danzine 24 de abril

2
Vol 5 Hermosillo, Sonora, México 24 de abril de 2013 Publicación de Un Desierto para la Danza danzine www.undesiertoparaladanza.gob.mx ue veinte años no es nada, dice en su afama- do tango Carlos Gardel. Un Desierto para la Danza ha dado el brinco de esa conclusión, hemos llegado a veintiuna ediciones para seguir diciendo la vida a través del cuerpo. Y citamos a Gardel porque de él emana la pasión por el canto, el arte hecho desde el drama, lo que duele y construye. Así la danza, un parto de ideas, una obsesión dicha mil veces, la irrefrenable necesidad de expresar lo que acontece. Empezamos esta edición de Un Desierto para la Danza el viernes 19 de abril. La bote- lla se rompió en la proa que es la Plaza Bi- centenario. Con música en vivo los asistentes ciudadanos nos volcamos con el cuerpo al son de cumbia, pop, rock. El convite desde el anfitrión de esta edición, Miguel Mancillas, director de Antares Danza Contemporánea, desde los organizadores, el Instituto Sonorense de Cultura. ¿Y por qué el baile en la plaza? Por la simple y llana razón de que, citando a Mancillas, el origen del baile es el cuerpo, la diversión y para refrendarle al público que todos pode- mos ejercer la danza. Pudimos ver y sentir, bailar y cantar. El con- texto familiar, niños en sus bicicletas y ron- dando a los bailadores, en sus ojos la alegría y un instante que retendrán en la memoria para siempre. Padres de familia con un cono de nieve en la mano y el placer en la mirada al ver aquellos cuerpos dando sus mejores desplantes. Y por qué no, ellos también para entrar al redon- del. Bailar. Cantar. De la Bicentenario a la Plaza Central de Casa de la Cultura, para ver Ladoalado del mismí- simo Antares, hacia el Teatro de la Ciudad, encontrarnos allí con Montréal Danse y su desgajar la belleza con la coreografía Husk. Un día, no, una noche más y La Cebra Dan- za Gay para estrujarnos los sentidos, con esa diversidad de temas a partir todos, absoluta- mente todos, desde la realidad. Vinieron luego la música electrónica, el vi- deo, la tecnología acompañando dos cuerpos en el escenario, o viceversa. Fue La Manga video y danza, con la coreografía En vida her- mana… en vida. Y vimos el volar de las gavio- tas, la impostergable presencia de la muerte. Muchas aves aposentadas en el escenario. El deceso como un certamen que se gana a pulso y con vocación. Así los días. La constancia en los espectado- res. Así el desierto, ponderando también los talleres de danza, uno, dos: Jazz dinámico y Ballet, desde el maestro Guillermo Maldona- do, allá en un salón, dos salones, repletos de energía, entusiasmo, dedicación. Un taller más desde la sapiencia de Miguel Zamudio, maestro veracruzano, integrante de la Compañía Nacional de Danzón. Y este taller sobre la iniciación del danzón. Allí las parejas con los ojos bien abiertos y el cuerpo siempre dispuesto. Para el cierre se avecina un taller más, por- que la formación es toral, por eso Samuel Le- feuvre, desde Francia, para impartir el 29, 30 de abril, y 1 de mayo, el taller Danza a través de los estados. Así los días, en este camino de danza, a la mitad de este desierto veintiuno, y con entu- siasmo a la espera de lo que viene. El palco nos espera. La danza otra vez. (Carlos Sánchez) MITAD CAMINO A DEL Q Así la danza, un parto de ideas, una obsesión dicha mil veces, la irrefrenable necesidad de expresar lo que acontece. Fotos: Miguel Galaz y Juan Casanova

Upload: isc-sonora

Post on 22-Feb-2016

221 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Periodico diario

TRANSCRIPT

Page 1: Danzine 24 de abril

Vol 5 Hermosillo, Sonora, México 24 de abril de 2013

Publicación de Un Desierto para la Danza

danzinewww.undesiertoparaladanza.gob.mx

ue veinte años no es nada, dice en su afama-do tango Carlos Gardel. Un Desierto para la Danza ha dado el brinco de esa conclusión, hemos llegado a veintiuna ediciones para seguir diciendo la vida a través del cuerpo. Y citamos a Gardel porque de él emana la pasión por el canto, el arte hecho desde el drama, lo que duele y construye.

