madrugada, rey del albor-la Última novela nacional y la primera novela cibernética

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Rey del albor, Madrugada de Julio Escoto: la última novela nacional y la primera novela cibernética Seymour Menton University of California, Irvine ) asi siete décadas despuoe de la publicación deZ« raza cósmica (1925) de José Vasconcelos, Julio Escoto (1944) publicó Rey del albor, Madrugada (1993), la primera novela nacional de Honduras y la más reciente y tal vez la última novela nacional de la América Latina A la vez podría ser la primera novela ciber- nética de toda la América Latina Por muy rezagada que parezca una novela nacional en 1993, Madrugada sobresale como la mejor novela hondurena de todos los tiempos y una de las mejores novelas centroamericanas de las últimas décadas. El hecho de que todavía no se haya aplaudido continentalmente se debe a la poca difusión de libros publicados en Honduras y a su configuración física: consta de 547 p ^ n a s con márgenes mínimos yrenglonesapretados. Aunque labúsquedanovelíisticade la identidad nacional llegó a su apo- geo en los años treinta y cuarenta— Canaima (1935) de Rómulo Gallegos, Cholas (1938) de Jorge Icaza, Bahía de silencio (1940) de Eduardo Mallea, El mundo es anchoyafeno (1941) de Ciro Alegría, El luto humano (1943) de José Revueltas y Enlre la piedra y la cruz (1948) de Mario Monteforte Toledo—, ha seguido cul- tivándose hasta el presente: Z« muer- te deArtemio Cruz (1962) de Carlos Fuentes, De donde son los cantantes , (1967) de Severo Sarduy, Lßs niños se despiden (1968) de Pablo Armando Femández y la trilogía de Lisandn) Ote- ro: La situación (1963), En ciudad semejante (1970) y Árbol de la vida (1990). Además, hay que tener en cuenta las colecciones de viñetas, poe- sías y cuentos: Vista del amanecer en el trópico (1974) de Guillemio Cabre- ra Infante, Las hisioriasprohibidas del Pulgarcito (1974) de Roque Dalton y Las huellas de mis pasos (1993) de Pedro Rivera. Lo que distingue ^Madrugada de sus congéneres es la combinación felizde los tradicionales ingredientes geográficos, históricos y étnicos de la 59

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  • Rey del albor, Madrugada de Julio Escoto:la ltima novela nacional y la primeranovela ciberntica

    Seymour MentonUniversity of California, Irvine

    ) asi siete dcadas despu de la publicacin deZ raza csmica (1925) deJos Vasconcelos, Julio Escoto (1944) public Rey del albor, Madrugada (1993),la primera novela nacional de Honduras y la ms reciente y tal vez la ltimanovela nacional de la Amrica Latina A la vez podra ser la primera novela ciber-ntica de toda la Amrica Latina Por muy rezagada que parezca una novelanacional en 1993, Madrugada sobresale como la mejor novela hondurena detodos los tiempos y una de las mejores novelas centroamericanas de las ltimasdcadas. El hecho de que todava no se haya aplaudido continentalmente se debea la poca difusin de libros publicados en Honduras y a su configuracin fsica:consta de 547 p ^ n a s con mrgenes mnimos y renglones apretados.

    Aunque labsquedanovelisticadela identidad nacional lleg a su apo-geo en los aos treinta y cuarentaCanaima (1935) de Rmulo Gallegos,Cholas (1938) de Jorge Icaza, Bahade silencio (1940) de Eduardo Mallea,El mundo es anchoyafeno (1941)de Ciro Alegra, El luto humano(1943) de Jos Revueltas y Enlre lapiedra y la cruz (1948) de MarioMonteforte Toledo, ha seguido cul-tivndose hasta el presente: Z muer-te deArtemio Cruz (1962) de CarlosFuentes, De donde son los cantantes

    , (1967) de Severo Sarduy, Ls nios sedespiden (1968) de Pablo Armando

    Femndez y la triloga de Lisandn) Ote-ro: La situacin (1963), En ciudadsemejante (1970) y rbol de la vida(1990). Adems, hay que tener encuenta las colecciones de vietas, poe-sas y cuentos: Vista del amanecer enel trpico (1974) de Guillemio Cabre-ra Infante, Las hisioriasprohibidas delPulgarcito (1974) de Roque Dalton yLas huellas de mis pasos (1993) dePedro Rivera.

    Lo que distingue ^ Madrugada desus congneres es la combinacinfelizde los tradicionales ingredientesgeogrficos, histricos y tnicos de la

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  • novela nacional con lo que se podnallamar la novela ciberntica con reso-nancias de las peiculas de James Bondy otras t/mllers posmodemas.

    La computadora desempea unpapel importante en la misin actual[1989] del protagonista, el Dr. QuentinH. Jones, catedrtico de historia lati-noamericana de la Universidad deCornell, invitado a Tegucigalpa por elDepartamento de Estado para escribirun nuevo texto de historia patria eli-minando toda crtica de los EstadosUnidos. El hecho de que sea el presi-dente de Honduras quien le comisionapersonalmente este proyecto indica lacolaboracin dei presidente con losEstados Unidos en su proyecto de con-trolar el destino de Honduras, deCentroamrica y de toda la AmricaLatina. Por ser ciudadano estadouni-dense. Jones desconfa de los revolucio-narios izquierdistas que poco apoco levan revelando los detalles del proyectoimperialista, pero, tal vez por serafroamericano, acaba por convencer-se. De los veintisiete c^tulos de lanovela, dieciocho transcurren en el ao1989. Los otros nueve captulos son engran parte novelas cortas individuales,fechados en orden cronolgico inver-so desde 1974 hasta 1495.

    Proyecto imperialista

    El tema principal de la novela esla denuncia del proyecto imperialistade convertir ideolgicamente a Hon-duras en un siervo capitalista (231)y de convertir a toda Centroamrica enun vasto centro colonial de los Esta-dos Unidos (332). Los comandantesguerrilleros le aseguran al Dr. Jones quele van a entregar la documentacin delproyecto para que l lo pueda divulgaren los medios de comunicacin de losEstados Unidos. Igual que las pelcu-las de James Bond, la novela temiinafelizmente. Despus de una serie deencuentros y escapes fortuitos y a ve-ces espeluznantes. Jones se junta ines-peradamente en el avin con su con-tacto revolucionario, la bella negraSheela, mdica con trencitas a la Ja-maica (187), quien lo va a llevar aKingston, donde hay una caja de se-guridad, la 7876 del Banco de Londresque lo est esperando (507). Ah estla documentacin.

