bienaventurados julio 2013

Despedida a Ine

Catedral de San Isidro - Sta. María de la Cabeza - Nuestra Señora de la La Ribera - Stella Mariswww.catedraldesanisidro.org

Iguales y libres

Especial Año de la Fe por Miguel Ángel D'Annibale

Año 10 | 92Julio 2013. Distribución gratuita

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Correo de lectores y anunciantes: [email protected]

CoordinadoraFlor Tapia Gómez

Diseñadora GráficaAnita Bartolini

CorrectoraSofi Costa

ColaboradoresJocha Castro VidelaNichi Gorchs

STAFF

Distribución: gratuitaTirada: 5.000 revistasOrigen: año 2002

ÍNDICE

Iguales y libres

Despedida a Ine: Me llevo todoComo sé cuál es la voluntad de Dios

Elegir la vida es mejor

11 • Jóvenes04 • Padre Mariano

05 • Comunidad

08 • Espiritualidad

10 • ComunidadSolidarios, no solitarios

15 • Avisos

LLegó el momento de curar las heridas

Sacrosantum Conciulum14 •Especial año de la Fe

03 • Carta del Párroco

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3Bienaventurados 2013 •

Queridos amigos,Al celebrar este año nues-tra independencia, tengamos

presente también el bicentenario de la Asamblea del Año XIII, hecho muy im-portante de nuestra historia, que a me-nudo olvidamos.

1. RecordandoÉste fue el primer paso jurídico so-

berano en orden a que las Provincias Unidas del Río de la Plata fuesen una nación. Aunque no se cumplieron sus dos objetivos principales, que eran pro-clamar la independencia y redactar una constitución, sí se dictaron algunas leyes significativas.

La Asamblea estuvo conformada por representantes de todas las provincias. Entre los logros, se destacaron los si-guientes: se ordenó acuñar moneda pro-pia, se aprobó el escudo, el himno y la es-carapela; se estableció que una persona debía presidir el gobierno central, etc.

Pero además de organizar el país na-ciente, la Asamblea legisló con relación a la vida de sus habitantes. Algunas de las normas aprobadas fueron fundamen-tales para señalar qué ideal propiciaban. Destaquemos: A. La abolición de los tí-tulos de nobleza y del mayorazgo. B. La libertad de vientres y la abolición del ser-vicio de los indios.

2. todos igualesLa supresión de los títulos de nobleza

en la práctica parecía no ser demasiado importante porque había pocos nobles.

El mayorazgo era más significativo, pues esa ley daba muchos privilegios al primer hijo varón, en desmedro de los otros y de las hijas mujeres. Al derogarlo,

todos pasaban a tener los mismos derechos.

Pero, además, con estas dos leyes se sentaba un principio fundamental: ya no existirían privilegios de casta, sexo, ni nacimiento. La nación debía construirse sobre la base de la igualdad de todos sus habitantes.

3. Todos libresLibertad de vientres, si bien no abo-

lieron totalmente la esclavitud (esto demoró varias décadas), al menos esta-blecieron que serían libres todos los que nacieran a partir de ese momento.

Y suprimieron el servicio que los indios debían prestar a los españoles (supues-tamente a cambio de la “protección” que les brindaban), que en muchos ca-sos se convertía en un tipo de esclavitud encubierta.

De este modo, consagraban el prin-cipio de la libertad de las personas. No bastaba que la nación fuera libre, tam-bién sus habitantes debían serlo.

4. El juramentoConcluida la Asamblea, se ordenó que

todos los que vivían en este territorio debían jurar fidelidad a las normas apro-badas. Es interesante recordar que quien tomaba el juramento concluía diciendo:

“Si así lo hiciereis, que Dios os ayude y la

patria os lo reconozca.Y si no lo hiciereis, que Dios y la patria os

demanden”.

5. Al día de hoyQue este aniversario nos mueva a pen-

sar cuáles son las desigualdades que aún subsisten en nuestra sociedad, cuántas esclavitudes siguen existiendo (trata de personas, droga, adicciones, etc.) y qué podemos hacer para seguir construyendo el ideal que soñaron nuestros próceres.

Una de las claves será que tratemos de igualar “para arriba”, generando medios que brinden educación, capacitación y oportunidades a los postergados o ex-cluidos, sin olvidar que quienes cumplen las leyes y trabajan por el bien común necesitan la ayuda de Dios y el recono-cimiento social. Pues no basta con espe-rar que Él y la patria demanden a los co-rruptos, traficantes y a todos los que no cumplen con su responsabilidad ni con las leyes.

Que Dios nos lo conceda y podamos ser una gran nación.

Hasta pronto,

CARTA DEL PÁRROCO

Iguales y libres

" ¿Cuáles son las desigualdades que subsisten en nuestra sociedad? ¿Cuántas esclavitudes siguen existiendo? ¿Qué podemos hacer para seguir construyendo el ideal que soñaron nuestros próceres?"

