onetti para marta piña

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El existencialismo y Onetti. Mariana Sánchez Estrada. Si bien el ser humano ha tenido a lo largo de su historia diferentes respuestas o intentos de respuesta a las, aparentemente eternas, preguntas ontológicas acerca de qué es el ser humano, de qué es la muerte, el destino, la libertad, el tiempo, no nos hemos librado como especie de seguir teniendo estas interrogaciones. El siglo XX, uno de los siglos más confortativos para el hombre en el que se revela la capacidad destructiva y la inhumanidad en el ser humano. Se enfrenta el hombre con el hombre mismo. Después de dos guerras mundiales, millones de muertos, bombas nucleares, la violencia en su máximo esplendor, la concepción del hombre occidental se vio gravemente modificada. El existencialismo, o los existencialimos como prefiere denominarlo Ramón Xirau 1 , fue una clara respuesta o consecuencia intelectual y espiritual que esta grave alteración causó. El existencialismo es, quizás, la corriente de pensamiento que determinó la forma de pensar a mediados del siglo XX y me atrevo a decir que actualmente seguimos con esas desesperanzadas respuestas existencialistas de las eternas preguntas. Los filósofos existencialistas presencian una de las crisis más fuertes en el ámbito intelectual-espiritual del ser humano occidental ; Kierkegaar filósofo danés es el que encabeza esta corriente que generó pensadores tan críticos que modificaron la forma de ver el mundo: Unamuno, Machado, Jaspers, Heidegger, Sartre, que reconocían una gran angustia por la existencia, preocupación por la muerte, la necesidad de una comunicación 1 Ramón, Xirau, Introducción a la historia de la filosofía, UNAM, México, 2008.

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Page 1: Onetti Para Marta Piña

El existencialismo y Onetti.

Mariana Sánchez Estrada.

Si bien el ser humano ha tenido a lo largo de su historia diferentes respuestas o intentos de

respuesta a las, aparentemente eternas, preguntas ontológicas acerca de qué es el ser humano, de

qué es la muerte, el destino, la libertad, el tiempo, no nos hemos librado como especie de seguir

teniendo estas interrogaciones.

El siglo XX, uno de los siglos más confortativos para el hombre en el que se revela la

capacidad destructiva y la inhumanidad en el ser humano. Se enfrenta el hombre con el hombre

mismo. Después de dos guerras mundiales, millones de muertos, bombas nucleares, la violencia

en su máximo esplendor, la concepción del hombre occidental se vio gravemente modificada. El

existencialismo, o los existencialimos como prefiere denominarlo Ramón Xirau1, fue una clara

respuesta o consecuencia intelectual y espiritual que esta grave alteración causó.

El existencialismo es, quizás, la corriente de pensamiento que determinó la forma de

pensar a mediados del siglo XX y me atrevo a decir que actualmente seguimos con esas

desesperanzadas respuestas existencialistas de las eternas preguntas. Los filósofos existencialistas

presencian una de las crisis más fuertes en el ámbito intelectual-espiritual del ser humano

occidental ; Kierkegaar filósofo danés es el que encabeza esta corriente que generó pensadores

tan críticos que modificaron la forma de ver el mundo: Unamuno, Machado, Jaspers, Heidegger,

Sartre, que reconocían una gran angustia por la existencia, preocupación por la muerte, la

necesidad de una comunicación humana que algunas veces se mostraba imposible, la búsqueda de

una libertad, si es que esa libertad es posible. Para el filósofo italiano Norberto Bobbio el

existencialismo es “una filosofía decadentista” de “inspiración poética” que “brota de un estado

de ánimo, no de una duda crítica.”2 Estos filósofos discuten la posición del hombre en el mundo,

del hombre ante el mundo después de la fractura y destrucción de las convicciones e ideales. Los

cuestionamientos filosóficos generaron reflexiones que se expresaron de manera artística, de la

única manera posible, de la manera más humana, tomando como estandartes al absurdo, la

angustia, la rebelión, la incomunicación humana, la búsqueda de libertad, el fracaso humano.

1 Ramón, Xirau, Introducción a la historia de la filosofía, UNAM, México, 2008.2José Miguel, Oviedo, Historia de la literatura hispanoamericana. 4. De Borges al presente, Alianza, España, 2001.

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El existencialismo evidenció el ocaso de la civilización occidental tal como se conocía y

alteró toda la estructura del pensamiento del hombre hacia él mismo. A un tono grave y

desesperanzado se transformó el discurso del hombre, de su destino, de su existencia.

Esta corriente filosófica permeó de manera directa en Latinoamérica, teniendo grandes

representantes y manifestaciones artísticas, literarias. Oviedo enmarca en estas manifestaciones al

llamado: “realismo, en el sentido de que explora sus últimos límites y descienden a sus zonas más

oscuras, donde “lo real”, se disuelve en una red de obsesiones, fantasmas y transfiguraciones que

desafían la lógica de la precepción habitual.”3 Al igual que Oviedo, Hugo Verani percibe esa forma

tan particular del escritor uruguayo, Onetti, de asimilar y expresar la realidad; Verani ubica a

Onetti en el “suprarrealismo” que es un “acto de creación antes que de representación”.4

Es imposible pensar en el estilo narrativo de Onetti y en su gran aportación a la literatura

hispanoamericana sin el contexto del existencialismo, sin ese malestar corrosivo que da la

certidumbre del fracaso, motivo esencial en el autor uruguayo.

