julián marchena: gran

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Julián Marchena: Gran poeta de un solo libro Poeta de un solo libro, Alas en Fuga (1941) que cumple este año su cuadragésimo aniversario, autor del "Soneto de América": Vuelo Supremo, y del Romance de las Carretas que han pasado siempre alguna vez por nuestros labios, Julián Marchena es considerado ia culminación del moder- nismo en Costa Rica y su poesía, como la de Aquilea, es de esa que desde la pulpería hasta el Teatro Nacional siente y conoce cualquiera. Un solo libro. Pero como dice José Marín Cañas "por muchos años, ojos ávidos, caminantes cansados, viajeros sedientos, almas tristes, vendrán a beber, descansar y reconfortarse en el limpio regato de agua y aroma, de incienso y milagro, que encierran los folios de este libro encantado". "Poeta de la soledad y del recuerdo", un modernista, "azul", así me lo encuentro todavía en su casa de la Rotonda Oeste de Amón, llegada a la que me preparan un laberinto de casas antiguas y cosmopolitas, como para llegar a un mundo que ya no es el nuestro. Julián Marchena tiene 84 años que le estorban en los pies y le molestan la vista, uno de sus más apreciados sentidos por su afanosa adicción a la lectura. - Rodeado de viejas pinturas de Ouico Ouirós, Fausto Pacheco, dibuios de Juan Manuel Sánchez una foto de Tere Amorós !bailarina española qué recibió de él un poema), fotos acompañado de literatos y artistas, y las paredes "empapeladas" de libros, don Julián -lentamente-- se sienta en su sillón giratorio. Es su biblioteca. A su espalda, como un sueño o un conjuro, dos pares de alas len fuga? , esculpidas, parecieran querer salir por la ventana. Me interrumpe mil veces, me cuenta anécdo- tas. Su voz un tanto entrecortada por la tos persistente _de su garganta gastada por el tiempo. "Cuando el día ya no es día y la noche aún no llega, -perfiles desdibujados, cielo azul de luces trémulas- por las rutas del ensueño van rodando las carretas" (Romance de las Carretas) Un insólito dinamismo lo agita para sacar un antiguo diccionario o ir a buscar la primera edición de Alas en Fuga, o enseñarme una medalla. Tiene un rostro quieto, pero tan iluminado que no le noto las arrugas. A veces oi'!ida los nombres, las fechas no. En ocasionesn o teimina la idea, pero recuerda muchas anécdotas. Su voz profunda, casi un rumor de árboles, leyendo pausada y emocionadamente Vuelo Supre- mo, es como coger toda su vida y ponerla en un hilo frente a mi'. La lectura det prólogo de Hugo Montes moja los ojos de Marchena y pide disculpas. Siento que el Tiempo se ha puesto a narrarme la vida. Estehombre anciano, que puso ha tiempo ya, su alma a saltar en la riqueza metafórica de sus poemas; en la sonoridad de su lenguaje modarnista su propia vida interior; un soñador, me interrumpe y me desvía muchas veces, pero helo aquí respon- diendo a mi interrogatorio. P.Don Julián, toda su obra está contenida en un solo libro, "Alas de Fuga" publicado en 1941, no obstante es ud. considerado "un grande y legítimo expresor de la poesía", un "maestro del soneto" ... A cuarenta años de tal publicación, lCómo puede interpretarse su resistencia a escribir nuevamente? R. Tal vez yo no tuve suficiente fe en lo que hacía. Lo que apareció publicado en el .libro Alas en F=uga casi todo había sido dado a conocer antes, en revistas y periódicos. Mis amigos, Justo Facio, Luis Dobles, Tinaco, me instaban a publicar, por eso lo hice. Después han pasado más de treinta años sin que yo escriba poesía. P. lPor qué? R. Como las cosas cambiaron tanto de una genera- ción a otra. Siempre debe haber cambi_os y los hay, pero de una manera tan