heridas de muerte

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Semanario Nacional Viernes 20 al jueves 26 de enero de 2012 Santa Cruz de la Sierra, Bolivia Año 9 Número 445 Bs 5 Heridas de muerte Benancia Bustamante y Nora Apata lloran la muerte de sus hijos Abel Rocha (27) y Maicol Sosa (en el retrato, 23), víctimas de la violencia política y de la represión policial en Yapacaní. A diez días de los luctuosos hechos, no hay avance en la investigación criminal, ni en la solución a la crisis municipal que desencadenó la confrontación entre militantes del MAS. Págs. 9-14 La retardación de justicia deja daños difíciles de reparar en Bolivia Un total de 286.659 causas están estancadas en los juzgados, debido a la lentitud con la que trabajan los jueces. Un informe de Carlos Börth. Págs.3-5 Bolivia está lejos de alcanzar y aprobar un salario mínimo justo: Bs 2.824 Aníbal Jerez hace un ejercicio en base a la canasta básica real y llega a una cifra alejada del SMN de Bs 815. Recuerda un mandato constitucional. Pág. 22 Una experiencia extraordinaria como becarios latinoamericanos Diego Jaramillo, perio- dista de SemanarioUno, comparte sus primeras impresiones del viaje a Estados Unidos, junto a una treintena de jóve- nes latinoamericanos. Págs. 16-17

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Benancia Bustamante y Nora Apata lloran la muerte de sus hijos Abel Rocha (27) y Maicol Sosa (en el retrato, 23), víctimas de la violencia política y de la represión policial en Yapacaní. A diez días de los luctuosos hechos, no hay avance en la investigación criminal, ni en la solución a la crisis municipal que desencadenó la confrontación entre militante del MAS

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Semanario Nacional • Viernes 20 al jueves 26 de enero de 2012 • Santa Cruz de la Sierra, Bolivia • Año 9 • Número 445 • Bs 5

Heridas de muerte

Benancia Bustamante y Nora Apata lloran la muerte de sus hijos Abel Rocha (27) y Maicol Sosa (en el retrato, 23), víctimas de la violencia política y de la represión policial en Yapacaní. A diez días de los luctuosos hechos, no hay avance en la investigación criminal, ni en la solución a la crisis municipal que desencadenó la confrontación entre militantes del MAS. Págs. 9-14

La retardación de justicia deja daños difíciles de reparar en Bolivia

Un total de 286.659 causas están estancadas en los juzgados, debido a la lentitud con la que trabajan los jueces. Un informe de Carlos Börth. Págs.3-5

Bolivia está lejos de alcanzar y aprobar un salario mínimo justo: Bs 2.824

Aníbal Jerez hace un ejercicio en base a la canasta básica real y llega a una cifra alejada del SMN de Bs 815. Recuerda un mandato constitucional. Pág. 22

Una experiencia extraordinaria como becarios latinoamericanos

Diego Jaramillo, perio-dista de SemanarioUno, comparte sus primeras impresiones del viaje a Estados Unidos, junto a una treintena de jóve-nes latinoamericanos. Págs. 16-17

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www.semanariouno.orgViernes 20 de enero de 2012 Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

Voz compartida

Interpretaciones equívocasCreer que en Bolivia hay más democracia porque en los últimos seis años

hemos ido a votar más veces que en la última década; o que hay menos injusticia y más inclusión de sectores históricamente marginados, por-

que vemos más indígenas en cargos públicos; o que las mujeres son tomadas en cuenta y valoradas en mayor dimensión que antes, porque un par de ellas pre-side las dos cámaras de la Asamblea; o que el país alcanzó un mayor desarrollo económico, porque las cifras macroeconómicas son alentadoras y alimentan balances positivos, son equívocos que ya están cobrando réditos.

Lo digo ahora a propósito no solo de la elección de dos mujeres para que presidan cada una de las cámaras de la Asamblea Plurinacional, sino también de los violentos sucesos registrados en Yapacaní y que, lamentablemente, ‘ali-mentaron’ la lista de ciudadanos muertos por la violencia política en los seis años del gobierno que preside Evo Morales. Percibo en ambos casos malos augurios, contra corriente de no pocas voces que encuentran en el primero motivos para aplaudir, aunque casi todos coincidan en lamentar y condenar el segundo.

En el caso de la elección de las dos asambleístas oficialistas veo más una estrategia que visa a usar lo femenino como factor de neutralización de la acción contestataria de los opositores (los tradicionales y los ‘neo’ representados por los ex aliados del MAS), antes que un reconocimiento a la capacidad y a los derechos de la mujer. ¿O alguien cree que ambas asambleístas actuarán más apegadas a lo que manda la Constitución que a lo que ordenen sus dos principa-les jefes? Una de ellas ya demostró lo contrario en el caso Tipnis, repitiendo el libreto presidencial sostenido en ‘la razón de Estado’.

Ya lo advierte en un artículo de opinión Jenny Ibarnegaray: “Por tendencia general, las mujeres que acceden a esos cargos suelen sufrir una metamorfosis casi inmediata: les salen bigotes, se les engruesa la voz, comienzan a mandar obedeciendo ‘la línea’ de la organización política a la que se adscriben, y se olvidan de que alguna vez pensaron, sintieron y desearon vivir en una sociedad más justa y equitativa desde su lugar y su experiencia personal como mujeres.” Y por lo visto hasta hoy, la presidente del Senado sí es un claro ejemplo de las que mandan obedeciendo la línea de sus ‘jefazos’.

En el caso de Yapacaní, lo que todos vimos fue la repetición de la estrategia recurrente impuesta por la cúpula gubernamental: instrumentalización de la Justicia y de la Policía para favorecer a sus aliados incondicionales, sin reparar siquiera en las formas. Todo lo contrario: la orden parece ser actuar con preme-ditación y alevosía, hacer gala del uso y abuso de poder y de la violencia física, para escarmentar a quienes osen contrariar la voluntad de la cúpula guberna-mental. Por eso el envío de centenares de policías, por eso las masivas detencio-nes arbitrarias: para provocar reacciones que justifiquen el uso de la fuerza y la imposición de esa voluntad. Ya lo vimos en Yucumo.

Lo sucedido en Yapacaní es más grave que lo expuesto aquí, aunque basta para confirmar la verdadera vocación de quienes gobiernan Bolivia: autoritaria, con una tendencia a la radicalidad que no se expresa en la economía, sino en la política. Una apuesta de poder peligrosa, porque es compleja y difícil de detectar y combatir. De ahí las interpretaciones equívocas, como la de que hoy Bolivia es más democrática: ¿de qué le valió a Yapacaní votar por sus autoridades munici-pales, ejercer control y su derecho a revocar mandato, si por encima de leyes y urnas está la voluntad del MAS?

Ya lo vimos también en otros municipios, en las gobernaciones. Lo vemos en el curso que está tomando la demanda del Tipnis; en el contraste que muestran las actuaciones del Gobierno frente a Chapare o Yungas en materia de cultivos de coca; en el caso de los ‘autos chutos’ y su legalización; en el de la ficticia nacionalización de hidrocarburos; o en el de empresarios que adhieren al lla-mado ‘proceso de cambio’ y hacen buenos negocios, a condición de olvidar su condición de sujetos políticos…

Que no se engañe nadie. Estamos en manos de gobernantes que no están dispuestos a dejar el Poder, así sea por un revés en las urnas o por una convulsión social (como la de octubre de 2003). Están trabajando para ello. Por eso su giro hacia los sectores más económicamente activos, en detrimento de su inicial alianza con indígenas y clases empobrecidas. Hay quienes valoran este giro como favorable, porque creen que refleja la inclinación del Gobierno hacia una ‘revolución moderada’. Otro equívoco. Ya verán.

Número 1 es elaborado por un grupo de periodistas independientes que han formado una sociedad editorial

para publicar este semanario de circulación nacional.

Maggy Talavera (directora)Ignacio Talavera Alpire (gerente)

Jorge Caero (columnista) Diego Jaramillo (reportero)

Asesor legalDr. Jerjes Justiniano Atalá

ColumnistasWinston Estremadoiro (antropólogo)

Susana Seleme (periodista, cientista política)Carlos Valverde Bravo (periodista, productor)

Osman Patzzi Sanjinés (El Otro Amarillo)Desde Buenos Aires: Emilio García (abogado y profesor)

Modelo gráfico: Fernando Pérez ChristensenDiagramación: Daniel García Hermosilla

Colaboran en esta edición Claudio Ferrufino-Cocqueniut (escritor)José Antonio Prado (ciudadano)Carlos Börth (consultor fBDM)Iván Arias Durán (periodista)Fernando Rivero Ovando (antropólogo)Aníbal Jeréz (auditor / consultor)Andrés Gómez Vela (periodista)Gary A. Rodriguez ( economista, gerente del IBCE)

Fotografías: Internet / Elvio Montero /Diego Jaramillo/ Osman Patzzi.FOTO DE PORTADA: Osman Patzzi, enviado especial a Yapa-caní / Santa Cruz, Bolivia.

Correo electrónico:[email protected] [email protected]ón: Calle San Germán No. 15 Urb. La MadreRecepción/telefax: Gabriela García Landívar, 350-3585

EDITORIAL

Sin vueltas

Voy a insistir en un tema, aún a sabiendas de que lo más probable es que el

comentario que estoy por escribir vaya a parar a la basura municipal, sin haber sido leído por autoridad o funcionario alguno. Y el tema no es otro que el drama diario que viven los vecinos de a pie de Santa Cruz de la Sierra, para poder atravesar calles y avenidas, sobre todo estas últimas. ¿Usted se ha puesto a observar con detenimiento a los peatones que re-corren la ciudad? ¿Se ha tomado el trabajo de parar cinco o diez minutos en cualquier ruta, en especial los ani-llos ensanchados que envuelven a la capital cruceña?

Hay que ver los malabarismos que hace la gente para poder cruzar las avenidas y radiales. Es casi una misión suicida, sobre todo a las ho-ras de inicio o final de la jornada la-boral (ya no da para decir hora pico, porque en la capital cruceña parece que todas las horas ya lo son). Una ve gente de todas las edades: ancianos, mujeres embarazadas o con niños en brazos, estudiantes y personas con discapacidad, con un pie ya en el

pavimento y en posición de apronte para aprovechar algunos raros espa-cios libres que dejan los cientos de miles de vehículos de todo tipo que las recorren sin descanso. Lo vi jus-tamente el martes pasado en el cuarto anillo de circunvalación, en todo el trayecto comprendido entre la aveni-da San Martín y la Virgen de Cotoca. No había forma de detenerse para dar paso a la gente... los conductores iban a una velocidad promedio y casi uniforme de unos 60 a70 kilómetros por hora. Detener el vehículo para dar paso a los peatones implicaba en ese momento una invitación directa a provocar un choque. En el tramo no hay un solo paso peatonal ni se-mafóro que obligue a los conducto-res a respetar esta y otras señales de tránsito; menos aún semáforos o, en su defecto, policías de Tránsito alternándose en el control de calles y avenidas, en espacial aquellas con-vertidas en circuitos casi cerrados y exclusivos de micros y colectivos.

Como sea. Este caso comprueba una vez más que en la visión munici-pal de ciudad está ausente el compo-nente humano.

En la práctica...

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www.semanariouno.orgViernes 20 de enero de 2012

Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

Análisis

El Órgano Judicial: diagnóstico y desafíosEsta es la segunda entrega del estudio realizado por Carlos Börth sobre la retardación de

justicia, con el apoyo de la fundación Boliviana para la Democracia Multipartidaria. El problema es mayor en las capitales del eje troncal. Datos para tomar en cuenta.

Carlos BörthConsultor fBDM

El estudio realizado sobre el desempeño de la adminis-tración de justicia en Bolivia

utilizó, entre otros indicadores, la Tasa de Retención Judicial (TRJ), denominada así por nosotros por-que resulta de dividir el número de juicios o causas que quedaron pen-dientes al finalizar el año, entre el número total de causas sometidas al conocimiento de cada uno de los jue-ces. Este último, a su vez, resulta de sumar los juicios que quedaron pen-dientes de la gestión anterior, más las causas nuevas iniciadas en el año respectivo, más los juicios que, por orden del juez, fueron devueltas del archivo único al despacho judicial. En consecuencia, la TRJ se calcula aplicando la siguiente fórmula:

TRJ = cp/ct dondect = cap + cn + cd

Sabiendo que cp=causas pen-dientes; ct=causas en trámite; cap=causas anteriores pendientes; cn=causas nuevas y cd=causas des-archivadas. En el lenguaje judicial la palabra “causa” se usacomo sinó-nimo de juicio o proceso.

El rango de la TRJ va desde 0 hasta 1, de manera tal que cuando se ubica por encima de 0,5, signi-fica que más del 50% de los juicios quedaron sin finalización. Así, una TRJ de 0.9 nos indica que el 90% de los procesos penales no recibie-ron sentencia alguna ni otra forma de conclusión. Y si la TRJ=0.1 nos muestra que sólo el 10% de los jui-cios quedó rezagado. El Boletín 1 estuvo dedicado a la mora judicial penal, por ello, a continuación ana-lizaremos importante información sobre la retardación de justicia en materias civil, familiar, laboral y coactivo fiscal y tributario.

Desempeño juDicial en materia civil

En esta materia operan Juzgados de Instrucción y Juzgados de Parti-do, cuya información no puede sino ser tratada en forma separada.

Juzgados de Instrucción en lo Civil. Desde el año 2007 operan en las ciudades capital y El Alto 72 Juzgados de Instrucción en lo Civil en los que se tramitan y resuelven juicios sumarios, ejecutivos por deudas de menor cuantía, coactivos civiles, interdictos, desalojos, di-versos procesos voluntarios (como declaratoria de herederos, deslin-des, inventarios, etc.) y otro tipo de órdenes judiciales. En este variado

conjunto de juicios y trámites, las órdenes judiciales suelen represen-tar un 30% del universo, los volun-tarios otro 25%, los juicios ejecuti-vos entre el 20 y el 25% y el resto otro 20 a 25%, de manera que más de la mitad de la carga procesal de estos Juzgados consiste en órdenes judiciales y procesos voluntarios. Este hecho debe tenerse en mente en la evaluación del desempeño de estos Juzgados.

El Cuadro anterior revela que en-tre 2006 y 2010, los jueces instruc-tores de las nueve ciudades capital y El Alto conocieron y tramitaron un total de 428.921 demandas, de las cuales concluyeron 319.830, de-jando pendientes, por tanto, más de 109.000 juicios, órdenes judiciales y procesos voluntarios. Esta rela-ción muestra que del total de asun-tos sometidos a los jueces, alrededor del 25% todavía está soportando trámites o terminó en el archivo ju-dicial. Considerando que las cifras de cinco años fueron agregadas y que los procedimientos, en ningún caso, tienen una duración tan larga, no debe confundirse este porcentaje con la Tasa de Retención Judicial, la que debe ser calculada anualmente, y así se lo hizo. El Cuadro 2 muestra la evolución de la TRJ entre 2004 y 2010.

Nótese que en La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz la len-titud procesal es mayor que en las capitales de fuera del eje central, lo que conduce a que el análisis pres-te atención a la carga procesal de los Juzgados, pero este tema, por razones de espacio, no puede ser abordado en este boletín. Resulta destacable, por supuesto, la mayor agilidad de los jueces de Tarija.

Juzgados de Partido en lo Civil. Además de los juicios ejecutivos y coactivos de mayor cuantía, corren a cargo de los Juzgados de Partido principalmente procesos ordinarios y conocen, en grado de apelación, las sentencias y resoluciones de los jueces de instrucción. Los ordina-rios tienen un peso relativo de entre el 60% y el 70% de la carga pro-cesal de estos órganos judiciales, mientras que sus acciones como tri-bunal de segunda instancia fluctúan en torno al 5%.

A lo largo de los cinco años cu-biertos por el Cuadro 3, los jueces de partido en lo civil urbanos reci-bieron en sus dependencias un total de 267.498 demandas, de las cuales algo más de 196.000 fueron conclui-

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ESTADO DE DERECHOViene de la página anterior

das, por lo que 71.108 litigios que-daron inconclusos, equivalentes al 26% del total. Llama la atención que de estos últimos, tres cuartas partes correspondan a los Juzgados del eje geográfico central, anunciándonos ello que la TRJ de las cuatro mayores ciudades del país es más grande.

En efecto, los porcentajes de la mora judicial del Cuadro 4 demues-tran que la lentitud de los operado-res de justicia de las ciudades de Santa Cruz, La Paz, Cochabamba y El Alto es notoriamente más alta que la del resto de las capitales, con la sola excepción de Cobija, cuya TRJ es superior al 60%, pese a su menor carga procesal comparativa.

La situación imperante en los Juzgados del eje central, e incluso de las ciudades de Oruro y Potosí, es, en verdad, preocupante, debiendo merecer un estudio cuidadoso por parte de la cabeza del nuevo Órgano judicial. A ello debe añadirse que al-gunos de los jueces de partido en lo civil del país, especialmente de Oru-ro, han estado emitiendo más de cin-co sentencias por día, lo que debería merecer una auditoria rigurosa.

retarDación De justicia en materia De familia

Juzgados de Instrucción de Fa-milia. Entre los diversos tipos de procesos que se tramitan en estos despachos jurisdiccionales, des-tacan las peticiones de asistencia familiar (más del 50%) y conflictos por violencia familiar (25%). Esta composición de los despachos ju-diciales nos ayuda a visibilizar que la retardación de justicia afecta, en gran medida y en última instancia, a las niñas y niños que dependen de las decisiones judiciales para cubrir sus necesidades elementales. Al respecto, el estudio ha permitido constatar que, entre 2006 y 2010, los jueces instructores de familia atendieron un total de 102.571 de-mandas, habiendo concluido los trámites en 73.699 de ellas, y de-jado pendientes, por tanto, 28.872 procesos.

