mástil nº 15

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  • 8/6/2019 Mstil n 15

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    Editorial a pie de mstil. Proyecto

    Mstil digital. Boletn de la Hermandad Doncel

    N 15junio 2011

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    Recordamos perfectamente la emocin con que vivamos el espritu de la OJE. Un espritu que recibamos y a

    la vez transmitamos, en una cadena interminable que se extenda por contagio, por impregnacin, por tradi-cin, es decir, por entrega sin ruptura, de generacin a generacin. Surgi as una tradicin formativa propia,consistenteen convertir aquel espritu en conductas personales, mediante la palabra, el ejemplo y la actividad.Recibamos y transmitamos una visin del mundo y un modo de concebir y vivir la vida. Valores de los cuales laPromesa constituye un impecable resumen, pensado y redactado para nios y adolescentes, que a miles nosha marcado el rumbo al hacernos adultos. Se reconozca o no algn da,se habr sido el gran servicio prestado por la OJE a nuestra sociedad y aEspaa.Esa idea trascendente del mundo y de la vida es la propia del cristianismo,que ha sido, indiscutiblemente, la esencia, el fundamento y la forma de lacivilizacin occidental a la que pertenecemos y, dentro de sta, la de laespaola, la cual, aprendimos a sentir, pensar y amar a travs de Jos

    Antonio Primo de Rivera; precisamente en el seno de la OJE.Toda cultura nace de una religin, a la cual sta provee de cosmovisin,principios, creencias, tica y de un sentimiento ante la muerte y la vidaposterior. Esto lo dice muy bien el profesor Dalmacio Negro, de quienpodemos obtener muchas claves para reflexiones decisivas que tendra-mos que hacer.La historia de Europa y de Occidente est en el desarrollo del espritu cris-tiano, cuyas claves decisivas son la omnipotencia de Dios, su alianza conel hombre, hecho a su imagen y semejanza, y la ley de amor que l haintroducido en el Universo y encomendado a los hombres. Sin estas clavescsmicas no es posible entender nada del mundo, de la vida del hombre ni de las sociedades humanas.

    Slo desde esas convicciones se puede entender, aceptar y defender que la libertad y la dignidad del hombreson inalienables, porque son divinas. Nadie debe, nunca, atreverse a vulnerarlas, ni por insidia, ni por desidia,ni, mucho menos, por frivolidad. Desde esas convicciones creemos que las relaciones entre los hombres debenestar presididas por una voluntad de hermandad y cooperacin, no de explotacin y hostilidad. Buscamos, encada acto la verdad, el bien y la justicia, como un reflejo de la bsqueda de la contemplacin de Dios.

    Todo eso se siente al leer la Promesa que, fiel a la tradicin espaola, coloca en primer lugar el amor a Dios, ynos habla tambin de la Patria y del modo de vivir que nos permite honrar, cada da, estos dos sagrados princi-pios. Si Dios es la ley, la Patria es la forma que adopta el crecimiento de los pueblos hacia Dios. La patria noslo es el suelo amado que nos ha visto nacer y en el que transcurren nuestras vidas. Es tambin, y sobre todo,como subraya Jos Antonio, un proyecto histrico con sentido universal, la contribucin de un pueblo al creci-miento de la Humanidad.Espaa ha dejado una obra realizada ante el mundo, que es tambin la sea de identidad de generaciones

    pasadas, presentes y futuras; y, como tal sea de identidad colectiva, proporciona tambin el indispensablesentido de pertenencia relativa que necesita el hombre cuando se sita ante la vertiginosa dimensin del mun-do y de la Creacin. A estos dos grandes seores (que no se nos morirn nunca), Dios y Espaa les servimoscon el estilo generoso y caballeresco, que la Promesa de la OJE propone.Esos son los valores en los que creemos ; se nos fueron introduciendo en el corazn hasta llegar a formar, pocoa poco, una nica cosa con el alma de cada uno de nosotros. En ese aspecto fuimos una juventud realmenteprivilegiada. Pero nobleza obliga, y todo privilegio tiene un precio. Eso quera decir Jos Antonio cuandoescribi: el que acierta con la primera nota en la msica misteriosa de cada tiempo, ya no puede eximirse determinar la meloda.Nosotros, que acertamos con la primera nota al asumir, militantemente, el espritu de la OJE, para extenderlo aotros muchos jvenes, deberamos reflexionar sobre lo triste y lo grave que puede ser dejar incompleta esameloda. Fue esa desazn de meloda inacabada, de destino personal cumplido a medias, de defensa de gran-des valores cuestionados, lo que estuvo en el origen de la fundacin de la Hermandad Doncel. Se trataba de

    ver qu poda hacerse para terminar la meloda y, en lo posible, ver tambin dnde y cmo podramos hacerlasonar.

    Contenido:Pg

    Editorial a pie de

    Mstil

    Proyecto 1

    Noticias breves

    RedaccinMD 3

    Ascensin al

    Toubkal

    PorTomsMartnezRu

    biato 4

    Bellamy y las cere-

    zas de Internet

    PorYusufibnalRahmn 6

    Entre el fesmo y la

    pudibundez

    PorManuelParraCelaya 9

    50 aos nos con-

    templan

    PorFaustoHeras 11

    Dos catedrticos,

    un artculo y un

    libro

    PorRamnSmano 13

    Hora de despertar

    PorAntonioMuozMolina 14

    Tabln de anuncios 16

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    Editorial a pie de mstil. Proyecto(continuacin)

    Mstil digital. Boletn de la Hermandad Doncel

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    Hoy da el estilo de vida en el que creemos, est sometido a fuertes presiones. El espritu cristiano, y en espe-

    cial la Iglesia catlica, es objeto de una hostilidad, cuyo encono slo no sorprende porque sospechamos queest promovido y alentado por poderosos aparatos ideolgicos que tratan de trastocar la historia de Europa ytorcer el destino de la tradicin occidental y cristiana, para sustituirla por la religin del progresismo y por unhumanismo inmanentista, que rechaza la trascendencia del hombre.Ese es el fondo ltimo de la aparentemente inocua ideologa socialdemcrata, que, junto a logros materialesde la sociedad del bienestar, termina constituyendo una espuria e inestable unin entre lo peor del esprituoccidental, es decir, un capitalismo global y popular, oportunista y disgregador, convertido en la moral acepta-da de la sociedad del bienestar; y, por otra parte, un socialismo, hoy ya mutante y desfondado, que busca

    desesperadamente, con su retrica bio-ideolgica, humanitarista y sentimentalpara consumo de masas, otro discurso me-sinico con el que, adems de tranquilizar

    la conciencia burguesa de mucho papana-tas, poder mantenerse en la historia duranteunos siglos ms, que ya no le pertenecen.