violenta, en todos los aspectos de la vida hffmana como en ésta genera- ción. Quizás por haber empezado tras la Guerra del 14, que distorsionó incluso la literatura. Ahora todo quiere ser "diferente" ní'iimporta si es bueno o malo, sino que sea diferente. Ahora hay una tendencia a huir del esfuerzo, todo quiere hacerse fácilmente. Se abandonó el sombrero, el chaleco; abandonaron los exámenes porque exigían esfuer- zo. Vea Ud. la poesía, abandonaron el rigor, lo que tenía de poesía; se desdeñan las cláusulas. No solo se rompe la asonancia, sino el ritmo. Hay que seguir ciertas reglas que son invariables como los acentos del endecasílabo ... Ud. sabe las limitacio- nes, la tragedia para quien escribe, por ejemplo, de haber elaborado dos versos perfectos y encontrarse en el tercero con una palabra que sirve conceptual mente pero no por su ritmo? . Lo importante nó era solo el esfuerzo sino el fin conseguido. Ahora el lenguaje es otro. Los contenidos son otros. Usted no sabe ni adónde van. P. Bueno, pero lcuál ha sido la historia de Alas en Fuga, don Julián? R. La primera edición estuvo a cargo del Estado, era un librito que costaba dos colones con cincuen- ta céntimos. Después yo lo publiqué por mi cuenta en dos ocasiones (en 1961 fue la segunda edición a la que se le añadieron unos seis poemas) y actualmente se han publicado ocho ediciones. P. lNacionales? R. Sí, el libro estuvo a punto de ser publicado en italiano por la UNESCO puesuna comisión integra- da para ese fin nos escogió a José Marín Cañas, Isaac Azofeifa y yo, como representantes nacio- nales, eso fue cuando Carmen Naranjo era ministra, pero al fin el asunto no se resolvió. Aunque esporádicamente alqunos versos de Alas en Fuga sí han sido traducidos a distintos idiomas, particu- larmente "Vuelo Supremo" y en general para incluirlos dentro de antologías. En la primera edición del poemario yo no qtrise ¡;;¡rólogo, era muy orgulloso, quería que mi poesía caminara sola si podía. Al publicar la segunda edición pensé que con un apunte seudo- -didáctico estaría bien y lo encargué a Arturo Agüero. Luego Pepe Marín escribió un buen prólogo pero desde el punto de vista 1 írico. El tercero lo hizo Hugo Montes, un profesor chileno que vino a Costa Rica por razones poi íticas; era catedráticó de la. Universidad de Chile y corno firmó un contrato por un año, con la Universidad de Costa Rica, le pidieron que realizara un estudio sobre Jorge Debravo, otro sobre Azofeifa y otro sobre mí. Fue muy generoso conmigo. No es el prólogo que más me favorece pero es el que más me gusta. Es una gran autoridad y demuestra que debo ser incluido en el movimiento modernista, aunque yo no creo en movimientos ni escuelas: los que tuvieron algo qué decir lo dijeron en forma perdurable. Respecto a las ilustraciones, las portadas han estado a cargo de Paco Amiguetti, Manuel de la Cruz y ... Por cierto1 que hace poco me encontré a un escultor ... Miranda, en Heredia, que me dijo que él también había trabajado mi tema en su arte. P. lPor qU,é empezó a escribir? R. En 1916, 1917, hice mis primeros versos. Comencé escribiendo versos festivos porque yo estaba ese año con Joaquín Vargas Coto, él tenía "Tijerazos": un periódico manuscrito en el que yo colaboraba con versos. Luego participé en el certamen que efectuaba una revista: P;:indemonium, para jóvenes de 15 años, y en el que se premiaría al mejor soneto. Pero la revista dejó de publicarse antes de finalizar el concurso. También colaboré con Rogelio Sotela en otra revista, Atenea. En Atenea publiqué por. primera vez "Vuelo Supremo". P. En qué circunstancia escribió "Vuelo Supre- mo", ese soneto suyo calificado como "el mejor

