discurso de sonia gumpert en la inauguración del i congreso icam

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1 Colegio de Abogados de Madrid “I Congreso de la Abogacía Madrileña” 2015 Discurso de inauguración Decana Sonia Gumpert Melgosa Presidencia y Comité de Honor del Primer Congreso de la Abogacía Madrileña, Excmo. Sr. Ministro de Justicia, Excelentísimas e ilustrísimas autoridades políticas, judiciales, académicas, compañeras y compañeros, amigas y amigos, El Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, por vez primera en sus ya más de cuatro siglos de historia y de acuerdo con el mandato estatutario recogido en su artículo 23, tiene hoy el inmenso honor y la extraordinaria satisfacción de inaugurar el primer Congreso de la Abogacía Madrileña. Por ello mis primeras palabras como decana del Colegio de Abogados de Madrid y como Presidenta de este Congreso, tienen que ser de saludo y bienvenida a todos los asistentes, en cuyas manos ha quedado ya depositado desde su inicio esta mañana y de forma directa, todo el protagonismo en el debate y en la elaboración del

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Discurso de Sonia Gumpert, vicepresidenta de la PDLI y decana del ICAM, en la inauguración de su I Congreso.

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    Colegio de Abogados de Madrid

    I Congreso de la Abogaca Madrilea 2015

    Discurso de inauguracin Decana Sonia Gumpert Melgosa

    Presidencia y Comit de Honor del Primer Congreso de la Abogaca Madrilea,

    Excmo. Sr. Ministro de Justicia,

    Excelentsimas e ilustrsimas autoridades polticas, judiciales, acadmicas,

    compaeras y compaeros,

    amigas y amigos,

    El Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, por vez primera en sus ya ms de cuatro siglos de historia y de acuerdo con el mandato estatutario recogido en su artculo 23, tiene hoy el inmenso honor y la extraordinaria satisfaccin de inaugurar el primer Congreso de la Abogaca Madrilea.

    Por ello mis primeras palabras como decana del Colegio de Abogados de Madrid y como Presidenta de este Congreso, tienen que ser de saludo y bienvenida a todos los asistentes, en cuyas manos ha quedado ya depositado desde su inicio esta maana y de forma directa, todo el protagonismo en el debate y en la elaboracin del

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    pensamiento jurdico acerca de los problemas y cuestiones ms candentes en la profesin, en la Administracin de Justicia y en la sociedad fundamentalmente, pues son nuestros conciudadanos los sujetos activos y pasivos del Derecho, los titulares de todos los derechos y de la soberana para la ordenacin jurdica de nuestra comunidad y, por tanto, los que dan sentido y finalidad a la existencia de nuestra profesin, de nuestro Colegio y por ende de este Congreso.

    Bienvenidos con mis mejores deseos para que todos y cada una y cada uno de vosotros ponga en los trabajos y ponencias lo mejor de s mismo, para que stos se vean coronados por el xito de proporcionarnos individual y colectivamente mayor conocimiento y fructferas ideas para el avance y el progreso. El artculo 23 de nuestros Estatutos, que ya he citado, establece que las conclusionesque se extraigan orientarn la tarea de los rganos de gobierno del Colegio

    Mi agradecimiento, respeto y afecto al Comit de Honor de este I Congreso, presidido por Su Majestad el Rey Don Felipe Sexto, colegiado de honor de este Colegio al que, con la Reina, deseamos un largo y feliz reinado.

    Comit de Honor integrado adems por:

    nuestro Presidente del Consejo General de la Abogaca Espaola, Excmo. Sr. Don Carlos Carnicer Diez;

    nuestro Presidente del Consejo de Colegios de la Comunidad de Madrid y Decano del Colegio hermano de Alcal de Henares, Excmo. Sr. D. Vicente Snchez Rodrguez

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    Quien fuera Presidente del Consejo General de la Abogaca Espaola, Decano del Colegio de Abogados de Barcelona y Magistrado emrito del Tribunal Constitucional, Excmo. Sr. Don Eugenio Gay Montalvo.

