misioneros nº133

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En medio del drama que suponeen estos días el conflicto sirio, lacomunidad cristiana sufre, no solopor la guerra, sino también porla creciente intolerencia religiosa.

1144

en este número...

y además...

EDITA OBRAS MISIONALES PONTIFICIASC/ Fray Juan Gil, 5 28002 - Madrid Tfno: 91 590 27 80 Fax: 91 563 98 33 E-Mail: [email protected]://www.omp.eshttp://www.domund.org

Nº 133 . MARZO, 2013

AGUSTINOS RECOLETOSPaseo de La Habana, 167. 28036 Madrid.Tel. 91 345 34 60 COMPAÑÍA DE JESÚSAvda. de la Moncloa, 6. 28003 Madrid. Tel. 91 534 48 10 COMPAÑÍA MISIONERA DEL SAGRADO CORAZÓNEstocolmo, 9. 28022 Madrid. Tel. 91 313 56 40 FRANCISCANAS MISIONERAS DE MARÍACardenal Marcelo Spínola, 38. 28016 Madrid.Tel. 91 302 61 99 MISIONERAS DE NUESTRA SEÑORA DE ÁFRICA(HERMANAS BLANCAS)Asensio Cabanillas, 39. 28003 Madrid. Tel. 91 553 82 60 MISIONEROS CLARETIANOSClara del Rey, 6. 28002 Madrid. Tels. 91 415 23 61 y 91 415 21 99 INSTITUTO ESPAÑOL DE MISIONES EXTRANJERASFerrer del Río, 17. 28028 Madrid. Tel. 91 355 23 42 MERCEDARIAS MISIONERAS DE BÉRRIZFereluz, 2. 1ª A 28039 Madrid. Tel. 91 571 63 03MISIONERAS CRUZADAS DE LA IGLESIAMadre Nazaria, 7. 28044 Madrid. Tel. 91 525 32 04 MISIONERAS DE CRISTO JESÚSPeñuelas, 18. 5º A. 28005 Madrid. Tel. 91 517 41 78 MISIONERAS DOMINICAS DEL ROSARIOGeneral Kirkpatrick, 44. 28027 Madrid. Tel. 91 367 36 71 MISIONEROS ESPIRITANOSSanta Engracia, 149. 1º B. 28003 Madrid. Tel. 91 554 21 57 Olivos, 12. 28003 Madrid. Tel. 91 553 36 16 MISIONEROS DE MARIANNHILL Arturo Soria, 249. 28033 Madrid. Tel. 91 359 07 40 MISIONEROS DEL VERBO DIVINO Corazón de María, 19. 5º B. 28002 Madrid. Tel. 91 415 43 55 MISIONEROS OBLATOS DE MARÍA INMACULADA Diego de León, 36. 28006 Madrid. Tel. 91 411 12 12 Pozuelo de Alarcón, Madrid. Tel. 91 352 34 16 PADRES BLANCOSMenorca, 3. 28009 Madrid. Tel. 91 574 04 00SOCIEDAD DE MARÍA - MONFORTIANOSGarabay, 7. 2º. 28850 Torrejón de Ardoz(Madrid). Tel. 91 677 69 11 SOCIEDAD DE MISIONES AFRICANAS Asura, 34. 28043 Madrid. Tel. 91 300 00 41

coeditores

T E R C E R M I L E N I O

IGLESIA A FONDO

PRIMER PLANO

El 11 de febrero Benedicto XVI sorprendíaal mundo al hacer pública su renuncia alPapado por falta de fuerzas. Atrás quedanocho años de servicio a la Iglesia, en losque no ha faltado el espíritu misionero.

INFORMECada año entre 125.000 y 150.000 perso-nas son asesinadas en América. La violenciay la falta de seguridad se han convertido

ya en uno de los más graves problemasque afecta a aquellas sociedades.

7 TRIBUNA Benedicto XVI, servidor de la unidad en la misión

10 EL OBSERVADORÁFRICA - LIBIA

20 ASÍ VA EL MUNDOTÚNEZ - COLOMBIANIGERIA - MALÍ

34 ENTREVISTAP. LLáázzaarroo BBuussttiinnccee, misionero de África

39 ANIMACIÓN MISIONERA

43 CARISMASHermanos delSagrado Corazón

46 CULTURAUna exposición pide"justicia alimentaria"

51 EL CUARTO MUNDO

54 MISIÓN VIVAPPaaqquuii PPiiccóónn,, misioneraen la R. D. del Congo

56 MISIÓN VIVAMons. PPaarriiddee TTaabbáánn,,obispo emérito de Torit

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Tras casi ocho años depontificado, BenedictoXVI sorprendía al mun-do anunciando con hu-

milde naturalidad lo que era, enrealidad, una decisión histórica,que rompía con una tradición desiglos. “Ya no tengo fuerzas paraejercer adecuadamente el ministe-rio petrino”, decía el pasado 10de febrero. Y, con esta decisión,venía a destacar que “quien llevala barca es el Señor”. De esta ma-nera, Benedicto XVI hacía gala,una vez más, de un principio queha marcado profundamente suMagisterio: la pedagógica defensade lo que ha de ser esencial en lavida del cristiano. “Mi verdaderoprograma de gobierno –afirmabaaquel 24 de abril de 2005, en quepronunciaba su primera homilíacomo Papa en la plaza de San Pe-dro– es no hacer mi voluntad, noseguir mis propias ideas, sino po-nerme, junto con toda la Iglesia,a la escucha de la palabra y de lavoluntad del Señor”. Y en su visi-ta a la ciudad de Friburgo en sep-tiembre de 2011, insistía: “No setrata aquí de encontrar una nue-va táctica para relanzar la Iglesia.Se trata más bien de dejar todolo que es mera táctica y buscar laplena sinceridad”.