Las Tasas de Retención Judicial de estos jueces reflejan también un estado de situación que exige estudios pormenorizados, en los que se recomienda prestar especial atención a los Juzgados de la ciudad de El Alto, donde casi en toda la década la TRJ fue 0.8 (=80%). Re-cuérdese en este punto que en estos

Despachos Judiciales las peticiones de asistencia familiar constituyen las demandas más frecuentes.

Juzgados de Partido de Familia. Más de la mitad de los asuntos y litigios que se ventilan en estos Juz-gados son los divorcios y disolución de matrimonios. Son ampliamente conocidos todos los supuestos, así como las derivaciones, que subya-cen a este tipo de juicios, por lo que vale la pena echar una mirada pre-via a la cantidad de divorcios que se inician cada día en el país. El cuadro 7 muestra que la familia boliviana, efectivamente, viene confrontando problemas de fondo que determina-ron la presentación en 2008 de 60 divorcios cada día (cpd=49 + 11), 64 demandas diarias en 2009 y 81 acciones de disolución matrimo-nial diarias en 2010. Si bien la fre-cuencia de casos en las provincia es menor que en las ciudades capital, los datos parecen mostrar que los agentes de disolución se están ex-pandiendo también sobre las comu-nidades provinciales.

Con este trasfondo, ¿cuál ha sido el desempeño de los Juzgados en-cargados de tramitar los divorcios? La información oficial revela que los 43 jueces de Partido de Familia, en el quinquenio 2006–2010, emi-tieron sentencias y otras resolucio-nes conclusivas en 65.314 procesos judiciales, pero, al mismo tiempo, dejaron inconclusas otras 40.440 demandas, equivalentes a cerca del 40% del total de litigios que ingre-saron a sus oficinas (105.754).

La concentración de los casos en el eje geográfico que va de La Paz a Santa Cruz es notoria: el 77% de los juicios se encuentran radicados en estas ciudades, lo que, por supuesto, refleja también el peso demográfico adquirido por estos centros urbanos en la década.

Las cifras anteriores, resultado de una agregación quinquenal, mues-tran los resultados macro acumula-dos a través de desempeños anuales que fueron determinando la acumu-lación de más de 40.000 juicios pen-dientes. La secuencia de los saldos

signados por una retardación de jus-ticia generalizada ya en el conjunto del país, se aprecia en el Cuadro 9. Las cifras de este Cuadro son lo su-ficientemente elocuentes como pa-ra ellos, naturalmente, demandas de beneficios sociales y de calificación justa de rentas de vejez.

El Cuadro 10 revela asimismo dos hechos más que relevantes: por un lado, la ciudad de La Paz con-centra más del 40% de los juicios sociales del país (23.124 del total de 55.315), pero, por otro lado, parece que la retención judicial es también la más alta del país, puesto que de ellos 13.469 procesos quedaron pendientes. Nótese asimismo que algo semejante sucede en El Alto.

Como es lógico suponer, nuestra otra herramienta para medir la mora judicial, es decir la tabla que recoge las TRJ, deberá reflejar el bajo des-empeño de los Juzgados del Traba-jo. En efecto, el Cuadro 11 muestra gráficamente que la retención de expedientes en las oficinas judicia-les fue agravándose a lo largo de la primera década de este siglo, al pun-to que el promedio nacional del pe-ríodo se elevó hasta 0,7, denotando ello, como sabemos, que el 70% de los juicios sociales fue rezagándo-se, como promedio, cada año. Este es el resorte de fondo que explica el desprestigio de la jurisdicción laboral entre los trabajadores y las organizaciones sindicales.

De cara a los datos del Cuadro, no puede dejar de destacarse lo en-comiable que resultan los resultados arrojados por los jueces del Trabajo y Seguridad Social de las ciudades de Tarija y Sucre, e incluso el de Potosí.

retarDación en materia coactiva fiscal y tributaria

Los denominados Juzgados de Partido en Materia Administrativa, Coactivo Fiscal son los órganos ju-risdiccionales encargados de cono-cer y fallar en los juicios coactivos a que dan lugar los dictámenes de res-ponsabilidad civil de la Contraloría General del Estado y las resolucio-

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Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

ESTADO DE DERECHO

nes municipales dirigidas a recuperar ingresos ediles, con un peso relativo de alrededor del 70% de la carga pro-cesal. En estas oficinas se tramitan también los procesos contenciosos tributarios que se entablan entre el Servicio de Impuestos nacionales y Gobiernos Municipales con perso-nas jurídicas y naturales, cuya inci-dencia es cercana al 20% del total de causas en trámite. Se trata, por tanto, de los mecanismos judiciales que le permiten al Estado, en sus diversas expresiones, recuperar recursos pú-blicos mal utilizados o no entregados a las entidades respectivas.

El estudio realizado en base a las estadísticas judiciales oficiales permitió concluir que, entre 2006 y 2010, los 14 jueces Coactivo Fisca-les existentes en el país conocieron un total de 15.463 juicios, en cuya tramitación alcanzaron resultados esmirriados, ya que alcanzaron a concluir únicamente 6.463 de ellos, implicando ello que otros 9.000 ca-sos hayan quedado pendientes, cuyo peso relativo es casi del 60%. Estos resultados son los más bajos de todas las materias judiciales estudiadas. En suma, resulta sencillamente alarman-te que 9.000 acciones estatales desti-nadas a recuperar fondos públicos hayan resultado ineficaces.

El Cuadro exige dos explicacio-nes adicionales. Primero, debe des-tacarse que más del 60% de los jui-cios tienen su sede en la ciudad de La Paz y que, por contrapartida, más del 76% de los pendientes sin tam-bién de esta ciudad (6.893/9.000), consecuentemente, las nuevas au-toridades judiciales deben prestar especial atención a estos juzgadores públicos. Segundo comentario: la información entregada por los dos jueces coactivos de Sucre adolece evidentemente de fallas, dado que, sorpresivamente, habrían resuelto un número de causas mayor al total de las que ingresaron a sus oficinas. Este es un tema delicado, relativo a la información proporcionada por los jueces, que por razones de es-pacio no puede ser tratado en este breve boletín. Será analizado en el informe final.

Para concluir, veamos cómo se reflejó la lentitud judicial en las TRJ de los años 2004 a 2010.

El Cuadro 13 reafirman la conclu-sión señalada líneas atrás: la situación imperante en los Juzgados de Partido en Materia Administrativa Coactivo Fiscal es, ni más ni menos alarmante. Diagnosticar los males que aquejan a estos despachos judiciales, diseñar los remedios consiguientes y lograr

agilidad procesal en estos juicios son tareas que forman parte de las solu-ciones que, urgen-temente, deben concebir y aplicar los nuevos magis-trados.

a moDo De conclusiones

A manera de conclusión se reco-ge en el Cuadro 14 el total de jui-cios que quedaron sin sentencia o resolución final entre 2006 y 2010, según los Juzgados y las diferentes materias. La elevada suma de éstos permite cuantificar al segmento po-blacional que, por diversas razones, quedó insatisfecho o afectado por la justicia boliviana. Se trata de más de un cuarto de millón de personas y de sus familias, cuando menos, cifra a la que, seguramente, se añadieron unos miles adicionales integrados por quienes consideraron que los fallos judiciales no fueron transpa-rentes ni imparciales.

El número considerablemente alto de disoluciones matrimoniales en Bolivia (un promedio de 80 di-vorcios por día en 2010) y las carac-terísticas de su trámite judicial, así como la celeridad procesal de éste, deben ser urgentemente estudiados de cara al establecimiento de políti-cas públicas al respecto.

Más de 25.000 trabajadores y sus familias fueron perjudicados, entre 2006 y 2010, a raíz de la lentitud de los Juzgados del Trabajo y Seguri-dad Social y de la ex-Corte Supre-ma de Justicia.

De cada tres juicios coactivos fiscales y contenciosos tributarios tramitados por los jueces de la ma-teria, casi dos quedaron inconclusos (9.000 de 15.400), impidiendo que el Estado recupere recursos públicos que fueron dolosa o equivocadamen-te gastados, o que dejaron de ser en-tregados a las entidades públicas.

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de la revolución pequeñoburguesa y candidata a millonaria, miss Chile y paradigma de un universo de igno-rantes, dice adorar, junto al semidiós aymara y dudoso varón que rige los destinos del Ande moreno.

Dejo a los doctos el análisis y me pongo a conversar como se hace en la calle, con malicia y conocimiento, experiencia de primera mano. Esta última, imprescindible, que me hace desconfiar de sujetos como la Vallejo, objeto de culto y onanismo de selec-tos, inmodestos y seniles autores na-cionales. A cada quién su placer.

Hace tiempo que pareciera que el gobierno de Morales se desmorona. Los acólitos aúllan que nunca, que atrás no se regresa, como si dijeran al-go nuevo. Paradójico porque sus pa-sos los guían incluso detrás del atrás, a los felices días caníbales y nudistas del ayer. Otra vez, a cada quién su gusto, y con Bataille y Levi-Strauss quizá encontrásemos justificativos poético-científicos de algunas afi-ciones. No olvido que el gran Petrus Borel ansiaba nostalgia del ser caribe, y que desde Rimbaud a Artaud, mu-chos han buscado esos recovecos de libre ancianidad. Pero acá estamos ante otra cosa, despojada de cualquier altruismo o arte, grandilocuente de fraude. El retorno a las fuentes en Evo & Cia es invento para dorar la píldora. Que están que se caen por meses es cierto. Y viéndolo quieren aprovechar al máximo una oportunidad que no ha de volver. Por eso arremeten de nuevo contra el Tipnis, porque la coima de presi y vici (e) -casi latín- debe ser tan jugosa que justifica el riesgo. Que la gasten en Chonchocoro.

¿Por qué tanta maldad en este es-critor laureado? ¿Qué te ha hecho el Evo?, me preguntaba un escritor alcoholizado. Personalmente nada, pero no he visto, y mucho he, tamaña desfachatez en ningún lado.

Para terminar, unas líneas del mo-no mayor, coronel Hugo Chávez, que con suerte para él fallecerá presiden-te. Con suerte también para nosotros. Decía que ayer u hoy, discurseó por nueve horas. No me lo puedo imagi-nar. Tortura china, igual o peor que su hijo putativo Evo Morales cuando perora sin ton ni son, levantando un dedito regordete, sentencioso, o se-ductor…

ESTADO DE DERECHO

Entre la cumbre social y el dengue atendido por Parques y Jardines, esta-mos completos.

¡Jocheando los petos, el Presi-dente habla de Referéndum Revoca-torio para él… ¿no sería más barato que se vaya solo? Digo… al fin de cuentas, nos ahorramos los 7 meses de campaña, el gasto en publicidad y la realización del acto que lo va a ratificar porque el “SÍ” no va a pasar del 50%.

Con relación a las muertes y vio-lencia en Yapacaní, el diputado Garvizu, del MAS, afirma que los mi-nistros “no le informan al Presidente”. Debe ser cierto, tampoco lo hizo el general que oficiosamente se inculpó de haber enviado los aviones tras de la represión a los indígenas del Tipnis. ¡Claro, hay una explicación! El Presi-dente se la pasa viajando, haciendo discursos o jugando pelota, ¿en qué rato va a atender el teléfono?

Tras de los tres muertos en Yapa-caní, el viceministro Chávez (que cree que es ministro) acusó a “la derecha” como la responsable de la “desesta-bilización” de Yapacaní. Claro, el paco que disparó era “diestro”, es decir, derecho… ¡ah! también dijo que ordenó que los policías no porten “ar-mamento letal”. Seguro que mañana nos dicen que los muertos se suicida-ron ¡con la mano derecha!

Gremialistas aceptan que en algunas ocasiones dan “coimas” a los COAs (Aduaneros)… Dicen que en el Gobierno dijeron: eso es muy grave, por supuesto; hasta ahora sólo sabíamos de “colaboraciones”, “ayuda” “pa’ su refresquito” o de “sanciónese” (policía al infractor de Tránsito), pero ¡nunca jamás nadie había hablado de “coima”!

Dice Rubén Costas que hasta fin de año va a tener ¡mil juicios! Bue-no, ahora entendemos que no quiera pedir disculpas “porque si lo hace por uno, tendrá que hacerlo por todos”. Claro, con tres pedidos de disculpas por día, ¡no va a tener tiempo de rom-per tinajas y sacarse fotos poniendo dientes en las provincias!

En Buenos Aires, proxenetas pa-garon la campaña del Alcalde, dice la noticia. Bueno, acá estamos más ade-lantados, acá una que otra puta pone a su hijo ¡como candidato!

Angélica Sosa, directora de Par-ques y Jardines y encargada de que

la basura no se recoja en la ciudad de Santa Cruz, dijo: “todos los comercios pagarán un 50% más por el recojo de basura”. Dizque los comerciantes se rieron por la noticia: del anuncio a que alguna vez recojan la basura puede pasar un año, ¡así que no nos preocupemos!

A propósito de basura: debié-ramos poner un letrero en Viru Viru: “Bienvenidos a Santa Cruz, la única ciudad del mundo en la que el Depar-tamento de Parques y Jardines se en-carga de velar por su salud y, de paso, ¡de no recoger su basura!

La colombiana Elizabeth Loaiza, Miss Mundo 2006, causó polémica al aparecer desnuda en una carnice-ría dando la impresión de ser tratada como “un pedazo de carne”. Dizque a la señora “que sabemos” se la escu-chó tirar el grito al cielo diciendo que “a sus chicas” ¡nunca se las va a ver posar desnudas! O sea, esa es carne que viene “envuelta” y ahí radica la diferencia.

“Cuando salga de la cárcel bus-caré al Presidente Evo”, dijo a los medios Santos Ramírez. La pregunta es para qué lo va a buscar. “Hay varias respuestas posibles -dijo mi amigo-, unos dicen que es para reclamarle por su abandono y otros, que es “para darle su parte”. Disculpen si me equi-voco, no estoy acusando –aclaró mi amigo, parafraseando al Presidente.

“Evo se hizo el cojudo” al legalizar cato de coca “y estamos entrampados con el narcotráfico”, dijo Filemón. Corrección: Evo no se hace nada, Evo es…

Evo propone un gasolinazo gra-dual, dice la noticia. ¿Eso vendría a ser como una violación en varias sesiones, con condón, lubricante y en cómodas cuotas mensuales?, me preguntó mi amigo. Los triángulos amorosos en Ho-llywood estuvieron a la orden del día. Así se habló del caso de Brad Pitt, Angelina Jolie y Jennifer Aniston. En Bolivia, los triángulos amorosos en realidad son triángulos políticos: Evo, Sacha y el Comandante de la Policía; Evo, los “Movimientos Sociales” y el Comandante en Jefe de las FFAA; Per-cy, Angélica Sosa y ¡la basura!; Percy, Saúl Avalos y Desirée Bravo… en fin.

Oriente trae refuerzos y Blooming desconcentra; ninguna novedad entonces, Blooming está como el año pasado ¡desconcentrado y perdido!

Partido Roma–Fiorentina. Gol de “la Roma”. ¿Quién hizo el gol?, pregun-tó mi amigo. Lamela, respondí. Y sólo por avisar, ¿quién hizo el gol?, me res-pondió molesto. Lamela hizo el gol, respondí.

Carlos F. Valverde

La semana en joda Mirando de abajo

ObservadorFerrufino no anda con vueltas ni medias

tintas al momento de escribir como pien-sa de los gobernantes del siglo XXI.

“Hace tiempo que pareciera que el gobierno de Morales se desmorona. Los acólitos aúllan que nunca, que atrás no se regresa... Paradójico porque sus pasos los guían incluso detrás del atrás...”

En un espasmo de aburrimiento encendí el televisor. Daban, en vivo, la conferencia de Ahma-

dinejad y Correa en Ecuador. El iraní, primero, invocó a la divinidad, o a quien sería, al misericordioso que no enseñó misericordia a estos barbados y astutos feligreses que se adueñaron de Persia. Me pareció ridículo. Era una conferencia de jefes de estado, no un púlpito. Horas antes había visto fotografías de ahorcados en las cárceles iranias, y escucho a Shimon Peres relatando cómo se caza y ejecu-ta a homosexuales allí. Yo que ataqué con furor, y por escrito, la invasión de Irak, creo que miraría con morboso beneplácito que occidente aplasta-ra de una vez por todas a la criminal jerarquía eclesiástica de Teherán. Ya va demasiado abuso como para soportarlo más. Ojalá que su locura mahometana los lleve a arriesgarse en la estrechura de Ormuz. El caño-neo que seguiría luego tal vez pudiera explosionar el largo y amargo rencor que duerme en la población. Tanto sueñan los ayatolas con el paraíso que habría que hacerles expedito el viaje, Ahmadinejad incluido.

El siguiente, el hijo de un triste correo del narco, Rafael Correa, me dejó estupefacto. Lo había conocido imbécil y feminoide, pero esa noche excedió cualquier expectativa. Estaba tembloroso, manojo de nervios, y no cesó en sus sospechosos dengues que acompañaron una insulsa e ignorante charla; bobaliconadas de crío que se sabe impune y da berrinches. Lo que dijo fue un cero rotundo. No expresó nada, y no cesó de moverse como si la cena que compartiera con su par asiático le hubiese quemado el intes-tino con picante. El mismo sonriente Correa que la muchacha Vallejo, diva

Claudio Ferrufino-

CoqueugniotEscritor

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ESTADO DE DERECHO

Barlamentos

Nuevas republiquetas o la gran mamada cocaleraEl cato de coca por cabeza, controlado por los propios cocaleros, ¿acaso no huele a una gran

mamada? Eso es lo que percibe Estremadoiro en los conflictos de La Asunta, en La Paz, y de Yapacaní, en Santa Cruz. ̒ Es la disputa por el control de narcoterritorios ,̓ afirma.

