notas como si estuviesen en un ascensor. Tu postura, el tercer track del álbum, evidencia la versatilidad de la voz de Silvera.

De repente entra un viento y parece que todo intento de rockear se va a quedar en la nada, pero allí es donde entra la capacidad de crear un buen ska y se produce una fusión de estilos en un nivel muy pocas veces visto, comparable con la de Ska-P. Los temas terminan recorriendo un camino cambiante, en el cual las bases se van intercalando. No es raro escuchar un largo rato de una base de órgano, y de repente un solo que deja en pulso a todo el tema, para volver a restablecer la base originaria.

Y ni comentar sobre las guitarras. Dos violas que llevan adelante solos y bases combinando potencia y riffs cambiantes, un verdadero placer escuchar la larga cantidad de arreglos de cuerdas. La primer guitarra, en manos de Bruno Andreu, se encarga de ponerle la cara del rock a la banda y por qué no a veces algunos coros in-geniosos que siempre son necesarios.

Si bien en ocasiones debe seguir el recorrido rockero y no encuentra suespacio, el bajo trae un orden de refe

rencia, y aunque no sea en este disco, sus influencias recuerdan a canciones de The Beatles y hasta a veces de Sex Pistols.

Una de las mejores tareas está cumplida por la batería y su gran ca-pacidad para desatar la locura en un solo individuo. Desde cortes rítmicos en momentos poco comunes, y su intercambio de golpes y bases en lo que son temas de rock, como Gente detergente, hasta temas de reggae, como el caso de Bendiciones. Porque además el disco tiene temas que salen del ska y del rock y en algunos momentos parecen rozar la música country en canciones como El Don del Niño, inspirados sin dudas por el batero Martin Maristan que desde el fondo del escenario marca cada tiempo y contratiempo.

Por último, uno no puede dejar de lado la letra crítica hacia una sociedad que juzga sin miramientos a cualquier hombre que apenas tenga un rasgo de tez negra. No solo a la crítica social, sino también a la crítica en la calle, y a la fácil denominación de una persona solo por un gusto o por llevar ropa que no se usa. “No sé qué hay de malo, son botitas de gamuza”, canta con mucha ironía Silvera en la canción Look Cool.

Gustito Musical

Augusto Andrés

: Imán: Once Tiros

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Como para dejar en claro que, al momento de juzgar, esta sociedad aun tiene un largo camino por recorrer.

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Nos propusimos hacer una crónica del recital de Silvio Rodríguez, en la calurosa noche del 23 de noviembre, que sea objetiva. No lo logramos. La marea de sensaciones que envolvie-ron al escenario, y llegaban hasta la parte más alta de la General, consi-guió que en esta breve reseña solo podamos intentar transmitirle a ustedes, lo que el cubano provoca en quienes van a oírlo.

Como nota de color, podemos contarle el alto grado de contenido político entre el público. En cada corte entre canción y canción, podía escu-charse gritos de “Viva Néstor”, respon-dido por un “Viva el Che”, que lograba conseguir el aplauso unánime.

Uno de los momentos más emoti-vos fue cuando cantó “El Escaramujo”, dónde logró estremecer a un Luna Park colmado. “Si el saber no es un de-

recho, seguro será un izquierdo” dijo, y nos conquistó…

“Llegó el día esperado, la atmósfera se impregna de sonidos, olores, estados de ánimos, emociones que se confun-den unas con otras haciendo de ese clima, un lugar de pertenencia; todos los que ahí estamos convergemos en una certeza: nos encontraremos con nuestro Reparador de sueños.

Silvio representa la música, la dulzu-ra, la inteligencia, la ética que trasciende lo meramente artístico; trasciende lo aparente y devela lo que queda oculto de un sistema perverso que corroe lo más bello de la humanidad; su sentido de solidaridad, cada una de sus letras encierran amor, amor de humanidad…Por quien merece amor.

