floiies -...

18
P o r "1 Dr. Fi,riiando FLOIIES G\l<(.i 1 E'ti r,.<ti, <,ii.ayo. ~tn,triirltmoiiil~tnitar;ilguiias <le la.< raiiias de iIc.ficicii- (.¡a dv iiiii.stro sisL<lma <Ir a<lmini.~trarii>ri de jiiiticia. Unas son causas directas y otrn- actúan dr mmrra mctliata y aún remota, p r o cuyo t.-tuilio di. nin,oiina manr,ra puedr m~~nospreciarsc. En niicstra ~xpo-.icii>ii, iiitrntarcmos ofrrcrr solucion~s s los trrnns qiic tiirs pwocu1>an, qur no aspiran, rri niripún inodo. n ser ab.;oliitas o ialr<lc- 1a.s; so11 las inqiiirtas maiiif~ctncionrs d d qiic principia a asomarse a la ~~robl~initica del dcrrchn y a la ~ncrucijada de cii nplicacibn rii la vida rrtil. Coiivirnr adrertir quv los ractori~s qui creemos (Irlirii mrjorarii. pr<idii- cirioii un cfccto coarly~iisnit <-n la rrsoluciíiii del prohl~ma integral dr riucc- ira aclniinistraci6n (le justicia. Prnsanioi qiir ron la iinplantacii,i> dc la col~~iarióii ol,ligatoria; ron cl coriirol iirl pjprricio prolcsioiial: con Ia aiiopciíin de un Ci>dipo deoniolí~gi- <.o; coii 1:i crraciiiii y organización <le Ins carrrras judicial y pura rl Mini;- trrio Piihlico; con la reiioracii>n r,rtriictriral >- rl aumento de los tribiiiiole-; con cl cnrnhio d~ ~i~t~nias lic~la,níigicos y dr proFramas dr las E~cuclac v Facultade di D~,r~clio: qiiizi roii pl ~~s~al>l<~cirnirnto dt.1 cervicio prafrioiral obligatorio. tic.; I~odriamos aspirar n niijorai- \arias dr In; iinp<,rfercioni,c nctiiales. De. aciitnio con la importaricia y por la tra.sccridcnciii indis<:uiil,lr de la Iiiririi,n ji~ris<liccio!ial rii i.1 ~iroccso.mrrlio 1,nra cniiiilizar lo. ronflictos jii- rí<liros; ' r; iierrsnrio rt,f~rirsr i.ri lirirnr,r tériiiirio. a los prol>l<.rnas qu~ ati- ii<,ii al jiir,z. al jozFador. - 1 Fraricisco <:urnclutii. ,\i.srcmu rle Dcircho Prncrrul Civil. 'l'ruiliirción d~ Nireto ;\lcaiá~Zamora 5- Castillo y Sa~iii;igo Scntis hlciriido. Buriios Airrs 1944. Tnmii 1, pp. $7~19. En el mismo srriri<lo Niii.ti> .\lriló-Zzmoin y Ciistilio. I'rucr50; ouiucornj~~~siciii~ y ~z~~fr~~~c/~~n.sn. hT4viko 19.17, pl~. 12. 1:3, 99 y SS www.derecho.unam.mx

Upload: phungdat

Post on 25-Sep-2018

213 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Por "1 Dr. Fi,riiando FLOIIES G\l<(.i 1

E ' t i r,.<ti, <,ii.ayo. ~tn,triirltmoi iil~tnitar ;ilguiias <le la.< raiiias de iIc.ficicii- (.¡a dv iiiii.stro sisL<lma <Ir a<lmini.~trarii>ri de jiiiticia.

Unas son causas directas y otrn- actúan dr m m r r a mctliata y a ú n remota, p r o cuyo t.-tuilio di. nin,oiina manr,ra puedr m~~nospreciarsc.

En niicstra ~xpo-.icii>ii, iiitrntarcmos ofrrcrr solucion~s s los trrnns qiic tiirs pwocu1>an, qur n o aspiran, rri niripún inodo. n ser ab.;oliitas o ialr<lc- 1a.s; so11 las inqiiirtas maiiif~ctncionrs d d qiic principia a asomarse a la ~ ~ r o b l ~ i n i t i c a del dcrrchn y a la ~ n c r u c i j a d a d e cii nplicacibn rii la vida rrtil.

Coiivirnr adrer t i r quv los ractori~s q u i creemos (Irlirii mrjorar i i . pr<idii- cirioii un cfccto coarly~i isni t <-n la rrsoluciíiii del p r o h l ~ m a integral dr riucc-

ira aclniinistraci6n (le justicia.

Prnsanioi qiir ron la iinplantacii,i> dc la c o l ~ ~ i a r i ó i i ol,ligatoria; ron cl

coriirol iirl pjprricio prolcsioiial: con Ia aiiopciíin de un Ci>dipo deoniolí~gi-

<.o; coii 1:i crraciiiii y organización <le Ins carrrras judicial y pura r l Mini;-

trrio Piihlico; con la reiioracii>n r,rtriictriral >- r l aumento de los tribiiiiole-; con cl cnrnhio d~ ~ i ~ t ~ n i a s lic~la,níigicos y dr proFramas dr las E~cuclac v Facul tade d i D ~ , r ~ c l i o : qiiizi roii pl ~ ~ s ~ a l > l < ~ c i r n i r n t o dt.1 cervicio prafr ioiral

obligatorio. t ic . ; I~odriamos aspirar n niijorai- \ar ias dr In; iinp<,rfercioni,c

nctiiales.

De. aciitnio con la importaricia y por la tra.sccridcnciii indis<:uiil,lr de la Iiiririi,n ji~ris<liccio!ial rii i.1 ~iroccso. mrrlio 1,nra cniiiilizar lo . ronflictos jii- rí<liros; ' r; iierrsnrio r t , f~r i r s r i .ri lirirnr,r tériiiirio. a los prol>l<.rnas q u ~ a t i -

ii<,ii al jiir,z. al jozFador. -

1 Fraricisco <:urnclutii. ,\i.srcmu rle Dcircho Prncrrul Civil. 'l'ruiliirción d~ Nireto ;\lcaiá~Zamora 5- Castillo y Sa~iii;igo Scntis hlciriido. Buriios Airrs 1944. Tnmii 1, pp. $7~19. En el mismo srriri<lo Niii.ti> .\lriló-Zzmoin y Ciistilio. I'rucr50; o u i u c o r n j ~ ~ ~ s i c i i i ~ y ~ z ~ ~ f r ~ ~ ~ c / ~ ~ n . s n . hT4viko 19.17, p l ~ . 12. 1:3, 99 y SS

www.derecho.unam.mx

161 FERNANDO FLORES GARCI.3

Los problemas del fiel deetmpeño de la misiúii judicial revisten innume- rables y complicadas facetas. Sin embargo, nos atrevemos a afirmar que una fórmula que ayudaría a solventar muchas dificultades, sería la implantación de la carrera judicial.

La diversidad de criterios sobre el contenido de la expresión "carrera ju- dicial", obliga a detenerse en este primer tema.

Para algunos autores, "carrera judicial" sig~iifica la siiiiple permanencia o continuidad en la función de juzgar. Sentis Melendo, objeta esta concep- ción diciendo que "aunque la permanencia es mucha, sin embargo, no llega a dar el sentido general de carrera; es sólo uno de los factores de la ca- ~ r e r a " . ~ Otros autores como E. Pallares, entienden que es la profesión que ejercen los funcionarios judiciales o la "serie de grados desde el más infe- rior hasta el superior, por loc. cuales van ascendiendo los funcionarios judi- ciales", o bien, como afirma Carnelutti, es el conjunto o la escala de los grados del oficio judicial. Personalmente creemos que el concepto de carrera judicial debe abarcar la idea de tránsito por etapas o escalones progresivos recorridos por los jueces profesionales, incluyendo el peldaño de ingreso y finalizando con el retiro.

Determinado así el concepto de carrera judicial, lo que se entiende por ella, examinemos los presupuestos ineludibles que deben otorgarse a quien administre justicia, las garantias judiciales.

Para el Estado moderno resulta indispensable rodear a la organización y a los funcionarios que administran justicia, de un conjunto de garantias que permitan y protejan el fiel desempeño de la jurisdicción. Aceptada unánimente la trascendencia de la misión judicial llamada por Stammler, ' 6 sacerdocio judicial", sobre la que tan connotado jurista expresa: "si hay alguna profesión que pueda servir de modelo a toda la sociedad, es precisa- mente la profesión del juez, por esto, los llamados a velar profesionalmente por el Derecho pueden, dice Stammler (nosotros emplearíamos, deben), brin- dar un magnífico ejemplo a cuantos les rodean. No es ésta la primera vea que se advierte que el estudio de la jurisprudencia es la mejor escuela para el estudio de la lógica y de la critica del conocimiento en general". '> Debido -

2 Santiago Sentís Melendo. Trorio y Prúcrica del Proceso. Ensoyos de Derecho Procesal. Buenos Aires, 1958, Vol. 11, pp. 15 y 21.