El viento de octubre tumbó mi añosa higuera, destrozando una mesa redonda de laja que

adornaba mi jardín. Me trajo recuer-dos del viaje en vagoneta que hiciera a La Asunta. En medio camino pa-samos por una cantera de laja negra. Llamó mi atención porque quien la explotaba era un campesino al que le faltaba una mano. No sin antes con-firmar mi sospecha de que el muñón se debió a la pesca con dinamita, le compré un rectángulo de laja que ojalá no se quiebre por el peso de los papeles en mi escritorio, y otra pieza redonda, fragmentada por la higuera remecida a muerte por el ventarrón.

Entonces, en 1979, La Asunta ten-dría unas 20 Has de cocales. ¿Cuán-tas habrá hoy? Son cuatro centrales campesinas; unos veinte sindicatos cada una; unos 60 miembros cada uno. El tamaño de cocales debe ser el equivalente de una manzana urba-na por colono, si el mismo gobierno acusa al dirigente cocalero de la zona de tener tres hectáreas de coca ilegal. No es afiebrado estimar que allí hay más de 5.000.

Los cocales de La Asunta estaban allí antes de la chistosa cortapisa chapareña del cato de coca, ¿por cabeza?, ¿por familia? Lo mismo da: controlan los gremios cocaleros, algo como que los ratones limiten el tamaño del queso. Dicen que el mis-mísimo Evo otorgó dos catos a las familias numerosas.

Con tal ejemplo, un diálogo ima-ginario sugiere la dimensión social del crecimiento de cocales. El con-texto se daría después de un partido de fútbol en sábado por la tarde, en la chichería de don Zenón Capri-les, hasta que se acaben los barriles. En una mesa, Anatolio Quisbert, secretario ejecutivo de la Central campesina 22 de Enero, padrino del primogénito de Cirilo Ñame, coca-lero de tres catos: uno suyo, otro de su esposa Saturnina, y uno más de su suegra tuerta y tullida. –Ciriloy, qué grande está el Dustincito. –Así es, compadre Anatolio. –Ya nomás es tiempo que tenga su chaquito. –Así

es, compadre, pocos le ganan en co-sechar. –Lo ubicaremos en la senda Kuntur Pasa, compadre Cirilo. –Es pues de los “yuras”, compadre. –No te preocupes, Ciriloy, ya los tenemos amansados a esos indios tísicos; ahu-rita varios están marchando a La Paz con el Conisur.

¿Es La Asunta una zona tradicio-nal de coca? Claro, si toda la pro-vincia Sud Yungas lo fuera. Según la Ley 1008, también. Pero sus co-cales son nuevos, si la línea cero de calificación de “tradicional” o nueva empieza cuando William Carter y Mauricio Mamani llevaron a cabo el primer, y único, estudio sobre “Uso Tradicional de la Coca en Bolivia”, a fines de los setenta, cuando los cocales eran incipientes en esa zona nueva de colonización.

Declarar a todo Yungas como zo-na tradicional de producción de coca, incluyendo La Asunta y hasta San Miguel de Huachi, es la cantaleta de su diputado en la Asamblea Legisla-tiva. Después vendría Nor Yungas, hasta Caranavi y Palos Blancos. Si fuera aprobada, allanan el camino para que toda la provincia Chapare lo sea, no solo su tercio inferior ape-gado a las carreteras. Se ampliarían los cocales de Vandiola hasta en-contrar los del área de influencia de Ivirgarzama, reventando el Parque

Nacional Carrasco en cascanueces depredador.

A fines de los setenta se detecta-ron los primeros cocales en la zona de colonización de Yapacaní. En la era del Presidente cocalero, Yapaca-ní se ha convertido en zona roja del narcotráfico, instrumentando tanto la invasión por cocaleros de santuarios vecinos como el Parque Amboró y la Reserva de Choré, como la fabrica-ción de cocaína con coca chapareña.

Ya son cuatro los muertos en los últimos despelotes entre facciones del partido de gobierno, para contro-lar este narco-territorio. El incordio es uno nacido en Orinoca, trompe-tista que arrimado a la política, se rodeó de allegados cuestionables y gobernó autocráticamente como alcalde en provecho propio. Como en las películas, cualquier similitud es pura coincidencia: lo anterior es una descripción que hace el diputado masista Franklin Garvizu.

Es sugestiva la similitud de los métodos de resistencia civil y ame-nazas en los conflictos en La Asunta y Yapacaní. Aunque uno es un tema cocalero y el otro, cocainero, ambos tienen que ver con la materia prima de la droga. Ambos desafían la autoridad del Estado, cuya primera función es controlar el territorio, si ha de merecer el nombre. El meollo de la cuestión es

la ampliación de la frontera cocalera, algo que subyace el conflicto en el Tipnis, donde prevalecerán los preto-rianos cocaleros del Presidente.

Traen a la memoria las republi-quetas que en los quince años de la Guerra de la Independencia aco-saron a las autoridades coloniales. Hoy tenemos unas contrabandistas en el altiplano, y parecen estar en gestación las republiquetas cocale-ras, ejemplo son las de La Asunta y Yapacaní. Han llevado al ridículo de que el comandante de las FFAA pida garantías para ejecutar, como brazo armado, políticas estatales.

Ya se nota el aserto de Filemón Escóbar, ex asesor del Presidente, de que “la lucha contra el narco-tráfico es falsa, es una gran estafa”. Lo corroboran dirigentes de la zona tradicional de producción de coca en Yungas; hace poco advirtieron a Evo Morales que “al último va a ser difícil controlar la coca ilegal y lo hemos apoyado para que vaya erradicando…” Yo creo que hay una gran mamada cocalera: el cato de coca por cabeza, controlado por ellos mismos. Es el origen del “en-trampamiento con el narcotráfico” al que alude “Filipo” Escóbar.

[email protected]

WinstonEstremadoiroAntropólogo

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Lo que muchos bolivianos te-míamos lo estamos empezan-do a sentir. Los conflictos por

el Tipnis, los autos chutos, las muertes en Yapacaní y los aprestos de regio-nes como la Asunta son los prolegó-menos de una guerra que empieza a emerger. De esa manera la pelea por la apropiación de la renta gasífera está perdiendo protagonismo frente a gue-rra por la apropiación de la renta de la coca y sus derivados. Los barones de la coca (actuales y aspirantes a ello) están decididos a dejar bien sentado su poder y sus áreas de influencia. Y dado que el negocio de la coca es uno de los más lucrativos de estos 6 años, miles quieren meterse en él.

Ateniéndonos a las conservadoras cifras del Viceministerio de Coca y Desarrollo Integral, en la país habrían más de 42 mil cocaleros, de los cuales alrededor de 35 mil pertenecen a los Yungas paceños y unos siete mil al trópico cochabambino, teniendo ca-da uno de ellos un ingreso trimestral que bordea los 12 mil bolivianos por la venta de un cato de coca, actividad desarrollada cuatro veces al año y que genera una rentabilidad anual de 48 mil bolivianos por cocalero. La coca genera buenos réditos económicos sin que sea necesaria una gran inversión, ni trabajo físico.

El precio promedio de hoja de coca en los mercados autorizados (Sacaba y Villa Fátima) se incrementó entre 2009 y 2010 en 22%, mientras que el precio promedio en el trópico de Co-chabamba aumentó en 37%. El infor-me de la Onudd (2011) señala que en el trópico cochabambino se producen 27.916 toneladas métricas de hoja de coca, de las cuales sólo 1.804 pasan por el mercado legal (por valor de diez millones de dólares) y 26.112 (93%) están fuera del mercado auto-

rizado. La producción en el sector de Yungas es casi similar a la del trópico con 27.050 toneladas métricas, pero la diferencia es que de ellas, de la yun-gueña, 17.378 pasan por el mercado legal (por un valor de 106 millones de dólares) y 9.672 (35%), no.

En cuanto al movimiento en el mercado autorizado, los valores va-rían, tomando en cuenta que el precio del kilo de hoja de coca varía entre 6,1 dólares para la hoja de Yungas y 5,6 dólares para la del trópico cochabam-bino. Fuera del mercado autorizado, el kilo de la coca de Yungas cuesta 1,5 dólares más y llega a 7,6; mientras que la del trópico aumenta dos centavos de dólar, a 5,8. Si se considera la esti-mación para el valor de la coca que se comercializa fuera del mercado legal, el trópico de Cochabamba genera 120 millones de dólares por las 26.112 to-neladas métricas ilegales que vende, frente a los 73,5 millones de las 9.672 toneladas ilegales de Yungas. Si su-mamos lo legal e ilegal, en Chapare se generan 130 millones de dólares por la coca y en Yungas 179 millones de dólares, haciendo un total de 309

millones que circulan en la economía, sin contar la coca de zonas como Ya-pacaní, La Asunta, Muñecas, parques, áreas protegidas y otros.

¿Será que los bolivianos acullica-mos coca hasta en la sopa? Un estudio realizado por el Celin determinó que en toda Bolivia sólo un 14 por ciento de la población acostumbra practicar el aculliku (alrededor de un millón de habitantes), concentrada en las zonas altiplánicas de La Paz, Oruro y Potosí; además de algunas regiones de Santa Cruz y Cochabamba. Los datos proporcionados por Celin de-terminan que, tanto para el aculliku como para las iniciativas industriales e incluso para abastecer los mercados consumidores de otros países como Chile y el norte de Argentina, sólo se-rían necesarias ocho mil hectáreas de coca y no así 20 mil como pretende defender el gobierno, o las 32 mil en actual producción.

¿Y dónde se va tanta coca? Al nar-cotráfico. El primer secretario de la em-bajada brasileña, Murilo Vieira Kom-nisky, en enero de este año señaló que “el grueso de la cocaína boliviana se va a Brasil. Brasil sufre el ‘efecto colate-ral’ de haber sacado de la pobreza a 30 millones de personas, que se convirtie-ron en consumidores de clase media. A raíz del aumento del consumo en Bra-sil, mafias colombianas, mexicanas, peruanas y brasileñas comenzaron a establecerse en Bolivia para exportar la droga” a territorio brasileño.

Vieira Komnisky también dijo: “Entre un 60 y 80% de la cocaína bo-liviana tiene como destino el mercado brasileño, estimado en unos 900 mil consumidores. Hoy día un 60% de la droga de Bolivia va a Brasil, 20% va a Argentina y 20% a Chile, son datos estimativos. Un 40% (del 60%) de la droga boliviana se queda en Brasil y el resto va a Europa”. Vieira explicó que Bolivia puede fabricar 115 to-neladas de droga al año, a lo que hay que sumar el estupefaciente de origen peruano que usa territorio boliviano como puente.

Espero que estos datos sirvan para los bolivianos y bolivianas empecemos a poner las barbas en remojo y dejar de hacernos los bizcos, pues la guerra de la coca esta ya tocando nuestros barrios y hasta nuestros domicilios.

De la guerra del gas a la guerra de la cocaArias une varios hechos políticos y sociales que han marcado los

últimos años al país y encuentra un eje común: coca y cocaína. Y concluye: a eso apunta la ‘nueva guerra’ alentada desde el MAS.

Iván Arias

DuránColumnista

“La pelea por la apropiación de la renta gasífera está perdiendo protagonismo frente a la guerra por la apropiación de la renta de la coca y sus deriva-dos. Los barones de la coca están decididos a dejar bien sentado su poder y sus áreas de influencia.”

Niños envueltosAclaro de entrada que no estoy hablan-do de comida... es el nuevo nombre con el que decidí rebautizar a los que dicen ser opositores al MAS: no son más que unos niños ingenuos (por decir lo menos) jugando un juego que no entienden, en el que se ofrecen como presas fáciles de la estrategia envolvente y harto conocida de Álvarito Robespierrandino. ¿La última envoltura? La cumbre-trampa-política.

MAS antes que mujeresNo entiendo. Todavía hay quienes tie-nen la esperanza de que las masistas que asumen cargos importantes, sean más fieles a la Constitución que a sus jefazos. Por eso aplaudieron la elección de dos de ellas para presidir el Senado y Diputados, olvidando un dato expuesto por Jenny Ybarneagaray: a la mayoría de ellas les sale bigotes, engruesan la voz y mandan obedeciendo a sus jefes y partidos. Ya lo verán, ya lo verán...

Piedra libre para PercyConfirmado: no es por nada que Percy Fernández usa y abusa de su lengua pa-ra maltratar y humillar a los trabajadores de la prensa. Sabe pues que le perdo-nan todo, como bien lo observó el flaco Prado hace unas semanas. Que lo diga Milton Montero, reportero de Canal 11 Televisión Universitaria, al que Percy insultó públicamente. Ni el director del Canal, ni el rector de la Universidad, di-jeron pío... Y si fuera Evito, ¿qué...?

Seguro que la ascienden...A proposito de las masistas y antes que me olvide, vaya tomando nota de esta previsión: en breve, Lilyta (la superco-mandante de la Policía cruceña) será ascendida y premiada por el Gobierno. ¿Sabe por qué?, porque demostró en Yapacaní que no le tiembla la mano a la hora de cumplir órdenes y deseos de sus jefazos de la plaza Murillo. Una ̒ virtudʼ imprescindible para Evito&Cía, sobre to-do en tiempos de guerra y guerrilla.

Trompeta de oroMe quedé con la duda de si lo de la com-parsa Crema Camba fue un halago o una indirecta a Herlancito: lo nombró padrino (de) Trompeta de Oro. Unos lo toman por el lado festivo; otros, sin embargo, con iro-nía... ¿será que los carnavaleros han visto demasiada trompita y ceños fruncidos en el Comité Cívico, que decidieron tomar cartas en el asunto antes que llegue el carnaval y las trompas agüen la fiesta? Dije trompas, no tropas... por si acaso.

Clarito está...Por si alguien todavía duda de qué en-tiende el Gobierno por ʻplurinacionalʼ, va una cita textual de Alvarito, publicada en Página 12 el domingo 15 de enero: “Desde que se formó el MAS, el núcleo organizativo de lo indígena y lo popular ha sido lo aymara-quechua, dos naciones que representan el 58 o 60 por ciento de la población en Bolivia. Los indígenas de tierras bajas de la Amazonia representan el 2 o 3 por ciento de la población...”

El Loro colla

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‘El Mandinga’no da órdenes, ni tiene la culpa

Seleme recurre a una figura mitológica para hablar de ‘diabluras’ que están enrareciendo a la política nacional. Nada menos que a “El Mandinga”, al que habría que echarle la culpa de todos los males nacionales, según deduce de voces oficiales que repiten ̒ yo no fui .̓

“El gobierno ‘que nada cambia’, a pesar de autolla-marse ‘del cambio’, hizo en Yapacaní, como otras tantas veces, uso del monopolio de la fuerza bruta y mandó a reprimir. Y siempre que las papas queman, a falta de argumentos, el gobierno pone cara de ‘yo no fui’, y se defiende achacando a la ‘derecha’ ...”

Mandinga proviene de la denominación de una tri-bu africana que sometía a

esclavitud a otras etnias, por lo cual los pueblos de la región asociaban ese nombre con el sufrimiento. En América Latina se atribuye en de-nominativo al diablo quien, luego de cometer su fechoría, deja un olor a azufre y de ahí el dicho ‘Mandinga ha metido su cola, pero nadie lo ha visto’.

En Bolivia, pareciera que ‘Man-dinga’ mete la cola donde le da la gana, como le da la gana y cuando le da la gana, pues ningún funcionario del gobierno, empezando por el pro-pio presidente Evo Morales, asume responsabilidades por las graves ac-ciones contra la democracia y el Es-tado de Derecho que hacen sufrir a la ciudadanía sin distinción de clase, etnia y oficio.

Cualquier ingenuo podría pensar que Mandinga dio la orden para in-tervenir- frenar-escarmentar-castigar la marcha de los pueblos indígenas del Oriente y algunos de Occidente en contra de la carretera que viola el núcleo del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro-Sécure (Tipnis), pues el fiscal general del Estado exonera a Morales y al ‘vice’ García Linera de cualquier respon-sabilidad por aquella represión. Una vez más hay que aclarar que una cosa es la decisión política sobre có-mo actuar en una coyuntura, y otra transmitir esa decisión convertida en orden.

Entonces, si las dos máximas au-toridades del país, ni el exministro de Gobierno, asumen su cuota-parte en aquel suceso, ¿quién o quiénes tomaron la decisión en primer lugar, y luego quién dio la orden de inter-venir-reprimir aquella marcha? A su vez, el excomandante de la Fuer-za Aérea que mandó aviones para trasladar a los marchistas detenidos hasta La Paz -aunque no trasladó a nadie, pues los detenidos fueron li-berados por el pueblo que doblegó a los represores- ha sido nombrado

Comandante General de las Fuer-za Armadas y dice que él actuó por “iniciativa propia” cuando mandó aviones para evacuar a los indígenas. ¡Vaya premio a la iniciativa privada, en ese caso! Y aquí cabe una pregun-ta de rigor, ¿desde cuando las FFAA deliberan por iniciativa propia, si constitucionalmente están prohibi-dos de ‘deliberar’?

