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CARLOS P ER EYRA, , EL FILOSOFO Y SU SOMBR A Por Luis Vil/oro, León Olivé, Ramón X irau Mariflor AguiJar V Fernando OaneJ . . .- . ñ - . ... o e:;: ñ;¡ññ ñ¡;ñ Declaraciones reunidas por Lcticia Santín El Hombre, la relación humana Luis Villoro: Conocí a Carlos Pereyra como alumno y durante.muchos años lo traté en seminarios, en discursos, o in- cluso en labores comunes . Tuve una cer- cana amistad y me siento muy honrado en contarme entre sus amigos. Uno de los rasgos que quiz á más po- drían destacarse de Pereyra era una gran autenticidad. Qué quiere decir esto. Por una parte, en la labor.intelectual , es muy frecuente que uno se dedique a ella por la vanidad de los torneos intelectuales; por el atractivo del renombre que pudie- ra uno lograr con la demostración de su propia agudeza intelectual; por el deseo de reconocimiento; pero es poco común encontrar personas que están movidas realmente por una cierta pasión interior hacia algún valor dirigido, algún valor humano que en real idad les preocupa; y la actividad intelectual responde, de al- gún modo, a la necesidad de dar alguna solución o respuesta a esta "preocupación vital" que uno tiene. Carlos Pereyra era una persona que se regía por esta preo- cupaci6n vital, y su obra respondía a su actividad intelectual, respondía a esta pasi6n sin la cual no se puede ser verda- deramente creador en las labores del in- telecto. En este sentido Pereyra tenía cier- tas preguntas vitales dignas de preocupar la vida de un hombre. O tro signo claro de la autenticidad se manifiesta, también, en la necesidad de pensar por cuenta propia. Sin embargo, es frecuente en el intelectual el afán de buscar novedades que hayan merecido ser discutidas en un país extranjero; una necesidad de brillar como un hombre que ha conocido y discutido la última nove- dad filosófica. Esta obsesi6n por conocer y responder a la obra que se realiza en otras capitales del mundo desarrollado coarta, muy a menudo, la reflexión pro- pia. Pero un rasgo de pensamiento genui- no es, sin duda, aquel que intent a siem- pre encontrar la verdad en s( mismo, por sí mismo , y utilizar su propia raz6n para :td elantar la contestaci6n de las pregun - tas; éste era el caso de Carlos Pereyra. Fue paramíun ejemplo claro de intelec- tu al aut ént ico. A él le preocup ab a mucho la situa ci6n del hombre en la historia. Tenía mucha sensibilidad por la dimensi6n social e his- tórica del hombre; sus preguntas funda- mentales fueron siempre en ese sentido: ¿Cuál es la posición del hombre en la his- toria? ¿Cuál es la naturaleza? ¿C6mo es que el hombre hace, reproduce su socie- dad y por lo t ant o su historia? ¿Cuáles son las relaciones entre la sociedad y el Estado? en fin; ésta fue realmente su preocupación fundam ental, la situación y las características del hombre en su so- ciedad, en su historia. Naturalmente que esto tiene implicaciones no sólo de filo- sofía e histo ria sino en política. Él veía a la sociedad como un conjun- to de fuerzas sociales y le dio mucho su lugar frente a otras interp retaciones den- tro de las escuelas marxistas, le dio mu - cho su lugar a las ideas y a las creencias dentro de la sociedad. No cay6 en el eco- nomicismo barato , simplista. Carlos Pereyra era una persona de una gran modestia y de una falta de preten- si6n y de vanidad que hacía que realmen - te su talante fuera, por lo general, tran - quilo y reposado. Estas características eran en realidad manifestación de un ca- rácter meditativo y racional , por una par- te, pero que escondía una profunda emo- tividad y pasión. Era un hombre que 8 desdeñaba mucho las apariencias, las fal- sedad es y, tam bién, era una persona su- mamente tal rante. T olerante no por falta de convicciones propias: todo lo contra- rio, era un hombre de grandes conviccio- nes y respetaba mucho las ajenas; así su toleran cia se traducía en discutir y poner en cuestión constantemente las conviccio- nes d otros . Era un buen discutidor y a veces re rnplazaba la controversia por su fina ir onía . Le6n Olivé: Mi testimonio debe ser mu ha más limitado que el de muchas personas que lo conocieron mejor, es po- sible por supuesto decir mucho más. Para empezar ra un hombre con una enorme calidad y calidez hum anas. Pero lo que me gustaría destacar es la disposici6n que siempr tuvo para cooperar con amigos y colegas en proyectos muy diferentes, al ofrecer generosamente lo que él podía aportar . Te nía un gran ingenio y un ex- celente sentido del humor, una cult ura ampl ia y una gran disposici6n a cultivar- se. Poseía, también, una gran seguridad en sí mismo, lo cual le permitía no hacer concesiones políticas ni académicas. Por su ment e flexible y abierta, escuchaba con atención y seriedad lo que otros tenían que decir y, cuando era el caso, era ca- paz de reconocer equivocaciones y con- side rar seriamente opciones que se le ofrecieran y sobre las cuales hasta el mo- mento no hubiera podido meditar con se- riedad. Su ingenio y sentido del humor volvían muy agradable su compañía, pero nunca se escudaba en esas cualida- des par a eludir comp romisos profesiona- les. Pereyra se guiaba por valores muy apreciables que nunca traicion6. En pri- vado y en público, sus opiniones y jui- cios servían de modelos de cordura , sen- satez y rectitud.

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Page 1: CARLOS PER EYRA, EL FILOSOFO Y SU SOMBRA€¦ · Hipocampo de Avenida Universidad, sobre la necesidad de avanzar hacia un partido de corte socialista, incluso social demócrata, en

CARLOS PEREYRA,,EL FILOSOFOY SU SOMBRAPor Luis Vil/oro, León Olivé, Ramón Xirau

Mariflor AguiJar V Fernando OaneJ. . . - . ñ - . ... o e:;: ñ;¡ññ .· ñ ¡ ; ñ

Declaraciones reunidas por Lcticia Santín

El Hombre, la relación humana

Luis Villoro: Conocí a Carlos Pereyra

como alumno y durante.muchos años lotraté en seminarios, en discursos, o in­cluso en labores comunes . Tuve una cer­cana amistad y me siento muy honradoen contarme entre sus amigos .

