memorias de la asamblea nacional

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Asamblea Nacional

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  • LA CONSTITUCIN DE MONTECRISTIUNSUEOCOLECTIVOEl camino hacia el buen vivir

  • LA CONSTITUCIN DE MONTECRISTIUNSUEOCOLECTIVOEl camino hacia el buen vivirAsamblea Nacionaldel EcuadorPRESIDENTEFernando Cordero CuevaSECRETARIO GENERALFrancisco Vergara

  • EDITOR GENERALOrlando PrezCOLABORADORESPatricio VivasLorena ManchenoGustavo AbadPORTADA, GUARDAS Y DETALLESMural de piedra deLuis Mideros, instalado desdela construccin del edificiolegislativo, en 1966.FOTOGRAFASngel TayoJorge VinuezaRodrigo ZapataAgencia EFEOrlando PrezDISEOGabriela Pallares/Gk. Proyectosde ComunicacinIMPRESINSOBOC GraficPRIMERA EDICINAsamblea Nacional del EcuadorAbril del 2010

    EL PAS QUE TODOS SOAMOS 11

    DCMO ALCANZAMOS NUESTRO DESTINO HISTRICO? 17 Revoluciones y centurias 19 La paciencia tiene un lmite 21 La gota que derram el vaso 23 Que se vayan todos! 26 La encrucijada nacional 29DCMO LOGRAMOS ABRIR EL CAMINO? 33 Hacia Montecristi 35 Lluvia de amparos 36 A la Asamblea! 39 Ciudad Alfaro 49 Plenos poderes para avanzar 55 La leccin de Dayuma 59

    La artesana de un sueo colectivo 61

    El trabajo en las mesas constituyentes 63Mesa 1. Derechos Fundamentales y Garantas Constitucionales 68Esta normativa trasciende las fronterasMesa 2. Organizacin, participacin social y ciudadana y sistemas de representacin 73Mi mayor aprendizaje fue la capacidad de escucharMesa 3. Estructura e Instituciones del Estado 74No basta con escribir una Constitucin, sino hay que hacerla realidadMesa 4. Ordenamiento Territorial y Asignacin de Competencias 78El proceso constituyente me forj como sujeto polticoMesa 5. Recursos Naturales y Biodiversidad 81Ni en los peores momentos debemos renunciar a los principios

    CONTENIDO

    7UN SUEO COLECTIVO

  • Mesa 6. Trabajo, Produccin e Inclusin Social 82Los derechos, sin una sociedad civil que los haga efectivos, no sirven de nadaMesa 7. Rgimen de Desarrollo 87En la Asamblea se juntaron aspiraciones personales y socialesMesa 8. Justicia y Lucha contra la Corrupcin 88Tenamos que rescatar al Estado de las manos de los grupos de poderMesa 9. Soberana, Relaciones Internacionales e Integracin Latinoamericana 91No se puede hablar de soberana sin un gran riesgo personalMesa 10. Legislacin y Fiscalizacin 92En la Asamblea logramos blindar al Ecuador contra feriados bancarios Mandatos para la Historia 95 El perdn como signo de reconciliacin nacional 96 Las leyes de la Constituyente 99 Entre Logroo y Angostura 109

    Una Constitucin de garantas y derechos ciudadanos 115 Las nuevas Funciones del Estado 116 Asamblea Nacional, Corte Nacional de Justicia, Corte Constitucional 117 Un nuevo orden territorial y otros derechos afines 118 El futuro constituido 122 El fin de los plazos 122 La renuncia de Alberto Acosta 124 Fernando Cordero acelera el trabajo 127 La Comisin de Redaccin y la versin final 128 El Rgimen de Transicin 138 El proceso constituyente en manos de la ciudadana 149DCMO RECUPERAMOS EL ESTADO? 153 Un referndum con dimensin histrica 155 Un contexto de crisis 159 La nueva legislatura 163

    Una primera experiencia de quinto poder 168 La produccin legislativa 171 Leyes paradigmticas 172-A invertir en el pas 173-Nunca ms un feriado bancario! 173-Minera responsable y solidaria 174-Una responsabilidad compartida 174-Justicia: transparente, rpida, eficaz 175-Por una representacin legtima, por una participacin plena 175-Por un sistema de justicia humanista y gil 176-Nuestro alimento, derecho soberano 176-Pensiones justas y a tiempo 177-Las reglas del juego 177-Hacia el quinto poder 178-Por un magisterio calificado 178 Las elecciones de la inclusin 183DHACIA DNDE VAMOS? 193

    Est potenciado, al mximo posible, el poder de la ciudadana 195Fernando Cordero Cueva. Presidente de la Asamblea Constituyente, de la ComisinLegislativa y de Fiscalizacin y de la Asamblea Nacional Para desmediatizar el legado 203 Legislar para el pueblo, reto permanente 207CRONOLOGA 211 UN SUEO COLECTIVO 98 UN SUEO COLECTIVO

  • UN SUEO COLECTIVO 11

    Mi pas es como un nio que suea. Un nio que en las piezas de arcilla de lasculturas Valdivia o Jama-Coaque dise las imgenes que sus sueos le dictaron.Sueos que proyectaban al ser humano hacia el futuro: transfigurado, mejor, msfuerte, capaz de volar, capaz de vencer a cualquier enemigo, capaz de superarcualquier dificultad.Y no deja, mi pas, de soar; y no deja de ser nio. No deja de ser nio porquesigue aprendiendo, educndose, creciendo. Y no deja de soar con ser un pasdistinto, cada da mejor, cada da ms justo, cada da ms equitativo, cada da msciudadano.El futuro ha dejado de ser ese abstracto lugar en el que algn da encontraremosrealizados nuestros sueos y se ha convertido en un proceso tangible de mejo-ramiento progresivo y permanente de las condiciones de vida de nuestra gente,especialmente de los ms pobres. Ese futuro, hacia el que nos dirigimos, no slonos ha devuelto la esperanza sino que nos ha mostrado el camino por donde de-bemos ir. Tambin hemos aprendido que ese camino es hoy apenas una trocha enconstruccin, llena de dificultades y obstculos, con abismos y precipicios quelos hemos podido superar con los puentes que vamos construyendo las ciuda-danas y los ciudadanos en ejemplares y enormes mingas como las del 26 de no-viembre de 2006, 15 de abril y 30 de septiembre de 2007, 28 de septiembre de2008 y la del 26 de abril de 2009.Avanzamos y caminamos. Slo un pas que suea puede encontrar su camino ohacer camino al andar y convertirse en un nuevo pas. Y estamos viviendo da ada esa transformacin tantas veces postergada, tantas veces temida y evitada,tantas veces agredida y desfigurada, tantas veces boicoteada.En este proceso de mltiples transformaciones, una de las ms importantes min-gas a la que fuimos convocados fue aquella en la que debimos decidir con liber-tad y democracia si seguamos en el viejo pas de las injusticias e inequidades oempezbamos a construir caminos haca una patria libre, justa, equitativa, soli-daria y soberana. La minga fue muy exigente ya que no queramos cualquier ca-mino, haba que ir a nuestras races y por ello se escogi Manab, una de las cunasde nuestras culturas y sede de otra histrica minga conducida hace ms de 100aos por Eloy Alfaro, el viejo luchador, que es sin lugar a dudas uno de los pre-cursores de la gran revolucin ciudadana que seguimos desarrollando y tenemosque completar.

    ELPASQUETODOSSOAMOS

  • campaa sistemtica por boicotearla y desprestigiarla que impulsaron aquellosque vean desmoronarse su imperio de privilegios e injusticias.Y sigui mi pas soando y al mismo tiempo construyendo ese nuevo pas du-rante el rgimen de transicin legislativo. Se vio trabajar a la Comisin Legisla-tiva y de Fiscalizacin sin descanso, sin discursos altisonantes, sin esa viejaprctica de los escndalos mediticos que solo alimentaban los egos y servanpara dilucidar rencillas personales o corporativas. Tenamos que aprobar cincoleyes y aprobamos treinta y dos, marcando as una enorme distancia con la pe-reza legislativa y los incumplimientos constitucionales a los que se haban acos-tumbrado los congresos de los ltimos 30 aos.Treinta y dos leyes fundamentales, todas con la mirada en el inters superior de lagente y del bienestar del pas y por supuesto todas perfectibles porque nunca losciudadanos nos sentimos ni nos sentiremos dueos de la verdad. Leyes de la gentepara la gente, leyes que el pueblo ecuatoriano necesita, leyes que el pas requiere.Mi pas volvi a ver su sueo avanzar cuando tuvimos que reinsertarnos en el con-texto internacional de los parlamentos Andino y Latinoamericano, en los que ha-bamos sido ampliamente desprestigiados por aquellos que perdieron laselecciones en noviembre de 2006 y abril de 2007. La verdad de los argumentos ysu verificacin objetiva pudieron ms que todas las intrigas y as en diciembre de2008 volvimos al Parlamento Latinoamericano y en l, con el apoyo del ParlamentoAndino, conseguimos el respaldo unnime para las tesis ecuatorianas de auditorade nuestras deudas externas y el repudio a aquellas que se consideren ilegtimas.Adicionalmente, el trabajo legislativo transitorio, democrticamente decidido porel pueblo en septiembre de 2008, sirvi tambin para crear las bases para que laAsamblea Nacional inaugure verdaderos procesos de fiscalizacin y control po-ltico que puedan acompaar y vigilar esta gran revolucin que propiciamos losciudadanos.Hoy, a 200 aos de la gesta independentista en nuestra Amrica, comprendemoscon madurez que el pasado es ese cmulo de experiencias que nos han tradohasta donde estamos, que el futuro es el lugar donde ubicamos nuestros sueosy que el presente es el momento en que se nos ha dado el privilegio y la respon-sabilidad de hacerlos realidad. La gesta de 1809 le puso una fecha al sueo li-bertario, sueo que seguimos cuidando y persiguiendo. Hoy, 200 aos despus,nos enorgullece, pero sobre todo nos compromete y por ello no podemos bajoningn pretexto dejarnos arrebatar su esencia.Este ha sido un proceso de intenso aprendizaje y del cual todava quedan cosaspor aprender, todo a costa de enormes jornadas, que no siempre son registradasen los medios de comunicacin. Como dice Silvio Rodrguez en su cancin Loms terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida. Aprender detodo esto que hemos vivido nos tomar la vida entera. Habremos dejado los ci-mientos y en 100 aos las nuevas generaciones vern este da no solo con espe-ranza sino vivirn en un nuevo pas.En ese futuro la nueva Constitucin se har carne y hueso en cada actividad so-cial, poltica, cultural, deportiva, artstica, econmica. Veremos hacer realidad losgobiernos autnomos descentralizados que fortalezcan el trabajo de las munici-palidades, gobiernos provinciales y juntas parroquiales con sus nuevas compe-tencias obligatorias pero graduales, exclusivas en muchos mbitos para

