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Nº 20 - ENERO - FEBRERO DE 2014 coordina:Isidro Felipe Acosta (Pasa a la página siguiente) Los Realejos es un municipio de gran impor- tancia porque en el han con- currido una serie de facto- res geográficos e históricos que lo han destacado en el transcurso de los siglos, ta- les como su extensión, que discurre de mar a cumbre, y la abundancia de agua, que posibilitaba el desarro- llo agrícola. Fue así que el Adelantado Alonso Fernán- dez de Lugo no dudó en ins- talar aquí el Real de la Con- quista, obviamente por toda la riqueza que le ofrecían es- tas tierras. Pero no hay que olvidar la posterior evolución del pa- trimonio histórico-artístico en este pueblo norteño, aspecto en el que vamos a centrar- nos, concretamente en las ermitas, que indiscutible- mente constituyen buena parte de la herencia cultural. Es nuestra intención analizar la ermita como tipo- logía arquitectónica, es de- cir, un recinto eclesiástico de pequeñas dimensiones, con- formado por una sola nave, una diminuta sacristía, teja- do a dos aguas, una espa- daña, etc..., sin tener en cuenta el que sean o no pa- rroquias, estudiando única- mente las imágenes titulares, o en su defecto, aquellas que gozan de mayor devoción. En el contexto de las construcciones religiosas in- dicadas, hacemos una divi- sión, de un lado, las ermitas que formaban parte de las haciendas y, de otro, aque- llas que no fueron levantadas en estas heredades. La ermita de San An- tonio de Padua, es propie- dad de los dueños de la cos- Las Ermitas de Los Realejos. Pasado y Presente Ana María Díaz Pérez (Leído en la Sociedad Cultural y de Recreo “Casino Realejos”, julio de 1997). Junto a la hacienda de Los Príncipes, la heredad realejera por excelencia, se halla la ermita de San Sebastián.

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Nº 20 - ENERO - FEBRERO DE 2014

coordina:Isidro Felipe Acosta

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Los Realejos es unmunicipio de gran impor-tancia porque en el han con-currido una serie de facto-res geográficos e históricosque lo han destacado en eltranscurso de los siglos, ta-les como su extensión, quediscurre de mar a cumbre,y la abundancia de agua,que posibilitaba el desarro-

llo agrícola. Fue así que elAdelantado Alonso Fernán-dez de Lugo no dudó en ins-talar aquí el Real de la Con-quista, obviamente por todala riqueza que le ofrecían es-tas tierras.

Pero no hay que olvidarla posterior evolución del pa-trimonio histórico-artístico eneste pueblo norteño, aspecto

en el que vamos a centrar-nos, concretamente en lasermitas, que indiscutible-mente constituyen buenaparte de la herencia cultural.

Es nuestra intenciónanalizar la ermita como tipo-logía arquitectónica, es de-cir, un recinto eclesiástico depequeñas dimensiones, con-formado por una sola nave,

una diminuta sacristía, teja-do a dos aguas, una espa-daña, etc..., sin tener encuenta el que sean o no pa-rroquias, estudiando única-mente las imágenes titulares,o en su defecto, aquellas quegozan de mayor devoción.

En el contexto de lasconstrucciones religiosas in-

dicadas, hacemos una divi-sión, de un lado, las ermitasque formaban parte de lashaciendas y, de otro, aque-llas que no fueron levantadasen estas heredades.

La ermita de San An-tonio de Padua, es propie-dad de los dueños de la cos-

Las Ermitas de Los Realejos. Pasado y Presente Ana María Díaz Pérez

(Leído en la Sociedad Cultural y de Recreo “Casino Realejos”, julio de 1997).

Junto a la hacienda de Los Príncipes, la heredad realejera por excelencia, se halla la ermita de San Sebastián.

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tera Hacienda de Ruiz, la cualse yergue, desde el sigloXVIII, sobre un acantilado.Este santo, cuya representa-ción está muy difundida, na-ció a finales del siglo XII enLisboa de familia noble y fuellamado Hernando, nombrede pila que cambió por el deAntonio al entrar en la Or-den de los Franciscanos. Supredicación se llevó a cabopor Italia y Francia y dejó deexistir en Padua a los 36 años(13 de junio). Se le tiene grandevoción en España y Por-tugal, así pues los marinos lu-sitanos le rogaban para queel viento les fuese favorable.En la actualidad se le consi-dera abogado de los obje-tos perdidos.

Estas grandes fincascontinuaron proliferando enel municipio, de esta mane-ra, en el siglo XVIII una ha-cienda más se sumó al con-junto de construcciones deeste tipo en las tierras reale-jeras, próxima a la playa, endirección al Guindaste, ladenominada del Socorro, endonde se erigió la ermita ho-mónima, en cuyo interior, yen la única hornacina del re-tablo, se custodia la virgenque le da nombre. Se tratade una escultura con rostrojuvenil y melena, realizada enmadera policromada, exhi-biendo su vestimenta fuertes

tonalidades. La Virgen llevaal su Hijo en el brazo iz-quierdo, el cual muestra elmundo con la cruz, y en lamano derecha sujeta unaflor.

Ntra. Sra. del Socorroauxilia en las dolencias y ca-lamidades de la vida presen-te, pero su misión especialse fundamenta en una acti-tud agresiva contra el demo-nio para defender a los cris-tianos. Es una advocaciónfavorita de los marineros devarias regiones españolas,de modo que la humanidadpide a la Virgen que la so-corra en los peligros que laamenaza, constituyendo unode ellos las bravías aguas delmar.

En la época de la Con-quista Francisco Gorvalánfundó en el actual barrio delToscal-Longuera la hacien-da de la Gorvorana, dotán-dola de una ermita que de-dicó a Ntra. Sra. de Gua-dalupe, cuya fachada se ob-serva distinta a las habitua-les edificaciones de este tipoen las Islas, debido a que sufrontispicio, aunque es el re-sultado de un añadido pos-terior, termina en forma cir-cular. A pesar de que lastransformaciones se suce-dieron a lo largo de la histo-ria, aún así conservan partede las construcciones de lossiglos XVII y XVIII.

Ya dentro del recintose contempla en la hornaci-na central del lígneo retablobarroco la imagen de la Vir-gen titular, cuyas particulari-dades iconográficas recuer-dan más a las representacio-nes extremeñas de esta ad-vocación, que a las realiza-das en México, por consi-guiente, la Madre de Dios ysu hijo, con rubios cabellosy rosadas mejillas en losabultados pómulos de susrostros, cuyas miradas sedirigen al espectador, mues-tran oscuros ropajes en losque destaca el dorado, por-tando el Niño Jesús, en sumano izquierda, el globo te-rráqueo con la cruz, y la de-

recha queda libre en actitudde bendecir, en tanto queNtra. Sra. sujeta al Peque-ño con el brazo izquierdo yase el cetro con la manodiestra.

En la Montañeta, re-corriendo la calle de El Jar-dín nos encontramos con lahacienda de Poggio, que en-cierra una casa levantadasobre una planta en forma deL, observándose en su ex-terior el típico balcón cana-rio de madera y los vanossimétricos en relación al mis-mo. Esta amplia construcciónfue edificada en el Setecien-tos y pese a haberse llevadoa cabo en ella varias remo-delaciones, todavía pueden

apreciarse las líneas arqui-tectónicas de la época enque fue levantada. Al pare-cer, no siempre estas here-dades eran dotadas de er-mitas en un primer momen-to, como ocurre con la queen estos instantes estamosanalizando, pues a comien-zos de la centuria que trans-curre, y con la finalidad depoder celebrar oficios litúr-gicos sin abandonar sus po-sesiones, fue cuando los he-rederos determinaron cons-truir un recinto religioso,frente al patio central de lacasona, en el que se veneraa Ntra. Sra. de Lourdes.

Tesoros de nuestro patrimonio artísticoTesoros de nuestro patrimonio artísticoTesoros de nuestro patrimonio artísticoTesoros de nuestro patrimonio artísticoTesoros de nuestro patrimonio artístico

Interior de la Ermita de El Socorro.

Ermita de Ntra. Sra. de Lourdes. Hacienda de Los Poggio. Francisco Gorvalán fundó en Toscal-Longuera la hacienda de la Gorvorana, dotándola de Ermita.

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Muy pronto, a princi-pios del siglo XVI, concre-tamente en 1503, fecha ins-crita en su fachada, se fundóla hacienda de "Los Cana-les", a escasos metros de laanterior, siendo ésta su de-nominación popular, ya quela oficial es la de "Jardinesde Castro". La vieja vivien-da es una de las más anti-guas de entre las muchas queposee este término munici-pal, siendo lo más destaca-do de la misma el corredorde madera abierto hacia elinterior. Dentro de sus lími-tes acoge la ermita que sedistingue con el nombre deSan Ildefonso, que fue ben-decida en 1852, a instanciasde D. José de Castro y Be-thencourt.

El santo al que sus due-ños dedicaron el recinto re-ligioso, fue arzobispo de To-ledo y se distinguió por sudevoción a la Virgen. Su ico-nografía se distinguen porqueestá vestido con el hábitomonacal y sobre éste la capade la dignidad eclasiásticaque ostentaba, acompañadode la mitra y el báculo, sinembargo la escena más re-presentada lo muestra ata-viado con alba y dalmática,recibiendo la casulla de ma-nos de la Santísima Virgen.

Junto a la hacienda deLos Príncipes, la heredad

realejera por excelencia,dado que en torno a la mis-ma se produjo el desarrolloeconómico y urbano de estetérmino municipal, se halla laermita de San Sebastián.

