mundo, demonio y fausto 8

8/9/2019 Mundo, Demonio y Fausto 8

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ANTONIO PRIANTE

MUNDODEMONIO

Y

FAUSTO

TRAGICOMEDIA FANTSTICA

EN

TRES ACTOS

Y

NUEVE JORNADAS

ENTREGA 8


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JORNADA QUINTA

MARZO EN BARCELONA

Fausto y Mefisto aparecen en la ciudad...a principios del siglo XXI. Mefistoda algunos consejos y recomienda la accin. Fausto visita al alcalde y seencuentra con Bernat. Mefisto anima un congreso. Reaparece Catherine.Mefisto propone un viaje.


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Barcelona s bona,si la bossa sona.

Refranero cataln

Marzo en Barcelona. En la terraza de un bar cntrico estn sentados Fausto y

Mefisto. Mefisto hojea un peridico, mientras Fausto observa detenidamente a

todos y cada uno de los transentes.

MEFISTO.- An no me has comunicado tus impresiones o, dicho en lenguaje

potico, an no me has dicho qu te parece.

FAUSTO.- Qu me parece qu?

MEFISTO.- La ciudad.

FAUSTO.- Qu quieres que te diga...prefiero Pars.

MEFISTO.- Bueno, Pars viene a ser su hermana mayor. Pero recuerda que don

Miguel dijo siempre os quedar Barcelona y no siempre os quedar Pars, cosa,

por otra parte, que no poda decir sin incurrir en grave plagio u homenaje

anacrnico.

FAUSTO.- Cada vez se te entiende menos.

MEFISTO.- Es que t vives anclado en tu mundo, mientras que yo me dirijo a la

humanidad en general (y al pblico lector en especial). Adems, volviendo al tema,

fue a vosotros a quienes encant la idea .

FAUSTO.- S, y no s por qu...y es que...claro que slo llevamos dos das aqu,

pero la verdad es que no logro reconocer aquello de valenta, discrecin, cortesa,

etctera, etctera.

MEFISTO.- Ni tampoco las murallas, no? Qu cosas tienes...No has notado que

hemos dado un salto de cuatrocientos aos? En cuatrocientos aos una ciudad no

slo cambia de fisonoma. Pero, bueno...tampoco te puedes quejar.


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FAUSTO.- No, es verdad, el portero del hotel es muy amable.

MEFISTO.- Te veo apagado, melanclico.

FAUSTO.- Lo estoy.

MEFISTO.- Algn motivo especial?

FAUSTO.- Especial no, general y ms bien crnico. Y t lo conoces bien: con horror

me despierto por las maanas, debera derramar amargas lgrimas viendo el da que

en su carrera no ha de satisfacer uno slo de mis deseos, ni uno slo!

MEFISTO.- Muy bien, veo que te mantienes en forma. Pero te advierto que esa

retrica no convence nada hoy da. La llaman vaca. Hoy se prefiere otras clase de

vaciedades.

FAUSTO.- Yo...no puedo menos que ser fiel a mi destino. Eres t el que...

MEFISTO.- No empecemos con los reproches y las monsergas de siempre. Mira, lo

malo de tu carcter, lo francamente penoso de tu psicologa es que carece en

absoluto de sostenibilidad.

FAUSTO.- De qu?

MEFISTO.- Sos-te-ni-bi-li-dad. No sabes lo que es eso? Por favor! A qu te has

dedicado estos das? Yo no he hecho otra cosa que leer peridicos y ver la tele, y te

aseguro que he aprendido mucho.

FAUSTO.- Crea que lo tuyo era ensear.

MEFISTO.- S, pero mi sabidura es ms bien de carcter general, y has de tener en

cuenta que cada poca, cada civilizacin, cada cultura, cada ciudad e incluso cada

barrio autogenera determinados rasgos exclusivos, que me veo en la obligacin de

estudiar en cuanto tomo tierra en el lugar o poca en cuestin.FAUSTO.- Y cmo van los estudios? Has sacado ya alguna conclusin?

MEFISTO.- Es pronto todava, pero, bueno...alguna s.

FAUSTO.- Y es?

MEFISTO.- Que sta es una ciudad muy moderna.

FAUSTO.- Pero eso es muy antiguo, no? No quedamos que lo moderno era

anterior a lo posmoderno?MEFISTO.- A ver, no nos confundamos. La modernidad, s, la modernidad es


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anterior a la posmodernidad, pero no lo moderno. Lo moderno es....como te dira

yo...lo moderno es la plusquamposmodernidad, al menos tal como se entiende por

aqu.

