modelo asociativo decisional

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  • 7/21/2019 Modelo Asociativo Decisional

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    Universidad de Huelva

    TESIS DOCTORAL

    El modelo asociativo-decisional de participacin fraccionadapara la autoformacin y la accin polticas en el horizonte de

    una ciudadana mundial

    DoctorandoLic. Luis de la Rasilla y Snchez-Arjona

    Huelva, diciembre de 2008

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    A la profesora Cristina del Moral Ituarte -que ha asumido en solitariotodas nuestras responsabilidades conjuntas, contribuyendo decisivamentea generar las estrictas condiciones de autonoma poltica personal sin lasque el trabajo de toda una vida hubiese resultado inviable- y a nuestros

    hijos Ignacio y Margarita.

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    NDICE

    NDICE DETALLADO

    FICHA, SNTESIS Y CONTENIDO

    PRESENTACIN

    Parte IANTECEDENTES

    Captulo 1. Experiencia institucional: el trnsito de la dictadura a la democraciavergonzante

    Captulo 2. Entre el pensamiento y la accin: la Iniciativa INTER/SUR, 1996-2007

    Parte II

    UN VIAJE FANTSTICO (a modo de introductor lgico)

    Captulo 3. Del curso de verano de La Rbida de 1492 al de Doana de 2001Captulo 4.Rumbo al sur y al futuro

    Parte IIIEL MODELO DE PARTICIPACIN FRACCIONADA

    Captulo 5. Ciudadana versusecociudadana: contexto, retos y escollosCaptulo 6. El principio inspirador y los principios operacionales y motivadoresCaptulo 7. Los principios moduladores e instrumentales

    Parte IVLA INSTANCIA DE PARTICIPACIN FRACCIONADA: APROXIMACIN A SUFUNCIONAMIENTO

    Captulo 8. La instancia de participacin fraccionadaCaptulo 9. La funcin I+C: el ejercicio de la iniciativaCaptulo 10. La funcin I+C: el ejercicio del controlCaptulo 11. La funcin asociativo-decisional de la IPF y la aplicacin del MPF a los

    instrumentos polticos convencionales

    Parte VESTRATEGIA PARA EL DESARROLLO COOPERATIVO DEL MPF Y DE LA IPF Y SUAPLICACIN A LA PROMOCIN DE LA ECOCIUDADANA: "ECOCIUDADANIA.ORG,2008-2016"

    Captulo 12. La iniciativa PAUTA/ecociudadana universitariaCaptulo 13. Las iniciativas PFp y Movimiento Ecociudadano

    CONCLUSIONES GENERALES

    GLOSARIO DE LA PARTICIPACIN FRACCIONADA

    BIBLIOGRAFA CITADA

    ANEXOhttp://www.proyectointersur.org/

    ARCHIVO VIRTUALhttp://www.proyectointersur.org/archivogeneral/archivovirtual.htm

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    NDICE DETALLADO

    FICHA, SNTESIS Y CONTENIDO

    PRESENTACIN

    Parte IANTECEDENTES

    Captulo 1EXPERIENCIA INSTITUCIONAL: EL TRNSITO DE LA DICTADURA A LA

    DEMOCRACIA VERGONZANTESntesis1. Una antigua desazn2. Partidos polticos3. Defensores del Pueblo4. La Administracin exterior y la larga mano de la razn de Estado4.1. Constitucin versusrazn de Estado4.2. Comisiones de investigacin parlamentarias4.3. Las ONGs de cooperacin al desarrollo4.4. Cuando se juega con la vida de los ciudadanos4.4.1. Toma 1: Morir en frica4.4.2. Toma 2: Ojo!... si es el Estado espaol quien te garantiza la vida4.4.3. Toma 3: Cuando los derechos de un ser humano se canjean por xitos

    polticos.5. Un escenario preocupante6. Conclusin

    Captulo 2.ENTRE EL PENSAMIENTO Y LA ACCIN: LA INICIATIVA INTER/SUR, 1996-07Sntesis1. Antecedentes2. Primera fase 1996-2001

    En torno a la educacin ambiental y el desarrollo sostenible2.1. Gnesis2.2. Fundamentos2.3. Contenido2.4. Marco asociativo-decisional2.4.1. El Instituto INTER/SUR2.5. Un soporte complementario: la iniciativa UNIVERSIDAD DEL

    ATLNTICO (iUA)3. Segunda etapa, 2002-2006

    En torno a la autoformacin y a la accin ecociudadanas

    3.1. La reorientacin del horizonte temtico3.2. La ampliacin del mbito espacial: la Iniciativa INTER/SUR Al-Andalus-Golfo de Cdiz

    3.3. Un quehacer experimental3.4. Marco asociativo decisional3.4.1. El Proyecto INTER/SUR4. Una tarea colectiva5. Una dcada de actividadessui generis6. La funcin de iniciativa y control y los observatorios de I+C7. La financiacin8. Balance general

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    Parte IIUN VIAJE FANTSTICO (A modo de introductor lgico)

    Capitulo 3DEL CURSO DE VERANO DE LA RBIDA DE 1492 AL DE DOANA DE 2001Sntesis1. A modo de introductor lgico: por qu un recurso didctico?2. Aquel inslito y caluroso verano de 1492 en La Rbida3. En la Mina de carbn de Dudley Castle, invierno de 17124. La Exposicin Universal de Pars de 18895. Washinton D.F. en los albores del siglo XXI6. En aquella duna, mirando al mar, cinco siglos despus

    Captulo 4RUMBO AL SUR Y AL FUTUROSntesis1. De Cabo da Roca a Cabo Espartel1.1. Lisboa.

    1.2. Rumbo al Algarve1.3. Ro arriba, ro abajo1.4. En el Monte do Vento1.5. Entre el Algarve y el Alentejo1.6. "A tempestade"2. Aquel fin de semana en las montaas del Rif3. Un hecho inslito en una Universidad espaola4. Turismo, estudio, participacin y aventura en la Amazona, los Andes y el

    Pacfico4.1. Entre el Upano y el Paute5. frica un da cualquiera en la era del ocio y de la cultura de la

    participacin fraccionada

    Parte IIIEL MODELO DE PARTICIPACIN FRACCIONADA

    Captulo 5CIUDADANA VERSUSECOCIUDADANA: CONTEXTO, RETOS Y ESCOLLOSSntesis1. Tecnologa poltica de nueva generacin?2. Contexto3. Retos4. Escollos5. Democracia representativa versusdemocracia ciudadana5.1. En el mbito de la democracia directa5.2. En el mbito de la democracia participativa5.3. Una democracia ciudadanasin herramientas polticas ad hoc?5.4. El MPF y la democracia ciudadana6. Democracia ciudadanaversusdemocracia ecociudadana6.1. Democracia y globalizacin6.2. Una democracia de ecociudadanos6.2.1. La ruptura del cors Estado nacional

    6.2.2. La superacin del paradigma de la modernidad7. En torno a la regulacin de ese espacio ms all del Estado7.1. La personalidad jurdico internacional7.1.1. Las ONGIs y el derecho internacional7.1.2. Las sociedades transnacionales y el derecho internacional7.1.3. Los ciudadanos y el derecho internacional7.2. La participacin de las personas privadas en la elaboracin del

    derecho internacional8. La ciudadana europea

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    Captulo 6

    EL PRINCIPIO INSPIRADOR Y LOS PRINCIPIOS OPERACIONALES YMOTIVADORESSntesis1. El principio de desagregacin-agregacin1.1. Supuestos prcticos1.1.1. La cancela del sabio, el carruajey el arte del copo1.1.2.La cadena de envasado y el grupo ecologista Guadiana Atento1.1.3. El cajero automtico y la asociacin Guadiana Vivo1.1.3.1. Guadiana Vivo y su Observatorio Ambiental del Guadiana1.2. Los principios operacionales: de cooperacin, complementariedad,

    publicidad y conectividad1.3. Un proceso de tres tiempos1.3.1. El fraccionamiento del quehacer participativo1.3.2. La conversin de oportunidades PF en impulsos PF1.3.3. La agrupacin complementaria de impulsos PF1.3.3.1. La agrupacin direccional de impulsos PF2. Principios motivadores del modelo de participacin fraccionada2.1. El principio de afectacin directa o de incumbencia2.2. El principio de ecociudadana o de autoatribucin de legitimidad

    participativa

    Captulo 7LOS PRINCIPIOS MODULADORES E INSTRUMENTALES DEL MPFSntesis1. Los principios moduladores1.1. Principio de aquiescencia pactada1.2. Principio de cohabitacin cooperativa1.3. Principio de rol variable1.4. Principio de liderazgo abierto1.5. Principio de confidencialidad opcional2. Efectos de los principios moduladores sobre el MPF3. Autonoma versusefecto moderacin-adulteracin4. El Colectivo COOPERA4.1. Un procedimientosuis generispara la regulacin de COOPERA4.2. La propuesta de Teresa: la iniciativa OBSERVA4.3. El liderazgo de Teresa4.4. El contenido de OBSERVA4.5. Regulacin o autoregulacin de OBSERVA?4.6. La autofinanciacin de OBSERVA4.6.1. La propuesta financiera de Pablo: la iniciativa EMPRENDE5. Los principios instrumentales5.1. Haca un nuevo y generalizado homo ociosus?5.2. Ocio y turismo5.3. El MPF y la doble Ae5.4. Una cuestin terminolgica: turismo cvico? civeocio? civeturismo?

    ecociveocio? ecociveturismo?5.5. Principios de ecociveocio y de ecociveturismo

    Parte IVLA INSTANCIA DE PARTICIPACIN FRACCIONADA (IPF):APROXIMACIN A SU FUNCIONAMIENTO

    Captulo 8LA INSTANCIA DE PARTICIPACIN FRACCIONADA (IPF)Sntesis1. Instancia de participacin fraccionada?2. Soportes y funciones2.1. Funcin de iniciativa y control (I+C): observatorio2.1.1. La observacin como antesala de la participacin2.1.2. La iniciativa

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    2.1.3. El control2.1.4. La dimensin ecociudadana de la funcin de I+C2.2. Funcin asociativo-decisional (A+D): proceso PF2.3. Funcin de encuentro y debate (E+D): foro2.4. Funcin de enseanza-aprendizaje (E+A): aula2.5. Funcin de recopilacin y almacenamiento (R+A): archivo2.6. Funcin de informacin y asesoramiento (I+A): asesora2.7. Funcin de coordinacin y gestin (C+G): agencia2.8. Funcin de vigilancia y garanta (V+G): defensora3. Tipologa4. ElsoftwareFP5. Conclusin: una herramienta poltica de nueva generacin

    Captulo 9LA FUNCIN I+C: EL EJERCICIO DE LA INICIATIVASntesis1. La funcin de I+C1.1. El observatorio de participacin fraccionada1.1.1. Terminologa bsica1.1.1.1. Ejercicio de observatorio1.1.1.2. Activacin de un observatorio1.1.1.3. Activacin direccional1.1.1.4. Reajuste asociativo-decisional2. Los observatorios de INTER/SUR2.1. Finalidad2.2. Rasgos2.3. Un escenario preocupante3. Observatorios de iniciativa3.1. Caso prctico 1: la iniciativa AMITIE3.2. Caso prctico 2: la iniciativa AVISPA/ecociudadana3.3. Caso prctico 3: la iniciativa CEDE TU VOTO4. Conclusin