En el "Llano de SanSebastián", lugar en el quehoy se alza la iglesia de Ntra.Sra. del Carmen, se constru-yó la ermita homónima, perofue destruida, y su imagen ti-tular trasladada a Tacoron-te, por lo que en el segundocuarto del siglo XVIII, hacia1730, el administrador de larenombrada hacienda, D.Alejandro de Orea, realizólas gestiones pertinentes paraedificar una capilla en honoral santo protector de epide-mias, en los terrenos cedidos

por esta casa. Al principioparecía que las intencionesdel mencionado administra-dor eran las de completar suspropiedades con un recintoreligioso, en busca de unamayor comodidad, de modoque pudiesen oír misa allí mis-mo y así evitar tener que des-plazarse hasta la parroquial;mas la realidad era otra,puesto que lo que quería eraimpedir que las aguas de laAzadilla discurriesen por es-tos lares en su paso hacia LaRambla, tal y como plantea-ba D. Baltasar Peraza deAyala. Acto seguido de ga-nar el pleito al mencionadolitigante, adquirió en Icod elAlto los materiales oportunose inició la construcción de la

ermita, la cual sufrió consi-derables daños el 26 de ju-lio de 1885 al haber sidopresa del fuego, a causa delpetróleo arrojado por unosdesaprensivos. Afortunada-mente, gracias a la rápidaacción de los vecinos en laardua tarea de extinción delas llamas que ardían verti-ginosamente pudieron res-catarse algunos objetos deculto, la campana y la ima-gen titular, que se guardó enla iglesia de Ntra. Sra. de laConcepción.

La talla del jovencenturión romano, de mar-cada anatomía interna, hasido atribuida al renombra-do imaginero grancanario,José Luján Pérez, o al me-nos se circunscribe a su es-cuela. Su autor tuvo encuenta todos los detalles,los estéticos y los represen-tativos de su martirio.

Palo blanco cuentacon una ermita en honor ala Virgen de los Dolores.Esta advocación se refierea los sufrimientos que pade-ció la Madre de Dios, sien-do uno de ellos la crucifixiónde Jesús. Para su iconogra-fía se tomó por modelo laPiedad, pero eliminando alhijo difunto y añadiéndoleun puñal o espada. La ima-gen que le da nombre es unatalla completa, que recuer-da a su homónima, custo-

diada en el orotavense tem-plo de San Juan Bautista,modelada por el ya citadoJosé Luján Pérez. Hay queindicar que allí se le denomi-na Virgen de la Gloria.

Localizado en la CruzSanta, otro pequeño recintoeclesiástico se erigió en laque antiguamente se llamó"Casa de Higa", en las tie-rras de este nombre, junto albarranco de La Raya, queconstituían una franja, desti-nada a la agricultura, en lazona de medianías entre LaOrotava y Los Realejos. Apesar de que no puede com-probarse desde la vertientehistórica, su origen está liga-do a la leyenda que se refie-re a un milagro relacionadocon un jinete, el cual quisolevantar una ermita para ve-nerar una cruz de maderaque había hallado en el ba-rranco que discurría poraquel paraje. Por consi-guiente, las primeras noticiasse refieren a las celebracio-nes litúrgicas de la Cruz, porlo que hasta mediados de ladécada de los sesenta delsiglo XVII (1666) no se re-gistra la fiesta dedicada a laVirgen de las Mercedes.

Esta fábrica religiosase fue deteriorando, de talmodo que los fieles ya noacudían a ella por su ruinosoestado, aún así la "vieja er-mita", como los vecinos la lla-maban, se mantuvo en piehasta el siglo XIX, aunque enla centuria anterior, cerca deésta, ya se había construidouna nueva en el solar cedidopor D. Juan del Castillo.Este donante que vio la luzpor primera vez en el reale-jero barrio de San Agustín yse dedicó al mundo de losnegocios, regaló también laimagen de Ntra. Sra. de laMerced, obra del siglo XIX,de vestir y de ignorada au-toría, que sostiene en el bra-zo izquierdo a su Hijo, elcual abre los brazos paraacoger a los fieles que allí secongregan, mientras que dela mano diestra de la Madrede Jesús cuelgan un par degrilletes, atributo propio de

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Ermita de San Ildefonso, bendecida en 1852. Hacienda de Las Canales. El Jardín

Parroquia de la Santa Cruz de la Cruz Santa

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esta advocación mariana, noobstante, la muestra icono-gráfica más difundida es laque porta el escapulario dela Orden de los Merceda-rios.

En los albores del pre-sente siglo Perdigón restau-ró la talla, efectuando algu-nos cambios, al darle a surostro una policromía másclara y colocarle globos ocu-lares de cristal en sustituciónde los ojos pintados. Estaadvocación se puede desig-nar como autóctona, ya quesurgió en tierras españolas.Merced o Mercedes signifi-ca favor o favores, que Ntra.Sra. concede a los que a ellaacuden, siendo la Orden delos Mercedarios la que di-fundió su devoción no sólopor el territorio nacional,sino también por varios paí-ses de hispanoamérica conla primitiva finalidad apostó-lica de rescatar cautivos, deahí, que la Virgen de lasMercedes sea la patrona delas prisiones, es por ello, quese figura con los grilletes,símbolo que recuerda la cár-cel, en su mano derecha, ycon el Niño Jesús en la iz-quierda.

No se sabe con certe-za la fecha de la construc-ción de la ermita, en el ba-rrio de San Benito, pero esposible que fuese levantadaen la segunda mitad del sigloXVII; asimismo, el santo ti-tular, situado en el nicho cen-tral de los tres que se abrie-ron en la pared del testero,ya que no dispone de reta-blo, es una imagen de can-delero, esculpida en maderapolicromada, ataviada con lavestimenta propia de abad,sujetando el cáliz y el báculoabacial, que resulta difícil fe-charla al haber sido objetode una acusada restauración,mas tal vez podía haber sidoejecutada a comienzos de lamencionada centuria. Hayque destacar que a principiosdel siguiente siglo Dª Ange-la Chávez se hizo cargo delos gastos derivados de lacelebración de la festividaddel santo.

La bondad de D. Juande Gordejuela se dejó sentiren Los Realejos, concreta-mente en el barrio de SanVicente al colaborar con susvecinos para que se edifica-se la ermita en honor al san-to del mismo nombre. El in-mueble, con sacristía, estáocupado en su fachada prin-cipal por una puerta de can-tería, y una espadaña. En elinterior hay que destacar unretablo del siglo XVIII, eje-cutado en madera policro-mada, decorado a base demotivos florales, de un sólocuerpo, además del ático ycon tres calles separadas porestípites.Armoniza con estaobra el púlpito, también dematerial lígneo, y similar es-quema ornamental, adqui-riendo la baranda de la es-calera forma abalaustrada.

Una techumbre de ma-

dera, al estilo mudéjar, depar y nudillo y sin adorno al-guno, cubre esta fábrica.Debe indicarse que las ar-maduras mudejáricas delArchipiélago Canario hansido minuciosamente estu-diadas por la Catedrática delDepartamento de Historiadel Arte de la Universidadde La Laguna, Dra. Maríadel Carmen Fraga González.

En el único nicho delretablo se exhibe la imagendel Diácono y Mártir, cuyaspeculiares características loapartan de la usual imagine-ría canaria. Así pues, se de-tectan en ella varios puntosconfusos, constituyendo elanálisis de algunos de ellosmeras hipótesis, dada la ca-rencia de documentación alrespecto. El doctor FuentesPérez en su ponencia de in-greso en el Instituto de Es-

tudios Canarios reveló quela imagen realejera del diá-cono zaragozano es una ta-lla singular por las siguientesrazones: en primer lugar, esla única talla de esta advo-cación existente en todo elArchipiélago Canario, en se-gundo término, en cuanto asu origen, se apunta haciauna procedencia valenciana,pues por tradición oral po-pular se dice que unos mari-neros que venían de tierraspeninsulares levantinas ladejaron en el litoral realeje-ro; no obstante, otras opinio-nes señalan Flandes, posibi-lidad descartada porque esuna imagen de vestir, algoimpropio de la escultura fla-menca, además de apartar-se de las particularidades deestilo específicas de esa zonaeuropea, alejándose de igualmodo de los rasgos de la

canaria, fundamentalmentepor el cabello rubio, ondu-lado en las patillas y tupé, asícomo por sus ojos azules.

Pero en medio de to-das estas conjeturas, surgeun par de cuestiones, a sa-ber: en el inventario parro-quial del siglo XVI del tem-plo de Santiago Apóstol semenciona una talla de SanVicente, lo que induce a pen-sar que podría tratarse de latitular de la ermita homóni-ma, mas la respuesta es ne-gativa, ya que ésta presentaunas particularidades delSeiscientos, esto es, un si-glo posterior; por otra par-te, su cuerpo fue esculpidocon un hábito negro, que re-cuerda al de San Ignacio deLoyola, el fundador de laCompañía de Jesús, por lotanto, pudo haber sido unsanto jesuita o, quizás un SanLorenzo, que convirtieron enel diácono martirizado enValencia.

Volviendo de nuevo ala imagen del santo, este tau-maturgo va ataviado conalba debajo de la dalmáticaroja, cíngulo, manípulo, yporta en una mano la palmadel martirio y, en la otra, ellibro con el lomo vuelto ha-cía ésta; al lado del ministroeclesiástico se observa uncuervo con un racimo deuvas en el pico.

