los cataros - r-006 nº020 - mas alla de la ciencia - vicufo2

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ULLICIOSAS, cosmopol¡tas, re-bosantes de actividad y dealegría de vivil así son las ciu-

dades del Mediodía francés en ese si-glo xtt que, en palabras de Joseph Bé-diervio nacer la primeravidriera, el pri-mer cantar de gesta y la elegante ojivadel gótico. Ya no es latierra la que mar-ca el destino de los Hombres, sino elcomercio, esa vía i nsospechada sig losatrás que ahora abre las puertas a lasnuevas ideas, al progresoya los mil re-finamientos que, de la mano de losmercaderes, llegan desde Oriente pa-ra penetrar en esa Europa que ha lo-grado sacudirse la inquietud de las in-vasiones y el aislam iento forzoso a q uela obligaba el cierre de su amado mar,elMediterráneo.

El aire de la ciudad da libertad -diceel proverbio-, y a ella acuden en masapañeros, artesanos, buhoneros y sier-vos, huídos de la gleba para construircon su trabajo y sus inicitivas esos bur-gos pujantes que crecen sin cesar yque, orgullosos, plantan caraa los se-ñores y compran a precio de oro sus lr-bertades. Un nuevo orden se impone,el mundo evoluciona y se transforma,hacen su aparición los primeros ban-queros y un capitalismo incipiente, au-mentan las fortunas surgidas del co-mercio y también las abiertas críticas auna lglesia que, aferrada a las viejasestructuras, pone más empeño en ladefensa de sus intereses terrenalesque en el cuidado y conducción de susrebaños.

Sí, el Midi es rico y pujante, con ciu-dades prósperas y tierras pródigasdonde mieses y viñedos se doran alsol. Pero hay algo más que lo define ycaracteriza: el espíritu de tolerancia delas gentes que lo habitan. ¿Cómo noserlo cuando en sus puertos, villasyfe-rias se mueven hombresque por razo-nes de trabajo y para realizar sus tran-sacciones alternan sin distinción conflamencos, árabes o italianos? ¿Cómono comprender que se puede vivir ycreer de un modo diferente cuando seadmite sin reparos la presencia dejudíos y musulmanes en esa regiónque es el paso obligado para el tnter-cambio entre los paños del norte y lasespecias, las sedas y los artículos delujo que aporta el Oriente?

iQue diferencia con el norte, que aúnconserva las huellas de las costum-bres germánicasl Allí es el feudalismoquien marca las pautas de una socie-dad rígidamente organizada, se des-conocen el boato y esplendor de lascortes del Midi, se habla lengua de oily no de oc, surge la novela en lugar dela lírica, y nisiquiera la capital del reino,París, puede parangonarse con Tou-louse, la tercera ci udad de Europa des-pués de Venecia y Roma. Y con quédesprecio hablan los guerreros delnorte de esos señores del sur, indivi-dualistas natos, gozadores y refinados,

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exaltados, inestables e inconstantes,sentimentales y de buenas maneras,esa «orgu I losa estirpe de los provenza-les" a la que intentarán abatircuando laocasión se les presente. Tampoco elnorte se distingue por su tolerancia, niporsu capacidad deadmitir ladisiden-cia religiosa, sea delsigno que sea:cle-ro, nobleza y pueblo llano aúnan susfuerzas en un frente común para lucharcontra la herejíayen más de una opor-tunidad es la propia multitud enfureci-da la que mata con sus manos a esospredicadores itinerantes que niegan alos santos y reniegan del bautismo.Porque los herejes abundan, a qué ne-garlo.

¿POR OUE SURGE LA HEREJ¡A?

Desde elaño mil, Europaenteravivebajo el influjo de un auténtica mareaherética que discute la religión estable-cida y propone, equivocadamente ono, una nueva visión del cristianismo;de forma solapada, o abiertamente, lahereja se ha ido extendiendo en cam-piñas y conventos, en ciudades y cáte-dras de teologa. Y así, cuando irrum-pan las fuerzas que harán brotar delsuelo la Alta Edad Media y lleguen deOriente nuevas concepciones que ha-gan tambalear los cimientos de lascreencias tradicionales, el terreno es-lar á y a perfectamente preparado.