MEFISTO.- Muy bien, ya veo que aprovechas el tiempo. Pero sabes que yo no me

alimento de semejantes frusleras. Yo necesito alimentos fuertes, poderosos.

MEFISTO.- Mal lo tienes en este tiempo.

FAUSTO.- Bueno, y t qu me propones?

MEFISTO.- Proponerte yo? Por favor, estamos en Barcelona. Aqu, por poco que

te descuides, te cae encima una lluvia de propuestas. Mira, mira ese cartel que

cuelga junto a aquella esplndida farola modernista.

Fausto mira y lee

FAUSTO.- Barcelona, ciudad de ferias y congresos. Del 15 al 27 de marzo, XIII

Congreso Internacional de Demonologa. No me interesa: toda la informacin

sobre el tema la puedo tener de primera mano.

MEFISTO.- Cierto, y por mi parte no sera nada tico participar... aunque s bastante

divertido.

FAUSTO.- Todo se te va en el juego. Sabes? He llegado a pensar que existe un

error muy extendido acerca de tu personalidad. Se te considera el espritu del mal,

cuando en realidad no eres ms que un vulgar espritu juguetn.

MEFISTO.- De vulgar, nada. Y adems, has de saber que existe una equivalencia

profunda entre el mal y el juego.FAUSTO.- No me digas.

MEFISTO.- No slo te lo digo, sino que adems te lo demuestro. Sabes de alguno

de los fundadores de las grandes religiones que se haya dedicado a bromear?

Conoces algn dicho o hecho humorstico o divertido atribuido a Zaratustra,

Abraham, Cristo, Mahoma o Joseph Smith? Pues si ellos, que son el sumo bien, no

conocen la burla, la broma o el juego, resulta evidente que la burla, la broma o eljuego constituyen el sumo mal .


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FAUSTO.- Razonas como aquellos escolsticos de mi primera poca de Pars.

Un joven, que va repartiendo hojas por las mesas, deja una en la de Fausto y

Mefisto.

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La diversidad y la pluralidad como componentes

de nuestra identidad.

Globalizacin Identidad Diversidad

Interculturalidad Identidad cultural Multiculturalismo

A las 19 horas en el TALLER SOLIDARIO de Gracia.

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MEFISTO.- Qu te parece?

FAUSTO.- El tema es apasionante.

MEFISTO.- Lo has captado bien?

FAUSTO.- Lo conozco, lo sufro desde que soy Fausto.

MEFISTO.- Hazme una idea.

FAUSTO.- Dos almas, ay de m, se dividen en mi seno y cada una quiere separarse

de la otra; la una, encendida de amor, se apega al mundo por medio de los rganos

del cuerpo; la otra, sedienta de luz, es impulsada a las altas moradas de nuestrosantepasados.

MEFISTO.- Ya... As que eso es para ti la diversidad y la pluralidad como

componentes de la identidad.

FAUSTO.- S, y slo hablo de dos fuerzas, la que tira hacia la materia y la que

empuja hacia el espritu, pero recuerda que Kerenski y los suyos hablaban de

infinidad de particularidades que descomponen el yo, finalmente inexistente. Peroya sabes cul es mi posicin: creo firmemente que el yo se mantiene; sean dos, sean


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mil las fuerzas disgregadoras el yo no puede abandonar aunque quiera su decisiva

posicin central. En eso consiste la esencia metafsica de la identidad, siempre por

encima de las contingencias de la diversidad y la pluralidad.

MEFISTO.- Pues no.

FAUSTO.- No qu?

MEFISTO.- Que no, que el papel no se refiere a nada de eso, ni de lejos. Y la

globalizacin? Y el multiculturalismo?

FAUSTO.- A eso iba.

MEFISTO.- Pues no vayas, que no tienes ni idea del camino. Ah, si hubieses

aprovechado el tiempo como yo...Hasta un nuevo trabajo te he conseguido.

FAUSTO.- Trabajo?

MEFISTO.- Perdona... Una tarea, una misin, muy adecuada a tus capacidades, todo

un plan de accin...

FAUSTO.- Un plan de accin? En qu consiste? Vamos, la impaciencia me

devora.