    Los detalles del proyecto se reve-lan a travs de toda la novela. Al co-nocer al Dr. Jones en el tercer c^tulo,el presidente de Honduras le afirma:despu de haber vivido en Hondurastoda mi vida comprendo que el futuroes anglosajn (31). La meta impe-rialista es desespaolizar el pensa-

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  • miento de la raza mestiza centroame-ricana (470). Para realizar la con-quista cultural, no blica, los EstadosUnidos van a hiperbolizar la leyendanegra anti-hispana.. protagonizar elAmerican way of life... desde el gustopor el chicle hasta la imperiosidad deljean, el jet o la computadora (471).El cine, la radio, la televisin, los de-portes y las becas van a contribuir adesespaolizar la cultura. El PadreMiguel (Miqui) de San Miguel en ElSalvador le explica a Jones cmoRonald Reagan y Jeanne Krkpatrickpiensan acabar con la fe catlica einstaurar la religin protestante(112). Hasta el Instituto Lingsticode Verano, que desde 1934 traduce laBiblia a distintos idiomas in'genas,incluso al garfuna, participa en laconspiracin.

    Segn ios guerrilleros, el proyec-to imperialista de la CIA... llamandoa las cosas por su correcto nombre, pro-pone estrangular la economa hondu-rena (335) para que los hondurenospidan la anexin para el ao 2000.Con la anexin, los Estados Unidos po-drian suministrarse de los materialestcticos: molbdeno, cromo, asbfto,petrleo (463) y construir el futurocanal norteamericano-japon en loslagos de Nicaragua (466). Escritoeste m ensayo en el ao 2000 sin que

    se haya realizado la anexin de Hon-duras, el proyecto imperialista puedeparecer muy exagerado. No obstante,esa exageracin podria justificarse sse piensa en los imperios malvolos delas pelculas de James Bond. Tambinbay que tener en cuenta que JulioEscoto escribi la novela desde la pers-pectiva de 1989: los presidentes Reagany Bush lanzaron una guerradespiadada contra el gobiernosandnista de Nicaragua; los EstadosUnidos se sentan amenazadoscomercialmenteporeljapn y los otrospases recin industrializados de Asia;y otra amenaza provena de la extn-cn del petrleo y el progresivoexpansionismo islmico (461). Alavez, desde a perspectiva de Escoto en1989, la sociedad norteamericanaest cansada o ablandada por el con-fort y por la expansin geomtrica deconsumo de algn tipo de droga(460). A la fecha, febrero del 2000, lasituacin econmica de los EstadosUnidos, despus de los dos periodos delpresidente Clinton, parece haber me-jorado mucho y parece haber crecidotambin su hegemona intemacional.Claro, para los honduren y los lati-noamericanos en general, esto no re-duce la amenaza de la conquista cul-tural porque en la novela, Mqui insis-te con Jones en la maldad congnitade todos los imperios (304) y la se-

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  • gunda generacin de conquistadoresespaoles afirman en 1542 que hay

    . algo en los grandes imperios que losconmina a destruirse a ellos mismos...que el imperio no puede existir sinnuevas conquistas (436).

    La primera novela ciberntica y laspelculas de James Bond

    Aunque sea imposible prever elfuturo, el proyecto imperialista no estotalmente estrafalario. Adems, sirvepara crear en los captulos ubicados en1989 una buena novela de aventuras,una novela de espionaje, una pelculade Jamf Bond moderada, en la cualla computadora desempea un papelprimordial. La nueva historia patriaque est escribiendo el Dr. Jones se re-dacta en su computadora con un do-cumento titulado Madrugada, nom-bre del ltimo rey de la ciudad Maya[con mayscula] de Copan, quien fa-lleci hacia el ao 992 (32). Aunqueel presidente de la repblica es quiennombra el documento Madrugada,llega a simbolizar ms adelante elmovimiento revolucionario. Por ca-sualidad, tecleando en la computado-ra, Jones da con material clasificadodentro del documento Madrugada.Se trata de las frecuencias radiales deNASA y de las bases de la Fuerza Area.No tarda en aparecer en el departamen-

    to de Jones un yanqui llamado FrankHollander, y apodado Spider, quienhace derrumbar todo el disco duro dela memoria metiendo un disquete enla ranura, disquete con un virus nue-vo. Sin embargo, el tcnico de la Em-bajada llega con una variedad de c a -ratos (medidores, oscilgrafos, esca-ngrafos, voltmetros, sensores, paro econtar [103-104]) y logra restituir losprogramas originales del documentoMadrugada.

    En el captulo veinticuatro. Jonesy Miqui descubren en la computado-ra, tambin por casualidad, un docu-mento confidencial de la CIA que in-terpreta en acpites sangrados la his-toria de Centroamrica entre 1940 y1988 y la recomendacin de anexarlafrente a la amenaza de la hegemonacomercial del Japn. Al final del do-cumento, Mqui lee con terror que laCIA ha logrado plantar un agente enlas clulas de subversin (474). Enese momento comienza la carrera paraprevenir al jefe de seguridad de los gue-nilleros y se intensifica la presenciabondiana. Irnicamente, hacia elprincipio de la novela, Jones recuerdaque su esposa Jennifer le haba critica-do su falta de espontaneidad y su ex-cesiva fe en el pensamiento y la razn:'T no. Jones, t nunca haras unbuen Jamf Bond; en cambio al cono-

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  • rte se haran pis de envidia juntosFranklin, Webster y Einstein' (56).

    Aunque Jones dista mucho de serun buen James Bond, se encuentrainvolucrado en varias situacionesbondianas. Recibe llamadas telefni-cas misteriosas, tanto de los guerrille-ros ofrecindole la posibilidad (te ad-quirir unos documentos eixdusivos so-bre la historia del pas (53,87) comodel comandante Franklin de la Contraamenazndolo de muerte con la fraseen clave dar caf, que haban usadolos franquistas durante la Guerra CivilEspaola para asesinar a Garca Lorca(240). El pnxsso de reunirse con loscomandantes guerrilleros se inicia concitas misteriosas en el aeropuerto, endos restaurantes de Tegucigalpa, enuna entrevista con el licenciado JosAntonio Casco, ex-Ministro de Trabajoen el gobiemo del presidente refonnis-ta Ramn Villeda Morales (1957-1963)y en un simulacro de amores con lanegra Sheela, bella y casada. Vigiladopor un automvil de la Embajada,Jones se rene varias veces con Sheelaen su nido de amoi; un apartamentodel edificio La Alhambra. Ah Miquilevanta la tina del bao para abrir laentrada al tnel tortuoso, un viejo Urode mina, por el cual guiar a Jones ensu descenso al infierno arquetpicopara conocer la verdad (307). Des-

    pus de muchas vueltas en lasemioscuridad, desembocan en unasala donde todos los comandantes re-ciben a Jones con entusiasmo. El ca-ptulo termina con la broma pesada deuno de los comandantes: 'Ca-marrradaJones!' salud con un terri-blemente grueso acento moscovita'Bienvenido, tovarichprrrofesor, Bien-venido!' (310).