Hay más tierras para cultivar, másbocas que alimentar, cambio y efer-vescencia, crecimiento y prosperi-

dad..., pero también desasosiego e in-tranquilidad : cqué será de las almas enese mundo que se transforma?, ócó-mo obtener la cerleza de alcanzar lasalvación? Y de manos de quién... cDeesa lglesia donde muchos de susmiembros son a un tiempo poderososseñores feud ales, enzarzados en con-flictos permanentes, de moral dudosacuando no corrupta, que ya no predi-can a su grey, ni residen en sus dióce-sis ni celebran misa? No, tiene queexistir otra vía más acorde con lo queCristo enseñó en los Evangelios, otroshombres que se consagren en cuerpoy alma a su misión, que lleven una vidaaustera y digan <<no>> a las posesionesterrenalesyque con su ejemplo dignifi-quen el espíritu y lo hagan prevalecersobre la materia, hombres en los quese pueda confiar y cuyas huellas seaposible seguir.

Para muchos, la respuesta a esta in-quietud vendrá dada por la presencia yel mensaje de los cátaros.

Y entonces saldrán alaluz una vezmás las diferencias irreconcrliablesque separan al norte del sur: lo queaquéllos combaten, éstos lo toleran, ypara mayor escándalo no es sólo elpueblo quien admite a los "hombresbuenos,, sino los grandes señores enquienes la lglesia ha depositado la mi-sión de salvaguardar la ortodoxia reli-giosa. Esto no significa, como podríasuponerse, que el Midi se adhiera enmasa al catarismo -aun en los mo-mentos de mayor apogeo, el númerode católicos siguió siendo muy eleva-

I catarismo nace en el sur de Francia, en elseno de una sociedad que puede llegar a admitir ladisidencia religiosa y que puja por abrirse paso conlos nuevos ideales mercantiles de las urbes

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§0áré esfa§ jínea§.'ru¡nas, deMor?fseg&r; el tiftima delos '

redacfos cátaras ;' Ar riba.,' W {Iie r da,fitütrte er) cuya ci,ma se haltan lasresfos def castiJlo; Abaio, zona delLanguedoe con algunas enclavescátaros.

D esde et año m¡t, Europa entera vive bajo--lg!

influjo de una auténtica marea herética que discutela religión establecida y propone, equivocadamente

do-, sino que a los hombres del Lan-guedoc les parece natural que cadauno profese la religión de su elecciÓn.Como tan bien lo ha definido RobertLafont, al actuar con esta indePen-dencia de criterio, defienden muchomás el derecho a la herejia que la he-rejía en símisma, y de ello darán prue-

ba años más tarde cuando, avasalladopor la Cruzada de lnocencio lll, el Midientero se levante en armas para evitarla pérdida de sus libertades y de unaforma de vivir que era su orgullo.

LAS VIDENCIAS DE ALBI

Mi primer contacto personal con loscátaros data de hace ya algunos años,cuando en ocasrón de un viaje que mellevó hasta Toulouse, Albi y Carcas-sonne para dictar conferencias, tuvecon ellos mi primer encuentro, extrañoy singular, precisamente en la catedralde Albi. Acabada mi visita al espléndi-do museo de Toulouse-Lautrec, meencaminé hacia la catedral, sin sospe-char siquiera lo que allí habría de ocu-rrirme: sin poder explicarme el motivo,mis pasos me llevaban unayotravezacontemplar uno de sus frescos, el deLos Elegido,s, una pintura dolorosa yangustiante que describe con vÍvidoscontrastes el destino de las almas en elJuicio Final. Concentré toda mi aten-ción en aquellas figuras que me pa-recÍan tan reales, plasmadas por unautor desconocido y, de pronto, unasvisiones recompensaron mi intuición:de un modo vago comprendíque elmensaje iba dirigido a míy ése fue elpunto de partida de mi ansioso pene-grinarporla región en búsquedade lashuellas de su historia y su marttrio.