    Ambas formas de materialismo capitalismo y socialismo presionan sincesar, pero amablemente, y con las indis-pensables apariencias democrticas, enuna direccin artificial: nada menos que lade transformar la conciencia que el hombre

    tiene de su propia naturaleza hasta conseguir que dicha conciencia se ajuste a las ocurrencias, a los caprichosintelectuales, de los idelogos del progresismo y del consumismo, en ese totum revolutumque es la sociedad

    del bienestar.Esta conspiracin detractora de lo espiritual, que no es nueva, ha logrado imponerse como mentalidad comnde una sociedad moralmente ablica. Por fortuna, frente a esta detraccin deliberada de lo espiritual existenmuchas resistencias en todas partes, en todos los pases (incluso en este laboratorio del nihilismo que es laEspaa de hoy).Surgen voces muy claras, buenas inteligencias, gente comn, sectores sociales que se sienten agredidos ensus sentimientos y creencias, colectivos y organizaciones muy activas, que, lamentablemente (en el caso espa-ol, al menos), chocan a veces con la debilidad de una sociedad civil poco construida y peor mentalizada, peroque podra constituir, si funcionase bien, la mejor barrera de proteccin contra el totalitarismo democrticoque impone sin contemplaciones su pensamiento nico.En medio de todo esto, dnde nos encontramos y dnde queremos encontrarnos? Es fcil ver que tendramosque acometer dos grandes tareas:

    Adquirir entidad. Es decir, pasar del estado gaseoso de veteranos licenciados a un estado ms slido.Hacerse un lugar en la sociedad, reconocido y visible en la medida que convenga, y que no se va a conse-guir por la accin poltica, sino por una labor de penetracin cultural, que requerir mucho fuelle, gente ydinero.

    Doncel no pretende liderar nada. Solamente servir de plataforma de trabajo, con seis objetivos:1) El reencuentro y el contacto de los que en su da pertenecieron a nuestras organizaciones o que com-

    parten nuestros principios y valores; organizando actividades de convivencia y de comunicacin.2 ) Mantener la memoria y el testimonio material de nuestras organizaciones.3) Participar en el aseguramiento de una continuidad generacional para un amplio proyecto general que

    pudiera surgir.4) Mantener una coordinacin con otras organizaciones afines, buscando la concrecin de un proyecto

    comn y la adecuada coordinacin de actuaciones.

    5) Promover toda labor de reflexin ideolgica.6) Promover participar u organizar acciones culturales sobre la sociedad.

    Estos son nuestros objetivos asociativos, los cuales, ya slo ellos, daran trabajo para mucho tiempo y paramucha gente. Tiempo, tenemos el que tenemos; gente, poca.

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    Editorial a pie de

    Mstil

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    Noticias breves

    RedaccinMD 3

    Ascensin al

    Toubkal

    PorTomsMartnezRu

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    Bellamy y las cere-

    zas de Internet

    PorYusufibnalRahmn 6

    Entre el fesmo y la

    pudibundez

    PorManuelParraCelaya 9

    50 aos nos con-

    templan

    PorFaustoHeras 11

    Dos catedrticos,

    un artculo y un

    libro

    PorRamnSmano 13

    Hora de despertar

    PorAntonioMuozMolina 14

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    Mstil digital. Boletn de la Hermandad Doncel

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    Noticias Breves

    San Fernando

    Con una aceptable participacin, a pesar de ser da laborable, y elbuen espritu que siempre nos caracteriza, ha tenido lugar la cele-bracin de la festividad de nuestro Patrn San Fernando, organi-

    zada por la Hermandad Doncel. Este ao, se ha montado uncctel, que ha contado con casi 50 participantes y que creemosha constituido un xito, a juzgar por lo animado de las conversa-ciones, los brindis y la energa de las canciones de todo tipo conlas que los participantes han rememorado sus tiempos juveniles.Como colofn del acto, Victor Manuel Prada Moral ha sido pre-

    miado, por su labor de tantos aos en nuestras filas, con el Reconocimiento Doncel al Servicio, distincin queha sido creada y concedida por primera vez este ao como premio a la labor continuada de un camarada espe-cialmente destacado en la defensa de los valores que dan sentido a nuestra Hermandad.

    Ruta Bereber 2011 (Expedicin al Atlas)

    Despus de coronar felizmente el Toubkal (4167 m) en la cordillera del Atlas, haregresado de Marruecos la expedicin de la Hermandad Doncel, comandada por

    Jos Manuel Cmara.Durante ocho das, la marcha recorri pueblos, valles y co-llados de alta montaa, culminando con la ascensin del Toubkal en condiciones

    invernales y con una climatologa tan adversa que provoc la retirada de la mayo-ra de los otros grupos que iban a ascender ese da. Adems de Cmara, integra-ban la expedicin InmaculadaGarca, Juan Carlos Culebras,Marisa Garca, Fernando P. Gari-

    jo, Javier Garca, Javier Aramayo,Javier Muoz, Luis Manuel de Sancha, Helena Gonzlez, el gua local Oulaidi Ou-mar, Carmen Romero, Roque Rodrigo, Toms Martnez y Luis Adern. El ambientede camaradera siempre estuvo presente y las canciones y las veladas no faltaronninguno de los das. En sus macutos, adems de los recuerdos de la extraordinariaaventura, nos han trado unas magnficas fotografas con las que haremos un re-portaje que quedar, en la pgina web de Doncel, como testimonio de esta fants-tica actividad. De momento, para ir abriendo boca, se acompaan alguna de las imgenes. Mstil Digital felicita a los asistentes porsu gesta.

    Termancia

    El prximo 11 de junio va a tener lugar una actividad cultural-gastronmica, consistente en la visita a lasruinas de Termancia (la denominada Pompeya espaola), emplazamiento cercano al lmite entre las provin-cias de Segovia y Soria, en el que coinciden dentro de yacimientos prximos entre s, vestigios del pobladoarvaco preexistente, con elementos de la dominacin romana y ermitas y necrpolis visigodas. La visita alos yacimientos se complementar con una comida de hermandad en la que tendremos la oportunidad de

    probar, en el pueblo de Corral de Aylln, el sabrossimo asado de cordero, tpico de estas tierras castella-nas. En fin, una actividad ideal para todos, incluidos nios. Los detalles y la forma de coordinar la partici-pacin, se explicarn en un correo electrnico especfico.

