los métodos filosóficos (2)
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La filosofía y la búsqueda de la verdad
La filosofía no es algo que pueda hacerse sin una necesaria preparación. Para abordar los
temas y los problemas que trata necesitamos las herramientas adecuadas. No es suficiente la
mera opinión o las ocurrencias. Tampoco es un saber "oscuro" que tenga que resultar
incomprensible para la mayoría de la gente. Con un método adecuado, la filosofía se sumerge
en los problemas que nos preocupan a todos y comunica con claridad los resultados a los que
llega o las nuevas dificultades que descubre.
La verdad que la filosofía alcanza, siempre revisable y sometida a crítica, no es una especie de
intuición incomunicable que llegue al filósofo enigmáticamente, sino que es el resultado del
duro "trabajo del concepto". Y si ha de llegar esa intuición o revelación, será porque el filósofo
se ha empeñado previamente en indagar sobre los problemas o se ha situado ante la realidad
misma con la actitud requerida. El método filosófico es, pues, la manera que tiene el filósofo
de trabajar conceptualmente y "disponerse" frente a las cuestiones mismas. Una adecuada
disposición (actitud o "forma de mirar") y un discurso racional (uso de la argumentación y de
los conceptos) son los dos pilares del trabajo filosófico.
Peculiaridades del método filosófico
Normalmente se entiende por método el conjunto de reglas o de operaciones que deben
seguirse, ordenada y sistemáticamente, para lograr un fin dado o alcanzar un resultado
deseado. Este camino lo ha seguido la ciencia moderna y, debido al éxito obtenido, ha
intentado extenderse al resto de saberes, llegando a constituirse en un ideal de conocimiento.
Pero, ¿qué sucede con la filosofía? El método (el modo de conducirse a la verdad) filosófico no
se concreta en un conjunto de reglas que, una vez descubiertas, sólo tengamos que aplicar,
sino que está en función de las cosas mismas que estemos investigando. Por otra parte, debido
al carácter abierto de la filosofía, tan importante es la investigación y el descubrimiento de la
verdad como la exposición y la presentación de la misma. Ambas dimensiones son las dos
caras del método filosófico.
Los métodos y la pluralidad de hábitos mentales
El método filosófico depende por tanto de la actitud del filósofo, de su propio talante y de los
problemas que trate, porque es una forma concreta de articular la experiencia humana en el
mundo.
Cada filosofía y cada método ponen en juego unas determinadas capacidades humanas dentro
del conjunto de las capacidades posibles. Por eso, cada método filosófico desarrolla sólo
determinados "hábitos mentales". Hay métodos basados en hábitos mentales como la razón,
otros en la sensibilidad, en el lenguaje... Todos ellos son perspectivas diferentes sobre lo
humano. La pluralidad de perspectivas y métodos se explica porque los seres humanos somos
plurales (siempre modificados por la cultura en la que nos encontramos) y abiertos a la
historia, con sus problemas y novedades.
Ninguna filosofía, con su método y con el conjunto de hábitos mentales que pone en marcha,
es suficiente por sí misma. Ninguna es tampoco desechable. Son propuestas de sentido,
formas de mirar el mundo y de mirarnos a nosotros mismos. Conocer y ejercitarnos en la
diversidad de métodos es conocer y ejercer los diversos hábitos mentales que, en muchas
ocasiones, nos pasan desapercibidos. Nuestra cultura ha desarrollado unos y ha olvidado
otros; por eso, visitar la "historia del pensamiento" supone descubrir nuestras propias
posibilidades y nuestra propia humanidad en los otros.
Buscando un método
En algunos momentos, los filósofos han tenido mayor conciencia de la importancia del propio
método y han reflexionado sobre él, sobre su consistencia y su alcance. Uno de los filósofos
que ha tratado en profundidad esta cuestión es Descartes (siglo XVII).
El poder de bien juzgar y de distinguir lo verdadero de lo falso, que es propiamente lo que se
llama el buen sentido o la razón, es naturalmente igual en todos los hombres; y asimismo, la
diversidad de nuestras opiniones no provienen de que unos sean más razonables que otros,
sino solamente de que conducimos nuestros pensamientos por diversas vías y no consideramos
las mismas cosas. Pues no basta con tener la mente bien dispuesta, sino que lo principal es
aplicarla bien.