3 Eduardo I'allarec. Diccionario de Derecho Procesal Civil. México, 1952, p. 80. 4 Carnelutti, ob. cit. Tomo 1, p. 362. o Rudolf Stammler. El Juez. Trnduecijn y prólogo de Emilio F. CamGs. Habana

1941. pp. 111 y 112. Stammler reproduce el siguiente pasaje: "Los Juristas -dice Ulpiano al comienzo del "Corpus iurisn- somos sarrrdotea, "pues velamos por la Justicia y difundimos f1 eonocimie~ito de lo l>ueno y dr lo justo". p. 113.

n ello iio se purd<-il <Ic.sciiidai- los ciii.iin.~t;inria.s, li>rmu!as j- mpdidas que asrgureii y ~iiti,len la f u n c i i : ~ ~ jiii-isdir.ri<i~izil. S e n ~ i s Al<alrndo por su parte sostiene que "sítlo con uii sentimiento de eacerdocio. sc pueden ejercer ciertas f i inc ion~s y j > u e d ~ prrtrnccrr a d ~ t r r m i n a d a i carreras: así la fun- ciúii del juzgar y la carrera jiidicial"."

Ilrfirimonos ahora a lar garantías q i i ~ drhrn otorgari? a la judicatu- ra, d e car ictcr económico: d e indepen<ieiicia, ~spc i ia lmcntc la iiianiovili- dad : y a las honoríficas.

El jiiez debe tener garnritias iie naiurnl(.xi económicn, qiir le l)r,rniitan, sin preocul>arioncs materiales. consagrarse i l ~ manera cabal a la compleja y nohlr farra d r aplicar pl Dprrcho. En primrr lugar. r e í u l ~ a inobjetable q u c debc retribiiirselc, si iio con la ~?plriididi,z di.1 juez ingl&s, rii ocasiones fur ra dr 13s ~iosibilidadrs I~rr.~iipucstales o del critrria <le al:iirios ~iaises, si ron p<~rct~pcionrs qiie le Iiagan posihlr iiiia vida c6mods y decorosa. dado e1 prestigio social con que d ~ b i : rc~vt~itirs,~ a tan drlicada fuiici6n. Lnsor, en ?u famoso rstu<lio co~nparativo, " J I I C C ~ E y T r i h u n a l ~ s ~ I I Iiiglatrrra. Fran- cia y Alemania". miirstra la n o t a b l ~ difrrrircia a fal-or d~ la- jui.ci..; hritáni- ros cii ciianio a sil rr~rnii~icración. '

Se Iia arFumentado que jamis podrii Iiag;irsr rin al ario. por alto qiie ts te sea. q u r haga dr~: iparerrr rl peligro dc trritar al fiincioiiario judicial hacia el rohecho. Empero, nos preguntamos ¿,no rs mayor pl riesgo, cuando el jupz recibe i i t i ~ . i l r ldo qi i i Ir impide s a t i ~ f a r c r s i q u i ~ r a siii má.9 alircrnian- tcs nec~sidudes?

El rminentc prorrsalista .4lcal~i.Znnioro sosiirni qiip "rina rctribuciím adecuada pjercc favorahlr influjo eii el nirjoramirnto <Ir la judicatura, atra- yeiiclo hacia plla candidatos m i s capacitados y rvitanclo qiic dc rlla dpsprtrn ron Iiarta frccueniia los butmos magistrados. I'agrir hirn a l o i jurces no es, P I ~ C S , lujo ~1~prr/l110. sino n<.residad rsrririnl".

También se ha discutido la convcniriicia o las d rs~c i i t a ja> de uti sistcnin de ascciisos o promociones para los mirnihros d e la jiidicntura. Es w t r <.1 segriiido I>roblema a estudiar rt,specto di, la.; garantías ccon6micas del juez.

IJnn 1,osición sobre F F ~ F tvma es la a~!ol)tada m i Inglaterra; donde r l jucz es noiirhra<lo rii rigor uin yosibilidad di: ~ivcoiso; como apuntaha Coilturr, - " 018. vit. Vol. 11. p. 19.

7 R . C. K. Eii;or. J I L ~ . C < , ~ i l'ri/,nerilrs ea I i i g l « i c r i i i Frnnrin y ~llernariio. Tradiic- ción de Emilio Cbnirz Oiliairijii. hladr id 1935, ji j r . 15 y lo?.

Vici<.rto Airnli-Zam<ii.i (.aiiil!o Ricnr<!o J.c,i<mc hijn. D<~mchri Pio<csul Pemzl. Diienos Airr.; 1915, 70inn 1. 11. '178. El +~il ,r: iyni!o iio i s <ir1 t t w o oiipiiial.

O Lduai<ia J. Coitiiiri. L« .lri~ririn Iiikli>a. \loiitr\i<lco 1913, p. 9.

166 FEKNANIIO FLORES GARCIll

donde el juez británico nada tieric que aspirar; su ministerio no es punto de partida, ni un instante de tránsito, sino tin punto de llegada. V u e r a d,, ese caso, el método aconsejabli: rs aquel en que se consigne la oportunidad y el estímulo de ofrecer condicionrs niás favorables en los niveles o grado. superiores. "Además, la supresibn de las categorías judiciales en parte al- guna existe, ya que viene impuesta por muy distintas consideraciones: ejer- cicio dc In potcstad disciplinaria, diferente complejidad cn los litigios, or- deiiaci6n nacional de la vía impii~nativa, conv~niencia de iinificar la jurie- prudencia, etc.; y puesto que la organización judicial se <:oiriponr de distili- tos pt-ldaños, es natural y justo que se permita, en principio, el tránsito d<, tinos a otros. Nada justifica, en efecto, que a ciertos ciudadanos se les ad5- criba de modo prrmaneiite a las categorías inferiores, mientras que a otros se les reserven en igual forma las posiciones más elevadas". 10

Sentis Melendo, es otro partidario de la existencia de promociones y a?- censos escalafonarios, al manilestar que el escalafón dehe constituir una se. guridad y una tranquilidad para el funcionario judicial; pero no un peli- gro para la funcibn al permitirlr al funcionario perder todo estímulo y aban- doiiarsr a la más absoluta rutina. cn la confianza de que, viviendo en pleno letargo, avanzar& a igual ~ U E O que el funcionario estudioso y preocupado constantemente por los asuntos que ha de resolver. l l El misnio autor pro- pone un buen estudio de la orpanización de la carrera judicial, ion un sis- tema escrupuloso de irisliección de la labor desarrollada por los jueces desig nadas, hacer una clasificacibn de sus méritos, etc., para que en cl caso di, producirse plazas vacantes cn la judicatura sr formen cuatro grupos u tur- nos, cubriéndose una vacante por rigurosa antigüedad, coi1 el funcioiiario que ocupase e1 primer puesto de la categoría inferior; otra, por clasifi- cación de méritos entre funcionarios de esa misma categoria inferior; la tercera, por méritos, que hatríaii de ser excepcionales, e n t r ~ funcionarios de categorías inferiores, aunque no perteneciesrii a la inmediata, y que llena- sen determinados requisitos objetivos (núniero de años d r servicio, en pri. mer lugar) ; y la cuarta, por oposirión entre funcionarios de catrgorías inferiores que, sin nota en contra en sti expediente, solicitaran tomar parte en ellas. ' 2

Menciónase en tercer lugar dentro de las garantías económicas, la ju- bilación, en vista de que los autores y las legislacioiies modernas están

1~Alrulá-Zamora y Castillo. Derecho p i o c e i ~ l penal. cit. Tomo 1, ,>p. 278 y 279. 11 Ob. cit. Vol. 11, p. 250. 1"~rntis Alclrndo. 01,. cit. Vol. 11, 11. 27.

arortiri rii estimar (IIIP t-1 j u u ileh? estar pi.otcci<lo ci ta lutai . in~ni~t i l~~ al lli.- g : x ir. v v j r z o nlguna cnfrrmvdad o ii,cnl,nii<l.id fíilrn o niental.

