articulo imagenologia

29
LA ECOGRAFÍA EN CLÍNICA VETERINARIA COMO HERRAMIENTA ÚTIL PARA EL DIAGNÓSTICO DEL TRAUMA CERRADO DE ABDOMEN ARTÍCULO DE REVISIÓN L. Rodríguez Mantilla [email protected] Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Cooperativa de Colombia, sede Bucaramanga Resumen El trauma cerrado de abdomen es un evento patológico bastante frecuente en mascotas. Suele dar lugar a dolor agudo y severo en la cavidad abdominal, órganos abdominales o en los nervios, músculos, fascia o piel asociados con el abdomen. Los animales que sufren una herida abdominal suelen mostrar reflejo de dolor durante la expiración. Las causas más importantes son los atropellos por vehículos, las caídas desde altura, y las agresiones humanas. Éstas pueden comprometer órganos como los riñones, los intestinos, el hígado, la vesícula biliar, el páncreas, entre otros. Este artículo de revisión cita casos reales reportados, donde se evidencia la necesidad de la ecografía como método diagnóstico, que aunque no permita concluir diagnósticos definitivos, al combinarse con otras herramientas quirúrgicas y de laboratorio logran orientar el manejo clínico para beneficiar a los pacientes afectados. Palabras claves: ecografía diagnóstica, pequeños animales, trauma abdominal. 1

Upload: laura-rodriguez-mantilla

Post on 08-Aug-2015

144 views

Category:

Documents


5 download

TRANSCRIPT

Page 1: Articulo Imagenologia

LA ECOGRAFÍA EN CLÍNICA VETERINARIA COMO HERRAMIENTA ÚTIL PARA EL DIAGNÓSTICO DEL TRAUMA CERRADO DE ABDOMEN

ARTÍCULO DE REVISIÓN

L. Rodríguez Mantilla

[email protected]

Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Cooperativa de Colombia, sede Bucaramanga

Resumen

El trauma cerrado de abdomen es un evento patológico bastante frecuente en mascotas. Suele dar lugar a dolor agudo y severo en la cavidad abdominal, órganos abdominales o en los nervios, músculos, fascia o piel asociados con el abdomen. Los animales que sufren una herida abdominal suelen mostrar reflejo de dolor durante la expiración. Las causas más importantes son los atropellos por vehículos, las caídas desde altura, y las agresiones humanas. Éstas pueden comprometer órganos como los riñones, los intestinos, el hígado, la vesícula biliar, el páncreas, entre otros.

Este artículo de revisión cita casos reales reportados, donde se evidencia la necesidad de la ecografía como método diagnóstico, que aunque no permita concluir diagnósticos definitivos, al combinarse con otras herramientas quirúrgicas y de laboratorio logran orientar el manejo clínico para beneficiar a los pacientes afectados.

Palabras claves: ecografía diagnóstica, pequeños animales, trauma abdominal.

THE ULTRASOUND IN VETERINARY CLINIC AS A USEFUL TOOL FOR DIAGNOSIS OF CLOSE ABDOMEN TRAUMA

AbstractThe close abdomen trauma is a pathological event that is very frequent to happen on pets. It used to happen in a acute and severe pain in a abdominal cavity, abdominal organs or on the nerves, muscles, fascia or

1

Page 2: Articulo Imagenologia

skin and associated to the abdomen. The animal that suffer an abdominal wound, usually shows reflecting pain during the expiration. The most important cause is vehicles hitting on it, falling from high heights and human aggressions. These can compromise organs like kidneys, Intestines, liver, gallbladder, and pancreas and among.

This revision article quote real and reported cases where evidence the needs of using the ultrasound as a diagnostic method and even though does not allows us to conclude a final diagnose, combining with other surgical and labs tolls can guide the clinic management to benefit the affected patients.

Key Word: Diagnosed Ultrasound, little animals. Abdominal Trauma.

INTRODUCCIÓN

Desde la aparición de las primeras imágenes ecográficas en los años 50, los equipos ecográficos han evolucionado notablemente, produciendo imágenes de alta calidad. Actualmente la ecografía es la técnica de diagnóstico no invasiva más utilizada para el diagnóstico y seguimiento en diferentes especialidades médicas. [1]

La ecografia ha sido usada para evaluar el trauma abdominal cerrado desde 1970. Originalmente esta consistía en obtener una simple vista del espacio de Morrison. Si era visto líquido entre el hígado y el riñón, los hallazgos eran considerados como positivos. El parénquima

de los órganos no era evaluado, ni el resto del abdomen en busca de líquido libre en cavidad abdominal. Con el tiempo un exámen ecográfico más detallado ha evolucionado en beneficio de los pacientes politraumatizados. Actualmente, se trata dentro de lo posible, de examinar el abdomen completo, incluyendo el diafragma y el espacio pleural. [2]

MARCO CONCEPTUAL

La ecografía es una técnica diagnóstica que emplea el ultrasonido para definir los órganos. Según su arquitectura, los diferentes elementos estructurales del órgano: vasos,

2

Page 3: Articulo Imagenologia

parénquima, etc., le proporcionan unas propiedades acústicas en virtud de las cuales la ecografía genera unas imágenes que representan al órgano. [3]

