f. brentano - psicología desde un punto de vista empírico

Upload: teresitacarre

Post on 07-Jul-2015

185 views

Category:

Documents


3 download

TRANSCRIPT

Psicologa desde un punto de vista empricoFranz Brentano

La traduccin espaola de Hernn Scholten est en Internet.

La traduccin espaola de Jos Gaos se public en 1935 en la editorial de la Revista de Occidente en Madrid.

Tabla de contenido

3

Tabla de contenidos: Prlogo de Ortega ................................................... 11 Libro I. La psicologa como ciencia ....................... 15 Captulo I. Sobre el concepto y funcin de las ciencias psquicas.................................................... 15 1. Definicin de la psicologa como ciencia del alma. ................................................................. 17 2. Definicin de la psicologa como ciencia de los fenmenos psquicos. ................................. 26 3. Valor propio de la psicologa. ................... 45 Libro II. Sobre los fenmenos psquicos en general61 Captulo I. De la distincin entre los fenmenos psquicos y los fenmenosfsicos............................ 61 1. Necesidad de estudiar detenidamente la cuestin. ........................................................... 61 2. Explicacin de la distincin mediante ejemplos. .......................................................... 63 3. Los fenmenos psquicos son representaciones o tienen representaciones por base................................................................... 65 4. Definicin de los fenmenos psquicos por su carencia de extensin. Contradiccin que se alza frente a esta definicin.............................. 76

Tabla de contenido

4

5. Es caracterstica de los fenmenos psquicos su referencia a un objeto. ..................................81 6. Los fenmenos psquicos slo pueden ser percibidos por la conciencia interior; para los fsicos slo es posible la percepcin exterior....86 7. Los fenmenos psquicos slo pueden existir fenomnicamente; los fsicos pueden tambin existir en la realidad. .........................................88 8. Si es exacto, y en qu sentido lo sea, decir que los fenmenos psquicos slo existen uno tras otro, mientras que los fsicos existen muchos a la vez. .............................................................91 9. Retrospeccin sobre las definiciones de la ciencia fsica y la ciencia psquica. ...................97 De la clasificacin de los fenmenos psquicos ....103 Prlogo a la 2. edicin, 1911. ...............................103 Libro II. Sobre los fenmenos psquicos en general ...............................................................................107 Captulo V. Ojeada a los principales ensayos de una clasificacin de los fenmenos psquicos..............107 1. Divisin platnica del alma en tres partes: una concupiscente, otra irascible, otra racional. ........................................................................107 2. Las divisiones fundamentales de los fenmenos psquicos en Aristteles................112 3. Influjo de las clasificiaciones de Aristteles, Wolff, Hume, Reid, Brown.............................115

Tabla de contenido

5

4. Divisin tripartita en representacin, sentimiento y apetito. Tetens, Mendelssohn, Kant, Hamilton, Lotze. Cul fue propiamente su principio directivo? ........................................ 116 5. Aceptacin de los tres miembros de la divisin por la escuela herbatiana. ................. 133 6. Las divisiones de Bain. ........................... 134 7. Retrospeccin de los principios empleados en la clasificacin fundamental...................... 138 Captulo VI.Divisin de las actividades psquicas en representaciones, juicios y fenmenos de amor y odio .............................................................................. 140 1. Eliminacin de las clasificaciones que no proceden del estudio de los fenmenos psquicos. ........................................................................ 140 2. Debe preferirse en la actualidad una clasificacin que tome por principio el diferente modo de referencia de referencia al objeto inmanente. ...................................................... 142 3. Las tres clases fundamentales naturales son: representaciones, juicios y fenmenos de amor y odio................................................................. 147 4. Procedimiento que debe seguirse para justificar y fundar esta divisin. ..................... 151 Captulo VII. La representacin y el juicio, dos distintas clases fundamentales .............................. 154 1. Testimonio de la experiencia interna. ..... 154

Tabla de contenido

6

2. La diferencia entre la representacin y el juicio es una diferencia de las actividades mismas. ...........................................................155 3. No es una diferencia de intensidad. .........160 4. No es una diferencia de contenido. ..........162 5. No es exacto que el enlace del sujeto y el predicado u otra combinacin semejante pertenezca a la esencia del juicio. Demustralo, primero: la consideracin de la proposicin existencial afirmativa y negativa. ...................167 6. Segundo: lo confirma la consideracin de las percepciones, sobre todo las condiciones de las primeras percepciones.....................................170 7. Tercero: se infiere de la reductibilidad de todas las predicaciones a proposiciones existenciales. ...................................................173 8. No hay, pues, ms remedio que reconocer la peculiaridad del juicio en el modo particularde su referencia a su contenido. ...............................186 9. Todas las peculiaridades que en otros casos caracterizan la diferencia fundamental en el modo de referirse al objeto, se encuentran tambin en nuestro caso. .................................188 10. Retrospeccin sobre los tres modos de fundamentacin...............................................194 11. La concepcin errnea de la relacin entre la representacin y el juicio fue ocasionada por el

Tabla de contenido

7

hecho de que en todo acto de la conciencia va incluido un conocimiento............................... 195 12. Hay que aadir los motivos verbales del error: primero, la denominacin comn del pensamiento.................................................... 199 13. Segundo, la expresin en proposiciones. ........................................................................ 200 14. Consecuencias de haber desconocido la naturaleza del juicio: en la metafsica. ........... 202 15. En la lgica............................................ 205 16. En la psicologa. .................................... 209 Capitulo VIII. Unidad de la clase fundamental para el sentimiento y la voluntad...................................... 212 1. La experiencia interna ensea la unidad de la clase fundamental para el sentimiento y la voluntad: primero, mostrndonos estados intermedios que ofrecen entre s trnsitos continuos y paulatinos.................................... 212 2. Segundo, dndonos a conocer el carcter coincidente de sus referencias al contenido. .. 218 3. Demostracin de que lo mismo sucede con respecto al sentimiento................................... 221 5. Carcter de las diferencias de clase dentro de la esfera del sentimiento y la voluntad. Son definibles merced a los fenmenos que les sirven de base............................................................ 234

Tabla de contenido

8

6. Diferencias subordinadas en el modo de referirse al objeto. ...........................................238 7. Ninguna de las peculiaridades que en otros casos sealan la diferencia fundamental en el modo de la referencia al objeto, caracteriza la diferencia entre el sentimiento y la voluntad. .242 8. Retrospeccin de la precedente triple explicacin. .....................................................249 9. Las causas principales que ocasionaron el error sobre la relacin entre el sentimiento y la voluntad fueron las siguientes: primero, la particular unin de la conciencia interna con su objeto pudo fcilmente confundirse con una modalidad especial de la conciencia. ..............251 10. Segundo, la voluntad supone una capacidad de actuacin irreductible a la facultad de amar. ........................................................................253 11. Aadise a stos un motivo verbal: la denominacin inadecuada de la clase comn con el nombre de apetito........................................258 12. Tambin el error sobre la relacin entre la representacin y el juicio foment el error sobre la relacin entre el sentimiento y la voluntad. Referencia de las tres ideas de lo bello, lo verdadero, lo bueno a las tres clases fundamentales. ................................................259

Tabla de contenido

9

Captulo IX. Comparacin de las tres clases fundamentales con el triple fenmeno de la conciencia interna. Determinacin de su origen natural. .................................................................. 267 1. Cada uno de los tres aspectos de la conciencia interna corresponde a una de las tres clases de fenmenos psquicos....................... 267 2. El orden natural de las tres clases fundamentales es ste: primero, representacin; segundo, juicio, y tercero, amor. .................... 270

Prlogo de Ortega

11

Prlogo de Ortega Hay obras de ancha fauna y escaso influjo. Otras, par el contrario, siguen un destino tcito y como subrepticio, al tiempo mismo en que van transformando la superficie de la historia. El libro de Francisco Brentano, Psicologa desde el punto de vista emprico, publicado en I874, es de este ltimo linaje. El hecho es tan escueto y tan sorprendente, que merece especialsima consignacin. Este libro, publicado en 1874, ha producido un cambio total en la ideologa filosfica del mundo, y, sin embargo, la segunda edicin no ha aparecido hasta 1925. Aconsejan datos ste al fino historiador la mayor perspicacia cuando busque los orgenes de las mutaciones humanas, que suelen hallarse, como la cuna de los grandes ros, en lugares repuestos y a trasmano. Francisco Brentano es, sin duda la figura ms heterclita de la filosofa contempornea. Su estilo de prosador recuerda por su sobriedad, vigor y eficiencia slo a las mentes antiguas. Brentano, nacido en 1838, fue sacerdote catlico, y por algn tiempo profesor en Viena. Por dificultades con el Gobierno de ser pas dej la ctedra, despus haber repudiado los hbitos de clrigo, aunque perdur en sus profundas

Prlogo de Ortega

12

convicciones cristianas. En rigor, no compuso ms que un libro: el primer tomo de la Psicologa antes citada. Lo dems de su labor se reduce a breves folletos, compuestos de pura esencia intelectual, cada uno de los cuales trajo consigo la reforma de toda una disciplina filosfica. Su Psicologa de Aristteles (1867) y su estudio Sobre los diversos significados del ser, segn Aristteles (1867) fueron el punto de partida para un nuevo aristotelismo, que sirvi de carril a sus posteriores innovaciones. En su discurso Sobre el origen del conocimiento moral (1889) da el paso decisivo para fundar lo que, luego de magnfico desarrollo, debido a sus discpulos y discpulos de sus discpulos, se llama hoy "ciencia de los valores". Para Brentano, la filosofa no era un menester literario. No le urga escribir pginas y pginas, sino esculpir definiciones y argumentos. Convencido de que pesaba sobre l la sublime misin de restaurar la verdadera filosofa, echada a perder por Kant y sus descendientes, vivi concentrado sobre las cuestiones esenciales de la metafsica, la tica y la psicologa. Fortuna o genialidad le atrajo, como discpulos, los hombres jvenes que luego han influido ms decisivamente en el pensamiento europeo: Husserl, Meinong, Stumpf, Ehrenfels, etc. Puede decirse que la

Prlogo de Ortega

13

filosofa actual de tipo ms riguroso y cientfico procede de Brentano, al travs de sus grandes discpulos. Conviene, pues, que los aficionados espaoles puedan manejar la obra egregia de tal filsofo. A este fin se inicia ahora su versin castellana, y comenzamos por los dos famosos captulos de su Psicologa que ms frtil influjo han tenido. A ellos seguir el ensayo Sobre el origen del conocimiento moral, donde agudamente crea Brentano las bases de una nueva tica. Retirado en Zurich, ciego en sus ltimos aos, sereno y alerta, muri el gran filsofo en marzo de 1917. Jos Ortega y Gasset

La Psicologa como ciencia

15

Libro I. La psicologa como ciencia Captulo I. Sobre el concepto y funcin de las ciencias psquicas.1

Originalmente, ciertos fenmenos evidentes y conocidos parecieron proveer una explicacin de realidades secretas. Reconocidos posteriormente como ms oscuros que todos los dems, empezaron a despertar asombro y curiosidad. Los grandes pensadores de la antigedad consagraron a ellos lo mejor de su actividad. Todava no se ha alcanzado gran acuerdo o claridad acerca de ellos. Estos son precisamente los fenmenos que he convertido en mi objeto de estudio. En este trabajo intentar esbozar, en trminos generales, un cuadro exacto de sus caractersticas y leyes. No hay rama de la ciencia que haya dado frutos ms pobres para nuestro conocimiento de la naturaleza y la vida, y no hay ninguna otra de la1

Traduccin de Hernn Scholten. Fuente: Brentano, Franz: Psychologie du point de vue empirique, Paris, ditions Montaigne, 1944. Cotejado con la versin alemana: Psychologie von Empirischen Standpunkt, Leipzig, Felix Meiner Verlag, 1924.