Pedro Oeyen

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Padre Cholo padrecholo.blogspot.com | [email protected]

PADRE MARIANO

A lo largo de la vida, en nuestro caminar como creyentes, aparece la pregunta de cúal es la voluntad de Dios en mi vida. Es más, esto es tan central para cada uno de nosotros que, casi sin darnos cuenta, lo rezamos en la oración cen-tral de los cristianos: “Hágase tu volun-tad, así en la tierra como en el cielo”. Sin embargo, esta centralidad no significa que la voluntad de Dios sea algo fácil de descubrir. Y esta situación hace que muchas veces nos angustiemos, tenga-mos miedo de tomar decisiones o pen-semos que nos estamos alejando de Dios si hacemos algo distinto de lo que Él tenía planeado para nosotros.

Al tomar decisiones relativas a nues-tro estado de vida, los amigos, el tra-bajo, los planes futuros, negocios, no debemos esperar que descienda como una especie de visión de éxtasis que nos diga exactamente qué hacer. Ya que la voluntad de Dios no está asociada a un conjunto de reglas a seguir, ni a un mi-nisterio o vocación específica que ten-go que elegir. Es decir, no es que Dios me va a decir “hacé esto o aquello”; ni que está esperando que elijamos tal

profesión, o a tal mujer u hombre para compartir la vida y que si no hago lo que Él espera me va a ir mal o se va a enojar. Esas son decisiones que deja libradas a nuestra libertad.

Lo que Él quiere es que elijamos aquello que descubrimos que nos hace felices, aquello que nuestro corazón nos pide o clama. Dios quiere que sea-mos felices y para eso debemos des-cubrir nuestros gustos, qué cosas nos alegran, nos hacen bien, y nos ayudan a ir tomando decisiones y elecciones en la vida.

Ahora, lo que sí se pone en juego en cada elección de vida o camino que tomo es el cómo vivo. Y es ahí en don-de nos invita especialmente a vivir se-gún su voluntad. La vocación específica puede variar, pero no nuestra vocación de ser cristianos. Y eso implica una for-ma de vivir en aquello que elijo, y se trata nada más ni nada menos que de la forma de vida que nos enseñó Jesús: en concreto, asimilar en nosotros los valores y sentimientos de Jesús. Crecer en el amor y la esperanza. Ser hombres y mujeres generosos, entregados. Ser

humildes y austeros. Aprender a perdo-nar. Ser personas orantes. Y, yendo aún más allá, amar a los enemigos, poner la otra mejilla.

Podríamos decir que hacer la vo-luntad de Dios es ser hombres y mu-jeres que son sal de la tierra y luz del mundo; que no ocultamos nuestro ser cristianos sino que lo encarnamos en nuestra vida; que, en oración día a día, le preguntamos a Jesús “¿Qué es lo que vos harías en esta situación?”.

Volvamos a rezar la oración que Jesús nos enseñó y pidámosle poder encarnar su voluntad en nuestra vida.

¿Cómo sé cuál es la voluntad de Dios?

Él quiere que elijamos aquello que descubrimos que nos hace felices, aquello que nuestro corazón nos pide o clama.

4 • Bienaventurados 2013

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Bienaventurados 2013 •

COMUNIDAD

ELEGIR LA VIDA ESMEJORDeclaración de la Comisión Pastoral de Drogadependencia – Conferencia Episcopal Argentina

Ante el creciente flagelo de la droga

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COMUNIDAD

¿LAS CAUSAS? Varias y diversas.Por un lado, hay mayor disponibilidad de sustancias. Se

pueden conseguir con facilidad. Desde hace ya varios años, los niños y adolescentes en general saben de lugares en el barrio en donde se vende. Algunos de estos, incluso cerca de las es-cuelas… Si hay más disponibilidad —más drogas— es que ha crecido el narcotráfico. Es el resultado de menos control, más sobornos, más amenazas, más traslado de soberanía a bandas mafiosas que se adueñan de barrios enteros.

Por otro lado, esto se debe al crecimiento nefasto de cuatro elementos íntimamente vinculados: delito - corrupción - im-punidad - tolerancia social (esta última favorece el aumento de la demanda).

Debemos aceptar la realidad que nos desafía y preocupa; el tema es conocido pero no está asumido por la sociedad en su conjunto.

La persona que se droga es víctima de un malestar que tiene que ver con el sentido mismo de su propia existen-cia, con el sentido de la vida. La sociedad tiene un doble dis-curso: por un lado promueve la búsqueda de placeres fáciles, de “pasarla bien”, de consumismo, confundiendo a nuestros niños y adolescentes con mensajes equívocos; y por otro, no brinda igualdad de oportunidades para acceder al ejercicio de los derechos elementales (a la educación, al trabajo, a la sa-lud…). Muchos hermanos nuestros no alcanzan a gozar de la belleza de la existencia, y sienten que la vida vale poco, casi nada.

