felicidad y sentido de vida.docx

8/16/2019 FELICIDAD Y SENTIDO DE VIDA.docx

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UNIVERSIDAD CATÓLICA SANTO TORIBIO DE

MOGROVEJO

FACULTAD DE INGENIERÍA

ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA MECANICA ELECTRICA

ANTROPOLOGIA

TEMA : FELICIDAD Y SENTIDA DE LA VIDA

DOCENTE : CORRALES CASTILLO, Salvador Osias

ALUMNO : RODRIGUEZ GOÑAS, Briams Smi!

CICLO :

II

C!i"#a$% & P'r(

)*+-+*


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LA FELICIDAD

PLANTEMIENTO

La manera más sencilla de defnir la elicidad es decir que es aquello a lo

que todos aspiramos, aun sin saberlo, por el mero hecho de vivir. Ocurreasí sencillamente porque «la elicidad es a las personas lo que laperección es a los entes» (Leibni!.

"elicidad si#nifca para el hombre plenitud, perección. $or eso, todapretensión humana es «pretensión de elicidad», todo pro%ecto vital,b&squeda de ella, todo sue'o, aspiración a encontrarla. fn deesclarecer este comple)o % su#estivo tema, adoptaremos %a desdeel principio una doble perspectiva* una e+terior % ob)etiva, viendo lascosas «desde auera», dimensiones humanas, la armonía del alma, %

que sta, considerada desde auera, se consi#ue si ha% un fn, unob)etivo (s-opós! que unifque los aanes, tendencias % amores de lapersona, % que d unidad % dirección a su conducta. Los clásicosacostumbraron a decir que la elicidad es ese fn, el bien &ltimo %má+imo al que todos aspiramos, % que todos los demás fnes, bienes %valores los ele#imos por l. La elicidad sería pues, el bienincondicionado, el quien diri#e todas nuestras acciones % colma todosnuestros deseos. s bien incondicionado no sería, evidentemente, mediopara conse#uir nin#&n otro, pues los contendrían a todos % alcanarlo

supondría tener una vida lo#rada. Los clásicos nunca vacilaron en decirque un bien seme)ante sólo podía ser el /ien bsoluto, es decir, 0ios.1e#&n esta consideración «ob)etiva», la elicidad consiste en la posesiónde un con)unto de bienes que si#nifcan para el hombre plenitud %perección. s un planteamiento que busca responder a esta pre#unta*2qu bienes hacen eli al hombre3

1e trataría de aquellos que constitu%en una vida lo#rada, una vidaplena, o, como decían los clásicos, una vida buena. 1in embar#o, parahacerse car#o de todo el alcance de la cuestión de la elicidad es preciso

ver las cosas «desde dentro» de nosotros mismos, de una manera másvital % práctica, más «interior»* 24ómo vivo % siento %o mi elicidad325u si#nifca para mí tener una vida lo#rada, ser eli3 2Lo so%realmente3 2caso lo puedo ser3 1e di)o más atrás que vivir es e)ercerla capacidad de or)ar pro%ectos % despus llevarlos a cabo. 4ada unohacemos nuestra propia vida de un modo bio#ráfco, % por eso tiene


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tanta importancia la pretensión vital dcada uno, aquello que cada unole pide a la vida % procura por todos los medios conse#uir.

1omos elices en la media en que alcanamos aquello a lo queaspiramos. l problema es que muchas veces eso no se consi#ue,

porque queremos quiá demasiadas cosas. $or eso, «la elicidad consisteen la realiación de la pretensión6 pero como la pretensión es comple)a% m&ltiple, su realiación es siempre insufciente». sí aparece elcarácter bironte de la elicidad* es al#o que constitu%e el móvil de todosnuestros actos, p7ero nunca terminamos de alcanarla del todo, puestoque siempre hemos de renunciar a al#o. $arece como si la elicidaduese una necesidad ineludible e irrenunciable, que sin embar#o muchasveces parece imposible de satisacer. $or eso, para estudiar la elicidaddesde esta se#unda perspectiva, hemos de f)arnos sobre todo en laspretensiones que tenemos, en nuestros pro%ectos e ideales, % en elmodo en que los realiamos. s una perspectiva de la elicidad que mirahacia el uturo, pues es l donde están l7os bienes que buscamos. 1etrata de contestar a la pre#unta* 2cómo ser eli3 ste modo de enocarla cuestión permite que sur)an las pre#untas acerca del sentido de lavida* 25u vida merece la pena vivir3 2s que en #eneral merece lapena vivir3 25u sentido tiene la vida (si es que tiene al#uno!3 25usentido tiene mi vida, lo que ha#o cada día3 videntemente, la primeraorma de ser eli es no ser un des#raciado o un miserable pues «lamiseria se opone a la elicidad». n la vida humana % tambin en la

elicidad, lo más alto no se sostiene sin lo más ba)o* ha% unascondiciones mínimas que tienen que cumplirse. 0e lo contrario esaelicidad sería una arsa. sas condiciones son las que se reco#en en lapalabra bienestar .La des#racia es el advenimiento del mal % el dolor ala vida humana .sta &ltima contiene una dualidad, un tránsito, desde eladvenimiento del mal hasta el lo#ro del bien, desde la inelicidad hastala ale#ría. 8o se puede olvidar este amplio conte+to de la cuestión de laelicidad* sta consiste, radicalmente, en la liberación del mal. $or eso,es preciso advertir que la limitación natural del hombre, temporal, ísica,moral, es el punto de partida para considerar la elicidad, la cual tienecierto carácter de mata o fn, a alcanar desde la inevitable e+perienciade la limitación % de la fnitud que toda vida humana tiene , % cu%aserena aceptación es la primera condición para no echar a perder ladicha que dentro de ella puede conse#uirse .1in embar#o, aquí vamos atratar la elicidad, no tanto como liberación del mal % de la des#racia,sino como alcana miento % celebración del bien. La primera cuestión


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pertenece a la e+periencia de los límites de la vida humana, dentro delconte+to de su destino, lo cual será tratado más adelante. hora, portanto, no vamos a f)arnos principalmente en los mínimos de la elicidad,sino en la respuesta a las pre#untas planteadas. unque en los primerosepí#raes de este capítulo trataremos de dar una respuesta realista %

seria a todas ellas, no podemos olvidar que ha% mucha #ente que nocree en la elicidad , que la considera una ilusión, un imposible.simismo ha% otra mucha #ente que entiende por una vida buena al#omu% dierente a lo que aquí se va a sostener. 9odas esas posturasmerecen ser caracteriadas % presentadas aquí, puesto que sonsoluciones al problema de la elicidad % el sentido de la vida que dehecho nos encontramos con recuencia )unto a nosotros. 1e trata deanaliar las ideas más normales % pra#máticas acerca de la elicidad,se#&n las cuales sta reside en el bienestar % la evitación del dolor, en

la b&squeda del propio inters, en la consecución de placeres rápidos einocuos, e incluso en la acumulación de poder, in:uencia % riqueas.

