bienaventurados noviembre 2013

Catedral de San Isidro - Sta. María de la Cabeza - Nuestra Señora de la Ribera - Stella Mariswww.catedrald esanis idro.org | f Catedrald eSanIsidro | t catedralsi

Fiestas Patronales enSanta María de la Cabeza

Ribera Camina, un grupo que no para

Año 10 | 96Noviembre 2013. Distribución gratuita

DIEZ AÑOS HACIENDO LÍO

Una comunidadde amigos en Cristo

Fiestas Patronales enSanta María de la Cabeza

NOVIEMBRE.indd 1 28/10/2013 05:23:51 p.m.

Correo de lectores y anunciantes: [email protected]

CoordinadoraFlor Tapia Gómez

Diseñadora GráficaAnita Bartolini

CorrectoraSofi Costa

ColaboradoresJocha Castro VidelaNichi GorchsDama JulianesJero Cúneo

STAFF

Distribución: gratuitaTirada: 5.000 revistasOrigen: año 2004

ÍNDICE

¿Tenemos miedo a la muerte?

Crecer en la confianza

Un encuentro distinto en mi camino

04 • Padre Mariano

05 • Gesto misionero

06 • Comunidad

Ribera Camina

03 • Carta del Párroco

Madres

Caminos de encuentro

10 • Familia

12 • Cura Brochero

14 • María

Cuidar la tierra

10 • NaturalezaDiez años haciendo lío10 • Comunidad

15 • Avisos

Encuentro familiar12 • Familia

Gracias monseñor Ojea14 • Comunidad

La fiesta del padre09 • Espiritualidad

Luján, un encuentro diferente12 • Comunidad

Una comunidad de amigos en Cristo

08 • Patronales


3Bienaventurados 2013 •

CARTA DEL PÁRROCO

Queridos amigos,Hace poco en un noticioso entre-

vistaban a un africano que había llegado a la Argentina como polizonte en un barco, escondido durante 15 días bajo el eje de la hélice, con otros dos compañeros. Sólo ha-bían llevado alimentos y agua para una sema-na, así que pasaron la mitad del viaje sin nada.

El periodista le preguntó si no había tenido miedo a morir. Él contestó: “No tengo miedo a la muerte, que es inevitable. Todos vamos a morir. Sólo tenía miedo de que no me recibie-ran en el país al que llegara el barco”.

Al escucharlo, recordé una frase parecida, dicha por el Papa Francisco en Río. Le comen-taban que era peligroso usar poca protección al estar en contacto con tanta gente, porque cualquier fanático o loco podía matarlo.

Contestó: “Dios me ha puesto en este car-go y para ejercerlo tengo que estar cerca de todos. Ya tengo 77 años, moriré cuando Él lo disponga. Nadie muere en la víspera del día señalado”.

Ambos casos, por motivos diferentes, manifestaban una serena aceptación de la muerte. En cambio, encontré mucha gente que le tiene miedo. ¿Cuál es nuestra actitud frente a ella?

1. Valorar y honrar la vidaEn ambos testimonios, es claro que no de-

sean morir. No tienen la actitud del suicida ni del deprimido, que no encuentra sentido a su vida.

Al contrario, el Papa quiere vivir y cumplir el ministerio que le fue confiado y el africano huyó de su país para buscar una vida mejor. Esto nos muestra que ambos valoran la vida y quieren honrarla del mejor modo posible.

Por lo tanto, la serenidad frente a la

muerte no significa despreciar la vida en este mundo, sino más bien aceptar con paz que un día ésta se termina.

2. No excluye el temor a sufrirNinguno de los dos menciona si teme los

dolores que a veces preceden o acompañan la muerte, pero sería anormal que no los tu-vieran. No es lo mismo sufrir que morir. Jesús se estremeció, angustió y sudó sangre ante la proximidad de su pasión. Pero la aceptó y se entregó en manos de su Padre.

El temor al sufrimiento es propio del ser humano. Sufrir no le gusta a nadie que esté normalmente en sus cabales.

Por eso la Iglesia acepta que se brinden al enfermo todos los calmantes que sean nece-sarios para disminuir el dolor o que le den sólo paliativos cuando el cuadro es irreversible.

3. La esperanza de vida eternaDesde siempre el hombre ha tratado de

no desaparecer completamente al morir. Los pueblos más antiguos ya tenían conciencia de que la vida se prolongaba a través de los hijos. Otros hacían obras o escribían sus bio-grafías para que no se perdiera su recuerdo.

Los judíos y musulmanes creen en la vida eterna como un estado espiritual de felicidad junto a Dios para aquellos que fueron fieles al Señor.

Jesús nos da una respuesta aún más plena: vamos a resucitar igual que Él y nos reunire-mos con todos nuestros seres queridos en Dios para ser felices eternamente. Sin duda esta verdad puede dar gran serenidad a los creyentes ante la muerte.

Recordemos esto al conmemorar el 2 de noviembre a todos los fieles difuntos.

¡Hasta pronto!

¿Tenemos miedo a la muerte?

La serenidad frente a la muerte no significa despreciar la vida en este mundo, sino más bien aceptar con paz que un día ésta se termina

Pedro Oeyen


4 • Bienaventurados 2013

Padre Cholo padrecholo.blogspot.com | [email protected]

PADRE MARIANO

¿Cuál es la actitud del corazón que más nos permite escuchar lo que Dios quiere? La CONFIANZA… pero tam-bién es una de las que más nos cuesta.