La mayor tolerancia social se debe, entre otras cosas, a una disminución en la percepción del riesgo que provoca el consu-mo de sustancias. Esto es el resultado de mensajes poco claros —cuando no mentirosos— que afectan en particular a nues-tros adolescentes y jóvenes, pero que inciden en la sociedad en su conjunto. Seamos concretos: algunos dicen “un porro no hace nada”, y no es cierto. Este es un mensaje mentiroso. Si no somos claros, la tolerancia social termina haciéndose cul-tura y el consumo acaba naturalizándose. Muchos se inician en este camino con la idea falsa de tener control sobre la droga, adentrándose en un laberinto al cual es fácil entrar pero del cual se hace muy difícil salir.

Otro ejemplo: se dice que la persona puede tener una conducta de uso, abuso o dependencia, y que sólo este último es un “con-sumo problemático”. Este es un mensaje ambiguo porque, de una distinción cierta al clasificar el consumo (uso, abuso, dependen-cia), se saca como consecuencia que sólo uno es “problemático”;

en realidad quienes hoy son dependientes pasaron por las otras etapas sin poder detenerse a tiempo y liberarse del uso y abuso. Muchos de los que protagonizan peleas callejeras, o dentro de los boliches, y otros hechos de violencia son quienes han usado o abusado. En las guardias de los hospitales durante los fines de semana es donde se ve si el consumo fue o no fue problemático.

Otra cuestión que cada tanto se plantea está vinculada a la despenalización. Tenemos que tener claras las ideas y las señales que se dan a la sociedad. Hablar de despenalizar así, sin más, redunda en facilitar el consumo dando un mensaje confuso, que favorece la tolerancia social y disminuye la percepción del riesgo. Pero, simultáneamente, hemos de afirmar que al adicto no hay que criminalizarlo, sino ayudarlo. Para nosotros ellos son los débiles del Evangelio y, como hacía Jesús en su tiempo, los acogemos, los abrazamos, los acompañamos, les damos cobijo.

Pero con la droga no hay que dar pasos que faciliten su acceso y la hagan aparecer como algo “natural”, porque no es natural que una persona deba drogarse para vivir.

La legislación actual lo que pena es la “tenencia para el consu-mo” y establece una serie de medidas para orientar el tratamien-to de las personas afectadas. No se busca meterlo preso: se trata de curarlo.

Todo camino que oriente a la legalización de las drogas no es bueno. En los informes mundiales de las Naciones Unidas sobre drogas se rechaza sistemáticamente esta postura y dicen tex-tualmente que sería un error colosal terminar con la fiscalización de las drogas.

Sostenemos de igual manera que la droga no se combate sólo con intervenciones de índole sanitaria y judicial, es necesario crear relaciones humanas ricas en valores espirituales y afec-tivos, y hacia allí orientamos nuestros esfuerzos. La lucha contra la drogadependencia se gana con la educación y la prevención, y hacia allí debemos direccionar nuestra energía.

La Iglesia, profundamente preocupada por esta grave situa-ción, hace sus esfuerzos dentro de su propia realidad para con-tribuir a promover la vida en una sociedad libre del flagelo de las drogas. Se tejen redes, se informa, se invita a grupos de ayuda y recuperación, se habla del dolor y se lo transforma.

El sistema escolar —la escuela— constituye un ámbito parti-cularmente apropiado para difundir los valores de una vida sana y digna, vivida en libertad y alejada de la esclavitud de la droga.

Con la ley que promueve un Programa para la Prevención de las Adicciones en todo el sistema escolar —sancionada en diciembre de 2009— se ha dado un paso importante hacia la formulación

El flagelo del consumo de drogas se va expandiendo como una mancha de aceite que busca cubrirlo todo. Así lo muestran estadísticas propias y ajenas, nacionales y extranjeras. No hace falta ir tanto a los libros o a Internet. Alcanza con mirar nuestros barrios, escu-char a los docentes, a las familias.

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de una política que permita preparar a nuestros chicos para vi-vir una vida libre de drogas. Es ahora de vital importancia que la implementación de la ley respete acabadamente el espíritu que llevó a formularla.