La Psicologa como ciencia

16

que esperemos la satisfaccin de nuestras necesidades ms esenciales. No hay rea del conocimiento, excepto nicamente la metafsica, que la gran masa de las personas mire con mayor desprecio, y ninguna a la que ciertos individuos atribuyan mayor valor y qu tengan en ms alta estima. Y aun ms, el reino entero de la verdad parecera pobre y desdeable para muchos si no se lo definiera de manera que incluya esta esfera del conocimiento y toda otra ciencia no le parece digna ms que en la medida en que prepare el camino de esta. Y las otras ciencias son, de hecho, slo la base; la psicologa es como la coronacin que concluye la obra. Todas las otras ciencias son una preparacin para la psicologa; sta depende de todas pero, por su parte, es necesario que ejerza una influencia ms poderosa sobre ellas. Es necesario que renueve la vida entera del hombre, que acelere y asegure el progreso. Y si, por un lado, parece ser la cumbre sobresaliente de la estructura de la ciencia, por otro, esta destinada a volverse la base de sociedad y de sus posesiones ms nobles, y, por esto mismo, a volverse tambin la base de todo el esfuerzo de los investigadores.

La Psicologa como ciencia

17

1. Definicin de la psicologa como ciencia del alma.

La palabra "psicologa" significa, etimolgicamente, la ciencia del alma. De hecho, Aristteles, que fue el primero en realizar una clasificacin de la ciencia y en exponer sus diversas y separadas ramas en distintos ensayos, titul uno de sus trabajos peri psychis. Entiende por "alma" la naturaleza, o, como prefiri expresarlo, el acto primero, la perfeccin fundamental de un ser viviente. Considera a algo un ser viviente si se nutre, crece y se reproduce y est dotado de las facultades de sensacin y pensamiento, o si posee alguna de estas facultades. Aunque est lejos de atribuir conciencia a las plantas, consider no obstante al reino vegetal como viviente y dotado de alma. Y as, el trabajo ms antiguo en psicologa, despus de establecer el concepto del alma, se dirige hacia las caractersticas ms generales de los seres dotadas con facultades vegetativas as como sensorias o intelectuales. Este era el campo de problemas que la psicologa abarc originalmente. Pero con el tiempo su campo se redujo considerablemente. Los psiclogos ya no discutieron las actividades vegetativas. El reino entero de la vida vegetal, dado que carece de conciencia, ces de ser considerado dentro del alcance de sus investigaciones. Asimismo, el reino animal fue ex-

La Psicologa como ciencia

18

cluido de su campo de investigacin en la medida en que, como las plantas y las cosas inorgnicas, es un objeto de la percepcin externa. Esta exclusin tambin se extendi a los fenmenos estrechamente asociados con la vida sensorial, como el sistema nervioso y muscular, para que su investigacin se volviera campo de accin del fisilogo antes que del psiclogo. No se trata aqu de una limitacin arbitraria. Por el contrario, parece ser una correccin obvia que se volva necesaria por la naturaleza misma del tema. En efecto, las fronteras entre las ciencias no se habrn trazado de manera exacta ni la divisin del saber puede servir para su progreso ms que si se determinan aproximaciones y exclusiones a partir del mayor o menor grado de parentesco. Ahora bien, all donde este parentesco se manifiesta en punto ms alto es entre los fenmenos concientes. Los conocemos a todos a travs del mismo modo de percepcin y, sea su nivel ms o menos elevado, numerosas analogas aproximan los unos a los otros Por el contrario, lo que la percepcin externa nos ha mostrado sobre los seres vivientes lo vemos no solamente, por as decir, desde afuera, sino que tambin segn otra estructura, y los hechos generales que encontramos aqu son o bien las mismas leyes, o bien leyes anlo-

La Psicologa como ciencia

19

gas a las que vemos gobernando la naturaleza inorgnica. Podra decirse, y no sin alguna justificacin, que el propio Aristteles sugiere esta ms tarda y correcta delimitacin de los lmites de psicologa. Aquellos que estn familiarizados con su obra saben cuan frecuentemente, mientras expone una doctrina ms rudimentaria, ubica los principios bsicos desde un punto de vista diferente y ms correcto. Su metafsica as como su lgica, proporcionan ejemplos de esto. Es as que el tercer libro de su tratado Del alma, donde se ocupa de las acciones voluntarias, desecha la idea de investigar los rganos que sirven como intermediarios entre un deseo y la parte del cuerpo hacia la que el deseo se dirige en su movimiento. Tal investigacin, dice, expresndose exactamente como un psiclogo moderno, no pertenece a un estudio el alma, sino del cuerpo. Slo digo esto al pasar, quizs para que sea ms fcil convencer a algunos de los entusiastas seguidores de Aristteles que existen incluso en nuestro tiempo. Hemos visto cmo se circunscribi el campo de la psicologa. Al mismo tiempo, y de una manera completamente anloga, el concepto de vida tambin se estrech, o, si no este concepto - ya que los cientficos utilizan muy comnmente este trmino en su

La Psicologa como ciencia

20

amplio sentido original - por lo menos el concepto de alma. En la terminologa moderna la palabra "alma" se refiere al substrato sustancial de las representaciones as como de otras actividades que comparten con las representaciones el hecho de no ser inmediatamente perceptibles mas que gracias a experiencias internas y que presuponen ellas mismas representaciones. As, llamamos usualmente alma al substrato sustancial de una sensacin, de una imagen o de un recuerdo, de actos de esperanza o temor, de un deseo o de una aversin. Tambin nosotros usamos la palabra "alma" en este sentido. A pesar de la modificacin en el concepto, entonces, parece no haber nada all que pueda impedirnos definir a la psicologa en los trminos en los que Aristteles la defini una vez, a saber como la ciencia del alma. Entonces, parece que as como las ciencias naturales estudian las propiedades y leyes de los cuerpos fsicos que son los objetos de nuestra percepcin externa, la psicologa es la ciencia que estudia las propiedades y leyes del alma que descubrimos directamente dentro de nosotros por medio de la percepcin interna, y que la analoga nos permite igualmente inferir en los dems. As delimitada, las dos ramas cientficas que acabamos de definir parecen dividirse entre ellas el

La Psicologa como ciencia

21

campo entero de las ciencias empricas, y diferenciarse entre s por un lmite claramente definido. Pero la primera de estas afirmaciones, cuando menos, es desmentida por los hechos. Existen acontecimientos que pueden ser constatados de manera similar en los dos dominios, en el de la experiencia interna o en el de la experiencia externa. Y es precisamente porque ellos tienen una extensin ms amplia que estas leyes no pertenecen exclusivamente ni al dominio de las ciencias naturales ni al de la psicologa. El hecho de que se los pueda atribuir tanto a una ciencia como a la otra muestra que es mejor no atriburselos a ninguna. Sin embargo, son lo suficientemente numerosos e importantes como para ocupar por s mismos un campo especial de estudio que, bajo el nombre de metafsica, debemos distinguir de las ciencias naturales y de la psicologa. Por otra parte, es imposible establecer una demarcacin entre las dos ciencias que, entre esos tres grandes dominios del saber, son las menos generales. Como siempre pasa cuando dos ciencias se tocan entre s, aqu los disputas de frontera entre las ciencias naturales y las ciencias psquicas son inevitables. Los hechos que el fisilogo investiga y aquellos de los que se ocupa el psiclogo estn muy ntimamente correlacionados, a pesar de sus grandes diferencias de carcter. Encontramos propiedades fsicas y ps-

La Psicologa como ciencia

22

quicas unidas en un mismo grupo. No slo pueden los estados fsicos haber sido provocados por estados fsicos y los estados psquicos por psquicos, sino que tambin hay casos en que los estados fsicos tienen consecuencias psquicas y los estados psquicos tiene consecuencias fsicas. Algunos pensadores han distinguido una ciencia separada que se supone que trata con estas cuestiones, en particular Fechner quien denomin "psicofsica" a esta rama de la ciencia y llam "Ley Psicofsica" a la famosa ley que estableci sobre esta conexin. Otros la han nombrado, menos apropiadamente, "psicologa fisiolgica". Se pondra fin as a todas las disputas de lmite entre la psicologa y fisiologa. Pero no habr, en su lugar, nuevas y an ms numerosas disputas entre la psicologa y la psicofsica por un lado, y entre la psicofsica y la fisiologa por otro? No es, obviamente, tarea del psiclogo el determinar los elementos bsicos de los fenmenos psquicos? Ahora bien, los psicofsicos deben estudiarlos tambin, porque las sensaciones son despertadas por estmulos fsicos. Y no es tarea del fisilogo, dado que estudia las manifestaciones del movimiento espontneo o del reflejo, el remontarse a sus orgenes a travs de una cadena continua? Incluso los psicofsicos, tambin, tendrn

La Psicologa como ciencia

23

que investigar las primeras consecuencias fsicos con causa psquica. No nos permitamos, entonces, ser innecesariamente perturbados por la intrusin inevitable de la fisiologa en la psicologa y viceversa. Estas intrusiones no sern mayores que aqullas que observamos, por ejemplo, entre fsica y qumica. No prueban nada en contra de la exactitud de la lnea de lmite que hemos establecido; slo muestran que, por justificada que sea, esta distincin, como cualquier otra distincin entre las ciencias, tiene algo de artificial. Tampoco ser de ninguna manera necesario trazar dos veces toda la serie de las denominadas cuestiones psicofsicas, es decir una vez desde el punto de vista de la fisiologa y otra desde el de la psicologa. En cada una de estas cuestiones podemos mostrar fcilmente en que campo reside la dificultad esencial, cuya solucin entraa casi ipso facto la de la cuestin misma. Por ejemplo, ser definitivamente tarea del psiclogo la de determinar los primeros fenmenos psquicos provocados por una excitacin fsica, aun cuando no pueda dispensarse de observar lo hechos fisiolgicos al realizarlo. As mismo, en el caso de los movimientos voluntarios del cuerpo, ser el psiclogo quien tendr que establecer los ltimos e inmediatos antecedentes psquicos de la serie entera de cambios fsicos que se conectan con ellos. Pero ser

