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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CUENCA UNIDAD ACADÉMICA DE MEDICINA, ENFERMERÍA Y CIENCIAS DE LA SALUD FACULTAD DE MEDICINA MONOGRAFÍA PREVIA A LA OBTENCIÓN DEL TÍTULO DE MÉDICO TÍTULO: Fractura de Tibia y sus complicacionesALUMNA: Sr. Félix Miguel Sacoto Maldonado DIRECTOR: DR. JULIO GUAMÁN CUENCA ECUADOR 2011

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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CUENCA

UNIDAD ACADÉMICA DE MEDICINA, ENFERMERÍA Y CIENCIAS DE LA

SALUD

FACULTAD DE MEDICINA

MONOGRAFÍA PREVIA

A LA OBTENCIÓN DEL

TÍTULO DE MÉDICO

TÍTULO:

“Fractura de Tibia y sus complicaciones”

ALUMNA:

Sr. Félix Miguel Sacoto Maldonado

DIRECTOR:

DR. JULIO GUAMÁN

CUENCA – ECUADOR

2011

FRACTURA DE DIÁFISIS DE TIBIA Y COMPLICACIONES

CAPITULO 1

1. Anatomía de tibia.

1.1. Cuerpo.

1.2. Caras.

1.3. Bordes.

1.4. Extremidad superior.

1.5. Extremidad inferior.

1.6. Irrigación.

1.6.1. Arteria tibial anterior.

1.6.2. Tibial posterior.

1.6.3. Arteria perónea.

1.6.4. Venas.

1.7. Inervación.

CAPITULO 2

2. Fractura de Diáfisis de Tibia.

2.1. Definición.

2.2. Etiología

2.3. Diagnostico clínico.

2.4. Consideraciones.

2.4.1. En adultos

2.4.2. En niños.

2.5. Ordenes radiológicas.

2.6. Clasificación.

2.6.1. General.

2.6.2. Clasificación: (según la AO)

2.6.3. Clasificación de Winquist para fracturas diafisiarias.

2.6.4. Clasificación de Gustillo para fracturas abiertas.

2.6.5. Clasificación Tscherne y Gotze.

2.7. Órdenes y exámenes complementarios. CAPITULO 3

2.8. Atención inicial.

3. TRATAMIENTO DE LA FRACTURA DE DIAFISIS DE TIBIA

3.1. Fractura simple.

3.2. Fractura en cuña.

3.3. Fracturas complejas.

3.4. Fractura de tibia y síndrome compartimental.

3.5. Fractura ipsolateral de fémur y tibia.

3.6. Fractura de tibia en pacientes politraumatizados.

3.7. Fractura de tibia y lesión vascular.

3.8. Fracturas expuestas.

3.8.1. Grado I Y II

3.8.2. Grado III

3.9. Algoritmo de tratamiento de la fractura de diáfisis tibial.

CAPITULO 4

4. Complicaciones de la Fractura de Diáfisis de Tibia

4.1. Síndrome compartimental.

4.1.1. Clínica.

4.2. Pseudoartrosis.

4.3. Dolor anterior de rodilla

4.4 Rotura de implante

4.5. Infección

4.5.1. Aguda.

4.5.2. Crónica.

Conclusiones.

Bibliografía

FRACTURA DE DIÁFISIS DE TIBIA Y COMPLICACIONES

CAPITULO I

4. ANATOMÍA DE LA TIBIA

La tibia es un hueso largo voluminoso, situado en la parte medial de la pierna. Se articula

superiormente con el fémur e inferiormente con el astrágalo.

La tibia no es rectilínea, si no que esta contorneada en forma de S cursiva muy alargada, y

presenta una concavidad lateral en su parte superior y medial en su parte inferior, la que consta de

un cuerpo una extremidad superior e inferior.

Anatomía de tibia.

4.1. CUERPO

Llamado también diáfisis, es de forma prismática, triangular y se describen en el tres caras y

tres bordes.

4.2. CARAS: son tres medial lateral y posterior.

Cara medial: es lisa y plana, aquí se insertan los músculos sartorio, grácil y semitendinoso.

Cara lateral: en su mitad superior presenta una depresión longitudinal en la que se inserta el

músculo tibial anterior.

Cara posterior: cruzada en su parte superior por una cresta rugosa y oblicua inferomedialmente,

la línea del sóleo. Para el músculo sóleo, también se inserta el músculo poplíteo a lo largo del labio

superior y los músculos tibial posterior y flexor largo de los dedos a lo largo de su labio inferior. El

agujero nutricio principal se localiza generalmente un poco superior a la línea del sóleo.

