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Introducción general

Freud 1.5.

Con este número celebramos 150 años del nacimiento de Sigmund Freud, uno de los pensadores más fecundos e influyentes del siglo XX. La principal tarea de Freud consistió en su investigación de la psicopatología de las neurosis y psicosis, plataforma desde la cual da el salto hacia su intento de construir una psicología comprensiva. Pero Freud hizo incursiones especulativas hacia otras disciplinas desde los primeros momentos del psicoanálisis. Si se hubiera restringido al estudio de las distintas formas de la vida mental sus teorías no habrían ejercido una influencia tan marcada en otros campos del saber, más Freud estaba convencido de que sus descubrimientos sobre las motivaciones humanas y el inconsciente se aplicaban no sólo a los neuróticos sino a toda la actividad humana.

Como señala Alvaro Carrión, el psicoanálisis hace su llegada al Ecuador con alguna premura, precisamente debido al papel preponderante que en la diseminación del pensamiento de Freud juega Ortega y Gasset por medio de su designación de José Ballesteros como traductor temprano de la obra de Freud al castellano. Ya para mediados de la década de 1920, el pensamiento psicoanalítico circula en el Ecuador en una época de efervescencia política y cultural. Es una época de grandes transformaciones en la que la compleja llegada de la vanguardia desde Europa alinea el psicoanálisis, en distintos momentos, con el progreso científico, el experimentalismo en las artes y el fervor revolucionario del socialismo. En este escenario, no es de extrañar que sea el arte literario, siempre un referente ineludible para el propio Freud, y en particular el teatro y la narrativa (y en mucho menor medida la poesía) , el que registre los primeros intentos de incorporar al panorama nacional las teorías y preocupaciones del psicoanálisis. La figura de Humberto Salvador es indispensable para entender este proceso. Salvador, uno de los escritores más prolíficos de la historia de la literatura ecuatoriana, con por lo menos 13 novelas a su haber, media docena de obras de teatro, 4 colecciones de relato, 4 ensayos extensos y una pequeña obra poética ha recibido una escuálida atención por parte de la crítica ecuatoriana que a duras penas alcanza a registrar los títulos de sus obras junto con algún comentario parco y poco halagador de las mismas. El único estudio importante de este autor se debe a María del Carmen Fernández, una de las más importantes voces de la crítica ecuatoriana contemporánea, se trata de un estudio introductorio a En la ciudad he perdido una novela (1930).

La importancia de Salvador para la recepción del psicoanálisis en el Ecuador es fundamental, en 1933 se gradúa de doctor en jurisprudencia y publica su importante ensayo ―Esquema sexual‖, un voluminoso compendio que dedica un capítulo entero al psicoanálisis y que, por medio de la editorial chilena Ercilla, circulará después por buena parte del subcontinente. Salvador participa desde entonces como profesor de Psicología experimental en la universidad ecuatoriana (tanto en Quito como en Guayaquil donde se radica hacia fines de la década de 1950 ) y se convierte en un importante divulgador del psicoanálisis en el Ecuador. En 1946 publica el ensayo que consolida su reputación en este sentido, se trata de ―Los Fundamentos del Psicoanálisis‖, texto de consulta obligada para quienes en los siguientes años publicaran en Cuenca en 1956, en el centenario del nacimiento de Freud, una colección de ensayos conmemorativos. Salvador insistirá en este sentido durante su vida, publicando en 1965 ―Las raíces psicológicas de la Comedia Humana‖.

La influencia del pensamiento de Salvador, fuertemente alineado con los principios del psicoanálisis, se hará sentir también en el ámbito de la legislación ecuatoriana, en particular en la elaboración posterior del Código de la niñez y la adolescencia. Como anota en este número el jurisconsulto Farith Simon, la dispersión, la fuerza, la heterogeneidad y la vitalidad de la contribución de Salvador al pensamiento jurídico ecuatoriano lo colocan como un individuo inmensamente informado –y conectado—en su momento histórico.

Pero el interés de Salvador por la psicología no se detiene en el ámbito académico, su incorporación de las preocupaciones, temas, teorías y técnicas del psicoanálisis en su obra literaria dan muestra de la impredecible energía creativa de ese contacto. Otra importante figura literaria del Ecuador, Jorge Icaza, cabalmente, compañero colegial del mismo Salvador, realiza una operación similar, aunque diferente en la especificidad de su implementación artística. Icaza inicia su carrera literaria como dramaturgo y es precisamente desde su participación en la vibrate cultura teatral del Quito de los años 30 donde incursiona en la mixtura de materiales artísticos y teóricos que lo afilian a la historia de la recepción del psicoanálisis en el Ecuador.

Capítulo aparte merece la anécdota del ciudadano vienés ecuatoriano Paul Engel, que con el pseudónimo de Diego Viga llegó al Ecuador en los años 40 para cimentar una amistad duradera con el propio Jorge Icaza (hacia el final de su vida, su último libro consistirá en una biografía novelada, en clave levemente psicoanalítica, de Icaza) y otros artistas del clima intelectual quiteño de entonces. Engel portaba consigo, como muestra de un determinado cosmopolitismo intelectual, una carta escrita de puño y letra por el propio Sigmund Freud (que LiberArte está en proceso de adquirir en una versión digital) dirigida al mismo Engel, en respuesta de un comentario que este último hiciera a uno de sus libros.

Por último, Gino Naranjo hace una importante contribución a este número con su elaboración de una bibliografía sobre contribuciones relativamente recientes, en el Ecuador, al pensamiento psicoanalítico en sus distintas vertientes.

El segmento Radicales Libres, habitualmente dedicado a temas pedagógicos y de docencia, aborda en esta ocasión el tema de la instrucción y la escritura electrónica. Nos preguntamos sobre el futuro del mundo letrado, a medida que se extiende el contacto con la digitalidad y penetramos en el universo electrado. El teórico estadounidense de la escritura Gregory Ulmer es uno de los guías en este desplazamiento que se propone explorar haciendo. Así, cinco estudiantes ecuatorianos de literatura incursionan en el ámbito de la escritura electrónica mediante la elaboración mistórica. Ulmer describe este género, propio del medio electrado, como una mezcla de distintos lenguajes, entre ellos: la historia personal, la Historia colectiva, el misterio, la maestría y la histeria. Desde nuestra propia realidad, añadimos el discurso ecuatoriano de la mistela—una bebida dulce, preparada a base de menta o cáscara de naranja, con licor, yerba de ataco, anís y canela, destilada en casas de Quito en el siglo XVIII como ofrenda de hospitalidad al visitante. El texto mistórico intenta reunir tres escenarios distintos que llaman a la subjetividad contemporánea: la familia, la comunidad y el entretenimiento y que se enlazan entre sí por medio de portales conformados por imágenes y textualidades breves y veloces. La idea es constituir un auto-retrato a la vez personal y colectivo, que haga un catastro del imposible espacio cibermático y televisual de la globalidad circundante. Para referir el ejercicio a la temática monográfica de este número podríamos decir que intentamos construir un análisis de las múltiples maneras en que interpelamos y somos interpelados por nuestros (propios) medios/miedos. En este momento de asalto global al

proyecto de una educación en las artes liberales recurrimos al último y a la vez, al primer discurso liberal. Una vez que todos los elementos del conocimiento clásico han sido superados por distintas investigaciones, resta un solo espacio que lejos de caducar muestra impresionante vigencia: la retórica. Acompañada de una disposición socrática, la elaboración mistórica no es sino la puesta al día del viejo dictamen:conócete a ti mismo. Acompañamos la muestra de textos mistóricos con una serie de enlaces a sitios diversos, a lo largo y ancho del mundo, que han intentado aproximarse a la escritura electrónica, desde su especificidad, por medio de procedimientos similares a aquellos en los que incursionamos en este número.

El segmento final, Caida Libre, se ocupa enteramente de traer noticias bibliográficas recientes, desde la novela digital de Mark Podvin, It´s About Time , pasando por la poesía de Eduardo Villacís Meyerthaler y de César Carrión, hasta el ensayo de Carlos Freile sobre El principito de A. Saint Exupery y el comentario de Jorge Luis Gómez sobre el último libro de Mario Vargas Llosa. Redondeamos el número con un enlace al Congreso Internacional de Colonialistas que se realizará en Quito, auspiciado por la USFQ, en Mayo del 2007.

Las ilustraciones e imágenes que acompañan esta entrega pertenecen en su mayoría al joven artista pichinchano Geovanny Verdezoto, el trabajo de Verdezoto juega un papel preponderante en la presente muestra de materiales que LiberArte pone a disposición de sus públicos: sus lienzos constituyen a la vez una psicología profunda y un texto mistórico en que la comunidad constituye un factor crucial. Como siempre, exhortamos a nuestro/as lectores/as a que nos escriban y dialoguen con las distintas voces que componen LiberArte.

Galería de Geovanny Verdezoto

"Y SE ACABO LA MAGIA " Geovanny Verdezoto 190 x 100 cm (2006)

"LA COCINA DEL ARTISTA " Geovanny Verdezoto 190 x 100 cm (2006)

"LA SAGRADA FAMILIA " Geovanny Verdezoto 190 x 100 cm (2006)

"EL ASALTO " Geovanny Verdezoto 100 x 130 cm (2006)

"EL VECINDARIO" Geovanny Verdezoto 190 x 50 cm (2006)

"LA COCINA DE LA ABUELITA " Geovanny Verdezoto 90 x 20 cm (2006)

"EL DIA DESPUES " Geovanny Verdezoto 190 x 100 cm (2006)

"LA REPARTICION DEL BOTIN " Geovanny Verdezoto 190 x 100 cm (2006)

"LA CIUDAD" Geovanny Verdezoto 190 x 100 cm (2006)

Colaboradores de este número

Geovanny Verdezoto Alumni de Artes Contemporáneos USFQ, artista plástico y visual. [email protected]

Alvaro Alemán Profesor de literatura en el Colegio de Artes Liberales USFQ. [email protected]

Florencio Delgado Arqueólogo. Profesor en el Colegio de Artes Liberales. USFQ. [email protected]

Alvaro Carrión Psicoanalista Clínico. Profesor en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, sede Quito. [email protected]

Farith Simon Profesor en el Colegio de Jurisprudencia, USFQ. Especialista en legislación infantil y de adolescencia [email protected]

Mario Muñoz Estudiante de tercer año de Psicología y Educación, USFQ, basquetbolista. [email protected]

Gino Naranjo Psicólogo Clínico, con una maestría en Psicoterapia orientación Psicoanalítica obtenido en la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica, soy docente en USFQ Y UPS (maestría en política social). Experiencia en instituciones de salud mental en Bruselas y Quito. [email protected]

Jaime Grijalva Rosero Criadero Allcuhuasi Al momento pretendiendo lograr, una experticia en el TRIS el EDTA y el DNA, aunque a veces juegue al veterinario sea por obligación o por querer curar. Así mismo, jugueteando al político experto en perrología en el Comité Técnico del DMQ, al gran cirujano en la Isla de La Plata y al mal poeta que busca enamorar, a la ternura del vestido gris.

Andrea Moreno Wray Estudiante de cuarto año de Artes Liberales, poeta, fotógrafa. [email protected]

Fernando Montenegro Nacido en México en 1986, pero ecuatoriano. Estudiante de Relaciones Internacionales y Literatura. USFQ. [email protected]

Lorena Cordovez Estudiante en las áreas de Educación, Psicolog[ia y Literatura, USFQ. [email protected]

Jorge Luis Gómez Coordinador de Filosofía. Profesor en el Colegio de Artes Liberales, USFQ. [email protected]

Mark Podvin Vice Decano de Artes Liberales. Profesor de Literatura y Composición [email protected]

Introducción a LIBERTINAJE

Al cumplirse 150 años del nacimiento de Segismundo Freud, uno de los más notables y prolíficos estudiosos de finales del siglo 19 e inicios del 20, liberarte presenta en su sección libertinaje cuatro trabajos que resumen la influencia del psicoanálisis en el Ecuador. Previo a la presentación de los artículos, conviene una breve síntesis de la vida y obra de Segismundo Freud.

Segismundo Freud nace en Freiberg, Monrovia en el ceno de una familia judía, y su niñez y adolescencia transcurren bajo fuertes necesidades económicas y un ambiente de segregación (Cueva Tamariz 1956) . Estudia en Viena, y aunque se decide por la medicina, su enfoque rompe con la visión tradicional y esquemática de esta práctica y enfoca sus intereses en la fisiología. Su asociación con su colega Brueke le permite emprender el estudio del sistema nervioso y conectarse con el campo de la Psiquiatría. Pronto se interesa por el estudio de la neurología, a partir de su viaje a Francia, en donde obtiene conocimientos de Salpetiree y Chalcot, se interesa

por el tema de la histeria; estudio que Chalcot popularizó en el país galo. De regreso en Viena, presenta los primeros trabajos sobre histeria y su tratamiento a partir del hipnotismo, pero sus mensajes son recibidos más bien con reserva y hostilidad. A pesar de las críticas lleva a cabo tratamientos mediante el hipnotismo, el mismo que luego dejaría para dedicarse al estudio del ―alma humana‖ (Salvador 1934) .

Su producción académica empieza en 1893; junto a su maestro Breurer publica ― Sobre el

mecanismo de los fenómenos histéricos ‖, en 1895 aparece ― Los Estudios sobre la Histeria”, en 1900 ecribe ― La Interpretación de los Sueños ‖, a la que le sigue ― Psicopatología de una Vida Cotidiana ‖ publicada en 1904. A pesar de la resistencia a su obra entre sus colegas cercanos, su imagen en el resto de Europa crece, y en 1908 es invitado a Clark University en Norteamérica. Muere en 1939 en Inglaterra (Cueva Tamariz 1956) .

Aunque la producción literaria de Freud no es del todo extensa, su influencia sobre la psicología es innegable, a tal punto que es reconocido como el padre del psicoanálisis. En una época en donde los trastornos mentales no eran considerados enfermedades, Freud produce un cambio de actitud y se dedica a establecer las causas de estos trastornos y propone formas de tratamiento. El reconocimiento de la existencia del subconsciente, y un inconciente, fue sin duda, una de sus mayores contribuciones. Los análisis de la personalidad y los múltiples complejos que la misma encierra han sido fundamentales para entender cómo funciona la mente y cómo ésta se relaciona con la personalidad de los individuos (Salvador 1934) . Freud atacó los paradigmas reinantes en la época, estudió y habló abiertamente del incesto y del carácter sexual de la personalidad humana.

A pesar de que su trabajo se concentró en la psiquiatría, su influencia abarcó amplios campos, sobre todo de las ciencias sociales y humanísticas.En la lingüística, de forma clara el psicoanálisis se manifiesta en los trabajos de corte extructuralista de Saussure y Jakobson (Cerbino 2002) , mientras que en la antropología, luego de un impacto temprano en los trabajos etnográficos de Margaet Mead y Ruth Benedit, su influencia se observa renovada en la antropología extructuralista de Levi Strauss. En todo caso, en el Ecuador, la influencia en estos campos ha sido marginal (Aguirre 2002) , a diferencia de lo ocurrido en el campo de las letras.

El Psicoanálisis en el Ecuador

Álvaro Alemán y Mario Muñoz, señalan en su artículo que el psicoanálisis se manifiesta en el Ecuador desde temprano y asociado a la literatura, para ello, los autores sintetizan las obras de Salvador e Icaza. En las producciones tanto de Salvador como de Icaza, nos demuestran Alemán y Muñoz la existencia de un complejo entramado literario bajo el que se subyacen ideas producto de

la lectura de los conceptos de Freud sobre el psicoanálisis. Tanto los temas como las tramas en las obras de estos autores, evidencian la clara noción de las personalidades complejas a las que Freud saca del anonimato. Alemán y Muñoz concluyen que en los trabajos de Icaza y Salvador se establece el "interés común por la libertad sexual, la emancipación del sueño y la fantasía, la locura como alternativa a la cordura y el rechazo al lenguaje ordenado como forma dominante". Estos constituyen según los autores, las expresiones más claras de la influencia del psicoanálisis en la creación literaria ecuatoriana.

Álvaro Carrión, centra su análisis en la producción de Humberto Salvador y manifiesta ciertos reparos a la forma en la que Salvador integra el pensamiento de Freud, sobre todo en lo que respecta al psicoanálisis. Indica este autor que Salvador cometió varios errores al momento de utilizar los trabajos de Freud, hecho que se manifiesta claramente en ensayos como ―La Psicoloanalisis‖, en donde al decir de Carrión los crasos errores tienen su origen en el carácter autodicata de Salvador y a problemas de traducción de los textos Freudianos. Concluye Carrión que a pesar de los múltiples desaciertos de Salvador, su producción es encomiable pues en la misma se ―percibe un denodado esfuerzo por discernir los dinamismos psíquicos y un particular impulso por entender una postura teórica‖ que según Carrión ―en la intención del literato, no pueden ser pensados como orgánicamente dispuestos‖.

Farith Simon, analiza el papel del pensamiento psicoanalítico en el derecho, y para ello, tomando como base la publicación de Esquema Sexual de Salvador y el trabajo de Marie-Astrid Dupret,Hurto

de Infancias, enfoca su discusión en los derechos de la niñez y la adolescencia en el Ecuador. Simón percibe el trabajo de Salvador como altamente influenciado el pensamiento científico y el marxismo, pues para Salvador, el psicoanálisis preemitía respuestas científicas a los problemas del comportamiento humano. Más adelante, Simón nos lleva a hacia la reflexión de la influencia del psicoanálisis en la formulación del primer código de menores, y de las posteriores versiones. Los trabajos de Dupret, apuntan hacia la discusión de temas sobre la niñez y la familia, y se presenta como adición al trabajo de Salvador, auque enfoca su discusión en el entorno de desarrollo de la niñez y la adolescencia. Luego de establecer de forma clara, la influencia del psicoanálisis, vía Salvador en el derecho ecuatoriano, Simón concluye que existen distorsiones en la interpretación del psicoanálisis y la puesta en práctica en el derecho, razón por la cual según manifiesta es necesario el puente comunicativo entre la interpretación que se hace del psicoanálisis y las regulaciones que se generan a partir del derecho.

Gino Naranjo contribuye a la sección con una extensa bibliografía que sobre el psicoanálisis se ha producido en el Ecuador entre los años 1987 al 2006. El autor se traza varias metas con respecto a su contribución; una es la de presentar evidencia sobre la existencia de esfuerzos locales por contribuir a la discusión sobre el psicoanálisis, adicionalmente se propone presentar a la comunidad académica los datos bibliográficos en relación a la literatura que sobre el psicoanálisis

existe, y finalmente presenta un esfuerzo por sistematizar la información existente sobre el psicoanálisis en el Ecuador.

