bienaventurados marzo 2014

05 • Un año especialEditorial Pedro

05 • Bienaventurados “primerea” Editorial Golondrina

06 • 365 DÍAS en palabras, gestos y accionesPor Nichi GorchsCronología

09 • Miradas desde cercaPor Ine NoguerEntrevista a Rodolfo Olmedo y Federico Wanca

12 • BergoglismosPor Jero Cuneo

14 • Un ciclón llamadoFranciscoPor P. Eduardo MangiarottiInvitado Especial

18 • El Papa de la libertad de espíritu y de la razón cordialPor Leonardo BoffInvitado Especial

22 • “Hagan lío”Por Lorena ChagasInvitada Especial

24 • Ser molinoPor Dama JulianesEntrevista a Mamerto Menapache

28 • Un modelopara exportarPor Claudio EpelmanInvitado Especial

32 • Qué nos cuenta nuestro obispo sobre el PapaPor Mechi Ruiz LuqueEntrevista a MonseñorOscar Ojea

34 • Francisco en 140 caracteresPor Nichi Gorchs

36 • Hermano Francisco,profeta de la pazPor Adolfo Pérez EsquivelInvitado Especial

40 • De Benedicto a Francisco, un cambio epocalPor José Ignacio LópezInvitado Especial

42 • Desde la villa:EsperanzaPor Jocha Castro Videla

44 • La creatividad del amorPor P. Cholo

46 • Francisco, comunicadorPor Yago de la CiervaInvitado Especial

50 • LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO. Una aproximación a laExhortación ApostólicaPor P. Pedro Oeyen

52 • Un Papa para este tiempoPor Washington UrangaInvitado Especial

CoordinadoraFlor Tapia Gómez

Diseñadora GráficaMagui Alonso

CorrectoraSofí CostaPame Maggi

IlustradoraBelu Ruiz Luque

ColaboradoresDama JulianesIne NoguerJero CuneoJocha Castro VidelaNichi GorchsMechi Ruiz Luque

CAPILLAS

Párroco

Pedro Oeyen

Vicarios Parroquiales

P. Francisco GamboaP. Mariano CaraccioloP. Hugo Álvarez

Diáconos Permanentes

Wenceslao Gómez CarideJosé Hamed

Secretaría Parroquial

8:30 a 12h y de 16 a 20hAdrián Beccar Varela 530Tel. 4743 0291/ 4990

Cáritas

Atiende en Anchorena 469

Confesiones

Diarias: media hora antes de la misa de 19hsDominicales: media hora antes de cada misa

Horarios de misa

Lunes a viernes: 8, 10 y 19hSábados y feriados: 10 y 19hDom.: 10, 12:30, 19 y 20:30h

Ntra. Señora de la Ribera

Santa María de la Cabeza

Stella Maris

El Cano 172, AcassusoTel. 4742 7198

33 Orientales 1301, Beccar

España 1016, Beccar

Horarios de misa:Sábado 19hDomingo 19:30hHorarios de Secretaría:Jueves 15 a17hSábados 17 a 19h

Horario de misa:Domingo 11h

Horarios de misa:Sábado 19:00h de niñosDomingo 11:30h

Distribución: gratuitaTirada: 5.000 revistasOrigen: año 2002

INDICE

STAFF

4 | | 5Bienaventurados Especial Francisco 2014Bienaventurados Especial Francisco 2014

EDITORIAL PEDRO

EDITORIAL GOLONDRINA

Hace un año conmovía al mundo la elección del primer Papa jesuita y latinoamericano. En Argentina la reacción fue instan-táneamente eufórica: parecía que habíamos ganado un mundial.

A lo largo de este tiempo, Francisco no ha dejado de asombrar no sólo a los miembros de la Iglesia, sino al mundo entero. Con este motivo, el equipo de Bienaventurados ha decidido hacer este número especial que le está dedi-cado, con mayor cantidad de artículos y de páginas.

Nos pareció que era una buena oportunidad para profundizar en el sentido de sus gestos, palabras y men-sajes, con los que nos va entregando todos los días su pensamiento y visión de fe sobre el mundo y la Iglesia.

De este modo queremos no sólo homenajearlo, sino también dar a co-nocer la opinión de diversas personas sobre los diferentes aspectos de su persona y ministerio.

Agradecemos a los que aceptaron el desafío de escribir, hacer entrevistas, conseguir fotos, diagramar y demás

durante el descanso del verano. A los anunciantes, nuestro sincero

agradecimiento ya que hicieron posible financiar este número especial. Quiero agradecer de un modo especial a todo el equipo que trabajó para conseguir estos artículos y las publicidades.

Que el Señor los bendiga y retri-buya con creces sus esfuerzos. Que Él bendiga, acompañe y conserve por muchos años al papa Francisco.

Pedro OeyenPárroco

Allá por noviembre del año pasado estábamos cerrando el año de trabajo de Bienaventurados con mucha felici-dad cuando, como quien no quiere la cosa, uno de los integrantes del equipo deslizó que en marzo del 2014 el Papa cumpliría un año de pontificado y que se podría hacer un especial.

Ese comentario fue como una chispa que encendió fuego y que hizo fogata. Sin entender muy bien por qué, todos nos comprometimos a juntarnos nue-vamente en unos días y a trabajar todo el verano para emprender el especial Francisco. Pronto sentimos el calor abrazador de la chispa que hizo fuego, porque llegó el intenso verano y por las desiertas calles de San Isidro los “bien-aventurados” nos juntábamos para arrancar esta locura. Con tereré de por medio, empezaron a surgir ideas ambi-ciosas. Primero alguien disparó: “Tiene que escribir el Papa”. Después varios dijimos que la idea era repasar su año pero que no era necesario que él fuera

parte. Otro disparó: “Si le escribimos cada uno una carta a Francisco, seguro que a uno le responde y la publicamos”.

Después de este comienzo, todos empezamos a aportar qué miradas creíamos interesantes compartir con la comunidad parroquial. Pensamos que sus hermanos los Jesuitas tenían que estar. En seguida pensamos en una línea de tiempo que repase el año y en sus comentados tweets. Ni hablar de los famosos neologismos del Papa que a nosotros argentinos nos resul-tan más que cercanos y hacen que este Papa sea tan nuestro. En seguida, tuvimos la certeza de que sería impor-tante incluir una mirada desde la villa y una mirada interreligiosa. Cómo no decirle a nuestro obispo, Monseñor Ojea, que vivió junto a él y que este año lo visitó, que nos compartiera a través de una entrevista su testimo-nio. Imposible fue escapar a hacer un análisis sobre este Papa comunicador, su visión sobre la paz, y comentar la ya

divulgada Exhortación Apostólica di-fundida en noviembre. Volamos lejos y dijimos: ¿Y si invitamos a Mamerto Menapace, a Boff, a Perez Esquivel, a Washington Uranga y a José Igna-cio López? Para concluir, nos dimos cuenta de que tenemos en la Diócesis un enviado especial de lujo que es Edu Mangiarotti, que dio notas al mundo entero, cómo no tener sus palabras.

¿Y qué pasó? Todos nos dijeron que sí. Sólo faltaba Golondrina que nos diera un gran diseño y así fue que Bienaventurados tomó vuelo comple-to. ¡Nos atrevimos a “primerear”, como dice Francisco que hay que hacer en su abrumante y lúcida Exhortación!

Acá tenemos el especial de Bien-aventurados realizado por este gran equipo para repasar el año memorable de Francisco que nos llama a ir por más.

Golondrina ComunicaciónFlor Tapia Gómez

y Magui Alonso

Un año especial

Bienaventurados “primerea”

Diagnóstico MamarioSANATORIO LAS LOMAS“Ultima tecnología a nivel mundial al servicio de la mujer”.

MAMOGRAFÍA DIGITAL DIRECTA FULL DIGITALMAMOGRAFÍA TRIDIMENSIONAL 3D TOMOSINTESISECOGRAFIA MAMARIA - DOPPLER COLORINTERVENCIONISMO MAMARIOPUNCIONES DIAGNÓSTICASMARCACIONES PRE-QUIRÚRGICASRESONANCIA MAGNÉTICA MAMARIA Dra. Marcia Oliva y equipo

Presbítero Actis 555 oficina 14 (CP 1642) San IsidroBuenos Aires, Argentina Para solicitar turnos telefónicamente comuníquese:Recepción de Mamografía: Tel. directos 4708-5029 / 4129-5529Recepción Gral. Tel. 4129-5500 (internos 418- 529) - 4708-5000 (internos 418-529)Informes 4129-5500 interno 416mamografí[email protected] WWW.LASLOMAS.COM.AR


7Toma de posesión de la cátedra de obispo de Roma en la Basílica de San Juan de Letrán.

8Primera audiencia papal a un líder protestante, el presidente de la Iglesia Evangélica de Alemania (EKD), Nikolaus Schneider.

13En su primer mes de pon-tificado, Francisco crea un grupo de ocho cardenales para la reforma de la Curia Romana.

30Recibe a Shimon Peres, Presidente del Estado de Israel, tratan asuntos como la situación de la comunidad cristiana en el país hebreo.

2Recibe al papa emérito Be-nedicto XVI. Es la segunda vez que se encuentran.

10Recibe al patriarca copto Teodoro II, con el que aboga por la unidad de los cristianos, 40 años después de la histórica visita al Vati-cano de Shenouda III.

12Se realizan las primeras canonizaciones de su pontificado: la monja co-lombiana Laura Montoya Upegui (1874-1949), la mexicana Guadalupe García Zavala “madre Lupita” (1878-1963) y 800 mártires italianos asesinados en 1480 por los otomanos.

21Visita la casa refugio de vagabundos, inaugurada 25 años atrás por Juan Pablo II y la Madre Teresa de Calcu-ta. Francisco denuncia que muchos de los indigentes estaban siendo víctimas de un capitalismo salvaje.

23Se reúne por primera vez con los 250 cardenales italianos y les solicita reducir el número de dió-cesis, por ser despropor-cionado en relación con la población cristiana del país. Para él, esta situación se debe a un excesivo "carre-rismo" entre los pastores, que corren el riesgo de con-vertirse en "funcionarios" que luchan por el "ascenso" y el "atractivo del dinero".

6Con motivo del Día Mun-dial del Medio Ambiente, organiza una Audiencia General para pedir a la comunidad cristiana una conciencia más ecológi-ca, un mayor respeto por la Tierra y un menor desper-dicio de alimentos.

13El papa Francisco anuncia la publicación próxima de la encíclica sobre la fe que su antecesor Benedicto XVI había dejado inacaba-da, y que el mismo Francis-co estaba finalizando.

14Francisco se reúne en el Vaticano con el máximo jefe de la Iglesia Anglica-na, el Arzobispo de Can-terbury Justin Welby. En este encuentro trataron di-ferentes temas, entre ellos el acercamiento de las dos Iglesias, siguiendo con la búsqueda para la unidad del cristianismo.

26Se anuncia la decisión del Papa de crear una co-misión para investigar el Instituto para las Obras de Religión, más conoci-do como Banco Vaticano, presuntamente vinculado con casos de corrupción.

5Se publica su primera encíclica, Lumen Fidei. Ese mismo día, firma decre-tos para la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII.

22

Viaja a Brasil, su primer viaje internacional, para presidir la Jornada Mun-dial de la Juventud Río 2013. Para recorrer Río de Janeiro y Aparecida, se reemplazó el papamóvil blindado por un vehículo blanco totalmente abierto en los laterales. Como otra rotura del protocolo, incluso bajo la lluvia, Francisco se desplazó en este vehículo para acercarse a los fieles.

28Preside la misa ante 3 millones de personas en Copacabana. En el vuelo de regreso, se deja entrevistar abiertamen-te, refiriéndose a temas como homosexualidad, las mujeres en la Iglesia y la reforma de la Curia Romana.

Abril

Mayo

Junio Julio

13Jorge Mario Bergoglio es elegido en el cónclave como el sucesor de Benedicto XVI.

16El papa Francisco recibe al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, con quien analiza la "grave emergencia humanitaria" en Siria y la situación en la península coreana.

17Preside el rezo del Ángelus desde el balcón del vaticano, ante unas 150.000 personas. Durante el rezo, habla de la “misericordia de Dios”. Ese día escribe su primer tweet: «Queridos amigos, os doy las gracias de corazón y os ruego que sigáis rezando por mí».

18

Francisco recibe a la primera autoridad extranjera desde que es jefe de Estado del Vaticano: la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner.

19Primera misa de su pontificado. El anillo que recibe ya no es de oro, sino de plata dorada. Antes de la misa de inaugura-ción, el papa Fran-cisco realiza una llamada telefónica a la Argentina, donde miles de fieles están reunidos en una vigilia.

23El papa Francisco visita a su predecesor, el papa emérito Benedicto XVI, en Castel Gandolfo, hacia donde se desplazó en helicóptero. La visita, de tres horas de duración, tuvo carácter privado.

28Jueves Santo - Lo inicia con la llamada

Misa Crismal, en la que anuncia la beatifica-ción de varios

mártires de la

Segunda Guerra Mundial, de la Europa comunista y de la Guerra Civil Española. Por la tarde tiene lugar un acto insólito: el Papa realiza la misa en un reformatorio de menores, en lugar de en la

tradicional Basílica de San Juan de

Letrán. Allí lava, seca y

besa los pies de doce reclusos.

365 DÍAS en palabras, gestos y acciones

El primer año de papado de Francisco ha sido sin duda uno de los grandes cambios para la Iglesia, comenzando por el hecho de que se trata del primer Papa latinoamericano. Sin embargo, los cambios los encontramos no sólo en acciones concretas que el Papa llevó adelante, sino en sus palabras, actitudes y gestos. Aquí, un breve repaso de algunos momentos destacados.

2013 Marzo

Nichi Gorchs

Cronología


Ine Noguer

Entrevistas

Miradasdesde cerca

¿Cómo conociste a Jorge Bergoglio?Lo conocí porque era mi superior acá, en el Colegio Máximo, hace 10 años más o menos. Él primero vino como superior de la enfer-

mería, y luego de todo el colegio.

Siendo jesuita, ¿qué sentiste cuan-do fue nombrado Papa?Es hermoso para mí. Un Papa argentino no es poca cosa, y además jesuita. Cuando asumió el cargo, inmediatamente, como era mi director espiritual, le mandé una carta. Una sobrina mía iba a verlo y se la llevó. En seguida me la contestó. Así nomás no se recibe una carta del Papa.

¿Qué destacás de su primer año de papado?Indudablemente, este Papa ha caído muy bien; fue muy bien recibido por católicos y no católicos. Se vio el cariño muy fuerte en la Jornada Mundial de la Juventud; es de notar cómo ha sido querido y amado en Brasil.

¿Qué creés que hace que sea tan querido?Es muy humilde. Ni siquiera permite que lo llamen Papa, porque para él es puro título. Eligió llamarse Francisco imitando la po-breza de San Francisco de Asís; eso ya dice mucho de él. Lo primero que pidió cuando habló por primera vez fue que rezáramos por él, lo pide siempre.

¿Notás cambios que lo diferencian de Juan Pablo II o de Benedicto XVI?

Ha habido cambios, claro. Tiene una men-talidad muy ágil. Se da mucho con la gente. Cuando era obispo acá, hablaba con el cani-llita, con el repartidor; si era necesario, con el presidente, con quien fuera. A pesar de haber sido nombrado Papa, se ambientó con mucha humildad; no quiere honor. Le gusta estar con la gente auténtica, sin protocolos.

Entonces, ¿él es en Roma igual que como era acá?Sí, es igual que siempre. Era muy que-rido porque se da inmediatamente. No pone barreras. Hay gente que sin querer lo hace, en cambio él no. Él abre puertas. Es verdaderamente muy hábil para todo. Rompe estructuras. Es muy humilde, muy canchero; se sabe entregar. Hay mucho mo-vimiento en la Iglesia desde que fue elegido Papa. Para él no había fronteras ni cosas que lo separaran, por eso lo quieren mucho; incluso los que no son católicos. Siempre trata de unir a la gente.

¿Siempre estuvo mucho con los pobres?Siempre; andaba con todo el mundo. Aun siendo sacerdote ya lo conocían mucho porque hablaba con todos, prestaba favores si era necesario. Como obispo, también. Es muy dado con la gente. Como Papa, demuestra lo que fue acá como sacerdote y obispo. En ese sentido, no cambió nada. No lo hicieron cambiar tampoco. Siempre fue muy devoto de San Francisco. Siempre le gustó mucho la pobreza; por eso hay muchas cosas que no quiere, porque para él son muy ostentosas.