La Psicologa como ciencia

24

tarea del fisilogo la de investigar la razn fsica ltima e inmediata de la sensacin, aunque no pueda hacerlo sin contemplar tambin el fenmeno psquico. Y es tambin l, en el caso de los movimientos que tienen causas psquicas, quien debe establecer, dentro del dominio fisiolgico, sus consecuencias primeras y prximas. En lo que concierne a la demostracin de que hay una relacin progresiva que rige los incrementos en las causas y los efectos psquicos, establecer el principio de la llamada "Ley Psicofsica", me parece que el problema se desdobla: una parte incumbe al fisilogo, el resto al psiclogo. La primera es determinar que diferencias relativas en la intensidad de los estmulos fsicos corresponde a las ms pequeas diferencias perceptibles en la intensidad de los fenmenos psquicos. La segunda consiste en tratar de descubrir las relaciones que tienen entre s stas mnimas diferencias perceptibles. Pero no es la respuesta a la ltima pregunta inmediata y completamente evidente? No es claro que todas las mnimas diferencias perceptibles deben ser consideradas iguales entre s? Esto es lo que generalmente se ha aceptado. El propio Wundt, en su Psicologa Fisiolgica (pg. 295), ofrece el siguiente argumento: "Una diferencia de intensidad que constituye una mnima diferencia perceptible es un valor psquico de magnitud constante.

La Psicologa como ciencia

25

De hecho, si una sola mnima diferencia perceptible fuera mayor o ms pequea que otra, entonces sera superior o inferior a lo mnimamente perceptible, lo que implica una contradiccin". Wundt no comprende que su argumento constituye un crculo vicioso. Para aquel que duda de la igualdad entre todas las mnimas percepciones, la cualidad de mnimamente perceptible no podra ser la caracterstica propia de una cantidad constante (konstanten Grenmaes). Lo que es verdad, y se impone a priori, es que todas las mnimas diferencias perceptibles son percibidas como iguales, no que ellas sean iguales. A menos que se admita que cada incremento igual ser percibido como tal y que, a la inversa, cada incremento que ser percibido como igual es realmente igual. Pero es esto lo que lo que queda por establecer, y la investigacin de esta cuestin, que es trabajo del psiclogo ya que se trata de leyes de juicio comparativo, podra proporcionar un resultado bastante diferente de lo que se ha esperado. El desplazamiento aparente del disco lunar no es ms fcil de percibir cuando la luna esta cerca del horizonte que cuando esta en el cenit? Sin embargo, en realidad, el disco se desplaza una cantidad igual en la misma cantidad de tiempo en ambos casos. En cambio, la primera tarea arriba mencionada concierne indudablemente al fisilogo. Las observaciones fsicas aqu tienen aplicacin ms

La Psicologa como ciencia

26

extensa. Y, ciertamente, no es ninguna coincidencia que tengamos que agradecer a un fisilogo de primera lnea como E. H. Weber por allanar el camino hacia esta ley, y a un fsico de cultura filosfica como Fechner el establecimiento definitivo de la ley con un contenido ms amplio. Entonces la definicin de la psicologa que se proporcion arriba parece justificada, y haber sido clarificada su posicin en relacin con las ciencias vecinas. 2. Definicin de la psicologa como ciencia de los fenmenos psquicos.

No obstante, no todos los psiclogos aceptaran definir la psicologa como la ciencia del alma, en el sentido indicado anteriormente. Algunos la definen, ms bien, como la ciencia de los fenmenos psquicos, ponindola por eso al mismo nivel que su ciencia hermana. De manera similar, en su opinin, la ciencia de la naturaleza sera definida como la ciencia de los fenmenos fsicos, en lugar de ciencia de los cuerpos. Permtasenos clarificar la base de esta objecin. Qu se quiere decir con "la ciencia de los fenmenos psquicos" o "la ciencia de los fenmenos fsicos"? Las palabras "fenmeno" o "apariencia" se usan a menudo en oposicin a "cosas que existen real

La Psicologa como ciencia

27

y verdaderamente". Decimos, por ejemplo, que los objetos de nuestros sentidos, como son revelados por la sensacin, son meramente fenmenos; color y sonido, el calor y el sabor no existen real y verdaderamente por fuera de nuestras sensaciones, aunque ellas pueden apuntar a objetos que existen. Una vez, John Locke dirigi un experimento en que, despus de haber calentado una de sus manos y refrescado la otra, sumergi las dos simultneamente en la misma cubeta de agua. Experiment calor en una mano y fro en la otra, y as demostr que ni el calor" ni el fro existan realmente en el agua. As mismo, sabemos que la presin en el ojo puede despertar los mismos fenmenos visuales que seran causados por los rayos que emanan de un objeto coloreado. Y con respecto a las determinaciones de la localizacin espacial, aquellos que toman a las apariencias como verdaderas realidades pueden convencerse fcilmente de su error de una manera similar. Desde la misma distancia, cosas que estn en lugares diferentes pueden parecer estar en el mismo lugar y, desde distancias distintas, diferentes cosas que estn en el mismo lugar pueden parecer estar en lugares diferentes. As mismo y por la misma razn, el movimiento puede aparecer como reposo y el reposo como movimiento. Estos hechos demuestran ms all de toda duda que los objetos de la experiencia sensorial son engaosos.

La Psicologa como ciencia

28

Pero aun cuando esto no pudiera ser establecido tan claramente, todava tendramos que dudar de su veracidad porque no habra ninguna garanta de la existencia real de un mundo que provocara nuestras sensaciones y con el cual el contenido mismo de esas sensaciones presentara ciertas analogas, existencia que sera suficiente para dar cuenta de los fenmenos. No estamos autorizados, por consiguiente, a creer que los denominados objetos de la percepcin externa realmente existen como se nos aparecen. De hecho, no puede demostrarse que existen fuera de nosotros. En contraste con lo que existe real y verdaderamente, no son ms que fenmenos. Sin embargo, lo que se ha dicho sobre los objetos de la percepcin externa no se aplica de la misma manera a los objetos de la percepcin interna. A propsito de ellos, nadie ha mostrado alguna vez que quien considere estos fenmenos como verdaderos se envuelva por ello en contradicciones. Por el contrario, de su existencia tenemos ese conocimiento claro y la certeza completa que nos son proporcionados por la visin inmediata. Por consiguiente, nadie realmente puede dudar que un estado psquico que percibe en l exista, y que existe as como lo percibe. Cualquiera que pueda llevar su duda tan lejos alcanzara un estado de duda absoluta, un escepticismo que se ne-

La Psicologa como ciencia

29

gara a s mismo, porque habra destruido cualquier base firme en su ataque al conocimiento. Entonces, no est razonablemente fundado, con el pretexto de unificar desde un mismo punto de vista la ciencia de la naturaleza y la ciencia psquica, el definir la psicologa como la ciencia de los fenmenos psquicos. Sin embargo, es un pensamiento bastante diferente el que comnmente gua a aquellos que defienden semejante definicin. Estas personas no niegan la existencia real del pensar y de la voluntad. Y usan la expresin fenmenos psquicos o manifestaciones psquicas como sinnimos de estados psquicos, procesos psquicos, y eventos psquicos, como la percepcin interna nos los revela rigurosamente. No obstante, su objecin a la antigua definicin se relaciona con el hecho de que en semejante definicin se malentienden los lmites del conocimiento. Decir que la ciencia natural es la ciencia de los cuerpos, considerando al cuerpo una substancia que acta en nuestros rganos de los sentidos y produce representaciones de fenmenos fsicos, asume que las substancias son la causa de los fenmenos externos. Igualmente, decir que la psicologa es la ciencia del alma, entendiendo por "alma" el substrato sustancial de los estados psquicos, es expresar la conviccin de que en los eventos psquicos se deben ver propiedades de una

La Psicologa como ciencia

30

substancia. Pero qu es lo que nos da derecho a asumir que hay tales substancias? Se dice que tales substancias no son objetos de la experiencia; ni la percepcin sensorial ni la percepcin interna nos revelan substancias. As como en la percepcin sensorial encontramos fenmenos como calor, color y sonido, en la percepcin interna encontramos manifestaciones del pensamiento, del sentimiento y de la voluntad. Nunca descubrimos la esencia a la que pertenecen en calidad de propiedades. Es una ficcin a la que no corresponde ninguna clase de realidad, o cuya existencia, si es que tienen alguna, posiblemente no pueda demostrarse, aun cuando exista. Obviamente no es, entonces, un objeto de la ciencia. La ciencia natural no podra definirse como la ciencia de los cuerpos ni la psicologa podra definirse como la ciencia del alma. Ms bien, la primera debe pensarse simplemente como la ciencia de los fenmenos fsicos, y la ltima, anlogamente, como la ciencia de los fenmenos psquicos. No hay una cosa tal como el alma, al menos para nosotros. No obstante, la psicologa puede y debe existir, aunque, para usar la expresin paradjica de Albert Lange, seria una psicologa sin alma. Vemos que la idea no es tan absurda como la expresin la hace parecer. Esta concepcin deja incluso a la psicologa un amplio campo de investigacin.

La Psicologa como ciencia

31

Es lo que nos muestra un simple vistazo a la ciencia natural. Ya sea que se la conciba como ciencia de los cuerpos o que se la vea slo como la ciencia de los fenmenos fsicos, continuarn siendo investigados los mismos hechos y leyes que estudia esta rama del saber. Es lo que efectivamente hacen en la actualidad muchos famosos cientficos que se han formado una opinin sobre cuestiones filosficas, gracias a la notable tendencia que acerca actualmente a la filosofa y a las ciencias naturales. Haciendo esto, de ninguna manera restringen el dominio de las ciencias naturales, que se extiende, tanto para ellos como para los otros, a la totalidad de las leyes de coexistencia y de sucesin. Se puede decir lo mismo respecto de la psicologa. Los fenmenos revelados por la percepcin interna tambin estn sujetos a leyes. Esta verdad es admitida por cualquiera que se haya entregado a la investigacin cientfica en psicologa y el hombre comn encuentra por s mismo, fcil y rpidamente, confirmacin del hallazgo en su propia experiencia interna. Las leyes de la coexistencia y sucesin de los fenmenos psquicos siguen siendo objeto de investigacin incluso para quienes niegan a la psicologa cualquier conocimiento del alma. Hay aqu un inmenso campo de importantes problemas, la mayora de los cuales an espera solucin.