4.3. BORDES: las tres caras están separadas por tres bordes el anterior, interóseo y medial.

Borde anterior: contorneado en forma de S cursiva, es cortante en los tres cuartos superiores del

hueso, lo que le ha dado en nombre de cresta tibial-

Borde interóseo: aquí se inserta la membrana interósea de la pierna.

Borde medial: es romo en la parte superior y prominente en la inferior.

4.4. EXTREMIDAD SUPERIOR.

Formada por dos cóndilos uno medial y otro lateral, que sostienen las caras articulares

superiores de la tibia.

Los dos cóndilos están separados superiormente por una depresión y anteriormente por una

superficie triangular cuyo vértice inferior termina en la eminencia llamada tuberosidad de la tibia

donde se inserta el ligamento rotuliano.

4.5. EXTREMIDAD INFERIOR:

Es menos voluminosa que la superior pero, al igual que esta se extiende en sentido

transversal que antero posterior. Presenta una forma irregular cubica.

4.6. IRRIGACIÓN:

Proviene de la poplítea de la femoral, da las ramas tibial anterior y tibial posterior, además

presenta sus ramas colaterales como son dos arterias superiores de la rodilla dos arterias inferiores

de la rodilla, una arteria media de la rodilla y dos arterias musculares llamadas arterias surales.

4.6.1. Arteria tibial anterior.

Proporciona además de numerosas ramas musculares, cinco ramas principales que son

recurrente tibial anterior, recurrente tibial posterior la recurrente perónea anterior y las maleolares

anteriores medial y lateral.

4.6.2. Arteria tibial posterior.

La tibial posterior al entrar en el canal calcáneo da dos ramas la arteria plantar medial y la

lateral, además da cuatro ramas colaterales las cuales son: ramas musculares para los músculos

vecinos, una rama anastomótica supramaleolar, una rama maleolar medial y ramas calcáneas.

4.6.3. Arteria perónea:

Da origen a la rama perforante y continúa con la arteria perónea posterior, da numerosas

ramas musculares, arteria nutricia del peroné, y la rama anastomotica transversal, la rama

comunicante.

4.6.4. Venas:

Presenta la vena safena mayor y safena menor.

4.7. Inervación:

Esta dada por el plexo lumbar que da la rama femoral y esta a su vez 4 ramos terminales

dispuestos en 2 planos uno superficial en el que están en el que se encuentra el nervio cutáneo

antero medial y el antero lateral; el plano profundo formado por el nervio del cuádriceps femoral y el

nervio safeno.

Inervación de la tibia

www.google.com.ec/imgres?q=inervacion+de+tibia

CAPITULO II

5. Fractura de Diáfisis de Tibia.

5.1. DEFINICION.

Fracturas de tibia.

www.fracturasdetibia.es

Se considera como fractura de la diáfisis de la tibia, aquélla que ocurre entre dos líneas

imaginarias: la superior coincidente con el plano diáfiso-metafisiario proximal, y la inferior con el

plano diáfiso-metafisiario distal.

Las fracturas que ocurren por encima de este límite superior, corresponden a fracturas de la

metáfisis superior de la tibia, o de los platillos tibiales; cuando ocurren por debajo del límite inferior,

corresponden a fracturas de la metáfisis distal o del pilón tibial; más hacia abajo ya son fracturas

epifisiarias.

5.2. Etiología

Este tipo de fracturas, con mucha frecuencia, se asocian a mecanismos de alta energía,

siendo los accidentes de tráfico y atropellos la causa mayoritaria. Además la población afecta suele

ser menor de 65 años.

Otras causas de fracturas de baja intensidad son las fracturas de estrés y las patológicas,

sin olvidarnos en el ámbito infantil, de aquellas denominadas “de los primeros pasos” (Anexo 1)

5.3. DIAGNOSTICO CLINICO.

Mecanismo de lesión.

www.elpais.com

Antecedente del trauma.

Dolor e imposibilidad para la marcha, deformidad y edema.

Realizar examen neurovascular de la extremidad.

En los casos con gran edema, gran resistencia a la presión de la pantorrilla, disminución del

pulso pedio, frialdad del pie y dolor a la extensión pasiva de los dedos, sospechar de un

síndrome compartimental

Equimosis.

Crépitaciones óseas.

Frecuente desviación de los ejes: angulación y rotación del segmento distal.

Bulas, generalmente de contenido sanguinolento: son indicio casi seguro de una fractura,

generalmente de graves caracteres.

Evaluación neurovascular de la extremidad antes y después de la reducción de la fractura.

(Anexo 2)

5.4. Consideraciones.

5.4.1. En adultos

Se produce por mecanismos directos o de torsión.

