diálogo 26 extraordinario. guatemala. el significado de las jornadas de marzo y abril del 62

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Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO-Sede Académica Guatemala, reconocida por el Decreto 96-87 del Congreso de la República, ratificado por el Ejecutivo en el instrumento de adhesión de fecha 29 de diciembre de 1987. No. 26 EXTRAORDINARIO Tercera época Guatemala, 1 de mayo de 2011 GUATEMALA El significado de las jornadas de marzo y abril

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Diálogo 26 Extraordinario. Tercera época. Guatemala. El significado de las jornadas de marzo y abril del 62. Publicación mensual de FLACSO

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Page 1: Diálogo 26 Extraordinario. Guatemala. El significado de las jornadas de marzo y abril del 62

Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO-Sede Académica Guatemala, reconocida por el Decreto 96-87 del Congreso de la República, ratificado por el Ejecutivo en el instrumento de adhesión de fecha 29 de diciembre de 1987.

No. 26 EXTRAORDINARIO Tercera época Guatemala, 1 de mayo de 2011

GUATEMALAEl significado de las

jornadas de marzo y abril

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2 No. 26/ EXTRAORDINARIO / mayo 2011

Consejo académico de flacso-guatemalaVirgilio Álvarez Aragón- director/Oscar López / Marcel Arévalo/Claudia Donis / Virgilio Reyes

Simona V. Yagenova / Luis Raúl Salvadó / Aimée Rodríguez / Edmundo Urrutia Secretario general de flacso

Francisco Rojas AravenaSan José, Costa Rica

Manuel Colom Argueta*

Las jornadas de marzo y abril c o n s t i t u y e n

hechos de la historia contemporánea de Gua-temala. Como dicha etapa histórica no se

ha superado, corresponde a nosotros actuar como testigos y hacer lo posi-ble por interpretarla, a sabiendas de que pueda haber una buena dosis de subjetivismo en la apreciación de los hechos y sus consecuencias.

Creo que la historia contemporá-nea de Guatemala la dominan dos hechos: Por un lado, la Revolución democrática de Octubre iniciada en 1944, truncada abrupta y violenta-mente en 1954. Y por otro, el proceso contrarrevolucionario que, de 1954 en adelante, va marcando nuevas formas de intervención imperialis-ta, asociada a diferentes aspectos de subordinación de la oligarquía terra-teniente y de la burguesía nacional. Desde ese momento, quienes deten-tan el poder y tratan de legitimarlo, desarrollarán los primeros elementos fascistoides que caracterizaran a la mayoría de gobiernos de América Latina.

Ambos momentos que estamos analizando, están marcados por con-diciones internas y externas específi-cas, que en su desarrollo y culmina-ción incidirán en el cauce que tomen los acontecimientos que en la actua-lidad vivimos. De ahí que su análisis detenido dará luz acerca del cómo y bajo qué condiciones ha tenido que

impulsarse la lucha popular, y qué experiencias podemos sacar de ese proceso para la lucha revolucionaria.

La intervención extranjera en 1954, que terminó con el gobierno de Jacobo Arbenz, cortó un proceso político social a través de una fuerza foránea extranjera. Lo hizo por mo-tivos de política hegemónica de los Estados Unidos, por intereses de las compañías extranjeras en Guatema-la: banano, petróleo, electricidad; y tomando como instrumento a una pe-queña oligarquía terrateniente. Digo pequeña porque en el derrocamiento de Arbenz el peso de la oligarquía era mínimo, realmente lo determi-nante fue la intervención extranjera.

Guatemala vive desde 1954 hasta la fecha, un proceso contrarreformis-ta, antidemocrático, un proceso en el que se adoptan determinadas mo-dalidades y métodos represivos con diversas escaladas de violencia. La contrarrevolución no consistió sim-plemente en terminar con una cons-titución democrática de gobierno; la

intervención extranjera significó que –al poner el poder en manos de una minoría de derecha– ésta se encargó de destruir una reforma agraria que estaba rectificando una estructura de tenencia de la tierra y un sistema productivo; destruyó –fundamental-mente– la reforma agraria.

Esta intervención devolvió el po-der a las compañías extranjeras: Uni-ted Fruit Company, International Railways of Centroamerica (IRCA), Empresa Eléctrica. Cito estos hechos porque la United Fruit Company reincorporó sus tierras expropiadas; tenía, antes de la reforma agraria, 5,000 caballerías de las cuales solo cultivaba 400, y el gobierno de Ar-benz le expropió 3,000 caballerías de tierra ociosa.

La “liberación” le devolvió pos-teriormente sus tierras a la United Fruit Company. Así como le devol-vió las tierras a los terratenientes y a la United Fruit Company, también suspendió otros programas naciona-listas, como el de hidroelectrificación

* Académico y político guatemalteco. Fue catedrático universitario, miembro del Con-sejo Superior Universitario de la USAC. Uno de los fundadores del Partido Revolucionario (PR), de la Unidad Revolucionaria Democrá-tica (URD) y del Frente Unido de la Revo-lución (FUR). Brillante intelectual de mucho arraigo en las clases populares. Postulado por el URD, ganó las elecciones para alcalde metropolitano por el periodo 1970-1974. Al poco tiempo de haber inscrito su partido polí-tico, el FUR, fue asesinado alevosamente en marzo de 1979, cuando gobernaba el general Romeo Lucas García.