    La aventura bondiana culminan-te comienza con la emboscada reali-zada por la Contra fuera de los aparta-mentos La Alhambra. El fuelle ul-trasnico del balazo (478) acaba conel comandante Gato y poco de^u&muere Miqui en medio de una rfa-ga de ametralladora (478). Un gue-rrillero desconocido

  • atracos y violaciones en el roCholuteca antes de conseguir trabajode lavandera en la casa del matrimo-nio Goldstein. Los Goldstein protegana Erika y la animaban a que se dedi-cara a los estudios. Despus la man-dan a la Universidad de laFloriday ellase convierte al judaismo. Mientras tra-baja con JonK, entrega una copia deldocumento Madrugada a su rabino,quien seguramente se lo entrega alMossad, agencia secreta de Israel.

    Teniendo en cuenta la complici-dad de los grup protestantes evang-licos en el proyecto imperialista y te-niendo en cuenta la actitud anti-con-fab (y por lo tanto pro-sandinista) queluce la novela, sorprende la imagenpositiva de los judos y de Israel en unanovela que pregona una nueva pocarevolucionaria para la nueva raza cs-mica '

    Aunque el Dr. Jones no es tanmujeriego como James Bond ni mu-cho menos, acaba por dejarse seducirpor Erika cuando ella le da un masajepara que se reponga de una pesadillaangustiosa El masaje conduce a lacopulacin que el autor describe conla misma maestra increble (490)que atribuye Erika a Jones. El la pene-tra como se desplazara arm-nicamente una nave espacial (490).

    El mural nacional

    Aunque aparecen los ingredientesgeogrficos, histricos y tnicos deHonduras (y de Centroamrica) en elpresente novelstico de 1989, se com-plementan con una gran variedad derecursos artsticos en los captulos-his-tricos, sin que se note la presencia deelementos bondianos. Antes de comen-tar los ingredientes especfficos de lanovela nacional, hay que teorizar/es-pecular sobre su aparicin tarda enHonduras. Aunque la bsqueda de laidentidad nacional comenz a mani-festarse en la dcada de los veinte, so-bre todo en el Mxico posrevo-lucionario (La raza csmica y losmuralistas), lleg a su auge en las d-cadas de los treinta y los cuarenta Sinembargo, en ciertos pases como Cuba,El Salvador, Panam y Honduras, lapreocupacin por la identidad nacio-nal no se expres de un modomuralstico hasta que un gran sucesohistrico lleg a despertar el patrio-tismo del pueblo: la Revolucin cuba-na de 1959; la guerra civil en Ei Salva-dor, la invasin de Panam en 19^por los Estados Unidos; y la entrega delCanal a fines de 1999; la instalacinde los Contras en Honduras en el oto-o de 1981 junto n 1260 soldadosyanquis en la base de Palmerola (223).Antes, Honduras se consideraba la

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  • ideal repblica bananera (84), elllamado pas ms atrasado deCentroamrica (83). El mismo licen-ciado Casco, partidario de 1(B guerri-lleros que denuncia la intervencin delos Estadas Unidos, reconoce la evolu-cin ms lenta de Honduras respecto alos otros pases latinoamericanos:avanzamos en una evolucin ms omenos lenta que la de otros puebl(Kpero caminamos... cuando se suponeque vamos paso apaso formando nues-tra nacionalidad, nuestra identidadmo(tema como nacin, intervienen ynos la trastocan, nos la reorientan, nosla modifican (99)- Casco reconocelo que parece ser nuestra pasividad(101). Hasta Erika, cuyos apellidos,Chac Alvarado, simbolizan el mestiza-je, encuentra a los hondure(B conmuy limitados deseos de trabajar (47)al regresar a Honduras deques de cin-co aos en la Florida. Para promoverla conciencia nadonal de los hondure-nos, Julio Escoto no slo proyecta enMadrugada la totalidad geogrfica,tnica e histrica de la nacin, con suslazos centroamericanos, sino que tam-bin la proyecta (te modo muy positivo.

    A pesar de que la unidad nacio-nal de Honduras tiene que superar elobstculo de la rivalidad geogrficaentre Tegucigalpa, centro poKtico, ySan Pedro Sula, centro comercial, en

    la novela se da la importancia primor-dial a Tegucigalpa. Todos los captu-los de 1989, protagonizados por Jones,transcurren en Tegucigalpa y abundanlas descripcin^, sobre todo matutinaspero tambin vespertinas, de las vistasde las colinas, las cuestas empinadas ylos cerros. La larga caminata con elmisquito revolucionario Sambul lomismo que el viaje en taxi al aeropuer-to le proporcionan a Jones la ocasinde conocer distintas partes de la ciu-dad. Sambul le dice (jue hasta haceveinte aos [1969]-- Tegucigalpa eraconsiderada una de las ciudades msbellas del continente (136). Jonesq u ^ tan impresionado con el paisa-je al amanecer que concara a Tegud-galpa con Ro de Janeiro y con variascapitales europeas: el e^jlendor de lanaturaleza, la vigorosidad y la lumi-nosidad de este dlo brillante y azulslo lo tenan en Tegudgalpa y en Rode Janeiro... (23). Despus de repa-sar sus propias impresiones de los cie-los de Florencia, Colonia, Londres, Pa-rs y Bonn, los llama simples bocetosde ota obra magistral. Aqu Dios es-trenaba paisaje cada da, paletazos decolores cada da, remenzaba alegreel gozo de la creacin cada da (23).En cambio, no trata de ocultar lasfavelas de cartn, de adobe y de la-drillo... techos oxidadcs de lmina sos-tenida con piedras (500) encontraste

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  • con las extraordinarias mansionesque se afincaban al Picacho, al Hati-llo... omamentadas con los ms capri-chosos gustos de la arquitectura(500). Tepcigalpa tambin se desta-ca en ciertos captulos histricos: elgolpe militar de I963 contra el presi-dente Ramn Villeda Morales, el sitiode Tegucigalpa durante la revolucinde 1924 y el trabajo de los esclavos ne-

    . gr en las minas de Tegucigalpa en1621.

    ;, Aunque la costa norte no figuratanto en el presente de la novela, s secomentan las fincas bananeras, y alfinal cuando Jon aterriza en San Pe-dro Sula, la llama la urbe que ms sedesarroaba entre Mxico y Bogot(505). En cuanto a los captuloshistricos, la costa norte predominasobre Tegucigalpa por la llegada de losespaoles en 1495 y su lucha contralos indios dirigidos por Lemquiaco; lallegada de los esclavos africanos en1621, el desembarco de l corsariosingles en 1633, y el secuestro de lacriolla Aurena por los misquitos en1785-1786 y su traslado de Granagua[Granada, Nicaragua] a Gracias aDiosen la frontera actual con NicaraguaLa visin geogrfica de Honduras seensancha en el Diario de la guerrade 1924en que se pelea por todo elpas:San Marcos de Coln cerca de la fron-

    tera sur con Nicaragua; Comayagua enel centro; San Pedro Sula, Puerto Cor-ts y La Ceiba en el norfe; Juticalpa,Olancho hacia el noreste; Choluteca yAmapala en el extremo sur. Las fuer-zas antagnicas llegan por fin a unacuerdo en Amapala gracias a la in-tervencin de Estados Unidos en la per-sona de Sumner Welles. Copan, en eloccidente cerca de la frontera con Gua-temala, tiene una gran importanciacomo centro religioso donde reinabanMadrugada y los dioses mayas, consul-tados durante la lucha contra los pri-meros invasores espaoles. Por el ladooriental del pafe se destaca el departa-mento de Olancho donde en el primercaptulo histrico el padre McKenzie esasesinado en la catedral de Juticalpapor orden del viejo hacendado porquehaba organizado sindicatos y coope-rativas agrcolas.