Las cuatro contribuciones permiten establecer que la influencia del psicoanálisis en el Ecuador no es del todo limitada, aunque es obvio que esta influencia al parecer se concentró en campos específicos como la literatura. De esta manera la sección LIBERTINAJE de LIBERARTE recuerda la contribución de Segismund Freud a través del psicoanálisis a las artes liberales.

Referencias Citadas

Aguirre, A. (2002). "Lacan, psicoanálisis y la lengua en ciencias sociales." Iconos 13 : 62-65.

Cerbino, M. (2002). "Psicoanálisis y Ciencias Sociales: apuntes para una reflexión." Iconos 13 : 56-61.

Cueva Tamariz, A. (1956). Psicoanálisis, Medicina y Derecho. Segismund Freud: Homenaje . Cuenca, Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo del Azuay : 31-43.

Cueva Tamariz, A. (1956). Segismund Freud y su Obra. Segismund Freud: Homenaje . Cuenca, Casa del Cultura Ecuatoriana Núcleo del Azuay : 7-29.

Salvador, H. (1934). Esquema Sexual . Quito, Imprenta Nacional.

Psicoanálisis en el Ecuador: apuntes para su recepción literaria

Alvaro Alemán

Parte importante de la historia de la recepción del psicoanálisis en el Ecuador pasa por dos nombres: Humberto Salvador y Jorge Icaza. Ambos fueron compañeros de estudio en el Colegio Mejía a principios de la década de 1920, en época en que la población escolar femenina aún no sufría prohibiciones de participar en ese establecimiento educativo: El mismo Salvador fue profesor del Mejía a partir de 1934 y fue él quien, después de los serios reveses económicos que experimentó Icaza una vez egresado de la secundaria, lo animó a entrar en contacto con la forma artística que marcó la producción literaria de ambos de manera indeleble: el teatro. Debemos a muchas fuentes el conocimiento de la inédita explosión de actividad teatral que ocurre en Quito a partir de 1925, desde la chispa encendida por el director del curso de declamación del Conservatorio Nacional, el español Abelardo Reboredo, pasando por la presentación simultánea en Quito de 3 distintas compañías dramáticas, hasta la desintegración de las estas a principio de los años 30, con la excepción de la Gómez-Albán [i].

Humberto Salvador inicia su actividad literaria en 1925 [ii]con la aparición y la puesta en escena de dos obras dramáticas: Canción de rosas y Amor prohibido, textos coyunturales, que responden a la intensa demanda de material dramático local que las compañías de teatro indujeron entre una incipiente intelligentsia quiteña. Se trata de breves comedias de salón, hechas a la medida de un público acostumbrado a la oferta de contenidos melodramáticos que las compañías extranjeras itinerantes ponían a su disposición. A decir de Maria del Carmen Fernández, se trata de una producción dramática en que ―el bisoño dramaturgo recarga las oraciones de figuras literarias y presenta en las tablas los más galanos conflictos amorosos protagonizados por la clase alta capitalina‖ (p 15)

Por otro lado, Icaza da sus primeros pasos como actor desde esa misma fecha (1925) y hasta sirve de arreglista de algunas obras; la Dramática Nacional experimenta una intensa actividad y ofrece a sus miembros la oportunidad de viajar; para 1928, después de haber recibido elogios como actor y ya en pleno conocimiento de la escena Icaza escribe y la compañía monta su primera obra, El

Intruso. La obra nunca fue impresa, aunque fragmentos de ella (o de su memoria) aparecen furtivamente en el segundo tomo de su trilogía Atrapados (En la Ficción, 1972). Es una comedia

melodramática convencional, al estilo clásico, que recoge la influencia del teatro español y francés al que Icaza fue expuesto en su aprendizaje [iii], el vaudeville ronda por la obra al igual que la influencia de Benavente y Galdós. A esta obra le siguen dos más, del año 1929, escritas por él, La

comedia sin nombre y Por el viejo. La primera de estas tampoco fue impresa y sólo sobrevive la memoria de la pieza junto a los recortes de la prensa de la época. La comedia sin nombre consiste de una pieza costumbrista en la que una familia pudiente de la ciudad recibe la visita de un

pariente pobre, proveniente del campo, que se aloja con ellos mientras finge ser sordo y casi ciego. Su peculiar impostura le permite tener una ventana abierta hacia la sordidez que le rodea y al final, asqueado del ambiente, regresa a su vida anterior. La obra, dice Rodríguez Castelo, ―se resiente de los altisonantes discursos (del pariente pobre) lastrados de intención edificante‖ (―Introducción‖ 19).

La segunda de estas obras—Por el viejo-- presenta una dirección distinta, se trata de una comedia que enfrenta dos generaciones, padres conservadores y cautos con hijos liberales y ávidos de vida. Nuevamente surge la intención moralizante, en los diálogos que defienden ambas posturas; hacia el final, los padres ―ceden‖ ante sus hijos. En todas estas obras, Icaza recibe comentarios favorables de la crítica periodística del tiempo, el afán por alentar la producción local es evidente, los elogios abordan desde sus dotes escénicos hasta sus cualidades como dramaturgo, incluso llegan a separar el ritmo y la ligereza argumentativa de los contenidos a veces lerdos y poco logrados. Es notable leer que la crítica pondere por ejemplo, la gran puesta en escena y la agilidad dramática del primer acto de El Intruso aun cuando reste merecimientos a los actos posteriores y al desenlace. El aprendizaje de la mecánica del teatro en Icaza se acepta como un hecho, aun cuando queda por resolverse la temática a la que se van a aplicar esas destrezas. Sin duda la adquisición del sentido de los tiempos escénicos es uno de los elementos más descollantes de su posterior obra novelística y no sorprende ver reeditada la argumentación crítica que en Icaza, en lo posterior, se ubica en la posición de poder separar forma y contenido (ver Rojas, Mata, Sánchez, Imbert, por ejemplo).

La revolución juliana triunfa el 9 de julio del mismo año y el país se ve envuelto en un clima de cambio y de renovación, en 1926 se funda el partido socialista en Quito y la efervescencia tanto política como artística se extiende entre la emergente clase media, en particular, entre la juventud. Tanto Icaza como Salvador sufren un cambio de orientación marcado en su producción artística a la luz de novedades y noticias de allende que exploran la radicalidad y el experimento en la militancia socio cultural del momento.

Humberto Robles señala este momento como aquel en que la obra de Freud empieza a circular por primera vez en el Ecuador. La coincidencia con la llegada de los primeros documentos marxistas es notable, pese a la gran distancia histórica que separa estos materiales. Se inicia un amplio proceso de apertura hacia las ideas radicales que traen noticias de la revolución mexicana y de la revolución de octubre. Pero el panorama es confuso, no existe claridad por lo pronto y el Ecuador de los veinte se esfuerza intensamente por establecer algo de distancia crítica ante el aluvión de propuestas que la gran convulsión mundial arroja en los hoy míticos años veinte. El caso de Salvador es singular debido a su vinculación inusitada (para un joven intelectual ecuatoriano de la época) con interlocutores de la cultura hispanoamericana. En 1927, Salvador presenta Bajo la

zarpa con la compañía mexicana de Fernando Soler, es esta, a decir de María del Carmen Fernández, la obra que inaugura el realismo social en el teatro ecuatoriano. En 1928, con la

compañía hispano-argentina Anido-Sebrati estrena El miedo de amar, en 1930 obtiene medalla de oro en los Juegos Florales de Bahía Blanca en Argentina con Un preludio de Chopin y posteriormente aparece en el mismo año Ha pasado el amor. M{as tarde, Salvador encontrará ocasión de publicar una novela en Buenos Aires Camarada (1933), y dos textos en Santiago de Chile, Trabajadores (1935), otra novela, y su célebre Esquema Sexual (1933), tesis de grado de jurisprudencia, reimpreso en Quito en 1934 por la imprenta nacional donde consta el autor como ―profesor de psicología experimental en la Universidad Central‖.

Paralelamente, Salvador incursiona en el ámbito de la poesía y publica textos de ocasión, ―elogio de Laura Matilde‖ e ―Isabel León y Aguirre‖ mientras participa, y gana, en los Juegos Florales nacionales y de Bahia Blanca, Argentina. Este doble registro, entre una actividad literaria insurgente, marcada por su preocupación creciente sobre el tema de la sexualidad y la revolución social y su incursión en la actividad ―oficial‖ de la literatura como protocolo cívico, se detiene en 1929, con la aparición de sus primeros textos narrativos Ajedrez , En la ciudad he perdido una novela

(1930) y Taza de té (relatos 1932).Con estos materiales, Salvador incursiona de lleno en la

representación experimental que explora el lenguaje atrevido de la vanguardia.

Humberto Salvador, escritor de profundidades

El interés marcado de Salvador, primero por el psicoanálisis y después por el socialismo, arroja a la producción literaria ecuatoriana una obra escindida entre una intención abiertamente didáctica y de divulgación de las ideas complejas con las que entra en contacto (y que se propone diseminar) y un esfuerzo deliberado por hacer arte con estos contenidos. La primera de estas tendencias se ilustra con claridad con ese voluminoso y alucinante texto que es Esquema sexual (1933), en el que dedica un capítulo entero al psicoanálisis y encuentra su plasmación formal más lograda doce años más tarde, en 1946, con la publicación, en la flamante revista de la CCE, de una versión mejor lograda del mismo resumen anterior con el nombre ―los fundamentos del psicoanálisis‖. Un último esfuerzo en este sentido aparece en 1965 y marca el final de su producción ensayística, dedicada exclusivamente al campo de la psicología, se trata de ―Las raíces psicológicas de la comedia humana‖ [iv].

Salvador, a diferencia de Icaza, incursiona en el experimentalismo formal a través del relato. Sus cuentos despliegan una búsqueda formal impresionante, ocupan desde el registro lírico, pasando por la anécdota firme y cotidiana hasta el experimento discursivo de ―cuento ilógico‖, un relato, dedicado al doctor Julio Endara que agrupa fragmentos de textos de endocrinología, anatomía y psiquiatría en torno a un ―esquema de cuento subjetivo‖ donde Humberto Salvador da cuenta de ―aterradoras enfermedades mentales‖ que son el resultado del ―enojo de las nenas endocrinas‖. Este texto en particular ya anuncia las lecturas y la reflexión académica que ocupó el tiempo de

Salvador mientras elaboraba su tesis de graduación de Jurisprudencia pero muestra una notable insistencia en jugar con los contenidos de sus investigaciones en el plano literario.

La tentación de desplegar su conocimiento de la sexualidad humana lleva a Salvador a elaborar sus textos sobre materiales volátiles y polémicos: el fetichismo sexual por ejemplo en ―el amante de las manos‖ en donde el protagonista experimenta el despertar sexual como niño, a través de las manos de una joven y a partir de entonces se obsesiona por las manos femeninas. La historia termina en un desenlace sangriento en el lecho de un recién logrado matrimonio cuando el joven, ya hombre, apuñala la mano de su novia como preliminar a su goce sexual. En ―Cocktail‖ presenciamos de manera similar el desovillarse de un relato que parte de un escenario clínico, un intercambio de sangre con ―una amiga mayor que incompletamente le enseñó los secretos de la vida‖ y que decanta en una experiencia de asesinato en la vida adulta. La narración es deliberadamente elíptica, la idea es aproximar la escritura a la forma brumosa e indecisa del mundo onírico. Salvador explora entonces no sólo un muestrario de condiciones patológicas sino el lenguaje mismo del psicoanálisis con frecuentes referencias a ese universo léxico. ―Navaja‖ es un texto que adicionalmente parece aludir a la circunstancia terapéutica. El cuento, admirable por su disciplina al contener la técnica expresiva antes mencionada, describe un encuentro extraordinario entre un peluquero de la Plaza del teatro y un cliente que se presenta para afeitarse. El peluquero embadurna al narrador en espuma de afeitar y luego inicia un recuento de sus desgracias. Estas incluyen haber sido atropellado por un automóvil cuyo chofer contravenía las leyes para luego haber sido abandonado a su suerte, en medio de una pobreza atroz. La narración incluye lagunas mentales, arranques de ira y desconcierto por parte de un personaje descentrado y que, para empeorar la situación, blande una navaja a centímetros del cuello de su interlocutor. El texto acierta al transmitir la pérdida de control del barbero junto con la aprehensión y luego el pánico de un narrador que se prepara para recibir la descarga de violencia que el escenario sugiere.

Este texto, uno de los más bien logrados en el corpus de Salvador, presenta con gran economía la presión doble que tanto el psicoanálisis como el marxismo ejercen sobre esta literatura. El narrador, un burgués que huye de ―una insoportable sensación de aburrimiento‖, se instala en una silla que promete ser a la vez, el sitio de su ejecución a manos de un obrero y el sillón reclinable y cómodo del encuentro psicoanalítico. El narrador ocupa el lugar, por otro lado, de una nueva forma de dualidad, es tanto el sujeto como el objeto del análisis. Su aparente inmovilidad corporal nos remite a una intensa actividad discursiva, que se nos transmite a partir de los fragmentos de comentario que el narrador inserta entre su descripción, o transcripción, de los hechos. El protagonista se ve obligado a escuchar y a guardar silencio. Como figura inmóvil y a la vez deliberante, representa al analista pero al mismo tiempo, como cliente y como entidad sufriente que emite un discurso que modula y reprime, emula al sujeto analizado. Desde la perspectiva del análisis de clase podemos ver en el narrador la mala conciencia de una burguesía en complicidad con el statu quo que detecta, de pronto, su vulnerabilidad ante la posibilidad real de una explosión de violencia popular. El texto termina con un giro significativo. Una vez que el protagonista se

encuentra de nuevo en la calle medita sobre la ―tragedia íntima‖ que ha vivido y que, señala, la ―alta sociedad‖ ―mira con desprecio‖ a diferencia de ―los que somos imbéciles y vulgares como el humilde obrero‖ y que ―nos preocupamos de ellas‖. Estas ―íntimas tragedias‖ que en términos artísticos pueden figurarse como relatos y en clave analítica como transferencia o como alienación, preparan, para la literatura de H Salvador, un escenario particularmente sugestivo.

―La navaja‖, de hecho, anticipa la estructura de Trabajadores la más importante contribución que hace la literatura ecuatoriana al llamado realismo socialista . Trabajadores, sin embargo, presenta una compulsión, típica en la literatura de Salvador, por explorar la dimensión oculta de la experiencia sexual ecuatoriana. La narrativa de este autor aborda, entre otros, el tema del incesto (en ―las linternas de los autos‖ por ejemplo) y recoge, con nitidez, la calidad erótica diversa y la violencia urbana del primer tercio del siglo XX en Quito.

La naturaleza de la intervención vanguardista de Salvador se orienta hacia el psicoanálisis de otra manera. Promueve fundamentalmente una forma de escuchar distinto. Más allá de toda discusión contemporánea sobre el valor del pensamiento de Freud está la extraordinaria circunstancia de promoción de una actividad—escuchar—que adquiere una dimensión verdaderamente revolucionaria en el contexto terapéutico. Toda la obra de Salvador se orienta hacia esta reivindación de todas las facetas del acto de escuchar, en particular aquel texto que ha sido ponderado como su mejor narrativa larga, En la ciudad he perdido una novela. El texto parte con la presentación de una partitura, alimentando la noción de una calidad de silencio distinto y dando el paso definitivo hacia una textualidad profundamente sintonizada con la multiplicidad de escenarios y con sus enunciados respectivos. En efecto, la fragmentación narrativa –al igual que en Pablo Palacio—alimenta una actitud expectante, atenta al advenimiento de la siguiente sorprendente revelación, que a su vez se verá temperada por un medio interpretativo que ubica al/la lector/a ante la tarea de descifrar un sueño. Incluso cuando Salvador migra hacia el discurso del realismo nos ubica en la posición de escuchas de una torrente de lamentos provenientes de los labios de sus protagonistas marginales. La literatura ecuatoriana da voz y pausa, por primera vez, ante la desolación de la experiencia de la pobreza urbana y lo extraño en ello radica en la cercanía inmensa del discurso plañidero de los protagonistas de todas sus obras, incluyendo aquellas de su primer teatro. Para decirlo en otros términos, Salvador produce y genera una literatura cursi. El

vínculo de esa cursilería con el psicoanálisis y el mérito de su literatura consiste en la conformación de una matriz social de elaboración parecida, entre los distintos segmentos sociales, ante los ineludibles materiales del sufrimiento. Salvador no busca eludir lo cursi, ni evitarlo cuidadosamente, más bien parece buscar activamente su presencia, marcar sus formas expresivas, registrar su vehemencia. Lo cursi es para Salvador el contenido tanto manifiesto como latente de un discurso social ecuatoriano que finalmente, en sus manos , encuentra la fuerza para oírse a sí mismo. Esto explicaría en parte el gran éxito que Salvador experimentó en las tablas como autor dramático a la vez que el pasmoso silencio crítico que acompañó el resto de su prolífica producción literaria posterior.

La síntesis

Por último está el asunto de la síntesis freudo-marxista de este autor. Desde la temprana admiración de Trotsky hacia Freud, pasando por el trabajo de Wilhelm Reich a fines de los 20 y luego con uno de sus seguidores Erich Fromm, quien a su vez introdujo la idea de una síntesis a la escuela de Frankfort. El intento de vincular estas dos vertientes de pensamiento revolucionario se convirtió durante el siglo XX, en la versión en las ciencias sociales de la famosa ―teoría unificada‖ que Einstein persiguió durante la última fase de su vida.

Se podría decir que tanto Humberto Salvador como Jorge Icaza participan del intento de vincular la libertad económica con la libertad sexual. Ambos escribían desde las restricciones propias de un medio artístico preparado para observar las convenciones sociales vigentes y ambos participan de un esfuerzo común para, en las palabras de la época ―épater le bourgeois‖. En todo esto aparece una suerte de anticipación de la obra posterior de Herbert Marcuse, cuya visión de una sociedad que rechaza la represión (en oposición a la propia postura freudiana que ve a la sociedad como aquella que emite una represión natural y necesaria) recalibra el esfuerzo por lograr la síntesis entre Freud y Marx. Para Marcuse, al igual que para Icaza y luego Salvador, se trata de luchar para liberar nuestros instintos. Marcuse arguye que es el orden instituido el que impide que alcancemos el ideal de una sociedad de aceptación ― basada en una experiencia del ser fundamentalmente distinta, una relación entre el hombre y la naturaleza fundamentalmente distinta y relaciones existenciales fundamentalmente distintas‖.