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    la participacin hasido un xito; como

    tambin el propiodesarrollo de la

    actividad, tanto en susaspectos tcnicos comode organizacin () la

    planificacin ydireccin de la

    actividad ha estado acargo de Jos ManuelCmara, que a su granexperiencia montaera

    une un profundoconocimiento de la

    regin bereber.

    Mstil digital. Boletn de la Hermandad Doncel

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    Como ya se ha venido informando en losnmeros anteriores de Mstil Digital, la se-mana del 21 al 28 de mayo de 2011, hemosrealizado una ruta de montaa por el alto

    Atlas en Marruecos con ascensin al Toubkal

    (4.167), mxima altura de esa cordillera.

    La actividad, organizada por la HermandadDoncel, estaba como siempre dirigida a susmiembros, as como a simpatizantes y otrosinteresados en el montaismo. Al final, hemoscontado con una importante participacin de14 personas algunas de los cuales no son anmiembros de la Hermandad. Tal vez podramos haber sido ms, pues durante el periodo previo de pre-paracin ha habido algunos camaradas que mostraron inters y que, por distintas razones no nos hanpodido acompaar, finalmente.

    En cualquier caso, la participacin puede considerarse un xito; como tambin lo ha sido el propio de-sarrollo de la actividad, tanto en sus aspectos tcnicos como de organizacin. Puede decirse que elxito estaba a priori garantizado pues en la planificacin y direccin de la actividad hemos contado connuestro camarada Jos Manuel Cmara, que asu gran experiencia montaera une un profun-do conocimiento de la regin bereber.

    Podra extenderme en contaros aspectos tcni-cos de la ruta y desarrollo, pero como me cons-ta, que entre los asistentes hay gente bastantems competente que yo en estos asuntos,dejo paso a futuros informes, que imaginoestn elaborndose y podra ser muy intere-

    sante su divulgacin.Por lo que respecta a las motivaciones que mehicieron participar en algo semejante, tras

    aos de ausencia en la actividad montae-ra, quiero destacar en primer lugar el reen-cuentro con antiguos camaradas, con losque viv momentos inolvidables en la OJE.En segundo lugar lo que de reto personaltenia, para intentar conseguir una formafsica bsica con la que superar las dificul-

    tades de lamarcha yen tercerlugar, porqu nodecirlo, unpoco deaventurar,de arries-gar, de

    volver a lamagia de loque tantosaos haba-

    mos hechoen nuestraOJE.

    Ascensin al Toubkal Toms Martnez Rubiato

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    Los participantes nopertenecientes a

    nuestro entorno, handescubierto eltalante deconvivencia,

    camaradera, alegra,coherencia y estilo de

    nuestras formas ynuestro fondo

    Mstil digital. Boletn de la Hermandad Doncel

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    Este reencuentro creo que en algu-na medida, nos ha valido y ahorapluralizo, para reafirmarnos en vie-

    jos ideales que son tan nuevos co-mo eternos; y que sin ningn tipo

    de complejo en nuestras vidas,intentamos vivir tras nuestra Pro-mesa, transmitindolos a la socie-dad que nos rodea: en nuestrotrabajo, en nuestras empresas, enla vida social con nuestros amigos,en nuestro entorno familiar y veci-nal, ya sea ste favorable u hostil;y participando activamente , endonde sea, no importa la disporaen los Veteranos OJE, en Doncel,en Encuentros en donde seapreciso, aportando nuestro grani-

    to de arena, que es nuestro ESTILO,nuestra HISTORIA y nuestra VERDAD.Eso que nadie nos puede negar, ni pordecreto ni por ninguna ley de neciamemoria.

    Los participantes no pertenecientes anuestro, llammosle entorno, handescubierto en nosotros un autnticotalante de convivencia, de camara-dera, de alegra, de coherencia y esti-

    lo en nuestras formas y en nuestrofondo humano, basado en el respetoque tambin nosotros les hemos pro-

    fesado.

    En estas condiciones, un puado de afortunados, hemos ascendido una gran montaa, pero hay mu-chas montaas por escalar, no importa su altura. En nuestra historia no ha sido posible la conquistadel estado, ni la revolucin pendiente, ya hubiramos querido! A pesar de nuestros ideales noslimitamos, nada menos, que a intentar transmitir a cientos de jvenes nuestro estilo, nuestra formade entender la vida, nuestra for-ma de sentir Espaa; amarla por-que no nos gusta, y aunque ennuestras manos nunca estuvo laposibilidad de cambiarla radical-mente, por supuesto, s quehemos influido en los miles de

    jvenes que sobreviven en estasociedad, que seguro les siguesin gustar Qu os voy yo a con-tar que no sepis

    Aun as no cejar en nuestro empeo, aunque sea en pequeas cola-boraciones a las asociaciones que antes mencionaba u otras cual-quiera, y orgullosos saber que nuestra aportacin a la sociedadsiempre dar cuando menos, un pequeo fruto: LA AMISTAD.

    Ascensin al Toubkal Toms Martnez Rubiato

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    Francis Bellamyredact y promovi en

    1892 el Juramento deLealtad, que se hizoritual en instituciones y

    colegiosnorteamericanos parahomenajear la banderade la Unin. El gestooficial, al tiempo que

    se recitaba eljuramento era con el

    brazo derechoextendido en ngulo de

    cuarenta y cincogrados y la palma

    abierta.

    Mstil digital. Boletn de la Hermandad Doncel

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    Es poco original, aunque acertado, decir que de la Red salen las informaciones como las cerezas de lacesta, encadenadas, lo que propicia encuentros y, a veces, encontronazos. As, indagando sobre un

    viejo relato, conocido en Espaa como El Mercado, originalmente La Parbola del Depsito deAgua, escrito por un socialista utpico norteamericano, protestante, que se utilizaba hace la friolera de

    cuarenta aos, por su virtud explicativa, como medio de formacin para jvenes militantes, aparece eltexto buscado, y tambin lo que no se pretenda: que su autor, Edward Bellamy, era primo de FrancisBellamy, otro candoroso socialista cristiano que est en el origen, nadie se sorprenda -o s- de la difu-sin del saludo brazo en alto.