En el marco del 49° aniver-sario de las JORNADAS PATRIÓTICAS DE MAR-ZO Y ABRIL DE 1962, y con la responsabilidad de impulsar las actividades preparatorias del 50° ani-versario de esas gestas po-pulares, se instaló el 12 de abril la Comisión Nacional Organizadora, integrada por la Asociación Marzo y Abril, FLACSO-Guate-mala y la Universidad de San Carlo de Guatemala (USAC).

Una de las primeras actividades programadas para esta conme-moración fue la realización de un acto especial que varios miem-bros de la Comisión Nacional Or-ganizadora e invitados especiales

realizaron al colocar una ofrenda floral luctuosa en el portón de la antigua Facultad de Derecho (aho-ra Museo Universitario) de la Uni-versidad de San Carlos, en el mis-mo sitio donde hace 49 años fueron

ejecutados los estudiantes univer-sitarios NOEL LÓPEZ, ARMAN-DO FUNES Y JORGE GÁLVEZ, asesinados por miembros del ejér-cito de Guatemala el 12 de abril de 1962.

FLACSO-Guatemala, como integrante de la Comisión Nacional Organizadora, por su importancia para enten-der este hecho histórico del pais, da lugar en este suple-mento extraordinario de diá-logo, a la transcripción de la Conferencia “Guatemala. Significado de las Jornadas de Marzo y Abril”, dictada en la Facultad de Arquitec-tura en conmemoración de las gestas populares de 1962. Última actividad académica celebrada por Colom Argue-ta en vísperas de su cobarde

asesinato el 21 de marzo de 1979, publicada originalmente en la Re-vista USAC, N° 1-1997. Dirección General de Extensión Universita-ria.

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del país concebido por el gobierno de Arbenz, que había previsto el uso del recurso agua para producir energía; suspendió Jurún Marinalá, Los Es-clavos y Atitlán, porque la Bond and Share era dueña de la empresa con-cesionaria de energía eléctrica en el área central y actuaba en función co-mercial, obteniendo utilidades hasta del 35%, es decir, que su capital se pagaba cada tres años. La Bond and Share impulsó las termoeléctricas: energía producida con combustible de hidrocarburos, y ésto colocó al país en condición de una mayor de-pendencia, otro factor externo.

¿Cómo se satisfizo la fuerza inter-na de derecha durante el inicio del proceso contrarrevolucionario? Des-truyó el régimen político, persiguió a las organizaciones partidistas, per-siguió a las organizaciones sociales, sindicales, económicas, políticas, estudiantiles, culturales, ar-tísticas; e impuso un sistema dictatorial que un personaje político de Guatemala llama-do Jorge Skiner Klee, estrate-ga de la derecha, tituló como “Democracia restringida”. En la actualidad, incluso en las organizaciones internaciona-les, se usa el término “demo-cracia restringida”. Pero en el fondo no existió –ni siquie-ra– tal democracia restringi-da; democracia como sistema político no lo fue. Es decir, el principio que el pueblo ejerce sus libertades –por lo menos políticas– no ha existido en Guatemala desde el ‘54.

La intervención extranjera destru-yo en 1954 un proceso social que tendía a ciertas reformas: reforma agraria, desarrollo de las fuerzas sin-dicales y campesinas, una política económica nacionalista, explotación del petróleo por el Estado y una po-lítica de infraestructura nacionalista. Incluso el gobierno revolucionario propuso sustituir la dependencia en el transporte (subordinado hasta la fecha a los ferrocarriles y puertos manejados por la UFCO) mediante la construcción de un sistema alter-nativo de carreteras –la carretera al Atlántico–; iniciando así la integra-ción de las regiones del país.

Eso es lo que era el ‘44 y fue lo que se destruyó; sustituyéndose por un proceso antidemocrático que adop-tó las primeras formas fascistas en América; puesto que el régimen de

1954 estableció los tribunales antico-munistas, suprimió libertades y ga-rantías universales del hombre, como el derecho de defensa, creó –como en la inquisición– tribunales secre-tos, esta vez anticomunistas, donde el ciudadano no tenía ninguna ga-rantía de defensa. Impuso una Cons-tituyente en planilla única, en pleno estado de sitio y con voto público; e impuso un Presidente: Carlos Casti-llo Armas, a través de un plebiscito, en plena contrarrevolución. Uso la represión sistematizada y hasta insti-tucional; creó el “Comité de defensa contra el comunismo”, con autori-dad superior a los propios tribunales, surgiendo dentro de ese contexto los primeros brotes de fuerzas parami-litares; el “ejército de liberación” al cual pertenecían Mario Sandoval Alarcón, Leonel Sisniega Otero y otros, juntamente con un grupo de

mercenarios que se organizaron en Nicaragua y Honduras, de acuerdo con Trujillo y la dictadura de Pérez Jiménez, y cuya misión fue distraer la atención del gobierno de Arbenz con una invasión por la frontera de Honduras.

Pero la realidad de la caída de Ar-benz se operó por una sucesión de golpes de Estado militares. EI ejérci-to de la “liberación” no ganó ninguna batalla, pero quedó organizado como fuerza paramilitar, y esta fuerza para-militar destruyo de hecho la reforma agraria: expulsó con violencia a los campesinos beneficiarios amenazán-dolos, eliminándolos físicamente o quemando sus ranchos.