Así como el miedo engendra la nece-sidad de defenderse y protegerse fren-te al peligro, la confianza nos permite abrirnos a otro, dejarnos conducir por su voz, caminar sin defenderme. Porque el otro sabe; el otro ve. Me quiere y bus-ca lo mejor para mí.

La confianza de la que hablamos es aquella que nace de creer que Dios me quiere y que va disipando mis miedos y me purifica de mis seguridades cons-truidas. Sin embargo, esto es un camino largo. Si estoy siempre evitando lo que me pueda resultar conflictivo, si busco tomar distancia de todo aquello que me pueda complicar o movilizar, voy a tener muy poca disponibilidad para escuchar y entregarme. Porque así como puedo defenderme de ataques de afuera, tam-bién puedo estar defendiéndome de sentimientos que no me gusta sentir o de cosas mías que no me gusta ver.

El experimentar la confianza en Dios me dice a mí que sea amable con todo aquello que en mí quisiera que no exis-ta. Que aprenda a aceptarme por lo que soy, por lo que siento, y para eso es im-prescindible la confianza. Confiar signi-fica soltar, dejar de controlar mi vida y la de los demás.

Sin confianza, no puedo dejar que me encuentren. Un ejemplo de esto es

la parábola del Padre misericordioso (Lc. 15). La confianza es la convicción profunda de que el Padre me quiere en casa. Pero no me voy a dejar encontrar cuando dudo de que merezco que me encuentren, cuando creo que se me quiere menos que a otros, cuando pien-so que me tengo que ganar el amor de los demás. Ahí tengo que seguir dicién-dome: EL PADRE TE BUSCA. Irá a cual-quier parte para encontrarte. Te ama, te quiere en casa, no descansará hasta que estés con Él. Confía en vos aunque te equivoques.

Esta confianza en Dios es lo que nos permite caminar sin ataduras. Soltar lo superfluo, dejar de controlar las cosas y confiar en los demás.

Hoy se respiran nuevos aires de con-fianza en nuestra Iglesia. Una Iglesia que quiere ser más austera, que quiere escuchar, que quiere volver a los gestos sencillos es una Iglesia que vuelve a con-fiar. Que se abre a escuchar a Dios y sabe que en Él está su casa, que no se necesi-tan otras cosas, que puede abandonar-se en Él. Que puede soltar lo superfluo porque confía en su providencia.

Mostremos, como verdaderos cris-tianos, el deseo profundo de confiar en Dios y confiar en los demás.

Crecer en la confianza

Confiar significa soltar, dejar de controlar mi vida y la de los demás.


5Bienaventurados 2013 • 5Bienaventurados 2013 •

Hola, soy Jerónimo Cúneo y me sumo a Bienaventurados desde este número para ser los ojos de la revista, para obser-var y seguir de cerca las actividades de nuestra comunidad.

Soy cadete en un colegio de la zona y, gracias a mi tra-bajo, siempre estoy caminando por San Isidro haciendo trámites y recorriendo nuestras calles varias veces por día.

Hace unas semanas, un grupo de señoras de la Catedral me frenó en la esquina frente al mástil. Mi reacción in-mediata fue sonreír y seguir mi camino, hasta que miré lo que estaban haciendo y mi curiosidad me hizo volver. La propuesta era simplemente dejarle una intención a la Virgen. Muchas personas pasaban al lado de la mesa, como en modo automático sin ganas de que nadie los fre-nara y les pidiera algo; pero, cuando veían a la Virgen de Luján sobre la mesa y escuchaban la propuesta, abando-naban su modo defensivo y se sumaban a la invitación. Me impresionó la cantidad de gente que se acercaba a dejar su intención a María, permitiéndose profundizar y rezar de alguna manera, como una pausa imprevista en sus asuntos diarios.

Después de dejar mis intenciones, seguí mi camino a los bancos, a un bazar y a la inspección escolar. En el camino de vuelta, crucé las vías de la estación de San Isidro y ha-bía otro grupo de gente con una mesa, sillas y un mantel lleno de papelitos pinchados. Ahí estaba el Padre Cholo bendiciendo agua, saludando a la gente y haciendo un poco de presencia. La gente se bajaba del tren y volvía a sorprenderse con la propuesta.

En ese puesto estaba Domingo, un miembro de la co-munidad de la Catedral que, por cuestiones de horarios y distintos lugares de trabajo, nunca me había cruzado. El también estaba invitando a los transeúntes a que le

dejaran intenciones a la Virgen y lo hacía con una energía tremenda. Según él, estar haciendo eso era una cuestión obvia, hasta se sorprendió cuando le pregunté por qué lo hacía. Me dijo que había recibido una noticia y tenía que salir a comunicarla, que durante años no se había dado cuenta de lo que significaba y no quería perder más tiem-po. Con sus casi noventa años, sentía la profunda respon-sabilidad de salir a llevar el mensaje del Evangelio. Me contó que algunos miembros de su familia no estaban ha-ciendo las cosas como a él le gustaría, y que era también por ellos que estaba ahí.

Seguí mi recorrido de trámites, volví a ponerme los au-riculares y a preocuparme por no perder el tren, pero algo me quedó rondando por la cabeza. Este simple gesto soli-dario me hizo dar cuenta de varias cosas: en primer lugar, de lo tímidos que somos a veces los jóvenes a la hora de salir a nuestro propio barrio y hacernos ver como cristianos; y en segundo lugar, de lo desconectados que estamos los jóvenes de la Catedral con los adultos de nuestra parroquia, con lo mucho que tenemos que aprender de su camino de fe.

Un encuentro distinto en mi camino diario...