En manos de Salvador, la síntesis por momentos adquiere una dirección determinista. Esto se observa ya en su ―Esquema sexual‖ de 1933 donde se observa un determinismo biológico que Salvador separa en partes: endocrinología, fisiología, psicología. Es como si el despliegue, común en el confuso clima intelectual y artístico de los 20 y 30, de metalenguajes pasara a justificar automáticamente la toma de posturas de la más diversa índole: progresistas en el caso de los derechos sexuales de las mujeres, reaccionarios al recoger los postulados tempranos de la eugenesia, didáctica y prescriptiva al momento de contemplar las repercusiones jurídicas de todo ello. A esto se suma un mecanicismo histórico y económico que concluye expresando la necesidad del triunfo revolucionario y tenemos un panorama que, salvo por la periódica irrupción del experimentalismo formal, el atrevimiento en la representación de la vida sexual y el ocasional brote de lirismo, ubican la obra de Salvador al filo del abismo creativo. Aunque la compulsión reduccionista del freudo marxismo de Salvador eventualmente deja de asediarlo, su insistencia metódica por persistir en la representación de la intimidad y de la complejidad lo escoltarán desde los 50 hasta el fin de su vida. Su adopción casi exclusiva de la forma de la novela desde entonces apunta de igual manera hacia la adopción de una visión mucho más abierta a la transformación constante de su perspectiva.

De regreso a Icaza

Dejamos antes a Icaza en el año 1929, ante la presentación de una de sus obras dramáticas—Por

el viejo—que presenta una dirección distinta en su producción. Se trata de una comedia que enfrenta dos generaciones, padres conservadores y cautos con hijos liberales y ávidos de vida. Nuevamente surge la intención moralizante, en los diálogos que defienden ambas posturas; hacia el final, los padres ―ceden‖ ante sus hijos. En todas estas obras, Icaza recibe comentarios favorables de la crítica periodística del tiempo, el afán por alentar la producción local es evidente, los elogios abordan desde sus dotes escénicos hasta sus cualidades como dramaturgo, incluso llegan a separar el ritmo y la ligereza argumentativa de los contenidos a veces lerdos y poco logrados. Es notable leer que la crítica pondere por ejemplo, la gran puesta en escena y la agilidad dramática del primer acto de El Intruso aún cuando reste merecimientos a los actos posteriores y al desenlace. El aprendizaje de la mecánica del teatro en Icaza se acepta como un hecho, aun cuando queda por resolverse la temática a la que se van a aplicar esas destrezas. Sin duda la adquisición del sentido de los tiempos escénicos es uno de los elementos más descollantes de su posterior obra novelística y no sorprende ver reeditada la argumentación crítica que en Icaza, en lo posterior, se ubica en la posición de poder separar forma y contenido (ver Rojas, Mata, Sánchez, Imbert, por ejemplo).

Y así llegamos a 1931, el año de estreno y también de edición de ¿Cuál es? , la pieza que, según la crítica (Descalzi, Rodríguez Castelo, Alarcón, Flores Jaramillo) marca una nueva dirección en la literatura icaciana. Ese mismo año se edita la obra, en un ligero tomo, junto con Como ellos

quieren que nunca fue representada. Para Rodríguez Castelo al igual que para Descalzi, Alarcón y hasta para el mismo Icaza, esta obra señala un nuevo rumbo en la poética en construcción de nuestro autor [v]. Para empezar, su subtítulo es ―retazo de drama vanguardista‖, en el programa de anuncios, que no ha aparecido en la única posterior reedición de estos textos, dice:

¿Cuál es? No es una obra. Es un retazo de drama, es una comedia sin principio ni fin. Es una pregunta sin respuesta. Es una charada cuya solución se perdió en un momento de descuido. Es eso y mucho más y sin embargo no es nada. El final razonado, el segundo acto perdido, la respuesta, la solución, se la darán cada uno de los espectadores. (Descalzi, 797)

Psicodrama

Parte de la novedad de la obra proviene de su esfuerzo por servirse del discurso del psicoanálisis para cumplir con sus objetivos, ¿Cuál es? busca en particular ilustrar los preceptos freudianos del

complejo de Edipo junto con las teorías adlerianas de la introspección/extroversión. El argumento trata de dos hijos que ante el odio a su propio padre sueñan. El uno sueña que no lo mata; es una pesadilla, el otro que sí lo hace, y goza. Al despertar se encuentran con la realidad de la presencia física del padre y en un momento confuso, uno de ellos consuma el parricidio. El público queda presto a responder la pregunta ¿Cuál es? En la puesta en escena, los muchachos duermen en

proscenio y al fondo ocurre su sueño. El montaje, en dos planos separados, el uno que adumbra al otro, alude a una preocupación metanarrativa, que ya se anuncia con fuerza visual desde este momento. En otras palabras, la visualización de una relación dramática de los personajes con fuerzas ignotas (el inconsciente) permite una primera percepción de la opacidad de la circunstancia narrativa.

María del Carmen Fernández ha escrito espléndidas páginas sobre el advenimiento de la vanguardia histórica en el Ecuador, en ellas, la investigadora española vincula el experimentalismo formal de ciertos escritores de los veinte y tempranos treinta con ―una narrativa de crítica a los esquemas literarios e ideológicos imperantes en los círculos intelectuales de élite‖ (El realismo

abierto de Pablo Palacio,120). En esta estrategia, la ―introspección psicológica‖ se vuelve un arma de lucha.

Interesa aquí remarcar sobre las similitudes y las diferencias que alinean la dramaturgia, de orientación psicoanalítica, icaciana con la obra paralela de la vanguardia que opera en esos tiempos. Para empezar debemos señalar que Icaza no pertenece a los mismos circuitos literarios y tiene un enorme desapego y hasta antipatía por la poesía, en la entrevista que publica Enrique Ojeda en Ensayos sobre la obra de Jorge Icaza, después de señalar su repudio por la literatura en sus años colegiales, debido a una enseñanza mecánica y memorística de preceptiva literaria, dice lo que sigue:

Primero le había dicho a usted que yo tenía aversión a la cosa literaria y por tanto a los literatos. Me parecían gente fuera de la realidad, muy señoritos, muy fuera de todo concepto humano y lo mismo los profesores de literatura. Les tenía no diría odio pero sí desprecio y lógicamente tenía en poco el producto de esos señores. (118)

Los debates y problemas escénicos y los medios de publicación de su obra no tienen contacto así con las revistas que difunden y promueven la vertiente experimental, la obra temprana de Icaza así no aparece, ni como crónica, reseña o colaboración en las páginas de Caricatura, Hélice, Esfinge, o

las muchas otras publicaciones que recogen la agitación cultural de fines de los años veinte y principios de los treinta. Por otro lado, existe un problema de percepción crítica del trabajo de las tablas puesto que la obra dramática que se exhibe en Quito en esta época es recibida como una extensión de la sensiblería y la hegemonía cultural de las élites encaramadas en el poder, una fusión de romanticismo trasnochado, cuadro de costumbres y farsa que los artistas de la época, entre ellos el mismo Icaza, intentan justificar calificando su participación y preferencia por la ―alta comedia‖ a diferencia de la comedia bufa o la tragedia a secas [vi]. Para la vanguardia en ascenso, esto seguramente les sabía a la literatura recalentada del poder mientras que para Icaza esta no sería sino una demostración más del falso refinamiento de los ―literatos‖. Uno se siente inclinado aquí a hablar de la obra dramática de Icaza como una obra anti-literaria (en el sentido de que no se vincula a ningún circuito que reivindica la literatura como causa), ya Jorge Alarcón ha calificado

a ¿Cuál es? como anti-teatral en el sentido específico de que se trata de una textualidad, que coincide, por afinidad con el dadaísmo, con una actitud contra institucional o, por decirlo de otra manera, como una escritura fundamentalmente pragmática, de bricolage. Esta distancia ante sus contemporáneos, alienación de dos lados, lo convierte en un modernizador sui generis, completamente a-lírico.

Por otro lado, ¿Cuál es? aborda el tema del parricidio, un tema vinculado por cierto, con la

―ansiedad de la influencia‖, una suerte de aplicación psicoanalítica de la sucesión literaria en el crítico estadounidense Harold Bloom. El mismo Icaza insistirá, más adelante en su carrera, en varias entrevistas, sobre el vínculo entre esa obra y la adquisición de su ―independencia‖ literaria. Otro elemento interesante que produce la mención de parricidio es que plantea el anverso de la recurrente figura del filicido, conspicua en la obra de Pablo Palacio. El padre que mata al hijo, se convierte en el hijo que mata al padre en una figura que explora la amplia extensión de la noción de vanguardia, desde la búsqueda de autonomía expresiva en el arte hasta la destrucción imaginativa de las relaciones sociales y culturales, el puente que va desde Palacio a Icaza y viceversa sugiere la imagen en la vanguardia de la revolución permanente [vii].

La siguiente obra de Icaza, publicada también en 1931 pero nunca representada, es Como ellos

quieren. Es una nueva oportunidad de explorar las aplicaciones del psicoanálisis al teatro, en esta ocasión se trata de la reincorporación a la familia patriarcal de una joven indigente, hija ilegítima de un hombre de alta sociedad. El espíritu abierto de esta mujer se enfrenta con el medio restrictivo de un hogar conservador y pacato. La obra termina con la rebelión de la protagonista, su rechazo de los convencionalismos que se le imponen y su decisión de regresar a su lugar de origen. Una de las novedades de la pieza consiste en la presentación de personajes alegóricos, entre ellos la libido o el deseo. La obra, nunca montada, debió escenificar a través de efectos de luz y sombra, la estructura tripartita de la mente señalada por Freud, el yo, el superego y el id, a la vez que intenta ilustrar en Lucrecia, el personaje principal y portavoz autorial, un esquema de neurosis. Nuevamente estamos ante la dificultad de asignar con claridad móviles y responsables a las acciones de los personajes. Dice Lucrecia en un tramo: ―¿Crees que somos unos maniquíes de cartón, a los cuales se les puede recortar al gusto de uno?‖ (19)

Las obras de Icaza empiezan a ser cada vez más teatro de ideas, su siguiente obra y la más compleja hasta entonces, Sin Sentido (1932) asume ya plenamente la dimensión alegórica. El argumento versa sobre un millonario aburrido, Claudio, que busca modelar ―algo nuevo‖. Con este propósito lleva a su casa tres niños y dos niñas que cría con exquisita atención al desarrollo intelectual y moral de ellos. Una vez adultos les impone la estricta prohibición del amor sexual, que ellos rompen, inintencionadamente, y como resultado son expulsados del hogar paterno. Una vez en el mundo exterior, todos emplean su ingenio en la tarea de la supervivencia y eventualmente participan en una revuelta en contra de la autoridad política, representada por su ―padre‖. Son

capturados al final, sentenciados al encierro, aunque uno de ellos, deficiente mental, mantiene su afecto original por el padre que acepta su reincorporación al seno familiar.

La obra ha sido interpretada por Jorge Alarcón como una alegoría cristiana en la que Claudio representa a Dios y los principios establecidos por este a aquellos de la escolástica de Santo Tomás. En esta misma veta, la expulsión del hogar coincide con la expulsión del Edén y su reclusión final al ―olvido‖ de Dios. La obra nuevamente ilustra la rebelión ante la autoridad como principio constitutivo de la identidad a la vez que inscribe la representación en su conjunto dentro del absurdo (Sin Sentido). La primera escena de la obra nos presenta un Claudio ocupado recortando muñecos de papel, una imagen con la que ya Icaza había señalado su autoconciencia de la arbitrariedad de la tarea artística (ver referencia a Como ellos quieren, unas líneas arriba) pero de manera importante establece un paralelo con el experimentalismo formal del artista. En esa misma escena Claudio expresa su repudio por lo convencional y su deseo de hallar algo nuevo. La obra marca en sí, el fracaso del experimento sin sentido de Claudio, un intento de crear ―seres ciegos a las pasiones, potentes en su indiferencia, que desconozcan el pasado y el futuro y, sobre todo, que no sepan amar‖ (71). Esta obra, que evoca el Pygmalión de la antigüedad o el mito de narciso, permite un abanico de lecturas posibles. En una de ellas, la rebelión de los personajes ante la autoridad paterna marca el lugar de la propuesta artística del experimentalismo teatral, en ese caso, Claudio (nombre imperial en la dramaturgia clásica, Yo-Claudio) representa la opresión sistemática del sistema cultural vigente, y la aceptación final o la reconciliación de Claudio con su hijo imbécil Tito señalaría el rechazo de la opción insurgente, por parte del poder cultural a favor de una producción idiotizada. Otra posibilidad es la del triunfo de Claudio como voz experimental, ante la indolencia e incomprensión de sus allegados, entregados finalmente al convencionalismo fatalista y la consolación final del visionario con el culto a su propia figura. Todas estas posibilidades son problemáticas, aunque aluden finalmente, como ya lo hace Icaza desde ¿Cuál

es? a la necesidad impostergable por parte del público de involucrarse en la tarea interpretativa.

La voluntad creadora de Claudio evoca el signo trágico de la modernidad, desde Victor Frankenstein (el subtítulo de la famosa novela de Mary Shelley no era otro que el de un prometeomoderno) hasta el amo de Metropolis (1926), John Fredersen de Fritz Lang . Ciertamente que el espíritu de un totalitarismo tecnológico [viii](y fascista) ronda Sin Sentido , a la vez que una insurgencia social de escala planetaria, el espíritu de la vanguardia internacional está aquí presente como en ninguna de sus demás obras. El mismo Pablo Palacio opina sobre la obra dramática del autor de Atrapados: ―Icaza se está dando el trabajo de incorporar en el teatro nacional un nuevo aliento y de presentarnos en su idioma las tendencias moderna de reforma‖ (162). En su conjunto, y cada una a su manera, las tres obras dramáticas de Icaza ¿Cuál es?,Como ellos

quieren y Sin Sentido conjuran el espectro de la temible irrealidad e inestabilidad de la representación moderna, aunque esta tendencia encontrará su manifestación más lograda enFlagelo.

La fecha de aparición de Flagelo produce ciertas dificultades. Estas tienen que ver con problemas de distancia, memoria, registro y sustentación a la vez que con la especificidad empírica del género dramático. Como ya sostuvieron hace mucho Wellek y Warren en su ilustrativo texto dentro de Teoría de la Literatura , ―el modo de existencia de la obra de arte literario‖, una texto dramático observa una curiosa relación existencial ante el escenario y la imprenta. Si bien hemos intentado mantener estos dos planos separados en las precisiones bibliográficas previas, en el caso de Flagelo, una obra clave para entender el tráfico importante entre vanguardia y realismo en la literatura ecuatoriana del siglo XX, esto se vuelve difícil. La información disponible establece la fecha de publicación de Flagelo en Quito, en la Imprenta Nacional, en 1936, la obra se estrena en 1940 en Buenos Aires en el Teatro del Pueblo de Leonidas Barletta. Sin embargo, queda una duda, Hernán Rodríguez Castelo señala lo siguiente: ―Y entonces, en ese mismo 1932, Icaza se despidió del teatro con un pequeña obra que inaugura su etapa indigenista: Flagelo‖

Más adelante, después de reseñar el argumento dice: ―Estaban listos los personajes de la novela indigenista de Icaza: los había trazado en el guignol de su Flagelo‖

(Teatro Social Ecuatoriano 19). Ricardo Descalzi añade a la confusión cuando, en la breve ficha bibliográfica que precede su descripción de la misma obra incluye, junto con las informaciones ya anteriormente registradas, el dato siguiente: ―Epoca: 1932‖. Contrastemos esto con las anotaciones de Jorge Alarcón o de Renán Flores Jaramillo que dan por sentado que la obra es del 36. Por último, en la entrevista que Icaza concede a Enrique Ojeda el autor dice: ―Para terminar con el teatro, después de escribir Barro de la Sierra y Huasipungo, escribí una obra que se llamaFlagelo que usted ya conoce y que ya trata del indio y del tema social. Esto es ya de 1933” (Ensayos sobre Jorge

Icaza 115). Pero es Barro de la sierra el texto que aparece en el 33. En un fragmento de otra entrevista, esta concedida a Castelo, una vez que Icaza termina de comentar¿Cuál es? dice ―Al lanzarme a otras cosas me encontré con el dolor de mi pueblo, su alegría. . .y surge Flagelo‖.

El asunto queda así por esclarecerse, si la obra efectivamente fue presentada en el 32 o en el 33 o por lo menos fue escrita o circuló en esa fecha, entonces podemos plantear una transición neta de la obra teatral icaciana a su posterior obra narrativa. De no ser este el caso estaríamos ante un retorno de Icaza al teatro, munido con la artillería de su paso por la narrativa social.

En todo caso nos corresponde presentar un breve resumen de Flagelo. Se trata de una pieza de un acto, con varios cuadros. Al principio aparece un pregonero anunciando sus mercancías al público y dejando entrever, al final de su monólogo, que se trata de ―anunciar‖, como producto, al indio. En seguida se abre un telón que revela un paisaje de la Sierra ecuatoriana, con una chichería en donde los peones se emborrachan; a la vez, se escucha el chasquido constante de un látigo que acompañará el montaje de la obra entera. Un niño sale a escena, en busca de su madre, después de haber huido del trato abusivo de su patrón, la madre lo golpea y lo obliga a que regrese a su

tormento. Un borracho acosa a un indio sobrio y ambos terminan golpeándose, todo esto mientras se escucha el tronar del látigo. El indio borracho llega a su choza y golpea a su mujer, otro indio intenta protegerla pero es repelido por ella, alegando que es el derecho de su marido tratarla de esa manera. Aparece nuevamente el pregonero, radiante, mientras el trasfondo desaparece. El látigo aumenta su frecuencia y para hacerse oír, el pregonero saca a escena al hombre que lo ha manejado: es el patrón. Luego el pregonero presenta al traspunte: un militar, por último, desde bastidores emerge el apuntador: un cura.

Flagelo, de igual manera que Sin Sentido, hace de pronto evidente, en la textura misma del montaje teatral, el estatus problemático del autor y de su autoridad. Tanto Claudio (personaje deSin Sentido)

como el pregonero aparecen como figuras ambiguas y productoras de desconfianza, tanto por su evidente vocación manipuladora como por su sospechosa cercanía al poder litúrgico de la narración. Ambos son evidentes marcadores del lugar del autor y en ambos se siente de cerca el artificio de la representación. Así, el texto autoreflexivo ocupa el centro del escenario público y estético, y al hacerlo repudia manifiestamente las formas fijas, la autoridad cultural establecida y su gusto dominante. Flagelo en particular rechaza de manera manifiesta la necesidad misma de la popularidad en el mercado, ahuyentando de esta manera, no sólo la alternativa del ―buen gusto‖ aristocrático sino también la alternativa burguesa de la rentabilidad de la empresa artística [ix]. En esta tarea, la doble influencia de Marx y Freud hace su llegada en la forma de uno de los muchos intentos occidentales por producir una fusión del impulso revolucionario de ambos, tanto en general como en relación particular con una nueva política sexual. Así en, Como ellos quieren Icaza aborda la extraordinaria tarea de sugerir, en los veinte ni más ni menos, la necesidad de la libertad sexual femenina como un aspecto de la emancipación más amplia que en esa obra apenas alcanza a conjurar. Algo similar sucede en Sin Sentido en donde la revolución política inminente se vincula directamente con la autonomía sexual de los personajes hasta llegar a Flagelo en donde la brutalidad de la unión sexual indígena se conecta, de plano, con la opresión económica y cultural. El diálogo inicial de Flagelo puesto en boca del pregonero:

―Estampa a la cual encontré olvidada entre los problemas erigidos en tabú por conveniencia de la clase explotadora‖. La obra lleva por subtítulo Estampa para ser representada y agrupa en este brusco

enunciado la hermenéutica de la sospecha que describe tanto el sistema marxista como el de Freud: el olvido como problema ya da la voz de alerta, junto con la mención a la prohibición ; por otro lado, implícita en la voz tabú, a la vez que en la conveniencia observamos el entrelazamiento del análisis ideológico con el psíquico. El fetichismo de la mercancía en cercano contacto con el fetichismo sexual.