    Y mis predecesores, Excmo. Sr. Decano D. Luis Mart Mingarro, Presidente tambin de la Unin Iberoamericana de Colegios y Asociaciones de Abogados, y Excmo. Sr. Decano D. Antonio Hernndez-Gil lvarez-Cienfuegos, cuyo legado recib con el mximo sentido de responsabilidad.

    A todos ellos mi agradecimiento por sus muchos mritos, por su dedicacin y entrega a la abogaca, as como, desde luego, por honrar a este Congreso al haber aceptado ser miembros de su Comit de honor.

    Mi saludo sincero y mi bienvenida cordial tambin a las autoridades polticas, judiciales y de la administracin, acadmicas y universitarias as como aquellos que acuden en representacin de otras profesiones amigas y colaboradoras de la Justicia que hoy tambin nos acompaan, porque su presencia -vuestra presencia- aqu entre nosotros, no puede ser tenida de otro modo sino como reconocimiento a la abogaca madrilea y a la funcin de Defensa que ejerce y que hemos de agradeceros. Gracias a todos por acudir a nuestro primer Congreso. Estoy segura que no defraudaremos vuestra confianza y expectativas y que este evento ser la expresin de cuanto esperis y deseis de las abogadas y abogados de Madrid.

    Este I Congreso de la Abogacia Madrilea, que me atrevo con humildad a

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    calificar de acontecimiento tan singular como principal, me obliga a hacer memoria solemne de los compaeros fundadores de nuestro Colegio all por el ao 1595, cuando setenta y cuatro (74) colegiados con su primer Decano Ascensio Lpez al frente, dieron el primer paso en la consecucin de la independencia institucional de la abogaca madrilea y de su autorregulacin, con la posterior cesin por el Estado al Colegio de las potestades pblicas disciplinaria y de amparo.

    Quiero tambin recordar a todos y cada uno de los decanos de nuestro Colegio, desde el primero ya citado y especialmente a nuestros dos Decanos aqu presentes, porque todos y cada uno de ellos tuvieron sobre sus hombros la alta responsabilidad de conservar para nuestra institucin colegial su independencia como rgano regulador de la tica de la abogaca en el mercado de la prestacin de servicios jurdicos, lo que no es tarea fcil en ningn tiempo, y nos entregaron entre todos el Colegio grande, fuerte y prestigioso que hoy formamos y que la actual Junta de Gobierno recibi de ellos como el ms grande patrimonio moral, institucional y cvico.

    Y quiero recordar aqu tambin con emocin a todas las Colegiadas y Colegiados que lo han sido de este Colegio y que, con su trabajo y entrega a la profesin, lo dignificaron, haciendo de nuestro Colegio el ms importante de Espaa y hoy da el ms numeroso de toda Europa. A aqullas abogadas y abogados que con su distincin pblica, cientfica, jurdica, poltica, profesional o humana, dieron dignidad, honor y gloria a nuestra profesin y a la abogaca madrilea o espaola. A ellos debemos y deberemos gratitud eterna. Nombrarlos a todos sera ciertamente imposible pues no fueron precisamente pocos, pero hay un recuerdo de imposible olvido, el debido a las compaeras y compaeros asesinados en el

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    despacho de la calle Atocha de Madrid el da 24 de enero de 1978, cuyo sacrificio encendi la mecha final del gran estallido de dignidad social que aceler decisivamente la reforma poltica y ayud a instaurar la democracia a Espaa. Pero sobre todo, porque ellos dignificaron la abogaca y la funcin de defensa como nunca antes hiciera ningn abogado espaol y dieron un prestigio y confianza social a la abogaca espaola como nunca antes se haba sentido. Estn y estarn siempre en el corazn y en la memoria de la abogaca madrilea, espaola y universal.