Jernónimo Cúneo

GESTO MISIONERO

Jernónimo Cúneo [email protected] t Jerocuneo



DESCRIPCIÓNRibera Camina es un grupo formado por voluntarios

cuyo objetivo es buscar que los jóvenes del Barrio Martín y Omar disfruten de esta etapa de la vida y puedan insertar-se en la sociedad como cualquier otro.

MISIÓNLograr un mayor bienestar de las familias del barrio

Martín y Omar actuando principalmente con los jóvenes. Estamos convencidos de que, si generamos las oportu-

nidades adecuadas, podemos motivar a los chicos y jóve-nes del barrio a progresar y mejorar su desarrollo social y educativo.

A partir de actividades en grupo (fútbol, tardes de juego y talleres) y de acompañamiento académico (apoyo esco-lar y tutorías), buscamos promover el desarrollo integral de la persona.

RESEÑA Y EL CAMINO…Empezamos a recorrer las calles del barrio en el 2010.

Luego de un tiempo de encuentros y reuniones con fami-lias y algunos vecinos, decidimos tratar de dar una mano a los que veíamos más descuidados y con cada vez menos oportunidades: los jóvenes.

Así fue como, de a poco y con mucha voluntad, empe-zamos a armar un camino que arrancó con los más chicos a través de juegos y ayuda en las tareas escolares. Luego llegó a los más grandes a través del deporte. Y, año a año, va sumando espacios de encuentro como el taller de arte, radio y visitas.

Hoy ya somos cerca de 40 voluntarios con este mismo objetivo.

PROYECTOSApoyo escolarEn el Apoyo Escolar de Ribera Camina no decimos que

la educación es el futuro, no decimos que la mejor mane-ra de ayudar a un chico es dándole oportunidades para

desarrollarse. No lo decimos, nos lo creemos. Es por eso que, cuatro tardes a la semana, cuatro equipos de volun-tarios vamos al barrio a encontrarnos con los chicos: a vin-cularnos con ellos, a ayudarlos con la tarea, a enseñarles sobre el respeto y el esfuerzo, a divertirnos y reírnos mu-cho con ellos. Son muchísimas las anécdotas y excelentes recuerdos que tengo de esas tardes; sé que valió la pena cada minuto que le dediqué a esa tarea. Tarea ardua (exige MUCHO compromiso), pero necesaria y gratificante, muy gratificante.

San AgustínSangus es mucho más que sacar un sábado a los chicos

del barrio, ponernos a jugar, cantar, bailar, tomar el té, etc. Es un espacio para formar vínculos con ellos y hacer que ellos también se conozcan todos. Queremos que el día de mañana sean buenos amigos.

Muchas veces, los “profes” terminamos aprendiendo cosas de los más chicos, que nos sorprenden por sus dis-tintas lecciones de cariño y confianza, regalándonos una sonrisa, un abrazo, un “te quiero”.

Ver cómo se divierten, cómo disfrutan, cómo cambian y van creciendo, nos demuestra que Dios viene también los sábados a jugar con nosotros, ¡y esto nos da más voluntad y compromiso!

No es un sólo una actividad de servicio, es una escuela de aprendizaje: ellos nos enseñan a nosotros.

Taller de ArteEl arte es un mundo para ser uno mismo. Es expresar

con otras palabras lo que a veces no se nos hace fácil de decir. Hace crecer la imaginación y crear cosas nuevas. Nos ayuda a darnos cuenta de que somos capaces de co-sas increíbles. No hay límites, lo que nos hace sentir más libres, sin las ataduras que a veces traemos o en las que nos vamos enredando.

TutoríasLos jóvenes del barrio muchas veces sienten que la

Ribera Camina



sociedad no tiene un espacio para ellos. También es ver-dad que muchas veces no tienen a mano las herramien-tas u oportunidades necesarias para seguir progresando: estudiando, trabajando, haciendo algo que les gusta y les haga bien. Nosotros queremos que puedan tener un mayor poder de decisión sobre su propio futuro, compar-tiendo y recibiendo el apoyo de otro joven que lo ayude a ganar seguridad y confianza en sí mismo; que le mues-tre otras posibilidades y lo motive a seguir adelante. Pero principalmente que lo acompañe y lo escuche.

Visitas a las casasEste espacio está dado para vos que querés

ENCONTRARTE con las personas del barrio. No tenemos horario ni tiempo fijo (al igual que tu ami-

go, que cayó en tu casa cuando se le hizo un huequito en-tre la facu y el laburo). Tampoco tenemos límite de edad. Tenemos compromiso, eso sí.

Lo que hacemos es pasar por lo de Ale (que lee esta re-vista y a la que le mandamos un beso!), o aprender car-pintería con José, o comer torta-fritas con Tota y Pedro, o ayudarle a Irma a mover algunas tejas, o ir al cine con alguno de los chicos, o ser signos de encuentro de alguna otra forma. Compartiendo. Conociendo. Comprendiendo. Queriendo.

Deporte¡¡No sólo te hace mover el cuerpo sino que es el motor

de un montón de otras cosas!! A través del deporte, inten-tamos transmitir valores como el compromiso, el esfuer-zo, el compañerismo, el divertirse sanamente, la amistad, la disciplina... Además, pone el tiempo y la energía de los chicos en algo que vale la pena. Genera un objetivo en co-mún y motiva el cambio para estar más “entero” al salir a la cancha.

¡Ya contamos con 3 equipos de fútbol (tanto de varones como de mujeres) y estamos participando en 4 torneos!