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Julián Marchena:

Gran poeta

de un solo libro

Poeta de un solo libro, Alas en Fuga (1941) que cumple este año su cuadragésimo aniversario, autor del "Soneto de América": Vuelo Supremo, y del Romance de las Carretas que han pasado siempre alguna vez por nuestros labios, Julián Marchena es considerado ia culminación del moder­nismo en Costa Rica y su poesía, como la de Aquilea, es de esa que desde la pulpería hasta el Teatro Nacional siente y conoce cualquiera.

Un solo libro. Pero como dice José Marín Cañas "por muchos años, ojos ávidos, caminantes cansados, viajeros sedientos, almas tristes, vendrán a beber, descansar y reconfortarse en el limpio regato de agua y aroma, de incienso y milagro, que encierran los folios de este libro encantado".

"Poeta de la soledad y del recuerdo", un modernista, "azul", así me lo encuentro todavía en su casa de la Rotonda Oeste de Amón, llegada a la que me preparan un laberinto de casas antiguas y cosmopolitas, como para llegar a un mundo que ya no es el nuestro.

Julián Marchena tiene 84 años que le estorban en los pies y le molestan la vista, uno de sus más apreciados sentidos por su afanosa adicción a la lectura. -

Rodeado de viejas pinturas de Ouico Ouirós, Fausto Pacheco, dibuios de Juan Manuel Sánchez una foto de Tere Amorós !bailarina española qué recibió de él un poema), fotos acompañado de literatos y artistas, y las paredes "empapeladas" de libros, don Julián -lentamente-- se sienta en su sillón giratorio. Es su biblioteca.

A su espalda, como un sueño o un conjuro, dos pares de alas len fuga? , esculpidas, parecieran querer salir por la ventana.

Me interrumpe mil veces, me cuenta anécdo­tas. Su voz un tanto entrecortada por la tos persistente _de su garganta gastada por el tiempo.

"Cuando el día ya no es día y la noche aún no llega, -perfiles desdibujados, cielo azul de luces trémulas­por las rutas del ensueño van rodando las carretas"

(Romance de las Carretas)

Un insólito dinamismo lo agita para sacar un antiguo diccionario o ir a buscar la primera edición de Alas en Fuga, o enseñarme una medalla.

Tiene un rostro quieto, pero tan iluminado que no le noto las arrugas. A veces oi'!ida los nombres, las fechas no. En ocasionesn o teimina la idea, pero recuerda muchas anécdotas.

Su voz profunda, casi un rumor de árboles, leyendo pausada y emocionadamente Vuelo Supre­mo, es como coger toda su vida y ponerla en un hilo frente a mi'. La lectura det prólogo de Hugo Montes moja los ojos de Marchena y pide disculpas. Siento que el Tiempo se ha puesto a narrarme la vida.

Estehombre anciano, que puso ha tiempo ya, su alma a saltar en la riqueza metafórica de sus poemas; en la sonoridad de su lenguaje modarnista su propia vida interior; un soñador, me interrumpe y me desvía muchas veces, pero helo aquí respon­diendo a mi interrogatorio.

P.Don Julián, toda su obra está contenida en un solo libro, "Alas de Fuga" publicado en 1941, no obstante es ud. considerado "un grande y legítimo expresor de la poesía", un "maestro del soneto" ... A cuarenta años de tal publicación, lCómo puede interpretarse su resistencia a escribir nuevamente? R. Tal vez yo no tuve suficiente fe en lo que hacía. Lo que apareció publicado en el .libro Alas en F=uga casi todo había sido dado a conocer antes, en revistas y periódicos. Mis amigos, Justo Facio, Luis Dobles, Tinaco, me instaban a publicar, por eso lo hice. Después han pasado más de treinta años sin que yo escriba poesía.

P. lPor qué? R. Como las cosas cambiaron tanto de una genera­ción a otra. Siempre debe haber cambi_os y los hay, pero de una manera tan violenta, en todos los

aspectos de la vida hffmana como en ésta genera­ción. Quizás por haber empezado tras la Guerra del 14, que distorsionó incluso la literatura. Ahora todo quiere ser "diferente" ní'iimporta si es bueno o malo, sino que sea diferente. Ahora hay una tendencia a huir del esfuerzo, todo quiere hacerse fácilmente. Se abandonó el sombrero, el chaleco; abandonaron los exámenes porque exigían esfuer­zo.

Vea Ud. la poesía, abandonaron el rigor, lo que tenía de poesía; se desdeñan las cláusulas. No solo se rompe la asonancia, sino el ritmo. Hay que seguir ciertas reglas que son invariables como los acentos del endecasílabo ... Ud. sabe las limitacio­nes, la tragedia para quien escribe, por ejemplo, de haber elaborado dos versos perfectos y encontrarse en el tercero con una palabra que sirve conceptual mente pero no por su ritmo? . Lo importante nó era solo el esfuerzo sino el fin conseguido.