La Psicologa como ciencia

32

Para hacer ms inteligible la naturaleza de la psicologa tal como la concibi, John Stuart Mill, uno de los ms firmes e influyentes defensores de este punto de vista, ha ofrecido en su Lgica de las ciencias del espritu una sinopsis de los problemas que concernan a la psicologa. Asigna a la psicologa, como tarea general, la determinacin de las leyes que rigen la sucesin de nuestros estados psquicos, es decir, el estudio de las leyes a partir de las cuales uno de esos estados produce el otro. Algunas de estas leyes son generales, otras especiales. Por ejemplo, una ley general sera la ley segn la cual, "siempre que algn estado de conciencia haya sido excitado en nosotros, no importa por qu causa. . . un estado de conciencia que se parece al anterior pero inferior en intensidad, es capaz de ser reproducido en nosotros, sin la presencia de ningn tipo de causa como la que lo excit en un principio". Cada impresin, dice usando el lenguaje de Hume, tiene su idea. Anlogamente, habra tambin ciertas leyes generales que determinan la apariencia real de semejante idea. De manera similar, habra tambin ciertas leyes generales que determinan la apariencia efectiva de tal idea. Menciona tres de esas "leyes de asociacin de Ideas". La primera es la ley de semejanza: "Las ideas similares tienden a excitarse entre

La Psicologa como ciencia

33

s". La segunda es la ley de contigidad: "cuando dos impresiones han estado ligadas con frecuencia, sea simultneamente o en sucesin inmediata, entonces cuando una de estas impresiones, o la idea de ella se repite, tiende a evocar a la otra". La tercera es la ley de la intensidad: "Una intensidad mayor en una u otra de ambas impresiones, en lo que concierne a su evocacin mutua, es sinnimo de una ligazn ms frecuente". La tarea de la psicologa es, segn Mill, la de deducir de estas leyes generales y elementales que regiran los fenmenos psquicos, las leyes ms especficas y ms complejas del pensamiento. Dice que, dado que varios fenmenos psquicos actan a menudo conjuntamente, se plantear la pregunta sobre si en los casos consignados se trata o no de una combinacin de causas. En otras palabras, los efectos y las condiciones iniciales tienen las mismas relaciones que en la mecnica, donde un movimiento que nace de otro movimiento es homogneo a las causas y el cual aparece en cierta forma como la suma de ellas o el dominio psquico exhibe tambin casos similares al proceso de combinacin qumica, donde no se ven en el agua ninguna de las caractersticas del hidrgeno y del oxgeno, y en el cinabrio ninguna de las caractersticas del mercurio y del azufre? Mill crey como hecho establecido que ambos tipos de casos

La Psicologa como ciencia

34

existen en el dominio de los fenmenos internos. A veces los procesos son anlogos a aquellos de la mecnica y a veces a los de las reacciones qumicas. Porque puede pasar que diversas ideas se unan de manera que ya no parezcan varias sino que parecen ser una sola idea de un tipo completamente diferente. Por ejemplo, la idea de lo extenso y del espacio tridimensional se produciran a partir de las sensaciones kinestsicas. Una serie de nuevas investigaciones se unen en este punto. En particular se plantear la cuestin acerca de si hay que considerar a la creencia (belief) y al deseo como casos de qumica psquica, es decir, si son el producto de una fusin de ideas. Mill piensa que quizs debamos responder a esta pregunta negativamente. De cualquier manera que se decida, incluso afirmativamente, sera cierto, no obstante, que se abren aqu campos completamente diferentes de investigacin. Y as emerge la nueva tarea de determinar, por medio de observaciones especficas, las leyes de sucesin de estos fenmenos, es decir determinar si ellos son o no los productos de tal qumica psicolgica, por as decirlo. Con respeto a la creencia (belief), determinaramos lo que creemos directamente; luego segn qu leyes una creencia produce otra y cuales son las leyes en virtud de las cuales un hecho se toma, razonable o errneamente, como evidencia

La Psicologa como ciencia

35

para otra cosa. Con respecto al deseo, la tarea primaria consistira en determinar qu objetos natural y originalmente deseamos, y debemos entonces continuar hasta determinar por qu causas llegamos a desear cosas originalmente indiferente o incluso desagradables para nosotros. A todo esto se agrega otro rico campo para la actividad donde la investigacin psicolgica y fisiolgica se implican mutuamente ms que en ninguna otra parte. El psiclogo, segn Mill, tiene la tarea de investigar hasta donde la produccin de un estado psquico por otro es influenciada por estados fsicos confirmables. Las diferencias individuales en la susceptibilidad a las mismas causas psicolgicas pueden tener una triple razn. Podran ser un hecho primitivo y ltimo, podran ser consecuencias de la historia anmica previa de esos individuos, y podran ser el resultado de diferencias en la organizacin fsica. El observador atento y crtico, piensa Mill, reconocer que la porcin ms grande del carcter de una persona puede explicarse adecuadamente en trminos de su educacin y circunstancias exteriores. El resto puede, en general, ser explicado solo indirectamente en trminos de diferencias orgnicas. Y obviamente esto es cierto no meramente para la comnmente reconocida tendencia del sordo hacia la desconfianza, del ciego congnito hacia la lujuria, del minusvlido

La Psicologa como ciencia

36

fsicamente hacia la irritabilidad, sino tambin para muchos otros fenmenos menos fcilmente inteligibles. Si hay incluso, como concede Mill, otros fenmenos, los instintos en particular, que no pueden explicarse de ninguna otra manera ms que inmediatamente por los caracteres orgnicos particulares, vemos sin embargo que un amplio campo de investigacin es asegurado para la psicologa en el rea de la etologa, es decir formulando las leyes de la formacin de carcter. ste es, a grandes rasgos y desde el punto de vista de uno de los representantes ms importantes de esta tendencia, el conjunto de los problemas psicolgicos considerados desde un punto de vista puramente fenomnico. En realidad, en ninguna de las consideraciones mencionadas anteriormente la psicologa es daada por esta nueva concepcin de ella o las modificaciones que ella entraa. De hecho, a las cuestiones planteadas por Mill y a todas las que all se encuentran implicadas, hay que agregar otras que son igualmente significativas. As, no escasean las tareas importantes para los psiclogos de esta escuela en la cual hay, en la actualidad, hombres que trabajan con xito por el avance de la ciencia. No obstante, la nombrada concepcin de la psicologa parece excluir una cuestin que tiene tal importancia que su ausencia amenaza, cuando menos, dejar

La Psicologa como ciencia

37

un vaco lamentable en esta ciencia. Es la investigacin, que la antigua psicologa consider su tarea principal, del problema que dio origen a la investigacin psicolgica el que ya no puede, al parecer, ser planteado por esta nueva concepcin de la psicologa. Me refiero a la cuestin de la vida despus de la muerte. Cualquiera que haya ledo a Platn sabe que, por sobre todo lo dems, era el deseo de determinar la verdad sobre este problema el que lo llev al campo de la psicologa. Su Fedon se consagra a l, y otros dilogos como el Fedro, Timeas y la Repblica vuelven a la cuestin una y otra vez. Y reconocemos el mismo problema en Aristteles. Expone, con menos detalles, es verdad, las razones que l da como prueba de la inmortalidad del alma, pero sera un error concluir de esto que el problema tuviera menos importancia para l. En su Lgica, donde la doctrina de lo apodctico o la demostracin cientfica era, necesariamente, el problema ms importante, discute el problema condensado en unas pginas en los segundos Anlisis, en llamativo contraste con otras largas y extendidas discusiones. En el libro A de la Metafsica solo habla de la deidad en unas frases cortas, aunque este estudio era confesamente tan esencial a l que, en realidad, aplic el nombre "teologa" a la ciencia en su totalidad, as como los nombres "sabidura" y "primera filosofa." De la misma manera, en

La Psicologa como ciencia

38

su tratado Del alma, trata muy brevemente sobre el alma del hombre y su inmortalidad, an cuando no hace ms que alusiones. No obstante, esta cuestin le pareca ser el objeto ms importante de la psicologa. Vemos all que al psiclogo incumbe, en primer lugar, investigar lo que es el alma, y luego investigar sus propiedades, algunas de las cuales parecen ser inherentes sola a ella y no al cuerpo, y parecen, entonces, espirituales. Adems debe investigar si el alma est compuesta de partes o si es simple, y si todas las partes son estados corporales o si hay algunos que no, en cuyo caso su inmortalidad se asegurara. Las diversas aporias que se unen a estas cuestiones muestran que hemos tocado en el punto que despert la curiosidad de este gran pensador mas que cualquier otro. sta es la tarea a la que la psicologa se consagr en principio, y qu le dio el primer impulso para desarrollarse. Y precisamente es esta tarea la que parece haber entrado en descrdito en la actualidad y haber devenido imposible, por lo menos desde el punto de vista de aquellos que rechazan que la psicologa sea la ciencia del alma. Si no hay alma, entonces, por supuesto, la inmortalidad del alma est fuera de cuestin. Esta conclusin parece ser tan inmediatamente obvia que no podemos sorprendernos si algunos adeptos de la concepcin aqu desarrollada, por

La Psicologa como ciencia

39

ejemplo A. Lange, la consideran evidente en s misma. Y as, la psicologa nos ofrece un drama similar al que sucedi en las ciencias naturales. Es la ambicin de los alquimistas de producir oro de las mezclas de elementos, lo que condujo a la investigacin qumica. Pero, habiendo llegado a su madurez, la qumica renunci a la transmutacin como a algo imposible. Para nosotros, los herederos de los investigadores de antao, las predicciones de nuestros predecesores son comparables a la promesa que, en la famosa fbula, el padre agonizante hizo a sus hijos. En la parbola los hijos excavaron industriosamente la via en la que crean que estaba escondido un tesoro; no encontrarn el oro enterrado, pero la tierra bien trabajada les dar frutos ms abundantes. Algo similar les ha pasado a los qumicos, y tambin les estara pasando a los psiclogos. En razn de su progreso, la ciencia madura tendra que renunciar a la cuestin de la inmortalidad, pero podramos decir, como consuelo, que los celosos esfuerzos que provinieron de un deseo por lo imposible han llevado a la solucin de otras cuestiones cuya importancia no podramos negar. No obstante, quien podra negar que los dos casos no son totalmente idnticos? En lugar de los sueos de los alquimistas, la realidad ofreci un reemplazante de ms alto valor. Pero comparado con las

