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CARACTERIZACIÓN DEL TRAUMA MAXILOFACIAL EN EL HOSPITAL LA SAMARITANA DE BOGOTA ENTRE LOS AÑOS 2008 A 2013 CESAR AUGUSTO CARRIONI PINEDA Universidad Nacional de Colombia Facultad De Odontología Bogotá, Colombia Año 2015

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CARACTERIZACIÓN DEL TRAUMA MAXILOFACIAL EN EL HOSPITAL LA SAMARITANA DE BOGOTA ENTRE LOS AÑOS 2008 A 2013

CESAR AUGUSTO CARRIONI PINEDA

Universidad Nacional de Colombia

Facultad De Odontología

Bogotá, Colombia

Año 2015

CARACTERIZACIÓN DEL TRAUMA MAXILOFACIAL EN EL HOSPITAL LA SAMARITANA DE BOGOTA ENTRE LOS AÑO 2008 A 2013

Cesar Augusto Carrioni Pineda

Trabajo de investigación para optar al título de:

CIRUJANO ORAL Y MAXILOFACIAL

Directora:

Beatriz Mejía Flórez

Cirujana Oral y Maxilofacial Universidad Nacional de Colombia

Magister en Educación Universidad Pedagógica

GUPO DE INVESTIGACIÓN EN CIRUGÍA ORAL Y MAXILOFACIAL

LINEA DE TRAUMA MAXILOFACIAL

Universidad Nacional de Colombia

Facultad de Odontología

Bogotá, Colombia

Año 2015

“Abandonarse al dolor sin resistir, suicidarse

para sustraerse de él, es abandonar el campo

de batalla sin haber luchado”

Napoleón

AGRADECIMIENTOS

A mi familia Por su apoyo incondicional

A mi madre María Pineda quien siempre me alienta a seguir adelante

A mi hermano Giovanni, por su compañía y apoyo durante estos años

A mi cuñada Victoria, mis sobrinos Mary y Jhondy que desde la Fantástica siempre me

hicieron creer que este sueño era posible.

A la Gloriosa Armada Nacional por hacer de este sueño, una realidad.

Contenido IX

Resumen

Este estudio permitió caracterizar tanto sociodemográfica como clínicamente el trauma

Maxilofacial en el hospital la Samaritana de Bogotá entre los años 2008 a 2013. Se

revisaron un total de 315historias clínicas. En cuanto al género se encontró que el 81%

correspondió al masculino y el 19% género femenino. El pico de edad donde se presentó

el mayor número de casos fue de 15-45 años. En cuanto a la procedencia el 72% fue rural

y el 28% urbano. El régimen de salud más común fue el subsidiado con el 55% de los

casos. El servicio con mayor número de casos atendidos fue cirugía oral y maxilofacial con

59%. La etiología más común fueron los accidentes de tránsito en motocicletas y

automóviles (50%). En segundo lugar las riñas (18%) y en tercer lugar caídas (10%). La

fractura más común del tercio superior fue la pared anterior de seno frontal, en el tercio

medio facial es la fractura de los huesos propios nasales, seguidos del malar y las fracturas

orbitarias. En tercio inferior las más comunes son ángulo mandibular, Parasínfisis, cuerpo

y cóndilo mandibular. El promedio de estancia hospitalaria fue de 8 días y la complicación

más común fue la epifora. Conclusión: la causa más común del trauma maxilofacial son

los accidentes de tránsito, con mayor incidencia en hombres que en mujeres con un pico

entre 15 y 45 años de edad lo cual es consistente con estudios similares.

Palabras clave: fracturas maxilofaciales, trauma maxilofacial, accidentes de tránsito,

etiología.

X

Abstract

This study allowed to characterize both sociodemographic and clinically maxillofacial

trauma in Samaritana Hospital from Bogota between 2008 and 2013. A total of 315 medical

records were reviewed. With regards to gender it was found that 81% were male and 19%

female. The peak age where the highest number of cases was 15-45 years. As for the origin

it was 72% rural and 28% urban. The most common health system was regime subsidized

with 55% of cases. The service with the highest number of attended cases was maxillofacial

surgery with 59%. The most common causes were traffic accidents in motorcycles and cars

with (50%). Second fights (18%) and third falls (10%). The most common fracture of the

upper third is the frontal sinus anterior wall. In the midface, nasal bones represent the most

common fracture, followed by malar and orbital fractures. In the lower third, the most

common were mandibular angle, parasymphysis, mandibular body and mandibular

condyle. The average hospital stay was 8 days and the most common complication was

epifora. Conclusion: The most common causes of maxillofacial trauma are traffic accidents,

with the highest incidence in men than in women with a peak between 15 and 45 years

which is consistent with similar studies.

Keywords: maxillofacial fractures, maxillofacial trauma, traffic accidents, etiology

Contenido XI

Contenido

Pág.

Resumen ........................................................................................................................ IX

1. INTRODUCCION ..................................................................................................... 13

2. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN .......................................................................... 15

3. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN .......................................................................... 16

4. JUSTIFICACIÓN ...................................................................................................... 17

5. OBJETIVOS ............................................................................................................. 18 5.1 OBJETIVOGENERAL .................................................................................... 18 5.2 OBJETIVOSESPECÍFICOS ........................................................................... 18

6. ESTADO DE LA CUESTIÓN TEORICA .................................................................. 19 6.1 GENERALIDADES DEL TRAUMA MAXILOFACIAL ...................................... 19 6.2 CARACTERÍSTICAS SOCIODEMOGRÁFICAS ............................................ 21 6.3 FRACTURAS DE HUESOS FACIALES ......................................................... 21 6.4 INJURIAS AL TEJIDO BLANDO .................................................................... 29 6.5 TRATAMIENTO DEL TRAUMA MAXILOFACIAL ........................................... 32 6.6 COMPLICACIONES ...................................................................................... 38

7. Diseño metodológico ............................................................................................. 41 7.1 TIPO DE ESTUDIO ....................................................................................... 41 7.2 POBLACIÓN .................................................................................................. 41 7.3 CRITERIOS DE INCLUSION ......................................................................... 41 7.4 CRITERIOS DE EXCLUSION ........................................................................ 41 7.5 METODO ....................................................................................................... 41 7.6 ASPECTOS ETICOS ..................................................................................... 42

8. RESULTADOS ........................................................................................................ 43

9. DISCUSIÓN ............................................................................................................. 53

10. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES ........................................................... 59

11. ANEXOS .................................................................................................................. 61 ANEXO A: FORMATO DE RECOLECCIÓN DE DATOS .......................................... 61 ANEXO B: CARTA DE APROBACIÓN COMITÉ DE ÉTICA ..................................... 62

12. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ........................................................................ 63 ÍNDICE DE GRÁFICAS Y TABLAS

GRÁFICO PÁGINA GRÁFICO 1. DISTRIBUCIÓN POR EDAD ..................................................................... 43

GRÁFICO 2. DISTRIBUCIÓN POR GÉNERO ................................................................ 43

XII

GRÁFICO 3. LUGAR DE PROCEDENCIA ...................................................................... 44

GRÁFICO 4. OCUPACIÓN DE LOS PACIENTES .......................................................... 44

GRÁFICO 5. AFILIACIÓN AL SISTEMA DE SEGURIDAD SOCIAL EN SALUD ............. 45

GRÁFICA 6. ETIOLOGÍA DEL TRAUMA MAXILOFACIAL.............................................. 45

GRÁFICO 7. DISTRIBUCIÓN DE LOS ACCIDENTES DE TRÁNSITO ........................... 46

GRÁFICO 8. TIPOS DE INJURIAS DE ACUERDO AL TEJIDO ...................................... 46

GRÁFICO 9. INJURIAS AL TEJIDO BLANDO ................................................................ 47

GRÁFICO 10. FRACTURAS POR TERCIOS FACIALES ................................................ 47

GRÁFICO 11. FRACTURAS DEL TERCIO FACIAL SUPERIOR .................................... 48

GRÁFICO 12. FRACTURAS DEL TERCIO MEDIO FACIAL ........................................... 48

GRÁFICO 13. FRACTURAS DEL TERCIO FACIAL INFERIOR ...................................... 49

GRÁFICO 14. EXÁMENES DE LABORATORIOS PREOPERATORIOS ........................ 49

GRÁFICO 15. IMÁGENES DIAGNOSTICAS PREOPERATORIAS ................................. 50

GRÁFICO 16. CONTROLES POSOPERATORIOS ........................................................ 50

GRÁFICO 17. COMPLICACIONES POSOPERATORIAS A 1 MES. ............................... 51

GRÁFICO 18: TIPO DE TRATAMIENTO ........................................................................ 51

1. INTRODUCCION

El Trauma de La Región Maxilofacial constituye en un problema de salud pública

en el sentido de que puede dejar múltiples secuelas que pueden afectar la estética

facial (1), gran morbilidad por la afectación que puede llegar a generar en

estructuras adyacentes como la órbita, cavidad nasal, vasos sanguíneos, cerebro,

entre otros (1,6). Perdida de la función, secuelas permanentes y en algunos casos

mortalidad. (2) El tratamiento de los mismos, genera Alto costo por variados

procedimientos quirúrgicos y terapias en procedimientos de rehabilitación (3).

Múltiples son las causas que pueden generar este tipo de lesiones (4). Entre los

más comunes encontramos los accidentes de tránsito, caídas, violencia

interpersonal, accidentes de trabajo, accidentes deportivos (5, 8) y en menor

porcentaje por heridas por arma de fuego (8, 36,37) las causas e incidencias de los

traumas de la región maxilofacial varían de un país a otro y de acuerdo también a

las características culturales, sociales y medioambientales.

Poder evaluar las causas de estas lesiones, incidencia, severidad, género más

afectado, promedio de días de estancia hospitalaria, tipo de tratamiento realizado,

si realiza seguimiento o no, zona facial más afectada, es de vital importancia en el

sentido que permitirá conocer información de primera mano enfocada a la

prevención y tratamiento de los mismos.

El hospital la Samaritana de Bogotá es un centro de IV nivel de atención en salud

que atiende a una gran cantidad de población de diferentes estratos sociales,

culturales y económico. La mayoría de bajos recursos económicos.

14

El objetivo de este trabajo fue caracterizar epidemiológicamente la población con

trauma maxilofacial en el hospital la Samaritana de Bogotá durante el periodo

comprendido del año 2008 a 2013 y poder comprender de esta manera el

mecanismo del trauma, las fracturas faciales más comunes, la población y grupo

de edad más afectados y los tiempos de estancia hospitalaria con el fin de servir

de base para la toma de decisiones en cuanto al manejo de los mismos, prevención

y poder influir para la toma de decisiones para la utilización eficiente de los servicios

de salud.