Así, pues, mi propósito no es enseñar aquí el método que cada cual debe seguir para conducir
bien su corazón, sino solamente mostrar de qué manera he tratado yo de conducir el mío:
Primero, no aceptar nunca cosa alguna como verdadera, es decir, evitar cuidadosamente la
precipitación y la prevención y no admitir en mis juicios nada más que lo que se presentase a mi
espíritu tan clara y distintamente, que no tuviese ocasión alguna de ponerlo en duda.
Segundo, dividir cada una de las dificultades que se examinase en tantas partes como fuera
posible y como se requiriese para su mejor resolución.
Tercero, conducir ordenadamente mis pensamientos comenzando por los objetos más simples y
fáciles de conocer para ascender poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de los
más complejos, suponiendo, incluso, un orden entre los que se preceden naturalmente.
Y por último, hacer en todas partes enumeraciones tan completas y revistas tan generales que
estuviese seguro de no omitir nada.
Métodos filosóficos más importantes
Presentamos a continuación algunos de los métodos más importantes. No pretendemos ser
exhaustivos, ni en número ni en profundidad, ya que la mejor manera de conocer un método
es utilizándolo.
Mayéutico-dialéctico
Es el primer gran método filosófico. Sócrates es el creador de este método, el cual es heredado
y potenciado por su discípulo Platón. Se desarrolla en los siglos V y IV a.C. Caracterización: Es la
forma de descubrir la verdad, que todos llevamos dentro, mediante el diálogo. Parte, en la
versión socrática, de la ironía, es decir, de los que todavía no sabemos ("sólo sé que no sé
nada"). La verdad (la definición) sólo puede ser descubierta en el proceso de pregunta y
respuesta. Implicaciones: Implica una concepción de la filosofía polémica y abierta a la historia
y a la sociedad. La verdad es asunto de todos y no se alcanza retirándose del mundo sino en la
comunicación, dialogando con otros. Ofrece una versión optimista del conocimiento (pues
todos ya sabemos todo, lo que hay que hacer es recordarlo). Actualidad: No pasa por ser uno
de los métodos actuales de pensamiento. Algunos de sus rasgos se pueden rastrear en otros
métodos, por ejemplo, en el hermenéutico, o en algunas versiones del trascendental. Es el que
mejor define, hoy y siempre, la actitud filosófica de búsqueda de la verdad.
Físico-ontológico
Es el empleado por filosofías tan distantes en el tiempo como la de Aristóteles (siglo IV a.C.)
o Tomás de Aquino (siglo XIII). Otra forma de denominarlo es "empírico-racional" o "físico-
lógico".Caracterización: El ser humano se acerca a la naturaleza para comprenderla. Para ello
parte de la experiencia sensible, pero no se conforma con ella y, aplicando la razón, quiere
hacerla inteligible. Este método, uniendo experiencia y razón, cree que es posible penetrar
intelectualmente en la naturaleza. Implicaciones: Supone que las facultades humanas no están
separadas. Recibimos datos de los sentidos y buscamos racionalmente su razón de ser. La
razón humana es activa en esta búsqueda de la verdad. Actualidad: Muchas veces es acusado
de "metafísico" (en sentido despectivo), pero tiene el mérito de intentar leer la experiencia en
profundidad. Cuando esto se hace contando con las ciencias resulta un método muy adecuado
para superar la parcialidad de éstas.
Racionalista
El representante más significativo es Descartes (siglo XVII). Caracterización: Es un método
deductivo (de lo general a lo particular) y parecido al empleado en matemáticas (al menos las
deDescartes). Es un método universal (se puede aplicar a todo) y exacto. Implicaciones: Este
método parte de una confianza absoluta en la razón humana. La razón no sólo no colabora con
la experiencia para así producir el conocimiento, sino que es la única que da un conocimiento
seguro. Actualidad: Más allá de sus exageraciones, es un método muy defendible. Da confianza
al sujeto que lo emplea y ofrece un arma crítica ante aquellos conocimientos que no hayan
pasado por el "tribunal de la razón".