Esto está escrito no por nosotros, que como estudiantes hacíamos las primeras resistencias en aquel tiem-po, sino por personajes de la derecha

como Clemente Marroquín Rojas quien –cuando observó las atrocida-des que se estaban cometiendo– lo consignó en el periódico La Hora.

Más adelante, en 1962, un informe de las Naciones Unidas confirmaba este hecho, determinando que de las 125,000 familias beneficiadas por la reforma agraria, ya sólo quedaban con tierra el 5.4%.

La actuación del ejército de la “li-beración” (como ejército paramili-tar) entró en conflicto con la institu-ción armada, razón por la cual el 2 de agosto de 1954, parte del ejército –reivindicando su “prestigio”– atacó al ejército de la “liberación” acan-tonado en el hospital Roosevelt y lo derrotó. El ejército actuó por inter-medio de la Escuela politécnica. La posterior intervención de la embaja-da de los Estados Unidos hizo de tal derrota una victoria para la “libera-

ción”.Estos hechos históricos que les

relato, constituyen el antecedente más inmediato del desarrollo de las fuerzas paramilitares organizadas de derecha. Recuerdo que en dicha épo-ca, siendo estudiantes, protestamos e hicimos las primeras manifestacio-nes para conmemorar el 25 de junio, cuando ya actuaba una organización clandestina paramilitar llamada “Los Pegasos”, así como otra llamada “Los Leopardos”, en su mayoría conformada por estudiantes. Dichas organizaciones de derecha tenían funciones similares a otras fuerzas fascistas organizadas que reprimían, y tenían entres sus propósitos crear terror y amedrentamiento, así como el cateo sistemático y nocturno de las casas de los dirigentes.

EI gobierno de la “liberación” en-

tra en crisis en 1957 cuando es asesi-nado Carlos Castillo Armas, y todo el control represivo a la organización popular existente se relaja, porque las fuerzas de derecha se dividen por la sucesión del poder. Este hecho da lugar a que –por primera vez después de 1954– se organice un partido de oposición y resurjan los movimien-tos sindicales organizados.

Las fuerzas de derecha entraron en conflicto porque la United Fruit Company (Foster Dulles) había esco-gido como presidente de Guatemala al Lic. Juan Córdova Cerna, abogado de United Fruit Company; y Carlos Castillo Armas, que era el jefe de la organización del “ejército de la li-beración”, se quedó de presidente después de un plebiscito. De ahí en-traron en pugna dos alas de la “libe-ración”. A esto se sumó la enemistad de Anastasio Somoza y de Trujillo,

ofendidos porque Carlos Cas-tillo Armas no les otorgaba la Orden del Quetzal, que sí ha-bía otorgado a Pérez Jiménez y a Pedro Estrada, jefe de la policía secreta de la dictadura de Pérez Jiménez. Realmente es Trujillo y una parte de la “liberación” asesinan a Car-los Castillo Armas. Recuerdo que nosotros fuimos captura-dos como media hora antes del asesinato, todos bajo la acusación de que habíamos complotado para su realiza-ción. A algunos exilados, le imputaron haber organizado el asesinato de Carlos Castillo Armas desde México.

Estos hechos, decía, provocaron una división entre la derecha; Ydí-goras Fuentes; que había sido el otro organizador de la “liberación” jun-to con Carlos Castillo Armas, con el cual se disputó la representación militar del movimiento, cobró su re-vancha en 1957 e hizo del asesinato de Carlos Castillo Armas su bandera política.

En realidad a Castillo Armas –se sabe– lo asesinaron agentes de Tru-jillo y agentes de la CIA.

Esta fractura de la fuerza orgáni-ca de la derecha dio lugar a que se tolerara la organización del Partido Revolucionario que se constituyó so-bre la base de la organización social que se había desarrollado durante los 10 años de la Revolución. Eso hay que tomarlo en cuenta: los 10 años del proceso revolucionario crearon

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una movilización social muy fuerte, y un desarrollo y organización de es-tos sectores; mas de 300,000 obreros y campesinos estaban organizados cuando cae Arbenz en 1954. Es más, había habido fundamentalmente un grado de participación muy amplia del campesinado y del obrero. EI campesinado porque participó en un experimento truncado de refor-ma agraria, que por primera vez en la historia le estaba resolviendo una necesidad de trabajo, una posibilidad de ocupación y una participación en la producción; el campesino de Gua-temala había sido objeto de crédito por primera vez en la historia del país. Todo ésto en los 18 meses que había tardado el proceso de reforma agraria.

EI campesino alcanzó, durante es-tos dos años citados, las metas fijadas en la producción y, ade-más, pagó sus crédi-tos anualmente; este período se recordará en la triste historia económica de Guate-mala como uno de los pocos años en que no hubo déficit en la pro-ducción agrícola de consumo interno.

EI grado de partici-pación y organización alcanzado es tal que, aunque el movimiento castilloarmista ataque y disuelva sindicatos, organizaciones estu-diantiles y artísticas, persiga a las organiza-ciones culturales, etc., esa base organizativa permanece y se expresa.

En 1957, decíamos, surge con mu-cha fuerza un Partido Revoluciona-rio que se dice heredero de la Revo-lución, porque se fundamenta en una organización ya existente. Surgen rápidamente filiales en todo el país; ¿pero quiénes son los nuevos cua-dros? Los líderes intermedios –cam-pesinos, obreros o estudiantes- que pudieron permanecer en el exilio o en la clandestinidad, porque si no se hubieran escondido, habrían desapa-recido para siempre.