Las fracturas causadas por mecanismos directos son expuestas en un alto porcentaje. La

poca cobertura de tejidos en la cara interna de la tibia predispone a la exposición.

Las fracturas de tibia pueden o no ir acompañadas de fracturas de peroné. En el primer

caso, al mismo nivel si el trauma es directo; en el caso de mecanismo de rotación, la fractura de

peroné esta a un nivel más alto.

El peroné intacto impide en algunos casos la reducción y en ciertos casos evita la

impactación.

En las fracturas de tercio inferior de tibia con el peroné intacto, el fragmento inferior tiende a

angularse en varo, en cambio, cuando el peroné esta fracturado, el fragmento inferior de la tibia

fracturada tiende a angularse en valgo

En estas fracturas el síndrome compartimental es relativamente frecuente.

En el tercio distal de la diáfisis tibial, la vascularización es escasa.

La unión de las fracturas es más lenta y no es rara la pseudoartrosis.

La fractura de diáfisis tibial, junto con la fractura de diáfisis femoral, son las que con mayor

frecuencia presentan fallas de consolidación.

El rasgo de fractura del 1/3 medio o distal, con frecuencia compromete la arteria nutricia del

hueso, agravando aún más el déficit vascular.

La metafisis inferior presenta una vascularización aún más empobrecida, si consideramos que a

ese nivel la arteria nutricia está terminando en su distribución, y a ella no alcanza la vascularización

epifisiaria distal.

Está recubierta por cara antero-interna sólo por el tegumento cutáneo. El rasgo de fractura

oblicuo o helicoidal, con suma frecuencia desagarra la piel como un cuchillo.

5.4.2. En niños.

Fractura en tallo verde

www.google.com.ec/fractura+tallo+verde

En los niños la fractura típica es la espiroidea con peroné intacto.

En los niños entre 3 y 6 años se producen las fracturas las fracturas en tallo verde en la

metafisis y diáfisis alta, entre los 6 y 10 años generalmente es transversa.

El tratamiento generalmente es conservador.

La pseudoartrosis de tibia en niños es más difícil de tratar que en adultos.

5.5. Ordenes radiológicas.

Permite investigar:

Estado biológico del esqueleto.

Nivel de la fractura.

Anatomía del rasgo: único, múltiple, conminución, dirección, forma, etc.

Compromiso del peroné.

Desviación de los fragmentos.

Integridad articular tanto proximal como distal.

Ordenes a pedir:

Rx. AP y lateral de tibia.

AP y lateral de tibia, incluyendo ambos extremos articulares para poder

observar el eje de la pierna.

En fracturas expuestas en que se sospecha lesión vascular, ordenar

arteriografía.

5.6. Clasificación.

2.6.1. General.

1. Por su localización:

Diáfisis.

Metáfisis.

Epífisis.

2. Por su mecanismo:

Traumatismo directo.

Indirecto.

Torsión.

Cizallamiento.

Flexión.

Compresión.

3. Por su anatomía del rasgo:

Transversales.

Oblicuas.

1. Cortas.

2. Largas.

Espiroídeas.

Conminutas.

4. Por su intensidad:

Baja energía.

Alta energía.

2.6.2. Clasificación: (según la AO)

En adultos.

A Fractura simple

A1 simple espiroidea.

A2 Fractura simple oblicua con más de 30º de

ángulo.

A3 Fractura simple trasversa con menos de 30º de

ángulo.

B Fractura en cuña.

B1 Fractura en cuña espiroidea.

B2 Fractura en cuña en flexión.

B3 Fractura en cuña fragmentada.

C Fractura compleja.

C1 Fractura compleja espiroidea.

C2 Fractura compleja segmentaria o focal.

C3 Fractura compleja irregular.

2.6.3. Clasificación de Winquist para fracturas diafisiarias.

2.6.4. Clasificación de Gustillo para fracturas abiertas.

Tipo I

Sin conminución en el sitio de

fractura

Fracturas estables que permiten un

manejo ortopédico

Tipo II

Conminución o fragmento que no

compromete más del 50% de la

circunferencia del hueso

Permite contacto cortical >50% al

realizar reducción

Permite enclavamiento endomedular

sin bloqueo

Estabilidad axial

Tipo III

Compromiso entre el 50 y el 100% de

la circunferencia del hueso

Fracturas inestables rotacional y

axialmente

Requiere tratamiento con

enclavamiento bloqueado para ofrecer

estabilidad axial y rotacional

Tipo IV

Pérdida de cualquier contacto cortical

Conminución en segmento largo del

hueso

Inestabilidad axial y rotacional

2.6.5. Clasificación Tscherne y Gotze.

5.7. Órdenes y exámenes complementarios.