LA FELICIDAD COMO VIVENCIA Y EXPECTATIVA.

s imposible entender la elicidad si se olvida que el hombre, por sucondición bio#ráfca % temporal, es al#uien instalado en el tiempo, % enuna situación concreta, % simultáneamente es tambin un ser volcadohacia el uturo, que vive una continua anticipación de lo que va a ser %hacer .; así, respecto de nuestra elicidad hemos de considerar nuestra

instalación en ella % nuestra e+pectativa de ella* lo que estamos siendo% viviendo % lo que vamos a ser % hacer. n primer lu#ar, «la elicidadaecta primariamente al uturo», puesto que el hombre es unser uturio, abierto hacia delante. «1er eli quiere decir primariamenteir a ser eli


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se#uir disrutando los bienes anhelados o %a poseídos. 1i ser eliconsiste en realiar lo que pretendemos, para lo#rarlo es precisotener ima#inación, % despus atrevimiento para querer % so'ar. neecto, los pro%ectos vitales que uno se hace dependen en primerlu#ar de la voluntad* para lo#rar #randes bienes antes es preciso

desearlos. $ero en se#undo lu#ar, esos pro%ectos dependen tambin dela ima#inación creadora, que es la encar#ada de dise'arlos* «laima#inación unciona como un bosque)o de la elicidad». $or eso, «losprincipales obstáculos para la elicidad son el temor % la alta deima#inación. ; ambas cosas son recuentes». l primero nos hacepresentes los males uturos, % la se#unda lleva a tener pro%ectos vitalesestereotipados % poco personales, vul#ares en defnitiva* nos aco#emosentonces a modelos que en el ondo no deseamos, pero que estánvi#entes a nuestro alrededor, % olvidamos que la elicidad sólo nace

cuando nuestro pro%ecto vital es al#o de veras personal .1i la elicidades la realiación de la pretensión, de los pro%ectos vitales que uno hahecho verdaderamente su%os, de aquellas pretensiones que a unoverdaderamente le importan, en la medida en que stas se realian unolle#a a ser el que realmente quiere ser. «1i, en condicionesob)etivamente avorables, no nos sentimos identifcados con aquelloque estamos siendo, no somos )ustamente aquello que estamoshaciendo, que estamos viviendo, no podemos decir que somos elices».La elicidad es al#o radical, que aecta a la persona en lo más proundo,en su propio ser, en su propia vida.

La elicidad no es un sentimiento, ni un placer, ni un esta7do, ni unhábito, sino una condición de la persona misma, de toda ella, es decir,está en el orden del ser, % no del tener. $recisamente por eso, «se puedeser eli en medio de bastante surimiento, % a la inversa, se puede serineli en medio del bienestar, de los placeres, de lo avorable. >a% elpeli#ro de no ver


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«esa elicidad mana % se diunde, aun en situaciones tremendamentepenosas? en la #uerra, en la cárcel, en un campo de concentración, en lamiseria, se tiene dolor, surimiento %a &ltima hora inelicidad? pero si ha%un punto por el cual la elicidad penetra en ese mundo, e)ercerá supoder transf#urado % se podrá tener una elicidad precaria, diícil,

combatida, pero elicidad a pesar de todo». ; es que e+iste «unairradiación de la elicidad o su contrario sobre la vida entera». n eecto,«hacemos mil cosas triviales % que no tienen que ver con la elicidad,pero si somos elices, esas ocupaciones quedan transf#uradas %adquieren una especie de aureola». La conormidad íntima que nos haceser elices se re:e)a en nuestro talante % nuestras accione7s, perotambin en el entorno inmediato, en lo que podríamosllamar cotidianidad* «una cotidianidad prounda es la órmulamás probable de elicidad. >acer todos los días ciertas cosas, ver a unas

personas, contar con ellas, si esto es realmente proundo, es lo que separece a la elicidad7».s la pacífca instalación, interior % e+terior, en eldisrute de la vida cotidiana, del ho#ar % del entorno, que posibilita elocio, la compa'ía amorosa, l7as tareas comunes % el aecto que todo elloconlleva.

LA FELICIDAD Y EL DESTINO

0arse a uno mismo es el modo más intenso del amar, se#&n se di)o, %esto orma parte irrenunciable de una vida eli. s obvio que ese darse,

como todo dar, e+i#e un destinatario* al#uien que reciba el don, sobretodo si el don so% %o mismo. 0esde esta perspectiva se puede ver queel destino de la persona es otra persona. 0arse por completo sólo puedehacerse respecto de una persona. 1er eli, entonces, es destinarse ala persona amada* «Lo que se necesita para conse#uir la elicidad, no esuna vida cómoda, sino un coraón enamorado». l destino del hombreno puede ser la nada, ni una piedra, porque entonces quedaría sine)ercer la má+ima capacidad humana de dar, que es destinarse unomismo a al#uien. l hombre es entonces due'o de su destino, porque sedestina a quien quiere. 1in embar#o, si la elicidad es destinarse a la

persona amada. 2lo más alto que le cabe al hombre es hacerlo respectode al#uien como l3 1alta ense#uida a la vista que la muerte se'ala labarrera que termina con ese destinarse mutuo de las personashumanas* uno si#ue viviendo despus de que muera la persona amada.28o ha% otro destino que se, el que me cabe ele#ir antes de morir,destinándole a otro como %o3. sí aparece de nuevo una pretensiónhumana sin la cual el problema de la elicidad quedaría en &ltimo


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trmino sin resolver* la pretensión de inmortalidad. l hombre deseade)ar atrás el tiempo e ir más allá de l, hacia una re#ión donde el amor% la elicidad no se trunquen, donde queden a salvo de cualquiereventualidad % se ha#an defnitivos, % a la postre inmortales.

sta pretensión demuestra la condición inmortal de la personahumana ,% será estudiada más adelante cuando se hable del destino %del más allá de la muerte .$or otra parte, el destinarse a la personaamada nos hace ver que una persona humana no es sufciente paracolmar las capacidades potencial7mente infnitas del hombre. 1i elhombre tiene una apertura irrestricta, lo que se corresponde con sulibertad undamental no es esta o aquella persona humana, sino el 1erbsoluto. 0e nuevo volvemos al planteamiento clásico* 0ios es lasuprema elicidad del hombre. 0icho de otra manera, 0ios es el ami#oque nunca alla* toda persona humana puede hacerlo, aun sin querer.1ólo con dios queda ase#urado el destino del hombre al t&, porquecualquier otro t& es alible, inse#uro % mortal* sólo @l está por encima detodo avatar.

La respuesta que se d al problema de la elicidad % el sentido de la vidaestá, en &ltimo trmino, intensamente condicionada por la cuestión deldestino.

A.DISTINTOS MODELOS DE FELICIDAD

9odo lo dicho hasta aquí dista de parecerse a lo que suele decirse acercade la elicidad. s por eso obli#ado aludir a las respuestas % modelosmás corrientes que se han solido % suelen dar sobre ella. 8os interesaprincipalmente no tanto las teorías sobre la elicidad, como las actitudesprácticas, nacidas de ideales determinados. 1e pueden a#rupar envarias tendencias, que se describirán brevemente a continuación. simportante tener en cuenta que en las personas sin#ulares estasactitudes no se dan en estado puro, como aquí se describen, sinomecladas unas con otras, combinadas.