El trauma abdominal es un evento patológico bastante frecuente en mascotas describiéndose un 11% de incidencia en las estadísticas de atención de urgencias, si se consideran a los pacientes que ingresan a cirugía post evento traumático se constatan lesiones abdominales en un 20% de los pacientes y se pueden clasificar el traumatismo según la región anatómica en donde se encuentran preferentemente las lesiones producidas en: traumatismo peritoneal, retro-peritoneal y traumatismo pélvico. [4]

Las causas más frecuentes de trauma abdominal en los animales pequeños son los atropellos por vehículos en movimiento, las caídas desde altura; especialmente en los gatos; y las peleas o ataques de otros animales (en perros de menor tamaño y gatos) o agresiones humanas. [4]

Las lesiones en el trauma abdominal son el resultado de

fuerzas mecánicas (de compresión, separación, desaceleración y penetración) aplicadas sobre una estructura semi-elástica que contiene algunos órganos macizos (hígado, bazo, riñones, glándulas supra-renales) y otras visceras huecas (estómago, intestino, vejiga, etc.), cubiertos por serosas. Estas fuerzas dependiendo del ángulo y velocidad con que se apliquen, son las que los tejidos del abdomen de acuerdo a sus capacidades, distribuyen descomponen, absorben o traspasan. [4]

Las lesiones hepáticas y esplénicas son comunes en el trauma abdominal debido a fuerzas de compresión durante un atropello, o una sobre presión que produce la ruptura de la vejiga urinaria, especialmente si esta se encuentra llena al momento del impacto. [5]

Cuando el trauma es de tipo penetrante: mordidas, rejas, flechas, proyectiles, etc; la forma, tamaño y largo del objeto injuriante, ayuda a establecer la injuria al interior del abdomen, siendo mayor el compromiso, mientras mayor sea la penetración en la cavidad peritoneal. [5]

3

Page 4: Articulo Imagenologia

El trauma abdominal suele dar lugar a dolor agudo y severo en la cavidad abdominal, órganos abdominales o en los nervios, músculos, fascia o piel asociados con el abdomen. Las heridas pueden incluir la rotura de un órgano o de la pared corporal, desgarramiento o arrancamiento de un vaso, isquemia, distensión aguda o inflamación de uno o más órganos abdominales, espacio peritoneal o tejidos comprendidos en la pared abdominal. Los animales que sufren una herida abdominal suelen mostrar un “gruñido expiratorio”. Se trata de un reflejo de dolor que siente el paciente durante la expiración. El dolor abdominal se debe al dolor en las fibras presentes en las capas submucosa y muscular de las visceras huecas y sólidas. El dolor se inicia cuando existe una tensión en la pared del peritoneo, en la cápsula o en los músculos de los órganos abdominales y/o cuando existe un proceso inflamatorio. [6]

Las normas en la actuación del trauma abdominal, son las generales de atención al politraumatizado, con una valoración inicial e instauración de las medidas que aseguran la permeabilidad de la vía aérea y una ventilación adeacuada,

estabilización de la columna cervical e iniciar el tratamiento del shock si procede. La presencia de signos de irritación peritoneal, suelen ser considerados suficientes para indicar la intervención quirúrgica, sin embargo, una exploración normal, sería suficiente para adoptar actitudes expectantes y ser complementada con exploraciones seriadas. [7,8,9,10,11]

Palpar minuciosamente en búsqueda de organomegalia, masas, cuerpos extraños, intususcepción y tratar de localizar un área específica de dolor que puede ser indicio del órgano que sufre la afección primaria. Luego de la palpación abdominal, hacer una exploración rectal cautelosa para evaluar la pelvis y la uretra pélvica. Percutir el abdomen en busca de líquidos o timpanismo asociado a la acumulación de gas en una viscera hueca, también se debe auscultar el abdomen por sonidos peristálticos normales o anormales por ej. En peritonitis avanzada van a ser ausentes y en una gastroenteritis aguda aumentados. [12, 13]

En el traumatismo abdominal, la ecografía emerge como un método no invasivo, cómodo,

4

Page 5: Articulo Imagenologia

económico, repetible, no irradiante, transportable. Los espacios para investigar son el fondo de saco de Douglas (rectovesical o rectovaginal), el espacio de Morrison (hepático renal derecho), el lecho esplénico y ambos parietocólicos. Estos son los puntos declives en la posición decubito dorsal donde se suelen acumular la sangre libre en la cavidad. Si el operador tiene experiencia, también puede informar sobre los parénquimas renal, hepático y esplénico, el uréter y la vejiga, así como ocupación del retroperitoneo o la pelvis por hematomas. [14]

La abdominocentesis y/o lavado peritoneal diagnóstico deben ser realizados luego de detectar líquido abdominal durante el exámen físico, radiología o ecografía del abdomen. Puede realizarse con seguridad aspirando la cavidad peritoneal con aguja y jeringa de 10 mL. Luego de la preparación aséptica de la piel, la aguja se coloca a través de la línea media ventral algo caudal al ombligo, evitando hígado, bazo, y vejiga urinaria. En el lugar de la punción se debe infiltrar lidocaina al 0,5%; entonces debe ser evaluado para descubrir si se trata de exudado o trasudado. [15,16]

Los hallazgos ecográficos generalmente llevan a manejos específicos y/o terapias quirúrgicas, siendo el resultado de estos exámenes críticos en la toma de decisiones. [17]

Gran parte de la medicina interna puede tener un buen apoyo en el estudio imagenológico del ecógrafo, hasta los estudios de Eco-cardiología e inclusive las ecografías oculares. [18]

METODOLOGÍA

Este artículo de revisión fue elaborado mediante la búsqueda de información acerca del trauma cerrado de abdomen en pequeños animales, utilizando la ecografía como método diagnóstico.