.\ri:llizndos al:unos ~ ~ r o b l r m a s soiire In. ~arni! i ia : icoriAriricas di,l jiii,i. ii.:?i:;ii. ni1i)in ii i l rcqliiiiio <!t. i ,-riiri:~ )ia;.i i;!i,i cft.<.tira a,lrrii1ii~trac¡6ii (Ic jii..ticia. la i~ld<. ,~<,ndr ,r~ci jiidicial. 1.0 l:iiiiii,ro (~r i r :!i,l>i. i.xiniic<, iii, i i n ; ~ iii:!gi-traiiirn r; qiic sca iridr~~icridiri;rc: ' ~ u t . SUS mit ,n~I>r~, . iio rqt6i1 a1 al<aii- c t ~ <!v 1'1 iz t f l~~encia 11i <!rI ( ~ u I ) i ~ r i ~ o . ni ( i v 10. p:~rii<i<~s lmlitico?. ni (Ir otros ~>'~c!vrc- (!c. Ii<,!.lio qiir p x e j a ~ , ejcrc<.rsr a Irati. dc.1 ( ;o !> i~rno . ;,(:<;IIIo a<!- iiiiiir. :ilii:na E n w r . <?ti<: cl i:onil>l-anii<aii:o i < > ( 1 a-csit,io) 4,. 1111 Jucz O ~ P .

, l a c a ii !;ioti\-o< pi>liti<:os? ':'

(:<~lairiiiiir¿r~i rl;lir,.inl~a: " 'S« coiio~co olio iificiu :,:ir. m i s que el 0:. j i ir .~. m i j a cii q!~ii.n Ir> ~ j r r c e 111ei.t~ .scriti<lo <Ic viril digiii<lad; s~nt ir l<> q i i ~ ol~l ika a !.usvai- rii la /~rol)iil c o ~ ~ c i ~ ~ n c i a . mi. qiir rri la- opiniorics ajena-. In ji~-tiljiiiciil~l d ~ l l)ruiiio uhrar. y as~ini i r <1<, lleno. 3 cara dcsciihicrla. 1.1 i r i - p ~ ~ ~ ~ a l ! i l i r l a d .

J.:] i i i<!c[vncIt~ii~~ia (11. lo; j i l ~ c c , ~ . ~ ; t o c.-. t.1 j>r i i~<il i io i ~ ~ ~ l i l u ~ i i i ~ i a l por i.1 , : . id . l i i i.1 iiiu:ntiiili> rii qiir juzgan. dcl~cii i:,iiiii-i. li1,rr.s d<: lodo su!ii>r-

~iiiiai.i<i~i jcriiqiiica. v i uii iiliro ~ir ivi l ryia rj i i i irnl,oiii .i qiiieii lo diifrota r.1 \:ilor iIc rt,-~>oririir <le iu- acto5 sin i.-cririil,~ist~ tras la ci>moda j)aiitalla dc I J o:.<Ic,~: ,¡VI ~ ~ ~ l ~ ~ ~ r i ~ ~ r ~ ' . . .

, I L I C ~ I ~ > i i t ~ juvz < l , , l ~ < , scotirw ~L~ICI I :LZ~! ! !C .w 1unci6~1; l ,a~-a <4lo delw ;irutrg,!~-r;v coiiira todo iritr,iito dr desi-iailc del c~i~n~il ini ic i i to csiricio y cs- c i ~ i ~ . ~ ~ l o > o (11. cii <lrhi,r. !ii.orr,iiga de qiii~.~ti 1iroici;cn y sea cual 1ul.i-a la

f o r i ~ i : ~ q l i ~ ri.ri-La. li Si UI I acto jiiridicr~ i iialqui~i:i I)urdc 5t.r iniali,lado ivi

i:wo dc inrdiar r io l~ t ic ia lísica o moral. qué caiicií~ii \aldiíti srñalni a la si- tuai.ibii < i i t i r s y <I<.licada q u e arnriiacc al jiicz eii sii Iiiiici<jli ~iúbl ica.

( . ' h i ~ ) ~ ( ' r ~ ~ l < ~ . ' l i decla1.a que hay utia i r~coml~a t i l~ i l id i~d 1>*icoiógica entre r l oficio dt, lr,yislar y rl (le actuar la Ir?; in<:oinl~atihilidad todavia mayo!.. quv i c ~ r c . s c n t i ~ V L I I ~ F 1.1 oficio del adrniiiistra<ior y rl oficio jurisdiccioiial. por- <1:1<, aqut,i I ' L W ~ F <lominado por la coniidrraci611 d ~ 1 iilirré- dr l Estado. I<n iiui=tio país, VP ha dicho por Cns~i l lo Larrañag,~ y por De f'inu :llil<in " --

1:' 0 1 ) . cit., ,#,l. 110 y 117. Ii 1'ir:io (:alarnandrei. Elogio <!e 1,is jiiecei i,rciiro iii,i un ,t!~o~ndc>. l'iadnrciin

ilt. S~~nrin.o Srn t i hlrlin<lo r Isnac J . \Irdina. Madrid. 1936. 11. 127. .Zlrali-Zarnora y Castiilo. Ucreclio i>roierol perinl. cit. Toma 1, 11. 279.

"' So~i : (:! i ioi~ndu. P<incipioi rlc Derecho Pii~cesul Cicil. Tradueeióii de José c . aC;iis . . y 5nnialÓ. i l~<ir i<i , 1922. 'i'o~no 1, ( 3 , ,358.

1 7 Sosi: (:asti!lo Larraiinga y Raf;ii.l i I < , 1'i:iu. Insriiu<i<ines de Derecho Procesnl Ci- vil. I l i x i c n , 1946. 1,. 72.

168 FERNANDO FLORES GARCIA

que el papel que los órganos del Ejecutivo realizan con relación a la justicia no les autoriza para inmiscuirse en la esfera de lo jurisdiccional: la Admi- nistración pública debe servir al Poder Judicial, pero no le manda.

Resulta indudable la conveniencia de que la función jurisdiccional S P ~

confiada a órganos autónomos, independientes, para que el que aplica la ley no siga más norma que la que él estime ser la voluntad de la ley con- forme a su ciencia y conciencia. 's

Estamos convencidos de que no sólo debe ser la función del juez inde- pendiente de la influencia de organismos externos, sino de los elementos de la propia judicatura que ocupan los cargos superiores, que pretendieran aconsejar, insinuar, intimidar a los inferiores con el pretexto de la jerar- quía administrativa y disciplinaria. Es necesario que todos los jueces resurl. van siempre los asuntos que se ventilan ante ellos con el mismo grado de libertad y de respeto establecidos por la ley.

Asimismo, el funcionario judicial debe estar amparado contra la malé- vola influencia derivada de las actividades delictivas de las partes del jui- cio; contra las dádivas: ofrecimientos, violencias, amenazas, etc., de los jns- ticiables. Afortunadamente, en este renglón las normas positivas de todos 1oq paises civilizados previenen y sancionan esta protección a la independencia funcional de los jueces.

Consideremos ahora, uno de los temas centrales de la temática escogida para este ensayo, la inanlovilidad judiciul. No basta con dotar a la judira- tura de la independencia de la función, sino que el propio juez necesita tenrr la certeza de que no será removido arbitrariamente de su puesto; es preciso asegurar al funcionario judicial la estabilidad en su empleo. Además, la inamovilidad de los magistrados reposa en motivos de orden público muy respetables: no es como con frecuencia se finge creer, afirma Garsonnet, sólo un privilegio del juez sino una garantía establecida a favor del justi- ciable; no únicamente se establece para favorecer la dignidad del juez, ni en interés de su tranquilidad se le coloca en esa posición envidiable; es para que encuentre en su independencia el valor de resistir a las presiones y anie- nazas, de cualquier parte que puedan venir y de castigar por ello, a todos los culpables.

Desde este punto de vista, el principio de la inamovilidad debe forta- lecerse estableciendo en las disposiciones legales mayores dificultades para el acceso a la judicatura y que impidan conferir funciones irrevocables n

personas incapaces de desempeñarlas bien.

1s Chiovenda. Ob. y loc. cits. 19 Citado ftor E. i'ailiirrs. 011. vil.. 1.. >!3.

1.a iriamoiilidad es csericial cri r.1 sistrma d e la división de poiieres. soytiene Kccn. No es p ~ ~ i l - l ~ I>reiciiidir rle ella ~i se liilsrn riar n la justicia r l c a r i r t i r de poder c?cl Estado, in<lcprridipnte y libre dcntro dc su órbita de arcibn.

Encontradas opiriioncs doctrinalcs y poiiiiras legislativas se han rlabora- do en torno del concepto d e inamorilidad. Para algunos juristas la inamo- vilidnd es una investidura vitalicia; 21 así. Stunzrnler seiiala que hay que maiitriipr a los tril>iir~ales alcjacloi dv la* incidencias d e la política diaria. lo que evi<lrncia la n~ces idad de que los jueces 5cari iiiamovibles de por vida y súlo puedan s r r separados de su cargo p a r incapacidad para ejrrcerlo o por srritemcia judicial. Tal d r~ ignac ibn vitalicin rio va en contra de los pos- tulados repiihlicanos, '- sino que garantiza plrnain<,ritr el desemy>eño del en- caryado dr la administración de justicia.