15

2. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

El traumatismo del complejo maxilofacial se constituye en un problema de salud

pública en el sentido de que puede dejar múltiples secuelas que pueden afectar la

estética facial (1), gran morbilidad, perdida de la función, secuelas permanentes (2)

y altos costos por variados procedimientos quirúrgicos y terapias en

procedimientos de rehabilitación (3). Múltiples son las causas que pueden generar

este tipo de lesiones (4). Entre los más comunes encontramos los accidentes de

tránsito, caídas, violencia interpersonal, accidentes de trabajo, accidentes

deportivos (5) y su incidencia varía entre países y regiones y también influyen los

niveles cultural, social y medioambiental.

En Colombia, El trauma maxilofacial representa un problema importante de

morbilidad y en algunos casos de mortalidad, por la afectación que puede llegar a

generar en estructuras adyacentes como la órbita, cavidad nasal, vasos

sanguíneos, cerebro, entre otros (6). De acuerdo a la revisión de literatura, se

evidencia que son pocos los estudios que se tienen acerca de la incidencia de estas

lesiones (7), su distribución en la población, género más afectado y localización del

traumatismo; Esta situación hace que sea necesario la investigación en el campo

epidemiológico en la ciudad de Bogotá para conocer de primera mano aspectos

importantes del trauma maxilofacial.

El Hospital Universitario de la Samaritana de Bogotá, es un centro de alta y

mediana complejidad, y se constituye en una importante institución de referencia

para el Departamento de Cundinamarca, cabeza de red de 37 hospitales del

Departamento, con una cobertura de 116 municipios (8), el cual fue creado

mediante la Ordenanza 24 de Abril 28 de 1932, expedida por la Asamblea de

Cundinamarca y por Decreto No. 847 de Octubre 5 de 1933 que presta servicios

de Cardiología, Radiología, Ginecología y Obstetricia, Pediatría, Cirugía General,

Sifilografía, Dermatología, Neurología, Psiquiatría, Medicina General, Cirugía

16

Plástica, Ortopedia, Laboratorio, Otorrinolaringología, Oftalmología, unidad renal,

unidad de gastroenterología y Urología.

Los Cirujanos Orales y Maxilofaciales son los encargados del diagnóstico y

tratamiento de las lesiones del complejo maxilofacial. Actualmente la institución

cuenta con dos cirujanos Maxilofaciales que atienden gran componente de la

remisión del trauma maxilofacial de la región. Dada la complejidad de la red que

maneja dicho hospital y la ausencia de este tipo de estudios en la ciudad; es

pertinente e importante conocer el comportamiento de los traumatismos de la

región maxilofacial, cuáles son las causas, conocer su frecuencia, etiologías, los

diferentes tipos de fracturas, la edad en la que más se presenta, género y días de

estancia hospitalaria, entre otros factores de riesgo. De esta forma es posible

generar un soporte estadístico que facilite la comprensión de este fenómeno, el

conocimiento sobre factores de riesgo, costos, tratamientos, necesidad de personal

especializado y a su vez poder generar medidas de prevención para reducir su

incidencia.

Cabe preguntarse entonces, Cuáles son las características sociodemográficas y

clínicas de los pacientes que han recibido tratamientos por traumatismos

maxilofaciales que se presentaron en el hospital la samaritana de Bogotá entre los

años 2008 a 2013

3. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

¿Cuáles son las características sociodemográficas y clínicas de los pacientes

atendidos por trauma maxilofacial en el hospital la samaritana de Bogotá entre los

años 2008-2013?

17

4. JUSTIFICACIÓN

Esta investigación se realizó con el objetivo de identificar las características

sociodemográficas y clínicas preoperatorias y posoperatorias de los pacientes

atendidos por trauma maxilofacial en el hospital la Samaritana de Bogotá, entre

los años 2008 al 2013. Para este propósito se realizó análisis de las historias

clínicas del hospital en el periodo de tiempo antes definido, previa autorización del

comité de historias clínicas y comité de ética de la institución. Fué importante

realizar este estudio porque permitió caracterizar epidemiológicamente los

traumatismos de la región maxilofacial que son atendidos en el hospital, conocer

cuáles son los más frecuentes, los rangos de edades en los que más se presenta,

etiología, género y región más afectada, tratamientos realizados y el seguimiento

que se le hace a los mismos.

Por consiguiente, esta investigación es importante, en el sentido que permitió

diseñar una base de datos de estos pacientes, para poder hacer seguimiento

riguroso a los mismos, mejorando la calidad de la atención en salud. De igual forma

es posible dirigir la formación de reentrenamientos permanentes al personal

especializado encargado de dichos tratamientos con relación a las patologías más

frecuentes, además de poder focalizar los recursos para estos procedimientos y

evitar gastos innecesarios. Sumado a lo anterior es una investigación de bajo costo

económico y de alto impacto social en el sentido de que se basa en revisión y

análisis de historias clínicas de la institución y los datos que aportan son de valiosa

importancia para la adecuada gestión y prestación de los servicios de salud.

18

5. OBJETIVOS

5.1 OBJETIVOGENERAL

Caracterizar sociodemográfica y clínicamente los pacientes intervenidos por

traumatismos de la región maxilofacial en el hospital la samaritana entre los años

2008 a 2013.

5.2 OBJETIVOSESPECÍFICOS

1. Describir los hallazgos sociodemográficos de los pacientes atendidos por

traumatismos de la región maxilofacial en el Hospital la Samaritana de Bogotá entre

los años 2008 a 2013

2. Describir los hallazgos clínicos Preoperatorios de los pacientes atendidos por

traumatismos de la región maxilofacial en el Hospital la Samaritana de Bogotá entre

los años 2008 a 2013

3. Describir los hallazgos clínicos Posoperatorios de los pacientes atendidos por

traumatismos de la región maxilofacial en el Hospital la Samaritana de Bogotá entre

los años 2008 a 2013

4. verificar si se ha realizado seguimiento a los tratamientos instaurados de los

pacientes que presentaron traumatismos maxilofaciales.

19

6. ESTADO DE LA CUESTIÓN TEORICA

6.1 GENERALIDADES DEL TRAUMA MAXILOFACIAL

El traumatismo del complejo maxilofacial se constituye en un problema de salud

pública en el sentido de que puede dejar múltiples secuelas que pueden afectar la

estética facial, además de tener repercusiones funcionales a estructuras vitales

pudiendo generar alto costo en la atención en salud (1, 2, 3,6). La cirugía

maxilofacial es la ciencia que se encarga, entre muchos otros aspectos, del

tratamiento de los traumatismos de la región maxilofacial buscando restablecer la

anatomía, forma, función y estética del paciente (6). Múltiples son las causas que

pueden generar este tipo de lesiones (4). Entre los más comunes encontramos los

accidentes de tránsito, caídas, violencia interpersonal, accidentes de trabajo,

accidentes deportivos (5, 8) y en menor porcentaje por heridas por arma de fuego

(8, 36,37) Las cuales se generan por un proyectil disparado por combustión de

pólvora, lo cual implica gran transferencia de energía a los órganos y estructuras

adyacentes. Existen dos tipos de armas: cortas y largas. Esta últimas transfieren

mayor velocidad y energía y más cuando se realizan a corta distancia. Este daño

también está directamente relacionado con el peso forma y velocidad del proyectil.

(8,36) Los proyectiles de arma de fuego se clasifican así:

-Baja velocidad: con velocidades por debajo de 330 m/s, no forman cavidad

temporal más allá del diámetro de su propio calibre.

-Media velocidad: Velocidades entre 330 y 600 m/s, son producidas por armas

cortas como pistolas semiautomáticas, automáticas y pistolas ametralladoras como

la UziIsraelí o la MP-5 de patente alemana, que utilizan cartuchos calibre 9 mm

20

Parabellum. Estas últimas producen lesiones más destructivas que las pistolas,

más que por su potencial de lesión, por su gran volumen de fuego.

Debido a su poco peso y alta efectividad a distancias cortas entre 10 y 25 metros;

las lesiones que producen siguen el trayecto de la cavidad permanente, con

formación de mínima cavidad secundaria equivalente a 1 a 2 veces su diámetro

transversal

Alta velocidad: velocidad por encima de 600 m/s, involucran todos los fusiles

automáticos y semiautomáticos de guerra, como el M-16 y R-15 calibre 0.225; el

HK G3 y el AK-47 calibre 7.62 mm NATO, y todas las armas para cacería mayor.

(8,36)Cuando el proyectil entra en contacto con el organismo ocurre un daño inicial

directo por el proyectil y sus fragmentos y un daño indirecto por la onda expansiva

lo cual se constituye en todo un desafío para la cirugía reconstructiva. (8, 36,37)

Es importante resaltar que la incidencia de las causas que generan los

traumatismos de la región maxilofacial varía entre países y regiones; así como

también influyen los niveles cultural, social y medioambiental.

los estudios reportados a nivel mundial (1,3,4,5,7)señalan que los traumatismos

que con mayor frecuencia se presentan, se clasifican en tejidos duros y tejidos

blandos, siendo en los tejidos duros las fracturas del hueso frontal, maxilar, nasal,

cigomático, palatino, vómer, etmoides, lagrimal y mandibular(9, 12). Con una

mayor prevalencia en hombres en edades entre la tercera y cuarta década de la

vida (10). Dada la afectación y el riesgo inminente con la vida del paciente, es

importante realizar un manejo inicial para su estabilización y contar con un equipo

multidisciplinario para el manejo del mismo. El primer pico de mortalidad se

presenta en segundos o minutos posteriores a la injuria. Un segundo pico crítico

se da en minutos u horas posteriores al trauma y el tercer pico se presenta a los

pocos días o semanas del mismo. De allí que se debe priorizar la intervención (12)

21

6.2 CARACTERÍSTICAS SOCIODEMOGRÁFICAS

Dentro del proceso de caracterización del trauma maxilofacial, encontramos una

serie de variables que describen la incidencia y prevalencia de los mismos para

comprender este fenómeno. La edad es una variable que permite distinguir y

clasificar el riesgo o susceptibilidad al mismo (11) y es importante en el sentido que

determinara el tratamiento a seguir. La severidad del trauma también está

directamente relacionada con la edad del paciente. El grupo de edad donde se

presentan la mayor incidencia de trauma maxilofacial es de 20-30 años (5,6,7,13)

con relación al género se evidencia una mayor incidencia y prevalencia en hombres

que mujeres, alcanzando tasas de 6:1 respectivamente (1, 14). Dentro de los

estudios revisados en la literatura, no se describen los aspectos relacionados con

la procedencia de los pacientes atendidos por este tipo de traumatismos (ya sea

urbano o rural), describiendo ampliamente sus causas. De igual forma se tiene

poca información acerca de los aspectos relacionados con coberturas a servicios

de salud o vinculación con Sistemas de Seguridad Social.