    Para quien tenga curiosidad, el cuento, feroz y al tiempo sencilla crtica del capitalismo, est en http://www.vozobrera.org/documentos/El_Mercado.pdf. Lo public en Espaa Editorial ZYX, una iniciativa decristianos con acusada sensibilidad social, humanamente muy vecinos, polticamente, en galaxias dis-tantes, fundada en 1963 con el estmulo de Guillermo Rovirosa, militante obrero que vivi y muri confama de santidad, cobijo de la izquierda no marxista, empeo al que arrimaron el hombro algunos per-sonajes que, con los aos, no seran parcos en frutos a la Iglesia, un tal Kiko Argello, ni ms ni menos

    que el animador que sera del Camino Neocatecumenal, un tal Jos-Miguel Oriol, que acabara siendopieza de soporte de Comunin y Liberacin en Espaa. De paso, encontraron all posada algunos tex-tos de matriz falangista, como Europa como evasin e Iberoamrica como revolucin y DesarrolloSindicalista, de Jos-Luis Rubio, tambin lecturas de docencia poltica en aquella juventud tan lejana.

    Cerezas de la cesta.

    Todo esto viene alcaso porque el primodel autor del cuentitoaludido, Francis,pastor baptista, fue

    quien, en 1892, re-dact y promovi elJuramento de Leal-

    tad, el Pledge of Alliance, que se hizo ritual en insti-tuciones y colegios norteamericanos, hasta hoy, parahomenajear a la bandera de la Unin, con el designioentonces de dar cohesin a una nacin que sufra to-dava los desgarrones de su guerra civil. Lo que no hadurado hasta hoy es el gesto, que asimismo se hizooficial, con que se deba saludar a la bandera cadamaana, al tiempo que se recitaba el juramento: con

    el brazo derecho extendido en ngulo de cuarenta ycinco grados y la palma abierta, saludo del que no faltan testimonios grficos.

    Con el as llamado saludo Bellamy, mostraron su respeto a la bandera de las barras y las estrellas gene-raciones de norteamericanos, escolares de todas las clases, razas y edades, mientras proclamabanJuro lealtad a mi bandera y la Repblica que representa,una nacin indivisible, con libertad y justicia para todos:frmula que sufrira un par de mudanzas, hasta convertir-se en la actualmente usada: I pledge allegiance to theFlag of the United States of America, and to the Republicfor which it stands: one Nation under God, indivisible,with Liberty and Justice for all, juro lealtad a la banderade los Estados Unidos de Amrica y a la Repblica querepresenta, una nacin bajo Dios, indivisible, con libertad

    Bellamy y las cerezas de Internet Yusuf ibn-al-Rahmn

    http://www.vozobrera.org/documentos/El_Mercado.pdfhttp://www.vozobrera.org/documentos/El_Mercado.pdfhttp://www.vozobrera.org/documentos/El_Mercado.pdfhttp://www.vozobrera.org/documentos/El_Mercado.pdfhttp://www.vozobrera.org/documentos/El_Mercado.pdfhttp://www.vozobrera.org/documentos/El_Mercado.pdf
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    el saludo con elbrazo en alto y la manoextendida se dira casi

    connatural al serhumano.

    Identificarse en sealde paz, desde lejos,

    mostrando irdesarmado, es gestoespontneo, que sehalla en culturas,

    situaciones e imgenesdiversas.

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    y justicia para todos. Su uso se mantuvo hasta los albores de la guerra mundial, en que, queriendoevitar confusiones que se reputaron ingratas, el presidente Franklin D. Roosevelt, con la aprobacin delCongreso, lo sustituy por el saludo con la mano derecha sobre el corazn, actualmente vigente.En una curiosa fotografa de 1940, se ve que todava saludaban brazo extendido los diplomticos nor-

    teamericanos acreditados en Madrid, en la visita navidea quegiraron a una guardera de Vallecas (izda.)Aunque anterior en el tiempo, no hay certeza de que el saludoBellamy fuera antecedente directo del que se llam saludo de

    Joinville, tomando el nombre del batalln francs de la EscuelaNormal Militar de Gimnasia, que se hizo parte del ritual olmpicoen 1920, en los Juegos de Anvers, en Blgica. Fue el saludoolmpico motivo del cartel francs de los Juegos de Pars de1924.

    En la Olimpada berlinesa de 1936 desfilaron usando estesaludo las delegaciones de muchos pases, no todos, que ya

    escoca la identidad con el que haba adoptado el partidopoltico que entonces goberrnaba Alemania. De aquella gui-sa salud, porejemplo, la repre-sentacin de de-portistas cana-dienses (derecha).

    Tambin la francesa (bajo izquierda):

    El gesto estara en vigor hasta que el Comit Olmpico Inter-

    nacional decidiera revocarlo el tardo 3 de septiembre de1946, por decisin de su Comisin Ejecutiva, invocandorazones estrictamente polticas.

    Aunque asimismo posterior al olmpico, no hay constanciaque el ademn con que se distinguieron Gabriel DAnnunzioy sus voluntarios en la empresa de la conquista de Fiume,trajera causa de aqul. Lo que est, s, a la vista, es que los

    granaderos que le siguieron, enemigos de la victoria mutilada que era la prdida de aquella ciudad paraItalia, hacan gala del saludo brazo en alto, que, por sintona tom luego como propio el fascismo mus-soliniano, como tambin tom el ttulo de Duce, que DAnnunzio se haba atribuido en aquel empeo.

    Que no haya evidencia de que el saludo oficial norteamericano fuera antecedente del olmpico, ni queste lo fuera del de los irredentistas de Fiume, no impide hacer conjeturas sobre la relacin que pudie-ran guardar.

    La verdad es que el saludo con el brazo en alto y la mano extendida se dira casi connatural al ser huma-no, que identificarse en seal de paz, desde lejos, mostrando ir desarmado, es gesto espontneo, quese halla en culturas, situaciones e imgenes diversas. Y las hay en que saludan con desenvoltura, alzan-do el brazo, personajes muy distintos y muy distantes, como, por ejemplo, el dictador comunista MaoZedong, el obispo progresista Dom Hlder Cmara, el caudillo separatista cataln Artur Mas, o conaire muy bizarro- los reclutas de Hezbollah.

    Bellamy y las cerezas de Internet Yusuf ibn-al-Rahmn

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    Al saludo se le hallamado romano,queriendo ver en l un

    gesto de la gloriosaRoma antigua. No estclaro. No abundan lasimgenes; se quiere verese ademn, en elMarco Aurelio que

    cabalga eternamenteen la colina delCapitolio, la florentinadel Arringatore, lavaticana de Cesar

    Augusto

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    La retrica del ventenio llam al saludo romano, queriendo ver en l un gestode la gloriosa Roma antigua. Pero no es cosa que est tampoco demasiadoclara. No abundan las imgenes; se dice que las hay en la columna trajana,

    que quien esto escribe no ha encontrado, y otras en que se quiere ver eseademn, como la del Marco Aurelio que cabalga eternamente en la colina delCapitolio, la florentina del Arringatore, la vaticana de Csar Augusto, se pue-den interpretar ms como gesto campechano que como ademn regular o mar-cial. Cosa de otros tiempos, algn camarada guasn despeda sus cartas conun saludo a la romana, como los calamares.