    Fue en Montecristi en donde empez esa segunda minga, en noviembre de 2007.Ah nos reunimos, durante ocho intensos meses, 130 asamblestas constituyen-tes, conducidos por una mayora democrticamente definida en las urnas. Desdeel primer da de esa ya histrica Asamblea, quedaron muy claramente estableci-das las diferencias con las dcadas de injusticias y politiquera que la precedie-ron. Asumimos los plenos poderes que nos deleg el pueblo ecuatoriano, sinamilanarnos. Con firmeza revolucionaria prometimos no traicionar a nuestrosmandantes. Millones de soadores, dispuestos a ser mingueros del cambio. Pro-piciamos una amplia e incluyente participacin de la ciudadana y usamos de-mocrticamente nuestra mayora absoluta para ampliar los espacios de cambio.Los textos constitucionales son el producto de la ms diversa y democrtica parti-cipacin ciudadana y por ello reflejan a ese Ecuador diverso y profundo que algu-nos an no lo ven y otros quieren negarlo. Junto a los textos constitucionales y enuso de sus facultades legislativas, la Asamblea Constituyente de plenos poderesaprob y expidi 21 mandatos constituyentes que entre otros cambios consigui:Eliminar los sueldos dorados de unos pocos;Garantizar la estabilidad de los trabajadores, la contratacin colectiva y la orga-nizacin sindical;Recuperar la administracin estatal de nuestra riqueza minera y la soberana denuestros recursos naturales no renovables;Eliminar y prohibir la tercerizacin e intermediacin laboral;Regular y reorientar el uso de los recursos pblicos y de las empresas del Estado,en apoyo de la poblacin ms pobre y vulnerable;Garantizar la portabilidad de los nmeros telefnicos y as ampliar nuestros de-rechos ciudadanos.El trabajo de Montecristi tambin esta visible y presente en 6 leyes que, se antici-paron a las disposiciones constitucionales para:Establecer la equidad tributaria que necesitbamos;Recuperar el uso de los recursos petroleros a favor del desarrollo nacional;Declarar la guerra a dcadas de desfalco y corrupcin con el establecimiento de unsistema nacional de contratacin pblica transparente, democrtico y efectivo;Redefinir el control del transporte terrestre, trnsito y seguridad vial.Y sigui mi pas soando, encontrando respuestas da a da. Al ver que poco apoco, en la tierra del viejo luchador, la Asamblea Constituyente convirti esos an-helos, en textos, en artculos, en un cuerpo constitucional que se consolid yaprob con 94 votos (72,3%). Pudimos ser 100 o ms pero a algunos el cambioles atemoriz y a otros les confundi.Un texto final de 444 artculos que representan dcadas de adelanto, dcadas delucha, de evolucin, de transformacin; que le dieron y le han dado al pas un pro-yecto de vida diferente, un cuerpo constitucional slido, y sobre todo nuestro, hechopor todas y todos, pero sobre todo para todas y todos. Y en esos textos est poten-ciado, al mximo posible, el poder ciudadano, esencia de nuestro proceso y pro-yecto poltico. Adems ese poder ciudadano implica responsabilidad colectiva eindividual para hacer de la democracia una rutina y cotidianidad de todos y todas.Y mi patria volvi a soar y a creer que caminamos en la direccin correcta,cuando en septiembre de 2008, ese texto constitucional, construido con su par-ticipacin, fue aprobado en las urnas con el voto favorable de ms de cuatro mi-llones setecientos mil compatriotas, (7 de cada 10 votos vlidos) a pesar de la

    UN SUEO COLECTIVO12 13UN SUEO COLECTIVO

  • 14 UN SUEO COLECTIVO

    garantizar la autonoma, pero siempre concurrentes por los principios de plani-ficacin, coordinacin, solidaridad y subsidiaridad. Tambin ser una realidad laparticipacin ciudadana en los procesos de planificacin y ejecucin del nuevo r-gimen de desarrollo y las nuevas reglas claras y justas para todos los servidorespblicos, los registros de la propiedad y el manejo del agua como un derecho hu-mano fundamental y sus mltiples relaciones con el buen vivir y los derechos dela naturaleza.Hoy, mi pas tiene sobradas razones para seguir soando por su propia voluntad.El escritor irlands Georges Bernard Shaw afirmaba: Si has construido un cas-tillo en el aire, no has perdido el tiempo, es all donde debera estar. Ahora debesconstruir los cimientos debajo de l. Esos cimientos ya estn en la Constituciny mientras ms avancemos, ms exigentes nos pondremos. Se trata de devolverleal ciudadano su dignidad, sus derechos, su capacidad de exigir, el simple y bsicosentido de vivir como iguales y entre iguales y ello nunca termina.Debemos aceptar que esta revolucin en la que estamos empeados es un pro-ceso sin fin, est en marcha y, como tal, es mucho ms de lo que imaginamos. Nosqueda hacer que esta revolucin sea cada da ms de los ciudadanos. No nos con-formaremos con hacer lo posible. Lucharemos hasta hacerla posible, realizable,alcanzable para todas y todos, real, humana.Esto significa aceptar que nuestro proceso es perfectible, que nuestro liderazgodebe evaluarse permanentemente para sintonizar las expectativas ciudadanas,que no podemos sentirnos satisfechos con lo que esta revolucin ha logrado y quetenemos que responder al compromiso incondicional con nuestros mandantes.El maestro del Libertador, Simn Rodrguez deca: Quien no inventa, se equivoca,para referirse a la obligacin que tenemos como especie y como lderes y gesto-res de los procesos de cambio, de encontrar siempre herramientas innovadorasque permitan que los pueblos avancen hacia el cumplimiento de sus metas.Mi pas sigue siendo un nio que suea y crece, que suea y camina. Hay mo-mentos en que nuestros sueos parecen una utopa inalcanzable y otros en losque todo parece posible, como dice Eduardo Galeano est en el horizonte. Meacerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte secorre diez pasos ms all. Por mucho que yo camine, nunca lo alcanzar. Paraqu sirve entonces la utopa? Para eso sirve: para caminar.La historia, adems, adquiere sentidos cuando la lectura de cada una de sus p-ginas revela, con toda la luz posible, la grandeza de las gestas humanas, desdelas ms simples hasta las que nos cuestan la vida. A nosotros, a los hombres ymujeres de este inicio de siglo, nos toc abrir la trocha. Pero lo hicimos como dijoEloy Alfaro: Todo para la patria, nada para nosotros. Y eso nos gui y nos con-duce en cada acto pblico y privado. Que sea ese nuestro mayor compromisopara, luego de leer estas pginas, reafirmar que ese Todo para la patria es nues-tra mejor consigna, pero tambin nuestra declaracin de fe para no traicionar anuestros mandantes.Fernando Cordero Cueva10 de agosto de 2009

  • NCMO ALCANZAMOSNUESTRO DESTINOHISTRICO?Cuando el pueblo levantadocontra lo oprobioso hace dela calle su lugar de reunin,su asamblea, y convocadopor s mismo da grandespasos hacia la dignidad, seresquebrajan los discursos,envejecen en un da laspromesas vanas; y la gentecomienza a dar lecciones deconduccin poltica que losdemagogos no alcanzan acomprender.

    UN SUEO COLECTIVO 1716 UN SUEO COLECTIVO

  • Cuando la paciencia delpueblo llega a su lmite sedesborda el descontento confuerza de gigante. Ser estasencilla y evidente verdadhistrica tan difcil de vis-lumbrar desde las blindadascertezas del poder? La cadade Abdal Bucaram noparece haber constituido unaleccin til para JamilMahuad, primero, ni paraLucio Gutirrez, despus.

    Una circunstancial y parecida condicin de pro-fundos cambios histricos ha acompaado nues-tro devenir como pueblo, coincidiendo con losltimos tres fines de siglo. En 1809, apenas ini-ciado el siglo XIX, el territorio de la antigua Au-diencia de Quito fue estremecido por unarevolucin que dio origen al primer gobierno crio-llo de la Amrica Hispana y marc el derrotero delas luchas de los territorios americanos por inde-pendizarse de Espaa. Casi una centuria despus,hacia 1895, a las puertas del siglo XX, la revolucinliberal remeci las anquilosadas estructuras de lasociedad ecuatoriana para erigirse como uno delos proyectos ms transformadores de la vida na-cional. Finalmente, apenas transcurridos pocosaos del advenimiento del nuevo siglo (y milenio),nuevamente vientos de profunda transformacinsoplan sobre nuestro destino nacional, acompa-ados con el aparecimiento de nuevos actores po-lticos y sociales que propugnan cambiostrascendentales.En la recta final hacia el siglo XXI posiblemente elmovimiento social ms visible fue el de los pue-blos indgenas, cuyo levantamiento de 1990 le dioimpulso y protagonismo a lo largo de toda la d-cada. El movimiento indgena aviv y reforz otrosprocesos de toma de conciencia poltica como elde los ecologistas, los campesinos, los pueblos ne-gros, los jvenes, las mujeres, los grupos de dere-chos humanos, los migrantes y otros cuyoaparecimiento result en la incorporacin de

    voces nuevas, portadoras de aspiraciones de equi-dad y justicia que evidentemente no encontrabanreales posibilidades para el logro de sus aspira-ciones, en el marasmo de la alterada estructura so-ciopoltica e institucional imperante.El ms reciente cambio de siglo en el Ecuador es-tuvo, pues, marcado por la incorporacin de nue-vos actores sociales al debate poltico nacional ypor el declive de los partidos polticos tradiciona-les, cuya autoridad como portadores de las aspi-raciones de la poblacin haba sido puesta en seriocuestionamiento.Un hecho significativo fue la formacin, en 1995,del Movimiento de Unidad Plurinacional Pachaku-tik-Nuevo Pas, como brazo poltico formal, tantodel movimiento indgena como de otros sectoresorganizados. Pachakutik como organizacin re-present, en ese momento, la parte ms proactivade los sectores sociales y populares, dotada de unaalta capacidad de movilizacin y de participacinen las estructuras institucionalizadas del poder. Elmovimiento coloc representantes en el CongresoNacional, gan espacio en prefecturas, alcaldas,juntas parroquiales y otros mbitos de represen-tacin poltica. Definitivamente, luego de aos dehaber carecido de formas eficaces de expresin yparticipacin la sociedad civil haba encontradonuevos cauces con la presencia emergente, comoya se ha dicho, de las mujeres, los afroecuatoria-nos, los ecologistas y otros colectivos.

    RevolucionesycenturiasEl ms recientecambio de sigloen el Ecuador es-tuvo marcadopor la incorpora-cin de nuevosactores socialesal debate polticonacional, encoincidencia conel declive de lospartidos polti-cos tradicionales.

    19UN SUEO COLECTIVOUN SUEO COLECTIVO18

  • El derrocamiento del gobierno de Abdal Bucaram,el 6 de febrero de 1997, fue una primera demostra-cin de la capacidad movilizadora de los ciudada-nos. A la larga, ste result ser el primero de treslevantamientos populares que depusieron igual n-mero de gobiernos en el lapso de ocho aos1. Entodos los casos, lo que cataliz la protesta popularno fueron tanto el desempleo, el alto costo de la vida,la mala administracin de justicia, la deficiencia enlos servicios bsicos y otras desastrosas consecuen-cias socioeconmicas producto de los malos gobier-nos, como su inveterada corrupcin en el manejo dela cosa pblica cuyos ribetes de escndalo ofendanla conciencia nacional.Segn datos del Instituto Ecuatoriano de Estads-tica y Censos (INEC) hacia fines del milenio, cercadel 55% de la poblacin ecuatoriana no tena cu-biertas sus necesidades bsicas, como salud, edu-cacin, alimentacin y vivienda. Pero la indignacinde la gente obedeca ms bien a la serie de escn-dalos de corrupcin protagonizados por Bucaramy su entorno cercano en sus escasos seis meses degobierno. La necesidad de recuperar la dimensintica de la poltica era urgente y la poblacin habaperdido la confianza no solo en la institucionalidadpoltica y administrativa, sino en la calidad moralde sus gobernantes.Los sectores dominantes, por su parte, radicaliza-ron sus estrategias y alianzas con el fin de mante-ner sus privilegios. Los partidos polticostradicionales se negaron a revisar sus prcticas y,aunque admitan la participacin de nuevos sec-tores, hicieron todo lo posible para continuar en elmanejo de la institucionalidad poltica y adminis-trativa. No existi renovacin en la cultura poltica,solo cambio de mando.2Derrocado Bucaram, y luego de casi una semanade ro revuelto y disputas por el poder, transcu-rrida entre el 6 y el 11 de febrero, asumi comopresidente interino Fabin Alarcn Rivera, como