    Captulo 10LA FUNCIN I+C: EL EJERCICIO DEL CONTROLSntesis1. Observatorios de control2. Caso prctico 1: el Asunto EGMASA (1999-2008)2.1. Antecedentes2.2. Fase 12.3. Fase 23. Caso prctico 2: el Asunto BAJO/BAIXO GUADIANA (2002-2008)3.1. Fase I3.1.1. Activacin3.1.2. Desagregacin inicial del quehacer participativo3.1.3. Los primeros pasos3.2. Fase II3.2.1. Activacin4. Caso prctico 3: la Accin ISLANTILLA (2003-2008)

    Captulo 11LA FUNCIN ASOCIATIVO-DECISIONAL DE LA IPF Y LA APLICACIN DELMPF A LOS INSTRUMENTOS POLTICOS CONVENCIONALESSntesis1. El asociacionismo blando y la participacin a la carta2. IPF versuspartido polticos y asociaciones para la participacin poltica3. Un soporte para el individualismo?4. Un conglomerado asociativo-decisional virtual5. El Observatorio ecociudadano de iniciativa y control de la UNIA5.1. Caractersticas5.2. El rechazo5.3. La crtica razonada5.4. Conclusin

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    6. La aplicacin del MPF a las ONGs y a otros instrumentos polticos

    convencionales6.1. El mbito virtual de ecociudadana6.1.1. La configuracin del AVE6.1.1.1. Delimitacin del AVE6.1.1.2. Las ALAs del AVE6.1.1.3. Las PATAs del AVE6.1.1.4. La regulacin del AVE6.1.1.5. Adquisicin del dominio web, hospedaje, diseo y publicacin6.1.1.6. El apoyo logstico: la organizacin soporte del AVE

    Parte VESTRATEGIA PARA EL DESARROLLO COOPERATIVO DEL MPF Y LA IPF Y SUAPLICACIN A LA PROMOCIN DE LA ECOCIUDADANA:"ECOCIUDADANIA. ORG, 2008-2016"

    Captulo 12LA INICIATIVA PAUTA/ecociudadana universitariaSntesis1. Presentacin1.1. La concepcin de la PAUTA: antecedentes1.2. Plataforma para la autoformacin y la accin?1.3. El umbral crtico de despegue de la PAUTA2. La PAUTA/ecociudadana2.1. El carcter plurinacional y multicultural2.2. La promocin de la PAUTA/ecociudadana en el mbito universitario2.2.1. Unos antecedentes pesimistas2.2.2. El Proyecto PAUTA/e UHU 3.03. La PAUTA/ecociudadana universitaria como soporte piloto al servicio de

    la doble Ae y de la experimentacin de la participacin fraccionada:descripcin y contenido

    3.1. Recursos organizativos3.2. Componentes3.2.1. Campaa de difusin permanente3.2.2. Acicates ad hoc

    3.2.3. Gua para los integrantes de la Red Civil de Apoyo3.2.4. Gua del participante3.2.5. Encuentros de presentacin y coordinacin3.2.6. Tarjeta de Participante3.2.7. Recursos de doble AE3.2.7.1. Gua de Estudio3.2.7.2. Unidades didcticas3.2.7.2.1. La agenda virtual de iniciativas y sugerencias para la accin (AVISPA/e)3.2.7.3. Actividades de aula abierta3.2.7.4. Actividades de campo3.2.7.5. Soportes3.2.7.5.1. Soporte para la iniciativa y el control (I+C)3.2.7.5.2. Soporte para la intervencin ecociudadana3.2.7.5.3. Soporte para la gestin colectiva3.2.7.5.4. Soporte para el voluntariado3.2.7.5.5. Soporte para el plurilingsmo y el interculturalismo3.2.7.6. Programas complementarios

    3.2.8. Crditos3.2.8.1. Crditos de libre configuracin3.2.8.2. Crditos ad hoc3.2.8.3. Crditos asociados a la transversalidad3.2.9. Diplomas3.2.9.1. Diplomas oficiales3.2.9.2. Diplomas ad hoc3.2.10. Sistemas de control y evaluacin3.2.11.Frmulas de inscripcin3.2.12. Mecanismos de colaboracin-ahorro3.3. Participantes3.3.1. Propuestas al participante en una PAUTA/ecociudadana3.3.2. Qu tendran que hacer los participantes?

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    3.4. El reparto de tareas en una PAUTA/ecociudadanay los acuerdos de

    colaboracin con la Red Civil de Apoyo3.5. Financiacin3.6. Cuanto cuesta participar?4. La PAUTA/ecociudadana universitaria y el desarrollo cooperativo del

    MPF y la IPF5. Ventajas comparativas de la PAUTA/ecociudadana universitaria6. Educacin para la ciudadana versusdoble A:

    una variante universitaria de educacin para la ciudadana?7. Modus operandi: tareas a acometer en la fase de diseo y puesta a punto

    de una PAUTA/ecociudadana universitaria

    Captulo 13LAS INICIATIVAS PFp Y MOVIMIENTO ECOCIUDADANOSntesis1. Iniciativa PFp1.1. Movilidad y participacin fraccionada: una propuesta prctica de

    aplicacin del MPF1.1.1. Presentacin1.1.2. El "London travel watch": unareferencia convencional

    1.1.2.1. Funciones1.1.2.2. El sitio www.londontravel-watch.org.uk1.1.2.3. Las opciones de participacin de los usuarios del LTW1.1.3. El futuro Observatorio Ciudadano de la Movilidad en Catalua como

    IPF piloto1.1.3.1. Los componentes novedosos del OCMC.IPFp1.1.3.1.1. Una funcin de recopilacin y almacenamiento pblica1.1.3.1.1.1. El carcterabierto1.1.3.1.1.2. Una mayor y ms especfica accesibilidad1.1.3.2. La potenciacin de la iniciativa y del control ciudadanos en la

    definicin del modelo de movilidad, su promocin y gestin1.1.3.3. La apertura al asociacionismo blando y a la participacin a la carta1.1.3.3.1. Un instrumento flexible1.1.3.3.2. Un instrumento polivalente1.1.3.3.3. Un instrumento socializador del liderazgo1.1.3.3.4. Un instrumento plural1.1.3.4. La inclusin sistemtica de la funcin de enseanza-aprendizaje

    1.1.3.4.1. La PAUTA para la movilidad sostenible1.1.3.5. Un foro como estmulo para la participacin1.1.3.6. Mayor alcance y pluralismo de la funcin de informacin y

    asesoramiento1.1.3.7. Una coordinacin y gestin autnomas1.1.3.8. Una defensora ms especializada y eficiente1.2. La agenda global para la accin ecociudadana: www.wikiact.org2. La Iniciativa Movimiento Ecociudadano

    CONCLUSIONES GENERALES

    En torno: A la superacin de los modelos de democracia representativa y de ciudadana Al modelo de participacin fraccionada A la instancia de participacin fraccionada A las funciones de la IPF Al mbito virtual de ecociudadana (AVE) Alsoftware de la participacin fraccionada A la estrategia "ECOCIUDADANIA.ORG, 2008-16"

    GLOSARIO DE LA PARTICIPACIN FRACCION

    BIBLIOGRAFA CITADA

    ANEXO: http://www.proyectointersur.org/

    ARCHIVO VIRTUALhttp://www.proyectointersur.org/archivogeneral/archivovirtual.htm

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    FICHA, SNTESIS Y CONTENIDO

    TTULO

    El modelo asociativo-decisional de participacin fraccionada para la autofor-macin y la accin polticas en el horizonte de una ciudadana mundial

    DIRECTORES

    Dr. Ramn Luis Soriano Daz, Universidad Pablo de Olavide, SevillaDr. Francisco Cruz Beltrn, Universidad de Huelva

    DOCTORANDO

    Luis de la Rasilla y Snchez-ArjonaSevilla, 19.12.48Licenciado en Ciencias Polticas, especialidad de Estudios Internacionales, Uni-versidad Complutense, Madrid, 1973.Diploma de Estudios Avanzados. Programa de doctorado Liberalismo y de-mocracia en el mundo contemporneo, Departamento de Historia Social y delPensamiento Poltico. Universidad Nacional de Educacin a Distancia. Madrid, 2004.

    UNIVERSIDAD

    Universidad de Huelva

    DEPARTAMENTO

    Departamento de Sociologa y Trabajo Social

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    SNTESIS

    Ttulo:El modelo asociativo-decisional de participacin fraccionada para la auto-formacin y la accin polticas en el horizonte de una ciudadana mundial

    DoctorandoLic. Luis de la Rasilla y Snchez-Arjona

    La presente tesis doctoral

    - Es el resultado del trabajo de investigacin acometido, entre 1996 y 2008, porel doctorando (forzadamente fuera de la institucin universitaria) en el seno deun proyecto no gubernamental autofinanciado: el Proyecto INTER/SUR PARA LA

    ECOCIUDADANA (http://www.proyectointersur.org/).- Expone minuciosamente cuales son y cmo operan los principios bsicos en los

    que se fundamenta una tcnica asociativo-decisional indita (el modelo de par-ticipacin fraccionada -MPF-) y describe las funciones esenciales del til polticode aplicacin (la instancia de participacin fraccionada -IPF-).

    - Mantiene que el MPF constituye el fundamento de una tecnologa poltica in-dita de nueva generacin potencialmente apta para activar tiles polticos ca-pacitados para:

    Propiciar modalidades extremadamente flexibles de asociacionismo (el aso-ciacionismo blando) y de participacin (la participacin a la carta), suscep-tibles de erosionar la predominante y desproporcionada posicin de la vi-gente democracia representativa en el horizonte de una neta deriva hacia lademocracia directa.

    Extender al plano global el tradicional mbito Estado-nacional de actuacinpoltica, permitiendo el ejercicio, cada vez ms autnomo, plural, directo,generalizado, eficiente y comprometido de la ecociudadana, en el horizontede una sociedad sostenible y de responsabilidad global.

    Autogenerar autonoma como antdoto de la dependencia poltica al incor-porar deliberadamente el componente cvico o republicano en los hbitosplacenteros de los seres humanos, asociados a la creciente movilidad, real ovirtual.

    Potenciar el pluralismo real en un contexto mundial diverso e intercultural.

    Inducir potentes y eficientes procesos autoinstructivos, de naturaleza per-manente, al asociar al ejercicio de la participacin poltica la funcin de supropia enseanza-aprendizaje y viceversa.

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    Operar de manera ms simple, flexible, dinmica, eficiente, participativa,autnoma, plural, democrtica, cooperativa y ecociudadana.

    Tener origen espontneo, intencionalidad coyuntural o circunstancial, fun-cionalidad temporal limitada o efmera.

    Requerir un grado mnimo o nulo de institucionalizacin o de reconocimien-to formal.

    Admitir en su seno enfoques, planteamientos y actuaciones pluridireccio-nales, incluso, antagnicas.

    Socializar el tradicional rol minoritario de lder o dirigente tornando los lide-razgos polticos al uso innecesarios o superfluos y, en todo caso, prescin-dibles.

    Permitir la libre asuncin de cualquier rol o papel, incluido el liderazgo de las

    propias propuestas, en el ejercicio de la participacin poltica.

    Transformar la inaccin o el absentismo poltico en accin poltica capaz deoperar en la prctica en beneficio colectivo.