Así la danza, un parto de ideas, una obsesión dicha mil veces, la irrefrenable necesidad de expresar lo que acontece.

Empezamos esta edición de Un Desierto para la Danza el viernes 19 de abril. La bote-lla se rompió en la proa que es la Plaza Bi-centenario. Con música en vivo los asistentes ciudadanos nos volcamos con el cuerpo al son de cumbia, pop, rock.

El convite desde el anfitrión de esta edición, Miguel Mancillas, director de Antares Danza Contemporánea, desde los organizadores, el Instituto Sonorense de Cultura.

¿Y por qué el baile en la plaza? Por la simple y llana razón de que, citando a Mancillas, el origen del baile es el cuerpo, la diversión y para refrendarle al público que todos pode-mos ejercer la danza.

Pudimos ver y sentir, bailar y cantar. El con-texto familiar, niños en sus bicicletas y ron-dando a los bailadores, en sus ojos la alegría y un instante que retendrán en la memoria para siempre.

Padres de familia con un cono de nieve en la mano y el placer en la mirada al ver aquellos cuerpos dando sus mejores desplantes. Y por qué no, ellos también para entrar al redon-del. Bailar. Cantar.

De la Bicentenario a la Plaza Central de Casa de la Cultura, para ver Ladoalado del mismí-

simo Antares, hacia el Teatro de la Ciudad, encontrarnos allí con Montréal Danse y su desgajar la belleza con la coreografía Husk. Un día, no, una noche más y La Cebra Dan-za Gay para estrujarnos los sentidos, con esa diversidad de temas a partir todos, absoluta-mente todos, desde la realidad.

Vinieron luego la música electrónica, el vi-deo, la tecnología acompañando dos cuerpos en el escenario, o viceversa. Fue La Manga video y danza, con la coreografía En vida her-mana… en vida. Y vimos el volar de las gavio-tas, la impostergable presencia de la muerte. Muchas aves aposentadas en el escenario.

El deceso como un certamen que se gana a pulso y con vocación.

Así los días. La constancia en los espectado-res. Así el desierto, ponderando también los talleres de danza, uno, dos: Jazz dinámico y Ballet, desde el maestro Guillermo Maldona-do, allá en un salón, dos salones, repletos de energía, entusiasmo, dedicación.

Un taller más desde la sapiencia de Miguel Zamudio, maestro veracruzano, integrante de la Compañía Nacional de Danzón. Y este taller sobre la iniciación del danzón. Allí las parejas con los ojos bien abiertos y el cuerpo siempre dispuesto.

Para el cierre se avecina un taller más, por-que la formación es toral, por eso Samuel Le-feuvre, desde Francia, para impartir el 29, 30 de abril, y 1 de mayo, el taller Danza a través de los estados.

Así los días, en este camino de danza, a la mitad de este desierto veintiuno, y con entu-siasmo a la espera de lo que viene. El palco nos espera. La danza otra vez.

(Carlos Sánchez)

MITADCAMINOA

DEL

Q

Así la danza, un parto de ideas, una obsesión dicha mil veces, la irrefrenable necesidad de expresar lo que acontece.Fo

tos:

Mig

uel G

alaz

y Ju

an C

asan

ova

Page 2: Danzine 24 de abril

danzineVol 5. Hermosillo, Sonora, MéxicoCoordinación: Doris Arenas / Edición: Carlos Sánchez Diseño: Argelia Juárez / Corrección: Rosy Orozco

24 de abril de 2013

UN DESIERTO PARA LA DANZA 2013

Mañana en el DesiertoCupo limitado a 200 personas

Jueves 25 de abril

20:00 horas, Teatro de la CiudadHello, Producciones la lágrima / SONORACoreógrafo: Becky HiltonDirección: Adriana Castaños

DesiertoRETRO

AntaresLuego Antares y Miguel Mancillas igual a disciplina, amor a la danzaEn la foto, Antares: Miguel e Issac. He visto, la magia que tiene Miguel no solo para crear y danzar, sino también para transformar y adaptar al grupo a sus nuevos integrantes (Miguel Galaz)

Pregunté a Cecilia Lugo, coreógrafa de Contempodanza, si podríamos hacer fo-tos en el ensayo general de la obra Azul

como una ojera de mujer. Respondió que prefe-ría que las fotos se hicieran en la presentación de Un Desierto para la Danza “porque una fun-ción es irrepetible”, argumentó. Precisamente sobre ese concepto platícame más, le sugerí.