Es interesante desta-car que el sacerdote jesuitaIgnacio Acevedo recibió delPapa Pio V unos restosóseos del cráneo de San Vi-cente y en el viaje que reali-zó desde Portugal a Brasil en1570, los dejó en la isla deLa Palma en la ermita de SanMiguel de Tazacorte, sien-do solicitada esta reliquia,transcurridos más de dos si-glos, al obispo D. Luis Fol-gueras, por el párroco de laiglesia de la Concepción deaquellos momentos, D. Pe-dro González Acevedo, con-servándose estos huesos enun relicario de plata, regalode D. José Cívico y Porto.

Por último, en el ex-terior del frontispicio se lee

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La Ermita de San Benito es posible que fuese levantada en la segunda mitad del siglo XVII.

D. Juan de Gordejuela colaboró para que se edificase la ermita en honor a San Vicente.

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textualmente en una placa:"Hoy hace tres siglos en queel pueblo del Realejo deAbajo hizo solemne voto aSan Vicente de guardar sudía en agradecimiento dehaberle librado de la pestede Landres. 22 de Enero de1909". De esta inscripciónse deduce que el santo fueconsiderado protector de lareferida epidemia en 1606 y,en consecuencia, la celebra-ción de su fiesta tiene unasconnotaciones especiales,dado que anualmente el pue-blo cumple la promesa quele ofreció antaño en agrade-cimiento de haberle libradode contraer la peste bubóni-ca.

Las primeras referen-cias del recinto religioso enel barrio de Tigaiga, tituladode Ntra. Sra. de la Concep-ción, nos hacen retroceder alsiglo XVII. Su primitiva es-tructura, dentro de la tipolo-gía tradicional canaria, fuealterada en fechas recientes,hecho que puede constatar-se en la transformación de sufachada al incorporarle loselementos clásicos que aho-ra muestra. La imagen queda nombre a esta ermita,como ya se ha dicho, es lade la Inmaculada Concep-ción, escultura de candele-ro, que a pesar de que en losdocumentos del siglo XVIIIse cita con frecuencia, suscaracterísticas nos sitúan enuna cronología de mayorantigüedad e incluso nos re-cuerdan a la imaginería ame-ricana de la época.

En tiempos pasados laadvocación del Buenviajegozó en todo el mundo cris-tiano de una considerabledevoción, pero ese fervor fueaminorando por razones so-ciales y culturales, sucedien-do lo mismo en el Archipié-lago Canario. El significadodel Buenviaje parte del ám-bito teológico, pues se refierea la peregrinación del almahacia el más allá, una vezproducida la muerte del serhumano, sin embargo, elcristiano recurre a la Virgenen los momentos previos a

su óbito; asimismo, cuandodesde los barcos tiran uncadáver al agua, se le deseaun feliz trayecto hacia la VidaEterna. Por ello, esta advo-cación surge en el mar quebaña la tierra, porque nocabe duda que antaño dejarla costa atrás y navegar enaquellas embarcaciones endirección a otros horizontesera un riesgo que requeríauna protección espiritual, y,en ese sentido, se conectacon la emigración, en espe-cial hacia América, de la queCanarias conoció muchosejemplos, siendo precisa-mente los emigrantes los quepropagaron su devoción enaquellos foráneos lugares .Es así que la representacióndel Buenviaje se distinguepor sujetar un pequeño bar-co en una de sus manos.

En lo referente a laépoca a la que se remontaesta predilección mariana,

se desconoce este dato,puesto que ninguna ordenreligiosa se encargó de di-fundirla y mantener así suculto, fue por ello que enmuchas zonas desapareciótotalmente su devoción o setransformó en una advoca-ción de acuerdo con lostiempos que discurrían, sir-va de paradigma la Virgendel Carmen, que desde quesu culto prendió con fuerzaentre los marineros espa-ñoles, el Buenviaje perdióinterés y en ocasiones lle-gó a quedar en el olvido.

En las Islas Canariashallamos referencias al Bu-enviaje a comienzos del si-glo XVII, debiendo gestar-se su iconografía en algúnpuerto de la Península. Deesta forma, sus muestrasiconográficas, tanto escul-turas como pinturas se lo-calizan en varios lugares denuestra geografía insular.

Hay que hacer hinca-pié en que no se halla en Es-paña ningún recinto religiosoal que Ntra. Sra. del Buenvia-je diera título, excepto en elpago realejero de Icod elAlto. Apenas se tienen noti-cias de la primitiva ermita, sinembargo, podemos decir queesta construcción formabaparte de alguna hacienda, puesde acuerdo con la documen-tación existente hasta bien en-trado el siglo XX, el caminoque circundaba este espacioreligioso, que en la actualidades una calle, conducía a fin-cas y terrazgos que anterior-mente eran propiedad de unasola familia. Pero lo que es evi-dente es que en los años fina-les del Seiscientos todos de-seaban levantar una ermita, demanera que el capitán D. Án-gel Cristóbal Rodríguez en1690 hizo constar en su tes-tamento que se ofreciese unamisa al Espíritu Santo cuando

se concluyesen las obras. Noobstante, en la segunda mi-tad del siglo XVIII en el in-ventario de 1733 se registra,junto a otras, la ermita en es-tudio, mas pasados 17 añosen la documentación consul-tada no aparece anotada di-cha construcción eclesiástica,y es a partir de ahí cuandollegamos a la conclusión deque la ermita del Buenviajeera de propiedad privada,siendo en aquellos momen-tos una diminuta capilla u ora-torio que guardaba una ima-gen de la mencionada advo-cación.

En el siglo XVIII seefectuaron repartimientos detierra y se compraron y ven-dieron bienes, pasando en-tonces el pequeño recinto re-ligioso a ser una posesióneclesiástica, por lo que loshabitantes del lugar decidie-ron dar al anterior mayoresdimensiones o levantar otro.Así pues, la necesidad deesta ermita se dejó patenteen el testamento del matri-monio de San Juan de laRambla, apellidado Mesa,donde expresaron su deseode que en el pago realejerode Icod el Alto se levantaseesta edificación, al objeto deque los vecinos pudiesen oirmisa en ella, dado que vivíana distancia de la parroquia.Por fin la ansiada construc-ción se hizo realidad, ya queen la segunda mitad del sigloXVIII se dedicaron fiestas aSan José y a San Benito a

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El único recinto religioso de España dedicado a Ntra.Sra. del Buenviaje, es el de Icod el Alto.

Las primeras referencias a la Ermita de Tigaiga, nos hacen retroceder al siglo XVII.

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iniciativa de D. Cristóbal Ló-pez después de haber regre-sado de Cuba, festejándosetambién por esa época elBuenviaje.

En un principio, la er-mita constituyó un sencilloespacio de reducido tama-ño, dotado de espadaña, sibien a comienzos de estacenturia, a petición de losvecinos del lugar, se le diomayor amplitud, tal y comose muestra en la actualidad:con una única nave, provistade vanos en su costado sur,que da paso al testero, des-pués de atravesar el arcotoral de cantería gris. Final-mente, la tradición mudéjarse observa en la cubierta,que carece de interés artísti-co, a excepción del almizatecuadrado que presenta unainteresante lacería.

Por otra parte, pro-ducto de la masiva emigra-ción que condujo a la Isla deCuba y a Venezuela a los ha-bitantes de la zona, principal-mente a este último paísamericano, fueron algunasremodelaciones, en su ma-yoría nada acertadas; porcitar alguna de ellas, sirva deparadigma la torre-fachada,obra del arquitecto José To-ledo, de principios de la dé-cada de los sesenta (1961-62), llevadas a cabo con lasrecaudaciones de los fieles yen especial con las donacio-nes venezolanas, ya que es-tas familias al objeto deagradecer a la Virgen delBuenviaje los favores conce-didos, enviaban el dinero ne-cesario para agrandar yadornar la ermita, tónica deaportaciones y regalos quese repitió en los años cua-renta y cincuenta, cuandomuchos de nuestros isleñosse vieron en la obligación dedejar su tierra natal rumbohacia aquellos lejanos confi-nes, para salvar la precariasituación económica en laque habían quedado sumidostras la Guerra Civil Españo-la. Desde la lejanía estos tra-bajadores añoraban su pa-tria chica y, por supuesto, su

venerada Virgen del Buen-viaje, de modo que desdesus distintos puntos de resi-dencia le hacían llegar joyas,entre otros objetos para suornato.

En lo que a la imagende esta advocación se re-fiere, la escasez de datos enlos archivos hace que noscentremos exclusivamenteen el estudio de la propiaobra. Se trata de una tallade vestir, de sosegado ros-tro, y con "un corte clasicis-ta, de líneas muy firmes".Por sus características esuna talla de finales del sigloXVIII o del primer cuartode la centuria siguiente, sibien el Niño Jesús nos tras-lada a la época barroca;Ntra. Sra. exhibe un barco,realizado en América, en lamano izquierda y sostiene alPequeño con la derecha. Sedesconoce su autor, peroprobablemente fue realiza-da por un escultor canario,no descartándose la posible

procedencia del exterior,traída por la familia Oramas,oriunda de San Juan de la

Rambla, quien tenía posesio-nes en Icod el Alto. Sin em-bargo, no se entiende cómo

una advocación en estrechavinculación con el contextomarítimo se halle en un sitioalejado del litoral, esto qui-zás viene a corroborar el ori-gen foráneo de la pieza.

Sobre un altozano,desde donde se divisa la be-llísima Rambla de Castro,está la ermita que lleva elnombre del Apóstol de Cris-to y Primer Papa de la Igle-sia, San Pedro, habiendo es-tado la primitiva en lasproximidades del barrancode Ruiz. El nuevo espacioeclesiástico permaneció lar-go tiempo en un deplorableestado, pero afortunada-mente, en estos momentosmuestra un buen aspecto trashaber sido restaurado.