Uno de los rasgos que quizá más po­

drían destacarse de Pereyra era una granautenticidad. Qué quiere decir esto . Poruna parte , en la labor.intelectual , es muyfrecuente que uno se dedique a ella porla van idad de los torneos intelectuales;por el atractivo del renombre que pudie­ra uno lograr con la demostración de supropia agudeza intelectual; por el deseode reconocimiento; pero es poco comúnencontrar personas que están movidasrealmente por una cierta pasión interiorhacia algún valor dirigido, algún valorhumano que en realidad les preocupa; yla actividad intelectual responde, de al­gún modo, a la necesidad de dar algunasolución o respuesta a esta "preocupaciónvital" que uno tiene. Carlos Pereyra erauna persona que se regía por esta preo­cupaci6n vital , y su obra respondía a suactividad intelectual, respondía a estapasi6n sin la cual no se puede ser verda­deramente creador en las labores del in­telecto. En este sentido Pereyra tenía cier­tas preguntas vitales dignas de preocuparla vida de un hombre.

Otro signo claro de la autenticidad semanifiesta, también, en la necesidad depensar por cuenta propia. Sin embargo,es frecuente en el intelectual el afán debuscar novedades que hayan merecidoser discutidas en un país extranjero; unanecesidad de brillar como un hombre queha conocido y discutido la última nove­dad filosófica. Esta obsesi6n por conocer

y responder a la obra que se realiza enotras capitales del mundo desar rollado

coarta, muy a menudo, la reflexión pro­pia. Pero un rasgo de pensamiento genui­no es, sin duda, aquel que intent a siem­pre encontrar la verdad en s( mismo , porsí mismo , y utilizar su propia raz6n par a:tdelantar la contestaci6n de las pregun ­

tas; éste era el caso de Carlos Pereyra .Fue para mí un ejemplo claro de intelec­tual autént ico.

A él le preocup ab a mucho la situaci6ndel hombre en la historia. T en ía mu chasensibilidad por la dimensi6n social e his­tórica del hombre ; sus preguntas fund a­mentales fueron siempre en ese sentido:¿Cuál es la posición del hombre en la his­toria? ¿Cuál es la naturaleza? ¿C6mo esque el hombre hace, reproduce su socie­dad y por lo tanto su historia? ¿Cuálesson las relaciones entre la sociedad y elEstado? en fin; ésta fue realmente supreocupación fundamental , la situacióny las características del hombre en su so­ciedad, en su historia. Naturalmente queesto tiene implicaciones no sólo de filo­sofía e historia sino en política .

Él veía a la sociedad como un conjun­to de fuerzas sociales y le dio mu cho sulugar frente a otras interp retaciones den­tro de las escuelas marxistas, le dio mu­cho su lugar a las ideas y a las creenciasdentro de la sociedad. No cay6 en el eco­nomicismo barato, simplista.

Carlos Pereyra era una persona de unagran modestia y de una falta de preten­si6n y de vanidad que hacía que realmen ­te su talante fuera , por lo general, tran­quilo y reposado. Estas caracterís ticaseran en realidad manifestación de un ca­rácter meditativo y racional , por una par­te, pero que escondía una profunda emo­tividad y pasión. Era un hombre que

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desdeñaba mucho las apariencias, las fal­sedades y, tam bién , era una persona su­

mamente tal ran te. T olerante no por faltade convicciones propi as: todo lo contra­rio, era un hombre de grandes conviccio­nes y respetaba mucho las ajenas; así sutoleran cia se traducía en discut ir y poneren cues ti ón constantemente lasconviccio­nes d otros . Era un buen discutidor y aveces re rnplazaba la controversia por sufina ironía .

Le6n Oli vé: Mi testimonio debe sermu ha más limitado que el de muchasperson as que lo conocieron mejor, es po­sible por supuesto decir mucho más. Paraempezar ra un hombre con una enormecalidad y calidez hum anas. Pero lo queme gustaría destacar es la disposici6n quesiempr tuvo para cooperar con amigosy colegas en proyectos muy diferentes, alofrecer generosam ent e lo que él podíaaportar . Tenía un gra n ingenio y un ex­celente sentido del humor, una culturaampl ia y una gran disposici6n a cultivar­se. Poseía , tamb ién , una gran seguridaden sí mismo, lo cual le permitía no hacerconcesiones políticas ni académicas . Porsu mente flexible y abierta, escuchaba conatención y seriedad lo que otros teníanque decir y, cuando era el caso, era ca­paz de reconocer equivocaciones y con­siderar seriamente opc iones qu e se leofrecieran y sobre las cuales hasta el mo­mento no hubiera podido meditar con se­riedad. Su ingenio y sentid o del humorvolvían muy agradable su compañía,pero nunca se escudaba en esas cualida­des para eludir comp romisos profesiona­les. Pereyra se guiaba por valores muyapreciables que nunca traicion6. En pri­vado y en público, sus opiniones y jui­cios servían de modelos de cordura , sen­satez y rectitud.

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Desafortunadament e para mí nuestrarelación no fue más estrecha, sí cordial

y amistosa, y sobre todo en los últimosañosmantuvimos un a excelente relación

....... profesional y académ ica . En estos carn-I pos congeniamos ampliamente y fueron

en los que más estrechamente colabora­mos. Lo admirable en él fue su capaci­dad para el trabajo, su apertura intelec­

tual, su claridad y brillantez para analizarsituaciones sociales. Además siempre meimpactó su disposición para aprender,para recibir críticas y reconocer sus li­mitaciones , así como para saber dóndedebía esforzarse mucho más . Nos iden­tificamos en concepciones de las cualesderivaron proyectos importantes en elcampo de la filosofía . T eníamos un acuer­do básico acerca de las rutas que debíanabrirse y en los caminos que es mejorabandonar. Concordam os ampliamenteen varias ideas corno son: requerir unaexcelencia académ ica ; abandonar dog­matismos; exigir plan teamientos y aná­lisis claros de los problemas; hacer for­mulaciones rigurosas de los conceptos, de

• las teorías , de las concepciones y de lasargumentaciones, así como aplicacionesdiáfanas de los mismos. En fin, recibí deél apoyos muy import antes, profesiona­les y académicos; dejarnos truncos pro­yectos en donde su colaboraci6n hubierasido muy valiosa.

l

Ram6n Xirau: Conocí primero a Car­los Pereyra como estudiante. Pertenecíaa una generación brillante dentro de lacual era uno de los qu e más destacaban.De aspecto algo tímido (creo que siem­pre hubo en él cierta timidez, lo cual noes nada negati vo), Carlos conocía la iro­nía y el humor. Su sonrisa frecuente ledaba vida y una gran capacidad de co­municar con los demás.