Esta intención de ser profetade lo esencial queda también derelieve en las tres encíclicas queel Papa, ya emérito, ha publicadodurante su pontificado. Deus cari-

tas est pone de manifiesto que elamor de Dios es la opción funda-mental de la vida de un cristiano.“No se comienza a ser cristiano–se señala– por una decisión éti-ca o una gran idea, sino por elencuentro con un acontecimiento,con una Persona, que da un nue-vo horizonte a la vida”. Es elamor gratuito de Dios el que lle-va a Jesús a entregar su vida porla salvación de todos los hom-bres, el que le hace optar prefe-

rentemente por los pobres y sen-cillos, el que le mueve a enseñar-nos a querer y a perdonar. En Spesalvi se indica que “se nos ofrecela salvación en el sentido de quese nos ha dado la esperanza”,una esperanza fiable en Dios, elúnico que puede crear justicia.Eso sí, hay que “colaborar connuestro esfuerzo para que elmundo llegue a ser un poco másluminoso y humano, y se abranasí también las puertas hacia elfuturo”; una meta tan grande quejustifica el esfuerzo del camino. Yfinalmente, en Caritas in veritate,Benedicto XVI recuerda que la ca-ridad “es la principal fuerza im-pulsora del auténtico desarrollo

de cada persona y de toda la hu-manidad”. Es una fuerza extraor-dinaria, que tiene su origen enDios y “que mueve a las personasa comprometerse con valentía ygenerosidad en el campo de lajusticia y de la paz”.

Esta es la esencia que nos haquerido dejar a los cristianos elsencillo y sabio Benedicto XVI.Nos ha invitado a volver sobreella en este Año de la Fe y la haproclamado en todos sus viajes

internacionales. Lo saben biennuestros misioneros y misione-ras, ejemplos de amor, esperanzay caridad. Ahora solo nos quedadarle las gracias por sus ense-ñanzas y su ejemplo de vida. Co-mo le ha dicho el secretario deEstado del Vaticano, el cardenalTarcisio Bertone: “Gracias porhabernos dado el luminoso ejem-plo de sencillo y humilde traba-jador en la viña del Señor, perode un trabajador que ha sabidorealizar en todo momento lo quees más importante: llevar a Diosa los hombres y llevar a loshombres a Dios”. Esta es la laboresencial a la que entregan su vi-da nuestros misioneros.

E D I T O R I A L

DIRECTOR Alfonso Blas REDACCIÓN Rosa Lanoix, Rubén Azuara DISEÑO Antonio Aunés COLABORADORES Anastasio Gil, Rafael Santos, DoraRivas, Montserrat Vilaseca, Antonio José Molina, José Beltrán, José Carlos Ro-dríguez, José Ignacio Rivarés, Volusiano Calzada, José Ramón Carvallada, María

Jesús Sahagún, Carmina Sofía Fernández, Juana Gómez, Joaquín Martínez, Juan Lázaro Sánchez, Vicente MarquésRuiz, Lourdes Gabilondo DOCUMENTACIÓN Ana Fernández ARCHIVO FOTOGRÁFICO Antonio Aunés, Rafael SantosFOTOGRAFÍAS Efe, Missio SUSCRIPCIONES Roberto Murga DEPÓSITO LEGAL M-48558-1999 ISSN 1695-1034 IMPRESIÓN Gráficas Dehon. PP. Reparadores. C/ La Morera, 23-25. Torrejón de Ardoz, Madrid. Tfno: 91 675 15 36

T E R C E R M I L E N I O

La pedagógica defensa de lo que ha de seresencial en la vida del cristiano ha marcado

profundamente el Magisterio de Benedicto XVI.

Benedicto XVI, profeta de lo esencial

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Benedicto XVI deja la sede de Pedrodespués de ocho años de entrega per-

manente al servicio de la Iglesia, en losque no ha faltado un espíritu misionero

palpable tanto en los 24 viajes realiza-dos por los cinco continentes, como encada uno de sus mensajes y encíclicas.

I G L E S I A A F O N D O

Por sorpresa. Fruto deun largo discernimien-to. De la oración. Tam-bién del sufrimiento,

como él mismo reconoce. Así lle-gó la renuncia de Benedicto XVI.“No tengo fuerzas para ejerceradecuadamente el ministerio pe-trino”. Atrás quedan ocho añosde entrega. De servicio. De unpontificado que hubo quien eti-quetó, en un principio, como“de transición”. Se quedaroncortos. En este tiempo, el Papaalemán no solo ha dejado su se-llo como uno de los pensadoresvivos más influyentes. A estohay que unir su trabajo ad intra,que ha pasado por afrontar convalentía las debilidades de laIglesia, poner orden, renovar.

Pero, sobre todo ello, está elPastor de la Iglesia. Ese que ha de-nunciado con sus palabras el rela-tivismo, que ha trabajado por fo-mentar el ecumenismo y por pro-mover el diálogo interreligioso,

denunciando, al mismo tiempo,las situaciones de dolor y sufri-miento de las víctimas del ham-bre, la violencia... Marcando supropia impronta misionera. Consus palabras. En las homilías, enlos mensajes de la Jornada Mun-dial de las Misiones, cada domin-go en el rezo del ángelus, en lascatequesis de los miércoles en elaula Pablo VI... Preocupado por elsecuralismo de los países de viejatradición cristiana, para los queha puesto en marcha su apuestapor la Nueva Evangelización. Perotambién siendo él mismo porta-dor de la Buena Noticia, viajandoa 24 países, entre ellos, destaca-dos territorios de misión, comoCamerún y Angola (marzo de2009) y Benín (noviembre de2011), además de su presencia elpasado año en Líbano, y en Mé-xico y Cuba –donde instó a fo-mentar una “sociedad abierta yrenovada”–; todo ello, sin olvidarsu participación en la V Confe-

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rencia General del Episcopado La-tinoamericano y del Caribe, cele-brada en Brasil en mayo de 2007.

El sentir misioneroen sus encíclicas

Realidades que ha podido palpary que también se dejan sentir ensus tres encíclicas. En Deus caritasest afronta el amor desbordante deun Dios Padre que lleva a vivir la fecon los hermanos. En ella hace hin-capié en la labor social de la Iglesiay explica cómo “la caridad no ha deser un medio en función de lo quehoy se considera proselitismo. Elamor es gratuito; no se practica pa-ra obtener otros objetivos”, para arenglón seguido dejar claro que “es-to no significa que la acción carita-tiva deba, por decirlo así, dejar delado a Dios y a Cristo. Siempre estáen juego todo el hombre”. Pistas pa-ra el trabajo misionero que tambiénaborda en Spe salvi, especialmenteal reflexionar sobre el fin último deesta tarea: “El Evangelio no es sola-mente una comunicación de cosasque se pueden saber, sino una co-municación que comporta hechos ycambia la vida. La puerta oscura deltiempo, del futuro, ha sido abiertade par en par. Quien tiene esperan-za vive de otra manera; se le ha da-do una vida nueva”.