Si el paciente va a ser intervenido quirúrgicamente:

Exámenes de sangre.

EKG, en pacientes mayores a 40 años.

Valoración cardio respiratoria si es necesario.

En caso de sospecha síndrome compartimental.

Medir la presión compartimental.

Si se sospecha de lesión vascular.

Realizar eco Doppler y si es necesario arteriografía.

5.8. Atención inicial.

Inmovilizar el miembro con una férula posterior incluyendo el pie, el vendaje debe ser

compresivo.

El miembro se eleva unos 30º de la horizontal, aplicar hielo a nivel del sitio de la fractura.

Si hay mucho edema, levantar más el miembro hasta unos 60º aproximadamente.

La fijación interna disminuye rápidamente el edema; por eso, de ser posible no retardar la

intervención en caso de ser necesaria.

CAPITULO III

6. TRATAMIENTO DE LA FRACTURA DE DIAFISIS DE TIBIA

6.1. Fractura simple.

Fractura de trazo simple de diáfisis tibial

www.google.com.ec/imgres?q=fracturas+de+tibia

A1. Considerada como fractura estable por lo que se trata de manera

conservadora.

A2. A3. Si se asocia a la fractura de peroné, la consideraremos inestable, en este caso es

necesario la estabilización con clavo intramedular encerrojado.

En el caso de no haber desplazamiento el tratamiento puede ser conservador, primero con el

paciente sentado colocamos un yeso por debajo de la rodilla para realizar una leve tracción desde el

pie y aprovechar la gravedad, luego acostamos al paciente, y se completa al yeso hasta la ingle,

dejando la rodilla en 30º de flexión. Este yeso lo mantenemos por 2-3 semanas para luego cambiarlo

por un funcional por debajo de la rodilla y con apoyo patelar, con este yeso se aconseja realizar la

carga total sobre la extremidad. (Anexo 3)

En el caso de haber desplazamiento, bajo anestesia general se realizan maniobras de reducción, la

que se considerara estable al considerar los siguientes parámetros:

1. Contacto entre los fragmentos no menor del 50%

2. Angulación en varo o valgo no mayor de 5º.

3. Angulación ánteroposterior no mayor de 10º.

4. Rotación no mayor de 10º.

5. Acortamiento no mayor de 1cm.

Realizar control radiológico inmediatamente con el yeso puesto, en el caso de haber una

angulación inaceptable, se puede corregir realizando cuñas en el yeso.

Se debe realizar tratamiento quirúrgico cuando:

1. No se logra una reducción satisfactoria.

2. El paciente no es muy joven.

3. Tiene trastornos circulatorios.

4. Problemas cutáneos que dificulten su cuidado con el yeso puesto.

5. Hay osteoartritis en la rodilla o tobillo.

El tratamiento quirúrgico consiste en realizar un enclavijamiento cerrado. Indicando la carga

progresiva a partir del quinto día.

6.2. Fractura en cuña.

Fractura ipsilateral de la diáfisis femoral, manejada

con sistema UFN insertado de manera retrógrada

B1 B2 B3. En este caso es necesario utilizar un clavo intramedular con cerrojo

proximal y distal para estabilizar la fractura y evitar el colapso. Luego de este procedimiento no es

necesaria la inmovilización adicional con yeso. Cuando el control radiológico muestras signos

incipientes de consolidación a las 6 a 8 semanas, dinamizaremos el clavo quitando el bloqueo de

uno de los extremos del mismo, para permitir la compresión axial de la fractura y estimular la

formación y maduración del callo óseo.

La fijación de estas fracturas con placas DCP casi no se realiza, salvo en la fractura de

diáfisis tibial, cuyo trazo de fractura se extiende a la articulación de la rodilla o a la del tobillo,

también en caso de fracturas ipsilaterales de fémur y de tibia en donde hemos fijado la fractura del

fémur con placas y tornillos.

6.3. Fracturas complejas.

Fractura de diáfisis de tibia y peroné

www.google.com.ec/imgres?q=fracturas.

C1 C2 C3. Igual que las fracturas de B1 B2 B3.

6.4. Fractura de tibia y síndrome compartimental.

Se realiza fijación externa colocado preferentemente en el lado interno de la pierna y

realizando la fasciotomía, mediante un abordaje externo. Al actuar rápidamente disminuye la

posibilidad de que la hipertensión compartimental continúe hasta convertirse en un síndrome

oclusivo.