    Nuestro agradecimiento, como no, a los PATROCINADORES de este I Congreso de la Abogacia Madrilea, tantos que no puedo nombrar individualmente, pero que han sido unnimes en su decisin de apoyar econmicamente este evento y con l, a la abogaca madrilea, y con ella, a sus principios profesionales y a su funcin social, a la que as contribuyen en importante medida. Gracias a ellos por esto y por hacer que este I Congreso haya estado alcance de todos los colegiados de Madrid.

    Imprescindible es el reconocimiento al Comit Organizador del Congreso por tantas horas de trabajo, tanta capacidad de organizacin, de coordinacin, de oportunas soluciones y de infinito entusiasmo y, sobre todo, por querer y hacer un Congreso de todos y para todos. Gracias a su Vicepresidenta y Secretaria, Ilma. Sra. D Maria Teresa Nadal Charco, Diputada 8 de la Junta de Gobierno y a sus Vocales, al Ilmo. Sr. D. Javier scar de Hoyos, Diputado 3 de la Junta de Gobierno; al Ilmo. Sr. D. Jos Manuel Pradas Poveda, Diputado-Bibliotecario; a D. Noelia Fantova Aused, Directora General del Colegio; a D. Fernando Bejerano Guerra, Director de MediaIcam y del Observatorio de la Justicia y los Abogados; a D. Rosana Rumschisky Terminiello, Directora de Relaciones Institucionales y de

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    Gabinete del Colegio; a D. Luisa Jan Bohrquez, Directora del Departamento de Comunicacin del Colegio; a D. Silvia Prieto Quintana, Directora de Compras y Servicios Generales del Colegio, y finalmente, pero no por ello menos importantes, a todos los compaeros y compaeras que han sido miembros annimos y esenciales del Comit Organizador. Gracias a todos!

    No podra terminar este captulo de saludos y agradecimientos sin reconocer y destacar la imprescindible labor de todos los empleados y colaboradores del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, en cualquier tiempo histrico y en todas las categoras, puestos o funciones, sin olvidar nuestro eterno recuerdo y memoria de Cristina Lpez Ramos, vilmente asesinada en el atentado terrorista de la estacin de Atocha el 11 de marzo de 2004. A todos ellos debemos y deberemos siempre el histrico y reconocido prestigio de la gestin colegial y de la atencin directa a los colegiados y los ciudadanos. Nuestro agradecimiento a todos ellos, con especial cario y alegra a cuantos hoy lo integran, por ser quienes cada da, de verdad, hacen mejor nuestra institucin colegial y en particular por su entusiasmo y compromiso en la celebracin y en la organizacin de este I Congreso, del que son alma y motor en igual medida que lo son diariamente de la institucin, lo que constituye para m un motivo ms de orgullo por presidirla.

    Desde esta maana discurren ya las sesiones del Congreso siguiendo el curso de su denso, variado y completo programa. Un Congreso que hemos querido que sea de carcter cientfico, tcnico-jurdico y formativo, un lugar de encuentro de la ciencia jurdica y la profesin, como foro de anlisis y trabajo, de intercambio de conocimientos y de opiniones, de aprendizaje, de proyectos y de ideas futuras,

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    y tambin un lugar de encuentro que ample nuestras relaciones profesionales y cmo no, personales.

    Es nuestro deseo que el primer mensaje de la abogaca madrilea desde este su primer Congreso sea para los CIUDADANOS, a los que nos debemos, y lo sea para decirles que estn tranquilos, que pueden seguir confiando en nosotros, sus abogados. Porque lo primero que nos preocupa y lo primero que nos ocupa de forma muy principal es, precisamente, nuestra preparacin y nuestra formacin, en nuestra determinacin de ser mejores abogados para su defensa y en su propio inters como consumidores y usuarios de nuestros servicios jurdicos.