La Psicologa como ciencia

40

esperanzas de Platn y Aristteles de alcanzar la certeza acerca de la continuacin de la existencia de nuestra mejor parte despus de la disolucin del cuerpo, las leyes de asociacin de ideas, del desarrollo de las convicciones y las opiniones, y del nacimiento y el incremento del deseo y el amor, apenas podrn ser una verdadera compensacin. La prdida de esta esperanza parecera entonces ser ms lamentable. Por consiguiente, si la oposicin entre estas dos concepciones de la psicologa realmente implicaran la aceptacin o rechazo de la cuestin de la inmortalidad, este problema se volvera de suprema importancia y nos compelera a emprender investigaciones metafsicas acerca de la existencia de una substancia como el sustrato de los estados psquicos. Sin embargo, si parece imponerse aqu la necesidad de restringir el dominio de la investigacin, puede no ser ms que una apariencia. En su tiempo, David Hume se opuso enrgicamente a los metafsicos que afirmaron haber encontrado en ellos un sustrato substancial de los estados psquicos. "Por mi parte dice l- cuando entro ms ntimamente en lo que llamo mi yo, siempre tropiezo con tal o cual percepcin particular de calor o fro, de luz o de sombra, de amor o de odio, de dolor o de placer. Por mucho que me esfuerze nunca puedo atrapar mi yo por fuera de una representacin, y nunca puedo descubrir nada

La Psicologa como ciencia

41

ms all de la representacin, Cuando mis representaciones estn suspendidas durante algn tiempo, como en el sueo normal, durante todo ese tiempo, mi yo se escapa totalmente y podra verdaderamente decirse que ces de existir." Si ciertos filsofos reclaman que se perciben a s mismos como algo simple y permanente, Hume no quiere contradecirlos, pero a partir de su propia experiencia y la de todos los dems (exceptuando solamente a esta clase de metafsicos), est convencido de "que son nada ms que un haz o una coleccin de percepciones diferentes, que se suceden con una rapidez inconcebible y estn en un flujo perpetuo y un movimiento ininterrumpido". Por consiguiente, vemos que Hume se alinea inequvocamente entre los opositores a una substancia psquica. No obstante, el propio Hume comenta que en una concepcin como la suya, todas las pruebas de la inmortalidad conservan absolutamente la misma fuerza que en la concepcin tradicional a la que est opuesto. Por supuesto, Albert Lange interpreta esta declaracin como una burla, y probablemente tenga razn, porque es sabido que Hume no desde el uso, en otra parte, de la irona malvola como arma. Lo que dice Hume, sin embargo, no es tan evidentemente ridculo como Lange y quizs el propio Hume podran pensar. Aunque sea evidente que aquellos que niegan la existencia de un

La Psicologa como ciencia

42

alma sustancial no pueden hablar de la inmortalidad del alma en el sentido propio de la palabra, es falso que la cuestin de la inmortalidad del alma pierda todo significado porque neguemos la existencia de un substrato sustancial de los fenmenos psquicos. Esto se pone en evidencia en cuanto se reconoce que con o sin un alma substancial no se puede negar que hay una cierta continuidad de nuestra vida psquica aqu en la tierra. Si alguien rechaza la existencia de una substancia, debe asumir que semejante duracin es posible sin un substrato sustancial. Y la cuestin sobre si nuestra vida psquica contina de algn modo despus de la destruccin de los fenmenos somticos no tiene por ello menor importancia esencial. Es totalmente incoherente que los pensadores de esta tendencia rechacen, por las razones mencionadas, la cuestin de la inmortalidad incluso en este, su sentido esencial, aunque sera ciertamente ms apropiado llamarlo la inmortalidad de la vida que la inmortalidad del alma. Esto fue totalmente reconocido por John Stuart Mill. Es verdad que no encontramos, en el pasaje de su Lgica anteriormente citado, la cuestin de la inmortalidad en la lista de los problemas de los que se ofrecen a la investigacin psicolgica. En su trabajo sobre Hamilton, sin embargo, ha desarrollado con suma claridad la misma idea que hemos formulado.

La Psicologa como ciencia

43

No hay ningn pensador notable de la Alemania contempornea que haya expresado su rechazo hacia un substrato sustancial de los estados psquicos y fsicos tan a menudo y categricamente como Theodor Fechner. En su Psicofsica, en su Teora de los tomos y en otros escritos, critica esta concepcin, a veces en serio, a veces cmicamente. No obstante, reconoce sinceramente su creencia en la inmortalidad. Por consiguiente, est claro que aun cuando uno acepta la perspectiva metafsica que llev a los pensadores modernos a sustituir la definicin tradicional de la psicologa como ciencia del alma por la definicin de la psicologa como ciencia de los fenmenos psquicos, el campo de la psicologa no se estrechara por ello de forma alguna, y, sobre todo, no sufrira ninguna prdida esencial. En realidad, no me parece ms admisible aceptar esta perspectiva sin una investigacin metafsica sera, que rechazarla sin examinarla. As como hay hombres eminentes que han cuestionado y han negado todo substrato sustancial de los fenmenos, ha habido y hay todava otros cientficos muy famosos que afirman categricamente la existencia de este substrato. H. Lotze est de acuerdo con Aristteles y Leibniz en este punto, como lo est Herbert Spencer, entre los empiristas ingleses contemporneos. Y, con

La Psicologa como ciencia

44

su habitual franqueza, John Stuart Mill ha reconocido incluso, en su trabajo contra Hamilton, que el rechazo de una substancia como substrato de los fenmenos no est completamente exento de dificultades e incertidumbres, sobre todo en el reino psquico. Si, entonces, la nueva definicin de la psicologa est tan inseparablemente ligada a la nueva metafsica como la antigua definicin lo estaba de la antigua metafsica, nos forzaran a que buscramos una tercera definicin o a descender en los temibles abismos de la metafsica. Afortunadamente, lo que sucede es lo contrario. No encontramos nada en la nueva definicin de la psicologa que no pudiera ser aceptado por los seguidores de la antigua escuela. Haya o no almas, el hecho es que hay fenmenos psquicos. Y nadie que acepte la teora de la substancialidad del alma negara que cualquier cosa que pueda establecerse con referencia al alma tambin est relacionado con los fenmenos psquicos. Por consiguiente, nada se opone a que, en lugar de definir la psicologa como la ciencia del alma, adoptramos la moderna definicin. Quizs las dos son correctas. La diferencia que todava existe entre ellas es que la antigua definicin contiene presuposiciones metafsicas de las que la moderna esta exenta; que la ltima es aceptada por escuelas de pensamiento opuestas, mientras la anterior

La Psicologa como ciencia

45

conlleva ya la marca distintiva de una escuela particular; y por consiguiente, una nos libra de las investigaciones preliminares generales que la otra nos obligara a emprender. Por consiguiente, la adopcin de la moderna concepcin simplifica nuestro trabajo. Ofrece, adems, una ventaja adicional: cualquier exclusin de una cuestin reconocida como extraa es sinnimo de simplificacin y reforzamiento. Esto muestra que los resultados de nuestra investigacin estn bajo la dependencia de menos presuposiciones, y as otorgan mayor certeza a nuestras convicciones. Por consiguiente, definimos a la psicologa como la ciencia de los fenmenos psquicos, en el sentido indicado anteriormente. Las explicaciones precedentes deben ser suficientes para clarificar el significado general de esta definicin. Cuando examinemos la diferencia entre los fenmenos psquicos y los fenmenos fsicos se precisar lo que pueda permanecer an oscuro. 3. Valor propio de la psicologa.

Si se quisiera comparar el valor relativo del campo cientfico del que acabamos de fijar los lmites con el de las ciencias naturales, teniendo en cuanta exclusivamente el inters que despiertan en la actualidad estos dos tipos de investigaciones, es probable que la psicologa sea indudablemente eclipsada. Sera

La Psicologa como ciencia

46

una cuestin diferente si comparramos las metas que cada una de las dos ciencias persigue. Hemos visto qu tipo de conocimiento es capaz de alcanzar el campo cientfico natural. Los fenmenos de la luz, el sonido, el calor, la situacin espacial y el movimiento que estudia no son cosas que real y verdaderamente existen; son seales de algo real que, a travs de su actividad causal, produce su representacin. Pero la imagen que ellos nos dan no es, sin embargo, una representacin adecuada de esta realidad, y el conocimiento que podramos extraer de ella es muy incompleto. Podemos decir que existe algo que, bajo ciertas condiciones, causa esta o aquella sensacin. Podemos demostrar tambin que deben encontrarse all relaciones anlogas a aqullas que presentan los fenmenos espaciales, las formas y tamaos. Pero este es el punto hasta donde podemos ir. En y por s mismo, lo que es real no aparece jams, y lo que aparece no es real. La verdad de los fenmenos fsicos es, como dicen, slo una verdad relativa. El caso de los fenmenos de la percepcin interna es diferente. Son verdaderos en s mismos. Son en realidad tal como aparecen, tenemos garantizada la evidencia con la que son percibidos. Quin podra negar, entonces, que esto constituye una gran ventaja de la psicologa por sobre las ciencias naturales?

La Psicologa como ciencia

47

El alto valor terico del conocimiento psicolgico es evidente desde otro punto de vista. La dignidad de una ciencia no slo aumenta segn la manera en la que es conocida, sino tambin con la dignidad de su objeto. Y los fenmenos cuyas leyes la psicologa investiga no se distinguen de los fenmenos fsicos por que sean verdaderos y reales en s mismos, sino tambin porque son incomparablemente ms hermosos y sublimes. Al color y el sonido, la extensin y el movimiento se oponen la sensacin y la imaginacin, el juicio y la voluntad, con toda la grandeza que les confiere el gran pensador y la dedicacin del hombre virtuoso. De esta manera hemos revelado en una nueva forma cmo la tarea del psiclogo es ms valiosa que la del fsico. Es verdad, tambin, que las cosas que nos conciernen directamente atraen ms fcilmente nuestra atencin que aquello que nos es extrao. Estamos ms vidos por conocer el orden y origen de nuestro propio sistema solar que el de grupo ms remoto de cuerpos celestes. La historia de nuestro propio pas y de nuestros antepasados atrae ms nuestra atencin que la de otras personas con quienes no tenemos ningn lazo ntimo. Y sta es otra razn para otorgar a la ciencia de los fenmenos psquicos el ms alto valor. Porque nuestros fenmenos psquicos constituyen el dominio que nos pertenece ms propiamente. Algu-