    En el ciclo novelstico de RmuloGallegos yen ciertas novelas naciona-les como Cholos de Jorge Icaza, \fi'/mundo es ancho y ajeno d Oro Ale-gra y Entre la piedra y la cruz deMonteforte Toledo, la meta de c^tarla totalidad tnica de la nacin constadel enfoque en los distintos ^ p o s ra-ciales. ^VLC2ssb\o,&\ Madrugada,igual que en La raza csmica deVasconcelos, se hace ms hincapi enel mestizaje y en su superioridad sobre

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  • el angl^on. Tanto la negra Sheelaen 1989 como el misquito DavidRobinson en 1785-1786 afirman quela razn no basta. En un lenguaje muypotico, Sheela le ejlica aJones lo quellaman: el camaleonismo del mesti-zo... la nuestra es una personalidad enrotacin pennanente como un espiralde fuego que se va agotando y se vaconsumiendo pero que a la vez alum-bra y se transforma... El problema conlos sajones es que lo intelectualizantodo, lo racionalizan todo... ladiferen-cia entre gozar el universo y analizar-lo (228-229). En el captulo histri-co, Don Robitison sostiene un debateparalelo con Aurelna, la joven criollasecuestrada. Catlicotodalavidahasta1782, los ingleses lo convencieron deque se bautizara como cristianomoravo. Para desprestigiar la razn,le explica a Aurelina que el padreLutero afirma que la razn es como unborracho montado a caballo... quecuando se le recompone por un ladose derrumba por el otro (289). Esmucho ms importante sentir la ener-ga del universo (291). Descendien-te del mestizaje de indios y negros, DonRobinson afirma: somos el fruto dela tierra, los hijos de la tierra america-na (287). Para resolver las diferen-cias entre los espaoles y los misquitos,Robinson prqwne que Aurelina se casecon l: Sen'an los esponsales de dos

    grandes mundos... Seamos los pro-genitores de la moderna estirpe ame-ricana (294). Robinson hasta esta-ra dispuesto a volver a la fe catlica.En los ltimos renglones del a^)tulo,Aurelina parece inclinada a aceptar lapropuesta: Don Robinson... tomdespaciosa, delicadamente, la manosin resistenciade ella por primera vez(296).

    La misma creacin de la razamestiza se discute en un palenque denegros e indios cimarrones en el cap-tulo histrico de 1621. El viejo sabioJuan Decidor le dice al protagonistanegro Mateu Casanga: Ya no somoslo que fuimos. Casanga, y an no so-mos lo que seremos... vamos a pariruna nueva raza... Tenemos que espe-rar que los que hoy nos dominan mez-clen su sangre con la nuestra, hacin-donos ms fuertes (390). Por su esp-ritu rebelde en el Real de Minas de Te-gucigalpa, a Mateu Casanga le sacanel ojo izquierdo con una daga ardida(364) y despu le cortan una mano yun pie (365), lo que no impide que seescape para llegar hasta el palenque.Aunque los espaoles acaban con elpalenque yjuan Decidores matado porun guardia pardo... y un piquerosambo (394), sobrevive Mateu con-vencido ms que nunca que el hom-bre se define p r la lucha sin fin: ech

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  • otra vez a rodar los caminos de la es-peranza y la fe, que son los nicos quehace el hombre y no se borran (395),ltimas palabras del captulo.

    La lucba sin fin se funde con elconcepto del mestizaje en la mezcolan-za de nombres y apellidos de lderesrevolucionarios y personajes del cap-tulo: O nos tocaba quedar entre losmuertos todava calientes de AgustnSandinos, Pedro Chajal, Ernesto Gue-vara, Necum Necum Tecalan, LevCienfuegos, Abula Mart, Juana India,Espsito Lviana y Farabundo Lima(395). Al final de la trayectoria nove-lesca del Dr. Jones en el vuelo bcia SanPedro Sla, l se imagina copulandocon la azafata blanca para contribuiral mestizaje universal: Amrica era elcrisol de ias generaciones, la fraguauniversal de la mezcla de los elemen-tos ms dismiles de ahuniiiidad, elhervidero del tiempo, la confluenciageomtrica de todos los espacios y lasideas y los sentimientos, el magma, lasima, el cono del volcn (5O6). An-tes, con la revelacin en la computa-dora de que Estados Unidos est sien-do inevitablemente rebasado por elpoderio asitico y a ms tardar en 2016ser el mayor deudor del finan-ciamiento nipn (46o), Jones pronos-tica el futuro racial de los Estados Un-dos: Ya no seremos latinos, nos vol-

    veremos americanos negriblancosamarillos (46O).

    En cuanto al panorama histri-co. Madrugada da ms importanciaa los lemas del mestizaje y de la luchapor la libertad que al panten de loshroes nacionales. Los nueve captu-los histricos, todos fechados, ofrecenuna variedad fascinante de extensin,de temas y de tcnicas. Los cuatro ca-ptulos ms largos (entre 39 y 51 pgi-nas cada uno) son en realidad novelascortas individuales que versan sobredistintos episodios de la conquista y lacolonizacin de Honduras.

    El ttulo del ltimo captulo de lanovela, La memoria de nosotros(1495) y su primera oracin, queanuncia la narracin en primera per-sonaplural, subrayan la solidaridad delos indgenas en su lucha contra losinvasores espaoles. Adems, el usoinicial de la palabra hoy elimina ladistancia cronolgica entre el lectoractual y los sucesos histricos: Hoynos ba invadido la ferocidad de loshombres de fuego que vinieron del maren sus casas flotantes de plata y de al-godn hinchadas por un viento que lasempujaba haca las arenas y a las ori-llas de los templos, en donde nosotrosya habamos descubierto el humo nue-vo que los anunciaba (508). Esta

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  • descripcin, que contiene, ciertos ele-mentos ms especficos asodad( nor-malmente con la conquista de Mxi-co, dan a este captulo una trascenden-cia ms all de las ftonteras de Hon-duras.

    Despu de rqwnerse del asombroante las carabelas y los caballos, \Kigenas pierden unas batallas porquelas flechas no pueden competir con lasbalas. Lemquiaco, hijo del cadque,cuyo nombre se parece al del cadquehondureno Lempira., igual queMoctezuma, da la bienvenida a los es-paoles que cuentan con la ayuda deun intrprete tlaxcalteca. Otro factormexicano que contribuye a la (te-rrota de los indios son las profedaspesimistas desde Q^n. Al no poderresistir la fuerza de los espaola, 1^indios creen que sus dioses los hanabandonado.