Otro srctor de ailtorcs opina quc no c. rivcr?ario para lograr la iiidp- prn~lencia del jiiei qiic sus fiincionrs le svan otorgadas de por vida, y cs suficientementc inamovililr si tiene la srguridad de que no s e r i d r ~ l i o j a d o d e sus furiciones antes de que dchan cesar d e manr ra regiilar. 23 E. Pallarcs nos proporciona una trrcera idea ?obre la inamoviiidad judicial consistentr en que una vez nombrados los jiieres. éstos duren eii SIIS liiiicionrs mipntrai no haya causa ju.stifirada que exija $11 rptiro o ruan<l« han llegado a de- terminada ?dad en que se siiporic ya no son aptos para ejercer la magis- tratura. 2: Coincidiendo con este concepto, Alcalú-Zrrmora rrco:e y corrige la fórmula de In Ley d r or,oanizacibn judicial española de 1870 definiendo la innmo<ilida<l ju<licial conio el dcrvcho qi i i tipnrn los jueces y magistra- dos a rio ser dpitiiui<los. siispensol, trasladados ni jubilado.; sino por al. giir~a 'Ir !as caiwas y conformp a las dispoiicionrs qtie en cstc tíiiilo Sr

expresan. 1.a C o n ~ t i t ~ i r i b n Po!ítir.a I l rx i rana dr 1S)li señala csta situación para los

juccc-. feclrrales ~n rl !itirrafo final ilcl artículo 91: "Los Ministros d e la Siiprrmn Cortr dr Juuticia lio<lrán fe r privado? d r 511s pucstos ciiando obser. vrn mala cori<liicta. <lc at::irrdo con la parte final del ariiciilo l l l o prcvio el iiiirin di; rt,s~ioiisahili<!a<l cori-rsponrliriite". Y r l trxto d r ~ s r prpcepto cons. titiiciorinl r:i la par i r coiiilncr~ite (iisrronr qiip "F1 Prrsiclrntr d~ la Pirpii.

(:iaiiü~io R<i;i. irinm<iiiiiiiri<! di los jiic,r,.;. Hiii.ii<i; ,<iir-, 1933. p. i?. 3 01i. vil.. 1). 94. 13 (. ,ur5i,iitirt. . citado por f. I'.iiiari~s. ul,. y l<ic. ciis.

2:' E. P;illiri.s ;itriliuyr csre p i i r i t r ? di. i i - i a a (Gniboiiiirt. 01,. r Iuc. riis.

24 E. I'rilluris. O!,. cit., p. 243. . , -. - . L)riei i i i i i,ici<ri<i! ,><nul. Ci:. l'<:rni> T. p. 3 2 .

170 FERNAKDOFLORESGARCIA

blica, antes de pedir a las Cámaras la destitucióii de algún funcioiiario ju- dicial, oirá a éste, en lo privado, a efecto de poder apreciar en conciencia la justificaciiin de tal solicitud".

El mismo iratamieiito se dio eri nuestro país a los jucccs del fuero co- mún, pero el precepto correspondiente fue reformado. No obstante, es po. sible que, de inteiitarse el restablecimiento del principio de iiiamo~ilidad, simultáiieo con la adopción de un mejor sistema de eleccióti de jueces, se logrrn los resultados apetecidos.

La inamovilidad ha sido especialmente estudiada por iiuestros juriicon- sultos; fue discutida en el seno del Congreso Constituyente de 1917 y coi1 exreliciiiii de dos votos fue aprobada la inamovilidad en el texto de la Coristiiución. Con prudencia reconiendable disponia el artículo 73 que a par- tir del año de 1923 los fuiicionarios judiciales del Distrito y Territorios Federales srrían inamovibles, y preceptuaba el artículo 94 que los primeros fuiicioitarios judiciales de la Federación durarían dos años; los que fueran electos al terminar ese período durarían cuatro años, y a partir de 1923 serían inamoviblrs; la intenciún era la de depurar por dos veces al personal de la adrniiiistración de justicia antes de establecer los cargos inamovibles. Ppro esta intención del Constituyente, cxplica Lizardi, en vez de ser respe- tada por la Ciímara de Diputados y por el Congrcso r~spcctivanientr, or- ganismos a los que correspondía hacer la designaci<:ri, fue alirovcciiada por esos cuerpos políticos para Iiacer nueras designaciones, en iez de procurar la selección de los funcionarios en ejercicio, adulierando la iritenciúii del Coiisti1u)-ente. "'

El Segundo Congreso Jurídico Nacional abordó este tema y votó por la inamorilidad. Tomando como antecedente varios estudios elaboradas por un grupo de abogados mexicanos, se Ilrgó a la reforma constitucional del 20 de agosto de 1928 por la que se establecib la iiiamovilidad judicial, salvo que los jueces observaran mala conducta, previo el juicio de responsabili- dad. Este sistema subsistió hasta 1934, cuando se substituyó por otro texto que limitaba la duración del encargado a un período de seis años, para el fuero común, volricndo a iniplantarse la inamovilidad, hasta que en el pe- ríodo del Presidente Alemin se le puso término, reformando rl precepto conslitucional.

Se ha sostenido que la inamovilidad es indispensable para el desem- peño de todos los jueces desde los peldaños inferior- hasta los más altos niveles de la judicatura.

Germin Fernández del Cestillo. n'uestro i e~ l i< lad juridica. El P i o b l e m ~ de 10 administración de justicia. Revista "Jus". Tomo 11, No. 6, mero 1939, p. 48.

\~\ l l '<lSlR:\( : IOS DE JUSTICI: EN hlEXI1:Q 171

Siri <,iiilnargo. rl liriiicipio dv iiiarrioiili<latl tia sir10 i i i i p ~ i ~ n a d o . porqiie en ca-o- (1,. i icsipnicioti~s dc.~accrta(ins. !os jui.<.ri rlegi<los no ;e [irrociiliaii por rlr-i~iii;iiiiiir ciirn~ilidarric,itc i i i fuiicií,ii. sa1~edorr.i dr l cariclcr IiPrinaii(,nte d i , ! I ~ N . - I O . Pcrisanioi q u r i5ai critica5 correspondrn m i s q u r a la inaniovili- d;:;I. 211 ni<i<lo <Ir haci.r VI iioinl~rariiiciito rIc los furicionarioc, justilicaiido que, i,, i~ - ta l , l~~rca iin mttodo cxlicdito para la rcinorión, pero ilr iiingiiiia marii~ra r.xl!lir:in qiir, cii lugar <Ir la inariioviiidnd i.i;ista una duracibii a ~i lazo f i jo ci, lo- cmlilio;. Iiurs ambos iisttmas requicrcm por i g u d la srlrccióti cui- ,ln:locn liara hacer los iiombramirntos. I'or rllo. F<:rn<indrz del Castillo " soi- t<,lii;i qur la iiiamovilida<l por sí sola no I>urde r ~ s o l r c r e1 problrnia de la ni!mirii>trarión <Ir jiiiticin. sino q u i tstc se inicia con PI nombramicr~io de !o- f i i~~r io i ia r iu .~ .

"I:!i In iriamovilid~i<i. se ~ i i c o r n t i a gr i i~ralmcntc La más siilida garantía <!c. le iri<lr.lirndrricia dr. los j u c c r ~ . Si los jueces fueran amovil>lcs. argumrnta .S/iiur/ .llill. cl lirirnrr iii!iiiidiio dr.s,i>$u <!t. sul~laritar a un juez, encontraría i~ioti\-o- d r dr,siit~iciGii cri todas 511s sctit~iicias y agitaría constantemente la oi)iiiií,ii ;!íil>licn. 1.03 j t ~< . r . r s ii,riniiinrían roii tal sistema por ~ c n t i r sus r a r j o i < - v i i,i,'ipio rada 7t.z q i i i si. ;>roiiil::i.iara~i ~ i i uria causa sos<:rip:il>le dp pro- iorai- V I iritrr6i gt,iii,ral. >- sr. ~ircorul>arian. más que por l a s o i i i c i o n ~ ~ jui. i i i ~ . 1101 dar las rn5s ~iplaiididas por i.1 píiblico o las que sc prestaspn niriios n iriterl,r<,tariones p6rli~las". 2s

I:stiriiai.>os acertada la afirmarii>ri d r r l i l ~ la inamovilidad judicial s e r i iiiititiiri0ri Iicn6fica. iiiaxido los ~iomhraniir,iitoi de los jii<,crc qiiriicn fiiern (1,. la n:.rii,n I>olítica. !- rccaigaii solirr I><,rsonas Iionorsblcs, coinpeiciites, <,iiir;icas y con la I>rrsoiialidad hastaiitc liara d ~ s e m l > ~ ñ a r cuiii~~lidarnriitr siir

ol,liyn<~ioiirs. '" FI ~,riiicil>io dc la iiiamoi-ilidad iia sicla adoptado. roii variaiitrs locales.