    Generar con rapidez notable hbitos cvicos de intervencin en los asuntospblicos

    Acoplarse a los instrumentos asociativo-decisionales convencionales para de-mocratizarlos y reforzar su autonoma.

    - Formula y propone una estrategia ad hoc(la Estrategia ECOCIUDADANIA.ORG,2008-16) para la experimentacin y el desarrollo colectivos del MPF y la IPF que

    incluye tres iniciativas complementarias: PAUTA/ecociudadana, Participacinfraccionada piloto y Movimiento ecociudadano.

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    CONTENIDO

    La presente tesis doctoral:

    - Parte de la propia experiencia institucional del doctorando en el trnsito dela dictadura franquista a la democracia vergonzanteactual. (Captulo 1).

    - Expone el trabajo terico-prctico, en el mbito de la ingeniera poltica y so-cial (acometido en la ltima dcada por el doctorando, forzadamente fuerade la institucin universitaria) para la promocin y desarrollo de un proyectono gubernamental de investigacin autofinanciado, autnomo, plural y sinnimo de lucro, centrado en la investigacin y la experimentacin de instru-mentos alternativos de intervencin en los asuntos pblicos a escalas local,estatal, regional y global. (Captulo 2).

    - Emplea un introductor lgico -Un viaje fantstico-, a modo de recurso didc-tico suis generis, dado que sera insensato acometer su exposicin sin adop-tar determinadas cautelas pedaggicas. (Captulos 3 y 4).

    - Refiere el contexto de una nueva ciudadana -la ecociudadana o ciudadanamundial-, los retos que deber asumir y los formidables escollos que debersuperar. (Captulo 5).

    - Desarrolla minuciosamente los principios en los que se fundamenta el mode-lo de participacin fraccionada (MPF). (Captulo 6 y 7).

    - Apunta los rasgos esenciales de un primer instrumento genrico de aplica-cin -la instancia de participacin fraccionada (IPF)- y avanza sus principalesfunciones. (Captulo 8).

    - Justifica la funcin de iniciativa y control (I+C) y muestra el funcionamientode los observatorios de participacin fraccionada. (Captulos 9 y 10).

    - Resalta los aspectos inditos de la funcin asociativo-decisional (A+D) deri-vados del recurso al MPF y explica cmo incorporar los mbitos virtuales deecociudadana (AVE) a los instrumentos asociativo-decisionales convenciona-les. (Captulo 11).

    - Propone la estrategia de partida para el desarrollo cooperativo del MPF, lapuesta a punto de las IPFs y su aplicacin a la promocin de la ecociudada-na: la Estrategia "ECOCIUDADANA.ORG, 2008-16". (Captulos 12 y 13).

    - Proporciona un glosario especfico de la participacin fraccionada.

    - Se complementa con el sitio web http://www.proyectointersur.org/que in-cluye la informacin relativa al conjunto de actividades terico-prcticasasociadas.

    - Remite, a modo de anexo virtual, a:http://www.proyectointersur.org/archivogeneral/archivovirtual.htmdonde puede consultarse una relacin de documentos citados.

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    PRESENTACIN

    Para el varn sabio son patria todos los lugaresSneca

    La decadencia de una sociedad comienza cuando el hombre sepregunta qu va a pasar?, en vez de qu puedo hacer?

    Denis de Rougemont

    Hay que obrar sobre lo que an no existeLao Tze

    La imaginacin es ms importante que el conocimientoAlbert Einstein

    Si no encontramos una forma de gobernar juntos democrticamenteel mundo, iremos perdiendo el derecho y la capacidad de gobernardemocrticamente una tras otras nuestras naciones

    Benjamn R. Barber

    Si el genuino ideal democrtico es que los ciudadanos decidan directamentesobre los asuntos pblicos -democracia directa- por qu resignarnos a una demo-cracia representativa ms o menos secuestrada por los partidos polticos? Si losavances de las tecnologas de la infocomunicacin son esos "condicionantes cru-ciales de la innovacin democrtica" que anunciara, hace ms de veinte aos,Benjamn Barber1comoel horizonte en el que los "demcratas fuertes"cifran susms slidos anhelos de renovacin poltica por qu arriesgarse a que su uso secuele en la democracia representativa por el atajo del voto y de las elecciones, pro-piciando espejismos legitimadores de nuevos sucedneos de democracia participa-tiva y directa? Si el dficit democrtico es inseparable de la escasez de virtud cvi-ca2y, sobre todo, de la carencia de herramientas o instrumentos para la autofor-macin y la accin polticas, de las que trae causa una creciente "ciudadana de

    1Barber, B.; Democracia Fuerte, Almuzara, Crdoba, 2004, p.272 En relacin con la virtud cvica vid Giner, S.; "Cultura republicana y poltica del porvenir", en vol. col. coord. por el au-tor, La cultura de la democracia: el futuro, Barcelona, Ed. Ariel, 2001, p. 137-173.

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    perfil"3por qu no concebir y poner a punto soportes polticos adecuados para elejercicio de una nueva "ciudadana de frente"4 comprometida con un republica-nismo5militante, en el contexto de una sociedad sostenible y de responsabilidadglobal, aplicando a la ingeniera poltica tales tecnologas? No cabra potenciarexponencialmente la autoformacin y la accin polticas de la sociedad civil paraagilizar el trnsito de la democracia por la difcil senda que conduce hacia suejercicio generalizado y, cada vez, ms directo? Es ms, si los intereses colectivosde los seres humanos confluyen en su dimensin global por qu tolerar que laparticipacin poltica se restrinja al reducido mbito intraestatal, en vez de esfor-zarnos por extenderla al gobierno de la res pblicaplanetaria para que los ciu-dadanos del futuro -los ecociudadanos- aborden sin complejos ese espacio extraoa la democracia que se abre ms all del Estado-nacin?

    Debo reconocer que este ltimo aspecto, el asalto del ciudadano de frenteala esfera supraestatal, ha constituido para mi una obsesin constante desde las pri-meras inquietudes internacionalistas que avivaron las clases de D. Antonio Truyol ySerra en las aulas de la Facultad de Ciencias Polticas de la Universidad Compluten-

    se de Madrid; mis ansias europestas que, con sus escritos y seminarios en la Mai-son de l'Europe de Ginebra, reubic en su contexto adecuado el profesor Denis deRougemont y mi, ya lejana, conversin al federalismo global que debo al pensa-miento, la accin y el estmulo personal del maestro Alexandre Marc.

    Democracia vergonzante y ciudadanos de perfil

    Parto de la sugestiva reflexin del profesor Ramn Soriano en torno al con-cepto -y la puesta a punto en el mbito estatal- de una democracia ciudadana6ydesarrollo ideas que se avanzaron en Democracia vergonzante y ciudadanos deperfil. En efecto, bajo el enunciado "Hacia una sociedad sostenible y de responsa-bilidad global: en torno a la ecociudadana y a la accin poltica ecociudadana", 7alud all a una nueva modalidad de ciudadana -la ecociudadana- y apunt el esbo-

    zo inicial del proceso de concepcin, diseo y experimentacin de un modelo alter-nativo de enseanza-aprendizaje y de ejercicio del asociacionismo y de la participa-cin poltica, acorde con el proceso de mundializacin, que ahora me dispongo aexplicar: el modelo asociativo-decisional de participacin fraccionada para la autoformaciny la accin ecociudadanas, en adelante, modelo de participacin fraccionada o MPF.

    3Vid Soriano, R.; Rasilla, L.; Democracia vergonzante y ciudadanos de perfil. Ed. Comares, Granada, 2002.Parcialmente disponible enhttp://www.proyectointersur.org/presentaciondemocraciavergonzante.htm4Al ciudadano de perfil,que se mueve exclusivamente en el mbito de lo privado y se contenta con el ejercicio del de-recho al voto, se contrapone el ciudadano de frenteque hace de lo pblico una preocupacin personal. La categora deciudadano de frente"ampla y enriquece a la que en la historia pblica de los pueblos se ha llamado ciudadano activo,tan empleada por el republicanismo histrico. Ambas expresiones no coinciden, porque el ciudadano de frente, si se

    quiere el nuevo ciudadano republicano, supone mucho ms que el ciudadano activo de la tradicin republicana. () Ladiferencia bsica entre ciudadano de frente y ciudadano activo consiste en que hoy la primera clase de ciudadana noest limitada sociolgicamente. Todos los ciudadanos pueden ser ciudadanos de frente, en tanto que los ciudadanosactivos de otras pocas eran un grupo reducido de ciudadanos." Vid Soriano, R.; Rasilla, L.; op. cit., pp. 265-266.5Como es sabido, repblica viene de res pblica, que es distinta de res privatao cosa privada y deres institutionaleocosa institucional. El republicanismo concibe la sociedad civil como una profundizacin en la democracia a travs delprotagonismo de los ciudadanos.6Conjuncin inteligente y equilibrada de democracia representativa, participativa, semidirecta y directa. La construc-cin de una democracia ciudadana exige: Reducir la democracia representativa a sus justos trminos, fomentar las vasy los medios de la democracia participativa, mejorar el acceso a los procedimientos de democracia semidirecta, am-pliando sus esferas de actuacin e introducir paulatinamente prcticas de democracia directa. Este concepto, que se de-sarrollar ms adelante, se debe al prof. Ramn Soriano. Vid Soriano, R.; Rasilla, L.; op. cit.pp. 219-267.7Id.cap. 14, pp. 269-315.

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    Tesis

    Esta tesis doctoral expone minuciosamente cuales son y cmo operan losprincipios en los que se fundamenta una tcnica asociativo-decisional indita -elmodelo de participacin fraccionada o MPF- y describe las funciones esenciales deltil poltico de aplicacin que avanza -la instancia de participacin fraccionada oIPF-.

    Mantiene y demuestra que el MPF, merced: a) a la combinacin inteligentede las modalidades, extremadamente flexibles, de asociacionismo -asociacionismoblando- y de participacin -participacin a la carta- que propicia; b) a las aporta-ciones, presentes y venideras, de la infocomunicacin y c) a la deliberada incorpo-racin del componente cvico o republicano en los hbitos placenteros de los sereshumanos asociados a su creciente movilidad, real o virtual, es apto para activar in-sospechados tiles polticos de nueva generacin, capaces de expandir exponencial-mente la autoformacin y la accin polticas, generar con rapidez notable hbitoscvicos de intervencin en los asuntos pblicos y permitir el ejercicio, cada vez ms

    autnomo, plural, directo, generalizado, eficiente y comprometido de la ecociuda-dana, en el horizonte de una sociedad sostenible y de responsabilidad global.