6.5. Fractura ipsilateral de fémur y tibia.

Estas fracturas deben ser tratadas quirúrgicamente con el mismo sistema de implantes, al

utilizar las placas DCP en ambos huesos, la carga no es un factor importante mientras se consigue

la consolidación; en cambio, permite una movilización precoz.

Si se utiliza un clavo intramedular en fémur y tibia, la carga puede permitirse tempranamente

así como la movilización de las articulaciones.

Por ser fracturas de alto impacto pueden producir fractura expuesta de tibia mientras la de

fémur es cerrada, en estos caso se utiliza el clavo intramedular en fémur, y fijación externa en tibia

de manera temporal por 2-3 semanas para luego cambiar por un clavo intramedular.

6.6. Fractura de tibia en pacientes politraumatizados.

En estos casos se fija inmediatamente de manera quirúrgica para permitir la movilización

precoz del paciente.

6.7. Fractura de tibia y lesión vascular.

El factor tiempo es importante, ya que entre menor sea el tiempo de isquemia mejor es el

pronóstico. Se debe estabilizar inmediatamente la fractura con un fijador externo, e inmediatamente

procedemos a la reparación vascular. Se debe preparar la extremidad contralateral para un posible

injerto de la vena safena. No hay que olvidarse de realizar la fasciotomía de la pierna afecta luego

de la revascularización.

6.8. Fracturas expuestas.

6.8.1. Grado I Y II.

Incluidas las fracturas por arma de fuego y de proyectil, previa irrigación y desbridamiento de

la herida, pueden ser tratadas con un clavo intramedular y con cerrojo proximal y distal. Si hubiera

transcurrido más de 6 horas, y luego de haber realizado la limpieza y desbridamiento, es

conveniente colocar una férula de yeso, instalar antibiótico terapia por 48 a 72 horas, para luego

utilizar un clavo intramedular.

6.8.2. Grado III

Previa irrigación y desbridamiento de la herida, deben ser estabilizadas con un fijador

externo. El que puede ser temporal y en mucho de los casos definitivo.

En niños se presentan fracturas simples: oblicuas cortas, oblicuas largas o transversas. El

tratamiento es conservador colocando una bota larga de yeso con la rodilla en flexión de 5º y con

taco de marcha.

Un acabalgamiento inicial de hasta 1cm puede ser compensado total o parcialmente por el

crecimiento. Las deformidades de varus de hasta 15º corrigen espontáneamente. Las deformidades

en valgus pueden persistir. Las deformidades rotacionales persisten siempre, especialmente las

internas. (Anexo 4)

Las únicas indicaciones para un tratamiento quirúrgico en las fracturas de tibia y peroné en

los niños son:

1. Fracturas que no pueden ser tratadas conservadoramente como: niños

politraumatizados, traumatizados de cráneo, quemados, etc.

2. Fracturas expuestas.

3. Pseudoartrosis.

CAPITULO IV

4. Complicaciones de la Fractura de Diáfisis de Tibia

4.1. Síndrome compartimental

Fasciotomía en síndrome compartimental.

www.google.com.sindrome+compartimental

EL síndrome compartimental (SC) se define como el aumento de la presión dentro de un

espacio cerrado por fascias, que afecta la viabilidad de los tejidos. Las dos formas de presentación

en este síndrome son la aguda y la crónica. El SC crónico puede aparecer con cualquier actividad

repetitiva capaz de aumentar lo suficiente la presión intracompartimental en cada caso. Las fracturas

de la diáfisis tibial son la causa más frecuente de síndrome compartimental agudo, presentándose a

una edad promedio de 30 años, más en sexo masculino. Con frecuencia en estas formas agudas

pueden asociarse flictenas en la exploración física.

4.1.1. Clínica

• Compartimento anterior:

– Dolor flexión plantar pasiva y limitación activa de dorsiflexión.

– Pérdida de sensibilidad del primer espacio interóseo.

• Compartimento lateral:

– Dolor pasivo inversión y eversión de pie y tobillo.

– Trastorno sensitivo en dorso del pie, sin afectar borde lateral.

• Compartimento posterior superficial:

– Dolor en zona posterior de la pierna con dorsiflexión pasiva y limitación activa de la flexión

plantar y trastorno sensitivo del borde lateral del pie.

• Compartimento posterior profundo:

– Dolor pasivo a la dorsiflexión, eversión e inversión.

• Existirá indicación de fasciotomía si:

– Cuadro clínico positivo (preponderante sobre todo lo demás).

– Presión intracompartimental: puede determinarse de varias formas.

1.30 mmHg con respecto a la diastólica en normo tensos.