Sin habérmelo propuesto, los cáta-ros habian entrado en mi vida y condi-cionarían toda mi labor en los mesessiguientes en un proceso largo yfebril,que me llevó incluso a descubrir unmétodo de investigación y verif icaciónatravés de videncias para desentrañarono una nueva visiÓn del cristianismo

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los secretos de su mundo apasionan-te (1). Pero, en realidad, estoy apartán-dome deltema central de este artÍculo,en el que no pretendo, como es natural,hablar de mí, sino de ellos, de suscreencias, de la profundidad inconmo-vible de su fe y de su alegría ante lamuerte, de laforma en que fueron per-seguidos y de la ruina que arrastrÓ suaniquilación a ese Languedoc que contanta generosidad los acogiera.

¿OUIENES ERAN LOSCATAROS?

Someramente, Podemos intentardescribirlos diciendo que no proba-ban jamás la carne, que detestabanpor igual la violencia y la mentira, querespetaban la vida con fervor y se ne-gaban al juramento, que reconocieronentre ellos un papelfundamental a lamujer y rehusaron rendir culto a la Vir-gen, a los santos y a toda clase de reli-quias, y que nunca admitieron los mila-gros n i la adoración de la cruz. Pero es-to sólo nos daría una visión exterior delcatarismo, sin explicarnos en realidadporqué se les respetÓtantoy, sobreto-do, por qué la lglesia les considerÓ tanpeligrosos para el orden establecido.Además, cada una de las actitudes queacabo de citar se hallaba rigurosa-

o es que los cátaros y quienes /es tolerábandefendieran una particylar forma de hereiía frente ala ortodoxia, no; lo que en realidad defendían erael derecho a la libertad religiosa

mente justificada a través de los Evan-gelios y ellos nunca se llamaron a símismos de otro modo que «cristia-nos": ¿hacia dÓnde conducía su he-relía?, Len qué se fundamentaba?

La acertada expresiÓn de MichelRoquebert "tod o comenzÓ e n los Bal-canes», quizá nos dé la punta delovillopara encontrar la respuesta a algunosde estos interrogantes. En efecto, a me-diados del siglo x se detectan ya en esareEión las creencias dualistas hereda-das de Oriente, que muy pronto asu-men los bogomilos, dando origen nosólo a unateoría perfectamente estruc-turada, sino a dosvertientes distintas, ladeldualismo mitigadoyladel absoluto,que penetran en EuroPa a través deYugoslavia e ltalia hasta arraigar confuerzaen el sur de Francia.

aQué significaserdualista? Creer enla existencia de dos dioses, o dos fuer-zas con igual potencia creadora, DiosySatán,al primero de los cualesse de-

ben el alma y el espíritu, y al segundo elmundo material en su conjunto. Por-que de lo contrario, ¿cómo pensar queun Dios de bondad pueda ser el res-ponsable de tanto dolor y sufnmientocomo asolan laTierra?

De este modo, sin ser conscientesde ello, los cátaros se transforman encontinuadores de un dualismo quetena sus más lelanos orígenes en lasteorías de Manes yZoroastro (o Zara-tustra), lo cual no puede sorprender-nos ni escandalizarnos si tenemos encuenta que el mismo San Agustín ce-dió a la tentación maniquea en su ju-ventud, retractándose luego. Por cierto,el nombre de cátaros -q ueiu nto con elde albigenses será el que prevalecerásobre muchos otros- deriva del térmi-no griego utilizado, precisamente, porSan Agustin para designar a ciertosmaniqueos, y significa «puros», pala-bra que describe a la perfecclón suscostumbres y formas de vida.

¿Cómo escapar, pues, a la conde-nación segura que implicaba teneruna envoltura carnal y existir en unmundo creado por el demonio? Por

(11 Un largo camtno a Montségur, Hep-tada, 1990.

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grupo de heréticos prefirió morir en lañorca antes que faltar a una norma dela que dependa su salvación.