La condición vanguardista de Flagelo es tanto más sorprendente cuando nos enteramos de estar ante la matriz del indigenismo posterior de Icaza, ―una suerte de manifiesto indigenista‖ la ha llamado Agustín Cueva y cabe anotar que, precisamente desde el seno de lo que posteriormente se llamará realismo social, como antítesis del experimentalismo formal, y por medio de

mecanismos ostensiblemente vanguardistas, Icaza sondea por primera vez, la amplia extensión de la fórmula que lo llevaría al pináculo de las letras ecuatorianas.

¿En qué consiste este movimiento? Y ¿Por qué no se ha marcado esta confluencia?

Para abordar esta temática debemos hacer referencia, en primer lugar, a la famosa defensa de Icaza, levantada con gran contundencia por A Cueva entre otros, como creador de ―tipos‖ o como constructor de ―personajes colectivos‖. Esta formulación es la contrapartida de la acusación más o menos extendida durante una época, de que Icaza ―deshumaniza‖ a sus personajes. En ambos casos la clave y el registro crítico toman como línea de base la realidad social, en particular la realidad agreste del Ecuador del primer tercio del siglo pasado. Aunque también es posible pensar en la privación de la humanidad de los personajes como un aspecto del teatro experimental. J Gallegos Lara ya opinó lo mismo en 1931, invocando el término ―pirandelismo‖ para hacer referencia a la obra de Humberto Salvador, En la ciudad he perdido una novela . Se trata simplemente, de revelar la condición ficticia de los personajes ante el público. En palabras de M del Carmen Fernández, ―la deshumanización extirpa, pues, toda incoherencia de los seres reales‖ (28). Es una técnica ensayada en el contexto hispanomericano notoriamente por Miguel de Unamuno en su Niebla, de 1914 y más cerca de nosotros, en el propio Atrapados de Icaza, publicado en 1972, en donde el ejercicio llega a su culminación formal en escenas de rebeldía de los personajes de ficción que se rehúsan a moverse como fichas en el esquema del autor. La des-humanización de los personajes de Icaza puede entenderse así tanto como un esfuerzo por mostrar la realidad descarnada de la violencia histórica y sistemática del mundo seudo-feudal de la Sierra ecuatoriana, una hipérbole para algunos, un gesto objetivo para otros, que como el intento de enunciar al máximo la ficcionalidad de seres inventados y que dramatizan una realidad enredadiza y des-autorizada. Experimentalismo formal, envoltura realista, Huasipungo trastorna las expectativas de la novela convencional—y es criticado por ello como un creador que, citando la sentencia de A.F. Rojas, ―escribe con increíble descuido‖. Desde ese aserto se vuelve factible pensar en que el descuido puede hacer referencia a una apreciación crítica; es decir a la negativa a ver en el ―feísmo‖ y en lo atávico de la narrativa icaciana un signo autoreferencial y experimental en su literatura.

nativismo

El primitivismo también persiguió a Icaza durante su vida en la forma de un determinado culto a su figura, un culto que insistió en su sinceridad como elemento de grandeza literaria y que encuentra

su expresión tal vez mayor en la biografía novelada que escribió su amigo, el inmigrante vienés Paul Engel con el nombre Mauricio Toledano en espejo cóncavo.

El primitivismo aparece de otra forma en la obra de Icaza, a través del recurso a la profundidad; es decir, mediante el desmantelamiento progresivo de la dignidad de sus personajes como modo de acceder a su esencia [x]. Lo primitivo, en esta versión, se vincula con las profundidades psíquicas y por ende, con la sexualidad y el inconsciente. Ya Icaza había intimado en sus dramas previos, en clave psicoanalítica, que la libertad humana y su creatividad mantenían una indisoluble relación con lo primitivo.

El arte literario de Jorge Icaza y de Humberto Salvador se enrumba, por un momento, en un camino compartido, se lo puede resumir como un interés común por la liberación sexual, la emancipación del sueño y la fantasía, una nueva preocupación por la locura como alternativa a la cordura represiva, un rechazo del lenguaje ordenado como forma de dominación encubierta pero rutinaria: todo ello se veía ahora, en esta tendencia que culmina en Flagelo y que marca el final del interés desembozado que la literatura ecuatoriana expresó—hace ya 75 años—por el psicoanálisis.

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Viga, Diego. Mauricio Toledano en espejo cóncavo. Quito: El Conejo, 198?

[i]Las tres compañías que coexistieron brevemente en los tablados quiteños en el Quito de los veinte fueron La compañía dramática nacional, La compañía de comedias y variedades y la compañía de zarzuelas y variedades, las tres compitieron en un concurso en el teatro Sucre el 24 de mayo de 1927. Las principales figuras de la época, y algunas que persistieron en ese medio, tienen sus orígenes en ese momento, desde Marina Moncayo, primera actriz ecuatoriana y luego esposa de Icaza, hasta Carlota Jaramillo, Humberto Dorado Pólit, Marco Barahona, Jorge Araujo, Ernesto Albán y otros/as. Ver Tiempos Idos de Jorge Ribadeneira Araujo para un recuento, primordialmente nostálgico, aunque documentado y serio, de la época.

[ii]Rodríguez Castelo da la fecha de 1924 para Amor Prohibido.

[iii]La influencia del teatro español en la época era marcada, el propio Abelardo Reboredo, ciudadano español, el primer maestro de Icaza, es un viejo actor que permanece en Quito después de haber llegado con una compañía en gira; es presumiblemente el éxito de estos grupos itinerantes lo que cataliza la formación de grupos como los antes referidos. Entre las obras montadas en las que participó Icaza Jorge Neptalí Alarcón nombra las siguientes: Entre parientes, de Echegaray, El cigarro de Duvernois y Asirse de un Cabello, sin autor, de 1925. De 1926, Calla

corazón de Felipe Sassone, Camino delante de Linares Rivas, Tierra baja de Angel Guimerá y Mi

mujer es un gran hombre, sin autor. De 1929, El buen camino de Horacio Maura, El último Lord de Hugo Fale, Los ojos más bellos del mundo, ―comedia francesa‖, El ladrón de Berstain, Como los

árboles de Avellán Ferrés, Almas Bohemias de San Miguel. De 1932, Los repatriados de Frank, El

valse de los perros de Andreiev, Juan de la Luna de Marcel Achard, Esteban de Jacques Deval, M´hijo el doctor de Florencio Sánchez y El Dictador de Jules Romain.

[iv]Salvador además publicó ensayos dispersos sobre este mismo tema en distintas publicaciones, un ejemplo de esto aparece en la misma Revista de la CCE, año I no.2, Abril-Diciembre 1945 ―Psiquiatría Infantil‖ un texto que sintetiza los contenidos de una obra del mismo nombre escrita por el Dr. Leo Kanner, ―catedrático de psiquiatría de la universidad de Baltimore‖ . . . ―traducida al español por el doctor Ricardo Olea y publicada por Zig-Zag de Santiago de Chile‖.

[v]Dice Jorge Alarcón: ―¿Cuál es? Probablemente marca un viraje total en la trayectoria del teatro ecuatoriano de entonces. Tanto por su estructura y técnica dramáticas, como por la importancia dada en él a las ideas puestas en acción, pertenece a lo que posteriormente se conocerá con el nombre de antiteatro, según el cual, las normas del viejo teatro clásico o burgués quedan descartadas. En este ―retazo‖, en efecto, la trama dramática con sus pasos de planteamiento del problema, nudo y desenlace, no tiene importancia. Lo importante son las ideas que culminan en la tesis final. La técnica empleada también pertenece al antiteatro‖ (14). Aquí se revela la condición, por así decirlo de ―outsider‖ de Icaza relativa a la institucionalidad literaria que, en el caso del teatro, era incipiente. Podemos ver otros indicios de esto en el repudio general que hace Icaza en su entrevista con E. Ojeda, en su etapa formativa colegial, contra ―La Literatura‖ y posteriormente, como señala la crítica de su novelística, contra la ―estética‖.

[vi]Ejemplo de esto es una entrevista realizada a Icaza en El Arlequín, publicación periódica quiteña

en agosto de 1928, en artículo titulado ―Jorge Icaza primer galán de la Dramática Nacional‖. En el texto, el entrevistador pide del actor/autor una precisión sobre el significado de la ―alta comedia‖. El estilo pomposo y altisonante de la transcripción del encuentro, urdido en un lenguaje pretensioso y arcaico hace todo lo posible por dar la impresión de que la alta comedia trata sin duda de una labor de alto valor artístico, alejada y por encima de la vida cotidiana. La solapa de los libros de las primeras obras de Icaza que encontraron imprenta, ¿Cuál es?, Sin Sentido y después Flagelo, proclaman en términos nada inciertos, luego del nombre de cada obra dramática de nuestro autor, salvo la última, la precisión, Alta Comedia.

[vii]Otra zona de interés entre Icaza y Palacio está en lo que podría llamarse el uso de ambos de un ―coro‖; es decir, de voces incorpóreas que escoltan los sucesos argumentales, esto aparece en el teatro de Icaza fundamentalmente (desde ¿Cuál es? en adelante) , al igual que en Vida del

Ahorcado.

[viii]La influencia de Ortega y Gasset posiblemente se manifieste en esta obra a partir de la difusión en Quito por medio de la Revista de Occidente de su célebre ―La deshumanización del arte‖ (1925)

[ix]El experimentalismo formal es evidente además, en Flagelo, en la diagramación novedosa que dispone del texto del prologuista de la obra de Icaza, Francisco Ferrándiz Alborz. La tipografía se presenta en un esquema oblicuo que evoca el juego de disposición tipográfica de los Caligramasde Apollinaire y, aunque no llega a los extremos del poeta francés, es evidente que la intención es producir un descentramiento junto con una cierta exigencia sobre las expectativas del público lector de esta obra

[x]Rosalind Krauss distingue entre variantes ―suaves‖ y ―duras‖ del primitivismo, mientras la primera es una suerte de formalización o estilización exotizante, la segunda (que vincularíamos con la obra de Icaza) consiste en acercar lo primitivo a lo regresivo, el atavismo y lo primal, se trata en definitiva, de una visión ―violentamente anti idealista y anti humanista‖ .

Derechos de la Infancia y Psicoanálisis: Breves Notas Farith Simon Campaña

Sería pretencioso afirmar que puedo disertar acerca de la recepción de la obra de Freud en el mundo jurídico en el contexto ecuatoriano, simplemente me referiré a un aspecto del mundo jurídico en donde existe información desde el psicoanálisis: los derechos de la infancia y adolescencia. Para preparar estas breves notas he revisado un trabajo de Humberto Salvador: Esquema Sexual (1934) y algunas reflexiones que he podido encontrar sobre los derechos de la infancia y adolescencia y el psicoanálisis en un trabajo de Marie-Astrid Dupret 1: Hurto de Infancias (2004) 2, finalmente revise una conferencia, aún en proceso de edición, de Michel Thibaut en la que se analiza las normas contemporáneas sobre derechos de la infancia y adolescencia.

Accedí al texto de Humberto Salvador gracias a Alvaro Alemán, del mismo estudie con detenimiento el capítulo ―Los delitos sexuales ante la nueva ética: legislación‖. De cierta manera sorprende que 70 años de la publicación del libro algunas de los problemas abordadas por Salvador siguen siendo parte del debate nacional, por ejemplo: el aborto y el control de la natalidad; así como algunos de los actores a los que el se refería como influyentes en las respuestas normativas de la época siguen estando vigentes y mantienen una presencia tan significativa que aún son capaces de imponer sus puntos de vista. Me refiero a la Iglesia y sus aliados, de hecho hemos podido atestiguar en estos días su presencia e influencia, a propósito del debate sobre ciertas normas de la Ley Orgánica de Salud, que lograron se modifique en su texto original por su presión.

Dos son las vertientes que utiliza Salvador para su análisis: el marxismo y la ciencia. En este segundo ámbito, la ciencia es que utiliza el psicoanálisis para cuestionar la forma en que se regulan ciertas conductas calificadas como delitos por el legislador y que tienen como elemento en común la sexualidad (incluye la violación, el atentado contra el pudor, el rapto, el homosexualismo, el adulterio, el aborto. A propósito de este último analiza el control de la natalidad y la eugenesia). Esta admiración por el psicoanálisis y el marxismo se expresa en la frase siguiente: ―La ciencia nueva tuvo su amanecer en Berlín. Marxismo, relativismo, freudismo, los tres polos formidables del pensamiento humano…‖ (Salvador, 243).

La idea de que el psicoanálisis permitía brindar respuestas científicas a muchos de los problemas del comportamiento humano esta muy presente en el trabajo de Salvador, por esto llega a realizar ciertas afirmaciones que han sido abandonadas en el mundo del derecho por no tener base cierta y por el riesgo que estas ―teorías‖ presentaban para los derechos de las personas por permitir un uso indiscriminado y selectivo del derecho penal, en especial nos referimos al positivismo criminológico, bajo el cual se afirmaba que se podía deducir que personas tenían mayores posibilidades de

delinquir, dependiendo de la escuela, por características fisiológicas, sicológicos o sociales y por tanto el Estado podía intervenir de manera preventiva y así evitar la comisión de un delito.

Para Salvador ―…el psicoanálisis nos ha enseñado ya que es en la infancia cuando se forja definitivamente la personalidad, ¿qué puede esperarse de un hombre a quien se envenenó el espíritu desde los primeros años? Lógicamente, los niños criados en orfelinatos, los hijos de ―dañado ayuntamiento‖ deberían ser más tarde incendiarios y asesinos, sin que la sociedad tenga derecho para acusarlos, porque ella mismo los educó para el crimen.‖ (Salvador, pág. 224).

En los primeros años del siglo XX se dejó de lado este enfoque para los adultos por los riesgos antes descritos, pero a partir de 1938, muy cerca de haberse publicado el trabajo que estamos analizando se aprobó el primer Código de Menores ecuatoriano, en el cual se trataba a los menores de edad como irresponsables en materia penal debido a que se consideraba no tenían ―conciencia y voluntad‖, los elementos que el derecho penal clásico exige para atribuir la responsabilidad penal. Esto no significa que se dejó sin respuesta a lo que se consideraban ―comportamientos desviados‖, por lo que se creó una categoría llamada ―situación irregular‖. Una vez que se los declaraba en esta situación podía someter a las personas menores de edad al control estatal. En esta categoría se incluían a todos los que se acusaba de cometer delitos, los que estaban abandonados o maltratados, los que tenían un comportamiento considerado inadecuado o que demuestren su ―peligrosidad‖ o predisposición a delinquir, por supuesto, siempre que no tengan una familia o no pertenezcan a una que no asegure su corrección o educación. Podemos ver que esta perspectiva del control anticipado de la criminalidad aparece claramente en la legislación, no tenemos información que permita asegurar que Salvador tuvo incidencia en el texto legal, pero las ideas que el proclama pueden ser identificadas en estas normas.

La reforma legal de 1992, perfeccionada en el 2003, establece una respuesta diferente para las personas menores de 18 años acusados de cometer delitos. La legislación vigente fija dos grupos de edad distintos, y por tanto efectos distintos. Debajo de los 12 años no puede haber un juicio para determinar la responsabilidad en caso de que se acuse a una persona menor de esa edad de la comisión de un delito, en estos casos se debe tomar una medida de protección. Entre los 12 y los 18 años en caso de existir esta acusación se debe llevar adelante un juicio para determinar la responsabilidad del adolescente, en caso de ser encontrado culpable se puede determinar en una medida socio-educativa (que va desde la amonestación hasta la privación de la libertad dependiendo de la gravedad del hecho y las necesidades específicas del adolescente). Estas medidas son diferentes a las que se tomaría sí una adulto hubiera incurrido en el mismo delito.

Ciertos trabajos basados en el psicoanálisis critican fuertemente a estas legislaciones modernas sobre infancia y adolescencia, ya que dicen que las mismas son ―ingenuas‖, por considerar que sus autores (a partir de una imposición de las Naciones Unidas) consideran a los niños, niñas y adolescentes como ―buenos‖, algo que estos críticos dicen no es verdad, al contrario afirman que

son naturalmente agresivos. Estos autores también cuestionan el papel del Estado en la educación de los niños (establecida a partir de las nuevas legislaciones) por considerar que únicamente tiene por objetivo recuperar el poder estatal para determinar los contenidos de la educación. Finalmente estos autores critican fuertemente un principio fundamental del tratamiento normativo a los derechos de la infancia y adolescencia de la actualidad: el ―interés superior del niño‖. La crítica se basa en el mismo es impreciso y que en realidad expresa el interés de los adultos.

Cito a continuación el fragmento de una conferencia de uno de estos críticos (la misma que se encuentra en proceso de edición) que refleja de manera clara lo aquí presentado ― La conclusión que sacamos es que la agresividad hace parte de lo humano, lo que nos cuentan la ONU, es que nunca miraron a los niños durante una hora, no conocen a sus hijos por su puesto, por que es la Nana la que los mira, en el niño hay una agresividad ―natural‖ hay mucha agresividad, por que esa agresividad normalmente en un niño común y corriente es bien canalizado, es normal que haya agresividad‖, para concluir ―Lo que quería ser un sistema de protección de los niños para evitar la delincuencia, va a volverse en un sistema que va a dar los frutos exactamente inversos, los niños que no son nada de tontos, van a entender que antes de los 18 años no le puede pasar nada pueden matar, robar, drogarse, cualquier cosa, el sistema por su funcionamiento mismo va a volverse completamente impotente respecto a los adolescentes.‖ (Thibaut, 2003).