A. EL NIHILISMO$or nihilismo vamos a entender aquí un tipo de nihilismo político queafrma que la vida carece de sentido. sto implica que las pre#untas porese sentido % por el valor de la )usticia % la elicidad no tienen respuesta.$ara los nihilistas la elicidad no es posible, no e+iste? es in&til buscarla,porque nunca se encuentra. La intensidad % modo con que esta postura


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puede mantenerse son mu% dierentes, % #eneran mu% distintasactitudes? de hecho la amilia de los nihilistas es tan numerosa % variadaa veces parece lle#ar el mundo de desencanto % enriar todas lasilusiones. Llamamos nihilismo a la ne#ación del sentido de la vidaporque lleva consi#o, de una orma más o menos intensa, la vivencia de

la nada. La nada es, desde el punto de vista de la voluntad, la vivenciade que no ha% nadie que sea trmino de mi maniestación, interlocutorde mi diálo#o % receptor de mi don. La voluntad es afrmación del otro ointención o inclinación hacia otro. 4uando el otro desaparece de mi vista,la persona no tiene nadie a quien diri#irse* no ha% otro, % por tanto loque me rodea es la nada % esto% radicalmente solo. l nihilismo, portanto, es la prdida del otro % el hundimiento en la soledad .4uando eldestino del hombre es el mismo, la nada o el todo cósmico impersonal,la persona busca anularse a sí misma % a sus deseos, amores e

inclinaciones (AB.B!. $or eso, ha% que a'adir a7hora* el sentido de la vidaes el t&, la persona a quien quiero, los otros. 1i no ha% un t& al quediri#irnos, es que estamos solos, nadie nos espera. sto esla desesperación % el nihilismo, cu%as variaciones vamos a ahora aenumerar*

a! La desesperación: s el #rado e+tremo de nihilismo práctico. suna postura que induce a la conmiseración, porque quienes loadoptan tienen una indi#estión de dolor* es como si les hubierasentado mal. l desesperado es el que ha de)ado de esperar, aquel

para quien el uturo no depara bien al#uno, porque ha sido víctimade la soledad, la indierencia o el desen#a'o. Lo que necesita esa%uda.

>a% muchas ormas de desesperación % al#unas de ellas conducena la locura* los desequilibrados, los depresivos, los des#raciados %en #eneral, los proundamente inelices orman parte de la amiliade los desesperados % de aquellos que tratan de eludir la vidamisma, porque vivir es una verdad que no soportan. 4uando lavida es insoportable, el suicidio aparece como una solución.8in#&n animal se suicida, porque nin#uno es capa de caer enla desesperación. 1ólo un rostro amable, un t&, puedo sacar aal#uien de ella.

b! El as!rd": l absurdo es la vivencia del sinsentido. 4uando nossentimos obli#ados a realiar acciones que no sentimos, comonuestras, porque no las hemos decidido, ni tienen relevancia paranosotros, aparece el absurdo para el cual la vida es una


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representación teatral en buena parte hipócrita % alsa, sin ló#ica,pues el sistema social obli#a al hombre a comportarse de unamanera determinada, para l absurdo, incluso cómica o trá#ica. lsi#lo CC ha tenido artistas, escritores % representantes del absurdoen mucho ma%or medida que los si#los anteriores, porque en esta

poca el hombre se ha sentido prisionero de la tcnica, de lossistemas políticos, de la masifcación % se ha visto así mismo comoun pi#meo dominado por un #i#antesco aparato que carece detoda medida % fnalidad humana. La aceptación d7el absurdoentra'a cierto atalismo pesimista* el hombre es un mu'eco enmanos de ueras impersonales.

c! El cinis#": l cínico fn#e interesarse de verdad por una persona% en realidad sólo busca veladamente obtener de ella utilidad.>ace como que le importa al#o, cuando en realidad no es así* elcínico no cree en lo que dice o hace, pero lo aparenta porque le da

i#ual una cosa que otra.l cinismo es una de#eneración del inters, % se convierte enhipocresía.l cinismo puede lle#ar a convertirse en una postura radical antela vida, % entonces se vuelve escepticismo burlón no cree en laverdad % se toma a broma todas ellas. l cínico autntico, en elondo, es trá#ico % nihilista, % acepta el absurdo, pero hacia uera% de momento, «)ue#a» el papel que le corresponde en cada caso,pero lo hace como una fcción que en el ondo no es real, % portanto carece de sentido. l cínico, en el ondo, el que no se toma

nada en serio, ni siquiera lo que es serio. l sentido de la vida noe+iste, pero nos queda la risa* esto es el cinismo. $ara el cínico lavida no es más que un teatro* en ella todo es máscara? elsemblante de la persona no pasa de ser lo que ori#inalmentesi#nifcó el concepto de sta* la careta del actor. 8o ha% rostros,sino máscaras? cuando stas caen, no ha% interioridad, noha% nadie detrás.l cinismo es nihilismo* el hombre está vacío, todo es una burla.l cínico desconoce la autenticidad, pues sta consiste enmaniestar en la conducta la verdadera interioridad. $ero el cínicocarece de interioridad* está todo l en su mueca % vacío por

dentro. =na de las tareas más diíciles para la libertad consiste endistin#uir lo serio de la broma* el cínico identifca ambas cosas. Laconsecuencia sobreviene ense#uida* si nada es serio, todo esserio. La comicidad cínica termina en la tra#edia % ladesesperación. $or eso la risa cínica acompa'a a la violencia quedestru%e* es el adorno de la maldad.


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d! El $a%alis#": $ara el atalista el hombre no es due'o de sudestino. n la nti#Dedad clásica esta postura ue la másrecuente, especialmente entre los estoicos, pero ho% se si#uerepitiendo con recuencia. l atalismo se caracteria por lacreencia de que el universo alber#a dentro de sí un elemento

irracional, llamado 0estino o ar, que es una ortuna o casualidadque mueve la rueda del cosmos % da a cada uno elicidad o lades#racia de una manera aleatoria, pero necesaria* la libertadqueda deprimida ante lo irracional, que es una necesidad cie#a eineludible, rente a la cual %o no so% el due'o de destinarme anadie. Eás bien es ese destino impersonal % cie#o quien decidepor mí de un orma mecánica o ine+orable. l atalismo es el &nicorecurso es que cada uno se contente con la suerte que le hatocado. $or tanto, esto si#nifca resi#narse con el dolor % adoptaruna actitud pesimista, pues las cosas no pueden cambiar* son

inevitables. s sta una resi#nación que ter7mina siendo trá#ica %atal* adusta, pero ele#ante* no vale la pena apasionarse por nada.La tra#edia #rie#a está penetrada por esta actitud. l atalismoinclu%e como &nica aspiración la de tratar de disminuir el dolor. $orlo que respecta a la elicidad, le concede un lu#ar bastantediscreto en la vida humana* es una doctrina triste, incapa deale#ría, porque para ella el mundo no tiene nada que merecacelebración, sino más bien al contrario. $ara el atalismo todoamor está pre'ado de dolor.