Entrevista a Rodolfo Olmedo, sacerdote Jesuita

«Si hay que hacer un

chiste, lo hace y se ríe; si hay

que ser duro o firme con

algo, también lo hace »

La mayoría de los días fueron destinados, como ocurre tradicionalmente, al descanso vacacional del Papa. No obstante, Fran-cisco no quiso ir a Castel Gandolfo, como habían hecho sus predecesores, sino que se quedó en Roma y realizó algunas activida-des.

31Nombra al nuncio venezolano Pietro Parolin Secretario de Estado de la Santa Sede, en reemplazo del cardenal Tarcisio Bertone, quien había sido criticado por el escándalo de Vatileaks. El nombramiento de Parolin es entendido como parte

del proyecto de Francis-

co para reformar la Curia Vaticana.

3Los guardias suizos con-firman que el Papa se ha aventurado a salir por la noche, vestido como un sacerdote regular, para reunirse con hombres y mujeres sin hogar en las calles de Roma.

5El papa Francisco crea una comisión contra la pedofilia para la pro-tección de los niños, establecida por el consejo de ocho cardenales que lo asesoran para la reforma de la Curia.

11La revista TIME elige al Papa Francisco como “Per-sona del Año 2013" por su capacidad de transformar a la Iglesia católica en apenas nueve meses de papado.

17Cumpleaños del Papa. Bergoglio festeja sus 77 años con misa en Santa Marta y un desayuno con 4 pordioseros de Roma.

25En su primera misa de Na-vidad, reza por la paz. Hace una plegaria por los lugares del planeta en donde exis-ten conflictos.

7Preside la Jornada de Ayuno y Oración por la paz en Siria, Medio Oriente y el mundo entero; una multitud de fieles se congrega en el Vaticano y en distintos lugares del mundo.

10Visita un centro de refugiados en Roma e informa acerca de un plan para convertir los conventos vacíos en asi-los de refugiados.

27Se reúne con el Presidente de la OPAQ y el Patriarca de Antioquía y todo el Oriente, Juan X Yazigi.

30Francisco anuncia que los pontífices Juan Pablo II y Juan XXIII serían proclamados Santos en una ceremonia conjunta el 27 de abril de 2014.

6En la misa del Ángelus, hace una oración en honor a los 300 inmigrantes africa-nos muertos esa misma semana en un naufragio en la Isla de Lampedusa.

17

Recibe en el Vaticano al Presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mah-mud Abbas, y expresa su apoyo a las negociacio-nes de paz sobre el con-flicto israelí-palestino.

24Se publica la Exhorta-ción Apostólica ‘Evange-lii Gaudium’, en la cual se indica la necesidad de una “conversión del papado”, con especial énfasis en la imposibilidad de dejar las cosas así como están.

Agosto

Diciembre

EneroSeptiembre

Octubre

NoviembreCronología

1El papa Francisco, en su primera misa de 2014, pide "fuerza, coraje y esperan-za para el nuevo año".

6

Cuando el papa Francisco visita un pesebre viviente organizado por los fieles, en el marco de la fiesta de la Epifanía, una mujer le coloca un cordero en los hombros..

7Francisco afirma “Dejemos un puesto libre en la mesa para el que se ha que-dado solo”.

8Durante la recorrida de la Plaza de San Pedro, invita a un sacerdote argentino a subir al papamóvil y re-correr con él, exclamando: "¡Vení, subí!"

9Limita el uso del título "monseñor"; en adelante, a utilizar sólo para referirse a los mayores de 65 años. Es un nuevo paso en pos de alejar a la Iglesia del clericalismo.

2014


¿Cuándo conociste a Francisco?Me recibió en la casa del Colegio Máximo de San Miguel. Tiene un espíritu muy austero; se priva de muchas cosas. Por ejemplo, se privaba de irse de vacaciones para llevar a los chicos de barrios más carenciados 15 días a Mar del Plata. Íbamos como 300 chicos y 20 hermanos.

¿Qué sentiste cuando lo eligieron Papa?Es un orgullo sentirme hermano de él, y que sea el máximo superior de la Iglesia. Sentí la máxima alegría, porque es como tener a Cristo de mi comunidad. Él no ha llegado para trepar sino para servir con humildad. Se hizo querer por su acción. Es un Papa de la paz.

¿Creés que en este último año se acer-có más gente a la Iglesia?Creo que sí, que la gente lo sintió muy cer-cano. He visto en el colectivo que hay gente que lleva la estampita del papa Francisco. Se ha producido “el efecto Francisco”.

¿Qué actitudes características de los jesuitas ves en él?Es una persona transparente. No va a confrontar, sino que va con un espíritu de acusación de sí mismo; dialoga mostrán-dose humilde. Quiere valorar a los demás y a sí mismo como Hijos de Dios. Otra actitud que destaco de él es la pobreza, con la que nos da el ejemplo, porque nos hace vivir la espiritualidad ignaciana. Como ha escrito San Ignacio en las constituciones de los jesuitas: que vivan austeramente y que se priven de algunas cosas permitidas para sentir la pobreza con el pobre. No disfrazarse de pobre, sino sentirla con él;

¿Cómo era como superior en el Colegio Máximo?Como superior era muy bueno, buenísimo. Realmente un hombre de Dios. Se intere-saba por nuestras cosas, por eso nos conoce tanto. Estaba al tanto de todo lo que pasaba con los sacerdotes. Cuando hice una iglesia cerquita de acá, él me ayudó muchísimo. Me acuerdo de que necesitaba mucho dinero para construirla y me ayudó a pagar la deuda. Cuando necesitábamos algo, se lo pedíamos y él nos ayudaba siempre. Fomentaba mucho el trabajo.

¿Cómo lo describirías como persona?Excelente. Es muy conversador, muy amigable. Acá hablaba con todo el mundo, e iba a reuniones. Tiene buen trato. Si hay que hacer un chiste, lo hace y se ríe; si hay que ser duro o firme con algo, también lo hace. Tiene mucha libertad; no está atado

a rituales. Sabe cautivar. A él no lo “madru-gan”. Se muestra tal cual es.

¿Ves en sus acciones actitudes de jesuita?En parte es así por la experiencia que tiene, por el trato hacia todos. Tiene un don muy grande de humildad; es muy despojado de lo material, muy austero. Como jesuita, para él la formación es muy importante también.

¿Por qué creés que fue elegido para ser Papa?Porque quiere hacer un cambio muy gran-de en todo el mundo. Quiere que se mire a la Iglesia con otros ojos, que la gente tenga otro aprecio por la religión católica, que aumente la espiritualidad, que la Iglesia sepa que el camino a Cristo son los pobres. Quiere unir, quitar barreras.

Entrevista a Federico Wanca, hermano de la Mínima Compañía de Jesús

«(...) que vivan austeramente y que se priven de algunas cosas permitidas para sentir la pobreza con el pobre. No disfrazarse de pobre, sino sentirla con él; sentir la necesidad, para que cuando venga una persona a pedir ayuda, al entender su sufrimiento, podamos ayudarlo »

sentir la necesidad, para que cuando venga una persona a pedir ayuda, al entender su sufrimiento, podamos ayudarlo. Tiene un abandono total a la providencia de Dios.

¿Qué recuerdo tenés de Bergoglio en el Colegio Máximo?Cuando él estaba acá, en realidad yo estaba en el noviciado todavía. Pero me comentaban que trabajaba mucho, que dormía poco para trabajar más, que cuando los chicos llegaban tarde de los barrios por quedarse haciendo sociales los ponía a lavar las ollas (se ríe).

¿Qué mensaje destacarías?Que nuestra vida sea un apostolado, un atender permanentemente al necesitado. Que tengamos sed de todo: de justicia, de esperanza, de amor, de humildad, de pobreza, de transparencia. Que siempre nos falte un poquito de algo para querer complementarlo con obras de caridad, fraternales.

Entrevistas


Jero Cúneo

El papa Francisco, en este año entero como obispo de Roma, dejó una larga fila de palabras y expresiones logran-do crear un mensaje más directo y llano hacia la gente. Un neologismo puede definirse como una palabra nueva o expresión que aparece dentro de una lengua. Dentro de todos los gestos de acercamiento y humildad, los neolo-gismos o “bergoglismos” son una herramienta más de comunicación y proximidad con todo el mundo.

El diario de la Santa Sede, “L’Osservatore Romano”, convocó a un periodista argentino para que escribiera una

serie de artículos explicando estas nuevas palabras. Jorge Milla fue el que empezó a hablar de los “bergoglismos” de Francisco, creando así también un nuevo neologismo. Mi-lla es un periodista ex alumno de Bergoglio que comentó al diario del Vaticano lo siguiente: “No sólo nos acostumbró a actitudes inusuales y espontáneas, sino que nos enriquece con algunas expresiones directas, en el habla típica de la jerga de Buenos Aires. El uso recurrente que el pontífice hace del lunfardo con palabras como primerear, balco-near, pasarse de rosca, hacer lío, ningunear…”.

Bergoglismos

Primerear“El Señor nos primerea, nos está esperando. Pecás y te está esperando para perdonarte”.

Hacer lío“¿Qué espero como consecuencia de la Jornada de la Juventud? Espero lío (...) quiero lío en las diócesis, quie-ro que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle (...)”.

Misericordiando“Dejate misericordiar”. El lema de su pontificado es "Miserando atque eligendo". Se refiere a la elección que hizo Jesús de Mateo, un cobrador de impuestos, y se traduce como “lo miró con misericordia y lo eligió”.

Balconear“No balconeen la vida. Métanse en ella, como hizo Jesús”.

Callejeros de la fe“A los jóvenes hay que educarlos en la misión, a salir, a ponerse en marcha, a ser callejeros de la fe”.

Libertad chirle“Sé que ustedes no quieren vivir en la ilusión de una libertad chirle que se deja arrastrar por la moda y las conveniencias del momento. Sé que ustedes apuntan a lo alto, a decisio-nes definitivas que den pleno sentido a sus vidas”.

Pasado de rosca“Esta civilización mundial se pasó de 'rosca', porque es tal el culto que ha hecho al dios dinero que estamos pre-senciando una filosofía y una praxis de exclusión de los dos polos de la vida ( jóvenes y ancianos) que son las promesas de los pueblos...”.

A veces nos encontramos en el colectivo y nos damos cuenta de que pasaron 15 cuadras de las que no tenemos ni idea. En la vida se nos pasan 15 cuadras cada dos por tres. Cuadras de problemas, de necesitados, de maravi-llas. Y, de golpe, llega alguien que nos pone en la mano un resaltador bien brillante y nos dice… “subrayá esto, no te hagas el distraído”.

Hay inmigrantes africanos huyendo del hambre y la muerte en balsas llenas de hambre y muerte. Hay millones de jóvenes en el mundo bailando y cantando para pedir ayuda, ideas, escucha. La paz del mundo está colgando de un hilo medio reseco. Ese resaltador lleva la marca de Francisco. El Papa que en un año nos dijo “Despiértense, el mundo necesita de nuestras manos”. Ya no es opción quedarse dormidos… hay que mirar por la ventana y elegir dónde bajarse para ponerse en acción.

Nos venía bien un resaltadorLas acciones del Papa nos alertan y comprometen con la realidad del mundo y de nuestros hermanos más necesitados.

Por: Nichi Gorchs


“En la Iglesia soplan vientos del sur”, decía hace unos años el cardenal Walter Kasper, un gran pastor y teólogo alemán. Nadie hubiera imaginado que la potencia de ese viento sería tan fuerte como para traer desde los confines del mundo un Papa argentino. Yo, por lo menos, todavía me sorprendo de ver a Francisco hablando italiano con acento porteño desde el balcón del Palacio Apostólico.

Me piden un resumen de lo vivido en este tiempo. Vuelvo sobre varios textos es-critos en esos días, sobre los recuerdos que se agolpan como empuja-dos por el vendaval. Ese mismo que parece estar recorriendo las calles de Roma desde hace ya diez meses. Desde hace sólo diez meses…

Si ya ha venido en otras oportunidades a la Ciudad Eterna, quien viaja en estos días y respira hoy el aire de la plaza de San Pedro en un Ángelus o una Audiencia; quien participa de una misa en el Vaticano, o simplemente para un poco la oreja para escuchar a un par de romanos conversando, seguramente perciba que hay algo distinto en la ciudad. “¿Vio lo que hizo el Papa hoy?”. Sorpresa y novedad se han vuelto parte del paisa-je de una ciudad que, con sus 2800 años, no tiene demasiado lugar para el asombro. O al menos, eso parecería.

Desde que el 11 de febrero Benedicto anunció su renuncia, muchos tuvimos la misma sensación: se terminaba una etapa

de la Iglesia y empezaba otra. ¡Pero nadie podría haber antici-pado lo que se nos venía encima!

Tuve la suerte de poder participar de la misa de inicio del Cónclave. La Basílica llena hasta más no poder con gente de todo el mundo, pero con un sentimiento fuerte de ausencia: sin su obispo, sin el Papa… Y apenas 24 horas después, la fumata blanca y un “Buonasera” (Buenas tardes) que aún ahora parece ser para los italianos el gesto más importante de reforma de

Francisco. “Tenemos un Papa que nos dice «buenas noches», «buen almuer-zo»”, me decía un taxista pocos días después.

Pero el impacto va mucho más allá de la simpatía que pueda generar la figura de Bergoglio. Por primera vez en mi vida escucho a gente citar al Papa en el confesionario (y esto

se repite por todos lados); han sido muchísimos los que se acercaron a confesarse o a misa en Semana Santa por su tes-timonio. Al mismo tiempo, es muy llamativo ver a teólogos, religiosos y gente de Iglesia "curtida", por decirlo así, también conmovida y esperanzada.

¿Qué es lo que sorprende tanto? Quizás eso, lo primero que todos percibimos de Francisco es que es un hombre… normal. De carne y hueso. Al mes de comenzar su pontifica-do, en la Universidad Gregoriana (donde estoy estudiando), se celebró un encuentro para reflexionar sobre los primeros

Por P. Eduardo Mangiarotti

Un ciclón llamado Francisco

Roma, 20 de enero de 2014

“¿Vio lo que hizo el Papa hoy?”. Sorpresa y novedad se han vuelto

parte del paisaje de una ciudad que, con sus 2800 años, no tiene

demasiado lugar para el asombro.

“(...) han sido muchísimos los que se acercaron a confesarse o a misa en

Semana Santa por su testimonio. Al mismo tiempo, es muy llamativo ver a teólogos, religiosos y gente de Iglesia

"curtida", por decirlo así, también conmovida y esperanzada.”

Invitado Especial


pasos del Papa. El sacerdote jesuita que moderaba el en-cuentro dijo “nos ha golpeado la normalidad”. Saluda, lleva su propio portafolio, llama por teléfono… cosas de lo más ordinarias, pero que sacuden el polvo de otras épocas que lamentablemente todavía tenía encima el papado. Aquí en Italia es notable cómo la gente ve al Papa como un rey o un jefe de estado… y muchas veces son los más vinculados con la Iglesia los que tienen esa mentalidad de corte.

Me animaría a aventurar que parte del secreto de la velocidad con la que logró conectar con la gente reside en su estilo de comunicación. Palabras sencillas, imágenes plás-ticas, gestos contundentes, que no dejan mucho espacio para la interpretación. En el abrazo a los enfermos, el lavado de pies a los presos o la simpatía cómplice de una selfie con unos jó-venes se percibe una capacidad de transmitir mucho con poco. Si bien el Papa es poco afecto a las nuevas tecnologías, sabe cómo hacer llegar su mensaje en la era del Twitter. Y esto no es un detalle. El Papa sabe que las acentuaciones, el “cómo” se dirige la palabra a los demás, es tan importante como el qué, o mejor, es una parte esencial de lo que se desea expresar.