En Bolivia se viola las cadenas de mando y nadie asume responsa-bilidades, pero queda olor a pólvora y muerte no precisamente porque ‘Mandinga metió su cola’. Vuelvo a recordar a Hanna Arendt cuan-do apunta que “... casi tan malo es sentirse culpable sin haber hecho nada concreto, como sentirse libre de toda culpa, cuando realmente se es culpable...”. Aquí no hay dudas: el presidente Morales es el responsa-ble de aquella violenta acción como de otras similares por ser la máxima autoridad del Estado. Él cree que es-tá blindado frente a cualquier error y que es impune al veredicto de la sociedad crítica, porque se siente in-mune: nada lo contamina, como todo autócrata autoritario. Y como todos ellos, desconoce los combates de la lucha dialéctica en el devenir históri-co, político, económico y social.

Tampoco es Mandinga el que or-dena perseguir a opositores políticos y cívicos, aplicarles ‘guillotinas judi-ciales’, destituirlos, meterlos presos u obligarlos al exilio. Sabemos que los fiscales Marcelo Soza y Henrry Zuasnabar, del complot terrorista-separatista contra los autonomistas de Santa Cruz, Beni y Pando, no responden a Mandinga, sino a Mo-rales, García Linera, Juan Ramón Quintana y su larga compañía. Todos ellos son enemigos de la pluralidad y la tolerancia políticas y, de suyo, del pensamiento político diferente al pensamiento único que preten-den imponer. Andan revestidos del manto de ser de izquierda, qué duda cabe, pero de la izquierda estalinista y totalitaria.

Tampoco fue Mandinga el que

crece, amén de violentos actos delic-tivos y delincuenciales propios de las mafias del narcotráfico.

En este caso como en Huanauni, Cochabamba, Pando, Santa Cruz, Caranavi, Uncía y otros lugares, Morales y sus hombres ‘dejan hacer y dejan pasar’ hasta que las cosas se pudren, sin capacidad de actuar a tiempo porque desdeñan al ‘abc’ de la práctica polítca en democracia: el diálogo, los pactos, los convenios para lograr acuerdos mínimos por el bien común. El gobierno ‘que nada cambia’, a pesar de autollamarse ‘del cambio’, hizo en Yapacaní, co-mo otras tantas veces, uso del mo-nopolio de la fuerza bruta y mandó a reprimir. Y siempre que las papas queman, a falta de argumentos, el gobierno pone cara de ‘yo no fui’, y se defiende achacando a la ‘derecha’ y a los ‘golpistas’. Así llevan cerca 90 muertes violentas en 6 años, y no fue Mandinga el que ordenó y orde-na intervenir, reprimir, matar.

Susana Seleme AnteloPeriodista y cientista política

mandó 700 efectivos policiales a reprimir y sentarle la mano a los ha-bitantes de Yapacaní, en emergencia durante tres meses por pugnas entre los masistas del oficialismo, con un saldo de tres muertos, decenas de he-ridos, dolor y rabia acumulada. Unos defendían al alcalde David Carvajal, del MAS, cuyo único mérito, según un diputado de su mismo partido, es que “nació en Orinoca y que toca la trompeta” como Morales, nacido en ese pueblo y con igual oficio juvenil. Carvajal permitió a los colonizado-res–cocaleros, principales base de sustentación política de Morales, penetrar a los Parques Nacionales de Chore y Amboró para cultivar la nada sagrada hoja de coca, mientras otros se oponían y oponen. El resul-tado ‘sin querer-queriendo’ es el in-cremento de la frontera agrícola de la coca para alimentar la economía po-lítica de la cocaína con más fábricas que producen la droga para exportar y el consumo interno que también

Familiares lloran a Maicol So-sa (23), que murió de un balazo 9 milíme-tros en el corazón, disparado cuando la Policía huía de Yapacaní.

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ESTADO DE DERECHO

Yapacaní resiste y espera que paren los abusosLas actividades cotidianas se reanudan paulatinamente en una población históricamente

combativa. La Policía huyó después de cometer abusos y dejar muertes en un intento de escarmentar a quienes ya los habían corrido. Hay varios delitos para investigar

Los familiares de las víctimas de la represión policial del lunes 9 y el miércoles 11 en

Yapacaní, quisieran que la Fiscalía tenga la misma celeridad que tuvieron los policías encargados de recoger en bolsas negras los cartuchos, los enva-ses de las granadas de gas y, si pudie-ran, los casquillos de los proyectiles utilizados en jornadas de terror, cuan-do un numeroso contingente policial quiso, pero no pudo, escarmentar a un pueblo movilizado y cansado de sufrir abusos. Un pueblo que votó mayoritariamente por el MAS, con basura desbordando en las calles en plena epidemia de dengue y con sus cuentas municipales congeladas.

La noche del miércoles, más de medio millar de policías huyeron, y dejaron sobre sus huellas, tres muer-tos, varios heridos, daños, robos y unas lesiones en el alma que no van a cicatrizar, por mucho compromiso oficial anunciado por representantes del Gobierno para indemnizar a las familias y resarcir daños en una re-unión a puertas cerradas, de noche hasta la madrugada del martes 17, que se tuvo que hacer en un hotel de Montero, porque no hubo valor para dar la cara y responder en Yapacaní, y porque los interlocutores locales pare-cían estar más interesados en preser-var la imagen del partido gobernante y en echar toda la responsabilidad al alcalde depuesto, David Carvajal, tildado de “Segundo Goni”, como si las órdenes para disparar a matar las

hubiera dado él.Tanta saña y alevosía de parte de

quienes se supone están formados y pagados para proteger y servir a la po-blación, y lo peor, intentando incrimi-nar a civiles al obligarlos a agarrar ar-mas recién disparadas, de manera que en las pruebas de guantelete les diera positivo, sólo puede explicarse por la bronca que tuvieron cuando fueron expulsados a mediados de diciembre, rememora Marcelo Silva, que atiende un pequeño restaurante en su casa y vivió momentos de zozobra con sus familiares cuando vio que varios po-licías golpeaban a dos adolescentes, casi niños, en la calle y les dijo que no

sean abusivos. “Entren a su casa, cara-jo, nos gritaban y les respondí que no podíamos estar adentro porque estaba lleno de gases lacrimógenos. Busqué dos palos y un machete con mi cuñau y nos quedamos en la ventana. Vino un paco alto y quebró su palo en el protector. Si se entraban, nos íbamos a defender como sea”, relata.

En medio de la confusión, las no-ticias sobre fallecidos eran difusas y aunque se sabía que más temprano le dispararon en el pecho a un joven, lo que se libraba en la avenida principal y en los alrededores de la plaza era una batalla. Pedradas y petardos contra gases y balines hasta que se acabaron,

porque en la retirada, los uniformados hicieron uso de armamento letal. Así murió Maicol Sosa Apata (23) con un tiro en el corazón de un arma calibre 9 milímetros, sobre dicha avenida, cer-ca al puente. Su primo, Olvis Apata, se lamenta porque estuvo con él y otros amigos entre la muchedumbre que salió a festejar la huida cobarde porque horas antes habían visto cómo los policías quitaban las motos a los que podían para seguir golpeando y robando billeteras y celulares. “Mai-col no alzó ni una piedra, dice.

Igual de indignado está Julio So-liz Uria (59), un vecino muy querido en el pueblo, protesista dental, que

OsmanPatzzi

SanjinésPeriodista

Convocados por David Carvajal, colonizadores de la reserva de Choré partieron hacia Yapacaní para contrarrestar las críticas a su gestión edil

Enterados de esta situación, el 12 de diciembre pobladores de Yapacaní salen a darles encuentro en la carretera y los hacen retroceder, pese a los dinamitazos

Un cabildo, el miércoles 11, resolvió dar un ultimátum a la Policía para que se vaya debido a los abusos cometidos el lunes 9, para restituir a David Carvajal

La bandera a media asta y el crespón negro en la plaza principal. La población exige respeto y los afectados por la represión policial esperan sanciones contra los culpables e indemnización

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ESTADO DE DERECHO

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salvó la vida de milagro porque los perdigones del escopetazo que reci-bió en la cabeza estando dentro de su casa, también hirieron a otro policía al rebotar en la verja metálica. “Yo salí a mirar porque entre unos vein-te policías estaban masacrando a un muchacho que se agarró de mi verja. Uno estaba con una manopla y bien se escuchó que le rompió el tabique de la nariz. Les dije que lo dejen y de respuesta un policía me disparó direc-to. Ya estaba recargando para rema-tarme cuando salió mi hijo y gritó que no disparen. Yo perdí el conocimiento y me salvé milagrosamente porque ni siquiera querían dejar pasar la ambu-lancia para llevarme al hospital. Eso no puede ser, que a los vecinos les disparen estando dentro de sus casas. Cuando ví esa ira, esa bronca policial me animé a gritar. -Te callas carajo, me dijeron - y ¡pah! me dispararon. La mitad de los perdigones le dieron a otro policía. Están las marcas en la verja. Cuando pararon la ambulancia le olían las manos a mis hijos, porque decían que habían disparado ¿que ellos me habían disparado? Son una porquería, les dije, miren mi cabeza, y así tardé hora y media en llegar al hospital.

Tengo una rabia contra el Gobier-no, contra la comandante, si pudiera hablarles les diría que eso no se hace, que no se dispara a la gente en sus ca-sas, que no se roba celulares y bille-teras a los jóvenes. Un estudiante me dijo me asaltó un policía, y eso es el colmo. Pido que se haga justicia, yo no he buscado esto (la herida) en la calle, quiero que se me devuelva los Bs 3.500 que ya voy gastando en las curaciones, en ecografía, tomografía, medicamentos”.

Otro de los heridos es Hernán Cabrera Cuéllar (51) que tiene ocho puntos en la cabeza, y moretones en todo el cuerpo. “Un pueblo humilla-do no se rinde”, señala y recuerda que luego de participar en el cabildo del día miércoles, cuando se pasó la voz sobre el fallecido (Abel Rocha) le di-jo a un policía que ya deberían parar porque había un muerto y el unifor-mado se rió. “¡Cómo te vas a reir de

una tragedia, es un humano, lo traté y me metieron a golpes al colegio Germán Busch, donde me patearon como les dio la gana porque decían que yo era uno de los agitadores. Yo no he botado un cohete. Y nada, me dijeron que me ponga boca abajo y les dije que no puedo porque soy en-fermo de la columna y cómo que no puedes y me pateaban más. Mi hijo me defendió echándose encima para que no me golpeen y por último me hice el muerto para que me dejen. Un policía me sunchaba con algo en el tobillo y yo adormecido no reaccio-naba. Me dieron por muerto. Así me salvé”, cuenta.

“Ojalá esto no se repita. La Policía ha perdido mucha credibilidad. Era un estado de sitio. El que estaba en la calle era golpeado y si estaba en moto se la quitaban. Nunca pensé que se dé eso”, sostiene.

Entretanto, en el Comité Interins-titucional que promovió los cabildos para que renuncie el alcalde Carvajal hay intenso movimiento. La tarde del lunes 16 fueron convocados a la re-unión con las autoridades de Gobier-no. A la cabeza de Cirilo Sonabi, este grupo coordina los tejemenejes polí-ticos. “Vamos a ir al diálogo porque exigimos la liberación de los cinco detenidos en la carceleta de Montero,

la indemnización por los tres muertos, la devolución de las motos y la renun-cia de la comandante departamental Lily Cortez”. Se da por sentado que el conflicto municipal ya está resuel-to porque aunque no se la ha visto, se supone que David Carvajal ya re-dactó su carta de renuncia y hay con-senso y apoyo para que se posesione al concejal Zenobio Meneses como alcalde interino hasta que se elija por voto popular al titular del ejecutivo municipal.

Entre los detenidos que mencio-na el dirigente Sonabi está Severino Cutipa (30), cuya esposa Andrea

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Un cabildo, el miércoles 11, resolvió dar un ultimátum a la Policía para que se vaya debido a los abusos cometidos el lunes 9, para restituir a David Carvajal

El contingente policial, con refuerzos de la capital cruceña, de Montero y de Co-chabamba reprimió a los manifestantes con violencia y sin medir consecuencias

El saldo de la represión fue tres muertos y varios heridos. Abel Rocha y Maicol Sosa fueron velados juntos en el coliseo. Después se inhumó a Eliseo Rojas

En sentido de las manecillas del reloj: Julio Soliz, Hernán Cabrera, Andrea Chucahua-ño, Jorge Córdova y Elías Santos. Sus testimonios coinciden sobre la brutalidad policial

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Cuchaguaño (27) peregrina todos estos días para que le autoricen una revisión médica porque éste se queja de fuertes dolores debido a la golpiza que le propinaron los policías. “Se lo han llevado sin ningún motivo. Ni siquiera estaba entre los que tiraban piedras. Venía de trabajar, es pintor, y lo agarraron en la plazuela, le quitaron su celular, su billetera y le dieron un golpe en la cabeza. Él es enfermo. Ya tuvo un accidente y no puede correr, por eso no pudo escapar cuando aga-rraban a todo el que pasaba por ahí. Tengo dos hijos, de 7 años y de año y medio, están enfermos y no sé qué hacer. Un abogado me pide cinco mil bolivianos para que lo suelten”, dijo.

Las versiones sobre las “multas” para liberar a los sospechosos son comunes. Entre 400 y 1.000 dóla-res, aunque la Policía lo niega. En el pueblo se conocen, dicen, y hay cosas que siempre se llegan a saber. La sen-sación de que hay gente que se quiere aprovechar de la tragedia también la tienen las familias de los fallecidos Sosa y Rocha. No ven con buenos ojos que se las hubiera excluido de la reunión con las autoridades de Go-bierno. “Desconfiamos de lo que se firma a escondidas y entre gallos y medianoche. Nos han pasado teléfo-nos de concejalas, de abogados que dicen que van a hacer los trámites de la indemnización. ¿Por qué no lo ha-cen directamente con los afectados?, protesta Olivia Sosa, hermana del fa-llecido Maicol Sosa.

Benancia Bustamante (50) madre de Abel Rocha, se enteró de la re-unión por la prensa y dice ¿por qué no nos han llamado? Están molestos también por la forma en que las au-toridades se refieren a sus seres que-ridos, tachándolos de delincuentes. “Mi hijo trabajaba conmigo, en cons-trucción”, dice Hernán Rocha y su hermano, Marcelo, agrega que ese día (miércoles) llovió mucho y por eso no fueron a la obra. “Eran trabajadores. Maicol reparaba celulares, su puesto está ahí cerca del mercado. Con eso mantenía a su esposa y a su hijito (de cuatro años). Somos humildes, pero sabemos valorar la vida, no nos gusta lo que habla el ministro (Carlos) Ro-

mero, que dice que había que poner mano dura en Yapacaní, y así como han mandado policías, deberían meter presos a David Carvajal y a la coman-dante Lily Cortez. Que Evo de la ca-ra, no dice nada de Yapacaní, debería venir porque aquí la mayoría votó por él, que diga voy a escuchar a los dos grupos, como un padre, no sólo que apoya a Carvajal, nosotros no somos políticos, no queremos que nos usen de excusa”, remarca Lilian Sosa, otra

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Hernán Cabrera Maraz y Celso Parada de la representación del Defensor del Pueblo junto con Cirilo Sonabi, del Comité Interinstitucional. Instalaciones quemadas del comando policial en Yapacaní

Las familias Sosa y Rocha se unieron en la desgracia. Esperan sanciones para los asesinos de sus hijos. Nora Apata con el retrato de Maicol en la casa con el distin-tivo de su oficio, el arreglo de celulares

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hermana de Maicol.La mamá, Nora Apata, clama jus-

ticia. Sostiene que su deseo de madre fue tener a todos sus hijos viviendo con ella, y con su nuera, para que sean una familia unida. Se enteró de la desgracia alertada por su primo que vive en España y vio las noticias en Internet. “Tienen que ir a la cárcel los asesinos. Los que meten bala a la gente. Quisiera conocerlo al alcalde, que dé la cara, como hombre que es, que no se esconda. Dijo que no tenía las manos manchadas y sí las tiene manchadas, igual que la comandante (Cortez). Ella dice que es profesional, que no es política, ¿profesional de qué , profesional para matar?”.

Sobre el tercer fallecido, Eliseo Rojas, hay mucho para indagar. Testigos afirman que se electrocutó cuando intentó recuperar su moto-cicleta en el Comando de la Policía que abandonaron los policías en su huida. El periodista José Daza tiene versiones y fotografías que la Fiscalía y la representación departamental del Defensor del Pueblo está investigan-do. Supuestamente cuando los civiles llegaron al inmueble ubicado en una esquina de la plaza principal, los col-chones de paja ya estaban ardiendo, los grifos de agua en el patio estaban abiertos y los cables de la instalación eléctrica fueron dejados pelados en

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Germán Rodríguez Crespo (74) añora los tiempos en que en Yapacaní se vivía en paz. Dice que en su pueblo natal, Monteagudo, las malas autoridades eran montadas en burro y sacadas del pueblo. Así se acababan los problemas. Ronald Suárez (75) recuerda que fue perseguido por la dictadura de Banzer.

Uno de los principales problemas es la basura acumulada en sus vías en plena epidemia de dengue. Al alcalde saliente no le conocen casa en Yapacaní y dicen que por ello no le tiene ningún cariño al pueblo

Los comercios están abiertos y todo parece transcurrir con normalidad pese a que no hay policías hace casi una semana. En las calles, hay botellas de vinagre vacías y manchas de sangre. Para no olvidar.

Al cumpleañero Santos le tiraron una granada y este spray de gas lacrimó-geno CS y casi asfixian a su hijo en su habitación. Clarito dice no usar en sitio cerrado, pero parece que la consigna policial era hacer el mayor daño posible

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el suelo. Cuando Rojas ingresó, el agua ya estaba en todo el piso y re-cibió la fuerte descarga. La gente se asustó y quienes intentaban apagar las llamas con baldes retrocedieron y pusieron avisos en la pared para que no se toque los protectores metálicos. Las llamas quemaron los muebles y quedaron desparramados expedientes policiales, registros de tránsito y otros entre las cosas chamuscadas.