Ajustándose a la sen-cilla estructura propia de lasconstrucciones de esta cla-se en el Archipiélago Cana-rio, presenta una techumbremudejárica, carente de or-nato, despuntando en su re-tablo la escultura del Após-tol titular que data del sigloXVII. Su ignorado artíficemodeló al completo la figu-ra del Sumo Pontífice conondulado cabello, rostrobarbado y con cano bigote.

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Ntra Sra. del Buen Viaje. Finales del siglo XVIII o del primer cuarto de la centuria siguiente.

Junto a Rambla de Castro, está la ermita del primer Papa de la Iglesia, San Pedro.

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Corona su cabeza el halo desantidad, mientras que vaataviado con el ropaje pro-pio de apóstol, túnica, ver-de, y manto, marrón, llevan-do los símbolos que acredi-tan el cargo que desempe-ña, esto es, la llave que abreel Reino de los Cielos en lamano derecha y las Sagra-das Escrituras en la opues-ta.

Por desgracia, esteinteresante conjunto de er-mitas se ha visto mermadocon el paso del tiempo, biena causa de la desidia, los in-cendios, los derribos, o qui-zás por haberse transforma-do, perdiendo su estructurahabitual y dando paso a unaconstrucción eclesiástica demayores proporciones.

Acaso una de las pri-meras ermitas que se hicie-ron en Los Realejos fue lade Santa Lucía, ubicada en

tierras de propiedad familiardel Adelantado, y de la quese tienen referencias en lasegunda mitad del Quinien-tos. Más tarde, hacia 1610,será la capilla del monaste-rio franciscano de idénticadenominación. En ella se ve-neraba a la imagen de la santasiciliana, de ignorado artífi-ce, que en la actualidad seconserva en el templo deSantiago Apóstol; por suscaracterísticas se piensa quese trata de una talla impor-tada de Flandes en el sigloXVI, mas las telas encola-das, ajenas a la imagineríaflamenca, hacen pensar enque ha sido objeto de inter-venciones posteriores.

Igualmente, por esastempranas fechas se levan-tó, en las inmediaciones dela Hacienda de los Príncipes,la de Santa Catalina, que ter-minó por desaparecer, des-pués que se hallaba en rui-nas, hacia el último cuarto del

siglo XVIII. Esta doncellade Alejandría fue torturadacon una rueda provista depúas aceradas, convirtién-dose ésta en uno de sus atri-butos personales, de estemodo, su representación másextendida la muestra junto aeste instrumento, de ahí queel culto a la virgen y mártirCatalina se relacione desdeun principio con todas aque-llas faenas en las que la má-quina constituía la base de laactividad, conexión que en elnorte de Tenerife viene jus-tificada por los ingenios azu-careros, verdaderas fábricasdotadas de todos los meca-nismos necesarios para laobtención del dulce produc-to.

Por la zona baja de LosRealejos, diferente destinoque la ermita de San Anto-nio de Padua de la haciendade Ruiz, sufrió la ermita deidéntica denominación, quefue construida a finales del

Seiscientos y localizada, a nomucha distancia de la ante-rior, en la hacienda de ElCuchillo, eliminándose de lamisma antes de concluir lapasada centuria, pues yadesde mediados del sigloXVIII sus propietarios la te-nían en el olvido, si bien laimagen del santo francisca-no se guarda en una de lasdependencias de la vivienda.Prueba de la existencia deesta capilla en honor al san-to de Padua desde 1681,dejó en su testamento la Sra.viuda del capitán Simón delCastillo, Dª Inés del Albor-noz y Guerra, al expresar sudeseo "de aser en la ermitaque tengo en esta asienda deel cuchillo la fiesta del SeñorSan Antonio mi devoto, en-cargo al dicho mi ijo la cele-bre con asistencia del clero".

La documentación nosatestigua un tercer recintoreligioso de esta índole, quese emplazó en el barrio de

La Montañeta para satisfa-cer el fervor a Ntra. Sra. dela Caridad. No se sabe ellugar y la fecha de su erec-ción, pero se sospecha quepudo ocupar el solar del ac-tual templo de San Cayeta-no, o tal vez fue de dominioprivado, puesto que en 1733tenía por patrono a D. JoséOsme, caballero que perte-necía a una familia de tradi-ción mercantil, que en el se-gundo cuarto del siglo XVIIhabía establecido en estesantuario la fiesta de laAsunción de Ntra. Sra.,manteniéndose aquella ce-lebración mariana hasta losprimeros años de la centu-ria decimonónica. A partirde ahí, el Obispo D. Ma-nuel Verdugo ordenó ce-rrarla al culto por estar muydeteriorada, tanto, que única-mente quedaban en pie partede sus muros. Llama la aten-ción que no se hubiese ree-dificado para atender a la re-ligiosidad de sus devotos, deesta forma, el municipio per-dió una más de sus ermitas,porque aún cuando hubo de-seos de reconstruirla, fueronsimplemente buenas intencio-nes que nunca se llevaron ala práctica.

A veces no hay huellaalguna de determinadas edi-ficaciones religiosas, como lade San José, por lo que seplantean dudas en cuanto asu existencia, ya que citándo-se incluso en los documentos,no se ha podido comprobarque el municipio realejero tu-viese una ermita dedicada alpadre de Jesucristo; en con-secuencia, se cree que pro-bablemente los escribientescometieron un error al situar-la en esta localidad, debidoal desconocimiento que teníande sus límites geográficos.

La historia nos ha de-mostrado, que Los Realejoses una localidad grande,grande por su superficie ygrande por el vasto patrimo-nio histórico-artístico que po-seyó, y decimos que tuvo,porque hoy en día podía ha-ber sido aún mucho mayor,como hemos podido com-probar.

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En La Montañeta, para satisfacer el fervor a Ntra. Sra. de la Caridad existía una ermita de la que no se sabe el lugar y la fecha de suerección, pero se sospecha que pudo ocupar el solar del actual templo de San Cayetano.

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En este artículo estu-diamos una pintura que per-tenece a la parroquia deNtra. Sra. del Carmen deLos Realejos (isla de Tene-rife). Este óleo sobre lienzoes un retrato de cuerpo en-tero que efigia en pie al ca-pitán Juan Sáez de Gorde-juela y Palacio Grimón (+1622), regidor de Tenerife yescribano de Los Realejos,a quien se debe la fundaciónde los dos conventos agus-tinos que hubo en el citadomunicipio. Atribuimos el re-trato, buena muestra del de-seo de inmortalización porparte de la nobleza de laépoca, al pintor de la vecinaVilla de La Orotava GasparAfonso de Quevedo (1616-ca .1670), una de las figurasmás notables de la pinturabarroca del siglo XVII enCanarias.

Juan Sáez de Gorde-juela y Palacio Grimón na-ció en el extinto municipio deRealejo Bajo (Tenerife) ha-cia la primera mitad del sigloXVI , siendo sus progenito-res Juan Vizcaíno de Escusa(+ ca. 1583) y MargaritaGrimón, hija del conquista-dor Jorge Grimón El Borgo-ñés, oriundo de la provinciabelga de Namur . Juan Viz-caíno, que se hacía llamartambién Juan de GordejuelaPalacio El Viejo , era hijo deJorge Grimón, el cual habíaacompañado al primer Ade-lantado D. Alonso Fernán-dez de Lugo (+ 1525) en laconquista de la isla de Tene-rife. Su hijo Juan Vizcaíno eravecino de la misma desde elaño 1508 y fue nombradoescribano público de LosRealejos •\el de Arriba y elde Abajo•\ por votación

popular, durante los años1521-1563, conservándosesus protocolos en el ArchivoHistórico Provincial de San-ta Cruz de Tenerife.

También ostentó elhonroso título de Señor de

las Casas Solariegas de Es-cusa y Zabala, en Vizcaya,y fue mayordomo de fábri-ca de la parroquia matriz deLa Concepción de RealejoBajo desde 1552 a 1563.En este templo fueron sepul-

tados sus restos mortales,siendo luego depositados enla iglesia del convento defrailes agustinos de San JuanBautista y del Espíritu San-to, por expreso deseo de suhijo Juan de Gordejuela y

Palacio. Este regidor, capi-tán y escribano «[...] del Rey,nuestro señor, y púb. de loslugares de los Realejos y sustérminos, que es en la yslade Thenerife [...]» , contrajomatrimonio con una primasuya, Catalina de Mesa yOcampo, hija de Franciscode Mesa y de Mencía deOcampo. Tras su enlacematrimonial vivieron en lahacienda de Las Toscas deSan Agustín, la cual dispo-nía de oratorio dedicado aNuestra Señora de la Con-solación, según se despren-de de los mandatos de la vi-sita efectuada por el prela-do de Canaria Suárez de Fi-gueroa, en 1590. Ademásdel mentado oratorio maria-no, la hacienda de Las Tos-cas constaba de «heredadde viña, casa de aposento ybodega con dos lagares demadera que está cerrado».Otras posesiones del noblematrimonio incluían fértilestierras en los pagos de SanVicente, La Carrera, La Za-mora, Lomo de San Sebas-tián •\hasta el barranco deEl Patronato•\, La Lora, LaAzadilla y La Montañeta.También poseyó Gordejue-la las aguas de Sietefuentes,que le fueron donadas porJuan del Hoyo. Sin embar-go, aún disfrutando de talcantidad de agua, sus ha-ciendas de La Carrera y LaZamora no disponían de lanecesaria para ser abasteci-das, por lo que a Gordejue-la se le arrendaron variosexcedentes del preciado lí-quido procedentes de la ricaHacienda de Los Príncipesde Realejo Bajo, fundacióndel Adelantado D. Alonso

José Cesáreo López Plasencia

La pintura al servicio de la perpetuación de la gloria

terrenal y exaltación individual. El retrato del Capitán

Juan de Gordejuela, Regidor de Tenerife

http://publica.webs.ull.es/upload/REV%20HISTORIA%20CANARIA/188%20-%202006/08%20%28Jos%C3%A9%20Ces%C3%A1reo%20L%C3%B3pez%20Plasencia%29.pdf

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Juan de Gordejuela (+ 1622), regidor de Tenerife y escribano de Los Realejos.