    Los dos espaoles que mandanson Fuentes el viejo y Fuentes el jovencuyos familiares ya se dieron a cono-cer en el captulo veintitrs, ubicado enel ao 1542. Tanto Lemquiaco comoFuentes el joven se identifican con ep-tetos picos: Lemquiaco que era jo-ven, Lemquiaco que era sabio (519,524,527,534,53; Fuentes el joven,que era encelado y marrullero (522,538)^lo que evoca las epopeyas m&-

    dievales. En una alusin an ms es-pecfica al Poema de Mo Cid, apareceotro jefe indio Tecum Nicacatl de lossus ojos llorando (533) por la derro-ta de 1(K indios. Con su nombre, querecuerda tanto a Tecn Umn de Gua-temala como a Nicarao de Nicaragua,Tfecum Nicacatl ensea a los indios apelear con tctica guerrillera. Sinembargo, gracias a los mastines fero-ces, triunfan los espaolo. Recono-ciendo la sed de oro que obsesiona alos espaoles, Lemquiaco les muestrael camino a Taguzgalpa donde encon-trarn el oro. No obstante, con remi-niscendas de Cuauhtemoc lo niismoque de Ibpac Amaru en el siglo diecio-cho, Lemquiaco es cruelmente tortu-rado antes de ser descuartizado, y lospedazos (te su cadver son qiiemadosen una olla Los lpanoles puedenhaber triunfado pero en la ltima p-gina de la novela, el narrador(nqsotrps)del captulo est segurode que las cenizas de Lemquiaco mo-ran con los dioses que algn da vol-vern (545), rematando el esprituoptimista, revolucionario de toda lanovela.

    Avanzando cronolgicamente a lavez que retrocediendo en la novela, elttulo del captulo veintitrs, Como enlos tiempos de guerra (1542), rrflejala violencia de la )oca. Narrado en

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  • tercera persona omnisciente, el cap-tulo presenta en forma dramtica noslo el conflicto entre el hacendado, lafigura ciclpea de [Antonio] Guzman(428), y sus peones indgenas sino.,tambin sus conflictos con los otros doshacendados en la zona importante deSan Jorge de plancho y los conflictosde los tres con el rey Carlos Quinto porla promulgacin de la nueva CdulaReal.

    Igual que tantos otros captulos ypasajes importantes, el amanecer seidentifica con la revolucin: Ese daamaneci un sol de domingo (408) ylos indios de Guzman estaban revuel-tos (408) porque rio queran seguirtrabajando los domingos y no estabanconfonnes con las leyes que les pro-vea su Majtad (408). Todo el ca-ptulo est lleno de suspenso por losprentimientos de los mismos amos.Dice el Juez.Repartidor: 'Los siervosestn inquietos y huraos, algo, inmi-nente que slo eUos saben va a ocu-rrir' (426). Dominados y maltrata-dos por el mayordomo Femando, losindios tambin anuncian el adveni-miento de una pronta liberacin

    (426) que tiene que ver con su calenda-rio: el 12 Ahau 18 Zip estaba apunto,de concluir y que habran de suceder

    . cosas maravillosas, segn lo anuncia-ban sus propias y ocultas escrituras

    (426). El indio Rodrigo Sochit mataal mayordomo Femando de una pe-drada y logra escaparse a caballo. Pormucho que lo persiga el ciclpeo

    . Guzman, no lo encuentra y se insinaque puede haberse transformado enlechuza, su nhuatl. A lavez, cuandoel otro mayordomo dispara a un ja-guar, resulta niuerto el cacique no-ble Olaita, el alcalde indio (453)

    Guzman se haba preguntado an-tes: por qu en esta tierra se habasembrado tan frtil la semilla de la vio-lencia (449). En una ampliacingeogrfica, evoca la muerte violenta de

    . Pedro de Alvarado en Mxico, de VascoNez de.Balboa en. Panam, deFemndez de Crdoba en Nicaragua yotras ms. Guzman tambin recono-ce.que est viviendo en una tierra depresagios y vaticinios, poblacin deadivinos magos y brujeras de indios(451). Adems del conflicto entreGuzman y sus peones indgenas, otrocoriflicto. igualmente importante seentabla entre Guzman, el hacendadoadvenedizo adinerado, y el viejo Fuen-tes de rancio abolengo (432). Ha-cia el principio del captulo llega hu-yendo desperadamente l hijo mayorde Guzman perseguido por los Fuen-tes y los Alguaciles quien lo han heri-do. stos lo acusan de asalto y seduc-cin de a hija menor de Fuentes, la

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  • fogosita (433) En su deseo de blan-quear la leyenda negra, el autor per-mite que los dos hacendados resuelvanel problema con el matrimonio de losdos jvenes. Como dice el viejo Fuen-tes, 'Hay dos clases de gente en estepas... los que arreglarijus problemasen el monte y los que los resolvemoscivilizadamente como a hidalgos noscorresponde' (432). En un acto algoparalelo, el hacendado Guzman violaa la joven sirvienta indgena pero ellano parece sufnr tanto de la prdida dela virginidad; ms bien es el da mstemido y ms deseado (424). Hastaparece gozar y est dispuesta a entre-garse voluntariamente: Pero cuandoquiso continuar los juegos, decidida aprodigar voluntariamente lo que afuerza se le haba quitado, Guzman laapart con un brusco movimiento(424). Guzman condena su propiaconducta animalstica, e implcita-mente la de su hijo: 'Maldicin!',maldijo 'tenemos el cerebro puesto enla punta de la verga los amos' (424).Al final del captulo, tanto la fogosahija menor de Fuentes como la mozaindia ya llevaban prendido el gernKnde otra existencia (453) sin darsecuenta. El episodio del hijo herido seenriquece con la descripcin detalla-da (te cmo el drujano tartamudo lesaca los perdigones de la pierna. Eltercer conflicto (kl captulo tiene que

    ver con la fecha del ttulo: 1542, fechade la aprobadn de las Leyes Nuevasque reconocen la legalidad de las tie-rras comunales de los indgenas pro-hibiendo que los hacendados se lasquiten y que definen los trminos delos repartimientos y la evangelizacinde los indgenas. El viejo Fuentes la-menta las nuevas leyes y denuncia alFraile Bartolom de las Casas: 'Hemosllegado tarde... Hace medio siglo po-damos tomar lo que deseramos y re-ducir a vasallaje total a los naturalesque quisiramos, pero ya todo ha cam-biado, todo vari... en gran parte porla imaginacin desbocada de ese frayleno letrado, no santo, envidioso,vanglorioso y apasionado, inquieto yno falto de codicia que nos comba-te...' (436). Sin embargo. Fuentes nose atreve a proponerle a Guzman unacto de rebelda: guard un largo si-lencio seguro de haberse detenido enel instante exacto para conocer la fi-delidad de Guzman al rey y no poneren duda la suya (437).