La búsqueda bibliográfica se dio en abril y mayo de 2012, utilizando los descriptores: escritura científica, revisión de casos clínicos, y lectura crítica.

En cuanto a la inclusión bibliográfica que se tuvo en cuenta, ésta fue estrictamente relacionada al tema del trauma cerrado de abdomen, obteniéndose información tras la combinacion de las palabras clave, tratando de hacer

5

Page 6: Articulo Imagenologia

exclusión al posible conjunto de artículos y lecturas no pertinentes al tema en revisión. La búsqueda se realizó en internet en el buscador “google académico”.

RESULTADOS

El trauma cerrado de abdomen y los accidentes automovilísticos

En zonas urbanas son frecuentes los accidentes automovilísticos en los cuales se ven involucrados animales. El trauma cerrado de abdomen es una secuela de estos eventos, en los cuales se reporta con mayor frecuencia hemoabdomen, uroabdomen y peritonitis biliar [19]. Las avulsiones mesentéricas originadas por traumas abdominales son secuelas poco comunes en este tipo de trauma y han sido escasamente reportadas en perros [20,19].

Se describe el caso de BEKI, una caniche hembra de 7 años de edad que se presentó en consulta médica tras sufrir un accidente de tráfico. En la exploración no se detectaron lesiones de riesgo vital para el animal, la perra andaba evidenciando una cojera de la

extremidad posterior derecha. [21]

Se realizaron análisis sanguíneos de rutina, hemograma y bioquímica (BUN, CREA, ALT, PT, ALKP), sin alteración destacable, así como radiografías torácicas y abdominales simples (ilustración 1), que tampoco mostraron lesión alguna. En la radiografía ventro-dorsal de cadera y fémur aparecía una fractura diafisiaria proximal del fémur de la extremidad posterior derecha con varios fragmentos (ilustración 1). En la ecografía abdominal no se apreciaba líquido libre por lo que en proncipio, se descarta la afectación de órganos internos (hígado, bazo, riñón) y vejiga. A pesar, de que la hospitalizaron y le suministraron antibióticos y antiinflamatorios, Beki presentó en dos ocasiones discreta hemturia, se realizaron ecografías seriadas así como hemogramas que confirmaban la estabilidad de la paciente, por lo que se relacionó esa hematuria con contusión vesical por accidente. Tres 48 horas la pacientese encontraba perfectamente, comia con normalidad, defecaba y orinaba sin hematuria macro y microscópicamente, por lo cual se decidió realizar la cirugía para

6

Page 7: Articulo Imagenologia

la reparación de la fractura del fémur derecho. A las 12 semanas pos-cirugía la paciente se presentó en la clínica de nuevo presentando un cuadro gastroenteritis, con vómitos y diarrea profusa, que la propietaria atribuia a un ingesta masiva de restos de basura. Se intentó manejar ambulatoriamente pero no respondió al tratamiento. A la exploración presentaba un agrandamiento abdominal con signos de defensa, debido al intenso dolor principalmente en el flanco izquierdo, las mucosas estaban pálidas, aunque se encontraba hemodinámicamente estable.

Ilustración 1: radiografía de abdomen.

Se le realizo a la paciente una ecografía abdominal, donde se confirmo la existencia de líquido

libre en abdomen; se procedió a la realización de un aspirado con aguja ecoguiada y a un análisis del mismo, dónde se obtuvo como resultado un exudado séptico. Se descartó la rotura de un pió metra, ya que ni cuernos ni cuerpo uterino presentaban modificaciones ecográficas. En el lado derecho, el riñón presentaba una pérdida de su estructura, se apreciaba una dilatación pélvica, con variaciones de la ecogenicidad, presentando una destrucción del parénquima renal y en su interior contenido líquido (ilustración 2).

Ilustración 2: ecografía riñón derecho.

En la cirugía se evidenció el exudado séptico en la cavidad abdominal, que tras su aspiración, permitió la visualización del riñón izquierdo ligeramente aumentado de tamaño, con menor consistencia

7

Page 8: Articulo Imagenologia

y contenido líquido en su interior (ilustración 3).

Ilustración 3: aspirada de contenido de cavidad abdominal.

Al realizar su extracción se localizó un pequeño orificio en el polo craneal de la cápsula renal por el que se producía la salida de ese exudado hacia la cavidad abdominal; se realizó entonces la nefroctomía y la ovariohisterectomía. Al cierre se dejó instalado un sistema de drenaje para la realización de lavados de la cavidad en el tratamiento de la peritonitis secundaria a la rotura renal. Se mantuvo con tratamiento de antibióticos a base de penicilina – gentamicina, y se dió de alta.

El estudio anatomopatológico determinó grados de necrosis tubular, extensa fibrosis intersticial con destrucción de membranas basales.

Alteraciones de tipo necrótico-inflamatorio, con intensa glomerulonefritis, nefritis intersticial resultado de áreas de necrosis coagulativa como resultado de la isquemia.

Ilustración 4: Riñón izquierdo.