Fácilmente, se comprende que notodos estaban llamados a llevar unaexistencia tan rigurosa; de ahíque sucomunidad se dividiera en dos gruposperfectamente diferenciados, el de los«perfectos» y "perfectas» y el de lossimpatizantes o creyentes, a los quesólo se exigía participar en las plega-riasy sal udar respetuosamente el pasode los «perfectos», según fórmulas es-tablecidasde antemano que se simpli-frcarán cuando llegue la época de laspersecuciones para evitar la i n med iataidentif icación. Al implantarse la lnq uisi-ción, el mero hecho de habertestimo-niado respeto a un «perfecto» podráacatear graves condenas, aunqueello hubiera ocurrido treinta años an-tes, ia la edad de once años y por indi-cación de sus padres!

LOS TROVADORES Y LOS«HOMBRES BUENOS»

Pero la admiración que desPiertanno se debe solamente a la austeridadcon queviven y asu rechazo de los bie-nes de este mundo; no en vano el Pue-blo los llama "hombres buenos», losque hacen caridad y viven del trabajode sus manos, los que nuncafaltan a lacabecera de un enfermo y siempre es-tán dispuestos a ayudar en la recolec-ción de una cosecha, que no tienen di-nero para dar, pero síapoyo y palabrasde consuelo. Cuando Santo Domingo

medio de la purificación y de la estrictaobservancia de los Evangelios, que re-gistran las enseñanzas del Redentorenviado por Dios para salvarnos. lmá-genes, milagros, sacramentos y reli-quias no son sino elementos materia-les cuya adoración nos convierte enmeros fetich istas o paganos y en cuan-to a la cruz, es una aberración rendirculto al instrumento del martirio deCristo. Tampoco se salva de la conde-na el Dios del Antiguo Testamento;Dios de violencia y de muerte que per-mitio que millones de seres perecieranbajo el Diluvio y ordenó a los israelitasmasacrar al pueblo de Canaan.

CREYENTES Y *PERFECTOS,

El alma viviente de su lglesia, su nú-cleo, lo forman lgs "perfectos» y «per-fectas", los que en virtud del «consola-mentum" han logrado reencontrar laparticu la d ivi na perdida a r aíz de la caí-da original. Esle sacramento, el únicoadmitido porel catarismoyquetiene elvalor de bautismo, eucaristía, confir-mación y extremauncrón, implica quea partir de la recepción del Espíritu

ILos cátaros creían que la creaciÓn del mundoera satánica ue el Bien Mal coexistían

enfrentándose desde la eternidad. Si dualismoestaba fuertemente impregnado de las teorías

maniqueas y zoroástricasSanto (por medio de la imposiciÓn demanos) el elegido debe consagrar suvida a Dios y a los Evangelios.

¿Cómo se traduce esto en la Prácti-ca? En la más rigurosa observancia depobreza, castidad, caridad y humildad,además del compromiso de no matar,ni mentir, ni prestar juramento (base dela sociedad feudal), ni ejercer jamásviolencia contra nadie; han de cumplirtres ayunos anuales a pan y agua Y noprobar nunca carne animal, no sÓlopor respeto al «no matarás", sino por-que creen en la reencarnación y privarde vida a un animal puede significaraniqurlar un alma en vías de purifica-ción. Tanta im portancia tiene para el loseste principio, que es portodos conoci-do elfamosoepisodio de Goslar, acae-cido en Alemanra a mediados del si-glo xt:conminados a matar un pollo, un

recorra el Languedoc en un fracasadointento de sustraerlo a la herejía, com-prenderá que uno de los principalesmotivos deltriunfo de su apostolado esque predican con el ejemplo; él inten-tará hacer lo mismo, recorriendo a piela comarca, desdeñando comodida-des y buenas cabalgaduras, Pero Yaserá demasiado tarde, y sólo recogeráde su campaña unas pocas conversio-nes de simpatizantes que no modificansustancial mente la situación.