Las “Jornadas de marzo y abril”, no son sino efectos de los hechos his-tóricos acá señalados, a manera de antecedentes explicativos del com-plejo proceso al cual venimos refi-

riéndonos. Después de que el pueblo protesta

el 20 de octubre de 1957, por unas elecciones fraudulentas entre Miguel Ydígoras Fuentes y Ortiz Pasarelli, Guillermo Flores Avendaño, el ter-cer hombre de la “liberación”, llega a la presidencia de la República. Este hombre inscribe el Partido Revo-lucionario faltando un mes para las elecciones (5 de diciembre de 1957) que se realizaron en enero de 1958. Y utiliza todo el poder del Estado, del gobierno, a favor de Miguel Ydígo-ras Fuentes. En ese tiempo el grado de concientización del campesino indígena no permite ser articulado y orientado, política y socialmente ha-blando.

Por otro lado, se utiliza todo el po-der estatal para que Ydígoras llegue

al poder, ya que los mandos militares están con él. Lo cierto es que Miguel Ydígoras Fuentes llega a la Presiden-cia; pero –por su pugna con la otra ala de la derecha (MLN)– abre el país a la organización de partidos y sindicatos, permite que se desarro-llen las organizaciones sindicales. EI Partido Revolucionario en esta coyuntura se divide en tres partidos más; inmediatamente, incluso co-mentado por el propio Miguel Ydí-goras, se organiza y se desarrolla el Sindicato de Acción y Mejoramiento Ferrocarrilero (SAMF) que históri-camente es uno de los sindicatos más fuertes, y el sindicato de la bananera; es decir, aquellos sindicatos que se habían fortalecido durante la Revo-lución de Octubre.

También hay mucha participación estudiantil y magisterial. Resulta en-tonces que Miguel Ydígoras Fuentes no es capaz de crear un juego de-mocrático, y comienza a practicar el fraude electoral y un cierto tipo de represión. Yo mismo fui preso varias veces y, como anécdota, les hubiera querido traer un “parte”, en donde consta que Miguel Ydígoras Fuentes me mete a la cárcel por estar espe-rando una goleta con armas de Cuba. Pero el mismo “parte” que hay con-tra mi persona en 1960, 10 hay con-tra Miguel Ortiz Pasarelli, que es del ala derecha del MLN, contra Mario Méndez Montenegro y Marco Anto-nio Villamar Contreras; a todos nos mete presos, dicen que por estar en confidencias con Fidel Castro para preparar la revolución en Guatemala.

La verdad es otra: Miguel Ydígo-ras Fuentes ha comprometido a Gua-temala como base de entrenamiento para las fuerzas anticastristas, en-tonces está preparando una coartada para justificar, cuando explote pos-teriormente, el hecho evidente de la invasión a Cuba. Nos persigue a no-sotros por castristas, e inicia un cier-to tipo de terrorismo; el subjefe de la policía secreta conocido por “Siete Litros” y otros, practican este tipo de terrorismo que a la altura de las actuales circunstancias podríamos calificar como alarmismo; es decir: ponen bombas donde saben que no van a matar a nadie. Comienzan a es-tallar en los cines, en los hospitales, hasta que llega el momento en que una bomba mata a algunas personas

–cinco mueren entonces– en el cine Abril. Todos estos hechos vienen a poner en crisis al gobierno.

Históricamente en Guatemala des-pués del 54 los gobiernos habían sido poderosos electoralmente, porque el grado de participación social de los sectores campesinos casi no existía. La marginación era económica, so-cial y política y el gobierno de turno tenía mucha facilidad para ganar las elecciones en el altiplano, Huehue-tenango, Atitlán o San Marcos, en Quetzaltenango ó Totonicapán, y con poca presión social y débil organiza-ción de cuadros, era difícil vencer a un gobierno desde la oposición.

Pero resulta que a Ydígoras se le empieza a dificultar el ejercicio de gobierno y los mecanismos de con-trol electoral, y por ello utiliza el tipo

de represión a que ve-nimos refiriéndonos. En 1960 se realiza un congreso jurídico en la ciudad capital, ahí se discute el tema del régimen de legalidad en Guatemala y se plantea el hecho que en el país no había una legalidad políti-ca, ni una democracia política. ¿Qué hace Miguel Ydígoras? Reacciona metiendo presos a los abogados participantes; daba jalones de orejas per-manente y sistemáti-camente como tratan-do de imitar a Jorge Ubico.

Por otra parte, Mi-guel Ydígoras llega a ofrecerle a la juventud militar que personalmente sean ellos los mercenarios para la invasión a Cuba; le hablan a Marco Antonio Yon Sosa, a Turcios Lima, Trejo Esquivel, y a muchos de los militares que ahora son coroneles y generales. Esto precipita el 13 de no-viembre de 1960 una rebelión de 180 militares, que pretenden derrocar a Miguel Ydígoras para restablecer el proceso democrático en Guatemala y como una reacción concreta al hecho que Miguel Ydígoras está utilizan-do a Guatemala para la invasión de Cuba, utilizando a los militares para dicho propósito.

En este movimiento estaban com-prometidos lo mejor de la oficialidad y se dio en un momento propicio,

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pues militares como Carlos Manuel Arana Osorio y Arreaga Bosque no estaban en los mandos del ejército. Pero el movimiento fracasa debido a desarticulación en sus acciones.