e! El pesi#is#" " escep%icis#" pr&c%ic": =na orma de nihilismoes la ne#ación del sentido a mediana escala. s el nihilismo«li#ht » que se manifesta de varios modos* el pesimismo postulaque el esuero por conse#uir bienes arduos se salda siempre conel racaso, % por tanto no merece la pena? es preerible resi#narse.l desen#a'o es una orma más prounda de nihilismo, puesproduce la convicción de que la alsedad se alber#ue en el propiointerior de la verdad* lo que parece verdadero, en realidad estáhueco. l desen#a'ado pierde toda ilusión % confana* no cree ennada, como el cínico, pero por distintos motivos, como ruto deuna mala e+periencia. La amar#ura, por &ltimo, es un desen#a'oresentido, oendido. l modo intelectualmente más l&cido depesimismo, corriente sobre todo entre intelectuales, es su meclacon una dosis moderada de atalismo, que lleva a dudar de que elindividuo deba desear % pueda llevar a cabotareas verdaderamente relevantes % transormad7oras de lasociedad % el destino universal de cada poca. l pesimista, en


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sentido estricto, es el que piensa que el racaso acompa'anecesariamente la vida de la persona individual.

l pesimismo es un poco atalista porque piensa que el destino delo fnito es racasar, pasar. $or ser esto inevitable, es preerible

resi#narse, no hacerse ilusiones de las que despus nos habremosde desen#a'ar* «el camino de la ima#inación a la perección pasapor la decepción». Los ras#os optimistas % pesimistas estánpresente7s, como puede suponerse, en todos los hombre % marcanuna dierente actitud hacia los ideales % su realiación.

! C"n%rap!n%": la afrmación euórica de la vida % la ebriedad.

9odos los escpticos son el al#&n modo nihilistas.

l nihilismo es una e+periencia amar#a, en la que el hombre es

prounda7mente ineli, % de la que trata de escapar, aunque sólosea por un rato. l carácter cíclico de la vida aecta tambin a losnihilistas. $ara salir de la postración anímica se busca entonces unestado de euoria que compense el sentimiento ne#ativo. 1e tratade una afrmación euórica de la vida, del placer pu)ante %esplendoroso. 4uando el hombre se embebe de #olpe % en e+cesoen el embru)o que posee la uera de la vida puede sobrevenir unestado de euoria e+cesiva que llamamos ebriedad, que es unprocedimiento de e+altación % estimulación dionisíaca, en el cualel hombre se pone, por así decir, en un cierto «trance» dee+plosión vitalista, mediante al#&n estimulante que le proporcioneel optimismo que l no termina de sentir. s como darle «marcha»a las ueras irracionales de la vida que uno lleva dentro,liberarlas, % que ellas se encar#uen de trasportarnos aun «+tasis» en el que estamos por un tiempo en sus manos,olvidados del eo rostro de lo cotidiano.

La ebriedad es abandonarse por un tiempo en manos de uerasvitales que no controlamos, porque son irracionales. 1e trata,simplemente, de olvidar la vida propia, o de sumirse ene+periencias un poco «salva)es». s un procedimiento casi tananti#uo como la humanidad. l modo más ordinario de estar ebrioes embria#arse con la bebida, pero ha% otros estimulantes másuertes, como las dro#as. l se+o puede vivirse tambin como al#oembria#ante. l embra#arse uno pierde la cabea, se de)a invadirpor sensaciones nuevas, uertes, placenteras, que le trasportan a


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un «via)e alucinante», que tapa un poco el asco que produce lavida cotidiana. $odría parecer que la ebriedad nada tiene que vercon el nihilismo, pero en realidad es su contrapunto necesario,pues en el nihilismo constante no se puede vivir, porque esinsoportable. 5uienes viven en el aburrimiento % el pesimismo a

veces pueden pensar que la ebriedad es lo que pone un poco desal a la vida % dota de la «chispa» de inspiración necesaria paracrear al#o que val#a la pena. n realidad, viene a ser un sustitutode las acciones l&dicas % del diálo#o* el ebrio tiene debilitada lalibertad, porque sure una dependencia % es mu% vulnerable?sustitu%e el ápice de la vida humana por una situación irreal.$arece obvio decir que la ebriedad es un procedimiento de buscarla elicidad que tiene inconvenientes ísicos, sicoló#icos % morales,pues se basa en la renuncia temporal a conducirse desde la raón,

la voluntad % la libertad. 9ambin parece innecesario se'alar quemuchas veces no se concibe la diversión sin ebriedad.

La ebriedad tiene dos caras. l principio nos llama* «para nosentir el horrible peso del 9iempo que rompe vuestras espaldas %os inclina hacia la 9ierra, necesitáis embria#aros sin cesar. 2$erode qu3 0e vino, de poesía o de virtud, a vuestro #usto. $eroembria#a7ros» (4h. /audelaire!. 1e pone en práctica entonces elconse)o de . Fimbaud* «lanarse al ondo del abismo, Gnferno o4ielo, 2qu importa3H al ondo de lo desconocido para encontrar lo

nuevo». $7ero una ve lanados sobreviene «el desarre#lo de todoslos sentidos», el descontrol, la violencia, % fnalmente el letar#o.Feaparece el eo rostro de lo cotidiano, imposible de aceptar. ; serepite el ciclo. La ebriedad pasa actura, tiene «eectossecundarios», con recuencia acent&a el rechao de la realidad quenos ha tocado vivir. 8o ha% domin#o sin lunes.

'. EL CA(PE DIEM)

4arpe diemI 1i#nifca «aprovecha el momento», «disruta el día», % es

una e+presión de >oracio en la cual se hace una apuesta porel presente* lo que quieras ser, vívelo %a, antes de que se te pase laoportunidad. 1e nos invita así a vivir el presente lo más intensamenteque podamos, a co#er los sabrosos rutos que la vida, #enerosamentenos pone adelante. 1e trata de una orma de afrmación vital inmediata% directa. Lo que suele suceder cuando se adopta esta postura es que seidentifca la elicidad % el sentido de la vida con el placer. 1e trata de una


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e+altación del #oo presente, que trata de e+primirlo antes de que seademasiado tarde. La intensidad con que esta postura puede sermantenida es mu% variable, pero el con)unto de sus ras#os es bastanteconstante*

A! La virtud % el placer se presentan como opuestos. $ara lospartidarios de la primera, «todo lo placentero es pecado % loque no está prohibido es obli#atorio». La bondadmoral si#nifca entonces aburrimiento % la verdadera libertadterminar con los tab&es que nos impiden disrutar de lascosas buenas* «la vida es un manantial del placer» decía8ietsche.

J! 1e afrma, con Fousseau, que la naturalea humana esbuena por sí* «%a nada malo saldrá de ti de ahora enadelante», dice tambin 8ietsche. $or tanto, ha% quedar

libre curso a la uera natural de la vida que uno llevadentro, porque no tiene nada de malo, es de por sí inocente% buena. l hombre es naturalmente bueno. La virtud % labondad moral si#nifcarían una represión de l7as ueras dela vida % por eso son al#o antinatural. La cultura % la vidasocial tendrían demasiadas ormas de represión de lasueras vitales. $or eso, la ebriedad puede ser bienvenida,porque es una orma de vivir la vida con intensidad, % deliberarse de los tab&es % convencionalismos que nos impidela sociedad en la que vivimos.

K! Lo he#emónico en el hombre es entonces el cuerpo* «cuerposo%, del todo % por completo». l espíritu se diumina. nconsecuencia, todo lo que se refere al cuerpo se convierteen e+traordinariamente importante* la dieta, la orma ísica,el uncionamiento de mis ór#anos se+uales (instrumentosdel que es quiá el re% de los placeres!, el aspecto de mipiel, etc.Lo decisivo es la biolo#ía, lo corporal.