6.3 FRACTURAS DE HUESOS FACIALES

En cuanto a los patrones de fractura del complejo maxilofacial podemos encontrar

múltiples descripciones de acuerdo a la región anatómica, lo cual también facilita

el estudio de las mismas; así, como las alternativas de tratamiento propuestas.

Fracturas del seno frontal

Las fracturas del seno frontal no son muy frecuentes con respecto a otros hueso

de la cara debido a que el hueso frontal es el más fuerte del complejo maxilofacial

(se requieren de 800 a 1200 libras para generar su fractura) (15); sin embargo

cuando se presentan es importante devolver la función y estética del mismo y evitar

complicaciones. (16) existen múltiples clasificaciones para el mismo, sin embargo

dentro de las más comunes encontramos la de Stanley (17) que establece:

I. Fractura tabla anterior.

-Aislada.

22

-Fractura de Reborde orbitario.

-Fractura NOE.

II. Fractura tablas anterior y posterior. Lineal.

-Transversas o verticales.

-Conminuta.

-Aisladas o conjuntas.

-Conjuntas con NOE.

Y la clasificación de Donald (18)

1. Pared anterior: A. Lineal, B. Deprimida, C. Compuesta, D. Conminuta.

2. Pared posterior: A. Lineal, B. Deprimida, C. Deprimida con fístula de LCR, D.

Conminuta.

3. Receso frontonasal.

4. Completa (pared anterior y posterior)

Fracturas Naso Orbito Etmoidales.

Las fracturas del complejo naso-orbito-etmoidal constituyen un desafío para el

especialista, debido a la complejidad de la anatomía de la zona y la cercanía a

estructuras importantes como el globo ocular y la dificultad para una adecuada

reducción y fijación de dichas fracturas.(19) la clasificación más común mente

utilizada es la de LEIPZIGER Y MANSON (20) que establece:

Tipo I: Fractura con fragmento único central; se encuentra preservada la inserción

del ligamento cantal medial.

a. Incompleta unilateral.

b. Completa unilateral.

c. Completa bilateral.

Tipo II: Fractura con segmento único o conminución externa a la inserción del

ligamento cantal medial, el mismo que se encuentra adherido a algún fragmento

óseo de buen tamaño.

a. Unilateral.

23

b. Bilateral.

Tipo III: Conminución del fragmento central, que compromete la inserción del

ligamento cantal medial, con línea de fractura que pasa justo por debajo de este;

por lo general, se encuentra adherido a varios fragmentos óseos muy pequeños.

a. Unilateral.

b. Bilateral.

Fracturas Cigomáticas

Las fracturas del malar se constituyen en la segunda más frecuente después de las

fracturas nasales. (21) La clasificación más utilizada para para el diagnóstico de

las fracturas del malar es la de KNIGHT Y NORTH, la cual Correlaciona el

tratamiento y pronóstico en función de la anatomía de la fractura:

I: Sin desplazamiento significativo.

II: Fracturas del arco cigomático.

III: Fracturas del cuerpo no rotadas.

IV: Fracturas del cuerpo rotadas medialmente.

V: Fracturas del cuerpo rotadas externamente (lateralmente).

VI: Fracturas complejas del cuerpo (conminutas)

De igual forma, Manson estableció una clasificación de acuerdo a la energía con

la que se produce el trauma (22)

I: Fracturas de baja energía: Desplazamiento mínimo o sin él.

II: Fracturas de media energía: Desplazamiento leve a moderado, grado variable

de conminución.

III: Fracturas de alta energía: Desplazamiento severo, grave conminución. La

mayoría de estos casos se encuentra dentro de las fracturas panfaciales.

Fracturas de Arco Cigomático

24

Las fracturas del arco cigomático aislado se presentan cerca en un 10% de las

fracturas del hueso malar y son producto de una fuera directa de baja velocidad y

se pueden encontrar asociadas a fracturas del proceso Coronoides. (23)

Clase I: Fractura aislada del arco cigomático en trípode.

Clase II: Fractura en tallo del arco cigomático.

Clase III: Fractura combinada del hueso malar con el arco cigomático.

Fractura de Paladar

Las fracturas del paladar raras veces se encuentran aisladas, pero por lo general

se encuentran relacionadas con fracturas del tercio medio (22). La clasificación

más utilizada describe 6 patrones de acuerdo a la localización anatómica de la

fractura. (24)

Tipo I o Alveolar engloba aquellas fracturas alveolares que se pueden clasificar a

su vez en anteriores, cuando incluyen los incisivos, y postero-laterales, con

involucro del molar y un diente bicúspide (premolar).

Tipo II o sagital: se localiza en la línea media palatina, y es poco frecuente en

adultos.

Tipo III o parasagital: divide el paladar en sentido antero-posterior, lateral a la línea

media.

Tipo IV o Paralveolar se puede considerar como una variante de las fracturas

parasagitales, pero se localiza medial al alveolo dentario maxilar.

Tipo V o conminuta divide al paladar en sentido oblicuo y transverso, o bien

ocasiona conminución del paladar y del alveolo.

Tipo VI o transversa: es la más rara, divide al paladar en un plano coronal.

Fracturas del Maxilar Tipo Le Fort O de Guerin

Los maxilares se constituyen en parte importante de la integridad del tercio medio

facial y forman las 3 grandes cavidades de la cara: cavidad oral, nasal y orbitaria.

Debido a las múltiples articulaciones con otros huesos faciales, es difícil

25

categorizar un estricto patrón de fractura. Sin embargo hoy se tienen 3 grandes

patrones que sirven de base para su análisis y estudio (22, 25)

Fractura Tipo Le Fort I

Fractura longitudinal del maxilar a nivel del suelo de las fosas nasales y de los

senos maxilares, Por encima de los ápices dentarios. La línea de fractura se

extiende posteriormente a través de las paredes lateral y medial del seno maxilar

hasta las apófisis pterigoides del hueso esfenoidal

Produciendo un paladar flotante.

Fractura Tipo Le Fort I o Piramidal

En superficie, el trazo de la fractura puede afectar a los huesos, o pasar por debajo

de los mismos. Los trazos derecho e izquierdo discurren inferior y lateralmente a

través del maxilar atravesando los huesos lacrimales, pared interna de la órbita,

fisura esfeno-maxilar y fisura cigomático-maxilar hasta llegar posteriormente al

tercio medio de las apófisis pterigoides. Una fractura tipo LeFort II completa, disocia

los maxilares de la cara y puede entenderse como un maxilar flotante.

Fractura de tipo Le Fort III o Disyunción Craneofacial.

Superficialmente el trazo afecta a los huesos propios o no, continúa por la pared

interna de la órbita (unguis, lámina papirácea del etmoides), pasa por detrás del

agujero óptico (habitualmente indemne), y termina en el extremo posterointerno de

la hendidura esfeno maxilar, rompiendo las apófisis pterigoides en su raíz.

Lateralmente afecta a la articulación frontomalar así como al arco cigomático, por

detrás de la Articulación témporomalar. Una fractura completa disocia la cara del

cráneo, provocando un desplazamiento de la misma hacia atrás y hacia abajo.

Aunque las fracturas tipo Le Fort se describieron inicialmente como bilaterales,

pueden existir de forma parcial y unilateral.

26

Fracturas Mandibulares

El tratamiento de las fracturas mandibulares es un desafío permanente para el

cirujano, quien de acuerdo a la localización anatómica de la fractura se definirá el

abordaje y el material a utilizar para la reducción de la misma. (22) De acuerdo a la

localización anatómica, según DIGMAN Y NATVIG se clasifican en: Línea media,

Parasínfisis, Sínfisis, Cuerpo, Angulo, Rama, Cóndilo, Coronoides y Proceso

alveolar.

KAZANJIAN Y CONVERSE (26), tienen en cuenta la presencia o ausencia de

dientes en buen estado en relación a la línea de fractura:

Clase I: Presencia de dientes a ambos lados de la línea de fractura.

Clase II: Arco parcialmente edéntulo, la línea de fractura de encuentra entre zona

edéntula y zona dentada

Clase III: Arco totalmente edéntulo

ROWE Y KILLIE tienen en cuenta la basal mandibular y la divide en 2 tipos:

Clase I: No involucra hueso basal: fractura de proceso alveolar

Clase II: involucra hueso basal: unilateral, bilateral, múltiple.

KRUGER (22) las divide en: Simple, Compuesta y Conminuta. Y KRUGER Y

SCHILLI (22) establecen una clasificación mucho más amplia. Tratando de

rescatar e incluir parte de las clasificaciones previamente descritas

I. Relación con el ambiente externo: a. Simple o cerrada, b. Compuesta o abierta.

II. Tipo de fractura: a. Incompleta, b. Tallo verde, c. Completa, d. Conminuta.

III. Dentición mandibular con referencia para uso de férulas

a. Suficiente dentición mandibular, b. Edéntulo o insuficiente dentición

mandibular, c. Dentición primaria o mixta.

IV. Localización:

a. Fractura en región de sínfisis.

27

b. Fractura en región canina.

c. Fractura en cuerpo.

d. Fractura en ángulo.

e. Fractura en rama.

f. Fractura en cóndilo.

g. Fractura en Coronoides.

V. Acción muscular: en relación a la dirección de la línea de fractura y al efecto de

la acción de los músculos en los fragmentos.

Verticales: Favorables y Desfavorables.

Horizontales: Favorables y Desfavorables.

Fracturas de las Paredes Orbitarias

Las Paredes Orbitarias se pueden dividir anatómicamente en 2 secciones, anterior

y posterior. La región anterior está compuesta por el reborde orbitario y la porción

posterior está conformada por techo, piso, pared medial y lateral. De acuerdo al

trazo de fractura y desplazamiento de las paredes se clasifican en Blow-in y Blow-

Out (22, 27). Hoy en día se hablan de dos teorías relacionadas con el mecanismo

que generan este tipo de fracturas: el primero es un mecanismo hidráulico por

medio del cual la presión hidrostática con el globo ocular o el contenido orbitario,

transmiten la energía hacia las paredes orbitarias generando las fracturas Blow-

Out y la otra teoría hace referencia a que el impacto sea directo hacia el reborde

orbitario y este, transmite la fuerza hacia las paredes orbitarias.