Pero es sin duda en Caritas inveritate donde se detiene en rei-vindicar la voz de aquellos que nola tienen, proponiendo un nuevoorden mundial que esté sustenta-do en valores como la libertad, lajusticia y la fraternidad. No dudaen denunciar la aparición de nue-vas formas de pobreza, fruto deuna actividad financiera “en buenaparte especulativa”, así como losflujos migratorios “frecuentemen-te provocados y después no ges-tionados adecuadamente o la ex-plotación sin reglas de los recursosde la tierra”. Así, plantea que eldesarrollo, “si quiere ser auténti-

camente humano, necesita encambio dar espacio al principio degratuidad”, un hecho que pasa poruna “ética amiga de la persona”,en la que deben trabajar los Go-biernos, los organismos interna-cionales y que, sin duda, promue-ve la Iglesia allá donde está pre-sente, sea defendiendo los dere-chos de los pueblos indígenas delAmazonas o la promoción de lamujer en la India.

Precisamente el prefecto de laCongregación para la Evangeliza-ción de los Pueblos, el cardenalFernando Filoni, recibió la noti-cia en ese país, donde se encon-

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En estos ocho años Benedicto XVIha dejado su sello como uno de lospensadores vivos más influyentes.

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traba de visita pastoral. Desdeallí desveló que, a petición de

los obispos locales, el Papa teníaentre sus planes viajar al que esuno de los países en los que másdificultades están teniendo losmisioneros para echar raíces. Sinembargo, su estado de salud fre-nó la iniciativa. “Solo los grandeshombres como él pueden mostraruna valentía tal como para re-nunciar”, explicó Filoni, que su-brayó cómo Benedicto XVI ha si-do “honesto consigo mismo y con

Dios. La mayoría no tenemos elcoraje de admitir que nuestrafuerza física nos está fallando”.

La noticia en misionesA través de la televisión se en-

teró de la renuncia José AlbertoSerrano, misionero aragonés per-teneciente al Instituto Español deMisiones Extranjeras (IEME), quedesde 2007 es obispo de la dióce-sis de Hwange (Zimbabue). “Penséque había oído mal, o que se tra-

taba de una especulación más. An-te la realidad de la noticia, quedéun tanto perplejo y sentí una cier-ta nostalgia, como cuando uno tie-ne que decir adiós a algo o alguienmuy querido. Pensé entonces, ypienso ahora, que echaré de me-nos sus palabras claras, su sabidu-ría, su ‘experiencia’ de Jesucristo”,relata el prelado, quien, a renglónseguido muestra su admiraciónpor el acto de humildad, sencillezy fortaleza del Santo Padre que es-

ta renuncia supone. “Me edifica suamor a la Iglesia por encima de to-do interés personal”.

Su día a día en un país que vi-ve en una permanente crisis hu-manitaria y en el que el 70% de lapoblación es cristiana permite ha-cerse una idea de cómo ha vividoel continente negro la noticia. “Enun primer momento, creó confu-sión entre nuestros cristianos. Co-mo a todos, les pilló por sorpresay, tal vez por la novedad y por in-fluencia de su cultura, se hacíancruces y se preguntaban si eso eraposible que sucediera en la Igle-sia, si estaba permitido que un Pa-pa renunciara, que qué crimen ha-bía cometido Benedicto XVI paratener que renunciar... Creo que ladifusión y la lectura de las pala-bras del Papa en su declaraciónoficial ayudaron a entender mejorlas razones de su decisión y aaceptarla de forma positiva”. Dehecho, unos días después recuerdacómo uno de los jefes locales mos-traba su respaldo al Papa. “Si nose encuentra con las fuerzas nece-

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Brasil, México, Líbano, Angola yotros territorios de misión tuvieronla dicha de recibir al Papa alemán.

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sarias para gobernar la Iglesia,hace bien en dejar sitio a otro másjoven, con más energía”, me de-cía. “Esa es la opinión de muchosde nuestros católicos, que creen yconfían en la asistencia del Espíri-tu Santo a la Iglesia”.

África y su herenciaComo herencia de este pontifi-

cado, además del recuerdo de losdos viajes, los africanos guardanla exhortación apostólica postsi-nodal Africae munus; 137 páginasconfiguradas a partir de las 57propuestas presentadas en el II Sí-nodo de Obispos para África, cele-brado en 2009 en el Vaticano. Enla exhortación, el Papa se hace ecode “las humillaciones” que sufrela mujer en nombre de tradicionesancestrales, pero también del“trato intolerable” que reciben losniños en el continente, alentandoal episcopado a trabajar por unaeconomía en la que prime la me-jora de la situación de los pobresy proponiendo medidas para aca-bar con el analfabetismo.

“En sus dos viajes a este conti-nente, supo exponer con claridad lasituación y denunció sin miedo losmales e injusticias que nos empo-brecen y nos mantienen en esa ca-tegoría de ‘Tercer Mundo’ y ‘subde-sarrollo’. Supo infundir esperanza ynos invitó a vivir de acuerdo conlos valores cristianos y a ser así luzy sal en nuestra sociedad”, explicael obispo de origen español, con-vencido de que “estas visitas le im-pactaron y le ayudaron a conocerotra realidad eclesial bastante dis-tinta de la europea, descubriendovalores que tal vez se hayan perdi-do en las sociedades de la vieja Eu-ropa. Pienso no equivocarme al de-cir que Benedicto XVI disfrutó ensus breves visitas a África”.

“El Papa supo reconocer en laexhortación la alegría y la vitali-dad de la Iglesia africana, la belle-za que tiene el continente, sinocultar el rostro de dolor y las di-ficultades”, explica Heliodoro Ma-chado Santos, misionero espirita-no que ha trabajado durante doceaños en la R. D. del Congo y que

ha visto cómo la decisión tomadapor Benedicto XVI le ha hecho re-flexionar sobre su vocación comoreligioso. “Pensando desde la pers-pectiva del desprendimiento delos puestos de quienes vivimosuna vida misionera, en la que es-tamos disponibles para ir donde ycuando se nos llame, es todo unejemplo de la necesidad de vivirno aferrándonos a ‘cargos’, aten-tos a lo que Dios nos pide en ca-da momento de nuestra vida. Amenudo caemos en la tentacióndel activismo y se nos olvida queJesús sólo nos pide que seamossus testigos”, relata, haciendo hin-capié en la idea de que “vivimosen una sociedad donde se valoratodo desde la eficacia, mientrasque el Papa ha decidido vivir losdones recibidos de Dios como unservicio a los hermanos. En estetiempo ha intentado vivir este ca-mino, trabajar en profundidad to-dos los temas que ha decididoabordar, y eso se ha notado”.