    Ecociudadana

    Pero qu es la ecociudadana? Ecociudadana -del griego oixo,que significacasa, morada, mbito vital...y ciudadana, condicin del nacional de un Estado, su-jeto pleno de derechos y deberes, facultado para intervenir en su gobierno- sera,en la acepcin singular que vengo proponiendo desde finales de los 90, la condicinde todo ser humano, titular de una parte alcuota de la soberana mundial, legitima-do para participar, con independencia de su adscripcin nacional, en cualesquieraasuntos pblicos en pro del desarrollo humano de todos los habitantes del planeta,mediante la satisfaccin de sus necesidades, sin comprometer el de las futuras ge-

    neraciones.Actitud ecociudadana

    Sin duda una ambiciosa y sugerente ciudadana mundial, global o universalpara un futuro ciudadano de nuevo cuo que, consciente de su pertenencia a la so-ciedad sostenible y de responsabilidad global, optar por autoatribuirse, en el ejer-cicio de su plena autonoma de voluntad, legitimacin plena para intervenir en elgobierno de la res pblicaplanetaria. El ciudadano del maana que liberado, al fin,del cors Estado-nacional, afrontar el quehacer poltico con una actitud cvica al-ternativa, responsable y solidaria, comprometida con la definicin, formulacin ydefensa de los intereses comunes de los seres humanos: la actitud ecociudadana.Actitud de profundizacin democrtica y de emancipacin ciudadana legtimas, co-herente con el hecho histrico de la globalizacin, que slo ser viable si los sereshumanos alcanzan a disponer de potentes y accesibles herramientas polticas adhoc, autogeneradoras de nuevas y sugestivas modalidades de asociacionismo -elasociacionismo blando- y de participacin poltica -la participacin a la carta-, ple-nas de autonoma, pluralismo y eficacia del tipo de las instancias de participacinfraccionada (IPF) que, como explicar con detalle, inspira el MPF.

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    Partidos polticos y asociaciones convencionales para la participacinpoltica

    Corran los aos sesenta cuando, en la apasionada y apasionante tarea juve-nil -para algunos- de enfrentarse a una dictadura, percib con nitidez que la nicaesperanza para un futuro digno del ser humano pasaba por elevar los niveles devirtud cvica y de cultura poltica e inducir una participacin individual y colectivacomprometida con la cosa pblica -lares publica-, lo ms directa posible. Esa iba aser, confi ingenuamente entonces, la tarea primordial de la democracia que mu-chos ansibamos conquistar. Sin embargo, como se narra en el captulo 1, prontoexperiment un profundo desencuentro con las incipientes instituciones democr-ticas. Y,de inmediato, el frustrante impacto de comprobar, en la diaria actividaddocente universitaria, el devastador efecto social de la dejacin de la funcin cvicapor casi todas las instancias educativas.

    Y es que hoy, en plena degradacin y obsolescencia del instrumento polticopor excelencia de la democracia representativa -el partido poltico- y la incierta de-

    riva del tipo ms popular de asociacin convencional para la participacin poltica8-la ONG-, la principal dificultad para la gobernanza del planeta radica en lainexistencia de eficaces y accesibles instrumentos al servicio del republicanismoglobal9que demanda la creciente mundializacin. A pesar del pronstico de HansKelsen de que la democracia moderna se afianzara sobre unos partidos cuya sig-nificacin crecera con el fortalecimiento progresivo del principio democrtico, lanecesidad de apertura de ste a la esfera supraestatal ha puesto en entredicho lacapacidad de aquellos para llegar a ser el baluarte de una democracia ciudadanay,mucho menos, de la futura democracia ecociudadana. Las ONGs, por su parte,adems de estar demasiado focalizadas en aspectos sectoriales de la realidad,tienden a perder frescor y autonoma -mxime cuando su financiacin corre a cargode fondos pblicos- y dejan de ser inmunes al letal efecto de moderacin/adul-teracin,10del que trae causa el creciente proceso de integracin institucional que

    padecen.El partido poltico, como se concibe y opera en la actualidad, slo sirve para

    seguir manipulando la democracia representativa. No lo imagino trabajando manoa mano con la sociedad civil en el seno de una democracia ciudadana. Es un uti-llaje incapaz de afrontar la realidad cambiante de nuestros das. No sirve en el m-bito estatal y, aun menos, para afrontar la realidad global de la sociedad interna-cional contempornea en el plano supraestatal. Adems, su adaptacin para so-brevivir en un futuro escenario, debiendo competir con nuevos instrumentos pol-ticos mucho ms flexibles, potentes y democrticos, propiciados por la cooperacinque propongo entre la ingeniera poltica y las tecnologas de la infocomunicacin,se vislumbra traumtica, especialmente para sus dirigentes. Sin embargo, al fen-

    8Utilizo la expresin asociacin para la participacin polticaen sentido genrico para referirme a cualquier agrupacinciudadana con personalidad jurdica, carente de nimo de lucro, constituida en el ejercicio de los derechos funda-mentales de asociacin y de participacin, con la finalidad de intervenir, tras el acuerdo mayoritario de sus miembros,en cualquier mbito material y espacial de la actividad poltica, sin aspirar al desempeo de funciones gubernamen-tales. Resalto el calificativo de convencionalpara diferenciarlas de las modalidades asociativo-decisionales de nuevageneracin que puedan derivarse del recurso al modelo de participacin fraccionada (MPF).9Republicanismo ejercido con actitud ecociudadana. Sobre el republicanismo como preocupacin de la sociedad civil porlos asuntos pblicos y motor de la democracia, vidDemocracia vergonzante y op. cit. pp. 258-261.10O "trance de moderacin, abdicacin e integracin institucional"al que se alude en Democracia Vergonzante op. cit.pp. 246-247. Prdida de autonoma que conlleva la moderacin y adulteracin de sus objetivos y estrategias suscepti-ble de afectar a las asociaciones de participacin polticaal ser controladas o absorbidas por instituciones gubernamen-tales.

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    meno convencional de organizacin no gubernamental, como reflejo de los incipien-tes movimientos alternativos de la sociedad civil -en especial el que protagonizanlas ONGs en el plano internacional (ONGIs)- le auguro un brillante camino por de-

    lante. Eso s, siempre y cuando, entre otros correctores necesarios, sus procedi-mientos actuales se nutran de las aportaciones de tcnicas asociativo-decisionales,del tipo del MPF, que les permitan incorporar nuevas funciones que coadyuven apotenciar su autonoma, pluralismo y eficacia, as como a reducir el dficit de legiti-midad que se les achaca; adquieran un estatuto legal funcionalmente ajustado ytengan a su alcance los medios instrumentales que corresponden a las tareasesenciales que desempean, etc. Volver sobre esto cuando me refiera, a la apli-cacin del MPF a estos instrumentos convencionales -captulo 11- y a la iniciativaMovimiento Ecociudadano -captulo 13-.

    Un espejismo estril

    Mi nica vocacin ha sido siempre la poltica.Hace una dcada, tras veinti-cinco aos de pazfranquista y algunos ms de democracia vergonzante,opt por

    modificar el rumbo de un quehacer individual nada sistemtico. Trat de abando-nar una larga etapa de francotirador republicano. Era obvio, pens, que la accinpoltica debera ser colectiva, afrontarse con actitud ecociudadana, estar res-paldada por elevadas dosis de informacin y formacin y contar con el imprescin-dible concurso de potentes armas o herramientas polticas de nuevo cuo. tilesque haba que concebir, disear y experimentar al unsono con la sociedad civil ycon el apoyo de las cada vez ms asequibles y accesibles tecnologas de la infoco-municacin.

    He dedicado estos ltimos aos a reflexionar al respecto, sopesando e ima-ginando el futuro de la ciudadana y de la democracia a la luz de las posibilidadesabiertas por esa incipiente panacea tecnolgica de la nueva sociedad del conoci-miento. Sin embargo, pronto conclu que, por s solos, tales avances no permitiran

    superar la slida barrera de la sempiterna dominacin del poder. Opino que limi-tarse a asociar los progresos de la infocomunicacin -y el incremento en progresingeomtrica de los ciudadanos con acceso a ellos- a la mera emisin del voto, a dis-tancia y en cualquier momento, constituye un error de perspectiva que no har msque resaltar el espejismo de una participacin ciudadana estril a la postre. Esms, estoy convencido de que la propia accin de votar, ventajosamente sustituidapor futuras tcnicas del tipo de la participacin fraccionada que propongo, pasar aser una prctica residual en el venidero ejercicio del republicanismo. Claro que lapotencial utilidad instrumental de tales innovaciones depender del ingenio y de lahabilidad que demostremos para aplicarlas al campo especfico de la ingeniera po-ltica y desarrollar creativamente, a partir de la mutua interrelacin de ambas tec-nologas -infocomunicativa y poltica- modelos asociativos-decisionales de nuevageneracin aptos para potenciar exponencialmente la autoformacin y la accin po-lticas de la sociedad civil y reorientarlas hacia la promocin y la defensa de intere-ses globales. Esto es, poner la combinacin inteligente de ambas tecnologas alservicio de la autoformacin y la accin republicanas.

    Energa, ocio y democracia

    Entre los muchos argumentos que se esgrimen para desaconsejar la demo-cracia directa se encuentran, como es sabido, la ausencia de estmulos y la falta detiempo para participar activamente en la vida poltica. Un da, al comparar nuestra ac-

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    tual sociedad postmoderna con eventuales escenarios del lejano porvenir de nues-tra especie, repar en el papel que podra llegar a desempear el creciente fenme-no del ocio en la profundizacin de la democracia. En particular, en el supuesto deuna hipottica sustitucin del actual modelo energtico piramidal, basado en loscombustibles fsiles, por otro, de estructura ms horizontal, que posibilitase a granescala la generacin distribuida11de energa basada en fuentes renovables, del tipodel que avanza Jeremy Rifkin en su Economa del Hidrgeno.12 La clave, me dije,podra estar en comenzar a incorporar, desde ahora, el componente cvico orepublicano de manera natural y sugerente en los hbitos de ocio placentero de losseres humanos, en especial en el mbito de la movilidad asociada al turismo. Deese modo, tanto los procesos personales permanentes de enseanza-aprendizajede la dimensin cvica, como el propio quehacer republicano, no slo encontraran unsugestivo estmulo y una excelente ocasin para su ejercicio, sino que, dado que elcoste del ocio lo suele asumir quien lo disfruta, stos se sufragaran gracias a unanueva e inagotable fuente de autofinanciacin, garante de la imprescindible dosis deautonoma.

    El reto

    El reto era claro: concebir, disear, experimentar, poner en prctica y per-feccionar un primer modelo de instruccin y de autoinstruccin republicanas y deejercicio de los derechos de asociacin y de participacin polticas, ntimamentevinculado al fenmeno del ocio, capaz de inducir un potente efecto coleccin, auto-expansivo y autofinanciado, garante de las dosis de autonoma necesarias y delirrenunciable pluralismo. La autofinanciacin, al eliminar una de las principales cau-sas de la dependencia poltica, contribuira a solucionar en gran medida el hastaahora casi irresoluble problema de generar las imprescindibles condiciones objeti-vas de autonoma que requieren, tanto el ejercicio poltico, como sus propios proce-sos de enseanza-aprendizaje.

    Se trataba, pues, de idear un nuevo modelo asociativo-decisional apto parala autoformacin y la accin republicanas, capaz de inspirar herramientas polticasde nueva generacin que deberan:

    - Propiciar modalidades extremadamente flexibles de asociacionismo (el asocia-cionismo blando) y de participacin (la participacin a la carta), susceptibles deerosionar la predominante y desproporcionada posicin de la vigente democra-cia representativa en el horizonte de una neta deriva hacia la democracia directa.

    - Extender al plano global el tradicional mbito Estado-nacional de actuacin pol-tica, permitiendo el ejercicio, cada vez ms autnomo, plural, directo, genera-lizado, eficiente y comprometido de la ecociudadana, en el horizonte de una so-ciedad sostenible y de responsabilidad global.