    Romano o no, Gimnez Caballero, sin aducir prueba que lo acredite, quieresaber que el saludo lo haban copiado los legionarios romanos de los guerreros iberos. Si a l le pare-ce Aunque, si no romano, el gesto es neoclsico, romanista, en el sentido de que, lo fuera o no, co-mo tal se quiso ver.

    Coetneos a la Revolucin Francesa son algunos cuadros que evocan el saludo brazo en alto como ro-mano, que es el caso del Juramento de los Horacios, pintado en 1784 por Jacques-Louis David:Otros, del mismo pintor, representan a contemporneos suyos en el mismo ademn, como en El Jura-

    mento del Juego de Pelota, de 1789, o Ladistribucin de las guilas por Napolen, de1810:Estar en esos cuadros neoclasicistas la ins-piracin del americano saludo Bellamy ysucesivos? Pudiera ser. O no. Tendra guasaque los de Hezbollah estuvieran haciendo unsaludo yanqui.

    Cerezas de la cesta.

    Bellamy y las cerezas de Internet Yusuf ibn-al-Rahmn

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    Entre los jvenesdistingo dos rasgos: el"fesmo" y la

    pudibundez. El primeroconsiste en ostentaruna apariencia queantes se denominaba,purriana": que pasa,entre otros aspectos,

    por calzarse unostejanos con grandes

    desgarros y rotos.

    El segundo surge a lavista cuando oyen algoalejado de los

    parmetros de la"correccin poltica"imperante.

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    Confieso haber llegado a una edad en la que, sin considerarme viejo en absoluto ni de cuerpo ni deespritu, tampoco puedo blasonar de joven ms que en trminos irnicos y amables . Las venta-

    jas de este momento de mi vida son muchas y variadas, y aadira que superan a los inconve-nientes. Entre las primeras, est, poder expresar, en cada momento, la opinin racional y razonada

    sobre los modestos mbitos de mi cultura y el importarme un ardite si estas opiniones no coinci-den con los de esa "inmensa ma-yora" que deca el poeta y en laque no crea ni l.

    Veo a los jvenes, por lo tanto,desde fuera - no desde arriba - yencuentro en ellos igual surtido de

    virtudes y defectos que supongo quecada generacin juzg de la si-guiente, ni ms ni menos. Por otraparte, cada da soy ms reacio a

    emplear el trmino "juventud" paradesignar una realidad muy hete-rognea, cajn de sastre social en el que caben desde los "ni-ni" hasta el abnegado voluntarioen tierras de misin, incluida Espaa. A efectos de entendimiento, no obstante, voy a generalizardemasiado para destacar dos rasgos, contradictorios y paradjicos, que he detectado, por ejemplo,entre mis alumnos de Secundaria: el "fesmo" y la pudibundez.

    El primero consiste en ostentar una apariencia que antes se denominaba, purriana": un ir"cuidadosamente descuidado", que pasa, segn los grados y los individuos (sin distincin de sexo),por calzarse unos tejanos con grandes desgarros y rotos (ms caros, por cierto, que cualquiera de mispantalones), por aborrecer el uso del peine (sustituido por largas horas ante el espejo trazndose

    una cresta con los dedos mojados), por no admitir que ninguna, prenda, camiseta o camisa, deje deondear sus faldones por encima de la cintura ybajo el suter, ypor el uso desenfadado y des-vergonzado del lenguaje.

    El segundo rasgo, la tremenda pudibundez que roza el puritanismo, surge a la vista cuando oyen

    palabras, expresiones o juicios alejados de los parmetros de la "correccin poltica" imperante;

    es decir, que habrn sido mal educados pero muy bien adiestrados. Me centro en el campo del

    lenguaje, que es el mo, y dejo el de la moda en el vestir, calzar o peinar para los ms expertos

    Es curioso que, entre ellos, el empleo de la expresin malso-

    nante est generalizada como "gracia"; no tienen el

    menor inconveniente en interpelarse con las mismas

    palabras que Sancho Panza usa para catalogar al buen vino, sin considerarlo en absoluto como un insulto.

    Pero sus tacos estn le jos del donaire sanchopances-

    co, as como de la intencin expresionista de un Cela

    o del clamor crtico y noventayochista -de 1998- de

    Prez-Reverte: son, por el contrario, espantosamente

    vulgares y fuera de contexto, hasta el punto de que, en

    ocasiones, asimilo a una ursulina la rotundidad de un sar-

    gento de la Legin en pleno cabreo en comparticin con

    alguno de mis alumnos.

    Entre el fesmo y la pudibundez Manuel Parra Celaya

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    50 aos despus,jvenes espaolessiguen haciendo lamisma promesa que

    haca yo.

    Mstil digital. Boletn de la Hermandad Doncel

    Volveralndice

    Gracias desde aqu a los camaradasque, con su esfuerzo, frente a la indi-ferencia, al aburrimiento y a la hosti-lidad de muchos listos, han conse-

    guido que, ms de 50 aos despus, jvenes espaoles sigan haciendo lamisma promesa que haca yo. Peroesa promesa no es inocua. La estupi-dez, la simpleza y la maldad que al-guna vez he odo de gentuza queapostillaba nuestros doce puntos,son signos de nuestro tiempo:

    Amar a Dios y levantar sobre este amor todos mis pensamientos y acciones. Caverncolas,Dios no existe! La verdad est en el laicismo y en la negacin de las supersticiones.

    Servir a mi Patria y procurar la unidad entre sus tierras y entre sus hombres. Patria?..Fascistas!

    Hacer de mi vida, con alegra y humildad, un acto permanente de servicio. Serviles!Sentir la responsabilidad de ser espaol dentro de la necesaria comunidad de los pueblos. Espaol es el que no puede ser otra cosa

    Recordar que el estudio y el trabajo constituyen mi aportacin personal a la empresa comn. Les gusta que les exploten!

    Vivir en hermandad con mis camaradas y ser sobrio en el uso d e mis derechos y generoso en elcumplimiento de mis deberes. Nadie es tan primo y, adems eso es una estupidez, los dere-

    chos ante todo!