! 5ue la vida sea un manantial de placer si#nifca que deboaprovecharla* el uturo no me interesa. $orque me traerácomplicaciones, traba)o, ve)e, escase de

dinero, enermedades % muerte.

0ebo disrutar ahora % todo lo que pueda. >a% queestar volcados en el presente*

4arpe diemI sto si#nifca primacía de la #ratifcacióninstantánea, a la que %a se aludió, % un rechao delcompromiso que suponen las tareas arduas. 4omprometerse


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si#nifca que cuenten con uno, % esto es una complicación queno se acepta.

M! Lo que se necesita es un buen cálculo de los placeresasequibles, tal que permita eludir los dolores consi#uientes.

$or este cálculo el 4arpe diemI >a solido llamarsehedonismo (he don es placer!* se identifcan elicidad %placer .Los puntos :acos de este planteamiento son ácilesde adivinar*

a! 4onundir la elicidad con el placer es un craso %peli#roso error. l placer «tiene dos caracteres* poruna parte es momentáneo, por otra admite larepetición. demás, es siempre parcial, en el sentidode que aecta nada más a una dimensión de la vida,pero desde ella puede «llenarla» momentáneamente.

$uede tener una #ran vivacidad % ener#ía, pero ala ve se lo siente como constitutivamenteinsufciente». La raón de su insufciencia está en esastres características* porque es al#o pasa)ero % parcial,aecta a la vida psíquica, más que al n&cleo de lapersona misma. ; sobre todo, su e+cesiva repeticiónprovoca una dependencia de ellos no del todovoluntaria, % al fnal el hastío. La elicidad, en cambio,es al#o mu% dierente* en primer lu#ar no es al#oparcial ni momentáneo, sino permanente, que aecta ala totalidad de la persona, % está por tanto a un nivelmás proundo. n se#undo lu#ar, la intensifcación dela elicidad no provoca has7tío, sino todo lo contrario,un deseo de que se ha#a a&n más intensa % honda.4uando se cira la elicidad en el placer sobreviene loque antes se llamó la atomiación de la vida* lasustitución dela elicidad por la #ratifcacióninstantánea, por el +ito, por el placer, mientras quedaen hueco la totalidad de la vida.

b! postar por la elicidad en presente destru%e lae+pectativa delos bienes uturos. n el 4arpe diemI

>a% una traición secreta al valor de la espera. >a% máselicidad en esperar bienes uturos que en tenerlostodos %a. 4uando no ha% e+pectativas, sino sólo #oces,del uturo %a no se espera nada? comiena entonces lae+pectativa de la inelicidad.


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>a% más elicidad en el uturo que en el presente. Laelicidad consiste en aprender a esperar. $or otro lado,4arpe diemI no es aplicable a la vida proesional,donde impera la ló#ica de lo serio % de las tareas alar#o plao, con su estructura propia. s por tanto, un

$lanteamiento incompleto de la vida, pues tampocoatiende al esuero, al dolor, a la limitación % laenermedad humanas, ante los que está amenaadode atalismo.

1e queda sólo con el tiempo libre, % lo convierte todo en diversión. s laló#ica de los inmaduros % los irresponsables. n el ondo se trata de unapostura mu% poco solidaria % más bien e#oísta. $or eso, su críticadetallada debe hacerse desde un punto de vista tico.

K. LA POST*(A P(A+M,TICA: EL INTE(-S=na de las posturas más recuentes rente a la elicidad consiste en decirque el hombre puede conse#uir poca, % que toda la que consi#a será abase de cuidar de sus propios intereses. sta actitud no se de)a llevarpor e+cesivas ilusiones, es realista, pra#mática, buena conocedora delos hombres, no aspira a cambiar el mundo ni tiene otro ideal que unaán moderado de ase#urarse una e+istencia lo más cómodo posible,tranquila % se#ura posible, sin sobresaltos ni ries#os* «más vale pá)aroen mano que ciento volando».

l aán de se#uridad es necesario para la vida humana. 1in embar#o,cuando se e+a#era, se cae en esta postura, eminentementeconservadora % poco ami#a de los ries#os, que hace depender laelicidad del propio esuero por ase#urarse los recursos. Locaracterístico de esta mentalidad es la moderación de los ob)etivos % elpredominio del inters por el propio bienestar. stamos entonces ante unmodo de ver la vida que pone como fn % valor primero %o mismo % misintereses. La elicidad interesada es a)ena a los idealismos* a lo más quesuela aspirar es a realiar sus propios intereses. 8o se plantea teorías*

«t&, vete a lo tu%o», parece decir. spira a que en el reparto le va%a lome)or posible* comparte poco, pues desconía de lo p&blico.

ma el dinero % opina «un hombre vale lo que valen sus recursos», %sólo coopera para evitar verse per)udicada. stá con7vencida de que lama%oría de las acciones humanas son ruto del inters, % que los idealesson «idealismos» % prdida de tiempo, es decir, un modo de eludir la


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dura realidad de la vida. La elicidad interesada suscribiría, quiá conal#unos matices de duda, pero con acuerdo básico, las afrmaciones de>obbes se'aladas más atrás, o esta otra* «todos los actos voluntariosdel hombre tienen como fn al#&n bien para l». n conclusión* elhombre tiene un solo fn, que es l mismo. 9odas sus acciones son

interesadas porque se supeditan a ese ob)etivo. 8o se trata tanto de une#oísmo puro % duro, como de buscar sólo lo conveniente % &til para mí,evitando aquellos #astos de tiempo % esuero en pos de valores eideales desinteresados que nada me van a reportar. sta es actitudanti#ua % efca, pero sumamente discutible, con reparos de tipo moral,% una serie de consecuencias en el modo de concebir la vida social,resumidas en la palabra individualismo. n los &ltimos tiempos ha idoevolucionando hasta convertir7se en al#o li#eramente distinto, que setratará a continuación.

. LA POST*(A CONTEMPO(,NEA

EL /IENESTA(

«La ma%oría de los hombres % mu)eres de nuestro tiempo no son mu%elices? tampoco se sienten des#raciados


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complementa mu% bien de lo que se llamó cientifsmo %tecnocracia % desde lue#o se inscribe con acilidad en laóptica del materialismo.