    En cambio, en el cctulo clave (elveinte) del encuentro secreto de Jonescon los comandantes, el Dr. NezPerdomo, Secretario del Comit por laPaz, da una interpretacin muy posi-tiva de las Leyes Nuevas de 1542, deacuerdo con uno de los propsitos dela novela, el de combatir la Leyenda

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  • Negra: 'Espaa... promulg en 1542un nuevo estatuto, que liberaba al in-dio de la e}q)lotacin inhumana y leregulaba, todava insuficientemente,sus derechos... Y esas Leyes Nuevas,an con su imperfeccin... significa-ron el primer brote realmente huma-nista en la historia de Amrica.. Aca-b la guerra y se trabaj en codificar ysistematizar la paz (341).

    Volviendo al ao ei) que se pro-mulgaron las Leyes Nueyas, fuentes lomismp que Guzman prefieren no se-guir coiientdolas. La llamada co-dicia,de :Fray Bartoloni de las Casasles sirve de transicin a ja .historia deFray Blas del; Cantillo con quien Fuen-tes hab;a. tratado a hacer, un nego-cio de minerales en el volcn deMasaya (4.38). Fuentes lee en voz altapara Guzman un fajo de papeles...folios de papel cido y rectangular(438) que riaxran la historia increblede cmo Fray Blas baj al volcn enbusca del oro, sin encontrarlo. Estahistoria intercalada (438-455) contri-buye al suspenso y a la fascinacin detodo el captulo sin distraer la atencindel lector de la situacin en la hacien-da El relato se intenumpe por la acu-sacin de Guzman asu mensajerojosMestizo de haber embrujado a su hijomenor. Guzman lo golpea y le mandacastigar con veinte azotes secos

    (442) pe a las leyes reales que pro-hiban hacerlo (442), reclamo hechopor la mujer de Guzman. Tal vez laprueba ms contundente de que lostiempos estaban cambiando fue lapromulgacin de una Cdula Real quepermitira llevar africanos a la Amri-ca para el trabajo de las posesiones(443) sin ninguna obligacin de partede los dueos de las haciendas y de lasminas. Ochenta aos despu, la pre-sencia de los esclavos negros es tanfuerte que el captulo veintiuno, titu-lado Mateu Casanga (1621), es elms largo (51 pginas) de toda la no-vela Mientras los captulos histricos;que lo siguen en la novela se narranrespectivamente en tercera personaomnisciente y en primera persona plu-ral, Mateu Casanga proyecta unavisin de Honduras desde la perspecti-va del protagonista negro con la parti-cularidad de un mestizaje lingsticoe^)aol-portuguo. En realidad, el len-guaje de Mateu es espaol salpicadode ciertos vocablos en portugus: bai-lan alborotados los mulatos y los in-dianos de servido... soliviantados enuna fiesta en que todo mundo bebeu,todo mundo comeu, slo yo fiquei semnada (345). .

    Adems de lo que ya se ha comen-tado sobre la importancia de este cap-tulo para el mdzaje hondureno y la-

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  • tinoamericano, es verdaderamenteimpresionante la manera dramticaen que se capta la totalidad de la ecpe-riencia negra. En pocos renglonesinolvidables Mateu dcribe las fac-toras africanas de los portugiros(349). De^usjuanl^doi ; el viejoy ciego sabio arquetpjco cuenta suspropias experiencias 'en frica se-alando las peleas entre las distintastribus y hasta entre dos sociedadessecretas para alcanzar la libertad y fun-dar palenques (te libertos en la sie-rra (388). Sus diferencias parecenaludir a las diferencias internas entrelos distintos grupos de Sandinistas y deguenilleros guatemaltecos y salvado-reos en la segunda mitad del sigloveinte: Pero unos (jueran de momen-to la rebelin y otros pedamos mstiempo, ms gobiemo de las gent,ms unin entre las naciones antes deempezar a degollar castellanos, porqueno hay libertad sin organizacin.Casanga (388).

    Dpus de la presentadn de laexperienda africana, se dedican msde dos p ^ n a s al viaje con todos sushorrores en los barcos negreros, viajedividido cronolgicamente: (te da enda (350) y de diez noches en dieznoches (351). Una vez en Honduras,los escravos, sean de pud)los mon-dongos o jolofos o mandingas (347),

    sufren el trabajo agotador acompaa-do de los latigazos, pero tratan de man-tener su cultura, sobre todo su religiny su msica. Juan Decidor le explica aCasanga (jue la esclavitud no es slodel cuerpo y la materia. Nos amansanprimero quitndon(B la lengua africa-na, de^uf nos borran los dioses y noslavan la memoria de nuestras histo-rias y costumbres para que tomemoslas suyas como buenas (389)- En elcontexto (te toda la novela, esta ma-nera (te proceder del imperio espaolanticipa el proyecto imperialista actualde los Estados Unidos. No obstante,nada puede ap^ar los deseos tanto delos negros como d los indios (te vivirlibres. Hierto, manco y cojo, MateuCasanga no abandona su afn de fuga:Y aunque era otra la coloi; y suspir-bamos por dioses distintos, indios yescravos tenamos mucho en comn...Y por confi(tendas y secreteos nacidosen l trato comn... viose 1 los india-nos tan grande afn de fugay deseosde ser libertas que andbase corriendola contrasea de cimarroneria (366).Esta historia de Mateu Casanga parecehaberse transmitido de generacin engeneracin porque en 1989, Sheela sela cuenta al Dr. Jones:

    mis antepasados esclavosaoraban la libertad y segn lascrnicas coloniales uno de ellos

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  • escap trece veces, trece veces,Quentin!, de la sujecin espao-la... Cada vez le cortaban algopara imposibilitarle huir: los ojos,los brazos, los pi, lo amarrabanal cepo y l slo esperaba, aguar-daba pacientemente a que lo sol-taran, se arrastraba con losmuones basta las afueras de laciudad. Tegucigalpa era entoncesslo un real de minas, y lo volvaa intentar (227). - -

    Al acercarse al palenque,-MateuCasanga, ayudado por su amante Jua-na de Angola y acompaado de JuanaIndia y otros prfugos, oyen el saludode Salam! que se convierte en unaespede de coro acompaado a untponaztle indio de cuero de: venadopuesto sobre un tronco de bambuco(375). El jSalam!antcpa elShalomdel captulo veinticuatrocon los dos agentes sfaeles y los dossaludos pacfflcos recalcan el mensajede pa2 lanzado en el primer captulopor el Dr. Rodolfo Nez Perdonio.