    Defender la justicia y luchar por imponerlaaunque su triunfo signifique mayor sacrificiopara m. Hablar de justicia despus de afir-mar todo lo anterior? Ja!

    Afirmar la libertad en cada hombre, sometien-do la ma al imperio de lanorma justa y al respeto amis superiores. Sumisos,necesitis sentiros manda-dos y dominados!

    Mantener dignamente micondicin de joven y acep-

    tar con gratitud la enseanza de los mayores. Pelotas!Honrar con la lealtad de mi conducta la memoria de todos los que ofrecie-ron su vida por una Espaa mejor. Ni vuestra lealtad ni vuestra conducta

    van a devolver la vida a los mrtires de la democracia.

    Perseverar y conservar frescas en la memoria cada maana las anterioresafirmaciones, para sentirme activo en el seno de la Organizacin JuvenilEspaola. Mejor, as no se os olvida lo caverncolas que sois!Vale quien sirve. Pues vaya perogrullada!

    50 aos nos contemplan Fausto Heras

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    Despus de prometertodo eso: Podemos

    quedarnos tan

    tranquilospresenciando la

    disolucin de Espaa?Podemos mirar desde

    fuera sin denunciar lasmentiras que niegan lalibertad del Hombre ?

    Sera un desperdicioque semejante normade conducta, sirviera

    slo como orientacinpara hacer buenos

    ciudadanos ,poniendo semejantecaudal de decencia alservicio de cualquier

    poder.

    Mstil digital. Boletn de la Hermandad Doncel

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    Acaso cabra esperar otra cosa? Pues no, ya que nuestra promesa no ha salido del caletre deliberalitos o socialdemcratas, intrpretes de la Historia y de la Vida en clave de materialismorampln y sin gracia, sino de una fuente perfectamente identificable: la visin joseantonianadel Hombre y de Espaa, lo que la convierte en radicalmente inaceptable por el mundo en que

    nos encontramos y por la Espaa en que vivimos.

    Despus de prometer todo eso: Podemos quedarnos tan tranquilos presenciando la disolu-cin de Espaa? Podemos mirar desde fuera sin denunciarlas cuantas mentiras en lo econ-mico y en lo poltico niegan la libertad del Hombre y de cada hombre en este momento?Cabe considerar el trabajo aportacin a la empresa comn cuando se le ha relegado a lacategora de mercanca sujeta a mercado y se produce en un marco de explotacin? Slo sontres ejemplos. Habra ms. Pero est claro que la promesa de la OJE implica intransigencia yenfrentamiento con lo que el estado de cosas actual nos ofrece como deseable y, lo que espeor, inevitable.

    Sera un desperdi-cio que semejante

    norma de conduc-ta, sirviera slocomo orientacinpara hacer buenosciudadanos inter-cambiables a cual-quier situacin,poniendo semejan-te caudal de de-cencia al serviciode cualquier poder

    por muy legal queste fuera. Bonita manera de echar margaritas a los cerdos! Todo lo que no sea vivir estapromesa como instrumento crtico de lo que nos rodea, ms all del imprescindible cumpli-miento de la misma en el marco del comportamiento individual la revolucin empieza poruno mismo-, es devaluarla, reducindola a una especie de regla que tan slo buscara la sal-

    vacin del adepto y su ntima y egosta satisfaccin.

    En la aplicacin del punto sptimo est la clave: Defender la justicia y luchar por imponer-la Nos rodea demasiada injusticia y demasiada mentira estpidamente aceptada comopara confinar nuestra promesa en el mbito de la intimidad.

    Consigna, pues, para el da de hoy: No es lcito encerrarse en torres de marfil.

    50 aos nos contemplan Fausto Heras

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    para superar lasituacin econmicaes crucial alcanzarun amplio consensotanto en lo que se

    refiere al diagnsticode la situacin, comoen lo que concierne a

    las acciones aemprender .

    Mstil digital. Boletn de la Hermandad Doncel

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    En el nmero 104 de la magnifica revista Cuadernos de En-cuentro, correspondiente a la primavera de este ao 2011, elprofesor D. Juan Velarde publica un estupendsimo articulo,como todos a los que nos tiene acostumbrados. Tan didctico

    como siempre, nos dirige y nos invita a profundizar en un libroque ha publicado recientemente Mikel Buesa. El libro se titulaLa crisis de la Espaa fragmentada. Economa poltica deZapatero. Mikel Buesa es tambin catedrtico de economa,sucesor de Velarde. Presidente del Foro de Ermua y separadodel partido UpyD al que contribuy a formar.

    El libro expone claramente lo que todos nosotros hemos veni-mos insistiendo ms de una vez. La crisis de Espaa es tam-bin una crisis econmica, pero sobre todo es una crisis polti-ca. Sin resolver esta crisis poltica va a ser muy difcil resolver

    la econmica. Todo ello aparece extraordinariamente docu-mentado y expuesto en un libro que sin perder el rigor acad-mico es de sencilla lectura..

    El profesor Velarde en su articulo nos va dirigiendo por el libro y haciendohincapi en los prrafos ms sugeren-tes a su juicio. Para m es muy impor-tante leer que para superar la situacineconmica es crucial alcanzar unamplio consenso tanto en lo que se

    refiere al diagnstico de la situacin,como en lo que concierne a las accio-

    nes a emprender y a los recursos pbli-

    cos que han de aplicarse. pero lo que

    es seguro es que ese consenso nunca derivar del encastillamiento de los principales partidos polticos

    en ideas simplistas que identifican la poltica anticrisis con el blindaje del gasto social, con la creacin

    de impuestos sobre los ricos o, en sentido contrario, con la reduccin de los impuestos (pg 51). Porah va la cosa.

    Buesa es tambin autor entre otros muchos de Recuento estadstico de las actividades terroristas deETA y de la po ltica antiterrorista y de El coste econmico de la violencia terrorista: el caso de ETA y elPas Vasco. Estos documentos, editados por la Fundacin de Vctimas del Terrorismo son de fcil acce-so a travs de la red.