El contenido, con todo, no es un detalle menor. “La Iglesia es como un gran hospital”, ha dicho en su ya famosa entrevis-ta al Padre Antonio Spadaro en La Civiltà Cattolica. Es nece-sario curar las heridas, practicar la ternura, salir al encuentro. A los curas nos ha dicho y nos repite que seamos pastores con olor a oveja; a las monjas, que no sean solteronas; a los cardenales, que construyan la Iglesia; y a los funcionarios de la Curia Romana, que eviten el chusmerío (le chiacchere, como dicen acá). Al pan, pan, y al vino, vino. El contenido es lo esencial del Evangelio y del trato con los demás.

Y porque de lo esencial se trata, es un Papa profundamen-te kerigmático. Convencido de que tenemos que arrancar por renovar el encuentro personal y comunitario con Jesús. Creo

que es una de las cosas que más me gusta de él. Escucharlo hablar de Jesús, con simplicidad y llaneza. No porque los otros papas no lo hayan hecho, sino por el acento que pone Francisco en ese primer momento con el Señor. La Exhorta-ción Evangelii Gaudium invita de hecho a renovar esa entrega, en un tono más propio de un retiro que de un texto magis-terial: “Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso” (EG 3).

Y claro está, a nosotros no deja de golpearnos especialmen-te que sea un argentino. Alguien de nuestro país es el nuevo Vi-cario de Pedro. De ahí también que se vean en estos meses no sólo más turistas en general (6,6 millones de personas vinieron a participar de los distintos eventos presididos por el Papa en este tiempo, y Roma se ha visto desbordada por los peregrinos, dato más que sorprendente si uno tiene en cuenta que es una ciudad muy preparada para recibir grandes números de gente), sino también muchísimos compatriotas. Muchos han podido saludarlo o estar más cerca en una audiencia, misa o evento. Y la pregunta obligada de todos cuando saben que sos argentino, cura y en Roma es “¿Vos lo viste? ¿Hablaste con él?”.

En mi caso, tuve la oportunidad de saludarlo este último julio, al acompañar a Monseñor Ojea, de paso por Roma por distintos motivos y también para ver a Francisco. Varios me preguntaron en ese entonces cómo había sido. Y sólo tengo una palabra para definir ese encuentro: fue natural, absoluta-mente normal. Como decía antes, en esto mismo, sin embar-go, hay algo a mi parecer profundamente evangélico.

Por eso mismo, por esta humanidad tan rica que vemos todos en Francisco, me asusto y me enojo un poco cuando veo reacciones o deseos de acercarse al Papa que, no me caben duda,

están cargadas de cariño pero también de una cierta... bueno, no es la mejor palabra, pero lo diría "adolescencia". Como si el papa fuera un rockstar. Me parece contradictorio que si él mismo está buscando presentar una visión del ministerio petrino más simple, más pastoral, más despojada del peso de la historia última, nosotros vayamos en sentido contrario.

Sobre todo me preocupa porque me parece que muchas veces nos quedamos en lo anecdótico de haberlo visto, tocado, escuchado, y no con lo que dice y hace. Con sus gestos, tanto o más cargados que sus palabras, que, hoy como antes, cuando era arzobispo de Buenos Aires, interpelan. Me inquieta que lo que dice sobre los pobres, la violencia y la injusticia quede re-legado frente a otros detalles mucho más circunstanciales; que la centralidad de Jesús que pide y anuncia quede opacada por mirarlo más a él (algo que él mismo procura evitar de manera clara y contundente en sus apariciones públicas). El riesgo es enorme: convertirlo en una figura de estampita, tan linda como distante y tan elevada como inocua.

A lo largo de estas últimas décadas, hemos tenido increíbles pastores en la sede de Pedro, cada uno con sus riquezas y sus límites. Ahora lo tenemos a él. Ojalá podamos aprovecharlo al máximo, pero para que haya un vínculo profundo con el pastor, hace falta evitar tanto la distancia de la crítica y la ironía como la de un amor que se quede en los detalles y no vaya al centro, a lo esencial. Que es lo que el papa Francisco más quiere trans-mitir, desde su nombre mismo: el nombre de un gran enamo-rado de Jesús, un hermano universal, un amante de la pobreza y los pobres, de la creación y de la paz.

Creo firmemente que nos encontramos en un tiempo fa-vorable, un tiempo del Espíritu. Se están abriendo ventanas y puertas. Francisco nos está invitando a dar un paso más en el seguimiento de Jesús y el servicio a los hermanos. La pregunta es ¿nos atreveremos a hacerlo?

“A los curas nos ha dicho y nos repite que seamos pastores con

olor a oveja; a las monjas, que no sean solteronas; a los cardenales, que construyan la Iglesia; y a los

funcionarios de la Curia Romana, que eviten el chusmerío (le

chiacchere, como dicen acá). ”

“Me inquieta que lo que dice sobre los pobres, la violencia y la injusticia

quede relegado frente a otros detalles mucho más circunstanciales; que la centralidad de

Jesús que pide y anuncia quede opacada por

mirarlo más a él (algo que él mismo procura

evitar de manera clara y contundente en sus

apariciones públicas). El riesgo es enorme:

convertirlo en una figura de estampita, tan

linda como distante y tan elevada

como inocua.”

Invitado Especial


Por Leonardo Boff

Invitado Especial

El Papa de la libertad de espíritu y de la razón cordial

Una de las mayores conquistas de la perso-na humana en su proceso de individuación es la libertad de espíritu. La libertad de espíritu es la capacidad de ser doblemente libre: libre de los mandamientos, normas, estándares y protocolos que fueron inventa-dos por la sociedad y las instituciones para uniformar comportamientos y moldear per-sonalidades según tales determinaciones. Y fundamentalmente significa ser libre para ser auténtico, pensar con su propia cabeza y actuar de acuerdo a su norma interior, madurada a lo largo de toda la vida, en resistencia y tensión con esos mandatos.

Y esta es una lucha titánica, pues todos nacemos dentro de ciertas determinaciones que son independientes de nuestra voluntad, sea en la familia, en la escuela, en el círculo de amigos, en la religión y en la cultura que

dan forma a nuestros hábitos. To-dos estos elementos actúan

como superyós que pue-

Damasia,Por intermedio de la amiga en común María José supe de tu interés para que escriba algo para la comunidad de San Isidro por el primer año del papa Francisco. Lo haré con gusto. También puedes tranquilamente usar mis artículos para animar a tu comunidad.Un fuerte abrazo en el Señor.L. Boff

*Teólogo y filósofo.Acaba de publicar Francisco de Asís y Francisco de Roma, Mar de Ideas, Río 2013, que pronto será también publicado en español.

“(...) ha adaptado la figura del Papa a su estilo personal, a sus hábitos y a sus convicciones”

den ser limitantes y en algunos casos hasta castradores. Lógicamente, estos límites tienen una función reguladora importante. El río llega al mar porque tiene márgenes y lími-tes, pero estos también pueden represar las aguas que deberían fluir; entonces se salen por los lados y se convierten en charcos.

Las actitudes y los comportamientos sorprendentes del actual obispo de Roma, como a él le gusta presentarse, común-mente llamado papa Francisco, nos evocan esta categoría tan determinante de la libertad de espíritu.

Normalmente, el cardenal nombra-do Papa pronto encarna el estilo clásico, hierático y sacral de los Papas, ya sea en la vestimenta, en los gestos, en los símbolos del poder sagrado y supremo, y en el lengua-je. Francisco, dotado de una gran libertad de espíritu, ha hecho lo contrario: ha adaptado la figura del Papa a su estilo personal, a sus hábitos y a sus convicciones. Todo el mundo conoce las rupturas que ha introducido sin mayor ceremonia. Se aligeró de todos los símbolos de poder, especialmente de la cruz de oro y piedras preciosas y de esa pequeña capa (mozzetta) que llevaban los otros, llena de brocados y joyas, otrora símbolo de los

emperadores romanos paganos. Sonriente dijo al secretario que quería ponerla sobre sus hombros: "guárdela porque el carnaval ha terminado". Se viste con mayor sobriedad, de blanco, con sus zapatos negros habituales y, por debajo, con sus pantalones, negros también. Prescinde de todos los servicios asignados al Pastor supremo de la Iglesia, empezando por el palacio papal que ha reem-plazado por una hospedería eclesiástica, y come con los demás huéspedes. Piensa antes en Pedro, que era un rudo pescador, o en Jesús, que según el poeta Fernando Pessoa, «no sabía nada de contabilidad ni consta que tuviera biblioteca» pues era un «factótum» y un simple campesino mediterráneo. Se siente sucesor del primero y representante del segundo. No quiere que le llamen Su


Invitado Especial

Santidad, porque se siente «hermano entre hermanos», ni quiere presidir la Iglesia en el rigor de la ley canónica, sino en la caridad, que es cálida.

En su viaje a Brasil no ha hecho espectá-culo, aquí está su libertad de espíritu: desea como transporte un vehículo popular, un jeep cubierto para poder moverse a través la

multitud, se detiene para abrazar a los niños, para beber un poco de mate, para intercam-biar su solideo papal blanco por otro medio chafado que le ofrece un fiel. Durante la ceremonia oficial de bienvenida del gobierno, que sigue un estricto protocolo, después del discurso se dirige a la presidenta Dilma Rousseff y la besa para consternación del maestro de ceremonias. Y hay muchos otros ejemplos.

Esta libertad de espíritu trae un brillo innegable hecho de ternura y vigor, las características personales de San Francisco de Asís. Se trata de una persona de gran entereza. Estas actitudes personales serenas y fuertes muestran un hombre de gran ternura que ha realizado una síntesis personal significativa entre su ser interior y su yo consciente. Es

lo que se espera de un líder, sobre todo religioso. Evoca al mismo tiempo ligereza y seguridad.

Esta libertad de espíritu se ve re-forzada por el espléndido rescate que hace de la razón cordial. La mayoría de los cristianos están cansados de doctrinas y se muestran escép-ticos ante las campañas contra los enemigos reales o imaginarios de la fe. Todos estamos impregnados hasta

la médula de la razón intelectual, funcional, analítica y eficiente.

Ahora viene alguien que en todo momento habla desde el cora-zón, como lo hizo en su discurso a la comunidad de la favela de la

Varginha o en la isla de Lampe-dusa. En el corazón es donde mora el sentimiento profundo por los demás y por Dios. Sin el corazón las doctrinas son frías y no plantean ninguna pasión. Ante los

supervivientes venidos de África, confiesa: «Somos una sociedad que ha olvidado la

experiencia de llorar, de ‘sufrir con’: la globalización de la indiferencia nos ha quitado la capacidad de llorar». Sentencia

con sabiduría: «La medida de la grandeza de una sociedad viene dada por la forma como trata a los más necesitados».

Según esta medida, la sociedad global es un pigmeo, anémica y cruel. La razón cordial es más eficaz en la presentación del sueño de Jesús que cualquier doctrina erudita y con-vierte a su principal mensajero, Francisco de Roma, en una figura fascinante que llega al corazón de los cristianos y de otras personas.

“(...) brillo innegable hecho de ternura y vigor”

Donación de espacio Club Náutico

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:

donde haya odio, ponga yo amor,

donde haya ofensa, ponga yo perdón,

donde haya discordia, ponga yo unión,

donde haya error, ponga yo verdad,

donde haya duda, ponga yo la fe,

donde haya desesperación, ponga yo esperanza,

donde haya tinieblas, ponga yo luz,

donde haya tristeza, ponga yo alegría.

Oh Maestro, que no busque yo tantoser consolado como consolar,ser comprendido como comprender,ser amado como amar.

Porque dando se recibe,olvidando se encuentra,perdonando se es perdonado,y muriendo se resucita a la vida eterna.


Con mucha alegría y gratitud a Dios, recibimos la noticia de que Francisco, quien caminó nues-tras calles, conoce nuestra realidad y acompañó la vida de los jóvenes de nuestro país, es ahora quien anima y acompaña a toda la Iglesia como sucesor de Pedro. Él conoce nuestra historia y nuestra gente, conoce de lo que somos capaces

y también de los sufrimien-tos de esta patria grande que es Latinoamérica… es uno de nosotros.

Son muchas las palabras dichas como cardenal que han tocado los corazones de los jóvenes. Su fuerza para proclamar la dignidad de la vida (en especial la de los que sufren o están margina-dos), su compromiso social, su capacidad para anunciar con tanta fuerza la cultura de la vida (familia, amistad, esperanza) y para denunciar la cultura de la muerte (drogas, corrupción, trata de personas, injusticias).

Sin duda su carisma, simpatía, gestos de humildad y actitud de cercanía son reflejo de la Iglesia que queremos como jóvenes cristia-nos. Sus palabras nos alientan, pero también nos cuestionan, nos interpelan y nos llaman a

comprometernos cada día más con el Evange-lio. Utiliza palabras sencillas y cotidianas para nosotros como “transpirar la camiseta”, “bal-conear la fe”, “no aflojen”, “atletas de Cristo”, que nos llegan y atraviesan muy de cerca.

Él nos alienta a ser misioneros, a salir de las fronteras, de lo conocido, de las comodidades, de lo mundano; nos invita a salir a la calle, nada menos que para servir, al estilo de Jesús que “Llegó junto a él, al verle tuvo compasión y acercándose vendó sus heridas” (Lc.10, 33).

Llegar al joven para comprender sus situa-ciones, no para condenarlas. Acercarse como lo hizo Jesús en el camino de Emaús, poner-nos en camino con ellos, escuchar de lo que van hablando, hacerles preguntas, conmover-nos, cuestionarnos con ellos y proponerles un encuentro que llene de sentido sus vidas.

Sus palabras y gestos nos ayudan en este tiempo a salir a las calles, a encontrarnos con los más necesitados, a defender la dignidad de la vida y a luchar por la justicia… en pocas palabras, a no estancarnos.

Con frecuencia, resalta la importancia del joven en la Iglesia destacando el entusiasmo, la creatividad y la alegría que nos caracteriza para llevar a Cristo a cualquier ambiente.

En la misa de clausura de la Jornada Mun-dial de la Juventud resaltó: “No se queden en la cola, sean protagonistas”… Ser protago-

nistas implica asumir el desafío de ser Joven HOY. Los jóvenes somos protagonistas y agentes del Reino de Dios, vivo y operante entre nosotros. Nuestro protagonismo se da a través de la participación juvenil en los distintos espacios de reflexión, planificación, organización y toma de decisiones, con la ca-pacidad de promover cambios estructurales en la sociedad de la que somos parte.

“Hagan lío” fue uno de los mensajes que el papa Francisco nos dejó a todos los jóvenes en el encuentro que tuvo con los argenti-nos durante la Jornada Mundial. ¿Y cómo hacemos lío los jóvenes argentinos? Como fruto de un camino recorrido y en comunión con lo que en este tiempo histó-rico Dios nos pide, nos encontramos transitando como Iglesia joven un proceso de revitaliza-ción de la Pastoral de Juventud Argentina. Un proceso participativo y de conversión personal y comunitaria en las comunidades juveniles, diócesis y movimientos para seguir construyendo la civilización del amor, y hacer vivo y operante el Reino de Dios en me-dio nuestro.

Como signo y memoria de este proceso, elegimos la Cruz de San Damián, esa misma que fue ben-decida por nuestro papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro. Queremos que la cruz salga a las ca-lles y recorra todas las dió-cesis de nuestro país, que especialmente se acerque a los lugares de dolor, desesperanza, soledad y sufrimiento, para que renueve nuestra fe y la de los más necesitados.

Sin duda es Jesús quien nos convoca y nos llama a construir la civilización del amor, pero Francisco es para todos los jóvenes un modelo de discipulado misionero el cual estamos llamados a vivir.

Encomendamos a nuestra Virgen de Luján la vida de todos los jóvenes argentinos y de nuestro querido papa Francisco, para que acompañe y proteja su misión en la Iglesia.

Por Lorena Chagas

Invitada Especial

*Coordinadora Nacional de la Pastoral de Juventud Argentina Conferencia Episcopal Argentina Pastoral de Juventudwww.pastoraldejuventud.org.ar

“Hagan lío”"Sus palabras y gestos nos ayudan en este tiempo a salir a las calles, a encontrarnos con los más necesitados, a defender la dignidad de la vida y a luchar por la justicia… en pocas palabras, a no estancarnos."

“No se queden en la cola, sean protagonistas"

"Sin duda es Jesús quien nos convoca y nos llama a construir la civilización del amor, pero Francisco es para todos los jóvenes un modelo de discipulado misionero el cual estamos llamados a vivir."