A su vez, las fracturas Blow-Out se pueden dividir en puras, si solo afectan el

reborde orbitario o impuras (27) si además de contener el reborde orbitario incluye

una o varias paredes orbitarias. Se dice que la fractura de la pared medial

acompaña en un 20% a las fracturas del piso. La incidencia de fracturas orbitarias

se encuentra en un rango del 4%-70% del trauma orbitario y las fracturas Blow-Out

puras están en un rango del 5% al 21.4% de las fracturas del tercio medio facial.

(22) La pared medial de la órbita es la más delgada, sin embargo es la segunda en

más fracturarse después del piso.

28

Las fracturas Blow-in son menos comunes que las Blow-Out y se presentan cuando

el reborde orbitario o las paredes, se desplazan al interior del contenido orbitario,

generando disminución del continente orbitario presentando proptosis, restricción

de la movilidad ocular, diplopía, ruptura del globo ocular, síndrome de la fisura

orbitaria e injuria al nervio óptico (27). Es importante resaltar que si estas fracturas

si no se tratan adecuadamente o si se hace una inadecuada reconstrucción, podría

empeorar la condición clínica del paciente.

Fracturas del Complejo Nasal y Nasoseptal

Son las fracturas más comunes del complejo maxilofacial debido a su posición

sobresaliente en la cara, la posición central de la nariz y la gran susceptibilidad de

producir injurias a los delgados huesos propios nasales (27), los cuales articulan

entre sí, con el frontal y la apófisis ascendente del maxilar. A su vez contiene un

tabique nasal compuesto por una porción cartilaginosa anterior y ósea posterior y

se articula en la parte superior con la lámina perpendicular del etmoides y en la

parte inferior con el vómer (28). El pericondrio que recubre el cartílago da nutrientes

y oxígeno al septum nasal, siendo la única fuente de aporte sanguíneo, por tal

razón es importante hacer un buen examen de los traumatismos de esta zona pues

si se presenta un hematoma entre el pericondrio y el cartílago septal, separándolo

de su aporte sanguíneo generando necrosis, infección y deformidad nasal. Por tal

motivo esta situación debe exigir inmediato drenaje.

En cuanto al manejo de las fracturas nasales, se dice que se pueden hacer

reducción cerrada de las mismas cuando los fragmentos no se encuentran

desplazados y el tiempo del mismo es de 3 horas a 10 días posterior a la injuria.

Para el caso de la reducción abierta, se deja para pacientes con deformidad nasal

permanente o en el caso de obstrucción nasal posterior a un periodo de tratamiento

agudo. (27)

29

6.4 INJURIAS AL TEJIDO BLANDO

Ninguna otra parte del cuerpo reviste tanta importancia desde lo estético y lo social

como es la cara, pues de ella depende la apariencia facial y auto aceptación para

la convivencia en la sociedad. (22) A través de la historia, los traumas faciales

severos han resultado en grandes defectos estéticos y funcionales, producto

también de las múltiples guerras que han dejado mutilados a muchas pacientes.

Sin embargo hoy en día con las avances de la cirugía reconstructiva, ha disminuido

la morbimortalidad de los pacientes, disminuyendo significativamente sus secuelas

estéticas y funcionales

A pesar de lo llamativo que resultan las heridas faciales, raras veces comprometen

la vida. Razón por la cual es importante y primordial que el paciente tenga una vía

aérea asegurada, estabilizar hemodinamicamente, atender las lesiones que

puedan comprometer la vida del paciente y una vez estabilizado el paciente

proceda a realizar el examen físico de las heridas faciales.(22)

Examine sistemáticamente la cara por inspección, palpación comenzando de

cefálico a caudal. Inicie con el cuero cabelludo, región parietal y temporal, luego

continúe con región frontal, verificando la presencia de edema, equimosis,

depresiones. Luego continúe en cada una de las subunidades anatómicas de la

cara: maxilar, mentón, frente, orbita, nariz, temporal, malar y labios.(54)

Cuando se habla de herida en cara se hacen referencia aquellas heridas presentes

en el segmento anatómico comprendido entre la línea de implantación del cabello

y el mentón y entre los dos pabellones auriculares externos. A su vez las heridas

se pueden clasificar como (53):

Simples o superficiales: aquellas heridas con compromiso de dermis, epidermis y

tejidos subcutáneos, sin compromiso de estructuras profundas (excoriaciones,

contusiones, abrasión superficial)

30

Profundas o intermedias: aquellas que comprometen capas profundas de tejido

subcutáneo y superficial a la fascia. (Abrasión, contusión, avulsión mayor a 25cm2

de piel, y laceraciones en tejido celular subcutáneo mayor a 5cm2)

Complejas: Requiere más que cierre por planos, decolaje de tejidos vecinos,

reparación de estructuras, desbridamiento y cobertura de defectos de tejidos

blandos. (Avulsionesde más de 25cm2 de piel, hematoma faríngeo, injurias

complejas penetrantes en cuello o por lesiones o heridas por arma de fuego) (53)

Una vez identificadas las lesione en tejidos blandos procedemos a solicitar las

ayudas imagenológicas necesarias con el fin de descartar o confirmar fracturas

faciales o cuerpos extraños de acuerdo a la correlación clínica.

Radiografías simples

Son ampliamente utilizadas en la evaluación inicial del paciente con trauma. La

serie consiste en 5-7 radiografías: lateral cefálica, lateral oblicua, Waters,

Submentovertex, Towne, Posteroanterior, panorámica. (22)

Towne: Ideal para ver fracturas subcondilares, también es útil para evaluar las

orbitas, particularmente la fisura orbitaria inferior, senos maxilares y rebordes

orbitarios inferiores. Si se toma desde una angulación anteroposterior es útil para

evaluarla región petrosa y mastoidea (22)

Cefálica lateral: evalúa la vía aérea, los tejidos blandos retro faríngeos, paredes

anterior y posterior de seno maxilar, reborde alveolar anterior, fracturas Le fort I, II,

III y Fracturas Nasales

Posteroanterior: evalúa fracturas del tercio medio y mandibular

Caldwell: evalúa tercio medio y senos paranasales y ofrece la mejor vista de las

orbitas y estructuras faciales posteriores, pilar naso maxilar y frontomalar, fosas

nasales y mandíbula

Lateral oblicua evalúa ángulo mandibular y cóndilos

Waters: evalúa tercio medio y delimita las fracturas de los rebordes orbitarios, arco

cigomático y estructuras faciales anteriores

31

Submentovertex: evalúa arco cigomático y fracturas del tercio medio facial

Panorámica: útil para evaluar fracturas mandibulares, incluyendo el cóndilo

mandibular

Adicionalmente también pueden ser útiles las radiografías oclusales y periapicales

para evaluar injurias dentoalveolares

Tomografía Axial Computarizada:

Permite una mayor nitidez y resolución de las estructuras anatómicas de manera

tridimensional a través de los cortes sagital, coronal y axial. Permite identificar y

cuantificar las fracturas faciales reconociendo la verdadera extensión de los

segmentos óseos, permite realizar reconstrucción tridimensional para analizarla

magnitud del defecto óseo.

Angiografía

Es útil en el campo de la cirugía maxilofacial porque permite detectar

malformaciones vasculares o aneurismas. La angiografía más la resonancia

angiográfica permiten el diagnóstico preciso de lesiones traumáticas venosas y

arteriales. Lo anterior teniendo en cuenta que aproximadamente el 25% de las

injurias penetrantes del cuello, resultan en lesiones vasculares. Otras modalidades

diagnosticas también comúnmente utilizadas son la daicriocistografía, ultrasonido

y sialografía, los cuales son útiles en el manejo de las injurias al sistema lagrimal y

salivar.

Imagen de resonancia Magnetica

Es la herramienta diagnostica preferida para examinar estructuras de los tejidos

blandos de cabeza y cuello. Es una tecnología dinámica y flexible que no requiere

radiaciones ionizantes. Su desventaja es que no muestra tanto detalle como la

tomografía y está contraindicada en sitios donde hay metales (dispositivos

ortodonticos, marcapasos, neurotransmisores, implantes cocleares, clips

intracraneales) debido a que trabaja con campos electromagnéticos y los puede

mover de posición, trayendo consecuencias desastrosas. (22)

32

6.5 TRATAMIENTO DEL TRAUMA MAXILOFACIAL

Tratamiento de las fracturas Mandibulares

Para el caso de las fracturas mandibulares se debe tener en cuenta 3 Tipos básicos

de tratamiento: reducción cerrada, reducción abierta con fijación interna y reducción

abierta con fijación externa. (29) Cada uno de ellos tiene sus indicaciones

particulares, pues finalmente los objetivos se deben enfocar hacia la restauración

del contorno facial, restablecimiento de los arcos dentales, oclusión y función.

Dentro de los signos clínicos que nos indican la presencia de fracturas

mandibulares encontramos: cambios en la oclusión, apertura oral disminuida con

desviación, anestesia, disestesia, parestesia labio-mental, hematoma y equimosis

en piso de boca y fondo de vestíbulo, escalones óseos, asimetría facial y avulsión

o fracturas dentales. (29)

Las fracturas no desplazadas con estabilidad oclusal pueden ser manejadas con

dieta líquida. Cuando se presentan con inestabilidad oclusal y mínimo

desplazamiento se puede utilizar la fijación intermaxilar por un periodo entre 2-3

semanas, dependiendo la edad del paciente, compromiso sistémico y tipo de

fractura.(29) Las fracturas que presentan gran desplazamiento con evidente

asimetría facial e inestabilidad oclusal, requieren reducción abierta y fijación interna

con placas y tornillos de titanio. Las fracturas abiertas tienden a presentar altas

tasas de infección por lo que se hace necesario manejo Antibiótico. Para el caso

de las fracturas gravemente conminutas, se realiza el manejo con fijación externa.

Es importante resaltar que los esquemas anteriormente planteados sirven de base

para la toma de decisiones, sin embargo cada caso se individualiza para definir el

tratamiento definitivo.

33

Para el abordaje de las fracturas mandibulares se tiene en cuenta, localización,

grado de desplazamiento y condición de los fragmentos óseos.