Hacia finales del siglo xll el avancede la herejraesya irreversible;desde elnúcleo inicial de Albi, y al amparo de laprotección de losseñores, se haexten-dido por todo el Languedoc, concen'trando su predicaciÓn y arraigo en elLauragars, ese pequeño paraíso don-de los trovadores cantan en lenguaprovenzal y en versos de inigualada

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belleza la alegría de vivir y las dulzurasdel amor cortés. Pero sus poesías tam-bién se hacen eco del desprestigio deesa lglesa "de lastinieblas y de la men-tira" a la que los "hombres buenos"oponen la verdadera, la del cristianis-mo primitivo. Así, Peire Cardenal, trasensalzar a Dios, añade:

"Mas so non crezon clerque, que fanlasfalcetatz,Que son larc d'aver penre ef escas debontatz,E son bel per la cara et ore de peccatz,E devedon al s autres d' aco que fan I u rsatz" (2).

«MATADLOS A TODOS, DIOSDISTINGUIRA A LOS SUYOS,

A tal punto ha penetrado el cataris-mo en las capas altas de la sociedadque hasta los caballeros de probadafecatolica se declaran impotentes paracombatirlo. óCómo hacerlo, si --en pa-labras de Pons Adhemar de Roudei-lle- "nos hemos educado juntos, te-

(2) "Pero na es ésta la creencia de losclérigos, autores de toda falsedad. Ellosson pród igas en hu rtosy avaros de buenasobras; hermososde rostro e inmundos depecado. A las demás proh íben lo q ue el losse complacen en hacer..."

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nemos primos entre ellos y los vemosvivir honradamente?"

Pero lo que los nobles no han lleva-do a cabo, lo hará el Papado: en 1208,lnocencio lll desencadena sobre elLanguedoc la primera cruzadacontraun pueblo cristiano, uniendo altemiblealcance de laexcomunión yel interdic-to, laformidable f uerza militar de los se-ñores del norte, a los que pronto se su-man campesinos, burguesesy merce-narios, atraídos unos por la gloria y lasindulgencias papales, por la violencia,el pillaje y el botín los restantes.

La tragedia de Béziers marca el co-mienzo de esa «gue[rá s¿¡l¿» QUepronto se transforma en una guerravulgar de anexión y de conquista:susveinte mil habitantes son pasados acuch¡llo por negarse a entregar a los

"hombres buenos" y es Arnaud-Amaury, abad de los cistercienses,quien responde a los escrúpulos de unsoldado que teme confundir a herejescon católico s: "M atad los a todog Dios

distinguirá a /os suyos". A Béziers se-g u irán Carcasson ne, M i nerva, Termes,y al siniestro fulgor de las hogueras,donde mueren martirizados centena-res de «perfectos» y «perfectas», vacreciendo en poderío la figura de Si-món de Montfort, el único jefe militarque acepta en pago de sus proezas ycrueldades los títulos y dominios arre-batados a sus legitimos señores. Lasatrocidades continúan: en Lavaur soncuatrocientos los cátaros que perecenen la hoguera, altiempo que Guiraudede Laurac, hija de la célebre «perfec-ta" Blanca de L¿urac y castellana dellugar, es sepultadaviva en un pozo queluego se rellena con piedras. Un fúne-bre cortejo de ciegos y mutilados, loscien hombres de la guarnición deBram, son enviados a Cabaret paraobtener su rendición.

lmposible relatar en pocas líneastanta iniquidad... En Un largo camino aMontségur he seguido paso a pasocada uno de los episodios y conse-

ediante o/ «cor?solamentum» -únicosacramento válido para el catarismo- se pretendíareencontrar la partícula divina perdida a raíz de lacaída original

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cuencias de esta contienda que, ade-más de desacreditar y beneficiar eco-nómicamente al Papado, puso en evi-dencia un grave error de apreciaciónde lnocencio lll: no advertir que el Lan-guedoc, enardecido e injustamenteavasallado, descubriría en la lucha unsentimiento de unidad nacional des-conocido hasta entonces y se levan-taría en armas en defensade sus liber-tades, su cultura y su modo de enten-der la vida.