La Psicologa como ciencia

48

nos filsofos incluso han identificado el yo con una coleccin de fenmenos psquicos, otros con el substrato sustancial de tal coleccin. Y en el lenguaje comn se dice que los cambios fsicos se producen fuera de nosotros mientras los cambios psquicos se producen en nosotros. Estas muy simples observaciones pueden convencer fcilmente a cualquiera de la gran importancia terica del conocimiento psicolgico. Incluso desde el punto de vista de la importancia prctica - y quizs esto es lo que ms nos sorprende - las cuestiones psicolgicas no son de ninguna manera inferiores a aqullas de las que se ocupan las ciencias naturales. Vayamos ms lejos: desde este punto de vista difcilmente encontraremos otra rama de la ciencia que podamos poner al mismo nivel de la psicologa a menos que se la considere como un escaln indispensable para elevarnos hasta la psicologa. Permtaseme sealar, sin insistir demasiado en ello, que la psicologa contiene las races de la esttica que, en un punto ms avanzado de desarrollo, indudablemente agudizar el ojo del artista y lo perfeccionar. Igualmente, basta decir que el importante arte de la lgica, del cual una sola mejora implica mil progresos cientficos, tiene tambin a la psicologa como su fuente. Adems, la psicologa tiene la tarea de constituirse en la base cientfica para una teora de

La Psicologa como ciencia

49

la educacin, tanto del individuo como de la sociedad. Junto con la esttica y la lgica, la tica y la poltica proceden del campo de la psicologa. Y as la psicologa parece ser la condicin fundamental del progreso de la humanidad precisamente en el plano mismo de aquello que constituye su esencial dignidad. Si no se apoya en la psicologa, la solicitud del padre as como la del lder poltico, no ser ms que un torpe tanteo. Es precisamente porque no ha habido ninguna aplicacin sistemtica de principios psicolgicos en el campo poltico hasta ahora, y ms aun porque los conductores de los pueblos han permanecido, casi sin excepcin, en una completa ignorancia de estos principios que nosotros podemos afirmar junto con Platn y con muchos pensadores contemporneos que, no importa cunta gloria han logrado algunos jefes polticos, an no ha aparecido en la historia ningn verdadero gran estadista. Antes de que la fisiologa se aplicara sistemticamente a la medicina, no faltaron mdicos famosos, que supieron inspirar gran confianza y a quienes se atribuye curas asombrosas. Pero cualquiera que este familiarizado hoy con la medicina sabe que con anterioridad a las ltimas dcadas no ha habido un solo mdico verdaderamente grande. Todos eran empiristas ciegos, ms o menos hbiles, ms o menos favorecidos por la suerte. No eran, y no podran haber sido lo que un

La Psicologa como ciencia

50

mdico especializado y juicioso debe ser. Por el momento cabe decir lo mismo respecto de nuestros hombres de Estado. Hasta que punto son tambin ellos meros empiristas ciegos se demuestra cada vez que un evento extraordinario cambia repentinamente la situacin poltica y an ms claramente cada vez que alguno de ellos se encuentra en un pas extranjero donde las condiciones son diferentes. Desamparado por sus mximas puramente empricas, se vuelven completamente incompetentes y quedan indefensos. Cuntos males podran remediarse, tanto a nivel individual como social, por el correcto diagnstico psicolgico, o por el conocimiento de las leyes segn las cuales un estado psquico puede ser modificado! Qu crecimiento de las fuerzas psquicas se lograra si pudieran determinarse, por medio del anlisis psicolgico y fuera de toda duda, las condiciones psquicas bsicas que definen las diversas aptitudes para ser poeta, cientfico, o un hombre de habilidad prctica! Si esto fuera posible, podramos reconocer el rbol, no de su fruta, sino desde el primer retoo de hojas, y podramos trasplantarlo inmediatamente a un lugar acorde a su naturaleza. Las aptitudes son fenmenos en s mismos muy complejos, resultado de fuerzas cuya actividad original da indicios de estas consecuencias no ms de lo que la forma de los primeros brotes sugiere la fruta que el rbol dar. Y, sin

La Psicologa como ciencia

51

embargo, en ambos casos se trata de relaciones que estn sujetas a leyes y, as como la botnica puede realizar predicciones precisas, una psicologa suficientemente desarrollada podra, de manera anloga, predecir el desarrollo ulterior de los espritus. En esto y de mil otras maneras diversas, su influencia se volvera muy beneficiosa. Quizs solo ella estar en posicin de proporcionarnos los medios para neutralizar la decadencia que de vez en cuando interrumpe tristemente el por otro lado firme y ascendente desarrollo cultural. Ha sido muchas veces correctamente sealado que las expresiones metafricas usadas a menudo, "la antigua nacin" y "la antigua civilizacin," no son estrictamente apropiadas, porque mientras los organismos se regeneran slo parcialmente, la sociedad se renueva completamente con cada generacin; podemos hablar de pueblos y generaciones que se enferman, pero no que envejecen. Hay, sin embargo, una enfermedad que hasta ahora ha aparecido peridicamente y que, debido a nuestra falta de habilidad mdica, ha llevado regularmente a la muerte. Por lo tanto, aunque no se trata de una verdadera identidad, la analoga entre la vejez y este fenmeno exterior es innegable. Est claro que las tareas prcticas que asigno a la psicologa estn lejos de ser insignificantes. Pero se puede creer que la psicologa se acercar alguna vez

La Psicologa como ciencia

52

realmente a este ideal? La duda sobre este punto parece estar bien fundada. Del hecho de que hasta ahora, en miles de aos, la psicologa no ha realizado prcticamente ningn progreso, a muchos les gustara creer que es justificado concluir con certeza que tambin har poco en el futuro para llevar ms all los intereses prcticos de la humanidad. Es fcil responder a esta objecin. La respuesta es revelada por un simple examen del lugar que la psicologa ocupa en el sistema de las ciencias. Las ciencias tericas generales forman una suerte de jerarqua en la que cada paso ascendente se realiza en base al anterior. La ciencia superior investiga fenmenos ms complejos, la ciencia inferior los ms simples, pero que contribuyen a la complejidad. El progreso de las ciencias superiores est condicionado, naturalmente, por el de las inferiores. Por consiguiente, es evidente que, excepto ciertos aislados antecedentes empricos, las ciencias superiores lograrn su desarrollo con posterioridad a las inferiores. En particular, no podrn alcanzar al mismo tiempo que las ciencias inferiores ese estado de madurez en la que pueden satisfacer las necesidades de la vida. Es as que, ya desde hace mucho tiempo, se realizaban aplicaciones prcticas de la matemtica, mientras la fsica todava segua adormecida en su cuna y no haca prever en nada que contribuira un da a la sa-

La Psicologa como ciencia

53

tisfaccin de las necesidades y deseos de la vida de una manera tan brillante. Y la fsica hace ya tiempo que ha adquirido reputacin y ha suministrado aplicaciones prcticas mltiples cuando la qumica, a travs de Lavoisier, descubri la primera base firme sobre la cual podra erigirse, en las prximas dcadas, para transformar totalmente, si no la tierra, por lo menos el cultivo de la tierra, y con esto tantas otras esferas de la actividad prctica. Y la qumica ya haba logrado muchos majestuosos resultados cuando la fisiologa estaba an por nacer. Y no es necesario remontarse demasiados aos atrs para encontrar los principios de un desarrollo ms satisfactorio as como inmediatos intentos de aplicacin prctica quizs incompletos, pero que no obstante sirvieron para demostrar que un renacimiento de la medicina slo poda ser esperado de la fisiologa. Es fcil explicar por qu la fisiologa se desarroll tan tardamente. Los fenmenos que estudiaba son mucho ms complejos que aquellos estudiados por las ciencias ms antiguas y depende de ellos, as como los fenmenos de la qumica dependen de los de la fsica y los fenmenos de la fsica dependen de los de la matemtica. Es as fcil entender, entonces, por qu la psicologa no ha dado frutos ms abundantes ahora hasta. As como los fenmenos fsicos estn bajo la influencia de leyes matemticas, y los fenmenos qumicos estn

La Psicologa como ciencia

54

bajo la influencia de leyes fsicas, y aquellos de la fisiologa bajo la influencia de todas estas leyes, entonces los fenmenos psicolgicos estn influenciados por las leyes que gobiernan las fuerzas que los rganos corporales producen y modifican. Por consiguiente, si alguien no supiera por experiencia personal directa nada sobre el estado de la psicologa pasada, y no conociera mas que la historia de las otras ciencias tericas y el reciente nacimiento de la fisiologa y, de hecho, de la qumica, podra afirmar, sin ser de manera alguna un escptico acerca de las cuestiones psicolgicas, que la psicologa an no ha logrado nada, o que ha logrado muy poco, y que slo recientemente ha mostrado una tendencia hacia un ms sustancial desarrollo. Esto implica que los frutos ms importantes que la psicologa puede producir para la vida prctica, se sitan en el futuro. Dirigiendo su atencin hacia la historia de la psicologa, esta persona encontrara simplemente en su esterilidad la confirmacin de sus expectativas; y no se hallara de ninguna manera obligada a un juicio desfavorable acerca de sus logros futuros. Vemos que el estado de escaso desarrollo en que la psicologa ha permanecido parece ser una necesidad, aun cuando no dudamos de la posibilidad de un rico desarrollo en el futuro. Que existe semejante posibilidad es un hecho mostrado por el prometedor,

La Psicologa como ciencia

55

aunque dbil, emprendimiento que ya, de hecho, se ha puesto en marcha. Una vez que un cierto nivel de su posible desarrollo haya sido alcanzado, las consecuencias prcticas no tardarn en manifestarse. Para los individuos e incluso para las masas, donde imponderables que imposibilitan o que promueven el progreso se anulan mutuamente, las leyes psicolgicas constituirn una base segura para una tcnica positiva. Por consiguiente, podemos esperar confiadamente que a la psicologa no le faltar desarrollo interno y aplicaciones tiles. De hecho, las necesidades que debe satisfacer ya se han vuelto urgentes. Los desrdenes sociales reclaman por una reparacin ms urgente que la de las imperfecciones en el comercio nutico y ferroviario, la agricultura y la higiene. Cuestiones a las que quiz podramos prestar menos atencin, si dependiera de nosotros escoger, llaman la atencin de todos. Muchas personas ya se han dado cuenta de la tarea ms importante de nuestro tiempo. Podramos mencionar a varios grandes cientficos que se han dedicado al estudio de las leyes psicolgicas, as como a la determinacin del mtodo que permitir extraer de ellas las consecuencias prcticas y asegurar la aplicacin de esas consecuencias. No es tarea de la economa poltica* la de poner fin a la presente confusin y restablecer en la