2. Comparar con el lado sano y constatar una diferencia 30 mmHg.

3. La monitorización, que permite seguir la evolución.

4.2. Pseudoartrosis

Pseudoartrosis.

www.google.com.ec =pseudoartrosis+de+tibia

Se ha atribuido clásicamente a la pérdida de hueso, excesivo movimiento en el foco de

fractura, débil envoltura de partes blandas o pobre aporte sanguíneo. Los factores que aumentan su

incidencia son:

• Fractura abierta.

• Trazo de fractura transverso.

• Diástasis en el foco de fractura.

• Hábito tabáquico.

• Peroné íntegro.

Todas las pseudoartrosis o retrasos de consolidación en fracturas abiertas deben considerarse

como potencialmente infectadas.

Las recomendaciones actuales de tratamiento:

• Dinamización mediante retirada de tornillos de bloqueo (2º-3º mes) con/sin osteosíntesis del

peroné. • Fijación con placa de compresión +/injerto (asociado a descarga) y estimuladores

óseos.

• Recambio de clavo (no fresado a fresado y/o aumento de diámetro)

• Empleo de factores de crecimiento.

4.3. Dolor anterior de rodilla

Dolor de rodilla.

www.cosasdesalud.es/remedios-dolor-rodilla

En caso de emplear enclavado intramedular. No se observan diferencias en cuanto a dolor en la

parte anterior de la rodilla en relación al abordaje transtendinoso o paratendinoso así como tampoco

existen diferencias significativas en determinaciones de la fuerza muscular y pruebas funcionales

entre dichas técnicas.

4.4 Rotura de implante

Rx. AP y lateral de tibia.

www.andarines.com/primerosauxilios/fracturas.

La causa más frecuente es por la fatiga en los tornillos de bloqueo del clavo intramedular (10% a

40%). Dentro de este porcentaje lo más frecuente es un encerrojado estático asociado a una

composición de titanio. Los clavos suelen romper a partir del 3º-4º mes siendo precedida de rotura

del tornillo de bloqueo excepto en un 5-10% de casos en los que la rotura es primeramente del

clavo. Por esto no son recomendados clavos sólidos en fémur o tibia. No hay que olvidar que la

rotura del implante es sinónimo de pseudoartrosis, mientras no se demuestre lo contrario.

4.5. Infección

4.5.1. Aguda (<1 semana): el desbridamiento y el drenaje son el tratamiento de elección.

Hay que añadir antibioterapia IV durante 6 semanas como mínimo, manteniéndolo vía oral

hasta que la PCR se normalice. En caso de retardo en la consolidación debe valorarse el

aporte de injerto óseo, preferentemente de localización posteroexterna (mejor cobertura de

partes blandas).

4.5.2. Crónica: habitualmente existe secuestro segmentario. En estos casos debe extraerse

todo el material de osteosíntesis asociado a limpieza quirúrgica y hueso desvitalizado seguido

de fijación externa con aporte de injerto óseo de esponjosa autólogo para defectos <2 cm. En

caso de defectos de 2-5 cm se emplearán técnicas de fijación externa en donde se

contemplará la compresión aguda del foco y distracción ósea proximal o distal. Si el defecto

excede los 5 cm existe la posibilidad de emplear un injerto heterólogo de banco óseo o también

se puede acudir al clásico transporte óseo, con un mejor resultado global. La antibioterapia

debe ser IV al menos 6 semanas, valorando continuar vía oral hasta normalización de PCR.

Generalmente se asocian dos antibióticos, de los cuales uno podría ser cefalosporina o

ciprofloxacino y el otro rifampicina o trimetoprimsulfametoxazol.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES.

Luego de haber realizado un trabajo monográfico sobre fracturas de diáfisis tibial y sus

complicaciones, he llegado a las siguientes complicaciones:

En lo que concierne al objetivo general, al reconocer una fractura de diáfisis tibial, aplicar un

correcto manejo inicial y un tratamiento adecuado nos ayudada a disminuir las

complicaciones.

En cuanto al primer objetivo, al tener en cuenta la anatomía de la tibia, su inervación e

irrigación, podemos hacer una idea de a qué tipo de fractura nos encontramos de esta

manera pensar en posibles complicaciones.

En la que concierne al segundo objetivo, al ser identificada una fractura de diáfisis tibial,

debemos ayudarnos tanto de la clínica como de métodos imagenológicos para poder

encasillarla dentro de una clasificación adecuada, sin olvidar previamente haber dado al

paciente una atención inicial.