EL TESORO DE MONTSEGUR

La guerra sin cuartel se prolongaaño tras año, y mientras los señores delft/idi se sublevan una y otra vez, el Pa-pado da forma gradualmente a la insti-tución que logrará porelterror lo que laCruzada no ha conseguido con las ar-mas: la lnquisición.

Occitania se derrumba bajo el peso

I nombre con que se reconoc¡eron los

"cátarosr, esto es, los "puros", deriva del griego.

Esta palabra pretendía describirles a la pertecciÓn

en cuanfo a sus formas de vida

de la delación y la tortura y los cátaros,acosados, se refugian en la inexpug-nable fortaleza de Montség u r, converti-da en sede oficial de su lglesia y últimobaluarte que alberga, además, sus li-bros sagrados y las cuantiosas rique-zas provenientes de legados y dona-ciones. El asedio no se hace esperar.La guarnición resiste durante ese tristeinvierno de 1243, pero, en Marzo delaño siguiente, sucumbe a latraición dequien ha revelado al enemigo la únicaentrada practicable con que cuenta elcastillo. lnterrogados sus ocupantes,les "perfectos» y «perfectas" no titu-bean ni se amparan en un engaño que

salvaría su cuerpo, pero condenaría sualma: serenamente, se despiden desus familiares, distribuyen sus pobrespertenencias y se disponen a morir.

Pocas horas después, una hogueragigantesca oscurece el límpido cieloprovenzal. Entre sus llamas no sólomoría una esperanza religiosa, sinotambién el «paratge» que cantaran lostrovadores y por el que el Languedochabia entregado sus bienes y su vida:el honor, la rectitud, la negación delde-recho del más fuerte, el respeto hacialos demás y hacia uno mismo.

Octavio ACEVES

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ORIENTE MEDIO

A historia parece querer devolvernos al pun-to de partida. Y allí donde los antiguos esta-ban de acuerdo en situar el Paraíso ha estalla-do un conflicto que suená a advertencia. To-do lo que hemos edificado en este último si-

glo electrizadoy carnbiante, tod* l* pseudocultura delprogreso y el consumo, q[ue dejó por inútiles los valo-res éticos de la solidaridad y Ia riquez za de las tradicio-nes culturales, debe su supervivencia a un recurso: elpetróleo. No bastaron las crisis precedentes de 1974 y1979 para que tomáramos conciencia de la situación.La fiesta innecesaria del derroche y el consumo conti-nuó sin pensar en las consecuencias de nues8a irres-ponsabilidad. Los Gc¡biernos no se movilizaronparaacceder a energias renovables y limpias, ni supieronmoderar el auge desorbitado del automévil. Nuesü'asciudades ya no e stán preparadas para acoger a los heim-bres sino a las máquinas, ni nuestros campos produ-cen sin asroquírnicos. N)qur[nrcos. i\e8oclos §on negoclos, aunque

ndan dividendos estemos cargándonos elpara que rlndan dlfuturo del planeta.

Hoy se rnultiplican las voces que piden que ata-quemos al demonio, épero dónde está él? Lo que nosha llevado a esta situ¿ción es la dinámica de un iistemabásicamente perverso del que todos somos culpables.Unos han sernbrado el planeta de armamentos hastaconvertirlo en una bomba que navega por el Universo ;otros han escondido celosamente los avances tecnolé-gicos que hubiesen podido eliminar Ia dependenciade una sola fuente de energía que, además, es contami-nante; otros han descubierto en Ia violencia y en la in-justicia la rnanera de incrernentar su riqueza y su po-der, aunque el camino hastasu trono esté sembrado decadáveres y de miseria... EIIos son responsables, escierto, pero tarcbién lo somos quienes sentados ennuestra butaca hemos peÍnanecido impasibles ante eldesmán, contentados pCIr las migaias de confort sus-tentadoras de nn cielo falso.