El periodista Daza, que también difundió las imágenes de su colega del canal 13 de Yapacaní al que gol-pearon y le arrebataron la cámara con la que registraba los abusos policiales, dice que la represión fue muy violenta y que se allanó domicilios y se sacaba a la gente que estaba en los locales nocturnos para quitarles sus perte-nencias.

El aludido, Jorge Córdoba, relató que fue de comedido a acompañar a un periodista de la red Erbol que hacía su despacho en directo vía teléfono. Cuando los policías los vieron, los persiguieron hasta reducirlos. Cuan-do lo metían en la celda le dieron una caja de petardos para fotografiarlo y se negó. Tiene dolores en el brazo y la espalda.

Daza añade: “Si estaban en mo-tos, se las quitaban, hubo mucho

abuso. En el cabildo había unas ocho mil personas, se veían ban-deras cruceñas, lo que nunca antes, y antes de que llegue la marcha, ya había gente en la plaza. Había un grupo de jóvenes en moto adelante y la policía les lanza gases antes de que lleguen al cabildo. Ahí cae Abel Rocha, la gente gritaba que le dispa-ró la choca, la choca, y dicen que era la comandante (Cortez) que tenía el pelo amarrado. Eso salió en la Red Uno. Cuando terminaba el cabildo, se le pidió a la Policía que se retire en una hora y ya se sabía que el jo-ven (Rocha) había muerto, pero no se lo quería anunciar a la gente, por precaución. La rabia era contra el ministro Romero que decía que no se iban a doblegar y que Yapacaní no iba a hacer lo que le daba la gana. La juventud reaccionó, la gente se cansó de no ver obras y la gente fue a ver cómo se retiraban los policías, era el gusto de verlos salir.

Daza rememora que el 12 de di-ciembre ya habían correteado a los policías después de que intentaron desbloquear la carretera. Que es-taban dolidos porque se los corrió. Y cuando se retiraban, el miércoles 11, disparaban a matar. “Yo estaba filmando eso y nos tiramos al suelo porque escuchábamos los zumbidos

de las balas. Entre el humo de los ga-ses se veían las chispas de las ráfagas. Estaba a metro y medio de un joven que se desplomó a mi lado, tenía la cara ensangrentada, no se lo recono-ció, no tenía respiración y nadie sabe qué pasó con él. Aquí tengo (muestra en su oficina) la polera y sus chinelas. El fiscal dijo que iba a investigar. De todos los heridos, ninguno tiene im-pacto en la cara, puede que lo hayan llevado a Santa Cruz, no se sabe. Hay versiones de señoritas ultrajadas, de gente que tuvo que pagar para que los suelten. Todo eso debe ser investigado y aclarado”, remarca.

Entre los casos de abuso está el que sufrió la familia del cerrajero Elías Santos, que estaba mirando televisión en su casa y como era su cumpleaños se encontraba muy alegre. Desde su puerta, en la calle Calama, les dijo a los policías que ya no sean tan malos y la respuesta fue que le lanzaron dos granadas de gas a su cuarto, donde además esta-ba su esposa y su hijo de tres años. El proyectil rompió un vidrio de la ventana y provocó un incendio del que no se percataron porque salieron despavoridos al ver que el pequeño se asfixiaba. Cuando se dieron cuen-ta que el humo era de fuego y no los gases, ya no pudieron salvar su

televisor ni un ropero con la ropa de la familia y el dinero que había reci-bido de un crédito para comprar las calaminas de un tinglado encargado justamente por un programa del Go-bierno llamado PAR, a 27 kilómetros de Yapacaní.

Salvó unos cuantos billetes, pero los daños son cuantiosos para ellos, porque deben reponer la instalación eléctrica, los muebles, y la ropa, ade-más del efectivo y el susto. No saben si van a seguir la demanda porque les han dicho que deben poner dinero y es lo que menos tienen.

Sin embargo, Julio Soliz, que es-pera la indemnización por sus cura-ciones y participó de la reunión en Montero que se prolongó hasta la madrugada, lo anima a que presen-te su caso para hacer fuerza común. Confía en el compromiso del ministro Romero, aunque esta había dicho que “Ver para creer” porque no creía que los policías estén robando celulares y billeteras, ni en la casualidad de que se queme la plata en un ropero, o que algunos policías uniformados tenían melenas bajo los cascos. Espera prue-bas y va a costar conseguirlas porque la población está atemorizada y sabe que tarde o temprano la Policía bus-cará venganza, como una historia de nunca acabar.

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El valor de la investigación

E l cambio intempestivo de Oficial Mayor de Desarrollo Humano en la Alcaldía de Santa Cruz de la Sierra provoca una reflexión y crítica a la visión municipal sobre los temas centrales.

Fernando Rivero OvandoAntropólogo

Gracias a los líderes de la Asamblea del Pueblo Gua-raní (APG) de la provincia

Andrés Ibáñez, tuvimos oportunidad de conocer de cerca la realidad en la que más de mil familias de origen Guaraní viven en varias comunida-des ubicadas en la zona del Vertedero Municipal de Normandía. No habitan solos, aproximadamente otras dos mil familias inmigrantes andinos se han asentado conformando barrios. Ahora habitan y conviven más de 20 mil almas, unas nacidas aquí y con profundas raíces y otros venidos de otras latitudes del país. Es en buenas cuentas un pequeño trozo de la Santa Cruz que va buscando construir su identidad actual.

Para algunos de los fundadores, Guaraní es un “territorio indígena Guaraní” porque aún está vigente la norma que les otorgó en los años 60 una propiedad comunitaria de 600 hectáreas que, con el tiempo, se ha convertido en territorio urbano. En cambio, para los líderes vecinales es la extensión de la mancha urbana que inexorablemente avanza en la zona sud este de Santa Cruz de la Sierra y que tiene perspectiva de convertirse

Desarrollo Humano, al fondo

José Antonio PradoCiudadano

Ayer (miércoles 11 de enero) se fundió otro de los fusibles municipales. En esa condi-

ción -la de fusible chamuscado- salió de la Oficialía Mayor de Desarrollo Humano Ana María Encina, quien recibió como pago por su lealtad un memorandum de despido sin previo aviso ni oportunidad de renunciar. Una patada en el traste, en castellano coloquial. El cambio fue, explica el secretario de Gestión municipal, por la crisis en los hospitales.

No conozco en suficiente detalle el problema de salud en nuestro Muni-cipio -aparte de lo sabido por todos- y la reflexión que quería hacer apunta a otro asunto. Veamos un pedacito del organigrama municipal:

La Oficialía Mayor de Desarrollo

Jocheo urbano

(1) Crisis de salud tumba a la ofi-cial mayor Encina. / El Deber 12 de enero de 2012. http://www.eldeber.com.bo/2012/2012-01-12/vernota-santacruz.php?id=120111222039

Humano (OMDH) tiene a su cargo 4 direcciones: Salud, Educación, De-portes y Género y Asuntos Generacio-nales. Alguna vez estuvo acá también Cultura y Patrimonio, pero por alguna razón que desconozco se trasladó a la Secretaría de Gestión (voy a ser ma-jadero y repetir para quien quiera leer: en La Paz sin ir más lejos, la Cultura no anda dando botes por el organigra-ma, sino que tiene su propia Oficialía Mayor de Culturas).

Ahora, el cambio que se hizo en la cabeza de la OMDH fue sacar a En-cina y poner al director de la materni-dad, el doctor Raúl Hevia.

Me pregunto lo siguiente (y me remito al organigrama), si el proble-ma era la crisis en Salud, ¿por qué no intervenir en la Dirección de Salud y

poner ahí a Hevia? ¿Por qué afectar también a Educación, Deportes y Género y Niñez con la decisión? ¿Le interesaran estos temas al director de la maternidad?

“No sé de presupuesto y tampoco conozco el organigrama, estoy per-dido en el tiempo y en el espacio.” comentó en una entrevista (1) el re-cién posesionado Oficial Mayor de Desarrollo Humano. Y la verdad, me asusta un poquito la declaración. Está bien, expresa el apuro con el que se hicieron las cosas, pero creo yo que este apuro refleja una vez más la poca importancia que tienen estos temas ¡que deberían ser centrales! en la ges-tión de la ciudad.

Menos mal que movieron Cul-tura.

en una Ciudadela. Lo que es común para ambas comunidades es que comparten el Vertedero Municipal de la ciudad, conocido más como Nor-mandía.

Visión Mundial Bolivia, a través de su Oficina en Santa Cruz, tomó contacto con dirigentes de la APG en Santa Cruz y después con dirigentes vecinales y autoridades del muni-cipio, informando de la intención institucional de intervenir en la zona con un Programa de Desarrollo, ini-cialmente a través de un Diagnóstico (valoración) que será la base para el diseño e implementación de un Pro-grama de Desarrollo. Nadie ama y respeta profundamente aquello que no conoce. Esta sabiduría del amor se ha empezado a aplicar al proceso de recabar información sobre las fa-milias, comunidades, la organización y partes interesadas, que permitirán obtener un conjunto de evidencias y apreciaciones cualitativas y cuan-

titativas sobre la situación inicial de la población objetivo, así como de la dinámica del contexto en que inter-vendrá.

Nuestros primeros aprendizajes: en la búsqueda de información se-cundaria llegamos a la conclusión desalentadora que nos muestra no solo ausencia de información y de datos en instituciones estatales que permitan a cualquier persona aproxi-marse a la realidad de aquella zona, ausencia que ahora se convierte en violación del derecho ciudadano. Pe-ro vamos más allá, de qué manera se puede calificar cuando la institución estatal no te toma en cuenta, no tiene datos, no maneja información, es más, no procesa y por supuesto no informa sobre tu realidad. En pocas palabras, te invisibiliza. Las gentes que viven y sobreviven en torno al Vertedero mu-nicipal están y son invisibilizados.

Una aproximación a la informa-ción pública existente permite adver-

tir que sobre la misma zona existen diferencias, sino contradicciones, en la información: mientras el sistema escolar hace esfuerzos por mostrar mayor cantidad de estudiantes en la matrícula anual, los sistemas de salud hacen sus cálculos de cobertura sobre subestimaciones de población que pa-rece una manipulación de la informa-ción. Para los investigadores sociales, una mala obtención de datos e infor-mación tendrá como consecuencia una pésima gestión en el momento de aplicar estrategias de solución a los problemas. La responsabilidad en la obtención y construcción del dato y la información es vitalmente importante para la gestión del desarrollo, como la responsabilidad de laboratorio en el procedimiento médico. Un mal diag-nóstico acarreará un mal tratamiento.

Convocamos e invitamos a las ins-tituciones y profesionales que se de-dican a la investigación social a tomar como un desafió pero también como una oportunidad, la revaloración de la investigación, la recuperación del rigor científico en el análisis y la cons-trucción de la información y el dato sobre nuestra realidad.

[email protected]

Y también el valor de la construcción de información, según el autor, como desa-fío y oportunidad para Santa Cruz.

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Diego Jaramillo, estudiante de comunicación y reportero de SemanarioUno, comparte sus primeras impresiones como becario del Instituto para el Estudio de Estados Unidos de la Universidad de George Mason, en Virginia. Es también Luz de Luz de Amigarse.

El 6 de enero inició un viaje inolvidable para veintiún jóvenes latinoamericanos

que arribaron el aeropuerto inter-nacional de Miami, para participar de un programa especial en el Ins-tituto para el Estudio de Estados Unidos en la Universidad de Geor-ge Mason, en el estado de Virginia. El Departamento de Estado es el auspiciador del evento que hace posible que jóvenes bolivianos, paraguayos y peruanos aprendan nuevas cosas y lo apliquen en sus países para mejorar las situaciones en que viven.

El director del programa del Instituto 2012 para el Estudio de los Estados Unidos (Study of the U.S. Institutes, SUSI), Rei Berroa, manifestó que la primera sensación que tiene al recibir a los becarios latinoamericanos es de felicidad al poder conocerlos y saber que com-partirán experiencias e ideas duran-te las cinco semanas que durará el programa. Además, considera que se relacionaron fácilmente entre los jóvenes, a pesar de los cambios que experimentaron de una reali-dad a otra, de una lengua a otra y de una cultura a otra.

Admitió que al inicio podían presentarse algunos inconvenien-tes por el cambio de entorno cul-tural, sin embargo considera que se adaptaron fácilmente y entiende que es como si todos se conocieran desde hace mucho tiempo. Un fac-tor que indica como favorable es el ambiente amigable que organiza-ron los tutores para recibirlos.

El programa ofrece a sus par-ticipantes una serie de recursos para emprender el conocimiento de las instituciones democráticas y su forma de gobierno, así como oportunidades para consolidar sus habilidades de liderazgo y la posi-bilidad de profundizar en el enten-dimiento de aquellos temas del día que tengan una proyección global.

También, el itinerario fue plani-ficado con un tema general que es “De muchos, uno”, es decir estu-diar la política, economía y cultura norteamericana, a la luz del con-cepto “somos diferentes, pero a pe-sar de nuestras diferencias nos res-petamos y nos queremos, porque en realidad somos uno”. Entonces, a partir de esa premisa diseñaron temas para cada día del mes. Por ejemplo, la primera semana tiene como tema general servicio, pro-tección y comunidad. Por lo que realizaron visitas a la estación de policía y bomberos donde afirma-ron que están al servicios y protec-

ción de la comunidad.Al final del evento se espera

que los becarios conozcan los aspectos positivos de la sociedad estadounidense y también los ne-gativos, para sepan qué conviene replicar en sus países y qué no. Pe-ro que todas las cosas buenas que puedan conocer en el programa sirvan de aliciente para regresar a sus comunidades y vean de qué manera pueden transformar la so-ciedad en la que viven, pertenecen y se deben. “Esa es la esencia del programa”, acotó.

Irvin Chávez Guevara es uno de los becarios peruanos que vive y estudia en la ciudad de Trujillo, en Perú, estudia derecho y considera que la beca es bastante generosa. Puntualizó que entre las cosas que evalúa como más importantes está el ver que la cultura norteamerica-na tiene otra visión de la realidad en cuanto a su habitad y la filosofía de vida que lleva la gente, es muy particular, puesto que después de

visitar a las autoridades de la ciu-dad de Fairfax en Virginia, entien-de que tienen otra visión de los que es ser autoridad y a quien se debe cada uno, lo que es diferente a La-tinoamérica, porque en nuestros países se sufre de la ausencia del verdadero sentido de comunidad, no solo por parte de nuestras auto-ridades, sino también de la misma sociedad. Si las personas no des-piertan del letargo en el que están, no podrán generar un cambio, porque si no lo hacen ellas, mucho menos son las posibilidades de que los hagan las autoridades.

Considera que sería oportuno generar reformas en Perú para una verdadera descentralización en to-dos los niveles de gobierno, porque no se distribuye de forma equitati-va los recursos económicos. Pero que eso no va ser posible si la gente no lo exige, porque también los re-presentantes tienen deficiencias.

Por su parte Fidel Portillo, ori-ginario del departamento de Ca-

Diego JaramilloPeriodista

nindetú de Paraguay, expresó que se siente raro y feliz por la oportu-nidad de conocer Estados Unidos, puesto que es un país avanzado en campos como tecnología, política y economía con relación a Para-guay, donde las comunidades indí-genas están rezagadas. Como líder que es, considera que le servirá la experiencia en lo personal y profe-sional para seguir impulsando una mejoría.

En cuanto a la relación con los demás becarios, identifica que hay mucho compañerismo y ve a todos entusiasmados de aprender nuevas cosas para llevar a sus comunida-des para mejorarlas. Un detalle que los dejó sorprendidos, comenta, fueron las visitas a instituciones públicas y la actitud tan abierta y dispuesta a servir a la comunidad de sus autoridades.

Con respecto a Bolivia, Freddy Guarayo es uno de los ocho re-presentantes jóvenes que están participando de SUSI de George

Una experiencia extraordinaria

Los becarios latinoamerica-nos visitaron la alcaldía de Fairfax, Vir-ginia, donde fueron reci-bidos por el alcalde Robert Lederer. El programa, que dura 40 días, promueve el intercambio de experiencias y conocimientos.

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Para tomar en cuenta...

Arriba: el jefe policial R.J. Rappoport explica el trabajo que desarrolla la Policía de Virginia para garantizar la seguridad de los vecinos.

A la izq.: Rei Berroa y Lisa Gring-Pemble, los directores del programa que promueve la Univer-sidad George Mason bajo el lema: De muchos, uno..

Diego Jaramillo fue seleccionado entre más de cien postulantes como becario por Bolivia. Lo postuló la Fundación Amigarse, de la que Diego es beneficiario en el programa Luz de Luna.

Mason en Virginia, es de Chuqui-saca, estudia derecho en la Uni-versidad Mayor de San Francisco Xavier, tiene 21 años, afirmó que la experiencia que está viviendo es muy agradable, ya que está ad-quiriendo conocimientos de otros países del mismo y mayor nivel de desarrollo.

En cuanto al recibimiento que

las autoridades estadounidenses dispensaron a los becarios, califi-có de excelente por el aprecio que manifestaron los organizadores, la preocupación que mostraron por el bienestar de los becarios. También puntualizó que existen abismales diferencias. porque en Estados Unidos todo está en orden y se cumplen las normas y las au-

Beca Winter Institute. Programa de Estudios de los Estados Unidos en Historia y Gobierno, para jóvenes estudiantes universitarios de origen rural con potencial de liderazgo, a realizarse en EE.UU. por 5 semanas entre el 6 de enero y el 11 de febrero, 2012

En esta versión participan ocho jóvenes bolivianos, cinco paragua-yos y ocho peruanos.