Se presenta un caso de un canino raza fox terrier, el cual fue atropellado y tras su evaluación inicial no se detectaron lesiones en órganos sólidos, vejiga ni vesícula biliar y permaneció clínicamente estable hasta 12 horas posteriores al trauma, tiempo después del cual la condición del paciente comenzó a deteriorarse, presentó vómito, se notó débil y su temperatura corporal se encontró por debajo del rango normal (36°C) [22].

8

Page 9: Articulo Imagenologia

Ilustración 5: En la ecografía fue evidente la acumulación de fluido peritoneal libre.

Se realizó abdominocentesis obteniendo líquido serosanguinolento y su valoración determinó la presencia de un exudado inflamatorio. Además del vómito, el paciente comenzó a presentar epidodios de diarrea sanguinolenta, lo cual hizo sospechar de una lesión intestinal o mesentérica, por lo cual se decidió realizar laparotomía exploratoria que permitió determinar la presencia de una avulsión mesentérica en un segmento yeyunal con necrosis de un segmento intestinal de aproximadamente 14 cm (ilustración 2) [22].

Ilustración 6: Avulsión mesentérica y necrosis del segmento yeyunal.

Se tomó la decisión de realizar al paciente una resección del segmento intestinal afectado, sin embargo dos horas después el paciente permaneció hipotérmico, taquicárdico y taquipneico, fallece tras 2 reanimaciones cardiopulmonares. El diagnóstico presuntivo fue un estado de sepsis y choque vascular [22].

Las avulsiones mesentéricas son complicaciones poco reportadas como consecuencia del trauma abdominal cerrado en los pequeños animales. En un estudio realizado hace varios años de 600 accidentes automovilísticos en perros en Estados Unidos, se reportaron 2

9

Page 10: Articulo Imagenologia

avulsiones mesentéricas de 31 perros sometidos a laparotomía o necropsia [22].

En los servicios de urgencias de hospitales, la ecografía es considerada actualmente de poca utilidad para determinar lesiones intestinales o mesentéricas, sin embargo resulta de utilidad para la detección de fluido peritoneal libre [23,24]. Igualmente en perros es particularmente útil la ecografía para la detección de efusiones peritoneales, incluso se han analizado técnicas para clínicos veterinarios sin un entrenamiento profundo en ultrasonografía demostrando una alta sensibilidad para la detección del líquido peritoneal [25]

La peritonitis séptica tiene un mal pronóstico con tasas de mortalidad entre 44-68%. En general la muerte es ocasionada por falla orgánica múltiple y choque séptico [26]. La laparotomía exploratoria estará indicada en casos donde se encuentre una cantidad importante de fluido intraperitoneal sin la presencia de lesiones en órganos sólidos [27] y en caso de sospechar rupturas intestinales o avulsión

mesentérica y peritonitis secundaria [22].

El uso de la ecografía como ayuda diagnóstica de colecistitis

La colecistitis en el canino es una patología inflamatoria poco frecuente que afecta la vesícula biliar (VB) y en ocasiones los conductos asociados. Aunque la petogenia de esta entidad es incierta, la obstrucción e infección biliar serían las causas principales de su presentación, ingresando las enterobacterias por vía retrógrada a través del colédoco, o vía hematógena desde la circulación hepática adyacente [28]. Las bacterias aeróbicas Gram negativas como Escherichia coli, Klebsiella, Enterobacter, Proteus y Pseudomonas, son las aisladas con mayor frecuencia en la colecistitis bacteriana canina, pero pueden encontrarse también bacterias anaeróbicas como Clostridium spp [29].

El uso de drogas inmunosupresoras y algunas patologías sistémicas, como diabetes mellitus, enteritis, septisemia, enfermedad hepática, éstasis biliar, etc. Han sido incriminados en la patogenia de la colecistitis, debido a que

10

Page 11: Articulo Imagenologia

favorecen la colonización bacteriana de la vesícula biliar. La infección puede derivar en necrosis y ruptura vesicular si las bacterias dañan la pared, en colangitis/colangiohepatitis si ascienden el árbol biliar dentro del hígado, o en una colecistitis enfisematosa si son productoras de gas [30]. Los signos clínicos son inespecíficos, suele haber dolor abdominal craneal, vómitos y anorexia, siendo la ictericia una de las manifectaciones más comúnes como resultado de la colestasis extrahepática debida a la motilidad disminuída de la vesícula biliar, componentes anormales o a la colelitiasis [30].

La ecografía es la técnica imagenológica inicial preferida para la observación de la vesícula biliar y árbol biliar, debido a que no es invasiva, es rápida y segura [31].

Ecográficamente la vesícula biliar normal se indentifica como una estructura anecoica con forma de pera, rodeada por el parénquima hepático y ubicada hacia la derecha de la línea media. Tiene una pared delgada de 2-3 mm de espesor, que puede verse como una fina línea ecogénica entre la bilis anecoica y el paréquima hepático, o no verse en absoluto [32].

La ecografia es el método de elección para investigar alteraciones vesiculares, ya que tanto los signos como los hallazgos físicos son inespecíficos. En la colecistitis las paredes de la VB se encuentran engrosadas e hiperecoicas. Aunque este hallazgo es inespecífico, debido a que puede estar relacionado con causas múltiples, como la hepatitis aguda o crónica, colangiohepatitis o colecistitis crónica, es sugestivo de colecistitis cuando coexiste con las demás alteraciones clínicas [33].