    Para quien tenga inters en profundizar:Enlace al artculo del profesor Velarde en Cua-dernos de Encuentro. N 104Enlace al documento de Mikel Buesa sobre re-cuento estadstico de las actividades terroristasEnlace al documento de Mikel Buesa sobre costeeconmico de la violencia terrorista

    Dos catedrticos, un artculo y un libro Ramn Smano

    http://www.encuentros.comlu.com/cuadernos.htm#2http://www.encuentros.comlu.com/cuadernos.htm#2http://www.ucm.es/info/cet/documentos%20trabajo/Act_Recuento_ETA.pdfhttp://www.ucm.es/info/cet/documentos%20trabajo/Act_Recuento_ETA.pdfhttp://www.ucm.es/info/cet/documentos%20trabajo/DocTrab%20CET%206-Coste%20economico%20violencia%20terrorista.pdfhttp://www.ucm.es/info/cet/documentos%20trabajo/DocTrab%20CET%206-Coste%20economico%20violencia%20terrorista.pdfhttp://www.ucm.es/info/cet/documentos%20trabajo/DocTrab%20CET%206-Coste%20economico%20violencia%20terrorista.pdfhttp://www.ucm.es/info/cet/documentos%20trabajo/DocTrab%20CET%206-Coste%20economico%20violencia%20terrorista.pdfhttp://www.ucm.es/info/cet/documentos%20trabajo/DocTrab%20CET%206-Coste%20economico%20violencia%20terrorista.pdfhttp://www.ucm.es/info/cet/documentos%20trabajo/DocTrab%20CET%206-Coste%20economico%20violencia%20terrorista.pdfhttp://www.ucm.es/info/cet/documentos%20trabajo/Act_Recuento_ETA.pdfhttp://www.ucm.es/info/cet/documentos%20trabajo/Act_Recuento_ETA.pdfhttp://www.ucm.es/info/cet/documentos%20trabajo/Act_Recuento_ETA.pdfhttp://www.ucm.es/info/cet/documentos%20trabajo/Act_Recuento_ETA.pdfhttp://www.encuentros.comlu.com/cuadernos.htm#2http://www.encuentros.comlu.com/cuadernos.htm#2http://www.encuentros.comlu.com/cuadernos.htm#2http://www.encuentros.comlu.com/cuadernos.htm#2
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    La broma empez enlos ochenta, cuando dela noche a la maananos hicimos modernos

    y amnsicos y elgobierno nos deca que

    Espaa estaba de

    moda en el mundo...

    Que esa obcecacin enla pureza de sangrehaya sido la base de

    discursos polticos hasido una de las grandes

    sorpresas de lademocracia en Espaa.

    Ser lo que sea, denacimiento, para

    siempre, sin fisuras:de izquierdas, de

    derechas, catlico, del

    Madrid, gay, de lacofrada de laMacarena, ser

    machote, ser joven.

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    Por su actualidad reproducimos el reciente escrito de este acadmico de nmero de la Real Academia Espaola y

    ex-director del Instituto Cervantes en Nueva York hasta 2006.

    He pensado desde hace muchos aos, y lo he escrito de vez en cuando, que Espaa viva en un estadode irrealidad parcial, incluso de delirio, sobre todo en la esfera pblica, pero no slo en ella. Un delirio

    inducido por la clase poltica, alimentado por los medios, consentido por la ciudadana, que aceptabasin mucha dificultad la irrelevancia a cambio del halago, casi siempre de tipo identitario o festivo, o unamezcla de los dos. La broma empez en los ochenta, cuando de la noche a la maana nos hicimos mo-dernos y amnsicos y el gobierno nos deca que Espaa estaba de moda en el mundo, y Tierno Galvn -Tierno Galvn!- empez la demagogia del polticocampechano y majete proclamando en las fiestas deSan Isidro de Madrid aquello de El que no estcolocao que se coloque, y al loro! Tierno Galvn, quemir sonriente para otro lado, siendo alcalde, cuandoun concejal le trajo pruebas de los primeros indiciosde la infeccin que no ha dejado de agravarse con los

    aos, la corrupcin municipal que volva cmplices aempresarios y a polticos.Por un azar de la vida me encontr en la Expo de Sevi-lla en 1992 la noche de su clausura: en una terrazade no s qu pabelln, entre una multitud de polti-cos y prebostes de diversa ndole que coman gratis jamn de pata negra mientras estallaban en el hori-zonte los fuegos artificiales de la clausura. Era un smbolo tan demasiado evidente que ni siquiera servapara hacer literatura. Era la poca de los grandes acontecimientos y no de los pequeos logros diarios,del despliegue obsceno de lujo y no de administracin austera y rigurosa, de entusiasmo obligatorio.Llevar la contraria te converta en algo peor que un reaccionario: en un malasombra. En esos aos yoescriba una columna semanal en El Pas de Andaluca, cuando lo diriga mi querida Soledad Gallego, a

    quien tuve la alegra grande de encontrar en Buenos Aires la semana pasada. Escriba denunciando elfolklorismo obligatorio, el narcisismo de la identidad, el abandono de la enseanza pblica, el disparatede una televisin pagada con el dinero de todos en la que aparecan con frecuencia adivinos y brujas, lamana de los grandes gestos, las inauguraciones, las conmemoraciones, el despilfarro en lo superfluo yla mezquindad en lo necesario. Recuerdo un artculo en el que ironizaba sobre un curso de espritu ro-ciero para maestros que organiz ese ao la Junta de Andaluca: hubo quien escribi al peridicollamndome traidor a mi tierra; hubo una carta colectiva de no s cuantos ofendidos por mi artculo,entre ellos, por cierto, un obispo. Recuerdo un concejal que me acusaba de criminalizar a los jvenespor sugerir que tal vez el fomento del alcoholismo colectivo no debiera estar entre las prioridades de unainstitucin pblica, despus de una fiesta de la Cruz en Granada que dur ms de una semana y quedej media ciudad anegada en basuras.

    El orgullo vacuo del ser ha dejado en segundo plano ladificultad y la satisfaccin del hacer. Es algo que vienede antiguo, concretamente de la poca de la Contrarre-forma, cuando lo importante en la Espaa inquisitorialconsista en mostrar que se era algo, a machamartillo,sin mezcla, sin sombra de duda; mostrar, sobre todo,que no se era:que no se era judo, o morisco, o hereje.Que esa obcecacin en la pureza de sangre convertidaen identidad colectiva haya sido la base de una granparte de los discursos polticos ha sido para m una delas grandes sorpresas de la democracia en Espaa. Ser

    andaluz, ser vasco, ser canario, ser de donde sea, ser lo que sea, de nacimiento, para siempre, sin fisu-ras: ser de izquierdas, ser de derechas, ser catlico, ser del Madrid, ser gay, ser de la cofrada de la Ma-carena, ser machote, ser joven.