Fairfax, Virginia. Fundada en 1805, es una de las 39 ciudades independientes del estado estado-unidense de Virginia, situado en la costa Atlántica del sur de Estados Unidos. Tiene una población de 23,349 habitantes y una densidad poblacional de 1,315.4 personas por km².

La Universidad George Mason fue fundada en 1972. Se ha convertido en una imprescindible fuerza académica del sistema educativo del estado de Virginia. Hoy día GMU es reconocida como un lugar en donde nacen nuevas ideas a nivel nacional e internacio-nal en diversos campos del mundo académico, incluidos política pública, economía, resolución de conflictos, estudios culturales y artes visuales e interpretativas.

El instituto de invierno de la Uni-versidad de George Mason lleva como título: “E pluribus unum: de muchos uno”.

Directores Del programa

Rei Berroa. Es poeta, profesor, crítico literario y cultural, músico y traductor. Ha escrito más de 30 libros de versos, antologías poéticas, traducciones y estudios de crítica literaria. De sus libros de versos estaca: Otridades (Zamo-ra, España, 2010). En 2002, fue distinguido con el Premio al Con-sejero del Año por la Universidad de George Mason en donde se desempeña como profesor desde 1984.

Lisa M. Gring-Pemble. Es profesora asociada en el New Century College de la Universidad de George Mason. Terminó su licenciatura en la Universidad St. Olaf en1992, con una carrera en ciencias políticas y estudios his-panos. En el año 2005, la doctora Gring-Pemble recibió el Premio a la Excelencia en la Enseñanza de la Universidad de George Mason. Es autora del libro: Grim Fairy Ta-les: The Rhetorical Construction of American Welfare Policy.

toridades escuchan a la población y gobiernan con trasparencia. Sin embargo, aseguró que su meta es aprender todo lo bueno de la pri-mera potencia mundial durante el programa, para que a su retorno aporte con su granito de arena pa-ra mejorar el país implementando proyectos de desarrollo en su co-munidad.

Los mentoresTalia Orencel. Argentina, reside en Estados Unidos. Hizo su licenciatura en gobierno y política en la Universidad de Maryland, con segunda concentración en desarrollo internacional y gestión de con-flictos y un certificado en estudios latinoa-mericanos. Al presente cursa una maestría en administración pública con énfasis en gestión no-lucrativa en el Departamento de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de George Mason.

Kevin Argueta. Está en el último año de estudios integrativos con énfasis en estu-dios internacionales y segunda mención en estudios de liderazgo en la Universi-dad de George Mason. El verano de 2011 participó como mentor de los estudian-tes en el programa del Instituto para el Estudio de los Estados Unidos (SUSI) de Colombia, Ecuador y Venezuela. Después de terminar sus estudios, quiere viajar a Venezuela para comenzar a explorar por su cuenta la realidad de América Latina.

Jessica Oxendine. Emigró a Estados Unidos desde Lima, Perú. Obtuvo una

licenciatura en Lingüística de la lengua española de Edgewood College en Madi-son WI. Actualmente cursa una maestría en Español en la universidad de George Mason. Quiere enseñar lengua española en el nivel universitario y, para lograr esta meta, continuará sus estudios de docto-rado en la misma.

Karen Ponce-Corral. Nació en Virgi-nia, es hija de padres mexicanos. Estudia asuntos globales y sociología en la Uni-versidad de George Mason. Le encanta estudiar sobre otras culturas del mundo. Su plan para el futuro es ir a una escue-la de relaciones internacionales y lograr un doctorado. Su sueño es viajar por todo el mundo, trabajando a la vez para el gobierno de los Estados Unidos o las Naciones Unidas.

Anna Martínez. Cursa su segundo año de estudios de gobierno y política internacional con una concentración en educación en la Universidad de George Mason. Aunque nacida y criada en Virgi-nia, sus padres son mexicanos. Su sueño

es poder trabajar en temas relacionados con las leyes educativas del país y poder reestructurarlas a favor de los beneficia-rios de la política educativa oficial.

Marine Herodet. Está en el último año de una doble licenciatura en francés y español en la Universidad de George Mason. En el futuro inmediato, quiere ob-tener una maestría para ser profesora de francés en la escuela secundaria. En este momento, además de sus clases, trabaja de camarera en un restaurante, es tutora en una escuela secundaria ayudando a los estudiantes a mejorar su español y trabaja de voluntaria para ayudar a niños pequeños a mejorar su lectura y pronun-ciación de los sonidos.

Sarah Brown. Es universitaria en la Universidad Comunitaria del Norte de Virginia. Ahora hace doble licenciatura en estudios latinoamericanos y criminología, ley y sociedad en la Universidad de Geor-ge Mason. Después de graduarse, quiere hacer una maestría en estudios latinoa-mericanos en la Universidad de Arizona.

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MUNDANAS

La prisión de Michelle ObamaUn retrato de la primera dama a través de más de 30 entrevistas a su círculo de amigos y

colaboradores revela fuertes convicciones políticas, tensiones con los asesores de su ma-rido y dudas. Lo hace una periodista en el libro The Obama, al que Michelle critica.

Jodi Kantor

El País / España

En privado, Michelle Obama echaba chispas, estaba furio-sa no solo con el equipo del

presidente, sino también con su ma-rido. Después de que los demócratas perdieran el escaño de Edward Ken-nedy en el Senado, en enero de 2010, Obama seguía mostrándose en las re-uniones tan comedido como siempre, negándose a profundizar demasiado en el fracaso o a arremeter contra su equipo. Sin embargo, según algunos de sus asesores actuales y antiguos, la primera dama no alcanzaba a com-prender cómo la Casa Blanca había permitido que se le escapara ese es-caño tan crucial, necesario para que se aprobara la reforma sanitaria y el resto del programa del presidente.

Para ella, esa pérdida era una prue-ba más de lo que llevaba tiempo de-nunciando: que los asesores de Oba-ma eran poco estrategas y demasiado estrechos de miras. Le ilusionaba que su marido se convirtiera en una figu-ra transformadora, y por culpa, entre otras cosas, de los problemas de su Gobierno para alcanzar acuerdos en materia sanitaria, muchos votantes es-taban empezando a percibirle como un político del montón.

El entonces jefe de gabinete, Rahm Emanuel, estaba indignado con esas críticas y las comentó con algunos colaboradores, aseguran tres de sus compañeros. En una breve entrevista, Emanuel negó estar disgustado con ella, pero algunos asesores describen una situación sombría bien distinta: un presidente cuyo programa se había ido al garete, una primera dama que no aprobaba el giro que había dado la Casa Blanca y un jefe de gabinete picado por la influencia de la que ella gozaba.Michelle Obama es a día de hoy una experta motivadora que sa-be cómo sacar partido de su encanto, paladín de causas que no encuentran oposición (como las familias de los

No es una mujer que pase desapercibida, y no solo por ser la Primera Dama de Estados Unidos. Formanda en Harvard, Michelle Obama ya tenía una trayectoria profesional.

militares y poner fin a la obesidad in-fantil), un actor político cada vez más astuto con ganas de volcar su popula-ridad en la campaña por la reelección de su marido. Pero más de 30 entre-vistas con asesores, antiguos y ac-tuales, y amigos íntimos de la pareja presidencial realizadas para un nuevo libro, The Obamas, muestran que no se ha reconocido la fuerza y el rol que ha desempeñado en el Gobierno de su marido, y que su historia inició como una lucha y luego siguió con un cam-bio de rumbo que la llevó a una mayor satisfacción.

A Michelle, que había planteado retrasar su traslado a la Casa Blanca algunos meses después de la investi-dura, le exasperó comprobar las limi-taciones y obligaciones de su nueva residencia, no ser capaz de sacar a pasear a su perro sin arriesgarse a que la fotografiaran, y que los ayudantes de su marido controlaran todo lo que hacía, ya fuese su forma de decorar la residencia privada de la familia o que se llevara a maquilladores a los viajes al extranjero.

Poco familiarizada con los hábitos de Washington, pero entusiasmada

con la labor para la que su marido había sido elegido, se veía a sí misma como la defensora de sus valores. A veces era más dura con el equipo de Barack que él mismo, hasta el punto de que en un momento llegó a apre-miarle para que lo sustituyera. La situación se tensó hasta tal extremo que uno de los principales asesores explotó durante una reunión en 2010 e insultó a la primera dama en su au-sencia.

“Le protege mucho”, dijo en una entrevista David Axelrod, uno de los principales estrategas del presidente y director de su campaña. “Cuando piensa que las cosas se han llevado mal o que van por mal camino”, aña-dió, “lo saca a colación, porque ha apostado muy fuerte por él y sabe lo duro que trabaja, y quiere asegurarse de que todo el mundo hace su trabajo como es debido”.

Las dificultades de Michelle Oba-ma evidencian algunos de los desafíos esenciales del presidente en la Casa Blanca, entre ellos la manera en que la falta de experiencia de los Obama en la vida política, uno de sus atractivos en 2008, se convirtió en un lastre al llegar al poder.

Sus preocupaciones sobre los em-pleados de su marido dan pistas so-bre el perfil de Obama como jefe del Ejecutivo. Un presidente con poca experiencia en dirección que se aferra a su círculo íntimo, que está menos unido de lo que parecía (la relación de Emanuel con el presidente, por ejemplo, se volvió tan tirante que el jefe de gabinete se ofreció en secreto a presentar su dimisión a principios de 2010; a su vez, Robert Gibbs, se-

cretario de prensa de la Casa Blanca, tenía una relación tensa con Miche-lle Obama y con Valery Jarrett, otra asesora). Michelle compartía con su marido los mismos sentimientos en-contrados respecto a cómo el peloteo y el chismorreo ayudan a conseguir cosas en Washington.

Como a muchos de los partidarios del presidente, a Michelle le inquie-taba el abismo que había entre la vi-sión que se tenía de la presidencia de su marido y lo que en realidad podía hacer. Las tensiones que mantenía con los asesores eran fruto de ese de-bate: ¿qué clase de presidente debía ser Obama? La primera dama ejercía de apoyo en las iniciativas ambiciosas pero poco populares (como la refor-ma sanitaria y las leyes de inmigra-ción), a la vez que se atribuía el papel de contrapunto de otros asesores, más empeñados en conservar escaños en el Congreso y la popularidad en las encuestas.

“Ella piensa que hay cosas peores que perder unas elecciones”, dijo Su-san S. Sher, ex jefa de gabinete de la primera dama, poco después de las elecciones legislativas de 2010, a la mitad del mandato. “Para ella, ser coherente con uno mismo es defini-tivamente más importante”. En esa época, Michelle Obama habló en al-gunas ocasiones sobre qué pasaría si su marido perdiera en 2012. “Sé que estaremos bien”, le dijo a Sher.

frustraciones

profunDas

Cuando Michelle Obama cayó en la cuenta, en el verano y otoño de 2008, de que las posibilidades de con-vertirse en primera dama eran altas, preguntó algo que probablemente sorprendería a los que no la conocen: ¿podían ella y sus hijas retrasar su traslado a la Casa Blanca? Quizá fue-ra mejor, sugirió a sus asesores y ami-gos, quedarse en Chicago hasta que finalizara el curso escolar y dar más tiempo a las niñas para adaptarse.

Aunque duró poco, la idea era re-veladora: a Michelle no le importaba qué tipo de mensaje transmitiría a la opinión pública, que estaba entonces cautivada por la nueva familia pre-sidencial. Le inquietaba que su vida fuera el centro de atención, por no hablar de la perspectiva de residir en una casa-monumento-museo-oficina-recinto militar-blanco terrorista.

Al final decidió ir a Washington

“Michell Obama concedió una entrevista aCBS para rechazar la imagen que de ella da el libro de la periodista de The New York Times, Jodi Kan-tor, The Obamas. ‘Es lo que la gente ha tratado de pintar de mí desde el día en que Barack anunció su candidatura: que soy una mujer negra enfadada’”.

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inmediatamente, no por las obliga-ciones del cargo, sino porque “quería que su familia permaneciera unida”, afirma Jarrett.

Pero mientras deslumbraba a los estadounidenses con su simpatía, elegancia y hospitalidad en los pri-meros tiempos de la presidencia, algunos asesores que trabajaron con ella revelan que se sentía profunda-mente frustrada e insegura respecto a cuál era su lugar en la Casa Blanca. Michelle, una abogada formada en Harvard, había renunciado a su carre-ra por lo que inicialmente parecía un cargo amorfo. E intentó escabullirse de algunos actos ceremoniales que en su opinión no tenían mucho sentido, como el almuerzo anual para las es-posas de los miembros del Congreso que las primeras damas organizan desde 1912.

Procuró limitar su exposición pú-blica y declaró que solo trabajaría dos días a la semana; dentro de la Casa Blanca, la dificultad de conseguir que Michelle Obama accediera a parti-cipar en un acto se convirtió en una broma habitual. La reclusión de la Casa Blanca también fue un impacto para ella; de repente se vio apartada de su antigua vida y sus rituales, y hasta dudaba si debía llevar a sus hijas al colegio o a los partidos de fútbol por miedo a armar un escándalo.

La familia tenía la intención de volver a Chicago con frecuencia, pero su primer intento fue tan complicado que lo hicieron pocas veces. Habían cubierto la fachada de ladrillo de su casa con cortinas negras para disua-dir a los francotiradores, y como ya no podían salir a comprar sin más, eran los camareros de la Armada quienes les daban de comer en su propio do-micilio.

Al presidente, Camp David, la resi-dencial vacacional, le parecía artificial y aislada. A la primera dama le encan-taba. Allí podía deambular libremente sin la intromisión de los fotógrafos.

Michelle Obama se veía a menudo atrapada en dudas internas sobre qué imagen debían dar los Obama: cómo debían vivir, viajar y recibir a los invi-tados. Dado que era la primera afro-americana en convertirse en primera dama, quería que todo fuera impeca-ble y sofisticado; le parecía que “todo el mundo estaba esperando a que una mujer negra cometiera un error”, ase-gura un exayudante.

Pero a los asesores de su marido -sobre todo a Gibbs- les preocupaba que la Casa Blanca pudiera parecer ajena a la ira pública respecto al paro, los rescates bancarios y las primas. Lo que generó un tira y afloja constante y nervioso entre las alas Este [que al-berga las oficinas de la primera dama, además de la residencia familiar] y Oeste [donde está el Despacho Oval] en torno a las vacaciones, la deco-ración, el entretenimiento e incluso cuestiones tan insignificantes como

si la Casa Blanca debía anunciar o no la contratación de un nuevo florista.

“Todos hemos visto qué pasa cuando se caricaturiza a la gente”, dijo Gibbs en una entrevista en la que explicaba por qué controlaba asuntos así de personales. Cuando se comete un error como el corte de pelo de 400 dólares de John Edwards en 2007, “no hay forma de arreglarlo”. Otros asesores afirman que había una razón por la que Gibbs se convirtió en el principal encargado de garantizar el cumplimiento de las normas de la vi-da política: porque el presidente, muy consciente de que su mujer nunca quiso esa vida, no lo hacía.

A pesar de su inexperiencia, la pri-mera dama identificó rápidamente los problemas. Un asesor asegura que desde el principio a ella le preocupaba que la Casa Blanca no estuviera pre-sentando a la opinión pública un rela-to claro y convincente de las acciones del presidente. También reclamó a su propios asesores un papel más central en la labor de transmisión del mensa-je de la Administración, y se quejó de que el Ala Oeste no se planteara cómo encajaba ella en el esquema general de su marido.

En concreto, quería ayudar a pro-mover la reforma sanitaria en prima-vera de 2009. “Averiguad la forma de usarme de manera eficaz”, solicitó a sus ayudantes. “Esta es mi prioridad”. Pero los asesores del Ala Oeste, recor-dando el resentimiento que causó en la opinión pública la participación de Hillary Clinton en la reforma sanitaria cuando era primera dama, rechazaron mayoritariamente su oferta.

Emanuel, que había comentado a sus compañeros que sus batallas co-mo miembro del gabinete con Clin-ton le habían enseñado a mantenerse alejado de las primeras damas, solía esquivar a Michelle. Se trató de restar importancia al asunto, pero la tensa relación entre las alas Este y Oeste acabó volviéndose lo bastante grave como para que el equipo de la primera dama celebrara una jornada de retiro en invierno de 2010 para abordar el problema. Valerie Jarrett, una de las principales asesoras del presidente, hizo las veces de emisaria y trató de suavizar las relaciones. Pero su in-compatibilidad de papeles -además de tener su propia cartera en el Ala Oeste, Jarrett ejercía de defensora de Michelle Obama y era tan amiga de la pareja presidencial que hasta se iba de vacaciones con ellos- generó sus propias tensiones.

Aquel verano, a cambio de un vo-to esencial para aprobar una ley sobre energía, Emanuel, sin pedir permiso a la primera dama, prometió a Allen Boyd, miembro del Congreso por Florida, que Michelle participaría en un acto. Muy enfadada, asistió al acto, pero hizo constar su repulsa general negándose a comprometerse a hacer campaña para las elecciones legislati-

vas. Y no dio su brazo a torcer durante casi un año, según algunos exasesores de las alas Este y Oeste. En lugar de eso, se centró en su propio programa.