Radio¡Empezó un nuevo taller de radio en La Ribera!Flor, licenciada en Comunicación Social, y Guti son quie-

nes lideran el taller y cuentan que el objetivo primordial es “que los chicos adquieran conocimientos básicos sobre el funcionamiento de la radio para, algún día sí, ¡empezar a grabar!”.

Afirman que una noticia debe contestar a 5 preguntas fundamentales:

Qué: ¡Nuevo taller de radio!Quiénes: Maxi, Brisa, Bianca y el Pela… ¡y se van suman-

do de a poco!Cuándo: todos los sábados de 17 a 19hs.Dónde: en el Jardín Maternal de Martín y Omar.Cómo: con merienda de por medio y la súper mega ultra

híper infaltable inexorable ayuda de Dios y la Virgen.

InvitaciónSi querés ayudar y no sabés cómo,si tenés alguna nueva idea,si pensás que el cambio es posible,si tenés ganas de hacer lío,no te quedes sólo con la oración por los más necesitados:¡¡¡SUMATE!!!Si querés sumarte o colaborar en algún proyecto, no du-

des en enviarnos un mail a [email protected]. Visitanos en facebook: https://www.facebook.com/RiberaCamina?fref=ts.

TESTIMONIOS

“Ser voluntaria se transformó más en un recibir que en un dar. Llegar al barrio y ver a los chicos corriendo hacia nosotros con una cara de felicidad inmensa, cada abrazo, cada “hoy quiero que seas mi profe”, es una alegría que se torna constante semana a semana.Siento que es una forma de devolver las oportunidades que afortunadamente tuve en mi vida. Demostrarles a los chicos que, si quieren, pueden lograr todo lo que se propon-gan, que hay esperanza de poder ser eso que quieren ser cuando sean grandes. Nosotros no somos maestros, somos puentes para que los chicos puedan construir su propio futuro”.Agustina Sperperato – Voluntaria de Apoyo Escolar y Taller de Arte

“En San Agustín nos juntamos todos los sábados para ayudar a los chicos a tener una realidad distinta de la de todos los días, por lo menos un rato. No sólo es bueno para ellos, creo que a los que vamos nos hace muy bien el estar con los chicos”.Tomás Grosso – Voluntario de San Agustín



PATRONALES SANTA MARÍA DE LA CABEZA


Por Gastón FermepinEl domingo 6 de octubre, en una jornada “a pedir de

santo”, celebramos nuestras fiestas patronales en la co-munidad de Santa María de la Cabeza. Una fiesta que nos recuerda que la santidad en el hombre y la mujer común es posible.

Podría hacerte una crónica de esa jornada pero prefie-ro dejar que estas fotos te lo digan y comentarte que, salvo con “alguna cosita más”, el clima de amigos no fue distinto que el de otro domingo cualquiera en nuestro “galpón – iglesia”.

Sí, así como leés: la simplicidad de la estructura, lo magnífico de nuestro parque, el clima especial que se vive para escuchar el mensaje de Dios, y la risa de los niños que corren por todo el parque (durante la misa – vos sabés que ellos rezan a su manera), hacen de esta casa de Dios un lugar muy intenso que no te puedo contar sólo con estas pinceladas sino que tenés que venir a experimentarlo.

Como en una familia que comparte la espiritualidad de la palabra y la palabra humanizada de quienes allí, do-mingo tras domingo, recibimos el alimento conciliador y las enseñanzas, hemos rescatado el entusiasmo y la ale-gría tan vívida de ir el domingo a misa.

Cuando el Padre Pedro nos pone frente a Jesús, quién no se ha conmovido, a quién no se le piantó un lagrimón, quién no dio gracias por poder estar allí, arrodillados ro-deados de tanto amor y cariño genuinos. Al desearnos la paz, o al rezar a Nuestro Padre tomados de la mano,

la energía de los “cabezanos” se transmite, y surge muy fuerte lo sincero de los amigos y hermanos en Cristo, en la sonrisa y en la mirada.

Nos conocemos por nuestros nombres, sabemos lo que nos pasa en lo cotidiano, nos contenemos

cuando las cosas no nos van tan bien, y nos alegramos con los logros del otro, o el bautismo de un nieto, la ca-tequesis de nuestros hijos o el acercarle la Eucaristía a un enfermo.

Claro, ¡qué simple! Con decir comunidad, tenés el me-jor resumen. Una sola palabra que se dice rápidamente pero que implica tu voluntad de querer correrte del cen-tro y ver por el otro, vivir con tu prójimo y así, como el poeta, encontrarte preguntándote: ¿qué tengo yo que mi amistad procuras? Así, tal cual, como esa estampita que muestra a Cristo golpeando a tu puerta.

Y dar tu tiempo… prestar tu oreja, poner el hombro, adorar a Cristo, rezar cantando, compartir un cafecito después de misa y siempre dar servicio.

Como lo hicieron San Isidro y su esposa, Santa María de la Cabeza, gente común, santificados por su entrega y obra piadosa para servir a los demás y con ello a Nuestro Señor.

Ahora te dejo para que pienses en qué comunidad te re-conocés; y si podés sentir nuestra alegría, ya formás parte de Santa María de la Cabeza.

Firmado…. Un modesto “simpatizante” (fanático).