    Hora de despertar Antonio Muoz Molina

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    He visto a alcaldes y aautoridades

    autonmicas espaolasde todos los colores

    tirar cantidadesinmensas de dineropblico viniendo a

    Nueva York enpresuntos viajes

    promocionales quesolo tienen eco en los

    informativos de suscomarcas, municipios

    o comunidadesrespectivas

    me preguntabacmo un pas de

    mediana importanciapoda permitirse tantos

    lujos y por qu laciudadana ha

    aceptado con tantaindiferencia tantos

    abusos, durante tantotiempo.

    Mstil digital. Boletn de la Hermandad Doncel

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    La omipresencia del ser cortocircuita de ante-mano cualquier debate: me critican no porquesoy corrupto, sino porque soy valenciano; sidices algo en contra de m no es porque tengasargumentos, sino porque eres de izquierdas, o

    porque eres de derechas, o porque eres defuera; quien denuncia el maltrato de un animalen una fiesta brbara est ofendiendo a losextremeos, o a los de Zamora, o de dondesea; si te parece mal que el gobierno de Galiciagaste no s cuntos miles de millones de eurosen un edificio faranico es que eres un rojo; si te escandalizas de que Espaa gaste ms de 20 millonesde euros en la clebre cpula de Barcel en Ginebra es que eres de derechas, o que ests en contra delarte moderno; si te alarman los informes reiterados sobre el fracaso escolar en Espaa es que tienesnostalgia de la educacin franquista.

    He visto a alcaldes y a autoridades autonmicas espaolas de todos los colores tirar cantidades inmen-sas de dinero pblico viniendo a Nueva York en presuntos viajes promocionales que slo tienen eco en

    los informativos de sus comarcas, municipios o comunidades respectivas, ya que en el squito suelen osolan venir periodistas, jefes de prensa, hasta sindicalistas. Los he visto alquilar uno de los salonesms caros del Waldorf Astoria para presentar un premio de poesa. Presentar no se sabe a quin, por-que entre el pblico slo estaban ellos, sus familiares ms prximos y unos cuantos espaoles de losque viven aqu. Cuando era director del Cervantes el jefe de protocolo de un jerarca autonmico mellam para exigirme que saliera a recibir a su seora a la puerta del edificio cuando l llegara en el co-che oficial. Prefer esperarlo en el patio, que se estaba ms fresco. Entr rodeado por un squito queatascaba los pasillos del centro y cuando yo empezaba a explicarle algo tuvo a bien ponerse a hablarpor el mvil y dejarnos a todos, al squito y a m, esperando durante varios minutos. Era Plcido, dijo,que viene a sumarse a nuestro proyecto. El proyecto en cuestin calculo que tardar un siglo en termi-nar de pagarse.

    Lo que yo me preguntaba, y lo que preguntaba cada vez que vea a un economista, era cmo un pas de

    mediana importancia poda permitirse tantos lujos. Y me preguntaba y me pregunto por qu la ciuda-dana ha aceptado con tanta indiferencia tantos abusos, durante tanto tiempo. Por eso creo que el des-pertar forzoso al que parece que al fin estamos llegando ha de tener una parte de rebelda prctica yotra de autocrtica. Rebelda prctica para ponernos de acuerdo en hacer juntos un cierto nmero decosas y no slo para enfatizar lo que ya somos, o lo que nos han dicho o imaginamos que somos: quehaya listas abiertas y limitacin de mandatos, que la administracin sea austera, profesional y transpa-rente, que se prescinda de lo superfluo para salvar lo imprescindible en los tiempos que vienen, que sedebata con claridad el modelo educativo y el modelo productivo que nuestro pas necesita para ser via-ble y para ser justo, que las mejoras graduales y en profundidad surgidas del consenso democrticoestn siempre por encima de los gestos enfticos, de los centenarios y los monumentos firmados por

    vedettes internacionales de la arquitectura.

    Y autocrtica, insisto, para no ceder ms al halago, para reflexionar sobre lo que cada uno puede haceren su propio mbito y quizs no hace con el empeo con que debiera: el profesor ensear, el estudianteestudiar hacindose responsable del privilegio que es la educacin pblica, el tan slo un poco enfermono presentarse en urgencias, el periodista comprobando un dato o un nombre por segunda vez antes de

    escribirlos, el padre o la madre respon-sabilizndose de los buenos modales desu hijo, cada uno a lo suyo, en lo suyo,por fin ciudadanos y adultos, no adoles-centes perpetuos, entre el letargo y laqueja, miembros de una comunidadpoltica slida y abierta y no de una tribuancestral: ciudadanos justos y benfi-cos, como deca tan cndidamente, tanconmovedoramente, la Constitucin de

    1812, trabajadores de todas clases,como deca la de 1931.Lo ms raro es que el espejismo hayadurado tanto.

    Hora de despertar Antonio Muoz Molina

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    Prximas actividades:Actividades de los Grupos: Consulta la Agenda de actividades para

    conocer las convocatorias

    Tertulia del grupo de Estudio y Formacin.

    Ensayo del coro Doncel.

    Os recordamos que podis consultar la agenda de activida-des en la pagina Web de la Hermandad Doncel donde in-cluimos las convocatorias propias y las que realizan aso-ciaciones y grupos amigos.

    Mstil digital. Boletn de la

    Hermandad Doncel Tabln de anunciosN 15junio 2011

    Direcciones de correo electrnico:

    Si no recibes de forma habitual las comunicaciones que enviamos desde la Junta Rectora,te agradeceramos nos proporcionaras una direccinde correo electrnico a la cual podamos dirigir toda lainformacin que genera la Hermandad. Igualmente, siconoces algn amigo o camarada que desee recibirinformacin de nuestra organizacin, pdele que con-tacte con nosotros o envanos un mensaje con su di-reccin de correo electrnico a :

    [email protected]

    Le pediremos autorizacin para figurar en nuestras listas de distribucin y le mantendre-mos informado de nuestras actividades.

    Hermandad DoncelAsociacin de mbito nacional, inscrita en el Registro de Asociaciones del Ministerio del Interior, con el N 162.490.

    Fundada el 26 de abril de 1997. Apartado de Correos 13.210 28080 Madrid

    PINCHA AQU PARA

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    Puedes consultar nuestra pgina web en la siguiente direccin:

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    Encontrars gran cantidad de informacin sobre nuestra organizacin. Documentos, rese-a de actividades, fotografas, nuestras canciones en mp3, etc.

    http://www.doncel.org/index_archivos/Page704.htmmailto:[email protected]://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://doncel.org/http://doncel.org/http://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmhttp://www.doncel.org/index_archivos/Page476.htmmailto:[email protected]://www.doncel.org/index_archivos/Page704.htm