Naturalmente , no lo conocí como pro­fesor. No por ello dejo de saber que fueun excelente maestro. Lo sé por tres ca­minos : los comentarios de los estudian­tes, las nítidas y precisas exposiciones enmesas redondas, congresos, conferencias,y la claridad de su pensamiento escrito.

Mariflor Aguilar: Su personalidadera fuerte y provocaba, en general, en­tre alumnos, colegas y compañeros, reac­ciones y sentimientos diversos y en algu­

nos casos ambiguos.

Entre alumnos despertaba admiración

y respeto, pero en algunos casos también

cierto temor porque no hacía concesionesa planteamientos teóricos o filosóficos

fundados en argumentos sólo viscerales.

Entre colegas despertó algún tipo de com­petencia -habitual en los medios acadé­

micos- pero esencialmente era un hom­

bre cuyas opiniones se tomaban siemprecomo puntos de referencia seguros yorientadores. Entre compañeros y com­

pañeras despertaba, en muchos casos,

una gran ternura y para todos fue un

gran amigo.

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Manuscrito de Carlos Pereyra

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morístico respecto de cada uno de noso­tros. Mi "visceralidad" en ocasiones pro­

vocaba su ironía, pero apr endí con el

tiempo a reírme sin ofensas y, a veces,a ironizar también sobre su " asepsia",

de' Ia qu e se enorgullecía.

Fernando Dand: Conocí a Carlos Pe-

. reyra a fines de 1972 en la Facultad deFilosoffay Letras. En esa época él impar­

tía materias como ontología y filosoffadela historia , per ósu perspectiva era desdeluego ma rxista , y él me int rodujo a estecontinente teórico acerca de la historia y

de los procesos sociales que es el marxis­mo. De él recibí la enseñanza de un mar­

xismo no dogmát ico, teóricamen te crea­tivo y riguroso desde el punto de vista desu arti culación conceptual ; un marxismoinicialmente ligado con el proyecto al­

thusseriano y, posteriormente, muchomás abierto hacia la política y hacia la di­

mensión nacional . Entre los temas quetrataba eran el de la hegemonía y el dela construcción de un nuevo Estado; te­máticas que Carlos siempre abordó , y so­bre todo , ya en los últimos años , de unamanera más sustantiva y consistente. Asífue mi primer contacto con Carlos Pereyra.

Posteriormente, fue muy importanteacercarme con él al mundo de la políticade México mediante la influencia de Car­los hacia el Partido M exicano de los Tra­bajadores, del que éramos simpatizantes.Para éste eran fundamentales sus comen­tarios, sus críticas, su análisis del acon­tecer cotidiano , y desde entonces era claraya su perspectiva social a favor del pue­blo trabajador . Tenía una visión socialdel país alargo plazo y con reformas detrescendencia para el conjunto de la po­blación.

Otra vivencia cercana con(Pereyra fuela de la revista cultural del Partido Co­munista Mexicano , El Machete. Se fundóen 1978 y formé parte del consejo edito­rial con '::In grupo de amigos y compañe­ros de la vida política, particularmenteRoger Bartra y Jorge Castañeda. A unade las primeras personas que invitamosa colaborar, regularmente , fue a CarlosPereyra, lo que tornó el trabajo creativoy de gran compañerismo, y por supu es­to, contamos con las perspectivas teóri­cas, políticas y periodísticas que él tuvoen su vida activa como intelectual.

Cabe señalar que , alrededor de 1977,

un grupo amplio de intelectuales que ira ­

bajábamos indirecta y otros dire ctam en­

te en el PMT , cri ticam os la per spectivanacionalista y antisocialista que esgrim ía,

principalment e en ese tiempo, Heber to

Castillo. El punto de ruptura en el terre ­

no conceptual y después en el cam po

pr áctico , nos llevó a alejarnos del PMT.

Al respecto recuerd o una importante con­versación con Carlos, en el restaurant e

Hipocam po de Avenida Universidad ,sobre la necesidad de avanzar hacia un

partido de corte socialista , incluso social­

demócrata, en la medida en qu e el socia­

lismo y la democracia se vinculan par ael futuro de la exper iencia de transforma­

ción del país; aho ra , y Carlos en eso siem­

pre fue mu y claro , la perspectiva pluri­partidista es precisamente la que asegura

una existencia auténti ca de la dernocra­

cia política ; es condición para posibilitarcualquier reforma que trascienda , qu e

tenga urrporvenir para asegurar la liber ­tad , la igualdad y el pr opio funciona­miento de la democracia , como S' d s apara M éxico.

Por otra parte, en los últimos años, o­laboramos juntos en seminarios y congr ­sos sobr e filosofía política . Ca rlos oor ­

dinó muchos de ellos y desarrolló trabajossobre teoría de la democracia .

En 1974 varios compañeros de la Fa ­cultad de Filosofía y Letras part icipamosen un sem inario qu e coordinó Luis Vi­lloro sobre la problemática de la ideolo-

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gía . Sema nalmente, y durante un año,

d iscut imos una serie de perspectivas, de

aut ores. de corrientes sobre esta temáti­

ca . Posteriormente, pero tiene que vercon esto , Carlos escribió varios trabajos

sobre filosofía de la historia en una pers­pectiva marxi sta crítica. Con el tiempo,

al revi sarl os y comentarlos con él, le su­

gerí que se publicaran como libro paradar a conocer sus investigaciones en lamater ia . Él contaba sólo con una publi­cación , en forma de folleto , del FCE, ti­

tul ad a Politica y violencia. Para entoncesyo acababa de ser invitado a formar una

colección edi torial de política y filosofía,con el nombre de .. Filosofia y liberaciónlatinoamerica na" . en la editorial Edico!.El pr imer rítulo que sugerí para su pu­

blicación fue un conj unto de artículos es­

critos y revisados por Carlos.

Este libro lleva por título algo que re­vela mucho la perso nalidad de Pereyra.Él era un poco reticente a publicar sus ar­rículos, sobre todo bajo la forma de unlibro , pero por su característica humildadintelec tual y su duda de qué sería lo me­jor . no sabía cómo titu larlo. Entonces re­cu rdo que un tira lo emplazé frente aBolívar Echcverría. en los cubículos deprofesor s de la Facultad . Prácticamen­te y de man era imperativa Bolívar Eche­verría le dijo: "Carlos, si tú no puedesponerle nombre a tu libro yo se lo vay aponer , por qué no le pones Configuracio­nes, puesto qu e se trata de perspectivasdiversas y no art iculadas sistemáticamen­te sobre cuestiones de política, de teoríade la his toria , etcétera " y así quedó en­tonces el título de Configuraciones! teoría e

historia.