Dama Julianes

Entrevista

¿Cuáles son las formas de oración?En primer lugar, hay que tener un corazón sensible frente a la realidad; o sea, si la oración es el

encuentro con Dios, ¿qué es lo que nos hace encontrar con Dios? En

principio, son dos realidades: las ma-ravillas de Dios y las miserias del hombre.

San Agustín comparaba la oración con una mariposa. La mariposa tiene dos alas a la derecha y dos alas a la izquierda. Las alas de la derecha son las maravillas de Dios y las de la izquierda, las mise-rias del hombre. Frente a las maravillas de Dios, la primera actitud de oración es la alabanza. Cuando eso lindo es para mí, entonces yo agradezco. La segunda actitud es agradecer. Eso se puede hacer de rodillas, parado, cami-nando en el colectivo, o donde sea. Pero, si miramos alrededor, tam-bién vemos miserias. Entonces hay otras dos actitudes: la súplica y el perdón.

Esas son las cuatro grandes motivaciones para rezar. La mariposa, con esas cuatro alas vuela; si le falla una de las 4 alas, se cae. Después, las formas dependen de cada uno. El papa Francisco, cuando le preguntaron cómo rezaba él, dijo que le gusta hacer ora-ción memoriosa, dejar que vayan pasando los recuerdos, las personas que quiere.

A mí, por ejemplo, me resulta muy difícil estar arrodillado frente al Santísimo duran-te más de 5 minutos; en cambio, puedo estar sentado frente a la Virgen media hora sin problemas. Y, sobre todo, lo que más me gus-ta es cuando camino por el campo una hora todos los días y rezo cuatro rosarios… cami-nando, con la naturaleza, camino nomás.

Bergoglio es un hombre de mucha ac-ción. ¿Qué componente juega la oración en la acción?Miremos un molino de viento. Es una rue-da que da vueltas con el viento y después tiene como una especie de pistón que aga-rra abajo un émbolo, hace vacío y saca agua. A veces te das cuenta de que el molino está andando muy rápido y decís “mmm... este está desconectado del pistón, este no saca agua”. Cuando saca agua, el molino pesa.

De alguna manera, pasa lo mismo con la acción. Uno puede tener mucha acción;

pero, si no tiene un contacto con Dios, con el espíritu, esa acción queda. El molino gira, pero no saca agua.

Creo que una per-sona que quiere hacer fecunda su acción tiene que tener también mo-mentos muy profundos. Bergoglio, para tener suficiente serenidad

para enfrentar los problemas internos de la curia, soplar a algún cardenal que anda molestando o hacerle frente a algo como escribirle una carta a Putin para que pare una posible guerra, tiene que tener mo-mentos muy intensos de estar delante de un ícono y dejarse mirar por Dios.

Con respecto a los más humildes, quie-nes han sido relegados en este sistema de Iglesia y comunidad actual, ¿creés que Francisco puede reivindicar esta situación?Lo está haciendo y de una manera muy muy fuerte. Si uno lee la Exhortación Apos-tólica La Alegría del Evangelio, gran parte de ésta pone una clara atención a lo que son, ya no los oprimidos, sino los excluidos de la Iglesia. Es muy fuerte esa idea que

Ser molinoEntrevista a Mamerto Menapace, abad benedictino

«(...) podrán cambiarse

muchísimo las estructuras pero,

si no cambia el interior, la

motivación por la cual lo

hacemos, lo mismo se va

a convertir después en un

lastre »

«(...) un hombre que irradia

alegría, a pesar de que está en

el centro de los problemas »

«Creo que una persona que quiere

hacer fecunda su acción tiene que

tener también momentos muy

profundos »

*Mamerto Menapace es un abad benedictino autor de gran cantidad de libros.

Algunos de sus cuentos ya clásicos para varias generaciones. Su labor

sacerdotal y su actividad literaria han ido de la mano.

Los Toldos, 24 de diciembre de 2013

Roma, 20 de enero de 2014


dijo delante de los periodistas y que sonó como una bomba: "Quiero una Iglesia pobre para los pobres".

Y para Navidad dio directamente un mensaje a los cartoneros. Creo que es la primera vez que los cartoneros sienten que un cura les habla… y que sea el Papa… ¡un Papa que les habla en lenguaje porteño!

Es evidente que este Papa va a ser recor-dado como un hombre que quiso limpiar la Iglesia de estructuras perimidas, no sólo de palabra sino con los hechos. Me parece que realiza signos que está como querien-do decir: “Basta de zapatillas rojas y de anillos de oro”. Cuando le pregunté al abad primado, alemán, “E cosa ti sembra. ¿Qué le parece este Papa argentino?”, me respondió en italiano: “Al fin un uomo normale. Me pa-rece lindísimo. Es un hombre normal”.

Bergoglio dijo que anhelaba "Una Iglesia pobre y para los pobres". Esto también quería Carlitos Mugica, gran amigo tuyo. Carlitos venía de una sociedad, de un estilo de familia de alta sociedad, con mucha dife-rencia, y él lo notaba. Lo dice y lo pide en su oración. Este dicho del Papa, "Una Iglesia pobre para los pobres", supera un poco ese momento que le tocó vivir a Mugica, que era

desde una Iglesia rica ayudar a los pobres. Yo creo que los curas villeros hoy están

tomando una actitud un poco diferente, están viviendo en las villas y aprendiendo, de los villeros, una cultura villera, que es la cultura del encuentro, la cultura del com-partir, la cultura de la defensa mutua.

La cultura es una manera de relacionarte con Dios, con los demás y con la tierra. Es una cosa que se transmite de generación en gene-ración y va cambiando permanentemente.

Entonces, para mí, hay dos palabri-tas claves: Identidad e Integración. Es importantísima la identidad, que la mujer sea mujer, que no quiera imitar al varón. Y después, Integración: no hacer una cultura de la confrontación. Entonces me parece que el trabajo de los grupos que se llama pastoral para las villas está teniendo justa-mente esto que nace un poco de Bergoglio: una Iglesia pobre para los pobres.

Yo todavía pertenezco a una generación en la que se creía que la Iglesia tenía que tener el máximo poder para poder ayudar a los pobres. Entonces se hacían grandes colectas y todo para que la Iglesia tuviera poder. Se hacían grandes colegios, y con esos grandes colegios se financiaban pe-queños colegios en los barrios.

El otro día fui a Nordelta y el Padre Aníbal Filipini dijo: “Me interesa más el encuentro.

No hagamos grandes cosas en Nordelta para ayudar al bajo Boulogne, sino más bien vayan al bajo Boulogne y compartan”.

Juampi Jasminoy, por ejemplo, creo que es una gran síntesis. Un hombre que viene de un tipo de ambiente, pero se fue a Virreyes, y en Virreyes trabajó un montón. Hicieron un club, un equipo de rugby con aspiración de llegar a primera. Es intere-sante, porque hay una identidad: ellos se sienten de Virreyes. El éxito les da identi-dad: “soy de Virreyes y puedo jugar al rug-by en primera”. Y después, la integración.

Vemos en Francisco muchos cambios en las formas, ¿qué cam-bios profundos creés que puede llegar a lograr?En primer lugar, yo creo que ha habido un cambio en él. Bergoglio no era un hombre de

sonrisa en Buenos Aires. Va allá y, después de esta conversión de la dureza del espíritu, es un hombre que irradia alegría, a pesar de que está en el centro de los problemas. Es una persona que en este momento busca ser más amado que temido. Un gran cam-bio. La autoridad en general prefiere ser temida, se siente más cómoda frente a per-sonas que la respetan. El que ama, invade; uno está muy expuesto cuando es amado. Fui a verlo y no pedí una audiencia, “Yo voy a ir con toda la gente del pueblo un do-mingo”; y empezó a llover. Me impresionó porque, sin dejar de ser una autoridad, es impresionante la actitud que tiene la gente cuando aparece. Pidió un ratito de silencio: 40.000 personas bajo la lluvia en silencio.

Con respecto a los cambios, en primer lugar, yo creo que muy difícilmente se va a poder retornar a algunas cosas anteriores. Como dice el Papa: podrán cambiarse mu-chísimo las estructuras pero, si no cambia el interior, la motivación por la cual lo ha-cemos, lo mismo se va a convertir después en un lastre.

Claramente, tiene una popularidad enorme en muchos países, pero no ha tenido el apoyo de los sectores más conservadores de varios países.Ah, pero eso es una suerte. Mirá, Don Quijote decía: “Ladran Sancho, señal que cabalgamos”. Los bichos que carecen de esqueleto, necesitan caparazón; es un viejo

axioma de biología. Entonces algunos pre-ferirían el caparazón, defender la Iglesia, atrincherarse en los valores. Sin embargo, los valores no hay que defenderlos, hay que difundirlos.

Yo no lucharía demasiado contra el matrimonio igualitario, yo defendería el matrimonio. Qué lindo que es el matrimo-nio entre el hombre y la mujer jóvenes que se quieren, que quieren tener hijos. Procla-mar ante el mundo una cosa linda. El Papa dijo que ya basta de hablar tanto en contra del aborto. La doctrina está muy clara; no por insistir se va a lograr más. La doctri-na no va a cambiar. Ahora tenemos que proclamar al mundo lo lindo que tenemos. Proclamar el Evangelio más como un don que como una exigencia. La mejor manera de defender el matrimonio es proclamar un lindo matrimonio, porque con el tiempo va a ser una cosa rara.

Los sectores conservadores que están en contra, ¿ponen en duda ahora la infalibilidad papal?Ese es el problema: mientras el Papa diga lo que yo quiero, el Papa manda. Sin embargo, ya ha pasado que el Papa ha dado determina-da Exhortación y el cardenal "x" (que es un cardenal jefe de la signatura apostólica) ha di-cho que ese documento del Papa, la Exhorta-ción, “no va a quedar como de la Iglesia”. O sea, mientras el Papa dijo cosas afines a él, era "infalible"; ahora cuando opina distinto que él...

Yo creo que sería tristísimo que el Papa no fuera contradicho, que el Papa no fuera criticado. Porque, si no suscito la bronca de los que piensan diferente, algo me está pasando.

¿Creés que el Papa corre peligro de muerte?Jesús era muy consciente de que marchaba hacia ahí. Creo que Francisco lo dijo una vez en el avión: “Yo no tengo ningunas ganas de tener enemigos, pero sé que haciendo esto voy a tener gente que esté en contra”. Rezo mucho para que no le suceda; pero, si en el misterio de Dios, él tuviera que dar la vida, ya la dio. Y lo cierto es que no anda buscando seguridades. En Brasil quiso un auto sin vidrios blindados. Dijo: “Yo no puedo presentarme frente a mi pueblo en una jaula, yo quiero estar cerca”.

«(...) la cultura del encuentro, la cultura del compartir, la cultura de la defensa mutua »

« sin dejar de ser una autoridad,

es impresionante la actitud que tiene la gente

cuando aparece »

« (...) los valores no hay que defenderlos, hay que difundirlos »

Entrevista


Por Claudio Epelman

Invitado Especial

La República Argentina es un caso singular en el mundo. El país, mayoritariamente cristiano, recibió hace más de 100 años la inmigración de judíos y musulmanes. Hoy en día, es una sociedad en donde la convivencia interreligio-sa se vive con una profunda naturalidad.

Escenas típicas de Argentina son algunas que para un incauto observador podrían pasar inadvertidas, por la espontaneidad y la natu-ralidad: un judío discutiendo de fútbol con un protestante en un café, un árabe comercian-do con un judío en el barrio porteño de Once, niños de diversas religiones estudiando en la misma aula de una escuela pública.

¿Qué tiene esto de singular? Pues al menos dos cosas:1. Es difícil encontrar otro país en donde esto ocurra con la naturalidad de Argentina.2. A pocos sorprenden estas cosas, pues se encuentran tan arraigadas en la cultura que pasan inadvertidas.

A partir de la elección del cardenal Bergoglio como sucesor de Pedro, mu-chas historias y anécdotas del ahora papa Francisco fueron divulgadas por la prensa. Éstas despertaron gran curiosidad pero poca sorpresa, pues la convivencia entre las religiones se vive con naturalidad.

La situación se debe a muchos factores sociales, culturales y políticos. Entre estas causas, podríamos citar las olas de inmi-grantes que recibió Argentina; la política de guardapolvos blancos, que nos hacían a todos

iguales; la educación laica; y tantas otras.Podríamos listar los motivos de otra

manera, señalando otros fenómenos, pero también coincidiríamos en que la convivencia que tenemos no es resultado de la Provi-dencia Divina, sino que obedece al trabajo de una sociedad que procuró el respeto al prójimo como un pilar de sus valores.

Diversos líderes han invertido muchas horas predicando la convivencia para alcanzar esta situación. Sin dudas, el mayor de estos ejemplos es el papa Francisco, quien perso-nalmente se involucró en el diálogo interre-ligioso en su tiempo como obispo de Buenos Aires. Éste fue para él un tema tan significa-tivo que, a pesar de sus complejas ocupacio-nes, dedicó momentos para relacionarse con líderes de otras religiones. Su trabajo, y el de otros tantos de las diversas religiones que habitan nuestro país, han construido un mo-saico de diversidad interreligiosa que dialoga, coopera y construye día a día la convivencia como un valor de la Argentina.

Rechazo a la violenciaNos enseña la historia judía que Hillel,

uno de los más importantes sabios y maes-tros judíos del Siglo I antes de la Era Común, una vez fue increpado con gran sorna por un romano que le dijo: “Dime la esencia del judaísmo mientras estoy parado sobre sólo una de mis piernas”, como una forma de obligarlo a contestar con unas pocas palabras. Sin du-dar, Hillel respondió: “Ama a tu prójimo como a ti mismo… lo demás son comentarios”.

Amar al prójimo como a uno mismo: esta es la enseñanza de nuestra tradición judía que, sin dudas, es común a todos. Sabemos que si sembramos prejuicio cosecharemos odio, así la historia lo ha probado en muchas oportunidades. Como líderes religiosos, tenemos frente a nosotros, cada día, una opción de mensaje que queremos predicar: sembrar prejuicio, estereotipos y resenti-miento en el prójimo o amarlo como a noso-tros mismos. Según la opción que tomemos será el mundo que construyamos.

Tenemos frente a nosotros la opción del amor al prójimo, o el prejuicio, el odio y la violencia. Hillel sintetizó alrededor del amor; otros lo hacen desde el odio.

Hace algunas semanas, una ceremonia en conmemoración del inicio de la persecución a los judíos en la Segunda Guerra Mundial (conocida como la Noche de los Cristales Rotos), llevada a cabo en la Catedral de Buenos Aires, fue irrumpida por un grupo de fanáticos religiosos. Días después, el papa Francisco expresó sobre lo ocurrido: “la violencia no es un acto de fe; y la intolerancia debe ser erradicada”.

En los últimos meses, varios templos fueron atacados en la Argentina. Ante los episodios, hubo una respuesta generali-zada de líderes de las distintas religiones en rechazo absoluto a estos sucesos. Esta reacción por parte de las diferentes comuni-dades religiosas es otra muestra de que en el país existe respeto, tolerancia y compromiso hacia el prójimo.

Ponernos en el lugar del otro es la me-jor forma de comprenderlo. Sin compren-sión será difícil el respeto. Con sensibilidad por la agresión al otro, no callaremos ante la violencia.

Mensaje de optimismoConvencidos de que el respeto es un

factor esencial, un grupo de judíos, católicos y musulmanes estamos prontos a promover un significativo emprendimiento: contar al mundo que la convivencia entre las religiones es posible, y que la sociedad argentina es una prueba de ello.

40 referentes de las 3 comunidades co-menzaremos una peregrinación por el Medio Oriente, anticipando el recorrido que pocas semanas después hará el papa Francisco. De esta manera, llevaremos un mensaje propio de nuestra sociedad que esperamos que, en una zona de la tierra sesgada por el conflicto, se pueda mostrar la contracara de la mone-da. Juntos, líderes de las distintas comunida-

Un modelopara exportar

* Director Ejecutivo del Congreso Judío Latinoamericano, Rama Regional del Congreso Judío Mundial

Jóvenes católicos de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de San Isidro y jóvenes de la comunidad judía acondicionaron y pintaron juntos aulas de la escuela estatal, ESB 28, en Boulogne, Provincia de Buenos Aires.


des, esperamos podamos impartir y compar-tir un mensaje de optimismo y coexistencia, mostrando que las cosas pueden ser distintas en otra región de la tierra.