MEFISTO.- Para empezar, dentro de veinticuatro horas tienes concertada una visita

con el alcalde.

FAUSTO.- Con el alcalde? Para qu.

MEFISTO.- Mira, esta ciudad tiene un problema. Hace ms de una dcada fue sede

de las Olimpadas, ya sabes, ese encuentro mundial en el que cada pas se empea

en demostrar que los suyos llegan ms rpido o ms alto que los otros. Fue un

acontecimiento que puso a Barcelona al nivel de fama de las principales ciudades

del mundo. Pero el evento se acab. Y es triste tener que reducir los humos cuandose han elevado tan alto. As que se inventaron otra cosa. La llamaron el Foro de las

Culturas. Comparado con las Olimpadas, el Foro result un invento un tanto

gaseoso, y desde luego no alcanz los efectos propagandsticos esperados, si bien el

alcalde y su equipo se mostraron muy satisfechos, arropados por los elogios de los

que, al elogiarlo, elogiaban a la ciudad y por tanto a ellos mismos. Te he de aclarar

que la gente de aqu es muy sensible a los elogios que se dedican a su ciudad... quizes que don Miguel los acostumbr mal. Es importante que tengas esto siempre


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presente. Si no, no llegars a ninguna parte.

FAUSTO.- Y cul ser el contenido de la misin?

MEFISTO.- Dar a la ciudad la fama y el lustre que sus ciudadanos no dejan de

soar.

FAUSTO.- Y cmo lo habr de conseguir?

MEFISTO.- A m me lo preguntas? No eres t el hombre de accin, la

encarnacin del espritu de progreso? Yo te doy la idea y te facilito el primer paso.

Qu ms quieres? No pretenders que adems me ocupe de todos los detalles de tu

agenda... Vamos, levanta el trasero de ese incmodo chisme metlico y pon manos a

la obra. Tienes veinticuatro horas para disear el plan. Y no me digas que la cosa es

difcil. Ms complicado lo tenas con el emperador de Occidente, y no te fue tan

mal.

Veinticuatro horas despus. Antesala del despacho del alcalde. Solo, de pie, Fausto

observa los cuadros y grabados que adornan las paredes. Se detiene ante uno que

representa la Barcelona siglo XVI, vista desde Montjuic.

FAUSTO.- As eras, as casi llegu a conocerte. (Se fija en la fecha) 1572!... Y

precisamente por esos aos, aunque antes de que tus murallas se alzasen ante mi

vista, se desarrollaba mi vida verdadera...Quin me arranc de ah? Quin

sustituy el ritmo natural del nacer, vivir y morir por este eterno existir, brincando

siempre sobre los lomos de los siglos? Mi impaciencia, mi ansia siempre

insatisfecha, por ellas fui sustrado al curso natural de los tiempos y entregado alpoder que me convirti en lo que ahora soy y siempre ser. Y siempre en compaa

de ese ser despreciable, de ese monstruo metafsico que, no teniendo nada que

perder, puede ser absolutamente lcido y demoledor.

Cruza la sala un joven, muy correctamente trajeado, con unas carpetas bajo el

brazo. Su parecido con Bernardo es total. Fausto no puede contener su asombro.


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FAUSTO.- Bernardo!

El joven se detiene y observa a Fausto con curiosidad y extraeza.

FAUSTO.- No me reconoces? Es verdad que entonces era un anciano y ahora no

aparento ms de cuarenta, pero soy el mismo. Cmo has llegado hasta aqu? Te ha

trado tambin mi socio? Seguro, el muy bribn...

BERNAT.- Perdone, pero no le entiendo. Sin duda se confunde. Mi nombre es

Bernat, Bernat Arag y soy auxiliar primero del secretario segundo del seor

alcalde. Puedo servirle en algo?

Al instante Fausto se hace cargo de la situacin.

FAUSTO.- Dispense. S, me he confundido. Estaba contemplando este magnfico

grabado, y algo ha pasado por mi mente...

Bernat se acerca al grabado.

BERNAT.- No me extraa. Es el Braun und Hogenberg, mi preferido. Es de una

precisin asombrosa, fotogrfica. Los edificios que an subsisten son reconocibles

en todos sus detalles. Le confieso que, a veces, cuando paso por aqu, no puedo

evitar detenerme. Pero es peligroso, porque entonces me quedo atrapado.

FAUSTO.- Atrapado?BERNAT.- S, como soando. Tengo la impresin...