--El arte escénico responde al aquí y al ahora, sucede en el momento; el momento nunca se repite, los bailarines nunca están igual cuando representan un trabajo escénico, por eso cada función es diferente. La energía que se gene-ra a la hora de estar frente al público, es una energía diferente a un ensayo. En un ensayo los bailarines lo pueden hacer muy bien, pero falta esa tensión que te crea el público que te está viendo, la mirada de tu cuerpo y la mira-da hacia ti exige que tú hagas un esfuerzo muy grande para que la mirada no te determine, y no quieras complacer la mirada tampoco, que salgas a hacer un gran esfuerzo por vincularte contigo mismo y sacar lo mejor de ti en ese es-pacio de verdad que tenemos al interior del ser.

Ese es el gran reto del creador escénico, del bailarín, del ejecutante, no tanto del coreógra-fo, él ya creó, ya hizo su dramaturgia, montó los pasos, ya hizo la obra, pero quien le da vida a esa obra es el intérprete; él se vuelve la herra-mienta de la obra: él es la obra, si él lo hace mal, no hay obra.

--La importancia de la mirada es constante en tu propuesta, en tu explicación, háblame de tu definición de la mirada, lo que significa en ti.

--El arte, la escena, el foro, es un espacio ritual donde se libran batallas enormes, por eso tie-ne tanto peso lo que sucede en escena, sobre todo cuando está bien hecho, allí te transfor-ma la vida, no sólo para el que lo hace sino para el que lo ve. Esto en una mirada del arte como un elemento transformador de tu vida, no del arte como entretenimiento o pasatiem-po, o como hobby, que también tiene sus bene-ficios, por supuesto.

En el arte escénico yo siento que eso que deci-mos en escena es muy importante, es sagrado, tiene que ver con tu interior, con la conexión con el universo, entiéndase esto como cada quien lo entienda pero es inconmensurable. Entonces lo que sucede en escena es tan se-rio, -aunque aparentemente sea algo ligero o frívolo-, es tan serio que tiene que ver una conexión con otra dimensión, y desafortuna-damente no siempre se logra; cuando más lo logras y además tienes un cuerpo entrenado,

te sirve como herramienta para decir esta parte poética, que en el arte creo yo, es fun-damental, que el espectador se sienta emo-cionado, conmocionado, transformado, por lo que el que está en escena está diciendo. Me parece que esa es la misión fundamental del arte escénico.Ahora, esto no sucede si yo salgo a sonreírle al público, me tengo que olvidar de él para hacer toda una cuestión alquímica, de conexión, sa-biendo que la mirada del público estará allí, y te condiciona, te tira, te pone nervioso, te pro-voca y no te puedes olvidar de él.

--Hablas de las batallas que uno tiene que li-brar todos los días, ¿cuáles son esas tu bata-llas?--A nivel general mis batallas son encontrar siempre el poder que tiene el sentido de la vida y poderlo traducir en cada acto que hago, desde que me levanto hasta que me duermo. Puesto en la mirada en mi trabajo de danza, es llegar con el entusiasmo también puesto, para que mis colaboradores, mis compañeros, mis amigos, mis bailarines, se sientan conectados con esta energía que yo traigo y que a su vez al sentirla ellos generen la suya, entonces es un intercambio de energías y de entusiasmos por lo que nosotros hacemos. Creo que lo más importante es encontrar el gozo a la vida, el gozo al instante, el gozo del momento del aquí y del ahora que mucho se revela al momento de bailar. Mi tarea y mi reto es involucrar al otro y entusiasmarlo tanto como yo lo estoy del proceso creativo y cotidiano.

Son sus pasos una reverencia a la vida. Tranquilo y después de impartir cla-ses de ballet y jazz, en el marco de Un

Desierto para la Danza, Guillermo Maldo-nado hace un recuento de los años.

En esos años están las películas de rum-beras, las que bailaban ante sus ojos luego de terminar su jornada de monaguillo en la iglesia del barrio. También están esos días de tomar clases, de aprender de las correc-ciones que su maestra hacía a sus compa-ñeros y él aprovecharlas.

Vive en su mirada la emoción del oficio, de enseñar lo aprendido, vive también la nos-talgia por su hijo Manuel Stephens, bailarín quien falleció el 2011, y quien aunque sin ser hijo biológico, siempre trató a su maes-tro Guillermo Maldonado, como si hubiera sido su padre.