“Nos ha dado las pautas parafortalecer nuestra vida cristiana

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I G L E S I A A F O N D O

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y misionera. Prueba de ello es elAño de la Fe en el que estamos”,

señala Loli Hernández, misionerade Cristo Jesús, quien apunta có-mo el despertar de África pasa“por afianzar la Iglesia local, pero,sobre todo, por saber escuchar ymirar. Los extranjeros a menudoobservamos con nuestros ojos ynos olvidamos de escuchar sus an-helos y expectativas”.

El camino dela Iglesia en América

Así, si Africae munus planteaprecisamente este protagonismo delas comunidades en su desarrollo,

el discurso de Benedicto XVI antelos obispos del CELAM estableció elcamino para la Iglesia en AméricaLatina en los próximos años; uncontinente que conocía a fondo,pues, como cardenal, trabajó du-rante dos décadas en la comisiónque aborda las inquietudes de la re-gión. Esta hoja de ruta que marcópasa por purificar la religiosidadpopular, trabajar para reforzar la fefrente al auge de las sectas y evitarque la Iglesia se transforme en “su-jeto político”. “La Iglesia es aboga-da de la justicia y de los pobres,precisamente al no identificarsecon los políticos ni con los intere-

ses de partido”, explicó, y no dudóen condenar las promesas falsasque vinieron de la mano tanto delcapitalismo como del marxismo.

“Benedicto XVI ha querido ha-cerse presente a través de sus en-cuentros internacionales, mostran-do su preocupación por que la Igle-sia se muestre fiel al Evangelio deJesús, y creo que precisamente esaes la tarea que le espera al nuevoPapa: llevar a la Iglesia hacia don-de Dios quiera, adaptándose a losnuevos tiempos”, comenta Estíba-liz Ladrón de Guevara, misioneramercedaria de Bérriz que ha vivido30 años en República Dominicana,quien ve una “Iglesia viva y joven”en América. “Tenemos que dejar-nos evangelizar por otros cristia-nos de allá, que desde la pobrezay la sencillez viven una fe muyfuerte, con su mirada puesta enDios”. Precisamente el nuevo Papatendrá en América su bautismo defuego, pues el próximo mes de ju-lio Brasil acoge la Jornada Mundialde la Juventud; doble reto, encuanto que será su primer contac-

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to con las nuevas generaciones,pero también su desembarco en elcontinente que aglutina a más del40% de los 1.200 millones de ca-tólicos del planeta.

Desafíos en el horizonte parael Sucesor de Pedro, sea cual seasu lengua materna o la banderaque esté asociada a su nacimien-to. “En los cinco continentes haypersonas capaces, muy capaces,de asumir la tarea de Sucesor dePedro y Obispo de Roma. A todosnos halaga y nos gustaría que fue-ra ‘alguien de nuestra tierra’. Pe-ro en algo tan importante y detanta trascendencia, lo de menoses el lugar de nacimiento”, expli-ca el obispo de Hwange, que di-buja un sencillo perfil para el nue-vo Pontífice: “Que sea un verda-dero ciudadano del mundo, capazde valorar cuanto de bueno hayen las distintas culturas, hombrede fe profunda y tremendamenteenamorado de Jesucristo y suIglesia. O sea, aquel que el Espíri-tu Santo tiene ya preparado”.

JOSÉ BELTRÁN

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a aperturahaciaOriente es

uno de los retospara el próximoPapa, que tiene ladifícil tarea de lu-char para romperla resistencia políti-ca de muchos paí-ses asiáticos a quehaya presencia dela Iglesia católica",comenta el misio-nero espiritano He-liodoro Machado.El trabajo diplomá-tico que ha realiza-do Benedicto XVIdurante su pontifi-

cado para mejorarlas relaciones conlos diferentes regí-menes de Asia, asícomo a la hora detender puentes deconvivencia con loslíderes islámicos,ha sido destacado.

Así lo puso de ma-nifiesto en su viajea Líbano, dondepidió a musulma-nes y cristianosque "se unan paraponer fin a la vio-lencia y las gue-rras" en OrienteMedio. "Predicar yvivir libremente supropia religión sinponer en peligro lavida y la libertaddebe ser posiblepara todos", dijoen septiembre delpasado año en Bei-rut, unas palabrasextrapolables, por

ejemplo, a China,que se presentacomo uno de lospaíses que másobstáculos pone ala tarea evangeliza-dora de la Iglesiacatólica, comoconstata el español

Miguel MauryBuendía, nuncioapostólico en Kaza-jistán, Tayikistán yKirguistán: "Estoyconvencido de que,a finales de este si-glo, China será unpaís mayoritaria-mente cristiano.Desde el punto devista diplomático,tienen un proble-ma que va más alládel comunismo. Essu mentalidad 'chi-nocéntrica', que lesimpide aceptar queun poder que vienede fuera, como es

la Santa Sede, pue-da influir en losnombramientos delepiscopado del país.Pero esto no de-pende de la actituddel Vaticano, sinode que China noquiere hablar".

L

Oriente, la frontera que se resisteOriente, la frontera que se resiste

Page 10: Misioneros Nº133

Los católicos aquí tene-mos tanto miedo deperder la vida que al fi-nal de cada misa nos

despedimos como si fuera la últimavez que nos vemos”. Con esta con-vicción se expresaba el arzobispomaronita de Damasco, monseñorSamir Nassar, en declaraciones aAyuda a la Iglesia Necesitada, elaño pasado. Para el arzobispo Nas-sar, el conflicto está “fuera de con-trol, con el poder central empeña-do en mantenerse a toda costa, y larevuelta popular que no deja las ar-mas”. Tanto él como el resto de loslíderes de las Iglesias cristianas pre-sentes en Siria han hecho numero-sos llamamientos al fin de la vio-lencia y al diálogo como medio pa-ra encontrar una solución justa ypacífica, propuestas que han caídosiempre en oídos sordos.

24 misioneros NÚM. 133, MARZO DE 2013

El conflicto que viveSiria desde hace más

de dos años es elmás intenso que se

registra actualmenteen el mundo. En me-

dio de este drama,los cristianos sufren,

no solo a causa de laguerra, sino tambiénpor la creciente into-lerancia de los rebel-

des, muchos de loscuales son declarados

radicales islamistas.