Por la ecografía se puede ver además si además de las anormalidades de la vesícula biliar, existen alteraciones en el parénquima hepático, permitiendo de esta forma hacer la diferenciación entre una colecistitis pura y una colangiohepatitis. Debido a que estos hallazgos ecográficos no sirven para determinar la etiología, es preciso recurrir a la biopsia para llegar al diagnóstico definitivo [34]. La colecistocentesis percutánea guiada por ecografía a fin de realizar citología y cultivo biliar para bacterias aeróbicas y anaeróbicas, permite la identificación del agente causal y

11

Page 12: Articulo Imagenologia

la selección del antibiótico adecuado. La antibioticoterapia se debe realizar durante un mínimo de 14 días, y en caso de septisemia por un tiempo más prolongado [30].

En el Hospital de Clínica Animal de la Facultad de Agronomía y Veterinaria se atendió una perra caniche, de 11 años de edad. Presentaba vómitos intermitentes de color amarillo, disminución de peso, anorexia y micciones de color naranja, con una evolución de 15 días. Recibía alimentación a base de balanceado comercial y tenía el plan de vacunación y desparasitación al día. En la exploración clínica se encontró temperatura aumentada, gran dolor durante la palpación de la zona craneal del abdomen y mucosas ictéricas [35].

Se solicitó hemograma, ALT, AST, GGT y FAS, urea, creatinina, bilirrubina total libre y conjugada, colesterol, albúmina, glucosa, urianálisis, tiempo de coagulación y ecografía hepática. Los datos de laboratorio revelaron: anemia al límite, normocítica normocrómica, leucocitosis moderada con neutrofilia, monocitosis y presencia de toxicidad celular, elevación de la actividad

enzimática de ALT, AST, GGT, y FAS, incremento de la concentración de la bilirrubina total y conjugada, disminución de glucosa y albúmina; los valores de urea, creatinina y colesterol se encontraron dentro de los rangos de referencia. El urianálisis presentó bilirrubinuria (++++). El tiempo de coagulación fue de 10 minutos.

En la ecografía se observó una vesícula biliar con paredes engrosadas, ecogénicas y contenido biliar espeso (barro biliar) con presencia de partículas cuyo tamaño oscilaba entre 3 y 10 mm sin sombre acústica (ilustración 7). El diagnóstico ecográfico fue compatible con colecistitis.

Ilustración 7: engrosamiento irregular de la pared de la vesícula biliar, con aumento de la ecogenicidad.

12

Page 13: Articulo Imagenologia

Ilustración 8: corte transverso de la vesícula biliar. Se visualiza la agregación de la bilis hiperecoica en la parte inferior de la vesícula biliar.

Ilustración 9: Imágen longitudinal de la vesícula biliar. Las puntas de flecha señalan los bordes externo y mucoso interno ecogénicos.

El enfoque del tratamiento se basó en instaurar fluidoterapia,

antieméticos y antibióticos (amoxicilina, metronidazol). Se decidió realizar una segunda ecografía la cual mostró con respecto a la primera un marcado incremento de la ecogenicidad hepática y del líquido biliar, por lo cual se decidió realizar una citología exfoliativa de hígado mediante una punción aspiración con aguja fina, guiada por ecografía.

La citología indicó hepatocitos con marcada vacuolización citoplasmática, células cúbicas y columnares bajas del tracto biliar, incremento de neutrófilos con signos de cariólisis y citólisis, presencia de linfocitos y algunas células plasmáticas.

En relación a los resultados citológicos y ecográficos se determinó la realización de una laparotomía exploratoria, durante la cual se decidió la colecistectomía debido a que la pared de la VB estaba engrosada e irregular, y se tomó una biopsia escisional del hígado.

En la evaluación anatomopatológica de la VB postcirugía, se observó engrosamiento irregular de la pared, edema y bilis espesa, verdosa, con concentraciones duras, difíciles de deshacer, cuyo

13

Page 14: Articulo Imagenologia

tamaño oscilaba entre 2 y 8 mm (ilustración 10).

Ilustración 10: vesícula biliar con pared engrosada e irregular y bilis espesa.

La respuesta al tratamiento médico-quirúrgico fue pobre y el animal murió cinco días post-cirugía.

La ecografía abdominal y la pancreatitis

El páncreas es un órgano delgado y plano situado en la pared frontal del abdomen, cerca del estómago, que contiene dos tipos principales de células. El primer tipo (páncreas endocrino), produce hormonas (insulina y glucagón) que regulan el azúcar en la sangre. Mientras que el segundo tipo (páncreas exocrino), produce enzimas digestivas que son liberadas en el intestino para descomponer los alimentos [36].

Hay dos tipos de pancreatitis, aguda y crónica. Los perros suelen desarrollar la forma aguda, pero la forma crónica puede aparecer y es más común en algunas razas que en otras [36].

El páncreas es difícil de explorar ecográficamente debido a su ecogenicidad (similar a la de la grasa mesentérica adyacente) y a su proximidad con estómago y duodeno, que suelen impedir su visualización por su contenido en gas [37, 38]. Si es identificado, aparece como una estructura de márgenes poco definidos e hiperecogénica con respecto a la corteza renal y al hígado.

o Pancreatitis aguda: en ocasiones es posible observar la presencia de

14

Page 15: Articulo Imagenologia

focos hipoecogénicos que representan zonas de edema e inflamación [39, 40].

o pancreatitis crónica: aparecen focos hiperecogénicos debido a fibrosis o calcificaciones [37].

o Neoplasias: no presentan un patrón ecográfico específico y suelen ser diagnosticadas por su localización, ya que es difícil confirmar ecográficamente una unión con el parénquima pancreático [37, 41].