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Fernández de Lugo. Conestos excedentes Gordejuelapudo proveer del agua ne-cesaria a las citadas hacien-das.

Hemos de anotar elhecho de que el regidor nosólo disfrutó de tierras en supueblo natal, sino que en elpago de Las Vegas del mu-nicipio sureño de Granadillade Abona (Tenerife) fundóuna hacienda con ermita de-dicada al Precursor San JuanBautista, su santo patrono.La data de extensión delmencionado lugar compren-día los montes de pinos alnorte, el mar al sur, mientrasque al este y oeste la dataincluía los barrancos de ElMocán y el de El Río dePasagirón. Tierras de su pro-piedad hubo también en elpago de Chimiche, asimismoen el citado pueblo de Gra-nadilla de Abona. En el lu-gar de Las Vegas, «cuyasfortunas son reducidas porhaber vivido desde la con-quista de esta isla en feuda-lismo con el Capitán Juan deGordejuela y las MonjasRecoletas Agustinas del Rea-lejo sus herederas», constru-

yó el capitán Gordejuela unacasa que disponía de «la salabaja y salón, la cocina, labodega, el granero, el pajar,el alpendre y los dornajos».

Estos terrenos de Chi-miche y Las Vegas fueroncedidos por el capitán y re-gidor insular a vecinos oriun-dos de la Isla de San Miguelde La Palma el 23 de abrilde 1618, siendo posterior-mente subastados por el Es-tado en 1838, durante elproceso desamortizador lle-vado a cabo por el ministrode Hacienda Juan ÁlvarezMendizábal (1790-1853).

Por último, reseñamosque el 12 de enero de 1612Gordejuela fue padrino en laboda de Gregorio ManuelAsencio y Juana María ce-lebrada en la parroquial deRealejo Bajo, actuando tam-bién de padrino, esta vezjunto a su esposa, en el en-lace matrimonial de JuanGómez con María de Ayre-ri, verificado ante el benefi-ciado Dr. D. Francisco Ber-nal de Barrios en el citadotemplo matriz, el 20 de ene-ro de 1614.

El óbito de esta ilustrefigura de la historia de Los

Realejos tuvo lugar «debajode la protextación de la fecathólica [...] el día dies ynuebe de abril del año de millseiscientos bente y dos»,siendo inhumados sus restosmortales en la iglesia conven-tual de San Juan Bautista ydel Espíritu Santo, cenobioagustino que él había funda-do, al igual que el conventode San Andrés Apóstol ySanta Mónica, ermita de «glo-rioso mártir San Vicente quesalió por abogado de la pes-te de este lugar», levantadaen torno a 1602-1603, y ca-pilla de El Calvario de la pa-rroquial de Realejo Bajo,edificaciones erigidas en te-rrenos de su propiedad, paralas que «dio el sitio».

Juan de Gordejuela yCatalina de Mesa no tuvie-ron descendencia, por lo queun sobrino del primero, Do-mingo de Gordejuela Salazar,procedente del valle vizcaínode Gordejuela, fue nombra-do heredero universal de losbienes del noble matrimonio.

Conocemos el aspectofísico que tuvo el capitán yregidor merced al retrato quede él se conserva en depen-dencias de la parroquia del

Carmen de la V de Los Rea-lejos. Este retrato, que de al-guna manera ha inmortaliza-do la figura del capitán Gor-dejuela, ha de verse comoresultado de la paulatinaafirmación del estamento no-biliario que surge en la Espa-ña de las postrimerías delQuinientos, estamento quevio en el denominado retratode representación - cuyo ori-gen, según la Dra. Kusche, seremonta a las miniaturas delos emperadores carolingios- una pretensión ennoblece-dora y un medio de exalta-ción de índole genealógica,cultural e individual, a la vezque se tornó en un medio desalvación y en un instrumentoeficaz que proporcionaría latan anhelada gloria eterna alefigiado. Los miembros de lanobleza española, fundamen-talmente de la centuria delSeiscientos, desearon que suimagen, actitud y gesto fue-sen plasmados en el lienzo porlos pinceles de los mejorespintores de la época, con elfin de poderse contemplar yeternizarse en un momentoconcreto de su paso por estemundo, convirtiéndose el ros-tro del retratado en el centro

de atención, pues el mismose consideraba el espejo delalma, que habría de servir deenlace entre el mundo terre-nal y el espiritual. Fruto deesta ideología tan generaliza-da en el momento, centradaen lo trascendente o escato-lógico, serán una serie de lien-zos caracterizados por lahonda, grave y dramáticaemoción de los personajesinmortalizados. Son obras enlas que •\como ha apunta-do Castilla del Pino•\ se re-presenta la naturaleza vivadel retratado, su vida biográ-fica, y no biológica, plas-mándose, incluso, en la telala vida interior de esa figurahumana que vive dentro delbreve espacio delimitado porel marco, todo ello en aras dela eternización y exaltacióndel individuo. Y es que, se-gún señalara el arquitecto yhumanista florentino LeoneBattista Alberti (1404-1472)en su obra De Pictura(1540), la pintura «nos poneante los ojos a aquellos quehan muerto ya hace muchosaños, de modo que se vencon grandísima maravilla delPintor y deleite de quien los

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Ell regidor no sólo disfrutó de tierras en su pueblo natal, en el municipio sureño de Granadilla de Abona (Tenerife) fundó una hacienda con ermita dedicada al PrecursorSan Juan Bautista, su santo patrono.

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mira [...]. De manera que losrostros de los muertos vivenen cierto modouna largaexistencia mediante la Pintu-ra».

En el lienzo que estu-diamos, el patrono de losconventos agustinos de LosRealejos ha sido efigiado enpie, junto a una mesa que secubre con un rico mantel debrocado en tono ocre, re-matado en flecadura, tela dela que se hizo también la cor-tina semirrecogida del fondo,que se caracteriza por susflamenquizantes plie, como sifuesen de hojalata. Gorde-juela, de blanca tez, barba ybigote canos, ojos claros ymirada hacia la izquierda, untanto perdida, se acicala conla indumentaria propia delnoble caballero español dela época de Felipe III: gor-guera ancha de lienzo almi-donado, propia de este mo-mento, guanteletes, mediasblancas, camisa de seda conencajes, capa o ferreruelo deterciopelo negro con dosacuchillados en cada manga,gregüescos, cinturón y zapa-tos negros con lengüeta alta.A su cintura ciñe espada conrica empuñadura de oro•\de acuerdo a su condiciónde capitán•\, de la cual par-te una cadena también deoro que cruza su pecho endiagonal. Con la mano iz-quierda hace reposar sobrela mesa un libro, alusión a sulabor de escribano y forma-ción intelectual, mientras quecon la derecha sostiene unguantelete marrón y un som-brero negro de media ala.Los guanteletes y la espadason sinónimo del poder gue-rrero, aludiendo a la vidamilitar del efigiado, y, juntocon el libro de la mesa, cons-tituyen una clara alusión altópico clásico de la discusiónde las armas y las letras,cuyo origen se remonta a laspostrimerías del siglo XV. Lamesa, por otra parte, es atri-buto de majestad, justicia yautoridad, aún más si apa-rece cubierta por ricas telas,como el suntuoso brocado

del lienzo que nos ocupa,habiendo sido introducida enla pintura española por elmaestro flamenco Anton vanDashorst Mor, castellaniza-do Antonio Moro (Utrecht,ca. 1519-Amberes, 1576),en los diversos retratos quehizo de los miembros de laCasa de Austria.

El retrato del CapitánGordejuela incluye en la zonainferior derecha una cartelaque recoge la siguiente leyen-da: Verdadero retrato delSr. Dn Juan de Gordejue-la, natural de Viscaia, des-cendiente de la noble y pia-dosa familia de Gordejue-la y Palacio en el Valle deGordejuela en la Carta-ción de Viscaia y de la no-ble casa de Grimón en Bor-

goña, regidor perpetuo deesta ysla de Tenerife y Pa-trono de los observantissi-mos Conventos de Religio-sos observantes y Religio-sas Recoletas del orden denro. gran Padre San Agus-tín existentes en los Reale-jos y de las ermitas del Se-ñor San Juan Bautista enlas Vegas de las partes deAbona y del Señor San Vi-cente Mártir en el lugar delRealejo de (Abajo) y delCalvario que se venerajunto a dicha er(mita), elcual vivió en santo temorde Dios y murió debajo dela protextación de la fecathólica y resivió los san-tos sacramentos el día diesy nuebe de abril del año demill seiscientos bente y dos

y está su cuerpo enterradoen (el) convento del sñorSan Juan Bautista del or-den (de nro.) P(adre San)Agustían de estos dchoslugares.

En este lienzo, el anó-nimo pintor ha seguido eltipo de retrato cortesano,caballeresco de representa-ción, imperante en la pinturaseiscentista española, quehizo fortuna, fundamental-mente, en los pinceles deDiego Rodríguez de Silva yVelázquez (1599-1660), ajuicio de Pellicer y Tobar, elmayor pintor de España, re-tratando al capitán Gorde-juela como el pintor sevilla-no retrató al monarca FelipeIV, y antes lo habían hechoel ya citado Antonio Moro,

Alonso Sánchez Coello (Va-lencia, 1531-Madrid,1588), el retratista por ex-celencia de Felipe II ; la pin-tora italiana Sofonisba An-guissola (Cremona, 1527-Palermo, 1623) y Juan Pan-toja de la Cruz (Valladolid,1553-Madrid, 1608)43 conlos monarcas Felipe II y Fe-lipe III.