Siempre tener información actualizada en cuanto a los tratamientos de fracturas de diáfisis

de tibia, conjuntamente con un algoritmo de tratamiento, lo que nos ayudaría en gran

medida a un manejo adecuado de la fractura, en cuanto a lo que se ha revisado en este

capítulo hemos encontrado que las fracturas simples se pueden tratadas de manera

conservadora, o en el caso de no ser posible se puede utilizar un clavo bloqueado, en

cuanto a las fracturas en cuña y complejas el tratamiento se utiliza des de un clavo

bloqueado de elección e incluso se puede utilizar placas DCP, o inmovilizadores externos.

En fracturas asociadas a síndrome compartimental se utilizara una fijación externa más

fasciotomía. en las fracturas expuestas siempre previo a una irrigación y desbridamiento se

decide el tratamiento adecuado

Siempre debemos tener en cuenta la anatomía de la diáfisis de tibia ya que de esta

manera nos ayudaría en gran medida a conocer e identificar las posibles complicaciones

que se presentaran estas fracturas, ya que la cara anterior de la tibia es subcutánea, por

lo que la mayoría de las fracturas se vuelven expuestas, la vascularización es escasa,

favoreciendo al retraso en la consolidación y por ende a una pseudoartrosis.

En cuanto a la recomendación que haría es en referencia a las complicaciones que se

presentan, ya que cabe recalcar que por la anatomía de la tibia estas pueden ser muy

frecuentes por lo que recomendaría crear algoritmos de tratamiento de las

complicaciones más frecuentes para un correcto manejo de las mismas.

ANEXOS

UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CUENCA

COMUNIDAD EDUCATIVA AL SERVICIO DEL PUEBLO

UNIDAD ACADÉMICA DE MEDICINA, ENFERMERÍA Y CIENCIAS DE LA SALUD

FACULTAD DE MEDICINA

DISEÑO DE MONOGRAFÍA

I. DATOS INFORMATIVOS

1. TEMA:

“Fractura de Tibia y sus complicaciones.”

2. DIRECTOR:

Traumatólogo: Dr. Julio Guamán

3. INVESTIGADOR:

Sr. Félix Miguel Sacoto Maldonado

4. MÉTODOS:

Método Científico.

5. TÉCNICAS:

Técnica de la lectura científica.

Técnica Documentada

6. FUNDAMENTOS LEGALES.

Mediante el cumplimiento de los requisitos legales que la facultad exige como es haber

aprobado los cinco años de estudio, un año de internado, tal como establece el reglamento

universitario, estoy apto para presentar el diseño de monografía cuyo tema es “Fractura de

Diáfisis de Tibia y sus complicaciones” el mismo que será aprobado por el Honorable Consejo

Directivo, previa obtención del título de Médico.

II. JUSTIFICACIÓN:

Este tema fue escogido debido a que las fracturas de diáfisis de tibia se presentan en un alto

porcentaje, generalmente por accidentes de tránsito, estas pueden o no ir acompañadas de

fracturas de peroné, dependiendo el mecanismo del trauma.

Además trataremos las complicaciones de las fracturas de diáfisis de tibia que son muy

frecuentes y entre estas podemos encontrar el síndrome compartimental, relativamente

frecuente; la vascularización es escasa por lo que la unión de las fracturas es más lenta y no es

rara la pseudoartrosis.

En los niños entre 3 y 6 años se producen las fracturas las fracturas en tallo verde en la

metafisis y diáfisis alta, entre los 6 y 10 años generalmente es transversa, entre sus

complicaciones tenemos la pseudoartrosis, por eso la importancia de tratar este tema, con la

finalidad de aprender su correcto manejo inicial por el personal médico para llegar a un

tratamiento correcto y eficaz y de esta manera disminuir la incidencia de sus complicaciones.

El tratamiento generalmente es conservador.

La pseudoartrosis de tibia en niños es más difícil de tratar que en adultos.

III. OBJETIVOS:

1. Objetivo General:

- En el presente trabajo el objetivo está encaminado en reconocer una fractura de

diáfisis de tibia, dar una atención inicial, encasillar dentro de una clasificación

adecuada para llegar a su respectivo tratamiento y de esta manera poder evitar

complicaciones posteriores.

2. Objetivos Específicos:

CAPITULO I.

Anatomía de la tibia.

- Reconocer las estructuras anatómicas que conforman la tibia, su inervación e

irrigación, mediante una breve revisión bibliográfica.

CAPITULO II.

Fracturas de Diáfisis de tibia.

- Identificar, diferenciar, clasificar, llegar a un diagnostico y actuar de manera adecuada

ante una fractura de diáfisis de tibia, para lo que nos valemos de los antecedentes del

trauma, la clínica, métodos de imagenológicos, sin olvidar dar un manejo inicial

adecuado de la fractura.

CAPITULO III.