FAUSTO.- De que lo has vivido, de que has estado ah. Dej vue, se llama en

psicologa.

BERNAT.- Exacto, como si hubiese estado ah. Cmo lo ha adivinado? Es usted

psiclogo?

FAUSTO.- No, pero tengo un socio que es una eminencia mundial en la materia, ysiempre se le pega a uno algo.


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BERNAT.- Bien, dispense. El segundo secretario me espera. Tiene usted cita con el

alcalde, supongo. Hace rato que espera? No s si podra hacer algo. Su nombre, por

favor...

FAUSTO.- Faust, doctor Erich Faust.

Bernat busca en una de las carpetas y consulta una hoja.

BERNAT.- Faust, s, aqu est, a las doce. (Consulta el reloj) Vaya, son las doce y

veinte. Todava debe estar con el equipo. No tardar, no se preocupe.

Bernat sale y Fausto se queda solo. Un instante despus se abre una puerta con

gran estrpito y un baln de ftbol va a dar sobre el grabado, hacindolo trizas,

justo al lado de la cabeza de Fausto, que se aparta sobresaltado. Detrs del baln

aparece un grupo de jvenes en camiseta y pantaln corto y, entre ellos, un hombre

de cincuenta cumplidos, con americana y corbata. Uno alcanza el baln y todos

siguen jugando, pasndoselo y regateando, hasta que van saliendo por la otra

puerta sin dejar de jugar. Slo se queda en la sala el hombre de americana y

corbata, el alcalde, que, algo sudoroso y con expresin de gran felicidad, se dirige

a Fausto.

ALCALDE.- Qu muchachada! No le parece? Ah est el porvenir, y an hay

quien lo duda...

FAUSTO.- Puede ser. A veces el porvenir toma en el presente formas muy extraas.ALCALDE.- Cmo dice? Perdone, usted es...

FAUSTO.- Doctor Faust.

ALCALDE.- S, claro, le estaba esperando. Qu le parece Barcelona?

FAUSTO.-Barcelona s bona.

ALCALDE.- Si la bossa sona...

FAUSTO.- Tant si sona com si no sona, Barcelona s bona.ALCALDE.- Magnfico! Usted acabar integrndose. Acompame, la comisin de


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eventos debe estar ya reunida...Y no dispongo de mucho tiempo. Me espera mi

grupo de samba.

Por la laberntica azotea del famoso edificio, formada por pasadizos, placetas,

escalas y rampas que suben y bajan, entre cruces de formas retorcidas, revestidas

de fragmentos de cermica, y rgidos centinelas de piedra, se mueven Fausto y

Mefisto.

FAUSTO.- ...Y de la Comisin de Eventos se desgajarn otras dos comisiones y

cinco subcomisiones, dedicadas al estudio del impacto de la propuesta en las

distintas vertientes social, educativa, ambiental, meditica y desde las perspectivas

de la sostenibilidad, multiculturalidad, identidad, globalidad, diversidad,

pluralidad...

MEFISTO.- Bien, bien, veo que vas aprendiendo. Pero se puede saber en qu

consiste la propuesta?

FAUSTO.- En prescindir de los adjetivos y centrarse en el sustantivo.

MEFISTO.- Es decir...

FAUSTO.- Que si antes se hablaba de la Barcelona olmpica o de la Barcelona

multicultural, en adelante se hablar de Barcelona, sin ms. Para empezar, el

prximo ao ser proclamado el Ao Universal de Barcelona.

MEFISTO.- Con qu contenido?

FAUSTO.- se ser el trabajo de las comisiones y subcomisiones que se creen en su

momento, mediante la recepcin y valoracin de las propuestas que eleven losdistintos agentes sociales. Yo he sido nombrado Dinamizador Universal de la

Accin Barcelona, que as se llama la propuesta...Qu significa esa cara? Hay

algo que no te convence?

MEFISTO.- No s...Todo eso me recuerda una vieja novela austriaca. Y estaba

pensando...de esas cosas se llenan los hombres!