    resultado de un pacto conveniente entre las litespolticas cuyos mayores exponentes eran el Par-tido Social Cristiano (PSC) en la Costa, y los parti-dos Democracia Popular (DP) e IzquierdaDemocrtica (ID) en la Sierra. El PSC, como repre-sentante de la derecha empresarial, era lideradoentonces por el ex presidente Len Febres Cor-dero, como caudillo histrico y Jaime Nebot, comosu posible sucesor. La DP, como representante dela Democracia Cristiana, se encontraba bajo la tu-tela del tambin ex presidente, Oswaldo Hurtado,y como su posible sucesor tena al alcalde deQuito, Jamil Mahuad. El otro partido dominante, laID, de tendencia socialdemcrata estaba lideradopor otro ex presidente, Rodrigo Borja.En mayo de 1997 se realiz una compleja consultapopular, que entre los 14 puntos que someta a laconsideracin de los votantes, inclua uno sobre laconveniencia de instalar una Asamblea Nacionalque reformase la Carta Magna del Estado. Pro-ducto del triunfo de ese planteamiento se installa Asamblea Constituyente de 1998 en Sangolqu,cuyo resultado es una Constitucin que, vista enperspectiva histrica, se caracteriza por fortalecerel modelo neoliberal. En ese sentido, proclama queel modelo de desarrollo del Ecuador era el de laeconoma social de mercado y limita la capacidadreguladora del Estado en beneficio de la empresay el capital privado. Si bien esta Constitucin in-corpora, en su aspecto dogmtico, avances en lorelacionado con los derechos civiles, polticos, eco-nmicos, sociales y colectivos, en la prctica stoscarecan de una normativa y unos procedimientosque garantizaran su aplicacin. El presidente de laAsamblea de Sangolqu fue el ex presidente de-mcrata-cristiano Oswaldo Hurtado, el mismo quediez aos despus, en 2008, regres de su retiropoltico para tratar de ser el mayor opositor al pro-yecto del presidente Rafael Correa de instalar unaAsamblea Constituyente en Montecristi. La Cons-titucin de 1998, aprobada por la Asamblea Cons-tituyente en Riobamba el 5 de junio de ese ao, fue

    Lapacienciatieneunlmite Hacia fines delmilenio, cercadel 55% de lapoblacin ecua-toriana no tenacubiertas sus ne-cesidades bsi-cas, como salud,educacin, ali-mentacin y vi-vienda.1 Los otros dos presidentesderrocados son JamilMahuad, el 21 de enerode 2000; y Lucio Gutir-rez, el 20 de abril de2005.2 El propio Bucaram acuun calificativo para eloportunismo poltico dela poca al sealar a lasfiguras polticas que sebeneficiaron de su derro-camiento, como los de lacamioneta, en alusin auna fotografa aparecidaen la prensa en la que sepuede ver a dichos per-sonajes sobre un ve-hculo, tratando de hacersuya la gesta popular.

    Mi poder en la guatita:Pudo haber llegado a nive-les ms patticos la descom-posicin de la repblica, lares pblica, la cosa pblica,que en los tiempos de Buca-ram? Para contribuir a sa-carlo del poder, polticos detendencias variopintas setreparon oportunos a la ca-mioneta de la indignacinpopular. Tiempo despus ha-bran, a su vez, de experi-mentar en carne propiacmo la gente los descalifi-caba a ellos tambin.

    UN SUEO COLECTIVO20 21UN SUEO COLECTIVO

  • Uno de los episodios que mejor representa la in-operancia y corrupcin de este modelo ocurri afinales de 1998, durante el gobierno de Jamil Ma-huad y en pleno dominio de una mayora legisla-tiva conocida como aplanadora, constituida porel PSC y la DP. La popularidad presidencial estabaen buen momento, relativamente hablando, a par-tir del 26 de octubre, cuando los presidentes Ma-huad y Fujimori haban firmado la paz entreEcuador y Per, luego de un conflicto de casi seisdcadas. Aunque, ciertamente, no faltaron vocesque de forma airada calificaron como entreguis-tas las condiciones del acuerdo de paz, la verdades que un hlito de esperanza en tiempos mejoressopl tenue sobre la patria. Se haba, de todas for-mas, cerrado un captulo doloroso de la historianacional y el pas, mayoritariamente, daba su res-paldo tcito a aquella solucin, dispuesto a darvuelta a la pgina de la larga historia de conflictosfronterizos con el Per. Sin embargo, el idilio durpoco. El Ejecutivo procedi a autorizar millonariosprstamos a la banca privada para salvarla de lacrisis ocasionada por sus crditos vinculados. Esefue el caso de Filanbanco, cuyos principales accio-nistas y administradores, los hermanos Roberto yWilliam Isaas Dassum, con ayuda de sus amigospolticos, lograron que el Estado capitalizara subanco con aproximadamente 2,7 billones de su-cres, equivalentes a alrededor de 429,5 millonesde dlares3. El 2 de diciembre de 1998, incapacesde manejar la crisis de su banco, los hermanos Isa-as lo declararon en quiebra y lo entregaron al Es-tado, con lo que desataron la mayor crisis bancariade la historia del pas. Una dcada despus, toda-va no se borran sus repercusiones polticas, lega-les y sociales en el Ecuador.Con aprobacin de la mayora legislativa se habacreado la Agencia de Garanta de Depsitos (AGD),con el argumento de garantizar el dinero de losclientes de los bancos a punto de quebrar. En rea-lidad, se trataba de una maniobra entre polticos y

    banqueros para que sos ltimos se declarasen enquiebra y fuera el Estado el que asumiese sus obli-gaciones con los clientes.As se allan el camino para que, pocos meses des-pus, el gobierno decretara el feriado bancario demarzo de 1999, que congel el dinero de los de-positantes por un ao, y cuyas repercusiones eco-nmicas y sociales marcan el inicio de una dcadade inestabilidad poltica y econmica. Se estimaque la banca privada se benefici con aproxima-damente 6.000 millones de dlares, que todava noson devueltos en su totalidad a los depositantes.La crisis de los bancos produjo un empobreci-miento de la poblacin y un auge migratorio haciaEstados Unidos y Europa. Se calcula que 954.396personas migraron entre 1999 y 20074. Esto, cu-riosamente, marca el nacimiento de nuevos acto-res sociales hasta entonces inadvertidos: losmigrantes, cuyas remesas, paradjicamente, logra-ron mantener a flote la economa del pas en losaos posteriores, como la segunda fuente de in-gresos despus del petrleo, segn datos del BancoCentral del Ecuador5. El 9 de enero de 2000, elEcuador adopt el dlar como moneda oficial y sefij una tasa de 25.000 sucres por dlar. Jamil Ma-huad no tena, a la sazn, ms de un 7% de popu-laridad en un pas cuya inflacin bordeaba el 60%.El derrocamiento de Mahuad, el 21 de enero de2000, por una insurreccin popular liderada por elmovimiento indgena con el apoyo de un sector mi-litar es la segunda demostracin del rechazo a unsistema corrupto. Apenas dolarizada la economa,se conform el Congreso Nacional de los Pueblosdel Ecuador, cuyo objetivo era preparar la transi-cin del nuevo gobierno. Este Parlamento desco-noce el paquete de medidas anunciado por JamilMahuad y convoca a la desobediencia civil y al le-vantamiento de los pueblos hasta lograr la revoca-toria del Presidente y su Gobierno, Congreso

    LagotaquederramelvasoLas repercusio-nes econmicasy sociales del fe-riado bancariomarcan el iniciode una dcada deinestabilidad po-ltica y econ-mica. Se calculaque la banca pri-vada se beneficicon aproximada-mente 6.000 mi-llones dedlares, que to-dava no son de-vueltos en sutotalidad a losdepositantes.

    3 Datos del SemanarioLderes de El Comercio,julio de 2008.4 Segn el documentoEcuador: la migracininternacional en cifraspublicado por el Fondode Poblacin de las Na-ciones Unidas y FLACSO-Ecuador, 2008.

    puesta en vigencia el 10 de agosto, sin que mediarauna aprobacin popular de su texto final.El 10 de agosto de 1998 lleg al poder Jamil Ma-huad, en un escenario post constituyente que pro-piciaba un poder ejecutivo revestido de autoridady distanciado del dilogo social; un poder legisla-tivo convertido en el ltimo reducto de los partidospolticos, donde se negociaban leyes con las que lospoderes poltico y econmico se retribuan favores;sin capacidad de fiscalizar y censurar a los Minis-tros, con las mismas reglas para su gestin y con elmandato de hacer varias leyes que no se llegaron arealizar; y un poder Judicial secuestrado por lospartidos polticos que controlaban las decisiones delos jueces, mientras la administracin de justicia nollegaba a la poblacin.

    El 6 de febrero de 1997. Ab-dal Bucaram fue cesado desus funciones de Presidentede la Repblica por el Con-greso. Alarcn asumi comoPresidente Interino.UN SUEO COLECTIVO22 23UN SUEO COLECTIVO

  • 5 Las remesas de los mi-grantes son el segundorubro de ingresos al pasdespus del petrleo. Ao2000 (1.317 millones dedlares); 2001 (1.415millones); 2002 (1.432millones); 2003 (1.539millones); 2004 (1.604millones); 2005 (1710millones) Fuente: BancoCentral del Ecuador.6 Como ejemplo, el go-bierno impulsa la cons-truccin del Oleoducto deCrudos Pesados (OCP), acargo de un consorcio deempresas privadas, paracontinuar el modelo ex-tractivista, con una rela-cin desproporcionadade ganancia a favor de lascompaas privadas.7 En 2000 el ndice de de-sempleo nacional es del10,30% y en 2001 del8,10%.

    No haba sido olvidado elhecho de que el presidenteGutirrez alguna vez actu,cuando fue militar en servi-cio activo, como edecn deBucaram. Cuando la PichiCorte abri paso al regresode Abdal, el 2 de abril,qued sellada la suerte deLucio. Caera dieciocho dasdespus.

    UN SUEO COLECTIVO24 25UN SUEO COLECTIVO

    Nacional, Corte Suprema de Justicia y los Organis-mos de Control y la instauracin de un gobierno delpueblo rezaba una resolucin de esa organizacin,tomada el 11 de enero.El 15 comenz la marcha sobre Quito. Una semanadespus el gobierno estaba derrocado. No obs-tante, los ansiados cambios en la estructura socialy poltica estaban lejos todava. La participacin denuevos sectores sociales en la toma de decisiones,la definicin de un modelo de desarrollo en armo-na con la naturaleza, el respeto y la garanta de losderechos humanos, el fortalecimiento de la autori-dad estatal en el control de los asuntos pblicos yotras aspiraciones permanecan relegadas.Durante el gobierno de Gustavo Noboa, los mediosde comunicacin volvieron la mirada a los esce-narios tradicionales de la poltica, principalmenteal Congreso Nacional, y continuaba vigente un mo-delo de desarrollo basado en la explotacin irra-cional de los recursos naturales6. Se acentu laflexibilizacin laboral que no reconoca los dere-chos de los trabajadores, y la disminucin de la ca-pacidad reguladora del Estado. La posibilidad de

    una redistribucin equitativa de la riqueza seguapostergada7. Fue este el perodo en que el Con-greso aprob, las llamadas leyes trole, que re-formaban de un plumazo y con carcter urgentedecenas de cuerpos legales de carcter econmico,financiero laboral, tcnico y social. Tras la pre-tendida modernizacin del estado, el objetivo fue,a todas luces, reforzar el cumplimiento de los pa-quetes de compromiso con organismos como elFondo Monetario Internacional y el Banco Mun-dial. En otras palabras, se trat de leyes destina-das a reforzar la poltica neoliberal con ms fuerzaque nunca.As, en el Ecuador de principios del siglo XXI con-fluan, por un lado, una crisis estructural dbilrepresentacin poltica, ingobernabilidad, in-equidad econmica y, por otro, una crisis insti-tucional corrupcin, ineficiencia, insensibilidada las que se sumaba un nivel de politizacin de lasFuerzas Armadas, que permitieron la irrupcinde la figura poltica del ex coronel Lucio Gutirrez(quien, entre sus funciones como militar, se habadesempeado como edecn del presidente Ab-dal Bucaram).