LA FIESTA DEL PADRE“Cuando todavía estaba lejos, su Padre lo vio y se con-movió profundamente, corrió a su encuentro, lo besó y lo abrazó” – Lucas 15, 20¿Qué es la muerte? Pues es simplemente la certeza de que aquel ser ‘que se fue’ se encuentra sentado en la Mesa del Padre, celebrando y festejando. Sí, esta es una certeza del Evangelio, de esas que son tan pero tan grandes que nos es difícil hacerlas carne. Como la misericordia infinita, la gratuidad, el pesebre, los cin-cos panes y dos peces, etc.San Agustín nos decía que nuestro corazón está in-quieto hasta que descanse en Dios. Durante nuestra vida, vamos experimentando por momentos mayor o menor paz, sabiéndonos y sintiéndonos acogidos, en los brazos de este Padre y de este amigo Jesús de Na-zareth. Pero con la certeza, por lo menos teórica, de que el descanso pleno se dará en la presencia viva y palpable del Padre en la Fiesta.Con dolor sí, como toda pérdida, desgarramiento. Al-guien deja de estar en la presencia que estuvo siem-pre. Y necesitamos tiempo, cada cual un tiempo dis-tinto, para asimilar esta pérdida que, por más certezas evangélicas que tengamos, no deja de ser una pérdi-da. Y debemos respetarnos en esto, sin desesperar. Y saber acompañar a aquel que sufre la pérdida, con sus formas, modos, costumbres. Poniendo al difunto y a sus seres queridos en nuestra oración confiada, sa-biendo que hay Alguien abrazando esa situación, esa realidad. Que todo está en buenas manos y que todo terminará bien.

Este mes, como Iglesia celebramos el Día de los Di-funtos, día que excede totalmente los muros de nuestros templos, especialmente en América Latina. A lo largo de todo el continente, nuestros pueblos, en la misma fecha, recuerdan a sus antepasados. Es este recordar, este volver a pasar por el corazón, que nos re-vitaliza, sabiendo que “lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado”. Y esto que te-nemos sepultado es nuestra sangre, nuestras raíces, nuestra tierra. Cada pueblo, con su cultura, su idio-ma, sus colores, sus ritos, sus ancianos y sus niños, recuerda a sus muertos.Me sorprenden algunas veces, caminando por el barrio, los ‘altares’ donde los vecinos recuerdan a sus seres queridos, especialmente a esos niños y jóvenes que se fueron demasiado temprano. Una estructura humilde, un retrato de ese niño/niña/joven, algunos objetos per-sonales, algún vino o cerveza, la imagen de esa Madre que carga con sus hombros a cada uno de estos pibes, la Madre de Luján. En las esquinas, las calles, las puer-tas de las casas, estos ‘altares’ se repiten, llegando a ser, en algunos barrios, demasiados, principalmente en aquellos barrios en donde las muertes violentas se su-ceden. Necesitamos tener a nuestros hermanos pre-sentes, recordando la Vida que en ellos se nos regala. La presencia, fundamental. Especialmente, este mes quiero recordar a Kevin, ese pibe de 9 años asesinado por una bala perdida en el barrio de Zavaleta hace al-gunas semanas. Un pibe cuyo mundo sólo debían ser sonrisas, colores, amigos, juegos, como el de todos los pibes, especialmente los más pobres.

ESPIRITUALIDADJocha Castro Videla [email protected]

¡ P O R S I E M P R EK E V I N !



Las Olimpíadas Diocesanas, organizadas desde 2004 por el Equipo de Pastoral de Jóvenes de San Isidro, cum-plen diez años como espacio de encuentro y contención para los jóvenes.

Son las 8h de la mañana de un lunes feriado y en el Bajo de San Isidro se escucha una murga que, redoblante a la cabeza, avanza sobre el campo de deportes del Co-legio Marín. Los vecinos se enojan; pero saben que hoy, al igual que durante los últimos 10 años, los cantos y gritos de las hinchadas van a ser protagonistas. Es el comienzo de las Olimpíadas Diocesanas, evento para jóvenes que este año realizó su décima edición. Transcurría el año 2004, el Equipo de Pastoral de Jóve-nes estaba compuesto mayormente por sacerdotes, y el Padre Pancho Peña trajo la idea de su parroquia: “en Santa Teresita de Virreyes hacía varios años que las ve-níamos realizando y eran un espacio de encuentro fra-terno y de pasión de los chicos. Sobretodo de aquellos que habitualmente no venían a la parroquia.” La idea causó gracia; siendo Pancho el menos deportista entre los reunidos, esta propuesta podía ser una clara señal del Espíritu Santo.Más que una señal, estaba entre las líneas de acción que habían surgido de la Asamblea Diocesana realizada ese mismo año y que, entre otras cosas, proponía generar espacios de encuentro para los jóvenes. Entonces “Nos fuimos entusiasmando, no parecía tan imposible... Era una oportunidad para generar un espacio de encuentro entre los jóvenes de distintas parroquias a partir del deporte. (…) Nos parecía importante que los que participaran tu-vieran algún vínculo con una comunidad parroquial; por eso la inscripción se hizo siempre a través de ellas y no por

colegios,” cuenta el Padre Agustín Pollitzer.De los aproximadamente 400 chicos originales, hoy participan más de mil. La convocatoria tuvo tal éxito que hubo que limitar la cantidad de equipos por parro-quia. Pero esta decisión no hizo más que expandir el es-píritu de las olimpíadas. En algunas parroquias hoy en día incluso se realizan pre olimpíadas, o se hacen olim-píadas inter-decanatos.Uno de los rasgos más importantes fue que, paso a paso y por necesidad dado el crecimiento del evento, pero también por interés de los propios jóvenes, se fueron sumando laicos de las distintas parroquias al Equipo de Jóvenes. Esto fructificó en un Equipo de Pastoral de Jó-venes mucho más amplio, y llegó a lo que es hoy: una comisión especial de Olimpíadas que varios meses an-tes empieza a preparar la logística, revisa las reglas, rea-liza la difusión, etc. Pablo Buceta, quien se sumó al Equipo de Pastoral a partir de un retiro del obispo, cuenta que “muchas pa-rroquias realizan pre-olimpíadas (…) generando esto un espacio más dentro de la parroquia, lo que me imagino crea encuentros a lo largo del año y de alguna forma la parroquia no deja de estar presente. (…) Esto hizo po-sible que en los últimos creo que 3 años convocáramos chicos y chicas de distintas parroquias para que nos ayudaran en la organización.” Dentro de lo vivido y aprendido en estos diez años, cabe destacar todo lo que se fue generando a partir de las primeras olimpíadas. El primer año se celebró una misa de cierre, y cada parroquia se llevó su medalla o men-ción por la actividad en la que cual se había destacado. En ese momento eran 6 disciplinas, no sólo deportivas sino también de ingenio y arte. Ya para el 2005 se su-