En lo que a la autoríade la obra realejera concier-ne, se han barajado los nom-bres del agustino fray MiguelLorenzo (1658-ca.1730),miembro de la comu nidadagustina del Espíritu Santode La Laguna, y del célebrepintor y escultor laguneroJosé Rodríguez de la Oliva(1695-1777)46. Sin embar-go, en los últimos años, ycoincidiendo con nuevosanálisis del lienzo, se ha pro-puesto el nombre del pintororotavense Gaspar Afonsode Quevedo, una de lasgrandes figuras de la pinturabarroca en las Islas, concuya producción el retratono pocas similitudes estilísti-cas.

El Lcdo. Gaspar Afon-so de Quevedo nació en laVilla de La Orotava (ca.1616), siendo hijo de Do-mingo Alonso y de ÁguedaLuis de Ravelo, iniciándoseen el arte de la pintura haciael año 1630. Se sabe que en1655 ya contaba con tallerpropio abierto en su pueblonatal, pues en esa fecha aco-ge a Feliciano de Abreucomo aprendiz de pintor. Enese mismo año restaura laantigua imagen de la Virgende la Antigua InmaculadaConcepción, Patrona de laparroquia matriz homónimalagunera, pintando tambiénuna Inmaculada destino aloratorio del palacio de la fa-milia Lercaro-Justiniani, en lamisma ciudad, obra que lefue encargada por JacobinaWesterling.

Su pintura, eminente-mente sacra debido a la for-mación religiosa de su autor,hay que verla como proyec-ción del arte del insigne pin-

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Se cree que el lienzo es obra del pintor orotavense Gaspar Afonso de Quevedo, una de las grandesfiguras de la pintura barroca en las Islas.

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tor extremeño Francisco deZurbarán (1598-1664). Elartista orotavense abandonala exaltación barroca dotan-do a sus obras de gran inti-mismo, al igual que el maes-tro de Fuente de Cantos ha-bía hecho con sus lienzos desantos y recoletos monjes enoración. De entre la escasaproducción profana de Que-vedo destacamos el retratodel Lcdo. Felipe MachadoSpínola, tela conservada enla parroquia matriz de SantaCatalina de Alejandría, en elmunicipio tinerfeño de Taco-ronte, obra en la que es per-ceptible una elegancia digna,grave y aristocrática en laimagen del clérigo, reflejan-do el pintor la psicología yaspecto físico del personajecon gran exactitud, a la vezque lo convierte en un seramable ante los ojos del es-pectador. Esto se observatambién en la obra La In-maculada de don FelipeMachado Espínola, (ca.1650-1660), asimismo per-teneciente al retablo de la

capilla de los Machado ode La Concepción del men-cionado templo parroquialtacorontero, pintura en laque el que fuera beneficia-do de Santa Catalina ha sidoretratado con bigote y pe-rilla canas, sosteniendo unlibro, características que lorelacionan asimismo con elretrato de Juan de Gorde-juela. Lo mismo hemos dedecir del tratamiento de laluz y del color, ya que enel retrato de la parroquialdel Carmen de Los Rea-lejos se aprecia una luzsuave que invade el lienzosin grandes contrastes deluces y sombras, desta-cando el tono ocre del sue-lo.

La concesión quemanifiesta el autor por eldetalle queda reflejada enla delicadeza con la que sehan plasmado los delica-dos encajes de la camisa,la empuñadura labrada dela espada, los eslabonesde la cadena dispuesta encabestrillo y los motivosdecorativos del rico man-tel y cortinaje del fondo,

elementos que enmarcan alnoble caballero con mag-nificencia y gravedad.

En lo que a la data-ción de la tela respecta, anuestro juicio habría quefijar su cronología hacia eltercer cuarto de la centu-ria, concretamente entrelos años 1651, año en queretorna de Sevilla para re-cibir las primeras órdenesen Las Palmas de GranCanaria y el sacerdocio enSan Cristóbal de La Lagu-na, tras el fallecimiento desu esposa Isidora de León(+ 1649), y el año 1670, fe-cha en que tiene lugar su fa-llecimiento. En ese interva-lo temporal habría pintadotambién la mencionada Vir-gen de la Antigua para eloratorio de La Concepción,en la Hacienda de la Fuentede Tigaiga, venerada desde1678 por disposición testa-mentaria en la parroquial deRealejo Bajo, y el lienzo SanPedro Apóstol que ahora leatribuimos, pertenecienteasimismo al citado templomatriz.

Hay que señalar que,

puesto que el óbito de Juande Gordejuela se produjoen 1622, Gaspar de Que-vedo habría realizado su re-trato post mortem, variosaños después de que tuvie-se lugar el óbito de aquél•\pues entonces tenía tansólo seis años•\, tal vez porencargo de la comunidadagustina descalza de SanJuan Bautista y del EspírituSanto, con la finalidad deperpetuar la memoria delque fuera piadoso funda-dor y gran benefactor delcenobio, pues como seña-lara Vicente Carducho(1576-1638) en sus Diá-logos de la pintura (Ma-drid, 1633)•\ el ser retra-tado «cosa pía es [...]; ytanto más quanto fueren depersonas santas, y virtuo-sas; para dar motivos a laimitación de aquellas vir-tudes de que fueron ador-nadas [...]». De confirmar-se nuestra hipótesis, el pin-tor podría haberse servidode un sencillo retrato inagone, llevado a cabo conpremura en el momento dela muerte de Gordejuela, o

tal vez de una mascarillafuneraria, práctica nadaextraña en la época. Asi-mismo, cabe la posibilidadde que Quevedo llevase acabo el retrato a partir deotro anterior, reelaborán-dolo incluso, que no ha lle-gado hasta nosotros, y quele habría permitido cono-cer la fisonomía del difun-to capitán.

A modo de finaliza-ción, hemos de señalarque la obra posee un granvalor, puesto que se tratadel único retrato de cuer-po entero, hasta ahora co-nocido, que se conservaen la Histórica Villa de LosRealejos, y junto con lospequeños retratos (ca.1600-1630) de los funda-dores de la Hacienda de ElSocorro, Esteban delHoyo- Solórzano y Jeró-nima de Ayala •\que fue-ron efigiados de mediocuerpo en compañía de sussiete hijos•\, constituyen,por el momento, los únicosejemplos de este géneropictórico con que cuentaeste municipio tinerfeño.

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Gordejuela fundó los conventos de San Juan Bautista y del Espíritu Santo y de San Andrés y Santa Mónica en San Agustín.

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Mis primeros recuerdosrealejeros, de cuando, sesen-ta años ha, desde el centrodel valle, -mí casa- me des-plazaba a las cercanías de laIglesia de Santiago Apóstol,la que cronológicamente es lasegunda de la Isla e históri-camente la primera pues enella se bautizaron menceyesy lugartenientes guanchestras su rendición, siempre seven acompañados por laoronda y bonachona figuradel Padre Esteban, llamadosencillamente «el padríto», dela Congregación de los Misio-neros Hijos del InmaculadoCorazón de María que, des-de su central establecida enun viejo caserón del centrodel Puerto de la Cruz, cadadía y durante varios años sedesplazó hasta allí para reali-zar su misión docente cristia-nizante en la niñez y primerajuventud de aquellos Reale-jos del ensueño y la paz cam-pesina. Ejerció en una casavieja frente a la actual Casade la Cultura, después, creo,en un caserón que estabadonde hoy está tal Casa.

La «guagua» mañane-ra que a él le traía., a mí merecogía, y también, en la so-bretarde, la misma «guagua»nos regresaba a los dos. Yollevaba mi pequeño almuerzoque la solicitud de mi madreamorosamente preparabasin olvidarse de añadir algu-nas viandas de más, pues el«padrito», aunque pesabasus ciento y pico de kilos, «noalmorzaba», pero siemprecomo piadosa acción meayudaba a vaciar la cesta.

Gracias a las clases delPadre Esteban conocí a todala juventud realejera» deaquellos años 40, amigos im-posible de nombrar aquí porlo numerosos, muchos des-aparecidos, algunos de ape-llidos ya confusos en la me-moria: los Siverios, Bethen-court, Toste, Fregel, Grillo,Plasencía... Por cierto muyemotivo el reencuentro haceseis años con Manuel Pla-sencia, el musicólogo y com-positor desaparecido enDíc.-97, encuentro que tuvolugar durante una Cata deVinos Blancos donde un vinosuyo resultó premiado. Díasdespués le escribía unos ver-

sos que así empezaban:«Llegaste sin saberlo, cualbien inesperado,/ abiertocomo un lirio de blanca cla-ridad; / dijiste: ¡Hola Juani-to! y así reverdeciste,Manuel, nuestra amistad/

Como en todas las es-cuelas rurales de la época,eran en la escuela del «pa-drito» los toscos y macizospupitres de madera con lasdebidas canaladuras y ho-yos para el lápiz, la pluma yel tintero, el que el padreci-to rellenaba con la tinta deacre y grato olor, la que nosmanchaba todo: dedos, car-petas y pupitre, a algunoshasta la boca; la temida re-gla para los palmetazos a losmás díscolos- los consabidasenciclopedias temáticas,amén de los libros de cuen-to para la lectura, de Satur-nino Calleja, Paluzie..., el,sencillo y minúsculo «Ma-nual de Urbanidad» (hoy en

día obsoletos él y ella), el vie-jo y raído «Quijote», las pi-zarritas portátiles, y las gran-des frente a la cual todoscantábamos las tablas demultiplicar siguiendo elamenazador puntero delmaestro ... En especial re-cuerdo las clases de cali-grafía donde con plumas ycuadernos .. ad hoc» per-feccionábamos la gótica asícomo otros tipos de letras

... cosa hoy también olvida-da. Era exigido presentarcada lunes certificado dehaber asistido a misa el díaanterior, y como el «padri-to» era un acérrimo carlistanavarro, nos hacía cantaraquello de: «Por Dios, porla Patria y el Rey/ murie-ron nuestros padres,/ porDios por la Patria y el Rey/moriremos nosotros tam-bién. /Todos juntos en com-

bate y en verdad, Yo no al-canzaba a comprender porqué maldita razón había quemorir y matar.