    Por ello, nuestro Congreso pondr al alcance y disposicin de todos los colegiados y asistentes, a propuesta consensuada con los ms aventajados especialistas, la actualidad ms rabiosa en todas las reas e instrumentos jurdicos y tcnicos de nuestro trabajo y las ms interesantes experiencias comunes en su uso y aplicacin, para que podamos conocerlos y ampliar as, no slo nuestras destrezas como abogados sino tambin y, desde luego, los horizontes de nuestra propia y permanente preparacin. Desde las leyes espaolas y europeas ms novedosas o sus aspectos ms candentes y su interpretacin doctrinal, cientfica y jurisprudencial, pasando por la regulacin del ejercicio de la profesin en todos sus aspectos y sus reformas an pendientes, hasta las tcnicas ms avanzadas en gestin y organizacin de despachos, y los ms modernos instrumentos personales o colectivos de trabajo y su organizacin.

    Queremos que sepa la ciudadana madrilea que sus abogados estn -estamos- como siempre, DE GUARDIA, trabajando y mejorando para cuando nos

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    necesiten, y que lo hacemos juntos. Porque tambin queremos que sepan, y es importante que lo sepan, que ampliar nuestros conocimientos y experiencias es

    posible precisamente porque lo hacemos de forma colegiada, como compaeros y como Colegio al que todos pertenecemos, desde el que todos nos exigimos mejorar nuestra formacin, cumplir y perfeccionar nuestra tica profesional y cobijarnos bajo el Amparo colegial en el ejercicio de la defensa, y desde el que nos empeamos, tambin institucionalmente, en la defensa de los derechos y libertades pblicas de toda la ciudadana. Porque tambin queremos que los ciudadanos aprendan a apreciar a sus Colegios de Abogados, como garantes de la defensa de la defensa de sus derechos.

    No creo que pueda la abogaca reunirse nunca, en ningn sitio y sea cual sea el motivo por el que lo haga -y mucho menos en un Congreso como ste-, sin trasladar a la sociedad una clara y manifiesta reivindicacin de la dignidad y la libertad, derechos y principios irrenunciables sobre los que se asienta nuestro Estado social y democrtico de Derecho, y que constituyen su ms elemental razn de ser. Y asimismo son la razn de ser del ejercicio de la defensa. Y hoy tales derechos y principios estn verdadera y seriamente en entredicho.

    No podemos reunirnos en la plaza pblica, como metafricamente hacemos a partir de hoy en este I Congreso y que nuestros conciudadanos no reciban noticia de nuestra ms decidida repulsa de leyes que bajo cualquier justificacin, limitan los derechos fundamentales a casi 37 aos de vigencia de nuestra Constitucin.

    Me refiero a la Ley de Proteccin de la Seguridad Ciudadana, popularmente

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    llamada ya Ley Mordaza, reforma de la tambin llamada ley Corcuera o de la patada en la puerta que, lo digo sin tapujos, slo es seguridad para unos pocos a los que pretende proteger en su inmunidad y en su impunidad de la justa crtica de sus posibles desmanes. Denunciamos desde la abogaca madrilea -y con el permiso del Presidente, desde la abogaca espaola- su entrada en vigor y pedimos su inmediata derogacin. Hemos vivido sin necesitarla estas casi cuatro dcadas de democracia y de paz social, y bien podemos seguir hacindolo sin ella. Si algn Gobierno desea dar ms seguridad jurdica a los ciudadanos, slo tiene que promover y proclamar una Ley Orgnica del Derecho de Defensa como la que hemos pedido y cuya carencia s que constituye un verdadero dficit de libertad, de seguridad y de garantas para la defensa de los ciudadanos.

    Y tampoco podemos permanecer callados en esta hora y lugar ante las

    injustas agresiones o limitaciones al derecho de gentes o a lo que hoy llamamos Derechos Humanos. Me estoy refiriendo al llamado Rechazo en Frontera de

    inmigrantes, arbitrado como reforma de rondn de la llamada Ley de Extranjera en la Disposicin Final Primera de la ya citada Ley de Seguridad Ciudadana, para convertirla en un verdadero catlogo de desatinos, empezando por el tratamiento que dispensa a los seres humanos que atraviesen las vallas de Ceuta y Melilla, al establecer que podrn ser rechazados para impedir su entrada en territorio espaol mientras pregona en su nmero 2 el respeto a los derechos humanos. El informe publicado recientemente por el grupo de juristas IUSMIGRANTE, al que textualmente me remito, dice que: Con independencia de la denominacin que se d al hecho de actuar coercitivamente sobre ciudadanos extranjeros que pretenden entrar en Espaa, estas personas no son reducibles a objetos que se pueden devolver al remitente negndoles la palabra. Tratar a

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    seres humanos como autnticos fardos, negando la posibilidad de que puedan hacer la ms mnima alegacin a las autoridades espaolas () constituye no

    slo una prctica inmoral sino tambin antijurdica.