Para abordar la zona de la sínfisis, Parasínfisis, cuerpo y ángulo mandibular se

utiliza el abordaje vestibular intraoral que permite una adecuada exposición de los

focos de fractura, no produce injuria al nervio facial y no dejas cicatrices faciales.

Para la zona más posterior de cuerpo y ángulo mandibular se utiliza el abordaje

submandibular, el cual permite una excelente visualización del borde inferior. (30)

Para la zona de la articulación temporomandibular está el abordaje preuricular (31),

con la modificación endaural (32) el cual permite realizar una adecuada reducción

y fijación de la cabeza condilar, restaurando la altura vertical de la rama mandibular.

Para fracturas a nivel del cuello condilar se emplea el abordaje retro mandibular, el

cual permite una adecuada visualización para las fracturas subcondilares. (30)

En el complejo craneofacial donde se encuentras afectados el tercio medio y

superior de la cara, es importante tener en cuenta la secuencia de reducción de las

fracturas ya sea de abajo hacia arriba o de arriba hacia abajo. Se debe tener en

cuenta la tridimensionalidad (alto, ancho y profundidad) para el adecuado

restablecimiento del contorno anatómico y facial (33). La cara está conformada por

pilares verticales y horizontales que son las zonas más fuertes del macizo

maxilofacial, los cuales son los encargados de neutralizar las fuerzas aplicadas al

mismo. La reducción y fijación de estas áreas se constituyen en la base de la

reconstrucción maxilofacial ya que a través de ellos se mantiene la protección y

proyección de la vía aérea, provee el anclaje para la suspensión del sistema

musculo aponeurótico que se encuentra en constante función, protege unidades

funcionales claves como el cerebro, ojos, paquetes neurovasculares y las funciones

de habla, masticación y deglución y permite el restablecimiento tridimensional

facial.(35) Los pilares verticales son: cigomaticomaxilar, Pterigomaxilar, Naso

maxilar, Cóndilo mandibular y parte posterior de la mandíbula y los pilares

horizontales son: frontal, cigomático, maxilar y mandibular. (22, 25, 33,35)

34

Tratamiento de las fracturas seno frontal

Para el tratamiento de las fracturas del seno frontal, existen múltiples abordajes

que nos permiten realizar adecuada reducción y fijación de las fracturas, entre ellos

el abordaje bicoronal, abordaje por la herida existente, abordaje de linch y

abordajes orbitarios como subciliar, subtarsal, transconjuntival los cuales permiten

exponer la pared medial y el canto interno ocular del ojo. (30, 38) El tratamiento

está encaminado hacia el mantenimiento de las estructuras vitales adyacentes,

recuperar la función y la estética.

Una vez establecido el abordaje y expuesto los focos de fracturas y determinado el

compromiso de estructuras anatómicas, se pueden realizar varios tratamientos

como son: reducción abierta y fijación interna de tabla anterior del hueso frontal con

placas de titanio y tornillos de bajo perfil y mallas de craneoplastia,(39) con

preservación de la membrana y seno frontal; remoción de toda la mucosa y

desfuncionalización y obliteración del seno frontal con el ducto nasofrontal;

cranealización del seno frontal y obliteración del ducto nasofrontal. Se deben cerrar

todos los desgarros que presente la duramadre ya sea de manera directa o con

colgajo de pericráneo para evitar fugas de líquido cefalorraquídeo e infecciones

(16,38)

Tratamiento de las fracturas Nasales, Nasoseptales y nasorbitoetmoidales.

Las fracturas nasales son las comunes del macizo facial dada su prominente

proyección en la cara formada por dos delgados huesos nasales y un fibrocartílago,

haciendo que cualquier fuerza menor induzca a fracturas.(12) De acuerdo con la

dirección e intensidad del trauma y la cercanía a estructuras vitales, se pueden

producir lesiones desde simples como depresión y deformidad de los huesos

nasales hasta complejas fracturas Nasorbitoetmoidales.(12,40) En cuanto al

manejo de las fracturas se debe tener en cuenta el tiempo transcurrido desde el

momento del trauma hasta la reducción de la fractura, ya que lo ideal es realizar el

manejo agudo hasta las 72 horas posterior al trauma o máximo hasta dos semanas

del mismo, ya que si se pasa de este tiempo el callo de la fractura ha empezado a

35

cicatrizar, dificultando el procedimiento, haciéndose necesario osteotomías

quirúrgicas para reducir el desplazamiento de los fragmentos.(12,40)

La mayor parte de las fracturas nasales pueden tratarse con reducción cerrada,

des impactando los fragmentos deprimidos y desplazados y estabilizándolos

posteriormente con férulas nasales las cuales garantizan la correcta posición de

los huesos nasales manteniendo los fragmentos alineados, controlan el edema y

protegen la pirámide nasal mientras se estabiliza la fractura. Es importante la

reducción septal ya que su inadecuado manejo da lugar a desviación progresiva

del tabique.(40) En el caso de fracturas más complejas con fragmentos conminutos,

se puede realizar reducción abierta mediante abordajes de incisión nasal

transversa que se extiende hacia arriba a ambos lados de las paredes orbitarias,

incisión coronal cuando compromete el complejo Naso-orbito-etmoidal o por las

zona de las heridas,(12,30,40) para posteriormente realizar osteosíntesis con mini

placas de bajo perfil, teniendo presente que posteriormente se pueden requerir

procedimientos de septorinoplastia (39)

Las Fracturas Naso-Orbito-Etmoidales

El restablecimiento de la anatomía del tercio medio facial y Naso-Orbito-etmoidal

son de los mayores desafíos del Cirujano Maxilofacial debido a su compleja

anatomía, estructuras óseas implicadas y su proximidad al sistema lacrimal y canto

medial que afectan significativamente la función y estética.(19,27,39,41) Por

consiguiente el tratamiento quirúrgico se debe realizar lo antes posible para lograr

una adecuada reducción anatómica de los fragmentos óseos, disminuir las

secuelas y restituir la anatomía del tercio medio facial.(19,42, 44)

De acuerdo a la localización de la fractura y de las estructuras comprometidas

podemos realizar diferentes abordaje quirúrgicos como los subciliares, subtarsales,

transconjuntivales, incisión de Lynch, incisión horizontal sobre el dorso nasal,

laceraciones o heridas traumáticas, hasta llegar a abordajes coronales, subciliar e

intraoral y combinados.(19,30,41, 44)

Luego de la exposición quirúrgica de los focos de fractura, se debe identificar el

ligamento cantal medial y su fragmento central para verificar su inserción, se

36

procede entonces a reducción y reconstrucción del reborde orbitario de lateral a

medial para luego realizar cantopexia y cantoplastia transnasal en caso de haber

desinserción del ligamento cantal medial. (42,43) Para la reducción de las fracturas

se debe utilizar microplacas de bajo perfil con el fin de evitar que se expongan

sobre la delgada piel subyacente. (12, 27, 39,41)

Tratamiento de las fracturas orbito cigomáticas

Por ser el hueso cigomático una estructura prominente en el macizo facial

Es susceptible a la fractura, constituyéndose en la segunda fractura facial en

frecuencia después de los huesos propios nasales. (22) Dada su cercanía con la

órbita, por lo general se presenta acompañado con las paredes de la misma, de allí

su importancia de poder realizar un adecuado diagnóstico y por ende su

tratamiento. (45) Su restablecimiento es clave en el sentido de poder restablecer

estructura, función y estética facial ya que sirve de soporte y protección al globo

ocular, dándoles simetría, lo cual es fundamental para la visión binocular. (27)

Para el abordaje de las fracturas malares se debe tener en cuenta la localización

de la fractura y la reducción y fijación que podamos hacer de las mismas a través

de diferentes abordajes. (12,30) Es importante tener presente la función del pilar

maxilomalar en la dimensión transversal facial y el pilar frontocigomatico en la

dimensión vertical. Los abordajes más utilizados son el palpebral superior o cola

de ceja, incisión de blefaroplastia superior, abordaje intraoral, subciliar, subtarsal,

transconjuntival y el abordaje coronal (30) en caso que también se presente con

fracturas del hueso frontal, Naso-Orbito-Etmoidal y fracturas Le fort II,III.

En casos de depresión del cuerpo del malar, se emplea el abordaje intraoral para

desimpactarlo y restablecer su anatomía y reposicionar el arco cigomático sin

necesidad de material de osteosíntesis. En casos más complejos con compromiso

de paredes orbitarias por fracturas Blow out o Blow in (46), se utilizan mallas para

piso y pared medial orbitario. En fracturas de rebordes orbitarios y pilares

maxilomalar y frontomalar se utilizan placas del sistema 2.0 para soportar grandes

cargas y mini placas y tornillos de titanio de bajo perfil para reborde infraorbitario y

medial para evitar ser expuestas sobre la delgada piel de la zona. (39, 46) Tener

37

en cuenta la necesidad de utilizar injertos autologos o heterólogos en caso de

defectos óseos faciales estéticos y funcionales.

Tratamiento de las fracturas palatinas

Las fracturas palatinas comúnmente no se encuentran aisladas. Por lo general se

presentan en conjunto con otras fracturas del complejo maxilofacial como fracturas

del tercio medio facial o fracturas panfaciales y se asocian a fracturas Le fort entre

el 8%al 12%.(48). Las opciones de tratamiento son múltiples y su objetivo

primordial es restablecer la dimensión transversal del maxilar superior y su

proyección anteroposterior, logrando de esta manera mantener estabilidad

transversal del tercio medio. Dentro de las opciones de tratamiento tenemos:

aparatología ortodontica, férulas acrílicas, fijación intermaxilar y fijación interna con

placas y tornillos bajo la mucosa palatina o subperiostica cerca a la abertura

piriforme (24,48)

Tratamiento de las fracturas Le fort

La reconstrucción de las fracturas maxilares y Le fort se basan en 4 conceptos

fundamentales: primero: reconstruir los pilares maxilares anteriores es la llave de

la reconstrucción maxilar, segundo: exposición y fijación anatómica de los pilares,

tercero: reforzamiento de los pilares inestables con injerto óseo o miniplacas de los

pilares conminutos y finalmente La reconstrucción de los pilares prevendrá el

colapso mediofacial, elongación o deformidad secundaria.(49) En las fracturas Le

fort cuando la mandíbula está intacta y la dentición está presente, se debe

reestablecer primero la oclusión mediante fijación intermaxilar. En fracturas Le fort

I los pilares laterales y mediales se deben reparar. En fracturas Le fort II, además

de lo anterior, se fijar la región nasofrontal y la porción medial de los rebordes

orbitarios y en las Fracturas Le fort III, la estabilización de los pilares se debe

combinar con una fijación más extensa en la región Naso-Orbito-Etmoidal y

frontocigomatico junto con los rebordes orbitarios.(22, 25,49)

38

6.6 COMPLICACIONES

Las complicaciones de las fracturas mandibulares son bastantes comunes y oscilan

en un rango entre 4-50% (29) entre ellas tenemos:

-Infección: es la más común de las complicaciones, sobretodo en fracturas

complejas. Por lo general son infecciones polimicrobianas y se presentan con

mayor frecuencia cuando hay dientes involucrados en las línea de fractura. En

cuanto al manejo de esta complicación se debe realizar incisión y drenaje y

mantener esquema antibiótico de amplio espectro.