  • El coronel Lucio Gutirrez lleg al poder en el2003, en alianza con el movimiento indgena, gra-cias a un discurso nacionalista, que olvid rpida-mente cuando se declar el mejor aliado deEstados Unidos. Su gobierno, que comenz el 15de enero, se haba inaugurado con fervientes ma-nifestaciones de apoyo popular, entre otras razo-nes, por la incorporacin de representantesindgenas al gabinete ministerial, hecho que fueinterpretado como un gesto que en la prcticadeca de su voluntad de abrir espacios a la parti-cipacin y a la equidad. No obstante, su alianza conlos movimientos indgenas y con el MovimientoPopular Democrtico fue pronto sustituida por unacuerdo con el derechista Partido Social Cristiano.Gutirrez logr destruir en pocos meses algo quehaba tardado siglos en consolidarse, como es launidad del movimiento indgena, que perdipoder y se repleg para tratar de recuperar su ca-pital poltico, seriamente afectado por su alianzacon Gutirrez. Hasta ahora, ese sector no logra re-cuperar el protagonismo de hace una dcada. Elapoyo al Plan Colombia, la apertura al Tratado delLibre Comercio con Estados Unidos, la desestruc-turacin de las organizaciones sociales, la impro-visacin en la poltica internacional, adems de lacorrupcin y el claro nepotismo, caracterizaron algobierno de Gutirrez.Lucio Gutirrez aceler su cada, cuando, a finesde agosto de 2004, regres al pas el depuesto Ab-dal Bucaram, quien llevaba ya siete aos asiladoen Panam y prfugo de la justicia ecuatoriana,con dos juicios en su contra por peculado. Guti-rrez se comprometi a reestructurar la Corte Su-prema de Justicia, el Tribunal Supremo Electoral(TSE) y el Tribunal Constitucional (TC), todo parafacilitar su retorno. As, a inicios de diciembre de2004, el Congreso Nacional, los diputados oficia-listas armaron una mayora con los diputados delPRE y el MPD, destituyeron a los magistrados de laCorte Suprema de Justicia y nombraron a otros,dispuestos a anular los procesos contra el ex-pre-sidente. Entre los nuevos magistrados estuvo Gui-llermo Castro Dger, amigo personal de Bucaram,apodado Pichi, razn por la cual, en adelante, se

    Quesevayantodos!

    UN SUEO COLECTIVO26 27UN SUEO COLECTIVO

  • Tres presidentes derrocados en el lapso de ochoaos (el Ecuador se convirti en el mayor expo-nente de ingobernabilidad en la regin); alrede-dor de un milln de ecuatorianos expulsados entre1999 y 2007 en el mayor proceso migratorio de lahistoria de este pas (pese a ello han sido la se-gunda fuente de ingresos para la economa nacio-nal); una institucionalidad poltica yadministrativa deslegitimada por su incapacidadpara garantizar las condiciones mnimas de viday trabajo dignos (la credibilidad del Congreso Na-cional descendi hasta un 6%)8; unos partidos po-lticos carentes de toda representatividad social(sin procesos de formacin ideolgica, se convier-ten en simples maquinarias electorales); un sis-tema de justicia controlado por el poder poltico yeconmico (los procesos contra los banqueroscausantes de la crisis se estancaron), entre otrosaspectos, representaron la ruptura del pacto so-cial, ese principio fundamental que rega desde elaparecimiento de los estados liberales modernos,que consista en subordinar la voluntad individuala la capacidad reguladora del Estado.Al ao 2006, las sucesivas crisis polticas, institu-cionales y productivas que se haban venidodando con variantes mayores o menores en elEcuador, desde haca al menos tres dcadas, yahaban dado como resultado una sociedad pro-fundamente fracturada, que no se reconoca comoun todo dinmico y orgnico en su rica diversidadancestral y cultural, polticamente desorientaday presa del desconcierto resultante de la vocin-glera populista y mesinica, herida profunda-mente en su autoestima. Una sociedad, o ms biensociedades superpuestas y encontradas, gruposde inters presionando a las instituciones del Es-tado, cuyos recursos se haban convertido en

    botn de ocasin. Congreso y leyes sujetas al ma-noseo ms desembozado, un pueblo vctima de laextorsin generalizada proveniente de Cortes deJusticia ineficaces, desencuentro nacional y re-gional, profundas inequidades e injusticias,desesperanza generalizada. Tal era la herencia,primero, de un modelo neoliberal asentado sobretodo en prcticas empresariales con escasa o nin-guna responsabilidad social cuya supuesta pree-minencia deba abrir caminos de progreso ybienestar, en tanto que al Estado se lo debilitabaa conveniencia y se lo esquilmaba sin rubor. Le-gado, tambin, de la persistencia y dominio deuna clase poltica y un rgimen de partidos cuyasfisuras y frecuente traicin a las aspiraciones desus seguidores los haba convertido, poco ms omenos, en agencias para administrar por turnosel asalto a la res publica, a aquello que pertenecea todos, a la repblica, representada en sus dete-rioradas instituciones y en sus menguados recur-sos. Por eso, lo recibido de aquel modelo era,finalmente, una institucionalidad estatal sin ca-pacidad de reaccin para ordenar las relacionessociales. Mucho menos para atender eficazmentelas ms sentidas y urgentes demandas sociales, ypara estimular relaciones de produccin y co-mercializacin que generasen una riqueza distri-buida con equidad.Las elecciones presidenciales del ao 2006 en elEcuador tuvieron dos vueltas electorales. Las vo-taciones en primera vuelta se realizaron el 15 deoctubre. Se presentaron trece candidatos, que co-rrieron con suerte muy desigual. lvaro Noboaqued en primer lugar con el 26,64% de los votos.Rafael Correa Delgado con el 22,89%, en segundo.En ese contexto, la coyuntura electoral significabaun punto de inflexin entre la continuacin del

    Laencrucijadanacional

    8 En enero de 2006 la en-cuestadora Informe Con-fidencial consult a 400personas en Quito y 400en Guayaquil. De ellas, un10% en Quito y un 6% enGuayaquil confiabamucho en el CongresoNacional; un 8% en Quitoy un 18 en Guayaquilconfiaba algo; un 20%en Quito y un 35% enGuayaquil confiabapoco; y un 62% en Quitoy un 41% en Guayaquilno confiaba nada.

    conoci a esa como laPichi Corte. Enenero de 2005, ante larenuncia del presi-dente del organismo,asumi Castro Dgerla Presidencia y anulen pocos das los jui-cios contra el lder delPRE, quien regres alpas el 2 de abril de2005, con una inusualy espectacular cober-tura meditica, lo queprodujo un estado ge-neral de descontentoen la poblacin. Des-contento que venamanifestndose cadavez con ms fuerza.La Marcha Blanca del26 de enero en Guaya-quil haba reunidounas ciento cincuenta mil personas, en tanto queuna esculida contramarcha auspiciada por el go-bierno no haba alcanzado los ocho mil partici-pantes. Luego le toc el turno a Quito. Ms de 200mil manifestantes, que abarrotaron el centro de laciudad el 16 de febrero, exigan el respeto de lainstitucionalidad. Las cabezas visibles, hasta en-tonces, fueron el alcalde Paco Moncayo y el pre-fecto Ramiro Gonzlez. La denominada Asambleade Quito haba realizado tan exitosa convocatoria,sin embargo una autntica eclosin de rebeldapopular estaba gestndose, esta vez sin recurrir aldesgastado liderazgo de los partidos tradicionalesy dejando atrs la tibia presencia de los dirigentestradicionales.Una tercera insurreccin popular termin con elmandato de Gutirrez el 20 de abril de 2005 en loque se conoce como la rebelin de los forajidos,uno de los episodios ms importantes de la histo-ria reciente, porque ms all de sumarse a la ca-dena de cambios traumticos en la direccin delpas, signific el aparecimiento de nuevas formasde impugnacin al poder, que desplazaron de es-

    cena a los despresti-giados partidos polti-cos y colocaron en sulugar a una sociedadmovilizada, una co-rriente ciudadana quese representaba a smisma y utilizabanuevos mecanismosde comunicacin paraconvocarse.La rebelin que acabcon el gobierno deGutirrez no necesitdudosos liderazgos ysu fuerza ms bien ra-dicaba en su indepen-dencia respecto de lasformas tradicionalesde hacer poltica en elEcuador. Lo que co-menz como manifes-taciones espordicasen contra del asalto a la Corte Suprema de Justiciafue tomando, poco a poco, la forma de grandesconcentraciones, especialmente en la avenida deLos Shyris, al norte de Quito. La gente se convo-caba mediante llamadas y mensajes por celular,cadenas de correo electrnico, y por informacinde boca en boca. Ningn partido poltico tradicio-nal tena cabida en esta movilizacin ciudadana,que representaba un vuelco en la cultura polticaecuatoriana, que se reforz al grito de Que sevayan todos!.Sin embargo, el poder poltico no era el nico des-tinatario de la protesta y la inconformidad. En lascalles, la gente volc su indignacin contra unosactores que, hasta entonces, solo haban sido ob-jeto de anlisis acadmico pero no de mayor cues-tionamiento pblico: los medios de comunicacintradicionales. La poblacin dej de identificarloscomo los mediadores cvicos entre gobernantes ygobernados. La insurreccin de ese histrico abrilquiteo dej ver la decadencia de dos institucio-nes en crisis: los partidos polticos y los ms tra-dicionales medios masivos de comunicacin.

    La rebelin delos forajidos sig-nific el apareci-miento denuevas formasde impugnacinal poder, quedesplazaron deescena a los des-prestigiados par-tidos polticos ycolocaron en sulugar a una so-ciedad movili-zada, unacorriente ciuda-dana que se re-presentaba a smisma y utili-zaba nuevos me-canismos decomunicacinpara convocarse.

    UN SUEO COLECTIVO28 29UN SUEO COLECTIVO

  • estado de cosas descrito o la posibilidad de en-frentar un cambio radical. Los dos candidatos fi-nalistas a la Presidencia de la Repblica, lvaroNoboa (PRIAN) y Rafael Correa (MovimientoPAIS) representaban, en ese orden, aquellas dosposibilidades. Noboa, el continuismo del modeloneoliberal, exacerbado. Correa, las aspiracionesde transformacin social, tan reclamadas por losecuatorianos. En la segunda vuelta, realizada el26 de noviembre, Correa fue electo Presidente dela Repblica, con el 56.67% de los votos vlidos.As, el triunfo de Rafael Correa termin de confi-gurar el escenario de arranque de este procesoque hasta entonces solo eran ofertas de campaa.Se inici un nuevo ciclo poltico en la historiaecuatoriana desde una circunstancia indita,como es el cuestionamiento radical a todo el sis-tema vigente, lo cual marca la diferencia con otrosprocesos afines en nuestra regin. Los protago-nistas ya no eran los partidos, sino los sectoressociales organizados e incluso aquel ciudadano,considerado de manera individual, que se repre-senta a s mismo, en otra demostracin de rup-tura y avance en la cultura poltica ecuatoriana.Entre otros motivos comnmente consensuadospara pensar que un Estado necesita darse unanueva Constitucin de la Repblica destacan, unagrave conmocin social y la prdida de legitimi-dad de sus instituciones. El escenario descritocumpla con estas condiciones. Por otra parte,exista un acumulado histrico de inequidades quehaba que cambiar. Faltaban, sin embargo, actorespolticos que capitalicen esa demanda social.