Este proceso se desarrolla sin que haya una evaluación de las impli-caciones internacionales, ya que la victoria del movimiento “13 de No-viembre” significaba frenar la in-vasión a Cuba, que aún no se había concretado. Por eso la presión de los EE.UU. es muy fuerte, con el obje-to de hacer fracasar el movimiento. Y la oficialidad desarrolla un plan que no se lleva a cabo en el tiempo establecido, sino parcialmente. Sólo se alza el cuartel General y la Fuer-za Aérea. El cuartel Mariscal Zavala, dicen que por cambios que hubo de oficiales, casualmente, no se levan-to, únicamente lo hicieron las bases militares de Zacapa y Puerto Barrios, que entran en una confrontación con los “no rebelados” que no es exacta-mente bélica.

Durante ese “estira y encoge” para derrocar a Miguel Ydígoras, inter-viene la fuerza aérea americana con base en Panamá (está escrito en el libro de Marchetti de la Central de Inteligencia Americana, CIA), y em-plaza a la fuerza aérea guatemalteca a que deponga su actitud. Con esa intervención prácticamente socavan, frustran, la victoria de la rebelión mi-litar del “13 de noviembre”, cuya ofi-cialidad huye refugiándose algunos en Honduras y otros escondiéndose acá.

Mientras tanto Miguel Ydígoras continúa en el poder, pero el ejército realmente no combate a la oficialidad clandestina; la deja circular y actuar. Vienen las elecciones de diputados en 1961, e Ydígoras comete fraude; quienes habían quedado en segun-do lugar, los hace poner en primer lugar. Al mismo tiempo se suceden una serie de movimientos estudian-tiles de secundaria. No se me olvida nunca que Miguel Ydígoras manda a ametrallar a la juventud del Instituto Nacional disparándoles desde el Ins-tituto de Fomento de la Producci6n (INFOP). Los estudiantes de secun-daria estaban organizados en el mo-vimiento llamado FUEGO (al que pertenecían Edgar Ibarra, Carlos To-

ledo y muchos otras que más tarde participaron en la gue-rrilla) y son acosados en una forma salvaje que trajo como resultado varios heridos y ba-leados. Todos estos hechos, agregados a cierta recesión económica, desocupación ur-bana, destrucción de la refor-ma agraria y desesperación social, alimentan la rebelión popular. Hay un hecho que rebalsa el vaso de agua, y es una acción militar al mando de una patrulla que ametralla a unos estudiantes de la Fa-cultad de Derecho que están colocando carteles y rótulos en la 9a. avenida y 10a. calle.

EI atentado contra los es-tudiantes hace explotar a la juventud universitaria y la coyuntura hace que prácti-camente se forme un Frente Nacional Popular anti-idi-gorista en donde participan la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU), el con-junto de organizaciones es-tudiantiles y varios partidos políticos, y se comienza una lucha popular provocada por los militares. Estoy hablando ya de 1962.

Esta rebelión es expresión de una lucha popular amplia donde participa el Partido Guatemalteco del Trabajo, la Unidad Revolucionaria De-mocrática, una fracción del PR, y participa también la Democra-cia Cristiana con militantes jóvenes en aquel tiempo. Pasan dos meses sin que el gobierno pueda controlar la rebelión y la Ciudad de Guatema-la no es de nadie.

A nosotros nos sacan al exilio y al día siguiente estamos de regreso al país; el gobierno no tiene la posi-bilidad de mantener sus decisiones y control, los estudiantes inventan cualquier modalidad de saboteo para paralizar la ciudad, una vez se salen can la “Operación palillo de dientes”: ponen palillos de dientes a todos los candados de los comercios de la zona 1, y agregado a que los propios co-merciantes no quieren abrir, se para-liza el comercio; en otra ocasión la

“Operación basura”: los trabajadores de la Municipalidad colocan las ba-suras en ciertos lugares de la ciudad y las queman. Pero no sólo se da este tipo de hechos, sino que hay también confrontaciones violentas del pueblo contra la judicial, la policía y hasta con el ejercito.

Hay una película de Las “Jorna-das de marzo y abril” en la que se puede ver como el pueblo lincha a dos agentes judiciales en el Cemen-terio General.

A estas alturas a Ydígoras se le ocurre –como fórmula de apaciguar la lucha popular– que se acepte el regreso del ex presidente Juan José Arevalo a Guatemala, a pesar de ha-ber sido, junto a Jacobo Arbenz, pro-

cesado después de 1954, y que nin-guna amnistía lo había favorecido. Pero en esa coyuntura la única figura que podía calmar la lucha popular, y efectivamente lo logró en parte, era Arevalo y las actividades de Se-mana Santa, que sirvieron como un balde de agua fría para el apacigua-miento de la lucha popular. La treta se confirma: una inmensa propagan-da sobre el regreso de Arevalo y el consecuente desarrollo de los parti-dos arevalistas (Juan José Arevalo y Jacobo Arbenz contaban con una gran popularidad en la base social); Arevalo no regresa; pero la campaña fue amplia y se forman los partidos arevalistas, siendo Roberto Alejos el candidato oficial de la derecha.