Esperamos encontrarnos con las autori-dades de Israel, Jordania y Palestina con el mensaje tan propio de la Argentina: per-secuciones, violencia y muerte pueden ser cambiados por convivencia. Para finalizar este recorrido, nos encontraremos con el papa Francisco en el Vaticano. Esta idea es fácil de enunciar y estamos trabajando para hacerla parte de nuestras sociedades llevando este modelo como ejemplo.

Celebración conjuntaHace algunos pocos años, y por dos veces

consecutivas, el año nuevo judío -Rosh Has-hana-, coincidió con el final del sagrado mes islámico de Ramadan. Este es un hecho poco habitual, puesto que el calendario islámico es lunar y el judío es una combinación de lunar y solar. Esto hizo que posteriormente estas celebraciones se fueran desfasando y que cada una se festejase en momentos distintos del calendario gregoriano. En los dos años en que coincidieron, el entonces Gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, fue anfitrión de un festejo conjunto del que participaron líderes judíos, musulmanes y el arzobispo de Córdo-ba, en compañía también del Intendente de la Ciudad, de un partido político distinto al del Gobernador.

Todos juntos, alrededor de una mesa, com-partimos un almuerzo para festejar. Juntos sin perder la identidad, juntos para mostrar que

la convivencia es posible, juntos para vencer prejuicios, juntos para dar un mensaje a los intolerantes, juntos para educar a nuestros hijos y juntos para hacer un país mejor.

La fiesta tuvo algunos discursos. Recuerdo haber sido invitado en ambas oportunidades para dar mi mensaje. A decir verdad, en am-bas ocasiones repetí lo mismo, pues debía ser un mensaje especial para esa única oportuni-dad que se repitió por dos años consecutivos.

Mientras comíamos, cantábamos, conver-sábamos y escuchábamos algunos discursos, pasaba algo muy llamativo que no podía dejar de ser señalado. En esas oportunida-des dije: “Qué distinto sería el mundo si en cada ciudad judíos, cristianos y musulmanes pudiéramos festejar en conjunto”. Ese es el desafío que tenemos por delante los líderes religiosos: crear convivencia que nos permita celebrar juntos, y así hacer de este mundo un mundo muy diferente.

Estas situaciones no son producto del azar. Responden a líderes de las comunidades que entendieron que este capital de la socie-dad debía ser desarrollado y cuidado.

Entre los principales artífices de esta situación se destacó Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, hoy papa Francisco que, en su tiempo, trabajó denodadamente junto a muchos de quienes formarán parte de la delegación que viajará semanas antes que el Papa a la región. Llevarán el mensaje de que a la convivencia la construyen los hombres.

Creemos que este mensaje de optimismo argentino da al país un lugar especial cuando se habla de convivencia interreligiosa.

Invitado Especial


ñar un proceso de renovación, un proceso primaveral, de cambios en la Iglesia, que pueda darle un nuevo impulso misionero y un compromiso más intenso con nuestros hermanos más pobres.

¿En qué se siente representado por este Papa?Me siento representado en su apertura de pensamiento, en cada gesto de cercanía para con los hermanos, en el anuncio de la cultura del encuentro, en la sensibili-dad que tiene para los males del mundo moderno y para ciertos tipos de pobrezas que son manifiestas particularmente en América Latina: las adicciones, la trata de personas, la violencia, el desquicio familiar y el individualismo a ultranza. Hay muchas cosas en las que me siento representado por nuestro Papa. Y siento que podemos hablar un mismo lenguaje.

En cuanto a la figura del obispo, ¿usted cree que sería bueno que se pensara en algún cambio?Sí, me parece importante que el obispo vaya teniendo cada vez más el lugar del promotor de la unidad, delegando muchas responsabilidades. También me parece importante el trabajo en la colegialidad, en el gobierno de la Iglesia, y el ubicarnos en un lugar mucho más pastoral del que tenemos ahora (si bien ha habido avances, no son los suficientes).

¿Cuáles son los aspectos de la Iglesia que más están cambiando con el papado de Francisco?La conciencia de una Iglesia que abarca a la comunidad de los bautizados, no solamen-te a la gente que va a misa. Hay un respeto muy grande por la comunidad bautismal, una tendencia a escucharla y a respetar la piedad popular encarnada en la cultura popular como un medio de evangelización; una conciencia de una Iglesia pobre para los pobres. Creo que vamos a vivir con la gracia de Dios, y con este nuevo impulso vamos a tener los lineamientos de una Igle-sia más austera, pobre, humilde, abierta, misericordiosa, dialogante, ecuménica, religiosa, orante y misionera.

¿Cuáles piensa que son los principales desafíos de Francisco con respecto a la situación actual de la Iglesia?El cambio en la estructura organizativa de la curia romana, la descentralización progresiva en el gobierno de la Iglesia y la renovación que ha propuesto de la figura del Papa, que es el servidor de la unidad pero al mismo tiempo propone un gobierno más colegiado de la Iglesia.Va a tener que enfrentar pensamientos diversos en el seno de la Iglesia, va a haber muchos que no estén de acuerdo con él. Me parece que va a tener un desafío grande en cómo manejar las divisiones internas de la Iglesia. Y otro desafío es el aporte para la paz en un contexto de una Iglesia católica lanzada a un ecumenismo más pleno.

¿Hay algo más que quiera agregar?Tenemos que rezar por él y tomarnos en serio el pedido, porque el rezar crea un vínculo de comunión, ayuda a sostenernos mutuamente. Esta insistencia no es en vano, sino que tiene un fundamento muy grande, así que los invito a rezar para que el Papa viva muchos años, tenga buena salud y para que pueda seguir sirviendo a la Iglesia en los hermanos más pobres, en los jóvenes, en los ancianos y en las familias.

Mechi Ruiz Luque

Entrevista

Elija 5 adjetivos que crea que son los más representativos para hablar del papa Francisco.Autenticidad, frescura, entrega total, ale-gría, compromiso.

Usted, que tuvo cierta cotidianidad con Bergoglio, ¿le llaman tanto la atención, como a todos los medios internacionales, sus gestos, y que sea noticia por esto?A mí personalmente no me llama tanto la atención porque, teniendo siempre un perfil bajo y una característica de suma hu-mildad, había destellos mientras estaba en Buenos Aires de las cosas que ahora vemos a través de los gestos.Creo que ahora ha alcanzado una pleni-tud de aquello que estaba en germen. Y, personalmente, pienso que hay una gracia especial del Espíritu Santo. Lo veo particu-larmente luminoso, pero no me asombra

porque va en la línea de lo que hacía antes, aunque no fuera con tanta nitidez y con-tundencia como ahora.

¿Se imaginaba que podía llegar a haber algún Papa argentino y que Bergoglio pudiera elegir el nombre de Francisco?No imaginé jamás que pudiera ser elegido Papa, y jamás que pudiera elegir el nombre Francisco (lo cual me parece una genialidad).

¿Qué cosas buenas puede llevar un hombre de nuestra Iglesia a Roma?Nosotros tenemos un sentido fuerte de la amistad, apreciamos la vida familiar y la cercanía, y somos muy cálidos. Estos son valores de los argentinos que, en un mundo deshumanizado y materialista como el que imponen la sociedad de consumo y el capitalismo de mercado, son realmente importantes. Sabemos perder el tiempo en el buen sentido, tener una cierta gratuidad en el encuentro con los demás y, aunque a veces no lo queramos reconocer, creo que tenemos mucha gente inteligente, y Bergo-glio escolla por su inteligencia.

¿Qué espera de Bergoglio como Papa?Espero que pueda vivir muchos años. Rezo para eso, me parece una gracia muy grande para la Iglesia. Espero que pueda acompa-

Qué nos cuenta nuestro obispo sobre el Papa

«Me siento representado en su apertura de pensamiento, en cada gesto de cercanía para con los hermanos, en el anuncio de la cultura del encuentro, en la sensibilidad que tiene para los males del mundo moderno y para ciertos tipos de pobrezas que son manifiestas particularmente en América Latina: las adicciones, la trata de personas, la violencia, el desquicio familiar y el individualismo a ultranza. Hay muchas cosas en las que me siento representado por nuestro Papa »

Entrevista a Monseñor Oscar Ojea, obispo de nuestra diócesis

«Espero que pueda acompañar un proceso de renovación, un proceso primaveral, de cambios en la Iglesia, que pueda darle un nuevo impulso misionero y un compromiso más intenso con nuestros hermanos más pobres »

Mons. Ojea, quien fue cercano a Bergoglio en su trabajo en la Ciudad de Buenos Aires nos da sus impresiones sobre el papa Francisco.


Así como cuando el papa Pío XII inauguró Radio Vaticano, Benedicto XVI inició una cuenta en Twitter, @Pontifex, desde la cual se despidió. Hoy también es usada por su continuador en el trono de Pedro. El papa Francisco tiene versiones en diversos idiomas (español, inglés, francés, portugués, latín, polaco, italiano y árabe) de sus tweets. Si queremos leerlos en español, debemos seguir @Pontifex_es.

Nichi Gorchs

Twitter

FUENTEStwitter.com/Pontifex_eswww.lanacion.com.ar/1631813-radiografia-del-papa-francisco-en-twitter-followers-mensajes-mas-retuiteados-y-su-primer-tuitwww.abc.es/sociedad/20131107/abci-papa-francisco-fenomeno-twitter-201311061257.htmlwww.informador.com.mx/tecnologia/2013/504632/6/el-papa-francisco-estrella-de-twitter.htm


Por Adolfo Pérez Esquivel

Invitado Especial

* Premio Nobel de la Paz 1980

El Espíritu del Señor sopla donde menos lo esperan, son signos de los tiempos de una humanidad que avanza acelerada, se acortan distancias y las comunicaciones, se multi-plican los conflictos en diversas regiones del mundo, y se agudizan las asimetrías entre

los pueblos ricos y pueblos sacudidos por el hambre, la pobreza, las

desigualdades sociales, políticas y económicas.

La Iglesia enfrenta conflic-tos internos y externos que

no puede ignorar y mucho menos ocultar. La renun-cia del papa Benedicto XVI marca un momento histórico en la vida de la Iglesia Católica y se

producen cambios significa-tivos; por primera vez sale

de su euro centrismo y dirige su mirada hacia el continente la-

tinoamericano y elige como Papa al cardenal argentino Jorge Mario

Bergoglio, nuevo obispo de Roma.La llegada del nuevo Papa tuvo

una fuerte repercusión en el mun-do, no faltaron luces y sombras

sobre su designación, el primer sorprendido fue el propio Bergoglio quien asume el nombre de Francisco y sus

primeros gestos y palabras hicieron caminar la esperanza, aquello que señalara Juan XXIII al convocar al Concilio Vaticano II.

“Es necesario abrir las puertas y ventanas y sacudir el polvo de siglos de la Iglesia y hacer que entre la luz”, hay momentos en la vida de la Iglesia que están más allá de cada uno, donde la fuerza y la Gracia del Espíritu animan la mente y el corazón del Pueblo de Dios.

Fue un sacudón la elección de un Papa latinoamericano y argentino que conmocionó la estructura eclesiástica y la conciencia de los cristianos en el mundo, como la sorpresa y preguntas de muchas comunidades y personas que querían saber: “¿Quién es el nuevo Papa?”, “escuchamos muchas versiones diversas y con-tradictorias sobre su personalidad”.

Me encontraba de gira en Italia, en Padua y en el Centro Balducci, reunido con misione-ros formándose para el destino a países de Latinoamérica, África y Asia; en cada ciudad las preguntas eran similares y mi respuesta simple: “Francisco es un hermano, un pastor que camina junto a su pueblo, llevando la palabra del Evangelio buscando la Paz; su opción está junto a los pobres y trata de lo-grar lazos fraternos con otras creencias en la diversidad y la unidad ecuménica, abriendo el diálogo, y el pensamiento entre herma-nos”; como bien lo señala “Un pastor que detiene su paso y deja a un lado su ansiedad para mirar a los ojos y escuchar, o renunciar a

las urgencias por acompañar al que quedó al costado del camino”.

En ese caminar es necesario discernir entre lo urgente y lo importante, aquello que nos enseñara monseñor Enrique Angelelli: “Debe-mos tener un oído puesto en el Evangelio y otro en el pueblo para saber por dónde ir”.

“¿A quién privilegiar?” Se pregunta y nos pregunta Francisco. El Evangelio nos muestra el camino en forma clara por sobre todas las cosas, a los pobres y enfermos, a los que son despreciados y olvidados, aquellos que no tienen con ¨qué recompensarte¨ (Lc. 14,14).

El cardenal Bergoglio en Buenos Aires va haciendo camino desde la fe en Cristo, encontrando los rostros que nos cuestionan e interpelan de los hermanos y en ese caminar aprender a tener los brazos y el corazón abiertos, orar y comprender la diversidad y riqueza espiritual. Estar atento a los signos de los tiempos, en un mundo con profundos cambios y dinámica de transformación tec-nológica y científica con sus grandes avances para la humanidad, como en las comuni-caciones, la salud, educación que marcan fuertes asimetrías en un mundo sacudido por conflictos, guerras, destrucción del medio ambiente; el flagelo de las drogas, la trata de personas; el desamparo que viven los niños y ancianos en muchos países.

La resistencia en la esperanza frente a las injusticias, desde la fe y la necesidad de

encontrar el equilibrio entre las necesidades del ser humano y la Creación, el desafío de aprovechar correctamente los recursos y bienes naturales, necesarios para la vida y desarrollo de los pueblos.

Bergoglio al asumir como Papa el nombre de Francisco no es una decisión más, conlleva en sí una carga y compromiso de pobreza, de hermandad con la Creación, el camino desde la fe en las vertientes y el carisma jesuítico y del hermano de Asís, en esa entrega y dispo-nibilidad para sumir el camino de: “Señor, haz de mí un instrumento de tu Paz, que allí donde haya odio, pongamos amor”, en un mundo convulsionado, Francisco habla de la Alegría del Evangelio, de la Espe-ranza y señala el valor de la Vida, el mandato de “no matar”, y a la vez es el pastor que se manifiesta duramente contra la economía de la exclusión, el hambre y la pobreza.

Su palabra y gestos van unidos a la acción, siendo directo y categórico en sus decisiones; su viaje a la isla de Lampedusa es desafiante frente a la injusticia que viven pueblos africanos, que buscan encontrar un lugar donde vivir fuera del dolor y la miseria, desesperación que los lleva a asumir el riesgo de la travesía de lo incierto

5 de enero de 2014

Hermano Francisco, profeta de la paz

“Es necesario abrir las puertas y ventanas y sacudir el polvo de siglos de la Iglesia y hacer que entre la luz”


de una esperanza, sabiendo que en la “mar no se dejan huellas y donde la vida puede quedar trunca”; Francisco no puede quedar indiferente al dolor de miles de seres humanos que arries-gan lo único que les queda, la vida.

Llama a la conciencia de los gobernantes, de los responsables del sufrimiento de los desposeídos, de los mercaderes de la muerte que privilegian sus intereses económicos y es-

peculan y explotan a quienes en su desespera-ción buscan un lugar donde vivir dignamente.

Son millones de seres humanos que huyen de sus países de origen, víctimas del hambre, las guerras y conflictos, como Siria, Irak, Afganistán, Israel y Palestina, un Oriente Medio incendiado por el odio y los intereses geopolíticos de las grandes potencias por la explotación de los recursos energéticos y estratégicos de la región.

Recuerdo y aún tiene vigencia, cuando en

la década del 60, el médico Josué de Castro, quien fuera director de la FAO, señalara en su obra “La Geografía del Hambre”, que: “El flagelo del hambre es la manifestación biológica de una enfermedad sociológica, en un mundo que dispone de los medios técnicos, científicos y económicos para superar el hambre que afecta a gran parte de la humanidad; pero no existe la decisión política de quienes detentan el poder y

privilegian el capital financiero sobre la vida de los pueblos”.

Cabe preguntarse si es posible la Paz en un mundo convulsionado por conflic-tos, guerras, hambre, mise-ria; si es sólo voluntarismo o una utopía lograr caminos concretos en la construc-ción de la Paz; comprendida no como la ausencia del conflicto de diversos signos, sino como una dinámica per-manente en las relaciones de igualdad y derecho entre las personas y los pueblos.