Carlos Pereyra era un hombre intelec­tual , reflexivo y con centrado, y con unagradable mal humor . David Huerta lollamaba " guerrero intelectual", siemprevigilante , aten to y crít ico. Además de serun intelectual cabal , tanto ética como teó­ricamente, era un intelectual comprome­tido con la gente : sus alumnos; sus com­pañeros de trabajo y sus amigos. Teníaun estilo muy tajant e e imperativo al ex­temar sus opiniones, pero también du­bitativo, rasgos que definen un carácterfuertemente concentrado y siempre aten­to a la objetividad de las cosas. Carlos eraun individuo intelectualmente opuesto ala ficción, a los estilos fáciles y al coque­teo de las modas intelectuales.

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Pereyray el marxismo

Luis Villoro: Desde luego su formaciónbásica fue dent ro del ma rxismo, éste ledio siempre los parámet ros más genera­les de su pensamiento ; pero para Perey-

Ira, como una de las cosas importantes desu labor, es que en lo funda mental con­tribuyó -y de man era muy fuerte entrenosotros- a la apertura críti ca del pen­samiento marx ista , y sobre todo a libe­rar el marxismo de evitar estar dentro deuna secta . Creo que Pereyra fue de losque más dialogaron con otras corrientes

filos óficas , se asomaron a otros pensa­mientos y obtu vieron de ello mucho fruto.

Ante la situación actual del marxismo,que pasa una crisis interna fuerte , creoque la labor de Pereyra fue muy ilumi­nadora ya que ayudó mucho a esta aper­tura, a esta diversificación del marxismo,a su desdogmatización, siendo éste unaporte valioso de la obra de Pereyra.

León Olivé: No soy una personaautorizada para comentar esta cuestión,

.. pero m e atrevo a afirmar que el mayorbeneficio qu e Pereyra hizo para la forma­ción de teóricos marxistas en México fueenseñar, en :la cátedra, en sus escritos y

~ 1 con el ejemplo de su propio desarrollo in-

relectual, que la teoría, o mejor dicho, lasteorías marxistas, deben verse como eso

precisamente, como teorías. Las teoríasofrecen modelos de la realidad que pue­den satisfacer nuestras inquietudes inte­lectuales, por ejemplo la de explicamoslos fenómenos que observamos median­te sus aplicaciones. Pero las teorías y susmodelos, aun las mejores y las más com­prehensivas, tienen dominios limitadosde aplicación. En buena medida el pro­greso en el conocimiento consiste en en­

contrar esos límites de aplicación de teo­rías específicas. Además las teorías son

instrumentos de análisis cuya pertinen­cia y fecundidad deben examinarse cui­dadosamente según la ocasión, pues a ve­ces no son pertinentes y no ayudan paraentender situaciones determinadas. Estopuede ocurrir porque la realidad se hayatransformado de tal manera que enfren­temos fenómenos que la teoría no toma".ba en cuenta y que tenía el instrumentalconceptual adecuado para explicarlos obien porque hayamos accedido a nivelesde la realidad antes no considerados, endonde también se nos presentan fenóme­nos novedosos. Cuando esto ocurre, hayque buscar otras opciones, o construirlasnosotros mismos. Por su propia dinámi­ca, así como por la cambiante realidad,

sobre todo en el mundo social, las teorías

son entidades parecidas a las biológicas :

. nacen, se desarrollan, llegan a un perio­

do de fertilidad y fecundidad, se repro­ducen, se agotan y hasta llegan a morir.

Pereyra entendió claramente esta na­

turaleza de las teorías y sus consiguien­tes limitaciones, de ' lo cual no quedanexentas las teorías y la: filosofía marxis­tas. Pereyra realizó contribuciones im-

.portantes para laenseñanza y difusión delmarxismo en México, -as í como en su

aplicación al análisis de las coyunturaspolíticas de nuestro país . Pero no confun­

dió la teoría con un cuerpodoctrin~o

que se asume como el conjunto de creen­cias básicas que debería orientar las de­cisiones y acciones de las personas, degrupos o de instituciones. Suponer quealguna teoría, que alguna filosofía o que

·.alguna doctrina debe convertirse en unmodo de vida, puede satisfacer a much~s

personas y resolverles su -vida, pero esto· nunca le puede ocurrir a un auténtico fi­lósofo. Pereyra era UD auténtico filósofo

'y por ello nunca dejó de buscar explica­ciones profundas acerca de la naturalezade 'la sociedad y de la política, acerca de

la posibilidad de .entenderlas y expli~­

las, y admitía propuestas de solución Sólocuando satisfacían rigurosas condicionesintelectuales. Creo que poreso pudo ab-

· s~rber muchos aspectos positivos del mar­xismo, pero evitó asumirI'o como unadoctrina totalizadora'q~epudi~raexpli­car todo '10 que o~urrla ¿nla realídady

menos que pudiera cOlistit~U:i~ba~e queorientara t~das ~us decisiones yáccionespolíticas. En el trabajo y en la vida de Pe­reyra prevaleció su autenticidad filosófi­ca y científica; llegó el momento en queencontró insatisfactorios los modelos mar­

'xistas , tanto como concepción filosófica ,

como teoría explicativa y menos comoconjunto de creencias y saberes orienta­dores de la práctica. U na de las búsque­das más importantes de los últimos añosde su vida fue la de nuevas concepcionesteóricas que permitieran explicar la reali­dad social, y orientar la práctica políticade una manera más acertada y efectivaque lo que permitíanlas ideas marxistastradicionales dentro del contexto de nues­tra década. Este ejemplo de autenticidadintelectual, de comprensión de la natu­raleza y de las limitaciones del conoci­miento científico y filoséfico de lo social,así como el aborrecimiento de los dogma-

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1:

I

tismos, constituye una de las mejores en­

señanzas que dejó Pereyra.

Ramón Xirau: Pereyra fue marxista.

Nadie lo duda . Un libro, El suieto delahis­toria, va camino a convert irse en un clá­

sico. Como marxista fue Carlos un pen­

sador (una persona) abierto. Conocíaotras corrientes filosóficas , No solamen­

te las conocía sino que le importaban, eranparte de su bagaje cultural.

Al platicar con Carlos, me daba cuen­ta, en todo momento, de su capacidad de

apertura y de su libertad de pensamien­to. Aquí, una de sus contribuciones almarxismo. Dicho en otras palabras, aCarlos le importaban la historia , la teo­ría , la praxis; le importaba, sobre todo ,la persona, la totalidad de la personahumana.