Creo que Los Reale-jos tiene una pequeña deu-da contraída con la memo-ria del Padre Esteban. Unareunión de los antiguosalumnos seria un primerpaso en ese sentido. Yapienso en algunos amigosque pudieran promoverla.

El «Padrito» Esteban en Realejo AltoJuan Marrero González

La Voz de Los Realejos. junio 2000

Curiosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasado

El Padre Esteban, de la Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, se desplazó durante años pararealizar su misión docente cristianizante en la niñez y primera juventud de aquellos Realejos.

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Es la inmediata pa-ralela a la Avenida SantiagoApóstol por el costado Sur,según se comienza a ascen-der por Palos de Molina albarrio de El Horno. Ignora-mos la causa real para la no-minación de esta calle, aun-que sobrados méritos rela-cionan al personaje en cues-tión con este municipio,como se verá. Se cuenta, noobstante, que alguien sugirióen su momento “Silverio”por considerarlo emparenta-do, erróneamente, con elapellido “Siverio” que osten-ta una familia del municipio,vinculada al comercio, y dela que descienden notablesmiembros destacados en lasBellas Artes (música, escul-tura, fotografía, literatura...),así como en el estudio de laHistoria, la radiodifusión, el

periodismo y en la oratoriasagrada como es el caso delsacerdote don José SiverioPérez, Hijo Predilecto deesta Villa Histórica de LosRealejos.

Por el excelente traba-jo de Manuel RodríguezMesa y Francisco J. MacíasMartín Rodríguez Moure yLa Laguna de su tiempo(Real Sociedad Económicade Amigos del País y Ayun-tamiento de La Laguna,2000), conocemos que Sil-verio Alonso del Castilloy Pérez nació en La Lagunaen 1842. Sus estudios ecle-siásticos los inició en el Se-minario de Las Palmas, dedonde pasó a Sevilla. EnGranada se doctoró en Teo-logía; en Toledo en Sagra-dos Cánones, y en la Escue-la Libre de Derecho de La

Laguna en Derecho Civil yCanónico. Fue canónigoDoctoral (la canonjía que lle-va anejo el cargo de los ne-gocios litigiosos, el asesorjurídico) del Cabildo de laCatedral de La Laguna poroposición. Además actuócomo Provisor y Vicario ge-neral de la Diócesis. ComoVicario Capitular, ocupaprovisionalmente la sede delObispado en 1877, 1882 y1886, según recoge la Guíade la Diócesis de Tenerifede 1965, obra de José Tru-jillo Cabrera.

(En ningún documen-to aparece don Silveriocomo Deán, que es el pre-sidente de los canónigos deuna Catedral, según nos pre-cisa el mencionado sacerdo-te don José Siverio, extra-ñado de la nominación de

esta calle con tal título. Serácuestión de indagar los mo-tivos, si es que existe un ex-pediente justificativo, comodebería).

Sigamos con otros da-tos de don Silverio, comoque fue denodado defensorde la reedificación de la Ca-tedral de La Laguna y ge-neroso contribuyente, juntocon su entusiasta hermanodon Mateo, a principios delsiglo pasado.

El ilustre canónigomostró en su momento graninterés por acelerar en Romala causa de beatificación delPadre José de Anchieta. Elconocido como Apóstol delBrasil sería proclamado bea-to el día 22 de junio del año1980.

Dejó interesantes pu-blicaciones de algunos de

sus inspirados sermones: Re-lación de las solemnes exe-quias con que el Iltmo. Ca-bildo Catedral de Tenerifehonró la memoria de S.M.el Rey Alfonso XII..., en1886. Y Testimonio delacto de traslado de los res-tos mortales del cronistaJuan Núñez de la Peña,desde la Biblioteca Provin-cial, donde estaban custo-diados desde su exhuma-ción, hasta un sepulcro sitoen la iglesia de San Agus-tín de La Laguna, fechadoen 25 de septiembre de1896.

Vinculación de donSilverio con Los Realejos

Al menos dos publica-ciones periódicas ofrecen

(Pasa a la página siguiente)

La Calle Dean Silverio de Los RealejosÁlvaro Hernández Díaz

Curiosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasado

La calle está ubicada según se comienza a ascender por Palos de Molina al barrio de El Horno.

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(viene de la página anterior)

valiosos testimonios que re-lacionan al insigne clérigocon esta Villa. Son las querecogen las crónicas de laCelebración del IV Cente-nario de Los Realejos. (Semenciona a la patrióticaReal Sociedad de Amigosdel País de Tenerife, en LaLaguna, como iniciadora dela idea del centenario, pro-puesta desde 1892). Con-cretamente, el Heraldo deCanarias, Año I, número38, editado en La Lagunade Tenerife el 28 de julio de1896 recoge en su porta-da: “...Don Silverio Alon-so del Castillo. Este vir-tuoso sacerdote, profundofilósofo y elocuente ora-dor, fue la nota sobresa-liente en las celebracionesdel Realejo Alto. Con sumágica y arrebatadorapalabra cautivó al audi-torio captándose todoslos corazones y todas lassimpatías. (…)¡Ojalá quesu talento y sus virtudes

sean premiados por laIglesia como merece elprimero de los oradoressagrados de Canarias!”.

En aquella crónica senarra que “Al pie de bienconservada cruz, que tie-ne impresa desde antiguola fecha de 1596, fechaque nos dice que la gene-ración del primer cente-nario cumplió a su vez y asu modo con el deber quehoy nosotros venimoscumpliendo, lucía unacortina de terciopelo cu-briendo la lápida que laJunta Organizadora enviódesde La Laguna, paraque, bajo la inteligentedirección de nuestro pai-sano D. Juan Gil, fuesecolocada en aquel sitio...”(junto al muro del Nacientede la iglesia, donde aún pue-de contemplarse).

Y, por su parte, LaOpinión Lagunera, Diarioliberal-conservador, en sunúmero 39, en la misma fe-cha que la publicación an-teriormente citada, informa

de que “el Sr. Alcalde deesta ciudad (D. MiguelChaves) rompió la cintaque sujetaba el paño quecubría la lápida quedan-do ésta a la vista del pú-blico con la inscripciónconmemorativa hecha encorrecto latín por el Sr.Deán del Cabildo Cate-dral”. (De aquí puede quehaya surgido la confusióndel cargo atribuido al querealmente era Sr. Doctoraly Provisor Don SilverioAlonso del Castillo). Porconsiderarlo de interés,reproducimos el texto ins-crito:

“GLORIOSIS HIS-PANIS HONORABILI-BUS ET INCOLIS PROCHRISTO SUBACTISET AD CATHOLICAMHISPANIARUM GEN-TEM HîC ADSCRIPTISHOC AD PERPETUAMMEMORIAM INQUARTO CENTENA-RIO. NIVARIA ET PAL-MA. XXV IULII MDCC-CXCVI”. Lo que traduci-

do viene a decir: “A los glo-riosos españoles honora-bles y a los habitantes ennombre de Cristo someti-dos y adheridos aquí a lacatólica gente de las Espa-ñas, esto para perpetua me-moria en el cuarto centena-rio.

Tenerife y La Palma.25 de julio de 1896”.

El templo parroquial,—según la crónica del He-raldo de Canarias—, lucíasus mejores galas, y bajodosel se veía una antiquísi-ma imagen de Santiago. Allí,el Muy Ilustre Sr. Provisory Vicario general entonó elTedeum (himno de acción degracias). (En la Misa que si-guió, predicó el distinguidoorador D. Tomás Hernán-dez Espinosa quien “a gran-des rasgos y después de unhermoso exordio, hizo lahistoria de nuestra con-quista y supo pintar congran sentimiento la noble-za y bravura del vencido,sin tener para el vencedorpalabras que denigrar pu-

dieran su memoria” . (A lafunción solemne siguió de-vota procesión y terminadaesta, el acto en la plaza don-de se descubrió la lápidamencionada y se leyeron dis-cursos históricos alusivos).

La crónica concluyecon estas elocuentes pala-bras: “Hízose luego aplau-dir del numeroso públicopor su entusiasmo y pa-triotismo, el Sr. Dr. D. Sil-verio Alonso del Castilloque habló en representa-ción de la Junta; y ennombre del pueblo dio lasgracias a los comisionadosel Vble. Párroco del Reale-jo Alto (entonces, D. Fer-nando Alonso de la Barreda).Eran las tres de la tarde”.

Don Silverio falleceríaen 1906, a la edad de sesentay tres años. Entendemos queLos Realejos puede sentirseorgulloso de que tan cultopersonaje rotule con su nom-bre una de las calles de estaVilla Histórica. Con las opor-tunas precisiones, si proce-de.

Curiosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasado

Silverio Alonso del Castillo participó activamente en la celebración del IV Centenario de la fundación de Los Realejos.