Talvezun remoto día existió el Paraíso en laTierraque pisamos, entre los ríos Tigris y Eufrates que hoyconsdruyen e[ Irak. Y talvez estemos a punto de acce-der de nuevo a é1, aunque para ello sea preciso morirde vergüenza arrte el despropésito y Ia iniusticia.

MA§ATIiA' FELIX GHACIA'' , Direetor periodlsticoJ§SE]ANTGNIO CAMF.OY .:. Fledactór Jefe.

.. ISTDHO.JUAN PALAEIüS. Jefe ds Diseño, BRUt\rO DIAQUINO,'

Redácción. YOLAÑDABEJARANO,'

. :: MIGUEL JUAN PAYAN

. iYJACüÜELINEOLMEDO. Maqustacióñ

PEPE RODHIGUEZ EINMACULADA G§ANDE

FetografíaRAFAÉL MAROU§Z Y.

BENITO FAHAMODibujantes. .

. : RAUL DE MINGO YA. §ANCHEZ PABDO

§uscripcioñes '

CAHMEN MAZA§, Coordinac¡ónintarnacional:y

Delegado para CataluñaAN§EEA§ FAEEF}'KqISEH

, .Rsspofls¿ble§.de,§*c¡ún' Astrología: HELIO ZENDAELLib¡ot: JUAN ALABCON

Co¡sultorio: A.',*§§ñIGUEZ ALARCON'i, : .,: -'::' Oir*ttr fifránciéio: :.,, .. . .FIÍCARDO .SERRANODirqÉor d:,ilarksli*g y Fublicidad

'..,' ::' PEDBO,RIBA fiüEDA, Iels.l (91i §394802-y'6394853

DelegaciÉn en Barcelonq:itEDlA COt'l§ULTtH§ *É; Fionda Gral.:: Mitrci 200, 7.o-1,s &8098.Báreelon4.,T€t: 93,417 64 05..F*n,93:41866 58

. ::: . FotrtÉrecánic¿..' , GñOF. Cl Antracita, l1..MADHtn

: .:. . Fatocorl|sosisió*. ,' VEGA; §:4. Tel:: 254.,4-9 0,1,, .. -. .

:r :. . Itnptes¡óttr::,':':,'' LEENER PrintingTel,:65§0539',D¡str¡bucién :COEDIS. S,A,

Tel.: (93) 6682508D. L: M.3.482-1089 .

Prohibida Ia reproducción tolal oparcial de los textos e imágenes srn

autarización expresa por escrito.

Col¿bor¿doresJ,J. BENITEZ EñICH VON DANTKEN;

ANBREW TOMA§, FERNANDO.SANCHEZ DRAGO, PETT§ KHASA,

JO§E.MAñIA PILON, JOAOUIN GRAU,JOHANNES FIESAG, CARLO§ MA§.

JUAN GA§CONi 4.. ROMEFO,CAHMEN ALIAGA, FBANCISCO

PADHON, VINTILA HORIA, MANUELFIGUEEOA, SINE§IO DARNELL;

CCTAVIO ATEVE§. J.C. PALAFOX,JAVIER SIERRA, J.L. JORDAN PEÑA,

¡dCT'á COOUE'T, G, CAZENAVEPAOIÁ G¡CVTTTL. FfrEDEBIC L.}ONELd P}CAZO. CAFI,ITLO fr}OS, PEET

VA}T lySLE}T JAVIER:CAEALLERÜ,YOTA-IDA C*IVO Y.AITBR .

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Fax: 638 63 79l¡ Die*ié* de la reYisla 30

nEtúá {*rresgsnde.cia *ebaiÉ:ab rrr sa,acatad*

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LOS CATAROS:

¿OH8,[BffihT§Sometidos a una rígida autodisci-

plina, no probaban nunca Ia carne, re-chazaban laviolenciay la mentira, pre-dicaban de dos en dos yvestían hábi-tos negros. Les llamaban "honrbrespuros», pero su rechazo al culto a lossantosyal respeto por las reliquias sa-g radas, su decidido ataque contra lalglesia y su maniqueísmo les llevó aser duramente perseguidos y ani-quilados en elsrglo Xlll. En este repor-taje Octavio Aceves recorre su histo-ria, desde el nacimiento hasta la des-aparición, pasando por su vida y sussecretos.