    11Generacin o almacenamiento de energa elctrica a pequea escala, lo ms cercana al centro de carga, con la op-cin de interactuar. Permite producir, almacenar y administrar la energa en el mismo lugar de consumo de modo quelos consumidores tengan el control total, generando todo el calor o la electricidad para cubrir sus necesidades, e inclusopermitiendo compartir el sobrante con otros usuarios o venderlo a la red de suministro. Microgeneracin, energa dis-tribuida, recursos de energa distribuida, generacin embebida, potencia descentralizada, generacin dispersa o gene-racin "on site"son trminos y expresiones que suelen emplearse en este sentido.12Rifkin, J.; The Hydrogen Economy, Penguin Putnam Inc., New York, 2000. Hay traduccin al espaol de Ramn Vil Vermis; La Economa del

    Hidrgeno, Paids, Estado y Sociedad, Barcelona 2002.

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    - Autogenerar autonoma como antdoto de la dependencia poltica al incorporardeliberadamente el componente cvico o republicano en los hbitos placenterosde los seres humanos, asociados a la creciente movilidad, real o virtual.

    - Potenciar el pluralismo real en un contexto mundial diverso e intercultural.

    - Inducir potentes y eficientes procesos autoinstructivos, de naturaleza perma-nente, al asociar al ejercicio de la participacin poltica la funcin de su propiaenseanza-aprendizaje y viceversa.

    - Operar de manera ms simple, flexible, dinmica, eficiente, participativa, aut-noma, plural, democrtica, cooperativa y ecociudadana.

    - Tener origen espontneo, intencionalidad coyuntural o circunstancial, funciona-lidad temporal limitada o efmera.

    - Requerir un grado mnimo o nulo de institucionalizacin o de reconocimiento

    formal.

    - Admitir en su seno enfoques, planteamientos y actuaciones pluridireccionales,incluso, antagnicas.

    - Socializar el tradicional rol minoritario de lder o dirigente tornando los lideraz-gos polticos al uso innecesarios o superfluos y, en todo caso, prescindibles.

    - Permitir la libre asuncin de cualquier rol o papel, incluido el liderazgo de laspropias propuestas, en el ejercicio de la participacin poltica.

    - Transformar la inaccin o el absentismo poltico en accin poltica capaz deoperar en la prctica en beneficio colectivo.

    - Generar con rapidez notable hbitos cvicos de intervencin en los asuntos pblicos.

    - Acoplarse a los instrumentos asociativo-decisionales convencionales para demo-cratizarlos y reforzar su autonoma.

    Participacin fraccionada?

    Este trabajo responde a ese desafo. En l se expone el resultado, tanto deun esfuerzo imaginativo visionario? que hunde sus races en experiencias persona-les de larga data, como del concienzudo, extenso y comprometido proceso de in-vestigacin emprica, en el mbito de la ingeniera poltica y social, acometido en laltima dcada por el doctorando -forzadamente fuera de la institucin universitaria-durante la primera etapa (1996-07) del Proyecto INTER/SUR PARA LA ECOCIUDA-DANA13-captulo 2-, para concebir, disear y poner en funcionamiento instrumen-tos innovadores de estmulo, referencia y soporte para el aprendizaje cvico y laparticipacin creciente de la ciudadana en el quehacer republicano global: la auto-formacin y la accin ecociudadanas o doble Ae. El resultado es el MPF que me dis-pongo a explicar. Una propuesta que estimo viable siempre y cuando llegue a abrirsecamino, lgicamente en un marco temporal dilatado, puede que muy dilatado, una

    13Vid.http://www.proyectointersur.org/

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    nueva cultura poltica -la cultura de la participacin fraccionada-, lo que justificaalgunas peculiaridades de su presentacin, como el aconsejable recurso didctico alViaje Fantstico que,a modo de introductor lgico, se narra en la parte II.

    Modelo, pues, al servicio de la enseanza-aprendizaje de un republicanismode alcance global y de una nueva dimensin del hecho asociativo y del quehacerparticipativo sin lmites espaciales y formales, capaz de abrir expectativas inimagi-nables en la senda de la ecociudadana. Es decir, de una democracia ciudadanaglobal y crecientemente directa -la democracia ecociudadana directa- que coadyuveeficazmente a reducir a la mnima expresin el actual rol predominante y abusivo de lademocracia representativa. Una propuesta de ingeniera poltica y social -cuyosretos, escollos, necesidad y pertinencia se exponen en el captulo 5- que se basa enla accin combinada del principio inspirador de desagregacin-agregacin;los prin-cipios operacionales de cooperacin, complementariedad, publicidad y conectivi-dad; motivadores de afectacin directa o incumbencia y de ecociudadana o deautoatribucin de legitimidad participativa; los principios moduladores de aquies-cencia pactada, de cohabitacin cooperativa, de rol variable, de liderazgo abierto y

    de confidencialidad opcional; y los principios instrumentales de ecociveocio y deecociveturismo. Principios estructurantes del MPF que expongo minuciosamentecon el apoyo didctico de diversos supuestos prcticos basados en experienciasreales que he promovido y coordinado personalmente -captulos 6 y 7-.

    Instancia de participacin fraccionada (IPF)

    El modelo de participacin fraccionada (MPF) inspira un primer prototipo ge-nrico de herramienta poltica virtual interactiva -la instancia de participacinfraccionada (IPF)- que, una vez dotada del software de aplicacinad hocque ne-cesita y progresivamente conocida, accesible, usada y adaptada por la sociedadcivil a las exigencias de cada tiempo, lugar y circunstancias, puede tornarse til po-ltico eficiente. En definitiva, como se explica en la parte IV, un utillaje poltico au-

    toinstructivo, de naturaleza presencial y/o virtual, facilitador de un nuevo asocia-cionismo blando y de tcnicas de participacin a la carta, autogenerador de auto-noma y pluralismo, susceptible de ser directamente manejado y liderado, individualy colectivamente, por futuros ecociudadanos con acceso generalizado a una potentered cvica global.

    Una red cvica global?

    Me aventuro a pensar que el embrin de esta herramienta poltica que avan-zo puede llegar a tener el efecto de consolidar, estimular y hacer fcilmente acce-sible a largo plazo la paulatina puesta a punto y perfeccionamiento de una red -redcvica global (RCG)-, en el seno de la World Wide Web(WWW), llamada a encauzarla senda del presente y venidero homo ociosushacia un ocio autoinstructivo, crea-tivo y vigilante en lo poltico, orientado a la defensa de la res publicaglobal, quepermitir franquear los escollos sin cuento del ejercicio directo de la ecociudadana.Me explico:

    Del mismo modo que la concepcin del ocio propia del mundo antiguo tienepoco o nada que ver con la que se abri paso -y en gran medida perdura- en lassociedades industriales del siglo XIX, me atrevo a pronosticar que sta tampoco separecer en nada a la que, en determinadas condiciones que podran darse en elfuturo, en el seno de una nueva sociedad, dotada de una red energtica mundial

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    basada en la citada generacin distribuida -la Hidrogen Energy Web (HEW) queavanzan los defensores de la economa del hidrgeno?- en combinacin con laWorld Wide Web(WWW)y sus casi inimaginables desarrollos por venir (Web X.0).14

    Unhomo ociosus?

    En efecto,si algn da se hiciera realidad, como algunos sugieren -lo que nodebiera descartarse por lo que nos va en ello- la expectativa de sustitucin delactual modelo energtico piramidal, basado en los combustibles fsiles, por otro al-ternativo de estructura horizontal que proporcionase energa eficaz, en condicionesde fcil disponibilidad, escaso precio y nulo impacto ambiental, la consecuencia pre-visible de su obligada asociacin con los avances tecnolgicos en el campo, entreotros, de la inforobticasera, como ha apuntado Rifkin,15la posibilidad real de pro-ducir bienes y servicios para todos los seres humanos con slo una mnima parte dela fuerza de trabajo requerida en la actualidad. Pudiese ser que, de esta suerte, eljuego del binomio Web X.0-modelo energtico horizontal (Web X.0-MEH) abriese elcamino al nacimiento de un nuevo y generalizado homo ociosus. Personalmente

    creo probable que en el futuro cuando? la Humanidad, como ya anunciara Keynesen su Essays in Persuasion, deba afrontar como problemaglobal la utilizacin de sunueva independencia con respecto a las preocupaciones econmicas y, en conse-cuencia, replantearse la existencia -y el nuevo rol en el planeta Tierra o, tal vez, enel propio Universo- de un nuevo homo ociosusgeneralizado.

    Ya en nuestro poca, la transformacin del tiempo libre en ocio, mediante elrecurso a una innumerable y, cada vez ms insospechada gama de actividades deconsumo generadoras, en gran medida, de movilidad (real y virtual), propicia unnuevo y potente espacio de socializacin cuyas casi inimaginables potencialidades-buenas, indiferentes o perversas- no deberan despreciarse por muy lejanas o ut-picas que hoy puedan antojrsenos. Por eso, como ya he dicho, me pregunt si se-ra viable comenzar a encauzar deliberadamente el tiempo libre del ser humano, del

    que ya dispone en proporcin creciente una influyente minora privilegiada, haciaun modelo de ocio autoinstructivo, asociado a la promocin y defensa del interspblico global, que potencie su republicanismo y, progresivamente, complete sularga evolucin de homo depredator, cultor, faber, creator, en homo republicanus.Un flamante y generalizado homo republicanus, utpico hoy, tangible, tal vez, ma-ana, capaz de hacer realidad el ideal poltico del ejercicio responsable y generali-zado de una democracia ecociudadana directa en la que los nuevos ecociudadanos,dotados de los tiles polticos adecuados, puedan, por fin, asumir el papel usurpado

    14Comenzando por esa tercera generacin que ya se anuncia bajo la denominacin Web 3.0,propuesta por el periodis-ta John Markoff, que supondra la organizacin y uso ms inteligente de todos los datos disponibles en la red. Como essabido, se conoce por Web 1.0el propio proceso de implantacin y popularizacin de internet y por Web 2.0 la actual,centrada en mecanismos de bsqueda como Google, o herramientas como Wikipedia, etc. Otros hablan de web semn-tica. Qu es la web semntica? Un par de ejemplos: Si, a la hora de preparar en el microondas un plato precocinado,nos surgen dudas sobre la programacin de la temperatura y el tiempo, no nos queda otro remedio que urgar en el cu-

    bo de basura hasta encontrar el envase con las instrucciones del fabricante. En el futuro, un microondas ad hocpodrevacuar directamente esa consulta y autoprogramarse para proceder a una coccin ptima. O por referir otro ejemploque ponen los investigadores, Berners-Lee, James Hendler y Ora Lassila: Si dos hermanos tienen que ajustar su calen-dario para acompaar a su madre a unas sesiones de rehabilitacin ordenadas por los mdicos, ser posible que unagente electrnico revise sus agendas para las prximas semanas y las combine con las horas disponibles en los cen-tros de rehabilitacin ms cercanos. En pocos minutos consiguen programar de nuevo sus agendas, incluyendo las vi-sitas de su madre, y resuelven el problema. Y lo hacen gracias "no a la wwwde hoy sino a la web semntica en la quese convertir maana". Segn explican estos tres investigadores, "la mayor parte del contenido que hoy aparece enInternet est diseado para ser ledo por las personas, no para que lo puedan manipular con sentido unos programasinformticos". VidCodina, L.; Rovira, C.; "Recursos sobre la web semntica", en Revista Espaola de DocumentacinCientfica, vol. 29, n. 2, abril-junio 2006, pp. 297-305.15Rifkin, J. The End of the Work: The Decline of the Global Labor Force and the Dawn of the Post-Market Era NuevaYork, Tarcher/Putnam, 1995 (traduccin al espaol, El fin del trabajo, Barcelona, Paids, 1997), pp. 12.