    La convivencia de negros e indiosen el palenque contribuye a la forma-cin de La Mosquita, tierra de losmisquitos que se extenda desde Belicebasta Panam, tema del cuarto de loscaptulos histricos ms extensos, elcq)tulo diecisiete, titulado Aurelna

    (1785-1786). Tanto como el captu-lo Mateu Casanga (1621) presentael origen del mestizaje entre negros eindios, Aurelna (1785-1786) leagrega la fusin de ngtees y pano-les representada por Don Robinson,bilinge y bicultural. Nacido y criadocatlico con el nombrie de CarlosYarrincbe Tercero, los ingleses le cam-biaron el nombre. Sin embargo, DonRobinson le explica a Aurelna que losingleses trataron mucho mejor a losmisquitos que los conquistadores espz-oles con sus misioneros: Vindonostal cmo ramos [los ingleses] no pro-pusieron negocio y amistad, comercioy armas conque nos defender y salvarde los otros blancos que nos amarra-ban y llevaban y vendan como cosasen sus plazas y mercados (267). Lafuerza de los misquitos se demuestraen la toma de Granagua con el saqueode la catedral y el sitio de Managua yLen con la ayuda de los ingleses: na-ves inglesas, urcas inglesas, tropas in-glesas, bucaneros ingleses, un Go-bemador ingls! (257). La fuerza delos misquitos tambin se deriva de suidentificacin con sus antepasados lomismo que con la tierra: 'No somosespaoles ni somo& ingleses.... somos... los pueblos originales, la sangre quefecund este continenteylopobldurantemilenios, la savia de esta enon natu-raleza Slo somos el fruto de la tierra.

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  • loshijosdelatiena americana' (287).El tema del mestizaje tambii se

    refuerza por la insinuacin del mesti-zaje entre cristianos y moros, o sea quela cada de Granagua a los misquitosruenla la de Granada a los espao-les en 1492:

    Arriba de Granagua sobrevolabaun sordo y quebrantado mmor degritos de batalla, relinchos, ron-quidos y rdenes de mando enextraas lenguas cortas que seencajonaban en los callejones yrebotaban encima de los patios, enlas alcobas, las palmeras y losblancos arcos del cementerio...'Granagua estaba vencida!'...'Granagua se haba perdido'(255).

    El acercamiento entre DonRobinson y Aurelna y su futuro ma-trimonio se capta estructuralmente porla narracin en tercera persona om-nisciente que primero se focaliza porAurelna (Cuando Aurena abri losojos... [252]) y luego por DonRobinson (Don Robinson estaba ins-talado en el portal de una cabana demadera [274]), quien termina porimponerse.

    Para 1785-1786 los misquitos yahan incorporado algo de la cultura

    inglesa en su mestizaje indio-negro-espaol. En el prximo captulo hist-rico, el diecinueve, titulado Reuninen Omoa (1633), se dan los antece-dentes de la presencia inglesa en lacosta norte de Honduras. Por no que-rer tolerar el monopolio comercial deEspaa en Amrica, los inglesa encar-gan a los corsarios penetrar en las co-lonias como puedan. Igual que losotros captulos, el diecinueve, pese a surelativa brevedad de diecisiete pginas,est lleno de suspenso con varios re-fuerzos estructurales. Para subvertir laimagen positiva de los anglosajonespregonada por algunos hondurenos de1989, el coprot^onstade este cq)tuloes Eugene, viejo ingls, contrabandis-ta, homosexual y borracho. Resultadegollado al final del captulo por elotro coprotagonista, el Capitn corsa-rio holanda Blauvelt porque sospechaque Eugene vaya a delatarlo a los es-paoles. Blauvelt desembarca acom-paado de un muchacho llamadoMorgan, cuyo apellido es el mismo delfamoso pirata ingls aunque la posi-ble identificacin del muchacho conel pirata queda desmentida por la fe-cha de nacimiento de ste: l635. Elmuchacho Morgan salpica su habla derefranes que llegan a molestar aBlauvelt, evocando la reaccin de donQuijote a los refranes de Sancho Pan-za. Tambin evocan los refranes de

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  • otro personaje de Madrugada, lamam de Erika. Pese a las sospechasde Blauvelt, antes de morir Eugene leda buenos consejos para los ingleses:1. Que no debenan tratar de con-

    quistar a Honduras y aCentroamrica, a causa dla ftier-za no slo de los espaoles sinotambin de los guerreros in'ge-nas: los Xicaques y los Lencas deHonduras y los Quiche de Guate-mala.

    2. Quedeberantratarmejoralosin-dgenas aprovechndose del odioque stos sienten por los espao-les: 'Recojan todo el odio que hayaqu... amsenlo, santifquenl,noldenlo,panlfi'quenlo' (322).

    3. Que debenan concentrarse en lacosta del Caribe: 'Los dados nohay que tirarlos en el interior sinoen la costa, de aqu para abajohasta Portobello, que es donde haymenos riesgo. Quien conquistala costa Caribe ser el dueo delmundo' (319).

    4. Que debenan fijarse en los gran-des lagos de Nicaragua que sern'el puente de aguas, la unin delos dos mares... la fuente del co-mercio mundial' (322).

    Aunque Blauvdt degella al viejoEugene, el hecho de que el captulotermine con el amanecerAfuera

    los primeros tintes rosados empezabana triturar sobre el ocano las sombrasfinales del amanecer (327)indicaque los ingleses seguirn esos consejosgarantizando su hegemona en el Ca-ribe... hastapor lo menos mediados delsiglo diecinueve. Ya formado el mesti-zaje hondureno y centroamericano enla poca colonial, los otros cuatro ca-ptulos histricos tienen otra orienta-cin. Tres de ellos estn dedicados aacontecimientos importantes del sigloveinte y slo uno, el ms breve de to-dostres pginas!ocurre en el si-glo diecinueve, la declaracin de in-dq)endencia. Aunque ese captulo apa-reata ser dialgico, el ttulo Los mis-mos (Septiembre 21,1821) refuerzala visin negativa de la independen-cia. Por el lado positivo, el narradorexalta el nacimiento de la nueva na-cin centroamericana: La Amricaestaba comenzando afransformarse enel continente de la justicia, los alboresmaravillosos de una nueva nacin li-bre y ordenada se encendan sobre elnuevo 'a de la libertad (235). Sinembargo, fta gloriosa oracin se vuel-ve irnica si se tienen en cuenta lasoraciones anteriores y posteriores. Elcaptuloest enfocado pordon Manuelde Casconia, rico propietario y su es-pora doa Rosa: Don Manuel se le-clin al pie del doble lecho de Imo re-lleno con crines de caballo y dispuesto

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  • con almohadones de pluma de galli-na.. (235). El ttulo del captulo seexplica en las dos oraciones posterio-res: Todo haba cambiado y por elprodigio de la bienaventuranza tam-bin todo permaneca igual. Gobema-ban los mism, sus mismos (235).O sea que la independencia fue decla-rada en Guatemala por criollos y pe-ninsulares pa prevenir las consecuen-cias q. seran terrbles en el caso de q.la proclamase de hecho el mismo pue-blo (234). Casi exactamente las mis-mas palabras aparecen en Historiasprohibidas del Pulgarcito (1974) delpoeta guerrillero salvadoreo RoqueDalton. Aunque se mencionan en elcaptulo algunos de los proceresguatemaltecos como Pedro Molina,Gabino de Ganza y otros de los des-cendientes de las ms ilustres y pode-rosas familias de Guatemala (234),brillan por su ausencia los procereshondurenos Jos Cecilio Del Valle(1776-1834), quien escribi la Decla-racin de Independencia, y FranciscoMorazn (1799-1842) de la siguientegeneracin, quien hizo todo lo posiblepor mantener unidas las provinciascentroamericanas. Noq)axecenenestecaptulo porque habran conlicado ladenunciade las familias hegemnicas.En cambio, en el presente de 1989, elexmaestro misquito Sambul, en suconversacin con el Dr. Jones, llama a