La Psicologa como ciencia

56

sociedad una paz que se ha perdido progresivamente en medio del choque de intereses contradictorios. La economa poltica tiene un papel que jugar, pero ni la totalidad ni la mayor parte de la tarea dependen de ella. Y, de hecho, incluso el creciente inters que se le est concediendo puede servir para corroborar estas afirmaciones. En la introduccin a sus Principios de Economa Poltica, John Stuart Mill se ha referido a la relacin entre la economa poltica y la psicologa. Las diferencias en la produccin y distribucin de bienes en los diferentes pueblos y en diferentes momentos, en su opinin, dependen hasta cierto punto de las diferencias en los estados de conocimiento de las materias fsicas, pero tendra tambin causas psicolgicas. "En la medida en que la condicin econmica de las naciones es relativa al estado de conocimiento de cuestiones fsicas -contina- es un asunto de las ciencias fsicas, y naturales, y de las ciencias conexas. Pero en la medida en que las causas son de orden moral o psicolgico, dependientes de las reglamentaciones y de las relaciones sociales o de los principios de la naturaleza humana, su investigacin no pertenece a la fsica, sino a la ciencia moral y social, y es el objeto de lo que se llama Economa Poltica." Por lo tanto, parece que, ms all de toda duda, el futuro - y hasta cierto punto quizs un futuro no

La Psicologa como ciencia

57

demasiado distante - conceder a la psicologa una influencia considerable en los aspectos prcticos de la vida. En este sentido, podramos caracterizar a la psicologa, como otros ya lo han hecho, como la ciencia del futuro, es decir como la ciencia a la que, ms que a cualquier otra, el futuro le pertenece; y la que, ms que cualquier otra, influir sobre este futuro; la que tiene por delante mas futuro que todas las otras ciencias tericas; a la que debern, en su aplicacin prctica, subordinarse todas las otras para servirla. Esta ser la posicin de la psicologa una vez que alcance madurez y sea capaz de actuar eficazmente. Aristteles comparaba la poltica a un maestro de obra, de la cual las otras ciencias seran la mano de obra. Sin embargo, como hemos visto, para realizarse como debe, es necesario que la poltica preste atencin a la psicologa, as como las artes menores escuchan las enseanzas de la ciencia de la naturaleza. Estaramos tentados a decir que su enseanza resultar simplemente en una distribucin diferente y el desarrollo extenso de principios psicolgicos dirigidos hacia el logro de una meta prctica. Hemos anticipado cuatro razones que parecen ser suficientes para mostrar la excepcional importancia de la ciencia de lo psquico: la verdad interior de los fenmenos que estudia, lo sublime de estos fenmenos, la relacin especial que tienen con noso-

La Psicologa como ciencia

58

tros, y finalmente, la importancia prctica de las leyes que los gobiernan. A stas debemos agregar el especial e incomparable inters que la psicologa posee en la medida en que nos ensea sobre la inmortalidad y as se transforma, en otro sentido, en la ciencia del futuro. La cuestin acerca de la esperanza en un mas all y nuestra participacin en un mejoramiento del universo recae en la psicologa. Como hemos sealado, la psicologa ya ha realizado esfuerzos por resolver este problema, y no parece que todos sus esfuerzos en esa direccin hayan sido en vano. Si ste es realmente el caso, tenemos aqu, sin duda, su logro terico ms grande que tambin podra ser de la mayor importancia prctica, adems de otorgar tambin nuevo valor a los otros logros tericos de la psicologa. En el momento en que dejamos esta vida aqu abajo, nos separamos de todo lo que est lo que est sujeto a las leyes de la ciencia natural. Las leyes de la gravitacin, del sonido, de la luz y la electricidad desaparecen junto con los fenmenos por los que la experiencia los ha establecido. Las leyes psquicas, por el contrario, conservan el mismo valor de verdad para nuestra vida tanto en el ms all como aqu abajo, en la medida en que es inmortal. Entonces Aristteles tena una buena razn para colocar a la psicologa por sobre todas las otras ciencias como lo hizo al principio de su tratado Del alma,

La Psicologa como ciencia

59

aunque al hacerlo tuvo en cuenta exclusivamente sus ventajas tericas. "Si -dice- contamos a la ciencia entre lo que es noble y respetable, aunque admitiendo que una lo es ms que otra, sea por la agudeza de su mirada, sea por la admirable sublimidad de su objeto, sera correcto colocar, por una u otra razn, al conocimiento del alma entre los bienes ms preciados". Lo que causa sorpresa es el hecho de que Aristteles afirma aqu que incluso en lo que se refiere a su exactitud, la psicologa es superior a las otras ciencias. Para l la agudeza del conocimiento est ligada a la inmortalidad del objeto. Segn l, lo que cambia continuamente y en cada aspecto evade la investigacin cientfica, mientras que lo que permanece ms estable posee la verdad ms duradera. Sea como sea, tampoco podemos negar que las leyes que establece la psicologa poseen una verdad por lo menos importante y duradera.

Distincin entre fenmeno psquico y

61

Libro II. Sobre los fenmenos psquicos en general Captulo I. De la distincin entre los fenmenos psquicos y los fenmenos fsicos2

1. Necesidad de estudiar detenidamente la cuestin.

El mundo entero de nuestros fenmenos se divide en dos grandes clases: la clase de los fenmenos fsicos y la de los fenmenos psquicos. Hemos hablado de esta distincin al fijar el concepto de la psicologa, y hemos vuelto sobre ella en la investigacin acerca del mtodo. Pero lo dicho no es bastante. Debemos definir ahora con ms precisin y exactitud lo que entonces qued slo fugazmente indicado. Esto parece tanto ms obligado cuanto que todava no hemos alcanzado ni unanimidad ni plena claridad en la delimitacin de ambas esferas. Vimos ocasionalmente cmo algunos fenmenos fsicos, que aparecen en la fantasa, han sido tomados por fenmenos psquicos. Pero hay otros muchos casos de confusin. E incluso significados psiclogos se justi2

Traduccin de Jos Gaos.

Distincin entre fenmeno psquico y

62

ficaran difcilmente contra el reproche de contradecirse a s mismos.3 Frecuentemente tropezamos con manifestaciones como la de que la sensacin y la imagen fantstica se distinguen porque la una surge a consecuencia de un fenmeno fsico, mientras la otra es provocada por un fenmeno psquico, segn las leyes de la asociacin. Pero los mismos psiclogos conceden que aquello que aparece en la sensacin no guarda correspondencia con la causa eficiente. ConYo, por lo menos, no consigo conciliar las diversas definiciones que A. Bain ha dado en una de sus obras psicolgicas ms recientes, Mental science, Lond. 3, edit, 1872. En la p. 120, nmero 59, dice que la ciencia psquica (Science of mind, que l llama tambin Subject science) est fundada sobre la autoconciencia o atencin introspectiva; los ojos, los odos, el rgano tctil, son medios para la observacin del mundo fsico, del object world como l dice. En la p. 198, n 4, I, dice, en cambio: La perfeccin de la materia o conciencia objetiva (object consciousness) est ligada a la exteriorizacin de la actividad muscular, en oposicin al sentimiento pasivo. Y aade en la explicacin: En el sentimiento puramente pasivo, as como en aquellas sensaciones en las cuales no participa nuestra actividad muscular, no percibimos materia, estamos en un estado de conciencia subjetiva (subject consciousness). Explica esto con el ejemplo de la sensacin trmica, cuando se toma un bao caliente, y con aquellos casos de suave contacto, en los cuales no tiene lugar ninguna actividad muscular, y manifiesta que, en iguales condiciones, los sonidos, y puede que hasta la luz y el color, seran una experiencia puramente subjetiva (subject experience). De modo que toma ejemplos para la conciencia subjetiva, precisamente en las sensaciones de la vista, el odo y el tacto, que haba designado en el otro pasaje como intermediarios de la conciencia objetiva, en oposicin a la conciencia subjetiva.3

Distincin entre fenmeno psquico y

63

lo cual se descubre que los que llaman fenmenos fsicos no se nos aparecen, en verdad. Ms an; que no tenemos ninguna representacin de ellos; manera notable, por cierto, de abusar del nombre de fenmeno. As las cosas, no podemos por menos de ocuparnos del problema con algn mayor detenimiento. 2. Explicacin de la distincin mediante ejemplos.

La explicacin a que aspiramos no es una definicin, segn las reglas tradicionales de los lgicos. Estas han experimentado reiteradamente en los ltimos tiempos una crtica exenta de prejuicios, y an habra que aadir algunas palabras a lo que ya se les ha reprochado. Nuestro intento se encamina a dilucidar estos dos nombres: fenmeno fsico, fenmeno psquico. Queremos excluir todo equvoco y confusin tocante a ellos. Y no debemos reparar en los medios, con tal de que sirvan realmente a la claridad apetecida. A este fin no slo cabe la indicacin de determinaciones ms altas y ms generales. As como la induccin se opone a la deduccin en la esfera de la prueba, as tambin aqu la explicacin por lo particular, por el ejemplo, se opone a la explicacin por lo general. Y ella estar en su lugar cuantas veces los nombres particulares sean ms claros que los generales. Explicar el nombre color, diciendo que designa el

Distincin entre fenmeno psquico y

64

gnero del rojo, azul, verde y amarillo, es, quiz, un procedimiento ms eficaz que, a la inversa, querer explicar el rojo como una clase especial de color. Pero la explicacin por las determinaciones particulares prestar todava mejores servicios, tratndose de nombres como los de nuestro caso, nombres que no son usuales en la vida, mientras que los de los fenmenos particulares, comprendidos bajo ellos, son usados frecuentemente. Tratemos, pues, en primer trmino, de aclarar los conceptos mediante ejemplos. Toda representacin, mediante sensacin o fantasa, ofrece un ejemplo de fenmeno psquico; entendiendo yo aqu por representacin, no lo que es representado, sino el acto de representar. La audicin de un sonido, la visin de un objeto coloreado, la sensacin de calor o fro, as como los estados semejantes de la fantasa, son los ejemplos a que aludo; asimismo, el pensamiento de un concepto general; siempre que tenga lugar realmente. Tambin todo juicio, todo recuerdo, toda expectacin, toda conclusin, toda conviccin u opinin, toda duda, es un fenmeno psquico. Y tambin lo es todo movimiento del nimo, alegra, tristeza, miedo, esperanza, valor, cobarda, clera, amor, odio, apetito, volicin, intento, asombro, admiracin, desprecio, etc. Por el contrario, ejemplos de fenmenos fsicos son un color, una figura, un paisaje que veo; un acor-

Distincin entre fenmeno psquico y

65

de que oigo; el calor, el fro, el olor que siento, y las cosas semejantes que me aparecen en la fantasa. Estos ejemplos bastarn para hacer intuitiva la distincin de ambas clases. 3. Los fenmenos psquicos son representaciones o tienen representaciones por base.