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    por sus, hasta ahora, poco escrupulosos y nada eficientes representantes polticos.Concluyo que, al menos en teora, es viable.

    Un homo republicanus?

    Si el binomio Web X.0-MEH abriese el camino al nacimiento de este nuevo ygeneralizado homo ociosus; si, previamente, los seres humanos hubisemos sidocapaces de concebir, disear y materializar colectivamente, en el seno de ese impa-rable desarrollo de internet (Web X.0) una suerte de red cvica global (RCG), queproporcione acceso libre, fcil y atractivo a los recursos instrumentales inditos deesa modalidad asociativo-decisional para la autoformacin y el ejercicio directo dela democracia ecociudadana que puede inspirar el MPF que propongo no estara-mos ante una triple red Web X.0-MEH-RCG apta para crear las condiciones obje-tivas de un nuevo escenario en el que podra abrirse paso, a partir del homo ocio-sus, un homo republicanuscapaz de practicardirectamente, esto es, sin necesidadde intermediarios desaprensivos, esa indita y hoy insospechada suerte de demo-cracia ecociudadana directa basada en el ejercicio de esa ciudadana de nuevo cuo

    que llamo ecociudadana?

    Y aunque el Diccionario de la Lengua Espaola haya previsto para estas si-tuaciones un socorrido trmino que define comoplan, proyecto, doctrina o sistemaoptimistaque aparece como irrealizable en el momento de su formulacin,tratarde demostrar que el MPF y la IPF, lejos de ser una utopa, constituyen propuestasprcticas y concretas que apuntan ya, de la mano de los avances de la infocomuni-cacin, los rasgos esenciales de una sugestiva y necesaria tecnologa poltica denueva generacin en el mbito de los procesos asociativo-decisionales, en un mun-do globalizado y en el horizonte del ejercicio directo de la democracia por una inci-piente ciudadana mundial.

    La estrategia inicial

    No obstante, de nada servira el trabajo inicial desarrollado en el mbito dela Iniciativa INTER/SUR, 1996-07 sin disponer de una estrategia adecuada para eldesarrollo cooperativo del MPF, la puesta a punto de la IPF y su aplicacin a lapromocin de la ecociudadana: la Estrategia "ECOCIUDADANA.ORG, 2008-16" quepropongo en la ltima parte. Avance de estrategia que incluye tres iniciativas mar-co -PAUTA/ecociudadana universitaria, Participacin Fraccionada piloto o PFp yMovimiento Ecociudadano-,que tratar de impulsar durante los prximos aos conla determinacin de sumarme a quienes, en todo el mundo, tratan de abrirse pasopor la sugestiva senda de la ecociudadanaque debe ser accesible a todos los sereshumanos por igual.

    El MPF y la IPF, concebidos para ayudar a los ciudadanos a asumir, al mar-gen de los partidos que monopolizan y secuestran la democracia, condicionando susvidas y haciendas, un verdadero protagonismo poltico que opere comoeficaz co-rrector de las disfunciones de la democracia representativa, pueden comenzar autilizarse sin aguardar a que se generalicen las condiciones ideales propias de eseparadisaco futuro que, desde la perspectiva actual, bien puede tildarse de visio-nario. Cmo?

    De entrada, interviniendo activamente, de la mano conjunta de la institucinuniversitaria comprometida y de la sociedad civil organizada, en la puesta a punto

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    de potentes, eficientes y sugestivas plataformas para la autoformacin y la accinecociudadanas: las PAUTAS/ecociudadanas universitarias concebidas adrede parasimultanear la experimentacin colectiva de la participacin fraccionada, la ense-anza-aprendizaje del republicanismo y el ejercicio de la accin poltica con actitudecociudadana en los mbitos local, estatal, regional y global.16 Y, por supuesto,tratando -como propongo en la Iniciativa PFp- de que inspiren nuevas iniciativas departicipacin fraccionada de gran incidencia social, del tipo de las que se exponen,a ttulo de ejemplo -captulo 13-, en relacin con la constitucin de un futuro obser-vatorio ciudadano de la movilidad en Catalua y el diseo colectivo de una agendaglobal interactiva para la accin ecociudadana -www.wikiact.org-.17En suma, inicia-tivas marco dirigidas a desarrollar el modelo propuesto, familiarizar a la ciudadanacon tiles alternativos para el autoaprendizaje y la participacin polticos e iniciar eldespegue de esa nueva cultura poltica de la participacin fraccionada.

    Una tcnica con causa

    Aunque, como se ver, el modelo que propongo es, en esencia, una mera

    tcnica asociativo-decisional de nueva generacin que prima la autoformacin y la accin,dotada de sus propias reglas de funcionamiento, susceptible de aplicarse en mlti-ples contextos y con finalidades diversas, deseo insistir en que su concepcin y di-seo ha sido una apuesta deliberada por tratar de extender la intervencin polticade la ciudadana al gobierno de la res pblicaplanetaria. Y ello con la finalidad deevitar que sta quede restringida al reducido mbito intraestatal, obviando la im-prescindible actitud ecociudadana que requiere la construccin de la sociedad soste-nible y de responsabilidad global. De ah que en vez de limitarme al ms aspticotitulo de"El modelo asociativo-decisional de participacin fraccionadapara la auto-formacin y la accin polticas" haya decidido aadir "en el horizonte de una ciu-dadana mundial"18pararesaltar mi vieja y honda preocupacin, emanada del fede-ralismo global o revolucionario del que me reclamo, por esta dimensin del queha-cer poltico, en su doble plano espacial y actitudinal, que implica la firme decisin

    de ayudar a que avancemos por la senda de la ecociudadana.Ojal el MPF y cuantos instrumentos polticos llegue a inspirar sean, para-

    fraseando al gran pensador federalista Denis de Rougemont,una aportacin til alnuevo sistema planetario y pluralista compuesto de pueblos sin soberana y comu-nidades abiertas que est en gestacin!19

    En el Atlntico, a bordo del "Isle of Corisco", diciembre de 2008.

    16 En las semanas previas a la presentacin de esta tesis, el Rector de la Universidad de Huelva ha aceptado mi pro-puesta de preparar una PAUTA/ecociudadana universitaria experimental para que pueda ser ofertada a la comunidad

    universitaria onubense y su entorno en el curso 2009-10. Vid PAUTA/e UHU 3.0.infra pp. 347-348. Vid tambinRasi-lla, L.; Propuesta al Rector de la Universidad de Huelva para la organizacin, a partir del curso 2009-2010, del Progra-ma Universitario Abierto y Permanente de la Universidad de Huelva para la Autoformacin y la Accin Ecociudadanas,septiembre, 2008. Disponible en http://www.proyectointersur.org/17 wikiact.orges un dominio de internet que he registrado en el mbito del Proyecto INTER/SUR. Si un "wiki" es un sitioweb cuyas pginas pueden ser editadas por un conjunto ilimitado de participantes merced a una determinada apli-cacin de software-el caso de wikipedia es el ms popular-, wikiact.orgse concibe como un soporte interactivo para laaccin polticaen el horizonte de una ciudadana mundial, que incluir, en su momento, el softwareespecfico de apli-cacin de la tcnica asociativo-decisional de participacin fraccionada al que me referir ms adelante. Vid www.wikiact.org18 O, incluso, En la senda de la ecociudadana,que es como sobretitulo esta tesis doctoral en la publicacin que se en-cuentra disponible en internet para contribuir a darla a conocer mejor a la comunidad acadmica, durante los trmitespreceptivos en curso de depsito y defensa pblicos en la Universidad de Huelva. 19Rougemont, D.; "La notion d'Acte comme point de dpart", en L'Europe en Formation, nm. 245.

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    Parte I

    ANTECEDENTES

    CAPTULO 1Experiencia institucional: el trnsito de la dictadura a la democracia vergonzante

    CAPTULO 2Entre el pensamiento y la accin: la Iniciativa INTER/SUR, 1996-2007

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    CAPTULO 1

    Experiencia institucional: el trnsito de la dictadura a lademocracia vergonzante

    Sntesis

    1. Una antigua desazn2. Partidos polticos3. Defensores del Pueblo4. La Administracin exterior y la larga mano de la razn de Estado4.1. Constitucin versusrazn de Estado

    4.2. Comisiones de investigacin parlamentarias4.3. Las ONGs de cooperacin al desarrollo4.4. Cuando se juega con la vida de los ciudadanos4.4.1. Toma 1: Morir en frica4.4.2. Toma 2: Ojo!... si es el Estado espaol quien te garantiza la vida4.4.3. Toma 3: Cuando los derechos de un ser humano se canjean por xitos polticos.5. Un escenario preocupante6. Conclusin

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    CAPTULO 1

    SNTESIS

    Experiencia institucional: el trnsito de la dictadura a la democracia vergonzante

    En este captulo se expresa la decepcin y el desencuentro del autor con las instituciones de la de-mocracia representativa de los que trae causa su voluntad de concebir, disear y poner a punto armaspolticas de nuevo cuo. Inclusin que se justifica porque se formulan crticas a la democracia contem-pornea y al modo de ejercerla por los representantes polticos, se proponen alternativas que surgen dereflexiones al hilo de la propia experiencia y porque un texto se lee mejor cuando se conocen las moti-vaciones y las claves vitales de su autor.

    Alude a la "militancia" poltica, del autor. A su relacin con la institucin del Defensor del Pueblo,que le llev a hacer una huelga de hambre ante el trato vejatorio a la institucin dispensado por el pre-sidente de la comisin gestorade una Universidad. Relata algunas escenas y tomas, podramos decir,de "exteriores", que le produjeron gran impacto y le hicieron padecer represalias y decepciones. Con-

    junto de escenas particularmente clarificadoras del papel de las instituciones democrticas cuando susactuaciones conciernen directamente a ciudadanos espaoles en el extranjero o, incluso, a nacionalesde otros pases a cuyo desarrollo coopera Espaa, al menos en teora.

    Un guin que mantiene vivo su inters dado que: a) algunas de las situaciones son inditas y pocoo nada se ha hecho para impedir que puedan repetirse; b) se trata de un pas -Guinea Ecuatorial- quetuvo y tiene una particular vinculacin con Espaa, en el queuna parte sustancial de sus ciudadanos yla prctica totalidad de sus intelectuales, cuadros tcnicos y mano de obra cualificada, imprescindiblespara el autodesarrollo del pas, continan en el exilio residiendo entre nosotros, a la espera de un retor-no que casi nadie apoya; c) fue asesinada, ante la indiferencia del Gobierno y de las Cortes, unaciudadana comprometida y honesta (la religiosa Carmen Samaranch Kirner), que haba informado de ladesviacin de la ayuda alimenticia y sanitaria; d) afect, en su momento, a ms de la mitad del mon-tante total de la ayuda oficial espaola al desarrollo; e) la despreocupacin de los partidos polticosposibilit que operase a sus anchas, con espectaculares beneficios, un grupo mafioso bien arropado enla metrpoli por importantes conexiones poltico-econmicas ucedistas y socialistas; f) miles de mi-llones de pesetas dilapidados por un modelo de cooperacin que propiciaba la corrupcin y esterilizabael desarrollo; g) la actuacin de las sucesivas Administraciones espaolas de la democracia se gan apulso, en 1988, una comisin de investigacin en el Congreso de los Diputados que, a pesar del veto dela mayora absoluta de que disfrutaba el partido en el Gobierno, ayud a poner de relieve que elnuestro era unpas sin fuerza para cooperar y que aquella cooperacin, calificada de modlicapor susresponsables, se viese obligada a modificar radicalmente sus premisas; h) su gobierno era -y siguesiendo- objeto de observacin permanente por la Comisin Derechos Humanos del Consejo Econmicoy Social de la ONU. En fin, una de nuestras asignaturas pendientes en frica.