FUERA DE CONTROL

P R I M E R P L A N O

SIRIA

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Desde que estalló el conflicto,allá por 2011, las dos partes sehan enrocado cada vez más enuna espiral de violencia que noparece acabar nunca y en la queno se vislumbra a corto plazo unfinal de vencedores y vencidos,por mucho que las previsiones delDepartamento de Estado estadou-nidense contemplen un escenariopróximo de huida del presidenteBashar Al Assad, en el poder des-de el año 2000. Los medios de co-municación occidentales a menu-do han presentado una imagen de“rebeldes buenos que se alzancontra un presidente dictador”,pero desde el principio muchasvoces de dentro del país han ad-vertido contra la tentación desimplificar las cosas.

“No queremos ser como Irak.No queremos inseguridad ni isla-mización y tener así la amenazade los islamistas en el poder”, de-cía hace dos años el obispo caldeocatólico de Alepo, Antoine Audo,quien señalaba que, con todos sus

defectos, el régimen del presiden-te Al Assad tenía un carácter mar-cadamente secular. Su punto devista sobre la rebelión pintaba unarealidad muy distinta de la de lu-chadores de la libertad: “Los mu-sulmanes radicales que se han re-belado contra el Gobierno del pre-sidente Bashar Al Assad, no quie-ren libertad ni democracia, sino ladesestabilización y la islamiza-ción”. Los extremistas islámicos,dijo entonces, “hablan de libertady democracia para Siria, pero esasno son sus metas. Ellos quieren di-vidir a los países árabes, contro-larlos y apoderarse del petróleo”.

En el seno de la Iglesia, sin em-bargo, no todos han visto las cosasde esta misma forma. En junio delaño pasado, el Gobierno de Al As-sad expulsó al jesuita italiano pa-dre Dall’Oglio, uno de los pocos re-ligiosos que se atrevió a criticarabiertamente el régimen en el po-der, y que, en los primeros días dela rebelión, llegó incluso a justifi-car la lucha armada.

Pero, en general, los cristianosde Siria miran a su alrededor y te-men que se repita con ellos lomismo que ocurrió a sus herma-nos del Líbano, donde 15 años deconflicto les han empujado fuerade sus fronteras; o recuerdan lashistorias atroces de los 200.000cristianos iraquíes refugiados enSiria en años recientes, por no ha-blar de los coptos egipcios quehan huido de su país ante el hos-tigamiento que han sufrido antesy después del triunfo del islam po-lítico. Si al principio de las revuel-tas numerosos cristianos partici-paron en ellas, según se desarro-llaron los acontecimientos la posi-ción de la Iglesia fue más pruden-te, centrada en pedir una soluciónpacífica basada en el diálogo y enel rechazo a la guerra.

Temor a una persecución religiosa

Uno de los incidentes que ha-blan más de este temor a unapersecución de los cristianos

Los cristianos sirios temen que eltriunfo de los rebeldes dé paso a

un Estado islámico de corte radical.

NÚM. 133, MARZO DE 2013 misioneros 25

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por parte de los islamistas siriospresentes en las filas rebeldes

fue el asesinato del sacerdote grie-go-ortodoxo Fady Haddad. El reli-gioso, párroco de la iglesia de SanElías, en Qatana, pequeña locali-dad a las afueras de Damasco, fuesecuestrado por hombres armadosel 18 de octubre del año pasadomientras estaba negociando la li-beración de uno de sus feligreses.Su cuerpo sin vida fue encontradoseis días después. Pocos meses an-tes, en enero de 2012, el sacerdo-te Bassilios Nassar fue asesinadoen Hama mientras intentaba res-catar a un herido.

La Iglesia en Siria, desde susorígenes (ver recuadro) ha vividobajo la sombra del conflicto y lapersecución. Como denunciabanrecientemente algunos religiosospresentes en el país, algunas co-munidades cristianas se habíanquedado aisladas en zonas casti-gadas por bombardeos, sin agua nialimentos, a merced del intensofrío. A esto se une el acoso que su-fren por parte de los islamistas,que abundan en las filas rebeldes.

Esta situación de emergenciahumanitaria no la viven solo loscristianos, sino toda la población.

Monseñor Jacques Behnan Hindo,obispo de la archieparquía siro-ca-tólica de Hassaké-Nisibis, denun-ciaba en enero pasado la emergen-cia humanitaria que estaba aplas-tando a miles de civiles sirios:“Con la imposición del embargo,quien resulta castigado es el pue-blo, no el Estado”. A la zona de supatriarcado han llegado durantelos dos últimos meses aproxima-damente 400.000 desplazados, quehuyeron de los combates en Alepo.Según datos del ACNUR, Siria cuen-ta hoy con 2,5 millones de despla-zados, a los que hay que sumarunos 600.000 refugiados que han

dejado el país para vivir en nacio-nes vecinas y en el norte de África,y se teme que durante los próxi-mos meses su número aumente.

Entre los que viven una peorsituación están los 280.000 refu-giados sirios que se encuentranen Jordania, quienes durante es-tos meses de invierno tienen quesoportar el frío en medio de la es-

casa atención que reciben de lasagencias humanitarias internacio-nales. Cáritas Jordania atiendediariamente a 30.000 familias deentre estos refugiados.

Los cristianos sufren esta situa-ción como el resto de los habitan-tes del país, pero, como ha adver-tido Naciones Unidas, “la guerra ci-vil es ya un conflicto abiertamente

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Según ACNUR, Siria cuenta ya con2,5 millones de desplazados, y unos600.000 refugiados fuera del país.

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a Iglesia siria, como to-das las orientales, es deestructura patriarcal. Su

jefe supremo ostenta el títulode "Patriarca de Antioquía yde todo Oriente". Se conside-ra el heredero directo y legíti-mo de la primitiva Iglesiaapostólica de Antioquía, regi-da por el primer obispo-már-tir, san Ignacio. De ahí quelos patriarcas antepongan asu nombre el de Ignacio, co-mo referencia de continuidadapostólica. Los obispos sonelegidos entre los monjes.Unos y otros son célibes, noasí el clero rural.

El centro histórico de laIglesia católica en Siria se en-cuentra en Alepo, donde, en1626, misioneros jesuitas ycapuchinos comenzaron a tra-bajar entre los fieles sirios or-todoxos, muchos de los cua-les fueron recibidos en comu-nión con Roma cuando el pa-triarcado quedó vacante. Enel siglo XVIII los otomanosapoyaron a los ortodoxos encontra de los católicos, y es-tos sufrieron persecucionesdurante varias décadas, queforzaron a los católicos a laclandestinidad.