Oviedo describe el mundo creador onettiano como “oclusivo, gris angustioso, cínico,

obsesivo, minuciosamente cruel”5 en el que muestra un total desprecio a la moral convencional,

desprecio que extendió a la narrativa costumbrista, regionalista que consideraba conformista por

no cuestionar al lenguaje mismo con nuevas estrategias narrativas. Onetti con directas influencias

de los existencialistas franceses, sobretodo Celine, expone crudamente la alienación, soledad,

culpa, incomunicación, absurdo del mundo real y las estrategias de la imaginación para evadir esta

realidad.

El narrador es un aspecto esencial en la obra onettiana, el narrador es un personaje que

también siente y que nos transmite ese sentimiento pero de una manera muy particular debido a

la intensionalidad del autor por interiorizar en sus personajes. El narrador indaga dentro de los

otros personajes y al mismo tiempo dentro de él.

Oviedo enuncia tres motivos por lo que se considera el arte narrativo onettiano como

excepcional: el inconfundible soplo de la autenticidad; crear un mundo compacto, válido por sí

mismo, pero que tiene perturbadoras conexiones con el nuestro; el raro milagro logrado de

3 Ibidem4Maximiliano, Linares, “J.C. Onetti en la década del ´30: estigmas urbanos de una escritura moderna” en Espéculo, Revista de estudio literarios, Universidad Complutense de Madrid.5 Ob cit, José Miguel, Oviedo, Historia de la literatura hispanoamericana. 3. Posmodernismo, vanguardias, regionalismo.

Page 3: Onetti Para Marta Piña

hacernos sentir que no hay otro modo de expresarlo que con el uso del lenguaje despojado,

incisivo y ardiente que Onetti utiliza.6

La noción de pozo en Onetti es determinante, en su primera novela El pozo de 1939 se va a

comenzar a formular el estilo del uruguayo para presentar su visión oscura y despiadada del

comportamiento humano. Ante este concepto me gustaría, de manera arbitraria, ejemplificar la

importancia del concepto de pozo con la influencia del existencialismo, de la crisis de la existencia

humana; Xirau nos dice los diferentes términos que utilizaron los existencialistas para expresar esa

idea de desamparo del humano: “(…) la idea central de desamparo que Jaspers llama “naufragio”,

Unamuno, “abismo”, Heidegger, “caída” y Sartre “infierno”. El hombre moderno puede

difícilmente decir como Don Quijote, “yo sé quién soy”. Los existencialistas buscan el ser muchas

veces con la conciencia de que no pueden encontrarlo.”7 La idea de “pozo” en las obras de Onetti

enmarca perfecto ante estos otras concepciones que aplicaron los existencialistas, el inevitable

caer del ser humano a ese pozo de la existencia.

Son tantas los aspectos que me encantarían tratar de la obra de Onetti pero sólo abordaré

tres de manera muy escueta: el arquetipo onettiano, la ficción como alternativa de realidad para

los personajes y el desdoblamiento de los personajes en algunos de sus cuentos, este

desdoblamiento se realiza cuando ciertas características de un personaje se encuentra reflejadas

en otro personaje. Estos aspectos los aplicaré de manera superficial a cuatro cuentos: “Un sueño

realizado”, “Jacob y el otro”, “Bienvenido Bob”, “El infierno tan temido”.

En cuanto al arquetipo onettiano, Oviedo lo describe concretamente como un outsider o

alienado, que permanece al margen de la sociedad pero que adquiere el rol social del individuo

normal, un personaje marginal que vive en el vacío generado por su fracaso vital. En los cuatro

cuentos podemos enmarcar a personajes que entran en esta descripción: en “El sueño realizado”,

los tres personajes: Blanes, la mujer y el narrador se presentan como al margen de las normas

sociales pero atrapados en su fracaso de vida, ya sea la mala suerte en el teatro, el ser un vividor o

el ser una mujer falta de cariño que construye toda escena teatral y paga por un poco de

demostración afectiva. En el caso de “Bienvenido Bob” es evidente el arquetipo onettiano, en este

cuento hay una crítica y casi advertencia a los hombres en general de que no hay escapatoria,

estamos condenado a envejecer física pero aún más terrible espiritualmente, transformarnos de

Bob en Roberto sin nada que se pueda hacer ante la inclusión al mundo de los adultos, la muerte

de las ilusiones y sueños. “Jacob y el otro”, un cuento en el que se manifiesta esa marginalidad en 6 Ibidem7 Ob cit, Ramón, Xirau.