El hermano Francisco, obispo de Roma, sabe que la Iglesia debe en-frentar tanto a lo interno, como en el mundo, una tarea de profunda renovación de volver a las fuentes del Evangelio, que debe ser com-partida por todos los cristianos y personas de buena voluntad.

Uno de los signos en su reciente papado marca el caminar de la renovación y se ma-nifiesta en Río de Janeiro, durante la Jornada Mundial de la Juventud, cuando provoca a los jóvenes al compromiso, la oración y les pide

que “hagan lío”, esa forma directa y popular de invitarlos a ser protagonistas de su propia vida y constructores de su propia historia, los llama a trabajar desde la fe y la oración junto a los más necesitados, para superar la pobreza, las injusticias sociales y estructurales, no ser indiferentes a la necesidad del prójimo.

Fue todo un desafío, que va más allá de lo masivo y espectacular del encuentro en Río, con más de tres millones de jóvenes; es un llamado a la conciencia y responsabilidad con la vida de los pueblos, una convocatoria a la rebeldía frente al mundo, a la socie-dad concreta de pertenencia, que necesita de cambios a la luz del Evangelio, hacia el reencuentro del bien común que lleve a hacer realidad el llamado a la paz.

Sabemos que nadie puede dar aquello que no tiene, si no tenemos la Paz en nuestra mente y corazón no podemos compartir-la con nuestros hermanos y hermanas, el cambio debe nacer en cada uno de nosotros, en nuestra comunidad, en el país y el mundo. Francisco señala que: “la paz se construye día a día en la instauración de un orden querido por Dios, que comporta una justicia más perfecta entre los hombres”.

Hay mucha expectativa puesta de los cristianos y no cristianos sobre el hermano Francisco, un hombre latinoamericano for-mado en el carisma jesuítico, en Vaticano II, Medellín, Puebla y Aparecida, en una Iglesia que camina entre luces y sombras, encarnada en la vida del pueblo, ese ser Iglesia Pueblo de Dios, lo que implica ser fermento de Dios en medio de la humanidad.

Pablo VI sentía a Latinoamérica, como el “Continente de la Esperanza”, donde surgen las comunidades eclesiales de base, el compartir la oración, la vida, entre luchas y esperanzas; volver a las fuentes, y el desafío de enfrentar la violencia de exclusión social, el hambre, la pobreza, las dictaduras que asolaron el conti-nente y la resistencia social, cultural, espiritual de cristianos que dieron su vida, para dar vida, tierra de mártires y profetas.

La necesidad de asumirse como ciudadano y ciudadana, reconocerse en la pertenencia, identidad y valores que nos identifican y hacer memoria; no para quedarnos en el pasado, la memoria nos ayuda a la cons-trucción del presente, de nuestra vida como pueblo con sus luces y sombras y el despertar de la palabra que camina con la realidad que despierta la conciencia del ayer y el hoy, comprender que la Paz es fruto de la Justicia, camino arduo que necesita aprender a desa-

rrollar valores de la cultura del encuentro, de la diversidad en la unidad, reconocernos en la interculturalidad de los pueblos que nos identifique en el camino de la paz.

En su primer mensaje del año como pontí-fice, durante el Día Mundial de la Paz, el her-mano Francisco, hizo un llamado de poner fin a la violencia que se vive en el mundo, y que, la humanidad parecía que está extraviada y que muchos están indiferentes a la guerra, la violencia y las injusticias. Se pregunta: “¿Qué está pasando en el corazón de la gente? ¿Qué está ocurriendo en el corazón de la humani-dad, que causa tales niveles de violencia? Ha llegado el momento de parar esta situación”. Francisco instó a no quedarse indiferente ante la violencia y las injusticias que reinan en

tantas partes del mundo. “Es necesario el com-promiso de todos para construir una sociedad verdaderamente justa y solidaria”. Pide que el Señor nos ayude a enca-minarnos todos con más decisión en la senda de la justicia y la paz y que el Espíritu Santo actúe en los corazones, derrita las cerrazones y las durezas y nos conceda enternecernos ante las debilidades del niño Jesús. Señala que “la paz, de hecho, exige la fuerza de la humildad, la fuerza no violenta de la verdad y el amor”.

Miremos al hermano Francisco como pastor que busca encontrar nuevos caminos en el acontecer histórico de nuestro tiempo, en el caminar de la Iglesia Pueblo de Dios, los desafíos son grandes y es necesario sumar voluntades desde la fe para encontrar el equilibrio en nuestros pueblos, hacer realidad la Paz en nuestras vidas y en la humanidad y que debemos acompañar y ser parte de ese llamado “Señor, haz de mí un instrumento de tu Paz”.

Invitado Especial

“El flagelo del hambre es la manifestación biológica de una enfermedad sociológica, en un mundo que dispone de los medios técnicos, científicos y económicos para superar el hambre que afecta a gran parte de la humanidad; pero no existe la decisión política de quienes detentan el poder y privilegian el capital financiero sobre la vida de los pueblos”.

“(..) es el pastor que se manifiesta duramente contra la economía de la exclusión, el hambre y la pobreza"


Por José Ignacio López

Invitado Especial

* Director de la Revista Vida Nueva, comentarista en TN y periodista del diario La Nación.

La Alegría del Evangelio, el primer texto de un sucesor de Pedro escrito originalmente en castellano, nació hace un año, el 13 de marzo en la Capilla Sixtina cuando el hasta entonces cardenal de Buenos Aires eligió llamarse Fran-cisco. Bien se entendió aquella tarde memo-rable que sólo con pronunciar el nombre del Poverello se estaba ahondando, prolongando, la enorme bisagra epocal abierta por el magno gesto producido por Benedicto XVI con su inédita e histórica renuncia.

Sólo treinta días transcurrieron entre la renuncia de Benedicto XVI y la elección de Jorge Mario Bergoglio, primer papa argenti-no, latinoamericano y jesuita. Treinta días que han abierto una nueva época no sólo en la Iglesia.

Inéditos por igual, ambos hechos –la renuncia y la elección– son inescindibles; con-forman un enorme, un gran acontecimiento, una histórica articulación entre una época que se extingue y otra que asoma. Entre un modo y otro de ser Iglesia.

Por primera vez –nunca de este modo y en un mundo globalizado– el trono de

Pedro quedó vacante no por muerte de un pontífice sino por muerte de un

modo de ejercer ese ministerio. Si con el valiente reconoci-

miento de su debilidad, con ese gesto de raíz fundacional,

Benedicto XVI escribió la

mayor de sus encíclicas y sacudió las entra-ñas de la Iglesia, estampar el nombre del Santo de Asís en la Cátedra de Pedro también por vez primera en la milenaria historia de la Iglesia era anunciar un programa de conver-sión y reparación, como el que comenzó a desplegarse un año atrás.

Por eso, La Alegría del Evangelio se nutrió en el gesto augural del Papa emérito, se aso-mó al balcón aquella tarde romana y desde entonces comenzó a desgranarse en gestos y palabras, en decisiones y actitudes para que-dar plasmada finalmente en una verdadera carta de navegación, en el plan maestro de una nueva etapa evangelizadora.

Memorar el año de aquellos 30 días liminares –los que van desde el 11 de febrero hasta el 13 de marzo de 2013– engarza ne-cesariamente con la Exhortación Apostólica que entregó Francisco al clausurar el Año de la Fe iniciado por su predecesor.

Porque es eso: indica caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años, propone un talante evangelizador del que ya ha dado muestras cotidianas en sus primeros doce meses de pontificado, y convoca a la conversión pastoral para dejar de lado modos y costumbres, que han ido nublando, entor-peciendo el diáfano y misericordioso origen de la fe de los cristianos.

Porque no se comienza a “ser cristiano por una decisión ética o una gran idea sino

por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” y no es casual que esa cita de Benedicto XVI figure en los párrafos iniciales del primer gran documento del pontificado de Francisco. Como tampoco lo es el estilo, el lenguaje, los neologismos, la impostación toda de un largo texto pontificio que si bien rompe los moldes del género lo hace para expresar con mayor fidelidad su voluntad de reforma y de ejercicio del gobierno colegial de la Iglesia.

La Alegría del Evangelio, a la que habrá que volver una y otra vez, es un llamado perentorio al cambio, a rechazar atajos y remover escollos para despejar el camino al encuentro con Jesús. Por eso el evangelizador no debería tener permanentemente cara de funeral porque difícilmente pueda transmi-tirse una buena nueva a través de mensa-jeros tristes y desalentados, impacientes o ansiosos.

La Alegría del Evangelio, un insistente llamado a recuperar el Concilio Vaticano II y en particular la Constitución Luz de las Gentes, sobre la naturaleza de la Iglesia, dis-curre sobre grandes textos de Pablo VI, como Ecclesiam Suam (esa carta magna sobre el diálogo al interior de la Iglesia y de ella con la sociedad) y Evangelii Nuntiandi; como tam-bién lo hace con otros de Juan Pablo II (como su monumental convocatoria a la celebración del Jubileo del año 2000).

Es particularmente comprometedor para las iglesias todas de América latina –sus pas-tores, sus religiosos, sus laicos– que Francisco invoque a Aparecida para llamar a la conver-sión pastoral e introduzca definitivamente aquel acontecimiento vivido en el Santuario brasileño en el Magisterio Universal.

No ignora el Papa que los documentos ya no despiertan el mismo interés que en otras épocas pero lo que trata de expresar en su primera Exhortación tiene un sentido programático por lo que espera que todas las comunidades procuren los medios necesarios para una conversión pastoral que no puede dejar las cosas como están. ¿Se necesita más claridad para decir, como lo expresó el cimbro-nazo de Benedicto XVI, que esta que estamos presentando ¡no es la Iglesia de Jesús!?

Desde esa plataforma pastoral, en defini-tiva desde su pontificado, Francisco advierte sobre el modo de comunicar el mensaje en el mundo ganado por la velocidad de las comuni-caciones y por la selección interesada de contenidos que realizan los medios. Obsesio-nados por la transmisión desarticulada de una multitud de doctrinas que se intenta imponer a fuerza de insistencia, se corre el riesgo más que nunca de mutilar el Evangelio y reducirlo a alguno de sus aspectos secundarios.

La Alegría del Evangelio, como bien se ha dicho, es un texto operativo destinado a sacudir todas las instancias y todas las dinámicas de la Iglesia. Una invitación a dejar de lado, a independizarse de todo lo que entorpece la misión de anunciar el corazón palpitante del Evangelio entre los hombres de hoy, tal como son.

Por eso Francisco sueña con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda la estructura eclesial se conviertan en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la auto-preservación. Ese otro modo de ser Iglesia que hoy interpela y sacude a los seguidores de Jesús y conmueve y tiende la mano a creyentes y a quienes creen no serlo.

De Benedicto a Francisco, un cambio epocal

" (...)el estilo, el lenguaje, los neologismos, la impostación toda de un largo texto pontificio que si bien rompe los moldes del género lo hace para expresar con mayor fidelidad su voluntad de reforma y de ejercicio del gobierno colegial de la Iglesia."


Jocha Castro Videla

Durante este año de pontificado de Fran-cisco, los villeros ocuparon un espacio particular, al cual seguramente no estaban acostumbrados. Cientos de móviles se acer-caron a las diferentes villas de la Ciudad de Buenos Aires y del Conurbano bonaerense para saber qué opinión tenían los villeros

del nuevo Papa, ya que enseguida Francisco fue catalogado como un “Papa Villero”.

Principalmente, la atención se centró en la villa 21-24 (Barracas) y La Carcova (José León Suárez), donde el cura villero Pepe Di Paola realizó y realiza su tarea pastoral. También hubo noticias de la villa 31 (Reti-ro) y la 1-11-14 (Bajo Flores), y seguramen-te algunas villas más. Todos lugares que, de alguna u otra manera, habían conocido al Padre Jorge Bergoglio.

Algunos hechos concretos que pueden iluminar la cuestión: con Bergoglio como arzobispo de Buenos Aires, la cantidad de curas villeros aumentó. Él incitó y acom-pañó este modo de ser sacerdote. Visitaba

seguido a estos curitas y a su vez visitaba el barrio; celebraba en la villa, entraba caminando, compartía con la gente. No son hechos menores teniendo en cuenta las responsabilidades que conlleva ser arzo-bispo de Buenos Aires y, a su vez, presiden-te de la Conferencia Episcopal Argentina.

Para saber qué opinión tienen los villeros sobre la elección del Papa o sobre el año de pontificado de Francisco basta leer los diarios de ese momento; sin embargo, hay que ser conscientes de que cada villero tiene su opinión, como cualquier vecino de cualquier barrio. Es imposible generalizar. A lo sumo, podríamos buscar conocer la opi-nión de algunos villeros en particular. Sin embargo, es evidente que el papa Francisco impactó fuerte en nuestra sociedad y en los barrios marginales (como parte importante y numerosa de nuestra sociedad).

El papa Francisco llegó con un pan bajo el brazo a los barrios pobres, y ese pan es la Esperanza. La elección de un Papa argenti-no con conocimiento de la realidad, cercano a los pobres y preocupado por ellos; un sacerdote y obispo con calle, no solamente con escritorio; que habla sencillo, como cualquier villero, como cualquiera de noso-tros es, en nuestros barrios marginados, una bendición de Dios. Nos hace volver a sentir que, pese a la pobreza, la marginación, la escasez, Dios no se olvida de sus hijos más queridos. Desde la villa: Esperanza.

Llama la atención y alegra caminar por el barrio y ver la presencia del Papa desde lo más simple (una foto en la vidriera del almacén, una estampita en la ermita del Gauchito Gil o de la Virgen; escuchar a un vecino hablar del Papa y sonreírse, aun sin conocerlo personalmente). También llama la atención y alegra ver a un cartonero en la asunción del Papa, ver al Papa en un hogar de niños marginados, saber que el Papa llamó a un preso al penal de Ezeiza.

Más que un Papa Villero podríamos decir que es un Papa Popular, en el mejor sentido del término y teniendo en cuenta dos acepciones. El Papa es popular en nues-tro país en cuanto a masividad; la religión oficial es el catolicismo, y la mayoría de nuestra población se reconoce católica (al igual que en casi toda América Latina). No significa ser ‘papista’, es cierto, pero basta ver las imágenes de las visitas de Juan

Pablo II a nuestro país para darse cuenta de que el Papa es una figura que atrae a mi-llones de personas. Sin embargo, este Papa también es popular en el sentido de que el pueblo lo hace propio, lo reconoce como su hijo, siente el arraigo y la cercanía. Un Papa que conoce el barro, que no se agranda, que es fanático del fútbol y del Ciclón, que sabe lo que es viajar en bondi o subte; un Papa empapado de realidad, un Papa humano; un Papa que toma mate, que se ríe, que hace chistes, es argentino y porteño.

Entre el Papa y la villa (o mejor dicho, la pobreza) existe una relación recíproca y simétrica. Los pobres alimentan y evan-gelizan a Francisco, como lo hicieron con el padre Jorge y el cardenal Bergoglio; y el papa Francisco, a su vez, alimenta y evangeliza a los pobres de nuestros barrios con su mensaje cercano, misericordioso, esperanzador, con su mensaje CRISTIANO.

La historia tiene sus vueltas y hoy, como hace 800 años, hay un Francisco dispuesto a reparar la Iglesia que amenaza ruina. Hoy, como hace 800 años, hay un Francisco que se reconoce hermano. Hoy, como hace 800 años, hay un Francisco cercano a los pobres. Está en nosotros, los seguidores del carpintero de Nazaret, caminar hombro con hombro frente a esta tarea.

Desde la villa: Esperanza

«Francisco llegó con un pan bajo el brazo a los barrios pobres, y ese pan es la Esperanza. La elección de un Papa argentino con conocimiento de la realidad, cercano a los pobres y preocupado por ellos; un sacerdote y obispo con calle, no solamente con escritorio; que habla sencillo, como cualquier villero, como cualquiera de nosotros es, en nuestros barrios marginados, una bendición de Dios. Nos hace volver a sentir que, pese a la pobreza, la marginación, la escasez, Dios no se olvida de sus hijos más queridos »

«(...) hoy, como hace 800 años, hay un Francisco dispuesto a reparar la Iglesia que amenaza ruina. Hoy, como hace 800 años, hay un Francisco que se reconoce hermano. Hoy, como hace 800 años, hay un Francisco cercano a los pobres »

20 de marzo del 2008 Jorge Bergoglio lava

los pies a 6 chicos que estaban en el consumo de paco

de la villa 21-24


Hace un año, cuando se acercaban a preguntarme cómo debería ser el Papa que hoy la Iglesia necesita, o cómo me gustaría que fuese, me acuerdo de que respondía dos cosas:

• En primer lugar, que tenga expe-riencia pastoral, como pastor de una comunidad o Iglesia local. A veces uno siente que las personas que han estado mucho tiempo a cargo de ser-vicios diplomáticos o trabajando en los obis-pados o curias tienen mayor distancia con lo que siente la gente.