    El panorama se completa con un preocupante escenario -puesto de relieve durante el desempeociudadano de la funcin de iniciativa y control, a lo largo de la pasada dcada- que hace inaplazablepotenciar al mximo el quehacer republicano de la sociedad civil.

    La democracia representativa al uso, se concluye, tolera fomenta? demasiados espacios de desin-formacin e incultura poltica que constituyen caldos de cultivos del creciente temor y apata ciudadana.De ah, que no baste con diseccionar con el bistur acadmico la joven democracia espaola y alertarsobre sus carencias y disfunciones, sino que sea menester concebir, disear e implementar innovadoresinstrumentos de instruccin y accin polticas para ponerlos a disposicin de esos ciudadanos de perfilatrapados por la democracia vergonzanteal uso.

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    Experiencia institucional: el trnsito de la dictadura a lademocracia vergonzante

    Este trabajo parte de la profunda decepcin que me causa, tanto la ausenciade democracia, como la democracia vergonzante. De hecho, bajo el rtulo de Ex-periencia institucional,1el profesor Ramn Soriano y yo, redactamos, en 2002, sen-dos captulos en los que expresbamos nuestra decepcin y desencuentro con las

    instituciones democrticas, que deban encabezar el libro Democracia Vergonzantey Ciudadanos de Perfil. Sin embargo, el editor no lo consider aconsejable y, comoreza la nota preliminar que acordamos entonces, se opt por no incluirlos para ha-cer ms ligera la lectura y dotar a aquella obra de mayor unidad temtica, remi-tiendo al lector al sitio web ecociudadania.org en el que, adems de leerlos, podapublicar sus propias experiencias al respecto.

    Dado que esta tesisdesarrolla el ltimo captulo de aquel libro, he conside-rado oportuno incluir aqu esta referencia a mi propia experiencia institucional, ac-tualizada con algunos de los nuevos sinsabores que me han deparado las activi-dades experimentales de iniciativa y control ecociudadanos llevadas a cabo duranteesta ltima dcada. Creo que sin el estmulo de mi experiencia institucional me ha-bra limitado a seguir siendo, desde la cuneta de la poltica, un ciudadano de a pie

    que "metamorfoseado, una y otra vez, en impetuoso y solitario gladiador -comoatribuyo a uno de mis personajes de ficcin-2 ora se embosca tras la gigantesca

    1Soriano, R.; Decepcin y desencuentro con las instituciones democrticas, disponible enhttp://www.proyectointersur.org/presentaciondemocraciavergonzante.htm2Rasilla, L. El Francotirador. (Novela/denuncia de la corrupcin propiciada por la Administracin espaola en GuineaEcuatorial, en la que parte de la trama se inspira en el asesinato, en 1983, de la hermana Carmen Samaranch y en lasperipecias para proteger a la nia testigo del mismo).Parcialmente disponible en publicaciones http://www.proyectointersur.org/archivogeneral/archivovirtual.htm

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    ceiba, ora salta a pecho descubierto a la arena. Un rebelde con causa que, es-candalizado y atnito ante los inslitos disfraces de la farsa, apunta a una cual-quiera de las mil dianas del poder y, por su cuenta y riesgo, sin observar disciplinaalguna, a cuerpo descubierto -dirase que por puro instinto- ataca y contraataca".Sin embargo, pronto comprend que la afrenta de los representantes polticos a laciudadana era de tal calado que lo procedente era una metdica respuesta colec-tiva a largo plazo con armas polticas de nuevo cuo que haba que concebir, dise-ar e implementar.

    Como en aquella ocasin, contino pensando que esta inclusin tiene sentidoy justificacin. De un lado, porque se formulan crticas a la democracia y al modode ejercerla por nuestros representantes polticos y nuestros conciudadanos y seproponen alternativas que surgen precisamente de reflexiones al hilo de la propiaexperiencia; de otra, porque estimo, y esta vez no he sucumbido a recelos edito-riales, que un libro se lee mejor cuando se conocen las motivaciones y las claves vi-tales de su autor.

    1. Una antigua desazn

    Comenzar confesando pblicamente mi desazn ante el espectculo gene-racional de veinticinco aos de pazy algunos ms de democracia vergonzante. Si,a pesar de ello, el paso de los aos no ha logrado apaciguar aun el irresistible im-pulso adolescente de cambiar el mundo y, ya en la madurez, uno se aviene, conganas redobladas, a la siempre arriesgada convivencia con la innovacin y la rebel-da, se debe al aguijonazo constante que proporciona comprobar la actuacin diariade la gran mayora de nuestros representantes, la incultura poltica generalizada yesa apata de la que suelen hacer gala nuestros conciudadanos"de perfil".

    En el colegio nunca me hablaron de democracia. Y confieso no haber echadoen falta un ingrediente que, pocos aos despus, se convertira en adiccin enfer-miza, en condimento irrenunciable de mi dieta ciudadana diaria. All todo era orde-no y mando y las nicas distinciones consistan en honores (las dignidades y lospremios,en la particular jerga de los colegios de la Compaa de Jess de la poca)y castigos (el rapado al cero que, de la mano del rector Jos Antonio de Sobrino yPerell S.J., recin llegado de Estados Unidos, proporcion un cruel look -lesaseguro que entonces no estaba en absoluto de moda-a un considerable nmerode compaeros). Las dignidades se dispensaban en funcin de las calificacionesacadmicas, mientras que en lospremios intervenan criterios subjetivos, asociadosa la particular concepcin de los jesuitas sobre la idoneidad para merecerlos. Unavez fuijefe de filas-lo menos que se despachaba en dignidades, pero sola recibirpremiosde conducta al final de cada curso-. En realidad tuve suerte, ya que siem-pre form parte de los alumnos mimados por la clebre orden religiosa.

    Sin embargo, en preuniversitario, el padre prefecto nos sorprendi con el

    magnnimo gesto de instituir la figura del delegado de curso. Ni a mi, ni a miscompaeros, nos choc lo ms mnimo que los curas se atribuyeran la facultad denombrarlo directamente. No le di al hecho mayor importancia. Cmo iba a hacer-lo, si recay en mi tal nombramiento?

    En mi primera etapa en la Universidad, estudiando una carrera que luegoabandon para estudiar Ciencias Polticas en Madrid, percib un cambio sustancialen relacin con este tipo de prcticas. Debo reconocer que la experiencia me satis-fizo. Fue aquel curso, a finales de los 60, en el que los falangistas del SEU (Sindi-

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    cato Espaol Universitario) experimentaron con los estudiantes de entonces las APE(Asociaciones Profesionales de Estudiantes). Iba a haber elecciones a representan-tes estudiantiles en la Universidad y cog al vuelo el impulso para revalidar en lasurnas tanto cargo digital acumulado -me resista a mencionarlo, pero los jesuitasme acababan de nombrar delegado de los antiguos alumnos de Andaluca-. Y, sinla menor experiencia en materia de elecciones acept el reto como la cosa ms nor-mal del mundo. Improvis mi campaa como pude y, con la oportuna ayuda delpadre Prados S.J., que me ofreci algunos consejos de estrategia electoral, resultelegido delegado del primer curso de aquella Facultad de Medicina, en la que, a lasazn, estaban matriculados ms de un millar de alumnos.

    Creo que si en la mala conciencia de las adolescentes sensaciones de halagoque me proporcionaron los nombramientos de los jesuitas est el origen de una en-fermiza aversin a los procedimientos digitales de eleccin; en las imperecederasemociones que sent aquella maana de otoo, en el Aula Magna de la Facultad deMedicina de Sevilla, fragu una devocin por la democracia que desde entonces pro-feso.

    Cuando se es joven, la implicacin personal en la lucha contra una dictadu-ra, con todos sus aditamentos de detenciones, sanciones, procesos, condenas judi-ciales y represalias militares, constituye una excelente escuela de ciudadana que,de perseverar en las convicciones que sustentan los ideales, resulta de gran utilidadsi, a continuacin, quieres transitar con la cabeza alta, por la senda de una demo-cracia vergonzanteimpuesta. Probablemente, aquella primera oportunidad que mebrind la Universidad ha tenido mucho que ver con mis modestos testimonios pos-teriores de resistencia al poder en mi particular batalla personal contra el huero yoportunista europesmo oficial de los ochenta;3las barbaridades cometidas en Gui-nea Ecuatorial por la segunda dictadura nguemista,4en connivencia con los suce-sivos Gobiernos de la democracia espaola (UCD, PSOE y PP); mis esfuerzos en ladefensa numantina, en diversos escenarios, del principio de autonoma universita-

    ria, garante ltimo del correcto desempeo de las altas funciones que la Constitu-cin y las leyes atribuyen a la institucin investigadora y educativa por excelenciay, por supuesto, con el nimo que me sobra, para persistir, en condiciones de ani-madversin, hostilidad e incomprensin manifiestas por parte de la democracia re-presentativa al uso, en la materializacin de iniciativas y proyectos ciudadanos yecociudadanos incisivos.

    No me extender en exceso. Aludir brevemente a mi "militancia" poltica ya mi relacin con la institucin del Defensor del Pueblo y relatar, con algo ms dedetalle, ciertas escenas y tomas, podramos decir, de "exteriores", que produjerongran impacto en mi vida y en la que, como delegado de una Universidad espaolaen el extranjero, me toc interpretar algn que otro papel ecociudadano y sufrir re-presalias y decepciones sin cuento. Por ltimo, har un breve balance de mis msrecientes decepciones en el trato con las Administraciones pblicas en esta ltima

    dcada.

    3VidRasilla, L.; Los espaoles entre el mercado Comn y Europa, Diario Odiel, Huelva, 01-02-81, p. 11. Una pro-puesta europesta, El Nuevo Lunes, Madrid, 15-31.05. 81, p. 4. Da de Europa: Aniversario de una ausencia,El Pas.Madrid, 05.05. 82, p. 20. Espaa, Europa y el Federalismo, Diario 16, Madrid, 26.04.89, p. 2. Daz Lpez, C.; Rasilla,L.;Autonomas e Integracin Europea, El Ideal de Granada, 03.04.82, p. 2; El Correo de Andaluca, Sevilla, 09.04.82,p. 4; El Pas, Madrid, 15.01.83. Europa entre la innovacin y el inmovilismo, Diario 16, Madrid, 05.06.89, p. 2.Disponible en publicaciones http://www.proyectointersur.org/archivogeneral/archivovirtual.htm4 Denominacin atribuida por el experto en Guinea Ecuatorial Max Liniger-Goumaz para significar la identidad entre lacruel dictadura de Francisco Macas y la actual de su sobrino Obiang Nguema. Vid.Liniguer-Goumaz, M.; Brve histoirede la Guine quatoriale, Editions LHarmattan, Paris, 1998, pp. 148 y ss.