¿Quién necesita ayuda? Sin dudas, el que está preso o some-tido a la adicción. Pero también las familias muchas veces des-orientadas y sin contención; en este mismo sentido la sociedad ve que le están robando la vida de sus adolescentes y jóvenes, y queda paralizada. Notamos una actitud seriamente contradicto-ria: crece la tolerancia social al consumo, pero a los adictos se les tiene miedo cayendo incluso en una actitud expulsiva. La droga-dependencia es una enfermedad, un padecimiento que expresa un gran malestar interior psíquico y espiritual, y que, en lugar de generar compasión, muchas veces provoca rechazo, ex-presado habitualmente de modo hiriente y etiquetando: “son ladrones, vagos, violentos, mataron a tal o cual…”. A ninguno de nosotros nos gustaría que hablaran así de un hermano, un hijo, un amigo, cuando sabemos la tragedia que significa para una familia tener un miembro que se droga.

No parece que quienes debieran dar ejemplos claros estén liderando la situación. Esto se percibe en la escasa formulación de políticas públicas para asistir a los que padecen la adicción. Se genera angustia y desamparo ante la falta de servicios en hospi-tales públicos. El reclamo de una mayor eficacia en la persecución del delito y la existencia de deficientes controles fronterizos hace que se escuchen frecuentemente sospechas sobre la vinculación de los dineros del narcotráfico con varias actividades de la vida nacional. A veces pareciera que hay gente a la que no le interesa frenar el daño que se provoca, sino todo lo contrario.

Se promueve una exaltación de supuestas libertades indivi-duales “sin hacer daño a terceros” que revela, por lo menos, una falta de cercanía con la realidad que padecen las personas que se drogan, en especial los más chicos y los más pobres.

En síntesis, faltan mensajes que expresen con claridad y abso-luta contundencia: “no es bueno que te drogues, vos podés vivir una vida libre y digna, alejada de la esclavitud de la droga”.

Es de fundamental importancia que los organismos del Estado en todos sus niveles —municipal, provincial y nacional— desarro-llen acciones concretas para promover los beneficios de una so-ciedad libre de drogas y que al mismo tiempo ofrezcan espacios para la recuperación de quienes han caído en la adicción.

Nuestra dedicación a esta tarea pastoral está vinculada estre-chamente a la opción preferencial por los pobres. El mismo Jesús quiso juzgar la autenticidad de nuestra fe en el amor que tenemos a los hermanos.

El 26 DE JUNIO ha sido instituido por Naciones Unidas como “DÍA INTERNACIONAL DE LA LUCHA CONTRA EL USO INDEBIDO Y EL TRÁFICO ILÍCITO DE DROGAS”. (…) renova-mos nuestro compromiso en el servicio a la vida. La vida es un re-galo de Dios para la felicidad. Todo lo que nos esclaviza y oprime es contrario al Plan de Dios, que nos ama de verdad.

Al Santuario de la Virgen de Luján peregrinan multitudes de jó-venes y familias cada año. A su cariño de Madre, a su corazón que comprende todos los dolores, confiamos sus hijos más pobres y afligidos.

“No es bueno que te drogues, vos podés vivir una vida libre y digna, alejada de la esclavitud de la droga”MÁS INFORMACIÓN!

http://www.pastoralsocial.org.ar/iN-dex.php?option=com_content&view=article&id=72&Itemid=138

http://aica.org/aica/documentos_files

COMUNIDAD

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ESPIRITUALIDADJocha Castro Videla [email protected]

En el mes de junio, el histórico líder africano Nelson Mandela volvió a ser notica en los diarios de todo el mundo debido a una neumonía que puso en peligro su vida. Luchador por los derechos civiles de los negros, 27 años preso, Nobel de la Paz y primer presidente sudafricano electo por sufragio universal. ¿Cómo nos interpela la figura de Mandela hoy?

“Llego el momento de curar heridas”, le dijo Mandela al mundo el día de su asunción como presidente en 1994. Fue la primera vez que todos los ciudadanos sudafricanos votaban con los mismos derechos. Luego de dé-cadas de lucha, de huelgas, de esfuerzo, de sangre, de muertes, de cárcel, la mayoría negra lograba los derechos civiles que le correspondían. La libertad y la igualdad llevaron la paz a Sudáfrica. Mandela fue, es y será recordado como el hombre de la Paz; pero cabe preguntarnos por qué ese momento de curar heridas se da a partir de 1994 y no antes.

En 1964 Mandela decía esto al tribunal que lo condenó a prisión perpe-tua por ‘traición’: “El reproche de los africanos (negros), ahora bien, es no sólo que ellos son pobres y que los blancos son ricos, sino que las leyes, que están hechas por los blancos, están destinadas a preservar esta situación”. La lucha de Madiba, como cariñosamente se lo conoce en su país, no fue por la paz, sino por la igualdad y la justicia. Con esta idea cerraba ese alegato de defensa: “He soñado con la idea de una democracia y una

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sociedad libre, en la cual las personas viven juntas en armonía y con igualdad de opor-tunidades. Es un ideal por el cual quiero vivir, para verlo hecho realidad. Pero si para ello es necesario… es un ideal por el cual estoy preparado a morir”. Este era el ideal de Mandela: la igualdad como único camino para la paz.