No es este el lugar de discutir sus ideas

acerca de la historia. Tal vez baste condecir que para él la historia es cosa viva,cosa que hacemos que no depende de nin­gún sujeto abstracto (sera éste de ordenidealista, sera de orden materialista).Creo que ésta fue su gran lección , la quetanto o más que en su obra escrita mos­traba en la vida de todos los días cuandohablaba con sus alumnos, sus discípulos,sus amigos.

Mariflor Aguilar: Creo que su laborprincipal con los marx istas, al menos conlos de la Facultad de Filosofia y Letras ,fue la de promover el alejam iento y laruptura, si fuera necesaria, con la orto­doxia . Ambos estimulados por dos acti­tudes: por un espíritu amplio y abiertoa escuchar otras propuestas teóricas yotros problemas para plantear y resolver,por un lado, ' y la búsqueda tenaz de in­suficiencias teóricas au n en el seno de lasteorías que él sustentaba, por otro.

La herencia intelectual

Luis Villoro: Yo soy enemigo de juzgaruna obra filosófica, sobre todo cuando esuna obra sólida y compleja. Carlos Pe­reyra, pese a su corta edad, publicó bas­tante; creo entonces que no conviene ha­cer juicios precipi tados así sea con afánlaudatorio hacia un amigo ; juicios preci­pitados sobre el valor de una obra filosó­fica . Es menester estudiarla con deteni­miento para esclarecer sus alcances, suoriginalidad y sus limitaciones; requiere

acercarse a ella con cuidado y ser pu staa prueba de la críti ca . Es pront o paraaquilatar su verdadero valor .

Sin embargo, lo que sí puedo d cir porlo que cono zco, es que ten ía este aire dno conten tarse con ideas convencional s,con tesis asentadas en general, sino qutenía el carácter filosófico de ponerlas ncuestión, de someterlas siemp re a críti­ca ; en este sen tido su reflexión tiene air sfrescos den tro del marxismo. P reyra notuvo ningún reparo en confrontar lasideas marxistas con ideas de otras co­rrientes , sobre todo de filosofia analítica.Por el contrario, en muchas reflexionesde esa corrien te encontró estímulos po­derosos que ayudaban a pensar con cla­ridad y a form ular con mayor precisiónlos problemas. En fin , lo rescatabl e es quesu reflexión tiene este aire fresco de lacrítica.

León Olívé: Pereyra realizó , de ma­nera constante, aportes en sus análisis decoyuntura. Pero además de la luz que ensu momento hayan arroj ado sobre la co­yuntura del caso, uno de los aspectos másinstructivos de su obra es el de la aplica­ción de concepciones teóricas de largo al­cance precisamente a situaciones coyun­

turales.En sus trabajos de mayor importan­

cia nlos ófica, Pereyra abordó problemasde gran interés. Creo que ayudó a sus co­legas y estudiantes aubicar y defini r conclaridad y acierto los problemas que le

preocu paron en filosofia de la historia yfilosofía política, prob lemas tales comolanaturaleza de la historia y de la teoría dela historia, de la explicación histórica, del

sujeto de la historia , de la naturalezade

la políti ca , de la naturaleza y del alcancede la teoría política , de la relación entreteoría y filosofia política, el problema delsociali smo y el de la democracia, yen losúltimos tiem pos el de la relación y limi­tación de la ética y la política. Una eva­luación más seria del alcance y proyec­ción de su obra filosófica requ iere unanálisis mucho más cuidadoso del que sepuede hacer ahora. Pero definitivamen­

te pod emos hablar de una importanteaportación en virt ud de la evolución y eldesarrollo constante de su obra, debidoa su interés en comprender mejor los pro­blem as, en apre nde r de nuevas concep­ciones, en entende r perspectivas que nohabía explorado y en estar abierto a la crí­tica y a todo lo qu e pudiera enri quecersu visión de los pro blemas. En el desa­rrollo de su obra se aprecia una clara lí­nea de progreso en la comprensión de losproblem as y en la complej idad , rigor yclarida d conceptual con la que se les ana­liza . Su obra también es un ejemplo debúsqu eda de una comprensión personalgenuina y profun da de los problemas yde sus vías de solución, la cual deja delado las modas, sin que esto signifiqueabandonar la documentación más ampliaposible med iante un retom o a lecturasclásicas o una apertura hacia ideas y con­cepciones novedosas que se planteen enotros pa íses, En ese sentido la obra de Pe­reyra es ejemplo también de la maneraen la que debe realizarse el trabajo filo­sófico qu e deriv e de una auténtica voca­ción filosófica .

Sus mejores aportes se concentran entodas las virtudes de C arlos Pereyra quehe mencionado, y que son muchas: un in·terés genuino en comprender el mundo ,es decir , un interés au téntico en compren­der y saber, y luego aplicar ese saberparapermitir una vida mejo r en nuestra so­ciedad . Una vocación por la investigacióny el conocimien to libre de dogmatismos,vocación que debe real izarse y desarro­llarse sobre la base de valores y normaséticas y metodológicas cuidadosamenteelegidos , que hayan sido sometidos a crí­tica, y que se acepten porque se tiene laconvicción de que nos permiten-acercar-

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nos a un saber genu ino, importante y re­

levante para nuestra sociedad. Un pen -

I samiento claro y una preocupaci ón por

razonar correctamente . Estar abierto al

~I·· diálogo, sab er criti car y aceptar la críti-J ca, escuchar y tratar de ente nder posicio-

f nes distintas a las preferidas, discutirlas

I racionalmente y en su caso criticarlas conjusticia y aceptar de ellas lo que nos con­

ve!!za . T en er convicciones firmes, perorespaldadas por un a reflexión cuidadosa .Pensar y actuar con honestidad y recti­tud. Ser gen eroso y dar todo lo que uno

pueda, en la cátedra , en la investigación,

en la difusión y en las difere ntes esferasde nuestra vida práctica . Finalmente, te­ner muy bu en sentido del humor, no to­marse las cosas demasiado en serio, porlo menos no más de la cuenta, pero te­

ner el sano j uicio par a saber hasta dóndellega la cue nta .

"

t 1

Mariflor Agu ila r : Además de los co­mentarios q ue ya he expresado , puedodecir que deben des tacarse sus aportes ala filosofía de la historia, en especial al

tema del sujeto de la historia, que anali­zó incansablemente para encont rar unarespuesta sari sfarr ori a , comprehensiva yno reduccionistu, y que se adecuara a laexpli cación de los procesos sociales talcomo su experi encia y el estud io se losmostraron . Asimismo, son relevantes susaportes a la teorí a del Estado , a la rela­ción Estado-sociedad civil y, más recien­temente , a la teoría de la democracia.