La combinación de todas estas posturas, en #rados diversos, constitu%e

la mentalidad contemporánea, como a lo lar#o de este libro se ve. $or loque se refere a la elicidad, el mundo actual ha creído que se realiaríacuando se alcanaran para todos unas determinadas condiciones debienestar material, un cierto nivel de vida % de se#uridad en la evitaciónde ries#os % males. se ideal consiste en el intento de hacerdesaparecer la miseria, el dolor % el esuero mediante el desarrolloeconómico % los adelantos % comodidad es de la tecnolo#ía. 1on unosob)etivos complemntales loables, pero no pertenecen a nadie enparticular, no son pro%ectos personales, sino #enerales, % correnundamentalmente por cuenta del estado % de las empresas, que los

llevan a cabo mediante una adecuada planifcación % desarrolloeconómico % tecnoló#ico. ; así lo que sucede es que se pierde de vista elcarácter personal de la elicidad* « 2$or qu3 $orque la elicidad pierdesu contenido propio* resulta equivalente a sus condiciones? es decir,dadas ciertas condiciones ha% bienestar % por tanto elicidad. $eroelicidad 2de quin3 0e cualquiera, de todo el mundo. sí se deslia enel mundo contemporáneo una #ran variación res7pecto de la elicidad*se sustitu%e el pro%ecto personal de vida por la adquisición de unasdeterminadas condiciones materiales de bienestar % de se#uridad. «l

hombre medio de nuestra poca la inse#uridad le parece inelicidad»,soporta mal los ries#os % necesita «se#uros» % #arantías continuos. sí la elicidad pasa a depender de los ob)etos % los procedimientostcnicos, se despersonalia % se vuelve ob)eto de planifcación* dependedel estado m o de que me toque la lotería. 4on ello, disminu%e elespíritu de aventura respecto de la propia vida* la novedad se compra %se utilia se#&n un manual de instrucciones, pero no se encuentra deuna manera personal? la elicidad se convierte en ob)eto de consumo,está «en oerta». l ideal contemporáneo del bienestar ha evolucionado&ltimamente hacia ormas de calidad de vida en las cuales la comodidad

% la d7inversión se han convertido en elementos centrales % acasoe+cesivos, puesto que se concede una importancia enorme al estado desalud, al cuidado del cuerpo, a la evitación de molestias de todo tipo, aormas de ocio % de traba)o donde prima la comodidad, la rapide % lassensaciones uertes, al disrute de adelantos tecnoló#icos % denovedades #ratifcantes % placenteras, al tener en defnitiva. ; así, seentiende por calidad de vida la supresión de todo esuero que no se


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diri)a a aumentarla a ella misma, aunque despus no se sepae+actamente qu es un pro%ecto de vida verdaderamente personal% enriquecedora. n esta actitud es donde se encuadra el consumismo %la elevación de la comodidad al ran#o de valor primero. La comodidadesla actitud que busca evitar la difcultad, el esuero, el surimiento %, en

#eneral, todo lo molesto. s uno de los valores % de los avances máscentrales en nuestra cultura, % rechaarla sería hipocresía, pues nadieestá dispuesto a quedarse sin lu o a#ua corriente en su casa. $eroconvertir esto en ideal de vida es propio de #ente que a#uanta mal elsurimiento % que sólo piensa en sí misma. $or eso, la que)a, ladebilidades % la blandura suelen acompa'ar este sot Na% o lie, quetiene muchas maniestaciones en la conducta práctica, entre otrashaberse acostumbrado a obtener ense#uida todo lo que a uno se leanto)a, % buscar sólo el sentirse a #usto, tener placeres % no

contrariedades, ni siquiera un poco de río o de sed. 4uando se vive así,el dolor % los dolientes escomo si no e+istieran % uno ácilmente caeen una e+istencia caprichosa, superfcial % poco solidaria con losnecesitados. ; esto ronda %a la in)usticia % el e#oísmo, porque uno no sepriva de nada, mientras a los pobres les alta de todo. 4omo veremosmás adelante, un ideal de elicidad que no ten#a en cuenta el dolor estáincompleto % #enera insatisacción* acostumbrarse a no surir nos hacemás dbiles. $ero es que además, es un ideal de vida que da pocaelicidad, % en el cual in:u%en enormemente el individualismo % elinters pra#mático por uno mismo. La consecuencia es que mucha #ente

tilda los tiempos en que vivimos de amoros, pasivos, poco interesantes,%, a la hora de la verdad llenos de intereses e#oístas, de un materialismobastante insolidario, % sin valores morales verdaderamente proundos.s una que)a ho% universal* ha% como un vacío. «sa pre#untaundamental que el hombre se hace de ve en cuando, si es eli, hade)ado de hacerse % la raón es que se da por supuesto que la elicidadconsiste en que se cumplan ciertas condiciones». $ero a pesar de ello,lo cierto es que «el bienestar por sí mismo no produce elicidad? essimplemente un requisito de ella6 La elicidad no consiste simplemente

en estar bien, sino en estar haciendo al#o que llene la vida». sto es loque ho% muchas veces se olvida, % sin embar#o es lo más verdadero quese puede decir sobre la elicidad. $ero la #racia está en que la b&squedade la elicidad corre por cuenta de cada uno, porque es la realiación deun pro%ecto personal.

M. EL PODE( DEL DINE(O


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+iste un ideal de elicidad que es el más adecuado para los ambiciosos*el poder. s una opción tan anti#ua como la humanidad. n la pocamoderna, el ideal bur#us tambin ha hecho su%o este valor al decir queal hombre se le mide por sus recursos. $oder si#nifcar potencia,capacidad, uera

4irar la elicidad en l si#nifca apostar por uno mismo, no sólo encuanto centro de todos los intereses, sino todo como dominador de loque le rodea. >o% en día el poder más evidente % directo es el dinero,pues el uso que se hace de l es mucho más amplio, :e+ible, tcnico %sofsticado que en pocas anteriores. $or eso no es de e+tra'ar que uncierto n&mero de #ente viva se#&n aquello de que dinero es poder %elicidad es poder. Lo que se busca entonces es tener sufciente dineropara poder hacer lo que se quiera. sta mentalidad act&a como si laelicidad % los hombres mismos se rin7dieran al hechio implacable delpoder fnanciero.

l lu)o aparece entonces como si#no % ostentación de poder % de dinerose utilia para demostrar uera % distinción* se tiene el me)or coche, elperume de las mu)eres más ele#antes, etc.

$oner la elicidad en el dinero es mu% tentador* con dinero, se puedeconse#uir casi todo, desde costosísimos tratamientos mdicos, hastavia)ar a todos los lu#ares, etc. >a% pocas cosas, en apariencia, que no sepostren a nuestros pies cuando se dispone de todo el dinero que uno

quiera #astar. Los puntos dbiles de esta postura se a#randan a medidaque se e+a#era. 1i esto no se hace, puede parecer casi defnitivamenteconvincente, % por eso es necesario analiar más adelante la cuestióndel dinero. 0e todos modos, en lo dicho hasta ahora ha% ar#umentosque muestran su debilidad. demás, basta apelar a la e+periencia* esdecir que el dinero no da la elicidad parece uno de los tópicos másrepetidos, pero no de)a de ser una #ran verdad. 9ambin lo es a'adir acontinuación que, aunque no la d, contribu%e mu% decisivamente enella, lo cual es obvio, pues dentro de la vida buena está tambin el

bienestar. 1i embar#o, el principal inconveniente del dinero es ste* nose puede compartir, sino sólo repartir, puesto que es de uno, % nadiemás. $or eso, donde ha% dinero ha% discordia, % en la discordia nadiepuede ser eli. demás, la e+cesiva preocupación por el dineromaterialia la vida humana hasta hacerla miserable. 1in embar#o, latentación del poder no aparece sólo reerida al dinero, sino al dominio


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eectivo de cuanto ten#o a mi alrededor. s lo que veremos acontinuación.