¿Quién se puede imaginar la paz en un país con una minoría explotadora y una mayoría pobre y explotada como la Sudáfrica de ese entonces? ¿No deberíamos luchar primero por la igualdad (en paz) y luego exigir paz? Muchas veces, cuando reclamamos paz, lo que en verdad estamos reclamando es la conservación del status quo, en donde unos se benefician a costa de millones de perjudicados. Mandela lo entendió a la perfección y, cuando todos los ciudadanos sudafricanos pudieron ele-gir al presidente (y al proyecto de país que este impulsaba), lo eligieron a él, para que esa situación de injusticia social, económica, cultural, política y civil, denominada ‘apartheid’, acabase.

El momento de curar heridas es justamente cuando aquello que nos lastimaba deja de hacerlo, no antes porque no tendría sentido. Igualmente sabemos que en lo personal y en lo social siempre van a existir heridas, y la paz tiene que ver con el reconocer las heridas e ir sanándolas. En nuestra sociedad argentina del siglo XXI, ¿cuáles son nuestras heridas? Se me ocurren algunas: el flagelo de la droga (espe-cialmente en los pibes de los barrios), la trata de mujeres y niñas; la falta de vivienda, salud, educación; la falta de igualdad de oportunidades; la desigual y escandalizante distribución de la riqueza; las inundaciones en los barrios pobres, las condiciones de los presos, el trabajo infantil, la explotación laboral, el trabajo en negro… algunos puntos de una larga lista. Y lo triste es que aún no es momento de sanar estas heri-das sociales (que sufren principalmente los pobres) ya que siguen siendo provoca-das año tras año, gobierno tras gobierno, generación tras generación. Todos somos responsables.

Madiba fue y es un hombre y líder excepcional, pero no debemos dejar de lado que él es fruto e hijo de su tiempo y de un esfuerzo colectivo a nivel nacional e internacional, la paz no se logra por UNA persona.

Preguntémonos como sociedad y principalmente como seguidores de las huellas del Nazareno, si es que la verdadera paz nos importa, cómo están siendo causadas estas heridas y qué podemos hacer nosotros para que esto cambie y para que sea momento de curarlas, como diría Madiba. No basta con admirar a ese hombre an-ciano de piel oscura y sonrisa franca si nuestra sociedad permanece en un estado de injusticia que tiene similitudes con el ‘apartheid’ sudafricano; no basta con reclamar la paz si el paco sigue asesinando a los pibes de nuestros barrios y nosotros per-manecemos indiferentes; no basta decir, si no intentamos hacer. Si queremos una sociedad en verdadera paz, que todos los aspectos de nuestra vida intenten estar a la altura de este ideal.

Si quieres la paz,trabaja por la justiciapablo VI

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COMUNIDAD

La colecta de Caritas, que se realizó el fin de semana del 8 y 9 de junio, deja como todos los años un saldo positivo, un aprendizaje, un mensaje y una mirada sobre la solidaridad en nuestras comunidades.

Hace unas semanas nos decía el Papa Francisco, "En la Iglesia, pero también en la sociedad, una palabra clave que no debemos temer es "solidaridad": es decir, saber poner a dispo-sición de Dios lo que tenemos, nuestras humildes capacidades, porque sólo compartiendo, donando, nuestra vida será fecun-da, dará frutos" .

Yo no sé si será por el “efecto Francisco”, por un lado, o por lo que yo llamo el “efecto inundaciones”, por el otro, pero la sensación el fin de semana en que se realizó la colecta fue que la oleada de voluntarios, alcancías y donaciones fue mucho más fuerte que años anteriores. Y todo en el marco de un fin de semana lluvioso (o a pesar de ello).

Lo cierto es que, conversando con organizadores y volunta-rios, tanto de la Catedral como de comunidades vecinas, esta sensación es confirmada por la alegría y satisfacción de ta-rea cumplida que todos nos comunicaron. Por supuesto que también hubo sinsabores; gente que, con las alcancías en las calles, se sintió ignorada por los peatones o en los semáforos. Pero el promedio de las opiniones y vivencias transmite sen-timientos sobre todo de gran compromiso, tanto de jóvenes como de adultos. Y fundamentalmente alegría; la mayoría de quienes participaron destacaron este hecho puntual.

Otro elemento novedoso este año, como comentaba Francisco Bincaz (organizador de la colecta en la Catedral), fue

el mayor compromiso de comunidades vecinas. Y, si bien en lo concreto esto pudo haber impactado en la recaudación en las calles, no deja de ser un signo esperanzador de mayor concien-cia solidaria en toda la zona.