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Por otra parte, la juventud militar del “13 de Noviembre”, conjunta-mente con varios dirigentes de orga-nizaciones estudiantiles de marzo y abril, y parte del Partido Guatemal-teco del Trabajo, comienzan a orga-nizarse para una resistencia armada contra el régimen de Miguel Ydígo-ras, pero es necesario aclarar que aún no puede ser concebida como guerri-lla. EI movimiento “13 de Noviem-bre” tenía mucha influencia militar; otros, como yo, opinábamos que esa juventud tenía una gran capacidad de penetración en el ejército como ins-titución, y que era mas fácil derrocar a la dictadura a través de un trabajo interno en el ejército, que a través de una lucha armada.

¿Qué sucede? Que Juan José Are-valo regresa el 29 de marzo de 1963, y el 30 el alto mando del ejército da el golpe de Estado.

Ese golpe fue encabezado por En-rique Peralta Azurdia quien hasta el último momento juraba lealtad al gobierno de Miguel Ydígoras. Y por eso este general declara que fue ob-jeto de una traición fraguada por En-rique Peralta Azurdia.

En ese golpe también participaron ciertos oficiales que se habían conju-rado el “13 de Noviembre”, pero que traicionaron a sus compañeros. Esos oficiales fueron premiados por el go-bierno peraltista con altos puestos en el gobierno y el ejército.

Una vez más se impone un gobier-no de facto, en planil1a única y con voto público; se cancelan los parti-dos, los arevalistas, el URD, y tam-bién los partidos de derecha que no

están comprometidos ni de acuerdo con el gobierno de facto; de inmedia-to se impone una represión selectiva contra aquellos que tuvimos partici-pación en marzo y abril. Es fácil ad-vertir con que precisión se selecciona a quienes van a reprimir, y se debe a que en marzo y abril concurrimos fuerzas de izquierda con fuerzas de derecha antagónicas al régimen de Ydígoras, lo cual permitió conocer a los cuadros populares.

Las fuerzas de derecha entran en relación, incluso en acción, con los militares golpistas, y ya en el poder vuelven a poner el estado de excep-ción. Vuelven a surgir las medidas anticomunistas que violan los de-rechos humanos, a establecer todo aquel aparato que se había inventa-do en 1954; y ellos, ahora, tienen un cuadro completo de cómo actúan las fuerzas popu-lares y quiénes forman su dirigencia.

Yo salí al exilio en tiempo de Enrique Peral-ta Azurdia, pero platique posteriormente, ya siendo alcalde, con varios ofi-ciales, entre ellos algunos coroneles (Carlos Manuel Arana Osorio y Miguel Ángel Ponciano) que dieron el golpe de Esta-do (mandos efectivos del golpe de Estado del 30 de marzo); platiqué por curiosidad de conocerlos, y también por conocer la realidad del golpe.

A los tres les hice la mis-

ma pregunta: ¿Por qué al dar el golpe de Estado no democrati-zaron Guatemala?

Y los tres respondieron: “por temor a la organización popu-lar”. Entonces la derecha oligár-quica (y no hay que pensar solo en el MLN porque la oligarquía es más amplia que el MLN), a través de sus grandes estrategas como Jorge Skiner Klee (que es el mismo que entrega el petró-leo en la Constitución de 1966), termina por consolidar sus in-tereses; le quitan al Congreso de la República la potestad de otorgar contratos de hidrocar-buros y de minas, para darle el níquel a la Exmibal. Pretenden que el Consejo de Estado tenía funciones colegislativas; Adol-fo Mijangos escribió un artículo sobre el fascismo, tipificando al

Consejo de Estado como una entidad corporativista y cuando el Colegio de abogados, el 24 de febrero de 1965, invita a los honorables diputados de la Constituyente a que discutan con un grupo de abogados los temas de la Constitución, el derecho laboral, el régimen de partidos, los fines del Estado, el régimen de recursos natu-rales, ese día establecen el estado de sitio y nos sacan del país. AI expulsar del país a las fuerzas arevalistas y a nosotros (que no quisimos apoyar a Arevalo jamás porque nos dábamos cuenta que estaba sirviendo de ins-trumento para mantener el régimen de Ydígoras), se polariza la lucha. En ese momento ya hay una resisten-cia armada a través de las guerrillas.

Desde el golpe de Estado de 1963, el régimen de facto genera la guerrilla como fuerza organizada antagónica.

Al mismo tiempo que sucede esto, muere Kennedy (no quiero decir que Kennedy haya sido defensor de Amé-rica Latina ni nada de esto), el crea-dor de la Alianza para el progreso, que era la respuesta norteamericana para América Latina ante la revolu-ción cubana: impulsar cierto tipo de reformas vía democrática. Eso es el programa de Punta del Este.

El programa de Alianza para el progreso proponía reforma agraria, reforma educativa, de salud y asisten-cia crediticia internacional para estas reformas, a través de regímenes de-mocráticos y constitucionales. Pero resulta que Kennedy es asesinado y Lyndon Johnson sube a la Presiden-cia de los EE.UU. Lyndon Johnson rompe con el esquema de la “Alianza para el progreso” y da su apoyo a los gobiernos que combaten insurreccio-nes democráticas; les da su asistencia militar. Por lo tanto, en países como Guatemala se adopta, bajo auspicios norteamericanos, los métodos de Ar-gelia, o sea que la fuerza paramilitar debe reprimir a la organización po-pular más que a la fuerza organizada guerrillera, porque la base de susten-tación posible de una guerrilla es la organización popular. Comienza una modalidad de genocidio no conocida anteriormente en Guatemala. Antes de que se le entregue la presidencia a Julio César Méndez Montenegro, la reacción toma decisiones sobre vein-tidós revolucionarios capturados. La respuesta inmediata es ordenar su

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asesinato y posteriormente tiran sus cadáveres al mar.