El antibiótico de elección es la penicilina sódica cristalina que viene en presentación

de frasco ampolla 1.000.000/10ml UI y 5.000.000/20ml UI a una dosis de 6 a 24

millones de UI/día divididos cada 4 horas. Y en niños de 50.000 a 100.000 UI /kg/día

IV divididos en 4 dosis. (34)

-No unión: fractura que no cicatrizan por más de 6 meses, el cual puede ser

causado por infección o movilidad prematura del sitio de fractura

-Mal unión: se presenta la cicatrización ósea con mal oclusión. En caso de ser

cambios oclusales menores se puede manejar ortodonticamente. Para los casos

que presentan gran discrepancia se plantea manejo con cirugía ortognática

-Injuria Nerviosa: Nervio alveolar inferior, mentoniano, facial. Se debe monitorizar

periódicamente para verificar su resolución

Complicaciones de fracturas del seno frontal: las más comunes son: abscesos

cerebrales, osteomielitis frontal, hematoma, fistula de líquido cefalorraquídeo,

meningitis, mucocele, mucopiocele, las cuales están directamente relacionados

con la severidad de la injuria. A mayor severidad, mayor probabilidad de presentar

complicaciones y a mayor compromiso del ducto nasofrontal, mayor posibilidad de

presentar complicaciones (38)

Complicaciones de fracturas Nasales y Naso-septales: la más común es la

hemorragia, la cual dependiendo de la severidad se puede manejar con medidas

compresivas y medicamentos que contienen vasoconstrictores hasta situaciones

más complejas que requieran ligadura de la arteria maxilar interna.(12, 40) La

39

inadecuada reducción de las fracturas nasales puede producir deformidad nasal

con desviación septal, generando problemas estéticos y funcionales por

obstrucción nasal la cual puede ser corregida quirúrgicamente 6 meses posterior al

trauma cuando ha reducido completamente el edema en la zona de la fractura. Otra

de las complicaciones que se pueden presentar son los hematomas septales no

tratados los cuales pueden generar necrosis del cartílago con posterior infección y

deformidad nasal siendo necesario cirugía reconstructiva. (40)

Complicaciones de fracturas Naso-Orbito-Etmoidales: Se presentan por un

incompleto o inadecuado manejo inicial del trauma, o por la alta complejidad del

mismo (44), entre los más comunes tenemos:

Infección secundaria u osteomielitis: por excesiva conminución de los fragmentos

óseos por pérdida de continuidad del periostio y desvitalización del mismo. Para

ello se debe realizar desbridamiento de tejidos necróticos y terapia antibiótica de

amplio espectro para posteriormente reconstruir el defecto óseo.

Pseudoartrosis: consolidación inadecuada de fragmentos óseos o reducción tardía

de la fractura, por lo que se hace necesario reintervención quirúrgica para

refracturar los segmentos óseos y reposicionar restableciendo la anatomía. En

caso de presentarse Gaps, se debe contemplar la posibilidad de injerto óseo.

(12,41)

Telecanto postraumático: se considera una de las complicaciones más frecuentes

de las fracturas Naso-Orbito-Etmoidales y se debe fundamentalmente al aumento

de la distancia intercantal por desinserción del ligamento cantal medial que produce

redondeamiento de la fisura orbitaria. (12,19) Por lo general se debe realizar

reintervención quirúrgica, restaurar contornos óseos, reinserción del Ligamento

Cantal Medial y de ser necesario cantopexia o cantoplastia medial con alambre

transnasal. (43)

Daño al aparato lagrimal: su disfunción se relaciona con lesión del ligamento cantal

medial, razón por la cual se recomienda realizar reparación de la vía lagrimal antes

40

de la cantopexia. Su signo más evidente es la epifora. (12, 19,27) Para ello se

realiza dacriocistorinostomía creando un orificio en el hueso de la pared medial

orbitaria que comunica el saco lacrimal para permitir la canalización del sistema

lagrimal.

Complicaciones de las fracturas Orbito-Cigomáticas: Se presentan por inadecuada

reducción de las fracturas o por defectos óseos grandes que impiden un adecuado

restablecimiento de la anatomía facial. (27) Las más comunes son la hemorragias

en seno maxilar que produce epistaxis unilateral auto limitada. El tratamiento va

encaminado a drenar el hematoma a fin de evitar complicaciones posteriores como

sinusitis crónica.

Las complicaciones oculares son las que revisten mayor gravedad, las cuales

pueden ser consecuencia directa o indirecta del trauma al nervio óptico que puede

generar un síndrome de ápex orbitario por afectación directa de fragmentos óseos

al nervio óptico produciendo amaurosis. (12) O de manera indirecta mediante una

hemorragia retrobulbar o Síndrome de fisura orbitaria superior. Anestesia

infraorbitaria por disrupción del nervio infraorbitario, complicaciones oftálmicas,

cicatrices antiestéticas, ectropión, exposición de escleras. Diplopía y enoftalmos

(46, 47) por inadecuada reconstrucción tridimensional, asimetría facial por falta de

proyección de la eminencia malar (22,27)

Complicaciones de las fracturas palatinas: Intraoperatoriamente la más común es

una hemorragia de la arteria palatina o nasopalatina, sin embargo, múltiples

pueden ser las secuelas posteriores a una fractura de este tipo. Entre estos

tenemos: mal oclusión postraumática por inadecuada reducción de la fractura,

aumento de la dimensión transversal del maxilar superior, infecciones,

osteomielitis. (22, 24,48)

Complicaciones de las Fracturas Le fort: Múltiples son las complicaciones

relacionadas con fracturas Le fort y estas dependerán de la magnitud y compromiso

de estructuras adyacentes involucradas. Entre ellas tenemos: mal oclusión,

regresión del segmento fracturado, injuria a nervios craneales (I, II, III, IV, V, VI,

VII), deformidad nasal, mal unión, infección, asimetría facial. (22)

41

7. Diseño metodológico

7.1 TIPO DE ESTUDIO

Es un estudio descriptivo retrospectivo basado en la revisión de historias clínicas

de los pacientes atendidos en el Hospital la samaritana de Bogotá que presentaron

trauma maxilofacial durante los años 2008 a 2013

7.2 POBLACIÓN

Historias clínicas de los pacientes atendidos en el Hospital la samaritana de Bogotá

que presentaron trauma maxilofacial durante los años 2008 a 2013

7.3 CRITERIOS DE INCLUSION

Pacientes atendidos en el hospital la samaritana en el periodo antes definido.

7.4 CRITERIOS DE EXCLUSION

Pacientes sin traumatismo en la región Maxilofacial.

Datos incompletos en los registros de las Historias Clínicas

7.5 METODO

La información se recolectó a partir de las historias clínicas, previo censo de

pacientes atendidos por el servicio de cirugía maxilofacial que estableció la sección

de estadísticas de la Institución basados en los códigos diagnósticos cie-10: S022,

S023, S024, S026, S028, S029. Se utilizó un instrumento diseñado por los

investigadores el cual fue validado en su contenido e inicialmente se revisaron 10

historias clínicas y al cabo de 15 días se volvieron a verificar las historias para

examinar la calidad de los datos obtenidos. Todas las historias fueron revisadas

42

por el mismo investigador. El instrumento recoge variables demográficas: (edad,

género, seguridad social, procedencia, ocupación) variables preoperatorias

(etiología del trauma, tipo de injuria, compromiso sistémico, días de estancia

hospitalaria, especialidad, tercio facial afectado y exámenes complementarios

preoperatorios) variables posoperatorias (control posoperatorio, complicaciones

posoperatorias, uso de medicamentos, tipo de tratamiento). Una vez recolectada la

información, previa categorización de las variables en el programa Office Excel

2013, se realiza el análisis estadístico de las variables definidas.

7.6 ASPECTOS ETICOS

De acuerdo con la resolución 8430 del 4 de octubre de 1993 del Ministerio de salud,

esta investigación está clasificada como sin riesgo (Art 11, literal a). Ya que es un

estudio documental y no se realizaran intervenciones en los pacientes a los que se

les revisara la historia clínica.

Para obtener la información de las historias clínicas, se contó con la autorización

del comité de ética y de la oficina de estadísticas del Hospital Universitario la

Samaritana de Bogotá. La revisión se realizó de acuerdo a las normas establecidas

para el manejo, custodia y conservación de las mismas. Se estableció horario y

lugar dentro de la central de historias clínicas. Esta información se recolectó en el

formato previamente diseñado, manejando estricta confidencialidad de los datos,

pues solo los conocieron los investigadores y se utilizaron para los fines de la

investigación. Los datos personales recolectados de los pacientes revisados de las

historias clínicas no fueron divulgados. Se mantuvo manejo secreto y privado de

las personas involucradas en el proceso investigativo (Reglamento sobre

Propiedad Intelectual en la Universidad Nacional de Colombia art 12 de acuerdo

035 de 2003 del consejo académico).

43

8. RESULTADOS

Entre enero de 2008 a diciembre de 2013 se reportaron 315 pacientes atendidos por

trauma maxilofacial en el hospital la samaritana de Bogotá. Los rangos de edad van de

(15-95 años) con una edad promedio de 35.16 años. El pico de edad donde se registró el

mayor número de traumas fue los 25 años de edad. Ver gráfico 1. El género masculino fue

el más afectado con el 81% de los casos y las mujeres con el 19%. Ver gráfico 2

Gráfico 1. Distribución por edad

Gráfico 2. Distribución por género

Con relación a la procedencia se encontró que la mayoría de los pacientes atendidos en

el hospital La Samaritana pertenecen a la zona rural y correspondió al 72% de los casos.