Ahora el lenguaje es otro. Los contenidos son otros. Usted no sabe ni adónde van.

P. Bueno, pero lcuál ha sido la historia de Alas en Fuga, don Julián? R. La primera edición estuvo a cargo del Estado, era un librito que costaba dos colones con cincuen­ta céntimos. Después yo lo publiqué por mi cuenta en dos ocasiones (en 1961 fue la segunda edición a la que se le añadieron unos seis poemas) y actualmente se han publicado ocho ediciones.

P. lNacionales? R. Sí, el libro estuvo a punto de ser publicado en italiano por la UNESCO puesuna comisión integra­da para ese fin nos escogió a José Marín Cañas, Isaac Azofeifa y yo, como representantes nacio­nales, eso fue cuando Carmen Naranjo era ministra, pero al fin el asunto no se resolvió. Aunque esporádicamente alqunos versos de Alas en Fuga sí han sido traducidos a distintos idiomas, particu­larmente "Vuelo Supremo" y en general para incluirlos dentro de antologías.

En la primera edición del poemario yo no qtrise ¡;;¡rólogo, era muy orgulloso, quería que mi poesía caminara sola si podía. Al publicar la segunda edición pensé que con un apunte seudo­-didáctico estaría bien y lo encargué a Arturo Agüero. Luego Pepe Marín escribió un buen prólogo pero desde el punto de vista 1 írico. El tercero lo hizo Hugo Montes, un profesor chileno que vino a Costa Rica por razones poi íticas; era catedráticó de la. Universidad de Chile y corno firmó un contrato por un año, con la Universidad de Costa Rica, le pidieron que realizara un estudio sobre Jorge Debravo, otro sobre Azofeifa y otro sobre mí.

Fue muy generoso conmigo. No es el prólogo que más me favorece pero es el que más me gusta. Es una gran autoridad y demuestra que debo ser incluido en el movimiento modernista, aunque yo no creo en movimientos ni escuelas: los que tuvieron algo qué decir lo dijeron en forma perdurable.

Respecto a las ilustraciones, las portadas han estado a cargo de Paco Amiguetti, Manuel de la Cruz y ... Por cierto1 que hace poco me encontré a un escultor ... Miranda, en Heredia, que me dijo que él también había trabajado mi tema en su arte.

P. lPor qU,é empezó a escribir? R. En 1916, 1917, hice mis primeros versos. Comencé escribiendo versos festivos porque yo estaba ese año con Joaquín Vargas Coto, él tenía "Tijerazos": un periódico manuscrito en el que yo colaboraba con versos.

Luego participé en el certamen que efectuaba una revista: P;:indemonium, para jóvenes de 15 años, y en el que se premiaría al mejor soneto. Pero la revista dejó de publicarse antes de finalizar el concurso. También colaboré con Rogelio Sotela en otra revista, Atenea. En Atenea publiqué por. primera vez "Vuelo Supremo".

P. En qué circunstancia escribió "Vuelo Supre­mo", ese soneto suyo calificado como "el mejor

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soneto en toda Améri.ca"? Fue para Ud., antes de darlo a conocer masivamente, solo un poema más, éste que le ha dado la vuelta al m1,mdo varias veces? · R. Rafael Cardona y otros cinco acostum­brábamos reunirnos en un cafetín o en el parque Morazán, cuando tenía poyos, a conversar de literatura o similares. Un día llegué con dos poemas en la bolsa y se los enseñé a Cardona, uno de ellos era Vuelo Supremo. Yo noté que le causó un impacto, pero no me dijo nada, al rato me volvió a decir "prestame el verso", lo saqué de la bolsa y él lo vio pero no dijo nada. Dos días después me encontré con Asdrúbal Villalobos y en cuanto me vio empezó a recitarme el poema. Era el mejor elogio que yo podía recibir.

Luego, cuando fu í por, primera vez a Estados Unidos, en 1920, llegué a la Fundación Hispánica en la Biblioteca del Congreso y el americano que la presidía me recitó también Vuelo Supremo. Bueno he tenido muchos chascos también porque muchos han plagiado estos versos.