Según dos de sus ayudantes, a Emanuel le parecía increíble que re-nunciara a hacer campaña: las eleccio-nes ya se perfilaban como una posible escabechina para los demócratas, y la Casa Blanca iba a afrontarlas sin la popular esposa del presidente.

mantenerse

al margen

Michelle Obama ha comentado a sus asesores que nunca ha querido ser la clase de primera dama que se en-trometía en los asuntos del Ala Oeste. A veces se refería al asunto diciendo que se trataba del Gobierno de su ma-rido, no del suyo. Le faltaban ganas y experiencia para los pormenores de la política, y tenía muy presente cómo a otras primeras damas -como Nancy Reagan y Clinton- las habían tachado de entrometidas, figuras no elegidas que ejercían un poder que no merecían. Con todo, a medida que el Gobierno tropezaba con un obstá-culo tras otro en 2010 -la victoria de Brown en Massachusetts, una refor-ma sanitaria aprobada por los pelos en el Congreso pero que seguía siendo impopular, el vertido de petróleo en el golfo de México y las elecciones le-gislativas-, Michelle estaba cada vez más preocupada.

Emanuel acabó, meses después, ocupando el despacho de alcalde de Chicago. Algo que ocurrió, en parte, gracias a sus fuertes vínculos con el presidente. Pese a ello, la relación con él se había vuelto tirante tras su primer año en el Gobierno. Aunque Obama dependía mucho de Ema-nuel, sobre todo a la hora de lidiar con el Congreso, comunicó a sus asesores su inquietud por la manera de dirigir y planificar de la que hacía gala su jefe de gabinete, así como sus exabruptos, a veces insultantes, contra los miembros del personal. Emanuel había comentado abiertamente que pensaba que la reforma sanitaria ha-bía sido una mala idea, y cuando sus opiniones empezaron a aparecer en los medios informativos, a principios de 2010, varios compañeros relatan que entró en el Despacho Oval y pre-sentó su dimisión.

Esgrimió que “entendía que las

“Poco familiarizada con los hábitos de Washington, pero entusiasmada con la labor para la que su ma-rido había sido elegido, se veía a sí misma como la defensora de sus valores. A veces era más dura con el equipo de Barack que él mismo, hasta el punto de que llegó a apremiarle para que lo sustituyera.”

Continúa en la siguiente página

...al margen

El enfado de MichelleLa primera dama concedió una en-trevista al canal CBS para rechazar la imagen que de ella da el libro de la periodista de ‘The New York Times’ Jo-di Kantor, ‘The Obamas’ (del que este reportaje es una adaptación): “Es lo que la gente ha tratado de pintar de mí desde el día en que Barack anunció su candidatura: que soy una mujer negra enfadada”. Aseguró mantener una re-lación cordial con el ex jefe de gabine-te de su marido Rahm Emanuel, ahora alcalde de Chicago: “Nunca hemos tenido una palabra de más. Es un tipo divertido”, y puntualizó que no tiene “conversaciones con el personal de mi marido”. Y subrayó: “No voy a las re-uniones”. Sobre sus diferencias con el exsecretario de comunicación Robert Gibbs, añadió: “Podríamos mirar día por día y encontrar cosas que desea-ríamos no haber dicho. Las personas tropiezan y cometen errores todos los días”. / Pete Souza

Contra la obesidad infantilEs tradición en todas las presidencias que la primera dama asuma una causa social en la que centrar sus esfuerzos. Nancy Reagan lo hizo con la lucha con-tra la drogadicción. Laura Bush fomentó la lectura. Michelle Obama combate la obesidad infantil. “No es solo una crisis sanitaria. Es una crisis económica. Nos gastamos 150.000 millones de dólares al año en tratar enfermedades relacio-nadas con la obesidad”, ha declarado la primera dama.

Los Obama en la intimidadEn un encuentro con periodistas digi-tales, Michelle Obama habló de la vida de sus dos hijas, Sasha, de 13 años, y Malia, de 10, en la Casa Blanca. Según relató, la primera dama advirtió a su personal que las niñas no deben ser tratadas como “princesitas” y explicó que Malia hace su colada y limpia su propia habitación. “Luchamos por la normalidad”, aseguró. Salir de la ciu-dad es una prioridad en ese sentido. “Las vacaciones son importantes, le-jos de los fotógrafos”. No les permite usar Facebook y es muy estricta con la televisión, de una a dos horas al día es el límite que recomienda la Academia Americana de Pediatras y el que im-pone Michelle a sus hijas. Tampoco permite móviles, iPad ni otros aparatos electrónicos durante las comidas, muy particularmente a su marido.

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historias eran una vergüenza y sen-tía que su obligación era presentarle su dimisión” al presidente, revela Axelrod. Obama se negó a aceptarla y, según recuerdan Axelrod y otros, le dijo a Emanuel que su castigo era quedarse y conseguir que se aprobara la reforma sanitaria (Emanuel no ha querido realizar comentarios sobre el asunto). Según sus asesores, aquella primavera Michelle Obama también dejó claro que pensaba que su marido necesitaba un nuevo equipo.

Cuando el presidente decidió que tenía que pronunciar un discurso su-blime sobre la reforma de las leyes de inmigración en junio de 2010, a pesar de que no había ninguna ley sobre el tapete y de que el esfuerzo podía per-judicar a los vulnerables demócratas, Emanuel puso objeciones. Los aseso-res redactaron un discurso que no era del gusto del presidente y este se pasó gran parte de la noche reescribiéndo-lo. Finalmente, el discurso tuvo una fría acogida. Dos asesores aseguran que Obama, irritado, pidió entonces a Jarrett que vigilara a otros altos cargos para asegurarse de que hacían lo que él quería.

Varios asesores del Ala Oeste ex-plicaron que habían oído a través de terceros que Michelle estaba enfada-da a causa del incidente. Más tarde, los mismos expresaron sus dudas al respecto: ¿estaba acaso el presidente usando a su esposa para transmitir lo que él pensaba? En septiembre de 2010, después de un verano de luchas internas en toda el Ala Oeste, las cosas acabaron explotando. El día 16, a primera hora, mientras Robert Gibbs escaneaba unos recortes de prensa, una noticia le hizo parar en seco: según un nuevo libro publicado en Francia, Michelle Obama le había comentado a Carla Bruni-Sarkozy que vivir en la Casa Blanca era “un infierno”. Era un desastre en poten-cia, el equivalente del corte de pelo de 400 dólares, temió Gibbs: sucedía pocas semanas antes de las eleccio-nes legislativas y justo después de unas vacaciones de la primera dama en España que le habían granjeado acusaciones de despilfarro.

Gibbs pidió a los asesores de Mi-chelle Obama que averiguaran si había dicho algo que se le pareciera siquiera (la respuesta fue no) y luego contraatacó la historia durante ho-ras, haciendo que tradujeran el libro y convenciendo al palacio del Elíseo para que emitiera un desmentido. Hacia mediodía, la potencial crisis se había evitado.

Pero en la reunión de personal de Emanuel a las 7.30 de la mañana siguiente, Jarrett anunció, según va-rias de las personas presentes, que la primera dama estaba preocupada por la reacción que la Casa Blanca había mostrado ante el libro. Todos los ojos se volvieron hacia Gibbs, que empezó

a exaltarse.“No entres en eso, Robert, no lo

hagas”, le advirtió Emanuel. “Eso no vale, me he estado matando con esto, ¿a qué viene esto ahora?”, gritó Gibbs, soltando improperios. Inte-rrogó a Jarrett, cuya serenidad pa-reció irritarle todavía más. Los dos siguieron dale que te pego, Jarrett sin inmutarse, Gibbs temblando de rabia. Según varios miembros del personal, el secretario de comunicación acabó insultando a la primera dama -sus compañeros, asombrados, clavaron los ojos en la mesa- y se fue hecho una furia.

Gibbs reconoció su salida de to-no, pero dijo que su enfado estaba mal encauzado. Acusó a Jarrett de haberse inventado la queja de la pri-mera dama. Después del incidente del libro “dejé de tomarla en serio como asesora del presidente”, explicó; “su punto de vista a la hora de asesorarle era que ella tiene que estar encima y el resto de la Casa Blanca tiene que estar debajo”.

Jarrett ha declinado comentar el incidente; dos ayudantes del Ala Este aseguran que se expresó mal, y que Michelle Obama no había hecho esa crítica.

Hubo compañeros defendiendo las dos partes. Gibbs había dedicado muchos años a la causa de los Obama, alegaron algunos. Jarrett era digna de confianza, afirmaron otros, entre ellos Peter M. Rouse, otro de los asesores de alto rango. La violenta discusión puso de manifiesto no solo la división entre el equipo de Obama, antes uni-do, sino también lo complicado que se había vuelto el nexo entre la pareja presidencial y los miembros del per-sonal de la Casa Blanca.

forjar un

nuevo papel

Por aquel entonces, la trayectoria de Michelle Obama en la Casa Blanca estaba cambiando. Empezaba a domi-nar y redefinir sutilmente el papel que antes le había parecido amorfo, y em-pezaba a aclimatarse mejor a su nueva vida. A veces, su trabajo parecía una

respuesta, en miniatura, a lo que iba mal en la Presidencia. Si la reforma sanitaria de su marido era impopular y corría el riesgo de ser revocada, ella se metía de lleno en su campaña par-ticular sobre la nutrición y el ejercicio, que tenía objetivos finales similares: mejorar la salud y reducir los costes. Si su marido no conectaba con el pú-blico, ella se lo ganaba con discursos vibrantes y empuje.

Su popularidad, combinada con la erosión del apoyo a su marido, le dio más influencia interna de la que tuvo en el arranque de la legislatura. Un cambio de posición que quedó reflejado en una reunión en el Despa-cho Oval unas semanas antes de las elecciones legislativas.

Se celebró en territorio del presi-dente, pero el motivo era tranquilizar a la primera dama, que por fin había accedido a hacer campaña para las le-gislativas. Uno a uno, revelan varios de los participantes, los miembros del equipo político fueron desfilando ante los Obama, exponiendo argumentos, detalles y estadísticas de cómo la primera dama podía ayudar a captar votos. Y analizando los sondeos que demostraban que al electorado demó-crata le encantaba verlos juntos.

“Una presentación magnífica”, dijo el presidente con una sonrisa de las de a-mí-nunca-me-tratan-así. Los asesores estaban haciendo ahora las cosas a la manera que le gustaba a sus esposa, con planificación y pre-cisión. Sin embargo, Michelle Oba-ma solo accedió a participar en ocho actos de campaña, muchos menos de los que el equipo político quería. “Básicamente accedió a no hacer nada”, sentencia un asesor. Ahora que su marido se enfrenta a una du-ra lucha por la reelección, las cosas han cambiado: la primera dama ha comunicado a sus asesores que va a ir a por todas.

Puede que en ocasiones Michelle Obama haya sido una detractora inter-na, pero también es la defensora más acérrima de su marido. Aunque sigue evitando entrar en detalles al hablar de política o estrategia, ahora tiene el

papel que persiguió, el de amplificar el mensaje del presidente. Ha habla-do junto a él en Fort Bragg, Carolina del Norte, sobre el final de la guerra de Irak, poniendo el foco en su propia iniciativa de contratar excombatien-tes para defender las leyes laborales atascadas de su marido, y hasta ha compartido su discurso semanal por radio. “A mí me parece que está más contenta de lo que la he visto nunca a lo largo de este proceso, desde que él se presentó como candidato a presi-dente, lo cual es muy bueno”, comen-ta Axelrod.

Cuanto más empeoraban las co-sas para su marido en 2011, más a su lado estaba ella, manteniéndole a flote personal y políticamente. En agosto, después de que las negocia-ciones sobre el techo de la deuda en Washington alcanzaran su dolorosa conclusión, dio una fiesta para cele-brar el 50º cumpleaños del presiden-te. Michelle pidió a los invitados que no se marcharan pronto y pronunció un brindis enaltecedor en elogio de su marido.

Cuando empezó a oscurecer, los 150 invitados -amigos, famosos y funcionarios- estaban sentados en el césped sur escuchando a la primera dama relatar su percepción de Barack Obama: un líder incansable y honrado que se ha sobrepuesto a los juegos de Washington, que ha matado al terro-rista más buscado del mundo y que aun así se las ingenia para entrenar al equipo de baloncesto de su hija Sasha. Según relatan varios invitados, el pre-sidente, que parecía azorado, intentó interrumpirla, pero ella le instó a que se sentara y escuchara.

También le dio las gracias por ha-ber aguantado lo dura que había sido con él. Al llegar a esa frase, algunos asesores intercambiaron miradas de reconocimiento.

(*) Este artículo es una adaptación de 'The Obamas', un libro de Jodi

Kantor publicado por Little, Brown & Company. © 2012 New York Times

News Service. TraducciónPaloma Cebrián para News Clips.

Michelle Obaja junto a Emanuel, el principal asesor de Barack Obama, al que le atribuyen comentarios duros sobre la Primera Dama, por su influencia y críticas al trabajo de apoyo realizado por el equipo asesor al presidente estadounidense.

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Hijos de la revolución Lecturas

“Parece ser que los idealistas son el mejor abono para fundar dinastías, para dejar de herencia a los que los siguen carta blanca en el saqueo”, dice Ferrufino, inspirado en un artículo de Jeremy Page sobre los nuevos millonarios de China.

“Ahora veo y me deshago de risa porque la imagen del comandante Ortega no se diferencia en mucho de su enemigo, Somoza. Y lo que lucró aquella familia infame con el dolor del pueblo, lo lucra ahora la ‘pi-ñata sandinista’, como se llama aquel desmadre. No deseo sin embargo embadurnarme de oscuridad.”

El Wall Street Journal es un pe-riódico de derechas, no voy a discutirlo, pero a veces,

muchas, en su edición sabatina tiene una sólida sección cultural. Pasa con el Financial Times, que en este mo-mento ha enfurecido a los españoles por su apoyo a las reformas iniciales de Rajoy. El Financial, de Londres -me gusta decirlo, porque así invento un halo que me acerca en imagina-ción a Defoe, a Boswell, así fuese escocés, a Dickens-, ocupa parte de mi mañana de sábado, cuando el cansancio me permite rutina, que no siempre. Además esta división entre izquierdas y derechas se ha conver-tido en espejismo, en desierto, y me-jor creer en nada que en algo, porque creyendo uno se equivoca y descon-fiando no.

Jeremy Page escribía en noviem-bre, en el Wall Street Journal, Chil-dren of the Revolution, un artículo-ensayo interesantísimo acerca de los nuevos ricos de China, país su-puestamente comunista que se pre-cia, tesoro de estadística, de cuántos millonarios y billonarios se suman cada año a las listas opulentas que son el paradójico orgullo de Beijing. Comenzaba Page con la historia de un Ferrari rojo manejado por Bo Guagua, 23, hijo del alto funciona-rio y pronto miembro de las mayores cúpulas del Partido, Bo Xilai, nieto además de un colaborador de Mao Zedong, cuando todavía era Mao Tse Tung, en los albores de la revolución. Bo Xilai, cuenta el periodista, se ha-lla en este momento en campaña para reavivar el espíritu de Mao, con la rendición de masivos coros inter-pretando canciones revolucionarias, además de inculcar a la juventud la necesidad de otra vez mirar hacia el campo -no se olvide que la epopeya socialista en China fue rural-, eso mientras su vástago, y miembro de una clase especial conformada por los hijos de los dirigentes, llamados los “principitos”, conduce un auto cuyo costo asciende a cientos de mi-les de dólares.

No es fenómeno exclusivo de la China; en realidad semeja ser prác-tica común entre quienes se autode-nominan revolucionarios, mientras los verdaderos -queremos no du-dar- se pudren o son ya polvo, que la historia se ocupa de decorar y…

uno, por Hitler, por el alcohol, y la niña por la miseria cuando ya la negra sombra de su padre se hun-día en los escupitajos de quienes lo idolatraron. Svetlana se montaba sobre Lazar Kaganovich y lo hacía caminar como mulo de cuatro pa-tas. Era la favorita y todo le estaba permitido. Terminó mal. Pero esa no es la regla, o tal vez lo es con aquellos que descienden de los más encumbrados, porque los segundo-nes, que se ubican en el peristilo sin nunca atreverse a entrar, medran, y sus descendientes medran y sientan bases de perpetua ganancia. En el epílogo de esta voluminosa obra, Sebag indica que en la Rusia actual,

la del hierático Putin, las generacio-nes que vienen de la alta dirigencia del Kremlin bolchevique, se han convertido en nobleza, reempla-zan a los barones y duques de ayer y son tanto o más ricos que ellos. Triste John Reed si viera cómo se

desenrrolló la alfombra, en la Rusia de los diez días que conmovieron al mundo y también en el México insurgente. Unos se hacen matar. Otros aprovechan.

El Ferrari del principito chino sirve para ilustrar. En el Caribe lo ejercitaron y ejercitan con soltura. Sudamérica es dadivosa en ejem-plos. Lula y Lulinha son de los más recientes ¡como para creer otra vez! Al sur los nuevos peroncitos, aunque uno ya se fue camino del infierno, lo imitan y la actriz Cristina entrena al camporita suyo para sucederla. A Correa de nada le sirve arrancar-se la camisa de su escasa hombría y chillar que le disparen. Bien sabe

que cuando el show es montado la farsa hiede. Eduardo Galeano lúci-damente contaba que el mundo está de cabeza. Pero narraba solo un lado de la historia, porque en el otro, el de la revolución entre comillas, sucede lo mismo.

olvidar. Queda el símbolo, pero no la esencia. No extraña entonces que un capitalista indígena de nuevo cuño como Evo Morales, en Bolivia, pro-teja sus espaldas con un Che perdido en la orfandad. Recrea la historia de Cristo y el aparato de poder que creció sobre su humilde memoria. Parece ser que los idealistas son el mejor abono para fundar dinastías, para dejar de herencia a los que los siguen carta blanca en el saqueo. Y a veces ellos mismos, si no tuvieron la mala suerte de que la muerte los en-contrase y les prestara inmortalidad pero no confort.