JÓVENESNichi Gorchs [email protected] t Nichigorchs

DIEZ AÑOSHACIENDOLÍO



maron nuevas categorías por edad, femeninas o masculinas; y, con el tiempo, al arte se sumaron videoclip, fotografía y baile. Y por supuesto, una copa general, sumando a la mís-tica del evento. Un rasgo destacable desde el primer momento es que las olimpíadas fueron siempre un lugar donde parroquias quizá más periféricas de la diócesis, con realidades sociales muy duras, son las que más participantes aportan y más entu-siasmo demuestran de entrada. El encuentro anual, y todo lo que se fue generando en las parroquias, significa para muchos jóvenes de barrios marginales, donde el club o la escuela no están tan presentes, un lugar de contención nuevo y donde se sienten identificados. “Donde compar-ten sus pasiones,” como decía Pancho. Es llamativo el hecho de que, en los primeros años, no eran las parroquias con mayor actividad interna las que se suma-ban con grupos grandes. Pero sí parroquias mas alejadas, como Purísima de Pacheco, San Ignacio de Loyola, o centros misionales de parroquias grandes, donde los jóvenes encon-traron su lugarcito a través del deporte y del arte. También es muy valioso para estos jóvenes que tal vez entraron por el fútbol, y fueron encontrando espacio para otros talentos que no sabían que tenían o no se animaban a mostrar. En ese sentido, las Olimpíadas ayudan a reunir jóvenes de las más diversas realidades, haciéndolos sentir más cercanos y más hermanos. Ese día lo que importa es la camiseta de la parroquia, no la del club ni la del barrio donde vivís. Y es un llamado a la convivencia fraterna, a la risa, a la integración. Es aprender a respetar a los árbitros que voluntariamente participan y corren de cancha en can-cha todo el día. Es una propuesta a amar más a través del juego, de los talentos de cada uno, y del valor que tienen, vengan los chicos de donde vengan.

BIENAVENTURANZAS DEL DEPORTISTAPara que en este encuentro diocesano podamos descubrir a Jesús que habita en cada uno de nosotros, los invitamos a vivir las BIENAVENTURANZAS DEL DEPORTISTA.

Felices ustedes, los limpios y honestos en la competencia, porque el deporte los ayudará a ser mejores personas.

Felices ustedes, los que hacen del deporte un camino hacia el interior del corazón porque encontrarán en él la humildad para respetar las diferencias.

Felices ustedes, los que se mantengan fieles a sus principios, amistades y compañeros porque serán fuente de confianza.

Felices los que respeten al árbitro y colaboren con él, porque la paz de Jesús inundará sus corazones y ayudarán a construir la civilización del amor.

Felices ustedes, los que saben ganar y perder porque disfrutarán con alegría el juego.

Felices ustedes, los que hacen del deporte un lugar de encuentro, amistad y solidaridad porque en él verán a Jesús.

Felices los que hagan del deporte un medio de conversión porque vivirán en él valores cristianos.

Felices los que sepan perdonar cuando sean ofendidos porque amarán como Jesús.

Felices los que integran a los excluidos en su equipo porque Dios los buscará para ser parte del suyo.

Felices los que aprendan a jugar como niños porque gozarán de alegría.

“Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo...” (Mt. 5, 12)



FAMILIA

Son nuestros jóvenes, hijos e hijas, quienes, absorbiendo el mundo que los rodea, inter-pelan y se dejan interpelar por la vida, vibran con ella. Son francos, sinceros, sin pelos en la lengua. Así lo han demostrado una vez más con la encuesta “QUÉ ESPERAMOS Y QUEREMOS DE NUESTROS PADRES” y en el encuentro que organizaron sobre la familia. Concurrimos convocados por ellos y, como tantas veces, nos sorprendieron con la clari-dad y sencillez con la que nos dijeron lo que sienten, viven y quisieran vivir en el entorno más cercano: la familia. Lamentamos la poca concurrencia y los animamos a repetir el encuentro.

Nosotros somos ese primer mundo al cual se asoman aprendiendo. ¿Qué nos piden, buscan y quieren de nosotros como papás y mamás?, ¿qué esperan de la familia más allá de cada situación particular?

- Autenticidad en los roles de papá y mamá: ni amigos, ni compinches de los hijos, no pende-viejos… “¿Acaso no es bueno ser adulto, no está bien que crezcamos?” Fue la pregunta de un joven… Necesitamos referentes, límites claros, no para que controlen lo que hacemos sino para hacernos crecer bien. Nos gusta que nos hablen con franqueza y sin-ceridad, no con un doble discurso lleno de iro-nías y sarcasmos. Cuando hacemos algo bueno y lindo, que nuestros padres lo reconozcan; nos hace bien que nos digan las cosas buenas que tenemos y hacemos. Buscamos transparencia en la comunicación.