B. EL AF,N DE PODE( Y LA LEY DEL M,S F*E(TE

>a% bastante #ente que en su conducta demuestra un #ran aán depoder. 1e mueven por el aán de tenerlo % conquistarlo, aunque sea enuna dosis miserable. 4uando se les pre#unte por ello, ne#arán que eneso ciren la elicidad, pero de hecho se comportarán como si así uera,como si sólo pudiesen descansar una ve que ha%an levantado unatrinchera en torno a su territorio % ha%an dicho* «sto es sólo míoI quí mando %oI». l hombre tiene una tendencia, secreta o manifesta, adominar a otros % a no de)arse dominar por ellos* los clásicos lallamaban h%bris, que apro+imadamente quiere decir or#ullo, deseode sobresalir. $or tanto, la voluntad de poder no es sólo una teoría

flosófca de 8ietsche, sino el aán continuo que el hombre tiene dedominar a los demás % someterlos a sus dictados, aunque sólo seadentro del ho#ar. ste aán suele aparecer como autoridad despótica,que consiste en no querer s&bditos, sino esclavos. s un uso de lavoluntad que incurre en una conusión lamentable* olvida que al hombreno se les domina, ni se les desea o se le eli#e, como si ueran platos decomida, sino que se les respeta, se les aprueba o rechaa % se les ama.1in embar#o, e+altar la voluntad de poder % aplicarla a nuestrosseme)antes es una postura que tiene más sentido del que a primeravista puede parecer. l ar#umento más efca consiste en decir que en lavida los que triunan son los uertes, % que para triunar ha% queimponerse a los demás. Lo que triuna es la uera, no la )usticia. smás, la )usticia no es otra cosa que el nombre que se le pone a lo queme conviene, a aquel estado de cosas que avorece mis intereses %mi poder. La )usticia es la le% que el más uerte impone al más dbil. lhombre, para ser eli, necesita ser #anador.

0esde esta postura, a la pre#unta 2merece la pena ser )usto3 >a% quecontestar* 8OI 2$or qu3 $orque cuando tratas de ser )usto lo que sale

perdiendo son tus interese proesionales rente a los delos demás* teconviertes en perdedor. $ensar que compensa ser )usto (no robar, nomentir, no aprovecharle del pró)imo cuando puedes hacerlo, etc.! es,se#&n esta mentalidad, una in#enuidad, porque si t& dominas a losdemás, ello te dominarán a ti.

8o compensa ser )usto, porque es hacer el idiota % quedarse con lapeor parte. 0eba)o de la )usticia práctica de la voluntad de poder


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entendida de este modo está, como se ve, la convicción de que noe+isten acciones desinteresadas % de que las relaciones entre hombresson siempre de dominio de unos sobre otros. 1in embar#o, lo específcode la )ustifcación práctica de la voluntad de poder es que desprecia la )usticia que la mentalidad bur#uesa % el individualismo todavía aceptan

como valor. $ara este modo de ver la v7ida, t& puedes delinquir siempreque no te casti#uen, porque no te descubren, o porque eres demasiadopoderoso para que se atrevan a acusarte p&blicamente. $or tanto, notiene sentido ser )usto, sino dominar a los demás* la )usticia no es otracosa que la le% del más uerte. 5uien ha e+presado teóricamente estepostura con rases más rotundas en Eaquiavelo. La ló#ica de estapostura es, pues, la le% del más uerte* ste debe dominar sobre el dbil,que es despreciable e inerior. La voluntad de poder pone a su propioservicio todos los medios de que dispone. =no de ellos, ho% quiá el más

importante, es el dinero. 4uando ste se hace instrumento de esavoluntad, se utilia para abrir todas las puertas, suaviar todas lasvoluntades % comprar todas las libertades, sin detenerse en «pre)uicios»de tipo moral. 4u7ando ri#e esta le%, la moralidad es ridícula, % elespacio social se divide en eseras de in:uencia, dentro de las cualesha% una le% rrea de tipo mafoso, en la que ri#e una )usticiaconsistente en que el que está arriba es todopoderoso, dentro de suesera de dominio, para premiar, casti#ar, e incluso matar. sta posturaconsidera la le% como un instrumento más de dominio, pues %a se di)oque no cree en la )usticia.

La voluntad de poder conduce rápidamente a la inelicidad % a veces a lacárcel*

A. 8o respeta a las personas como fnes en sí mismasJ. Gncurre en las peores ormas de tiranía.K. Lana a unas personas contra otras, porque instaura la le% del más

uerte.. 0estru%e la se#uridad, el derecho, el respeto a la le% % a la )usticia

dentro de una comunidad % con recuencia conduce a la #uerra.M. nvilece la convivencia, porque )ustifca todas las mentiras,

aumenta el rechao sistemático contra la verdad % #enera unespíritu de resentimiento % de desquite.

B. 0estru%e los restantes valore morales %, en consecuencia lamisma sociedad. 1e trata, por tanto, de un planteamientoe+tremadamente de#enerado % pernicioso, aunque puedae+plicarse su sorprendente aceptación % puesta en práctica por elhecho de que al#unos si#uen % probablemente se#uirán


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sucumbiendo a la tentación de tratar de dominar a los demás a suanto)o. sta es la causa principal de la mala situación política quedesde hace tiempo padecemos % de los numerosos con:ictos queasolan la vida social. 0espus de analiar estas alternativas oideales de elicidad, rea7parece una verdad mu% clara*

8o está ase#urado que el hombre lle#ue a ser eli. l caminono parece otro que tener una adecuada comprensión % puestaen práctica de lo que el hombre es % del tipo de acciones %hábitos que le pereccionan.

0e lo que no cabe duda es de que, si el hombre no se eleva por encimade sus inter7eses e+clusivamente personales, no será eli. sto noslleva de nuevo a la consideración de la dimensión social humana comoal#o completamente irrenunciable*

La persona no puede lle#ar a la elicidad si no e)erce el tipo deactos que tiene como destinatarios a los demás. $or eso hemosde hablar ahora con más detenimiento de la dimensión socialdel hombre.

EL SENTIDO DE LA VIDA:

penas hemos dicho nada hasta ahora del sentido de la vida. $odemos

describirlo como la percepción de la tra%ectoria satisactoria oinsatisactoria de nuestra vida. 0escubrir el sentido de la propia vida, espues, alcanar a ver a dónde lleva, tener una percepción de suorientación #en7eral % de su destino fnal. 1i se ven las cosas a lar#oplao, lo importante es el fnal, el destino. $ero normalmente, como seha dicho antes, la vida tiene sentido cuando tenemos una tarea quecumplir con ella. so es lo que, al despertarnos, introduce un elementode estabilidad, de ilusión, de e+pectativa concreta, % por tanto de unacierta elicidad para el día que comiena. «4uando ha% elicidad sedespierta al día, que puede no ser mu% #rato, con un previo sí. 1i uno se

despierta con un sí a la vida. 4on el deseo de que si#a, de que puedacontinuar indefnidamente, eso es la elicidad. n cambio, si esacotidianidad se ha roto o se ha perdido, si uno despierta a la inelicidadque está esperando al pie de la cama, no ha% más remedio que intentarrecomponerla, buscarle un sentido a ese día que va a empear, ver sipuede esperar de l al#o que val#a la pena, )ustifque se#uir viviendo».sto quiere decir que el sentido a la vida« no se identifca con la


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elicidad, pero es condición de ella», pues cuando alta, cuando lospro%ectos se han roto, o han lle#ado a e+istir nunca, comiena lapersona tarea de encontrar un motivo para arontar la dura tarea devivir. $or tanto, la pre#unta por el sentido de la vida % del mundo sur#ecuando se ha perdido el sentido de orientación % de uso de la propia

libertad, cuando no se tiene una idea clara de adonde conducen lastareas que la vida a todos nos impone, % sobre todo cuando disminu%e elnivel medio de la elicidad de una sociedad. >o% ese sentido aparecemuchas veces como al#o problemático % de nin#una manera evidente,pues ha% una uerte crisis de los pro%ectos vitales, de los ideales %valore* altan convicciones, no ha% verdades #randes ni valores uertesen los que inspirarse de manera natural, sobre viene la alta demotivación % la des#ana, no se percibe nin#una orientación defnida,decae la ma#nanimidad en los fnes, el pro%ecto vital estáconstantemente en revisión, los ideales no son sufcientemente valiosos

para )ustifcar el a#uantar las difcultades que conlleva ponerlos enpráctica, etc.