    As, diversas fuerzas sociales de forma mayoritaria,confluyeron para identificar que el candidato delMovimiento Alianza Pas, Rafael Correa, represen-taba esa opcin. Rafael Correa, lleg al poder el 15de enero de 2007 con un plan de gobierno basadoen los derechos de las mayoras, la equidad de opor-tunidades, el desarrollo sustentable y la defensa dela soberana nacional. Los cinco ejes del gobiernode la Revolucin Ciudadana eran, precisamente, re-volucin econmica, lucha contra la corrupcin, re-volucin en educacin y salud, rescate de ladignidad, soberana y bsqueda de la unidad lati-noamericana y, finalmente, revolucin constitucio-nal. Esta reforma poltica del Estado, cuya vaprincipal sera una Asamblea Constituyente encar-gada de redactar una nueva Constitucin y de re-formar el marco institucional del Ecuador ya venapues, esbozada desde la propuesta de Correa, re-frendada -en la prctica- en la posicin de su movi-miento de no presentar candidatos al CongresoNacional en las elecciones de octubre del 2006,como en efecto ocurri.El proyecto de una nueva Constitucin en el Ecua-dor de comienzos del siglo XXI, comenz pues, atomar forma en un escenario en el que destacarontres actores principales: unas fuerzas polticas tra-dicionales poco dispuestas al cambio, una demandaciudadana de urgente transformacin poltica, eco-nmica y social y un gobierno con voluntad trans-formadora. El resultado es uno de los debatespolticos ms trascendentales de la historia recientedel pas, dispuesto, como conjunto, a enfrentar elreto de sentar las bases de una nueva sociedad na-cional, mediante la recuperacin tica de la poltica.

    Los protagonis-tas ya no eran lospartidos, sino lossectores socialesorganizados e in-cluso aquel ciu-dadano,considerado demanera indivi-dual, que se re-presenta a smismo, en otrademostracin deruptura y avanceen la cultura po-ltica ecuato-riana.

    El 14 de enero del 2007, enZumbahua, el flamante presi-dente, Rafael Correa Del-gado, fue recibido con eljbilo propio de un puebloesperanzado en que los cam-bios que se necesitaban, co-menzaran de inmediato.

    UN SUEO COLECTIVO30 31UN SUEO COLECTIVO

  • NCMO LOGRAMOSABRIR EL CAMINO?

    Ciudad Alfaro, en Monte-cristi, como sede para la ins-talacin de la AsambleaConstituyente, fue un men-saje para desmontar la equi-distancia y la biporalidadpolticas de Quito-Guayaquil,donde se toman normal-mente, decisiones que invo-lucran al pas entero.

    UN SUEO COLECTIVO 3332 UN SUEO COLECTIVO

  • Rafael Correa asumi la Presidencia de la Rep-blica el 15 de enero del 2007 y reafirm su pro-yecto de cambio al sealar que entre los smbolosdel viejo pas estaban la banca, los partidos tra-dicionales, las lites empresariales y ciertos me-dios de comunicacin. En el caso ecuatoriano,una caracterstica especial de los nuevos tiemposque se anunciaban incluso antes del triunfo elec-toral de Alianza Pas, el movimiento creado pararespaldar la candidatura de Correa, fue el hechode desmarcarse decididamente de aquellas an-quilosadas estructuras.Correa construy un movimiento poltico desdecero, para iniciar el camino hacia el poder, conuna declaracin de independencia explcita res-pecto de las organizaciones polticas dominan-tes, y las de menor peso tambin, entre las queestaban incluidas las tradicionales agrupacionesde izquierda, igualmente ansiosas de subirse alcarro de la victoria. La decisin del movimientoliderado por Correa, de no presentar candidatu-ras para las elecciones parlamentarias de esemismo ao fue una clara seal de ruptura conmltiples significados: una posicin antisistema;un rechazo a la institucionalidad gastada; unaapuesta por un proceso de reforma va constitu-yente; y una apertura a otro tipo de participacin:la social. Contando con un amplio respaldo popu-lar, el gobierno de Correa puso a consideracindel pas el proyecto de la Asamblea Constituyentede plenos poderes y lo someti a Consulta Popu-lar para que el pueblo decidiera.El Decreto 002, firmado por Rafael Correa elmismo da que inici su mandato puntualiza,entre sus considerandos, que el Presidente de laRepblica como Mandatario de la voluntad popu-

    lar expresada en las urnas el 26 de noviembreconsideraba de trascendental importancia la con-vocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente,que transformase el marco institucional del Es-tado y elaborase una nueva Constitucin. El pue-blo sera llamado, en principio para el 18 demarzo del 2007, a dar su parecer, afirmativo o ne-gativo, respecto de la siguiente pregunta:Aprueba usted que se convoque e instale unaAsamblea Nacional Constituyente con plenos po-deres de conformidad con el estatuto electoral quese adjunta, para que transforme el marco institu-cional del Estado y elabore una nueva Constitu-cin?. Con ese histrico decreto se iniciaba,formalmente, el camino hacia la nueva Constitu-cin de la Repblica.

    HaciaMontecristiAprueba usted que se convoque einstale una Asamblea Constituyentecon plenos poderes de conformidadcon el estatuto electoral que se ad-junta, para que transforme el marcoinstitucional del Estado y elaboreuna nueva Constitucin?.

    El decreto presidencial 002 abri la ruta hacia laAsamblea Constituyente de Montecristi.

    UN SUEO COLECTIVO 3534 UN SUEO COLECTIVO

    El camino hacia la nuevaConstitucin arranc con elDecreto 002, firmado porRafael Correa, el primer dade su mandato. Y as, el 15 deabril, los ecuatorianos di-jeron S a la propuesta decambio. Alberto Acosta fue elasamblesta ms votado.

  • ciones que sustituan al Presidente del TribunalSupremo Electoral (TSE), miembro de SociedadPatritica, argumentando la prdida de calidadde representante del Vocal del Partido SociedadPatritica ante el Tribunal Supremo Electoral ... ycongelaban las cuentas bancarias del mximo or-ganismo electoral. Al da siguiente el TSE contraa-tac destituyndo a los legisladores que habanvotado a favor de esas resoluciones del Congreso.El TSE argument que su atribucin de destituirdiputados surga del Artculo 155 de la Ley Org-nica de Elecciones vigente, que estableca queaquellas autoridades o funcionarios que interfi-riesen con el desarrollo de procesos electorales yde sus organismos deban ser sancionados con ladestitucin de su cargo e incluso con la suspen-sin de los derechos polticos por el tiempo de unao. Fueron destituidos 57 congresistas.Comenzaron a llover los recursos de amparo porparte de aquellos legisladores cesados en sus fun-ciones, para tratar de dejar sin efecto la resolucindel TSE. Un juez que haba aceptado inconstitu-cionalmente uno de aquellos amparos fue a su vezdestituido por el TSE, que ratific la resolucin to-mada con los 57 diputados. El Consejo de la Judi-catura resolvi acatar la destitucin de aquel

    magistrado por parte del TSE, pues no le competaactuar al no tener jurisdiccin.Los acontecimientos se precipitaron en una esca-lada de provocaciones que pona en peligro la es-tabilidad del funcionamiento legislativo. El martes13 un grupo de los destituidos intent ingresar porla fuerza a las instalaciones del Congreso, lo quefue impedido por la fuerza pblica. Finalmente, losdiputados destituidos fueron reemplazados porsus alternos, y el 21 de marzo, luego de trece dasde interrupciones, el Congreso sesionaba de formaordinaria, con una nueva mayora conformada gra-cias a la participacin de aquel grupo de alternos,28 en total, que posteriormente se autodenominel Bloque de la Dignidad Nacional.El domingo 15 de abril se realiz, sin contratiempos,la consulta popular. El triunfo del S fue abrumador:el 86,2% de los votos validos. El No alcanz unmagro 12,43%, en tanto que entre blancos (0,78%)e invlidos (5,07%) completaban el total de sufra-gios. As, 5354.595 ciudadanos ecuatorianos le ha-ban abierto las puertas a la posibilidad de construirun nuevo Ecuador. Adems, quedaba allanado el ca-mino para las elecciones de asamblestas, que seefectuaron el 30 de septiembre de ese mismo ao.

    Los resultadosdieron la medidade la falta de cre-dibilidad de lospartidos tradicio-nales, pero tam-bin, se evidenciun desgaste delas mismas orga-nizaciones de iz-quierda

    De todas maneras, Rafael Correa asumi la Presi-dencia de la Repblica en un ambiente polticotenso debido a la resistencia que generaba la solaidea de reformar la Constitucin. Ocho das despusde firmado el Decreto 002 el Tribunal SupremoElectoral, organismo encargado de llamar a con-sulta popular, como lo estableca aquel instrumento,lo envi al Congreso Nacional en procura de un pro-nunciamiento legislativo respecto de si era legtimala atribucin del Presidente de convocar a consultapara una Asamblea Constituyente. El motivo eraque el Artculo 283 de la Constitucin vigente a lafecha estableca que el Presidente de la Repblicaen los casos de urgencia, calificados previamentepor el Congreso Nacional con el voto de la mayorade sus integrantes, podr someter a consulta popu-lar la aprobacin de reformas constitucionales.La interpretacin del TSE fue incorrecta pues, enrealidad, el Decreto Presidencial no estaba califi-cado como urgente y no haba reformas constitu-cionales que aprobar por el pueblo. Ciertamente, laoposicin haba emprendido un proceso sistem-tico para evitar que el gobierno llamase a una con-sulta popular sobre ese tema.El PRIAN, la organizacin poltica de lvaroNoboa, y Sociedad Patritica, la de Lucio Gutirrez,haban sido fuerzas opositoras, en el Congreso Na-cional, al proyecto de Asamblea Constituyente,junto a los socialcristianos y a los democratacris-tianos. Hasta diciembre del 2006 el bloque de di-putados de Sociedad Patritica hablaba de laconveniencia, ms bien, de instalar un Congresoconstitucional o constituyente que introdujese re-formas a la Carta Magna, evitando la consulta po-

    pular. No obstante, para comienzos de febrero los24 votos de esa bancada ya estaban aseguradospor el gobierno para dar paso a la aprobacin de laconsulta popular en el Congreso, al vincular esetema a la designacin del Contralor General del Es-tado, que resultara ser el ex Secretario de la Ad-ministracin del gobierno de Lucio Gutirrez.El 13 de febrero del 2007, el Congreso Nacional, atravs de una resolucin, reform el Estatuto quehaba incorporado el presidente Correa en su De-creto 002, eliminando el requisito de recolectarfirmas para inscribir candidatos, lo que hubierasignificado aceptar candidaturas a asamblestassin respaldo alguno, en un panorama catico e im-posible de administrar. Sin embargo, califica a laconsulta popular como urgente.El Ejecutivo, por su parte, procedi por decreto areformar el Estatuto Electoral atendiendo obser-vaciones de la ciudadana y del propio Congreso.El requisito de cumplir con un porcentaje de fir-mas del padrn electoral para inscribir candida-tos volvi a ser obligatorio. Esto aconteci el 28de febrero. El 1 de marzo el TSE fij la fecha parala consulta: 15 de abril del 2007, que se transfor-mara en una fecha de profundo sentido histricopor el resultado en las urnas. El lapso que que-daba para tan importante cita ciudadana era deun mes y medio apenas.Esa resolucin del TSE trajo consecuencias. Laoposicin arreci en sus pretensiones de bloquearla consulta. El 6 de marzo del 2007, la mayoraopositora en el Congreso Nacional adopt resolu-

    LluviadeamparosEl triunfo del Sfue abrumador:el 86,2% de losvotos validos. ElNo alcanz unmagro 12,43%,en tanto queentre blancos(0,78%) e invli-dos (5,07%)completaban eltotal de sufra-gios.