Es impresionante observar cómo los mejores líderes de base de mar-zo y abril son asesinados cuando se organizan las fuerzas paramilitares para combatir a la guerrilla. ¿Quién alimenta la fuerza paramilitar? El MLN, la derecha; y ¿qué de aquel ejército antagónico y receloso del MLN que tiene al “2 de agosto” como el hecho que lavó la afrenta contra su honor inferida por el ejer-cito de la “liberación”?, pues se aso-ció a una fuerza paramilitar integrada por los elementos de la extrema de-recha que lo habían afrentado. Ya en el gobierno de Julio César Méndez Montenegro se aplica como proce-dimiento sistemático que las fuerzas paramilitares repriman de manera selectiva a los líderes y cuadros de las organizaciones populares. Las mismas bases, los mismos dirigentes del Partido Revolucionario, son ase-sinados junto con dirigentes de otros partidos. ¿Por qué? Por su peso y su organización social. Esto se atenúa cuando Julio César Méndez Mon-tenegro destituye a Carlos Manuel Arana Osorio, a Rafael Arreaga Bos-que y a otros militares; el mando baja un poco la represión.

Pero Méndez Montenegro comete un error histórico. En muchas peti-ciones entre 1966 y 1970, demanda-mos y exigimos de él terminar con las organizaciones paramilitares y destituir a sus jefes. EI día que desti-tuyó a estas personas, habló con no-sotros comentando el hecho de que precisamente en ese momento estaba liberando a un joven estudiante del Comité de Huelga, que había sido secuestrado y que iba a ser asesina-do, y que lo salvo la campana de la remoción de los citados jefes. Mén-dez Montenegro nos dice: “ya ven que sí actué, y sí di un paso... “ Y la respuesta del compañero que iba conmigo fue: “Sí, pero tiene que dar muchos pasos más para desarticular a la organización paramilitar”.

Méndez Montenegro no logró des-articular a las organizaciones para-militares, este fue su error histórico.

En las elecciones de 1970 llega Carlos Manuel Arana Osorio al po-der, en parte por la presión de las fuerzas paramilitares. EI Movimien-to de Liberación Nacional (MLN) y el Partido Institucional Democrático (PID), con un brazo armado civil, logran un resultado electoral parcial

de victoria, porque las fuerzas de izquierda promueven la abstención; ninguno quiere darle su voto a un partido o a un gobierno que conside-ra responsable de una metodología completamente contraria a sus prin-cipios. Y esa es la llegada de Carlos Manuel Arana Osorio al poder.

EI general Carlos Manuel Arana Osorio arriba al poder con amenazas de represión; no hay diputado que no este amenazado. EI mismo registra-dor electoral y todo el mundo siente las fuerzas paramilitares. EI 13 de noviembre de 1970 decreta el estado de sitio, aduciendo una nueva rebe-lión, e inicia una nueva escalada de represión en la que mueren decenas de alcaldes del propio Partido Re-volucionario, dirigentes sindicales, dirigentes estudiantiles. Asesinan al compañero Adolfo Mijangos López. Arana Osorio cree que ya llegó el momento de terminar para siempre con quienes dirigen los movimientos populares, y se inicia así la lucha tre-menda de resistencia.

Entonces, ¿qué es marzo y abril en el proceso histórico que vivimos? Considero que deberíamos pensar que fueron gestas populares, hechos populares, en las que el nivel de or-ganización logro una resistencia contra un sistema antidemocrático y represivo. Pero marzo y abril no es un hecho aislado, forma parte de un proceso histórico social que no ha terminado aún, frente a un sistema de dominación de una minoría eco-nómica oligárquica, subordinada al capital extranjero (que es el que se ha apropiado de Guatemala), que apren-dió a usar técnicamente formas fas-cistoides de represión para coartar el desarrollo de la organización popular por la liberación de los pueblos.

Algunos historiadores, políticos, sociólogos que han escrito acerca de la guerrilla, sostienen que con ella se inició la violencia en Guatemala. Esa afirmación no es cierta. La vio-lencia en Guatemala se origina en causas estructurales: marginación y dominación estructural de la socie-dad. En Guatemala, podríamos de-cir que ha habido dos modalidades de resistencia y de lucha organizada: por un lado, una lucha popular; por otro, una resistencia armada. Del desarrollo de la fuerzas sindicales, campesinas y partidistas depende la efectividad de las luchas populares, y son resistencias porque desde 1954 hasta la fecha, no se han respeta-

do las libertades y derechos que los propios organismos institucionales proclaman. La resistencia popular ha constituido una vía de defensa y, algunas veces, una pretensión demo-crática de cambio.

En cuanto a la resistencia armada se han dado dos intentos: la rebelión militar del “13 de Noviembre” y la resistencia armada conocida histó-ricamente como “guerrilla”. Pero es falso afirmar que ahí se haya origina-do la violencia, ésta es una reacción a una estructura y a un sistema políti-co; también las luchas populares han obedecido a ello.

Entonces, al preguntarnos sobre las jornadas de marzo y abril como un hecho histórico, o al preguntar-nos sobre la violencia en Guatemala, deberíamos decir que marzo y abril fue una resistencia popular como respuesta a determinada fase de anarquía y represión de la época del gobierno de Miguel Ydígoras Fuen-tes.