Las causas más frecuentes de pancreatitis en perros son: la obesidad, el trauma, como un traumatismo abdominal severo, comidas de alto contenido graso, alimentos antihigiénicos, corticoides, transtornos metabólicos, como la hiperlipidemia. La intervención quirúrgica será necesaria en los casos de complicaciones intestinales, o la inflamación severa del páncreas. [42]

Complicaciones de la cirugía abdominal

Complicación Definición

Adherencias Unión fibrinosa entre dos o más órganos con cubierta serosa.

Peritonitis La peritonitis aséptica puede ser causada por la acción mecánica del talco, gasa, restos de campos quierúrgicos, y algunas otras injurias. La peritonitis séptica es más peligrosa y de desarrollo florido, resultando letal.

Hemoperitoneo

Las hemorragias intraperitoneales pueden ser de múltiples etiologías, traumatismos, neoplasias, úlceras, transtornos de la coagulación y cirugía reciente.

Uro y coleperitoneo

La aparicion de orina o bilis en la cavidad peritoneal es debida a ruptura de las

15

Page 16: Articulo Imagenologia

vías urinarias y biliares respectivamente, ya sea espontánea o por trauma.

Sepsis abdominal

Se presenta frecuentemente, originándose principalmente por una infección postoperatoria.

Anastomosis intestinales

Al practicar una apertura o sección en la pared intestinal, se abre una de las más potentes fuentes de infección en pleno campo quirúrgico, protegido hasta este momento con gran celo contra los gérmenes del exterior.

Fuente: http://www.laveccs.org/biblioteca/file/complicaciones%20de%20Cirugia%20Abdominal.pdf

DISCUSIÓN

Rojo (pág. 16) atendió el caso de la hembra caniche de 7 años

llamada BEKI. Se pudo analizar como inicialmente se le realizó una exploración física, se tomaron análisis sanguíneos de rutina, hemograma y bioquímica, donde no se determinó alteración alguna. Sin embargo, la paciente al ser sometida a la toma de radiografía ventro dorsal de cadera y fémur, evidenció una fractura diafisiaria proximal del fémur de la extremidad posterior derecha con varios fragmentos.

A pesar de la aparente recuperación exitosa luego de la cirugía para la reparación de la fractura, la paciente se presenta nuevamente a la clínica con síntomas graves difíciles de controlar con medicamentos. La encografía permitió orientar la patología encontrada finalmente al permitir visualizar líquido libre en abdomen, y realizar aspirado con aguja. Orientó de igual forma mediante la visualización del riñon izquierdo, al hallazgo de cambios morfológicos.

Siempre que exista traumatismos abdominales se debe sospechar de traumatismo renal, abrasión o laseración en abdomen y flancos, así como de fracturas costales y heridas penetrantes en dichas áreas. La hematuria que se dio en la

16

Page 17: Articulo Imagenologia

paciente es un indicador de trauma renal.

Infortunadamente la falta de manifestaciones clínicas y la existencia de una patología traumatológica más evidente, determinaron que dicho traumatismo pasara en un principio desapercibido y se realizara la nefrectomía tardía del riñon izquierdo. Se debe defender la necesidad de una exploración más exhaustiva después de traumatismo violento.

La ecografía demuestra su gran eficacia en el diagnóstico de lesiones renales por la rapidez y facilidad de su realización. Tampoco se debe olvidar que los estudios ecográficos no se hacen solo una vez, se necesitan hacer estudios ecográficos de control en semanas o meses posteriores al traumatismo.

Hernández (2008, pág. 96) reportó un caso de avulsión mesentérica traumática y sepsis en un perro atropellado, el cual fue similar al reportado anteriormente en cuanto a que inicialmente no se detectaron evidencias radiológicas ni ecográficas de lesiones en órganos sólidos, vejiga o vías biliares, y tampoco se detectó

acumulación de líquido peritoneal, pero pasadas doce horas la condición del paciente se deterioró y se detectó la presencia de una efusión abdominal. Se encontró la presencia de peritonitis aguda. Al localizarse la avulsión mesentérica en un segmento yeyunal por laparotomía exploratoria. A pesar de haberse realizado una resección de la porción intestinal afectada y una enteroanastomosis, el paciente falleció dos horas posteriores a la cirugía.

Se sugiere que las avulsiones mesentéricas son complicaciones poco reportadas como consecuencia del trauma abdominal cerrado en pequeños animales. Se presenta frecuentemente en pacientes humanos. En nuestro medio no hay datos reportados de esta complicación en trauma abdominal, sin embargo el autor conoció otro caso no reportado de avulsión de la arteria y vena mesentérica anterior en otro paciente atropellado con múltiples lesiones en otros órganos abdominales.

El diagnóstico de lesión intestinal y mesentérica es ocasionalmente difícil y con frecuencia su dictamen es demorado. En este

17

Page 18: Articulo Imagenologia

caso es probable que se haya presentado hipotensión como primer signo asociado dadas las características clínicas (hipotermina, llenado capilar lento, taquicardia) sin embargo la presión sanguínea no se midió.