    Como abogados, como juristas, como ciudadanos y como seres humanos, nadie puede estar en desacuerdo con las palabras y sentido del informe que acabo de citar textualmente.

    Nuestro segundo mensaje es para los PODERES PBLICOS. Ministro de Justicia, querido Rafael, tambin distinguido colegiado; lo primero, nuestro agradecimiento por estar aqu con nosotros, convencida de que has venido para expresarnos tu reconocimiento y consideracin y tambin para recoger de primera mano y conocer personalmente nuestra visin de las cosas.

    Deseamos decirte en primer lugar y queremos que sepas que tienes a la abogaca madrilea -que es ms de la tercera parte de la abogaca espaola- incondicional y lealmente a tu disposicin para afrontar juntos y en colaboracin la mejor solucin, por posible y por razonable, a cuantos problemas aquejan a la Administracin de Justicia, a la administracin y vigor de los derechos fundamentales y a la administracin de las instituciones colegiales de la abogaca.

    Felicitamos tu llegada al Ministerio con enormes esperanzas que, justo es decirlo, se han colmado en parte y justo por ello es tambin agradecerte el enorme esfuerzo que esos avances, aunque parciales, nos consta te han supuesto, teniendo en cuenta que los hiciste desandando el camino recorrido por otros y destejiendo

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    el manto ya urdido por otros afanes. Y ello, en un mandato iniciado muy prximo al trmino de la legislatura, lo que ha hecho de tu trabajo y del de tu equipo ministerial una carrera casi contrarreloj, mrito que asimismo te reconocemos.

    Sabemos, Ministro, que eres sensible a las problemticas que nos ataen y creemos que ganar, o haber ganado ya, tu conviccin es, en todo caso, un paso adelante en el camino de aunar voluntades en torno al progreso de nuestro pas y a la solucin de los muchos problemas que agobian a la Justicia espaola, de la que eres mximo responsable y garante.

    Por eso no puedo por menos que aprovechar la ocasin para reiterarte que queremos seguir trabajando juntos para lograr las mejores metas posibles aunando razn, corazn y ganas, en algunos problemas fundamentales que me permitirs que seale:

    - Acabar con todas las tasas judiciales. Ni tienen sentido, ni son de justicia ni, como dijera aquella nia burgalesa a Mio Cid en su Cantar cuando, en el destierro, busc en su casa posada:Con nuestro mal, mi seor, no ganis nada.

    - Dignificar el Turno y la Defensa de Oficio, afrontando juntos la redaccin de la nueva Ley de Asistencia Jurdica Gratuita que, como norma bsica, garantice el servicio pblico para todos aquellos que lo necesiten en todas las instancias, mientras lo necesiten, y que iguale unas condiciones razonables del servicio para toda Espaa, perfeccionando el actual sistema para que todos podamos sentirnos no ya satisfechos, sino, ms an, orgullosos.

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    - Proteger y ensanchar el Derecho Fundamental de Defensa, con una Ley Orgnica para su desarrollo, nico derecho fundamental que an carece de ella, en la que se rescaten de su dispersin todas las garantas del justiciable, se traspongan de manera definitiva las Directivas europeas que regulan la asistencia letrada desde el mismo momento de la detencin y se desarrolle la regulacin de las prerrogativas del abogado en el ejercicio de la defensa as como el Amparo Colegial y el Rgimen Disciplinario de la abogaca, dando satisfaccin constitucional a su obligada reserva de Ley y dignificando as el Estatuto de la Abogaca con el mismo rango legal que tiene el de los jueces y el de los fiscales, ante los que tiene que defender e impetrar justicia.