FAUSTO.- Y las mujeres...No caigamos en la discriminacin de gnero.MEFISTO.- Ya veo que eres un alumno muy aprovechado. Pero yo no descarto a las


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mujeres. Simplemente me atengo a la vieja gramtica. Y t deberas hacer lo mismo,

si no quieres dejar de ser quien eres... Ven, mira. Ves esos hombres y mujeres (aqu

s) que se mueven all abajo, entre automviles de varios colores, taxis amarillos y

autobuses rojos? Y sos que se sientan en aquella terraza? Y aqul del quiosco de

peridicos que est poniendo en orden las postales tursticas? Y aquella pareja que

acaloradamente discute esperando el cambio del semforo? Qu crees que piensan?

Qu esperan? Qu desean?

FAUSTO.- La felicidad. Quieren ser felices.

MEFISTO.- Y lo conseguirn?

FAUSTO.- No. Slo yo s que no hay ningn medio de conseguirla, sino es

rompiendo los lmites. Por eso me asoci a ti.

MEFISTO.- Y en este panorama, qu pinta la Accin Barcelona?

FAUSTO.- Ahora me vienes con sas? T me aconsejaste... T me empujaste...

MEFISTO.- Cierto, cierto, pero piensa que tambin el Diablo puede a equivocarse.

Slo Dios es infalible. Y el Papa, claro...en determinadas circunstancias y mientras

no decaiga el dogma. Mira, he llegado a la conclusin de que halagar las vanidades

colectivas no sirve para nada. Ni para ti, que no lo necesitas para medrar, ni para los

halagados, que no resuelven con ello sus verdaderos problemas, metafsicos o

cotidianos. Cierto que, cuando gana su equipo de ftbol, el hombre se va a dormir

mucho ms feliz que cuando pierde... Pero todos los despertares son igual de

amargos... Cuntas de estas personas que, como nosotros, contemplan el Paseo

desde la altura no estarn pensando en lanzarse al vaco?

FAUSTO.- Asunto suyo. Quieres ahora que me ocupe de las angustias ajenas?MEFISTO.- Quiero que no olvides dnde radica el problema fundamental del ser

humano, que no est ni en la poltica ni en las emociones colectivas.... Mira, mira

se. Ya est con medio cuerpo fuera. No diras que...?

FAUSTO.- Se va a tirar! (Fausto corre hacia el hombre, que se asoma al vaco)

Oiga! Espere!

BERNAT.- (Volvindose) Qu he de esperar? Estoy harto de esperar.FAUSTO.- Bernardo, digo, Bernat! No me conoces?


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BERNAT.- Ah, s...Esta maana, en el ayuntamiento. Mira, es intil. Lo que tratas

de impedir se cumplir de todos modos.

FAUSTO.- Yo no trato de impedir nada que realmente desees. Slo...me gustara que

supieses por qu y para qu lo vas a hacer. Qu edad tienes?

BERNAT.- Veinte aos.

Mientras, tambin Mefisto se ha aproximado.

FAUSTO.- (a Mefisto) Mrale bien. No te recuerda a nadie? No es realmente...?

MEFISTO.- No s...Todos los jvenes de veinte aos se parecen.

FAUSTO.- (a Bernat) Seguro que piensas que tienes poderosas razones para

hacerlo.

MEFISTO.- (Amigo, desde que aparece la reflexin, las razones se necesitan para

vivir, no para morir).

BERNAT.- No tengo ninguna para seguir viviendo.

FAUSTO.- Cmo lo sabes? Cmo te atreves a cancelar el paisaje de la vida si an

no lo conoces?

MEFISTO.- (Este Fausto, siempre tan positivo) Bernardo, digo Bernat, ven aqu y

escucha a las personas mayores.

BERNAT.- (a Fausto) Y se, quin es?

FAUSTO.- Mi socio.

BERNAT.- El psiclogo? No necesito ningn psiclogo!

MEFISTO.- No te preocupes. No es mi intencin perder el tiempo con adolescenteshistricos. Gente ms necesitada me est esperando. (Se busca en los bolsillos)

Dnde tengo la acreditacin?

FAUSTO.- Nos dejas ahora?

MEFISTO.- Te dejo con Bernat, te parece poco? Y olvida la Accin Barcelona, por

favor. Ya sabes lo que dicen las Escrituras: ms alegra habr en el cielo por una

persona que se salve que por cien ciudades que alcancen la gloria...o algo as.


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Congreso de Demonologa. En la mesa presidencial, frente a una platea repleta de

hombres y mujeres con sus carpetas negras de congresistas, nueve personas ante

nueve micros plateados y nueve botellines de agua. En el centro, el Moderador; en

el extremo izquierdo, Mefisto.