Frente a su mirada, en el instante de con-versar, está un cerro, el que desde el aula de danza puede contemplar, y quién sabe qué recuerdos evoca ante esa acción.

Dice el maestro que después de concluir su clase, se queda con muchísimas ganas de regresar mañana. “Yo aprendo de ellos la entrega que tienen, y siempre he dicho que cuando empecé a dar clases acabé de aprender a dar clases con los alumnos y al mismo tiempo me corregía porque obser-vaba y decía: ‘ah, entonces eso puede ser así, como ellos a veces lo ejecutan, porque así lo entienden’. Es una buena forma de aprender”.

--¿Qué recuerdo tienes de la primera vez que impartiste una clase de danza?--Primero fue el nervio de dar una cla-se. En ese momento no estaba preparado, porque en realidad fue un favor que hice a una compañera, que aquí la conocen muy

bien, Cora Flores, y me sentí muy respon-sable porque era un grupo con cierto nivel, me pasé toda la noche preparando la clase, afortunadamente pude salir adelante, de ahí me empezó a interesar la enseñanza.

--Ahora que estás frente a un grupo, ¿ya no existe ese nervio que tuviste en la primera vez?--Ahora es diferente, son mariposas. Desde que me llaman por ejemplo aquí a Un De-sierto para la Danza, conozco a la gente, he venido tantas veces, por lo cual estoy muy agradecido. Los sonorenses son atentos, en-tregados, siempre me dan mucho cariño.

--Uno como espectador piensa que se nace bailarín y no se puede aprender, ¿pero sí se puede aprender la danza?--Uno puede bailar, todo mundo puede bailar, si tienes pies y brazos, ojos, cabeza, y hasta los que no tienen, en la actualidad hay danza para todo mundo. Aprender a bailar no es problema, el problema es de-dicarse de lleno a la danza, ahí es donde empiezan los problemas.

La enseñanza es diferente a bailar, al bailar me muevo y ya estoy bailando, pero ense-ñar no porque no me puedo mover nada más, me tengo que mover de cierta forma

correcta porque la danza viene por la pri-mera parte imitada y de ahí parte todo lo demás.

--Muchos bailarines, grandes bailarines han sido tus alumnos, ¿qué deja este ir por la vida enseñando?--Me deja un sabor de boca muy agradable, y otra responsabilidad de seguir actuali-zándome, no me puedo quedar estancado con la forma de cuando a mí me enseñaron porque ni me acuerdo cómo me enseñaron. Después de estudiar metodología, he esta-do con cosas de actualización para maes-tros, entonces cada día se descubre algo nuevo, porque afortunadamente la danza no se estanca, todo tiempo tiene un futuro, y sigue un futuro, lo estamos viendo con las funciones, que siempre hay propuestas di-ferentes, búsqueda de movimiento, búsque-da de ideas, entonces creo que eso es muy saludable para el público, para los mismos coreógrafos y para los mismos ejecutantes.

--¿Cómo es que la danza llega a tu vida?--Yo era monaguillo, en la iglesia donde ayudaba nos daban como domingo una cantidad de dinero, simbólica, por donde vivía exhibían películas de rumberas, mi mamá me daba permiso de ir al cine los miércoles y salían ahí las rumberas, María Antonieta Pons y todas ellas, pero yo no sa-bía que la danza existía como en este mo-mento. Me gustaba mucho ir a verlas por-que esa parte de moverse, bailar, expresar, para mí era muy importante, sin saber que después me iba a dedicar a la danza.

Luego en la sombra del cerro, los recuerdos sobre Manuel Stephens “excelente bailarín”, rememora Memo Maldonado, el maestro de todos.

“Significa el inicio de todo una época, fue un cambio en la danza

aquí en Hermosillo, precioso. Significa el crecer en la danza

con muy buenos elementos; fui maestra muchos años, conocí a

estos muchachitos, los vi crecer, los vi superarse. La danza nació con

nosotros y es muy bonito ver cómo ha ido creciendo”.

Maestra Matty Suárez

Un Desierto para la Danza: lo que

representa

Cecilia Lugo, coreógrafa de ContempodanzaEL CUERPO, HERRAMIENTA POÉTICA

Carlos Sánchez

Carlos Sánchez

La danza no se estanca, todo tiempo tiene un futuroGuillermo Maldonado