Buscamos diálogo, comunicación en la fami-

lia, entre todos; que se pueda hablar en casa de temas serios y divertidos. Reírnos entre todos dando lugar a la alegría. Nos incomoda que haya esos misterios de los cuales nadie quie-re ni puede hablar. Nos gusta hablar de lo que nos pasa y poner las cartas sobre la mesa.

Solidaridad y amor. Respeto y comprensión a los tiempos que necesitamos para pensar qué queremos ser. Estamos buscando nuestra pro-pia identidad.

Más acompañamiento entre la salida del cole y el ingreso universitario. Y mucha paciencia con nuestras búsquedas, cambios, procesos y proyectos. Que, como papás y mamás, no le tengamos miedo a los cambios pero sabiendo que tampoco es necesario cambiar todo.

Queremos que nos hablen más de Jesús…

Estas y muchas cosas más, nuestros hijos, a quienes amamos, esperan de nosotros, como familia y como padres… Es un desafío inmen-so para todos los que pertenecemos a gene-raciones pasadas, pero actuamos de bisagra entre aquella y ésta, el situarnos al compás de los signos de los tiempos. ¿Qué hacemos entonces para comprenderlos y acompañarlos mejor, para generarles vínculos estables en un mundo cambiante?

Se me ocurre lo siguiente: RECREAR, RECONSTRUIR, RENOVAR, RE-DESCUBRIR, RECICLAR, REFORMATEAR, RESETEAR… NUESTROS PARADIGMAS Y DAR LUGAR A LOS NUEVOS. Y, POR SOBRE TODO, INVOCAR AL ESPÍRITU SANTO QUIEN RENUEVA TODAS LAS COSAS:

“No se acuerden de cosas pasadas, no piensen en las cosas antiguas. Yo estoy por hacer algo nuevo. Ya está germinando, ¿no se dan cuenta? Sí, pondré un camino en el desierto y ríos en la estepa…”

ENCUENTRO FAMILIAR

ESTAS SON ALGUNAS RESPUESTAS QUE LOS MISMOS JÓVENES DIERON:

Por Pablo y Pía Aragone


13Bienaventurados 2013 • 13

COMUNIDAD

Con zapatillas a primera vista confiables, protector, abrigo y un agua en la mochila arrancamos la peregri-nación a Luján. Con quince horas de caminata por de-lante, uno ya sabe que lo que se viene es un desafío y una experiencia que siempre deja algún aprendizaje, sólo hay que ir con los ojos abiertos y los sentidos bien despiertos para recibir todo lo que la caminata ofrece. Paso a paso, miles de persoas avanzan hacia la Basílica de Luján en un compás que de a poco se va sincronizando y que recién al final empieza a ser clave para no abandonar, porque de alguna manera empuja y alienta.

Mientras caminamos y los distintos ritmos nos van separando del grupo, empezamos a avanzar con des-conocidos: grupos con pecheras de algún color fluores-cente que cantan y animan a sus compañeros de viaje, otros que van en familia con los cochecitos a cuesta e hijos no muy contentos con el programa, otros solos con sus auriculares o con un equipo de música al hom-bro musicalizando la caminata con canciones de todo tipo. Los motivos son tantos como peregrinos y son todos válidos: promesas, pedidos, desafíos personales, ejercicio o costumbre, todos son una buena excusa para que la Iglesia se reúna y se haga ver.

De vez en cuando, empezamos a rezar un rosario que siempre se ve interrumpido con los vendedores que año a año se duplican y cada vez tienen una oferta más va-riada de productos: energizantes, sándwiches, choripa-nes, bastones, certificados de peregrino, rosarios, talco,

calmantes, remeras, banderas, frutas, gorras y tentado-ras ofertas de remises hasta la Basílica.

Las horas pasan y el cuerpo empieza a pasar factura. Algunos afortunados van de alpargatas y llegan sin nin-gún dolor, otros llevamos zapatillas llenas de resortes y de cámaras de aire y nos salen 14 ampollas. De todas formas, todos podemos hacer la peregrinación, de más lejos o más cerca, ayudando en los puestos de apoyo, dando agua durante el camino o estando en la logística de alguna parroquia que lo necesite.

La peregrinación a Luján es un evento que hay que hacer por lo menos una vez en la vida. Es una fiesta popular que brinda la oportunidad de encontrarse con católicos de todos lados, gente que vive la fe de mane-ras muy distintas y que llegan movidos por diversas cosas pero que caminan en la misma dirección y con un mismo objetivo.

El Papa Francisco dijo que hay que salir a las periferias y eso es lo que la peregrinación hace. Gente que duran-te el año no vive su fe en una comunidad, o que quizá no se acerca a los sacramentos, se hace presente en Luján para ir a visitar a la Virgen y vivir la fe en comunidad por lo menos por única vez en el año. Durante la caminata somos todos iguales, no hay comodidades para nadie porque nada asegura llegar más sanos ni más rápido, caminamos cómo iguales; eso es lo más lindo que tiene la peregrinación y lo que hace que cada octubre me ol-vide de las ampollas del año pasado y vuelva a caminar.

Jernónimo Cúneo [email protected] t Jerocuneo

Luján,un encuentro diferente



COMUNIDAD

En la última reunión de nuestro grupo de Prebautismales, recibimos la visita de nuestro obis-po, Mons. Oscar Ojea.