    - Y finalmente, protegiendo a los Colegios de Abogados, su colegiacin universal obligada y la igualdad regulatoria de toda la abogaca sin distincin de la forma en que se ejerza, ya que todas son, al fin, ejercicio de la defensa y prestacin de servicios jurdicos, manteniendo sus competencias y evitando su encuadramiento poltico bajo el arbitrio del poder ejecutivo.

    Bien sabes, Ministro, hasta qu punto es razonable y bien sabes que las bases jurdicas, polticas y sociales de cuanto acabo de sealar estn sentadas y lo hacen posible, prueba de lo cual son por ejemplo las recientes declaraciones de la Secretaria General del partido en el gobierno respecto de la renuncia definitiva a su proyectada Ley de Servicios y Colegios Profesionales. Del mismo modo que estoy convencida, Ministro, de que coincides conmigo en que debilitar a la abogaca es debilitar a la ciudadana, su derecho de defensa, el Estado de Derecho y hasta la propia soberana popular que en ellos se funda. Estoy segura de contar con tu

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    comprensin y benevolencia y de que tenemos recorrido, en el futuro inmediato, para hablar y alcanzar acuerdos de gran provecho para los ciudadanos.

    Quiero expresar tambin el respeto y admiracin que la abogaca madrilea dispensa a Jueces y Magistrados de todas las instancias y jurisdicciones, en su tarea suprema de administrar Justicia, como a Fiscales, a Secretarios Judiciales y a Procuradores, nuestros compaeros procesales de siempre.

    Sentimos cada vez ms que todos vosotros comparts la mxima de la abogaca que el Decano ngel Ossorio y Gallardo expresara ya en el El alma de la toga de que La justicia no es fruto del estudio sino una sensacin, algo que se aprende pues, ante todo y sobre todo, en la universidad de la vida.

    Y en esa nuestra admiracin y respeto se contiene la determinacin y voluntad de trabajar codo con codo junto a todos vosotros, para hacer realidad el Estado de Derecho en cada vista, audiencia, juicio y sealamiento, pues solo entre todos pueden ser Estado de Derecho y Justicia una realidad.

    Y en esa misma admiracin y respeto, y como parte esencial de ambos, es y ser la abogaca madrilea crtica y exigente con vosotros, en igual medida que lo somos y seremos con nosotros mismos. Como tambin deca el Decano Ossorio

    y Gallardo en su citada obra inmortal, no procuraremos los abogados nunca ser ms que ninguno de vosotros, pero tampoco consentiremos ser menos.

    Nuestro tercer mensaje desde este Congreso quiero dirigirlo a todos los COMPAEROS -abogadas y abogados, despachos de abogados de todos los

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    tamaos y estructuras y asociaciones-. Mensaje que tiene tres afanes:

    1. Que hoy ms que nunca es necesaria la unidad de toda la abogaca, porque sus formas de ejercicio son ms plurales y diversas que nunca antes en toda su historia, y ello no debe crear o agudizar los elementos de distincin entre unos abogados y otros.

    Porque sea cual sea la forma de ejercicio y el estatus social o econmico de cada abogada o abogado, a todos nos identifica una cosa fundamental y decisiva por encima de todas: que todos ejercemos la funcin de la defensa y el asesoramiento jurdico de otros, a los que sin excepcin nos debemos.

    Que no nos ciegue, pues, aquello que nos distingue, sino que nos ilumine aquello que compartimos y nos iguala para mantenernos unidos.

    2. Que hoy ms que nunca se hace necesaria, desde nuestra unidad, la defensa de nuestras organizaciones colegiales y de nuestro rgimen jurdico de autorregulacin profesional, institucionalizado por nuestros Colegios.