MODERADOR.- Estimados congresistas, ha llegado el momento de las

conclusiones. Pero, es posible hablar de conclusiones cuando tenemos desplegado

ante nosotros un abanico tan amplio y tan dispar de posiciones? Permitidme un

resumen de urgencia. Lo formular en dos palabras y, si en algo me equivoco, aqu

estn los seores y seoras ponentes para corregirme...Para el profesor Boboy el

Diablo no es un ser dotado de entidad fsica o espiritual; es una metfora, es el

smbolo del mal, un smbolo que ciertas organizaciones religiosas han querido

convertir en un ser real para agitarlo como un espantajo ante el pueblo sencillo e

ignorante. Para la doctora Lelay el Diablo, al que los le lelastas prefieren llamar

Satn, es la encarnacin intelectual de la verdad y la libertad, aherrojadas por las

iglesias de todo tipo, y los lelastas no se avergenzan de rendirle culto para

avergonzar, dicen, a los adoradores del Dios opresor. Para el profesor Sosoy el

diablo es un ser existente, aunque metafsico, que ha hecho de la humanidad el

campo de batalla de su eterna guerra contra Dios. Y no menciono las posiciones de

los dems ponentes porque estaris de acuerdo en que, en sus rasgos fundamentales,

coinciden con alguna de las que acabo de resumir. Cierto que no hemos odo al

profesor Sabatini, que ha manifestado su deseo de no intervenir cuando era su turno.

Desea ahora leernos su ponencia, profesor?... Se encuentra bien, profesorSabatini?

Sabatini-Mefisto parece dormido, incluso emite dbiles ronquidos.

MODERADOR.- (alto) Seor Sabatini!

MEFISTO.- Ah...s...Bien, estoy muy bien.MODERADOR.- Desea intervenir, profesor, o prefiere irse a descansar?


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Risas entre los asistentes.

MEFISTO.- Intervenir...claro...intervenir. Yo siempre intervengo, pero pocas veces

sirve de algo...

MODERADOR.- Quiz no est en condiciones de leernos su ponencia...

MEFISTO.- Leer? No, claro que no. Leer me aburre. Siempre las mismas

estupideces. Si al menos hubiese un poco de imaginacin...

MODERADOR.- Y qu tal si nos expresa, muy brevemente, se lo ruego, su

opinin sobre las ponencias presentadas? Por cul de las tres alternativas que acabo

de resumir se inclina usted?

MEFISTO.- Por todas.

MODERADOR.- Cmo dice? Piense que al menos una de ellas es incompatible

con las otras dos...

MEFISTO.- Todas son ciertas.

MODERADOR,- Puede explicarnos eso?

MEFISTO.- Todas son falsas.

MODERADOR.- En qu quedamos?

MEFISTO.- Todas son ciertas y todas son falsas.

MODERADOR.- Le importara exponer su opinin de una manera comprensible?

MEFISTO.- De acuerdo, de acuerdo. Lo que pasa es que puedo ser un

poco...heterodoxo.

MODERADOR.- Heterodoxos lo somos todos... faltara ms. Pero tambin somosrespetuosos. Respetuosos con las sensibilidades... Ya me entiende... no ofender...

MEFISTO.- No ofender?

MODERADOR.- S, ya sabe...a las mujeres, a los judos, a los musulmanes, a los

homosexuales, a los adventistas del sptimo da, a las lesbianas, a los metrosexuales,

a los zurdos, a los urbanos, a los taxistas, a los metastanos, a los taxidermistas, a los

agentes de la propiedad inmobiliaria, a los psiclogos, a los periodistas, a loszologos, a los espiritistas, a los odontlogos...en fin, ya me entiende.


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MEFISTO.- A los catlicos...

MODERADOR.- (con una sonrisita) Bueno, eso...usted mismo.

MEFISTO.- Pues mire por dnde...Yo mismo me siento muy unido a la teologa

catlica, y sentira ofenderla.

Risitas y silbiditos entre los asistentes.

MODERADOR.- (a la concurrencia) Por favor, por favor. Escuchemos al profesor

Sabatini. Todas las opiniones son respetables.

MEFISTO.- Eso que acaba de decir es una de las memeces ms extendidas en este

siglo y parte del otro. Ha de saber, seor mo, que desde el punto de vista intelectual,

el noventa y nueve por ciento de las opiniones que se expresan son absolutamente

despreciables y no merecen el menor respeto.