Primero, nos presentamos y cálidamente nos pre-guntó qué sentíamos al cumplir esta misión, la de transmitir la alegría de recibir el Bautismo. Las res-puestas fueron muy parecidas por lo que el obispo quedó impresionado por el entusiasmo que ponía-mos al dar las charlas. Y esto le daba una gran alegría como pastor. Lo repitió una y otra vez y nos daban más ganas de seguir adelante.

También destacó la importancia de que diéramos la charla "de a dos", dos que podían reflejar el amor y el respeto del uno por el otro con la mirada, con los gestos, con una sonrisa. En general, todos tenemos muchos años como matrimonio y eso le gustó como experiencia de vida que se transmite a los que pre-sentan a sus hijos para el Bautismo.

“No se puede negar el Bautismo a nadie” fueron sus palabras textuales. En este sentido, desde hace varios años, la Catedral está abierta para bautizar a todo aquel que lo solicite sin hacer ninguna distin-ción. Y esto es muy agradecido por los padres que se acercan a la Parroquia. Aumenta, en consecuen-cia, la cantidad de charlas prebautismales. Por eso,

le transmitimos al obispo nuestro deseo de que se sumara más gente para trabajar en esta fantástica tarea donde es más lo que se recibe del otro que lo que uno humildemente puede brindar.

A raíz de esto, nos contó sobre una misión que él mismo había llevado a cabo en la estación Constitución. Había decidido, junto con otros, bau-tizar a todos los que lo quisieran, realizando una pequeña catequesis previa. Fueron pocos los que se acercaron a bautizarse. Sin bajar los brazos, al año siguiente repitieron la misma misión, también sin mucha suerte. Pero hubo una persona que los acom-pañaba sin decir nada. Al preguntarle si quería bauti-zarse, dijo que no, porque en realidad él había ido allí para festejar que hacía un año lo habían bautizado en ese lugar. ¡Era UNO SOLO y por ese UNO SOLO había valido la pena aquella misión! Por eso, nos re-pitió que no bajáramos los brazos, que contagiára-mos ese entusiasmo, que valía la pena esa tarea.

Queremos destacar lo bien que nos sentimos en la reunión. La calidez del obispo fue impresionante, cómo prestaba atención a cada cosa que decíamos. Sentimos que nos oía como un padre que cuida a sus hijos. Por eso repetimos, ¡MUCHAS GRACIAS!

P o r F l o r e n c i a C a r m i n a t t i

GraciasMonseñor Ojea



CAPILLAS

Párroco: P. Pedro Oeyen

Vicarios Parroquiales:P. Francisco GamboaP. Mariano CaraccioloP. Hugo Álvarez

Diáconos Permanentes:Wenceslao Gómez CarideJosé Hamed

Secretaría Parroquial:8:30 a 12h y de 16 a 20hAdrián Beccar Varela 530Tel. 4743 0291/ 4990

Caritas:Atiende en Anchorena 469

Confesiones:Diarias: Media hora antes de la misa de 19hDominicales: Media hora antes de cada misa

Horarios de misa:Lunes a Viernes: 8, 10 y 19hSábados y feriados: 10 y 19hDom.: 10, 12:30, 19 y 20:30h

Ntra. Señora de la Ribera

Santa María de la Cabeza

Stella Maris

El Cano 172, AcassusoTel. 4742 7198

33 Orientales 1301, Beccar

España 1016, Beccar

Horarios de Misa:Sábado 19hDomingo 19:30hHorarios de Secretaría:Jueves 15 a17hSábados 17 a 19h

Horario de Misa:Domingo 11h

Horarios de Misa:Sábado 19:00h de niñosDomingo 11:30h

CATEDRALAVISOS

CONCURSO FOTOGRÁFICO “SAN ISIDRO LABRADOR – FIESTAS PATRONALES”El jurado ha decidido declararlo desierto. El proyecto se retomará el próximo año con un nuevo tema, que se anunciará con la debida anticipación. Desde ya, estamos sumamente agradecidos a los participantes, quienes podrán pasar a retirar sus trabajos en el horario de Secretaría Parroquial.

FE DE ERRATAS, REVISTA NOVIEMBREDatos de contacto de la Universidad de San Isidro (USI) tel.: 4732-3030 – www.usi.edu.ar. | facebook: com/universidaddesanisidro

twitter: cUSI_online

RETIRO DE NOVIOS"La alegría esta en el corazón de aquel que conoce el AMOR"CASA MONSEÑOR AGUIRRE

Secretaría de JÓVENES: 47434990 / 47430291 / MAIL: [email protected]

¡BIENAVENTURADOS SE RENUEVA!Querida comunidad:Queríamos compartirles una excelente noticia: se sumaron dos integrantes a la revista. Ellos son Dama Julianes y Jero Cúneo. Dama se suma al staff para aportar ideas y Jero, como redactor. Ya habrán visto que en este número escribió dos notas, así lo van conociendo. Dama estudia Arquitectura y trabaja como profesora de un taller de Comunicación y Diseño por Computadora en Virreyes Rugby Club (trabaja también en un estudio de paisajismo) y Jero estudia Comunicación y es parte de la revista de la Pastoral Universitaria de nuestra diócesis. Les damos la bienvenida y les pedimos que recen por todo el equipazo de Bienaventurados.

¡BIENAVENTURADOS BUSCA!En el staff de la revista somos diez personas y el párroco. Nos reunimos mensualmente. Somos todos jóvenes relacionados con la comunicación, y no tanto. Más bien, somos jóvenes que queremos valernos de la revista para contar la Buena Nueva. ¡¡Invitamos a fotógrafos y diseñadores de cualquier edad a sumarse a la revista!! Escriban a [email protected].


bienaventurados noviembre 2013

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