1>c,r "11 cotm¡i<lcrahlt. núni<,ro rlr l in ísei . pi~<iiciido iiiiniar:r corno iiii punto di. c o n v ~ r ~ ~ n < : i a ilr sistemas disimliolos q u ~ accptan o qiie rrchazaii la ca- rrera jiidicial. corno Alrmariia, Arg~ti t i i ia , t:spaiia. Estados Uriidos di: Noric- niiri.ricn. Francia. FIolaiida. 1n:latrrra. Italia. Suiza. etc.

Otro rap i t~ i lo dp ~ i i i ~ i i l a r iml>ortaiicia, a prsar d r que rii la r ~ a l i d a d nueq- ir;!. 1i:i -¡<lo iin tanto r ~ l r g a d o . ri cl dp las sarantias honorili<.a.~.

Xo Iia? qoc olvidar qirtJ f.1 j i i i ~ dclic < ~ t u r rodrado di. i ini atnióilera <ir iolrniiii<la<l y LIC. ri,sl>vto. qiir haya11 cI~i iac2r 13 alta misi611 ivii.om~ridada. La iiidrlwiidenria del j11i.z VF i.1 wcrcto clc sii i l i ~ n i < l a d ; pero 12 autoridad -

'7 01,. cit.. 11. 49. 9 Hri.a. 01,. cit.. p. 10.

l . P I I . O . i ! . 11. 21 1.

172 FERNANDO FLORES GARClA

de que se le reviste es la clave de su eficacia. Después de hallado el funcio- nario es indispensable darle los atributos de su investidura. 30 Sin llegar a una situación de vanidad, hay que realzar la seriedad y el prestigio de la judicatura. Recordemos el influjo psicológico del uso de la toga y de em- blemas judiciales, del tratamiento reverencia1 conferido a los jueces, etc.

Acerca de estos distintivos judiciales Calamandrei declaraba con su bri- llante y peculiar estilo: "Amo a la toga, no por los adornos dorados que la embellecen, ni por las largas mangas que dan solemnidad al ademin, sino por su uniformidad estilizada, que simbólicamente corrige todas las intem- perancias personales y difumina las desigualdades individuales del hombre bajo el oscuro uniforme de la funcibn. La toga. igual para todos, reduce a quien la viste a ser un defensor del derecho, "un abogado", como quien se sienta en los sitiales del Tribunal es "un juez", sin adición de nombres o títulos.. . También la peluca de los abogados ingleses, que puede parecer un ridículo anacronismo, tiene el mismo objeto de afirmar el oficio sobre el hombre; hacer desaparecer al profesional, que puede hasta ser calvo y ca- noso, bajo la profesión, que tiene siempre la misma edad y el mismo prestigio".

Fijados el concepto de carrera judicial y los prFsupuestos o condiciones que deben garantizarse a los miembros que a ella pertenezcan, resulta indu- dable que desemboquemos plenamente convencidos de la utilidad que repor- taría la implantación de la carrera judicial en nuestro país. "La ausencia de ese sistema es iina de las causas del deplorable estado en que se encuentra nuestra administración de justicia", afirma E. Pallares. 32

Hay que reconocer que existe todavía un fuprte sector que no acepta la carrera judicial y que algunos de sus argumentos y razonamientos pueden ser valederos. Empero, la experiencia y observancia recogidos de la práctica foránea, aunados a los serios y en ocasiones contundentes y decisivos razo- namientos vertidos por los autores que han propugnado por el estableci- miento de la carrera judicial, y que resultaría tedioso, siquiera enumerar, nos inclinan a pensar con éstos últimos.

De cualquier manera, unos y otros, partidarios e impugnadores de la ca- rrera judicial, tenemos una preocupación y un deber comunes: encontrar

30 CUU~UIC. Ob. cit., p. 10. 31 El Elogio de los jueces, cit. 38. ?d. Rurnos Aires, 1956, p. 11. Para AlcalB-

Zarnora, gran importancia revisten estos honores y perrofativas de las jueces, entre los que seíiala la toga, la peluca, collares, medallas, hastones, rtc. pero advierte la diferencia de su representacibn t,n los purliloc jbwnrs de América rcspecto de las viejas naciones ruropras. Dereciio Procernl penal, cit. Tomo 1, p. 283.

32 01,. cit., ,p. 80.

una f~irmula; un riiétoJo; uii siitrrni para trrier buerios jtieres y inagistra- dos, por c1 quc sc logrc disponer de personas coii cualidades tknicas y inoralcs que cumplan con empeño, dedicaciciii, honradez y con devociún la funciin de j u z p r los intereses de los demás. Pero no sólo a los juristas atafie esta ~ucocupacióii. sino a toda la colectividad y al propio Estado, quieri, cegiiii cspresaba Calarnar~drei, '"' siriitc corno pscricial rl problema de la se- lecciiin de los jueces. porque sabe que les confía uii poder mortífero que, mal cml~l<.ado, puede convertir en jiista la injusticia, obligar a la niajestad de las Iryes a Iiacerse paladin da la sinrazón e imprimir indeleblemente so- bre la cándida inocencia, el ectiema satigrieiito que la confundirá para sirni- pre roii el delito.

Con el propósito referido iritcntarenios apuntar algunas b a s e que o. 11iren al establecimiento de la carrera judicial.

El análisis de esas bases involucra el estudio de los diversos tramos que necesita recorrer el juez profesional a lo largo de la carrera judicial, los que pueden condensarse en tres aspectos: ingreso, ascensos y retiro.

Descartar los sistemas de ingreso por nombramicrito drl Ejecutivo o del Ejecutiro en coparticipación con el Legislativo, porque como lo demuestran Alcaltí-Zamora, Castillo Larrañaga. Cliiovenda, Calamandrei. Eiisor, Pina, etc. sc compromete gravemente la independencia judicial. a4

I<echazar la fórmula. aparentemente democrática de la elección por vo-

tacibn popular, en vista dcl fracaso obsrrvndo en Argentina, España y Fran- cia y dcl reducido éxito alcanzando rii Estados Unidos 'le R'ortcamérica y en Suiza. Asimismo, nos parece iliotijetable el razonamiento de Alcalú-Za- mora a este sistema, al expresar: "Nadie ha logrado ex~ilicariios aún por qué curioso mecanismo. el sufragio, que es y no piiede ser olra coFa que una expresión de voluiitail; S<. transforma hasta conseguir dotar a una per- sona de las cunlidadrj iiidispriisables para cl desempeiio de la función ju- dicial, es decir, moralidad, indcpeiidencin, sentido de lo justo y conocimicn- to del derecho". 3"

:i:< 01,. cit.. 1936, pp. 10 y 11. "<pnr ie de las riferides n[iiiiio!ii.-. S la iiiitorizada postiira d<: E.

Palliir~s. 011. cit., p. 246 al scistrnrr qu i i.1 poder judii:ial no drlie esiar sul~ordinadn respecta de Icis otros iii en sir constitiir.iúri iii rn iu funrionimii:nto y que la indepen~ denc,ia judicial es uiia dr las garatitiai ipi, 1,ara la m ~ j o r administración judicial, declara y Iinrc rfri.tiuo ~1 Derr~i.Iio iiiil>lico dr las nacioricc i!cmocrátienj. Sol,r~ la indrlicndt,ncin de los triliitiiilri i.n i i , l n i iS r i u la ti,i>ria t r ipni t i tn dr r!irisihn <Ir po- deres. piierlc rewse la ol,in de Staiiiiiilt,r citai!a. pji. Y3 a 108. Si:ntis hIrlcndo se rriicrc n I n ncccsidttd <ir l a iiiilc:it.ri,li~oci r.lriro ,Ir Iri i:i:.gistriitiira <,oin<> dr lo, fiini.ioriurir>s

d i la rarrrra jii<licial. 011. cit. 1-01, 11. p:i. 18 y 36. Deieiliri Pr<ic<,siii I'i,rii?l. C' i ! Toiiio 1. ,>. 2;i.

17.1 FERNANEO FLORES GARCIA

Compartimos !a opinión de Alsirla " al deserhar el sistema de nombra- miento de aspirantes a la judicatura, por los propios miembros del Poder Judicial, porque <lesarrolla un espíritu de casta que lo convierte en un cuer- po <.errado; donde impera el nepotismo, y que aleja de la sociedad a la magistratura por su espíritu extraño. El nepotismo, opina Sentis J l e l edo , se elimina teniendo una magistratura que constituya una verdadera unidad. con una homogcriri<lad d~ origen, por la adopción del sistema dc ingreso por oposiciones.