MODERADOR.- (algo irritado) Acaso es usted el nico que est en posesin de la

verdad? Es usted Dios?

MEFISTO.- Pero cmo voy a ser Dios, mentecato, si soy el mismsimo Diablo?

Grandes risas entre los asistentes. Irritacin contenida en el Moderador.

MODERADOR.- Usted, el Diablo? Vaya, esta s que es una buena noticia. Seoras

y seores, ante ustedes, el Diablo en persona. Seor Diablo, sera tan amable de

desvelarnos el misterio de su personalidad y acabar as con las dudas de estos pobres

mortales?MEFISTO.- Con mucho gusto. Para empezar he de decir que en mi personalidad no

hay ningn misterio. El misterio est en los pobres mortales. Esta curiosa raza ha

desarrollado una extraa facultad a la que llaman pensar, que, como todo el mundo

sabe, consiste en separar el grano de la paja. Pero ocurre, amigos especialistas en

m, que en el ser humano el grano y la paja se guardan en el mismo granero, o

pajero, tambin llamado mente. Y as, se suele decir: esto de aqu es imaginario,esto de all es real, sin tener en cuenta la famosa parfrasis del no menos famoso y


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confuso filsofo que dice: todo lo real es mental; todo lo mental es real. De lo que se

deduce, si es que no me he perdido, que el Diablo, o sea yo, es tan real y a la vez tan

imaginado como todas y cada una de las representaciones que se forman en la

mente... incluidos estos micros y estos botellines.

BOBOY.- Esa filosofa es repugnante.

LELAY.- Esa filosofa es cobarde.

SOSOY.- Esa filosofa es una muestra del callejn sin salida del idealismo absoluto:

el solipsismo.

MODERADOR.- Ya ve, profesor Sabatini, perdn, seor Diablo. Ya ha odo las

reacciones de los colegas. Reconozca que no es tan fcil embarcarse en el vuelo de

la filosofa.

MEFISTO.- Para m es sencillsimo.

MODERADOR.- De verdad sabe usted a qu me refiero cuando hablo del vuelo de

la filosofa?

MEFISTO.- Perfectamente, e insisto que, para m, el vuelo de la filosofa, como

cualquier otro vuelo, es cosa de coser y cantar.

MODERADOR.- Demustrelo.

MEFISTO.- Atienda...

Mefisto es como lanzado verticalmente hasta el alto techo de la sala, y al chocar

con l se transforma en una extraa ave, grande y oscura. El ave empieza a volar

rozando el techo, como si buscase una salida, hasta que de repente dirige el vuelo

hacia abajo. Cadas en picado, vuelos rasantes sobre las mismas cabezas de los

congresistas. Gritos, histeria, carreras, atropellamientos de los congresistas,

acosados por el vuelo rasante del gran pjaro negro, que no deja de emitir

horrsonos graznidos...

Noche. Bar de copas y msica en la zona antigua de la ciudad. Fausto, Mefisto y

Bernat, en torno a una mesa.


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BERNAT.- Y es eso vida? Arrastrarse por una existencia vaca de sentido,

mientras que lo nico que importa, el arte y el amor, se me niega totalmente?

FAUSTO.- Pero tu amas...

BERNAT.- Con todo mi ser.

MEFISTO.- Perdona, chico o chica?

BERNAT.- Chica, si no os incomoda.

MEFISTO.- No, no...ha de haber de todo en este mundo.

FAUSTO.- Y t escribes...

BERNAT.- Sin parar, pero no consigo que se publique nada.

FAUSTO.- Pues si amas y escribes, ya est...No es eso lo que pretendes?

BERNAT.- S, pero no hay correspondencia. Es como mirarse a un espejo y no ver

nada al otro lado. Amar sin ser correspondido, escribir sin ser publicado son dos

formas de masturbacin.

MEFISTO.- Qu tiene de malo la masturbacin, como dijo el famoso cmico? (a

Fausto) Por cierto, t lo conociste, Woody, te acuerdas?

BERNAT.- De malo tiene...que es algo parcial, incompleto, y yo aspiro a una vida

plena.

MEFISTO.- Qu mana! Qu obsesin! La vida siempre es plena, amigo, pero se

la acaba destruyendo con la imaginaria no-vida de los deseos quimricos.

FAUSTO.- Pero qu dices? No me asoci contigo para que ahora me vengas con

sas...