En 1829, el Gobierno turcoreconoció a la Iglesia católicasiria, que estableció su patriar-cado en Mardin (hoy surestede Turquía). Durante la Prime-ra Guerra Mundial, más de lamitad de los 75.000 católicossirios murieron violentamente.

En el transcurso de las últi-mas décadas, numerosos ca-tólicos han emigrado a otrospaíses, tendencia agravadapor el actual conflicto.

LLa Iglesia en SiriaLa Iglesia en Siria

religioso entre las dos grandes ra-mas del islam, los suníes y los chi-íes, y en este enfrentamiento lasminorías cristianas corren el ries-go de desaparecer”.

Con esta situación, para laSanta Sede, puede ser peor el re-medio que la enfermedad. Porello, una de las cosas que máspreocupa a la Iglesia católica esque, si finalmente el presidenteAl Assad es forzado a abandonarel poder, se produzca una situa-ción similar a lo ocurrido en Irak,donde los cristianos sufrieron nu-merosos atentados tras la caídadel régimen de Sadam Husein.Una gran parte del ejército rebel-de que lucha en Siria está forma-da por integristas islámicos, y enespecial por un grupo particular-mente radical que se hace llamarYabhat al Nusra y que ha sido cla-sificado por la CIA como un gru-po terrorista. Su objetivo seríaimplantar en Siria un Estado islá-mico que se guíe por la aplica-ción de la sharia. Una radicaliza-

ción islámica del país sería pocoatractiva para una sociedad que,a pesar de la dictadura que ha su-frido durante varias décadas, hasido tradicionalmente muy tole-rante con los cristianos, que enaños recientes llegaron a ser dosmillones (pertenecientes a onceconfesiones distintas).

La diplomacia vaticana, en pa-ralelo a su ayuda humanitaria, in-tentó sin éxito, el pasado mes denoviembre de 2012, enviar una mi-sión a Siria. Finalmente, la reunióntuvo lugar en el Líbano, donde elcardenal guineano Robert Sarah,presidente del Pontificio Consejo“Cor Unum”, se reunió con pasto-res y fieles de las Iglesias presen-tes en Siria, visitó a algunos refu-giados procedentes de ese país ypresidió una reunión de coordina-ción con instituciones caritativascatólicas, a las que la Santa Sedeha pedido un particular esfuerzoen favor del pueblo sirio tantodentro como fuera del país.

JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ

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P R I M E R P L A N O

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América vive una guerra silenciosa. Todos losaños, entre 125.000 y 150.000 personas son ase-sinadas en sus calles y hogares por la delincuen-cia común y el crimen organizado, según la Orga-nización de Estados Americanos (OEA). La falta deseguridad y la violencia –asesinatos, secuestros,violaciones, extorsiones– constituyen uno de losmás graves problemas de aquellas sociedades.

I N F O R M E

l pasado 4 de febrero, sieteturistas españolas fueronvioladas en Acapulco, en elestado mexicano de Guerre-

ro. Se hallaban durmiendo, cuandoentre seis y diez individuos arma-dos irrumpieron de madrugada enel bungaló que habían alquilado yconsumaron la agresión, tras atar ygolpear a sus parejas y robarles atodos ellos sus objetos de valor. Elsuceso, que conmocionó a la opi-nión pública española al tratarse deconnacionales, tuvo en cambio mu-cha menos repercusión en México.“Estas son cosas que suceden entodo el mundo”, vino a decir el al-calde de la turística ciudad, quitan-

do hierro al asunto. El regidor enseguida rectificó y pidió perdón

por lo que podía interpretarsecomo falta de sensibilidadhacia las víctimas. No habíaen él intención de ofender,ni tampoco falta de empa-tía con las infortunadas.Sus palabras fueron las dealguien a quien esa violen-

cia resulta algo rutinario ypoco menos que “normal”.

Y es que la violación en Mé-xico está a la orden del día. El

país es, según la ONU, el sexto delmundo en este tipo de delitos. Y

E

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aunque no existen estadísticas ofi-ciales fiables, sino más bien esti-maciones, un informe de la Secre-taría de la Salud titulado Atenciónmédica a las personas violadas, edi-tado en 2004, daba por bueno que“entre el 2,8% y el 5% de las mu-jeres” del país habían “sido viola-das alguna vez en su vida”. En2011 México contaba con 115 mi-llones de habitantes, de los que58,1 millones eran mujeres. De sercorrecta esta estimación, el núme-ro total de víctimas estaría entre1,6 y 2,9 millones.

Oficialmente, en el país aztecase cometen cada año de 14.000 a15.000 violaciones, que son lasque se denuncian a las fuerzas delorden y figuran luego en las esta-dísticas. Todo el mundo sabe, sinembargo, que la cifra real es muysuperior, dado que de muchasagresiones no se da parte por mie-do y por vergüenza. La propia Se-cretaría de la Salud calculó hacetres años que se cometía una vio-lación cada cuatro minutos: másde 131.000 al año.

Informe sobre seguridadEl de las agresiones sexuales

es, lamentablemente, tan solo unomás de los problemas de inseguri-

dad que tiene México y, en gene-ral, todo el continente america-no. Sin ir más lejos, en estemismo país, y solo entre 2006y 2010, fueron asesinadas71.965 personas, la mayoríade ellas, seguramente, en elcontexto de la “guerra contrael narcotráfico” lanzada por elGobierno del ex presidente FelipeCalderón. Eso, según la contabili-dad oficial, porque organizacionesno gubernamentales como el Mo-vimiento por la Paz con Justicia yDignidad elevan la cifra a 80.000.A estos números habría que añadirademás otra larga lista de perso-nas desaparecidas. De hecho, elGobierno mexicano ha confirmadola existencia de una base de datoscon los nombres de más de 27.000casos, a noviembre de 2012, sibien no ha precisado las causas deestas desapariciones.