    Morazn nuestro ms grande caudi-llo, un maravilloso hombre de honor(130). En la serie de captulos histri-cos seda un gran salto de 1821 a 1924,tal vez por el gran nmero de revo-luciones injustificadas, sangrientas ymalvolas (130) segn Sambulentre 1824 y 1950 llegamos a tenerunas ciento cincuenta revoluciones,casi como Bolivia (130). Otra pi-ble explicacin sera evitar el relato delos conflictos del siglo diecinueve en-tre las cinco rq)blicas centroameri-canas para no perjudicar la im^ennovelfetca de la unidad centroameri-cana. :

    Los tres captulos histricos ubi-cados en el siglo veinte varan entre s.El trece, titulado Diario de la guerra(1924), presenta en fomaa de diariolas maniobras militares y diplomti-cas desde el 30 de enero hasta el 30 deabril de 1924. Las tropas revoluciona-rias luchan para que se respeten laselecciones democrticas de 1923, elec-ciones ganadas por el futuro dictadortirnico, el Doctor y general TiburcioCaras Andino. ste, segn Sambulen su conversacin peripattica con elDe Jones, era un gigantn indiano dedoscientas libras con un gran mosta-cho... una versin aumentada de Pan-cho ^Ua que posea una sagacidadpoltica increble para gobemat Caras

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  • era la esperanza>>(131). Sin embar-go, una vez en el poder, qae mantuvode 1932 a 1948, coquete con lascompaas bananeras... hastaconvertrseles en algo menos que susirviente... Caras puso orden, puso paz,es cierto pero a cambio de una repre-sin desconocida en el pas (131). Laguerra civil de 1924 era muy sangrien-ta, dur tres meses y cost unos veintemillones de dlares. Aunque el nfa-sis est en las operadones mihtares portodo el pas, incluso el sitio de Teguci-galpa, se insinala culpa de los Esta-dos Unidos y se denuncia el desen-barque de los marinos.

    Si Carias defraud las esperanzasdel pueblo hondureno, el Dr. Ramp ^Villeda Moral, presidente entre 1957^y 1963 y protagonista del captulo once,Un silendo blanco (1963),'Si, pre-senta como un verdadero, refomiadorhonrado. La primera mitad del cap-tulo se fcxaliza en setiembre de;1963entre el teniente Pejun, que est en-terado del prximo golpe militai; y elpresidente \^lle(la Morales, llamadoDiego Manuel Velasco, aunque la ver-ja de la casa familiar lleva las inicia-les V.M. (142). El presidente recuerdasus das estudiantiles y su servicio so-cial en los pueblos de la frontera conEl Salvador acompaado de su esposaJimena y luego su actuacin poltica

    contra la dictadura de Carias en 1948,su encarcelacin y su exilio en CostaRica. La segunda mitad del captulode 1963, de las pginas 156-174, seconcentra en la discusin animadasobre la reforma agraria en el consejode ministros. Mientras el presidente yvarios de sus ministros abogan por lareforma agraria, el joven Coronel an-nimo sentencia que 'Las bananerasson intocables' (I65). Como el mis-mo Coronel, joven y codicioso (146)haba dicho al Comandante de la Fuer-za Area: 'qu decs si le damos vuel-ta al Hombre' (146), se da a enten-der que el golpe de I963 contaba conel apoyo de la bananera y por lo tantode los Estados Unidos.

    Ep contraste con los otros captu-los histricos (le la novela, el nueve,titulado Amanecer en Olancho(1974), que versa sobre el asesinatodel Padre McKenzie, es l nico queluce saspenso propio de im cuento. Encuanto a un juicio esttico sobre todala novela, coincido completamente conlos aciertos sealados por elcentroamericanista Ramn LuisAcevedo:

    las escenas impactantes, como lainicial; la creacin de personajemuy convincente en su humani-dad, el desarrollo efectivo de una

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  • complicada intriga; la armnicafusin de realidad y ficcin; elimpecable manejo de un riqusi-mo registro ngsco; la cuida-dosa o original estructuracin, lavasta y bien empleada erudicinhistrica y la inteipretacin pro-funda y reveladora del pasado ydel presente de uno de nuestrospases ms marginados y menosconocidos. (15)

    En cuanto a la interpretacin delpresente (de 1989), creo importantesubrayar el reflejo de la situadn ideo-lgica de ese momento. Pese al tonoantimperialista de la novela, los co-mandantes guenilleros estn dispues-tos a abandonar la guerra y buscar vasdemocrticas (344), igual que los gue-rrilleros salvadoreos de ese ao.Sheela le explica al Dr. Jones que laizquierda hondurena est escindida,fragmentada (220), como lo eran laizquierda salvadorea y laguatemalteca de ese ao. La mismaSheela comenta las consecuencias dela desintegracin de la Unin Soviti-ca para los revolucionarios hondu-renos, igual que para el gobiemosandinista de Nicaragua-

    no creemos ya ms ser comunis-tas, no s si me entiende, los cam-bios que estn pasando en el Este,

    las transformaciones de laPerestroika de Gorbachev nos es-tn moliendio la doctrina a todosy a decir verdad ya ni sabemos qums esperar. Hemos comenzadopor abandonar el lema de la dic-tadura del proletariado, uno denuestros principios ms queridosy ahora ninguno de nosotros seatreve siquiera a pronunciarlo enpblico. (221)

    No obstante, los comandantes in-sisten en que el pas necesita una re-volucin aunque 'ni siquiera es ne-cesario volverlo socialista' (34o). Lanueva revolucin se cfcfne como unabatalla por la honestidad (340). Hayque recuperar nuestro ser nacional ysentimos orgullosos de consideramoscentroamericanos y hondurenos... ygozar el orgullode ser mestizos (340).Enfrentndose al siglo veintiuno, loscomandantes buscan inspiracin en elemperador maya Madrugada:

    Quisiramos resucitar la volun-tad del soberano Madrugada deCopan... que ie capaz de imagi-nar un nuevo imperio de pazmientras su sociedad se le estabacayendo a pedazos y se le venadesmembrando... Pretenda unnuevo amanecei; un nuevo hom-bre llammosle para ese entonces

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  • hondureno aunque no sea as, dar como motivo de orgullo no sloquizs en el ao 992 (341). como base para la creacin de una

    conciencia nacional e istmea, sinoAunque el huracn Mitch de 1998 tambin como una de las mejores

    haya postrgalo, tal vez por dcadas, muestras de la novela centroamerica-el nuevo amanecer hondureno, la no- na de las ltimas dcadas,vela Rey del albor, Madrugada que-

    J ' ' ' -;! :

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