Yo escribí Vuelo Supremo en 1919, y en verdad es una de las grandes satisfacciones que tengo, pues yo siempre pensé que si los versos podían caminar solos que lo hicieran o se quedaran estáticos si así lo había dispuesto Dios, pero son tantos qños y ese poema todavía vive. Para mí es un aplauso silencioso.

P. ¿se siente Ud. realizado como poeta? R. Yo hago las cosas lo mejor que puedo, si salen rrolas ya no es culpa mía. Yo dí mi esfuerzo. Recuerdo a propósito una frase de gran sabiduría, de 'Menéndes Pelayo: Nadie posee ni sabe de verdad sirio lo que por propio esfuerzo ha adquiri­do y averiguado, o libremente se ha asimilado"

P: ¿cómo puede interpretarse su interés por la forma Romance? ¿cómo escribió el famoso "Ro­mance de las Carretas"? R. Carmen Lyra y yo éramos muy élmigos, porque ella vivía a 150 varas de mi casa. Un día ella llegó a verme, con otra señora, e insistió mucho en que escribiera algo sobre las carretas pues en esos días se realizaría un homenaje a las carretas costarricen­ses. Al despedirse la dama que acompañaba a Carmen se volvió · y me dijo: "Pero que no sea soneto". Como quien dice los tenía hartos con mis sonetos. Ast' es que decidí demostrarle que era capaz de escribir otra cosa.

Yo creo que a Carmen no le debe haber gustado mucho, porque ella seguro esperaba algo más poi ítico. Como ella decía nosotros estábamos en "dos orillas" distintas.

Pero es lamentable que se me endilgue el calif icativo de romancero pues yo solo un romance he escrito.

P. ¿De dónde surge su poesía? ¿cuál es la madre de la poesía)para Ud. es inmaterial? R. A mi el verso se me ocurría y lo hacía.

Creo que el que hace la poesía la crea. Es característica de mi poesía, al menos en buena parte de ella, la unión del alma y del paisaje. Caminan juntos casi siempre. Me refuerzo en ello cuando pienso que el paisaje está definido como un estado de ánimo.

P. A propósito del paisaje, don Julián, se ha destacado en Ud. cierta habilidad para "dibujar el alma inanimada de las cosas", y en la descripción del paisaje, ¿qué lugar otorga Ud. a la naturaleza en su quehacer poético? · R. El paisaje se incorpora al alma y viceversa en una relación íntima. ¿Qué importancia tiene? El paisaje lo tiene uno delante y se lo lleva puesto.

La belleza en general es generosa y tal vez sea la razón por la que se publica un libro: uno quiere compartirla con otro. Es como cuando uno va en un tren, pegado a la ventanilla, y empieza a verse el mar o a salir el sol, y uno con el codo le dice al vecino" imirá qué belleza! ".

Yo no le toco el brazo pero hago un verso. A veces algunas cosas pasan inadvertidas.

P. A partir de cuáles poetas, qué poesía, o qué época, cree que se desarrolla una auténtica lírica costarricense? R. A partir de Brenes Mesén, que empezó hacien­

' do una poesía modernísima, antes de terminar el siglo anterior.

P. ¿oiría Ud. que es un poeta contemplativo? R. Sí hay algo de ensimismamiento en mi poesía que Pepe Marín ·cañas llamaba mi "poesía intimis­ta".

La poesía ha dado muchas vueltas, no puede haber cosas quietas. Hasta el agua tan pura si se empoza se descompone. Yo veo otros poetas, distintos, y digo "nada importa", esto tiene que estarse moviendo. Creo que hay que "hacerse remanso con tu propia idea antes de darle vueltas al molino".

P. ¿usted se considera modernista? R. Sí, el vocabulario, todo.

P. ¿opina que es básicamente sonetista? R. Sí, prueba de ello es que de mis 64 composi­ciones, en Alas en Fuga, 48 son sonetos.

P. ¿Y por qué su predi lección por esa forma? R. Por lo difícil. Hay que ver lo que es hacer un soneto, lo difícil era un incentivo para mí y luchaba hasta lograrlo.

P. Dice Abelardo Bonilla, en su Historia de la Literatura Costarricense que Ud. es "un poeta del aire" ... R. No estoy de acuerdo con Bonilla. Cuando él iba a publicar su libro tuvo la gentileza de enviármelo y yo le taché las dos páginas que se referían a mt' : no era cierto, ese no era yo.