Los datos oficiales de México ydel resto de países americanos enmateria de violencia pueden en-contrarse en el Informe sobre segu-ridad ciudadana en las Américasque el año pasado elaboró Alerta-mérica, el Observatorio de Seguri-dad de la OEA. Presentada en Was-hington el pasado 14 de septiem-bre, la memoria de la institución,

segunda deesta naturaleza, anali-za la situación en los 34 países delcontinente –todos, excepto Cuba–entre los años 2000 y 2011. Y deella se pueden extraer cuatro con-clusiones. La primera ya estáapuntada: cada año son asesina-das en toda América entre 125.000y 150.000 personas. La segunda: el74% de todos esos homicidios secometen únicamente en cinco paí-ses: Brasil, México, Colombia, Es-tados Unidos y Venezuela. Terceraconclusión: con relación al númerode sus habitantes, Honduras, ElSalvador, Jamaica, Venezuela yGuatemala presentan unas tasasde homicidios tan elevadas que,según la prensa, no las encon-

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tramos siquiera en los paísesmás violentos de África. Y cuar-

ta, y más preocupante de todas: lainformación oficial que allí se re-coge se queda seguramente cortacon respecto a la realidad. El estu-dio completo, de 164 páginas, eninglés y castellano, puede descar-garse en la web www.oas.org/dsp/espanol/cpo_observatorio_alerta-merica2012.asp

San Pedro Sula, un caso extremo

Como es sabido, la tasa de ho-micidios de una sociedad se midepor cada 100.000 habitantes. Algu-nos de los países más desarrolla-dos del planeta, como Noruega,Dinamarca o Suecia, tienen una ta-sa de un solo asesinato cada100.000 habitantes. En América,sin embargo, los países mejor pa-rados –Canadá y Estados Unidosen el norte, y Chile y Uruguay enel sur– presentan ya tasas de 1,5 y

4,6 en el caso de los primeros, y de3,7 y 5,9 respectivamente, en el delos segundos. Son, en todo caso,las sociedades más afortunadas, siasí puede calificarse a las que pier-den cada año violentamente a en-tre 14.000 y 17.000 personas, co-mo ocurre en Estados Unidos.

Proporcionalmente, la peorparte se la llevan las nacionescentroamericanas. Desde estaperspectiva, Honduras es, con di-ferencia, el país más violento delcontinente. Y probablemente unode los más violentos del mundo.Allí se cometen una media de 20asesinatos diarios: 600 al mes. Ydentro de Honduras, la ciudad deSan Pedro Sula (cercana al millónde almas) se lleva la palma, conuna tasa de ¡166 homicidios! porcada 100.000 habitantes. El obis-po de esa diócesis, el claretianoburgalés Ángel Garachana, expli-caba recientemente lo que suponeesta trágica realidad. Lo hizo en

la mesa redonda que tuvo lugaren Madrid para presentar la últi-ma campaña del DOMUND. Mere-ce la pena recordar su testimonioy su denuncia.

Dijo monseñor Garachana enaquel foro que la gran mayoría delos asesinatos en San Pedro Sula es-tán relacionados o bien con el nar-cotráfico –“quien entra en esemundo acaba matando o siendomatado”, aseguraba–, o bien conlos sicarios que asesinan por encar-go y son los responsables de apro-ximadamente el 30% de todos loscrímenes. “Y no podemos olvidar–añadió– la violencia de los mis-mos cuerpos de seguridad, que sonlos encargados de defendernos yque, sin embargo, están implicadosen robos, secuestros y asesinatos”.

Para ilustrar el clima de miedoe inseguridad reinantes, el obispocontó una anécdota. “En mi dióce-sis –dijo–, cuando uno va por lacalle y cree ver a un amigo o co-nocido, lo mejor es adelantarse eir de cara, porque si se te ocurretocarle por detrás como para gas-tarle una broma y no es tu amigo,puede ocurrir que la persona en

I N F O R M E VIOLENCIA, EL DRAMA DE AMÉRICA

Los datos oficiales son escalofriantes: cada año son asesinadas en toda

América entre 125.000 y 150.000 personas.

Un ciudadano belga yace muerto en el suelo tras impedir el robode su vehículo en la zona Diamante de Acapulco (México).

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cuestión se dé la vuelta, saque unarma y te dispare al creer que levas a atracar”. Los testimonios queaportó en su intervención fueronestremecedores. Uno de ellos fue elde María Hernanda, una madre defamilia de 64 años a la que habíanasesinado a sus seis hijos.

Cinco son las causas principa-les de la violencia atroz e inhuma-na que vive esa sociedad, en opi-nión de monseñor Garachana. Laprimera de esas causas es “la rea-lidad social de pobreza e inequi-dad excluyente”; la segunda, “lagravísima desestructuración fami-liar” que existe; la tercera, “la ine-ficacia y corrupción del sistema ju-dicial, policial y penitenciario”; lacuarta, “el deterioro moral de laconciencia social y colectiva”; y laquinta y última, “el modelo cultu-ral dominante, la idolatría del di-nero fácil y rápido”.

El prelado insistió e hizo hinca-pié en todas y cada una de ellas. Ylo hizo porque, tanto en Honduras,como en otros países, las autorida-des tienden a simplificar el proble-ma, culpabilizando siempre a losmismos: “a los jóvenes y a los po-

bres”. Y esta es –aseguró– unasimplificación “malintencionada”que hacen los Gobiernos para jus-tificar soluciones represivas y polí-ticas de mano dura que, por sí so-las, tal y como se ha comprobado,no sirven para atajar el problema.“En Honduras –aseveró el tambiénvicepresidente del Episcopado ypresidente de la Comisión de Pas-toral Social– las políticas públicasde los sucesivos Gobiernos se hanmostrado totalmente ineficaces:política de mano dura, política dela cero tolerancia, política de la re-presión sin prevención, política delaumento del presupuesto policial(500% en la última década), políti-

ca de ciudad segura... Cada vez es-tamos peor”. “Tenemos –concluyó–una fatal trilogía: violencia, impu-nidad y corrupción. Puede ser quela impunidad esté en el 97%”.

Esto quiere decir que solo el3% de los delitos que se cometense castigan. Robar, matar, violar,secuestrar o extorsionar en SanPedro Sula sale casi siempre gratis.

Recogida de armasSi Honduras es el país con una

tasa de homicidios por habitantesmás alta, Brasil es el que mayor nú-mero de asesinatos en total regis-tra: una media de 43.500 al añoen la última década, el doble que

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en Colombia (el segundo en la lis-ta, con 20.000 de media) y casi

tres veces más que en Estados Uni-dos. Brasil es, también, el país delmundo con más muertes por armade fuego. Y eso que allí –a diferen-cia de lo que ocurre en Estados Uni-dos, cuya Constitución garantiza ensu Segunda Enmienda el “derecho”a llevar armas– los ciudadanos, pa-ra ir con pistola o tener una arma,tienen antes que solicitar un per-miso, que es expedido previo exa-men de sus antecedentes.