En ese sentido, lo que yo llamo “efecto inundaciones” es esta actitud que creo se ha activado (o reavivado) en la gente, luego de la tragedia vivida por tantas familias allá por Semana Santa. Entre el efecto virulento de las redes sociales, y la toma de conciencia de que, por poco que yo pueda dar (sea tiempo, trabajo, habilidades, plata o bienes), si todos lo hacemos, el efecto es multiplicador. En cambio, si uno deja de ayudar, “to-tal ya otro lo hará”, se produce un efecto contrario, empobre-cedor, tanto de la ayuda como de nosotros como comunidad. Ya lo proponía Jesús desde el Evangelio de San Lucas: “Hagan por los demás lo que quieren que los hombres hagan por uste-des” (Lc. 6, 31).

Por último, me parece importante destacar la presencia numerosa y visible de los voluntarios en las calles. Fue impre-sionante cómo coparon avenidas, semáforos y calles. “¡¡¡La iglesia estaba en las calles!!!”, me escribió con entusiasmo Cristian, de la capilla del Marín. Otro signo del llamado del Papa a ser una Iglesia más cercana a la gente, más comprome-tida, que ponga “las manos en la masa”.

Gracias a los testimonios de: Buli, Allison Etceverry , Carola Arabetti, Alfredo Wilkinson, Cristian Bois e hijas, Franchu Bincaz, Sofi Costa, Tomás Cabrera, Bautista Ruival, Alicia Rasore, Lola Roberts, Lautaro Mecchia y Maru López.

Solidariosno solitarios

CIFRAS DE LA CATEDRALColectas en misas $55.000

Donaciones posteriores $20.000

Alcancias en las calles $56.000

TOTAL $131.000

ALGO MAS....La gente de la capilla del Marín organizó mini-recitales en las esquinas del barrio para convocar a la gente, apoyar a los volun-tarios y colaborar con el clima de “fiesta solidaria” de la colecta. “La música no sólo ayudó en lo que se juntó, sino que en mi opi-nión generó buen clima en la gente, alegraba, invitaba a salir. (…) Los vecinos se mostraron muy sorprendidos pero agradecidos.”


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no solitarios Algunos colaborarán económi-camente y otros donando cosas materiales, pero también es lin-do que, cada tanto, donemos un poco de nuestro tiempo”Sofi Costa.

“Este año, a pesar de los proble-mas del país, la gente colaboró de una manera increíble. (…) ¡¡¡Incluso una mujer le regaló a uno de los voluntarios un para-guas que tenía en el auto!!!” “La Iglesia salió a la calle, ganó la calle ese fin de semana” Alfredo Wilkinson.

"Lo que más nos llamó la atención fue la importancia del buen hu-mor y la rapidez con la que este se contagia" Cande, de 13 años, y Mica, de 15.

“La colecta anual de Caritas es un simple gesto que puede cambiar a muchos, es dar como voluntario un tiempo de tu fin de semana para que mucha gente pueda co-laborar y así recaudar plata para ayudar a los más necesitados” Franchu Bincaz.

“Lo que más vivimos y rescatamos fue la buena onda de los chicos y la alegría con la que colaboraron” Tomás Cabrera.

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Hace un tiempo salió una publicidad que se llama “Me llevo todo” en la que un hombre, en su oficina, se despide de sus compañeros de trabajo diciéndoles lo que se lleva (literalmente) de cada uno.

En estos días, yo también me despido del rol de encargada de la Pastoral de Jóvenes y, más allá de algunas biromes o marcadores que hayan quedado en el bolsillo después de un retiro, me pareció que la oportunidad de despedirme a través de la revista era también una oportunidad para expresar lo que me deja-ron estos dos años como coordinadora general.

No hay quien pase por esta comunidad sin llevarse algunos momentos fuer-tes, algunas experiencias de haber vivido a Jesús con otros; no hay quien pase sin llevarse anécdotas, recuerdos divertidos, códigos, alegrías y risas, y también charlas profundas que terminan con llanto general; no hay quien pase y siga su camino sin vínculos, sin relaciones, sin amistades en Jesús, sin gente que haya dejado huella, que lo haya marcado, que le haya enseñado.

Y son justamente estas cosas que aprendí de los demás las que, al mirar para atrás y pensar en qué significó este paso por la pastoral para mí, es lo que más peso tiene. Algunas cosas las fui entendiendo a medida que pasaba el tiempo, y otras recién ahora las veo; pero, de cualquier manera, son aprendizajes para la vida, para lo que venga.