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Curiosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasado

La educación en LosRealejos ha estado sujeta alos cambios políticos y cultu-rales que se han dado a lo lar-go de su historia. Una edu-cación que pasó de encontrar-se al cobijo de los conventosal ámbito de lo público. En1869 existían en El Realejo deArriba tres escuelas públicasde primera enseñanza: la deniños y niñas del Realejo y lade niños de la Cruz Santa. Porestas fechas la escolarizaciónno era muy alta, no más de59 alumnos por escuela conun alto índice de faltas deasistencia.

A principios del sigloXX el número de escuelasunitarias se incrementa deforma importante, surgiendoorganismos como la Funda-ción Benéfico-Docente RuizAndión (1925) cuya finalidadera elevar la cultura de losmás necesitados del pueblo através de la concesión de be-cas.

En la segunda mitad delsiglo pasado el aumento de lassubvenciones para la cons-trucción de escuelas favore-ció la creación de las mismas.Los nuevos centros como elAgustín Espinosa (1973) lle-varon al desalojo de las es-cuelas unitarias como la deniñas de Tigaiga que databade 1928, la de San Vicente o

la de niñas de La Carrera.En 1973 Los Realejos

contaba con: el colegio na-cional mixto Pérez Zamora,la escuela graduada mixta deSan Sebastián, el colegio na-cional mixto de La Cruz San-ta, el citado colegio nacionalAgustín Espinosa, la escue-la graduada mixta de LaMontaña, la escuela gradua-da mixta de Icod el Alto, ladel Lance, la del Lomo Juande la Guardia, la agrupaciónescolar mixta Toscal Lon-guera, la de La Zamora, laagrupación escolar de niñosy niñas de la Ferruja, la agru-pación escolar mixta de LasLlanadas, la de niños y niñasde Palo Blanco y los cole-gios privados de Viera y Cla-vijo, Nazaret y San Agustín.Posteriormente se añade aesta lista el Colegio Purezade María.

En estos años el puntopendiente estaba en la ense-ñanza media. Hasta la déca-da de los sesenta sólo el Co-legio San Agustín y el Cole-gio Farrais de La Zamoraofertaban este nivel educa-tivo, obligando a muchos jó-venes del pueblo a trasladar-se a otros municipios paracontinuar sus estudios. En1964 la corporación en plenoacordó solicitar la creación deun instituto, por lo que se ad-

quiere, por 1.750.000 pesetas,un solar propiedad de Dña. MªTeresa Machado y MéndezFernández de Lugo. El IESRealejos abrió sus puertas en1969 como una Sección De-legada del Instituto de LaLaguna. No será hasta 1971cuando se acuerde su con-versión en Instituto Nacionalde Enseñanza Media. Hoy endía Los Realejos cuenta conotros dos Institutos: el IESMencey Bencomo y el IESCruz Santa.

Colegios SanAgustín y Nazaret

El colegio de SanAgustín surge en 1945 de

manos de Rafael Yanes que sepone al frente de unas aulasde bachillerato en el conventode San Andrés y Santa Móni-ca de Agustinas Recoletas sitoen el barrio que le dio su nom-bre. Tras el incendio del con-vento (1952) trasladó sus ins-talaciones frente a la plaza deGarcía Estrada y más tarde ala casa de D. Luis Gonzálezdel Carmen donde se instala-ría definitivamente. Su funda-ción y crecimiento se debió alas subvenciones recibidas tan-to por el Realejo de Abajocomo por el de Arriba, y mástarde, una vez unificados, porLos Realejos convirtiéndoseen el referente educativo dela época.

El Nazaret fue funda-do en 1942 tras la adquisi-ción de la casa de Dña. RosaGonzález Zárate en la callePérez Zamora. El interés porla instalación de un colegiode monjas era compartidopor los dos realejos lo quellevó a cierta tirantez entreambos municipios. Finalmen-te el alcalde del Realejo deArriba, que por aquel enton-ces era D. Miguel CedrésBorges, consiguió la ayudamonetaria suficiente para lainstalación de las religiosasque fueron recibidas por unamplio grupo, encabezadopor el párroco D. CarlosDelgado, el 8 de diciembrede 1942.

Los Realejos cinco décadas: El ámbito educactivoJosé María Estévez Méndez, María José Pérez González, Sergio Montelongo

Alumnos de la Escuela de Palo Blanco.

Alumnos de la Escuela de Tigaiga

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Curiosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoDivina es la Madre de

Dios, Santísima, la Salva-dora del Purgatorio, Mise-ricordiosa, la Abogada delCarmelo... Pero la Virgendel Carmen del RealejoBajo es la más dulce ima-gen de la más bella Espe-ranza de indianos náufragosy quintos.

Paréceme que, gritan-do en la cúspide de los va-lles de mis arterias, procla-ma la serenidad del tiempo,como los serenos de lasCastillas, las Encíclicas delos Concilios, las Campa-nas de la aurora, los caño-nazos de la Armada, AveMaría...

La Virgen del Carmende los Realejos es una Es-trella, verdadera, de todos.En el fondo del alma de to-dos cuantos recuerdan elson del extinto campanariode aquel ex-convento quefue auténtico nido de ilusio-nes celestes, no se apaga-rá el resplandor de la son-risa de Nuestra Señora laVirgen del Carmen, la mu-sicalidad de la alegría de lasmilagrosas gracias obteni-das invocando su Nombre.

Llevar su imagen gra-bada en la mente y en pe-cho en el escapulario y enla familia, es ya un recono-cido pregón, recóndito,público, exalto de Ella.

Pregonar hoy por en-cima de las olas de los dosmares más latinos del mun-do, por Lepanto y porCandelaria, a través de on-das universales, en encan-to de las fiestas carmelitasde la Patrona del edénicoValle de la Orotava, es glo-ria. Galardón destacado devanguardias. Festín de án-geles. Gracia divina derezo.

¡ Oído todos los queme escucháis, algunos, conel corazón temblando!: lasFiestas de la Virgen delCarmen del Realejo noshacen revivir a los ausen-tes, a los que, quizá maña-na, llegarán, de pronto, avi-sando con cohetes de jú-bilo; y a los que ya no re-gresarán nunca jamás, am-

parados bajo el manto ra-diante de la más maternalde todas las Reinas, ampa-rándonos, a su vez, ellos anosotros.

Todos los que hemoslevantado en nuestras ma-nos los estandartes de laCoronación de la Virgen delCarmen del Realejo, losque hemos llevado en nues-tros hombros el argentinotrofeo de sus triunfales; losque guardamos su escapu-lario como envidiable he-rencia legítima; los que lahemos implorado, conta-mos esa honra: nos volve-mos niños, si ya tenemos elPurgatorio; grandes, si es-tamos tristes.

¡Que no tengan cam-panas cantarinas, comoaquéllas, filípicas, que elfuego convirtió en cordo-nes de oro sangriento quese tragaron las fuentesocultas! ¡Que no tenganbanderas policrómicas,como aquéllas, bordadasen raso o tul y seda y cres-pón, que en el jardín de supresbiterio, se disputabanlos enamorados! ¡Que notengan onzas. Su manto,perlas sus dedos, brillantesu corona! ¡Tendrán laSonrisa de su Divinacara!... ¡El brillo de su dul-ce esperanza! ¡La Espe-ranza de la devoción pe-renne de los que celebran

su Nombre dulce! ¡Lagloria de nombrarse hijode la Virgen del Carmendel pueblo en que nació!

Cuando la Virgen delCarmen de mi pueblo teníasu conquistadora Ermita,cunado las antorchas, lim-piadísimas que en oscuromar de invierno, que, miran-do la lunar silueta de sutriangular Campanario, sevenían, en llama viva de de-voción de marino, a gritarleque mirara para el mar cuan-do aquellos marinos, implo-radores de la esperanza desu vida, náufragos de ban-dazos de desventuras, ve-nían a clamarle, a aclamar-la, a proclamar el triunfo de

sus promesas desesperadas,las fiestas de la Virgen del Car-men brillaban con el furor delos corazones encendidos pormilagro.

Después, todavía esta-mos llorando pérdidas inolvi-dables, rezando siempre, mez-clando con su Nombre de pa-nal, la miel del nombre de otrasdulzuras.

Los clarines de las ban-das concursantes de antaño;los estandartes de los enamo-rados de ayer; los cohetes delos indianos de entonces; losexvotos de los marineros re-compensados; todo eso es elmejor pregón de estasFiestas. Las llamas se lleva-ron tesoro y recuerdos. Peroquedó después la viva llama.Esta llama inextinguible delamos, de la esperanza, de lagratitud. Ese entusiasmo porenaltecer el claro paisaje deeste cielo cristalino. El hon-roso deber de proclamar labelleza de una tierra que noolvidamos. ¡Ave, MaríaPurísima!...Que das tu ‘pu-reza a la brisa, tu amor a tushijos. ¡Salve, Reina de losdesesperanzados marinos!...Que bendices su pan. ¡Glo-ria a la patrona del Valle dela Orotava!...Luz de su pa-raíso... ¡Que toquen, ahoratodas las campanas de todoel Valle...¡Júbilo, loor! ¡Quecanten, ya todos los pájarosde sus barrancos!... ¡Oí-dlos!... Nadie habrá quequede sordo a mi voz, quelanzaría desde el Teide...Loscelajes, azul-verde; el hori-zonte verde-azul: cantandoeste mi pregón.

Trabajo leído ante los micrófonos de

«Radio Club Tenerife» con motivo de las

Fiestas de Ntra. Sra. del CarmenGonzalo Siverio HernándezRevista Canarias, julio de 1958

Gonzalo Siverio Hernández fueun destacado poeta.