Independientemente de las re-gulaciones de cada país en materiaarmamentista, el problema de laviolencia y de la inseguridad enBrasil, en Guatemala, en México,en El Salvador y en resto del con-tinente, no lo ocasionan las armas“legales”, sino las que procedendel mercado negro, que circulansin ningún control y a las que

cualquiera tiene acceso. En Vene-zuela, sin ir más lejos, con 29 mi-llones de habitantes y una tasa ofi-cial de homicidios de 48 por cada100.000 habitantes (aunque laoposición la eleva a 64), había amediados del año pasado entre 6 y9 millones de armas en manos delos ciudadanos. Y lo mismo puededecirse de El Salvador, Guatemala,Honduras... En Estados Unidos(308 millones de habitantes), don-de se pueden adquirir legalmentecualquier arma ligera, desde pisto-las a rifles de asalto, se cree quehay al menos 270 millones de ar-mas en manos de la población. Ca-si una por persona.

La buena noticia es que en losúltimos años los Gobiernos pare-cen haber comprendido que lamejor manera de prevenir y com-batir la violencia pasa por desar-mar a sus ciudadanos. Varios paí-

ses, en efecto, han promovido enlos últimos tiempos iniciativas derecogida de armas. Brasil comen-zó ya en 2003, con “Lula” Da Sil-va, y desde entonces asegura ha-ber retirado de las calles 612.000armas. Las autoridades brasileñaspagaban ese año entre 100 y 300reales (de 30 a 100 euros) a quienentregase un arma a la policía. EnEstados Unidos, los estados deNew York, New Jersey o Miamihan puesto en marcha o retomadotambién campañas de “Dinero porarmas”, sobre todo tras la matan-za cometida el 14 de diciembre enel colegio de New Town (Connec-ticut), en la que perdieron la vida26 personas, 20 de ellas niños. Yen México, el D. F. vivió tambiénen enero, y durante una semana,una iniciativa para “despistolizar”la capital. Se cambiaron armas defuego por tabletas electrónicas ydinero. La Iglesia se sumó a lacampaña, y en el atrio de la basí-lica de Guadalupe se instaló unode los puestos de recogida.

En Venezuela las autoridadeshan ido más allá. Desde el pasado1 de junio, allí está terminante-

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mente prohibido vender armas defuego. Y como se sospecha que,además del contrabando, unabuena parte de las armas ilegalescon las que se tiñen de sangre lascalles provienen de las propiasfuerzas de seguridad, se van amarcar las partidas de armas ymuniciones de estas.

Desde El Salvador llega, ya pa-ra acabar, otra noticia para la es-peranza. En este país, la violenciase ha reducido considerablementea lo largo del último año. De sufriruna media de 14 homicidios dia-rios, de repente se pasó a cinco.Ello se debió a la tregua que “fir-maron” en marzo de 2012 la maraSalvatrucha y la mara 18, tregua ala que luego se sumaron otras tresbandas: Mao Mao, Máquina y Mi-rada Locos. El acuerdo entre ellasse alcanzó gracias a la mediacióndel obispo castrense Fabio Colin-dres y del ex diputado y ex coman-dante de la guerrilla Raúl Mijango.Una iniciativa que contó con el vis-to bueno del Gobierno de MauricioFunes, quien ha reconocido que enel año transcurrido desde entonceslos homicidios han disminuido un

54%. Hace poco comenzó una se-gunda fase del armisticio, consis-tente en ir declarando de forma es-calonada municipios libres de vio-lencia. Ello no significa que vaya asolucionarse de un plumazo el pro-blema. Pero algo es algo. La mejormanera de combatir la inseguridady la criminalidad probablementesería brindar una salida a todosesos jóvenes a los que, como seña-laba monseñor Garachana, la so-ciedad “no ofrece oportunidadesde educación ni de trabajo, ni tie-nen motivos para valorar ni quererla vida”. Unos jóvenes que piensanque con dinero se compra todo,hasta la felicidad, y que descono-cen las estadísticas que aseguranque por cada persona que es asesi-nada hay otras 500 –padres, her-manos, familiares, amigos– quelloran y sufren esa muerte.

Un último dato para la refle-xión. En las cárceles de El Salvador(6,3 millones de habitantes) hayencarcelados en la actualidad en-tre 9.000 y 10.000 de esos pandi-lleros. Se estima que en las callesquedan libres otros 50.000.

JOSÉ IGNACIO RIVARÉS

a violencia en México,ligada muchas veces alnarcotráfico, afecta a to-

dos. También a la Iglesia. En losúltimos meses, los medios decomunicación han informadosobre varios sucesos luctuososcon sacerdotes católicos comoprotagonistas. Uno de ellos fuela desaparición, el 27 de diciem-bre, de un presbítero de la dió-cesis de Zamora, el P. SantiagoÁlvarez Figueroa, de 27 años.Otro, el asesinato en el estadode Colima del P. José FloresPreciado, de 83, golpeado has-ta la muerte por negarse a pa-gar a sus extorsionadores. Esteúltimo crimen ha destapadouna cruda realidad: el de la ex-torsión a los clérigos. "Los delin-cuentes solicitan dinero a cam-bio de dar supuesta protección apárrocos. La amenaza va desdela quema del recinto sagrado, elsecuestro o la ejecución del reli-gioso si no paga la cuota", expli-caba en una entrevista GustavoAntonio Rangel, responsable deInformes del Centro CatólicoMultimedial, un organismo de laSociedad de San Pablo. "En casode extorsión –añadía– la canti-dad [que se exige] alcanza comopromedio los 10.000 pesos(7.500 euros). Cuando se tratade secuestro, puede llegar hastalos dos millones de pesos (1,5millones de euros)". Según Ran-gel, solo en 2010 fueron vícti-mas de intentos de extorsiónmás de 1.000 sacerdotes, sien-do amenazados de muerte 162de ellos. El mismo día en que elP. Flores fue asesinado en Coli-ma, la policía puso fin al se-cuestro de otros tres sacerdotesen Durango. En los últimosocho años han sido asesinadosen México 23 sacerdotes.

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Internos de la pandilla M18 en el penal de Quezaltepeque, en El Salvador.

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