Lo primero que aprendí es que la fe se vive en comunidad, en comunión con otros, compartiéndola; que nunca caminamos solos, y esto es lo que hizo que me quedara, que quisiera seguir. Aprendí que no hay mejor testimonio del amor de Jesús que vivir con alegría y que, más importante que llegar al final de una etapa, es haber disfrutado del camino, del día a día. Aprendí la importancia de que los vínculos y el trabajo en equipo vayan más allá de la tarea concreta, la importancia de compartir realmente el camino, de saber cómo está el otro, de conocerlo. Aprendí a confiar en los demás, a darles espacio para que construyan; a valorar el trabajo silencioso de todos los que se involucran en cada actividad. Aprendí, aunque me costó mucho, que no importa si las cosas no salen exacta-

JÓVENES

Ine Noguer 23 años, estudio Profesorado de Educación Inicial, Coordinadora

General de la Pastoral de Jóvenes (2011-2013)


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JÓVENES

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mente como las planeamos, porque cuando ponemos algo en las manos de Dios, SIEMPRE salen bien. Y, por último, que cada “llegada”, cada fin y cada cierre, es el inicio de una nueva etapa, de una nueva búsqueda y un nuevo desafío.

Hay una imagen que siempre me impactó y disfruto mucho. Es la de ver a muchos de los chicos que se están por confir-mar, en su retiro, abrazados en grupo y llorando, un poco por la emoción de lo que están viviendo y un poco por la tristeza de terminar el camino con su grupo. Me gusta porque muestra las ganas de seguir compartiendo esos momentos que vivieron juntos y un poco de miedo por lo que viene después; me gusta porque habla de un camino recorrido, de un encuentro con el otro y de haber hecho experiencia de un Jesús comunitario.

Hoy me siento muy identificada con ellos. Con algo de miedo por lo que vendrá y tristeza por lo que queda atrás, pero FELIZ por todo lo que me llevo de estos años. Ser coordinador general es acompañar, es compartir con los demás lo que hacen, es ser testigo del trabajo constante de muchos; es ver y disfrutar de los frutos del trabajo que hacemos todos como comunidad; es soltar alguna lágrima cuando 300 chicos se confirman; es

compartir la satisfacción del trabajo terminado de los que cada sábado van a pintar un hogar o del coro que cantó en un retiro cuando se acercan a decirles que su música ayudó a rezar, la alegría de los que empiezan a coordinar después de un año de preparación, la felicidad que traen los que vuelven de misionar. Es por esto que cuesta tanto terminar, es tanto lo vivido que cuesta dar un paso al costado y buscar otro rumbo.

No puedo dejar de agradecer a todos los que son y fueron parte de la Pastoral de Jóvenes durante estos años. ¡Gracias por dar su testimonio y ejemplo, por haber sido parte de esta co-munidad! Gracias al Cholo por haber confiado en mí para ser “su mano derecha o izquierda” como siempre dice. Gracias al padre Pedro y todos los que trabajan en la Catedral por la paciencia que siempre nos tuvieron, y también a mi familia, amigas y no-vio por bancarse tantas reuniones, retiros, campamentos.

La publicidad que nombré al principio termina con la frase “Lo que no tenés, compralo en…”. No creo que hubiera podido comprar ahí algo de todo esto, ni creo que lo hubiera encontra-do en otro lado. Sólo me queda agradecer a Dios por presen-tarme este camino.

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ESPECIAL AÑO DE LA FE

"Se puede avanzar en la comprensión más honda del misterio de nuestra fe"

+ ¿Cómo fue la adaptación a esas reformas litúrgicas? ¿Qué críticas se plantearon?

MD| Al principio la reforma causó mucho entusiasmo en toda la Iglesia. Tanto los pastores como el pueblo fiel asimi-laban con mucho agrado estos cambios y sentían que podían expresar mejor la celebración de la fe. Estas reformas dieron pie para organizar, en las parroquias y en las diócesis, los Equipos de Liturgia con la participación de laicos y religio-sas que aportaban desde su realidad a la preparación de las celebraciones. Ya no eran celebraciones preparadas sólo por el clero, sino por otros miembros de la Iglesia. Esto permi-tió acuñar el término Pastoral Litúrgica, haciendo de la liturgia un verdadero campo pastoral, como lo es Catequesis o Caritas.

Sin embargo, algunos pensaron que esta reforma conciliar abría la puertas para "cambiar todo" y, sin comprender a ve-ces los principios más profundos del "qué" de la liturgia, se lanzaron a cambiar los "cómo" sin respetar criterios y formas que la misma liturgia tiene. Esto provocó que surgieran críticas de parte de algunos sectores de la Iglesia que miraban estos cambios como algo que no era fiel a lo que se contenía en el misterio. Considero que, si se comprende bien el sentido de la reforma de la liturgia conciliar, se puede avanzar en la comprensión más honda del misterio de nuestra fe.