En cambio el texto de Marie-Astrid Dupret aborda ciertos temas con importantes implicaciones en el plano legal sobre la infancia y la familia, para el presente trabajo me interesa citar dos ámbitos en especial:

• La acusación a los adultos que trabajan en temas ―relativos a la infancia‖ de no comprender el pensamiento infantil y que parten de un ―autoengaño […] al opinar que un niño o una niña antes de la adolescencia es capaz de entender la sociedad más allá de su experiencia inmediata‖ y por tanto cuestionar por este medio las normas contenidas en la Constitución y en el Código de la Niñez y Adolescencia que establecen la necesidad de escuchar su opinión en ―todos los asuntos que les afecten‖ (Dupret, 7 y 8).

• La preocupación del llamado ―ocaso de la función paterna y de cuestionamiento ‗patriarcal'‖, y obviamente su correlato en lo normativo, que establece una modificación de las relaciones familiares, lo que de acuerdo a esta opinión provoca la existencia de ―niños huérfanos de padres a pesar de tener un papito en la casa…que el niño se sienta totalmente desarrimado, sin un anclaje en su vida que le permita organizarse frente al océano de los deseos femeninos y maternos…‖. Además de considerar que las ―…nuevas legislaciones respecto a la familia, se observa cómo la mujer poco a poco ha acumulado todos los poderes respecto a los hijos, y en particular el de decidir de la filiación de su prole. De modo que la relación madre/hijo se vuelve completamente dual, sin mediación, sin la posibilidad de un tercero, que sea el genitor, el Estado, o siquiera una

ideología, de intercalarse entre los dos progenitores ligados en un enfrentamiento eterno y mortífero.‖ (Dupret, 13 y 14).

Es claro que un análisis de las nuevas leyes con una mirada parcial puede llevar a conclusiones equivocadas sobre el papel del derecho, en estas afirmaciones al menos podemos encontrar un nivel de confusión entre lo establecido normativamente y la acción adulta, que en estos textos aparecen confundidos: 1) Las normas que se relacionan al derecho de niños, niñas y adolescentes al derecho a la opinión no contribuyen al ―hurto de la infancia‖ ya que las mismas no los ponen en situación de expresar opiniones ―más allá de sus experiencias inmediatas‖, las reglas jurídicas establecen que los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a emitir opiniones en los asuntos que les afectan de acuerdo a su edad y madurez (Código de la Niñez y Adolescencia artículo 60); 2) Las normas que establecen relaciones más ―democráticas‖ al interior de la familia (Código de la Niñez y Adolescencia artículos 100 a 104), no niegan el rol de los padres en el cuidado y crianza de sus hijos, tampoco la posibilidad de ejercicio de la disciplina; 3) Las legislaciones contemporáneas reconocen lo que se ha llamado la ―corresponsabilidad‖ del padre y la madre por lo tanto no existe una exclusión del padre (Código de la Niñez y Adolescencia artículos 9 y 100 y siguientes).

Tampoco es cierto que las nuevas legislaciones asumen que los niños son ―buenos‖, en realidad reconocen la existencia de responsabilidad penal y como resultado de esto la necesidad de se apliquen medidas cuando se encuentra a un adolescente como responsable de un delito. Lamentablemente en este ámbito nos movemos con mucha facilidad entre dos extremos por un lado, el ―paternalismo ingenuo‖ (que cree que todo delito es producto de la inmadurez o de las condiciones sociales), y por otro el ―retribucionismo hipócrita‖ que aboga por respuestas duras únicamente dirigidas a castigar las conductas consideras delitos. Un término medio requiere ―severidad con justicia‖.3.

Luego de revisar esta pequeña muestra de trabajos es innegable la gran influencia que tiene el psicoanálisis en la elaboración de propuestas o en la crítica a las regulaciones normativas más cercanas a sus temas de preocupación: el desarrollo psíquico de los niños, la influencia de la sexualidad, el papel de los padres y los adultos en general en su desarrollo. Pero me queda la sensación que estas interpretaciones expresan un limitada comprensión entre el mundo del derecho y el psicoanálisis, por lo que parece imprescindible crear puentes de comunicación entre los dos, para que podamos entender, sin distorsionar los discursos, principios y respuestas que brindamos a los temas de interés común.

Noviembre, 2006

1. Marie-Astrid Dupret. Hurto de Infancias . Publicado en Universitas, Revista de la Universidad Politécnica Salesiana. Mientras Haya Infancia. Año III-No. 5. Diciembre del 2004.Páginas 7 a 22.

2. También he revisado un texto de José Sánchez Parga: Sexo de los niños entre pedofilias y pedofobias infanticidas . Publicado en Universitas, Revista de la Universidad Politécnica Salesiana. Mientras Haya Infancia. Año III-No. 5. Diciembre del 2004. Páginas 23 a 46 y de un trabajo de Alvaro Carrión, titulado ―Silencio‖. Los dos examinan algunos aspectos del tratamiento normativo a los delitos sexuales, especialmente la violación (cuando el violador es el progenitor y lo analiza desde la perspectiva del incesto) y la pedofilía , los dos son sumamente interesantes y espero poder trabajar detenidamente sobre ellos en el futuro. Revista Ecuador-Debate No. 54.

3. Estas posibles respuestas han sido desarrolladas por Emilio García Méndez.

Humberto Salvador: la búsqueda de lo profundo Álvaro Carrión

Este ensayo busca situar algunos de los referentes de la consideración que realiza el escritor guayaquileño, en lo que respecta a su vínculo con el psicoanálisis. Para este propósito tomaremos como eje de nuestra consideración el texto ―La Psicoanálisis‖, apuntando al tipo de lenguaje que se halla contenido en una obra que recoge, de forma temprana en un contexto como el nuestro, algunas ideas desarrolladas por Freud. Es importante anotar que lo que desarrollaremos es un primer intento por ubicar el nexo, dentro de una investigación en ciernes, entre los temas y contenidos expresados en las ideas de Humberto Salvador, sus ensayos relativos a la sexualidad (―Esquema sexual‖), y las temáticas de sus obras, fuertemente influidas por la cuestión referida. Nos resulta sorprendente, y esto probablemente sea un pre-juicio, en la medida que no contamos con elementos que sean lo suficientemente esclarecedores y centrados en la vida intelectual de una ciudad como Quito en los años veinte y treinta, que Humberto Salvador tenga una información relativamente actualizada para su época. Información, por otro lado, que aparece en traducciones al español de textos escritos en francés, inglés y alemán. Un caso especial, entre las obras contenidas como referencia en el texto de ―Esquema sexual‖, son las traducciones al español de algunas de las obras de Freud. En este sentido, nuestro autor tenía conocimiento de los trabajos desarrollados por Sigmund Freud , entre los que se encontraban varios relacionados con la segunda tópica, esto es, con trabajos que partían de una segunda y última revisión de la consideración sobre el psiquismo realizada por el psicoanalista vienés, y otros que aluden a su obra y que no siempre guardan una estricta coherencia con lo planteado por el autor referido, atravesadas por una particular lectura de los aportes del psicoanálisis, como aquella perteneciente a Angelo Hesnard, estudioso de los desarrollos de Freud, pero imbuido en un pensamiento germanófobo y de un nacionalismo exacerbado, lo que lo hace proclive a una ambivalente relación con los escritos del psicoanálisis, y que además se hallaba pregnada de equívocos: consideraba Hesnard que la idea del inconsciente freudiano era una variante de la noción de subconsciente propugnada por Pierre Janet. Los aspectos relativos al simbolismo del sueño y la sexualidad eran parte de una visión mística a lo germano, que requería ser adaptada al ―genio latino‖ y a la racionalidad ―cartesiana‖, etc. El ensayo de Salvador, ―La psicoanálisis‖, parece ser, como título, una mala traducción del francés, a la vez que nociones como la de histeria son referidas desde una consideración que no la distingue de la psicopatía. Lo que nos lleva a pensar, tomando en cuenta el segundo punto, que Humberto Salvador, a pesar de ser un estudioso, con amplias lecturas y un horizonte cultural amplio, tenía dificultades, debido probablemente a su formación autodidacta, en el manejo terminológico de una disciplina que utiliza una terminología específica. Hecho que aparece cuando atribuye al psicoanálisis el ser una teoría pansexualista, sin tomar en cuenta que tal cuestión, planteada en esos términos, no corresponde a algo propiamente consubstancial al pensamiento del psicoanálisis freudiano, sino a la crítica que le hacen sus detractores, al no diferenciar el uso común del termino sexualidad, de la formulación que hace Freud sobre la misma.

Existen equívocos en la lectura y posterior utilización de términos por parte de Salvador, que no pueden ser atribuidos a su autoría, sino a un problema ligado a las traducciones de los textos de Freud. La traducción de las obras de ese autor, a partir de 1.922, gracias al interés de José Ortega y Gasset por hacer conocer al público de lengua castellana, en especial a los españoles, la producción de diversas obras pertenecientes a la producción en alemán, ya que buscaba elevar el nivel cultural y el conocimiento científico y filosófico en su país de origen; hace que encargue la traducción de los escritos de Freud a Luís López- Ballesteros, un excelente traductor y gran conocedor de la lengua alemana. Su labor, sin embargo y a pesar de un uso más bien atractivo y ágil del castellano, carece de rigor en lo terminológico, lo que produce, como efecto, una serie de equívocos. Uno de los que más ha trascendido es el de la utilización del término instinto para traducir ―trieb‖. La consecuencia fue la de pensar en el psicoanálisis como una teoría instintivista. Este error se cola en la obra de Humberto Salvador y en ciertos momentos le llevan a formular unas idea de animalidad en la condición del hombre, así: ―La cultura sólo ha modificado el aspecto exterior, pero no sus instintos brutales, sus odios violentos, sus venganzas sombrías‖, y más adelante: ―…huye derrotada la clásica división de animales irracionales, que comprendía a otras especies, y racionales, que únicamente abarcaba a la especie humana‖, y luego: ―El hombre es profundamente animal, tanto como puede serlo el tigre o la pantera‖. En aquellas citas vemos que se desliza otra cuestión en la que debemos meditar, la misma que sitúa lo racional en contraposición a lo irracional en la consideración del psicoanálisis, yerro muy común en las lecturas de los legos con respecto a la teoría de Freud. La posición más acorde con lo desarrollado por el psicoanálisis es la de oponer lo racional a lo no racional, que no es lo mismo que lo irracional. Otro punto que genera cierto desconcierto en lo formulado por Humberto Salvador, es la inclusión, sin una mayor discriminación, de autores que a comienzos de la década de 1.910 se alejaron por un cúmulo de discrepancias de Freud. En este sentido perviven en el texto del escritor guayaquileño nociones ligadas al inconsciente pensado desde la órbita de Freud con desarrollos de Jung sobre el mismo tema, como si ambas posturas pertenecieran a la misma y solo elaboración. A la vez que la comprensión de cada una de las nociones no da cuenta de lo formulado ni por Freud ni por Jung. A pesar de los innumerables equívocos que aparecen en el ensayo de Salvador, a partir de los cuales se sortea momentos en los que el psicoanálisis define cuestiones cruciales con respecto a su propio desarrollo y proyecto de formalización, se eliminan contradicciones. Se percibe un denodado esfuerzo por discernir los dinamismos psíquicos y un particular impulso por entender una postura teórica que en determinados momentos, en la intención del literato, no pueden ser pensados como orgánicamente dispuestos, ya que la síntesis generaría tal cúmulo de contradicciones que la tornaría incomprensible. Es así que el esfuerzo que despliega el escritor, a pesar de lo anotado, para llevar adelante su tarea, en la soledad y en su necesidad de comprender, son dignos de encomio. Esta lectura, temprana en nuestro medio, de la obra de Freud, requiere un mayor estudio dentro de la obra literaria de este autor, constituyéndose en la posible clave de muchos de sus argumentos.

Por otra parte la cátedra parece haber proyectado a Humberto Salvador a desarrollar sus ideas a partir de la sistematización de sus prolíficas lecturas, hecho al que contribuyó, a la vez, su tesis para alcanzar el doctorado en derecho. La propuesta de elucidación que nos proponemos no tiene como fin invalidar a Salvador como interlocutor en temas que se centran en su indagación sobre el psicoanálisis, sino entender su pensamiento, sus ―desvíos‖ y sus posibles ―desvaríos‖, que son utilizados, esa es nuestra hipótesis de trabajo, en su creación literaria. Es por esta razón que el circunscribir sus referentes es una tarea que puede ser útil, como aporte, para pensar en su producción literaria..

Bibliografía de textos de índole psicoanalítico en el Ecuador 1987-2006. Gino Naranjo

La presente recopilación de publicaciones sobre psicoanálisis tiene varias metas. La primera es reconocer que en nuestro medio existen esfuerzos por publicar y exponer planteamientos que provienen de la teoría psicoanalítica. Estos esfuerzos han sido, tanto personales como institucionales, y si bien no son numerosas las publicaciones sí podemos decir que son de calidad.

Otra meta es aproximar a los jóvenes o las personas interesadas por el psicoanálisis a las diferentes propuestas originadas en el Ecuador, ya sean realizadas por psicoanalistas ecuatorianos o a través de los invitados extranjeros.

Una tercera meta es generar un proceso de organización y sistematización del camino recorrido, una de las maneras es precisamente revisando los ―archivos‖, leyendo sus contenidos, acercándose al contexto.

El ―catálogo‖ presentado no tiene el carácter de exhaustivo, con muchas probabilidades está incompleto. Esperamos que los lectores contribuyan a su construcción.

Vale la pena aclarar que solo han sido considerados revistas, libros y folletos publicados, no se han considerado artículos que no han sido objeto de una publicación. Sabemos que hay muchos y que por lo tanto son de difícil acceso.

Publicaciones Ecuador

REVISTAS

NOMBRE CONTENIDO AUTOR EDITOR FECHA

La letra N°0

- Un lugar-Otro Sánchez Iris

Estudios Psicoanalíticos Lacanianos

Mayo 1995

- Observaciones sobre ―El deseo del psicoanalista

Melman Charles

- Ella o Yo, contingente o necesario?

Hopen Cecilia

- No es suficiente saber

Stryckman Nicole

- En nombre de los padres

Dupret Marie Astrid - Buzón: Carta de Freud a Jung

La letra N°1

- ...Algo más de un lugar-otro Sánchez Iris

Estudios Psicoanalíticos Lacanianos

Noviembre 1995 - El tiempo nos esta contado Czermak

Marcel

- Entre el significante y la letra Melman Charles

- Lo imposible del deseo y el deseo de lo imposible

Rochas Antonio

Sainte Fare Garnot D. - Pase, exodo y nombres del padre

De Neuter Patrick

- Transferencia imaginaria y transferencia de trabajo

Sánchez Parga José - El vínculo conyugal en las actuales

sociedades andinas

- Buzón

La letra N°2

- Algunos elementos de reflexión sobre el transexualismo

Czermak M.- Frignet H.

Estudios Psicoanalíticos Lacanianos

Junio 1996

- La letra Orellana Carola

- El globo de Guillermo o el impase de un objeto que no logra caer

Cabassu Gabriela

Braunstein Nestor

- El ego lacaniano

Andrade Elsa

- El yo esa pasión doble

Dupret Marie Astrid - Cuando se calla la pregunta

Marchant Matías

- Algunas preguntas acerca de la psicosis infantil y la castración

- Buzón

La letra N°3

- El discurso en el colonialismo Melman Charles

Estudios Psicoanalíticos Lacanianos

Marzo 1997

- Goce en familia. Clínica psicoanalítica del incesto

Steichen Robert

- Una cuestión ecuatoriana

Guerrero Omar-Alfredo

Naranjo Gino

- Sobre el corte

Sánchez Parga José - La deuda o la culpa: el caso de las

sociedades andinas

- Buzón

Vaccarezza Laura

La letra N°4

- La madre como agente del padre Melman Charles

Estudios Psicoanalíticos Lacanianos

Noviembre 1997 - El falo como S.O.S Braunstein

Nestor

- El fantasma y el grafo del deseo De Neuter Patrick

- Tiempo de las sesiones. Temporalidad de la cura

Stryckman Nicole

Dupret Marie Astrid - La insoportable diferencia

- Buzón

La letra N°5

- Estudios Psicoanalít

icos Lacanianos

La letra N°6

- Y otra vez Sánchez Iris

Estudios Psicoanalíticos Lacanianos

Noviembre 2000 - Lengua materna Melman

Charles

- Reconocimiento a Frida Saal Saal Frida

- Mujeres y psicoanálisis Aguirre Marlene

- De una lengua otra Naranjo Gino

- La infancia excluida Marchant Matías

La letra N°7/8

- Hablemos de la revista y del lugar-otro Sánchez Iris

Estudios Psicoanalíticos Lacanianos

Junio 2002

- Cómo ser feliz en su pareja, en una lección Melman Charles

- Algunas vías fundamentales de la psicosis. Investigacionesa actuales sobre las psicosis

Czermak Marcel

Vandermersch Bernard - Algunas consecuencias de la invención del

objeto a por Lacan

Wiltord Jeanne

- Lazo social y desmentido

- Las lecturas de Freud

Braunstein Nestor

Hopen

- La mirada y la castración Cecilia

- Una estructura de borde. La institución Aguirre Marlene

- Escribir el exilio – hacia el lugar de la falta en el Otro

Burckas Cristina

- De amor y de muerte, la poesía de Medardo Angel Silva

Tipán, Carlos – Calero, Jaime

- Crónicas

Guerrero Omar-Alfredo - Notas actuales

- Buzón

La letra N°9

¿Qué es pues La letra? Sánchez Iris

Estudios Psicoanalíticos Lacanianos

Enero 2003

El zobjeto Melman Charles

La elisión de la mirada en psicoanálisis Czermak Marcel

De un goce femenino Seror-Depaz Sandrine

Observaciones sobre la cuestión del objeto en psicoanálisis

Tyszler Jean Jacques

Una riqueza posible

Hopen Cecilia

Comentario del texto ―Función y campo de la palabra y el lenguaje‖

Naranjo Gino

Entre el sentido y el no-sentido, la letra

Aguirre Marlene

Destierro

Carvajal Iván

Sobre el hecho colonial Hasenbalg Virginia

Cholocracia no es garantía Guerrero Omar-Alfredo

Notas actuales

La letra N°10

Editorial: para discutir Sánchez Iris

Estudios Psicoanalíticos Lacanianos

Mayo 2004

La fobia de la escritura Melman Charles

¿Qué puede enseñar una madre a su hija en el proceso de alienación-separación?