Pugnamos por un sistema de oposiciones y concursos, que confronte los méritos de los aspirantes, que seleccione a los mejores candidatos, a los hombres idóneos por sus conocimientos técnicos: por su experiencia, por su honradez, por su criterio lógico y jurídico, por capacidad física o mental. personas siempre al margen y por encima de la política limitada de los par- tidos y de sus programas, " pFrsonac intachables y de conducta austera, "!'etc.

Requerir una formación y preparación de los candidatos seleccionados, por medio de estudias de post-graduados eii la Escuela Judicial, paralelos, pero independientes de los del Doctorado en Derecho, para luego propor- cionarles un periodo de aprendizaje judicial recordando el ejemplo del Teutli o Tectli entre nuestros aborígenes aztecas y texcocaiios, " o los pe- riodos de práctica y aprendizaje erigidos para aspirantes a la judicattira en otras legislaciones modernas, como se observa en Alemania, España, Francia, Italia; etc.

Adoptar iin jurado o tribunal calificador apropiado, formado por ju- ristas preclaros, de solvencia moral e intelectual, sin lazos politicos, etc., que seleccionen a los candidatos con preparación, vocación y devoción para la -

Hugo Alsina. Trarudo tedrico práctico de Derecho procese1 civil y comerciol. Buenos Aires, 1941. Vol. 1, pp. 434 y 435.

37 Ob. cit. Vol. 11, p. 32. 35 Stammler. Ob. cit.; p. 100. Sentís Melendo drstara la iinportanciu del npoliti.

cismo que debe privar en la magistratura, pues el jum no drhe al ser designsdo, ni al aplicar las Ieyea, dictar recolueianec que reflejen el régimen politico imperante en el pais, sino estrictamente basadas en argumentos juridicos, oh. cit. Vol. 11, p. 15.

39 Sentís Melendo apunta la aiisteridad como una cualidad a llenar por los inte- prantes de la carrera judicial y manifiesta que la austeridad d r sii vida debe srr de carácter general. sin que haya de confundirse ron la falsa modestia ni incurrir rn excesos que la teatralicen. Oh. cit. Vol. 11, p. 39.

4 0 Fernando Flores Garcia. La n<lrniriistración de justicia en M%co en la <poco precoloninl. "Bolctin del Instituto de Derecho Comparado de lléxico", año IX, No. 27, Septiembre-dicirmbre 1956, pp. 65 y 68. En dicho ensayo reproducimos las opi- niones de Toro, Sahagún y Oiorro y Rrria sobre la ~ d u c a ~ i i i i y pi~pa~ .nc /Ún en pi:riorios de aprendizaje de los jiieers indigenas.

jo<iic,i!ura. Los jure?; -610 rlrl:eri r r r rcclutados --suitieiic S i « r i r » i ! r r riitre I n i p t . 1 . ~ 0 3 7 3 ol>j~!ivsrne~ite vonqietentc; pai-a el <Iei~rnl>rño di, ',Sta iiincii,ii. *'

Otriis a>l,vcii,. ~ ~ s ~ ~ < ~ c i i i e o ; <le la carrera iit<licial pri,sc,:itan án;ulos de po- -itivo iiiirri-. corno i.1 i:lgrc~u <Iirccio l~lI'3 <'8-0; <k juristas iiotnhlis; el ~ , ro l i l~ i i i a iIc nir vii:os. <lc>iidi, r r iutamo. rl ciitcrio iie la ~i i i igür<lai l qut, ali-

qxilo.:n y I~~irocrni iza: (4 rptiro y la rtsl~oiliabilidad d e Ini luiir:ionarios jii- r1iciiilt.s: ~ I C . Sin r m h a r ~ o . pura no a~ ,a r ta rno i dc los iói~icos ceiitralcs de w t r traliajo. preferimo. dcjar para otra ocaiiún rl an:ilisii ile esos inqiiirtantrs prohI< mas.

4 I'cuar rlr qiie ritamns convericidoi de la utilidad y iie las coirsi<lcrahlrs \ ~ , ~ t a i a \ qiie 1~11ortaría a nurstro país, la implaritaciúii (Ic la carrrra judi- r i ~ ! . a;i como la de fi~iicionnrios del hliriis!erio Púhlico, no (1ejaii:os dri rccoiioci,r que la asliiraciún de mejorar :ensibleniente la admirii.strar:i<iii <Ir juitirin; no O L ~ P ~ P C P a una sola caucn; no r s posible {mar <Ir optimistas. ;iinsarido qiic al modificar lino solo <le lo5 niúltiplrs factorcs qilr ii~leriiericri rri taii coml,licada iiici-iicijada. I lqar t~mr>s a la mcta propuesta.

Resiilia incuritional>lr quc alcanzada la mpjoria de la jodicatlira, pro-

diirirtí tina corrirnti. qiir influirtí cii otros rlrrnrntos iiitr.rilt.pi.iidit~11tcs que coii\i,r:rri t,n la \i<ln forvii-r. Uo r>lju:aii!r. ]x,n?atiios q u r 111 pretcrisiiiri feria i~nilatcral e ir~corril,lt,tn. Hay qiic atorar otros malc.. P i urgmte coml~at ir otra. p r i ~ t i c a i defe<tuoias y otros viciou qiic afligrri rl amhiviite judirial. Si niirstio r f u r r z o FV enramina a rrmrdiar conjuiitamcnt< los d i m i s aspec- to; C ~ I I P confluy<.n en la adrninictraii6ii dt. jiisticia. proc:irarrrnos una solii- ción total r1c.l problema.

Hay q u ~ hliccar qur los jiisticiahlcs. colat~oreii de nianrra <4r.etira por n i d i o dr l control qiie d r h r rstalilecirue en el ejercicio 11rofesiorial. 1.0.; liti- p n t e s iio piirdrn aspirar a iiiia r w t a impai-ticií,ii de justicia, cuando ellos son coi>articiprs, r n no pocas oca~ioiiru. de actiiidadiis inclusive drlictuosas: cuanrlo halagan o amtwazan a lo5 jueces: cuando pretenden. hasta por inrdio- ilícito=. conquistar la voluntad del j i i z ~ a d o r ; cuando exigrm una jiiiticia Iproii- tu >- capcdita y. al m i ~ r n o tiempo. rmliarazni~ los jiiicios roii l>romociotir~ y mrdios <lilctorios. etc.

(I)iiii .ii roniljarrrr aiitr r.1 triliuiial. :..crihiii Colanrandrri. '' Ilevmdo rii

Iyeajo. en lugar d r j ~ ~ s t n s y lionrstas rilzones. ~ r r o ~ n ~ ~ ~ < l a c i o r i ! ~ f ?rrr?tn.. oriiltas jleticioriiu. s o s p ~ ~ b a s sohrc la corriij>tiIiilidad d r los j i i ~ c r s y rillr,- rziiz>i sohrr su ijarciüli<la<l. no d p l ~ aiomLrarie si. r.n \ e z <le hallar-c eii

r l sei-rro teml,ln di, le josiicia. ewe twconti:ii-sc, i.ri ~ i i i :ilticiiiantr blirr:iciiri

176 FERNANDO FLORES GARCIA

de feria, en el que, de cada pared, un espejo le restituye, multiplicadas y deformadas, sus propias intrigas. Para encontrar la pureza en los tribunales, es preciso penetrar en su recinto con espíritu puro.

Ossorio manifiesta que "hacer justicia o pedirla, constituye la obra más íntima, más espiritual, más inefable del hombre". 43

Cómo podemos aspirar a que sea inefable, espiritual, y en ocasiones si- quiera humana la intervención del abogado prostituido que pretende arras- trar con él al juez, o que acepta las sugestiones tortuosas propuestas por su propio representado, con tal de vencer, a cualquier precio en el proceso, proceso que se desvirtúa y se transforma, en una carrera de ofertas y de bajas pasiones, como si estuviéramos tratando de justificar y confirmar el juicio vulgar sobre la ahogacía.

Sobre este particular, el distinguido jusfilósofo Recaséns Siches consigna las opiniones contradictorias que existen sobre las profesiones jurídicas. Por un lado, las ideas que alaban y hasta exaltan sus bondades y virtudes; por otro, las que satirizan y critican no sólo las corruptelas y claudicaciones de abogados y jueces, sino que zahieren la esencia de la profesión y de la administración de justicia, a pesar de que ambas se realicen en forma ho- norable y digna. 44

Nuestra tarea consistirá en demostrar, sobre todo con el ejemplo perso- nal, la elevada misión social del abogado, a quien Roscoe Pound 45 denomina 6' el ingeniero social" y define cómo "aquél a quien se requiere para que preste su asistencia en la administración de justicia, para que promueva y mantenga en un proceso la vinculación ideal que existen entre los hombres, señalando sus relaciones y ordenando su conducta, por medio de una aplicación ade. cuada y sistemática de las normas por las que se rige la sociedad política- mente organizada".