Ver gráfico 3. En cuanto a la ocupación, se encontró en los registros que la mayoría de los

pacientes no reportaban su ocupación, seguidos por el grupo de agricultores. Ver gráfico

4

48 48 52

35 3930

20 1710 7 3 1 2 3

0

20

40

60

15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80

Frec

uen

cia

Edad

Distribución por edad

Hombres 81%

Mujeres 19%

Distribución por genero

Hombres Mujeres

44

Gráfico 3. Lugar de procedencia

Gráfico 4. Ocupación de los pacientes

En cuanto a coberturas por régimen al sistema de seguridad social en salud se encontró

que el 56% de los pacientes atendidos pertenecen al régimen subsidiado de salud, el 11%

no presentaban ningún tipo de afiliación al sistema y solo el 9%pertenece al régimen

contributivo. Vemos que un alto porcentaje de la atención en salud se dio a través del

SOAT 23% (seguro obligatorio de accidentes de tránsito) lo cual es consistente con el alto

número de accidentes de tránsito como causa principal que genera este tipo de

afectaciones en la región maxilofacial. Ver gráfico 5

Urbano28%

Rural72%

Procedencia

Urbano Rural

10%

1%

1%

5%

3%

4%

77%

0% 20% 40% 60% 80% 100%

AGRICULTOR

INDUSTRIAL

COMERCIO

SERVICIOS

FINANCIERO

CONSTRUCCIÓN

OTROS

Ocupación

45

Gráfico 5. Afiliación al sistema de Seguridad Social en Salud

En cuanto a las causas que generas las lesiones en el territorio maxilofacial, encabeza la

lista los accidentes de tránsito, seguido por las riñas y las caídas desde diferentes alturas.

Con baja incidencia se observa los ocasionados por violencia intrafamiliar y deportes. Ver

grafica 6

Gráfica 6. Etiología del trauma Maxilofacial

Y de estos accidentes de tránsito, el más común son los accidentes en moto con un 37%

de los casos, seguido de los accidentes en carro en calidad de conductor o copiloto con el

30%. Ver gráfico 7

Contributivo9%

Subsidiado56%

Sin Seguro11%

ARP1%

SOAT23%

Tipo de vinculación

2% 6% 2%12% 17%

1% 7% 5%

48%

ETIOLOGÍA

46

Gráfico 7. Distribución de los accidentes de tránsito

De acuerdo con la localización y extensión de la injuria, se pudo establecer el tipo de

compromiso que afecta la región facial, ya sea de tejidos blandos, tejidos duros o

combinación de tejidos blandos y duros. En este caso la mayor incidencia se presentó de

mayor predominio la afectación de tejido blando y óseo. Ver gráfico 8. Con relación a la

afectación de los tejidos blandos, se pudo establecer de tres tipos: superficial, profunda y

compleja. Para este estudio se encontró que las heridas superficiales ocuparon un 63% de

los casos, seguida de las heridas profundas con un 29%. Ver gráfico 9

Gráfico 8. Tipos de injurias de acuerdo al tejido

Carro30%

Moto37%

Bicicleta25%

Peatón8%

Accidentes de Tránsito

Carro

Moto

Bicicleta

Peatón

5% 4%

91%

Tipo de Injuria

Tejido Blando Tejido duro tejido blando y duro

47

Gráfico 9. Injurias al tejido blando

En cuanto al trauma de tejidos duros, se dividió por tercios faciales, estableciendo el tipo

de fractura más común en cada uno de ellos. En términos generales, el mayor número de

fracturas se presentó en el tercio medio facial, seguido de las fracturas mandibulares. Ver

gráfico 10

Gráfico 10. Fracturas por tercios faciales

De todos los pacientes atendidos, solo 51 de ellos tenían enfermedades sistémicas de

base y la enfermedad más frecuente fue la hipertensión arterial.

En el tercio facial superior la fractura más común fue la pared anterior del seno frontal,

seguido por la fractura de pared anterior y posterior. Ver gráfico 11

Superficial63%

Profundo29%

Complejo8%

Injurias al tejido blando

Superficial Profundo Complejo

11%

57%

32%

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

Tercio Superior Tercio Medio Tercio Inferior

Fracturas Por tercios faciales

48

Gráfico 11. Fracturas del tercio facial superior

En tercio medio facial observamos que la fractura que se presentó con mayor frecuencia

fue la de huesos propios nasales, seguida por las fracturas del hueso cigomático. Sin

embargo también se presentaron fracturas de 2 o más huesos y fracturas múltiples como

se muestra en la siguiente gráfica. Vemos que las fracturas combinadas más comunes del

tercio medio corresponden a las orbitocigomaticas.Ver gráfico 12

Gráfico 12. Fracturas del Tercio Medio Facial

En tercio facial inferior encontramos los siguientes resultados: la fractura más frecuente

fue la de ángulo mandibular, seguida por Parasínfisis, cuerpo y cóndilo mandibular

respectivamente y las fracturas múltiples fueron el común denominador en las fracturas

mandibulares. Ver gráfico 13.

23

3431

63 3

0

510

1520

25

303540

Calvaria Pared antseno frontal

Pared ant ypost seno

frontal

Temporal Pared antseno frontal y

Pared ant ypost seno

frontal

Pared ant ypost senofrontal y

Temporal

Po

rcen

taje

%Fractura Tercio superior

14%12%

1% 0 7% 4% 2% 0% 0% 0

26%

2% 8%

20%

0%

5%

10%

15%

20%

25%

30%

Fracturas Tercio Medio Facial

49

Gráfico 13. Fracturas del Tercio Facial Inferior

En cuanto a la planeación preoperatoria se encontró que a más del 90% de los pacientes

con trauma maxilofacial se le solicitan exámenes de laboratorios antes de la cirugía, al

igual que imágenes diagnósticas, ya sea radiografías simples o Tomografía Axial

Computarizada. Ver gráfico 14 y 15.

Gráfico 14. Exámenes de Laboratorios preoperatorios

4%

1%

10%

12%

6%

1%

6%

1%

7%

4%

5%

5%

38%

0% 5% 10% 15% 20% 25% 30% 35% 40%

Dentoalveolar

Sínfisis

Parasinfisis

Angulo

Cuerpo

Rama

Condilo

Apófisis Coronoides

Parasínfisis+ Angulo

sínfisis +Condilo

Parasínfisis+Cóndilo

Angulo +Rama+Cóndilo

Múltiples

Fracturas Tercio Facial Inferior

Sí96%

No4%

Paraclínicos Preoperatorios

50

Gráfico 15. Imágenes Diagnosticas Preoperatorias

Uno de los objetivos principales de este estudio, dentro de las variables posoperatorias era

verificar si a los pacientes se les realizaba controles posquirúrgicos con el fin de hacer

seguimiento a los mismos. En este estudio se encontró que al 86% de los pacientes si se

les realizó control. Y el promedio de días posterior a la cirugía y que recibieron control, fue

de 11 días. Ver gráfico 16

Gráfico 16. Controles posoperatorios

En cuanto a las complicaciones posoperatorias a un mes del procedimiento, se encontró

que el 25% de los pacientes atendidos presentó complicaciones. La más común fue la

epifora por afectación al sistema lagrimal, la cual resolvió en controles posteriores. Ver

gráfico 17

Sí95%

No5%

Tomografía Preoperatoria

Sí86%

No14%

Control Post-operatorio

Sí No

51

Gráfico 17. Complicaciones posoperatorias a 1 mes.

Con relación al protocolo de tratamiento, se encontró que más del 80% de los pacientes

recibieron tratamiento quirúrgico y el promedio de días de estancia hospitalaria fue de 8

días. El 14% de los pacientes recibieron tratamiento no quirúrgico. Solo un 4% de los

pacientes con trauma maxilofacial no recibieron tratamiento debido a múltiples causas

como por ejemplo: salida voluntaria, no aceptaron el tratamiento propuesto o fueron

remitidos a otras instituciones de salud. Ver gráfico 18

Gráfico 18: Tipo de tratamiento

Sí25%

No75%

Complicaciones Post-operatorias

Sí No

Conservador14%

Quirúrgico82%

No tratado4%

Tipo de Tratamiento

Conservador Quirúrgico No tratado

9. DISCUSIÓN

El trauma Maxilofacial constituye un gran problema en salud pública debido a las

secuelas que pueden generar, perdida de funciones de órganos vitales, afectación

de la función y estética facial, además de los altos costos que genera al subsistema

de salud. Las causas que generan este tipo de lesiones, por lo general son

prevenibles. (1, 2, 3,5)

Tiene una alta prevalencia en pacientes jóvenes, de mayor predominio en hombres

que en mujeres. Este estudio mostró en un amplio rango de edades desde los 15

a los 95 años de edad, con una media de 35,16 años. De estos pacientes, el 81%

fueron hombres y solo el 19% mujeres, lo cual representa una proporción de 4:1,

confirmando de esta manera la alta prevalencia en el género masculino. Se

revisaron 315 historias clínicas, evidenciando que el grupo etáreo donde más se

presentó el fenómeno fue de los 15 a los 25 años, manteniéndose la alta

prevalencia en pacientes jóvenes. Estos resultados son similares por los reportados

por Gassner (8) y Colaboradores en 2003 quienes encontraron en su estudio

pacientes de 0 a 99 años de edad y con un pico de mayor incidencia entre los 10

a los 29 años de edad, siendo el género masculino el más afectado. De igual forma,

coincide con el estudio de Yokohama (3) y colaboradores 2006 quienes

encontraron que el género más afectado fue el masculino con el 67,2% de los casos

y el género femenino con 32,8%.

El hospital la samaritana de Bogotá, es un Hospital de IV nivel de atención en salud

y se constituye como el principal centro de remisión de muchos hospitales de I nivel

de atención del Departamento de Cundinamarca, razón por la cual la gran mayoría

de los pacientes atendidos son procedentes de la zona rural, de escasos recursos

54

económicos y pertenecientes al régimen subsidiado del sistema General de

Seguridad Social en Salud

Un hallazgo importante del estudio es la etiología del trauma maxilofacial y este

estudio mostró que la principal causa son los accidentes de tránsito, seguido por

las riñas o violencia interpersonal y las caídas por diferentes causas, en cuarto y

quinto lugar respectivamente están las heridas por arma de fuego y los accidentes

laborales. En una menor proporción se vio la violencia intrafamiliar y los deportes.

Estos resultados son similares con los reportados por Ortiz y colaboradores (6)

quienes indican en su estudio que la etiología que más se presentó fue por

accidentes de tránsito con el 57.9% de los casos, seguido por las agresiones físicas

con el 20.4%. similares resultados muestra el estudio realizado en malasia (50) y

Brasil (52) en el año 2007 sobre trauma maxilofacial donde encontraron que la

principal causa fueron los accidentes de tránsito con el 75% de los casos

analizados.