Me parece que pode mos recordarlocomo un ej emplo por muchas razones:por su res ponsabilidad absoluta como do­cente ; por su di sciplina en el trabajo deinvestigación; por su ape rtu ra ideológi­ca; po r su capacidad de problematizaciónfilosófica y su voluntad crítica; todo lo an­

terior aunad o a su posición de intelectualvinculado a los movimientos sociales, aun espíritu antisolemne y a un humorsiempre refrescant e.

Fernando Danel : Desde el punto devista de su elaboración filos ófica , creo quela ob ra de Per eyra es una serie de inter­venciones sob re temá ticas diversas en loscampos de la filosofía de la historia, dela ontología y, en particular , en los últi­mos años , de la filosofía polít ica. Porejemplo , dentro de la problemática de laontología C arl os realizó, en la tesis de li­cencia tura , un ejercicio intelectual de

Alejandro y Olbeth Rossi, Carlos Péreyra, CarlosM;,m'Sivá~ 7t: ..... : -: .

. ~:" _ \ .. '?li:>Ó.':f_¡:,",~'~.f{,t~~~~ '~~~·~~~ '.~4'.{~{ .:( ;'í~~"i.· •.•;c":~ ..,.l

convergencia ent re Heit:l~g~r{cif ií,ftir: n"ir "no s610~~ Serie de ·ie~as. como las

xismo al tratar de argu~ntiir~ ~ó~{>. el relaciones entre ser y conciencia, entre in­trabajo, dentro de lat~~dición m~ista, fraestructura y superestnictura, entre so­puede ser interpreta:do ' ~brrto <¡j~~ ~¿, laS ciedadcivily Estádo, entre ideología ydimensiones constitutivas "ciel hombre, así ciencia, sino que redefine también el pa-·

. ¡ ~ . .

como lo son " el ser en el mundo" o,,"el pelde la filosofía misma, que -para Car-ser para la muerte' ,, para mencionar dos 'los no era ya una concepción general del

términos o conceptos definitorios de la mundo, o un saber de saberes, o unaobra Sery Tiempo de Heidegger. ciencia de las ciencias, sino una interven-

Asimismo, trabaj6 a Hegel y a auto- ci6n te6rica en una coyuntura ideológicares de la fase clásica de la fl1osofIa CO!D~ dada con efectos políticos.Kant; cuestiones de filosofía de la histo- Era frecuente encontrar esta reflexiónria, sobre todoven una perspectiva mar- filosófica seria en sus artículos periodís­xi~ta abierta, no dogmática y crítica; a ticos para aclarar algún punto de la co­éste respecto la revoluci6n 'teórica de yuntura mexicana del momento. MuchosMarx según Althusser, gerieraen él 'una de los escritos del libro Configuraciones. . .,nueva perspect iva acerca de la historia de pertenecen a esta época de diálogo y delos procesos sociales y le permite redefi - liberación crítica con la obra de Althus-

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Page 7: CARLOS PER EYRA, EL FILOSOFO Y SU SOMBRA€¦ · Hipocampo de Avenida Universidad, sobre la necesidad de avanzar hacia un partido de corte socialista, incluso social demócrata, en

ser, que restituye al marxismo su digni­

dad teórica 'y su especificidad como un

elemento crítico sobre nuestro tiempo.

Posteriormente Carlos, conservando

siempre la perspectiva de interés por la

filosofía política, trabajó sobre los apara­tos ideológicos de Estado, sobre objetivi­

dad y subjetividad en el proceso históri­

co, sobre el Estado y la sociedad civil,

etcétera, reflexiones que están en su se­

gundo libro El sujeto de la historia, y que

son desarrollos conceptuales mucho mássustantivos y consistentes. Aquí el refor­

mismo radical que Carlos esgrimía como

condición ética, teórica y política de su

pensamiento, está muy fundado en diá­

logos, encuentros y discusiones sobre la

perspectiva gramsciana, o incluso de for­mulaciones teóricas neomarxistas que

bien conoció y discutió con sus pro­

ductores.Carlos fue siempre un individuo muy

actualizado y con una gran capacidad de

debate y de cuestionamiento. Incursionótambién en el campo de la filosofía de la

ciencia, conocía muy bien el debate de las

filosofías de la ciencia: estructuralistas,

empiristas de corte analítico y de corte

constructivista, entre otras . Y, en los úl­

timos tiempos, se dedicó mucho a la filo­sofía política de la democracia. Está por

publicarse un artículo sobre este tema enun libro colectivo que se llama El reclamodemocrático, en la editorial Siglo XXI.

Intelectual y político

Luis Villoro: De un intelectual y sobretodo de un filósofo es arduo conciliar dostérminos que son muy .diflciles de ser con­

ciliables. Par una parte la filosofía requie­

re, sin duda alguna, un cierto aparta­miento de la acción directa. No pienso enmodo alguno que la filosofía sea compa­tible con arrojarse en la acción constan­

temente; todo lo contrario, se necesitauna cierta distancia, soledad y tiempopara trabajar y, sobre todo, se requieredesprendimiento de la vida cotidianapara la reflexión filosófica cuando ésta es

auténtica.Por otra parte, en la medida en que

el filósofo sienta la necesidad de contri­buir a la racionalización de este mundo,a volverlo de algún modo más habitablepor el hombre, más digno, y de contri­buir al esclarecimiento de los problemas

de la sociedad, el filósofo necesita act ua r

en el mundo entorno, lo que es un a con­

tradicción permanente y dificil de solven­

tar. Generalmente , la posición del filó sofo

va en detrimento de alguna de estas dos

necesidades: la del apart am iento int elec­

tual y la del compromiso .