Sería recomendable meditar sobre la adopción del control del ejercicio profesional como lo sugería Couture 46 en su estudio, "Reglamentación legal de la abogacía", en el que abarcaba aspectos como la selección en el orden técnico de los miembros de la abogacía; disciplina profesional del ahogado; aseguramiento de los fines sociales de la profesión (como la asistencia gra- -

43 Angel Ossorio y Gallarda. El Almo d e l a Toga. Buenos Aires, 1940, p. 23. 44 Luis Recaséns Siehes. ¿Oficio noble o diabólica?: Los antinomias de l o piofe-

sión jzridiea. "Revista de la Facultad de Derecho de Rléxico". Tomo V. Nos. 17-18, enero-junio 1955, pp. 59 y 60.

45 Roscoe Pound. El abogado como ingeniero social. Traducción de A. F. S. "Bu- letín del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid", julio-agosto 1956, p. 680.

46 Eduardo J. Coutuie. Reglamentación legal <le l a abogocia. "Boletín del Ilustre Colegio de Abogadas de Madrid", rnayo.junio 1956, pp. 4R7 a 490.

iu i ia U iirc l i o b i v i ~ ; r<,gulacii,li ,1c la' i .oii<ii<iorics vcoiiSniicas dv la p ro f e -

siliri. r i iu t i ia l i sn!~ y w g u r i d a d social de lo- al>o:ad<is; r l c .

1.a ndopi.i¿ii dr ii11 C6digu d c o t ~ t o l ~ j g i ~ o . ilc uti sicictrta rcy i t l~ idor idvi

<l<wni11:+ío udvl a l~ i i~a i l u . dt,i;iro di: 10.: c j r i u i i r , ~ iic la 6 i i c ~ y ilc ia 11i:iiidn~l

prol'rsioiial, pai i .cc itiil>oncrsr. i(:u&itai vpc t .~ 11'-iiios r i l roida<lo, a l i l o i n d i ~

í.'oi~Lr~rt,, i.iiaiiilo rt,<lacii> lo* "l lni idarnir i i io. iIv1 .4l1o:ailo"! '' i ' i i i l n ~ ~ i i i i r p < , r t,-tahlccvi. iiiia rcglaiiit~rilaciiiii qit:. ti>air rii cut,ri!ti r . : i~s

r i> i i i i l : i i r l i r t i to - > 10s ;i<lici«rii. coii iiis rioiiii:ic q i i t . ::e i ~ d ~ G t . n ü nu~--trü id in-

s i . I d t . t . y t ~ a 1 .itrnplimicn:o ili. 13

ri:i:i<iri >o;ial tlvl ai>oyailu. * como iiirtor irriliortaiiic vn I:I ivc ta irii]1aitir.i6ii

I r ! 1, t . Lix .iliiiid<irnieiiror <ir,¡ Ai><igudo. "Jui. Revista <ii: Dr.vrviii, >~ ( ~ ' i ~ n r i a s 5 0 ~ ~ i a I ~ s ~ ' . N,,. 1;i:L a ~ o ~ t u l!i%Y, pp. 1~):3.lY4, y ~ W I 18% p1,. 197 a 210 l:.~?,, i . 1 i>t,>i~iu aiitiri iirugiiuyri, la rxcgccis <Ir i i i di~ri loi , , .

lu.-Estudia.-El ii<.rt.rlio se tianslorniti vimstal?ti:mente. Si rii, sigiirs .AS j u i o i

. i r r js caOu di;, nirnus aliogudo. 20.-l'ii,nsn.--El drrr<'iio se. alii-<.ii<li: r~tudisniir.. pero sr cjcrrira pi,risaiido.

:i<i.l'raliaj:i.--1.n oliopnci~ r i iina ardua fatiga puesta al scriiriii de la jiisticia. 48. - i . i~c l ia . -Tu delit,~ ii l i irhai Iwr el <l<.rrcho: pero i:I dia i p c enrut,ntr*,s i.n

r.otitlicto t.1 iIcri.riio con I;i jiirtiria, lui l i i por la justicia.

j,,-S<. It.al.~--l.ml para <:un ti, clicntr, al qur no di,bes al~andonar hasta que iio

i.omIu<~n,lns que vs jn<lipi,o ti. Leal pala w i > el adversario aun ciiando i l sca dcsi<.ol contigo. Lval ,,ira con 1.1 j u c i i q u i ignora los liechins y dcI2e <:on!iar rii lu <IW t i le dirrs: y que. ivri i.uant<i iil drie<lio, alguna iquc 01'"

ver, dcl>e vi>iiiinr r n el qli<, t i 1c inroi.as.

hi>.-'1'olcin.-Tolvir la \rrdnd ajena en la misinn nirdida vci que qiiieres qur sea tnl,.rii,lii la t i i ) ~ . 5t.r u iin missio tiempo crnérgiio como lo reiluii,ir la ~iioli,siiin y cortG; mtnn lo vxigr la rducacihn.

. . io.-l'rti liacir~icia.-El ri,,iiil>o s r \i.npa ile las <.i>raa rlui S<. Iincrn sin su co -

laiiornciiiii. 80.-Ten ir.-l'rii ?t. rn cl <It~rvlio. como cl niwjor instriimcnto para la rnnvi-

r in i ia hiini;ina: <.vi la jiistii.is. i on io drstiso normal drl derecho; eri le paz vomo siil>-titiito I>on<ladoio de Iii justicia: sobii, todo, trn fe en In libertad, sin la runl no ha? <ir.rpcho, ni justicia. i i i paz.

90.-La al>oaa<:ía r s iinn Iiirhn dr pasionr.;. Si tvn vaila liatalla furias mrgando tia alma <Ir irnror. Iligniá iin día rn qiir ln \irla sri-i impr>sikile liara ti. C o w cluido t.1 aonil~nte oliirlu iir<intu tu iirtoiin, como tu dirrota.

IOo--.\me tii proft,sihn d i tal mancm q:tr r l di* qu*; tu propio hijo te pida eon- sr jo solire su dcstino. ronsi<ler~s un lionor para ti. pinponrrle qur se haga al>opado.

4 b i e e i i , a de la misibn sovial di1 almgado iirrrdr <.nnsult~ise I u exciltmfe t r s i í

profesional d? Grrilorio Vitr de Hita intitulada Lu rlhojioria. E ~ r i i d i o Histórii-o. de l l e i w h ~ i í:,~rnp<iin<l,,. Filoadiico. K i i c n y Siir.inl. \lCxii.o. 1955. pp. 226 y ss.

178 FEIiNNUO FLORES GARCI1

de jiiciicia, ya que como sostirne Carlos, '* el abogado al servicio del interés privado, actúa. sin embargo, como colaborador del juez en la función pública de aplicar la ley. "El abogado, dice Ossorio y Gallardo, defiende el derecho privado para servir al bien público". 50

A ello podemos agregar otro medio efectivo para regular la actividad profesional forense, que es la Colegiación Obligatoria, por la que varios organismos profesionales han pugnado, aunque sin coronar sus esfuerzos, con el éxito que todos deseamos.

En México, se han realiza<lo reiteradas gestiones para lograr esa Colr- giación Obligatoria. Pero debido a que ninguna agriipacióntiene la afilia- cibn de la mayoría de los postulantes, y luego por el planteamiento de serios problemas de orden constitucioiial, como el escollo de la libertad de asocin- ción; sólo se ha alcanzado una etapa de proyectos, que no han plasmado en realidad.

A pesar de ello, no debe ol\zidarse el estimulante ejemplo de otros paises, entre ellos el caso de Estados Unidos de Norteamérica, donde la mayoría de las entidades federativas han implantado la necesidad legll de pertenecer a

un cuerpo colegiado de profesionistas, alcanzando logros de moralización y control del ejercicio profesional de sus miembros, y por otro lado, ventajas económicas, sociales, etc. para los profesionistas asociados.

Es indiscutible que la administración de justicia debe morar en local~s adecuados, que llrnrn las crecientes necesidades de iin país que se ha des- arrollado a ritmo acelerado. Las iristalaciones no deben ser cámaras de tor- tiira para quienec laboran en ellas, sino por el contrario, lugares propicios para cumplir el alto cometido asignado a los juzgadores. Dotar de bibliotecas, de archivos, en fin de instrumrntos de trabajo apropiados y suficientes faci- litaría la tarea del funcionario y de sus auxiliares. La ampliación de persona: capacitado e idóneo parece ser otra necesidad a satisfacer inaplazablementr.