La ausencia de motivación % de ilusión es el comieno de la prdida delsentido de la vida. $uede lle#ar a constituir una patolo#ía psíquica %ocasionar sentimientos de inutilidad, de vacío, de rustraciones e inclusodepresiones. 4uando no se encuentra el sentido del propio vivir, sólo ha%dos soluciones* «una posibilidad es la atomiación de la vida, laequivalencia, siempre raudulenta, de los placeres o los +itos con laelicidad? % esto conduce a la inautenticidad, a la vida en hueco? laspersonas que no encuentran sentido a sus vidas % llenan de placeres o

de +itos como equivalentes, hacen trampa % de)an introducirse laalsedad en su vida». s lo que veremos ense#uida. La otra posibilidades reconocer con sinceridad la prdida de sentido* esto es el nihilismo.Fesponder de una manera convincente a la pre#unta por medio delsentido de la vida e+i#e dos cosas*

9ener una tarea que nos ilusione % enrentarse con las verdades #randes,con los #randes interro#antes de nuestra e+istencia. 5uien saberesponderlos, encuentra una dirección satisactoria para su vivire incrementa tremendamente su e+pectativa de elicidad en la

realiación de sus tareas ordinarias, pues sabe lo que verdaderamente leimporta, lo que se tomó en* « 2qu me importa de verdad3 s el caminopara la pre#unta por el sentido de la vida». 0icho de otro modo* sabercuáles son los valores verdaderamente importantes para mí es lo quehace posible emprender la tarea de realiarlos. 0icho crudamente* 1e eshombre cuando se tiene saber teórico % capacidad práctica pararesponder a estas tres pre#untas* 2$or qu esto% aquí3 2$or qu e+isto3


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25u debo hacer3 ncontrar la respuesta es uno de los empe'os dellibro.

EL DESTINO

0. EL DESTINO DEL HOM/(E:

PLANTEAMIENTO

A! La pre#unta «al fnal 2qu será de mí3» carece de si#nifcado. s unarase sin reerente, un sinsentido, un malentendido lin#Dístico. 8o esnin#una pre#unta racional, sino más bien e+presión de un ciertosentimiento de miedo o incertidumbre. 8ada más. 1encillamente* elconcepto« destino» no si#nifca nada, no e+iste en la realidad.

'. LA M*E(TEa! La #!er%e pe1!e2a

ste modo de morir es además, se#&n las e+presiones de Fil-e, lamuerte peque'a, es decir, un suceso irrelevante en el con)unto delasociedad % del universo. 8o se trata simplemente de que la personadesapareca, sino que además a la ciudad le importa mu% poco que esosuceda* la muerte se trivialia, pasa a ser una deunción por la que elenermo causa ba)a o la víctima in#resó %a cadáver. 8adie repara muchoen ello, pues además es sumamente desa#radable que al#uien muera.demás, cada día ha% tantas víctimas que las nuevas ocultan a lasanteriores.

3 La #!er%e 4randec3 5!6 es #"rir

=n planteamiento no dualista debe afrmar que «en la muerte no muere,tomada la cosa con ri#or, ni el cuerpo del hombre ni su alma, sino elhombre en sí mismo», es decir, la persona. La muerte «no es otra cosaque la separación del alma % del cuerpo», es decir, la separación delor#anismo % de su principio vital, que convierte el cuerpo en cadáver.Los clásicos decían* anima orma corporis, el alma es la orma de cuerpo.4uando ste se queda sin alma, de)a de ser cuerpo, se corrompe, se «d7ePorma», pues no ha% cuerpo sin alma.

5uien muere es el hombre entero, no su cuerpo.

7. LA P(ETENSI8N DE INMO(TALIDAD

0e todo ello resulta que en la esencia misma del amor, de la elicidad% de la capacidad de dar la vida por una causa noble se encuentra lainmortalidad. l hombre es mortal e inmortal al mismo tiempo, puesto


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que tiene pretensión de inmortalidad, por la cual «aspira a se#uirviviendo indefnidamente, a no morir nunca, a eludir, no esta muerteque amenaa, sino toda la muerte».

>a% en l al#o inmortal % es de ahí de donde mana es pretensión. 1in

embar#o, l mismo es mortal, puesto que, como hemos visto, quienmuere es la persona % no simplemente su cuerpo. ; a7sí, la parado)a sevuelve aparentemente más uerte % oscura* el hombre padece % sure lamuerte, pero al mismo tiempo es capa de ir más allá de ella, #racias asu pretensión de inmortalidad. 25u embrollo es ste3 «sta reacción detodos los seres humanos de todos los tiempos % de todas las culturas senos impone como un hecho psicoló#ico % socioló#ico» que muestracómo el hombre, desde que es hombre, se relaciona con latrascendencia %a mientras vive. treverse a decir que este tipo deconducta, aunque sea universal, obedece a una su#estión no de)a deser un aserto #ratuito e imposible de probar como verdadero.

La e+istencia d7el más allá sólo admite en principio pruebas indirectas,como las que aquí se mencionan, pero no ha% nin#una de ellas quedemuestre su no e+istencia. $ensar que los misterios no e+isten, % quetodo puede ser probado, es una ilusión que ho% %a aecta a mu% pocos.

. M,S ALL, DE LA M*E(TEA! La se#unda cuestión pone sobre el tapete la doctrina de la

reencarnación, se#&n la cual las almas de los muertos sereencarnan en nuevos cuerpos % nuevas vidas. 1i se analianlas cosas despacio, esta doctrina es racionalmente imposiblede aceptar, puesto que el espíritu separado del cuerpo de"ulano si#ue siendo el espíritu separado del cuerpo de"ulano, % "ulano no es un espíritu, sino su espíritu consu cuerpo.

1ólo con una perspectiva dualista se puede aceptar que "ulano es unespíritu que via)a % vive en varios cuerpos sucesivamente.

/G/LGOQF"G*

• ;epes, F. (JRRK!Fundamentos de Antropología. Un ideal deexcelencia humana. $amplona* unsa. 4ód.AJS;T JRRK

• Eon#e, E. (JRAJ!. Una luz sobre el sufrimiento y la muerte.

$amplona* =81.


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• Eelendo, 9. (JRRM!. Introducción a la antropología: la persona.

Eadrid* diciones Gnternacionales =niversitarias.

felicidad y sentido de vida.docx

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