El caso de Pe reyra es muy curioso por­

que él encontró su fórmula , que no es la

de todos , pero logró esta conciliación. Fue

a la vez un periodista político y un act i­

vista político porque part icipó en la vida

política de su país; su labor de esclareci ­

miento y de comentario racional de la po­

lítica cotidiana, refleja un agudo análisis

del acontecimiento cotidiano. Ent on ces.

por una parte, tuvo esta gran capacidad

de compromiso, y por la otra, ésta no fue

en detrimento de su reflexión filosófica

profunda que estaba desprendida de la

coyuntura cotidiana . Esta fórmula es

muy valiosa pero es dificil de enco ntra r .Es curioso, pero por lo general el filósofo

o el intelectual seri o y rigu roso qu e s de­

dica a las minucias coyuntural s d l U ·

mentario cotidiano, pierde esta capacidad

de reflexión honda que sólo pu d ha r­

se en cierta lejanía y desprendirni nto, oal revés , quien se ded ica a esta refl xión ,

puede suceder qu e tienda a d spr nd r­se demasiado de la coyuntura cotidiana

y por lo tanto renunciar a esta obra d

racionalizar el mundo entorno . El asode Pereyra, insisto , fue de equi librio , lasíntesis que logró fue un enriquecimi en ­

to de una de las tareas hacia la otra .Considero, sin duda alguna, qu e mu ­

chos de sus comentarios per iodísticos so-

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bre la situación cotid iana los encontraban

áridos, abstru sos, aburridos y difíciles de

leer , y quizá es cierto para un lector co­

mún y no demasiado interesado en eltema . No tenía una pluma fácil, era un

poco dura ; es decir, que seguía los mean­

dros del pensamiento pero que rehuía a

la gala literaria .Pese a estas características , en sus ca­

rnenrarios se leía el reflejo de una labor

de pe nsamiento filosófico general de las

ideas y de los co nc eptos filosóficos rigu­

rosos . Sus comentarios tienen.un extraor­

di nario rigor des usado y una gran preci­sión ya que están alimentados por unpen sa m ien to filosófico. Su reflexión filo­

sófica tiene mu cha carne, quizá más car­ne de la qu e tendría si no hubiera un

compromiso políti co y social; ésto es in­

teresa ril e en la labor de Pereyra, y repi­to , no es comú n .

Pcrcyra es un ejemplo de dedicación,

de veracidad, de autenticidad , como lohe menci onado . No se doblegó a ningu­

na cor riente. au nque fuera n las corrien­tes con las cuales ¿I tuvie ra mayor coin­cidcncia: no fue un hombre dóc il ante lasumisión. un te el pensamiento; fue un

hombre con un a gran independe ncia y

d dicari ón toral .De su honestidad intelectual, de la

autcnticidad de su compromiso vital,quienes estuvimos cerca de él aprendimosmucho . Su di álogo sereno, su presencia

tranq uila , la entrega de su compromisovital, su pensamie nto inquisitivo enrique­cieron para siempre nuestras vidas . Poreso Carlos Pereyra vive en cada uno de

nosotros.

León Olivé: Carlos Pereyra se carac­

teri zab a por tener ideas claras y por ra­zonar limpia y correc tamente. La clari­dad de sus ideas se debía a una agudainteligenc ia y a un a habilidad para com­

prender los significado s más relevantes delas situaciones qu e analizaba . Hago hin­capié en significados, porque precisamen­te las situaciones sociales fueron las quemás le preocuparon , y en ellas los sereshumanos interactúan y crean complejosde significados sumamente compl icados.Su capacidad para razonar correctamentehacía que una vez que había encontradola clave para comprender una situación,apreciara las posibles líneas en·las que po­día desarrollarse y las consecuencias de

cada una de ellas .

Page 8: CARLOS PER EYRA, EL FILOSOFO Y SU SOMBRA€¦ · Hipocampo de Avenida Universidad, sobre la necesidad de avanzar hacia un partido de corte socialista, incluso social demócrata, en

la apertura democratizadora conparti­

dos . La fusión, antes mencionada, es hoy

uno de los elementos principales a refor­

mar para la existencia auténtica de un

pluripartidismo, que dé cauces' a los 're-

clamas democratizadores . .

Este 'cuestionamiento de Pereyra fuemuy revelador desde la época de la 're­

forma política que implementó jesús Re­

yes Heroles, y en cuyas reuniones Car­

los ' tuvo importantes iiltervenciones~

Carlos P éreyra, como militantepolí­

tico y como inielectualligado a ,partidosymovimientos sociales que han trabaja-

do po r un cambio democrático y socia-

' lista' para México , fungió también como

un intelectual orgánico relacionado a ex­periencias populares de la ideología reli­

gioso-católica progresista. Esto vale mucho

señalarlo porque habla de otro aspecto

. rn ás de la actividad que tu vo Pereyra en

diversos campos. El sector progresista o

de izquierda de la I glesia (en el que es ­tán obispos como Sergio Méndez A rcea

de Morelos , Samuel Ruiz , de Chiapas:

y Arturo Lona, de la zona del Istmo y de

Oaxaca, conocidos como participantes

del mo vim iento de la Igl esia q ue nace del

pueblo) tu vo que ver con la coy u ntu raideológica de la Teología de la L ibera­

ción . Con este sector Carlos participó ac­

t ivamente en reuniones con grupos cr is-

embargo, en mi caso, tuve experiencias

de partidos con Pereyra y me gustaría co­

mentar algunas cuestiones.

Dicho de manera mu y general , y para

establecer ciertos parámetros, la izquier­

da mexicana de los años setenta tenía, de

manera muy concentrada, un corpus teó­

rico bás icamente de tipo len inista . Sus

vocablos y argumentaciones usuales eran:

lucha de clases , dictadura del proletaria"

do , Estado burgués, revolución socialis­

ta, dimensión político-mil itar de la polí­

tica, etcétera, los cuales estaban muyarraigados en los destacamentos más ac -

tivos, y sin duda minoritarios de la so­

ciedad , con una postura de vanguardia

en el pro ceso político de transformación .

Bajo esta perspectiva hay que mencio­

nar el papel qu e tuvo Pereyra ante la con ­textualización en y para los problemas-de

México . Con una reflexión siempre crí­tica ante estos dogmatismos , interv ino

con una visión fundada en real izar refor­

mas para la transición hac ia la democra­cia en el país. Fue el pr imero que conagudeza conceptual cuestionó la fusiónEstado , gobierno y partido . Considera­

ba que el Estado mexicano tendencial­mente se separaba de los valores socia ­

les, na cionales y populares , por un lado ;y por el otro, su autoritarismo y populis­mo imperativo no perm itían fácilmente

Eduardo Lizalde, Máximo Simpson , Antonio Pérez. Carlos Pereyra

Mariflor Aguilar: En filosofía de lahistoria y en filosofía política , Pere vra

siem pre buscó pr incipios que h ic ie~anviable la compatibilidad de las diferen­

cias ; la art iculación. por ejemplo, de lasprácti cas sociales d iferenciadas en un

tod o complejo estruc tu rado , o bien la po­sibilida d de concertación de interes es so­

ciales en torno de un proyecto democrá­tico . Creo que esta preoc upación teóricafue también una guía práctica de su ac­ción política y universitaria , lo que se re­

flejó tanto en sus prop uestas en relacióna la cons trucción de un sistema de parti ­

dos como en el papel conciliado r qu e de­sempeñ ó en los medios académ icos.