En los servicios de urgencias de hospitales, la ecografía es considerada actualmente de poca utilidad para determinar lesiones intestinales o mesentéricas, sin embargo resulta de utilidad para la detección de fluido peritoneal libre. En perros es útil la ecografía para la detección de efusiones peritoneales.

Guendulan (2010) reportó que la ecografía es muy útil como herramienta diagnóstica en casos de colecistitis, puesto que el diagnóstico es difícil, porque tanto los signos clínicos como las anormalidades clínico-patológicas son poco específicas, por lo que la ecografía resulta una modalidad diagnóstica importante al permitir visualizar el espesamiento de la pared de la vesícula biliar o de bilis hiperecogénica que inducen a la sospecha de dicha enfermedad.

La ecografía reportó las anormalidades de grosor, presencia de barro biliar y de

estructuras ecogénicas sin sombre acústica, que permiteron reconocer la enfermedad inflamatoria.

Los valores elevados de AST, ALT, FAS, GGT, BT y BC, la bilirrubinuria y la hipoalbuminemia obtenidos al día siguiente, fueron compatibles con un proceso hepatobiliar obstructivo, lo cual no fue evidenciado ecográficamente en el primer estudio.

Si bien todas las pruebas realizadas resultaron de gran ayuda diagnóstica, la ecografía en este caso fue una excelente herramienta que permitió un diagnóstico temprano, al contrario de como sucedió en los casos anteriores.

Ruaux (2011) reportó que la pancreatitis ocasiona dolor, hinchazón, pudiendo afectar al estómago, intestino delgado e hígado. La etiología puede ser por trauma abdominal cerrado, o por la ingesta de comida grasa, entre otros factores. Puede detectarse gracias al ultrasonido al notarse inflamado o con crecimiento anormal, y que junto con un exámen de sangre especializado que mide un tipo de enzima digestiva cuyo nivel aumenta cuando hay

18

Page 19: Articulo Imagenologia

pancreatitis, pueden conducir a al diagnóstico definitivo.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

La ecografía ha sido un método de gran ayuda para evaluar el trauma abdominal. No permite dar un diagnóstico preciso frente a una injuria pero al combinarse con ciertos exámenes de laboratorio, datos anamnésicos, y evaluación semiológica, permite lograr el acercamiento al diagnóstico definitivo, orientando cuál es el camino a seguir para beneficiar a los pacientes afectados.

Se recomienda que siempre que se pretenda realizar la valoración de un paciente politraumatizado, se procure optar por la utilización de diversas técnicas al de apoyo, al principio, durante y finalizando los estudios médicos.

AGRADECIMIENTOS

Al Médico Veterinario Zootecnista, Dr. Victor Arcila Quiceno, por brindar conocimientos básicos de la imagenología veterinaria y de ejemplos de casos clínicos, que permitieron fuese posible la elaboración de éste artículo de revisión.

BIBLIOGRAFÍA

1. Ledesma M, Carrión P. Ingeniería biomédica. Imágenes médicas. 1st ed. La Mancha, España: Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha; 2006.

2. Guerrero A, Cueto A. Valor de la ecografía como método diagnóstico en el truma abdominal cerrado. Ciudad de la Habana Revista Cubana de Medicina Intensiva y Emergencias; 2009.

3. Cerezo E, Cano M, Escario F. Principios básicos físicos y ténicos de la ecografía diagnostica. Madrid: Grafismo autoedición.

4. Torres P. Trauma abdominal. Guayaquil: International Veterinary Information Service; 2010. P. 1-9.

19

Page 20: Articulo Imagenologia

5. Tello L. Trauma abdominal. USA. Banfield the Pet Hospital. P. 1-7.

6. Kirby R. Control y terapia de pacientes con trauma abdominal. Revista pequeños animales; 2003.

7. Magaña Sanchez J, Torres Salaza J, cabello Pasini R, Ruiz Galindo O, Chávez Rodríguez JJ. Factores de riesgo que favorecen la iatrogenia en cirugía de trauma. Cirujano general Vol. 23 Núm. 4:2001.

8. Ortega-Deballon M, Delgado-Millán P, Jover-navalón MA, José María. Limones-Esteban JM. Manejo diagnóstico en el tratamiento conservador del traumatismo abdominal Cir. Esp, 2003; 73 (4):233-243.

9. Lucas CE, Crawford RS. Diagnostic modalities for penetrating abdominal injuries. Panam J Trauma 2004; 11 (2):1-5.

10. Kravets AV, diagnosis and treatment of patients with closed injury of abdominal cavity organs in combination with craneocerebral trauma. Klin Khir. 2003 Jul; (7): 47-92.

11. Ivatury RR. Abdominal compartment syndrome: finding and fixing. Panam J trauma 2004; 11(1): 1-3.

12. Gómez F. Hospital escuela F.C.V U.N.I.P. Urgencias abdominales [disponible en: www.campusveterinariosenweb.com/.../Urgencias_abdominales.doc]

13. Sjovall A. Riesgos del tratamiento conservador en el traumatismo abdominal cerrado en niños. Department of Pediatric Sugery. Stokholin: 32, 1169-1174; 1997.