    A pesar de las muchas mani-festaciones generalizadas derechazo absoluto al Con-greso, la Asamblea Constitu-yente, respetando la voluntaddel pueblo en las urnas, deci-di que los diputados debanentrar en receso hasta que unreferndum aprobara el textoconstitucional o lo negara.

    UN SUEO COLECTIVO36 37UN SUEO COLECTIVO

  • La convocatoria para presentar candidatos a laAsamblea Constituyente de Montecristi y su pos-terior eleccin deber ser recordado como uno delos procesos ms participativos en la historia de loscomicios ecuatorianos. Las reglas del juego, conte-nidas en el Estatuto Electoral propuesto por elPresidente de la Repblica, haban sido oportuna-mente, consensuadas, aprobadas y difundidas. Seinscribieron 498 listas con 3.229 candidatos de 26movimientos que abarcaban todas las tendenciaspolticas. Se escogeran 130 asamblestas, cuyacomposicin sera la siguiente: 100 provinciales,24 nacionales y 6 en representacin de los mi-grantes ecuatorianos. (2 por los residentes en otrospases de Amrica Latina, 2 por Estados Unidos y 2por Europa).La campaa electoral se inici el 13 de agosto del2007, caracterizada por un entusiasmo inusual es-timulado, adems, por el hecho de que, por vez pri-mera en la historia de los procesos electorales en elEcuador, era el Estado el que se haca cargo de losgastos de publicidad en radio, televisin, prensa yvallas, quedando prohibido a las organizacionespolticas auspiciantes de las candidaturas, a loscandidatos y a cualquier otro ciudadano auspiciar,pagar o promover forma alguna de publicidad endichos medios de comunicacin. El objetivo eracontar con una distribucin equitativa de espaciospara la difusin de los mensajes, en un ambienteen el que todas las candidaturas tuviesen igualdadde oportunidades. As, fueron beneficiarias de estadecisin las listas que presentaron candidatos aasamblestas nacionales, provinciales y que repre-sentaran a ecuatorianos radicados en el exterior.La campaa se desarroll intensamente, durante45 das y se cerr el 26 de septiembre a las 12 dela noche. Finalmente, el domingo 30 de septiem-bre de 2007, el pueblo se manifest en las urnas.La jornada electoral fue pacfica, ordenada e igual-mente intensa. Los resultados electorales fueronabrumadoramente favorables al proyecto poltico

    impulsado por el gobierno. De tal forma que la ban-cada del Movimiento Pas fue la ms numerosa. Losresultados dieron la medida de la falta de credibi-lidad de los partidos tradicionales y afianz, porsupuesto, la aceptacin de Rafael Correa. Los par-tidos Renovador Institucional Accin Nacional(PRIAN) y Sociedad Patritica (PSP) fueron losprincipales derrotados en comparacin con el n-mero de legisladores que tenan en el anterior Con-greso Nacional. Los tradicionales IzquierdaDemocrtica (ID) y Partido Social Cristiano (PSC)consiguieron un mnima representacin. Pero tam-bin, dentro de las mismas organizaciones de iz-quierda se evidenci, en el resultado electoral, undesgaste muy pronunciado. El Movimiento Pacha-kutik, cuyo poder de convocatoria fuera tan rele-vante en los aos ms intensos de la crisis degobernabilidad, alcanz escasamente 2 escaos, entanto que para el Movimiento Popular Democr-tico no fueron suficientes los varios intentos de asi-milarse a los xitos del movimiento gobernante,respaldando algunas de sus medidas, para lograrms de tres puestos. En el espectro, estaba, en unextremo, el Movimiento Patria Altiva y SoberanaPAIS, que logro captar el 53,15% de los puestos. Enel otro extremo, atomizados, el 10% de los puestosestuvo repartido entre 13 movimientos, cada unocon un representante.Como estaba establecido que la Asamblea debainstalarse, sin previa convocatoria, diez das des-pus de proclamados los resultados de aquellaselecciones, los preparativos para tener a punto laque sera la sede de la labor constituyente estabanen su etapa ms lgida. La sede, emplazada en lapoblacin de Montecristi, cuna natal de quien fuerainsigne conductor de la Revolucin L iberal ecua-toriana de fines del siglo XIX y principios del XX,sera bautizada, como l, en su recuerdo y honor.As, a un siglo de la gesta del viejo luchador sunombre volva a evocar la esperanza de toda unanacin en la profunda transformacin social quehabra de iniciarse: Ciudad Alfaro.

    A laAsamblea!

    Una Asamblea Constituyentede manos limpias, surgida dela voluntad popular comenza trabajar el 29 de noviem-bre del 2007. En seis meses,que luego habran de prolon-garse a ocho, dio vida a lanueva Constitucin de laRepblica del Ecuador.

    UN SUEO COLECTIVO 3938 UN SUEO COLECTIVO

  • COMPOSICINDELAASAMBLEACONSTITUYENTE

    UN SUEO COLECTIVO 4140 UN SUEO COLECTIVO

    Que la mayora gobiernista resultara, al final, con 80 escaos (conside-radas las alianzas) fue, nuevamente, un signo de confianza de los elec-tores en el proyecto de cambio.

  • UN SUEO COLECTIVO 4342 UN SUEO COLECTIVO

    Han pasado casi 100 aos desde su muerte, y an retumba en todo el pas el grito de Viva Alfaro, ca-rajo!. La inmortalidad, no hay duda, es privilegio de pocos...Sobre esta misma tierra, Alfaro creci enriqueciendo su espritu con las ancdotas de juventud rebeldey antimonrquica de su padre y las historias picas sobre la vida de Simn Bolvar, que le contaba sumadre. Sin saberlo, Montecristi albergaba al nio que llegara luego a ser el hombre que entregara su vidapor la transformacin de la Repblica en nombre de la Revolucin Liberal. Y es nuevamente por la trans-formacin de la Repblica que nuevamente estamos hoy en Montecristi, pero esta vez en nombre de unanueva Revolucin, alineada como no poda ser de otra forma- con los principios defendidos por EloyAlfaro, pero adecuada a las necesidades y retos que impone este nuevo momento histrico.Grandes fueron los desafos que enfrent y super el Viejo Luchador en su revolucin, como grandesson los desafos que hoy enfrenta el Ecuador.Quiz el cambio ms trascendental y significativo que logr el General Alfaro fue separar al Estado delpoder de la Iglesia, ese Estado laico resultante permiti recuperar la soberana. Hoy, el Ecuador enfrentaun reto de similar envergadura: recuperar su soberana, lo que significa independizar al Estado del podereconmico y de los mandatos del capital transnacional. Recurdese cuantas veces se puso a banqueroscomo ministros de Economa y directores del Banco Central; cuntos poderosos industriales e importa-dores en puestos clave en cada gobierno, dando pie a un irremediable conflicto de intereses por demsantitico, antitcnico y antidemocrtico.Los denodados esfuerzos del General Alfaro permitieron, adems, el establecimiento de bases demo-crticas en un pas continuamente golpeado por gobiernos excluyentes, dictatoriales y represivos. Demodo similar el desafo para el Ecuador es ahora la profundizacin democrtica: desterrar de una vez portodas las nuevas formas antidemocrticas que han surgido de gobiernos caudillistas y corruptos. Go-biernos cuyo compromiso nunca fue con la Patria, sino con las demandas oligrquicas y transnaciona-les, utilizando para ello a aquellos grupsculos feudales llamados partidos polticos: esa partidocracia queprostituy la democracia desde las diferentes instancias gubernamentales, en particular, el CongresoNacional, las cortes de justicia y los organismos de control. Sobran ejemplos.Por medio de la Revolucin Liberal, Alfaro enfrent la discriminacin imperante en la poca, gobernandoen pro de la ampliacin de los derechos de los indgenas y montubios, as como del reconocimiento de losderechos laborales de las mujeres. Hoy nuestro objetivo debe ser reafirmar y ampliar tales conquistas, ysobre todo, llevarlas a la prctica, pues desgraciadamente muchos de los derechos que constan en nues-tra legislacin, se quedan tan solo en el papel, frente a una realidad que se muestra cada vez ms injusta,inequitativa e indolente. Hoy tenemos mucho que hacer para superar los nuevos tiempos de discrimina-cin que enfrentan las minoras sea por diferencias de nacionalidad, sea por diferencias de orientacin se-xual, o diferencias de otra ndole. Entendmoslo de una vez por todas, se debe hacer realidad la vigenciade los derechos para todas las personas que habitan en Ecuador, vengan de donde vengan.El presidente Alfaro fue tambin el artfice del desarrollo de los mercados internos, a los que trat de darforma mediante la construccin de grandes obras de infraestructura y comunicacin y por su puesto elimpulso del comercio interegional. Incluso recordamos como se preocup de proteger a la naciente in-dustria del azcar y a los consumidores.En la primera dcada del siglo XX, Alfaro rompi lanzas a favor de la proteccin de la industria del az-car, cuando observ que la ley de vveres, expedida en 1906 por la legislatura, no cumpla con los finespropuestos para abaratar los costos de los bienes de primera necesidad, a travs de permitir las impor-taciones de este producto vital.Entonces, el mandatario dirigindose a los parlamentarios, manifest que el azcar es uno de los art-culos que, siendo de primera necesidad deben ocupar vuestra atencin, para procurrselo al pueblo encondiciones equitativas; pero, como tambin es artculo de produccin nacional en la que se emplea con-

    DISCURSODEALBERTOACOSTAENELACTOINAUGURALDELAASAMBLEA CONSTITUYENTEMontecristi,30denoviembrede2007