• En segundo lugar, que sepa cómo anunciar a Dios hoy, cómo llegar al corazón de tantas personas, cómo hacer que cada uno sienta que Dios es importante en su vida.

Hoy, un año después, más allá de la primera emoción y alegría de que hayan elegido un Papa argentino, me alegra sentir que estas dos cosas están totalmente encarnadas en Francisco. Uno siente que hay un aire nuevo, en donde se nos invita a volver a poner

la mirada en Jesús

y a descubrir cuál es el paso que hoy nuestra fe nos pide.

Si tuviera que elegir una frase que hoy a mí me representa es “Anímense, no tengan miedo”. Anímense a buscar nuevos caminos, anímense y sean creativos.

En el N°43 de su Exhortación, “La Alegría del Evangelio”, el Papa nos dice:

“En su cons-tante discerni-miento, la Iglesia también puede llegar a recono-cer costumbres

propias no directamente ligadas al núcleo del Evangelio, algunas muy arraigadas a lo largo de la historia, que hoy ya no son interpretadas de la misma manera y cuyo mensaje no suele ser percibido adecuadamente. Pueden ser bellas, pero ahora no prestan el mismo servicio en orden a la transmisión del Evangelio. No tengamos miedo de revisarlas. Del mismo modo, hay normas o preceptos eclesiales que pueden haber sido muy eficaces en otras épocas pero que ya no tienen la misma fuerza educativa como

cauces de vida.”Por un lado, la

expresión “cons-tante discer-

nimiento” quiere decirnos que

estamos en un constante proceso de aprendizaje. En efecto, sería ilusorio decir que a discernir se aprende de una vez para siempre. Ni los mejores métodos nos pueden asegurar que así sea. El discernimiento es una acción sumamente delicada, que implica todo el ser del cristiano, no sólo sus senti-dos, su memoria y su inteligencia, sino algo mucho más profundo: su propio espíritu.

Por otro lado, debemos descubrir qué costumbres están ligadas hoy al núcleo del Evangelio; es decir, no mirar para atrás, no una rigidez de que nada puede cambiar, sino una creati-vidad que brota del amor y nos invita a algo nuevo. A descubrir la Buena Noticia hoy.

Finalmente, en orden a la trans-misión: tenemos que ser misioneros, tenemos que salir de nuestras iglesias y animarnos a ir al mundo, descubrir-nos enviados.

Pero, más allá de esto y de muchas cosas más que se podrían reflexionar so-bre este texto, lo central es que nos muestra un cambio de clima. La invitación

a salir, a probar nuevos caminos, a animarse, son un voto de confianza. Uno envía a alguien cuando confía en él, cuando siente que no tiene que controlar, que estar detrás del otro, cuando cree y confía en el que tiene delante.

Es lo que hizo Jesús con sus discí-pulos, es lo que se nos invita a vivir a nosotros, a cada uno de los cristianos.

Animémonos a vivir esta invitación y seamos creativos en el amor.

Padre Cholo

La creatividad del amor

«(...) que sepa cómo anunciar a Dios hoy, cómo llegar al corazón de tantas personas »

«Anímense, no tengan miedo »


¿Cómo se explica este cambio radical en la opinión pública mundial, en cuestión de meses? ¿Ha de atribuirse a sus dotes de co-municador, a la genialidad de una estrategia comunicativa extraordinaria, al contraste con el modo de liderar la Iglesia de Benedicto XVI? ¿Lo ha hecho a propósito, o es el fruto de la pura casualidad o incluso de una inter-vención directa del Espíritu Santo al margen de las actividades libres de los hombres? Y la pregunta reina: ¿es bueno que todos aplaudan al Papa, o esa unanimidad debería hacernos sospechar algo turbio?

La respuesta a estos interrogantes tiene mucho alcance, porque las palabras y las ac-ciones de quien gobierna la Iglesia universal tienen un enorme valor de ejemplo: marcan el camino por seguir a todos los católicos, y en modo particular a los obispos y a los responsables últimos de órdenes y congrega-ciones religiosas, movimientos apostólicos y de cualquier institución eclesial.

El punto de partida, a mi modo de ver, es aceptar que los vaivenes de la opinión pública no son enteramente racionales. Las reacciones personales de simpatía y antipatía no son determinadas por razonamientos fríos

y cerebrales, y a los estados colectivos de opinión les pasa lo mismo. A un mismo estímulo no corresponde una misma respuesta. O lo que es lo mismo, ante idén-ticas palabras pronunciadas por Francisco, Benedicto XVI o Juan Pablo II, la reacción de las personas puede ser muy distinta. Hay mucho de emocional, y no hay que

buscarle tres patas al gato: las percepciones públicas ante un discurso no están a merced del orador.

En ese sentido, el mérito de la popularidad de Francisco no es únicamente de Francisco, ni la impopularidad – en algunos ambientes – de Benedicto ha de atribuirse solo a él. Y conviene destacarlo, no vaya a ser que se pretenda imitar una estrategia o un estilo pensando que es la clave del éxito, cuando la realidad es muy otra.

En ese contexto de imprevisibilidad de la opinión pública, el modo de comunicar del Papa argentino ha suscitado un consenso casi universal. ¿Cuál es su secreto?, se preguntan tantos expertos en comunicación, ¿cuál es su piedra filosofal? Señalaría tres: la ejempla-ridad, la primacía de la distancia corta, y la preparación.

Ejemplaridad. Francisco predica con el ejemplo, no pide nada que no practique él an-tes, no exige a los demás lo que él mismo no se obligue a vivir a fondo. Siempre se ha dicho que la predicación más eficaz es la que se hace con la propia vida, y en el Papa se ha convertido casi en un dogma de fe. Es cosa del pasado distinguir entre los líderes su esfera pública y su esfera privada; y aunque algunos sigan defendiendo una distinción radical entre ambas esferas (como hace pocos años en Italia y hoy mismo en Francia), lo cierto es que seguimos a las personas, no a los cargos. La autenticidad de Francisco a la hora de escoger auto o zapatos, de actuar como quien sirve y no como quien ha de ser servido, tiene una fuerza arrollado-ra, que cautiva.

Francisco comunica en la corta distancia: pone en primer lugar a la persona concre-ta. No habla de y con la humanidad, que no existe, sino con hombres y mujeres de carne y hueso, mejor o peor vestidos, que huelen a colonia o a colectivo, hermosos a la vista o enfermos vergonzantes. En la plaza de San Pedro no les saluda como si fueran representantes de otros que no están allí, sino que les abraza uno por uno, como si pensara que un gesto de cariño con uno solo es más importante que cualquier discurso transmitido a una audiencia multitudinaria. De hecho, no sonríe

Por Yago de la Cierva

Invitado Especial

Hemos perdido la cuenta de las revistas que han nombrado al papa Francisco personaje del año: desde publicaciones serias como Time, a otras más de moda como The Rolling Stone, pasando por órganos oficiales de colectivos que defienden valores en las antípodas del mensaje cristiano, como el de Gays y Lesbianas del Reino Unido. Cualquier cosa que hace el Papa es noticia en medios que rara vez se ocupaban de la Iglesia salvo para crisis y controversias. Las estadísticas muestran que Francisco es el líder global más citado en Internet, y su cuenta en

Twitter pronto alcanzará los 15 millones de seguidores, y posee el índice más alto

de “retuits” de la red.

Francisco, comunicador

«(...) comunica en la corta distancia: pone en primer lugar a la persona concreta »

«Francisco predica con el ejemplo, no pide nada que no practique él antes »

«En “La Alegría del Evangelio”

lo dice con contundencia:

“un predicador que no se prepara

no es espiritual, sino deshonesto e

irresponsable”»

* Pontificia Universidad de la Santa Cruz


ante la cámara, sino ante el rostro de alguien, y la cámara nos hace pensar que la sonrisa es para nosotros.

Es muy pronto para decirlo, pero no me extrañaría que si Benedicto XVI será recor-dado por sus maravillosos libros y discursos, donde conseguía explicar lo difícil como si fuera fácil, Francisco pasará a la historia por esa cercanía con todos, en persona cuando puede y, cuando no puede, mandando a un representante suyo. Es lo que hace, por ejem-plo, con las personas sin techo que duermen a la intemperie cerca del Vaticano: como no puede ir, manda a su limosnero.

Por último, la preparación. En “La Alegría del Evangelio” lo dice con contundencia: “un predicador que no se prepara no es es-piritual, sino deshonesto e irresponsable”. Se ve que lo practica, que cada intervención está diseñada para hacer mella en quien le escucha. En primer lugar, es breve: toda una lección, en el mundo civil y también en el eclesial. Después, selecciona tres ideas, porque sabe que quien mucho abarca poco aprieta. Y finalmente, elige frases elocuen-tes, imágenes poderosas, auténticos eslóga-nes publicitarios, para que permanezcan en la memoria y sean fáciles de evocar.

Quizás algunos piensen que sus homilías son tan naturales porque las improvisa. Nada más alejado de la realidad. Son naturales porque las ha preparado pensando en lo que necesitan sus oyentes, y tienen la fuerza de lo que se ha meditado en la oración y se ha vivido antes.

No hay estrategia ni técnicas alambica-das, detrás de esta ejemplaridad de una vida auténtica, de esta primacía por la perso-

na real y concreta, de este esfuerzo por prepararse. Ningún consultor le ha diseñado un plan ni le ha dado un cursillo de media training. Precisamente por eso es imitable por cualquier persona, y muy en primer lugar por cualquier autori-dad eclesial. Y precisamente por eso es revolucionario: porque a todos nos enseña, a todos nos estimula, a todos nos empuja a salir de nuestra área de confort y salir a los demás.

Aún no ha pasado un año desde que comenzó este pontificado que esperamos sea largo y fructífero para la Iglesia. Las limitaciones que padece la comunicación de la Iglesia siguen vigentes, y quizá más que nunca, porque la comunicación es parte del gobierno, y estamos todavía en pleno proceso de cambios. Pero hay un elemento sumamente esperanzador: ver cómo el Papa no busca la popularidad para él, sino que la utiliza al servicio del mensaje. Quiere hacer agradable e interesante el Evangelio, y ha conseguido el primer paso: que tantas perso-nas miren con curiosidad y cierta benevolen-cia a la Iglesia.

Sean cuales fueran las causas del consen-so universal alrededor del Papa, y lo que vaya a durar, lo verdaderamente importante para los católicos es reconocer que es un verda-dero regalo, que nos ofrece una oportunidad para hablar de Dios con nuestros amigos, colegas, parientes, conocidos y desconoci-dos. No la desaprovechemos.

«(...) por eso es revolucionario: porque a todos nos enseña, a todos

nos estimula, a todos nos empuja a salir de

nuestra área de confort y salir a los demás »

Invitado Especial


Padre Pedro Oeyen

El papa Francisco nos ha regalado recien-temente este magnífico documento, que debe ser leído con mucha atención por todos los que están comprometidos con la acción evangelizadora.

Sin pretender agotar su análisis, quiero presentar algunos elementos que pueden ayudar a comprenderlo y profun-dizar su significado.

1. TipoSe trata de una Exhortación Apostólica, nombre que se le da a los documentos que los Papas escriben como conclusión de los Sínodos de Obispos. Tiene, por lo tanto, el peso de su autoridad y la riqueza de los aportes de los que participaron en él.

2. Los SínodosSon una antigua institución eclesial, que fue revitalizada en la Iglesia Católica Romana después del Concilio Vaticano II (1962-65), en el cual estuvieron presentes todos los obispos del mundo.

A diferencia de los concilios, que tienen capacidad para definir dogmas y legislar, los sínodos son sólo consultivos y tienen por misión asesorar al Papa. En ellos se reúnen algunos obispos en representación de los demás para tratar los temas propues-tos por el pontífice.

Pueden corresponder a una región, un

país, un continente o a todo el mundo, en este último caso se los llama “generales”. Algunos son extraordinarios, como el que convocó para este año sobre la familia; otros habituales, a los que se llama “ordinarios”, convocados cada tres o cuatro años, como el que dio origen a este documento.

Los Sínodos Generales Ordinarios se ce-lebraron siempre en Roma, con presencia papal y una duración de unas tres semanas. En la primera, los presentes intervienen individualmente, en forma oral o escrita, manifestando sus opiniones sobre el tema señalado. En la segunda, se dividen en gru-pos por idiomas para buscar coincidencias, con la ayuda de expertos. En la tercera, votan un mensaje final dirigido a todos los fieles y una serie de propuestas elaboradas a partir de lo manifestado por los obispos, que luego son entregadas al pontífice.

3. Sus frutosCon la ayuda de sus colaboradores, elabora una Exhortación Apostólica a partir de esas propuestas. Algunos de estos documentos fueron redactados personalmente por los Papas y marcaron una época en la vida de la Iglesia, especialmente los primeros, sobre la evangelización, la catequesis, la familia, los sacerdotes y los laicos.

Pero luego, a medida que Juan Pablo II envejeció y le sucedió Benedicto XVI, se

convirtieron en una mera repetición de co-sas sabidas. Sin duda, en ellas aparecía más la opinión de los integrantes de la Curia Romana que la de los obispos que habían participado en los Sínodos.

4. El Sínodo sobre la nueva evangelizaciónFue el 13º Sínodo General Ordinario, con-vocado y presidido por Benedicto XVI. Se celebró entre el 7 y el 28 de octubre de 2012.

El tema de la evangelización ya había sido tratado en el Concilio, en el 2º Sínodo, en una encíclica de Juan Pablo II y en nume-rosas asambleas episcopales. Sin embargo, la acelerada descristianización de Europa y Occidente obligó a volver a encararlo.

Participaron casi 500 obispos y expertos representando a todos los países del mun-do. Al final, elevaron 58 propuestas al Papa. Asistieron cinco obispos argentinos, entre ellos el cardenal Bergoglio.

Cuando luego asumió el pontificado,

proclamó que quería dar un nuevo impulso a estas asambleas, como reflejo de la nece-sidad de descentralizar la Iglesia, quitando poder y protagonismo a la curia romana.

5. “Evangelii Gaudium” (La Alegría del Evangelio)Esta Exhortación Apostólica fue escrita personalmente por el papa Francisco, en primera persona singular (eliminó el ma-yestático “nos” y dice simplemente “yo”) y hace referencia explícita a muchas de las propuestas del Sínodo. Sin duda, contó con la colaboración de los integrantes de los or-ganismos de la Santa Sede, pero imprimió al documento su sello personal.

A diferencia de otros documentos ecle-siales, sólo comprensibles para quienes están habituados a un lenguaje teológico, su estilo es directo, llano y entendible para la mayoría de las personas.

El original fue escrito en castellano y utilizando algunos neologismos muy propios de Bergoglio (como “primerear”, “balconear”, y otros), así como algunos gi-ros muy nuestros (como “ganar de mano”). ¡Menuda tarea para los traductores!

6. Las citas y notas a pie de páginaNos hacen ver que esta Exhortación está en coherencia y continuidad con lo enseñado por el Concilio, los últimos Papas (a los que cita explícitamente muchas veces, en par-ticular a Juan Pablo II y Benedicto XVI) y diversos documentos eclesiales (Código de Derecho Canónico, Catecismo de la Iglesia Católica, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia y otros).