Diríase literatura, algunas líneas maestras de Gogol que sabía cómo funcionaba la ávida mente humana, pero no: es realidad pura. Pienso en el tiempo, un momento, en que entu-siasmados por ir a pelear a la Contra en Nicaragua, nos alzamos en viaje efímero y fracasado por lo preca-vido; para eso se es joven, para ser alegre e idiota, para ilusamente an-helar que yendo a hacernos matar en un erial contribuíamos a la felicidad del mundo. Ahora veo y me desha-go de risa porque la imagen del co-mandante Ortega no se diferencia en mucho de su enemigo, Somoza. Y lo que lucró aquella familia infame con el dolor del pueblo, lo lucra ahora la “piñata sandinista”, como se llama aquel desmadre. No deseo sin em-bargo embadurnarme de oscuridad. Me gusta idealizar y amar la épica de Sandino, por citar un ejemplo, y, a pesar de mucho, admiré la cauta, aunque la sé terrible, figura de Chou En Lai en mi veintena. Si hasta en París quedé absorto en una vereda contemplando una placa que rezaba que allí había vivido en el exilio.

Simon Sebag Montefiore, perio-dista e historiador, hace en Stalin: the Court of the Red Tsar, una di-sección brutal de lo que esto signi-fica: la lujuria del poder, los nuevos principados y los noveles príncipes, cómo el georgiano reinventaba la brutalidad del zar Iván, y sobrepa-saba al tímido y cornudo Nicolás II, emulando a su antepasado, Nicolás I que construyó caminos en Rusia con huesos de mujik. Hace poco murió Svetlana, la hija de Stalin, en la más profunda pobreza. La historia fue implacable con quien fuera así, le mató los hijos, uno a

Claudio Ferrufino-CoqueugniotEscritor

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EN DEBATE

‘Chavo’ Salvatierra, orgulloEl cruceño Juan Carlos Salvatierra, co-nocido en el mundo deportivo como ‘Chavo’, fue el único boliviano que logró completar la competencia Rally Dakar 2012, caracterizada por pruebas difíciles de vencer. Salvatierra terminó en quinto lugar en el ranking de los pilotos sudamericanos, y en el puesto 31 del ranking general. Un logro importante, sin duda, ya que de 174 motociclistas que iniciaron el Rally el 2 de enero, solo 94 lo completaron.

Otro Mundialito felizLa XVII versión del Mundialito Paz y Unidad que organiza anualmente la Academia de Fútbol Tahuichi Aguilera se realizó en Santa Cruz de la Sierra sa-tisfactoriamente. La jornada comenzó el 8, en medio de desfiles, bailes y, por su puesto, fútbol, y contó con el patrocinio de Herbalife Bolivia, como sucede des-de hace cuatro años, algo posible en el marco de su política de RSE, manifestó Ricardo Mendoza, director País de Her-balife. El Mundialito terminó el domingo 15, coronando a Nacional de Uruguay como campeón.

Cotas, más serviciosLa Cooperativa de Telecomunicaciones Santa Cruz está decidida a consolidar nuevos servicios a sus más de cien mil socios, según difunde en su boletín ins-titucional. Además de los de telefonía fija y 16 servicios suplementarios, hoy ofrece a sus socios programas de becas estudiantiles, técnicas y profesionales; Beneficio de Asistencia Social (sepelio); y línea de crédito para adquirir algunos electrodomésticos. Más información: teléfono 103 o en su portal http://www.benefisocios.Cotas.com

Regalías para San JuliánEl Municipio de San Julián recibió 2,3 millones de bolivianos por transferencia de recursos de regalías de la Gober-nación Autónoma de Santa Cruz, los mismos que serán destinados a iniciar la segunda fase del mejoramiento del camino San Julián-San Francisco. En es-te mes se inicia también el proyecto de energía eléctrica San Julián-Bella Victo-ria, que se suma a otros cinco proyectos ya ejecutados por la Gobernación en el municipio, con una inversión de 1,4 mi-llones de bolivianos.

San Isidro en acciónEl Centro Cultural San Isidro cerró la gestión 2011 con un celebración es-pecial en la que agasajó a más de un centenar de niños y adolescentes que viven en el barrio del que el Centro to-mó el nombre, y en la que anunció las tareas previstas para 2012. Éstas ya comenzaron a ejecutarse tras el inicio del nuevo año, en las que destacan los programas culturales, de educación y prácticas deportivas. Para la presente gestión, el Centro consolidará nuevas alianzas estratégicas con organizacio-nes públicas y privadas, anticipó Juan Pablo Sejas.

Cortingas

El salario mínimode alimentaciónUn recordatorio: “toda persona tiene derecho a una remune-

ración o salario justo, equitativo y satisfactorio, que le asegure para sí y su familia una existencia digna”, Art. 46. I de la CPE.

El que al final paga el salario del trabajador es el ciudadano consumidor. El empleador,

cuando elabora la estructura de cos-tos de lo que decidió producir –costo del capital, materia prima, fuerza de trabajo, gastos generales- determina el precio de venta tomando en cuenta el costo de producir el bien, sus uti-lidades, incluyen impuestos y hasta supuestos pagos. Siempre para que le vaya bien al empleador.

La OMS, Organización Mundial de la Salud, considerando que la espe-cie humana debe seguir produciendo bienes con la venta de su fuerza de trabajo y para evitar su degradación, ha estudiado la composición de una canasta familiar. Considerando los componentes racionalizados al mí-nimo para una familia tipo viviente en un barrio popular fuera del tercer anillo –compuesta por seis miembros de los cuales dos son estudiantes- se requiere de una canasta con cinco componentes básicos para vivir: ali-mentación, educación, vestimenta, vivienda, salud y un ítem varios, con-siderando esos componentes, se tiene el siguiente costo en el mercado:

Costo Mensual Canasta Familiara. Alimentación 45% Bs 1.256b) Educación 6% 176

c) Vestimenta 15% 424 d) Vivienda 22% 616 e) Varios 12% 352 100% 2824

Fuente: Elaboración propia con precios del Mercado Abasto, 7 de enero 2012

En nuestra realidad se habla del in-cremento al salario mínimo nacional SMN. El gobierno ha expresado que –dentro de los márgenes de control a la inflación- solo tienen posibilidades de incrementar el equivalente % de la pérdida del poder adquisitivo que sería igual que la inflación acumulada en 2011. El Art. 46. I de la Constitu-ción Política del Estado Plurinacional, de manera imperativa precisa que “…toda persona tiene derecho –sin dis-criminación- a una remuneración o salario justo, equitativo y satisfactorio, que le asegure para sí y su familia una existencia digna”. Se puede afirmar

que el actual salario mínimo nacional con un incremento de reposición del valor equivalente a la inflación de 2011 no llega a cubrir ni un tercio del costo de la canasta familiar.

En atención al mandato constitu-cional, en el caso de los contratantes de la fuerza del trabajo –Estado o em-presario privado- el cumplimiento del orden legal debe ser imperativo y fundamental para garantizar la con-vivencia pacífica en el estado demo-crático; la negación o incumplimiento del mandato constituye un incumpli-miento de deberes, destacamos esto dada las declaraciones que muchas veces hacen dirigentes de entes pa-tronales y gobernantes en sentido de que, la democracia se sustenta en el profundo respeto y cumplimiento a la CPE y las leyes.

¿Cuáles podrían ser las causas pa-ra que no se cumpla con el mandato constitucional?, citamos las que pro-bablemente sean: crisis en la econo-mía, falta de responsabilidad social, desmedido afán de lucro, debilidad institucional para hacer cumplir las leyes, débiles entes laborales; segura-mente hay excepciones, por ejemplo, en la administración pública todos tienen ingresos por encima del mí-nimo nacional, algunos empleadores pagan un monto de remuneración mayor al mínimo nacional y declaran esta planilla a las administradoras de pensiones, otros establecen el pago de doble planilla, una planilla interna de manejo reservado con el monto real y otra llamada planilla fiscal que hacen firmar al trabajador con el salario mí-nimo legal a los efectos de pagar con bases menores los bonos de antigüe-dad, vacaciones, desahucios, finiqui-tos y otros. Nada de esto está bien en la relación obrero-patrón-estado.

La remuneración salarial con una capacidad adquisitiva para una exis-tencia digna del trabajador y su fami-lia tiene consideraciones profundas como la siguiente: si se explota al trabajador y se le paga un mal salario, el perdedor en la practica es el em-pleador por los bajos rendimientos en la productividad y los riesgos de con-flictos sociales, de ahí que, los equipos

multidisciplinarios de la OMS y OPS han establecido que una persona para trabajar con rendimientos normales en una jornada de 8 horas, es decir con una productividad que favorezca al empleador y mantenga tranquilo al trabajador, debe consumir alimentos con un poder nutritivo mínimo de 2.500 calorías, descansar 8 horas, recrearse y educarse las otras horas del día. El consumo de alimentos por debajo de las 2500 calorías pone en riesgo la salud y la vida afectando a las naciones y a la especie humana misma, obviamente también a la eco-nomía y al lucro de las empresas.

¿Como determinar el salario míni-mo –Nacional o Departamental- que se debe pagar al trabajador? Veamos, si tomamos como referencia la estruc-tura de costos de la canasta familiar básica y mínima con la consistencia de sus argumentos, veremos que el trabajador debería tener un salario mí-nimo de Bs. 2.824, si por ahí creemos que es mejor para el capital reducir sus costos y tratar al obrero como un bruto, no le pagamos los ítem de ves-timenta, educación y varios, entonces el SMN debería ser Bs.1.872 (solo ali-mentación y vivienda) y, por ultimo, si concebimos que el trabajador es un animal de fuerza para explotarlo, solo debe ganar el ítem de alimentación, entonces el salario mínimo debe-ría ser Bs 1.256, debiendo llamarse SMNA Salario Mínimo Nacional de Alimentación; en estas condiciones, la familia de este trabajador debe vivir apegado a los padres, comer de la olla grande y los niños, probablemente, de malabaristas en las rotondas.

Dada la precariedad del salario, el obrero y su familia dedican todo el in-greso a la alimentación y pago de los servicios básicos mas elementales; si se mejorara el salario, todo el incre-mento seria destinado a los otros ítems de la canasta familiar demandando más bienes y servicios a los empresa-rios, lo cual significaría un estimulo a la reactivación de los oferentes de bienes y servicios y las consecuentes utilidades patronales, obviamente el proceso deberá ser acompañado por otras políticas económicas.

Aníbal Jerez

Lezanaanibaljerez@

gmail.com

Economía

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www.semanariouno.orgViernes 20 de enero de 2012

Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

ca, donde el Nobel halló la libertad del patio y una gama de primos de todos los colores, que lo enseñaron a cazar tortolitas, a casar burras y a entender al Macondo que se le abría a sus ojos.

Según Carlos Martínez, la crítica apunta hacia un abuelo materno de apellido Márquez, guajiro, liberal, pe-leador de la Guerra de Los Mil Días, como la figura fuerte en la familia y en la obra del Nobel. Pero aparece aho-ra una nueva tesis, según la cual los grandes sacrificados en la biografía de Gabo son el pueblo de sus ancestros, San Luis de Sincé y la figura paternal que queda perdida en la memoria de Aracataca.

Esta es la casa en la que vivió Gabo en su niñez, en San Luis de Sincé.

Reclaman los críticos, que están bien dolidos, que Gerald Martin, a lo largo de la biografía, no hace más

que atacar la figura de Gabriel Eligio, el maestro de escuela Sinceano, un hombre gallardo y enamorador, hijo de una mujer alegre que no tuvo más remedio que ponerle su apellido, ante la duda del padre que no lo amparó. Así era antes, cuando la mujer era ale-gre, cargaba el bastardo con el peso de su propio apellido.

Así las cosas, Gabriel García no sería Márquez sino Martínez, primo hermano del ex notario Osorio y de Carlos Martínez Simulan. El ataque o el desconocimiento de la figura pater-nal por los críticos, ya sea por el Gru-po de Barranquilla o por los biógrafos, especialmente de Martin, obedecería a una tara del biógrafo, con problemas de frialdad y distanciamiento con su padre desde niño. El biógrafo ha sido implacable. Por eso Jaime iniciará, según Martínez, una cruzada en la de-fensa de su padre y en favor de la zaga del Nobel, escribiendo unos textos para que el mundo conozca la verdad del patio y de Gabriel Eligio.

Temporada de caloren Gran Buenos Aires

Ni en las vacaciones descansa el alma de periodista de Chino Caero. Aquí, una impresión de su visita a Buenos Aires.

Comentarios de prensa dicen que el clima en Buenos Ai-res cambió de manera sor-

prendente y esto, a decir de la gente, ha hecho que se esté convirtiendo en una “ciudad tropical”. Hasta donde pude averiguar, la máxima tempera-tura registrada en la historia del Gran Buenos Aires ocurrió un 29 de ene-ro de 1957, llegando a registrar 43 grados de temperatura, para quienes recuerdan esos días ¡un verdadero infierno!..

El pasado lunes 9 de enero (día de mi llegada a esta ciudad), ya lo habían anticipado los especialistas, la sensa-ción térmica en la ciudad y sus alre-dedores registró 40 grados de tempe-ratura y el calor no dio tregua durante la noche. Al día siguiente, a las 5 de la mañana los termómetros registraban 28 grados centígrados de temperatura, menos mal que yo a esa hora ya había abandonado la cama, porque no se podía estar en ella. Debido a esta ola de calor, hubo una fuerte demanda de electricidad, lo que provocó cortes de energía eléctrica en la capital y varias ciudades del interior.

Esta ola de calor registrada en la ciudad ha hecho que las autoridades del Ministerio de Ambiente y Espa-cio Público argentino tomen algunas medidas muy originales con la finali-dad de generar nuevos hábitos en la población. Digo medidas muy origi-nales, porque en nuestro país, Bolivia, nunca las había escuchado.

Por ejemplo, se va suspender el co-nocido “código de ética” hasta el mes de marzo, esa instructiva que existe con todos los empleados varones de la administración pública, oficinas e instituciones bancarias que los obliga a asistir a sus fuentes de trabajo con saco y corbata y a las mujeres les per-

mitirá usar faldas más cortas y blusas o poleras (acá llaman remeras) sin mangas, además de la libertad para utilizar calzados abiertos. Inclusive existe una propuesta saludable, cual es la de prohibir actividades oficiales entre las 11 de la mañana y las 3 de la tarde, la propuesta recomienda a la población evitar realizar traslados dentro de la ciudad entre esas horas.

A mediados del año pasado, allá en España se produjo una terrible discu-sión parlamentaria entre el entonces ministro de Industria, Miguel Sebas-tián, con el presidente de la Cámara de Diputados, José Bono, precisamente por el uso de la corbata.

En Japón, allá por el año 2005 ya se habían tomado medidas similares a las asumidas por los argentinos y en diciembre del pasado año la polémica llegó a Chile, después de que el mi-nistro de Energía, Rodrigo Álvarez, tuvo la ocurrencia de incentivar una campaña muy original. “En verano, quítate la corbata…”

En cambio en nuestro país, hasta en eso estamos atrasados, y lo más triste de todo es que a los superiores parece que no les importa, los funcio-narios públicos no todos visten uni-forme, con vergüenza pude constatar en este mi viaje que los funcionarios de migración del aeropuerto Viru Viru, no todos están correctamente uniformados ni debidamente identi-ficados como debería ser, visten po-leras de diferente color y con nues-tros policías, especialmente los de Tránsito, ocurre algo gracioso: todos ellos están vestidos con un uniforme de color verde olivo confeccionado en una tela gruesa, que si bien sirve para los del altiplano, los debe hacer sufrir a los que trabajan en el oriente boliviano.

Bitoque

Chino Caero [email protected]

MUNDANAS

García Martínez, ¿el nombre real de Gabo?

Una polémica sobre el segundo apellido del escritor colombiano es alimentada por su propio hermano. ¿Será verdad?

El ingeniero Jaime García Már-quez, el mayor de la familia, está molesto. La mayoría de

los biógrafos de su hermano Gabo y de su familia han pasado de largo por la pequeña población de Sucre (Su-cre) sin reparar en San Luis de Sin-cé, la verdadera cuna de la pluma de Gabo. Allí está aún la casa de balcón volado sobre la plaza donde Gabriel Eligio, conocido como ‘El telegrafista de Aracataca’, montó una farmacia. Allí residieron los García Márquez después de pasar por Barranquilla, en 1936, antes de trasladarse a Sucre (Sucre), donde en realidad ocurre el grueso de su obra.

Lugares llenos de recuerdos siguen vivos en San Luis de Sincé. Allí, unas cuadras abajo de la farmacia está la placita de la Cruz, donde vivió Arge-mira, la niña Gime, la abuela de ape-

llido Paternina, descrita en ‘Vivir para contarla’, como una mujer alegre que tuvo varios maridos. Ella fue la abue-la que está intacta en el patio, sobre las astillas que recortan la brisa.

Este pueblo guarda el rastro de sus apellidos Martínez y Osorio. Y Jaime, el hermano más querido está rabioso porque Gerald Martin, el traductor y biógrafo oficial de Gabo, le da muy duro a la figura paternal de los Gar-cía-Márquez, al viejo Gabriel Eligio, nacido en Sincé, tierra de porros y de escritores

cómo es jaime,el hermano De gabo

Jaime García Márquez es un saba-nero total. Así lo expresó a su primo hermano el ex ministro Carlos Martí-nez Simaham, con quien llegó a Gale-ras para presenciar la cultura efímera más importante del mundo, los cua-dros vivos de la tierra de colores.

Para Jaime, todo el andamiaje lite-rario de Gabo está en esta tierra mági-

www.semanariouno.orgViernes 20 de enero de 2012Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

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