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    2. Partidos polticos

    Nunca he tenido carn de ningn partido poltico, ni legal ni clandestino. Entiempos del general Franco, a lo ms que llegu fue a compartir, en las tres ocasio-nes que fui recluido en la tercera galera de la madrilea prisin de Carabanchel, lacomuna unitaria organizada por el Partido Comunista de Espaa (PCE), que era lams numerosa.5 Y, por qu no decirlo, a tener que sobrellevar durante algn tiem-po algunos malentendidos provocados por unos buenos amigos, dirigentes de losCrculos Jos Antonio de Madrid, que confundieron mi indisimulada debilidad poruna encantadora falangista, estudiante de Medicina, con una ideologa que ni heprofesado, ni siquiera -y esto era casi un milagro en tiempos del omnipresenteFrente de Juventudes- he vestido nunca. Despus de Franco, tampoco.

    S he aceptado, sin embargo, las invitaciones de dos partidos polticos a co-laborar con ellos como independiente. La primera, cuando tras mi activa coopera-

    cin con el diputado Gerardo Iglesias -con ocasin del inicio de los trabajos de lacomisin parlamentaria de investigacin de la cooperacin hispano-guineana que lintegraba- el secretario general del Partido Comunista de Espaa, sucesor de San-tiago Carrillo, me propuso, en 1988, formar parte de Izquierda Unida como inde-pendiente y, como tantos otros, confi durante algn tiempo en el espejismo delmovimiento poltico y social que se pona en marcha.6 La segunda, a mediados delos noventa, accediendo a figurar en las listas electorales para el Senado del PartidoAndalucista que yo, ingenuo una vez ms, pensaba que con unas buenas dosis defederalismo global y algunas propuestas dirigidas a elevar el nivel de cultura pol-tica de los andaluces7 podra servir para algo. De la primera experiencia sal porpies cuando comprob que era ms de lo mismo. De la segunda, en cuanto meconvenc de que el PA pasaba de federalismo y que su preocupacin por la culturapoltica de sus conciudadanos estribaba, ms bien, en cmo evitarla ya que, al igual

    que el PSOE gobernante, los ms que mediocres dirigentes del eterno candidato PPy la desorientada IU no tenan -ni tienen- in mentems objetivo que perpetuarseen el ms que rentable poder de "gobernar" u "oponerse". En esta ocasin mi rela-cin con ese partido fue tan breve e inslita que no slo no intervine en la cam-paa, sino que me apresur -debo reconocer que gracias al insistente e impagableconsejo de mi buen amigo Ramn Soriano8- a comunicar mi baja directamente a laComisin Electoral, das antes de la celebracin de los comicios.

    Adems, confieso que slo he votado en las dos primeras elecciones genera-les y lo hice por el Partido Comunista de Espaa. Reconozco que al emitir mi voto

    5 Centro penitenciario en el que permanec, procesado dos veces por el Tribunal de Orden Pblico (TOP), un total decasi seis meses, en tres ocasiones 1970, 71 y 74.6De hecho, me siento particularmente orgulloso de haber aparecido en la portada del nmero de Mundo Obreroque dionoticia de aquella I Asamblea de Izquierda Unida, junto a Francisco Romero Marn, el histrico dirigente comunista,oriundo de las sufridas tierras mineras de Huelva, al que haba conocido aos antes en Carabanchel.7Ya en aquella poca mantena que la opcin ms rentable y honesta en trminos polticos en Andaluca es centrarseexclusivamente en la tarea de elevar el nivel de cultura poltica de los andaluces. Slo as ser posible, al poner enevidencia ante todos la realidad de una Administracin autonmica, esencialmente ineficaz, derrochadora y corrupta,desalojar del poder al PSOE y poner coto a las aspiraciones, con toda seguridad no muy distintas, de los pretendientescon ms posibilidades de la silla del Palacio de San Telmo. Y as se lo propuse, sin ningn xito, en el Parador de laArruzafa, al ex-ministro del Partido Popular Manuel Pimentel cuando, tras leer Democracia Vergonzante y Ciudadanosde Perfil, me invit a que le hiciera algunas propuestas de nueva tecnologa poltica -la expresin es suya- para in-corporarlas a la plataforma con la que concurri a las elecciones andaluzas, hace algunos aos.8Soriano, R.L.; La poltica de un huelguista de hambre, Diario Huelva Informacin, Suplemento Facult, 06.03.96, p.p.2 y 5. Disponible en publicaciones http://www.proyectointersur.org/archivogeneral/archivovirtual.htm

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    tuve la sensacin agridulce de lo que tan agudamente ha hecho notar Soriano9alreferirse a las primeras elecciones democrticas: "en la lucha por el cambio polticosuelen compartir el compromiso y el riesgo numerosos movimientos sociales y es-casos partidos polticos, actuando en consonancia para acabar con el antiguo rgi-men. Despus, implantado el nuevo rgimen democrtico, los movimientos socia-les perecen y los partidos se afianzan y crecen. Si es necesario, los partidos, rece-losos de los movimientos sociales, los desacreditan y marginan () el voto ciudada-no, que consolida el partido, es en cierta medida un voto contra su propia iniciativay libertad crtica. Un voto contra s mismo."

    3. Defensores del Pueblo

    He sido y soy un buen usuario de la institucin del Defensor del Pueblo. Hepresentado mltiples quejas razonadas, siempre en defensa de intereses pblicos.Y lo he hecho ante las tres instancias de la institucin -europea, estatal y autonmi-ca e, incluso recientemente, ante el Provedor de Justiaportugus-. Confieso queno he logrado nada de la institucin, a excepcin, quizs, del efecto meditico aa-

    dido que sola reportar -que ya, ni eso- el hecho de informar a los medios de comu-nicacin de la presentacin de las quejas y obtener alguna que otra informacinque no haba modo de obtener directamente de las Administraciones pblicas.

    Sin embargo, con la institucin del Defensor del pueblo no slo he tenido de-sencuentros y decepciones. En una ocasin sent tanta y tan profunda indignacinante la actitud de tolerancia personal adoptada por un Defensor autonmico -deprofesin profesor universitario- frente al trato vejatorio a la institucin dispensadopor el Presidente de la Comisin Gestora10 de la Universidad denunciada, que lleva cabo una huelga de hambre en mi facultad. As explic el decano Ramn Sorianoaquel incidente con el Defensor del Pueblo Andaluz:11

    "En una de las universidades antes citadas, en las que me he desempeado comoprofesor, y en la que ocupaba el cargo de decano de la Facultad de Ciencias Socialesy Jurdicas, la Universidad de Huelva, mi descontento creciente me llev a presentaren octubre de 1994 una queja al Defensor del Pueblo andaluz.12Tengo que decir quela queja es tanto ma como del profesor y vicedecano Luis de la Rasilla, que me ayu-d y estimul en todo momento.

    El Defensor del Pueblo resolvi la queja o recurso en una larga resolucin (constacompleta en el Informe al Parlamento del Defensor del Pueblo de 1995) en el mes dejulio de 1995, a la que aadi una resolucin complementaria en el mes de noviem-bre del mismo ao.13En la primera resolucin se constataba: a) las convocatoriasilegales de casi la mitad de las reuniones del mximo rgano de gobierno de la Uni-versidad, la Comisin Gestora, celebradas en el primer ao de la Universidad, porincumplimiento del plazo legal de las convocatorias,14b) el procedimiento ilegal deacceso al cargo de los directores de Departamentos de la Universidad, por permitir la

    9Democracia vergonzante op. cit. p. 249.10 Dr. Francisco Barraquero, catedrtico de la Universidad de Sevilla. 11Soriano, R.; Decepcin y desencuentro con las instituciones democrticas , disponible enhttp://www.proyectointersur.org/presentaciondemocraciavergonzante.htm12Queja 95/264, aceptada a trmite por el Defensor del Pueblo el 10.04.1995, RS 1195.13Resolucin de 31.07.1995, RS 4433. La resolucin fue publicada completamente en el Informe al Parlamento delDefensor del Pueblo de 1995, en virtud de la relevancia concedida por el propio Defensor a la queja en cuestin, pp.468-493. Como es sabio, los Informes anuales del Defensor al Parlamento son editados por la propia institucin y en-viados a los organismos pblicos y bibliotecas relevantes.14Las expresiones del Defensor contenidas en el referido Informe al Parlamento son: "Que se respete el plazo de comu-nicacin a los miembros de la Comisin Gestora con dos das hbiles de antelacin en sucesivas convocatorias de sesio-nes", despus de afirmar que "se ha producido un claro incumplimiento del plazo previsto legalmente"(pp. 489 y 486).

  • 7/21/2019 Modelo Asociativo Decisional

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    eleccin de profesores contratados contra lo dispuesto por la LRU,15c) la convoca-toria ilegal de las plazas de profesores contratados, por no haber sido dotadas pre-viamente por el rgano competente, la Comisin Gestora,16d) la composicin ilegalde las comisiones de contratacin del profesorado, por no garantizarse en ellas la

    representatividad del alumnado.17En segundo lugar, la primera resolucin tambinexiga la ratificacin por el Claustro de los acuerdos tomados por la Comisin Gestorasin informe previo y preceptivo del Claustro (prcticamente todos los importantes:sobre planes de estudio, plantillas, creacin de Departamentos, Relaciones de Pues-tos de Trabajo, prioridades en la investigacin, etc.) exigido por la Ley de creacin dela Universidad de Huelva.18Y, en tercer lugar, la resolucin complementaria referida,exiga la inmediata convocatoria de plazas ocupadas irregularmente (entre ellas ladel Gerente de la Universidad), por constar dichas plazas en la Relacin de Puestosde Trabajo y no haber sido sometidas a concurso pblico para su provisin, y asi-mismo la falta de correccin de contratos directos de profesores, sin la utilizacin deun procedimiento abreviado aprobado por la misma Comisin Gestora de la Univer-sidad.19

    Pero ms ilustrativas que estas serias exigencias del Defensor me parecen las adver-tencias diseminadas a lo largo de sus resoluciones, donde traza la conveniencia de

    que el rgano rector de la Universidad hubiera seguido unos procedimientos bien dis-tintos a los empleados.20

    Qu vino despus de las resoluciones del Defensor del Pueblo? Faltaba an por lle-gar la parte ms penosa de la polmica. Pasaban las semanas... los meses... y lasresoluciones, aceptadas pblicamente, no se cumplan. Sorprendente por doble ra-zn. Era fcil hacerlo: colocar unos puntos en el orden del da de las reuniones delos rganos importantes de la Universidad y convocar determinadas plazas (si bienhay! plazas muy relevantes). Y adems estaba por medio la autoridad de un rganotan respetable como del Defensor, el comisionado o alter ego del Parlamento. Perola respuesta exigida se haca de rogar. En noviembre de 1995 dirigimos al Rector unescrito recordndole la necesidad de respetar y dar ejecucin a las resoluciones del

    15Id."Que se modifique el acuerdo de la Comisin Gestora de 23 de septiembre de 1994, a fin de hacer coincidir su re-daccin con la del art. 8.5 de la Ley de Reforma Universitaria" (p. 485) 16Id."La creacin de nuevas plazas de profesores contratados, no previstos en la plantilla del profesorado, exiga laaprobacin por la Comisin Gestora, previo informe del Claustro Provisional (si estuviere c