Hopen Cecilia

Algunas observaciones a propósito de la transferencia en femenino

Lerude Martine

Hasenbalg Virginia

La histeria y la segunda tópica freudiana

Guerrero Omar-Alfredo Indig-naciones

Aguirre Marlene

Del psicoanálisis y las psicoterapias

Melman Charles

Una reglamentación difícil y grave

Berges Jean

Intervención 17 junio 2000

Périn Jean

El a-derecho o un espacio verde para el psicoanálisis

Sánchez Iris

Notas de edición

Diálogo con Sylvia Salama

Encuentro con Marcel Czermak

Ecuador Debate N° 36

―Psicoanálisis, ciencias sociales y sociedad‖ entrevista a Czermak Marcel

Sánchez Parga José

CAAP Diciembre 1995

Ecuador Debate N° 52 " Psicoanálisis y sociedad ―

- Construcciones psicoanalíticas y síntomas de la cultura http://www.dlh.lahora.com.ec/paginas/debate/pagina

s/debate132.htm

Aguirre Antonio

CAAP Abril 2001

Dupret Marie Astrid - Carencia de símbolo y lazo social: menores

infractores

http://www.dlh.lahora.com.ec/paginas/debate/pagina

s/debate140.htm

Czermak Marcel

¿Podríamos hablar de psicosis social?

http://www.dlh.lahora.com.ec/paginas/debate/pagina

s/debate148.htm

Naranjo Gino

- La depresión ¿un malestar contemporáneo?

http://www.dlh.lahora.com.ec/paginas/debate/pagina

s/debate155.htm

Maluf Norma

- Lo perverso en el discurso social y politíco

http://www.dlh.lahora.com.ec/paginas/debate/pagina

s/debate158.htm

Carrión Alvaro

- Silencio

http://www.dlh.lahora.com.ec/paginas/debate/pagina

s/debate152.htm

Ecuador Debate N° 55

“La modernidad mirada desde el psicoanálisis”

Entrevista a Alfredo Jerusalinsky

http://www.dlh.lahora.com.ec/paginas/debate/pagina

s/debate471.htm

CAAP

Iconos N° 13 " Lacan, Psicoanálisis y ciencias sociales "

- Figuras del sujeto Gutierrez Daniel

Flacso Marzo 2002

- Lacan y la filosofía Tutivén Carlos

- Psicoanálisis y ciencias sociales: apuntes para una reflexión

Cerbino Mauro

- Lacan, psicoanálisis y lalengua en las ciencias sociales

Aguirre Antonio

- Adolescencia: entre lo posible y lo imposible

Ortega Piedad

País Secreto N° 3

Febrero 2002

País Secreto N°5

Octubre 2002

País Secreto N°7

Junio 2003

France Ecuador N°5 "Filosofía y Psicoanálisis"

Alliance Française

2001

Universidad y Verdad N°18 "Investigac

Violencia en las familias reconstituidas Stryckman Nicole,

Universidad del Azuay

Febrero de 1996

ión, familia y psicoanálisis"

Funciones paternas De Neuter Patrick

Sánchez Iris

Ecuador Debate N° 59 "La construcción de lo femenino"

La feminidad: ¿Cómo se construye?

http://www.dlh.lahora.com.ec/paginas/debate/pagina

s/debate850.htm

Lerude Martine

CAAP Agosto 2003

Exceso de maternidad y descalificacion paterna

http://www.dlh.lahora.com.ec/paginas/debate/pagina

s/debate836.htm

Dupret Astrid

Vórtice 2, "Area de estudios Freudianos"

Universidad Católica de Guayaquil

1987

Vórtice 4, "Area de estudios Freudianos"

Universidad Católica de Guayaquil

1989

LIBROS

TITULO AUTOR EDITOR FECHA

I Simposio de Psicoanálisis. "La teoría Psicoanalítica en el Ecuador"

EFE 1989

II Simposio de psicoanálisis "El psicoanálisis para qué"

Lew Rene, Braunstein Nestor, Oyervide Pedro

EFE

Seminario " Topología y Clínica Psicoanalítica"Quito

Vappereau Jean EFE Enero 1994

Seminario " Topología y Clínica Psicoanalítica" Guayaquil

Vappereau Jean EFE Enero 1994

Seminario " La lógica del fantasma "

Lew Rene EFE Abril 1996

Ecuador un problema de gobernabilidad

―Lo ingobernable en la sociedad‖

Melman Charles-Czermak Marcel

Cordes Julio 1996

Seminario " Psicoanálisis y Topología "

Vappereau Jean EFE Diciembre 1999

Ecuador Hoy Cien Miradas

Aguirre Milagros entrevista a varios psicoanalistas

- ―El éxito, un fetiche de la realidad actual‖ Marlene Aguirre

- ―La queja no funciona contra la mediocridad‖ Iris Sánchez

- ―Las prácticas políticas riñen con la ética-‖ Alvaro Carrión

- ―La desconfianza puede bloquear a la sociedad‖ Jean Michel Vappereau

Flacso-El Comercio 2000

Conferencias " Clínica Psicoanalítica Hoy "

Nassif Jacques EFE 2001

Para entender al niño, claves psicoanalíticas

Jerusalinsky Alfredo Abya-Yala, Fundación Psicoanálisis y Sociedad

2003

FOLLETOS Y ANILLADOS

NOMBRE CONTENIDO EDITOR FECHA

Estatutos, reglamento interno

Varios EFE 1991

Suplemento N°1 al Correo - Proposición de Octubre de EFE Junio 1992

EFE 1967 sobre el psicoanalista de la escuela

- Nota italiana

Suplemento N°2 al Correo EFE

Textos de Lacan sobre el pase EFE Febrero 1993

Seminario Psicoanálisis y cultura

- Histeria Melman Charles

- Psicosis Czermak Marcel

- Cuestionamientos sobre institución psicoanalítica

- El psicoanálisis y su relación con la cultura Mesa redonda

- Clausura Czermak Marcel

Grupo Psicoanálisis y Sociedad

Agosto 1992

Textes Lew Rene EFE

Textos traducidos Lew Rene EFE

Conferencias en Quito "Seminario Psicoanálisis y Antropología"

- Histeria

- Que significa hacer psicoanálisis en Latinoamérica

- Perversión Thibaut Michel

Grupo Psicoanálisis y Sociedad

Marzo 1993

Seminario " La feminidad, la madre y la pareja " Stryckman Nicole

EFE Julio 1993

Psicosis y autismo Lew Rene EFE Noviembre 2003

BOLETINES

NOMBRE EDITOR FECHA

Correo EFE N°1- ? EFE Desde Junio 1992 hasta ?

Hojas de Psicoanálisis N°1-12 Gino Naranjo 2001-2003

EN INTERNET

ARTICULO AUTOR DIRECCION

Mente y cerebro en el nuevo milenio

Sandoval Iván

http://www.freud-

lacan.com/articles/article.php?url_article=isandoval141102

La psiquiatría: ¿ una clínica del signo?

Sandoval Iván

http://www.freud-

lacan.com/articles/article.php?url_article=isandoval011105

El síntoma conversivo y el fenómeno psicosomático: algunas distinciones desde la teoría psicoanalítica

Sandoval Iván

http://www.freud-

lacan.com/articles/article.php?url_article=isandoval170205

Ubicación del psiquiatra en el mundo contemporáneo

Czermak Marcel

http://www.freud-

lacan.com/articles/article.php?url_article=mczermak270603

Una estructura de borde (1): el inconsciente

Marlene Aguirre

http://www.freud-

lacan.com/articles/article.php?url_article=maguirre010700

Una estructura de borde (3): la institución

Marlene Aguirre

http://www.freud-

lacan.com/articles/article.php?url_article=maguirre010202

Sobre corrupción y perversión

Sánchez Iris

http://www.freud-

lacan.com/articles/article.php?url_article=isanchez101000

Verleugnung y la formación del analista

Sánchez Iris

http://www.freud-

lacan.com/articles/article.php?url_article=isanchez120794

Encuentro sobre Las estructuras lacanianas de las psicosis (I)

Landman Claude

http://www.freud-

lacan.com/articles/article.php?url_article=clandman260206

Encuentro sobre Las estructuras lacanianas de las psicosis (II)

Landman Claude

http://www.freud-

lacan.com/articles/article.php?url_article=clandman260206_1

Encuentro sobre Las estructuras lacanianas de las psicosis (III)

Landman Claude

http://www.freud-

lacan.com/articles/article.php?url_article=clandman260206_2

Xenofobia y exclusión Czermak Marcel

http://www.freud-

lacan.com/articles/article.php?url_article=mczermak240603_2

Contribución del estudio de las paranoias al abordaje de las neurosis

Czermak Marcel

http://www.freud-

lacan.com/articles/article.php?url_article=mczermak250603

Responsable de la recopilación

Gino A. Naranjo Correo: [email protected]

Nota

La presente recopilación es provisoria, no tiene ningún orden particular y espera ser corregida y aumentada. Además poco a poco se pondrán algunos textos en formato electrónico para su consulta. Por favor envíen sus observaciones a la dirección electrónica antes mencionada.

Última actualización: Mayo 2006

Introducción: “no me enseño”

¿Cuál es el sentido de las Artes Liberales en el contexto institucional y pedagógico contemporáneo? ¿Qué aplicación tienen las humanidades en el escenario instructivo del emergente mundo digital? ¿Cómo evitar la obsolecencia como docentes ante la ola de transformaciones institucionales, tecnológicas e incluso disciplinarias que re organizan nuestra experiencia del mundo casi cotidianamente?

Estas y otras interrogantes forman parte constante de quienes reflexionamos sobre la actividad pedagógica a diario. Las contribuciones de Gregory Ulmer, profesor de humanidades y lenguas en la Universidad de Florida, precisamente a estas inquietudes constituyen el elemento central de la presente oferta de Radicales Libres. La consideración primordial de Ulmer gira en torno del tema de la inminente transformación de nuestros hábitos convencionales de aprendizaje y enseñanza hacia un horizonte aún difuso e informe (en parte porque carecemos de un aparato conceptual para percibirlo) que Ulmer llama el electrado (electracy). El electrado sucede al mundo alfabético o letrado de la misma manera en que el mundo de las letras sucedió a la oralidad. Las consecuencias y los efectos de este cambio se pueden apreciar en todo lado. Desde el creciente espacio intrageneracional que produce tantos desencuentros y que se acelera con cada potenciación de la capacidad de procesamiento electrónico de los nuevos chips, pasando por una reestructuración marcada de los hábitos de consumo cultural en el presente hasta el impacto gigantesco que la digitalización introduce en la investigación y la producción académica. El hecho es que requerimos urgentemente de formas de pensar la presente reestructuración del conocimiento y de posicionarnos, como educadores y educandos, ante el sacudimiento cognitivo que opera a nuestro alrededor.

Entre otras cosas, el desafío requiere volver a pensar, desde las humanidades, en el sentido de las dos actividades centrales que orientan nuestra actividad personal y que creíamos resuelto hacia generaciones: leer y escribir. La lectura, como decodificación mecánica o como captación de una destreza debe repensarse ahora, junto con la escritura, como el acopio múltiple de talentos y de habilidades simultáneas que sirvan para potenciar una interactividad incipiente. La tarea entonces es ardua y exigente. Es urgente además para la educación puesto que en el proceso de desentrañar los ―nuevos‖ mecanismos comunicativos de la multimedia (para sacarles provecho en el ámbito de la cultura), el mundo comercial nos lleva la delantera. La historia no es del todo nueva, el inmenso potencial educativo de la radio, del cine y luego de la televisión nos indica que, de no tomar cartas en el asunto, de no participar colectivamente en procesos participativos de investigación y práctica docente experimentales, el www eventualmente abandonará su gigantesco potencial integrativo y educativo a favor de un servilismo mercantil más entre los ya muchos que nos acosan.

Para Ulmer, que se instala plenamente en la tradición de las humanidades y de las Artes Liberales, el asunto gira sobre la recuperación de la única disciplina académica que no ha roto el paradigma del conocimiento establecido por los griegos. La física aristotélica fue superada hace mucho pero su retórica aún informa cada uno de los textos introductorios de escritura que existen. Y esto por una razón concreta: tanto Platón como Aristóteles junto con sus estudiantes y las escuelas que fundaron (la academia, el liceo), inventaron las prácticas institucionales necesarias para explotar la tecnología alfabética tanto como nuevas prácticas, nativas a la escritura (el método, el diálogo). La idea de Ulmer entonces, ejemplificada en el enunciado del poeta japonés Basho ―no seguir las huellas de los maestros, sino buscar lo que ellos buscaron‖, consiste en iniciar una investigación sobre el emergente electrado que sea a la vez una práctica concreta. La idea entonces, desde el presente impasse en que se encuentran las humanidades (por deserción estudiantil, abandono institucional, etc.) que a su vez insisten casi exclusivamente en la apreciación de la genialidad de otros, es producir una heurética (hermenéutica +eureka+ética) o una mentalidad de la invención en el contexto electrado.

Uno de los mecanismos centrales para concretar este programa es lo que Ulmer llama la escritura mistórica; es decir, la elaboración de una mistoria.

La mistoria es un género pedagógico que surge como respuesta a la sugerencia que el estudioso de la Historia Hayden White hace a Ulmer al señalar que si la Historia como disciplina no se hubiera inventado en el siglo XIX sino en el XX reflejaría una ciencia y una estética distintas. No el positivismo sino la relatividad cuántica, no el realismo sino el surrealismo.

La obra de Ulmer y sus sugerencias pedagógicas han sido adoptadas en distintas realidades geográficas del mundo y ofrecemos hacia el final de este segmento una lista de enlaces con mistorias elaboradas en diferentes universidades de los EEUU, en Australia, en Finlandia. La obra de Ulmer, que sepamos, no ha sido traducida al castellano todavía y queremos en este espacio reconocer sus múltiples contribuciones al pensamiento contemporáneo a la vez que poner en práctica nuestra comprensión de su discurso.

La mistoria consiste en una mezcla de distintos lenguajes, entre ellos: la historia personal, la Historia colectiva, el misterio, la maestría y la histeria. Desde nuestra propia realidad, añadimos el discurso ecuatoriano de la mistela —una bebida dulce, preparada a base de menta o cáscara de

naranja, con licor, yerba de ataco, anís y canela, destilada en casas de Quito en el siglo XVIII como ofrenda de hospitalidad al visitante. La mejor manera de aprender sobre el potencial de los espacios web y del internet como apoyo al aprendizaje humanístico es inventar una práctica de escritura que sea nativa a los hipermedios. En el corazón de esta nueva práctica está el viejo dictamen de las Artes Liberales, ―conócete a ti mismo‖.

Los estudiantes que han participado en este proyecto componen su texto a partir de tres instituciones: familia, entretenimiento y comunidad. La premisa es que, siguiendo a Althusser, todos somos ―llamados‖ (interpelados) por las instituciones a las que pertenecemos y que forjamos nuestras respectivas identidades a medida que respondemos a esos llamados. El objetivo superior de este ejercicio, que no ofrece por otro lado, garantías más allá del encuentro individual con el yo construido, consiste en ―mapear‖la experiencia personal de manera que los participantes puedan reconocer en sus vidas una experiencia de aprendizaje consistente que guie en el futuro sus decisiones profesionales y que les ayude a identificar sus estilos de resolución de conflictos.

Una característica adicional de esta práctica consiste en su apuesta optimista hacia la nueva tecnología electrónica, a diferencia de la tradición de la escuela de Frankfort y de obras como laSociedad del espectáculo de Debord que presentan temores basados en una cultura de imágenes que menoscaba el pensamiento crítico, creemos en la importancia de la imaginería en el proceso creativo y en las contribuciones de la imaginación y de la visualización en la resolución de problemas.

En el Ecuador, una expresión idiomática útil para comprender la desorientación cognitiva es ―no me enseño‖, queremos con estas mistorias poner en circulación un ejercicio en construcción sobre el aprendizaje en las nuevas circunstancias institucionales en las que nos hallamos, tanto para enseñar-nos como para enseñar a enseñar.

Liberarte Recomienda

Daniela Gaviria / sinimprenta

Alfredo Mora Manzano / niño ternura

Enlaces mistóricos

De Universidad de Florida/Ulmer: http://www.nwe.ufl.edu/~gulmer/mystory.html

De Penn State University at York/Jarret: http://www2.yk.psu.edu/~jmj3/mystory.htm

De Australia/Gye: http://halflives.adc.rmit.edu.au/

De Finlandia/Ylitalo: http://www.mlab.uiah.fi/~jukkay/texts/mystory3.htm

De George Mason U/ Hawk: http://mason.gmu.edu/~bhawk/bystory/bystory.html

De la universidad de Detroit Mercy/Straub: http://adm6.udmercy.edu/~straubme/mystory.html

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Caída Libre: Introducción Caída Libre es una sección de miscelánea que incluye reseñas de libros y eventos culturales relevantes, entrevistas y documentos de interés general. El presente número trae tres comentarios sobre libros publicados recientemente en el Ecuador: El principito: el sentido de la vida , del profesor de historia Carlos Freile, un ensayo, Revés de Luz , del catedrático ecuatoriano y novel poeta César Carrión y Ajuar de Cal , del médico y poeta ecuatoriano Eduardo Villacís Meythaler. A esta muestra se añaden notas sobre la última novela de Mario Vargas Llosa, Travesuras de una niña

mala elaboradas por el profesor de filosofía Jorge Luis Gómez y una entrevista a Mark Podvin, novelista y profesor de Literatura y Composición sobre su libro It´s about time: 12-23-12 , publicada en la red. Por último, Caída Libre tiene el gran placer de poner a disposición de su público la animación corta de Carlos Villarreal Kwasek, The climber. Esperamos contribuir con esto a la difusión de obras importantes e insuficientemente promocionadas a la vez que al inicio de una conversación ampliada sobre las mismas. Quienes deseen contactarse directamente con los autores pueden consultar sus direcciones electrónicas en el segmento ―colaboradores de este número‖ en la página principal, también pueden entrar en diálogo con ellos mediante nuestra dirección habitual: [email protected] .

Incluimos adicionalmente un par de enlaces, el primero sobre el Congreso de Colonialistas (CASO) que se celebrará en Quito en el 2007 en la Universidad San Francisco y el segundo para visitar la obra ampliada del artista visual ecua-polaco Carlos Villarreal Kwasek.

An interview with Mark Podvin, author. It’s About Time: 12-23-12

LiberArte: Mark, your novel is extraordinarily filled with literary references, some overt, like your paraphrase of Jack London´s ―To build a fire‖ at the beginning of the book, others rather implicit as in the dynamic of the relationship between the two main characters, Dylan and Sam. In addition, your book begins with a very harsh depiction of a solitary life at the limits of sanity and civilization, it´s as if, burdened with the information overflow of modern life and technology you choose to strip representation down to its bare bones, a move, I might add, which is very much part of contemporary literature and culture. What do you think about these comments?

Mark Podvin: Well, I think that life is about survival and that is what I wanted to convey: a sense of struggle; on the other hand, I see the novel as an exercise in autobiography, I think both Dylan and Sam are two parts of myself which are inseparable.