    Sencillamente porque son la garanta de nuestra independencia funcional ante los poderes pblicos. Sencillamente porque si no los tenemos o no los hacemos fuertes permitiendo que los debiliten, volveremos a ejercer bajo el control poltico del Estado, como ya ocurra antes de fundarlos y como ya ocurre en el mundo, all donde an no existen o han sido suprimidos.

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    3. Y, en tercer lugar, que hoy ms que nunca se hace necesaria la colaboracin ms estrecha y decidida entre la abogaca y la ciudadana y sus instituciones civiles, muy principalmente en el ejercicio del control del mercado en el que los ciudadanos son consumidores y usuarios de nuestros servicios, sencillamente porque es la garanta de dos cosas decisivas; la primera, que de nuestra colaboracin con ellos depende la modernizacin, la mejora y el futuro de nuestras instituciones colegiales. Y que de nuestro mutuo apoyo y de nuestra unin depende que todos nuestros afanes tengan alguna posibilidad de xito, por remota que pueda parecernos.

    Tan cierto es lo que digo que si antes felicitaba a nuestro Ministro de Justicia por los esfuerzos realizados en la derogacin parcial de la ley de tasas judiciales, debo ahora en justicia felicitarnos a todas las abogadas y a todos los abogados espaoles, as como a todas las instancias cvicas y a todos los ciudadanos por haber sido, en movilizacin conjunta contra dicha ley, los verdaderos inspiradores y generadores de la fuerza que encontr nuestro actual Ministro en su voluntad poltica para triunfar sobre las tasas judiciales que gravaban a las personas fsicas.

    Este y no otro es el motivo por el cual tengo el fundado convencimiento de que resulta imprescindible la unidad de la abogaca y su estrecha colaboracin con la ciudadana; el motivo por el que tengo la firme conviccin de que si seguimos pidiendo juntos los abogados y los ciudadanos, cvicamente y como dira el poeta y cantante Lluis Llac en su cancin Lestaca, segur que tomba, tomba,

    tomba y ens podrem alliberar (Sag ca tomba, tomba, tomba y ens

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    pudrem allibar), se vern cumplidos la completa derogacin de la ley de tasas judiciales, la derogacin de la Ley Mordaza, la dignidad de la Justicia Gratuita, el respeto a los derechos humanos y cuantos otros afanes comunes he citado y reclaman la razn, la justicia y el derecho.

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    Mucho e importante es el trabajo por hacer, con lo hasta aqu expuesto y tantas cuestiones que no he siquiera mencionado en este discurso inaugural por razon de tiempo. En todo caso y por todo ello, es este I Congreso de la Abogaca Madrilea sin lugar a dudas tan oportuno como necesario.

    Abordamos pues nuestro cometido con alegra, con ilusin, con nuestro leal saber y entender y con la conviccin de que unida la abogaca, unidas las profesiones jurdicas y los polticos, y todos nosotros junto a la ciudadana, seremos capaces de construir la Justicia que desde hace tanto tiempo todos anhelamos, casi ya soamos.

    Constituye una inmensa alegra y una circunstancia enormemente feliz para m y para la Junta de Gobierno que presido, inaugurar oficialmente este I Congreso de la Abogacia Madrilea, al que hacis grande vosotras y vosotros abogadas y abogados, asistentes, amigas y amigos todos- con vuestra presencia, con vuestras aportaciones, con vuestro saber y con vuestra pasin de aprender y de compartir.

    Me faltaran las palabras para expresaros mi emocin y mi satisfaccin

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    por que este evento sea hoy ya una realidad, pero no para animaros a hacer de l el Congreso que merecemos y esperamos desde hace ya ms de cuatro siglos los abogados de Madrid y para desearos la mayor entrega y el mayor acierto en vuestros trabajos.

    Con todo mi respeto, con todo mi afecto y con mi compromiso incondicional por seguir trabajando por el ms prometedor futuro del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid al servicio de la abogaca madrilea, os expreso a todos, sin excepcin, mi agradecimiento junto con el de todos los Diputados de la Junta de Gobierno.

    Muchas gracias.