Ese hecho histórico de rebelión popular, genera en las fuerzas de derecha la preparación para usar lo que en el fascismo se llama la “puni-ción preventiva”; la represión como forma de impedir el desarrollo de la organización popular, y cada cierto período de tiempo, por una razón externa o interna, se intensifica para desarticular la organización popular, por temor a que esa fuerza organiza-da revierta el sistema.

Entonces marzo y abril podríamos decir que es (junto con las gestas cí-vicas de la caída de Jorge Ubico y de Federico Ponce Vaides y las gestas populares del Movimiento Unionis-ta de 1920), una lucha popular; una reacción popular contra sistemas, modalidades o situaciones estructu-rales represivas. Pero también, esta etapa histórica que estamos analizan-do sirvió de experimento y de moti-vación para que se perfeccionara a través de organizaciones paramilita-res y metodologías represivas origi-nadas en el fascismo, la modalidad de represión punitiva-preventiva para evitar el desarrollo de las fuer-zas populares.

EI estudiantado jugó un papel im-portante, podríamos decir casi deci-sivo. Fue el movimiento instigador, creativo; catalizador incluso de di-versas corrientes, aun cuando no se tenía la madurez política para enten-der y evitar errores fatales, como ha-ber sido demasiado abiertos y haber

aceptado participar con fuerzas que, más tarde, iban a pasar a reprimir al mismo estudiantado y a desarticular a las mismas organizaciones popula-res.

En esta forma, un poco panorámica y extendida, he tratado de explicarles el contexto en el que se ubican Las jornadas de marzo y abril, en parte como testimonio de una época que a mí me tocó vivir, y en parte como un intento de interpretación, que es muy difícil cuando se esta viviendo la eta-pa, pero que puede ayudarlos a uste-des, en un país donde no se escribe la historia por el carácter del sistema político en que vivimos, en donde la historia no se divulga y no hay opor-tunidad de que los medios de comu-nicación informen con objetividad la realidad de hechos que todavía están condicionando el presente de nuestro país.

y el Postgrado

Centroamericano en Ciencias Sociales

invitan a la presentación del libro

La participación política en la primavera

guatemalteca:una aproximación a la historia de los partidos

políticos durante el periodo 1944-1954

con la participación de Guadalupe Rodríguez de Ita

(autor y conferencista) Edmundo Urrutia

(Comentarios)

Jueves 5 de mayo, 17:30 horasAuditorio “René Poitevin”,

FLACSO-Guatemala3a. calle 4-44 zona 10, ciudad de Guatemala

Page 8: Diálogo 26 Extraordinario. Guatemala. El significado de las jornadas de marzo y abril del 62

8 No. 26/ EXTRAORDINARIO / mayo 2011

Publicación mensual de flacso-Guatemala Director: Dr. Virgilio Álvarez Aragón/Coordinación y diagramación: Lic. Hugo de León P.

Tel. PBX (502) 24147444 Fax: (502) 24147440 Correo electrónico: [email protected] Página web: http://www.flacso.edu.gtLas ideas expresadas en esta publicación no son necesariamente

compartidas por FLACSO-Guatemala30 mil ejemplares

LLamamiento a Las fuerzas poLíticas para impuLsar con seriedad y responsabiLidad La reforma fiscaL que permita aL estado cumpLir sus

obLigaciones fundamentaLes

Ante la dificultad para atender la justa demanda ciudadana para incrementar la cobertura, calidad, transparencia y efectividad del gasto público, consecuencia de la insuficiencia crónica de los ingresos fiscales, agravada por la persistencia de privilegios fiscales y por la caída drástica de la carga tributaria ocasionada por la crisis económica mundial, a la opinión pública:

• Reiteramos la necesidad impostergable de una reforma fiscal en Guate-mala, como la manera responsable y madura de lograr que el Estado cumpla con sus obligaciones fundamentales.• La reforma fiscal debe seguir un esquema integral, que logre mejorar la calidad, efectividad y transparencia del gasto público, financiado con recur-sos suficientes y sostenibles en el tiempo.• En cuanto a las fuentes de financiamiento del gasto, el fortalecimiento de la tributación es el camino más adecuado para moderar el endeudamiento público. El componente tributario de la reforma fiscal integral debe incluir:

- Respeto y cumplimiento del principio constitucional de capacidad de pago, logrando un sistema tributario justo y equitativo. - Fortalecimiento de la tributación directa, atendiendo la propuesta formula-

da en 2008 por el Grupo Promotor del Diálogo Fiscal. - Fortalecimiento de la administración tributaria otorgándole acceso a la in-

formación bancaria de los contribuyentes bajo garantías de confidencialidad, entre otras medidas para mejorar su capacidad para combatir la evasión tri-butaria, la defraudación aduanera y el contrabando. - Política de no más privilegios tributarios injustificados, con lo cual deben

revisarse las exenciones y exoneraciones vigentes.• Contrario a lo manifestado recientemente, el proceso electoral sí plantea una oportunidad propicia para la participación activa de las fuerzas políticas en el debate de la reforma fiscal. Para lograr ofertas electorales serias y creí-bles, se requiere discutir la fuente y el monto del financiamiento de los planes de gobierno.• Solicitamos al Congreso de la República y a los partidos políticos parti-cipantes en el presente proceso electoral, iniciar cuanto antes la discusión de la reforma fiscal con una visión de Estado.

Guatemala, 28 de abril de 2011.

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