Incluyen también a grandes teólogos (San Ireneo, Santo Tomás de Aquino –citado a menudo-, San Agustín, San Cirilo de Alejandría, San Juan Crisóstomo y San Ambrosio), teólogos modernos (Henri de Lubac, Romano Guardini, Joseph Ratzin-ger, los argentinos Ismael Quiles y Vicente Fernández (actual rector de la UCA)), maestros de espiritualidad (el beato Isaac de Stella, San Juan de la Cruz, Tomás de Kempis, San Juan Diego, John H. Newman

La alegría del evangelioUna aproximación a la Exhortación Apostólica

«(...) la alegría del Evangelio llena el corazón y la vida

entera de los que se encuentran con Jesús…

Comprendo a las personas que tienden

a la tristeza por las graves dificultades que tienen que sufrir, pero

poco a poco hay que permitir que la alegría

de la fe comience a despertarse, como una

secreta pero firme confianza, aun en

medio de las peores angustias »


y Santa Teresita del Niño Jesús) y otros (Platón y Georges Bernanos).

Es interesante ver las citas de las Ex-hortaciones Apostólicas que siguieron a los Sínodos de Asia, África, Oceanía, América, Medio Oriente y diversos documentos episcopales: Aparecida (él fue uno de sus redactores), Puebla, de la Asamblea para el Sínodo de Europa, de las Conferencias Episcopales de Estados Unidos, Francia, Brasil, Filipinas, Congo, India e incluso de la Acción Católica Italiana.

Todo esto señala su intención de mos-trar que sus enseñanzas están en perfecta comunión y continuidad con el pensar y sentir de toda la Iglesia.

7. Su contenidoSi se quiere conocer el pensamiento del Papa actual sobre la Iglesia y su misión en este mundo, es indispensable leerlo atenta y reflexivamente. Puede ser un elemento muy interesante para la oración y sin duda una guía eficaz para la acción.

Comienza afirmando que “la alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús… Comprendo a las personas que tienden a la tristeza por las graves difi-cultades que tienen que sufrir, pero poco a poco hay que permitir que la alegría de la fe comience a despertarse, como una secreta pero firme confianza, aun en medio de las peores angustias”.

“Allí está el manantial de la acción evangelizadora. Porque si alguien ha acogido ese amor que le devuelve el sen-tido de la vida, ¿cómo puede contener el deseo de comunicarlo a otros?... Eso es en definitiva la misión. Por consiguiente, un evangelizador no debería tener perma-nentemente cara de funeral. Recobremos y acrecentemos el fervor, la dulce y confor-tadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas”.

Explica que la misión abarca tres ámbi-tos: 1. La pastoral ordinaria, para encender los corazones de los fieles que regularmen-te frecuentan la comunidad. 2. Las perso-nas bautizadas que no viven las exigencias del bautismo. 3. Aquellos que no conocen a Jesucristo o siempre lo han rechazado.

Añade que “son innumerables los temas relacionados con la evangelización en el mundo actual que podrían desarrollarse aquí… Decidí, entre otros temas, detenerme largamente en las siguientes cuestiones:

a. La reforma de la Iglesia en salida misionera.

b. Las tentaciones de los agentes pas-torales.

c. La Iglesia entendida como totalidad del Pueblo de Dios que evangeliza.

d. La homilía y su preparación.e. La inclusión social de los pobres.f. La paz y el diálogo social.g. Las motivaciones espirituales para

la tarea evangelizadora”.Es imposible y sería empobrecedor

resumir en unas páginas el hermoso y rico contenido de cada uno de estos capítulos. Por eso, los invito de todo corazón a la lectura orante, para luego buscar plasmar en acción sus reflexiones.

«(...) si alguien ha acogido ese amor que le devuelve el sentido

de la vida, ¿cómo puede contener el

deseo de comunicarlo a otros?... Eso es en

definitiva la misión. Por consiguiente, un evangelizador no debería tener

permanentemente cara de funeral. Recobremos

y acrecentemos el fervor, la dulce y

confortadora alegría de evangelizar, incluso

cuando hay que sembrar entre

lágrimas »

Padre Pedro Oeyen


vidora, que se ocupa y asume como propios los problemas y los desafíos de la sociedad internacional, partiendo de la base de que su misión consiste en aportar al bien de la humanidad. De esta manera, Bergoglio se revela como un Papa de este tiempo y para este tiempo. Su agenda es la agenda de la humanidad y su lenguaje es aquel que todos y todas pueden comprender. Estén o no de acuerdo con lo que Francisco sostiene.

Por eso, en este primer año de pontifi-cado, el Papa se implicó de manera directa en los asuntos internacionales. No rehuyó opinar, actuar e intervenir en cuestiones tan difíciles como el conflicto en Siria, haciendo incluso que muchos dirigentes internacio-nales reconozcan que la intervención de Fran-cisco fue decisiva para encontrar una salida negociada a aquella crisis. Bergoglio es un Papa presente en los asuntos internaciona-les. Quienes conocen al antiguo cardenal de Buenos Aires saben bien que ha sido siempre un hombre con gran capacidad de análisis,

seguimiento de los asuntos políticos en general y de las cuestiones de Estado. Ahora su escenario se amplió.

Quienes pretendan encontrar en Francisco grandes cambios en la doctrina de la Iglesia Católica difícilmente podrán hacerlo. El Papa no se ha movido de sus convicciones, pero a éstas les agregó una gran sensibilidad pastoral que lo hace cercano a la cotidianidad de los fieles y de las personas en general. Las “au-dacias” de Bergoglio, si es que así se pueden denominar, tienen que ver con sus gestos, su disposición al diálogo y, fundamentalmente, con su insistencia en que la religión y, por lo tanto, la Iglesia Católica, tienen que ayudar a las personas a mejor vivir, aportando sus valores y puntos de vista, pero sin obligar y sin constituirse en juez y árbitro. Esa es, quizás, una de las diferencias más importantes entre el “Bergoglio cardenal” y el “Bergoglio papa”. Quizá por el propio contexto argentino, quizá por el cambio sustancial de la nueva misión, Francisco papa es diferente al Bergoglio carde-nal y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina. O porque lo que hoy resalta no existía, no se ponía de manifiesto o porque, también es posible, fue difícil percibirlo en el escenario de la vida política, cultural y religio-sa de la Argentina.

La libertad que Dios nos dio “Dios nos ha hecho libres: no es posible una injerencia espiritual en la vida personal” sostu-vo el Papa en aquella entrevista concedida a Civiltá Cattolica. Un reportaje que, aunque no tenga el nivel de tal, es un verdadero docu-mento acerca de los propósitos centrales del pontificado. Dijo entonces que “no podemos seguir insistiendo solo en cuestiones refe-rentes al aborto, al matrimonio homosexual y al uso de anticonceptivos. Es imposible”. Francisco no reniega de la doctrina, pero pre-tende, al menos por el momento, dejar estas discusiones en segundo plano: “tenemos que encontrar un nuevo equilibrio, porque de otra manera el edificio moral de la Iglesia corre el

Por Washington Uranga

Invitado Especial

* Periodista, editorialista del diario Página 12 (Buenos Aires)

El papa Francisco se ha transformado rápi-damente, en menos de un año de pontifi-cado, en un líder mundial que, más allá de los límites del catolicismo, es una voz y una opinión autorizada en el difícil escenario internacional actual. Quizá porque estuvo entre nosotros, porque fue cercano, como pastor y como ciudadano de nuestro país, pero también porque en el campo local fue una figura polémica y fuente de controver-sias, a quienes habitamos en la Argentina nos cuesta todavía descubrir la importancia de lo que Jorge Mario Bergoglio significa hoy en la vida de la sociedad internacional. Lugar que se ha ganado por lo que dice, por sus gestos, pero también por las iniciativas que está tomando, dentro de la propia Iglesia y fuera de los límites de ella. Una rápida lectura a algunos de sus pronunciamientos puede dar pautas para reflexionar sobre esta realidad.

Dejaremos el análisis de los documentos doctrinales

para quienes son exper-tos en estos textos.

Pero no es necesario llegar allí, porque precisamente una de las virtudes que se le debe reco-nocer a Francisco es su permanente predisposición al anuncio a través del

lenguaje coloquial, directo, al margen de las formalidades. Sus declaraciones a la prensa han sido por lo menos tan ricas como sus textos oficiales.

Hace apenas unos meses, sumando un acontecimiento más a los hechos insólitos e imprevistos que están caracterizando su pontificado, Francisco concedió una extensa entrevista al sacerdote Antonio Spadaro, director de la Civiltá Cattolica,(el texto completo puede leerse en www.razonyfe.org/images/stories/Entrevista_al_papa_Francisco.pdf) para ser publicada en las revistas de los jesuitas en todo el mundo. Si bien el papa Francisco ha hecho del lenguaje sencillo una de las virtudes de su hasta ahora corto ponti-ficado, la entrevista concedida a la revista italiana, precisamente porque está desprovis-ta de la rigurosidad que exigen los docu-mentos eclesiásticos pero, al mismo tiempo, enriquecida por la frescura del diálogo, ofrece una gran cantidad de elementos que permiten comprender en buena medida la orientación que Francisco le quiere imprimir a su servicio al frente de la Iglesia Católica.

Diálogo con la sociedadUn repaso a los lineamientos generales de ese trabajo presenta la imagen de un pastor que, sin abandonar sus propias convicciones, busca profundizar el diálogo con toda la sociedad, rescatando la interlocución con quienes opi-nan y viven de forma diferente en un plano de respeto y valoración de todas las miradas.

Francisco, “el Papa que vino del fin del mundo”, ratifica allí –como lo ha hecho en otras ocasiones- la idea de una Iglesia ser-

“(...)tenemos que encontrar un nuevo equilibrio, porque de otra manera el edificio moral de la Iglesia corre el peligro de caer como un castillo de naipes, de perder la frescura y el perfume del Evangelio”

Un Papa para este tiempo


peligro de caer como un castillo de naipes, de perder la frescura y el perfume del Evangelio”, dice con gran cuota de realismo. En el mismo sentido señala que las consecuencias morales deben venir después del anuncio positivo del Evangelio y de la salvación. Y redobla la apuesta: “un cristiano restauracionista, legalista, que lo quiere todo claro y seguro, no va a encontrar nada. (…) Aquel que hoy buscase siempre soluciones disciplinares, el que tienda a la ‘seguridad’ doctrinal de modo exagerado, el que busca obstinadamente recuperar el pasado perdido, posee una visión estática e involutiva, y así la fe se convierte en una ideología entre tantas otras”. Ahora, hace pocos días, se lamentó de los “cristianos abu-rridos” o de aquellos que no anuncian “con alegría”. En Río de Janeiro, durante la Jornada Mundial de la Juventud, envió a los jóvenes argentinos a “hacer lío”, utilizando una frase que ha tenido muchas interpretaciones pero que en su espíritu está expresando el sentido de abandonar las formas que ya no sirven, de romper las barreras de un tipo de institucio-nalidad pasada de moda.

Pero el Papa también conoce el riesgo de las divisiones y por eso afirma que “tene-mos que caminar unidos en las dife-

Invitado Especial

Adhesión Jockey Club

“(...) exige que los “funcionarios” eclesiásticos estén al servicio y presentes en el medio del pueblo, abiertos a escuchar antes que imponer normas morales o doctrinales”

rencias: no existe otro camino para unirnos”.A pesar de que Spadaro, el sacerdote

periodista que lo entrevistó para la revista italiana, sostiene que “es obvio que el papa Francisco está más acostumbrado a la con-versación que a la cátedra” es evidente que, al hablar, Bergoglio no pierde de vista que

todo lo que dice tiene impacto y, por este motivo, elude

con habilidad aquellos temas sobre los cua-

les, por distintas razones, prefiere postergar de-finiciones o bien ofrecerlas

en otro contexto. Francisco, como Bergoglio en la Argentina en su momento, es “un

hábil declarante”. Elige las palabras,

los momentos, y las cir-cunstancias. Y nadie puede

hacerle decir lo que no de-sea. Fue así aquí y es lo mismo

allá. De esta manera deja librada la interpretación a sus audiencias

pero al mismo tiempo abre caminos, promueve el debate y, por añadidura,

tiene la posibilidad de medir reacciones, de observar alineamientos para, llegado el

caso, volver a arremeter. “Soy despierto, sé moverme”, confiesa, si bien se auto-adjudi-

ca, como compensación, otra característica personal difícil de comprobar: “al mismo

tiempo soy bastante ingenuo”.


“Soy pecador” Bergoglio se declara “pecador”, reconoce errores históricos en su forma de conducción pero sostiene que “jamás he sido de derechas”. Con habilidad utiliza la autocrítica para introducir el valor de la consulta y de las responsabilidades compartidas en el gobierno de la Iglesia. Esta es otra de las líneas de acción que Francisco eligió para su pontificado, que ratifica ahora y que puede conducir a una gestión más colegiada de la Iglesia que podría desembocar en la convocatoria a sínodos especiales e incluso a un concilio. Bergoglio dice que hay que encontrar la manera de que estas instancias de consulta sean “menos rígidas” porque “deseo consultas reales, no formales”. La colegialidad episcopal en la Iglesia se abrió camino tras el Concilio Vaticano II y el papa Pablo VI la impulsó decididamente. Con Juan Pablo II y luego con Benedicto XVI las conferencias episcopales perdieron peso y la conducción se hizo cada vez menos participativa y más centrada en la burocracia eclesiástica vaticana. Otra de las afirmaciones que llama la atención es aquella que en el lenguaje político podría traducirse como “el pueblo no se equivoca”. Francisco dice que “el pueblo es sujeto” y que “el conjunto de fieles es infalible cuando cree y manifiesta esa infalibilidad suya al creer”. ¿Quiere decir el Papa que tanto él como los obispos deben prestar más atención al pueblo en su forma de vivir la fe y en sus prácticas religiosas que a los mismos teólogos? Así parece. Insiste en que “hay que preguntar al pueblo” y no solamente a la “parte jerárquica” (los obispos) de la Iglesia. Y retoma la idea de la Iglesia entendida como “la casa de todos, no una capillita en la que cabe solo un grupito de personas selectas” ni “un nido protector de nuestra mediocridad”. Muchos pastores pueden sentir que el Papa está golpeando en sus puertas.

Lo afirmado le sirve a Francisco para trazar un perfil de los obispos: “misericordiosos” que se hacen “cargo de las personas, acompañán-dolas como el buen samaritano que las lava, limpia y consuela”, que sean “pastores y no funcionarios ‘clérigos de despacho’”. En otro momento había dicho que quiere una “Iglesia pobre” y a obispos “con olor a oveja” y no príncipes. Y agregó que “cuando se habla de los problemas sociales, una cosa es reunirse a estudiar el tema de la droga de una villa mi-seria, y otra cosa es ir allí, vivir allí y captar el problema desde adentro y estudiarlo”. Porque “no se puede hablar de pobreza si no se la experimenta, con una inserción directa en los lugares en los que se vive esa pobreza”.

Iglesia servidoraSi algo queda de manifiesto en todo el magisterio de Bergoglio como Papa ha sido su insistencia en una Iglesia que se ponga al servicio de toda la humanidad. Esta, entiende el obispo de Roma, es también la forma fun-damental de anunciar el Evangelio.

Francisco define una Iglesia Católica pro-tagonista y servidora de la sociedad, pero al mismo tiempo abierta al diálogo y aceptando las diferencias, dentro y fuera de sus fronteras. Y exige que los “funcionarios” eclesiásticos estén al servicio y presentes en el medio del pueblo, abiertos a escuchar antes que imponer normas morales o doctrinales. Es el papa Francisco de hoy que, como bien aseguran muchos que lo conocen bien, por lo menos en cuanto a actitudes, podría haber polemizado con el cardenal Bergoglio de ayer. Francisco es un Papa de este tiempo y para este tiempo que, entre sus propósitos fundamentales, se ha planteado también la necesidad de cambiar la Iglesia, de transformarla para que realmente sea servidora de la humanidad.

Para los católicos argentinos, más allá del natural “orgullo nacional” de tener un Papa de nuestra nacionalidad, queda ante todo la responsabilidad de reflexionar de manera autocrítica sobre nuestra propia Iglesia a partir de lo que Francisco está proponiendo para todo el mundo.

Invitado Especial

“Elige las palabras, los momentos, y las circunstancias. Y nadie puede hacerle decir lo que no desea. Fue así aquí y es lo mismo allá. De esta manera deja librada la interpretación a sus audiencias pero al mismo tiempo abre caminos, promueve el debate y, por añadidura, tiene la posibilidad de medir reacciones, de observar alineamientos para, llegado el caso, volver a arremeter”

60 | Bienaventurados Especial Francisco 2014

bienaventurados marzo 2014

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