Fernando Danel: No soy la per sonaindicada para hab la r sobre esto de unamanera com pleta: hay compañeros deCarl os , como Rolando Cordera , Adolfo

Sán chez Rebolledo y J osé Woldenb ergque estuvi eron muy cerca de él, de sus

experiencias y de su trabajo polít ico. Sin

• •

Pereyra tenía dos vocaciones mu y cla­

ras: una por la reflexión teórica y otra por

la política. Su amplia capacidad intelec­

tualle permit ió satisface r adecuadamen-"y. te ambas vocaciones y hacer aportacio­

r- I ' nes importa ntes en los dos cam pos. Creoque esas dos habilidades intelectuales, la

I capacidad de formular ideas claras y la

de razonar correctamente -las cuales

cultivó cuidad osamente y se deleitó enejercitar en su profesió n como fiJósofo-

junto con aquellas dos vocaciones, dan la

clave par a comprender que llegara a de­

sempeñar un papel importante como ana­lista y como militan te polít ico .

Pero a todo esto debemos agregarotras dos cara cteríst icas admi rables: una

gran honestidad y una congruencia en­

tre sus creencias y sus acciones. Estos dos

valores lo guiaron toda la vida. Militó po­

líticament e y siempre lo hizo con hones­

tidad . La manera en que com prendía lavida social y política lo llevó a pensar que

no bastaba con reflexio nar sobre la polí­tica , sin o que se debia par ticipar en ella .

Por ello part icipó act ivamente en muchos

de los m ovimien tos sociales y en la vid a

polít ica de M éxi co , Sus acciones siempreestuvieron guiadas por sus reflexiones

teóricas, y puso su talento para el análi­sis y la refl exi ón te órica al servi cio de lascausas qu e defendió.

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tianos organizados, tanto de la Iglesiaoficialcomo de grupos y comunidades debase. Para ellos sus comentarios y susanálisis críticos fueron importantes parapoder desarrollar su práctica, sus inicia­tivas de organización, realizar cuestiona­mientos sobre las instituciones que pre­tendían cambiar y, sobre todo, para teneruna visión políticay social del país lo másrealista posible.

Pereyra 'siempre fue un reformista,fundado en argumentos teóricos prove­nientes de Althusser, Poulantzas, Grams­ci, de las discusiones neomarxistas, yen

quierda cuyos rasgos definitorios sean un

cabal compromiso , no instrumental iza­dor, sino defmitivo por la democracia y,también, dirigida hacia un horizonte so­cialista que devuelva a los trabajadoresy a la sociedad civil en general el auto­gobierno de la vida públi ca; que incre­mente la participación social en la tom ade decisiones, que es la fórmula mod er­na de la democracia.

Esta perspectiva a favo r de una iz­quierda democrática, socialista y compro­metida, tanto ética, teórica , como polít i­

camente, fue fundamental para Pereyra.

Por último , y a manera de anécdota,un a de las últimas conversaciones quetuve con Carlos fue precisamente sobrelas negociaciones para el desarme entreGorbachov y Reagan, en Moscú. Al res­pecto él tenía una gran esperanza en elpapel que las sociedades socialistas ha­brían de desempeñar en un sentido de­mocratizador para darle no sólo un ros­tro humano al socialismo, sino tambiénuna auténtica base democrática, como enalgunas épocas se ha conocido en las so­ciedades occidentales.

El Meustro

Mariflor Aguilar: En el Simposio en ho­menaje a Carlos Pereyra que organizó laFacult ad de Filosofia y Letras los prime-ros días del mes de agosto, una alumna .,suya desarrolló ampliamente este punto.Sus principales comentarios destacabanno sólo su rigor teórico y el compromisocon sus alumnos - compromiso que, en-tre otras cosas, se reflejaba en su asisten-cia y punt ualidad a clases casiobsesiva-sino también la capacidad que tuvo paradespertar en los alum nos el gusto por elanáli sis, la investigación y la problema­tización filosófica .

Leén Oliv é: Tamb ién realizó su labordocente al conjugar una genuina vocaci6ny una gra n habilidad . Tenía un empeñopor enseñar, por explicar el acontecer so­cial y los problemas qu e le preocuparon,y una gran capacidad de expresar y detransm itir con claridad su pensamiento.Fue un intelectual y un maestro infatiga­ble. Nadie qu e haya estudiado filosofíaen la UNAM en los últimos veinte añosquedó exento de su influencia comomaestro; influencia que alcanzó a histo­riadores, polit élogos y, en general, a loscientíficos sociales por la naturaleza de lostemas que trabaj6 . Además su presenciano sólo se sintió en esta Universidad, sinoen muchas universidades de México y deotros países de habla hispana en las cua­les se le esperaba con interés, entusias-mo y admiración . Sus trabajos eran co­nocidos y discutidos por profesores yestudiantes de muchas universidades. Susentido de responsabilidad y la honesti­dad de la que ya hablamos, lo llevarona impartir sus clases hasta el último díaen que tuvo la suficiente fuerza parahacerlo. <>

Cabe añadir que, en los últimos años, fuemuy crítico del socialismo realmente exis­tente . Fue uno de los primeros marxis­tas en México que de una manera abier ­ta cuestionó el socialismo vigente en lospaíses del Este; los consideraba como for­maciones sociales poscapitalistas , pero es­tructuradas por regímenes políticos auto ­ritarios y centralistas; simultáneamente aesto cuestionaba el marxismo dogmático .

Desde luego que el socialismo que élpensaba para México estaba fuertemen­te comprometido con la democracia y convalores que hoy, sin rubor, podemos lla­mar de la cultura burguesa liberal, y queson rescatables para un país que no losha conocido en términos homogéneos yuniversales.

Carlos Pereyra

los últimos tiempos, en perspectivas nomarxistas, como ejemplos están el indi­vidualismo metodológico, la teoría de laacción comunicativa de Habermas y lostemas sobre legitimaci6n que contieneesta importante obra contemporánea, asícomo de perspectivas provenientes de lasteorías de la gobernabilidad, y sobretodo, los desarrollos más recientes sobrela democracia, la democracia social, lademocracia protegida, la democracia par­ticipativa, la democracia liberal, entreotras.

Los trabajos, ensayos e intervencionesque Carlos realizó fueron una semilla quedio fruto para lo que hoyes, y se esperaque sea de una manera más consistente,la nueva izquierda mexicana. Una iz-

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