Empirista
Desarrollado por el empirismo inglés (siglos XVII-XVIII), tiene su principal representante
en Hume (siglo XVIII). Caracterización: La mente humana es como una "hoja en blanco" que se
limita a recibir información de la naturaleza mediante los datos de los sentidos. Utiliza
básicamente el método inductivo (partir de la experiencia).Implicaciones: Los empiristas
desconfían del poder creativo de la razón humana y, por contra, recuperan aspectos
importantes de la "naturaleza humana", como la imaginación y los sentimientos. Actualidad:
Ha tenido gran influencia en el mundo anglosajón. Se va a relacionar con el desarrollo de la
ciencia moderna y va a emparentarse con posiciones positivistas (siglos XIX y XX) y cientificistas
(siglo XX).
Trascendental
Su creador fue Kant (siglo XVIII). Caracterización: Lo importante no es describir las cosas, sino
"dar razón" de ellas, es decir, estudiar las "condiciones de posibilidad" de eso que se quiere
analizar. Se trata pues de analizar aquellos elementos sin los cuales no sería posible lo
estudiado. Implicaciones: Lo importante no es lo conocido sino el sujeto que conoce. Hasta
ahora, toda la filosofía había girado sobre la naturaleza; desde Kant y su método
trascendental, lo hará sobre el sujeto racional. Por eso, Kant va a plantear su filosofía como
antropológica. Actualidad: Este método ha sido muy empleado y más o menos modificado; se
encuentra en otros métodos (por ejemplo, el fenomenológico). Sigue presente en la filosofía
contemporánea gracias sobre todo a la filosofía de Apel.
Analítico-lingüístico
Es uno de los métodos "actuales" del pensamiento. Desarrollado principalmente en el ámbito
anglosajón, tiene a uno de sus máximos representantes en Wittgenstein (siglo
XX). Caracterización: La mayor parte de los problemas filosóficos tiene su razón de ser en el
mal uso del lenguaje. La tarea de la filosofía es resolver los problemas del lenguaje (bien
apelando a un lenguaje ideal, o al lenguaje concreto de la forma de vida en la que el problema
se exprese). Implicaciones: La experiencia humana se expresa en el lenguaje; analizar el
lenguaje es analizar esta experiencia, que es comunicable y pública. El lenguaje mismo que
utilizamos es revelador de problemas o de tomas de posición no conscientes. Actualidad: Es
uno de los métodos actuales de pensamiento más utilizado. Aporta claridad y orden, pero se
muestra insuficiente, sobre todo cuando se queda estancado en análisis de expresiones
carentes de sentido o vacías de experiencia.
Fenomenológico
Creado por Husserl (siglo XX). Caracterización: Es la gran aportación del siglo XX a la
metodología filosófica. Husserl quiere "volver a las cosas mismas", más allá de todas las
construcciones o teorías. Hemos de aprender de nuevo a mirar la realidad, dejando de lado la
gran cantidad de supuestos que tenemos para concentrarnos en lo esencial
(reducción). Implicaciones: Con este método aprendemos a mirar el mundo, rompiendo con la
"actitud natural" y adoptando una "actitud personalista". Este método implica una
recuperación íntegra de la experiencia y del mundo humanos, pero desde la centralidad de la
subjetividad. Actualidad: Probablemente haya sido uno de los métodos más practicados. Ha
dado grandes resultados cuando se ha aplicado a la literatura (Sartre), a la psicología
(Merleau-Ponty) o a la religión (Eliade, Otto). Hoy día se sigue practicando con éxito,
aplicándose también a la política o a la cultura.
Hermenéutico
Se constituye como método y como escuela en el siglo XX, gracias sobre todo
a Heidegger, Gadamer y Ricoeur. Su gran precursor fue Nietzsche. Caracterización: Nace del
método fenomenológico, pero lo transforma. Según este método, no podemos aplicar el
método fenomenológico porque nunca podemos dejar de lado nuestra cultura. Por tanto, la
forma adecuada de trabajar es explicitando estos presupuestos que guían toda comprensión
(interpretación). Implicaciones: Junto con el analítico y el fenomenológico, es el método propio
de la filosofía actual. Ofrece una atención prioritaria a la dimensión lingüística del hombre,
pero, a diferencia del método analítico, intenta alcanzar la experiencia que todo lenguaje
comunica. Actualidad: Gran parte de la filosofía actual es hermenéutica, aunque admitirá
variedad de tipos.