  • UN SUEO COLECTIVO 4544 UN SUEO COLECTIVO

    El Ecuador de la larga y triste noche neoliberalFueron ms de dos dcadas de sometimiento ante la burocracia financiera internacional, de burlas inten-tonas liberalizadoras y proyectos de desmantelamiento del Estado, llevados a cabo con un elegante derro-che de autismo tecnocrtico, tan irreflexivo que ms de una ve sobrepas las fronteras de la imbecilidad.Resulta casi cmico que, ahora que finalmente Amrica Latina logra dar vuelta a tan nefasta pgina desu historia, surjan voces que afirmen que nunca existi tal noche neoliberal. Por su puesto que muchosde los objetivos neoliberales no se cumplieron a cabalidad, pero no debido a la inexistencia del neolibe-ralismo, sino por el contrario, debido a la presencia de un pueblo sabio, vigilante, valeroso, que pese alas argucias de gobiernos neoliberales, supo conservar muchas de sus conquistas sociales.No. El neoliberalismo no slo fue un mal sueo... fue real el total desmantelamiento de la planificacinnacional de desarrollo, que pas de ser una de las carteras de Estado ms importantes durante los 70, auna ridcula oficina adscrita a la Presidencia de la Repblica durante los 90, con pauprrimas capacida-des de gestin. Fue real la desaparicin de empresas estatales tan fundamentales como el INECEL, queen buena parte explican hoy la crisis que enfrenta el sector elctrico.A caso no fueron reales las numerosas cartas de intensin firmadas con el Fondo Monetario, que tan le-sivas resultaban a los intereses nacionales?As tambin fueron los intentos crnicos por quebrar a Petroecuador, reduciendo su presupuesto parainversiones y recargando sus costos para revelar la supuesta ineficiencia de las empresas del Estado,todo para forzar su privatizacin.Fueron as mismo reales los procesos de flexibilizacin laboral que redujeron muchos de los derechos delos trabajadores, y cuya mxima expresin se encuentra hoy en perversas formas de precarizacin laboral.Fueron reales las polticas orientadas hacia una extrema y malsana liberalizacin comercial (entre elbobo aperturismo); malsana no porque el comercio internacional sea una mala idea; de hecho, comodira Gandhi refirindose a la civilizacin europea, el comercio internacional libre podra ser visto hastacomo una buena idea... si fuese real. Pero simplemente, no lo es.El ms claro ejemplo de la amenaza neoliberal se reflej en las jornadas de lucha que repetidamentevivi el pueblo ecuatoriano para evitar aberraciones como el ALCA y el TLC. Y esta amenaza neoliberaltambin se reflej en otras varias luchas que se dieron en las calles, e incluso en las urnas, para evitar laprivatizacin de la seguridad social; luchas en las que el Ecuador demostr por sobre todas las cosas, suvocacin solidaria y democrtica, pero sobre todo su condicin de pueblo digno, dispuesto a defender susderechos a toda costa.Afortunadamente, el neoliberalismo empieza a ser parte del pasado. Para satisfaccin de muchos, de lasmayoras, e intranquilidad de unos pocos, las minoras dominantes de siempre, las preocupaciones delsector pblico a la hora de hacer poltica econmica comienzan a revelar hoy un cambio de 180 grados.Atrs ha quedado el discurso que giraba en torno al supervit primario, el riesgo-pas, la disciplina, el ser-vicio de la deuda, las cartas de intensin, la austeridad en el gasto, etc.Hoy el eje de las discusiones de poltica econmica es el ser humano y toda la terminologa neoliberal hasido reemplazada por conceptos como redistribucin, equidad, planificacin, inversin social, empleoabundante y de calidad, desarrollo empresarial, produccin y sobre todo democracia.

    siderable cantidad de brazos cuya vida depende de la subsistencia de esa produccin, forzar la baja delprecio de aquel producto, por medio de una competencia que sera imposible sostener, equivale a des-truir por completo la industria mencionada en el Ecuador. Y la prdida de trabajo de todos esos brazos,tendra que afectar gravemente al precio general de los jornales; puesto que esos cinco mil trabajadoreshabran de ofrecer sus servicios por menor salario, lo que hara perder a toda la clase trabajadora veinteo treinta centavos diarios, en cambio de la economa que quiere establecerse, de dos o tres centavos encada libra de azcar. Si se teme el abuso de los productores nacionales, en perjuicio del pueblo, nadams fcil que dictar una disposicin que haga imposible dicho abuso y garantice la economa del consu-midor, conclua el Viejo Luchador).Sorprende la lucidez de Alfaro que ya anticipaba la necesidad de defender al consumidor.Desafortunadamente, los gobiernos posteriores no tuvieron la misma claridad de visin que Alfaro y lasmetas de integracin nacional y de insercin inteligente en el mercado mundial del general se vierontruncadas. Hoy es nuestro deber retomar esas metas.Alfaro con su obra magna, el ferrocarril, logr vincular a grandes zonas de la sierra y de la costa. Pero, alcarecer de continuidad su propuesta integracionista, el Ecuador sufre an lo efectos perniciosos del cen-tralismo de los recursos fiscales y de la administracin misma, as como de la concentracin del ahorroprivado en muy pocas ciudades, proveniente en gran medida de las zonas depauperadas del pas. Rom-per con el bicentralismo que ha hecho del Ecuador un pas con dos grandes polos de acumulacin (Quitoy Guayaquil), en detrimento de resto de las ciudades del Ecuador, es otra de nuestras tareas. Para ello,es necesario impulsar el desarrollo desde cada rincn de la patria.Pero la integracin nacional debe ir ms all. Es necesario romper con viejas prcticas y deformacionesideolgicas que han impedido la construccin de una identidad nacional cohesionada: me refiero, por su-puesto al regionalismo. Eso debe terminar.Por supuesto, el sueo integrador de Alfaro fue mucho ms all de lo nacional: el general bas su visinen el sueo de Simn Bolvar y dedic grandes esfuerzos para lograr que renazca el objetivo de unidadsudamericana por el que entregara su vida el Libertador. Infortunadamente, el Viejo Luchador, estaba de-masiado adelantado para su poca, y tuvieron que pasar 100 aos para que su voz sea escuchada, y unanueva generacin de lderes regionales con proyeccin planetaria plantee la necesidad de una unidad la-tinoamericana como nica alternativa para salir adelante. Sin embargo, a pesar de los indudables avan-ces, por ejemplo en el mbito energtico, todava nos falta mucho por caminar, todava hay muchasdiferencias por superar...Todos estos logros, todos estos sueos, los conquistados y an los que no se lograron, fueron el resultadode una vida de sacrificio y entrega por parte de Eloy Alfaro y sus montoneros.Recurdese tambin que Alfaro sali adelante enfrentando en repetidas ocasiones la dura realidad de unexilio como lo hacen hoy nuestros emigrantes- Desde el destierro, tuvo el General que soportar gran-des suplicios, como el alejamiento de su Patria y su familia, pero tambin suplicios menores (aunque nopor ello menos tormentosos) como aquel narrado por el gran escritor y amigo Alfredo Pareja Diezcan-seco, quien recuerda que si alguna diminuta cebolla llegaba a sus labios, (Alfaro) se estremeca, rechi-naba los dientes, no probaba un plato ms y se le malograba el da.Y al igual que la Revolucin Liberal se consolid mediante una Asamblea Constituyente y el estableci-miento de una constitucin liberal, nuestra Revolucin Ciudadana se consolida a partir de hoy con la in-auguracin de nuestra bien ganada Asamblea Constituyente y con miras hacia la pronta definicin de unaNueva Constitucin que siente las bases de un adecuado desarrollo, ms justo y equitativo para todos ytodas los ciudadanos y ciudadanas del campo y de la urbe.

  • biental y el calentamiento global, no hay pases pequeos, sino nicamente esfuerzos insuficientes.Y para construir ese pas, nuestra apuesta es la Revolucin Ciudadana.Un punto a parte de nuestra propuesta merece la revolucin tica. Buscamos derrotar a la corrupcin einstituir los principios de transparencia y rendicin de cuentas, como pilares para la construccin de re-laciones sociales que posibiliten el mutuo reconocimiento entre personas y el aumento de la confianzacolectiva del pas, elementos imprescindibles para impulsar procesos sostenidos de desarrollo humano.Pero en definitiva, el proyecto de la Revolucin Ciudadana es el eje de nuestra propuesta para la Asam-blea Constituyente; en l se plantea una hoja de ruta de una transformacin que ya est en marcha.El papel de la Asamblea Constituyente dentro de la Revolucin CiudadanaLa Asamblea Constituyente es quiz el punto ms importante de la Revolucin Ciudadana. En primerlugar, el proceso Constituyente (que comprende todo el camino andado desde el lanzamiento, durantela campaa presidencial de la propuesta de la Asamblea como bandera de lucha, el referndum para laconvocatoria, la eleccin de los y las asamblestas, hasta la instalacin de la Asamblea, as como el iniciode su funcionamiento) ha cumplido un objetivo fundamental: re-politizar a la sociedad ecuatoriana. Estare-politizacin se ha visto reflejada en la toma de conciencia por parte de las mayoras respecto a la ne-cesidad y sobre todo a la posibilidad de un cambio; respecto a que s existen alternativas y a que es fun-damental el aporte de todos y cada una. Tal re-politizacin ha ido de la mano con un apoyo creciente ala propuesta de la Revolucin Ciudadana.Otro impacto irrebatible que ha producido la Asamblea es el cambio en el equilibrio de poder polticodentro del Estado. Este cambio permitir romper con la inestabilidad poltica de la ltima dcada.Pero tengamos presente que con constituciones y leyes no se resuelven los problemas.La Constitucin es una oportunidad histrica para transformar las estructuras del Ecuador. Y eso ser po-sible slo con el concurso de amplios sectores de la poblacin. Tenemos que disear y redactar nuestraConstitucin entendida sta como un proyecto de vida en comn. Un proyecto escrito ahora pensando en elmaana. Un proyecto liberador y tolerante, sin prejuicios ni dogmas. Un proyecto que nos permita tener unavida equilibrada entre todos los individuos y de la colectividad con la naturaleza. Nunca nos olvidemos quelo humano se realiza en comunidad, con y en funcin de otros seres humanos sin pretender dominar la Na-turaleza.Y ese proyecto es el que tiene que trazar el camino a seguir por la sociedad, tiene que definir lasreglas de la convivencia y tiene que establecer los principios de equidad, justicia y libertad. Para esosirve una Constitucin.Para ello, la gran tarea es transformar a la ciudadana en el principal asamblesta. Pongamos atencin paraque nuestra Constitucin no sea un nuevo membrete del iluminismo intelectual. Tampoco el resultadode simples voluntarismos. Su construccin slo ser posible teniendo presente las necesidades y an-gustias del momento, as como las enormes potencialidades existentes. Y, en particular, reconociendoen la ciudadana -todos los habitantes del campo y de las urbes- al verdadero actor del cambio. Nosotrosnos comprometemos a ser los intrpretes e intermediarios de la ciudadana, en lo que est a nuestro al-cance y capacidades.La democratizacin del pas es la gran tarea, no slo como fin, sino como proceso para afrontar concer-tadamente los complejos y profundos problemas nacionales. Ese desafo, como lo dijimos, pasa por ofre-cer propuestas concretas de transformacin institucional, poltica, territorial, econmica y social.Hemos llegado hasta aqu con democracia, y con ms democracia seguiremos adelante.VIVA LA REVOLUCIN CIUDADANA,

    VIVA ALFARO, VIVA EL ECUADOR

    El Ecuador que queremos construirNuestra propuesta fue clara desde un inicio:En lo social queremos que se priorice los gastos en educacin y salud, en tanto derechos humanos, bus-cando maximizar su accesibilidad y calidad. Planteamos la universalidad de la seguridad social, que nopodr ser privatizada, en atencin a principios bsicos de solidaridad, justicia y eficacia.En lo econmico buscamos una economa solidaria. Queremos superar ese estril enfrentamiento entreEstado y mercado, delimitando claramente el papel de los mercados en funcin de los intereses de la so-ciedad, evitando el canibalismo econmico entre seres humanos. Apuntamos a una economa de pro-ductores y propietarios, no de especuladores, ni mucho menos de monopolistas.El ser humano ser el centro del desarrollo: por eso la poltica econmica, los proyectos de inversin, lagestin empresarial o cualquier otra forma de organizacin de la economa estarn supeditadas a lasnecesidades del ser humano. Se buscar equilibrar paralelamente la convivencia entre el ser humano yla naturaleza, evitando la explotacin indiscriminada de recursos, tarea para la cual los mercados se hanmostrado repetidamente inoperantes.Desde lo poltico el gran reto que nos hemos planteado es construir democrticamente una sociedad de-mocrtica. Para muestra, rechazamos la reeleccin indefinida para todo cargo de eleccin popular y/ode entidades financiadas por el Estado. Para nosotros es indispensable consagrar la alternancia en elpoder como caracterstica bsica de la democracia. Queremos, por igual, garantizar la independenciapartidista de los tribunales de la Repblica, as como de los organismos de control. Nuestro proyectobusca que sean los ciudadanos y las ciudadanas y no los pseudo-partidos -ni sus respectivos seoresfeudales- quienes controlen las diferentes instancias del Estado: gobierno central, gobiernos secciona-les, as como los tribunales de la Repblica.Alentamos adems un reordenamiento territorial y administrativo solidario y eficiente, sustentado en re-giones autonmicas construidas democrticamente que consoliden de manera efectiva la unidad denuestro Ecuador.Queremos un Ecuador orientado por la dignidad, la soberana y la integracin latinoamericana. Para ello re-querimos tener una posicin clara, digna y soberana frente a los principales problema del pas en sus rela-ciones internacionales y frente a los organismos multilaterales. Conscientes de que vivimos en un mundointerconectado, interdependiente, queremos insertarnos en l con voluntad e integracin regional.Apoyemos todos los esfuerzos para globalizar la paz.Las primeras organizaciones polticas aseguraban derechos para sus ciudadanos, los nacidos en su te-rritorio; hoy nuestro desafo es luchar por el respeto de los derechos humanos a todos los hombres y mu-jeres del mundo, sin importar en donde estn o de donde vengan.Esta concepcin estratgica de nuestras relaciones internacionales es tambin uno de los ejes de la re-volucin ciudadana con la que queremos avanzar hacia una verdadera integracin latinoamericana enlo econmico, poltico y social, para as revivir el que fue el sueo del Libertador Simn Bolvar as comodel General Eloy Alfaro.Por su puesto, tambin es necesario preservar la soberana en el manejo de nuestra poltica interna. Eldestino del Ecuador lo decidiremos los ecuatorianos y ecuatorianas. La Constitucin del Ecuador ser ela-borada por los ecuatorianos y ecuatorianas, para plantear propuestas a la ecuatoriana.En lo ambiental, nuestra ambicin es grande. Queremos hacer del Ecuador un pas -por qu no un ldermundial- con mucho que decir por la defensa propositiva y creativa del medio ambiente. Ya basta de ob-servar pasivamente cmo el capitalismo acaba con el planeta. En este sentido, ya hemos dado pasos im-portantes. Nuestro presidente entreg al mundo la propuesta pionera de conservar el crudo del ITT entierra para proteger la riqueza amaznica; y ahora, nuestro presidente propone convertir a la OPEP engestor planetario de polticas ambientales. Debemos comprender que la tarea de revertir el deterioro am-