LA: Rather like Moore the character and Hythloday in Utopia , a working out of an inner problematic which takes an imaginary form?

MP: Yes, although I wished to exert no control, or no conscious control on the writing process, the book is basically an existential reflection on life, and it is ostensibly about the search for meaning, and I did not desire to limit its scope. It is about persistence, survival, insistence on staying alive, which I believe coincides with reality.

LA: One of the interesting themes of the book is cannibalism. Taking up once again on literary references one might risk saying that the cannibalism is literary as well as fictional. One can hear the faint persistence of other paired heroes in western literature, Huck and Tom, Don Quixote and Sancho but the eating of human flesh is a particularly forceful figure. I think it also links up with Dylans´passage from a repetitive and grim diet of frozen human remains to the discovery or the re discovery of flavor, taste and variety in food consumption,

MP: Yes, cannibalism is there again because it is an issue of survival, we must do what we can to live, and yet what we consider to be civilization is oftentimes its very opposite, this is what I had in mind, but the issue of savoring anew is also linked to writing, to the discovery of new forms of expression, survival doesn´t have to be dull and taste is a discovery that should not be impossible. You can also think about the book as a search of meaning, as I´ve stated already, and in that sense, belief as a completion of the search as something fulfilling.

LA: Your novel seems polemical in at least two obvious ways. The first is the use of the word ―nigger‖, which is taboo in many publishing circuits, the other is your continuous recourse to a hallucinogenic haze in which your protagonists seem permanently involved.

MP: As to the first topic, I am aware of the problems involved in the use of the word but I had the desire to express the raw reality of what historically was very true. Mark Twain was questioned for the use of the word in his time but the ravages of slavery and its aftermath are realities I did not wish to evade. In any case my use of the word is not derogatory, in any sense.

With regard to the issue of drugs. I believe drugs are reflective of an overdeveloped world. I myself do not advocate the use of drugs but I believe there are many types of stimulants, entertainment, dominant ideas, definitions of morality and in one way or another, everyone is drugged, without necessarily being under the influence.

LA: Is there some Dylan Thomas in your protagonist, or for that matter, some Bob Dylan?

MP: Yes, I would say some Bob Dylan, who introduced a style which defies tradition and who wrote ―Blowing in the wind‖ which is I think partly what happens in my novel.

LA: The idea of ―tripping‖ is also significant in all this, your writing is notable in that it seems to attempt to give shape to a contradiction: on the one hand your prose seems to do everything possible to stay in place, to not move forward, and despite that, it does. Something similar happens in fantasy, there is movement precisely in the absence of movement. Another way to say it is to mention your fondness for wandering.

MP: Well, Life is a trip. A principal message for the book is advocacy, that is that all men take a long hard look at the significance and acceptance Christ Jesus can make in their lives, despite the absence of a straightforward mention of that possibility. To arrive anywhere you first have to wander, my desire was to show two opposite personalities traveling together in harmony, that, despite our radical differences, we can indeed walk together.

LA: Was there any basis of fact in your narrative?

MP: Yes, my father was an oil man. I´m from Wisconsin , I used to drive an oil truck for my father in my youth and I can tell you. Every day was a trip. Another thing, besides the attempt to not provide a conscious structure for my writing, is that I wrote this book with the intention that it eventually be turned into a movie. This is similar to the work of Shakespeare, my literary hero, who wrote not to be read but to be watched.

LA: Regarding Shakespeare, whom you teach, was The Tempest a part of your thought process for the book?

MP: Yes it was, under a different setting, you know, I once saw a Yale Department production of The Tempest in which the planetary system was used, instead of the conventional island. . .

LA: So Dylan and Sam are akin to Ariel and Caliban?

MP: Dylan is an ordinary man, Sam is the same, they reflect what we are all looking for in life: purpose.

LA: The title of your book is very pertinent to its own subject matter, as well as wonderfully ambiguous, the book is literally about time as a concept and also about the timeliness of decision making.

MP: Yes, the book has a literal meaning, and toward the end of the novel, upon Dylans´ (literal and spiritual) salvation, in the climax, there is the most important decision in life, an acceptance of faith.

LA. Time is also about history, why these historical moments (slavery, the Conquest of the Americas ) and not others?

MP: They are representative of periods when racism haunted civilization as a source of evil both in the Spanish Conquest as well as in Aztec society. If the central theme of the book is the search for civilization (which Dylan seeks and Sam flees) , we should look at how certain civilizations have attempted to ―civilize‖ others, by means of violence and exploitation.

LA: Alvar Nuñez makes an appearance in your novel as well as a certain fleet of burned ships on the Sea Coast of Mesoamerica, is this an allusion to ―la noche triste‖ in which Cortez famously burned his ships so there would be no going back?

MP (laughing): Yes, as a matter of fact it is, there is no going back..

LA: It is surprising Mark to hear you talk of the joy that writing brings you, I must say it is a change of pace from most authors´usual grumbling about the pangs of writing and the difficulties that creativity entails at a personal level. Was the book satisfying to you?

MP: I am satisfied with this book, it only took me 52 years to write. For me, writing needs to be an expression of the freedom of life, its an enjoyable process that has no price, its my love for life and my love for Christ.

LA: Moving on to another topic you have been a Composition and English teacher for several decades, how did writing the novel affect your day to day experience?

MP: I believe I have learned more from my students throughout the years than they from me; nonetheless, we walk together on the same road of learning. I basically hope students can take away from this book the possibility of ―thinking outside the box‖.

I have two missions with my students: 1) to teach them practical skills that will serve them in and out of the classroom and 2) to help them find a level of creativity in their own lives.

LA: Could one then say that It’s about time is about teaching and creativity so that students can learn to use their newfound skills for example, in fixing an old locomotive?

MP (laughing): Why yes, the locomotive would then be language, a vehicle for moving away from isolation and towards a better future and community.

LA: I notice that the only obstacle in the way of the locomotive which Dylan drives South toward civilization (a figure for progress?), is a bison which is run over by the engine. Is this an indication of something?

MP: Progress if used in a humane fashion, frees man from slavery yet when used abusively, progress kills us all. Nature is at risk from progress.

LA: What about your condition as a United States Citizen living in Ecuador for several decades, did this come into play? Both Dylan and Sam are outcasts, both seeking ―home‖, however it may be defined. . .

MP: I consider myself a very fortunate ―expatriate‖. First that I was born where I was into a loving family and I consider myself very fortunate also to have arrived in this beautiful country, I love this country with all my heart and I am hopefully making some difference.

LA: Tell us about your experience publishing in the Web, what was your experience like?

MP: I didn't want to deal with publishers, I basically followed the lead of Bruce Honesein who previously published in Lulu.com a service for on demand publishing. Currently I´m in contact with agents to sell the book on a greater scale.My experience in publishing in this way is there is no financial cost whatsoever, only emotional cost.

LA: I was surprised the book had no dedication, was this deliberate?

MP: The absence of a dedication was a flaw in the design, in the hurry to send the finished project, the dedication was omitted. I dedicate the book to my mother. And since we are on the subject of debts I wish to thank two people who helped me get my book published: Will Waters and Eduardo Villacís. Will was brave enough to read the book before I got it published, and Eduardo was extraordinarily talented in doing the art work. Both guys believed in me, and I am very grateful to both of them. Now I can say, "Amen!"

LA: So if anyone wants to purchase the book, what steps should they take?

MP: They would need a credit card number and a home address. They could also go through me, I can be contacted through [email protected]

LA: Well Mark, It´s about time. Incidentally, what is the date mentioned on the book cover 12.23.12?

MP: It´s the year the Mayans predicted the world would be destroyed. The book suggests that it is about time that we accept Christ into our lives, before it‘s too late. It will be a Sunday.

El principito: el sentido de la vida por Carlos Freile

El texto de Carlos Freile narra los resultados de una paciente labor de lectura, llevada a cabo a lo largo de 25 años de pensar, meditar, hablar y soñar con la obra más conocida de Antoine de Saint Exupery: El principito. El resultado es notable y arroja como saldo aquella avis rara en la actividad editorial ecuatoriana: un texto maduro. Dice Freile,

― Leer este libro con cuidado nos lleva a aceptar que debemos buscar un sentido a la vida, una forma distinta de ser personas humanas‖ (p 36).

Y sin duda, el texto denota un cuidado ejemplar en la construcción de un andamiaje teórico humanista para la apreciación de la obra del escritor francés. La obra de Freile es a la vez una excelente muestra de análisis textual y un estupendo ejercicio de escritura directa y dialógica. Freile intenta poner en práctica las lecciones que deriva de su contacto con el texto, entre ellas, la necesidad de la autenticidad en las relaciones interpersonales. Por eso, su prosa, cuidada y perfectamente segura de sí misma, insiste en distintas ocasiones en la pluralidad de significados del texto y en su ineludible misterio. El texto de Freile consiste en el inicio de un diálogo con el/la

lector/a, un principio, que—como en el libro de Saint Exupery—adquiere la frescura y la sorpresa de un encuentro súbito con una conciencia diferente.

Podría aventurarse como hipótesis entonces, que la lectura de Freile consiste en una crítica (siguiendo a Saint Exupery) de las distintas formas de enajenación promovidas por la modernidad occidental e instauradas, hoy por hoy, plenamente como formas hegemónicas.

Las lecturas de respaldo de Freile son ilustrativas en este sentido: Mounier, Gabriel Marcel, Charles Moeller, Levinas, Martin Buber, Pedro Lain Entralgo, Ignace Lepp, Benavente. Nos movemos al interior de un universo de referencias que van desde el misticismo judío, pasando por la filosofía insurgente y la literatura costumbrista hasta el existencialismo; en todos los casos nos encontramos con un sistema crítico de los excesos materialistas, mercantilistas y taxonómicos de la modernidad tardía.

Entre estos excesos seguramente el mayor y en el que mayor tiempo medita Freile sea la insistencia obsesiva de la modernidad normativa sobre la visión o la visibilidad. ―El principito retoma uno de sus temas predilectos: lo importante no se ve, pero da sentido a todas las cosas. . .‖ (p 152) En otro lugar: ―hay que buscar con el corazón, pues los ojos están ciegos.‖ (p 149). Se trata de denunciar lo que Michel Foucault llamó, en otro contexto, el régimen escópico de la modernidad, o alternativamente, el panoptismo. La contribución de las artes visuales desde el siglo XX, en particular la cinematografía seguramente juegan un papel no deleznable en este asunto y es notable observar la importancia central de la visibilidad en la llamada literatura infantil de los últimos cien años, ver por ejemplo, El señor de los anillos de J.R.R. Tolkien.

Uno de los rasgos más interesantes del libro de Freile consiste en su utilización de ejemplos derivados de la experiencia histórica y política del Ecuador para ilustrar sus descubrimientos. Como ejemplo está su evocación de la historia de Isabelle de Godin, dama riobambeña que en el siglo XVIII inició una búsqueda legendaria que tardaría 20 años en reunirla con su esposo , para mostrar lo innecesario de la obligatoriedad en las relaciones afectivas reales.

El libro de Freile resulta de gran interés para los estudios de Saint Exupery en el sentido en que su lectura del Principito vincula a esta obra de manera cercana con Ciudadela del mismo autor hasta el punto en que la segunda parecería aportar varias claves para la comprensión de la primera. Freile presenta un muestrario pertinente de citas extraidas de Ciudadela (junto con otra información relevante, por ejemplo la Carta a un rehén, dedicada, al igual que El Principito a Leon Werth) que sin duda enriquecen el sentido de varios tramos del Principito.

El libro adolece de un cierto esencialismo ante la idea de la infancia ―Solo los niños comprenderán que entre todas las experiencias que pueda vivir una persona, entre todas sus metas y actividades,

la más importante y central es mantener los lazos de amistad y de amor con las personas escogidas‖ (p 157) Sin embargo, en justicia, Freile al inicio del texto habla de la relatividad de la edad cronológica aunque este sea un tema que no queda resuelto a lo largo del libro. No importa. Dice Freile al inicio de su texto que está consciente de ―un sinnúmero de reflexiones diferentes e iluminadoras‖ que el autor no ha tocado, pide, a la guisa del propio Saint Exupery, que ―el lector bondadoso‖ envíe al autor un informe sobre ellas. Al margen de las lecturas alegóricas que vinculan El principito con los evangelios y al principito con Jesús, y al margen también de una lectura del sistema de representación del Principito como avatar de la vanguardia artística, voy a darme el gusto que siempre quise al terminar de leer ese libro por primera vez y al sentir el inmenso deseo de escribirle a Saint Exupery con buenas nuevas. Así que ahí va: Carlos Freile, el principito está de vuelta, esta vez en una estupenda pequeña novela escrita por el estadounidense Jerry Spinelli que lleva como título La niña estrella. Norma: Zona Libre, 2001. No quiero anticipar nada, sino invitarte al luminoso encuentro con otro texto principesco.

"Comentario sobre la última novela de Mario Vargas Llosa "Travesuras de la niña mala".Confesión pública o autobiografía?"

Por Jorge Luis Gómez R.

No parece suficiente decir que ésta es una historia amorosa.Deliberadamente los protagonistas son seres, como diría el existencialismo, lanzados al existir o agobiados por la libertad.En este sentido, la novela nos habla de nosotros, de la vida de tantos y tantas como nosotros.No hay ejemplo ni arquetipo ninguno, no hay protagonistas ejemplares, más bien una historia común y corriente ( hasta vulgar), un contexto latinoamericano pleno de sueños inconclusos, de huídas y desencuentros, lleno de ansiedades y dificultades para existir, pues la vida es una constante elección, no un ejemplo, un proyecto inconcluso, doloroso, elusión de lo auténtico, sueño de algo imposible de realizar.En cierta medida, un círculo fastidioso que no se cansa de volver sobre lo mismo, una y otra vez los mismos anhelos, las mismas insatisfacciones , pequeños triunfos y tremendas desaveniencias y frustraciones, los mismos intereses que parecen recuperar un pasado inacabado, un presente mítico que desaparece en lo no realizado y un futuro imposible, una proyección constante de viejos errores.

Parte de esta historia existencial común a los latinoamericanos, sin pretender adentrarse en el estereotipo, es uno de los rasgos más destacados de la nueva novela de Vargas LLosa.En este caso, el horizonte peruano, limeño y miraflorino del protagonista ( como sucede en gran parte de las novelas del mismo autor) hace las veces de estructura de la cual surge y en la que es posible comprender el destino en cierta medida trágico de una disposición existencial donde el arribismo social, la segregación racial y las proyecciones y sueños encuentran su verdadero soporte.

Ricardo Somocurcio, el niño bueno, o mejor el "niño bien" que sueña con Paris, repite con sus sueños los viejos anhelos de otras generaciones

latinoamericanas desde la República hasta hoy, el mismo sueño canónico del positivismo de finales del siglo XIX cuando Europa y los Estados Unidos de Norteamérica representaban el símbolo de la ciencia y la educación, la Arcadia de la cultura y las artes.La perspectiva que la novela en cuestión quiere abordar es, en cierta medida, la de un proyecto personal (la vida literaria del autor?) sin grandes metas, más cercana a la mitología personal y al anhelo nostálgico del individuo que busca realizar los sueños de juventud, que a una ambiciosa meta generacional cargada de ideologías, articulada al saber y a la cultura que progresa conjuntamente con el individuo.Al lado de sus amigos, Ricardo no dirige su vida a una lucha por la libertad y el progreso del Perú, sino quiere ser consecuente, a su modo, solo con los sueños de la juventud.Al parecer, como el mismo autor de la novela, Ricardo nos muestra lo limitado de un proyecto personal de solo ser consecuente con anhelos de una juventud que pretende ser ella misma, pero que olvida que obedece a propósitos

generacionales propios de un segmento de la sociedad.Lo duro de esta novela para el lector es concebir entrelíneas que el proyecto de Ricardito es el proyecto personal de Mario Vargas Llosa como literato y que la novela en cuestión es una biografía personal del autor!

Pero no solo el protagonista, el narrador de la novela, deshilacha una a una las opciones y las omisiones de sus sueños dorados, la fuerza oculta de los proyectos existenciales que nos acompañan desde la juventud a la edad de los "mayorcitos", proyectos impuestos y heredados, proyectos que tantas veces creemos nuestros y que en definitiva son la opción de clase, de la familia, del horizonte cultural que nos acompañó como fe generacional, como carga existencial heredada de aquello que nunca fuimos o quisimos ser.Pero además de Ricardito, la niña mala ( que en cierta medida encarna a "la Literatura") aparece como un verdadero crisol de identidades, como la enmascarada que nos permite no solo compararla con su contraparte, sino precisamente en la comparación entre ellos surge la identidad existencial, el reflejo de dos proyectos casi idénticos, surgidos de un mismo entorno. Dos almas latinoamericanas exportadas al mundo en una aparente lucha por sobrevivir a sus sueños prestados, en una aparente búsqueda de identidad marcados por el estigma de la dinámica social de dos barrios de Lima, el uno pobre y el otro rico, el uno hábido de enmascaramientos y oportunismos, el otro buscando perpetuar el romanticismo burgués, el proyecto existencial de clase en el que la identidad nacional le queda grande (o chica).

Como vemos, los protagonistas de la novela no dejan de retornar al barrio que los vió nacer y en cierta medida, ambos miran de reojo al Perú que les dió todo aquello que ellos rechazan concientemente, negativa que acaso los marcará en esos destinos idénticos en la elusión de sí mismos, en esa mala fe oscilante en la que los sueños de la juventud, anverso y reverso de sí mismos, y la lucha por una vida minimamente digna, los atrapa y los atormenta, los alegra y emociona hasta el mismo extremo del juego ambivalente de la ilusión- desilusión.

Nada mejor para la novela, que el anverso y el reverso de la escala moral ( niño bueno y niña mala), ambos entrelazados en dos destinos que son uno.Desde Lima a Paris, desde Londres a Tokio, de Madrid a Marsella, se va entretejiendo esta historia que, como decimos, no es únicamente una historia de encuentros amorosos, de un amor trágico, ni menos pertenece únicamente a la novela romántica como dice la solapa del libro. Además del romance y del erotismo, del sexo apasionado, del encuentro oculto, el niño bueno y la niña mala aparecen entrelazados en sus errores y ambivalencias, en conquistas inútiles, pues ambos se duelen de su existencia, ambos observan que sus existencias son prestadas, que sus conquistas no son tales, ambos asqueados de sí mismos, hartos de sus propias ambiguedades, cansados de sus mascaradas sociales.

Como decíamos, no solo el amor hace parte de esta novela.También un aspecto oculto del amor, la mala fe del mismo,queda retratado aquí como amor mediocre o como diría Silvio Rodríguez, como amor cobarde.