P. Don Julián, ¿por qué tiene importancia para Ud. la añoranza como valor poético? R. Creo que es una actitud nostálgica que todos llevamos dentro, no porque "todo tiempo pasado fue mejor", lo que pasa es que uno se auto engaña: las cosas bonitas casi siempre se disfrutaron cuando joven, de ah t' que haya personas y pueblos dad fsi­mos a la añoranza, como los portugueses.

Creo que yo tenía una natural inclinación a "lo triste".

P. lCuál es la misión del poeta, en un país como el nuestro? R. Eso es muy discutible.

Hay poetas que escriben con una finalidad ideológica similar a un cuestionamiento de caracter poi ítico social.

La poesía que yo escribí era de interior humano, no el mío, humano. S'On poemas escritos en primera persona para que el que los lea crea que es él. Ello supone cierta dosis de impudor. Antes los poetas no se pintaban a sí mismos en lo que e$cribían. Hablaban de la princesa y el pastor. · Ahora muchos, como yo, lo hacen én primera persona refiriéndose a lo que llevan otros por dentro.

P. ¿Distinguiría escuelas o generaciones en el desarrollo de la 1 írica costarricense? R. Prácticamente no. Opino con Jézer González que solo el modernismo tiene una vista lógica, pues nace, crece, culmina y declina. por otro lado las anteriores escuelas llegaban a Costa Rica con un retraso enorme, los periódicos de esos años no traían nada. Hubo movimientos que cuando llega­ban aquí ya habían muerto en su país de origen.

Creo que la lira costarricense está llena de los mismos adjetivos, las mismas consonancias, las mismas palabras.

Ahora, tampoco es fácil integrarse a una escuela y abandonarla, no da tiempo la vida.

P. lHan llegado los poetas jóvenes, actuales, a un grado de expresión verdaderamente poético? R. Si Ud. escribe para gustar de sus versos no hay necesidad de que los publique.

Yo siempre leo lo que me cae a mano de los jóvenes y casi nunca entiendo lo que quieren decir.

Es posible que sea una deficiencia de mi parte, pero si he leído a Daría, a Lugones, a Herrera, Valencia y entiendo a éstos que eran más que estos jóvenes. ¿qué pasa?

. El tiempo es el que dice. Yo lo probé con mi vida. Yo tenía ya mis años cuando escribí, tenía suficiente conocimiento de lo que iba a hacer. Pero los jóvenes no se aguantan ...

DE SU VIDA Julián Marchena, quien nació en 1897 en San

José, estudió en el Liceo de Costa Rica y en la Escuela de Derecho, sin llegar a graduarse. En 1938 fue nombrado Director de la Biblioteca Nacional, con recargo de funciones como Director General de Bibliotecas y registrador de la propiedad intelectual por espacio de 31 años. Por esa época tuvo la oportunidad de hacer varios viajes a México, Estados Unidos, algunas veces invitado por el gobierno. En 1974 se le llamó nuevamente de la Biblioteca Nacional, cargo en el cual se desempeñó por cinco años más.

De su labor en la institución queda para siempre su nombre otorgado a una sala de exposi­ciones en el nuevo edificio, la Sala Julián Mar­chena, lo que él ha valorado como un alto honor.

Pero ha recibido muchos otros : el Premio de cultura Magón en 1963 y una larga fila de medalla y condecoraciones que van desde una hermosa y labrada condecoración de la Orden de Isabel la Católica hasta la más reciente otorgada en 1979 por el gobierno de Costa Rica.

Marchena Valle-Riestra, descendiente de pe­ruanos y de marinos, que cuenta con una novelesca historia familiar, es también académico de la Lengua, socio de honor del 1 nstituto Costarricense -Norteamericano, del Instituto de Cultura Hispáni­ca, fue directivo de la Editorial Costa Rica y ...

P. ¿Ahora qué hace don Julián? R. Recibo muchachas y muchachos que vienen a hacerme muchas preguntas o a conversar conmigo de poesía. Estoy acogido a mi pensión.

P. ¿Está satisfecho de su vida? R. Con las frustraciones que tenemos todos ... Bueno, he tenrdo satisfacciones enormes con la poesía .