MEFISTO.- Estoy hablando con Bernat. No sabes que cada enfermo tiene su

medicina? Mira, Bernat, siempre has de empezar por lo que tienes alrededor, alalcance de la mano. Ves aqu? Qu ambiente, qu animacin, qu alegra! Y esa

msica que a la vez adormece y exalta los sentidos.... Mira cmo bailan, cmo se

mueven, cmo se agitan, posedos por la magia absoluta del ritmo... No les hables

ahora de otra felicidad, porque aqu y ahora son plenamente felices... Has visto

aquella chica?

BERNAT.- S, hace rato que la observo. Es preciosaMEFISTO.- (Vamos bien...)


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FAUSTO.- (la mira atentamente) Es....Catherine!

Catherine deja de bailar y se acerca corriendo al grupo. Abraza efusivamente a

Fausto y dirige una sonrisa a los otros dos.

CATHERINE.- Enrique! Qu haces aqu?

FAUSTO.- Y t?

CATHERINE.- Doy clases en la universidad... filologa francesa... Qu tal, doctor

Sabatini! No me puedo quitar de la cabeza su show de Pars, fue algo

impresionante...todava me estoy riendo.

MEFISTO.- Bah, cosas de cros.

FAUSTO.- Catherine, ste es mi amigo Bernat.

CATHERINE.- Hola.

Catherine y Bernat se besan en las mejillas.

BERNAT.- Hace rato que te miro. Supongo que no has venido sola...

MEFISTO.- (Bravo, eso es entrar con la directa)

CATHERINE.- Estoy con unos amigos...pero, bueno, cada cual va a su aire... Y

dime, Enrique, qu te ha trado por aqu? Qu planes tienes?

FAUSTO.- Bueno...tena un encargo muy importante... relacionado con la gestin de

la ciudad...pero he renunciado...en realidad, no vala la pena...

CATHERINE.- (mirando de reojo a Mefisto) Y siempre juntos, no?MEFISTO. - Casualidades... Yo he venido a participar en un congreso.

CATHERINE.- (con malicia) No ser el de demonologa? Por cierto, dicen que ha

acabado muy mal: escenas de pnico, histeria colectiva...

BERNAT.- S, y con muchos heridos...

Catherine y Bernat siguen hablando entre ellos, al margen de los otros dos.


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FAUSTO.- As, que te lo pasaste bien, eh?

MEFISTO.- Que va... Fue de lo ms aburrido... Menos mal que al final consegu

animarlo un poco... Pero bueno, hablbamos de planes. Tengo a la vista uno muy,

pero muy importante.

FAUSTO.- Me conformara con que fuese efectivo, con que se aproximase un poco,

slo un poco a lo que esperaba de ti.

MEFISTO.- Es que en este caso... bueno, te he de aclarar un punto fundamental: en

este caso el protagonista ser yo.

FAUSTO.- (con resignacin) En este caso?

MEFISTO.- Lo siento, pero es un asunto que me toca muy de cerca.

FAUSTO.- Y de qu va?

MEFISTO.- Mira, dentro de poco va a desaparecer una personalidad muy destacada;

se trata nada menos, que del principal lder espiritual del mundo. Enseguida se

abrir el proceso de eleccin del sucesor y....yo he de estar all. S, y muy atento y

presto a intervenir cuando convenga. Me va en ello la propia supervivencia...(a

Bernat y Catherine) Pareja! Estamos hablando de planes. Mi socio y yo tenemos

uno en marcha. Y se acepta compaa. Nos vamos.

CATHERINE Y BERNAT.- Adnde?

MEFISTO.- A Roma.

BERNAT Y CATHERINE.- Roma! El sueo de mi vida!

MEFISTO.- (Vaya, dos corazones batiendo al unsono, como decan los romnticos

galicistas). Pues daos prisa, que nos vamos.

CATHERINE.- Ya? No ser en una alfombra mgica?BERNAT.- O en un caballo de madera?

MEFISTO.- (Caballo de madera? A eso lo llaman regresin, cuando en realidad,

como siempre, no es ms que un capricho del guionista). No, amigo, esta vez

ascenderemos al Cielo de la aviacin comercial, previo paso por el Purgatorio del

aeropuerto. (Est claro que la vieja teologa liga con todo, como el Champagne).

FIN DE LA JORNADA QUINTA


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mundo, demonio y fausto 8

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