+ ¿Que impacto tuvo en nuestro país?MD| En todas partes del mundo, las ceremoEn nuestro país,

la reforma conciliar fue ganando terreno gracias a que en el Se-minario empezaron a formar a los sacerdotes sobre la base de esta nueva manera de ver las celebraciones. Ellos empezaron a trabajar con laicos que gustan este estilo celebrativo y que lo aportan en sus comunidades. Desde mi experiencia, habiendo recorrido muchos lugares del país, puedo aportar que hay una muy buena recepción de la propuesta conciliar y que se si-gue trabajando con empeño y dedicación para hacer más

comprensible y cercana la celebración del Misterio Pascual.

+ ¿Qué puntos destacarías de esta constitución?, ¿por

qué? MD| A modo de síntesis de lo dicho hasta ahora, diría que los

puntos que destaco de la Constitución Conciliar son: Misterio Pascual actualizado, participación en ese Misterio, Iglesia como sujeto de la celebración, diversidad de ministerios y servicios, nueva estructura y distribución de las iglesias, enriquecimiento de la Palabra de Dios, Año Litúrgico, Pas-toral Litúrgica. Bien vividos estos puntos, surge una verdade-ra espiritualidad litúrgica que permite el seguimiento del Señor en las diversas circunstancias de la vida de cada cristiano.

+ ¿Qué cambios creés que son necesarios hoy en la litur-

gia? MD| Lo primero que creo necesario cambiar es la "mentali-

dad". Es decir, la reforma conciliar pide un cambio de mentali-dad para la comprensión de dicha constitución. Si seguimos con la mentalidad pre-conciliar, se hace difícil captar el sentido de la liturgia tal como la propone el concilio.

La vida sigue avanzando y los cambios son cada vez más rápi-dos y más profundos. Hoy vemos con asombro y alegría que el modo de comunicar y comunicarse no se basa solamente en lo verbal, sino que incluye la imagen y el símbolo. Nuestras cele-braciones todavía se apoyan mucho en lo verbal, en la palabra. La Pastoral Litúrgica pide hoy que resaltemos las imágenes y los símbolos. La liturgia los tiene, porque no es sólo palabra, es sím-bolo e imagen. Para estar a la altura de los tiempos que corren y, más que nada, de la "generación informática" en la que especial-mente los jóvenes de hoy crecen, será necesario ir trabajando para que la liturgia celebre el misterio de Cristo aprovechando los recursos que hoy se tienen para que se logre la participación consciente y activa que pide el Concilio Vaticano II.

Entrevista a Miguel Angel D'Annibale

SACROSANCTUM CONCILIUM | SEGUNDA PARTE


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CAPILLAS

Párroco: Pedro Oeyen

Vicarios Parroquiales:P. Francisco GamboaP. Mariano CaraccioloP. Hugo Álvarez

Diáconos Permanentes:Wenceslao Gómez CarideJosé Hamed

Secretaría Parroquial:8:30 a 12hs y de 16 a 20hsAdrián Beccar Varela 530Tel. 4743 0291/ 4990

Caritas:Atiende en Anchorena 469

Confesiones:Diarias: Media hora antes de la misa de 19hsDominicales: Media hora antes de cada misa

Horarios de misa:Lunes a Viernes: 8, 10 y 19hsSábados y Feriados: 10 y 19hsDom.: 10, 12:30, 19 y 20:30hs

Ntra. Señora de la Ribera

Santa María de la Cabeza

Stella Maris

El Cano 172, AcassusoTel. 4742 7198

33 Orientales 1301, Beccar

España 1016, Beccar

Horarios de Misa:Sábado 19hsDomingo 19:30hsHorarios de Secretaría:Jueves 15 a17hsSábados 17 a 19hs

Horario de Misa:Domingo 11hs

Horarios de Misa:Sábado 19:00hs de niñosDomingo 11:30hs

AVISOSVIERNES 5 Y 12 DE JULIOSACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN20.30hs: 200 jóvenes de nuestra parroquia recibirán la fuerza del Espíritu Santo. Nos comprometemos a rezar por ellos para que sean fieles seguidores de Jesús.

SABADO 13 DE JULIOCUMPLEAÑOS DEL PADRE PEDROLuego de la misa de acción de gracias a las 19hs, invitamos a la comunidad a participar del festejo a la canasta en la casa parroquial. ¡¡¡Los esperamos!!!

MIÉRCOLES 17 DE JULIOCUMPLEAÑOS DEL PADRE HUGOLos invitamos a misa de 19hs para dar gracias a Dios por la vida del padre Hugo.

23 AL 28 DE JULIOJORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUDEn Río de Janeiro, bajo el tema “Id y haced discípulos a todos los pueblos”. Jóvenes de todo el mundo, entre ellos aproximadamente 500 de nuestra diócesis, estarán reunidos con el Papa Francisco. Recemos por ellos para que el encuentro sea fructífero y fecundo.

Contacto:[email protected] 155-6451482

ABZAmbientacionesEventos Sociales

San Isidro – Recoleta

CATEDRAL

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bienaventurados julio 2013

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