    UN SUEO COLECTIVO 4746 UN SUEO COLECTIVO

  • Ya desde enero del ao 2007 el presidente Correahaba manifestado que la sede de la AsambleaConstituyente, que no estaba sino en proyecto po-ltico, como se ha visto, deba ser Montecristi,donde Eloy Alfaro vino al mundo. La idea de cons-truir un mausoleo para el Viejo Luchador, tambinera parte de esa aspiracin.En 1824, a poco de haberse consolidado la inde-pendencia de Colombia, el Congreso de Bogot es-tableci que Manab perteneca, ya como provinciaal departamento de Guayaquil, uno de los 12 queformaban la naciente repblica. Eso aconteci un25 de junio, por lo que esa fecha ya era extraordi-nariamente significativa para los manabitas. Y msan, transcurridos dieciocho aos exactos, cuandola Repblica del Ecuador tena apenas doce aosde creada, por azar del destino, naci el generalEloy Alfaro Delgado, el 25 de junio de 1842, art-fice de la ms radical y fructfera revolucin de lahistoria republicana del pas.El apacible cantn manabita de Montecristi, cuyoscerca de 49 mil habitantes haban abrigado desdeun principio no solo sentimientos de legtimo or-gullo por haber sido designados como sede de laAsamblea, sino grandes expectativas de progreso,recibi entusiasmado, aquel 25 de junio de 2007,al presidente Correa, para la colocacin de la pri-mera piedra de la obra de Ciudad Alfaro.El lugar escogido fue una plataforma natural delcerro Montecristi desde la que se domina el paisajede la ciudad, llamada Terraza Centinela. All en unaexplanada de 40 mil metros cuadrados de exten-sin ya se haban comenzado los trabajos desde el4 de junio. La construccin del edificio, cuya su-perficie tendra 3.000 metros cuadrados se habapresupuestado en USD 3300.000,00 aunque con

    las obras de regeneracin urbana, dotacin deagua, alcantarillado y redes de telefona, ademsde electrificacin y seguridad de la propia Monte-cristi la inversin bordeara los 6 millones de d-lares. Adems del Cuerpo de Ingenieros del Ejrcitointervinieron 27 empresas contratistas en la eje-cucin, que requiri una cifra superior a las 1.200plazas de trabajo para quedar terminada a tiempo.El diseo era absurdo y tuvo que modificarse n-tegramente en su concepcin funcional gracias ala comisin de instalacin compuesta por AlbertoAcosta, Fernando Cordero y Aminta Buenao. Estacomisin igualmente con su trabajo voluntario, c-vico, previo a la instalacin de la asamblea, per-miti planificar y desarrollar mltiplesherramientas tcnicas e informticas para posibi-litar entre otros: el voto electrnico, un sistema degestin de trmites y acompaamiento del pro-ceso de formacin de la constitucin y a la ley, sinpapeles y un portal web que transparente la in-formacin de la Asamblea y acerque su gestin a laciudadana.La vida del puerto de Manta, distante 12 kilme-tros, tambin se vi alterada por la presencia delos 130 asamblestas, sus asesores y todas las per-sonas que durante el perodo de funcionamientode la Constituyente hicieron de esa ciudad su lugarde habitacin. Los precios de los alquileres de vi-vienda se dispararon, cientos de comerciantes di-namizaron sus negocios y, entre el jolgorio y elcivismo, los habitantes de Manta y Montecristi en-frentaron el reto de la anfitriona.El 29 de noviembre se inaugur la Asamblea Cons-tituyente. Al da siguiente, parte de las cenizas delViejo Luchador fueron exhumadas y enviadasdesde Guayaquil para ser depositadas con solem-

    CiudadAlfaroParte de las ceni-zas del Viejo Lu-chador fueronexhumadas y en-viadas desdeGuayaquil, paraser depositadascon solemnidaden un sarcfagojunto a una esta-tua que, en sumausoleo, lo re-presenta herico,proyectado haciael cielo.

    UN SUEO COLECTIVO48 49UN SUEO COLECTIVO

  • Montecristi, al pie de CiudadAlfaro, fue testigo de estetrabajo colectivo. Recibi amiles y miles de personasque aportaron en la con-struccin de la Carta Magna.La edificacin donde seelabor la Constitucin seconvirti en un smbolo dedescentralizacin y denuevas formas de hacer devivir la poltica.

    PLANOFINALPREPARADOBAJOLADIRECCINDELACOMISINDEINSTALACINDELAASAMBLEACONSTITUYENTE

    UN SUEO COLECTIVO50 51UN SUEO COLECTIVO

  • En el mausoleo del generalEloy Alfaro reposan parte delas cenizas del Viejo Lucha-dor, junto a un conjunto es-cultrico con detallessimblicos que narran la di-versidad del Ecuador, susculturas, heroicidades y pro-yecciones.

    UN SUEO COLECTIVO52 53UN SUEO COLECTIVO

    nidad en un sarcfago, junto a una estatua que, ensu mausoleo, lo representa herico, proyectadohacia el cielo.La instalacin de la Asamblea Constituyente enMontecristi tuvo mltiples significados. Por unlado, ya anotado, estuvo el reconocimiento a la tie-rra de origen de Eloy Alfaro, lder de la RevolucinLiberal de fines del siglo XIX y principios del XX,que transform radicalmente las estructuras so-ciales del Ecuador. Alfaro, en su momento, impulslos derechos de los sectores excluidos, propici elacceso a la salud, la educacin y el trabajo en igual-dad de condiciones, emprendi un proceso de in-tegracin nacional, entre otras cosas que sirvencomo antecedente histrico de las transformacio-nes que, un siglo despus, el nuevo gobierno sepropona emprender.Pero ms all de la conmemoracin histrica estla ampliacin de los espacios de deliberacin pol-tica, que rompan la bipolaridad que hasta enton-ces se haba mantenido en el Ecuador, en el que lasgrandes decisiones se haban tomado en Quito(centro poltico y administrativo) y Guayaquil(centro econmico y comercial). La designacin deMontecristi como sede fue, pues, un voto de con-fianza a uno de los ejes importantes del trabajoconstituyente: el reordenamiento territorial y ad-ministrativo bajo los principios de descentraliza-cin y gobiernos autnomos. El contacto de losasamblestas y de otros actores sociales que se die-ron cita en Montecristi durante los ocho meses defuncionamiento de la Asamblea, con una reginequidistante de Quito y Guayaquil mejor, sinduda, la disposicin a debatir propuestas que ga-rantizaran y legitimaran la presencia del Estado entodo el territorio nacional, sirviendo por igual a losciudadanos, sin distinguir su ubicacin en el mapa.En ese sentido, los conceptos de descentralizaciny autonoma sostenidos por ciertas lites regiona-les con intenciones separatistas, en el caso ecua-toriano comenzaron a perder su carga negativa y aposicionarse como principios de democratizaciny ampliacin del Estado. Se abra as camino parala vigencia de conceptos ms completos, como elde los gobiernos autnomos descentralizados, queposteriormente seran uno de los grandes aportesde la nueva Constitucin en el camino para supe-rar las desigualdades entre el campo y la ciudad yasumir dichos principios de descentralizacin yautonoma, no solo como la posibilidad de mane-jar recursos, sino como un medio para lograr unamayor y efectiva participacin social.

    El complejo de edificacionesde Ciudad Alfaro recibialrededor de 100 mil visi-tantes que llegaron hasta allpara hacer oir su voz y susdemandas. Los procesos deelaboracin de la Constitu-cin no prescindieron, adiferencia de la forma en quese hizo la Carta Magna de1998, de espacios de comu-nicacin con la gente.

  • UN SUEO COLECTIVO 5554 UN SUEO COLECTIVO

    El Estatuto de Eleccin, Instalacin y Funciona-miento de la Asamblea Constituyente, aprobado enConsulta Popular el 15 de abril estableca en su Ca-ptulo Tercero, Artculo 8, que: La instalacin de laAsamblea Constituyente ser dirigida temporal-mente por una Comisin conformada por los tresasamblestas con la ms alta votacin en la circuns-cripcin nacional, quienes desempearn la presi-dencia, vicepresidencia y secretara, respectivamente,cuya funcin especfica ser organizar, durante laprimera sesin, la eleccin de la Comisin Directivade la Asamblea Constituyente, luego de lo cual cesaren sus funciones.As pues, siendo el asamblesta na-cional que ms votos obtuviera a nivel nacional, conun total de 3.588.663 sufragios, fue el economistaquiteo Alberto Acosta, de Movimiento Pas, quienocup la Presidencia de la Asamblea; en la primeravicepresidencia estaba el arquitecto Fernando Cor-dero, cuencano, tambin de Movimiento Pas, quienhaba logrado 3.395.957 votos y en la segunda vi-cepresidencia la escritora guayacense Aminta Bue-nao, tambin del Movimiento Pas, que haba sidoelegida con 3.382.717 votos.El 29 de noviembre de 2007, Alberto Acosta, delbloque Acuerdo Pas fue elegido Presidente de laAsamblea Constituyente con 121 votos a favor;hubo 7 abstenciones, incluida la del mismo Acosta,y dos ausencias. El asamblesta azuayo FernandoCordero, de Alianza Pas, fue elegido primer vice-presidente de la Asamblea. En tanto que la asam-blesta Aminta Buenao fue elegida, segundavicepresidenta. Para la eleccin de estas dignida-des se realiz una sola votacin. El Presidente dela Asamblea, Alberto Acosta, propuso que al habervarios candidatos mocionados, corresponda darlela primera vicepresidencia al asamblesta ms vo-tado en las elecciones generales, mientras que

    quien le siguiera en votacin, debera ocupar la se-gunda vicepresidencia. En la presentacin de lasmociones hubo cuatro nombres. En MovimientoPas hubo total acuerdo para designar como can-didatos a Fernando Corder