Tratamiento de fracturas de diáfisis tibial.

- Conocer las técnicas de tratamiento clínico o quirúrgico, según la complejidad y el tipo

de fractura, mediante una clasificación actualizada, la que nos permitirá un manejo

adecuado de la fractura.

CAPITULO IV.

Complicaciones de la fractura de Diáfisis de tibia.

- Conocer las complicaciones post-fractura de diáfisis de tibia, realizando una valoración

integra de la fractura, y de esta manera reducir sus complicaciones.

IV. RECURSOS:

1. Institucionales:

- Biblioteca personal

- Biblioteca universitaria

- Universidad Católica de Cuenca

2. Humanos:

- Al Dr. Julio Guamán Catedrático de la Universidad Católica de Cuenca, Unidad

Académica de Medicina, Enfermería y Ciencias de la Salud.

3. Materiales:

- Material de escritorio

- Equipo de computo

- Material bibliográfico.

4. Técnicos:

- Internet

5. Económicos:

- Autofinanciamiento

V. ESTRUCTURA:

1. INTRODUCCIÓN.

La misma será redactada al concluir el trabajo monográfico.

2. CONTENIDO

CAPITULO I

FRACTURA DE DIÁFISIS DE TIBIA Y COMPLICACIONES

1. Anatomía de tibia.

1.1. Cuerpo.

1.2. Caras.

1.3. Bordes.

1.4. Extremidad superior.

1.5. Extremidad inferior.

1.6. Irrigación.

1.6.1. Arteria tibial anterior.

1.6.2. Tibial posterior.

1.6.3. Arteria perónea.

1.6.4. Venas.

1.7. Inervación.

CAPITULO II.

Fracturas de diáfisis de tibia.

2. Fractura de Diáfisis de Tibia.

2.1. Definición.

2.2. Etiología

2.3. Diagnostico clínico.

2.4. Consideraciones.

2.4.1. En adultos

2.4.2. En niños.

2.5. Ordenes radiológicas.

2.6. Clasificación.

2.6.1. General.

2.6.2. Clasificación: (según la AO)

2.6.3. Clasificación de Winquist para fracturas diafisiarias.

2.6.4. Clasificación de Gustillo para fracturas abiertas.

2.6.5. Clasificación Tscherne y Gotze.

2.7. Órdenes y exámenes complementarios.

2.8. Atención inicial.

CAPITULO III.

Tratamiento de las fracturas de diáfisis tibial.

3. Tratamiento de la fractura de diáfisis de tibia.

3.1. Fractura simple.

3.2. Fractura en cuña.

3.3. Fracturas complejas.

3.4. Fractura de tibia y síndrome compartimental.

3.5. Fractura ipsilateral de fémur y tibia.

3.6. Fractura de tibia en pacientes politraumatizados.

3.7. Fractura de tibia y lesión vascular.

3.8. Fracturas expuestas.

3.8.1. Grado I Y II

3.8.2. Grado III

3.9. Algoritmo de tratamiento de la fractura de diáfisis tibial.

CAPITULO IV.

Complicaciones de las fracturas de diáfisis de tibia.

4. Complicaciones de la Fractura de Diáfisis de Tibia

4.1. Síndrome compartimental.

4.1.1. Clínica.

4.2. Pseudoartrosis.

4.3. Dolor anterior de rodilla

4.4 Rotura de implante

4.5. Infección

4.5.1. Aguda.

4.5.2. Crónica.

Conclusiones.

La misma será redactada al concluir el trabajo monográfico.

Bibliografía

………………………………… …………………………………

INVESTIGADOR DIRECTOR

Capítulo I

Anatomía de tibia.

Anexo 1.

Anexo 2.

Capítulo III.

Tratamiento de las fracturas de diáfisis tibial.

Anexo 3

Anexo 4

BIBLIOGRAFÍA

1. ALCIVAR, Eduardo, ALGORRITMO EN EL TRAUMA ORTOPÉDICO. Pág. 313-324

2. GUSTILO RB, KYLE RF, TEMPLEMAN DC. FRACTURAS Y LUXACIONES. Año 1996. Pág. 901-

44.

3. ESCARPENTER JC. PSEUDOARTROSIS DIAFISARIAS. Editorial Ciencias Médicas. La Habana.

Pág. 211-224.

4. SILVERMAN, Fernando, ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA, 2° edición. Año 2003

Editorial Marbán. Pág. 128-147.

5. ROUVIERE, H. ANATOMIA HUMANA DESCRIPTIVA Y FUNCIONAL, decima edición, Editorial

Masson. Pág. 313-538.tomo III.

6. Anexos.

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