Page 4: Onetti Para Marta Piña

Jacob: el boxeador ejemplificado como una bestia, no sólo por su tamaño y fuerza sino por su

actuar, aunque la inicial participación de los doctores es una claro ejemplo de los sueños que no se

realizan y la mediocridad del fracaso.; y en el caso de “El infierno tan temido” Risso es el ejemplo

más fidedigno de este arquetipo onettiano que vive en la sin razón encerrado en su fracaso sin

posibilidad de salir de él si no es por la muerte.

El siguiente punto es la ficción como alternativa de vida de los personajes; esa invención o

mentiras que los personajes se crean para soportar su fracaso y sin razón de la vida. Crean un

autoengaño para que esa vida tenga sentido. En los cuatro cuentos se puede encontrar pero de

manera más explícita es en “El sueño realizado” en el que la señora paga y organiza una

representación teatral para cumplir un sueño: recibir cariño, una pequeña caricia. Organiza un

espectáculo, una representación teatral de un momento de vida que le hubiera gustado vivir y por

lo tanto muere en él. En “El infierno tan temido” se repite la idea del teatro, el teatro como una

representación de la realidad pero que no es y nunca será la realidad; Gracia, la actriz, la esposa, la

yegua loca se enamora del teatro porque ninguna representación es igual a otra, porque las

representaciones de cada noche son para ella como la vida pero no es la vida, también ella se

autoengaña al sentir que vive en las representaciones, pero no es su vida la que vive, ni tampoco

es Risso los diferentes hombres con que se fotografía comprometedoramente, sino un escape para

su fracaso de vida real. También en “Bienvenido, Bob” se encuentra este autoengaño, pero creo

que en este cuento aparece más evidentemente la idea de desdoblamiento, aunque sí se puede

encontrar la idea de autoengaño al final del cuento cuando el narrador dice: “(…) creyendo que

algún día habrá de regresar a las horas de Bob”. Por último en el caso de “Jacob y el otro” no

encuentro este componente tan desarrollado pero el uso de mentiras en los desafíos, el sobornar

a los contrincantes por parte de Orisini es un elemento de engaño.

El tercer aspecto, el desdoblamiento, es un rasgo particularmente onettiano y aplicado de

manera magistral en su obra. Linares8 habla del desdoblamiento del yo y la técnica del punto de

vista, en donde es esencial el juego del narrador como lo explica Mirna Zolotorewsky: “La

involucración del narrador en la historia que él refiere, su ser afectado por ésta, su participar en

ella sucesivamente como víctima y verdugo, obraran como factores provocadores de gran

intensidad dramática.”9 En el ensayo crítico de Zoloterewsky que trata directamente el cuento

“Bienvenido, Bob” y que claramente está guiado por la idea de desdoblamiento entre el narrador y

Bob-Roberto. En este proceso de identificación por la transformación de joven a viejo se 8 Ob cit, Maximiliano Linares.9 Mirna, Zolotorewsky, “Bienvenido, Bob”

Page 5: Onetti Para Marta Piña

encuentra también la inserción a un nuevo mundo, al mundo sin experiencias, al mundo vacío de

emoción: la adultez, la aburrida vida conformista. Este rasgo es totalmente existencialista, debido

a que es el destino de la mayoría de los hombres, renunciar a los sueños debido a que la lógica, la

razón y la experiencia los tachan de imposibles y de locuras. También en el caso de “El infierno tan

temido” hay un desdoblamiento de personajes: Gracia ve en otros hombres a Risso, el teatro es

un aspecto fundamental en este cuento y el teatro mismo es un desdoblamiento, en las fotos

también encontramos ese desdoblamiento, de Risso y Gracia, los dos con vidas fracasadas y

sueños frustrados. Jacob desde el punto de vista de Orisini, se ve desdoblado en el joven, en la

fuerza física anterior, en la juventud del desafiante. En el caso de “Un sueño realizado” hay una

identificación también directa entre los personajes, un desdoblamiento en el aspecto de la

insatisfacción con la vida, en el sentirse y ser entes marginados, en ser los tres arquetipos

onettianos.

La obra de Onetti tiene un gran peso en la literatura latinoamericana porque muestra la

asimilación de una corriente filosófica que involucró a todo el pensamiento occidental.

Inevitablemente la lectura de su obra remueve fibras humanas tan profundas que hacen

reflexionar al lector en su ser humano.

Bibliografía

Page 6: Onetti Para Marta Piña

Xirau, Ramón, Introducción a la historia de la filosofía, UNAM, México, 2008.

Oviedo, José Miguel, Historia de la literatura hispanoamericana. 4. De Borges al presente, Alianza, España, 2001.

Linares, Maximiliano, “J.C. Onetti en la década del ´30: estigmas urbanos de una escritura moderna” en Espéculo, Revista de estudio literarios, Universidad Complutense de Madrid.

Oviedo, José Miguel, Historia de la literatura hispanoamericana. 3. Posmodernismo, vanguardias, regionalismo, Alianza, España, 2001.

Zolotorewsky, Mirna, “Bienvenido, Bob”