Sin embargo, intentaremos dar una explicacin del fenmeno psquico, en otro modo ms unitario. A este fin se nos ofrece una determinacin de la que hicimos uso anteriormente, cuando decamos que designbamos con el nombre de fenmenos psquicos, tanto las representaciones como todos aquellos fenmenos cuyo fundamento est formado por representaciones. Apenas necesitamos advertir que una vez ms entendemos por representacin, no lo representado, sino el acto de representarlo. Este acto de representar forma el fundamento, no del juzgar meramente, sino tambin del apetecer y de cualquier otro acto psquico. Nada puede ser juzgado, nada tampoco apetecido, nada esperado o temido, si no es representado. De este modo, la determinacin dad comprende todos los ejemplos aducidos de fenmenos psquicos, y, en general, todos los fenmenos pertenecientes a esta esfera. Caracteriza la falta de madurez, en que la psicologa se encuentra, el hecho de que apenas quepa for-

Distincin entre fenmeno psquico y

66

mular una sola proposicin sobre los fenmenos psquicos, sin que sea impugnada por muchos. No obstante, la gran mayora coincide con nosotros, por lo menos en lo que acabamos de decir, que las representaciones son el fundamento de los dems fenmenos psquicos. As dice Herbart muy justamente: Cada vez que sentimos, ha de existir en la conciencia, coma representado, algo, todo lo embrollado y confusa que se quiera; de modo que este determinado sentir implica este determinado representar. Y cada vez que apetecemos... tenemos en el pensamiento aquello que apetecemos.4 Pero Herbart va ms all. En todos los dems fenmenos no ve sino ciertos estados de representaciones, que pueden derivarse de stas; opinin que ha sido impugnada repetidas veces, y en especial por Lotze, con razones decisivas. Entre otros, J. B. Meyer la ha atacado recientemente en una larga discusin, en su exposicin de la psicologa de Kant. Pero no se ha contentado con negar que los sentimientos y apetitos puedan ser derivados de las representaciones; ha afirmado que los fenmenos de esta especie pueden existir sin ninguna representacin.5 MeyerPsicol, como ciencia, parte II, seccin I, cap. primero, 103. Cf. tambin Drobisch, Psicol. empr., p. 38 y 348, y otros de la escuela de Herbart. 5 Psicologa de Kant, Berln, 1870, p. 92 y ss.4

Distincin entre fenmeno psquico y

67

llega a creer que los animales inferiores tienen slo sentimientos y apetitos, sin representaciones, y que la vida de los animales superiores y del hombre comienza tambin con un mero sentir y apetecer, mientras que el representar sobreviene cuando est ms adelantada la evolucin.6 Por lo cual tambin parece entrar en conflicto con nuestra afirmacin. Pero, si no yerro, la contradiccin es ms aparente que real. De varias manifestaciones suyas parceme resultar que Meyer toma el concepto de representacin en un sentido ms estrecho que nosotros, y, en cambio, ensancha el concepto de sentimiento en la misma medida. El representar dice- no surge hasta que la modificacin sentida en el propio estado, puede ser considerada como consecuencia de un estmulo externo, aunque esto empiece manifestndose slo en el acto, inconscientemente realizado, de mirar o tocar un objeto externo. Si Meyer entendiese por representacin lo mismo que nosotros, le sera imposible hablar as. Se percatara de que un estado como el que describe cual comienzo del representar, contiene ya un gran nmero de representaciones, por ejemplo, representaciones de sucesin temporal, representaciones de yuxtaposicin espacial y representaciones de causa y efecto. Si todo esto debe estar6

Ibdem, p.94.

Distincin entre fenmeno psquico y

68

presenta al alma, para que se forme una representacin, en el sentido de J. B. Meyer, es claro que esta representacin no puede ser el fundamento de todos los dems fenmenos psquicos. Pero ese estarpresente de cada una de las cosas nombradas, es precisamente un estar-representado en nuestro sentido. Y un estar-representado semejante se halla dondequiera aparece algo a la conciencia; ya sea amado, odiado o considerado con indiferencia; ya sea reconocido, rechazado o -no s expresarme mejor que diciendo-: representado, en una completa abstencin de juicio. Tal como nosotros usamos la palabra representar, puede decirse que ser representado vale tanto como aparecer, ser fenmeno. J. B. Meyer mismo reconoce que todo sentimiento de placer y displacer, incluso el nfimo, presupone un acto de representacin, en este sentido, si bien, discrepando de nosotros en su terminologa, no lo llama representar, sino sentir. Tal me parece resultar por lo menos de las palabras siguientes: No hay trmino medio entre tener y no tener una sensacin. Pero la forma ms simple de la sensacin no necesita ser ms que un mero sentir la modificacin del propio cuerpo o de una parte del mismo, surgida a consecuencia de cualquier estmulo. Los seres provistos de tal sensacin tendran slo un sentimiento de sus propios estados. A este sentimiento vital de los pro-

Distincin entre fenmeno psquico y

69

cesos interiores a la propia piel, podra estar unida inmediatamente una diversa excitabilidad del alma a las modificaciones nocivas o provechosas para ella, aunque esta nueva excitabilidad no fuera simplemente derivable de aquel sentimiento; un alma semejante podra tener sentimientos de placer y displacer junto a la sensacin... Un alma as dotada no poseera an ninguna representacin....7 Vemos, pues, cmo lo nico que merecera el nombre de sentimiento, segn nosotros, aparece tambin, segn J. B. Meyer como cosa secundaria junto a una primera, que cae bajo el concepto de representacin, tal como nosotros lo tomamos, y forma el supuesto indispensable de aquella secundaria. Parece, pues, que si la opinin de Meyer es traducida a nuestro lenguaje, la contradiccin desaparece por s misma. Algo semejante acontece quiz con otros que se expresan en trminos parecidos a los de Meyer. Con todo, puede suceder que, respecto de algunos senti7

Psicologa de Kant, p. 92. J. B. Meyer parece comprender la sensacin del modo como Ueberweg, en su Lgica, I, 36, 2 edic., p. 64): La percepcin se distingue de la mera sensacin porque en sta la conciencia se adhiere slo al estado subjetivo, pero en la percepcin recae sobre un elemento que es percibido y que, por tanto..., se contrapone al acto de percibir como algo distinto y objetivo. Si esta opinin de Uerberweg sobre la sensacin, a diferencia de la percepcin, fuese justa, sin embargo, el tener una sensacin implicara un representar, en nuestro sentido. Se ver, posteriormente, por qu no la reputamos justa.

Distincin entre fenmeno psquico y

70

mientos sensibles de placer y displacer, alguien opine, en verdad, que no tienen por base ninguna representacin en nuestro sentido. Por lo menos, no puede negarse cierta propensin a ello. Tal sucede, por ejemplo, respecto de los sentimientos que surgen al cortarse o quemarse. Cuando uno se corta, no tiene las ms veces ninguna percepcin de contacto; cuando se quema, ninguna percepcin de calor; slo el dolor parece existir en uno y otro caso. Sin embargo, tambin aqu el sentimiento tiene por base, sin duda, una representacin. En tales casos, tenemos siempre la representacin de una determinacin local, que designamos habitualmente en relacin con una u otra parte visible y tangible de nuestro cuerpo. Decimos que hace dao el pie o la mano, que nos duele este o aquel sitio del cuerpo. Por tanto, aquellos sobre todo que consideran una representacin local semejante como algo primariamente dado, por la excitacin de los nervios mismos, no podrn negar una representacin como fundamento de estos sentimientos. Pero tampoco los dems pueden sustraerse a admitir lo mismo. Pues en nosotros no existe meramente la representacin de una determinacin local; existe tambin la de una cualidad sensible especial, anloga al calor, al sonido, y a las otras llamadas cualidades sensibles; una cualidad que pertenece a los fenmenos fsicos y que debe distin-

Distincin entre fenmeno psquico y

71

guirse bien del sentimiento concomitante. Cuando omos un sonido gratamente dulce o uno estridente, un acorde armnico o una disonancia, a nadie se le ocurrir identificar el sonido con el sentimiento de placer o dolor concomitante. Pues tambin all donde una cortadura, una quemadura o un cosquilleo despierta en nosotros sentimientos de dolor o placer, debemos distinguir del mismo modo un fenmeno fsico, que se ofrece como objeto de la percepcin externa, y un fenmeno psquico de sentimiento, que acompaa a la aparicin de aqul; si bien el observador superficial propende en esto a la confusin. El motivo capital que provoca el engao es el siguiente. Es sabido que nuestras sensaciones son transmitidas por los llamados nervios sensitivos. Antes se crea que cada gnero de cualidades sensibles, como el color, el sonido, etc., se serva de nervios especiales como conductores exclusivos. Actualmente, la fisiologa se inclina cada vez ms al parecer opuesto.8 Casi universalmente ensea que los nervios para las sensaciones de contacto, excitados de otro modo, producen en nosotros las sensaciones de calor y fro, y excitados de un tercer modo las llamadas sensaciones de placer y dolor. Pero, en verdad, algo semejante pasa con todos los nervios, ya que un fe8

Cf. en especial Wundt, Psicol. fisiol., p. 345 y ss.

Distincin entre fenmeno psquico y

72

nmeno sensible del ltimo gnero mencionado, puede ser provocado en nosotros por cualquier nervio. Si son excitados muy frecuentemente, todos los nervios producen fenmenos dolorosos que no se distinguen entre s por su especie. Transmitindonos un nervio diversos gneros de sensaciones, sucede a menudo que transmite simultneamente varias, como, por ejemplo, la mirada a una luz elctrica tiene por consecuencia, a la vez, un fenmeno cromtico hermoso, esto es, grato para nosotros, y un fenmeno de otro gnero, que nos es doloroso. Los nervios del tacto transmiten frecuentemente, a la vez, una llamada sensacin de contacto, una sensacin de calor o fro y una sensacin de placer o de dolor. Ahora bien, resulta que cuando varios fenmenos sensoriales aparecen a la vez, son a veces considerados como uno. Esto se ha demostrado de un modo convincente, con respecto a las sensaciones del olfato y del gusto. Est probado que casi todas las diferencias que se suelen considerar como diferencias de gusto, son, en verdad, slo diferencias entre fenmenos olfatorios surgidos simultneamente. Cosa parecida sucede cuando probamos un manjar caliente o fro: a menudo creemos apreciar diferencias de gusto, que en verdad son slo diferencias de fenmenos trmicos. No es de admirar, por tanto, que no distingamos siempre con exactitud lo que es un fenmeno

Distincin entre fenmeno psquico y

73

de la sensacin trmica y lo que es un fenmeno de la sensacin de contacto. Acaso ni los distinguiremos si no apareciesen habitualmente con mutua independencia. Considerando ahora las sensaciones de sentimiento, hallamos, por el contrario, que a sus fenmenos estn las ms veces unidas sensaciones de otra clase, las