Silvio se transmite en Genera-ciones, de ahí que sus recitales se

conviertan en una fiesta sublime, casi íntima entre amigos, padres e hijos, adolescentes y adultos convocados a una nueva Cita con ángeles.

Los que compartimos su música y sus palabras, somos esos pedacitos de El necio que andan sueltos por ahí y que en estos encuentros parecemos juntarnos sin rostros ni nombre; tan solo en la presencia de su voz, que sentimos como nuestra, que no tiene tiempo y que representa el Ayer u hoy de todos.

Después del encuentro, con las ma-nos gastadas de aplaudir y el corazón inundado de emociones, seguramente nos preguntamos ¿Adónde van? cada uno de esos trocitos de Silvio que se vuelven a esparcir mágicamente, tal vez estén En mi calle, o Al lado de mi casa; y nos encontramos diciéndonos Menos mal que existen…”

Claudia A. Martínez Allende / Nacho Saffarano

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A pesar de que Matusalén parece ostentar el récord con 969 años conoce-remos a alguien un poco mas real.

Un 2 de septiembre de 1973, a los 168 años, murió Shirali Muslimov, conside-rado el hombre más longevo del mundo. Muslimov era originario del Estado de Azerbaiján, un país del sudoeste asiático. Nació en un pequeño pueblo de montaña y según su documento de identidad, su fecha de nacimiento correspondía al año 1805. La gente del pueblo lo apodaba cariñosamente Baba, que significa “chico”. La longevidad de Muslimov fue estudiada por la Aca-demia de Ciencias de su país y por un grupo de gerontólogos rusos. Algo que llama la atención es que Shirali nunca se jubiló y continuó trabajando hasta el final de sus días.

el hombre que mas vivió de la historia:

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Finalizando el mes de febrero, el tema de las paritarias está en boca de todos, y los medios de comunicación, no pueden ser una excepción. Los docentes tantas veces demonizados, “porque trabajan cuatro horas y encima hacen paro”, hoy en día son utilizados como escudo de batalla, por todos aquellos que necesitan enfrentar al kirchnerismo, sea cual sea la razón.

Sin embargo, las medidas de fuerza de los docentes no dejan de reflejar una realidad por la que la gran masa trabajadora está pasando. El congelamiento de precios, producto del convenio hecho por el Gobierno y las grandes cadenas de supermercados, tuvo la clara intención de persuadir las negociaciones por los salarios, entre sindicatos y patronales. Pretender que la clase trabajadora ignore su situación, en la que ve como su sueldo pierde cada vez más valor, es un error que puede costarle caro a la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, teniendo en cuenta el año electoral que estamos atravesando.

Por lo tanto, a priori, podemos notar que de las negociaciones que se vienen reali-zando de ninguna manera va a resultar una mejora salarial, si no que tan sólo podrá equiparar (y a duras penas) a una inflación del 25% anual que venimos sufriendo, traducida en la caída del poder adquisitivo. Demás está aclarar, que este 25% sufrido por todos, es negado y silenciado por el intervenido INDEC.

Un gobierno, que se tilda de progresista, no puede dejar de lado cuestiones fundamentales para quien dice representar. Si de repente, cae un “paracaídas clasista” en las negociaciones y se consigue un aumento salarial, por demás con-siderable, seguramente este logro no sería alcanzado por una gran cantidad de trabajadores, al ser afectados y consumidos por el impuesto al salario, disfrazado de tributo a las ganancias.

Situación peor, la que vive el 34% de los trabajadores en negro. Parte olvidada, víctima primaria de los aumentos de precios, y sin representación sindical ¡ni siquiera de los burócratas!

Pero, ¿quién dijo que todo está perdido? Radicalizar las medidas de fuerza, lograr el consenso entre los compañeros de laburo, pelear desde las bases contra la burocracia sindical, no va a significar otra cosa que una mejora sustancial para la clase obrera.

“No empezar a dejar de pensar,que a las masas pensando,no las vencerán jamás... ¡JAMÁS!”

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