De los accidentes de tránsito, el que presentó el mayor número de casos fue en

motocicleta, con el 37% de los casos y en segundo lugar los accidentes en calidad

de conductor de automóvil como piloto, copiloto o pasajero con el 30% de los casos.

Esta misma situación se presentó en el estudio anterior (50) donde se evidenció

que el accidente de tránsito más común fue con motocicleta con el 40% de los

casos. Esta situación se ha vuelto una tendencia mundial sobre todo en los países

en desarrollo donde se ha visto un auge significativo con el uso de motocicletas,

con financiaciones a bajos costos que hacen posible la obtención de las mismas.

El trauma maxilofacial genera afectación al tejido duro y al tejido blando

subyacente, que dependiendo de la magnitud y severidad del mismo, el

compromiso de órganos vitales y las secuelas permanentes pueden aumentar, por

esta razón es importante la valoración inicial del trauma para definir de manera

rápida el curso del tratamiento a seguir. En este estudio se encontró que el 91 %

de los pacientes presentaron traumatismos con afectación del tejido blando y tejido

55

duro respectivamente y solo el 9% presentaron fracturas óseas sin compromiso de

tejido blando. O también lesiones de tejidos blandos aisladas sin compromiso óseo.

En cuanto a lesiones de tejidos blandos se pudo establecer tres tipos de lesiones:

las lesiones superficiales que se constituyeron en el 63% de los casos, las cuales

incluyen abrasión superficial, contusión, laceración. Las lesiones profundas

ocuparon el 29% de los casos y están representadas en abrasión, contusión,

avulsión mayor a 25 cm2 de piel, y laceraciones en tejido celular subcutáneo mayor

a 5 cm2. Las lesiones complejas solo se presentaron en el 8% de los casos de

trauma maxilofacial y están representadas por avulsiones de más de 25cm2 de piel,

hematoma faríngeo, injurias complejas penetrantes en cuello o por lesiones o

heridas por arma de fuego. Similares estudios (5) muestran que los traumas

maxilofaciales por lo general se acompañan de tejidos duros y blandos como es el

caso del estudio de brasileiro y colaboradores realizado en Brasil en el año 2006

donde se evidencia 58.5% de los pacientes presentaron algún tipo de trauma en

tejidos blandos

Con relación a las fracturas faciales este estudio mostró que en el tercio medio

facial se presentaron el 57% de las fracturas, seguidas por las fracturas

mandibulares con un 32% de los casos y el tercio facial superior con sólo el 11%.

En el tercio medio facial la fractura más común fue las de los huesos propios

nasales, seguidas de las fracturas cigomáticas y cuando se presentan de manera

combinada, la más común fue la fractura orbito cigomática. Estos resultados son

similares con los reportados con Gassner (8) en su estudio de trauma cráneo-

maxilofacial, revisión de 10 años con 21 067 injurias, que muestra que el mayor

número de casos se presentó en el tercio medio facial con el 71.5% de los casos,

seguido del tercio facial inferior con el 24.3% y finalmente el tercio facial superior

con el 4.2%. Las fracturas nasales y naso-septales son las más comunes debido a

su posición frontal y prominente en la cara (27) y en segunda instancia se

encuentran las fracturas cigomáticas, en gran parte también por su posición lateral

y prominente en el macizo facial (27)

56

Según Fonseca (22) la región anatómica mandibular más afectada es el ángulo

mandibular (30%), seguido del cóndilo mandibular (23%), sínfisis (22%) y cuerpo

(18%) respectivamente y en baja proporción la rama mandibular (2%) y apófisis

Coronoides (1%). Sin embargo estas tienen alta variabilidad, pero las más comunes

son las de sínfisis, cóndilo y ángulo que se mantienen dentro de las más comunes.

Este estudio mostró que las fracturas más comunes en su orden de incidencia

fueron: ángulo mandibular (12%), Parasínfisis (10%), cuerpo (6%) y cóndilo

mandibular (6%), difiriendo únicamente con los hallazgos de Parasínfisis. Sin

embargo el estudio de Rashid (51) sobre incidencia y patrón de fractura mandibular,

realizado en Londres; encontró que el sitio más común de fracturas mandibulares

fue el ángulo mandibular (30%) seguido por Parasínfisis (27%) y cóndilo (27%) el

cual coincide con nuestros hallazgos.

En tercio facial superior se encontró que la fractura más común fue la pared anterior

del seno frontal, seguida por la fractura de pared anterior y posterior del seno

frontal, el cual según el compromiso del trauma, requirió desfuncionalización o

cranealización del seno frontal. Estos hallazgos coinciden por los reportados con

Bell (16) quien demostró en su estudio la baja incidencia de fracturas del tercio

facial superior con respecto a fracturas del tercio medio y tercio inferior facial.

Es importante resaltar que el éxito de los tratamientos instaurados depende en gran

medida de la planeación y preparación preoperatoria de los pacientes, en este

estudio se encontró que el 96% de los pacientes que recibieron tratamiento se les

realizó exámenes de laboratorios preoperatorios para conocer su condición

sistémica pre tratamiento y al 95% de los pacientes se les realizó imágenes

diagnosticas como radiografías simples de cara o tomografía axial computarizada,

lo cual; sin lugar a dudas, permite conocer de manera clara la profundidad,

afectación a otros tejidos y extensión de la lesión lo cual permite predecir y planear

adecuadamente el abordaje y tratamiento a seguir.

Con base en lo anterior también es posible predecir los días de estancia

hospitalaria que requiere un paciente posterior al trauma maxilofacial. El cual puede

57

ir desde un día hasta 90 días o más. Este estudio mostró que en promedio los días

de estancia hospitalaria de un paciente con trauma maxilofacial es de

aproximadamente 8 días, lo cual es bajo si se compara con el estudio de Yokohama

(3) que su promedio de estancia fue de 30 días, situación que se correlaciona con

la severidad del trauma.

Con relación al manejo posoperatorio de los pacientes, se encontró que al 85% de

los pacientes se les realizó control posoperatorio, el cual en promedio fue de 11

días posterior al tratamiento instaurado. Cuando se da egreso al paciente, por lo

general y como protocolo institucional se cita en 8días. Sin embargo y teniendo en

cuenta que la mayor parte de la población atendida en el hospital es de procedencia

rural, se dificulta un poco asistir cumplidamente a las citas programadas. Por lo

anterior consideramos como alto, el acatamiento de los controles posoperatorios,

lo cual es clave en el seguimiento posquirúrgico. Del total de pacientes que asisten

a control se encontró que el 25% presentaron complicaciones posoperatorias a 1

mes como ectropion, infección del sitio operatorio, exposición de placas de

osteosíntesis, epifora, parestesia infraorbitaria y labio mental, las cuales resolvieron

en el transcurso de los controles posoperatorios. Esta situación es esperada sobre

todo en aquellas fracturas que son más complejas, (4) con alto grado de

conminución y también dependiendo los cuidados posoperatorios de los pacientes.

Es de anotar que los pacientes de bajos recursos, que viven en zonas apartadas

del casco urbano tienen más dificultades para acceder a los servicios de salud,

situación que puede empeorar su cuadro clínico.

De los tratamientos instaurados, este estudio mostró que el 82%de los pacientes

recibieron tratamiento quirúrgico, el 14% recibieron tratamiento no quirúrgico y sólo

el 4% no recibieron tratamiento institucional por diferentes razones, como no estar

de acuerdo con el tratamiento propuesto, solicitaron su salida voluntaria o fueron

remitidos a otros centros de salud. Similares resultados muestra el estudio de

brasileiro (5) en cuanto a las causas de no tratamiento: no estar de acuerdo con el

58

tratamiento planteado, muerte del paciente, o traslados a otros centros

hospitalarios

59

10. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

El trauma maxilofacial constituye una de las primeras causas de consulta en los

servicio de urgencias para el cirujano maxilofacial y de allí su importancia para

conocer la semiología, anatomía, mecanismo del trauma y tipo de injuria con el fin

de poder brindar un adecuado tratamiento reduciendo las posibles secuelas

estéticas y funcionales.

Este estudio mostró que el trauma de la región maxilofacial se presenta en mayor

proporción en pacientes jóvenes entre 15 a 25 años, de género masculino, con

mayor población rural que urbana y pertenecientes al régimen subsidiado del

sistema general de seguridad Social en salud.

El principal factor etiológico fue el accidente de tránsito en calidad de conductor de

motocicleta y carro respectivamente, seguido por las riñas y las caídas.

El tercio facial más afectado fue el tercio medio, seguido del tercio inferior y

finalmente el tercio superior. La principal fractura en el tercio medio fue la de huesos

propios nasales, seguida por las fracturas cigomáticas. En el tercio facial superior

la principal fractura fue la pared anterior del seno frontal y en el tercio inferior se

encontró principalmente el ángulo mandibular, Parasínfisis, cuerpo y cóndilo

respectivamente.

60

Es importante resaltar el alto cumplimiento del protocolo preoperatorio pues al 96%

de los pacientes se les realizan exámenes de laboratorios imágenes diagnosticas

antes de ser intervenidos quirúrgicamente

El promedio de estancia hospitalaria fue de 8 días, el promedio de tiempo de control

posoperatorio de 11 días y al 86% de los pacientes se les realiza seguimiento y

control.

Finalmente la utilidad de este estudio radica en la cantidad de información de datos

clínicos los cuales son de gran utilidad para desarrollar programas de intervención

primaria y protocolos clínicos para el tratamiento de los pacientes con trauma

maxilofacial.

De acuerdo a lo anterior se pone a consideración de los investigadores las

siguientes recomendaciones:

Continuar con el censo de pacientes tratados por trauma maxilofacial

Continuar con los controles posoperatorios para realizar seguimiento a un

plazo más largo para verificar la resolución completa de las complicaciones.

En el registro de historias clínicas anotar el código diagnostico

correspondiente a la patología presente

Publicar los resultados de esta investigación para que sirva de base y

soporte teórico para la toma de decisiones para la formulación de políticas

encaminadas a disminuir la incidencia del trauma maxilofacial, por causas

prevenibles.

61

11. ANEXOS

ANEXO A: FORMATO DE RECOLECCIÓN DE DATOS

62

ANEXO B: CARTA DE APROBACIÓN COMITÉ DE ÉTICA

63

12. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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