14. Azzato W. Abdomen agudo. Buenos Aires: editorial panamericana. P. 93.

15. A.c Chico. Artrocentesis y análisis del líquido sinovial en pequeños animales. Avepa: 1995. P. 135-144.

16. Otto, M. Radostits. Exámen y diagnóstico clínico en Veterinaria. España. P. 656-657.

17. Boysen, S.R.; Rozanski, E.A.; Tidwell, A.M.; Holm, L.; Shaw, S.P.; Rush, J.E. Evaluation of a focused assessment with sonography for trauma

20

Page 21: Articulo Imagenologia

protocol to detect free abdominal fluid in dogs involved in motor vehicle accidents. 2004. Journal of the American Veterinary Medical Association. 225(8): P. 1198-1204

18. Jansen, J.O.; Yule, S.T.; Loudon, M.A. Investigation of blunt abdominal trauma. 2008. BMJ. P. 336. 938-942.

19. Rollings C. Rozanski EA, deLaforcade A. Kowaleski M, Rush J. 2001. Traumatic mesenteric avulsion and subsequent septic peritonitis in a dog. J Vet Emerg Crit Care; 11: 211-215.

20. Kolata RJ and Johnston DE. 1975. Motor vehicle accidents in urban dogs: A study of 600 cases. J Am Vet Med Assoc; 167:938-941.

21. Rippey, J.C.; Royse, A.G. Ultrasound in trauma. 2009. Best Practice & Research Clinical Anaesthesiology. P. 343–362.

22. Fossum TW. Surgery of the abdominal cavity: peritonitis. En: Fossum TW. 1997. Small

Animal Surgery. St. Louis: Mosby; p. 193-198.

23. Richards JR, Mcgahan JP, Simpson JL, Tabar P. 1999. Bowel and mesenteric injury: Evaluation with emergency abdominal US. Radiology; 211: 399-403.

24. Stassen N, Lukan JK, Carrillo EH, Spain DA. Richardson D. 2002. Abdominal seat belt marks in the era of focused abdominal sonography for trauma. Arch Surg; 137: 718-722.

25. Beal MW. 2005. Approach to the Acute Abdomen. Vet Clin Small Anim; 35: 375–396.

26. Pennington CJ, Gwaltney N, Sweitzer D. 2000. Microvascular repair of jejunal and ileal vessels for near complete mesenteric avulsion after seat-belt injury. J Trauma.; 48:327-329.

27. Wang R, Chong C, Hsu H, Wang T, Chen C. 2006. Mesenteric injury caused by minor blunt abdominal trauma. Emerg Med J; P. 23:27

28. Avgeris S, Hoskinson JJ. Colecistitis enfi

21

Page 22: Articulo Imagenologia

sematosa. Sel Vet 1996; 4:108-109.

29. Oswald PG, Twedt CD, Steyn P. Colecistitis campilobacteriana. Sel Vet 1999; 7:34-36.

30. Fossum T, Willard M. Enfermedades de la vesícula y árbol biliar extrahepático. En: Ettinger S, Feldman editores. Tratado de medicina interna veterinaria. Enfermedades del perro y el gato. 4º ed. Buenos Aires: Intermédica; 1997. p.1689-1695.

31. Smith S, Biller D, y col. Imagenología de la obstrucción biliar. Sel Vet 2001; 9:60-67.

32. Barr F. Diagnostic ultrasound in the dog and cat. Cambridge: Blackwell Scientific Publications; 1992.

33. Nyland TG, Mattoon JS. Diagnóstico ecográfi co en pequeños animales. 2º ed. Barcelona: Multimédica Ediciones Veterinarias; 2004.

34. Loriot N, Martinot S, Franck M. Ecografía abdominal del perro y el gato. Barcelona: Masson; 1997.

35. Messias, J.R. Ultrasound of emergency cases. 2009. Proceedings of the 34th World Small Animal Veterinary Congress. WSAVA. São Paulo, Brazil.

36. Lisciandro, G.R.; Lagutchik, M.S.; Mann, K.A.; Voges, A.K.; Fosgate, G.T.; Tiller, E.T.; Cabano, N.R.; Bauer, L.D.; Book, B.P. Evaluation of a thoracic focused assessment with sonography for trauma (TFAST) protocol to detect pneumothorax and concurrent thoracic injury in 145 traumatized dogs. 2008. Journal of Veterinary Emergency and Critical Care 18(3):P. 258–269

37. Barr, F. Diagnostic ultrasound in the dog and cat. Chapo 2-96. Blackwell Scientific Publications, Oxford, 1990.

38. Lamb, C.R. Abdominal ultrasonography in small animals: Exarnination of the liver, spleen and pancreas. J Small Anim. Pract. 31: p. 6-15.

39. Munaugh, RJ. Pancreatic ultrasonography in dogs wirh

22

Page 23: Articulo Imagenologia

experimenrally induccd acure pancreatitis. líét. Radiol. 26: 1, 27-32,1985.

40. Nyland, TG. et al. Ultrasonic fearures of experimenrally induced, acute pancreatitis in rhe dogo líét. RPdiol. 24: 6, 260-266, 1983.

41. Lamb, C.R. Abdominal ultrasonography in small animals: Exarnination of the liver, spleen and pancreas. J Small Anim. Pract. 31:6-15, 1990.

42. Sáez, D. Imágenes en trauma abdominal. 2010. Proceeding of the LAVECCS. Congreso Latinoamericano de Emergencia y Cuidados Intensivos. Buenos Aires, Argentina. 

23