La actual multiplicidad y complejidad de legislacioiic~s, la aparición dr nuevas ramas y necesidades de la vida jurídica, hacen rrflexionar sobre l:t conveniencia de aumentar y diversificar los tribunales, para atender con eficiencia y capacidad el enorme cúmulo de expedientes y evitar que los jiieces no puedan estudiarlos o que lo hagan con precipitación, dictando resolucion~s poco fundadas, cayendo en el vértigo de un automatismo inhti- mano, o cn la formacibn de rezagas incontenihles. -

'"diiardo R. Carlos. Acornciriiies ri "Demasiodos ohogudos", el magnijico libro de Pieio Colnniondrei. "Roletin del Instituto do Derecho Proeeral", uiio VII, No. 7, septiembre 1957, Santa Fc, Argentina, ii. Xl.

50 Citita<io por Carlos. Oh. y loc rits.

'T;irnt,ilti wrin pi-iidr,nir. rralirni- ruin~>iiñl- c i t . n n l ~ l i n <li!'ii-iiiri tt~~i<Ii*,iilb- :! inor:ilizar i.1 medio nini>iiritc y V I <Ir la- relarioiir. m t r c el nlionail,, ! - t i

clientr. a fortalecer In Ir y ~1 crédito r n PI juez y PII PI ~ ~ o s t u l a n t ~ , a <!<.-:inc31- In importancia de .u.< niisioncs y r l r i~l) t . io y d i ~ n i d a d di. qiir ~ P B C r i n :..tir- irl~;. No P . rI artíc111o cr i td_ satírico D d ~ s t r u c t i ~ o . (1 f.1 co!:lr~~tario ilr+(.~i- í'l-c~indii V I q'ir no* coriiiuzca a1 ;arir.arni~nir> !ir.rsryiii<!o; nvcr-ii:inio. la cri- tiva orirntacloiii y conitriictiva. FI <licrorio <Ir l l u ~ n a f ~ . ~ 1 1 fin; las n!~ori:icin- nrs qi iv nos marqilpn I>osil,lcs soliicir>nrs.

Para üIgiinos. r.1 t rma qiir rli sryiii<la ahor<laino-. -i;ln rcpi-r.sivi;;i itria

carisa rrmota o mrdiatn. pero conii<lcrnmos q w r.1 origrii dr izria.. irn[i<,r- frcrioiit .~ dehr ~ncont ra rs r . cnciidriiion<lo vri VI ~ir;ri<.iliio itifol-ri,oti\o hzil. <!e la l,rr,l>araciiiti <Ir los futuro- profrcionislas, Si iro irnihran!os ln -ii:iirnt<- rii la 4110ca. rlimn. Iiigar ?- condicioni,~ ayirol>ia<la-. córr~~? [ , i>d~moi a-liirar :I recolrctar c o ~ r c h a s c.-l)léiididas.

Si no cuidarno? ciiii ct,lo y csrnt'ro lo5 conocimiriitoc qiii ii::par:i:;:i,- v r i

rl oiina jnrcn y <liir.til di4 <~studiatita<io. qiir S? d t ~ a r r o l l a r i >- ;e inol:!c.zrá. dt, aci~criiu (ori las indicacionrs ~ U C ltl dictr r1 proít~sor. ' ~ 1 d futuro 1)0<1r;1~ <.oiiv?rtii?c rii víctimas ~>ropicias y cnrr eri los vici<is si;inla<los. I'<i;r{~ii i.1

iynoraiite o falto d e prrliaración ternico-jurídica. supl i r i ; u <!víiciciiririi Y::-

IiCrirlo~r <le artimañas ? dr pioccdinii~iitas n l c j a d o dr In I<.:ali<la<l y di. !a

i.tii.a; pnrqur r l inmoral quc no haya cido cncaiiza<lo, d ~ i l i r r c i a r i V I conoci- rnivnto tkcnico-jurídico, rtc.

K r f l ~ r i ~ ~ i i r r n o s acerca d e los proprainas dc i.stiii!io y ;u posiblr rw-iriir- tiirncii;ii ~ ' I I las <~SCIIPIUS dr derecho. gigantcscoe scm!,rarlíi;i (Ic los fii!ii~o- It.~i~ladori.s. aliogados. juivxs, notarios, profesores, inrc,stijadores. ctc.

EL- mriii'..tcr rombinnr los actiinlrs mCtodou ripoiitivoi, 11ut.s la cIii:i, t i p ,::ite<lra. !iriiv r i r r t a i cualidndvs pocitiins. pero corno ohjc~tal>n Calar:ioi!:ii<~i. mtz ezplicniioiicz oralcs r,ii las q~ir, r: p;tii<liaii!i dcsc,rniicña iiir li<,rriiciow l l a I , ~ l pniiio. doricl~ lii lrcción pii viv/ <Ir -nliidal,l~, gimiil-ia iIi.1 rqiiritu. si.

iia con\-vrti<lo cn uiia cúrnoda ~ s c u r l a d< holpo~nrirrin y loi e lumrio~. rar.1

ver rrarrioiian coiitra la tiranía dc iin m6iodo qu'. 1'- VII-V~U p~'(.,>..ar T I T ~

li! C B I ~ ~ ~ Z ~ 10s <Icn~<is C P <Irjan vencer 1901- lo -.r<liicri:iii rif: i i n - i - t ~ n ~ i l

taii poro fatiF«+o parz ~ l l o i que f i rcu~nia r i niati~rinlnir.iii las claqi..~. !J?Ii>

I,errnan<,rt,ii niicrntpc ilc. rllas cori rl ~iensamicnto. siirnidos. mirntras i.1 pro- fc,>or Iiai~la. i.n iiiia rspecip (It: lilaci<li~imo sopor inrntal. qii,, a menirdo. r n 1%. t a r d e <nlnro?as. sr. roirvirrte Fn diilrc -iirño fiiiro. 1.n ~rpri-;ici<iri por FI rribtodo c;iti,diitico, ol>l;ja al profr ior n Iiahlnr para todos y para iindi*.. cli

forma !,ara a l p n o <Icmasinda elerntla y- para otros cxcr i ramr i i t c modi~.!a.

180 FFKN \NDO FLOKOb 6 4 R < 1 \

impide al docente dirigirse a cada discípulo eii el lenguaje iriás nl,ropiodo s su madurez intelectual. "'

Este cisterna de clases-corilereiicias ha sido combatido, por quc iio iiii. ~mlsari al alumno Iiacia la investigaci6ii fructifvra; y al sistcma dr psirrivtie-

esl~ecinles quc sGlo coiiducrri a la dcglucibri provisional y meniori-ta riel estudiaiitc.

Haliria q i i p c.iiiiililil-iir 13 erisrñaiizn doclririal 1- teorética, oblignlido al aliimiio a interveriir ~ 1 1 iiiislriitivas d is~usiol~rs de casoq, que sin llegar a I:I fórmula empírica y cnsiiista cxagrrada del llamado "case nietliod", idcnl ]>ara la cnceñanza del "commoii law'', pero súlo aplicabl~ forma l>aicial rii si.--

teiiias doieirtes del dereclio codificado, del den-clio lrgislado. Coiivcnl'tria i.oii. siderar las proposicioiies de Alsina, 5' Carlos :" y otros tratadistas que se- iíalaii las rirtiidrs de la rnseiiania práctica d i In iCciiica I)rofrsional pn !a dirrccibn I ~ t r a d 3 dr. los juicios y i>n la actiiaciún ante los tri1)uiial~s.

Creernos que las escuelas de derecho. tienen una misibn social d r gran rcsl,onsa"hili¿ad que cumplir. Rehacer los plancs de estudio, mejorar los pro- cediniienios de enseñanza y el cucrrio doceiite, para formar profeciorii~tas limpios, rectos y preparados: que vayan a divulgar con y1 ejemplo personal, las bondades dr su educación privilegiada. Preparar jueces, legisladorcs, abo- gados 3- jurictas rjrmplares: es la meta y e! in~ludible deber de taii nobles instituciones.

Sabemos que el intento .sera dificil; .son taii arduos, variados y complejos los I~roblemas qiie con~prriide, que s6lo r.1 esfuerzo general y roiitinuo nos Ilr\.ai-á a resolrcrlo.

-- 51 Citado por Rsfail de Pina. Teuria y Prrictico en lo enseñanza del Derecho.

"Revista de la Facultad de Derecho de hl6xico", Tamo V, Nos. 17.18, enero-junio 1955, PP. 266 Y 267.

52 Hugo Alsina. Lo enseñonro prcíctico en lo Facultad de Derecho y Ciencias So- ciales de la Uniuersidod de Buenos Aires. "Revista de llerecho y Ciencias Sociales". .4ño XVI, Nos. 1-11.111, 1952, I.imu, Perú, 11. 60.

a? Ob. cit., pp. 87 y 88.