El niño bueno, el miraflorino de la clase alta, pichuruchi de felpa, osito de peluche, "niño bien" narrador de huachaferías ( el autor de la novela?) entremezclado desde la juventud con la niña mala ( la literatura o la novela?), mascarada de todas las opciones que no delaten su extracción humilde, de todos los ocultamientos de su procedencia del suburbio, cambiando de identidad, de pasaporte, de marido, de idioma, huyendo cuando las cosas salen mal.Extraña manera de retratar a la literatura, entre la prostitución y el enmascaramiento, entre el placer frío en la cama y el egoísmo inalcansable.Una suerte de confesión profesional del narrador como violador de una fémina huidiza e imposible?. A mi modo de entender, la doble identidad de la niña mala ( como protagonista de la novela y como el concepto de la literatura) nos deja un sabor a fracaso, una imposibilidad, una suerte de confesión pública de un fracaso como novelista?

Ricardito, el Pichiruchi miraflorino, traductor-intérprete asentado en París, Londres o Tokio solo consigue vivir en Europa, a pesar que se siente siempre extranjero ( confesión del autor?) ajeno y como exportado de un país sin destino, huyendo y huyendo, pues ni su profesión, ni su nacionalidad prestada le llenan o le complacen.Solo le llena la niña mala( la literatura?) pues en ella parece reencontrarse consigo mismo, una mujer excéntrica, sensual como la mujer popular que le calienta a todo burguesito latinoamericano.Nada bella, ni guapa, la niña mala es una pura calentura de adolescente miraflorino, una suerte de prueba precoz de virilidad mal asumida, un "pajazo" insignificante y mezquino.Pero muy a pesar de estos antecedentes "non sanctos", el niño bueno no logra vencer jamás los sueños mojados de la adolescencia, ni menos olvidar su poco enaltecedora procedencia.Eternamente encadenado a sus sueños juveniles, no es capaz de liberarse de esta imagen que encarna "la niña mala", de esa calentura pasajera, de esa mujer símbolo con la que entrelaza roles sociales, sexualidad inconclusa, virilidad subdesarrollada, dependencia de clase y dignidad mal asumida.

Indudablemente que el carácter más fuerte es el de la niña mala. A pesar de los evidentes ocultamientos y pantalladas de los que vive a gusto, la niña mala sabe lo que quiere ( al menos así lo declara ) y no duda de aquellas conductas que las grandes mayorías querrían estigmatizar con la prostitución y la falta de dignidad.En cierta medida, la niña mala es más consecuente que Ricardito.En ella hay decisión y carácter.Precisamente lo que no tiene Ricardito!

Pero, al parecer, el autor de la novela quiere subrayar las debilidades manifiestas de Ricardito.Frente a la niña mala, el niño bueno es un enredo de insolvencias ( retrato del literato latinoamericano?), a pesar de su departamento en París y de su profesión, como siempre le gusta afirmar.Pero la niña mala no se alcanza en su maldad, pues también sabe de sus insolvencias, sabe de sus viejas identidades.Por eso busca a Ricardito, su "amigo íntimo".Uno y otro se necesitan, uno y otro se buscan como en una obsesión infinita, pero no para amarse, si fuera el caso, sino para compartir soledades, para identificarse en sus diferencias.Sorprendente resulta considerar la posibilidad de que esta relación inconclusa,que este "pajazo mutuo"(sic veniat verbo!) sea la idea que Vargas Llosa nos cuenta de su propia relación con la literatura!

Mientras más angustiado está Ricardo, más se refugia en lo poco que tiene, más prioriza su trabajo y su oficina solo para olvidar a la niña mala.Por el contrario, ella huye de sí misma, de sus múltiples encubrimientos cuando se encuentra con Ricardo.Ambos encuentran en sus fiestas privadas una suerte de oasis soñado, donde no solo dan rienda suelta a sus "peruanismos", donde inconcientemente depositan una identidad momentánea como para descansar y aflojar el peso de sus vidas. Pero ella se duele de su insolvencia, de aparentes violaciones y busca en él un equilibrio que aparentemente alcanza.

Si es cierto que la niña mala simboliza o representa a la literatura y que el niño bueno representa al literato, el resultado que nos queda es alucinante!Lo que deberíamos esperar de la literatura y de la novela en especial es una suerte de amor cobarde, una relación inconclusa de dos anacoretas que se suelen encontrar en un hotelito para fingir que se aman, dos mundos superficiales que pretenden encender una calentura que de ninguna manera es amor.Ahora que lo pienso,el único valor de esta novela es la confesión que nos hace su autor.La duda que nos queda es si él fue consciente del verdadero sentido de su confesión.

Eduardo Villacís Meythaler: ¿el mayor poeta del Ecuador?

Una nota a propósito de Ajuar de Cal: poesía entera.

Toda comparación es odiosa, aunque odiar y comparar sean imprescindibles herramientas de orientación epistemológica. Desde la constatación de la fragilidad del juicio personal , me atrevería a decir que Eduardo Villacís Meythaler es, por lo menos, uno de los dos o tres más grandes poetas contemporáneos vivos en el Ecuador. Ajuar de Cal: poesía entera , que reúne su obra previa (tres poemarios: Latitud unánime (1953),Dieta

sin sol (1981) y Documental sobre un conspirador (1994) ) , es un texto de primera línea en las letras nacionales. Villacís Meythaler, médico, cardiólogo, poeta desde hace medio siglo, nos presenta una obra madura, diversa, segura de sí misma. En lo que sigue quiero simplemente señalar algunos de los méritos y logros de Ajuar de Cal, el poemario que inicia la colección, puesto que un comentario sobre la totalidad de la obra de Villacís Meythaler sin duda merece un estudio extenso y completo. Un primer elemento de esta poesía es su desconcertante variedad temática. Los diecisiete textos que conforman el poemario van desde la cotidianidad de los días feriados, pasando por la Venus de Valdivia y la identidad nacional hasta la migración, la industria de seguridad y los barrios de Quito. La marca evidente de la paciencia y de una observación aguda escolta cada uno de estos poemas. Villacís Meythaler es un poeta de la precisión, aun cuando intenta examinar las correspondencias inadecuadas pero paralelas de las distintas actividades humanas: La tristeza es la felicidad Reducida a su mínima expresión, Como el sol del presidio O el domingo en los submarinos Su talento para la identificación de pares es abrumador y tiene como antecedente firme sólo al ecuatoriano Jorge Carrera Andrade. Algunos ejemplos, extraídos de distintos poemas: El pañal y la mortaja Son las únicas ropas tradicionales Tanta cara tapada inútilmente Cuchicheos parecidos A los apartes del placer La vida tan igual a la muerte

Para los pilotos de los bombarderos El tono de la poesía de Villacís Meythaler es desconcertante, consiste en una suerte de parsimonia y elegancia verbal que demanda calma perceptiva, un ejemplo, extraído de uno los mejores poemas de la colección. Pretérito Perfecto (Venus de Valdivia)

Alta. Altanera Manigua de nata dulce. Jarana de la prehistoria Y de la historia entera. Zafra donde te atinaron En la caña del talle. Mutilada, con ternura de belfo en los muñones Otro acierto de esta poesía es su capacidad de arranque; es decir, su aprovechamiento de la expresividad estratégica del título de cada poema. Ejemplos: Ecuaciones inexactas, Tajamar, Estación para mujeres solas, Balada para un guardaespaldas, La diócesis de

arena, Salvoconducto para Elías, Canción para un aprendiz de mecánica . Todo en la obra de Villacís Meythaler es deliberado, intencionado, pensado. Uno tiene la sensación al leer esta poesía de recorrer una obra pulida por el paso de los años, de contemplar un lenguaje que, después de innumerables correcciones, finalmente se siente a gusto consigo mismo. El ordenamiento de los versos posee una gravedad que parecería emanar de una larga familiaridad con la revisión permanente. Este es uno de los mayores placeres de una poesía que, a pesar de su innegable novedad, se siente, extrañamente, antigua. Un ejemplo, de Barrio de la Loma Grande : Calle de tamaño reglamentario Para jugar la vida. Recta. Caminada a conciencia Salir de tus muros Fue adquirir ciudadanía En el dolor, Perderse en las trayectorias Que proponía la noche, Malgastar en las calles del mundo, El exiguo presupuesto de pasos Entre las hojas secas

Otro elemento sorprendente de la poesía de Villacís Meythaler es su extraordinaria inteligencia poética, o su capacidad de ―pensar de otra manera‖. Esto es lo que dice en Predecesores un texto

ostensiblemente sobre los soldados y conquistadores de nuestro continente: Condenados al fuego Y al infierno de las armas Les fue negado entrar En lugares sagrados Ni un alegato celebratorio del pasado heroico, ni una condena firme sobre las atrocidades cometidas por estos personajes, Villacís Meythaler rehúsa ocupar esos territorios y más bien medita sobre la condición de obligatoriedad de la historia vivida, junto con la trágica paradoja mediante la cual la violencia—aun a nombre de la salvación—descalifica a sus cultores de la verdadera historia. Este texto, Predecesores, debido a su dedicatoria a Jorge Enrique Adoum, entre otras cosas, permite una lectura que alinea a los ―héroes‖ con la historia de la poesía ecuatoriana. El poema dice Crearon leyendas que agrandan los caminos, Los caseríos llevan sus nombres Sobre todo cuando quedan vacíos. Villacís Meythaler puede aquí referirse perfectamente, a los Mera, los Olmedo, los Crespo Toral e igualmente a Noboa y Caamaño, Humberto Fierro, Gonzalo Escudero y hasta contemporáneos del propio poeta del que nos ocupamos como César Dávila Andrade o el mismo Adoum. Identidad es otro texto punzante que conjura la identidad desde nuevos frentes. Dice el poema Somos arrimados, obreros contratados Por un día. Ni una canción, Un golpe certero, ni siquiera La resolución de no ser nadie Aquí se oyen los ecos de la poesía de Adoum, como más adelante, en los versos No todo es triste: Hay bandadas de garzas Blancas y libres, Saltos de agua dulce, Toronjil y lavanda . . .

Escuchamos la presencia de Carrera Andrade. Villacís Meythaler hace un recorrido de la poesía

ecuatoriana del siglo XX en su texto. A medida que recoge la ―identidad‖ poética ecuatoriana la elabora, posiblemente por eso es que nos sentimos tan a gusto en estos textos, por la sensación de ya haberlos recorrido, aunque de distinta manera y con otros propósitos, antes. Leer a Villacís Meythaler es, entonces, estar de regreso. Unos versos finales para volver a precisar el sentido de remanso de esta notable obra poética, una de las más ricas, hondas y personales de la literatura ecuatoriana de hoy: Si hay que volver,

Volveremos cada instante, Sentiremos la tierra Como los nadadores que hacen pie .

Dos Tesis sobre Revés de Luz de Cesar Eduardo Carrión

Primera: la poesía de Carrión consiste en un diálogo con la historia de la poesía moderna del Ecuador.

Prominentes fantasmas en este convite son Jorge Carrera Andrade, Gonzalo Escudero, César Dávila Andrade y Efraín Jara Idrovo. Un ejemplo para explorar este aserto, tomado de El ciudadano

de las gafas azules (1924) de Carrera Andrade, de texto que lleva como nombre ―Regreso a la transparencia‖

Vuelvo al aire y al agua elementales

Después de haber amado tierra y fuego

Y el color y la forma de las cosas.

Vuelvo a la transparencia y al sosiego

Mirando las recónditas señales

Y de Carrión, en Revés de luz (2006) de

2

Y quiero dejar de decir estos nombres,

Que apenas pronuncio.

Y quiero olvidar para siempre

La piedra desnuda. Y no quiero

Ni la tierra ni el aire ni el agua ni el fuego

Lejos de sugerir con esta pequeña muestra que existe algo así como una correspondencia directa entre el tratamiento que ambos autores dan a elementos poéticos semejantes quiero llamar la atención sobre la preocupación de estos dos autores por la materia. Y junto con la materia a la

elaboración y al procesamiento estético de lo material a nivel poético. Carrera Andrade marca un camino transitado por varias generaciones de creadores que hallan que la representación misma debe orientarse hacia el ideal de la transparencia ; es decir, hacia la captura de la realidad de

manera directa e inmediata por medio de un lenguaje singularmente preparado para esa tarea. Laelementalidad por así decirlo, de esta orientación, básica en un sentido antiornamental,

fundacional en un sentido esencialista, encuentra en Carrión un intérprete deseoso de romper con esa tradición. La poesía de Carrión es así un poderoso alegato histórico sobre la inercia mimética en la poesía ecuatoriana a la vez que una estrategia para identificar su persistente atracción en el presente.

Y no es que se trate simplemente de comparar y contrastar poéticas confrontadas en la arena política (una militancia siempre al alcance de la mano en la actividad mimética, un desentendimiento con lo colectivo en su rechazo) puesto que las condiciones históricas cambiantes a través de más de 80 años han hecho girar la perilla del compromiso de múltiples y a veces inesperadas maneras. El caso más bien se vincula con el desprestigio del nuevo siglo ante la lucidez.

El título del poemario de Carrión ya apunta en esta dirección al sugerir como su temática precisamente el revés o el contrario de la claridad y transparencia que otras generaciones de poetas ecuatorianos aspiraron (por lo menos en tanto sus pronunciamientos oficiales sobre su propia actividad como poetas) a alcanzar. El tratamiento de Carrión, de uno de los principales símbolos de la poesía de JCA, la ventana, nos da indicios de su muy distinta poética. Esto es lo que dice en el poema que da título a la colección:

Esta ventana:

un haz sin envés,

un revés de la luz atrapada

entre cuatro paredes

de agua

un vértigo petrificado

sobre el dosel de la mirada,

un espejo sin azogue,

un abismo horizontal,

una palabra

Ante el ideal de la transparencia de JCA ―Limpiad el mundo—esta es la clave--/de fantasmas del pensamiento‖ (Registro del mundo), Carrión opone la coexistencia simultánea de los planos de superficie y profundidad a los que nos remite toda poesía. Pensamiento y mundo no son así objetos discretos y separados entre sí sino facetas inseparables de un acercamiento siempre múltiple a la representación. Ya Roland Barthes lo mencionó de la siguiente manera:

...Y nunca existe una contradicción, conflicto o ruptura entre el significado y la forma: ambos nunca ocupan el mismo lugar. De la misma manera, si estoy en un automóvil y observo el paisaje a través de la ventana, puedo voluntariamente concentrarme o en el paisaje o en el panel del vidrio. En un momento comprendo la presencia del vidrio y la distancia del paisaje; en otro, por el contrario, la transparencia del vidrio y la profundidad del paisaje; mas el resultado de esta alternancia es constante: el vidrio para mi es a la vez presente y vacío, y el paisaje irreal y pleno. (Mitologías 124)

El poemario de Carrión es así una importante contribución al proceso de desarrollo de mecanismos para pensar críticamente, la complejidad de nuestra propia circunstancia histórica. Una parte significativa de este procedimiento consiste en la desacreditación de la idea detransparencia tanto como medio idóneo para la representación estética como para el problema de la representación democrática. La opacidad del revés de luz y de la palabra así reivindican la necesidad de acercamientos menos ingenuos a la construcción de significados.

*

La conversación con el pasado poético del Ecuador no descansa con esta breve e incompleta enunciación de un aspecto del intercambio entre Carrión y Carrera Andrade. La deuda reluce en ―Epitafio del poeta‖

He tocado tantas noches un tambor con este nombre

que ahora dudo de los ecos que reposan en la piedra.

Aunque ignoro la precisa ubicación de tu tumba,

ambiciono lejanas semejanzas contigo

Yo sé bien que este río no moja tu cuerpo,

siempre sordo, de granito,

escultor de vientos.

La figura de la piedra habita la totalidad del poemario y alude en forma indistinta tanto al habitual recurrir de varios poetas ecuatorianos a este elemento, sobremanera Efraín Jara Idrovo, cuanto a la propia condición ―monumental‖ de varias figuras tutelares de la poesía ecuatoriana en el siglo XX. La tumba como piedra tallada y pasado monumentalizado acerca el texto a varios nombres, junto a los ya mencionados JCA y EJI, por cierto se intuye la evocación de Gonzalo Escudero, ―escultor de vientos‖ en su célebre Estatua de Aire. Lo que estos cuatro poetas, al que sumo uno, César Dávila Andrade, tienen en común con Carrión es su preocupación insistente sobre el espacio. Lo que nos lleva a la segunda tesis:

Segunda: El texto de Carrión es un texto que decurre (d)espacio

Digámoslo así: las escaleras de verso que cada página de Revés de Luz nos acerca, impiden el apresuramiento. Estamos ante un lenguaje personal, poblado de símbolos recurrentes que reflotan en un tono de lo más curioso: ni trágico ni esperanzador má bien una suerte de compromiso cuidadoso entre ambos extremos. Este notable equilibrio, (ocupación del umbral) presente en el poemario notablemente en el poema Bestiario, marca el lugar de un espacio lento que se manifiesta sobremanera en la figura del desierto.

Llego al desierto preciso de aquel mediodía. . .

Es el primer verso del poemario y también la oportunidad de observar la conversión y el entrelazamiento entre tiempo y espacio. El desierto es un tiempo, o una forma de ocuparlo; a su vez, el espacio es un momento, o una manera de vivirlo. El poemario de Carrión participa de una tendencia constante en la literatura mundial del último lustro por lo menos: la voluntad de extirpar de la representación la experiencia contemporánea de enajenamiento por medio de nuevas tecnologías comunicativas y mediante el asalto constante de los sentidos de cada vez más agresivas campañas publicitarias. Es como si la imposibilidad de registrar una experiencia saturada de ruido blanco pidiera de la realidad de la representación un escenario menos volátil y más estable. Tales condiciones espaciales e imaginativas permitirían, como en la ficción de Joseph Conrad, ambientadas en naves que surcan los mares, la presentación de una realidad que opera como en un laboratorio. En otras palabras, la desertificación del panorama poético de Carrión

implica una voluntad de elaborar a partir de documentos firmes: la historia literaria ecuatoriana, la materia prima literaturizable de los símbolos, la forma del exordio o del epílogo. El ritmo de procesamiento poético de estas sustancias se constituye deliberadamente a des-tiempo y (d)espacio de las consideraciones de la cotidianidad prevalecientes hoy en día. Se trata de una cotidianidad alternativa entonces, experimental en la medida que des conoce la super saturación contemporánea de voces y se pronuncia a favor, no de la desolación pero sí del desierto.

Dice en ―Autoretrato‖

Y no abandonaste el desierto. . .

El poemario de Carrión participa de una poética interesantísima, abocada a lo liminal, a la espacialidad, en resumen: a la frontera. Informada por la tormenta teórica del posestructuralismo, alimentada del poder de la tradición poética ecuatoriana, este texto primerizo se ubica en las antípodas de la concreción y de lo imaginativo y se rehúsa a moverse un ápice de ese centro.