38Fffiü,:'n-sRHUn su puesto fenómeno de teleplas-

tia en el que, a través de aparatos detelevisión desconectados, apare-cen imágenes de personas falleci-das hace mucho tiempo, es el centrode esta entrev¡sta con el padre Brune,uno de los expertos que ha intentadoacercarse a los umbrales del más allá,las fronteras que limitan el reinado delmisterio y lo desconocido, para arre-batara ese mundo de silencio algunosde sus secretos. Una entrevista de Ra-fae! Márquez.

46 srcro rux (II)Af inales del siglo pasado una olea-

da de extrañas naves cobró singularprotagonismo en los cielosde Canadáy Estados Unidos. En la primera entre-ga de este reportaje Javier Sierra re-pasaba una serie de pintorescos as-pectos de este misterioso período denuestro pasado reciente. En el pre-sente articulovuelve sobre eltema pa-ra ponernos en antecedente de lossucesos más extraordinarios de es-tas misteriosas apariciones.

T¡ A OVMS: CAMPANA

IOligt,l,oAcloNLa actualidad del fenómeno ovni

permanece y se revitaliza aportandonuevas perspectivas que hasta el mo-mento sólo se ref lejaban en la literatu-ra, el ciney latelevisión.Antonio Ribe-ra nosdesvela algunos secretosso-bre este tema q ue forman parte de sudilatada investigación y el análisiscontrastado de las pruebas más con-trovert¡das.

FENOMENOSAEREOS DEt

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Et FUTURO Y E[PLAN EVOtUTryODE I,AHTIMANIDAD

Numerosos grupos de «iniciadospsíquicos" trabajan actualmente ensilencio en un importante objetivo:preparar el surgimiento de una nue-va Humanidad. La actualsituación delmundo presenta indicios innegablesde que el ser humano no haconsegui-do desarrollar plenamente su espÍritu.Es imprescindible un «reajuste kár-mico" del planeta. Aitor Ondarrietanos informa de esta situación en suartículo.

7A#ffihll:I ' EN CANAilAS?

Canarias se está convirtiendo encentro de una actividad intensa a me-d io cam ino entre la Historia, laArqueo-loga, el pasado y el misterio de civili-zaciones desconocidas. En Güimar,todo parede evidenciar la elección deeste lugar como centro iniciático dela Antigüedad. Talvez esté aquíel úl-timo testimonio de Ia realidad atlan-te que los templarios conocieron ycuyo secieto ha sido g uardado du ran-te siglos por diferentes grupos de ini-ciados. Un reportaje de SebastiánYázque..

DOSSIERAYERYHOYDEt PARAISOTERRENAI,

Cuenta la Bi blia que el Paraísoterre-nal en el que Dioscreó aAdán yEvasehallaba en la zona geográfica que hoyacapara la atención mundral tras Ia in-vasión de Kuwait por lrak. En ella sedesarrollaron gran parte de las princi-pales culturas de la Antigüedad, comola sumeria, la asiria, la caldea o la babi-lónica, entre otras, base yfundamentode nuestra actual concepción de la vi-da. Hoy, el riesgo cierto de un conflictoen la región, que podría tener conse-cuencias imprevisibles para el futurode laactual civilización, nos llevaa me-ditar sobre el curso ciclico de la Histo-ria. iEstá cerrándose elcírculo de estaoleada de existencia? óEs precisa-mente el lugar donde se hallaba el Pa-raíso el punto omega del apocalipsisque profetizó San Juan?

OTRAS SECCIONüES

EditorialSumarioCartas al DirectorNoticiasCiencia y TecnologÍaNoticias MédicasConsultorio Médico (Rodríguez Alarcón)Preguntas con respuesta ...................Está dicho .......i...............,Crónica del futuro inmediatoHoróscopo del mes de OctubreLibros (Juan Alarcón)Avance del Próximo número

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